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La tradición literaria de occidente

Las obras literarias que se crean actualmente en nuestro contexto cultural forman parte de una tradición literaria que se ha
venido desarrollando en Occidente desde hace siglos. Muchos de los temas vigentes en la producción literaria
contemporánea ya fueron abordadas en las primeras manifestaciones de la literatura occidental, cuyas fuentes provienen
fundamentalmente de Grecia y de Roma. A continuación, recorremos los principales periodos de la tradición literaria
occidental, teniendo como punto de referencia épocas históricas y movimientos literarios asociados.
Literatura Clásica: Periodo Grecorromano
Literatura griega antigua: La literatura recoge dos principales características de la visión de mundo de la época: por un
lado el politeísmo, es decir la creencia en varias divinidades; y por otro, el antropomorfismo que considera que los dioses
no solo tienen la forma de los seres humanos, sino que también comparten con ellos sus vicios y virtudes.
La literatura griega clásica se divide en tres periodos: arcaico, ático o clásico y helénico
a) Periodo arcaico:
Las primeras manifestaciones de la literatura griega se remontan a fines del segundo milenio a.c Y corresponden a
transcripciones de antiguas canciones épicas escritas en verso. La poesía épica logró su máxima expresión con dos obras
atribuidas al poeta Homero, La Iliada y la Odisea, cuyas tramas derivan de lo ocurrido antes, durante y después de la Guerra
de Troya. Teniendo como principales héroes a Aquiles y Ulises.
B) Periodo ático o clásico:
Corresponde a la época en que Atenas se convirtió en la capital cultural del mundo antiguo. Se destaca a Sófocles, y
Eurípides. El primero autor de la Orestiada es considerado fundador del género, Edipo Rey, es el tragediógrafo más
destacado. Ambos autores escribieron sus obras inspirándose en fuentes mitológicas a partir de las cuales desarrollaban sus
trilogías
Literatura Latina Clásica
Corresponde a todas las producciones literarias escritas en latín dentro del contexto histórico y sociocultural del Imperio
Romano de Occidente. Tiene como principal referente la literatura griega clásica y su influencia se extendió hasta el
Renacimiento, conservando aun la visión de mundo politeísta y antropomórfica. Cultivaron profusamente la poesía, la
retórica y la sátira.
Literatura Medieval
Abarca todas las obras escritas principalmente en Europa durante el periodo comprendido entre los siglos V y XV dc. Refleja
el pensamiento teocéntrico de la época, y por otro, recoge las tradiciones y relatos populares.
Adquirió diferentes matices dependiendo de la zona geográfica en la que se desarrolló, aunque se puede señalar que
transversalmente comparte temas como el amor sublime o divino, el amor cortesano y las historias de caballería.
En España, las obras literarias medievales fueron determinadas por dos tendencias: el mester de juglaría y el de clerecía. Se
entiende por mester de juglaría, al oficio de los juglares, que poseía un carácter popular y recogía la tradición oral. Se
entiende por mester de clerecía al oficio de personas cultas, desarrollando entre los siglos XII y XIII y orientado a difundir
el ideal de vida cristiana, se destacan a Gonzalo de Berceo autor de los milagros de nuestra señora
Literatura Renacentista
Comenzó en Italia durante el siglo XV y se extendió por el resto de Europa durante ese siglo y el siguiente. A diferencia del
periodo anterior, el Renacimiento se destaca por un vuelco hacia el ser humano- en cambio de paradigma antropocentrista-
y por una revaloración de la Antigüedad Clásica, plasmándose una visión del mundo humanista e idealista.
Dentro de los autores renacentistas italianos destacaron fundamentalmente Francesco Petrarca, autor de Cancionero, quien
perfeccionó el soneto e influyó en autores posteriores como Garcilazo y Shakespeare, y Giovanni Boccaccio creador de El
Decamerón, obra plenamente renacentista en la cual se habla de experiencias humanas y no divinas.
En Inglaterra, la producción literaria renacentista más importante se da dentro del contexto del periodo isabelino,
destacándose William Shakespeare autor de sonetos y obras como Romeo y Julieta y Hamlet.
Literatura Barroca
Se ubica entre fines del siglo XVI y fines del siglo XVII. Se caracteriza por manifestar una conciencia en crisis, producto
de una sociedad en crecimiento que experimentó diversos problemas como hambrunas, guerras y extrema pobreza. De esta
forma, se puede caracterizar a la producción artística y literaria como la representación de una realidad contradictoria y
melancólica, que provoca la sensación de una existencia efímera.
En narrativa, durante este período aparece la obra de Miguel de Cervantes El Ingenioso Hidalgo don Quijote de La Mancha,
novela que recoge diversas formas literarias que se desarrollan en esa época, como la novela de caballería o la novela
pastoril.
El Barroco tuvo una exponente en Hispanoamérica: sor Juana Inés de la Cruz, quien fue poetisa, dramaturga y ensayista.
Fuera de España el teatro Barroco francés tuvo su máximo exponente en Moliére, autor de El enfermo imaginario y el
médico a palos.
Neoclasicismo
Movimiento literario marcado por la ilustración, caracterizando por el predominio de la razón por sobre la imaginación y
por el retorno a las normas clásicas de composición, lo que significa, por ejemplo, que en teatro se retoma la regla de las
tres unidades de acción. Existe una preponderancia de la actitud racionalista y crítica, como también una intención moralista
y didáctica, lo que se refleja en el regreso de la Fábula como forma narrativa, a través de dos autores: Félix María Samaniego
y Tomás de Iriarte, quienes actualizaron fábulas del griego Esopo. También en la línea moralizante, la obra dramática El sí
de las niñas de Leandro Fernández de Moratín.
Romanticismo
Se difundió por Europa durante la primera mitad del siglo XIX como un movimiento cultural en oposición a la ideología
ilustrada. Propone una apreciación subjetiva de la realidad, en la que se exalta el sentimiento por sobre la razón. Existe una
sensación de desencanto frente a la realidad, ante la cual el artista se rebela y se evade. Además, se libera de las reglas,
cánones y preceptos que restringen la creación artística. Otras características de este movimiento son una fuerte tendencia
nacionalista que resalta lo propio y particular de cada país, como también una evocación al pasado, principalmente el
medieval.
El primer antecedente del Romanticismo es el movimiento alemán llamado Sturm und Drang, siendo uno de sus
representantes el escritor Johann Goethe, autor de Fausto y Cartas al joven Werther.
En narrativa, tienen especial relevante las obras de los ingleses Sir Walter Scott, autor de Ivanhoe y Mary Shelley, creadora
de Frankenstein; y los artículos de costumbres, ligados al periodismo, del español Mariano José de Larra
Realismo
Movimiento literario de mediados del siglo XIX que exalta la realidad circundante, haciéndose testigo de los problemas
sociales de la época. Posee un marcado sentido de verosimilitud que se manifiesta a través de una detallada descripción de
los entornos. Se destacan en este periodo a los siguientes escritores: Gustave Flaubert, autor de Madame Bovary; León
Tolstoi, con Ana Karenina; Dostoyevski, con crimen y castigo, y Benito Pérez Galdós con Marianela. En Chile destaca
Alberto Blest Gana, autor de Martin Rivas.
Naturalismo
Corriente literaria que se basa en el positivismo. Presenta una visión cruda de la realidad. La principal forma literaria en
este periodo es la novela experimental cuyo exponente fue Emile Zolá, autor de La Tierra. En Chile su representante es
Baldomero Lillo, autor de Sub Terra.

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