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Enfermedades no

transmisibles
Concepto:
Las enfermedades no transmisibles —o crónicas—, son afecciones de larga
duración que, por lo general, evolucionan lentamente y no se transmiten de
persona a persona. Estas enfermedades afectan a todos los grupos de edad y
representan un grupo heterogéneo de padecimientos como la diabetes e
hipertensión arterial, entre otros; constituyendo un problema de salud pública
por ser una causa de morbilidad, en el marco del proceso de envejecimiento de
la población en nuestro país y por el modo de vida poco saludable.

Enfermedades no originadas primariamente por agentes biológicos


y que se padecen durante muchos años, antes de producir la
muerte; que requieren un control y tratamiento periódicos; además
de estar estrechamente asociadas a determinados factores de
riesgo. Agrupa enfermedades que tienen un similar enfoque
epidemiológico

a) No causadas por agentes microbiológicos (DM,


Inmunológicas, radiaciones)
b) De larga duración con remisiones y recaídas (asma, cáncer,
ECV,…)
c) Determinadas por factores sociales (mentales, accidentes,
alcoholismo, adicciones)
d) Combinación de factores transmisibles y no transmisibles
(TB/VIH, diabetes, arteriosclerosis, caries, Cáncer/HIV…)
e) Secuelas a largo plazo: físicas, mentales (de accidentes,
violencia, anomalías congénitas,…)

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado las


'Estadísticas sanitarias mundiales', un informe que pone de relieve
el creciente problema de la carga de las enfermedades no
transmisibles y, concretamente, el aumento de los casos de
hipertensión y diabetes en el mundo.

El informe, que incluye por primera vez información de 194 países


sobre estas enfermedades, muestra que uno de cada tres adultos
en todo el mundo ha aumentado la presión sanguínea, mientras que
uno de cada 10 adultos tiene diabetes.

Asimismo la OPS calculó sobre las Enfermedades no transmisibles


que abordan cerca de un 60% de mortalidad mundial y 45% de
morbilidad son atribuibles a las enfermedades como el cáncer, la
diabetes y cardiovasculares y neumopatías crónica.

Análisis de la Situación

Para el 2010, había 1822 millones de jóvenes de edades


comprendidas entre los 10 y los 24 años de edad, lo que
correspondía a un cuarto de la población mundial. Sin embargo,
cada año fallecen 2,6 millones de jóvenes y la mayoría de estas
muertes se podrían evitar.

Las tasas de mortalidad aumentan de forma pronunciada desde la


adolescencia (10 a 14 años) hasta los inicios de la etapa adulta (20
a 24 años), y las causas varían dependiendo de la región y el sexo.
Durante los últimos 50 años, las tasas de mortalidad han disminuido
en todos los grupos de edad. No obstante, la mortalidad entre los
jóvenes se ha reducido menos que en otros grupos de edad y, en
algunos países de ingresos elevados, ha superado la mortalidad
infantil.

Malnutrición

La anemia en las mujeres adolescentes varía de 7% en el Salvador


al 30% en Bolivia, y es de 15% en Haití.

La anemia en las adolescentes y jóvenes puede tener efectos


negativos sobre su rendimiento cognitivo y sobre su crecimiento. Si
la adolescente se embaraza, la anemia no solo incrementa la
morbilidad y mortalidad materna, también incrementa la incidencia
de problemas en el feto (por ejemplo, bajo peso al nacer y
prematurez), también tiene un impacto negativo sobre el hierro
corporal del lactante. Por otra parte, debido a sus efectos en el
rendimiento cognitivo y laboral, la anemia también produce un
impacto actual y futuro en la productividad económica

Problemas de peso

Las Américas tiene la mayor proporción de adolescentes con


sobrepeso / obesidad en el mundo. Aproximadamente el 21% de los
adolescentes de la región tienen sobrepeso mientras que el 6% son
obesos. La tasa de sobrepeso y obesidad es mayor en los varones
que en las mujeres.

Actividad Física

 El 13,8% del estudiantado no participó al menos 60 minutos de


cualquier tipo de actividad física que aumentara la frecuencia
cardíaca y que los hiciera respirar con dificultad algunas de las
veces, al menos 1 día durante los 7 días antes de la encuesta

 El 28,7% de los estudiantes habían estado físicamente activo


haciendo cualquier 6 tipo de actividad física que aumentaron su
frecuencia cardiaca y les hizo respirar con dificultad algunas de las
veces por un total de por lo menos 60 minutos por día en cada uno
de los 7 días antes del estudio (es decir, físicamente activos por lo
menos 60 minutos en todos los 7 días).

Consumo de bebidas alcohólica

El consumo de alcohol es un comportamiento de riesgo común


entre las poblaciones de América. El consumo excesivo de alcohol,
un fenómeno, una vez asociado con estudiantes de secundaria y
universitarios de América del Norte, es ahora una práctica común
en América Latina y el Caribe. Aunque sólo unos pocos países han
recopilado información sobre consumo excesivo de alcohol, los
datos sugieren que entre el 30% y el 65% de los estudiantes de
secundaria que reportan el consumo de alcohol durante el mes
pasado también se habían embriagado con alcohol recientemente.
Esto tiene serias implicaciones para la política de alcohol para
menores de edad en nuestros Estados miembros.
Independientemente del modelo, cualquier consumo de alcohol
entre los menores de edad debe ser considerado como un problema
en sí mismo.

 El consumo de alcohol se inicia a una edad más joven: el 14% de


las niñas y el 18% de los niños de 13 - 15 años de edad,
especialmente en poblaciones s de bajos y medianos ingresos.

FACTORES DE RIESGO Y DETERMINANTES SOCIALES DE LA


SALUD PARA ENT

La Estrategia Regional y el Plan de Acción para un Enfoque


Integrado sobre la Prevención y Control de las Enfermedades
Crónicas18 identifica los factores determinantes de las
enfermedades crónicas como: las enfermedades cardiovasculares
incluidas la hipertensión, los distintos tipos de cáncer, la diabetes y
las enfermedades respiratorias crónicas, en varias categorías:

1. Factores de riesgo biológicos:

a. Modificables: el exceso de peso y la obesidad; los niveles de


colesterol elevados; la hiperglucemia; la hipertensión arterial.

b. No modificables: la edad; el sexo; los factores genéticos; la


pertenencia a una raza determinada.

2. Factores de riesgo conductuales: el consumo de tabaco, los


regímenes alimentarios insalubres, la inactividad física, el consumo
de alcohol.

3. Factores determinantes ambientales: Las condiciones sociales,


económicas, políticas, como el ingreso, las condiciones de vida y de
trabajo, la infraestructura física, el ambiente, la educación, el acceso
a los servicios de salud y los medicamentos esenciales.

4. Influencia del entorno internacional: la globalización, la


urbanización, la tecnología, las migraciones
Un objetivo estratégico en la lucha contra la epidemia de ENT debe
ser asegurar la detección y la atención precoces por medio de
intervenciones sanitarias costoefectivas y sostenibles:

Las enfermedades cardiovasculares: las personas con alto riesgo y


quienes padecen enfermedades cardiovasculares ya afianzadas
pueden ser tratadas con pautas de medicamentos genéricos de
bajo coste que reducen de manera significativa la probabilidad de
morir o de padecer eventos vasculares. Un régimen a base de
aspirina, estatinas y agentes hipotensores puede reducir de manera
significativa los eventos vasculares en las personas con alto riesgo
cardiovascular y se considera una de las mejores opciones. Al
combinarse con medidas preventivas, como dejar de fumar, los
beneficios terapéuticos pueden ser enormes. Otra opción óptima es
administrar aspirina a quienes han sufrido un infarto de miocardio.
En todos los países, esas mejores opciones deben ampliarse y
facilitarse mediante un enfoque de atención primaria.

El cáncer: hay intervenciones costoefectivas disponibles en las


cuatro estrategias generales de prevención y control del cáncer: la
prevención primaria, la detección precoz, el tratamiento y los
cuidados paliativos. El diagnóstico precoz basado en la sospecha
ante los primeros signos y síntomas y, si se pueden costear, las
revisiones a nivel poblacional, aumentan la supervivencia,
particularmente para el cáncer de mama, de cervix, colorrectal, de
piel y oral. Algunos protocolos de tratamiento para diversas formas
de cáncer usan medicamentos que se hallan disponibles en formato
genérico. En muchos países de ingresos bajos y medios, el acceso
a la atención, a morfina oral y a personal formado en los cuidados
paliativos es limitado, de modo que la mayoría de pacientes con
cáncer fallecen sin ver mitigado adecuadamente su dolor. La
asistencia paliativa a nivel comunitario y doméstico puede resultar
eficaz y costoefectiva en estos países.

La diabetes: está demostrado que hay al menos tres intervenciones


de prevención y manejo de la diabetes que reducen los costes y
mejoran la salud. El control de la presión arterial, el control de la
glucemia y el cuidado de los pies son intervenciones costoefectivas
para los diabéticos, incluso en los países de ingresos bajos y
medios.

Las enfermedades respiratorias crónicas: en muchos países de


ingresos bajos, los medicamentos inhalados, por ejemplo
corticoesteroides, aún no resultan accesibles en términos
económicos. Los países pueden estudiar la manera de adquirir
medicamentos inhalados de calidad demostrada a un precio
asequible. Los programas de salud pulmonar desarrollados para
abordar la tuberculosis podrían integrarse junto con las
intervenciones centradas en las enfermedades respiratorias
crónicas.

A fin de ampliar sus intervenciones sanitarias individuales, los


sistemas sanitarios de los países de ingresos bajos y medios deben
dar prioridad a un conjunto de tratamientos de bajo coste que se
ajusten a sus presupuestos. Muchos países podrían permitirse un
régimen de tratamientos individuales de bajo coste si corrigieran las
ineficiencias de las medidas aplicadas para tratar las ENT en fases
avanzadas. Algunas experiencias extraídas de las iniciativas de
salud maternoinfantil y de iniciativas contra las enfermedades
infecciosas muestran que las prioridades en materia de salud
pueden reajustarse y que los tratamientos individuales de bajo coste
pueden mejorar con solo una inyección modesta de nuevos
recursos.
Datos y cifras
 Las enfermedades no transmisibles (ENT) matan a 41 millones de
personas cada año, lo que equivale al 71% de las muertes que se
producen en el mundo.
 Cada año mueren por ENT 15 millones de personas de entre 30 y 69 años
de edad; más del 85% de estas muertes "prematuras" ocurren en países
de ingresos bajos y medianos.
 Las enfermedades cardiovasculares constituyen la mayoría de las muertes
por ENT (17,9 millones cada año), seguidas del cáncer (9,0 millones), las
enfermedades respiratorias (3,9 millones) y la diabetes (1,6 millones).
 Estos cuatro grupos de enfermedades son responsables de más del 80%
de todas las muertes prematuras por ENT.
 El consumo de tabaco, la inactividad física, el uso nocivo del alcohol y las
dietas malsanas aumentan el riesgo de morir a causa de una de las ENT.
 La detección, el cribado y el tratamiento, igual que los cuidados paliativos,
son componentes fundamentales de la respuesta a las ENT.

Panorama general
Las ENT, también conocidas como enfermedades crónicas, tienden a ser de
larga duración y resultan de la combinación de factores genéticos, fisiológicos,
ambientales y conductuales.
Los principales tipos de ENT son las enfermedades cardiovasculares (como los
ataques cardiacos y los accidentes cerebrovasculares), el cáncer, las
enfermedades respiratorias crónicas (como la enfermedad pulmonar
obstructiva crónica y el asma) y la diabetes.

Las ENT afectan desproporcionadamente a los países de ingresos bajos y


medios, donde se registran más del 75% (32 millones) de las muertes por ENT.

¿Quiénes corren el riesgo de


padecerlas?
Las ENT afectan a todos los grupos de edad y a todas las regiones y países.
Estas enfermedades se suelen asociar a los grupos de edad más avanzada,
pero los datos muestran que 15 millones de todas las muertes atribuidas a las
ENT se producen entre los 30 y los 69 años de edad. Más del 85% de estas
muertes “prematuras” ocurren en países de ingresos bajos y medianos. Niños,
adultos y ancianos son todos ellos vulnerables a los factores de riesgo que
favorecen las ENT, como las dietas malsanas, la inactividad física, la
exposición al humo del tabaco o el uso nocivo del alcohol.
Estas enfermedades se ven favorecidas por factores tales como la
urbanización rápida y no planificada, la mundialización de modos de vida poco
saludables o el envejecimiento de la población. Las dietas malsanas y la
inactividad física pueden manifestarse en forma de tensión arterial elevada,
aumento de la glucosa y los lípidos en la sangre, y obesidad. Son los llamados
"factores de riesgo metabólicos”, que pueden dar lugar a enfermedades
cardiovasculares, la principal ENT por lo que respecta a las muertes
prematuras.

Factores de riesgo
Factores de riesgo comportamentales
modificables
Los comportamientos modificables como el consumo de tabaco, la inactividad
física, las dietas malsanas y el uso nocivo del alcohol aumentan el riesgo de
ENT.

 El tabaco se cobra más de 7,2 millones de vidas al año (si se incluyen los
efectos de la exposición al humo ajeno), y se prevé que esa cifra aumente
considerablemente en los próximos años.1
 Unos 4,1 millones de muertes anuales se atribuyen a una ingesta excesiva
de sal/sodio.1
 Más de la mitad de los 3,3 millones de muertes anuales atribuibles al
consumo de alcohol se deben a ENT, entre ellas el cáncer.
 Unos 1,6 millones de muertes anuales pueden atribuirse a una actividad
física insuficiente.1

Factores de riesgo metabólicos


Los factores de riesgo metabólicos contribuyen a cuatro cambios metabólicos
fundamentales que aumentan el riesgo de ENT:

 el aumento de la tensión arterial;


 el sobrepeso y la obesidad;
 la hiperglucemia (concentraciones elevadas de glucosa en la sangre); y
 la hiperlipidemia (concentraciones elevadas de grasas en la sangre).

En términos de muertes atribuibles, el principal factor de riesgo metabólico es


el aumento de la presión arterial (al que se atribuyen el 19% de las muertes a
nivel mundial),1 seguido por el sobrepeso y la obesidad y el aumento de la
glucosa sanguínea.
¿Qué impacto socioeconómico
tienen las ENT?
Las ENT ponen en peligro el avance hacia la consecución de los Objetivos de
Desarrollo Sostenible (ODS), entre los que se encuentra la reducción de las
muertes prematuras por ENT en un 33% para 2030.

La pobreza está estrechamente relacionada con las ENT. Se prevé que el


rápido aumento de estas enfermedades sea un obstáculo a las iniciativas de
reducción de la pobreza en los países de ingresos bajos, en particular porque
dispararán los gastos familiares por atención sanitaria. Las personas
vulnerables y socialmente desfavorecidas enferman más y mueren antes que
de mayor posición social, sobre todo porque corren un mayor riesgo de
exposición a productos nocivos, como el tabaco, o a prácticas alimentarias
malsanas, y tienen un acceso limitado a los servicios de salud.

En los entornos con pocos recursos, los costos de la atención sanitaria para las
ENT pueden agotar rápidamente los recursos de las familias. Los costos
desorbitados de las ENT, en particular el a menudo prolongado y oneroso
tratamiento y la desaparición del sostén de familia, están empujando cada año
a millones de personas a la pobreza y sofocando el desarrollo.

Prevención y control de las ENT


Un alto porcentaje de ENT puede prevenirse mediante la reducción de sus
cuatro factores de riesgo comportamentales más importantes: el tabaquismo, el
sedentarismo, el uso nocivo del alcohol y las dietas malsanas. La influencia de
estas conductas de riesgo y de otras causas metabólicas y fisiológicas de la
epidemia mundial de ENT

Para controlar las ENT es importante centrarse en la reducción de los factores


de riesgo asociados a ellas. Los gobiernos y otras partes interesadas tienen a
su disposición soluciones de bajo costo para reducir los factores de riesgo
modificables comunes. Para orientar las políticas y las prioridades es
importante seguir los progresos realizados y la evolución de las ENT y sus
factores de riesgo.

A fin de reducir el impacto de las ENT en los individuos y la sociedad, hay que
aplicar un enfoque integral que haga que todos los sectores, incluidos entre
otros los de la salud, las finanzas, el transporte, la educación, la agricultura y la
planificación, colaboren para reducir los riesgos asociados a las ENT y
promover las intervenciones que permitan prevenirlas y controlarlas.

Es fundamental invertir en una mejor gestión de las ENT, que incluye su


detección, cribado y tratamiento, así como el acceso a los cuidados paliativos.
Las intervenciones esenciales de gran impacto contra las ENT pueden llevarse
a cabo en la atención primaria para reforzar su detección temprana y el
tratamiento a tiempo. Los datos demuestran que esas intervenciones son una
excelente inversión económica porque, si los pacientes las reciben
tempranamente, pueden reducir la necesidad de tratamientos más caros.

Los países de ingresos bajos suelen tener una baja capacidad de prevención y
control de las enfermedades no transmisibles.

Es poco probable que los países con cobertura insuficiente del seguro de
enfermedad puedan proporcionar un acceso universal a las intervenciones
esenciales contra las ENT. Las intervenciones de gestión de las ENT son
esenciales para alcanzar la meta mundial consistente en lograr una reducción
relativa del riesgo de mortalidad prematura por ENT del 25% para 2025, y la
meta de los ODS consistente en reducir las muertes prematuras por ENT en un
33% para 2030.

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