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Consumo y medioambiente

Lee la siguiente noticia.

Más de 50 mil latas de bebida, 4.500 cajas de tetra, 2.200 botellas

de PET, 250 neumáticos y 4 metros cúbicos de vidrio molido se
utilizaron para construir la primera vivienda ecológica de Isla de
Pascua. Conocida como “Eco Hare”, albergará desde hoy las nuevas
dependencias del Departamento de Aseo y Ornato de la
Municipalidad de Rapa Nui.

Esta inédita construcción de 75 metros cuadrados -desarrollada por

la Municipalidad de Rapa Nui con el patrocino de Coca-Cola de Chile
y Coca-Cola Embonor- no sólo contribuye a la recolección y
reutilización de residuos. También busca generar conciencia
ambiental en la comunidad pascuense y promover su
capacidad autosustentable.

Para los cimientos de la casa ecológica se utilizaron casi la totalidad

de los neumáticos en desuso de la Isla, los que, sobre una base de
vidrio molido, fueron rellenados con hormigón. Los muros interiores
están compuestos de “eco-ladillos”, botellas rellenas de otros
plásticos que no pueden ser reciclados. Para el exterior se
emplearon ladrillos de latas de bebidas compactados en bloques
sólidos, y el techo fue construido con cajas de tetra, que, tras un
minucioso proceso, quedaron convertidas en techumbres
impermeables.

La comunidad de la isla participó activamente en la construcción de la “Eco Hare”. Tras una campaña y un trabajo de
más de dos años, los niños fueron los encargados de elaborar los “eco-ladrillos”, mientras la comunidad contribuyó a
recolectar los demás materiales. El arquitecto y líder del proyecto, Andy MacDonald, explica: “La disponibilidad de
terrenos para rellenos sanitarios en Isla de Pascua es escasa y sus tierras son parte del patrimonio, por lo que los
materiales son escasos. Por esta razón el poder reutilizar los desechos es una prioridad”. Agrega que este diseño
urbanístico permite ahorrar y aportar a la descontaminación del planeta.

Por su parte, el gerente general de Coca-Cola Chile, Jorge Garduño, expresó su satisfacción por la concreción de este
proyecto y se refirió a la importancia de darle valor a los residuos. “Hay que ser creativos y buscar maneras de dar
solución a los problemas que nos aquejan. Este proyecto es un buen ejemplo de ello y estamos seguros que también
será un gran impulso para generar conciencia en las futuras generaciones sobre la importancia de cuidar nuestro
medioambiente”.

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La agricultura tiene dos grandes amenazas: el agua y la energía. Chile sólo podrá mantenerse competitivo si es capaz de
asegurar estos recursos. Todo lo que invirtamos en tecnología del agua y en energías renovables podrá hacer la
diferencia entre un país que sucumbió o que supo enfrentar el Cambio Climático (CC).

Así lo señala el Vicedecano de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile y Doctor en

Bioclimatolología, Fernando Santibáñez, quien explica los posibles efectos del CC en la agricultura del país.

Boletín Explora Nº 35. Agosto 2008

¿En Chile no debemos preocuparnos por el CC?

No, en ningún caso. Es cierto que la enorme extensión de costas, que colindan con un océano más bien frío, constituirá
una barrera para las grandes oscilaciones térmicas que se esperan en el futuro y por ello no sufriremos los extremos de
calor y frío que vivirán en el hemisferio norte. Esto no quiere decir que debamos despreocuparnos pues el alza de las
temperaturas afectará a la capacidad de nuestra cordillera de conservar la nieve, también a la flora y fauna terrestre y
marina, a la distribución de plagas agrícolas y a la salud humana, entre otros.

¿Qué impacto podría tener en la fruticultura chilena?

El descenso en las máximas perturbará mayormente a una franja costera, a los frutales que estén a menos de 60 km de
la costa, como las viñas. Podría retrasar la maduración o afectar ligeramente la calidad de los mostos, especialmente por
el aumento de la nubosidad.

El aumento de las mínimas podría acarrear problemas en prácticamente todas las especies frutícolas de clima templado,
las que botan las hojas en invierno. Esto tiene un paliativo tecnológico con químicos que reemplazan al frío invernal, y
por esto el impacto sólo se reflejaría en el incremento de costos. El mayor problema del alza en las mínimas está
asociado al aumento de insectos y enfermedades, que son reguladas por el frío invernal.
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¿Qué cultivos se verán más perjudicados?

Los sistemas agrícolas más vulnerables son las praderas de secano en Chile Central, los bosques de especies exóticas,
como pino y eucalipto, y la agricultura del secano costero, chacras y cereales desde la V a la VIII regiones.

Se utiliza el término “estrés hídrico” ¿Podría explicar qué significa que un río esté estresado?

El estrés está asociado a un factor externo adverso que altera a una entidad, puede ser un ser vivo, recurso natural o
ente social. En el caso de los vegetales el estrés hídrico representa una mayor tasa de evaporación. Una atmósfera más
caliente y ventosa es menos húmeda y obliga a las plantas a extraer más agua del suelo. Si no la encuentran se genera
un estrés con graves consecuencias para su crecimiento e incluso sobrevivencia.

Cuando hablamos de un río estresado nos referimos a él como si fuese un organismo vivo y en cierta forma lo es, pues
su curso sostiene una diversidad de ecosistemas y nichos ecológicos. Si extraemos más agua de lo razonable, ponemos
en riesgo la sobrevivencia de gran cantidad de seres vivos que sostiene en sus riberas, entonces estamos estresando
toda una cadena de vida.

¿Podría dar un ejemplo de cómo adaptarnos en la agricultura?

Una de ellas es la posibilidad de cultivar especies subtropicales (chirimoyas, papayas, paltos) en una mayor extensión
del territorio. Otra será la mayor ventaja competitiva que podríamos adquirir en el caso de que en otras regiones
agrícolas del mundo los cambios sean más profundos que en Chile. Otra es la ganancia de potencial agrícola en la
región sur, lo que nos daría una excelente oportunidad para comenzar a descentralizar al país, creando nuevos polos de
desarrollo más al sur.