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En el presente capítulo se abordará el tema del contexto social y cómo este influye en los
estudiantes de secundaria. Pero para poder entender todo, primero que nada hay que
saber qué es el contexto social.
La principal razón es que como docentes podemos crearnos una imagen más completa del
alumno; que no solo es un estudiante si no un humano, que tiene muchos problemas más
allá de la escuela, que en ocasiones tal vez no tiene para comer o para trasladarse a la
escuela, que tiene hermanos más pequeños a los que debe cuidar porque viene de una
familia disfuncional y su mamá trabaja y así se podrían describir una infinidad de
situaciones y tal vez nunca se terminarían.
Un ejemplo de este esta influencia se pudo percibir en todas las visitas realizadas a las
escuelas secundarias gracias a una pregunta que se realizó a diferentes alumnos: ¿Por qué
asistes a la escuela?
Tal vez esto no dice nada aún, por eso a continuación se desglosan poco a poco estas
respuestas:
Los adolescentes de diferentes contextos sociales tienen una percepción distinta de los
que es, “ser alguien en la vida”. Para tener una referencia, Etelvina Sandoval (1999)
en el “Seminario Internacional de Evaluación de la Calidad en la Educación Básica” nos
presenta el término: “ser alguien en la vida” y nos dice que para un adolescente significa
seguir estudiado.
Esta afirmación es muy aproximada a las respuestas que se recibieron de los alumnos, con
la diferencia de que en escuelas situadas en contextos de bajos recursos económicos la
mayoría de los alumnos, aunque desean continuar sus estudios universitarios, tienen
prioridades antes; como trabajar para ayudar a sostener a su familia, por lo que no tienen
la certeza de lo que desean ser; en cambio, en los contextos sociales de un nivel
económico más alto, los alumnos ya tienen una idea fija y una meta establecida de qué
quieren lograr de su vida.
Las relaciones de los pares en la escuela secundaria son muy notorias, ya que casi siempre
se clasifican entre ellos mismos.
En un caso muy particular, en una zona de nivel socioeconómico medio-alto, había una
chica que tenía una complexión muy delgada, tenía manchas en la cara y sus zapatos
estaban un poco desgastados; ella trataba de integrarse a un grupo de compañeras, pero
era rechazada rotundamente. Al conversar con ella comentó que su familia era de escasos
recursos, que sus papás trabajaban y como ella era la más grande de sus hermanos, tenía
la responsabilidad de cuidar de ellos y encargarse de la casa.
Las relaciones entre pares pueden darse de manera exitosa y por el contrario, no darse en
algunos casos. Esto porque en las escuelas los alumnos provienen de contextos familiares
muy diversos, sin embargo, es necesario que aprendan a socializar, es allí donde la escuela
juega un papel muy importante en el proceso.
Para que el padre de familia logre ser el impulso y el apoyo de su hijo, necesita mostrar
interés y obtener información sobre el avance de su hijo.
La pregunta se encuentra en el aire; ¿Qué tiene que ver la información que se les da a los
padres con la influencia del contexto en los alumnos? Tiene mucho que ver porque es
importante recordar que el núcleo familiar también es un contexto en el que se desarrolla
el adolescente y la presión tanto de los padres como de la sociedad es inmensa, ya que la
calificación es un detonante para ser aceptado o rechazado dentro de su círculo social.
Los contextos sociales en los que se relacionan los estudiantes de secundaria, difunden el
erróneo pensamiento de que los alumnos que no están en cuadro de honor o tienen
excelentes calificaciones no saben nada, y no servirán para nada; por lo tanto son
excluidos. La peor parte de estas situaciones, es que la sociedad tiene tanta influencia
sobre el muchacho, que lo inducen a creer que tienen razón y a pensar que serán inútiles
en todo lo que hagan.
Se puede llegar a pensar en crear un espacio ideal para favorecer el aprendizaje de un
adolescente, un lugar donde todo sea paz y tranquilidad, donde los alumnos estén
dispuestos a aprender, a convivir, esto dentro de la escuela, pero ¿fuera de ella?
Fuera de ella, se puede observar que los adolescentes buscan en dónde refugiarse, en
dónde desahogarse o simplemente en dónde pasar el tiempo.
Es triste darse cuenta de la poca preocupación que hay por lo que pasa con los jóvenes,
por lo que se les está ofreciendo delante de nosotros.
Si todo esto no ocasionara nada en ellos, está bien el que no nos preocupemos, pero
desafortunadamente no es así. Todo lo anterior afecta en todo sentido al adolescente,
como persona y como estudiante.
Como persona: El adolescente puede cambiar radicalmente su actitud hacia los que
lo rodean, ya que las sustancias mencionadas anteriormente ocasionan un
descontrol en su sistema nervioso provocando dichos comportamientos.
Como estudiante: El alumno puede perder el interés en sus estudios y por si fuera
poco se corre el riesgo de que estos jóvenes arrastren a otros compañeros por un
camino no adecuado.
Por lo tanto, pudiéramos pensar en crear un contexto ideal o modificar los ya existentes
para favorecer a los adolescentes:
Pero sería realmente difícil, no podemos prohibir ese tipo de comercios ni podemos evitar
que haya este tipo de personas, pero sí podemos brindarle información sobre lo que
puede llegar a pasar si caen en estas situaciones y crear actividades recreativas donde
pueda divertirse y pasar momentos agradables que les permitan percatarse de que
también se puede estar en “onda” siendo dedicado y responsable de sí mismo sin
necesidad de caer en vicios.
Por último se puede decir que es inevitable que los alumnos no se relacionen con su
contexto, que interactúe con personas. Por lo que hay que estar consientes de la cantidad
de factores que influyen durante el proceso de desarrollo de los adolescentes,
dependiendo estos, serán las visiones, aspiraciones y expectativas que tengan los jóvenes
de ellos mismos y de los que lo rodean.