You are on page 1of 16

Evangelismo personal

P.S.C
Tres pasos para guiar una conversación con fines salvíficos:
Problema, solución, condiciones para apropiarse de la
solución.
(Una perspectiva teológica)

1
Introducción

El apunte que usted tiene en sus manos fue elaborado con la intención de subsanar
la dificultad que algunos de mis hermanos manifiestan en el momento de evangelizar
personalmente a sus allegados.

Tal dificultad radica principalmente en mantener un hilo de diálogo sin caer en


digresiones que llevaban la conversación por otros carriles y finalmente no se
terminaba en nada. Para solucionar este problema propongo tres pasos. Que están
resumidos en las siglas “P.S.C”: Problema, solución y condiciones para apropiarse de
la solución. Todo esto planteado desde una perspectiva teológica. Profundizando y
reflexionando sobre cada punto.

Definitivamente espero que este material sea un aporte en la misión más


determinante: la evangelización.

Pastor Lic. Pablo Canales


2
Los tres pasos a seguir
Como dijimos anteriormente para evitar perdernos en una charla vamos a
seguir tres pasos: problema, solución, condiciones para apropiarse de la
solución. Ahora bien, para ayudarnos en el momento de ir de un versículo a
otro vamos a anotar en nuestras biblias los versículos necesarios para
encaminar a una persona hacia una decisión. El método será el siguiente:

Buscamos en la Biblia Romanos 3: 23 y anotamos el número uno, haciendo


alusión a que este será el primer versículo que vamos a citar. Cerca de Ro 3:
23, además del número, vamos a anotar el siguiente versículo que vamos a
utilizar en nuestra exposición: Apocalipsis 21:8. Buscamos Ap. 21: 8 y
escribimos el número dos, pues es el segundo versículo que vamos exponer.
Cerca de Ap. 21: 8 anotamos Romanos 5: 8, buscamos este versículo
escribimos el número tres y cerca del versículo vamos a apuntar Hechos 3: 19,
buscamos el versículo y le apuntamos el número cuatro y cerca de este vamos
a escribir Hechos 9: 23, vamos a versículo y apuntamos el número de orden
cinco, nuestro último versículo. El orden quedaría así:

❖ El problema: 1) Romanos 3: 23 2) Apocalipsis 21: 8.


❖ La solución: 3) Romanos 5: 8.
❖ Las condiciones para apropiarse de la solución: 4) Hechos 3: 19. 5)
Hechos 10: 43.
A continuación, desarrollaremos el primer paso.

3
Primer paso
El Problema

Posiblemente usted se esté preguntando: ¿Por qué comenzar por él


problema? ¿No es más fácil comenzar por la buena noticia o solución? ¿Las
personas no tienen suficientes problemas para que yo le lleve uno más? ¿No
es suficiente con contar mi testimonio?

La primera pregunta tiene una respuesta bíblica: Jesús comenzaba por el


problema: Marcos 1: 15-16; Lucas 5: 32. El apóstol pedro comenzó por el
problema: Hch 13: 38. (N.T.V). El Espíritu Santo convence al incrédulo del
problema: Juan 16:8. La conciencia resalta el pecado (Ro 2: 14-16).

También necesitamos presentar y abundar en el problema porque:


Necesitamos proyectar un potencial creyente lleno de entrega y de amor para
con el Señor: Lucas 7: 36-47 (Versión N. T. V.) Porque necesitamos que la
evangelización tenga un fin salvífico y sin arrepentimiento no hay salvación
Romanos 2:5.

En cuanto a la segunda pregunta la respuesta es afirmativa. Por diferentes


motivos nos es más sencillo presentar el amor de Dios primero. Sin embargo,
no es el orden más apropiado. El amor de Dios (su gracia) es parte de la
solución al problema (el segundo paso). Exponer primeramente el amor de
Dios equivale a presentar la solución a un problema que la persona aún
desconoce. Esto sería un procedimiento poco lógico.

4
Por otra parte, debemos entender que cuanto más magnifiquemos el
problema, la solución será aún más deseable. Plantear el problema primero,
dándole la gravedad del caso, es hacer más factible que la persona desee la
solución y esté dispuesta a cumplir con las condiciones para apropiarse de la
misma.

En cuanto a la tercera pregunta podemos decir que, si bien, es cierto que las
personas tienen muchos problemas (económicos, familiares, matrimoniales
etc.) No hay un problema más grave que el pecado, pues trae condenación
eterna.

En cuanto a la cuarta pregunta, comenzar por el testimonio personal (Mt 24:


14) puede significar un peligro. Los testimonios pueden ser múltiples:
liberación demoníaca, Sanidades divinas, liberación de adiciones, prosperidad
económica etc. Y si bien, estas cosas son gloriosas y causan una gran
conmoción no pueden salvar en sí misma.

Una persona pude recibir un milagro espectacular en su vida y no ser salva (Mt
11: 20-24). Un inconverso seguramente quera ser sano de su enfermedad,
pero posiblemente no arrepentirse (Lucas 17: 12). O prosperado, pero no darle
la espalda a su pecado. Debemos evitar hacer el evangelismo de los panes y
los peces.

El momento de la exposición

Por todos los medios debemos evitar que la explosión de la verdad con
respecto al pecado sea dicha de forma rápida y liviana. El primer paso es
fundamental para fluir en el planteamiento de los dos pasos siguientes. Por lo
tanto, debemos tomarnos el tiempo que sea necesario, o el que tengamos,
5
para exponerlo. Debemos ser conscientes que si no planteamos como se debe
el problema, no haremos deseable la solución y mucho menos la persona
querrá cumplir con las condiciones para apropiarse de ella.

Otra aclaración importante en el momento de la explicación consiste en


recordar que el evangelismo personal no es un monólogo. Es una
conversación. Por lo tanto, si la persona es muy introvertida, y no opina sobre
lo que nosotros le estamos exponiendo, hagamos preguntas al respecto:
¿Entiende lo que le explico? ¿Qué opina usted? No debemos temer a los
planteamientos de las personas, es bueno que abran su corazón con respecto
a lo concerniente a Dios. Además, solo es posible saber si la persona entiende
si le preguntamos sobre el tema.

El pecado el gran problema de la humanidad


El problema principal de la humanidad no radica en la política, el sistema
económico o las relaciones interpersonales. El principal problema se llama
pecado. El cual corrompe todas estas actividades humanas. En el evangelismo
debemos remarcar esta realidad con respecto a Dios.

Romanos 3: 23 nos muestra dos realidades con respecto al pecado:

1) Por cuanto todos pecaron. La condición caída es algo que afecta a todo el
género humano. Eclesiastés 7: 20.
2) Están destituidos de la gloria de Dios (alegados de Dios). El pecado
imposibilita que el pecador desarrolle una relación de comunión amorosa
con Dios. Isaías 59: 2.
3) Ap. 21: 8 nos informa que el pecado nos condena a una eternidad de
tormentos.

6
Con la primera parte de Romanos 3: 23 queremos establecer que no hay
persona que no tenga errores en su vida.

Lo segundo que vamos a establecer con Ro 3: 23. Es que a causa del pecado
hay una barrera entre la humanidad y Dios, eso es lo que el versículo quiere
decir con: destituidos de la gloria de Dios. La humanidad es pecadora y Dios
tres veces santo. Por lo tanto, hay una relación rota que hay que restablecer.

Con Ap. 21: 8 queremos informar de la terrible realidad que toda persona que
muera en sus pecados va a experimentar. Debemos notar que la lista de esta
cita es muy parecida a los diez mandamientos. Esto puede ser de utilidad. En
caso que tengamos que utilizar los diez mandamientos (cuestión que
explicaremos en el próximo apartado) Podemos decir: recuerda que estuvimos
hablando sobre mentir, bueno mire cual es el destino de aquellos que no se
arrepienten de ese pecado.

Con respecto al pecado, y aunque parezca increíble, hay personas que no


reconocen su pecado o no se percatan de su profundidad. Por esto mismo en
el apartado siguiente veremos cómo convencer bíblicamente sobre la realidad
pecaminosa. Es preciso aclarar que esté es un recurso que solo se utilizara si
vemos que la persona: desconoce, no reconoce o toma con liviandad sus
pecados. Para cualquiera de estos casos es preciso utilizar los diez
mandamientos. Los argumentos bíblicos para utilizar los diez mandamientos
en el evangelismo son: Sal 19: 7; Ro 3: 20; Ro 7: 7; Ro 5: 20; Ga 3: 24; 1Ti. 1: 8-
11.

7
Los diez mandamientos
1) No tendrás Dioses ajenos delante de mí
Este mandamiento prohíbe el politeísmo. En nuestra cultura occidental en
líneas generales la población es atea o cree en un solo Dios a su manera. No
obstante, es preciso aclarar que el ser humano puede hacer un dios de casi
cualquier cosa: el trabajo, el dinero, su familia etc. Todo aquello a lo que se
le destine más atención y recursos puede, potencialmente ser un dios en la
vida de esa persona.

Por esto mismo la pregunta es: ¿Siempre ha puesto a Dios primero en su


vida?
2) No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo,
ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinaras a
ellas, ni las honrarás (…)

Solo Dios es digno de toda honra y Alabanza. Depositar lo que le pertenece


solo a Dios es un pecado grabe. En una cultura fuertemente idólatras como
en la que vivimos este mandamiento es de gran utilidad. La pregunta en
esté mandamiento es:

¿Alguna vez ha rendido culto a una imagen?

3) No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano (…)

La pregunta en esta ocasión es:

¿Alguna vez has tomado el nombre de Dios en forma incorrecta? Con esta
pregunta queremos apuntar a la mala costumbre que tiene el incrédulo de

8
asociar el nombre de Dios con una grosería o empeñar su nombre en alguna
promesa que no ha cumplido.

4) Acuérdate del día de reposo para santificarlo.

Esté mandamiento es el único de los nueve mandamientos que no se repite


en el Nuevo Testamento de echo se le da de baja (Col 2: 16-17).

No obstante, es preciso dedicarle tiempo a Dios (el día domingo). Por eso la
pregunta es: ¿Le dedica tiempo a Dios?

5) Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra


que Jehová tu Dios te da.

La pregunta en este caso es: ¿Siempre ha obedecido y respetado a sus


padres?

6) No matarás

La pregunta correspondiente a este mandamiento es: ¿Alguna vez ha


matado a alguien?

La mayoría de las personas nunca han matado a nadie físicamente, no


obstante, esté caso es propicio para citar o al menos parafrasear Mt 5: 22
y hacer notar la gravedad de enojarse con alguien. Es muy útil en este
mandamiento y en el siguiente anotar en la misma Biblia los pasajes
paralelos que tiene en el NT.

7) No cometerás adulterio

Al adulterio lo podemos definir como infidelidad sexual en un contexto


matrimonial. Sin embargo, es muy fructífero citar Mt 5: 28. En este versículo

9
se resalta el adulterio del corazón, producido por mirar a una mujer con
deseos sexuales.

La pregunta en es: ¿Alguna vez ha cometido adulterio?

8) No hurtarás

Por lo general cuando tocamos el tema del robo las personas tienen en
mente un asalto a mano armada a una institución bancaria. Sin embargo,
robar es robar no importa lo robado el monto o la modalidad del hecho.

La pregunta es: ¿Alguna vez ha robado?

9) No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.

Este mandamiento condena la mentira. Debemos aclararle a la persona


que no hay mentiritas piadosas.

La pregunta en este caso es: ¿Alguna vez ha mentido?

10) No codiciarás

Un deseo intenso por tener lo que no nos pertenece no es bueno.

La pregunta en esta ocasión es:

¿Alguna vez a codiciado algo que no le pertenecía?

Consideraciones practicas

Lo primero que vamos a notar en la evangelización con los diez


mandamientos es el hecho de que no vamos a tener tiempo para
desarrollarlos a todos. Por eso mismo debemos ser muy perceptivos de la
persona que tenemos en frente. Con una persona joven es recomendable

10
comenzar por el mandamiento número 4, dado que es en la adolescencia
donde se tiene más roce con los padres. Por el contrario, no es
recomendable plantearle el mandamiento número 7 pues posiblemente no
se encuentre casado. Tampoco es recomendable tocar el mandamiento
número 7 si ambos cónyuges están juntos, es poco probable que alguno de
ellos sea sincero y podemos generar un mal clima. Por el contrario, es
recomendable cuando el evangelizador y el evangelizado son varones. Él se
sentirá en confianza y confesará que ve a las jóvenes con deseo sexual. Una
vez más la insistencia en el problema dependerá de la sensibilidad que el
inconverso tenga con respecto a su pecado.

Segundo paso
La solución

¿Cuál es la solución al problema de la humanidad? Una respuesta posible


podría ser: la iniciativa amorosa por parte de Dios, que envió a su hijo a morir
en favor nuestro. Eso es precisamente lo que enseña Romanos 5: 8.

Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores,
cristo murió por nosotros. (Ro 5: 8)

Así mismo, hay varios pasajes bíblicos que remarcan esta gran bendición: Isaías
53: 4-6, Juan 3: 16, 2Cor 5: 21, Colosenses 2: 13-14, 1Pedro 1: 18-19.

11
¡Que gozo!¡Que noticia más gratificante! Sin duda es la mejor noticia que
nunca nadie pueda recibir. Nos merecíamos la condenación eterna, pero Dios
de pura gracia (Ef. 2: 8-9) mando a su hijo a morir en lugar muestro, pagando
la deuda que teníamos. En esta instancia también puede ser muy conveniente
aclarar que Jesucristo es el único camino establecido por Dios para ser salvos
(Jn 14: 16; Hch 14: 12).

Como dijimos anteriormente, este segundo paso depende estrechamente de


la presentación de primer paso.

Tercer paso
Las condiciones para apropiarse de la
solución.
¿Condiciones? Si, la buena noticia tiene condicionantes para que podamos
apropiarnos de ella. Imagine por un instante que tiene una enfermedad
terminal y de repente inventan un antídoto. Aunque es una excelente noticia
esto no basta para sanar. Debemos desplazarnos a la droguería y los más
importante: tener recursos económicos para adquirir el medicamento. De la
misma manera el hacerles saber a las personas sobré la buena noticia no va a
salvarlos. La buena noticia requiere dos condiciones.

Alguien supo decir que la salvación es un regalo tan grande que se debe recibir
con dos manos: el arrepentimiento y la fe. Myer Pearlman afirma al respecto:
“Mediante el arrepentimiento el penitente remueve el obstáculo que impide
la recepción del don; por medio de la fe acepta el don”.
12
Con respecto a este tema hay una larga discusión teológica que podemos
reducir en una pregunta: ¿Es el hombre capaz de arrepentirse por sí solo, o se
trata de la pura intervención divina? Evidentemente si Dios demanda del
hombre arrepentimiento y fe, es porque puede hacerlo. No sería lógico pensar
que Dios condene al hombre por no llevar a cabo unas condiciones que no
puede cumplir. No obstante, no debemos, en lo más mínimo, desconocer la
función divina que da arrepentimiento (Hechos 11: 18) y fe (Efesios 2: 8-9).

Cuando el hombre se dispone a arrepentirse y creer Dios da arrepentimiento


y fe salvadora.

Arrepentimiento

El arrepentimiento formó parte central del mensaje de Jesucristo


(Mr. 1: 15. Lc. 7: 32.) y fue presentado por él como una condición
inevitable para la salvación (Lc. 13: 3; Mt. 11: 20-24). Asimismo, Jesús
encomendó a los discípulos que se predique el mensaje de
arrepentimiento (Lc. 24: 47). Los apóstoles le obedecieron y
predicaron sobre el arrepentimiento (Hch. 20: 21). La experiencia de
arrepentimiento precede a la salvación (2 Pedro 3: 9).

De lo anteriormente expuesto claramente podemos deducir que el


arrepentimiento forma parte ineludible del mensaje que debemos
llevar como iglesia. Ahora bien, la pregunta a responder es: ¿En qué
consiste el verdadero arrepentimiento? El arrepentimiento es un
acto que abarca: mente, sentimientos y voluntad. Primero se

13
entiende con el intelecto de manera conceptual. Ya sea por un
reconocimiento personal o a través de la ley. Luego es inevitable
sentir dolor por haber defraudado a Dios. Por último, produce un
sincero deseo de apartarse del pecado. Sin estos tres componentes
no hay arrepentimiento.

Por lo general hay personas que entienden perfectamente que están


obrando mal en sus vidas. No obstante, no pasan de esa instancia.
Hay otras que entienden intelectualmente y siente un dolor por el
pecado, pero ahí se quedan. No dan el tercer paso que consta en
darle la espalda al pecado y volverse a Dios. Como dijimos
anteriormente un arrepentimiento genuino abarca estos tres
aspectos.

Predicar de arrepentimiento nunca fue fácil. Menos aún en una


sociedad posmoderna como la de hoy la cual ha hecho del placer
pecaminoso un valor, un estándar de libertad. Sin embargo,
debemos mantenernos fieles al mensaje del evangelio. Sabiendo que
no estamos llamados a amoldarnos al sistema filosófico de turno.

Fe

Creer es la segunda condición para apropiarse de la buena noticia.


Creer en Jesucristo (su deidad, muerte redentora y resurrección) es

14
motivo de salvación (Jn 3: 16, 6: 47, Hch 16: 31, Ro 1: 16). Por el
contrario, descreer es motivo de condenación (Jn 3: 18; 3: 36, 8: 24).

Al respecto debemos decir que la fe no es, solamente, una


declaración verbal. Ni una actividad meramente intelectual. La fe
genuina y salvífica es una actividad que mueve la voluntad. En otras
palabras, aquel que cree en el evangelio actúa de forma diferente de
como actuaba.

Las preguntas finales

En la actualidad hay opiniones encontradas con respecto a lo que


debería seguir luego de la exposición. ¿Dirigir en una oración de
entrega al potencial creyente? ¿Dejar que haga su propia oración?
Lo cierto es que ninguna de las dos opciones va a salvarlo. La
salvación es algo que se verifica en el tiempo viendo la vida de la
persona.

Para tal caso podemos hacer dos preguntas y luego orar por la
persona. La primera pregunta puede ser: ¿Está dispuesto a
arrepentirse? Entendiendo que esto equivale a darle la espalda a
todo aquello que en su vida le desagrada a Dios.

La segunda pregunta puede ser: ¿Esta dispuesto a creer en Jesús


cómo él hijo de Dios, quien mediante su muerte lo rescató de la
condenación eterna y resucitó al tercer día? Si las respuestas son
15
afirmativas solo queda orar por la persona e invitarla a las reuniones.
De esta forma podemos observar si Dios hizo de esa persona una
nueva criatura. Si no es así tenemos la posibilidad de explicar mas
detenidamente los pasos anteriormente desarrollados y orar
intensamente por él.

Conclusión

Sin duda conocer el mensaje que vamos a pregonar es de vital


importancia para la misión de la iglesia en el mundo. Como
embajadores de Dios no podemos descuidarnos de esta tarea.
Debemos ser fieles transmisores del mensaje de salvación.
Comprendiendo que el mensaje que comuniquemos puede ser
determinante en el momento de general convertidos o falsos
convertidos. En otras palabras, el mensaje no solo trae, sino que
perfila al incipiente creyente.

También vimos que es importante desarrollar el mensaje en un


orden predeterminado, este orden tiene que ser primeramente lo
más bíblico y lógico posible. Seguir un orden nos permitirá estar en
control de la charla y evitar digresiones. Saber dónde apuntamos y
que queremos causar.

16

You might also like