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Provincia de Buenos Aires

D.G.de C. y E.
Dirección de Educación Superior
Escuela Normal Superior “José Manuel Estrada”
Instituto Superior de Formación Docente N° 163
Carrera: Profesorado de Lengua y Literatura
Espacio Curricular: Lengua Literatura y su enseñanza II
Curso: 2° año
Ciclo lectivo: 2018
Profesora: Licenciada María Silvia Lareo

Apunte de Cátedra

La lectura, la recepción lectora y el intertexto lector


Un estímulo textual depende de variables múltiples en lo que respecta a su recepción por parte
del lector. Este al leer puede coincidir o no con la intencionalidad del autor, sin embargo si el
lector logra percibir la actitud y las estrategias discursivas del autor podrá acceder a la significación
del texto. Esta percepción textual le servirá para formular sus propias expectativas y perspectivas
de interpretación. Según la amplitud de su intertexto y los rasgos del discurso recepcionado, el
lector se aproxima o se distancia a la estructura textual, a la ideología, a las perspectivas de la
época que incluye el texto.

El lector actúa condicionado por las características del texto buscando correlaciones entre los
distintos componentes textuales con el fin de establecer normas de coherencia para hallar la
significación del texto.

Caracteristicas LECTOR Correlaciones


del texto
entre los
diferentes
componentes
textuales

SIGNIFICACION
COHERENCIA

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En el proceso de educación literaria, la atención del docente a la formación del intertexto lector
es uno de los objetivos primordiales. Por esta razón Mendoza Fillola propone como una premisa
esencial la lectura no ocasional dentro del contexto escolar, él considera que “ de ella derivan
profundas implicancias de aprendizaje que rebasan los límites del Área del lenguaje”.

En ese proceso de lecturas literarias programadas por el docente se produce la conjunción de la


anticipación intuitiva del lector (precomprensión) y los condicionantes de la propia competencia
literaria (explicitación). La actividad didáctica estaría fundamentada en los modos y los resultados
del encuentro de la obra y su destinatario, durante el período escolar. Uno de los efectos más
atractivos de la recepción literaria radica, según Mendoza Fillola, en la identificación de la
confluencia del intertexto de la obra con el intertexto del lector.

El objetivo didáctico de potenciar el intertexto lector se centra en la necesidad de construir


conocimientos literarios que conformen la competencia literaria y que estén disponibles en el
proceso de actualización textual en el momento de la lectura.

Es importante destacar que en la enseñanza de la literatura es básico explicitar cómo el texto


literario adquiere significados diferentes para cada uno de sus potenciales lectores, en parte
imprevistos por el autor, pero suscitados por el texto. También es necesario señalar la razón de
que ciertas interpretaciones del texto provienen de una coherencia interpretativa producto de una
valoración y evocación compartida dentro de una tradición cultural (Archilectura: supone una
interpretación compartida por un grupo)

La formación del intertexto lector en la educación literaria obedece a la necesidad de lograr una
legitimación de la significación textual de modo que no se contradiga las referencias textuales y
considere los aportes de las variables personales sin caer en ilimitadas interpretaciones semióticas
(U. Eco)

Cuando presentamos un texto literario para ser abordado por nuestros alumnos de literatura, es
interesante pensar en el intertexto lector que debería poseer este aprendiz a fin de comprender
con mayor profundidad (e incluso podríamos decir facilidad) el texto elegido para su lectura.

Este intertexto facilitará el acercamiento al sentido global de la obra. Se transformará en una de


las puertas de acceso al significado del texto literario. Por ejemplo, si pensamos en un relato
policial de la serie denominada “negra”, el alumno podría entrar con mayor seguridad en las obras
de este género si primero hubiese leído y analizado el policial de enigma. Aunque aquí es
necesario aclarar que el policial negro no deriva del policial de enigma, sino que tiene sus orígenes
en otras cuestiones sociales y políticas relacionadas con la llamada “época de la depresión” en
Estados Unidos.

Al abordar el concepto de intertexto llegamos de alguna manera al concepto de literariedad


(Formalismo Ruso), puesto que ese bagaje de conocimientos previos daría la posibilidad al lector
de abordar el significado literario de la obra en aquellos aspectos en que su texto establece

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referencias a otros textos y no solamente en los significados brindados por el vocabulario, la
gramática tanto estructural como textual, es decir en cuestiones que tienen que ver más con lo
discursivo que con la “literariedad” propia del texto presentado.

Según Mendoza Fillola el docente de literatura, para fomentar el desarrollo de la capacidad de


comprensión lectora, tema preocupante en todos los niveles de enseñanza, debe profundizar en el
aprendizaje de estrategias de lectura y ampliar los modos de que el alumno acceda a referencias
literarias explícitas con el fin de asociar diferentes producciones. Además propone la valorización
de los aporte personales del lector en relación con las exigencias del texto que se aborda en clase.

Para este autor las competencias esenciales de la Educación Literaria se perfilan en tres
direcciones:

1. Comprender las formas específicas de organizar y comunicar la experiencia (de vida) que
tiene de la literatura.
2. Brindar al alumno una poética y una retórica elemental de utilidad para su rol de receptor
en formación.
3. Hacer visible la historicidad que atraviesa el texto, con el fin de que el lector pueda
descubrir su verdad considerando la separación que existe entre él y el texto.

Mendoza Fillola relaciona el concepto de intertexto con el concepto de recepción lectora. Para él
la recepción lectora es un acto complejo en cuyo proceso se integran aportes de todo tipo de
experiencias y conocimientos, es decir, todo lo que conforma la cultura que posee un individuo. El
goce en la lectura radica en la satisfacción de poder atribuir interpretaciones que nos resulten de
una coherente comprensión en relación a nuestros saberes previos, a la vez que construimos
nuevas referencias (inter)textuales e (inter)culturales a partir de los datos que la lectura nos
aporta.

En el proceso lector hay una fase de reconocimiento que podría relacionarse con las asociaciones
que es capaz de motivar el intertexto, los cuales el lector percibe entre las referencias
metatextuales y las de su propio intertexto, ya sea de manera voluntaria, involuntaria, consciente
o inconscientemente. Este proceso de recepción lectora se orienta hacia la interpretación la cual
implica una valoración. El lector como receptor condicionado por múltiples factores es capaz de
construir una interpretación propia y personal de los textos recibidos.

Bibliografía consultada:

Mendoza Fillola, Antonio (1994) “El intertexto lector: un análisis desde la perspectiva de la
enseñanza de la literatura. Barcelona: Universidad de Barcelona. Texto de la Biblioteca Virtual
Universal.

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