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CIENCIA
TECNICA
Y CAPITAL
[D]H.BLUME
[QJ EDICIONES
Rosario, 17 - Madrid-5
Traducción: María Teresa Martfuez
Miguel Pellicer
Portada: Roberto Turégano
V
PRESENTACION
•
Los antiguos revisionistas de la 11 Internacional tomaban con frecuencia como
pretexto "los datos recientes del desarrollo económico" para confundir a fas masas
y vaciar al marxismo de todo contenido revolucionario, al tiempo que enarbolaban
la bandera del marxismo.
(1) "un modelo del comunismo y una interpretación del marxismo que no acep~en
la revolución científico-técnica como su elemento constitutivo esencial y continúen
a reducir el proceso revolucionario a cuestiones de poder, cambio en las formas de
propiedad y transformaciones en la ideología ( ... ) perpetúan de hecho las formas
sociales heredadas de la revolución industrial y de las luchas de clases y son
incapaces de orientar la sociedad en condiciones nuevas( ... ). Los inicios de la teoría
de la revolución científico-técnica en la línea del XX Congreso y en particular en
el programa del P.C.U.S. representan el descubrimiento teórico y el desarrollo
positivo más importante de la teoría marxista desde la época de Lenin". {Radovan
Richta y colectivo: El hombre ante la sociedad científico-técnica. Resumen
publicado en ruso, inglés y francés, pág.' 7 de la trad. francesa. Sociologicky
casopis, n°2, Praga, 1966.) · ·
VII
Como telón de fondo de estos dos ensayos críticos se refleja la problemática
común a dos sociedades de transición al socialismo. Mientras que para Richta, las
contradicciones existentes en la sociedad checoslovaca -contradicciones que
culminaron en la agresión por parte de los nuevos zares del Kremlin- no son sino
"secuelas de la etapa industrial" que serán solucionadas ... por la "revolución
científico-técnica", para los chinos las contradicciones existentes en su país, o en
cualquier otro, no son sino el reflejo de la lucha de clases, verdadero y permanente
motor de la historia.
Con todo lo anterior, no parece lógico pensar que este propio desarrollo de
fuerzas productivas impuesto por la dominación política del capital, vaya por sí
mismo a hacerla desaparecer, a anularla a partir de un cierto momento.
VIII
No se trata de negar el carácter determinante "en última instancia" de las
fuerzas productivas, sino ~e afirmar que los cambios en esta esfera no pueden hacer
variar cualitativamente la estructura de las relaciones de produceión capitalistas y
que este cambio cualitativo sólo se puede resolver en el terreno de la lucha de clases,
mediante la toma del poder político por el proletariado. Sólo entonces se está en
condiciones de acometer la revolucionarización de las relaciones de producción
heredadas de la vieja sociedad y hacer que el modelo de desarrollo de las fuerzas
productivas sirva a los intereses del proletariado.
JOAN SENENT-JOSA
X
INTJR.ODUCCION
Primer Ensayo
CAPITAL, TECNICA Y CIENCIA
XI
4.2. Segunda proposición: el proceso de producción y circulación de los
conocimientos científico-técnicos debe ser relacionado con el de valori-
zación del capital . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
XII
3 .1. Selección de las herramientas existentes y promulgación de reglas
para la concepción de n¡,¡evas herramientas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97
3.2. Unifonnización y standarización de la herramienta y del producto . . . 102
3.3. Taylorismo y maquinismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106
XIII
6.2. El desarrollo de la producción en masa en los años 1945-65 y las
"dificultades" de la acumulación de capital . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 143
6.3. La "crisis" de los años 1965 y siguientes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 144
Segundo Ensayo
FABRICAS Y UNIVERSIDADES DE FABRICA EN CHINA
DESPUES DE LA REVOLUCION CULTURAL
Advertencia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 155
XIV
3. Los grupos de "triple unión" para la innovación técnica . . . . . . . . . . . 190
Conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 195
Una nueva relación entre l¡¡. fomzación técnica y la organización del trabajo
industrial . . • . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 195
XV
INTRODUCCION
EL MOMENTO ACTUAL DE LA CRITICA DEL
DESARROLLO CIENTIFICO-TECNICO
4
Simultáneamente se refuerza el interrogante, no sólo sobre la utilización
social, sino también sobre,, la explotación ideológica, en sentido amplio, de las
teorías científicas y de los científicos mismos en debates cuyo contenido po/{tico es
manifiesto. Tal es el caso del viejo debate sobre el materialismo que resurge, como
una serpiente de mar, con cada descubrimiento científico de alguna importancia.
Este resurgimiento y este nuevo planteamiento, así como la reflexión del
larguísimo período que ha tenido que transcurrir hasta su formulación, es para
nosotros incomprensible sin recurrir a un resumen -aunque sea breve y esquemáti-
co- de las críticas formuladas desde el marxismo.
Desde Marx, y hasta una época reciente, se ha mantenido, sobre todo
partiendo de la crítica de la economía política la estrecha relación entre capital,
maquinismo y división del trabajo (la eterna 4.ª sección del Libro 1 cien veces
reproducida, debidamente reducida a sus "páginas esenciales"). Es decir, resumien-
do, que se ha retenido sobre todo las tesis llamadas del "trabajador alienado" por la
ciencia y la técnica.
Sobre la ciencia propiamente dicha -a pesar de los desarrollos que irnpregman
toda su obra, a pesar de Materialismo y Epiriocriticismo de Lenin- poca cosa.
Prácticamente nada. Hasta lo que Althusser y algunos otros han mostrado -desde el
lado de la filosofía- sólo lo que Marx contenía ya de una teoría materialista de la
producción de conocirnientos 4 • Este silencio del pensamiento marxista no se
explica sino en función de dos acontecimientos que han tenido lugar en el
marxismo.
l. El primero afecta a las formas y condiciones en las que después de Lenin,
se ha efectuado la continuación de la crítica.
El lissenkismo, las lamentables tesis sobre el carácter burgués de la genética
mendeliana o de la teoría de los quantas -que constituyen la segunda etapa de la
crítica- son capaces de explicar la prudencia, léase silencio, en la que la crítica
marxista se ha encerrado. "Ciencia burguesa/ciencia proletaria: alta bandera
ondeando en el vacío" dice Althusser en tono autocrítico. El problema es que, al
arriar.la bandera, solo se ha dejado el vacío.
Sin embargo, el lissenkismo citado no es, a nuestro entender, capaz por sí solo
de explicar el vacío de la crítica marxista; Incluso suponiendo que el razonamiento
sobre la ciencia se haya hecho imposible, hay que explicar todavía el silencio.sobre la
tecnica, crítica que, más próxima al "proceso real" de producción, habría debido
desarrollarse con anterioridad_ Nos parece que la razón .de este silencio hay que
buscarla en los principios y la política llevada a cabo en la Uni6n Soviética para la
4. Para una exposición detallada de este punto, ver S. Karsz, Théorie et Politique: Louis
Althusser, Fayard, 1974.
5
edificación del socialismo, sobre todo durante el período llamado estaliniano.
2. La construcción del socialismo por etapas: en primer lugar las bases
materiales, a continuación las "superestructuras", contenía en gérmen la idea de un
núcleo compacto, racional, de la industrialización (sea socialista o capitalista). Este
nucleo compacto es el formado por un complejo coherente de máquinas y de
técnicas de producción del que no se concebía que pudiera revestir formas
diferentes. En un terreno teórico como éste, la idea de poner en cuestión la
"neutralidad" de la técnica tenía, como es fácil comprender, muy pocas
oportunidades de desarrollarse 5 •
Si, pese a todo, puede adivinarse el perfil de un tercer movimiento se debe, a
nuestro entender, a que la Revolución Cultural China, y el debate teórico que ha
suscitado, permite, evitando las trampas del lyssenkismo, retomar, desplazándolas,
las posiciones de partida de la crítica y también por tanto, su objeto:
-Nunca más la catastrófica disyuntiva ciencia burguesa/ciencia proletaria,
sino dos problemas radicalmente diferentes y planteados en otro terreno:
• Elaborar una crítica del desarrollo científico que se proponga abordar cómo
las ciencias se crean sólo en lucha con formaciones discursivas en las que la
ideología tiene un lugar importante.
• Frente a una lógica capitalista de acumulación de capital que imprime
características específicas al proceso de producción de conocimientos científicos y
técnicos, poner en marcha una vía diferente -es decir un proceso diferente-
basado, no en la división de trabajo y la especialización cada vez más acusada de
técnicas altamente cualificadas, sino en la iniciativa de los trabajadores directos y su
colaboración con técnicos y expertos en el trabajo de concepción y experimenta-
ción científica. Esto es, en una estrategia de lucha por abolir la separación entre
trabajo manual y trabajo intelectual.
· - Finalmente, cuestionar no solo la utilización capitalista de la técnica, sino
mostrar que la técnica en su materialidad misma (como herramientas y máquinas)
lleva la impronta de las relaciones sociales. en y bajo las cuales ha sido concebida.'
Un nuevo campo se abre así a la critica 6 • Es el que, en nuestra opinión,
caracteriza las modalidades actuales del cuestionamiento de la ciencia y la técnica.
Se ve, pues, que, si el tema de una interrogación crítica sobre la ciencia y la técnica
no es nuevo, las cuestiones planteadas y sobre todo la base en la que y desde la que
se plantean, han sido singularmente tranformadas.
5. Queda por precisar -aquí es imposible hacerlo- qué tipos de articulaciones pueden
establecerse entre el lissenkisrrio, tal y como se ha desarrollado, y la práctica de la construcción
de las "bases materiales del socialismo."
6
Pero, sin duda, las cosas no son sencillas. Y esta situación, que es la de
comienzos de los años 70, se ha transformado ya claramente. Es evidente que este
esfuerzo de crítica del desarrollo científico y técnico, llevado a partir de posiciones
que, para simplificar, calificaremos de "materialistas", está ya recubierto por una
contracorriente que se alimenta en las fuentes más seguras del oscurantismo, que se
lee en la prensa, la diaria y la otra, llamada especializada. No es otra cosa que el
Retorno de los Brujos, o de los horóscopos. hechos con ordenadores ... en los
Campos Elíseos. •
Hay razones para esto. Y sólidas. No es casual que algunos de los más
prestigiosos físicos modernos hayan podido -monetizando su Nobel- llegar a
consejeros (muy) especializados del Pentágono. Artífices o cómplices activos de la
defoliación y del genocidio "científico" de un pueblo de campesinos. Sin llegar
hasta estos ejemplos extremos -pero ¿lo son realmente? - hay que admitir, nos
guste o no, que toda nuestra vida cotidiana está "cientifizada" decidida fuera de
nosotros. Esto no es cierto solamente para el obrero -de la industria química por
ejemplo- que se encuentra a los 30 años con las manos y los ojos abrasados por la
manipulación constante de mezclas de las que ignora todo; comienza a serlo para
cada uno de nosotros.
De aquí nacen nuestros consumidores de alimentos macrobióticos y, en el
seno de los países más "desarrollados", la huida a esos paraísos ecológico-naturales
que han llegado a ser Ardéche o Lozére, tierras de pobreza y de éxodo, promovidas
ahora al rango de nuevas Américas. Movimientos de defensa y que, ~i7rtamente,
manifiestan a su manera un rechazo. Pero con ellos y en tomo a ellos se organiza la
desconfianza. Desconfanza que rec]laza todos los argumentos. Que yerra más de
una vez el blanco de sus iras. Que alimenta por- tanto -sin quererlo- la vuelta a
cierto irracionalismo que sí sabe muy bien adonde va. Y que siempre aparece
mezclando con las fuerzas políticas y económicas más retrógradas que están en el
origen mismo de las "barbaridades" que aquellos rechazan.
Tanto es así que L 'Humanité ha decidido tener en 197 4 su última "fiesta"
bajo el signo de la Ciencia misma y de su defensa. Dotada de un stand permanente,
no era el menor de los espectáculos ofrecidos a la contemplación de los obreros
llegados de los cuatro rincones de Francia. Lo más triste del asunto es que esta vez
6. No carece de interés señalar que, al menos sobre dos de las cuestiones planteadas por la
GRCP, Occidente tiene pendientes problemas análogos. Con ocasión de los debates sobre
recomposición de las tareas indu~i:riales, vemos afumar:
- por una parte (plan Scalom U.S. "Democracia industrial en Noruega") la importancia de la
asociación de los trabajadores directos con los técnicos e investigadores científicos en el
trabajo de concepción de nuevos bienes de equipo;
- por otra parte (teoría de la unidad de producción como "sistema socio-técnico") la idea del
carácter "flexible" de la tecnología, que debe ser concebida de forma diferente para permitir
la ejecución de un trabajo no tan parcializado, sino recompuesto.
7
el espectáculo se daba en nombre del comunismo.
Se habrá comprendido adonde queríamos llegar. Si en las sociedades
capitalistas desarrolladas, la crítica de las formas y modalidades que reviste la
aplicacióntecnológica de la ciencia debe proseguir, no debe ya efectuarse desde
cualquier punto de vista.
· Por nuestra parte creemos que hay otras, y mejores, cosas que hacer que
-ante -1a contracorriente señalada- dedicarse a una defensa pura y simple de la
Ciencia y de los científicos. Hay que decidirse, ¡el siglo XIX ha muerto! Y el
campo abierto por la "crisis" del ámbito científico y por el cuestionamiento de una
forma determinada de separación entre el trabajo manual y el trabajo intelectual, no
debe ser abandonado. Demasiados cambios -y de importancia primordial-
dependen de ello.
Si bien este libro se inscribe en un movimiento de reflexión de cierta
envergadura -y del que es preciso fijar los contornos-, se propone objetivos
limitados y bien determinados. Partiendo de la economía política, tiene por objeto
central los cambios tecnológicos habidos, desde la Segunda Guerra Mundial, en la
producción de mercancías. Aún más, este trabajo querría ser una aportación, en el
sentido de que se dedica más a plantear problemas, a cuestionar la llamada
"revolución científico-técnica", que a aportar respuestas definitivas, cerradas en
ellas mismas.
Precisando más todavía, lo que nos proponemos analizar, es la noción de
técnica y de "progreso" técnico. Quién la produce, cuáles son las condiciones de su
incorporación a la producción de mercancías, qué modificaciones reales -más allá
de las verbales de las que estamos saturados- introduce en el proceso de trabajo y
en las condiciones' de funcionamiento del modo capitalista de producción.
Resumiendo, este libro intenta analizar la técnica y la ciencia como un proceso
ligado al proceso de valorización del capital. Para lograr ésto, las actividades de
investigación y concepción son enfocadas a partir del lugar qye: ocupan en la
división del trabajo. Hay que precisar que esto significa que, la técnica, más que la
ciencia, será el objeto de este ensayo. De aquí el título "Capital, técnica y ciencia".
La "ciencia" no será tratada sino en la "forma" en que interviene en la producción
de mercancías: como aplicación tecnológica.
La tesis central de este libro es que la técnica, particularmente de producción,
lleva la Impronta y la marca de las relaciones (capitalistas) de producción en las
que y bajo las que ha sido concebida. Que, en este sentido, no es "neutra". Esta
tesis conduce a una serie de consecuencias teóricas y prácticas que son enunciadas y
examinadas.
8
El primer ensayo que compone este libro: "Capital, técnica y ciencia" consta
de tres capítulos.
•
El primero está consagrado al análisis de las principales tesis relativas a la
revolución científico-técnica y a su crítica. Este trabajo constituye para nosotros
uná-especie de punto de partida. Es válido, sobre todo, en tanto que nos permitirá
-como "ejemplo negativo" podríamos decir- obtener los medios para proseguir
nuestra investigación sobre otras bases, diferentes de las que predominan en
prácticamente todos los estudios dedicados al análisis de las modificaciones
introducidas por las modernas técnicas en la producción de mercancías.
El segundo capítulo intenta examinar las actividades de investigación y
concepción desde el punto de vista del lugar que ocupan en la división capitalista
del trabajo. Se dedica a localizar quién produce los conocimientos científicos y
técnicos y en qué condiciones, formulando la hipótesis de que esta investigación
puede permitir que estas actividades aparezcan bajo un nuevo aspecto.
El tercer capítulo se dedica a enunciar ciertas condiciones que, en el curso de
su valorización, pone el capital a la incorporación de las técnicas "disponibles".
9
PRIMER ENSAYO
l. Lo esencial de la RCT
4. Historia que, con Max Weber, señalémoslo ya desde ahora, se confunde con la de la
utilización del concepto de racionalidad de que Richta hace uso.
15
princ1p10 único: el princ1pzo mecamco: "La máquina herramienta que ha
descompuesto y asumido las operaciones de la mano del hombre, la máquina motriz
que libera aI hombre del arrastie, la transmisión mecánica; he aquí lo esencial de los
elementos y etapas del nacimiento del principio mecánico" (pág. 25/3 subrayado
por el autor R.R.).
c. En cuanto al "factor humano" -puesto qÚe: .Richta adopta como método
separar el análisis de los elementos humanos y siicfales- lo ql!e le caracteriza
en la RI es que el hombre "es el fundamento principal directo de la produt'Ción",
pero solamente en la medida en que "sirve a las máquinas", que le han desposeido
de toda inteligencia "creadora". El trabajo está alienado.
Esta es, a grandes rasgos, la época que hasta ahora hemos vivido. Aunque
subsisten rasgos profundos y algunos elementos de este "modelo", estamos
entrando en una nueva época, la de la RCT, de la que también podemos destacar los
principales rasgos.
1.1.2. La RCT, principio automático y liberación del factor humano
Con la RCT -se ha dicho- se instaura nada menos que una "estructura y una
dinámica nuevas de las fuerzas productivas·de la vida del hombre" (pág. 27 /4).
"Estructura y dinámica nuevas de las fuerzas productivas": ¿De qué se trata?
a. En cuanto a su "base técnica" puede decirse que Richta es perfectamente
claro:
16
medio y del objeto de trabajo, así como de la relación existente entre medio y
objeto 7 • Esta es la "interacción" que, según Richta, realiza una nueva "síntesÍs".
Por lo que respe<l'l:a a la "gran producción industrial en masa'', base
fundamental de la RI, parece claro 8 que se transforma simplemente en "gran
producción automática en masa".
b. Planteado esto, resulta evidente que, al igual que el principio mecánico ha
caracterizado todo el período de la RI, a partir de ahora el que destaca y asegura su
supremacía es "el principio automático".
17
- Por parte de las fuentes de energía, la revolución no es menor puesto que
"la explotación de la energía nuclear parece ofrecer recursos energéticos ilimitados,
liberados por la aplicación del principio automático (-una vez más, efectos
acumulados- B.C.) que aparece aquí como una necesidad técnica" (pág. 32/10).
"Parcial" o "total" (pág. 32-33/ 10-11 ),la automatización es, de ahora en adelante, la
característica de nuestra época.
c. Todo esto demuestra suficientemente el nuevo lugar y el nuevo papel del
"factor humano" en la RCT.
Mientras que en la RI el ejército de obreros se limitaba a "servir" a las líneas o
a las cadenas de máquinas, el auge del principio automático coloca al hombre "al
margen" de la producción directa. En efecto, "las consecuencias de la RI y las de fa
RCT son totalmente contrarias para el factor humano" (pág. 34/14, subrayado por
el autor R.R.). "La automatización transforma la actividad humana en una
modalidad de trabajo complejo, al margen de la producción directa y similar a la del
técnico o a la del ingeniero" (pág. 34/15). Así el hombre adquiere un "nuevo lugar
en el mundo de las fuerzas productivas" y, por consiguiente, "un nuevo lugar en
general" (pág. 34/16). Mejor aún: el proceso es dialéctico dado que, por una parte,
la RCT augura "trabajo complejo" y, por otra, no puede desarrollarse plenamente
sino mediante "el desarrollo integral" del hombre y de "sus posibilidades
creadoras" (pág. 34-38/15-19).
RI RCT
Base técnica Base (técnico )-científica
GPIM producción automática en masa
Contínua transformación de los ins- Contínua transformación de los ins-
trumentos de trabajo. trumentos de trabajo, del objeto de
trabajo y de la "interacción" entre
instrumentos y objeto •.
18
forma "autónoma" toda la marcha
de la producción.
Más allá de estas tansforrnaciones, y más importante que ellas, está lo que,
para Richta, constituye el fondo de la cuestion: a la vez origen de estas
transformaciones y principio de donde proceden: el nuevo papel de la ciencia.
19
1.2.1. La ciencia como FP directa y, además, FP decisiva
20
Por estas dos razones (su "universalidad" y el hecho de que su propia
"racionalidad se imponga") le ciencia no es solamente una fuerza productiva
directa, sino también la fuerza productiva decisiva: de ahora en adelante, de ella
"~epende el crecimiento de la riqueza" ... y el renacer del hombre: "La ciencia pasa
a ser, cada vez más, la fuerza productiva central de la sociedad y prácticamente el
"factor decisivo" del desarrollo de las FP" (pág. 4344).
21
verlo claramente, ¡es totalmente nuevo! .
Planteados estos elementos, solo queda a Richta sacar de ellos las implicacio-
nes últimas, las que en el fondo le interesan (porque, en cierta manera, todo esto no
es sino un prólogo). Y lo hace muy consecuentemente.
1.3. Tesis núm. 3. Una nueJ'a racionalidad en las formas de crecimiento, las
transformaciones en las relaciones de producción
Hemos visto anteriormente (tesis núm. 2 párrafos 1 y 2) que una nueva lógica,
basada en algoritmos y ecuaciones, al asegurar su dominación, c:olocaba al hombre
"al margen" de la producción. Pero es necesario ir más lejos, y Richta afirma que lo
que sucede en el proceso de trabajo:
1) sucede a nivel de la economía social (los nuevos modelos de crecimiento)
2) provoca "profundas mutaciones" en las-relaciones de producción.
22
los nuevos modelos "intensivos": es la ciencia y su aplicación tecnológica, el "saber
acumulado" y "socializado". Veamos ahora, para terminar con la exposición de las
"tesis", la última implicación. ·
14
1.3.2. El cambio en las relaciones de producción
Como se sabe, las relaciofies de producción son, ante todo y sobre todo,
relaciones de clase' 5 • Aunque Richta no da una definición precisa de ellas, no
puede por menos que saberlo muy bien. Como veremos, también las relaciones de
clase sufrirán una transformación. Como consecuencia de este silogismo:
23
productivas, así como de sus aspectos sociales y humanos(! )" (pag. 83/87). Desde
ahora, ya no se trata sino del "desarrollo integral del hombre" en un mundo en que
la división del trabajo "sintetizada" por la automatización, reconcilia el trabajo
manuel e intelectual.
Resumiendo, vemos pues que las relaciones de clase quedan, así, "diluidas"
por la RCT: ha llegado la época de los "nuevos centros de gravedad". Señalemos
igualmente que estamos tratando lo que calificaremos de "versión maximalista" de
los efectos de la RCT. La versión más corriente, y dominante, en las tesis relativas al
capitalismo monopolista de Estado "es la de que, en el "momento actual" (la
Francia de 1974) se caracteriza por "los comienzos de la RCT en una sociedad que
es, todavía (nótese, ¡todavía!), una sociedad clasista 16 ·•
. Hagamos algunas consideraciones sobre estas tesis, porque, con esta formu-
lación - "francesa" - más "ajustada", la RCT tiene todavía mayor vigencia.
'16. en Lenin y la práctica científica, coloquio del CERM, Introducción. Ed. Sociales.
17. Una breve llamada es, sin embargo, necesaria. La noción _de capitalismo monopolista de
Estado (CME) fue elaborada por economistas de la revista Economie et Politique en los años
1960, y constituye hoy todavía la referencia fundamental del partido comunista francés para
analizar el capitalismo contemporáneo. Desde el punto de vista teórico, según sus autores, el
CME es una "etapa totalmente nueva" del capitalismo en su época imperialista. (En Francia, se
considera que adquiere sus rasgos esenciales con el gaullismo). Lo que caracteriza esta "fase" es,
siempre según los mismos autores, un "dominio" global y general de los monopolios sobre el
conjunto de la vida económica y el hecho de que el Estado está puesto al servicio de los
monopolios, pasa a ser un simple instrumento suyo. Gracias, ante todo, a los técnicos de
planificación. Esta fase totalmente nueva imprime un grado acelerado a las contradicciones
inherentes al capital y prepara inmediatamente, por lo que se refiere a "sus bases materiales", la
instauración del socialismo (después de un período intermedio llamado hoy de "democracia
avanzada" tras haber sido llamado en las primeras versiones del CME "democracia verdadera" y
luego "democracia auténtica"). Esto, en la medida en que la interpenetración del Estado y los
monopolios (de aquí la expresión de capitalismo monopolista de Estado) ha llevado a una
socialización de las fuerzas productivas tal que hace urgente la recuperación del aparato
productivo por las fuerzas democráticas. Solo estas pueden "hacerlo marchar" eficazmente y en
beneficio de todos, y no solo de los "monopolios". Desde el punto de vista político el punto
principal es que el dominio de los monopolios es tal que todas las demás capas y clases sufren la
dominación. En las condiciones del CME conviene, pues, poner a punto un "programa
antimonopolista" en base al cual se alíen todas las capas no monopolistas. En como si la
contradicción principal pasase a ser entre "monopolistas" y "no mónopolistas". Prácticamente
la alianza con los técnicos, ingenieros y cuadros está "justificada" por este análisis que sirve
también de fundamento al "programa común" de la izquierda. Se comprende pues que, en tal
cuerpo de tesis la noción de RCT ocupa un lugar importante.
24
que ocupa en él la RCT. Es perfectamente posible, sin embargo, indicar cómo
"funciona" la RCT en el análisis del CME. Por cómo "funciona" la RCT hay que
entender el papel que juega y qué "función" cumple la mención de la RCT en los
análisis del CME. En este punto, puede decirse que la RCT goza de una doble
"presencia":
-Por una parte, es uno de los elementos que sirve para basar la existencia del
CME, como fase inmediatamente anterior al "socialismo". El aspecto central Jo
constituye el hecho de que, el desarrollo cientítico-técnico, ha "socializado" las
fuerzas productivas y el trabajo social. De aquí el tema, común entre los estudiosos
del CME, del "trabajador colectivo productivo", colectivamente víctima de los
"monopolios". Por esto, el CME -sobre su base técnico-científica totalmente
nueva- ha creado, desde hace tiempo las "bases materiales" del socialismo. Como
en Richta, esta tesis presupone una "neutralidad" del desarrollo científico-técnico
en lo que respecta a las relaciones capitalistas de producción. Todo se concibe como
si únicamente las "aplicaciones" de la RCT se hicieran bajo el control y Ja
dominación del capital (señalemos, por otra parte, que los autores hablan de
"monopolios" y no de capital). Todo se concibe como si el tipo de desarrollo
científico-técnico (es decir, también su ritmo, su naturaleza, así como su desigual
desarrollo en las diferentes ramas de Ja economía social) exigido y puesto en
práctica por el proceso de acumulación del capital no imprimiese a estas técnicas
caracteres específicos y no pudiese afectar sino a su "mala" utilización.
-Pero, por otra parte, si la RCT está presente y contribuye a fomentar el paso
a una época "totalmente nueva" del capitalismo, no aparece sino como imagen
deformada de sí misma. La deformación es doble:
" en la medida en que la RCT es "desviada" en el CME y sus resultados son
"mal utilizados", o sea utilizados contra los trabajadores;
tt en la medida en que se encuentra "bloqueada", frenada por el capital
monopolista.
Esta tesis puede dar lugar a formulaciones extremas. Por ejemplo:
Todo Richta está contenido en esta tesis: la automatización de por sí ("en si")
es una técnica revolucionaria; y el capitalismo -que ha producido esta técnica, no
lo olvidemos- no puede servirse de ella sino ¡"momentáneamente"! . Pero
tranquilicémonos, el Espíritu vigila ya que los autores prosiguen:
25
"Pero la contradicción subsiste y el peligro se hace mayor a causa de la
dominación del capital" (ibid., pag. 138).
Esta pequeña tesis, elegida a título ilustrativo, muestra hasta qué excesos
puede llevar el economicismo. En una variante "distinguida", los dos sentidos de la
RCT en el capitalismo, se hacen eco recíprocamente: se obtiene, entonces, una tesis
según la cual los "monopolios traen" el progreso técnico del que, simultáneamente,
"frenan" el desarrollo y la aplicación.
Puede afirmarse que, de la misma manera que algunos -según Santo Tomás
de Aquino- abogaban por un suplemento del alma, los estudiosos del CME
aparecen como a la búsqueda de un suplemento de las fuerzas productivas. Más allá
de lo que aquí se presenta como un juego del espíritu, es evidente que lo que está
en juego, en esta noción de la RCT y de su comportamiento en el modo de
producción capitalista (MPC), es una serie de importantes problemas teóricos
centrados en torno a la contradicción fuerzas productivas/relaciones de producción;
y que (con algunas diferencias secundarias) los autores del CME se colocan del
mismo lado que Richta en lo que concierne al análisis e importancia del desarrollo
científico-técnico en el capitalismo contemporáneo.
Esta doble "presencia" de la RCT: presencia "positiva" aunque "deformada"
tiene en común con la RCT, tal y como la plantea Richta,:
• justificar desde el punto de vista de su base material, la aparición de una fase
"totalmente nueva" del capitalismo: el CME
• mantener la mayor de las ambigüedades sobre la naturaleza y la importancia
de esta nueva base técnico-científica: la única indicadón crítica consiste en afirmar
que los resultados de Ja ciencia y de Ja técnica son "mal utilizados" porque lo son al
"servicio de los monopolios". En cuanto a la ciencia misma, es mantenida -en su
espléndido aparato- lejos del fragor del proceso de producción de mercancías. El
concepto de "ciencia", tal y como nos ha sido legado por el siglo _y la filosofía de
las Luces, no es en ningún momento cuestionado desde el punto de vista materialista,
"descompuesto" para examinar cómo "funciona" desde el punto de vista de la
división capitalista del trabajo y sobre qué se articula la práctica productora de
conocimientos científico-técnicos en el modo de producción capitalista.
Esto dispensa a los autores del CME (al igual que Richta se siente dispensado)
de interrogarse sobre la naturaleza de la socialización de las fuerzas productivas a la
que la ciencia parece proceder. Y si, esa socialización revistiese caracteres ...
específicamente capitalistas ¿qué sucedería con las "bases materiales" en nombre
de las que se ha construido todo el edificio? ¿cuáles serían las implicaciones a sacar
desde el punto de vista político (en términos de alianza de clases por ejemplo?).
Tendremos ocasión de volver ampliamente sobre todos estos puntos. Para
26
nuestro propósito, era suficiente mostrar que son las tesis de Richta (bajo formas
diferentes) las que "funcionan" en el análisis del CME y, por consiguiente, que, a
través de Richta y su crítica, son también rebatidas tesis actuales Y. muy
"francesas".
Habiendo ya .expuesto las tesis relativas a la RCT, nos queda acometer su
crítica. Se podría intentar un reexamen detallado de cada tesis, para destacar Jos
puntos principales a someter a discusión y, a partir de aquí, empezar la crítica. No
es este el método que adoptare~os. La razón es que, básicamente, todo el edificio
de la RCT se sostiene sobre dos o tres puntos que juegan el papel de puntos nodales
para el conjunto de la construcción:
27
2. En las '.fuentes de Richta: algunos textos teóricos de Marx. Una crítica de
del concepto de RCT
lucha de clases o de su abolición sino defensa de los derechos del hombre, de la libertad, de la
justicia, léase de la liberación y del florecimiento de la "personalidad" sin más, o "integral".
- El economicismo sigue siendo economicismo por ejemplo en su exaltación de las fuerzas
productivas, de su socialización (¿cuál?), de la "revolución científico-técnica", de la
a
"productividad" .... " etc. (Réponse John Lewis, p. 83).
"Desarrollo integral de la personalidad", exaltación de las fuerzas productivas, RCT, estamos sin
duda ante las categorías centrales de Richta. Althusser prosigue:
"Pero entonces, ¿se puede comparar? Si. Y descubrir lo que antes y después permite identificar
el binomio ideológico economicismo/humanismo y sus prácticas: el escamotear las relaciones de
producción y la lucha de clases (subrayado por el autor L.A.).
Se notará que este escamoteo de las relaciones de producción es también lo que caracteriza la
concepción de Richta del desarrollo científico-técnico y lo que le permite diagnosticar una
nueva "Revolución".
28
En tanto que se trata de un proceso por el que las materias primas son
transformadas en productos consumibles con un valor de uso, todo proceso de
trabajo se descompone en tre<S elementos simples:
Sobre esto hay que hacer dos observaciones. Una sobre el objeto de trabajo:
por· objeto de trabajo designamos las materias primas sobre· las que se. ejerce el
trabajo. Otra sobre la noción de medios de trabajo en la que hay que destacar dos
series de elementos:
• Por una parte los que están constituidos por "una cosa o conjunto de cosas
que el hombre interpone entre él y el objeto de su trabajo, como transmisores de su
acción" (ibid. pag. 181): instrumentos, herramientas, máquinas y materias
auxiliares por medio de los cuales se ejecuta el trabajo.
• Por otra '. .. en sentido amplio, todas las condiciones materiales que, sin
participar directamente en sus operaciones, son sin embargo indispensables" (ibid.
pag. 183) Marx precisa que se refiere a la tierra, en la medida en que proporciona al
trabajo "la base en la que (su actividad) puede desarrollarse" así como los "talleres,
canteras, canales, carreteras ..." etc. que, aunque fruto del trabajo anterior, forman
parte de los medios de trabajo.
En resumen, podemos decir que "el proceso de trabajo el ~s lugar
específico donde la actividad del hombre efectúa ... con ayuda de los medios de
trabajo, una modificación consciente de su objeto" (ibid., pag. 183). El proceso de
trabajo es, de esta forma, el lugar donde se lleva a cabo el "cambio de forma" de las
materias naturales que son transformadas en productos asimilables por el hombre:
es decir, en valores de uso. Con la producción de estos valores de uso" el proceso de
trabajo se extingue ... " (ibid., pag. 183).
Para terminar con las especificaciones formales del proceso de trabajo, es
necesario añadir que:
• las materias prim3· " los instrumentos constituyen las "condiciones objetivas
del trabajo"
• la capacidad vivificadora del trabajo, la fuerza de trabajo, son sus "condi-
ciones subjetivas" (Capítulo inédito pág. 124 j2 °.
Todo esto afecta a la especificación de todo proceso de trabajo, independien-
19. El Capital t. l. p. 181. Editions sociales.
20. Las referencias al Capítulo inédito hacen relación al capítulo 6 del Capital publicado por
Dangeville en Editions 10/18. Lo mencionaremos abreviadamente con C.!.
29
temente de las relaciones de producción en las que se inscribe " ... Cualquiera que
sean el nivel de desarrollo económico y el modo de producción en el que tiene
lugar".
21. "Doble aspecto" que remite al de la mercancía que, a la vez, es valor de uso y valor de
cambio.
30
conviene señalar que esta cij_stinción es pertinente únicamente a efectos puramente
ánalíticos, "formales" podríamos decir, porque:
31
de trabajo" -al igual que la combinación que Jos liga- es tranformado por el
capital, que se esfuerza por adecuarlos a sus propios fines: Ja extracción de
plusvalía, de trabajo no remunerado. Pero en primer lugar, el capital se apropia de
los procesos de trabajo tal y como los hereda de los modos de producción
precapitalistas: a esto es a lo que Marx llama sumisión formal del trabajo al capital.
Esta sumisión formal es el punto de partida de un proceso que tiende a la sumisión
real. El primero corresponde, principalmente, a la producción de plusvalía absoluta,
el segundo, principalmente, a la producción de plusvalía relativa.
a. La sumisión formal.
"El capital -dice Marx- somete (en primer lugar) un proceso de trabajo
preexistente y determinado; por ejemplo, el trabajo artesanal o la pequeña
agricultura campesina" (C.I., p. 194).
32
b. La sumisión real
Con la sumisión real estamos ante un proceso diferente. Ahora el capital se
apropia de Jos elementos del w-oceso de trabajo y Jos transforma. La sumisión real
"... se acompaña de una revolución completa que prosigue y se renueva
constantemente" (ibid., p. 218). Lo que se revoluciona es, precisamente, lo que
hereda el capital: las fuerzas productivas (herramientas, máquinas, condiciones
materiales de producción y formas de organización del trabajo), los trabajadores
mismos (cuya base trata de ampliar, incorporando a Ja producción el trabajo de las
mujeres y Jos niños o mediante Ja cualificación) así como las relaciones que los unen
con ocasión de la producción.' El proceso de trabajo así "sometido realmente", se
caracteriza por un gigantesco desarrollo del "maquinismo, del empleo consciente de
las ciencias naturales, de la mecánica y de la química, aplicados con fines
tecnológicos determinados, para favorecer todo lo que se relaciona con el trabajo
efectuado a gran escala... '" (ibid., p. 200).
Ultima precisión: de igual forma que se puede decir que la producción de
plusvalía absoluta corresponde fundamentalmente a Ja sumisión formal " ... la de
plusvalía relativa corresponde (siguiendo el mecanismo que hemos descrito) a la
sumisión real" 22 , (ibid., p. 201).
Hemos llegado a la misma cita de Richta, aquella en la que Marx habla de la
penetración de las fuerzas científicas en el proceso de trabajo. Pero la hemos
situado en su contexto. Esta "re-contextualización" per¡nite mostrar cual es Ja
legitimidad de la referencia de Richta a Marx. Mientras Marx no deja de sei\alar que
la "cientifización" no puede ser comprendida -es decir, explicada tanto en su
desarrollo como en su no-desarrollo, sus "retrasos" -sino en relación al proceso de
valorización del capital, Richta parte de ella, cuya existencia "constata", para
explicar -con ayuda de la RCT - que ya no hay ley de acumulación del capital.
Pero esto no es más que un primer paso, la primera etapa del camino que nos
proponemos seguir. Tras mostrar que los complejos automáticos de máquinas, que
han producido ciertas transformaciones en el proceso de trabajo, son producto del
proceso de valorización del capital, queda mostrar, y esto es lo esencial, que no
modifican las condiciones de funcionamiento del capital. Es decir, ante todo, que
no queda modificado ese regulador que, para la producción capitalista, es la ley del
valor. Mejor todavía, que es ella la que asigna a los complejos automáticos de
máquinas su esfera {o parte del proceso de trabajo) de aplicación.
22. Aunque, lógicamente, las dos formas de producción de plusvalía no solo se alternan sino
que, en numerosos casos, coexisten.
33
2.2. La "revolución de los complejos automáticos de máquinas.
" ... el trabajo deja de ser el elemento determinante ... queda reducido a un
papel ciertamente indispensable, pero subalterno ante la actividad científica
general, ante la aplicación tecnológica de las ciencias naturales, etc. etc."
(Grundrisse, t. 11, p. 215).
"Incluso si la maquinaria es la f arma más adecuada del valor de uso del capital
fijo, de ninguna forma se sigue de ello que su subordinación a las relaciones
sociales capitalista represente el modo de producción más adecuado y mejor
para su utilización" (ibid., p. 215).
En este texto, Marx proporciona una de las claves esenciales para interpretar
las cuestiones teóricas que subyacen en el debate sobre los complejos automáticos
de máquinas, poniendo en guardia contra una confusión: en efecto, es necesario ver
que la potencia productiva (la fuerza productiva) de un complejo automático de
máquinas no es lo que garantiza su incorporación al proceso de producción de
mercancías. Lo que Marx introduce aquí es la distinción entre (a) valor de uso de
23. Se trata de la nota 26 del capítulo 1 de La civilización en la encrucijada.
34
Ji
un medio de producción, es decir sus propiedades técnicas (como por ejemplo su
capacidad de efectuar cálculos, operaciones de control, ...etc.), y (b) las condiciones
en las que, mejorando la productivas del trabajo (vivo), contribuye a -reducir el
tiempo necesario en beneficio del trabajo adicional. Pero esto no es una cuestión
técnica, es, ante todo y sobre todo, una cuestión de relaciones sociales de
producción.
Resulta de ello que, cualquiera que sea el valor de uso de un medio de
producción determinado (su• nivel de perfección técnica, la calidad. de sus
presta~iones, medida, por ejemplo, por tests- y desde este punto de- vista naffee
duda de que el complejo automático de máquinas no sea "la forma más adecuada"),
no es lo que determina -si todo lo demás permanece invariable- su incorporación a
la producción. Esta incorporación no tendrá lugar -siempre que lo demás no varíe-
salvo que permita aumentar el tiempo de trabajo adicional. Sobre este punto, Marx
es perfectamente claro: ·
"El capital no utiliza máquinas salvo en la medida en que permiten al obrero
dedicarle una mayor parte de su tiempo ... Gracias a ellas, el tiempo necesario para
producir un objeto determinado se reduce, efectivamente, al mínimo, pero esto es
únicamente para que un máximo de trabajo valorice un máximo de objeto"
(Grundrisse, p. 217).
La contradicción es aquí la siguiente:
• Por una parte, el capital tiende a reducir al mínimo el trabajo vivo, incluso a
suprimirlo -en ciertas partes de la producción en contínuo- (piénsese en el sueño
dorado .del capital: mercancías que son producidas sin obreros, ¡y por tanto sin
salario y sin huelgas! ).
• Pero, por otra parte, "pretende medir las gigantescas fuerzas sociales, así
creadas, con el patrón del tiempo de trabajo y encerrarlas en los estrechos límites
necesarios pará el mantenimiento, en tanto que valor, del valor ya producido ... "
(Grundrisse, p. 229).
Esto sucede en tanto que[''el capital es una contradicción en proceso: por una
parte impulsa la reducción del tiempo de trabajo y, por otra, impulsa el tiempo de
trabajo como la única fuente y la única medida de la riqueza" (ibid., p. 222). 24
El capital no tiene corno finalidad la producción de valores de uso sino de
mercancías que incorporen fracciones de trabajo social que deben ser validadas 2 5
en el cambio!
Así pues, y para concluir, demos la palabra a Marx: "Todo esto muestra lo
absurtlQJ de Lauderdale cuando ve en el capital fijo (los complejos automáticos de
24. Veremos posteriormente (e{. capítulo 3, punto 6) que las crisis capitalistas del siglo XX
(en particular desde la Segunda Guerra Mundial) no se explican (en algunos de sus aspectos)
sino por la existencia de los grandes conjuntos mecanizados y automatizados que han permitido
el paso a la producción capitalista en masa.
35
máquinas de Richta) una fuente autónoma de valor, independiente del tiempo de
trabajo" (Lauderdale era un economista contemporáneo de Marx).
Marx precisa también: "Solo es fuente en la medida en que ella misma es
trabajo objetivado, y aumenta el tiempo de trabajo adicional" (ibid., p. 218).
Vemos como, poniendo las cosas en su sitio, nos lleva muy lejos de la RCT y aclara
singularmente el juego de Richta 2 6 y de las "racionalidades": los complejos
automáticos de máquinas constituyen una etapa particular del desarrollo del
maquinismo en el modo de producción capitalista, la que corresponde a la "fábrica
totalmente desarrollada". Las leyes específkas del ~apitalismo contiil.úan produ-
ciendo en ella todos sus efectos.
Esta primera "incursión" en los textos de Marx permite destacar lo que, para
simplificar, llamaremos dos errores de Richta.
2. 2.2.1. El primer error se refiere a la noción de valor de uso del capital fijo
Cuando Richta afirma que es una "unidad técnica interna la que está en la
base del desarrollo espontáneo de la producción'', o que "la aplicación de la
ciencia ... coloca al conjunto del curso de la producción sobre una base racional de
algoritmos y ecuaciones", comete el fallo contra el que Marx pone en guardia.
Hablando estrictamente, este fallo consiste en una confusión y en un desplazamien-
to.
Una cúnfusión: Richta "confunde", en efecto, la caracterización de los
CAM 2 7 desde el punto de vista de su valor de uso como medios de producción, con
su consideración como fracción constante del valor del capital adelantado, el cual
permite, en diferentes proporciones, reducir el trabajo necesario y ampliar la
duración del tiempo de trabajo adicional.
Con otras palabras, Richta supone la adecuación entre las características
técnicas de un medio de producción dado (su valor de uso), y su eficacia como
medio de producción de (y del) capital, es decir, los límites en los que puede
contribuir al aumento del tiempo de trabajo adicional y a la extracción de plusvalía.
Lo cual, como indicaba Marx, es algo completamente diferente y un problema
distinto.
Por esto, podemos afirmar que esta confusión se desdobla mediante un
desplazamiento .
.En lugar de partir de un razonamiento en términos de valor y del trabajo
social que los CAM permiten o no reducir (segun las condiciones concretas impuestas
25. En la producción para el mercado, la necesidad de que los trabajos privados sean
socialmente validados es una de las contradicciones centrales del modo de producción
capitalista, que está en el origen de la posibilidad de las crisis.
36
al proceso de valorización del capital), Richta hace del valor de uso de los medios de
producción el criterio decisivo PWª su incorporación a la producción capitalista.
Del mismo modo, llega a afirmar la dominación de una "nueva racionalidad"
mientras que el espacio mismo del que esta "racionalidad" (la "técnica" de los
CAM) puede formar parte está definido y asignado por la ley del valor. Este
desplazamiento es una de las consecuencias más características de un tipo de análisis
que "escamotea" las relaciones de producción en y bajo las cuales el maquinismo y
la aplicación tecnológica de la ciencia se producen y ponen en funcionamiento. Es
también el "precio" -entendiendo por ésto el resultado inevitable- de un análisis
en términos de "modelo". No obstante, es posible profundizar aún más y destacar
un "error" de Richta rodavía más fundamental.
37
se desarrolla con ciertos límites, que la ciencia se encuentra "ahogada", o también
"aprisionada". Incluso llega a decir (cf. tesis núm. 3), que lo que rige la "civilización
industrial" es un principio de "reproducción ampliada de capital", cuyo motor es el
proceso de valorización y autovalorización del capital. Pero en ningún momento
hace de ésto un método para el análisis de las condiciones del desarrollo de las
diferentes formas y niveles del maquinismo y de la aplicación tecnológica de la
ciencia. Su referencia a las categorías de Ja "reproducción ampliada de capital" es
una simple claúsula estilística, una especie de concesión a cierta "ortodoxia"
marxista. Está mucho más cercano de las páginas especulativas de los Grundrisse (e
incluso hace de ellas una lectura muy "particular", como hemos visto) que de los
textos acabados del Capital de los que se rodea. Sobre la IVª sección. del Capital (en
la que se concentran las indicaciones más importantes de Marx sobre la aplicación
tecnológica de la ciencia) querríamos decir ahora algo. De aquí se desprenderán, por
oposición, las limitaciones de Richta.
Sobre estas páginas de la IVª sección del Capital, podemos avanzar -a título
provisional, la cuestión será retomada posteriormente- la siguiente tesis: una
lectura, incluso rápida, de esta sección permite inmediatamente la aparición de dos
apartados, dos claves: dónde y cómo analizar el desarrollo del maquinismo y su
incorporación a la producción. El capital, dice Marx en esencia, solo recurre al
maquinismo:
38
b) Cuando, por otra parte (las dos condicione~ están íntimamente ligadas: son
dos aspectos de un mismo problema, separables para su análisis, aunque en posesión
de una misma y única lógica), la técnica (o las aplicaciones tecnológicas de la
ciencia) permite una mejor dominación del proceso de trabajo por el capital. (los
capitalistas) y asegura la sumisión del trabajador (individual o colectivo).
Con estos dos grandes apartados a los que corresponde (a) el análisis del
proceso de explotación (lectl,\l"a "económica" de la historia del maquinismo) y (b)
el análisis del proceso por el cual el capital asegura su dominación (lectura
"política" de la historia del maquinismo), con estos dos grandes apartados, pues,
-y con los conceptos que les son propios- Marx proporciona los medios
conceptuales necesarios para emprender un análisis materialista del maquinismo y de
la aplicación tecnológica de la ciencia: análisis concebido como un proceso no
cronológico, sino, si puede decirse así, "topológico" cuyas grandes etapas son la
cooperación simple, la manufactura, la gran industria y la fábrica, hasta llegar a lo
que Marx llama la fábrica "plenamente desarrollada", que se basa -añadimos
nosostros- en los complejos automáticos de máquinas.
El paso de cada una de estas "formas" a otra se define por un cierto estado de
las contradicciones entre fuerza de trabajo y capital 2 9 •
Planteado ésto, podemos volver a Richta y constatar que, razonando al
margen de cualquier relación social (no solo capitalista, sino de una sociedad en
transición) pueden construirse todos los modelos y todos los "tipos puros" del
mundo. Siempre, claro está, que no se pretenda que esos "modelos" 3 º sean un
análisis de las mutaciones que afectan al capitalismo contemporáneo, o a las
sociedades en transición hacia el socialismo.
Así pues, lo que resulta cuando menos sospechoso es su concepción global
del desarrollo científico-técnico. Podemos, así mismo, afirmar que las referencias
que hace Richta a las "limitaciones" que encuentra el desarrollo del maquinismo y
la aplicación tecnológica de la ciencia son puramente formales, vacías de contenido.
Gracias al escamoteo de las relaciones de producción que Althusser (cf. p. 38)
señala como el punto fundamental, la concepción del desarrollo científico-técnico
que prevalece en Richta oscila entre el economicismo más pedrestre ("la causa por
la que los los sistemas "sensoriales" y los "cerebros" automáticos sustituyen a los
"hombres" es que, desde el punto de vista técnico (! ), son incoparablemente
superiores") y el idealismo más puro: "la ciencia desbroza su propio camino,
independientemente.•. " (subrayado por él, Ed. du Seuil, p. 264)
29. En el subcapítulo 2, empezaremos a desarrollar esta tesis, a propósito del papel juzgado
por los ·.taylorismo en la acumulación de capital en USA a comienzos del siglo XX.
30. ¡Concebir plane~decía·ya Kant en la introducción a los Prolegómenos (debiendo servir a
la metafísica futura) es la ocupación más inútil que hay! ".
39
Su tesis sobre la incidencia de las relaciones sociales (no sólo sobre el
desarrollo científico-técnico, sino también sobre la técnica misma), es perfectamen-
te coherente con sus proposiciones. La técnica es neutra con relación a las relaciones
de producción. "Si designamos por el término técnica el conjunto de máquinas (y
nada más ... ), la base técnica aparecerá __ como inmediatamente independiente,
indiferente al sistema social y a la inversa" '(p. 45-46/30); con esto, se coloca más
atrás que las ideologías liberales, que preconizan la puesta a punto de técnicas que
permitan un trabajo "enriquecido", más "humano'', etc.
40
categorías son planteadas como "problemas" o cuestionadas. En ningún momento
son planteadas desde el punio de vista materialista, es decir, ante todo y sobre todc
desde el punto de vista de la división del trabajo y de las formas específicas que le
imprime el modo capitalista de producción y sus leyes de reproducción.
Sin duda, esta "ausencia" en el texto de Richta, no carece de significación y
de explicación. Desde el punto de vista teórico, puede obedecer a tres tipos de
causas:
1. En primer lugar, Richta no razona en términos de modo de producción, de
división del trabajo y, por tanto, de las formas específicas: impresas por
determiandas relaciones sociales (de producción). A este concepto -fundamental en
todo análisis marxista- lo sustituyen los de "revolución industrial" y "revolución
científico-técnica" como si estas dos etapas del modo de producción capitalista
estuviesen regidas por leyes diferentes, hecho que supone constantemente pero que
nunca demuestra; ¡Y con razón! Pretendiendo eludir el análisis de las condiciones
en las que funciona la relación "ciencia/industria" en el modo de producción
capitalista (o en una sociedad en transición hacia el socialismo), Richta no consigue
sino definirse un espacio puramente imaginario. Las bases desde las que trabaja
permiten todo tipo de generalizaciónes y extensiones deseadas. Pero de ello resulta, al
menos, que en su razonamiento nada dispone del mínimo de legitimidad que
confiere la explicitación del campo de validez de las proposiciones que ofrece.
2. También, y es el segundo punto, es capaz de razonar sobre la
transformación de los procesos de trabajo como si siguiesen un desarrollo
autónomo, una racionalidad que les sería propia, ''técnica" sugiere. En ningún
momento considera Richta los imperativos del proceso de valorización del capital
frente a los diferentes procesos de trabajo para intentar explicar su desigual
desarrollo.
3. Finalmente, para terminar, unas palabras sobre el "método" implícito o
explícito de La Ovilización en la encrucijada. Richta parte de cierto número de
fenómenos cuya existencia constata: "quimización, informatización, ciberniza-
ción ... " y supone su existencia y generalización a todos los sectores de la
producción social. Basándose en estos, anuncia y describe la nueva sociedad que
puede resultar de ello. A nuestro entender, en este acto de generalización, es donde
parece haber un "abuso" de método. Si Richta procede a él, es que admite
implícitamente que los procesos de trabajo menos tecnificados tienen un simple
"retardo" en relación a los procesos más desarrollados. Esto es, precisamente, lo
que el trabajo efectuado con los textos de Marx permite poner en duda. No es
casual que algunos procesos estén técnicamente desarrollados mientras otros
permanecen largo tiempo poco o muy poco desarrollados. Más aún, como veremos
detalladamente a continuación, hay una relación precisa entre el desarrollo y el
no-desarrollo de los diferentes procesos de trabajo de la economía social. Podemos,
41
incluso, afirmar que, precisamente porque algunos procesos de trabajo están
desarrollados, otros no lo están o lo están poco.
Por todas estas razones, las afirmaciones más importantes de Richta: la RCT
como nueva época dominada por el "principio automático"( tesis núm. 1), el nuevo
papel de la ciencia y sus efectos sobre la economía social (tesis núm. 2), el triunfo
de una nueva racionalidad (tesis núm. 3), no nos parece que posean ningún
fundamente serio. Más que como trabajo científico y teórico, La civilización en la
encrucijada se presente como una exposición de las posibilidades de la ciencia, y,
por esto, se califica y coloca en una tradición ya antigua de "sociología de la
ciencia". Unicamente porque, de entrada, el libro se situó en una coyuntura política,
que aseguraba el relanzamiento de un debate sobre las modalidades del crecimiento
de las economías capitalistas contemporáneas, ha tenido la repercusión que
sabemos. Esta es también la razón por la que hemos tomado sus "tesis" como punto
de partida para nuestro propio estudio.
Es necesaria una última precisión. Si bien negamos toda legitimidad al
concepto de RCT, tal como se define y utiliza en Ja mayoría de los análisis del
capitalismo contemporáneo, no tratamos de negar, por el contrario, que, desde la
Segunda Guerra Mundial, el capitalismo ha sido claramente afectado por importan-
tes mutaciones.
'Con el desarrollo de la automatización, es cierto que el sistema de Jugares y
funciones asignados a los diferentes agentes que concurren a la producción, el
número y la cualificación de los obreros requeridos, las formas de división del
trabajo, incluso la estructuración de la clase obrera en sus diferentes componentes,
las relaciones entre ella y otros asalariados .. ., todo esto, sin duda alguna, ha sido
modificado con mayor o menor intensidad (y exige, urgentemente, análisis e
investigaciones). Pero estas modificaciones se han producido en el interior de una
relación de clase basada en una forma específica de explotación que, como tal,
permanece. Esta es, con toda pre_i:;isión, nuestra diferencia fundamental con Richta
y el resto de teóricos de la RCT3 2 •
El fondo de la cuestión es que Richta y los teóricos de la sociedad
"postindustrial" se mueve contínuamente en Ja ambigüedad cuando distinguen y
oponen dos grandes períodos históricos: Ja civilización "industrial" y la abierta por
el RCT. Simplemente omiten precisar que la RI (independientemente de Jos
cambios en la base técnica de la que emerge), sobre todo y ante todo, ha
32. Podemos expresar esta diferencia de otra forma diciendo que allí donde los defensores
de la RCT describen la "cientifización" de la industria es necesario ver modificaciones en las
bases técnicas que sirven de soporte a la acumulación del capital. Los análisis del CME que, sin
embargo, sitúan la RCT en el marco de las relaciones capitalistas de producción no sacan de ello
las consecuencias necesarias sobre el carácter (específicamente capitalista) de la socialización de
las fuerzas productivas que en él se desarrollan. Solo es cuestión de "liberar" el desarrollo de las
fuerzas científicas.
42
"engendrado" nuevas relaciones de producción. Y, de hecho, tratan constantemente
de fijar la diferencia que observan entre la RCT y la RJ, no en la comparación de las
"bases" técnico-científicas que distinguen, sino en el hecho de que la RCT trae
consigo nuevas relaciones de producción. Epoca "de cambios cualitativos revolu-
cionarios", "de nueva racionalidad" y de "nuevos centros de gravedad". En este
punto es en el que no estamos de acuerdo. Si es imprescindible que la RCT sea una
revolución,. es -para nosotroSJ-- una "revoluci6n" en la técnica" (en sentido
amplio), una de las dos o tres grandes mutaciones que el capitalismo (como relación
específica de explotación) ha conocido. Esta nueva revolución "técnica", o si se
prefiere técnico-científica, está acompañada de lbs cambios que hemos indicado
más arriba.
Por otra parte, lo más importante, a nuestro entender, no es bautizar
-aunque sea con el nombre de revoluci6n- a estos cambios. Lo más urgente en
analizarlos.
El análisis global -así como el detallado- al que procede Richta, al estar
basado totalmente en esta "ambigüedad" del término "revolución" resulta de poca
utilidad. Las indicaciones proporcionadas por Marx -en la IVª sección, pero
también en el conjunto de su obra- nos parecen (y esperamos haber empezado a
demostrarlos) plantear un punto de partida más seguro y fecundo.
En cuanto al "éxito" de las tesis de la RCT, se observa un curioso consenso
entre el Este, donde sirve a la "reforma económica" y a las clases que ésta beneficia,
y el Oeste, donde acude en ayuda de los teóricos de la sociedad postindustrial, y
con ella, del "fin" de esos antagonismos arcaicos -propios de arqueólogos y
marxistas anticuados- que son los antagonismos de clase. Podemos estar seguros
que tiene todavía ante sí tiempos triunfales. Tanto más cuanto que participa en un
período de importantes cambios a los que parece impulsar. Queda por hacer el
análisis de estos "cambios" para no ir -como decía Lenin- "a remolque de los
acontecimientos". ¡Es lamentable que en este campo no estemos avanzando
demasiado .•. ! Pero estoy seguro de que Richta y sus acólitos no son de mucha
ayuda.
Dejemos a Richta con sus racionalidades y tratemos de buscar los medios para
proseguir nuestra investigación. Para hacerlo, nos proponemos retomar algunas de
las indicaciones formuladas al rebatir a Richta. Explicitándolas y sistematizándolas
en forma de cuestiones metodológicas, nos proporcionarán un punto de partida
para formular proposiciones; "positivas" esta vez, sobre el camino a seguir para
43
avanzar en el análisis. Estas indicaciones -obtenidas en el "rodeo" a través de Marx
que hemos realizado- pueden agruparse en dos conjuntos de proposiciones.
44
habla Marx viene dada, ante todo, por el examen de las formas y modalidades de la
división del trabajo. En efecto, solo éstas pueden fijar el "lugar" que las actividades
de investigación y concepcil\n ocupan en el conjunto del trabajo sociaÍ: Y, por
tanto, cómo pueden afectarlo. "Tomar partido" por el materialismo, aparece así
solidario con la necesidad de analizar la técnica y la ciencia como un proceso y
concebir éste, ante todo y sobre todo, en el marco de la división social del trabajo.
Esta es la primera proposición que nos servirá de guía en la continuación de nuestra
investigación, proposición tan "ausente" en los errores a los que conducen los
análisis (tipo "RCT") que abandonan este punto de vista, como explícita en los
textos de Marx que hemos consultado a lo largo de este primer capítulo. Pero
tratándose del modo de producción capitalista, podemos avanzar más y decir:
45
Por lo que respecta a Marx -si dejamos de lado los "textos de juventud" - ,
sólo aborda la cuestión de la "ciencia", en lo esencial, desde el punto de vista del
proceso global del capital, es decir, el punto de vista de la cr(tica de la economía
política. En este campo, como ya hemos dicho, no tiene cabida un concepto de
ciencia totalmente acabado, tal y como se hereda del Siglo de las Luces, donde se
forja como arma de la burguesía contra la ideología religiosa cristiana. Cuando la
noción de ciencia es evocada y convocada por Marx en tal o cual momento de su
desarrollo, lo es siempre en forma "fragmentada" -como "aplicación tecnológica
de la ciencia"-, es decir, en la forma en que el capital se adueña de ella en el
movimiento para su valorización. No sólo en la "forma" que el capital le imprime,
sino también en el "lugar" en el que, en el curso de su valorización, recurre a ella.
Dicho de otra forma, la "ciencia" sólo aparece en Marx bajo las formas de su
proceso, y de sus elementos, en relación con el proceso de acumulación de capital.
Esta es la razón por la que -llegamos a la resolución de la "paradoja"-, si
bien es cierto que no hay ningún capítulo dedicado a la "ciencia" en el Capital, sí
tenemos, por el contrario, en el capítulo de la plusvalía relativa (en particular en la
IVª del Capital) todos los elementos que permiten reconstruir su proceso (es decir,
el proceso de producción y circulación de los conocimientos científico-técnicos).
Extraer las implicaciones de esta "inversión" realizada por Marx y reflexionar sobre
el hecho de que sea en el capítulo de la plusvalía relativa donde es tratada la ciencia,
y no a la inversa, constituyen para nosotros aspectos metodológicos. ·
Por tanto, si este libro sólo va a dedicarse a la parte de la "ciencia"
efectivamente utilizada en la producción de mercancías; de donde hay que partir es
del proceso de acumulación de capital y no de las nuevas teorías científicas de la
física, de la biología, la química o las matemáticas, aunque hayan contribuido a
modificar ciertas modalidades del proceso de acumulación de capital. Porque del
desarrollo de las nuevas teorías científicas parciales, contrariamente a lo que
pretende Richta y muchos otros con él, nada podemos concluir y, menos todavía,
que estemos entrando en la era de las sociedades postindustriales. El descubrimiento
del ADN o la utilización masiva de la informática ¿han puesto .fin a la relación de
explotación específica del capitalismo? . Realmente resulta cómico planteado de
esta forma caricaturesca. Y sil1 embargo, es este mismo razonamiento -eso sí, más
finamente acicalado- el que sirve de base a los "teóricos" de la sociedad
"postindustrial". A lo largo de este trabajo tendremos ocasión de mostrar
ampliamente que, sólo partiendo de las exigencias y contradicciones propias del
movimiento de acumulación del capital, es posible explicar el hecho de que entre la
"masa" de conocimientos socialmente disponibles en un momento dado, sólo
algunos "subconjuntos" muy precisos de estos conocimientos son realmente
utilizados en la producción de mercancías. Veremos también, que las condiciones
de incorporación de tal o cual procedimiento técnico sobrepasan ampliamente la
simple consideración de su nivel de perfeccionamiento técnico.
46
2. LAS CONDICIONES DE
PRODUCCION DE LA TECNICA Y DE LA CIENCIA
47
una de las respuestas que el capital americano aporta para vencer la resistencia
obrera y asegurar su desarrollo. Este subcapítulo -aunque más que desarrollar
líneas de trabajo, se limita a indicarlas- posee, pues, unidad propia.
48
1969-70 sobre "Los medios dedicados por Francia a la Investigación y Desarrollo en
1968". Utilizaremos numerosas citas de este documento que resume una informa-
ción muy importante. Segú~ este informe, hay que entender por investigación
todos:
Destaquemos éste último punto: "en general, son publicados"; luego veremos
su importancia:
49
precisar que -en las modernas condiciones de división del trabajo- lo más normal,
incluso con los resultados de la investigación aplicada, es que no puedan llegar a
integrarse, tal cual, a la producción de mercancías.
Esta parte del trabajo social, que se inscribe en la ampliación de los trabajos
de investigación propiamente dichos, para hacerlos utilizables en la industria, se
denomina trabajo de "investigación-desarrollo". Así, siempre según el informe
citado, la "ID" consiste en toda:
"utilización de los resultados del trabajo de investigación para llegar a la
explotación de nuevos productos, dispositivos, sistemas y procedimientos, o
para mejorar los ya existentes. El desarrollo consiste en pasar del modelo de
laboratorio, que muestra la validez de los principios elegidos para un nuevo
procedimiento industrial, al prototipo industrial digno de ser reproducido
para la venta" 6 •
El conjunto de estas definiciones, está contenido en la introducción del
documento citado. Las formula en una presentación de las actividades de
investigación que realiza bajo los epígrafes que a continuación reproducimos, tanto
por ser característicos de este tipo de documentos, como, sobre todo, porque
proporcionan un buen punto de partida para nuestra reflexión.
7. Normalmente despreciable: formada por donaciones, etc. sobre todo del "Instituciones
privadas sin ánimo lucrativo (IPSAL).
50
Datos relativos a la localización
En el sector Empresas
_¡<;n el secto_r Público
En el sector de la Enseñanza
Otros (Instituciones privadas sin ánimo de lucro (IPSAL) etc.).
8. Por supuesto, tanto estas definiciones, como l:{lmisma tipología (Investigación básica, l.
aplicada, l. desarrollo) tienen algo de arbitrario, como, ·e-n general, toda norma de clasificación;
pero el carácter un poco inusual de esta taxonomía no es una pega por lo que se refiere a
nuestro objetivo aqUí. Podríamos haber partido de cual otra norma clasificatoria. Podrían
hacerse las mismas observaciones. Porque, como se verá, ninguna clasificación puede anular el
hecho básico -único que aquí nos interesa- de que la actividad investigadora ocupa en la
división social del trabajo un lugar muy específico.
51
precisar que -en las modernas condiciones de división del trabajo- lo más normal,
incluso con los resultados de la investigación aplicada, es que no puedan llegar a
integrarse, tal cual, a la producción de mercancías.
Esta parte del trabajo social, que se inscribe en la ampliación de los trabajos
de investigación propiamente dichos, para hacerlos utilizables en la industria, se
denomina trabajo de "investigación-desarrollo". Así, siempre según el informe
citado, la "ID" consiste en toda:
"utilización de los resultados del trabajo de investigación para llegar a la
explotación de nuevos productos, dispositivos, sistemas y procedimientos, o
para mejorar los ya existentes. El desarrollo consiste en pasar del modelo de
laboratorio, que muestra la validez de los principios elegidos para un nuevo
procedimiento industrial, al prototipo industrial digno de ser reproducido
para la venta" 6 •
El conjunto de estas definiciones, está contenido en la introducción del
documento citado. Las formula en una presentación de las actividades de
investigación que realiza bajo los epígrafes que a continuación reproducimos, tanto
por ser característicos de este tipo de documentos, como, sobre todo, porque
proporcionan un buen punto de partida para nuestra reflexión.
7. Normalmente despreciable: formada por donaciones, etc. sobre todo del "Instituciones
privadas sin ánimo lucrativo (IPSAL).
50
Datos relativos a la localización
En el sector Empresas
.~n el secto,r Público
En el sector de la Enseñanza
Otros (In'strtuciones privadas sin ánimo de lucro (IPSAL) etc.).
8. Por supuesto, tanto estas definiciones, como ll{!misma tipología (Investigación básica, l.
aplicada, l. desarrollo) tienen algo de arbitrario, como, e·n. general, toda norma de clasificación;
pero el carácter un poco inusual de esta taxonomía no es una pega por lo que se refiere a
nuestro objetivo aquí. Podríamos haber partido de cual otra norma clasificatoria. Podrían
hacerse las mismas observaciones. Porque, como se verá, ninguna clasificación puede anular el
hecho básico -único que aquí nos interesa- de que la actividad investigadora ocupa en la
división social del trabajo un lugar muy específico.
'i 1
cualificados, especializados, de los cuales la aplastante mayoría no participa en la
producción directa sino que permanece en oficinas a razonable distancia de los
obreros industriales que, sin embargo, deberán trabajar con las "innovaciones" que
les llegarán de las oficinas.
Contemplado así globalmente, el sector de la investigación, base fundamental
de la moderna innovación, se presenta como un sector de alguna forma "separado"
de los otros sectores de la economía social, dotado de su propia autonomía. El
hecho de que funcione "para" estos sectores no cambia. en nada el dato de que los
trabajadores directos, es decir, aquéllos a quienes están destinados Jos productos de
la ID, quedan excluidos de toda participación en las actividades de concepción de
las máquinas y materias primas sobre las que aplicarán su trabajo, así como de las
formas de organización y de las condiciones de ejercicio de su trabajo. Así,
determinando "quién" produce (los "especialistas" de la ID), se determina, al
mismo tiempo, quién está excluido de estas actividades de concepción: las grandes
masas de obreros, empleados y técnicos que aseguran, sin embargo, lo esencial de la
producción. Es fácil imaginar -y esta hipótesis será examinada detenidamente a
continuación- que esto no carece de consecuencias en lo que se refiere a la
naturaleza y tipo de las innovaciones concebidas y aplicadas a la producción de
mercancías. Pero antes de llegar a ésto, se plantea una cuestión previa. En su forma
más simple la suestión es ¡por qué esta exclusión? . Entendámonos: no se trata de
pretender que ciertas tareas de concepción no requieran, para ser llevadas a buen
fin, un nivel alto o muy alto de competencia técnica. No se trata de poner en duda
la necesidad de técnicos altamente cualificados. La cuestión es totalmente diferente.
Se trata de preguntarse sobre el por qué de la separación de estos técnicos respecto
a los productores directos, el por qué de la exclusión de las grandes masas de
obreros y empleados de las actividades de concepción. Porque, y este es el punto
que queremos someter a discusión, la necesidad de recurrir, para algunas tareas, a
técnicos altamente cualificados, no implica que éstos deban "confiscar" en su
exclusi".'o beneficio el trabajo de concepción. El hecho de que una capa específica
de trabajadores se apropie enteramente de la investigación -como fracción
particular del trabajo intelectual- debe ser explicado porque, aunque llegue a
aceptarse, no es evidente.
Precisemos también que, actualmente, esta cuestión no es .solamente de las
que llegan a plantearse en función de un razonamiento "teórico", sino que existen
otras formas de organización de la producción de conocimientos científico-técnicos
que combaten esta separación. Lo cual hace esta cuestión aún más legítima. Estas
nuevas formas son las surgidas en el curso de la Revolusión Cultural China 9 • Por una
de esas "casualidades" históricas - ¿realmente es una de ellas? - que aseguran el
52
triunfo de los grandes cambios sociales, este movimiento de lucha contra la
separación entre el trabajo intelectual y el trabajo manual (llevado en China, no lo
olvidemos, en condiciones socialistas) se ha desarrollado simultáneamente a que, en
• comenzado a desarrollarse nuevas formas de lucha
el Occidente capitalista, hayan
obrera atacando frontalmente la organización capitalista del trabajo. Algunos
puntos de reflexión: 1966, desencadenamiento de la Gran Revolución Cultural
Proletaria en China y huelgas en cadena en Detroit; 1968-69, "Mayo" francés y
"Otoño caliente" en Italia. Al menos en estos dos últimos países, las luchas contra
la división capitalista del trabajo no se han detenido ¡ni van a detenerse
próximamente! Sin embargo, no hay que olvidar que, en la realidad, permanece
todavía la separación casi total entre el trabajo de concepción (en particular el de
"investigación") y el trabajo de fabricación que, en el actual estado de cosas, sigue
siendo puro trabajo de ejecución. Tras haber mostrado que esta separación debe ser
planteada totalmente como una cuestión -que "no es evidente", hemos dicho-
intentaremos aportar algunos elementos de la respuesta. Lo que, como veremos, nos
traslada al examen -de las formas específicas que reviste la división del trabajo en el
modo capitalista de producción
53
manufactura, realizado bajo la autoridad del capitalista, trae consigo la progresiva
división del trabajo colectivo por el capital, quien organiza el proceso de trabajo en
su beneficio. Esta división, que se amplia y profundiza bajo el reinado de la gran
industria, va a inducir dos series de transformaciones:
o Sobre los diferentes procesos de trabajo así divididos y su nueva articulación,
en primer lugar.
o Sobre la naturaleza de las relaciones mantenidas por las diferentes clases y
capas sociales, a continuación.
En cuanto a las transformaciones de los diferentes procesos de trabajo,
consisten en que su división va a crear nuevas funciones, exigida~ por el
cumplimiento del proceso de producción. En el fondo, estas nuevas funciones son
funciones de coordinación de las diferentes fracciones del trabajo social en las que
el producto se descompone.ahora. Porque, en efecto:
"Todo trabajo común, desarrollado a gran escala, exige una dirección para
armonizar las actividades individuales. Debe cumplir las funciones generales
originadas por la diferencia existente entre el movimiento global del cuerpo
productivo y los movimientos individuales de los órganos independientes de
los que se compone. Un músico, ejecutando un solo se dirige a sí mismo, pero
una orquesta necesita un director" 11 •
De esta forma, la división del trabajo aparece como fa base sobre la que van a
desarrollarse nuevas funciones. Pero, si estas funciones son generales:
¿Cuáles son estos caracteres específicos y qué causas los determinan? Marx
responde a las dos cuestiones:
En cuanto a las causas, Marx precisa:
13 lbid.
54
Así mismo:
" ... en manos del capitalista, la dirección, no solo tiene esa función especial
que nace de la naturaleza misma del proceso cooperativo o social, sino que
también tiene, y ante todo, la/unción de explotar el trabajo social 14 •.• ".
Segundo punto: los caracteres específicos que adquieren las nuevas funciones,
existentes en "todo trabajo social común, desarrollado a gran escala", se resumen en
que, en el MPC, "la forma de esta d.irección es necesariamente despótica" 1 5 •
•
Y esto, al menos, por tres razones:
14. /bid.
15. /bid, subrayado nuestro.
16. /bid.
17. Sobre este tema hay algunas excepciones notables. Ver en particular Sidney Pollard, The
Genesis of Modern Management, Penguin Books, 1968. Para las formas recientes de resistencia
obrera ver Critique de la division du travail, recopilación de A. Gorz, Ed. du Seuil, 1974.
18. M. Foucault, Histoire de la Folie, Gallimard, 1966. Incluso si, para utilizar un lenguaje
que es el suyo, entre el juego de las "formaciones discursivas" y de las formaciones "no
discursivas", hay -en esta fantástica historia de la enfermedad que nos cuenta Foucault- un
lugar diferente, y de diferente importancia, que puede deberse al movimiento de la fuerza de
trabaio, expropiada por un lado y reprimida!¡ por otro.
55
- En segundo lugar: para dar ocupación a las grandes masas de trabajadores
no cualificados, normalmente recién expropiados del campo, el capital encuentra en
la técnica un aliado seguro. Smith ya expuso, a propósito de la manufactura de
alfileres, todo lo que el maquinismo aporta para favorecer el impulso productivo a
gran escala. Lo que el capital no puede realizar por el ejercicio físico de sus
funciones de direcci6n será puesto en manos del maquinismo. Cada vez más, la
herramienta se diversifica, para precisar solo un manejo simple. Con ello, el trabajo
se descompone, este "análisis" hace posible la creación de máquinas "complejas",
con las que el obrero es desposeido de su "oficio" y, simultáneamente, de su
capacidad de disriiinuir el ritmo. De esta forma, cada vez más, los medios de
producci6n actúan frente al trabajador "como propiedad ajena" y se "acentúa la
necesidad de un control, de una verificaci6n de su correcto empleo"i- 9 • Por todo
esto, el "rodeo" efectuado en torno al maquinismo no hace sino reforzar la
necesidad del "control" y de la "vigilancia" y, por tanto, reforzar la forma
"despótica" de la relaci6n capitalista-asalariado.
- Finalmente, en tercer lugar, el despotismo es necesario para resolver la
contradicción. entre, por una parte, la necesidad de mantener un carácter
cooperativo en el proceso de trabajo (reunir los diferentes elementos separados del
producto) y, por otra, el hecho de que a los obreros, desposeidos de su dominación
sobre el proceso de trabajo, el encadenamiento requerido de sus trabajos se les
representa como hecho por el capital. Solo autoritariamente puede ser obtenido
este encadenamiento 2 0 •
Para Marx estos son, reseñados muy brevemente, los tres elementos que
permiten comprender cómo las nuevas funciones generales, fruto de la naturaleza
misma del proceso cooperativo, toman necesariamente "forma desp6tica" en el
MPC. Vemos, pues, formarse una relación dialéctica entre el desarrollo de la división
del trabajo y el tipo de relaciones que las diferentes clase (o capas parciales de
trabajadores) mantienen bajo el dominio de las relaciones capitalistas de produc-
ción .. Brevemente, los principales momentos de esta dialéctica son:
56
cuando su capital crece, y con él la fuerza colectiva que explota,
abandona su función de vigilancia inmediata... y la transfiere a un grupo
especial de asalariados. Desde .el momento que se encuentra al frente de un
ejército industrial, preeisa de oficiales (directores, gerentes) y de suboficiales
(vigilantes, inspectores, capataces) que, durante el proceso de trabajo, ejercen
su mando en nombre del capital" 2 2 •
Por tanto, en el segundo momento, se profundiza la división del trabajo en el
seno del trabajo intelectual. Con la necesidad de vigilar el proceso de producción
directo (vigilantes, capataces) y con el desarrollo de las tareas de gestión (de
suministros, de Ja fuerza de trabajo y de mercancías) y de comercialización
(realización de las mercancías) se desarrollan los cuerpos de "oficiales" y
"suboficiales" para cubrir las tareas planteadas por la ejecución del nuevo proceso
de trabajo.
- El desarrollo de las actividades de investigación-desarrollo interviene a un
tercer nivel. El capitalista, para asegurar su reproducción como tal y la reproducción
simple o ampliada de sus beneficios, es obligado, poco a poco, a cuidar la
renovación de sus equipos y técnicas de producción 23 ,sopenadeversu parte del
mercado reducida e, incluso, arrebatada por otros capitahstas más emprendedores.
Las actividades de "ID'', vienen, pues, a plantearse "junto a" otras actividades,
separadas de ellas y reunidas con ellas por la autoridad del capitalista (o del
"gerente" que acti1a en su nombre) en una "estrategia" capitalista del desarrollo.
Históricamente, solo muy lentamente toma cuerpo -en particular en
Francia- un aparato especialmente creado para la inv~stigación científico-técnica.
Tenemos, as! pues, a grandes rasgos, las principales etapas de este desarrollo.
Durante todo el período de la revolución industrial (o más exactamente,
durante las diferentes revoluciones industriales en los países europeos) se establece
cierta colaboración entre !"científicos" -técnicos e ·"ingenieros"' sobre todo~e
industriales. Asistimos así a la proliferación de pequeñas "academias de ciencias"
locales en todos los grandes centros manufactureros; en ellas se trabaja en estrecha
relación con ligas y asociaciones patronales. Esta colaboración "horizontal",
descentralizada, jugará un· papel muy importante en el auge de la producción
manufacturera. Es fundamental señalar que estos "científicos" -con algunas
excepciones- son aficionados más que "profesionales de la investigación", tal y
22/bid,
23. No nos ocupamos aquí de los procedimientos y formas por los cuales el capital se
apropia de las fuerzas científico--técnicas para utilizarlas como medio para explotar el trabajo
social con vistas a producir el máximo de plusvalía. Examinaremos este punto posteriormente
(cf. infra, 2.1). A este nivel se trata solamente de destacar en qué momento y cómo se
desarrollan las actividades de ID, y, por tanto, su lugar en la división capitalista del trabajo.
57
como los producirá el capitalismo desarrollado, a lo largo del siglo XX. Sin duda, en
la flexibilidad de las relaciones entre estos "ingenieros-artesanos" y la burguesía
mercantil naciente, reside una de las razones del éxito de su empresa común. Pero, y
esto es válido para Francia en particular, la actividad de estos artesanos-inventores
será rápidamente confinada en las grandes academias que la aristocracia pone de su
parte a fin de conservar un derecho de visado y control sobre el desarrollo
manufacturero. La Real Academia de Ciencias, revervándose el monopolio del
registro y validación social de los inventos, va a aparecer muy pronto -en parte
como consecuencia de su connivencia con los gremios- como una traba y un
obstáculo insuperable a la libre iniciativa de los comerciantes. De aquí, el asalto en
toda regla llevado contra ella por los revolucionarios de la década de 1790 24 •
Solo tras la Revolución y el Primer Imperio aparecerán los primeros
embriones de un aparato para la investigación: creación del Instituto, del Museo de
Historia Natural, del Observatorio, de la Escuela Politécnica, de las Escuelas
Centrales de Ciencias y Letras y, posteriormente, de la Escuela Práctica de Altos
Estudios. Sin embargo, por múltiples razones cuyo examen sobrepasa ampliamente
los límites de este trabajo, estas instituciones no permitieron el auge de un
verdadero aparato investigador. Señalemos, asímismo, que en lo relativo a la
química, hay que buscar en la Comuna la e.xplicación de que, a pesar del "avance"
de Francia, no se desarrolle en laboratorios industriales. Tras el trauma de 1870, la
burguesía se vió obligada a realizar ciertas formas de alianza de clase que asegurasen
su poder. En particular, la necesidad de aglutinar en torno a ella al conjunto del
campesinado para hacer el vacío en torno a la clase "comunera", le llevó a bloquear
el desarrollo de ciertas partes de la química -la de colorantes en particular- que no
podía llevarse a cabo salvo en detrimento de productos agrícolas y de las partes del
campesinado que vivían de: ellos. Otra configuración de las relaciones de clase,
permitirá a Liebig, formado en Francia (! ), crear en Alemania los primeros
laboratorios de investigación industrial, asegurando así una "base" científi-
co-técnica que conseguirá una expansión casi contínua en el siglo XX. Se crea así la
primera industria que funciona sobre una b~e _científica. También ella adúj>tará, la
primera, las formas de división del trabajo que triunfan en los talleres, pero
aplicándolas al trabajo de investiKación.
En realidad, habrá que esperar al siglo XX -en Francia a la Segunda Guerra
Mundial- para que la investigación se constituya en sector propio. Tendrá lugar,
sobre todo, a partir de la "readaptación" y reutilización, en la producción de
mercancías, del gran número de innovaciones que la guerra trae consigo. "Grandes
programas" son adoptados: energía (nuclear en particular), espacial, nuclear otra
vez, pero ahora en un programa militar para la creación de una "fuerza estratégica",
24. Sobre este tema, ver la apasionante obra de R. Hahn,Anatomy ofa Scientific Academy,
Cambridge.
58
aeronaútica (Concorde-Airbus). Por lo demás, los ministerios se rodean de oficinas o
direcciones generales de investigación a las que -por medio de ayudas financieras y
"contratos'', sobre todo- se dará la importancia requerida ... por los imperativos de
la producción capitalista de tal o cual sector de la economía social 2 5 .
En esta etapa, el período de los artesanos-inventores ha desaparecido hace
tiempo. La figura del "sabio" se encuentra también totalmente trasnochada y no
puede sobrevivir más allá de sus últimos años "dorados", los de la entreguerra, que
ven desarrollarse la revolución ele los quantas. De esta forma, el origen de la
domesticación de la cienci¡ por el capital se encuentra en su mismo éxito. La
construcción de la bomba atómica en el marco del proyecto Manhattan va a pesar
por partida doble en el provenir de la ciencia.
Por una parte, la bomba y su eficacia, van a ser, en lo sucesivo, mezcladas y
asociadas a la de la ciencia y los científicos. Si después de todo. ha podido, con
pocos medios, realizar un arma de tal eficacia ¿qué no podrá lograr dotada de
medios importantes? . Sin duda, este razonamiento se encuentra en la base del
extraordinario periodo de "vacas gordas" vivido por los científicos, particularmente
los físicos, después de la guerra. Se esperaban, en la economía, proezas similares a
las realizadas en el campo militar. También sobre este tipo de compromiso entre la
industria, a la búsqueda de beneficios, y los científicos, en busca de créditos. se
realiza el auge de nuestra pseudo-"revolución científica". Compromiso que, como
veremos, es también un malentendido.
Esta expansión del "sector" de la investigación se llevará a cabo más
fácilmente, como ha mostrado el proyecto Manhattan, en la medida en que el
mismo modo de organización de trabajo que aseguró el triunfo de la dominación del
capital sobre el trabajo, pueda aplicarse a la producción científica. /\. partir de
Manhattan (con el antecedente destacado de los laboratorios alemanes de química
industrial) la misma parcialización de tareas y el mismo tipo de división del trabajo
que triunfó en la industria, se instala en la investigación. El ambiente científico se
diversifica rápidamente. Del "patrón" a los "domésticos" -pasando por todas las
·ategorías intermedias de obreros y técnicos-, toda la estratificación clásica de la
·;ran empresa capitalista va a sustituir, a partir de ahora, a la práctica solitaria del
"sabio " 2 6 •
La industria por un lado, y '~l ejército por otro, van a multiplicar, diversificar
26. Este punto de vista es expuesto con argumentos de peso por G. Waysand, La
Contre-Revo/ution Scientifique, Anthropos, 1974. Para lo que se refiere más concretamente a la
física, ver J.M. Lévy-Lcblond: "L'idéologie de/dans la physique" en Temps modernes,
agosto-septiembre 1974.
59
y afinar los procedimientos por los cuales someter a sus necesidades estrictas ese
potencial de materia gris así dejado de lado. Del "buen" lado, a disposición del
capital. El recurso, cada vez más sistemático, a eventuales e interinos, la práctica
de los "contratos" por tiempo limitado -cuya renovación depende del poder
discrecional de los proveedores de fondos-, serán los procedimientos más eficaces
- pero no los únicos- por los cuales la "gens" intelectual será sometida. Al mismo
tiempo, se plantean las condiciones para una "crisis" en el conjunto de la
profesión 2 7 , que algunos pretenden no comprender.
Esta pequeña aclaración histórica, permite destacar, al menos, dos cosas: en
primer lugar, que el trabajo de concepción y experimentación científica se ha
desarrollado en alguna manera, "a la sombra" de la producción industrial, según
modalidades que tienden, ante todo y sobre todo, a eliminar y excluir de ellas a los
productores directos; en segundo lugar, que estas tareas "nobles" de concepción
sólo han sido confiadas a técnicos altamente cualificados, bajo procedimientos que
dejan al capital un control casi completo de su actividad. En este sentido es posible
afirmar que se ha constituido el sector de la Investigación bajo formas específica-
mente capitalistas de división del trabajo. Las implicaciones de esto han sido poco
(y pocas veces) estudiadas. En el apartado siguiente, intentaremos ofrecer algunas
de las consecuencias más destacables de esta situación.
28. Este tema se estudia más detalladamente, pero desde otro punto de vist~ - el del proceso
de trabajo- en el subcapítulo 2.
60
"La determinación del método de trabajo es una operac10n demasiado
complicada para ser dejada en manos del obrero. En las fábricas, son las
oficinas de estudio especializadas las que deben encargarse de esta operación,
analizando, a la vez, las máquinas, los tiempos y los movimientos. De esta
forma, podrá definirse una forma de actuación, la única óptima (one best
way), que, a continuación, deberá ser enseñada a los obreros. Toda iniciativa
que se les permita en el campo de la organización de su trabajo entraña
elementos aleatorios inctmpatibles con la organización de la empresa y con
las previsiones de los ingenieros 2 9 ".
Esta pequeña cita sugiere algunos comentarios. A fin de supnmrr "toda
intciativa" por parte de los productores directos, se lanzan dos argumentos:
• el primero es que constituye una "operación demasiado complicada"
• el segundo es que cualquier iniciativa de los productores directos, entrafia
"elementos aleatorios incompatibles con la organización de la empresa y las
previsiones de los ingenieros".
Empecemos por el examen de este segundo argumento.
Destaquemos que la afirmación que contiene no hace sino confirmar, con la
mayor nitidez y claridad, 1) que la concepción y creación se hacen sin contar con
los productores directos ( cf. el comienzo del texto en "oficinas de estudio
especializadas"); 2) que esta concepción es "incompatible" con la iniciativa y
cooperación de los productores directos y, por tanto, se hace no solo sin contar con
ellos, sino contra ellos. De lo contrario, ¿donde estaría la incompatibilidad? . ¿Por
qué la iniciativa obrera habría de estar en contradicción con las "previsiones de los
ingenieros" y con -lo que todavía es más significativo- "la organización de la
empresa"? . Es un primer punto que ya los textos teóricos de Marx citados 30
afirmaban, y que vienen a confirmar los razonamientos del "Management".
En cuanto al otro argumento, el de que esta operación "es demasiado
complicada", merece también algunas observaciones. Recordemos aquí, una vez
29. Informe, en Recherches en vue d ·une organisation plus humaine du travail industrie/,
documento de M. !ves Delamotte. Del Servicio de formación de inspectores de trabajo del
Ministerio de Trabajo, Empleo y Formación, p. 2. Documentation frani;aise, 1972. Las
experiencias recogidas en este documento son de primera importancia. Respecto a nuestro
tema, afirma claramente que pueden concebirse -y han sido concebidos- otro tipo de bienes
de equipo que permiten recomponer el trabajo industrial, y, por tanto, contrarrestar la
parcialización y repetitividad de las tareas, principios básicos de la OCT.
Este documento muestra también que los nuevos tipos de bienes de equipo han mostrado en
la práctica que no hacen disminuir la "rentabilidad'', sino que, incluso, la hacen crecer
fuertemente. De esta forma queda claramente plan.teada -y contestada- la cuestión de la
división técnica del trabajo. Toda división "técnica" del trabajo, es, al mismo tiempo social.
Tocaremos este punto posteriormente.
30. Marx, El Capital, libro 1, t. 2, p. 23-25. Ed. sociales, cf supra, 1.2.
61
más, que no se trata de negar que algunas tareas de concepción requieran para su
cumplimiento altos niveles de competencia técnica. De lo que se trata es de que el
MPC anula toda la ·experiencia acumulada por los productores directos. Esta
experiencia puede ser -es, • como veremos- fuente de una: reflexión constante,
incesante, vuelta sin cesar sobre ella misma, de mil y una pequeñas mejoras, o sea
una concepción completamente diferente de algunos equipos de organización del
proceso de trabajo en la empresa, de utilización de residuos industriales, etc. Esto
atestigua concretamente la Revolución Cultural China31 • La política seguida en
materia de innovación consiste en poner en funcionamiento equipos mixtos
obreros-técnicos-ingenieros que colaboran en la modificación de los equipos
existentes y en la concepción de los nuevos, participando todos ellos alternativa-
mente, en el trabajo productivo y en el trabajo de experimentación científica
propiamente dicho. Nada de esto se dá sin embargo en el MPC. Lo que la
organización capitalista del trabajo -tal y como está "codificada" en la OCT-
instaurada masivamente, es la separación completa y de principio entre las
actividades de concepción y las de fabricación:
-por una parte, las grandes masas de productores directos son relegadas a
tareas de simple ejecución
-pero incluso, y este es el punto que queremos precisar ahora, las propias
tareas de concepción están insertas en un proceso de división del trabajo que hace
de los trabajadores científico-técnicos a quienes se confía tareas, agentes que no
disponen, en la mayoría de los casos, de una libertad creadora mayor que la que
disponen los obreros:
A. Gorz 3 2 caracteriza esta categoría de trabajadores como "agentes domina-
dos de la dominación del capital". Son agentes "dominados" en la medida en la que
el ejercicio de su trabajo está sometido a las exigencias del capital y de su
valorización, personificadas por la presencia del ingeniero o jefe del laboratorio.
Este se les representa "como voluntad ajena" dice Marx, exactamente igual que el
jefe de taller frente al obrero.
Pero, entre la actividad del trabajador científico-técnico y la del obrero, hay
diferencias de naturaleza. En realidad, es evidente que ·1a posición que uno y otro
ocupan está regulada por principios de subordinación jerárquica. Aunque sometido,
el trabajador científico-técnico está investido, frente al obrero, de cierto poder
delegado en él. Además, su actividad creadora, incluso reducida a la simple
ejecución de parte de un programa que no controla, es utilizada contra el obrero..
62
Por esto, es un agente de la dominación del capital.
Con esta observación, .el rizo está en parte rizado. En efecto, de esta
investigación sobre las condiciones de producción de la técnica y de la ciencia en
nuestra sociedad, se desprende que:
-en primer lugar, los productores directos están totalmente excluídos de las
actividades de concepción e investigación,
-en segundo lugar, esto es resultado necesario y obligado de la forma,
específicamente capitalista, que reviste la división del trabajo.
-finalmente, en tercer lugar, las tareas de concepción sólo son confiadas a los
técnicos, cuando estos han sido ya reducidos a trabajadores parciales y/o sometidos
al capital.
Quedaría por mostrar que este proceso de división del trabajo no tiene ni
siquiera (o ya) lo que, constantemente, invoca en su apoyo: ser "eficaz". En otros
tiempos, este punto hubiera merecido un largo desarrollo. Hoy, dos series de
fenómenos (al menos 3 3 ) dispensan de ·demostraciones fatigosas:
-por una parte, la oposici6n, cada vez más clara, a estas formas capitalistas de
división del trabajo ha hecho madurar las condiciones para una crisis, un rechazo,
no solo en el proceso de fabricación de mercancías (de Detroit a Turín, de Turín a
Flins), sino también en la investigación.
-por otra parte, las experiencias de recomposición de tareas (en Francia:
Renault, BSN, Rhone-Poulec, etc., en la gran industria) han "revelado" que las
secciones recompuestas tenían una rentabilidad (la palabra clave) mayor que
aquéllas en que el trabajo está parcializado y desmigajado 34 •
Este hecho, sin duda, no es el menos importante en el movimiento de rechazo
del trabajo parcializado que, al acentuarse, contribuye a poner de manifiesto una
doble crisis en la división capitalista del trabajo: la de su eficacia y su legitimación.
Este mismo libro ha llegado a ser "leible" -si en alguna medida lo es (! )-
por la coyuntura política y teórica muy particular que abre esta doble crisis.
33. Decimos "al menos dos acontecimientos" porque hay un tercero de la máxima
importancia. Está constituido por el enorme terreno ganado por la Revolución Cultural China
que obliga, entre otras cosas, a contemplar todas las cuestiones de organización del trabajo desde
un ángulo nuevo. Además, el argumento de que el Este, y por tanto el "socialismo" no lo había
hecho "mucho" mejor, ni diferente, cae también.
63
investigadora, es avanzar en la aclaración de las condiciones en las que el MPC
produce la técnica. Pero esto no es sino un elemento que sólo adquiere toda su
significación enmarcado en un sistema concreto de contradicciones. Porque el
capital, no sólo separa las diferentes actividades, fracciones del trabajo social; se
reserva también, controlando las diferentes partes del trabajo social, el hacer
funcionar el conjunto del proceso productivo en su beneficio. Esto es lo que vamos
a intentar mostrar ahora, examinando, en primer lugar, algunos de los procedimien-
tos por los que el capital se apropia del trabajo de investigación y de
"investigación-desarrollo".
36 Las cifras que vamos a dar están un poco antiacuadas y no han podido ser puestas al día.
Sin duda ha habido modificaciones "-en tamaño absoluto desde el censo DGRST al que están
referidas. En la medida en que razonamos casi exclusivamente sobre proporciones (que no han
variado de forma significativa), los porcentajes que damos aquí son válidos en lo esencial.
64
Si consideramos ahora el luga:r de ejecución de la ID -lo que, como veremos,
es un dato importante- se constata que:
de los 9.187 MF de financiación pública
2.501,4 MF son utilizados en el sector Empresas, lo que representa el
56,l % de lo que el sector Empresas consagra de sus propios fondos a las actividades
de ID.
O sea que la financiación pública, no sólo cubre el 67 ,4 % del total de
actividades de ID, sino que también asegura el 38,1% del total de la ID que se lleva
a cabo en el sector Empresas ..
Si examinamos la parte absorbida por los diferentes tipos de investigación, se
obtiene:
37. Esta cifra no debe sorprender si se tiene en cuenta la importancia de los presupuestos
para ID de empresas públicas tales como BNCF, EDF, CEA, etc.
63
GASTOS INTERIOI
de los que:
Empresas de prciducci6n ..•....•....• 872
Sociedades de estudios ••.••...•...... 64
Sociedades de investigaci6n bajo contrato 20
Centros de investigaci6n •.......•....• 17
Organismos profesionales •...........• 59
de Jos que:
Empresas de producción ............ .
Sociedades de estudios .............. .
Sociedades de investigación bajo contrato
Centros de investigación ............. .
Organismos profesionales .••....•..•..
Gastos interiores en ID en 1968 del conjunto de empresas y organismos
cuyos efectivos g!obales son Gastos
interiores en
entre
inferiores superiores ID de las
aSOO 500y 1000 lOOOy 2000 2000 y 5000 aSOOO empresas de
personas personas personacs personas personas cada sector
3,9
63,6
67,2
75,2
118,3
21,2
1,9 56,2 58,l
16,2 6,6 - - 22,8
69
particular, a la ocultación que realiza el Estado de los descubrimientos e inventos
susceptibles de aplicación militar.
Siete empresas gastan cada una más de 150 MF. Las veinte primeras empresas,
pertenecientes sobre todo a los sectores aeronáuticos, electrónico, automóvil
y qu{mico, sobrepasan cada uno de los 60 MF. El conjunto de sus gastos
38. Informe DGRST, op. cit., p. 24.
70
representa casi la mitad de los gastos en ID de todas las empl'esas.
Las ciento cinco primeras empresas, de las que muchas pertenecen a los
sectores aeronaútico: automóvil, electricidad y electrónica, gastan cada una
10 MF, al menos, en ID.
El conjunto de sus gastos representa el 75% de Jos gastos interiores en ID de
todas las empresas 3 9 •
Si nos fijamos ahora, con mayor precisión, en Jos tipos de industrias que
realizan las actividades de ID más importantes obtenemos.
Aeroespacial 27,6%
Electricidad y electrónica 16,9%
Química y farmacia 12,6%
Mecánica y automóvil_ 15 %
Total de Jos 4 sectores 72,1 %
de las 40
primeras
653,1 M "t
de las 20 _3 404,3 M F
primeras
de las 8
primeras
239~¡ ",
de las 4
primeras
168r
707,4 M F
l OÓ7,9 M F 1139,1 M F
1 000,9 M F
1,4
o 8 20 40 100 100 300 500 1 032 M F
4 200 400 1000
Número de empresas
72
químico, electrónico y mecánica y automóvil).
- Dentro de estos sectores, en las empresas mayores.
Este es el primer resultado que obtenemos rápidamente. Nuestra "revolución
científico-técnicas", si la examinamos desde el punto de vista de la actividad
investigadora, afecta a 4 sectores (de los que, al menos uno: el aeroespacial, se
ocupa de "productos" muy particulares) y a, aproximadamente, 500 empresas en el
momento de redactar el informe. Precisemos todavía un punto.·
2. El papel contradictorio de la "dimensión de la empresa.
El problema planteado aquí es el siguiente: si consultamos las estadísticas de
registro de patentes (y de rentas percibidas o pagadas por este concepto) de las
empresas en función de su tamaño, es necesario constatar que las pequeñas y
a
medianas empresas son, respecto las grandes, fuertemente innovadoras. He aquí
algunas cifras establecidas por J.C. Morand (en Le Progr~s scientifique, número de
sept. 1968) y citadas por M. de Felice en L 'Jnnovation technol6gique (multicopiado
IREP 1972).
73
Estas indicaciones deben, pues, ser tomadas con gran cuidado. Sin embargo,
testimonian cierto dinamismo de la pequeña y mediana empresa ante la innovación,
aunque no dispongan de los mismos medios que las grandes. Este fenómeno de
"Spin Off' en USA, (fenómeno llamado "florecimiento" de "pequeñas empresas
con alta tecnología a partir de una potente firma-matriz o de un gran laboratorio
público o privado") no es, sin embargo, totalmente sorprendente y puede tener
varias explicaciones.
En efecto, si bien la empresa matriz tiene medios para innovar -o al menos
para producir ID- puede, al mismo tiempo, no interesarle -por su naturaleza
misma- incorporar a su producción la innovación. En primer lugar, el volumen de
rus inmovilizaciones en capital fijo (equipamiento) exigido por las modernas
condiciones de la gran producción industrial, no puede ser constantemente
transformado y reconvertido. Es preciso, como mínimo, que haya transcurrido el
tiempo necesario para que la totalidad del valor que incorpora se haya realizado y
haya cubierto los gastos iniciales. Por ello, la gran empresa no procederá a una
modificación de su equipo (proceso técnico y tecnológico de producción) salvo si
estas modificaciones son indispensables para su reproducción.
Por lo que se refiere a la fabricación de nuevos productos -entrañen o no la
preparación y utilización de técnicas nuevas- la gran empresa sólo podrá proceder a
la innovación a partir del momento en el que el nuevo producto haya probado que
es susceptible de tener un enorme mercado, un mercado a medida de la gran
empresa.
De igual forma, puesto que estos factores no pesan sobre ella, la pequeña o
mediana empresa, por la poca importancia de sus inmovilizaciones y por su
capacidad para satisfacer un mercado limitado, intentará -mediante la innovación--
abrirse un camino (un mercado) allí donde la gran empresa no pueda intervenir. Así
se lleva a cab9 una especie de repa_rto, de complementariedad 4 3 , ente la pequeña y
la gran empresa.
A esto se 'debe que P.A. Baran 44 llegue a afirmar que las innovaciones más
importantes -más nuevas- salen de las pequeñas y medianas empresas; las grandes
no pueden, en un primer momento, asumir el riesgo de una "novedad" excesiva.
Existe, pues, "complementariedad". Pero solo estática, dado que dinámicamente las
cosas cambian.
Podríamos seguir enunciando problemas de este tipo; retengamos solamente
que la gran empresa, capaz de llevar a cabo la ID a gran escala, no puede
42. M. de Felice, L 'Innovation techno/ogique, op. cit., p. 45.
44. P.A. Baran, Le capitalisme monopoliste, Maspero. Ver sobre todo el cap. 1 "La gran
empresa"
74
normalmente asumir los riesgos de una "novedad" excesiva. Y que, paradójica-
mente, es la pequeña empresa, dado que no puede encontrar un mercado salvo con
productos muy particularizados, la que asegura una gran parte de la innovación.
Resumiendo, podemos sacar de esta pequeña investigación dos tipos de
enseñanzas:
- En primer lugar: independientemente de lo que se viene diciendo sobre la
Revolución Científica, el extraordinario-desarrollo-de-las -fuerzas-productivas-que-
-suscita ... , etc., el análisis de los sectores realmente productores y consumidores de
técnica, muestra cómo solamente 4 de ellos -es decir, casi 500 empresas- han sido
efectivamente transformadas por la tecnología de posguerra de forma realmente
significativa.
- En segundo lugar: las grandes empresas, que cuentan con los grandes
centros de investigación técnica, no son forzosamente las más innovadoras. Por
razón de su dimensión, solo pueden recurrir a la innovación cuando se dan
condiciones particulares de rentabilidad.
De aquí -para no extendernos más- se deduce claramente que no es posible
aceptar las tesis sobre la RCT. Considerando las cosas desde el punto de vista de su
funcionamiento concreto, y en las relaciones capitalistas de producción, destaca
que, si bien el capitalismo tiene una tendencia constante a revolucionar sin parar sus
métodos y técnicas de producción -lo que nadie pone en duda-, sólo lleva a cabo
estas modificaciones según modalidades y procedimientos cuyo examen, incluso
breve, muestra su complejidad y carácter contradictorio.
75
de reproducir la base material, "técnica'', requerida por la reproducción de las
relaciones de producción.
Afirmar, como lo hace Marx (cf. capítulo 1), que los medios y técnicas de
producción solo son incorporados "como medios del proceso de valorización del
capital", no carece de implicaciones. Lo que contiene "implícitamente" esta
proposición, es la idea -totalmente ajena a la economía política- de que los
diferentes elementos del proceso de trabajo no podrán revestir cualquier caracterís-
tica técnica. En efecto, los diferentes ~lementos del proceso de trabajo -y
particularmente los medios de prmlucción- deben contribuir, ante todo, a producir
valores de usos sociales: para el cambio {n1ercancías). Las características "técnicas"
de los medios de producción deberán, por tanto, ser concebidas, ante todo y sobre
todo, en función de este hecho central en la producción capitalista de mercancías:
la extorsión de plusvalía.
La mejor ilustración de este punto de vista la proporciona, sin duda alguna, la
puesta a punto de líneas de montaje, es decir de la cadena, por Ford, en los años
veinte.
Por línea de montaje hay que entender también todos los dispositivos
técnicos, y el sistema complejo de máquinas, sirr el cual no Ji.abría podido surgir. El
interés de tomar la cadena corno "ejemplo", reside en el hecho de que organiza, en
torno a su movimiento, el trabajo de varios millones de productores. ¡No se nos
puede acusar de haber elegido para nuestra demostración una técnica (o conjunto
de técnicas) con un campo de aplicación¡ pequeño!. Finalmente, la última ventaja
que presenta "la cadena" es que, hasta un período reciente, -que, por otra parte,
no ha acabado (para convencerse de ello basta consultar los trabajos del CNPF de
1974)- era presentada como exigencia de un imperativo de la producción en serie,
no como técnica específicamente capitalista de obtención de trabajo adicional.
Queremos demostrar que, desde su nacimiento, responde, ante todo y sobre todo, a
la necesidad de permitir la mayor extracción posible de plusvalía en un momento
determinado de la correlación de fuerzas entre capitalistas y asalariados. Por ello,
constituye un punto clave para un estudio económico y político de la historia del
maquinismo.
Para presentar la cadena, demos en primer lugar la palabra al mismo Ford. En
Mi JJida y mi obra, expone lo esencial de los principios básicos de la cadena. Bajo el
título: "Las piezas van por delante del obrero", escribe:
"No hay en los talleres ninguna pieza trabajada que no esté en movimiento.
Unas colgadas por ganchos a cadenas que se dirigen al ensamblaje en el orden
76
exacto que tienen asignado. Otras marchan sobre una plataforma móvil, otras
por su propio peso; pero el principio general es que en el taller nada se mueve
salvo las piezas. Los materiales son llevados por vagonetas o por remolques
accionados por chasis Ford sin carrozar, que son lo bastante móviles y rápidos
para circular como se desee por todos los pasillos. Ningún obrero tiene nunca
nada que transportar ni que elevar, todas estas operaciones son objeto de un
servicio distinto, el servicio de transporte 4 5 " •
•
Este texto expresa dos de las ideas esenciales que son origen y fundamento de
la "cadena de montaje'', es decir, de la primera forma en la que '"lacadena"hacesu
aparición, en la industria _del automóvil, antes de extenderse y generalizarse a otras
industrias. Estas dos ideas son las siguientes:
a. Todas las tareas de manteninliento son, en lo posible, asumidas por el
maquinismo (convoyes, cintas transportadoras, chasis móviles) que, en cualquier
caso, asume los servicios que no sean tareas de montaje propiamente dichas. De esta
forma, los obreros de fabricación son "descargados" de todo desplazanúento en el
interior del taller y "fijados" a sus puestos de trabajo.
b. Por otra parte -este aspecto es complementario del primero - la velocidad
de desplazamiento de las piezas, es decir, la cadencia del trabajo, está regulada
mednicamente, exteriormente a los obreros y, de hecho, se les impone. Es más
para que las cosas estén totalmente claras, las piezas "se dirigen al ensamblaje en el
orden exacto" en el que deben ser montadas. Lo que suprime la última posibilidad
de "jugar con el tiempo" de que disponían los obreros.
Esta doble observaciórr nos lleva directamente al enunciado de lo que, para
nosotros, constituye el primero de los dos.principios fundamentales 'sobre los que
descansa la concepción de la cadena fordiana. Este principio puede enunciarse en
forma de dos proposiciones contradictorias:
l. Por una parte, se crea un sistema mecánico basado en el movimiento y
circulación constante de piezas, herramientas y materiales de trabajo; por otra, toda
esta circulación es concebida y pensada para "fijar" al trabajador a un puesto de
trabajo muy preciso, de forma que, de ninguna manera, puede alejarse de él ni un
paso.
Por esto, destaca claramente el carácter despó'tico de la organización del
trabajo que la cadena implica. Vemos también que la cadena, lejos de ser una simple
"innovación" tendente a aligerar las tareas de mantenimiento es, ante todo y sobre
todo, un sistema tendente a reducir los márgenes de iniciativa y autonomía que las
técnicas puramente taylorianas no habían "reducido" todavía. (sobre este punto ver
infra, subcapítulo 2).
77
Esta función de la cadena resalta, todavía más, si añadimos que el segundo
principio fundamental que apunta en su constitución es:
2. Por una parte, poner a punto un sistema de máquinas cada vez más
complejas y perfeccionadas sin parar, de modo que, por otra, las operaciones
requeridas sean cada vez más simples y elementales y, por tanto, puedan ser
realizadas por trabajadores no cualificados.
En otro pasaje de Mi vida y mi obra, Ford ofrece una exposición de la línea
de montaje, casi metodológica, qué permite poner en evidencia otras características
de la cadena. Escribe:
78
precisión, al lugar en el que deben colocarse y "en el orden exacto" en el que deben
ser montadas; •
o luego, porque todos estos sistemas mecánicos de transmisión marcan los
tiempos "requeridos" para cada operación, es decir, que las diferentes piezas son
conducidas a un punto en el que permanecen un tiempo muy preciso, previamente
definido por el servicio de "Métodos". Este tiempo es exactamente del que dispone
el trabajador para efectuar la manipulación prevista en el plan de montaje. Plan que
también es elaborado y definido hasta sus menores ,detalles, sin contar con el obrero,
por los mismos servicios de "Métodos".
Así descrito, el fordismo aparece claramente como lo que es, un gigantesco
dispositivo, presentado con apariencias "puramente técnicas", pero tendente a
obtener del obrero el máximo posible de trabajo durante la jornada de trabajo.
Resumiendo: lo que se busca ante todo es la intensificación del trabajo. De igual
forma, al estar el proceso de trabajo perfectamente "descompuesto" en gestos
elementales, los trabajadores requeridos por la cadena (y, por tanto, totalmente
descualificados) son atacados directamente en lo que, durante todo este período, ha
constituido el principal elemento de su correlación de fuerzas con el capital: su
"oficio", su saber técnico. El hecho de que esta doble operación sea recubierta de
una apariencia de "objetividad" técnica no altera nada. Por ello, Drucker, teórico
apologeta de la sociedad "postindustrial", replicando a Ford, que no renuncia a
hacerse pasar por "gran mecánico y gran ingeniero" 46 escribe:
Por nuestra parte -tras la descripción de las técnicas utilizadas por Ford que
hemos hecho- estaríamos tentados de decir que es tambien "una combinación de
fuerzas físicas", a condición de precisar a continuación que, en este punto,
46. Sobre este punto, ver H. Beyron, Working for Ford, Penguin Education, Londres 1973,
p.1740.
47. No solo los transportadores eran empleados -antes de Ford--en algunas empresas; el
principio de la cadena misma fue copiado de las fábricas de conservas de Chicago, como cuenta
Ford en Ma vie et mon oeuvre, p. 91.
48. P. Drucker, New Society, Ed. Harper and Row, 1950, p. 19.
79
coincidimos totalmente con Drucker en que esta "combinación" va a traer consigo
un principio de orden social. Por esto, podemos afirmar, siempre siguiendo a
Drucker, que lo que es claramente nuevo es "su concepción de la organización
humana" cualquiera que sean las apariencias "técnicas" bajo las cuales se presenta.
Una última palabra para señalar que, en lo relativo a esta "combinación" y a
la mayor "eficacia" del trabajo que conlleva, hay que distinguir entre:
• lo que permite economizar gastos improductivos de fuerza de trabajo, por
ejemplo las numerosas tareas de mantenimiento realizadas ahora mecánicamente.
• y acrecentar el producto obtenido por intensificación del trabajo, es decir, en
última instancia, por un incremento del gasto de fuerza de trabajo.
Por supuestos, estos dos aspectos están en realidad perfectamente unidos. Sin
embargo, la distinción es -desde el punto de vista analítico- útil e indispensable.
Si, por ejemplo, suponemos que el tiempo disponible para realizar una operación se
amp!Ííl, en la medida en que se "gana" tiempo por los transpdrtadores automáticos,
estamos claramente ante un fenómeno que podemos considerar. como "progreso
técnico" 49 • Esta hipótesis es puramente formal; el conjunto del sistema Ford no
tiende a ampliar el tiempo disponible para una operación, sino al contrario, a
reducirlo a los límites de lo soportable, e incluso, en algunos casos, más allá.
Por todas estas razones, la caracterización que hace Drucker del fordismo
como principio de orden social mos parece particulanñente afinada y· juiciosa: sin
perderse en las exposiciones "técnicas" del fordismo, va a lo est:ncial y lo esencial es
claramente "político". Político en el sentido de que la cuestión central a la que
_Ford y el fordismo dan respuesta es: ¿cuál es el tipo de organización "técnica" de la
producción que permite extraer el máximo de trabajo adicional en una determinada
correlación de fuerzas entre la clase obrera y la patronal?
80
allá, pues, y con mayor generalidad, la actividad de los trabajadores científico-técni-
cos está siempre inserta entre límites precisos, marcados por el capital.
Por otra parte, si bien es cierto que las relaciones de producción determinan
claramente "un sistema de lugares y funciones asignados a Jos diferentes agentes que
concurren en la producción" 5 0 , independientemente del carácter de las relaciones
que mantengan entre sí las diferentes capas o clases ocupadas en Ja producción
(relaciones despóticas, jerárquicas o no), este "sistema de Jugares" se apoya sobre
una base material. Como dice M.A. Macciocchi: "Siempre hay una base técnica en
el proceso de trabajo" 5 1 , una base técnica precisa, específica de cada organización
social. Y el capitalista -la empresa capitalista como lugar de Ja valorización del
capital- debe reproducir y reproduce, tanto las bases sobre las cuales se asienta la
división del trabajo, como el conjunto de relaciones de producción y trabajo que
implica y que lo caracterizan. Estas bases materiales están formadas, en la empresa
capitalista, por el sistema de medios de producción que la fuerza de trabajo pone en
funcionamiento, en la medida en que, con relación a un sistema dado de medios de
producción, es como se distribuye el trabajo social y se organiza el proceso de
trabajo. Así, a nivel de empresa y considerando las cosas en su materialidad, para
que el capitalista reproduzca su dominación del proceso de trabajo parcelado, debe
reproducir Jos medios de producción que son la base de la división y parcelación del
trabajo. Dicho de otra forma, una de las condiciones de reproducción de las
relaciones capitalistas de producción, es la reproducción de determinado tipo de
medios de producción, que aseguran la reproducción de determinado tipo de
división del trabajo.
El fondo de la cuestión es que, para reproducirse, la empresa capitalista tiene
necesidad, no solo de renovar su equipo, sino de que el nuevo equipo puesto en
circulación por ella posea unas características tales que reproduzca constantemente
las bases "técnicas" de la dominación del proceso de trabajo. La hipótesis que
subyace en estos es que la "técnica" capitalista es a la vez técnic~de producción y
técnica de dominación 5 3 • En límites de este tipo estan insertos los trabajadores
científico-técnicos que trabajan para Ia empresa -como también lo están todos los
trabajadores científico-técnicos en el MPC-, en tanto que el capital es dueño de
81
incorporar o no a la producci©n sus "creaciones" técnicas.
Surgen, de este modo, algunos argumentos que permiten rechazar la tesis de la
"neutralidad" de la técnica y de la neutralidad del producto de la ID, la parte de su
producto, al menos, que el capital incorpora a la producción de mercancías, que es
la que aquí nos interesa.
Las exigencias del proceso de val.orización y las de la reproducción de las
relaciones de producción, actúan sobre el proceso de producción concreto -que es,
sobre todo, un proceso del capital para la producción de plusvalía- para favorecer
la concepción de técnicas adecuadas para la reproducción de un determinadÓ
"sistema de lugares y funciones asignados a los diferentes agentes que concurren en
la producción" capitalista. Siendo este "sistema de lugares" específico del MPC, la
"técnica" que le sirve de base, y de "soporte" podríamos decir también, no es
neutra. Depende, ante todo, de las relaciones capitalistas de producción.
82
porque es condición para la reproducción del capital y de la producción capitalista
de mercancías. Desde este punto de vista, es inherente a la existencia del salario y
de las contradicciones de clase•que entraña 5 5 •
83
(cf. subcapítulo 2) como el taylorismo -momento importante si los hay de la
separación entre trabajo manual e intelectual- se ha constituído "totalmente" en
un movimiento de expropiación a los obreros de su saber. La "toma" del saber
(técnico) obrero por el capital y en su beneficio, aparece como condición necesaria
para el desarrollo de la acumulación de capital. Este proceso, ampliamente
impulsado desde el siglo XIX, ha sido descrito ya por Marx que afirma, en el mismo
pasaje de los "Grundrisse": "Todas estas aplicaciones (las de la ciencia) aparecen
como medios de explotación del trabajo ... por tanto, como fuerzas del capital
frente al trabajo'..". Más aún, presen~a, esta separación y oposición como un
proceso, como un movimiento cuyas condiciones están determinadas exteriormente
al obrero, como producto del capital, y c;ontra él:
" ... Y es así como el desarrollo de las fuerzas productivas sociales del trabajo
y sus condiciones de desarrollo aparecen como producto del capital, frente a
los cuales el obrero tiene solo un comportamiento pasivo ... (estas fuerzas) ...
se producen contra él" 5 7 •
Esto da idea del esfuerzo necesario para pretender encontrar en Marx los
fundamentos de la "revolución científico-técnica" y las bases para una alianza con
los técnicos e ingenieros que no se cuestione la naturaleza del trabajo realizado por
éstos. En cualquier caso, refiriéndose a Marx, es fundamental recordar que el
aspecto de la "separación" entre la parte manual y la intéiectual del trabajo está
recubierta por otro aspecto más importante todavía: el de la oposición entre trabajo
intelectual y trabajo manual; el primero de los cuales se desarrolla al lado del capital
-y bajo su control y dominación- contra el trabajo. De aquí se desprende una
tercera proposición:
3. Consideradas en su doble aspecto de métodos de organización del
trabajos~ y de "cosas" (medios de producción), las fuerzas productivas llevan la
impronta y la marca de las relaciones sociales en las. que están inscritas y en las que
han sido producidas.
También Macciocchi, a la vuelta de China, constataba que " ... es imposible
hablar solo de fuerzas productivas en general. Llevan impresas en su seno la marca
de las relaciones de producción ;¡;:s 9 • El caso de la cadena de montaje, del que ya
hemos hablado, ilustra esto perfectamente. El conjunto de sistemas "técnicos" que
57. Marx, "Grundrisse", p. SL
58. "Un modo de producción o una etapa industrial determinada está permanentemente
ligados a un modo de- cooperación... y este mismo modo de cooperacion es una "fuerza
productiva" Marx. La ideología alemana.
84
la componen está pensado y concebido, de principio a fin, para reducir la capacidad
de "frenado" del obrero, imponerle -incorporándole al maquinismo- un ritmo de
trabajo al cual no puede sino someterse. En el fondo, es una máquina gigantesca
para extraer plusvalía y desposeer al obrero de todo control sobre las condiciones
de su trabajo, afecta, por tanto, a su relación de fuerza frente al capital. Veremos
también (cf. subcapítulo 2) cómo el taylorismo ha impulsado un auge de las fuerzas
productivas del capital y un movimiento de renovación del equipo existente, para
hacerlo acorde con los impera1ivos de la valorización del capital y permitir la
reproducción de su dominación sobre el trabajo.
Sin embargo, es necesario ir más lejos todavía, sacar implicaciones de las tres
primeras conclusiones que ya hemos formulado, para enunciar una cuarta y última
tesis:
4. Considerando las cosas a nivel social, pueden apreciarse y marcarse "dos
vías" y "dos líneas" en lo relativo al desarrollo de las fuerzas productivas: una vía
capitalista y una vía socialista.
-La vía capitalista es aquella en que el desarrollo de las fuerzas productivas se
hace por y a través de la acumulación de capital.
- La vía socialista que basa el desarrollo de las fuerzas productivas en la
"capacidad colectiva de producción y en la iniciátiva de las masas" 6 0 •
Esta tesis de las dos vías ha sido ya formulada por Bettelheim en un artículo
dirigido contra los autores de la NouFelle Critique y ampiiada, posteriormente, en
"Revolución cultural y organización industrial en China". En el artículo dirigido
contra laNouvelle O·itique, Bettelheim escribe:
"(Los autores de la Nouvelle Critique) No pueden admitir más que una sola
forma de desarrollo de las fuerzas productivas: el modo capitalista;· basado
precisamente en la acumulación de capital. Por consiguiente, no pueden
concebir que los trabajadores chinos, liberados de las trabas de la
dominación del capital y dominando, cada vez más, la técnica colectivamente
(uniéndose a Jos técnicos, pero negándoles una posición dominante) hayan
encontrado lo que Jos clásicos del marxismo habían previsto: la vía socialista
de desarrollo de las fuerzas productivas, una vía que . permite el pleno
resurgimiento de la capacidad productiva e innovadora de las masas
trabajadores" 6 1 •
En esta línea, hemos intentado avanzar en el artículo incluído en este libro
que da cuenta de algunos elementos de la política china en materia de innovación
60. Bettelheim, notas a la lecturas del artículo "De la Chine ou des racines de la sinophilie
occidentale" en Tel Que[ núm. 48/49.
61. Bettelhi;:im op. cit. p. 104, subrayado por el autor.
85
técnica y organizac1on del trabajo. Dejando de lado la cuestión de saber si China
podrá realmente poner en práctica y desarrollar este proceso de nuevo tipc;i (lo que
dependerá de la marcha de la lucha de clases), podemos reconocerle desde ahora el
inmenso mérito y contribución histórica de haber dado a este problema forma
política, cuyo alcance, cualquiera que sea el futuro inmediato de China, apenas ha
empezado a dejarse sentir.
A la luz aportada por la Revolución Cultural China, un texto de Marx, citado
a menudo, cobra nuevo valor. Qué quiere decir Marx, cuando afirma:
No puede expresarse con mayor claridad la idea de que los medios de trabajo
llevan los rasgos y marcas de las relaciones sociales en las que son concebidos y para
las· que funcionan. Creemos con A. D. Magaline 6 3 que conviene hablar de un
proceso de materialización de las relaciones de producción en las fuerzas
productivas. Y sacar de ello sus implicaciones, tanto teóricas como políticas.
Teóricas: toda la "vieja" dialéctica del binomio "fuerzas productivas/rela-
ciones de producción", que concibe cada elemento como exterior al otro, no es
válida. Retornando -por un instante- el lenguaje de las tesis relativas al capitalismo
monopolista de Estado, no hay que hablar de un "desbloqueo" de la RCT, tampoco
de una "desviación" o de una "mala utilización" de la ciencia y de la técnica por el
capital.
La cuestión no es -no lo repetiremos nunca lo suficiente- una mejor o peor
utilización de las. posibilidades de la ciencia y de la técnica. La cuestión es
comprender que el capital promueve un tipo determinado de desarrollo y de
socialización de las fuerzas productivas en los que "entra como dirigente y jefe".
Por ello, el conjunto del sistema de las fuerzas productivas -tanto su configuración
general como sus aspectos particulares- revisten formas peculiares, capitalistas. Por
otra parte, decir que el capitalismo "frena" el desarrollo de las fuerzas productivas
no es sostenible salvo al precio de una sólida casuística. Lo que, por el contrario, le
caracteriza es más bien un fantástico desarrollo de éstas. La verdadera y única
cuestión es que, en él, las fuerzas productivas son fuerzas productivas de y del
capital. Polemizando sobre la cantidad y la eficacia desde su mismo punto de vista,
hay peligro de caer en grandes desengaños.
62. Marx, El Capital, Ed. la Pléiade, t. l., p. 727. El subrayado es nuestro.
63. A.D. Magaline, lutte des classes et Dévalorisation du capital, Maspero, 197 5.
86
Implicaciones políticas: remiten a dos series de problemas:
En primer lugar: habrá que decidirse a admitir que la "base material" legada
por el capitalismo tiene muchas posibilidades de mostrarse totalmente inadecuada
para la instauración de relaciones de tipo socialista. La defensa de cualquier avance
del desarrollo técnico -porque constribuya a sentar las bases materiales del
socialismo- es, desde este punto de vista, un juego que no podrá funcionar
eternamente.
En segundo lugar: la alianza con los técnicos y cuadros no podrá mantenerse
por mucho tiempo sin que la naturaleza del trabajo realizado por estas categorías de
trabajadores sea puesta en cuestión. Sin que el contenido reivindicativo y de lucha
se desplace del salario en sentido estricto a la puesta en cuestión de la división del
trabajo y de la separación entre la parte intelectual y la manual del trabajo. Sobre
este punto también, China y su Revolución Cultural no pueden ser negados y
deforma'<los por mucho tiempo.
l. El texto que sigue, debe mucho a un trabajo realizado en común con Robert Linhart.
Evidentamente asumo la responsabilidad de los puntos de vista expuestos aquí.
2. ASME American Society of Mechanical Engineers: representa en las investigaciones sobre
organización del trabajos el papel de laboratorio y de difusor de los resultados durante todo el
período considerado (1870-1920).
87
veremos, dan pie a una reflexión -sumamente nutrida en su época- sobre las
formas de remuneración del trabajo. En "Un nuevo sistema de pago del salario a
destajo" (1895) cambia poco a poco de terreno -es el único en hacerlo- para en
"Shop management" (1903) y "Principies of scientific management" (1906)
proponer una técnica revolucionaria en materia de organización del trabajo:
Revolucionaria en el sentido de que, a la vez, va a cambiar la organización del
proceso de trabajo, quebrar, pese a su fuerte resistencia, el sindicalismo de los
obreros cualificados basado en el oficio y transformar profundamente la composi-
ció11 técnica de la clase obrera 3 y a imponerle todos sus caracteres modernos:
dominio del obrero-masa sin cualificar y del obrero de cadena.
La cuestión que -primero como capataz y luego como ingeniero consultor en
organización del trabajo- se plantea es la que todo el capital se plantea 4 y debate
en cada sesión del ASME5 : como eludir, o mejor quebrar, lo que llaman "pérdida
de tiempo" y que nosotros llamaremos por su nombre: la resistencia obrera al
trabajo asalariado, de la que conviene decir primero unas palabras para comprender
su amplitud y vivacidad:
4. Digamos que se trata, para el capital, de un período de expansión muy fuerte: el petróleo
y con él la química, la electricidad, el ferrocarril y el acero son ya sectores cartelizados y la
guerra para la partición de los mercados está a la orden. del día (ver Lenin: "El
imperialismo, fase superior..." y N. Bujarin "La economía mundial y el imperialismo".
5. Sobre el papel de ASME como lugar de reflexión sobre la organización del trabajo ver A.J.
Aitken, Taylorism at Watertown, en particular Ja introducción. Harvard University Press,
Cambridge, Massachussets, 1960.
88
de los obreros de nuestros países (USA e Inglaterra) frenan deliberadamente su
ritmo de trabajo a fin de disminuir la producción". "Más aún, casi todos los
sindicatos obreros tienen definidas reglas relativas a limitar Ja producción de sus
afiliados y los hombres que tienen mayor influencia en Ja clase obrera, los jefes
sindicales y las personas que los ayudan con fines filantrópicos, extienden cada día
este prejuicio" (DSE, pág. 24-26) 6 •
La razón de esta resistepcia obrera y sindical es, por lo menos, triple:
• En primer Jugar, el maquinismo ha expulsado y continúa expulsando masas
consi.derables de obreros manufactureros; por ello, la lucha por el empleo -tras
haberse dirigido contra las máquinas- asume la forma de lucha por la delimitación
negociada de un número preciso y limitado de tareas por oficio;
• también, en ausencia de toda forma de "salario indirecto" (las formas actuales
de prestaciones sociales) -sólo las cajas obreras aseguran una débil protección
contra la enfermedad o el paro-, es su existencia física -como fuerza de trabajo- Jo
que el trabajador arriesga erí su resistencia a la intensificación del trabajo,
intentando hacer fracasar su desgaste precoz.
• La tercera razón está relacionada con el salario, pero afecta esta vez no a su
carácter directo o indirecto, sino a su forma de cálculo y fijación.
89
obreros más veteranos y los más conscientes vigilan, con ayuda de los sindicalistas,
para que los ritmos convencionales -negociados para cada oficio- no sean
sobrepasados. Así:
" ... en todos los oficios, los obreros han adoptado los elementos de su trabajo,
observando los que se encontraban inmediatamente en torno suyo; normal-
mente, existen numerosas formas de ejecutar un mismo trabajo (N.B.): quizá
40, 50 ó 100 formas de llevar a cabo cada operación constituyen el trabajo de
una profesión; por esta misma razón, existe una gran variedad de herramientas
utilizadas en este tipo de trabajo" (DSE pág. 46, 47).
7. Para demostrar que, a fin de cuentas, el salario a destajo se muestra ineficaz, Marx utiliza
los mismo argumentos (C.I. p. 283, 10/18).
90
recompensa- el máximo de iniciativas, a fin de conseguir la producción más elevada
posible. Por supuesto, entre todos los "estímulos" posibles, el salario constituye el
mejor. A esto se debe que el•fondo del "mejor de los antiguos sistemas" (expresión
con la que Taylor designa los métodos de dirección de talleres más perfeccionados,
anteriores a él) consista en la utilización de las formas de remuneración más
sofisticadas posibles (el salario a destajo en sus diferentes variantes, con o sin primas
individuales o colectivas) que garanticen la forma más diferenciada posible de
remuneración según el vohímen de producción obtenido por cada obreroª.
De aquí la expresión de sistema de dirección por "iniciativa y estímulos" por
la que designa a esta técnica, queriendo significar con ello que, en el fondo, su
eficacia reposa sobre la buena voluntad (iniciativa) obrera, lo que pone en evidencia
su extrema vulnerabilidad.
Con este arcaísmo se propone Taylor romper y con él va a romper realmente.
En el fondo, lo que se trata de conseguir es la supresión de cierta clase de
frenos, o mejor de desfases, que obstaculizan Ja expansión del capital y su
valorización. El modo de organización del trabajo, que presenta aún la particula-
ridad de basarse en el oficio, es decir, en el saber y saber-hacer obrero, permite a la
resistencia obrera desarrollarse con eficacia. El "saber es para el obrero su bien más
precioso" dice Taylor y no se equivoca. En él reposa lo esencial de su correlación de
fuerzas frente al capital. Por tanto, de lo que se trata en el fondo es de relación de
fuerzas y de saber o, más precisamente, de relación de fuerzas en el saber. Con este
problema tropieza el capital y Taylor lo aborda frontalmente.
91
en prácticas anteriores a él, consiste en un replanteamiento y una sistematización de
estas prácticas, sistematización que está en la base de su especificidad.
"Se pensará sin duda que en todo lo que venimos diciendo, no hay nada
nuevo, ningún hecho que no haya sido concebido por otra persona en el
pasado. Muy probablemente es cierto. La Dirección Científica (en adelante
DC) no es necesariamente un gran invento. No he descubierto hechos nuevos
o epatantes" (OSE, pág. 312).
"(La DC) implica sin embargo una cierta combinación que no existía en el
pasado ... " {DSE, pág. 313),
92
2.1.2. Lo que la DC no es. Las técnicas que la integran
Todo esto no son sino los medios que "tomados en bloque o separadamente
no constituyen Ja DC". Pertenecen o pueden pertenecer, como tales a "cualquier
otro método de dirección". Ciertamente Taylor no los desprecia (DSE, pág. 66),
pero Ja DC no puede reducirse a este inventario. Se trata sólo de los elementos con
los que trabaja. Falta lo esencial: Jos principios que ordenan, jerarquizan y disponen
estas prácticas diversas que preexisten a la DC.
93
de los obreros es que la casi totalidad del saber técnico está de su parte y es de su
posesión. "Esta masa de conocimientos experimentales constituye el principal bien·
de cada obrero" concluye Taylor (D.S.E., p. 73). Con esto tropieza el "mejor de los
antiguos sistemas" cuyo "éxito depende totalmente de la forma en que los obreros
desarrollen su iniciativa" (DSE, p. 79) y por ello, el sistema de pago a destajo,
incluso diferencial, es por sí solo impotente y no constituye sino un elemento de la
DC.
La clave de la DC es otra: su programa se define por el análisis del obstáculo
que vence: se trata, nada menos, que de expropiar a los obreros su saber, operación
decisiva donde las haya. Esto, sin duda, necesita un plan. Esquemáticamente este
plan se descompone ·en tres fases:
Jª Fase: Es necesario, en primer lugar, reducir el saber obrero, complejo, a sus
elementos simples, procediendo así a una especie de achatamiento del saber técnico.
El medio de realizar esta descomposición es la medida de· los movimientos y
tiempos. Lo que va a permitir cumplir este objetivo es la entrada del cronómetro en
los talleres. "A cada movimiento corresponde un tiempo", tal es la consigna dada a
los cronometradores.
?l Fase: Controlados todos los movinúentos, este saber "desmigajado" es
sistemáticamente expurgado y clasificado. _
j>ll Fase: Para cada operación solo se retiene "the one best way", "la única
mejor forma" que consiste en una combinación, y una sola, de los elementos
simples seleccionados. La mecánica operatoria es, de esta forma, transmitida a los
obreros cada mañana con los tiempos requeridos para cada elemento simple. Taylor
lo resume en una frase: " ... La dirección se encarga de recoger todos los elementos
del saber tradicional que, en el pasado, eran propiedad de los obreros, clasificar
estas informaciones, hacer una síntesis y extraer el conocimiento de las reglas, leyes
y fórmulas" (DSE, p.79). Esto lo designaremos diciendo que no se trata solamente
de expropiar a los obreros su saber, sino también de confiscar este saber -recogido
y sistematizado- en beneficio exclusivo del capital-- lo que autoriza a habla de
confiscación.
Lo que aquí se instaura masivamente es la separación entre trabajo de
concepción y de ejecución, uno de los momentos clave de la separación entre el
trabajo manual y el trabajo intelectual.
De aquí, que los cuatro principios a los que Taylor reduce la DC aparezcan
claramente como lo que son: una máquina de guerra que permite realizar esta
expropiación-confiscación.
Principio núm. 1
"Los miembros de la dirección ponen a punto la ciencia de ejecutar cada
elemento de trabajo en sustitución de los antiguos métodos empíricos".
94
De esta forma, se afirma no solo la separación entre el trabajo de concepción
y el de ejecución, sino también la descomposición de la ejecución en sus elementos
simples. Todo este proceso permite a la "dirección" hacerse con el control de la
organización del trabajo.
Principio núm. 2
"Seleccionan de manera científica sus obreros y los entrenan: .. ., mientras
que en el pasado cada obrero elegía su trabajo y se preparaba él mismo lo mejor que
podía".
En principio pues, se instaura la selección. La sicología industrial y la
sicotecnica pasarán a ocupar un lugar que marcará durante mucho tiempo sus
posteriores desarrollos 9
Principio núm. 3
Extiende el control del producto al proceso de trabajo y a los trabajadores. La
direcció~ "colabora co!dialmente con los obreros con vistas a asegurarse de que el
trabajo se ejecuta conforme a los principios de la ciencia que ha sido creada".
Control de niveles y en cascada, ya que los controladores mismos deben se1
controlados -cualquier antagonismo es violento- por servicios encargados del
"super control", como los que el mismo Taylor introducirá en una fábrica de
cojinetes en la que pondrá en funcionamiento los principios de su dirección
"científica" (DSE).
Principio núm. 4
Este principio, el más importante, afirma la necesidad de que la dirección
retome el saber.
"El trabajo y la responsabilidad del trabajo se dividen de forma casi igual
entre los miembros de la dirección ... mientras que en el pasado todo el trabajo y la
mayor parte de la responsabilidad que implica, incumbía a los obreros"
El "casi igual" es por sí solo todo un programa. " Un miembro de la dirección
por tres obreros" (DSE, p. 89) he aquí la proporción que Taylor preconiza.
Ciertamente, quedará a los obreros un gran número de tareas. Pero "el trabajo de
roda obrero está totalmente previsto al menos con un día de antelación" y "cada
obrero recibe, en la mayor parte de los casos, instrucciones escritas completas .... ,
especificando ...
9. Sobre las funciones asumidas por los sico-técnicos y sobre la crisis política por la que
atraviesan, ver sobre todo M. de Montmollin, Les psychopitres, P.U.F. 1973.
95
- Lo que debe hacer
- Cómo debe hacerlo
- El tiempo concedido para hacerlo (DSE, p. 94)
La idea de tarea resume y concentra en ella todos los principios básicos del
tayíorismo.
• Reduciendo el saber obrero a sus elementos más simples (la tarea, definida
como la parte más pequeña de un proceso homogéneo de trabajo) es como tiene
lugar la transformación que el taylorismo realiza.
• Toda la actividad clasificadora del taylorismo, el estudio "científico" de los
tiempos y de los mo11imientos, sólo tiende a definir tareas simples confiadas a
obreros sometidos a un control.
• Finalmente, y este es un elemento muy importante, la tarea instaura la
práctica individual del obrero, allí donde el equipo y la solidaridad de grupo eran
-como consecuencia de los oficios- fuertes y vivos. Exactamente en el sentido en
que L. Althusser dice que la ideología convierte al individuo en sujeto, la tarea
constituye al individuo en sujeto. La tarea constituye al individuo en sujeto del
proceso de trabajo 1 0 •
10. Por esto el grupo reunido en torno al maestro-<>brero se disuelve, el despotismo patronal
puede ejercerse con mayor eficacia, allí donde el despotismo de la máquina no ha triunfado
todavía (cf. infra 5.3).
11. La palabra "herramienta" no está usada, en este texto, en el sentido estricto que le da
Marx de: "simple prolongación de la mano"
96
ello, es parte integrante de las fuerzas productivas. Este aspecto fundamental no es,
sin embargo, el que nos proponemos abordar en este texto. Lo que querríamos
poner aquí en evidencia se refiere a la relación específica que ha mantenido el
taylorismo con las herramientas (en el sentido general de medio de trabajo 11 ). Para
ponerse en funcionamiento como proceso de extracción de plusvalía relativa, el
taylorismo encuentra cierto nivel de desarrollo de las herramientas (un conjunto de
medios de trabajo), si nó como obstáculo propiamente dicho -solo en algunos casos
lo será-, sí, al menos, com; inadecuado para su objetivo. El taylorismo va a
transformar las herramientas que encuentra, al menos, en dos aspectos que son:
• la selección de la herramienta existente y la promulgación de reglas para el
diseño de herramientas futuras
• la estandarización y uniforrnización de los medios de trabajo por rama e
in ter-ramas.
Examinemos estos dos puntos antes de realizar algunas observaciones
generales sobre la relación entre maquinismo y taylorismo.
3.1. Selección de las herramientas existentes y promulgación de reglas para la
concepción de nueJJas herramientas.
97
programar hasta el 1/100 de minuto el ciclo operatorio y confiar su ejecución a
cualquier trabajador 1 3 •
Lo que interesa destacar aquí es que no se trata de "one best <lay" cualquiera.
Se trata de "la única mejor forma" desde el punto de vista del capita.l, y, por tanto,
de la que permita la máxima extraci6n de plusvalía, siempre que se asegure la
dominación del capital -y su control absoluto- sobre el proceso de trabajo. Por lo
demás, la distinción que se introduce aquí es puramente analítica.
El capital se asegura al control del proceso de trabajo, del que quiere
maximizar la extracción de plusvalía, desde el punto de vista del proceso real. Es
pues, con este doble criterio corno se determina la mejor forma de actuar, la que el
capital -en cada caso concreto- retiene. En suma, se trata de un simple problema
"de optimización con restricciones". Y la herramienta es analizada como una de las
variables de la función a optimizar. La herramienta es variable, al menos, en un
doble sentido:
• ante todo, ºporque no está estandarizada y porque en cada oficio, dejando
aparte las más sencillas con las que nos encontrarnos permanentemente, no se
utilizan las mismas herramientas 14 ,
• en segundo lugar porque, en cualquier caso, es modificable.
Así, la "dirección científica" aplicada por uno de sus discípulos, al que
Taylor gustaba citar, a la construcción de paredes de ladrillo (en el ramo de la
construcción), la resume el mismo Taylor en tres principios:
14. Así, Taylor, al contar la experiencia de organización del trabajo que intentó en el
"apaleo", explica que el primer obstáculo con el que tropezó es que cada obrero (o casi)
utilizaba un tipo de pala diferente (DSE).
98
tratamiento de las henamientas. En efecto, la DC exige (citamos textualmente):
•
"l. que se proceda a un estudio profundo de cada tipo de herramienta de las
utilizadas empíricamente,
"2. que se determine mediante el estudio de tiempos, la velocidad de empleo
de cada una de ellas,
3. que los aspecto¡; interesantes de cada una de estas herramientas sean
reunidos en una nueva, normalizada, que permita al obrero trabajar más
rápido y con mayor facilidad que antes,
4. esta herramienta debe ser adoptada ahora en lugar de las antiguas; su
empleo ha de ser mantenido hasta que sea superada por otra que, tras el
estudio de tiempos y movimientos, se muestre todavía mejor" (DSE, pág.
282).
3. Finalmente, aunque quizás sea Jo principal, todo esto no es sino una fase
preliminar a la puesta a punto de nuevas herramientas que combinen las mejores
QI)
características -desde el punto de vista de su empleo capitalista, en relaciones de
producción específicas- de las diferentes herramientas disponibles. Este movimien-·
to es concebido globalmente como un proceso ininterrumpido: "Esta herramienta
se introduce ... hasta que sea superada", proceso cuyo ritmo viene marcado siempre
por el mismo principio "tras el estudio de tiempos y movimientos", que es el
requerido por la organización de la dominación del capital sobre el trabajo
asalariado. Nunca insistiremos bastante sobre la debilidad en la tradición marxista
-por no hablar de las tradiciones no marxistas- de una lectura política de la
historia de la técnica y de su incorporación al proceso de trabajo. Esta lectura
"política" no anula una lectura "económica" (historia de la técnica como historia
de la economía de trabajo vivo), sino que deben articularse.
Por su parte el taylonsmo muestra claramente cómo se sitúa en la encrucijada
de la economía y de la política en todo lo relativo a su análisis de las herramientas.
Y de forma muy explícita. Está en la base de un movimiento que es un proceso de
innovación y renovación de la herramienta existente. Conviene decir también que
no promueve un tipo de proceso cualquiera, y que no tiene como efecto la puesta a
punto de cualquier tipo de herramientas. Podemos caracterizar muy esquemática-
mente este proceso diciendo:
16. Señalemos de paso que la restricción que Taylor introduce: "Aunque el obrero
pudiera..." no significa que le deniegue esta posibilidad a causa de su "ignorancia". Por el
contrario, hemos visto que su "diagnóstico" de la eficacia de la pérdida de tiempo, descansa
precisamente en su saber. No es procedente, dice, "porque no tiene tiempo ni ocasión para
definir estas leyes" (p. 185). Estaremos de acuerdo, fácilmente, que el "tiempo" y la "ocasión"
son cosas que pueden crearse: basta con que se .les proporcione: lo que es posible con otro
principio de organización (absolutamente no tayloriano). Por lo .. demás, el final de la cita
muestra claramente que, en el fondo, no se trata de tiempo "sino de" intereses entre patronos y
asalariados.
100
un trabajo de forma no empírica, estaría interesado en guardar sus descubrimientos
para él a fin de producir más que los otros obreros y, por tanto, ganar un salario
más elevado" (DSE, pág. 185).
2. Con todo lo demás constante, la herramienta puesta a punto debe ser tal
que favorezca la mayor parcelación posible del trabajo. Descomposición del trabajo
complejo -todavía no reducido- en trabajo simple. He aquí, como hemos visto,
una forma de asegurar el contrd'l d~l proceso de trabajo por el capital, y romperla
capacidad de resistencia de los obreros (criterio "político").
17. Ante la claridad de lo que dice, no se puede por menos que estar de acuerdo con Ivan
Wich cuando describe el carácter "non convivial" de las herramientas disponibles en lo que
llama "sociedades industriales". "Fa!ta!'-'fsolamente a lllich indicar que este carácter "non
convivial" es resultado de un proceso objetivo:aquél por el cual la burguesía ha producido las
herramientas en las que basa su dominación. Pero quizá esta "ausencia" no es casual. Quizá,
incluso es necesaria para el proyecto de una sociedad "convivial" que es descrita con tal
ambigüedad que deja totalmente en suspenso la cuestión de la naturaleza de las relaciones de
¡IÍ'oducción en la sociedad. Pero esto es otra historia que también hay que explicar: la historia
101
La idea de la "neutralidad" de la te:cnica, tan fuertemente arraigada entre los
economistas y que corresponde a la tesis de que las máquinas, herramientas y
medios de producción en general poseen como objetos materiales la características
exigidas por las reglas "técnicas" de su fabricación, encuentran aquí un claro
desmentido. Por supuesto la técnica permanece. Pero antes que la técnica están la
política, la lucha de clases y la apropiación de la técnica por el capital. Lo que
explica y hace posible que las características técnicas sean las necesarias, no para
una mayor eficacia del trabajo "en general" -lo que no quiere decir nada: no se
trabaja "en general" sino siempre bajo relaciones de producción concretas-, sino
para la ma.ximización del producto 1 ª en condiciones de una división del trabajo que
asegure al capital el control del proceso de trabajo. Recordemos que estos
dos objetivos no son contradictorios, La instauración de la dominación es, de alguna
mané'ra, condición para la extracción máxima de plusvalía, los dos imperativos
aparecen, pues, como complementarios.
Pero esto no es todavía más que un aspecto de la "revolución de las
herramientas" a la que procede el taylorismo. Otro aspecto igualmente importante
-desde el punto de vista del papel que va a jugar en Ja acumulación de capital y en
Ja extensión de la esfera capitalista- es el relativo a la estandarización de las
herramientas -y por ello, en cierta medida, del producto- a la que va a contribuir.
del movimiento por el cual la burguesía misma llega a cuestion:i.r su forma de acumulación,
su organización del trabajo (empresa y progreso) y sus herramientas (Illich).
18. Para hablar rigurosamente habría que decir: de la plusvalía. Para simplificar, tendemos,
en esta etapa del análisis, a esta aproximadación.
102
Solo analizaremos este segundo movimiento 19 • Queremos hacer tres observa-
ciones:
•
1. Ante todo hay que destacar que la estandarización y uniformación de la
herramienta son exigidos por la "one best way" misma. "La reducción de las 40, 50
ó 100 formas de ejecutar el mismo trabajo" a una "única mejor manera" supone no
solamente el análisis de la actividad (tiempos y movimientos) sino también,
evidentemente, de las herramientas. Con la "única mejor manera" se seleccionan lo
que llamaremos por analogía "las únicas mejores herramientas". Estas deberán ser
generalizadas e introducidas exactamente al mismo tiempo que "la única mejor
manera". Se trata de dos aspectos de un mismo problema, de la doble cara de la
racionalización del proceso de trabajo a que procede el taylorisrno. Desde el punto
de vista de la división del trabajo, esto se traduce en el nacimiento (cuando no
existía ya) o extensión de la parte del trabajo social que se ocupa de Ja concepción
y fabricación de herramientas. El taylorismo refuerza así a gran escala el
surgimiento y consolidación de técnicos separados de los productores directos a los
que se confiará la tarea de preparar las herramientas y en general los medios de
trabajo. Lo que Marx anuncia ya en la 4.ª sección del Capital: "La apropiación de la
ciencia por el capital" que la hace funcionar "contra los obreros" empieza así a
realizarse. Esta ampliación de la división del trabajo tiene un campo de aplicación,
tanto a nivel social (la sección I) como en el interior de la fábrica (diseñadores y
vendedores de herramienta). En cierta forma, la división del trabajo se reproduce
por sí sola: el estudio "científico" de tiempos y movimientos implica simultánea-
mente el de las herramientas.
2. Hemos dicho que esta estandarización se hace a costa del obrero. Vamos a
precisar ésto. Se produce en dos direcciones: en primer lugar permite un mayor
control por el capital del proceso de trabajo, en segundo lugar permite la extracción
de un mayor volumen de plusvalía.
19. Un buen ejemplo del primer movimiento (por el que se perfeccionan o ponen a punto
herramientas específicas por ramas) es proporcionado por el mismo Tay!or. Se trata del famoso
ejemplo de los "aceros de corte rápido" para cortar metales en la industria mecánica. El
objetivo de Taylor era "determinar cuál era la forma de las herramientas y el ángulo de corte
mejores para. cortar el metal, y también determinar cuál era la velocidad óptima de corte del
acero" (subrayado mio, B.C.). Es interesante destacar que, entre las 12 variables que Taylor
toma en consideración, todas sin excepción se refieren a características técnicas de los
materiales (físico-químicos) y que ni una sola hace referencia a la penosidad del trabajo. Esta,
solo se introduce "lateralmente", a través de la "velocidad óptima" sin relación con el
despilfarro de energía. Este punto es interesante porque permite ilustrar -aunque parcialmen-
te- lo que hemos afirmado respecto a la naturaleza específica de la renovación de herramientas
que el taylorismo lleva a cabo.
103
La dirección no se limita a determinar las mejores herramientas o a poner a
punto nuevas si las disponibles no son satisfactorias. Como dice Taylor a propósito
de una prueba relativa al corte de metales: "No se había gastado todo este dinero y
no se había tomado todas las medidas necesarias para llevar todo a buen fin por un
motivo abstracto: no se trataba de reunir conocimientos científicos (por amor a la
ciencia)" (DSE. pág.187). En efecto, Taylortiene otras preocupaciones. "Había un fin
práctico: no desechar informaciones exactas 2 0 que permitieran día a día ayudar a
los mecánicos a hacer su trabajo según los mejores métodos y en el menor tiempo"
(ibid. el subrayado es nuestro). ·
Dicho de otra forma, definiendo la herramienta, la dirección define también
las condiciones de su utilización. Entre ellas hay que contar, sobre todo, "la rapidez
de su empleo" para usar la expresión de Taylor. Aquí actúa el mismo mecanismo:
desposeído del saber relativo al manejo de la herramienta, el obrero queda
desposeido de su capacidad de freno. El capital, por medio de sus ayudantes y
sargentos (capataces y .cronometradores) puede controkir el trabajo y el tiempo.
Además la dirección va a poder alegar que las herramientas le pertenecen para
inponer un sistema de sanciones pecuniarias en todo lo relativo a su deterioro y
desgaste precoz. Este sistema de control "por el salario" contribuirá a que el obrero
respete estrictamente las reglas de comportamiento dictadas por la dirección.
Hay que señalar que esta estandarización se hace a costa del obrero en otro
sentido también. Son estandarizadas solamente un número limitado de herramien-
tas, con relación al "obrero ideal" de las tablas MTM que, provinientes de Estados
Unidos, van a invadir Europa tras la Segunda Guerra Mundial. De esta forma son
abandonadas todas las herramientas específicas adaptadas a fuerza física o
morfologías diferentes, por no hablar de las que participaban en formas de actividad
diferentes de la "única mejor" seleccionada. Dich9 de otra forma el tipo de
acumulación técnica que induce el taylorismo se lleva a cabo al precio de abandonar
gran parte de los conocimientos y del saber socialmente disponibles 2 1 •
20. "No desechar informaciones": vemos que está siempre en la misma línea: disponer del
saber para disponer del poder.
21. Por esto, este pequeño estudio sobre organización del trabajo, viene, por su parte, a
confirmar la idea de que el desarrollo científico-técnico en el capitalismo, en algunos casos, se
desarrolla en detrimento del saber popular, parcial y no sistemático. Sea porque la "ciencia" se
apropia de este saber, sea porque sus reglas de constitución excluyen a los detentadores del
saber tradicional.
104
seííalar, esta estandarización y esta uniformización de las herramient!s terminan
-allí donde no está ya hecha- la expropiación a los trabajadores de sus medios de
trabajo.
Decimos correctamente "terminan" porque el proceso comenzó mucho antes
de Taylor 2 2 • En el caso del paleo, Taylor muestra como los trabajadom
eran dueños de sus palas y como éstas tenían características muy diferentes y
variadas (longitud del mango, capacidad de la pala, niveles de curvatura, etc.) la
"racionalización" por tiempo~ y movimientos exigía, ante todo, la expropiación a
los paleadores de su propia herramienta y la puesta a punto de palas standard para
las que la dirección marcará tiempos standard 2 3 •
105
Este problema adquier~ toda su importancia para comprender cómo y por
qué la producción en masa conoció en los años veinte su primer auge que, quebrado
por la gran crisis, no se desarrollará totalmente sino después de la Segunda Guerra
Mundial.
106
Así planteado, el papel histórico jugado por Taylor y el taylorismo puede ser
juzgado correctamente. Todo. lo que Marx anuncia en relación con las caracterís-
ticas específicamente capitalistas del proceso de trabajo (parcelación de las tareas,
incorporación del saber técnico en el maquinismo, carácter despótico de la
dirección) lo realiza Taylor, o más exactamente le da una extensión que hasta
entonces no había tenido. El excepcional interés que presenta Taylor reside en el
hecho de que es la expresión consciente, concentrada y sistemática de los intereses
del capital en un momento estratégico de su historia. Hace consciente a Ja burguesía
de los imperativos de Ja valorización del capital relativos a las formas que deben
imprimir al proceso de trabajo, ·formas que Marx. había anunciado de manera
deductiva.
107
3. LAS CONDICIONES DE LA INCORPORACION DE LA TECNICA
Y LA CIENCIA EN LA PRODUCCION CAPITALISTA
DE MERCANCIAS
Introducci6n
l. A lo largo del trabajo realizado hasta aquí, hemos podido enunciar algunos
de los caracteres especfficos que imprime el MPC a la producci6n cientffico-técrúca.
Al hacerlo hemos podido observar que numerosas invenciones o productos de la ID
no llegan a aplicarse en la producción de mercancías y pueden permanecer largo
tiempo sin emplearse, o no emplearse nunca. Esto se debe a que, además de las
limitaciones que el MPC, como modo de producción, impone a Ja producción de ID,
el MPC pone a la incorporación de los resultados de Ja ID al proceso de producción
condiciones que pueden considerarse como otras tantas limitaciones.
En efecto, una cosa es producir técrúca, que aparece entonces como
"perfeccionamiento" potencial, y otra cosa es utilizar realmente las nuevas técnicas
y procedimientos en el proceso de producción.
109
tomando en consideración qué factores, etc. Este tipo de camino puede ser
fecundo 1 , pero presenta múltiples inconvenientes ya que, seleccionando la empresa
como campo de estudio, se limitan fuertemente, de entrada, los resultados a los
cuales llegar. Ante todo, este método presenta tres graves inconvenientes,
• Primer inconveniente: no podremos nunca distinguir -o mal- lo que en la
empresa (o incluso en la rama) considerada responde en particular a esta empresa,
de lo que puede ser una proposición socialmente válida. Corno ya hemos dicho, esta
es una de las limitaciones del trabajo de Richta: "quimización, informatización,
cibemización" existen ciertamente, pero en actividades muy definidas; y nada
-sobre todo nada debidamente fundado- autoriza y hace creible suponer que las
transformaciones que afectan a estas actividades deban transformar al conjunto de
sectores de la econom(a social.
• Segundo inconveniente: la empresa, en su selección de innovaciones, razona
evidentemente en relación a sus competidoras ante todo, pero también -en su estra-
tegia de crecimiento- ha de referirse necesariamente al conjunto de la economía so-
cial a la que está ligada por lioda una serie de interdependencias. De igual fonna, por
poco que intente actualizar sus factores de decisión en materia de innovación, nos
remite al examen de problemas que desbordan ampliamente lo que el simple análisis
de las decisiones de la empresa pennite conocer. _
• Tercer inconveniente: quizás el principal, es que observando los factores que
pesan en las decisiones de la empresa en materia de innovación, se corre el riesgo de
observar más su política en materia de innovación que las causas que influyen
básicamente en que determinado tipo de invenciones sea adaptado o desechado.
Nos referimos con ésto al hecho de que la empresa tiene un horizonte
necesariamente limitado y que ciertos tipos de invenciones pueden ser excluidos por
ellas y, sin embargo, ser aceptables para otras empresa (para el capital en general).
Siempre por razones estratégicas y tácticas, en su lucha por asegurar y reproducir el
mercado en el que se basa, la empresa puede apropiarse de invenciones para
esterilizarlas (por medio del sistema de patentes), invenciones que, sin estas trabas,
encontrarían aplicación en la economía social. Por otra parte, para ser coherentes
con nuestro objetivo, es necesario llegar a un método tal que podamos distinguir las
exigencias de la autovalorización de un capital individual (que puede determinar un
campo de incorporización/no incorporación de los diferentes inventos disponibles)
de las exigencias de la valorización del capital en general. Resumiendo, el
inconveniente de este primer tipo de camino reside en que no permite hacer
claramente esta distinción .. Si se quieren destacar las condiciones que el MPC -en
cuanto modo de producción- pone a la incorporación de inventos, más allá de las
l. Un camino parecido es seguido, con éxito, por Maunoury en La genése des innovations
que lleva por subtítulo "la creación técnica en la actividad empresarial". Por razones que
diremos no podemos seguir este camino.
110
causas particulares que pueden determinar el comportamiento de tal o cual
empresa, es necesario colocarse a un nivel diforente de captación de la realidad: a
nive 1 social. •
- De aquí la necesidad de adoptar otro camino. A pesar de las dificultades
que presenta, es posible responder a la cuestión: ¿cómo incorpora o rechaza el
MPC los inventos que produce? 2 •
- Nuestra hipótesis será la siguiente: si el MPC es ante todo una actividad
dirigida a la valorización del capital, examinando la contribución que los diferentes
tipos de inventos aportan al capital en su proceso de autovalorización, se
podrán conocer las causas -sociales- que determinan la incorporación o rechazo de
los diferentes tipos de inventos disponibles. Por tanto, en el proceso de formación
del valor, y más concretamente en la contribución de los inventos a permitir (o no)
la extracción de plusvalía, es donde habrá que investigar, examinando cómo
intervienen desde este punto de vista, los diferentes tipos de inventos: nuevas
máquinas, nuevas materias plimas y nuevos productos que, unas u otras, pueden
permitir fabricar 3 •
Al no poder examinar todas las hipótesis en el marco de este trabajo, nos
dedicaremos en particular a la cuestión de las invenciones susceptibles de permitir la
puesta a punto de nuevas máquinas (el caso de nuevas materias primas y nuevos
productos será también examinado, pero con menor amplitud).
Tendremos de esta forma -para el caso de las máquinas- enunciadas las
condiciones que el MPC pone a su incorporación a la producción de mercancías, en
relación a su. forma específica en el proceso de formación del valor y de extracción
de plusvalía.
Trataremos pues, en primer lugar, de la teoría de la plusvalía re!aÚva 4 en la
que Marx analiza la cuestión de "la transferencia de valor de la maquinaria al
producto." 5 Lo esencial de las proposiciones que Marx enuncia en ente texto, se
refiere a las razones por las que el capital, en la etapa de la manufactura, se
desarrolla hacia la gran industria y la fábrica, incorporando cada vez más máquinas.
Una lectura de este texto como reflexión sobre la contribución de las máquinas a la
producción de plusvalía (y sobre las contradicciones que resultan de su utilización),
permite encontrar lo esencial de los elementos que llevan al MPC a incorporar o no
Jos diferentes tipos de inventos disponibles.
2. Precisemos que tratamos de examinar las técnicas utilizadas en la producción de
mercancías "normales". Las que tienen aplicación militares no son examinadas.
4. Esto será demostrado posteriormente. Ahora damos algunas indicaciones sobre las razones
por las que, a nuestro entender, es aquí donde hay que buscar respuestas a nuestras preguntas.
112
III), a las diferentes clases de plusvalía y a las diferentes formas de extracción.
3. En su proceso de autovalorización, para producir plusvalía, el capital
procede en primer lugar a prolongar la jornada de trabajo -sin aumentar de forma
equivalente el salario (producción de plusvalía absoluta)-. Pero pronto, al agruparse
y organizarse el proletariado en asociaciones de defensa de su fuerza de trabajo, la
prolongación de Ja jornada de trabajo encuentra límites relativamente rígidos.
4. El capital busca entoA'ces producir más plusvalía en el mismo tiempo de
trabajo (producción de plusvalía relativa). En este movimiento, que sólo puede
efectuarse mediante una "revolución de las condiciones de producción " 8 , el capital
tiene tendencia, inherente a su funcionamiento, a producir e incorporar máquinas
que acrecientan cada vez más la productividad del trabajo vivo. Este aumento de la
productividad permite al capitalista -por la disminución del tiempo de trabajo
socialmente necesario para ia producción de una merca.QCÍa dada- acrecentar el
tiempo de plustrabajo, tiempo durante el cual el obrero trabaja para otro. Esto
corresponde al mecanismo general de producción de plusvalía relativa9 , cuyo único
"arte" consiste en pasar del esquema: ·
al esquema
a - - - - b' - - - - - - - c
113
del plustrabajo ha de resultar forzosamente de la contracci6n del trabajo
necesario " 1 0 •
Antes de sacar una consideración general, ilustra esta afirmación con un ejemplo:
"Un zapatero puede, por ejemplo, hacer en 12 horas un par de botas con unos
medios dados. Para que en el mismo tiempo pueda hacer dos pares, es preciso
doblar la fuerza productiva 11 de su trabajo, lo que es imposible sin cambiar
sus instrumentos o su método de trabajo o las dos cosas a la vez" 12 •
Este ·breve nota permite ver con mayor claridad -corno hemos dicho en la
introducción (punto 2)- que en el capítulo de la plusvalía relativa (en la medida
que su comprensión exige el examen de la "revolución en las condiciones de
producción") encontraremos lo esencial del análisis de las transformaciones que las
máquinas imprimen al producto -desde el punto de vista de las diferentes
fracciones de valor (C, V y PI) en las que se descompone el producto y la jornada de
trabajo. Por tanto, que encontraremos también lo esencial de las condiciones que el
capital -en el curso de su proceso de valorización- pone a Ja incorporación de
máquinas, en tanto que son un medio de .este proceso.
114
Supongamos que esta máquina permite, en relación a las ya existentes,
incrementar la productividad del trabajo, es decir, que su empleo permite al
capitalista que la utiliza produéir una mercancía dada en un tiempo inferior al
socialmente necesario. Esta hipótesis es, al nivel que la colocamos, indispensable.
Porque desde el punto de vista de su utilización capitalista, es absurdo pensar que
un capitalista cualquiera la aplicaría a la producción salvo por razones que podemos
llamar tácticas y que hemos acordado excluir de nuestro campo de análisis.
E incluso:
"Si... la industria... incorporando fuerzas físicas y naturales potentes,
aumenta de forma maravillosa la productividad del trabajo, podemos
preguntarnos si lo que se gana de un lado no se pierde de otro, si el empleo de
ma4uinas economiza más trabajo del que cuesta su construcción y manteni-
miento "16.
115
como al conjunto de productos a los que se transmite) y 2°) la parte de plusvalía o
de plusvalía extra 1 7 que permite extraer por la disminución del tiempo socialmente
necesario. Examinemos estas cuestiones más de cerca:
"No transfiere n.unca más valor que el que, como promedio, le hace perder su
uso" 19 •
18. lbid.
19. [bid. Esto no es sino una forma -más precisa- de decir que la máquina entra
" ... fraccionadamente, sólo en el proceso que crea el valor".
116
3. El número de productos a los que se aplica.
Examinaremos en primer lugar los puntos 2 y 3 y desputs el punto 1. Estos
tres puntos nos sitúan en el centro de nuestro problema que enunciaremos en lo
sucesivo como: valor transmitido por la maquinaria al producto y condiciones para
la incorporación de máquinas.
Si bien es cierto -para retomar la cita precedente- que hay una gran diferencia
entre el valor de la máquina y la fracción de valor qüe transmite periódicamente a
su producto, queda por aclarar de qué forma el "tiempo", el plazo de transmisión,
contribuye a determinar la parte de valor que será transmitida al producto. Marx
responde a este interrogante precisando:
21. Ibid.
117
mercancía, con una se obtienen 500 productos y con otra 1.000, es evidente que la
segunda máquina (sin contar los gastos de mantenimiento) incorpora· en cada
mercancía 2 veces menos valor que la primera.
Esto se debe a la "velocidad" d.e la máquina, es decir, al número de
operaciones que es capaz de realizar en un tiempo dado. Así:
23. Marx op. cit., pág. 73. El texto citado prosigue dando ejemplos de velocidad desigual.
"Algunos de estos martillos pilones dan 70 golpes por minuto; la máquina de Ryder, que emplea
martillos a vapor de menor tamaño para forjar brocas, llega a los 700 golpe11>por minuto". !bid.
24. Marx, op. cit., pág. 73
25. !bid. Tener en cuenta este punto p~a la comprensión del fenómeno de la
automatización de los procesos de producción, de la que habla Ricta.
118
Cambio
Antigua fábrica fábrica automatizada en %
•
Inversión inicial ,f, 30.850 ,f, 25.903 16
Volumen de pro-
ducción 2.500 unidades/semana 3.000 unidades/semana + 20
Coste de funcio-
namiento de las
mltquinas ,f, 4.8s.9 d/hora 3.13s.3 d/hora
,f, 17
Gastos en salarios ,f, 2.17s.2 d/hora lls.O d/hora 80
Por esquemático que sea este ejemplo, ilustra bien las ventajas obtenidas tanto
por unidad de producto, como globalmente.
·Pero este ejemplo no permite llegar al fondo del interés por la incorporación
de las máquinas. Sin duda los datos no están disponibles y no es posible evaluar en
qué medida el trabajo vivo economizado en la fábrica automatizada no ha sido
trasladado y desplazado al nivel de la fabricación de las máquinas que hacen posible
la automatización de la factoría. Porque en el fondo:
"Es evidente, en efecto, que tiene lugar un simpl~ desplazamiento del trabajo,
es decir que no ha disminuido la suma total de trabajo que exige la
producción de una mercancía, o que no ha aumentado la fuerza productiva
del trabajo, si la producción de una ·máquina cuesta tanto trabajo como
economiza su empleo" 2 7 •
Lo que permite afirmar que:
"La productividad de una máquina (o de una máquina dada en relación a
otra) tiene como medida la proporción en que sustituye al hombre" 2 5 • ·-
119
Planteado esto, la condición fundamental para que una máquina -
cualquiera que sea la proporción en que incrementa la productividad del trabajo
humano- sea incorporada queda perfectamente clara. Podemos formular un primer
resultado general:
"Para el capitalista, sin embargo, este límite es más estrecho. Como no paga el
trabajo sino la fuerza de trabajo que emplea, está regido en sus cálculos por.la
diferencia de valores entre las máquinas y la fuerza de trabajo que pueden
desplazar" 3 1 •
120
Así, para concretar más:
"Los yankees han inventado máquinas para romper y moler piedras. Los
ingleses no las emplean porque el "miserable" ... que ejecuta este trabajo
recibe una parte tan pequeña de lo que le corresponde, que el empleo de la
maquina encarecería el producto para el capitalista" 34 •
121
de la fuerza de trabajo, obstaculiza su uso y las hace superfluas, muchas veces
incluso inviables desde el punto de vista del capital, cuyo beneficio proviene,
en efecto, de la disminución no del trabajo que emplea, sino del trabajo que
paga"36.
36. !bid.
122
Los dos primeros puntos no exigen más explicación.
El tercer elemento (el plazo), por el contrario sugiere una serie de cuestiones
importantes. •
Si suponemos el caso de una máquina que incorpora un gran valor inicial y
que no puede funcionar sino muy poco tiempo (uno o dos años por ejemplo), en
igualdad de condiciones, transmitirá a cada producto una parte de su valor tal que
corre el riesgo de no permitir en tan corto plazo la obtención de ninguna renta
supletoria. Incluso encarecer fa el producto de tal forma que lo llevaría por encima de
su precio social. De igual forma, suponemos que la misma maquina, funcionando 15
ó 20 años, transmitiría a cada producto una parte de su valor tal que disminuiría el
valor individual claramente por debajo del valor social y permitiría, por tanto, la
obtención de una renta supletoria. Esta hipósteis muestra claramente que la
cuestión del plazo durante el cual la nueva máquina funciona es decisiva desde el
punto de vista de su empleo capitalista. Si a esto añadimos que la máquina no es
destruida (puesta fuera de funcionamiento) solamente por el desgaste material, sino
también por el hecho de que nuevas máquinas aparecidas inmediatamente después
que ella la hacen no rentable desde el punto de vista de su empleo capitalista,
seremos conscientes de la importancia del tema. El fenómeno llamado "obsolescen-
cia" (Marx lo llama "desgaste moral") se traduce en un acortamiento del plazo de
funcionamiento de la máquina. Desde el punto de vista económico, se plantean una
serie de problemas en torno a esta cuestión.
En los dos casos (máquinas menos costosas o más perfeccionadas) las ventajas
que el capitalista obtiene con su uso son anuladas. Incluso, como hemos señalado, la
operaci6n de incorporar una nueva máquina puede resultar desastrosa si la máquina
incorporada es superada rápidamente y, por tanto, debe ser transmitida íntegramen·
te en tan pequeña cantidad de productos que, en realidad, lleva a encarecerlos por
encima del precio social en lugar de haber llevado a abaratarlos por debajo de ese
lírnite 3 9 .
Por otra parte, esta hipótesis (del encarecimiento) no es totalmente irreal
porque, en efecto, si la concepción de un conjunto mecánico original necesita a
menudo un trabajo muy importante, muy lento, muy minucioso y muy costoso, la
reproducción de este conjunto o perfeccionamientos en puntos precisos, no
incorporan de ninguna forma la misma cantidad de trabajo. Como indica Marx, esto
es cierto hasta tal punto que es, incluso, una regla a constatar:
"En los dos casos, por reciente y boyante que sea, su valor no está
determinadÓ ya por el tiempo invertido en ella, sino por el que exige su
reproducción, o la reproducción de má.quinas más perfeccionadas"42 •
De esta forma, la cuestión del plazo durante el que funciona la máquina y
transmite su valor, la cuestión de su desgaste moral, llega a ser en el MPC una de las
38. Marx op. cit., pág. 87-88.
39. En la práctica capitalista, o en términos contables si se prefiere, esta cuestión es la de la
mayor o menor duración del periodo de amortización del capital adelantado e invertido en los
medios de producción.
40. Sobre la relación entre el coste de producción de una máquina y el coste de su
reproducción, Marx recoge una indicación de un autor de su época, Babbage, según la cual:
"Estimamos que aproximadamente son necesarios 5 veces más gastos para construir una sola
máquina, según un nuevo modelo, que para reconstruir la misma máquina según el mismo
modelo" ("On the Economy of Machinery). El Capital, libro 1, t. 2, pág. 88, nota l.
41. Marx, op cit., pág. 88.
42.lbid.
124
condiciones para la incorporación de máquinas.
Cualquiera que sea la proporción en la que una máquina dada aumenta la
productividad del trabajo y permite por ello economizar trabajo vivo, si el
capitalista no está seguro de poder hacerla funcionar "sufiente" tiempo, tiene todas
oportunidades de no ser incorporada nunca.
Examinemos ahora, con diversas hipótesis, las diferentes condiciones para el
empleo capitalista de máquinas y para la transformación de los inventos en inventos
efectivos. •
Distinguiremos claramente entre el caso en que las nuevas máquinas sirvan
para producir valores de uso ya existentes, para el que la forma de intervención de
la máquina consiste en rebajar el coste de las mercancías, y el caso en que las nuevas
máquinas sirven para producir nuevos valores de uso. Las condiciones de
incorporación de estos dos tipos de máquinas sólo coinciden en parte:
125
• adquiriend'e todas las patentes que amparan procedimientos susceptibles de
competir con la máquina que utiliza, sea para perfeccionarla él mismo, sea para
esterilizarlos.
"Si un trabajador, dice Mr. Asworth... deja su azada, hace inútil mientras
tanto un capital de 18 peniques. Cuando uno de nuestros hombres abandona
la fábrica, hace inútil un capital que ha costado 100.000 libras esterlinas.
Basta con pensar esto: hacer inútil, aunque sólo sea un segundo un capital de
100.000 libras esterlinas ... (De esta forma) ... la proporción siempre creciente
44. Marx, op. cit., pág. 88.
126
de capital fijo en máquinas, hace siempre deseable la creciente prolongación
de la jornada de trabajo 4 5 " •
•
Esta es la razón por la cual, a medida que se elevan las inversiones en medios
de producción, se exti~nde el trabajo nocturno, por turnos. Esto no está justificado
por razones técnicas salvo en raros casos (por ejemplo, las empresas que utilizan
fuego contínuo, pero muchas veces bastaría con un solo equipo de mantenimiento).
Otro procedimiento de que dispone el capitalista para reducir el peligro de
obsolescencia:
La intensificación del trabajo: Este ,procedimiento obedece a la misma lógica
que los anteriores. Tiende a hacer producir al obrero que maneja la máquina más
productos en el mismo tiempo, lo que sólo puede obtenerse incrementando el gasto
de energía del obrero. En la medida en que el capitalista no paga el trabajo gastado
-por tanto el aumento de energía gastada- sino la fuerza de trabajo del obrero, y
que, por tanto, obtiene esta intensificación del trabajo sin aumentos paralelos de
salarios, o incluso sin aumentos de ningún tipo, recurrirá a este procedimiento 4 6 .
De esta forma, de que "el p~ligro de desgaste moral es tanto menor cuanto
más corto es el periodo en el que su valor total se reproduce" y de que "este
periodo es tanto más corto cuanto más larga es la jornada de trabajo", se desprende
que "la primera etapa de la vida" de una máquina es también "la etapa más aguda
de prolongación del trabajo 4 7 , y, podemos añadir, de intensificación del trabajo.
El empleo capitalista de nuevas máquinas, en particular en los sectores de
fuerte consumo tecnológico, es a este precio.
Gracias a estos elementos se comprende esta afirmación, algo brutal a primera
vista, de Marx, que reproducimos antes de ·concluir:
46. Para mayores precisiones, ver el aparato dedicado a la intensificación del trabajo, El
Capital, libro l, t. 2, pág. 91-100, Editions sociales.El análisis del taylorismo y del fordismo ha
mostrado que lo que se busca es tanto"'·e1 aumento de Ja intensidad del trabajo com~ su
productividad.
47. !bid. pág. 88. Marx recoge un ejemplo que Je sirve de ilustración sacado del mismo "On
the Economy, of Maclúnery" (Londres, 1832) de Babbage. Se trata de mejoras introducidas en
las maquinas para fabricación de tules: " ... se han sucedido las mejoras con tanta rapidez que las
máquinas quedan inacabadas en manos de sus constructores, desechadas como consecuencia de
la invención de máquinas mejores". Marx añade "En este periodo de actividad devoradora, los
fabricantes de tul prolongaron el tiempo de trabajo de 8 a 24 horas empleando el doble de
obreros (!bid, pág. 88, nota 3).
127
de la industria en que primero se instala, el medio de alargar /a 1jornada de
trabajo más allá de todo límite natura/"48 (el subrayado es nuestro).
Afirmación que nos lleva muy lejos de las tesis de Richta sobre la unidad del
"factor subjetivo con el factor objetivo" en la "síntesis" que lleva a cabo la
moderna maquinaria automática. La necesidad de proceder al análisis de las
condiciones en las que la máquina se incorpora a la producción de mercancías en el
MPC, teniendo en cuenta las formas específicas que en él adopta esta incorporación,
se desprende claramente.
Para terminar este punto, podemos. afirmar, en lo relativo a las máquinas que
permiten rebajar el valor de mercancías ya disponibles en el mercado, que el capital
cuenta con el sistema de patentes y la prolongación e intensificación del trabajo, de
medios eficaces para protegerse contra la obsolescencia.
48. Marx, op. cit. pág. 87. Esta tesis es retomada y discutida en la conclusión.
128
Antes de responder concretamente a esta cuestión, observemos que existen
límites importantes, a partir de cierto nivel del.desarrollo de las fuerzas productivas,
a las innovaciones relativas a los procesos de producción y que estos límites se
manifiestan cualquiera que sea la importancia de los descubrimientos e invenciones
susceptibles de llevar a máquinas más perfeccionadas.
Para comprender esto basta recordar que las innovaciones relativas a los
procesos de producción tiend~n a dos objetivos principales:
-economizar trabajo vivo, hacer bajar el tiempo socialmente necesario y
extraer el máximo de plustrabajo;
, -incrementar la productividad del trabajo para producir, en el mismo tiempo,
cada vez más mercancías y extraer plusvalía de un gran número de mercancías.
Estos dos objetivos que en la realidad están ligados -pero que nosotros
separamos aquí por necesidades de análisis-, a partir de cierto momento no pueden
estarlo, o sólo pueden alcanza~se parcialmente.
En primer lugar, por lo que se refiere a la EXTRACCION DE PLUSTRABA-
JO: el capital sólo se desarrolla a través de una contradicción importante: cada vez
que una máqu.ina permite economizar trabajo vivo -condición para su incorpora-
ción -:-simultáneamente reduce la base de trabajo viJJo a la cual extraer plustrabajo.
51.lbid.
129
Dicho de otra forma, todo sucede como si la "tendencia a innovar"· en lo
relativo a transformaciones del proceso de producci6n disminuyese y tendiese a ser
nula a medida que se alcanza un cierto nivel de desarrollo de la fuerza productiva de
la maquinaria. En este nivel, los aumentos de productividad esperados tienen tal
coste que no justifican un incremento de la inversión, lo que Marx ilustra con este
pequeño razonamiento:
52. !bid. El empleo de máquinas aumenta Ja tasa de plusvalía pero reduce el número de
obreros de los que extrae plusvalÍa. La contradicción es entre la tasa y la masa de plusvalía
extraída. ·
54. Encontramos aquí, bajo otra forma, la dialéctica tasa de beneficio/volumen de plusvalía.
Esta cuestión merecería un examen específico. -A falta de espacio nos limitamos simplemente
a indicarlo.
130
con éxito (encuentran una demanda solvente y pueden realizarse) y "hacen pasar de
moda los productos para lo que el mercado está próximo a la saturación,
reemplazan estos por .. productos diferentes, más sofisticados, que presentan el
atractivo de la novedad" 5 5 (sean o no valores de uso realmente nuevos, lo esencial es
que desplacen hacia ellos la demanda solvente en cada nuevo lanzamiento). En este
caso la competencia (hipotética) no actúa con la misma eficacia y el capitalista
puede fijar precios de venta que no tienen ninguna relación con el valor de los
productos y obtener tasas de beneficio extraordinariamente elevadas.
las tasas de beneficio son entonces tales que incluso si el producto tiene una
vida relativamente· breve (pongamos 2 años) no constituye un obstáculo a la
valorización. La masa de plusvalía obtenida en este corto periodo de tiempo
permite realizar, pese a todo, la máquina y el valor que transmite al producto, en
buenas condiciones 5 6 •
Por tanto el procedimiento es ahora muy simple: se obtienen durante un
breve periodo tasas de beneficio excepcionalmente elevadas y, tan pronto como se
ven amenazadas, se abandona el producto para lanzar uno nuevo que permite, a su
vez, una tasa muy alta de beneficio, etc. Por supuesto no es totalmente ciert9 que
todas las empresas, en cualquier sector, puedan funcionar según este principio. Sin
embargo es evidente que la química, la electricidad o la electrónica lanzan al
mercado regularmente cantidad de productos que presentan estas características. El
hecho de que estos sectores sean los que consumen más ID se explica igualmente, en
parte, por fenómenos de esta naturaleza. La preocupación del capital por
encontrar continuamente nuevos productos a los que dedicarse rentablemente es,
así nlismo, una constante que estos elementos pueden ayudar a explicar.
Así pues, para concluir, siempre que hablemos de maquinas que sirven para
producir nuevos bienes de consumo, las condiciones 4e su incorporación presen-
tarán caractc;rísticas particulares. La LONGEVIDAD del producto (así como el
SS. A. Gorz op. cit., pág. 48. Este mecanismo que depende de la producción en masa no está
exento de contradicciones. Cuando éstas alcanzan cierto nivel asistimos a una crisis de realización.
Este aspecto se retoma y explicita en el punto 6 de este mismo capítulo.
131
plazo en el que la máquina transmite su valor y, por tanto, también la proporción
en la que lo encarece) es en este caso una condición mucho menos importante que
en el caso de innovaciones relativas a los procesos de producción propiamente
dichos. Esto se explica, como hemos visto, por la importancia de la tasa de
beneficio que los nuevos productos permiten extraer. La NOVEDAD 5 7 del
producto -o más exactamente su capacidad de imponerse en un mercado
suficientemente importante de consumidores que puedan pagar altos precios (lo que
a menudo viene determinado)por su grado de "novedad") -jue~a el mismo papel
que la LONGEVIDAD en el caso de las innovaciones relativas al proceso de
producción. Esta dialéctica NOVEDAD-LONGEVIDAD complementa, pues, los
elementos que integran la problemática del empleo capitalista de la maquinaria.
Sin embargo, no todo está en estas dos proposiciones. El problema del
"tiempo" que la máquina permite ganar o perder influye también en otra dirección,
muy importante desde el punto de vista ele su empleo capitalista. En efecto, según
que la máquina (o, como veremos, otro procedimiento) permita, o no, reducir el tiempo
necesario para la realización del ciclo completo del capital (D-M-D') y conseguir,
por tanto, que un volumen determinado de capital produzca en el mismo tiempo
varias "generaciones de mercancías", su incorporación presentará para el capital
diferente interés.
132
más plustrabajo en forma de plusvalía. Esto, inclus~ si la inversión suplementaria
para incrementar la velocidad de rotación del capital, encareciese el producto que
fabrica.
Por esta razón, los elementos que influyen en la determinación de la velocidad
de rotación del capital se enuncian también como condiciones para la incorporación
de las invenciones.
Sabemos que Marx identifica la velocidad de rotación del capital con la
fórmula r =R/n 5 9 , en la que •
R=l año como medida del tiempo de rotación
n =número de rotaciones
r=tiempo de rotación de un capital dado.
Cualquier elemento que haga crecer n1reduce por tanto el tiempo de rotación
y permite al capitalista, en igualdad de condiciones, obtener plusvalía de mayor
número de mercancías.
Sabemos también que el tiempo de rotación del capital se descompone en
• tiempo de producción
• tiempo de circulación y realización
Examinemos brevemente qué condiciones se derivan de cada uno d~ estos dos
niveles para la incorporación de. invenciones.
"De igual forma que Ja jornada de trabajo es la unidad natural para medir el
funcionamiento de la fuerza de trabajo, e! año constituye la unidad natural
para medir las rotaciones del capital que describen su proceso. Esta unidad de
medida tiene su base natural en E'l hecho de que los productos agrícolas más
133
importantes de la zona templada, cuna de la producción capitalista, son
productos anuales " 6 0 •
134
razones por las que penetra tan profundamente en la producción. La "quimización"
de los procesos productivos destacada por Richta, se justifica tanto más -desde el
punto de vista capitalista- 'tuanto que no solo permite reducir el ciclo de
maduración de los productos naturales sino también:
- asegurar la regularidad en el aprovisionamiento de materias primas que las
causas naturales (malas cosechas agrícolas) u otras circunstancias 62 hadan
aleatorio;
- producir nuevas materias primas, base de nuevos productos, con todas las
ventajas que este tipo de innovación presenta 6 3 (cf. supra 1.3),
- reducir el tiempo y coste de transporte, dado que las materias primas
pueden ser producidas sintéticamente cerca de los lugares de producción, en lugar
de' ser importadas, muchas veces de lejos (sobre esto el ejemplo del caucho es
típico);
- utilizar en la producción desechos que, en caso contrario, serían gastos
suplementarios 64 •
Para cerrar este paréntesis sobre la química, señalemos -dada la diversidad de
sus formas de acción y de su,s aplicaciones~ el lugar que ocupa en el proceso social
de valorización del capital. La "quimización'', que Richta señala como la
manifestación más evidente de la "interpenetración dialéctica" de la ciencia y la
industria, aparece así como un ejemplo demasiado particular para que su
demostración sea probatoria 6 5 •
Dicho esto, vemos como la producción de nuevas materias primas -sobre
todo gracias al desarrollo de la química-, permite aumentar la velocidad de
rotación del capital, suprimir los límites inherentes al ciclo de maduración de los
productos naturales y luchar contra el descenso de la tasa de beneficio. Es evidente
62. Podemos citar dos ejemplos de desigual importancia. El d'esarrollo de la guerra de
liberación nacional de Vietnam -cuyas plantaciones de caucho alimentaban la producción de
neumáticos para automóviles- ha favorecido considerablemente la creación deÍ ca11cho
sintético .. Igualmente, la potencia de las empresas químicas alemanas (Hoescht, BASF ... ) está
ligada, sin duda, a la guerra de 1940, en el curso de la cual Alemerúa debía asegurarse su propio
aprovisionamiento con un nivel de intercambios con el resto del mundo extremadamente bajo.
63. Además, este punto ha sido explícitamente indicado por Marx: "Descubriendo nuevas
materias primas útiles o nuevas cualidades Útiles de las ya usadas, la química multiplica el
campo de colocación para el capital acu:nulado" (Marx, El Capital, libro 2, t. 3, pág. 46,
Editions sociales).
64. "Mediante métodos apropiados para devolver al flujo circular de la reproducción los
residuos de. la producción y del consumo social, sus excrementos, convierte, sin ninguna ayuda
del capital, estos no-valores en otros tantos elementos adicionales de acumulación" (Marx, El
capital, libro 2,t.3, pág. 46, Editions sociales).
65. Por no citar toda la destrucción traída por el desarrollo de la química industrial y que,
por otra parte, es coextensiva con su empleo en condiciones capitalistas.
135
que cualquier invento o dispositivo en esta dirección tiene todas las posibilidades de
experimentar importante desarrollo.
Sobre esto, desde el punto de vista de los principios, no hay ningún cambio en
relación a los problemas que afectan a la reducción del tiempo de producción.
Simplemente, hay que precisar que a medida que se amplía el plazo de
realización, crece la parte relativa de capital circulante respecto al fijo. El
almacenamiento y conservación de mercancías aumenta los gastos del capitalista.
Por lo mismo, los intereses que adeuda el capitalista industrial se elevan al
prolongarse el plazo de realización. Esto repercute en que la parte de la plusvalía
total que debe ceder al capital financiero crece. Vemos, pues, que en torno a la
cuestión del tiempo de circulación se mueven intereses complejos 66 .
El artículo ya citado de Cahiers du communisme des Conseils sugiere que, de
igual forma que para reducir el tiempo de producción, el capital ha contribuido
ampliamente a desarrollar la industria química, para reducir el tiempo de
circulación y de cambio, ha intentado desarrollar la "electrotecnia" en la medida en
que está "directamente ligada" a esta reducción (teléfono, radio, telégrafo,
electricidad). La electricidad como fuente de energía sustitutiva del carbón, no sólo
"reduce el plazo de transporte'', sino que también incrementa de forma
considerable la fuerza productiva de las máquinas que pone en funcionamiento.
Estos elementos son interesantes, también, al permitir explicar por qué este
sector es de los que consumen un volumen importante de ID. Sobre este punto
bastan estas breves indicaciones.
Antes de concluir este apartado, debemos abordar una última cuestión. Se trata
de los diferentes efectos que produce la innovación (al aumentar la productividad
del trabajo) en los diferentes sectores en que se aplica. Este problema, tratado por
Marx en las primeras páginas que dedica al examen de la plusvalía relativa, merece
una atención particular.
136
Si entendemos por aumento de la productividad del trabajo: " ...un cambio en
los procedimientos (de trabajo) que disminuye el tiempo socialmente necesario para
la producción de una mercancía, de tal forma que una cantidad menor de trabajo
adquiere fuerza para producir más valores de uso 6 7 ", es evidente que este aumento
de productividad puede producirse en cualquier sector de la economía social. Y es
también evidente que, al término de cierto número de innovaciones sucesivas a un
mismo sector, el valor de las mercancías que produce habrá bajado. Sin embargo,
segÚn las "ramas" de la producción social, los efectos de este descenso no serán los
mismos. En particular, hay que distinguir el caso en que un aumento de la
productividad afecta a los sectores en los que se producen bienes de subsistencia y
el caso en que se realiza en el sector que produce bienes "de lujo".
La línea de demarcación entre estos dos tipos de sectores y sus respectivas
esferas remite al análisis de la fuerza de trabajo y de las condiciones de su
reconstitución. Sabemos que para Marx la fuerza de trabajo es, en el MPC, una
simple mercancía; su valor está determinado -como para cualquier otra mercan-
cía- por el tiempo de trabajo socialmente necesario para su reconstitución. Dicho
de otra forma, su valor está constituido por el de cierta cantidad de mercancías
(necesarias para su reproducción), excluyendo otras. Planteado así, es evidente que
en un período histórico determinado, en un país con costumbres peculiares, es
difícil apreciar qué mercancías pueden ser consideradas como integrantes de la
reconstrucción de la fuerza de trabajo (y por tanto, forman parte del sector
productor de subsistencias) y qué mercancías no forman parte de él, y por tanto,
pertenecen al sector que produce bienes llamados "de lujo". Aunque estas
dificultades prácticas sean reales, esta distinción entre los diferentes tipos de
mercancías es, desde el punto de vista teórico, necesaria e indispensable. Es fácil
admitir, por ejemplo, que un mismo volumen de capital dedicado a producir un
nuevo tipo de bebida gaseosa o a la construcción de viviendas obreras, no produce
los mismos efectos en la economía social.
Examinaremos, pues, separadamente los efectos de la productividad del
trabajo (por incorporación de progreso técnico) en el sector de bienes de
subsistencia y en el de bienes de "lujo". De esta confrontación saldrán algunas
conclusiones.
137
(recordemos que participan en la reconstituci6n de la fuerza de trabajo), el
incremento de la productividad se "transmite" y produce efectos "en el conjunto"
de la economía social.
"Las camisas, por ejemplo, son un objeto de primera necesidad como muchos
otros. El descenso de su precio disminuye el gasto del obrero en este objeto
particular 7 0 ".
10.lbid.
138
Por esto mismo, si contemplamos las cosas a nivel social, el descenso del
tiempo de trabajo necesa10 y la correspondiente elevación del tiempo de
plustrabajo no se producen, y por tanto tampoco se produce la elevación de la tasa
general de plusvalía.
Sólo tiene lugar en fenómeno mucho más limitado que afecta a los capitalistas
del sector particular (y de la mercancía particular), en el cual (y para la cual) se ha
obtenido el aumento en la productividad. El capitalista del sector al que beneficia la
innovación podrá extraer -por diferencia entre el valor social y el individual de esta
mercancía- lo que Marx designa por el concepto de "plusvalía extra". Un ejemplo
permite ilustrar este mecanismo. Supongamos una mercancía cuyo precio promedio
es 1 chelin y un capitalista que, gracias a determinada técnica, puede producirlo por
nueve peniques. Si recordamos que "el valor de un artículo expresa, no su valor
individual sino su valor social y (que) éste está determinado por el tiempo de
trabajo que cuesta, no en un caso particular sino como media 7 2 ", el capitalista
podrá vender su artículo en 11 peniques, o incluso en un chelin, y obtener una
plusvalía extra de 2 ó 3 peniques por mercancía. Evidentemente "obtiene este
beneficio con independencia de que pertenezca o nó al conjunto de medios de
subsistencia que determina el valor de la fuerza de trabajo 7 3 "
El fondo de la cuestión es que en los dos casos (los dos sectores) hay una
extracción de plusvalía "suplementaria" por el capitalista innovador en cualquiera
de los sectores, pero que solo los aumentos de productividad del trabajo en el sector
de bienes de subsistencia permiten 7 4 el incren"lento del tiempo social de
plustrabajo, en detrimento del trabajo necesario, y la elevación de la tasa general de
plusvalía.
A partir de estos datos es posible formular algunas observaciones sobre los
efectos de la "innovación" técnica en los diferentes sectores de la economía social y
sobre la acumulación de capital.
1. Si bien los aumentos de productividad obtenidos gracias a mejoras en las
técnicas de producción tienen, a nivel individual (de empresa), el mismo efecto:
permitir la obtención de un volumen suplementario de plusvalía; desde el punto de
vista social son completamente diferentes.
2. A este nivel, el de la reproducción del capital en su conjunto, no es lo
mismo que las "innovaciones" se apliquen en el sector de bienes de subsistencia o
en los otros sectores (que no entran en la reconstitución de la fuerza de trabajo).
Sólo las técnicas de producción que se aplican en los sectores de bienes de
72./bld,pág. ll.
13. lbid.
74. Cuando el "valor social" desciende al nivel del nuevo valor individual
139
subsistencia permiten un incremento de la tasa (social) de explotación y, por tanto,
permiten detraer para la acumulación (ulterior) volúmenes más importantes de
capital.
3. Esto explica que, cuando el proceso de trabajo en los sectores que
producen bienes de subsistencia se transforma, sufre modificaciones notables el
conjunto del capitalismo. El auge de lo que se llama "producción en masa", es decir,
la producción de mercancías .en grandes series cuyo valor individual ha disminuido,
es correlativo con la penetración del maquinismo y las técnicas taylorianas y
fordianas de organización del trabajo en estos sectores.
Se transforma, por una parte, la relación entre los precios de las mercancías
agrícolas (la base más importante para la reconstitución de la fuerza de trabajo, no
lo olvidemos) y los. de las mercancías industriales y, por otra parte, por la
producción en serie, entre las mismas mercancías industriales.
Estos fenómenos:, constituyenI
la base de las nuevas modalidades de la
acumulación de capital, que ahora descansa en la producción de mercancías en
grandes series, lo que Marx llama "la gran producción de plusvalía", que distingue
las formas modernas de acumulación de capital de las anteriores, aquellas en que la
producción en grandes series no era todavía la forma principal y dominante de la
producción capitalista.
De este modo, se modifican las "formas" así como los "ritmos" y
"modalidades" de las crisis de acumulación de capital.
Vamos a terminar con este punto. Nos parece que la investigación que hemos
llevado a cabo en este capítulo puede explicar algunos aspectos de la "crisis" que
sufren las economías capitalistas actuales. Concretamente los relacionados con la
llamada "sobreacumulación", es decir, (quedándono~ en lo más simple) la existencia
de grandes stocks de medios de producción no utilizados y de mercancías que no
pueden -en mucho tiempo- venderse y realizarse a pesar de los múltiples artificios
empleados en los diferentes proyectos de "relanzamiento".
75. Este apartado debe mucho a las jornadas de estudio sobre las crisis organizadas por ACSES
(Association pour la critique des sciences écononúques et sociales) 6-7 y 8 de jumo, 19"/5.
140
particular, sus dimensiones monetarias y financieras 76 ) es posible avanzar algunas
hipótesis centradas en tomo a la cuestión del "progreso" técnico y de su forma
específica de actuación en las condiciones capitalistas.
La. hipótesis central que vamos a defender es que la crisis, que solo reviste
carácter agudo en 1974-75, viene de muy atrás. A nuestro entender, la razón está en
que la "crisis" actual, que afecta al conjunto del mundo capitalista, no lo
olvidemos, no es una simple "recesión" coyuntural, sino que afecta a algunas de las
modalidades que reviste la•acumulación de capital desde, por lo menos, la Segunda
Guerra Mundial.
Creemos que cierto tipo de "modelo" de acumulación, en particular una
configuración y unas formas particulares de extracción de plusvalía, encuentran, a
partir de 1965, cierto número de dificultades.
Partiendo del estudio de las diferentes modalidades de extracción de plusvalía
podemos, a grandes rasgos, localizar dos etapas principales de expansión del capital.
Cada una viene "sancionada" por una "crisis". La primera fase de expansión entre
el período 1910-30; la segunda los años 1945-65 77 •
77. Tanto esta periodificación como los demás elementos presentados aquí, son válidos
sobre todo para USA. Nos parece que la "crisis" americana -sin duda por ser la más aguda- es el
mejor campo de análisis.
141
que la fuerza de trabajo disponible pueda realmente ser incorporada a la producción
de mercancías. Hemos visto ya (cf. subcapítulo 2) que el taylorismo y, más tarde, el
fordismo llegan a modificar el proceso de trabajo para adecuarlo a las nuevas
condiciones de la valorización del capital.
Lo más significativ<> es que el auge del taylorismo y del fordismo es
sumultáneo al primer auge de lo que hoy llamamos producción en masa. No es
cuestión de entrar en detalle en estas características, pero podemos destacar varios
elementos que entran en su constitución y cuya consideración es indispensable para
explicar las modalidades de la acumulación de capital y de las crisis en la etapa
actual del capitalismo. Desde este punto de vista, son destacables varios hechos:
- En primer lugar, el proceso de trabajo de tipo tayloriano (y fordiano)
permite una intensificación del trabajo sin posible comparación con todo lo que le
ha precedido en la historia de los modos de producción.
- No sólo crece la intensificación del trabajo -en razón de la configuración
del proceso de trabajo- sino que, y este es otro punto, asistimos paralelamente a un
crecimiento considerable de la escala de producción. Con la incorporación a la
producción de las grandes masas de campesinos expropiados de sus campos, la
esfera de aplicación del capitalismo crece en grandes proporciones. En resumen, se
pasa a lo que Marx llama la "gran producción de plusvalía", basada en la
producción en serie de mercancías con "débiles" valores individuales.
- El taylorismo y el fordismo se desarrollan en los sectores que aseguran la
producción de medios de subsistencia y de medios de consumo de la clase obrera; la
tasa (social) de explotación crece también en grandes proporciones.
El taylorismo y el fordismo son, de· esta forma, potentes instrumentos de
extorsión de plusvalía.
- Al mismo tiempo -y como consecuencia del crecimiento de la tasa de
explotación- asistimos a un alza importante del salario nominal y (aunque menor)
del salario real. Sabemos que Taylor no cesa de recomendar -y aplicar- la elevación
de la tasa de salarios, a fin de crear una ·capacidad de consumo susceptible de
"realizar" la enorme masa de mercancías que el trabajo, organizado según sus
métodos, permite producir. Por otra parte, estas alzas salariales son compatibles con
las alzas ya señaladas de las tasas de explotación y beneficios.
De esta forma, una "mecánica" es puesta en funcionamiento, la de
producción en masa correspondiente a las modalidades particulares, y nuevas en
relación a las del siglo XIX, de la acumulación de capital. "Mecánica", pero que
todavía posee una gran sensibilidad y vulnerabilidad. La quiebra general de 1929 lo
testimonia elocuentemente.
78. No podemos entrar aquí en detalle en la "gran crisis'', l'ero el hecho de que suceda al
primer auge de la producción en masa seguramente no se debe al azar.
142
De este período tenemos que retener, ante todo, esto: comienzan a aparecer
nuevas modalidades de la acumulación de capital, basadas en un proceso de trabajo
de nuevo tipo, que permite un primer auge de la producción y del consumo en
masa. Estos son los elementos que vamos a encontrar, pero a un nivel superior, en la
segunda gran fase de la expansión del capital, en los años 1945-65.
79. Mucho menos viva que en tiempos de paz, no podrá oponerse al establecimiento de
"normas" de trabajo en la fabricación, en la "medida" que no lo hayan sido en materia de
gestos y formas operatorias.
143
productividad y de la intensidad del trabajo, que penniten relanzar la extracción
de plusvalía.
Más que nunca, la acumulación de capital se basa en la producción en masa.
- En relación con estas modificaciones -teniendo también en cuenta el
crecimiento de la sindicación y de la combatividad de importantes sectores de
la clase obrera- nacen nuevas normas de consumo obrero, que corresponden al
incremento de los bienes de uso disponibles gracias al desarrollo de la productividad
del trabajo, en particular en la sección 11 3 0 • Estas nuevas normas de consumo
corresponden también a modificaciones del valor de la fi1erza de trabajo correlativas
con los cambios habidos en las modalidades de la acumulación de capital 8 1 •
81. Cf. Suza'l de Brunhoff et Jean Cartelier "Une analyse marxiste de l'inflation" en
Onnique socia/e de France, núm. especial sobre la inflaCión, 1974.
144
mundiales, el modo de acumulación de capital que ha asegurado el desarrollo del
capitalismo en USA y, a su amparo, el de Europa Occidental y Japón, parece marcar
la pauta. Mientras, la crisis de la hegemonía del imperialismo americano a la que
estamos asistiendo viene acompañada del auge de burguesías locales (del tercer
mundo) que toman su parte del excedente "colonial" y comprometen así las
posibilidades de una acumulación a escala mundial. Uno de los primeros efectos de
es~e: auge (o de esta apa¡ición en la escena mundial) de las burguesías locales, se
traduce en el encarecimiento de algunas materias primas ... tras otras. De esta forma
se compromete (o está camino de serlo} el aprovisionamiento de materias primas
a bajo precio, que era uno de los elementos centrales del tipo de acumulación que
había asegurado el desarrollo de la producción capitalista en masa. De aquí el tema
de la necesaria "reasignación" (del capital) intentado hoy por todas las políticas
económicas de los países del centro imperialista. A nuestro entender, lo que hay
detrás de esta "reasignación" es, simplemente, la búsqueda de una nueva
configuración de la acumulación de capital. Observar la política de las empresas
multinacionales petroleras proporciona un buen ejemplo de esto. En efecto, desde,
aproximadamente, 1965 (el proceso resulta acelerado con las recientes alzas), las
empresas multinacionales petral.eras han tornado el con_trol del conjunto de lo que
podría constituir un nuevo sector de la energ(a. Carbón, pizarras bituminosas,
arenas asfálticas y, por supuesto, energía nuclear: lo esencial de lo que es
convertible en energía ha pasado a sus manos.
Con este "nuevo sector", volúmenes considerables de capitales deben
dedicarse a la investigación, a la puesta a punto y producción de nueva tecnología,
explotación de las "canteras", circulación y distribución de las nuevas fuentes de
energía, etc. En resumen "relanzar", al menos en parte, la acumulación de capital,
que tanto lo necesita 8 2 •
Podríamos seguir en esta dirección hablando, por ejemplo, de la "elección
nuclear" hecha por Francia. No tendríamos grandes dificultades en mostrar que,
más allá de la cuestión puramente energética, la "elección nuclear" se ha hecho ante
todo con la esperanza de que af.egure el crecimiento de cierto número de sectores
"pesados" de la economía francesa, de los que cabe preguntarse -sin esta
"inyección"- dónde encontrarían con qué alimentar su actividad a suficiente nivel.
Con estos ejemplos solo queremos indicar (una demostración exige un campo
de análisis c0n diferente organización) que, en algunas manifestaciones de la actual
crisis, sobre todo en la "superacumulaci6n" de mercancías (pienso, por ejemplo, en
los stocks de automóviles o químicos), lo que está en juego son algunos aspectos del
modelo de acumulación de capital vigente desde la guerra.
En particular, lo que está en el origen de los actuales fenómenos de
superacumulación son las grandes innovaciones y las grandes modificaciones del
82. A condición de que no se manifiesten obstáculos financieros demasiado importantes.
145
proceso de trabajo integrantes de Jo que se ha llamado revolución científico-técnica.
Dicho de otra forma, no solo Ja ciencia no ha modificado en nada las condiciones de
funcionamiento del capital y de Ja ley del valor, sino que incluso podemos afirmar
que la extraordinaria acumulación de mercancías que ha acompañado su penetra-
ción en algunos sectores de la producción social se presenta hoy como una de las
causas de la crisis.
La contradicción es que, por un lado, Jos grandes conjuntos mecánicos
automatizados e informatizados requieren para su valorización la producción a gran
escala. Y que, por otro, con la disminución de los salarios "reales", el paro y el
recrudecimiento de la competencia intercapitalista, estas grandes masas de
mercancías no llegan a realizarse. De aquí también el alza de los precios de
producción y venta (continua, por ejemplo, en el automóvil, aunque disminuyan las
ventas) para retardar la caída de Ja tasa de beneficio; cuando las inversiones en
capital fijo se realizan en menor número de productos contribuyen a encarecerlos
(cf. lo's tres primeros apartados que describen este proceso).
Por supuesto, de aquí no se puede deducir Ja catástrofe inminente, prever el
alcance de la crisis supone un análisis de cuyos elementos no disponemos.
Solamente queríamos mostrar, al final de este capítulo dedicado al análisis de la
relación entre "progreso" técnico y capital, cómo las grandes innovaciones que
hemos descrito hablando de la RCT, mantienen una estrecha rehción con las
modalidades de la actual crisis. Esto, por si'era necesario recordar a los defensores
de la RCT y de la "sociedad postindustrial" cómo las modificaciones de algunas de
las bases técnicas del capitalismo --incluso las originadas por la ciencia- pueden, en
determinadas circunstancias, contribuir a imprimir a la crisis capitalista un carácter
más agudo, en lugar de, como se pretende a menudo, hacerla imposible
Finalmente, hay todo tipo de razones para pensar que la puesta en
funcionamiento "de los recursos y posibilidades de la RCT8 3 " para hacer frente 'a
la crisis, sólo puede consistir en una reasignación de la acumulación capitalista. En
este caso, Ja crisis desembocaría solo en modalidades diferentes de la reestructura-
ción del capital actualmente en marcha. Tanto es así, que el recurso a la RCT (en
sus diferentes variedades) solo tiene significación en un proyecto de "gestión" del
capitalismo.
146
PARA TERMINAR: PROGRESO TECNICO Y /O PROGRESO DE LAS
TECNICAS CAPITALISTAS DE PRODUCCION
-- Pero esto no es m§s que el comienzo porque este texto dice, en segundo
higar, que el empleo de máquinas -y por tanto Ja productividad del trabajo- en las
condiciones capitalistas de su empleo, solo sirven para prolongar el tiempo de
147
plustrabajo a costa del tiempo que el obrero dedica a trabajai4 "para sí mismo", es
decir, para reconstituir su fuerza de trabajo. Es decir, imposible más claro, que la
cuesti6n de la técnica y de su "progreso", en las condiciones capitalistas de su
"empleo", no puede y no debe ser tratada sino desde el punto de vista del capital
que la utiliza, ante todo y sobre todo, como uno de los elementos de la relación de
explotación que liga a capitalistas y obreros.
Por ello, las modificaciones en las técnicas de producción contribuyen (o al
menos pueden contribuir) 1 al crecimiento de la plusvalía relativa extraída. En este
sentido, es posible hablar de la existencia de un concepto de "progreso técnico" en
Marx.
- Pero, y este es el tercer punto interesante de este pequeño texto, las
modificaciones en el tamaño relativo del tiempo de trabajo necesario en relación al
tiempo de plustrabajo, pueden resultar también de la intensificación del trabajo, la
cual, como sabemos, está relacionada con el análisis de la producción de plusvalía
absoluta. Los numerosos ejemplos desarrollados a lo largo de este trabajo esperamos
que lo hayan mostrado suficientemente: tanto como una mayor eficacia de la
fuerza productiva.del trabajo, se busca en los "progresos" de la técnica la sumisión
del trabajador (individual o colectivo) a las condiciones de producción capitalista.
Lo importante ahora es incrementar, con la misma jornada de trabajo, el tiempo de
trabajo realmente productivo. Esto no puede conseguirse sino reduciendo los
"poros" de la jornada de trabajo, las pausas y tiempos muertos. Sin modificar la
jornada de trabajo "legal", se "alarga" mediante el aumento de la intensidad del
trabajo. Lo que conviene tener muy claro es que con un mismo movimiento, el de
modificación de las condiciones"técnicas" de !a producción, el capital realiza el
doble objetivo de incrementar la extorsión de plusvalía relativa y absoluta. Entre
paréntesis, podemos preguntarnos, con un cierto nivel de organización de la
resistencia obrera, cómo sería posible intensificar el trabajo sin que esta
intensificación se presente bajo apariencia "técnica'', sin la posibilidad de modificar
las técnicas de producción.
En la línea de montaje, las dos formas del "empleo capitalista" de máquinas
coexisten perfectamente. Los sistemas mecánicos formados por cintas transporta-
do11a:s, deslizadores, ... etc. en la medida en que permiten reducir las tareas de
manutención (por la economía de trabajo vivo) muestran claramente lo que se ha
dado en llamar un "progreso técnico". Pero el conjunto del sistema mecánico
formado por la cadena no busca solamente este "aligeramiento" de las tareas de
manutención. Como hemos dicho, está concebido para asignar al trabajador un
puesto preciso, una actividad parcelada y repetitiva, cuya duración, en el
maquinismo, depende del transportador que "pasa" con una cadencia regulada
1. Cuando estas modificaciones afectan a los sectores que producen medios de subsistencia
(cf. punto 5 capítulo 3).
143
exteriormente permitiendo obtener el máximo de actividades productivas posibles
(y a veces más) en la jornada de trabajo.
¿Quién puede poner en duda que es la intensificación del trabajo lo que ~e
busca (y obtiene) al mismo tiempo que el incremento de la fuerza productiva del
trabajo? Y sobre todo que es con dispositivos "técnicos" como se obtiene este
resultado.
El "esa no era su finalidad" lanzado por Marx a J.S. Mili se aclara de esta
forma. Lo que Marx pone tf'anquilarnente en ridículo es toda una tradición de
"fetichización" de la técnica. La que ve en la Ciencia y sus Aplicaciones el reino del
Progreso. De igual forma, Marx se aparta de la manera en.que la cuestión había sido
planteada por la Economía Política. La economía política equivale para Marx a
decir Ricardo. Digamos algunas palabras sobre la noción de progreso técnico en
Ricardo. La especificidad del análisis marxista de la técnica y de su "progreso"
aparecerá así más nítidamente.
En efecto, se puede afirmar que -en Ricardo-- hay progreso técnico cuando
una técnica B permite producir una mercancía M incorporando una cantidad
de trabajo directo e indirecto menor que la requerida para la producción de la
misma mercancía M por medio de otra técnica A.
Tres puntos son destacables en esta "definieión" del progreso técnico:
- Lo que toma en c011sideración es la cantidad total de trabajo gastado según
que se recurra a una u otra técnica. Total. es decir directo más indirecto: el trabajo
exigido para producir la técnica --A ó B- debe añadirse al trabajo "directamente"
gastado para producir la mercancía M considerada.
- La cantidad de trabajo gastada se mide en horas de trabajo vivo (trabajo
que corresponde en Marx al trabajo "concreto") 2 y relacionado con una unidad de
salario.
- Una de las mayores "dificultades" de esta definición (no resuelta en los
"Principies") es que, al no llegar Ricardo a distinguir conceptualmente la
diferencia entre trabajo y fuerza de trabajo, el criterio utilizado para señalar un
"progreso técnico" no permite distinguir entre las diferentes técnicas consideradas
(en un momento dado):
• las que actúan intensificando el trabajo (es decir, permitiendo obtener una
149
mayor parte de plustrabajo en una misma jornada de trabajo),
• de las que permiten realmente reducir el tiempo de trabajo necesario (para la
producci6n de la mercancía) sin "prolongar" la jornada de trabajo.
Este es el punto débil de la definición de Ricardo. Impide totalmente tener en
cuenta la distinci6n entre intensificación del trabajo y productividad por la
\,aracterización misma del concepto de progreso técnico.
150
análisis que realiza de la productividad del trabajo vivo, el "lugar" que el concepto
ocupa en Marx y en la economía política es radicalmente diferente. En ésta está en
el centro de una teoría del "~recimiento" pensada en forma ahistórica y acrítica; en
aquél es uno de los elementos de una teoría de la explotación del trabajo asalariado
y de la dominación del capital sobre el trabajo.
Para lo que aquí nos ocupa, una de las consecuencias inmediatas de esta
"reestructuración" de la economía política afecta a los conceptos de productividad
e intensidad del trabajo. En Marx solamente, esta distinción adquiere un status
conceptual y de ella extraerá todas las implicaciones teóricas tanto desde el punto
de vista del volumen de valor como desde el punto de vista de la división de la
jornada de trabajo entre trabajo necesario y plustrabajo. Pero esta distinción
solo es útil desde un punto de vista puramente analítico. Basarse en ella para
realizar una especie de "clasificación" de las técnicas (a la izquierda las que
permiten incrementar la productividad del trabajo, a la derecha las relativas a la
intesificación del trabajo) es, no solo imposible, sino que supone no comprender el
fondo de lo que es el análisis marxista de la técnica y de su "progreso" en el modo
capitalista de producción'. En· otros términos, tan pronto corno se'intenta excluir el
hecho central de que las técnicas de producción solo pueden ser comprendidas e
interpretadas en las relaciones de clase bajo las cuales son puestas en funcionamien-
to -y que éstas determinan su "naturaleza" y el ritmo de su desarrollo- se pasa
rápidamente del terreno de la economía política al de la economía vulgar. Uno de
los avatares recientes de esta "incomprensión" de Marx (que tiene unas razones y
una historia que, como siempre en la tradición marxista, hay que buscar del lado de
la polz'tica y de la historia del nwvimiento obrero) consiste en separar la "técnica"
de su "mala" utilización por el capital o, peor.todavía, por los "monopolios"·
151
•seGUNDO ENSAYO
El texto que sigue es una especie de informe sobre una estancia de tres
semanas efectuada en China Popular, a lo largo del mes de abril de 1975, con un
grupo de 12 enseñantes. 1 El objeto inicial de la investigación era la cuestión del
"estatuto del saber" en China después de la Revolución Cultural. ¿Cómo se
producen los conocimientos científicos y cómo circulan? ¿Cómo se tienen o
retienen en consideración los "saberes tradicionales", parciales y no sistematiza-
dos? ¿Cuáles son las relaciones que se establecen entre los "intelectuales"
-detentadores del "saber técnico" - y las "masas"' simples obreros y campesinos? .
Una parte de este programa ha sido cumplida adecuadamente. Pero, en un
país que es -almenosdosveces- otro sistema social (una vez Confucio, una vez
dictadura del proletariado) y que se parece tan poco a las imágenes (de derecha o de
izquierda) bajo las cuales se le presenta generalmente, es necesario reajustar el
objetivo para tratar de comprender y no trasplantar cuestiones llegadas directamen-
te del barrio Latino (o casi).
Estas páginas están dedicadas al tema de la relación entre saber técnico y
organización del trabajo.
Este problema ha sido seleccionado (en última jnstancia) porque creo que
corresponde, a la vez, a una cuestión que se plantean los mismos chinos - ¡y sobre
'la cual han acumulado una cierta experiencia! - y a un problema que se plantea,
cada vez más explícitamente, en las luchas obreras posteriores a Mayo. Sin embargo,
a fin de evitar una lectura un poco simplista y mecánica, querría, en la primera
parte, decir algunas palabras sobre el contexto teórico y político en el cual se
155
plantean esta cuestión los chinos. (Un lector apresurado o poco familiarizado con
las cuestionesJlilmadas "de la transición al socialismo" puede ahorrárselas).
La segunda parte aborda la cuestión del "lugar" del saber técnico y del papel
de los técnicos en dos aspectos:
• cuál es la significación -desde este punto de vista- de la revolución en la
enseñanza superior, tal como puede desprenderse 6 años después del IX Congreso
del Partido Comunista Chino, que marca una fecha importante de la Revolución
Cultural;
• cómo esta revolución en la enseñanza contribuye a profundizar en la
revolucionarización de las relaciones de producción en las empresas industriales.
Es necesario hacer una precisión. Las experiencias relatadas son, a menudo,
consideradas (en la misma China) como experiencias "punta", particularmente
avanzadas. Sin embargo, esto no debe limitar en nada la importancia que es
necesario atribuirles. Me he esforzado, sobre todo, en demostrar como estas
experiencias llevan en germen una nueva política, cuyo aspecto fundamental es ligar
la formación de técnicos procedentes de las filas obreras y la organización del
trabajo industrial. La unidad de estos dos procesos viene exigida por el objetivo de
luchar contra la división del trabajo heredada del capitalismo. Como tal, esta
política, basada en nuevos principios, np puede estudiarse de igual forma en China ...
que en Francia.
Una última consideración: hemos dicho que este texto es una "especie de
informe". En efecto, se mezclan aquí discusiones con diferentes responsables chinos
y consideraciones de carácter "teórico", que tratan de centrar y aclarar estas
discusiones. Hemos preferido esta forma a cualquier otra -a pesar de sus
inconvenientes- por ser la más adecuada para reflejar la forma en que, en la misma
China, funciona una cierta relación de la teoría y la práctica. Esta no es la menos
importante de las lecciones que hemos tenido el privilegio de aprender.
156
l. EL CONTEXTO TEORJCO Y POLITICO:
EL ESTUDIO DEL "DERECHO BURGUES"
·Cuando apenas han transcurrido, podemos afirmar que los cuatro primeros
meses de 1975 quedarán marcados por un gran acontecimiento: el lanzamiento de
una campaña política de suma importancia. Los chinos la llaman campaña "de
estudio de la dictadura del proletariado". Como suele suceder, esta "campaña"
viene de lejos. En el transcurso del movimiento de crítica a Lln Piao y a Confucio
("Pi Lln-Pi Kong" 1 ), que, en cierta forma, prosigue en Jos artículos de la prensa
nacional y en Jos editoriales (éstos últimos tiene como función indicar Ja
orientación general y promover las rectificaciones y reajustes a la dirección del
movimiento), se insistía )in ces_:g en Ja necesidad de estudiar Ja teoría de la
dictadura del proletariado. Explícitamente, estos artículos recomendaban la lectura
y el estudio de textos muy concretos; la Crítica del programa de Gotha de Marx, en
particular.
También durante este movimiento (Pi Lin-Pi Kong) :apareció la directriz, con
nna significación y un alcance estratégicos, de formar "amplios contingentes de
Pbrercis teóricos" Es decir -teniendo en cuenta Ja significación de algunos de Jos
elementos que preceden inmediatamente el lanzamiento de Ja campaña de 1975-
que sus "bases" estaban ya planteadas.
157
Sin embargo, poco después de la clausura de la 4ª Asamblea Nacional
Popular, se publica un nuevo editorial de "Renmin Ribao": "Es necesario estudiar
a fondo la teoría de la dictadura del proletariado" (Pekín Informa del 17 de febrero
de 1975) seguido inmediatamente por tres artículos. La importancia de estos
textos salta a la vista. En China' nadie se engaña: se trata de un nuevo 'sal.fo
adelante y de una nueva profundización, de lo que se ha llamado, de manera
impropia, una nueva "campaña", que prolonga el Pi Lin-Pi Kong invitando al
estudio y a la crítica de las nuevas vías.
El primero de los tres textos que hemos mencionado es una colección de citas
de Marx, Engels y Lenin sobre la dictadura del proletariado. Fechado el tres de
marzo, puede ser considerado como una especie de compendio de las principales
tesis a estudiar y servirá de referencia común a todos los que participen en el
estudio.
El segundo texto, y tal vez el más importante, firmado por Yao Wen-yuan
lleva por título: "Sobre las bases sociales de la camarilla antipartido de Lin Piao".
En relación a los textos anteriores del movimiento Pi Lin-Pi Kong, introdu~e una
serie de elementos nuevos.
El tercer texto: "De la dictadura integral sobre la burguesía" (Pekín Informa
del 7 de abril de 1975) firmado por Tchang Tchouen-kiao, incribiéndose en la
misma línea que el segundo, desarrolla y profundiza algunos puntos abordados por
Yao Wen-Yuan.
Con estos tres textos disponemos, a la vez, de un primer .balance en
profundidad de la significación de la línea Lin Piao y de las luchas que se están
desarrollando en el interior del P.C.Ch. tras el IX Congreso y, lo que es quizá más
importante todavía, disponemos de los principales elementos tenidos en cuenta por
el PCCh para plantear -en la fase actual de la revolución china-la cuestión de la
transición al comunismo. Por consiguiente, también estos textos, que se refieren a
todo lo que hemos podido ver y comprender a lo largo de nuestra estancia en China,
indican claramente la fom1c;. en que se plantea la cuestión de la reducción de la
separación entre trabajo manual y trabajo intelectual. Por esta razón vamos a
detenernos aquí un instante, comenzando por comentar algunas palabras del texto
que para nuestro objetivo es el más importante, el de Yao Wen-yuan.
En algunos aspectos, este texto, central para todo el período que estudiamos,
es un primer balance de la campaña de crítica a Lin Piao, lo que se llama en China la
décima gran lucha entre las dos líneas en el seno del PCCh. Pero no solo es esto.
Podemos decir incluso. que su principal esfuerzo recae sobre lo que aparece a la vez
como una: profundización de esta crítica y un relanzamiento de la crítica sobre
nuevas bases. Por eso este texto es como el punto de unión entre dos momentos del
movimiento de crítica.
Hasta el texto de Yao Wen-yuan, en lo esencial, los temas y prácticas del
158
"cuartel general" Lin Piao son explicados y analizados como exponentes, en gran
parte, de la "supervivencia" en loa sociedad socialista de tesis y prácticas "feudales".
Se trata además, de una de las razones por las cuales la crítica a Lin Piao está ligada
a la de Confucio. Así, el editorial del 17 de febrero: "El movimiento de crítica a
Lin Piao y a Confucio ha desenmascarado profundamente la línea revisionista,
contra-revolucionaria de Lin Piao y su importante fuente ideológica: la doctrina de
Confucio y de Mencio ... " Sobre este ,punto, que parecía ser uno de los
fundamentales del Pi Lin~Pi Kong, no es sobre el que más insiste el texto de Ya~
Wen-yuan. De entrada se propone otro objetivo y lo enuncia claramente: "Cual es
el carácter de clase de gentes como Lin Piao" y, sobre todo, "de qué base social
puede nacer tal camarilla". Esta cuestión se presenta como decisiva, no sólo para
comprender y explicar el pasado, sino para en el futuro "crear gradualmente las
condiciones en las cuales la burguesía no podrá ni existir, ni reformarse". En una
palabra, se trata de comprender esta "base social" para ir suprimiendo progresiva-
mente el "terreno" -palabra clave todavía en la campaña en curso- donde una
"nueva camarilla revisionista" pudier;á/ nacer y desarrollarse, hasta encontrarse en
situación de proyectar apoderarse del poder supremo. La cuestión es seria porque,
"insiste Yao Wen-yuan, la aparición de esta línea (Lin Piao) "no constituye un
fenómeno fortuito" y tiene "un profundo origen social de clase" ... "La camarilla
antipartido de Lin Piao encamaba los intereses de la burguesía y de los
terratenientes derrotados. Esto es evidente"; en resumen, esta caracterización llena
toda la prensa china, y no es lo que el artículo d~ Yao Wen-yuan pretende aportar
de nuevo. Por el contrario, pone en guardia contra la repetición de fórmulas hechas:
"Una comprensión tal de las cosas -previene-- no abarca aún el conjunto del
problema". Porque, si bien es cierto que la línea antipartido de Lin Piao encarnaba
los intereses de las· clases derrocadas, ante todo y sobre todo, podría decirse que
representaba las "esperanzas de los nuevos elementos burgueses engendrados en la
sociedad socialista", misma (! ) nos atreveríamos a añadir. Vemos como cambia la
perspectiva habitual, y también como Yao Wen-yuan indica claramente el aspecto
principal: "Sobre este segundo aspecto (los nuevos burgueses), es sobre el que
debemos insistir".
Llegado a este punto, Yao Wen-yuan hace un pequeño rodeo teórico
enunciando y comentando una tesis fundamental; tesis que está en el centro de la
campaña de estudio de la dictadura del proletariado y que le da toda su
significación. Vamos a detenernos aquí un instante, porque se trata también de una
de las "claves" para comprender la forma en que los chinos plantean la cuestión de
la reducción de la diferencia trabajo intelectual/manual.
159
2. La persistencia del ''derecho burgués" en la sociedad socialista y sus efectos
160
burgués". Este, aunque limitado (volveremos sobre este punto), continúa existiendo
en calidad de regulador de los intercambios y de la distribución. Podemos resumir
todo esto diciendo que mientras subsiste "el sistema de mercado", el derecho
burgués no puede. ser eliminado. ¿Qué significa ésto? . Y si subsiste el derecho
burgués, ¿en qué consiste la diferencia entre la sociedad socialista y la sociedad
burguesa? . He aquí la diferencia. En el fondo, se reduce a dos principios, que son
propios de la sociedad socialista y que sólo ··ella. puede realizar y poner en práctica:
•
Primer principio: "El que no trabaje que no coma" (Lenin). Este principio es
propiamente socialista. En efecto, en la sociedad burguesa la propiedad privada de
los medios d~ producción permite al propietario apropiarse de una parte del trabajo
social. Y es el sistema de propiedad -y el Estado que lo garantiza (comprendiendo
en él, por supuesto, Ja fuerza coactiva que monopoliza)- el que hace posible esta
extorsión que se realiza, como es bien sabido, con toda legalidad. Se trata del modo
de actuación y de la función principal del derecho burgués en la sociedad burguesa.
Es evidente que no es bajo esta forma como tiene vigencia en la sociedad socialista.
Segundo principio: "A cada uno según su trabajo". Se trata del principio que
regula la distribución en una sociedad socialista. Señalemos, porque ésto no deja de
tener importancia, que Lenin da a este mismo principio otra formulación. El emplea
la fórmula: "A cantidad igual de trabajo, cantidad igual de productos". Cualquiera
que sea su formulación, este principio es también propiamente socialista. En la
sociedad burguesa, en efecto, no soimente los que no trabajan pueden percibir -en
virtud del derecho de propiedad- importantes fracciones del producto social, que
es producto del trabajo ajeno, sino que además la distribución (tomando, para simplificar
el caso del salario) se rige tanto por reglas económicas -la cantidad de mercancías
necesarias para la reconstitución de la fuerza de trabajo- como por consideraciones
políticas: situación de la competencia entre los trabajadores y capacidad de cada
capa de trabajadores para negociar la venta de su fuerza de trabajo por encima o por
debajo de su valor. Por encima de todo, en el orden jurídico, la compra de fuerza de
trabajo está regida por el contrato de trabajo, que es, como sabemos, personal.
Todo esto ha sido recordado con el fin de demostrar el carácter propiamente
socialista del principio "A cada uno según su trabajo". Retendremos esto para
enunciar las diferencias existentes entre el "derecho burgués" en Ja sociedad
burguesa y en la sociedad socialista. Pasemos ahora a las similitudes. Nuestra
pregunta -desde este punto de vista- puede formularse de la manera siguiente:
- ¿Cómo reflejan el derecho burgués los dos principos mencionados más
arriba como propiamente socialistas? .
- Pregunta corolario de esta: ¿por qué no puede -siendo claramente
designado como burgués- ser suprimido? . ("En la primera etapa de la sociedad
comunista -llamada normalmente "socialismo"- el derecho "burgués" no es
161
abolido completamente, sino solamente en parte ..." afirma Lenin; "Todo esto sólo
puede reducirse bajo la dictadura del proletariado" prosigue, a su vez. Mao
Tsé-tung).
La respuesta a estas dos preguntas nos permitirá constantar que la noción de
"derecho burgués" es más complicada de lo que parece a primera vista. El fondo de
la dificultad reside en ésto, cuya comprensión no es simple ni intuitiva: el derecho
"igual" -es decir, el que rige el principio socialista de la distribución- es también
un derecho burgués. Esto es lo que expone Marx con algún detalle en la Crítica del
programa de Gotha. Resumiendo los principales elementos de su argumentación,
obtenemos:
l. En la sociedad socialista, es decir, tal como s_ale de la sociedad capitalista, la
aplicación del principio "A cada uno según su trabajo" equivale a hacer que: "El
productor recibe individualmente ... el equivalente exacto de lo que ha dado a la
sociedad". Y "lo que el productor ha dado a la sociedad es su cuota individual de
trabajo" (pág. 13) ".La sociedad.Je entrega un bono consignando que ha rendido tal
o cual cantidad de trabajo ... y con este bono saca de los depósitos sociales de
medios de consumo la parte equivalente a la cantidad de trabajo que rindió. La
misma cantidad de trabajo que ha dado a la sociedad bajo una forma, la recibe de
ésta bajo otra forma distint_a" (pág. 14).
Este corto extracto contiene varias afirmaciones. Dice, en primer lugar, que
en la sociedad socialista es el tiempo de trabajo (Marx dice "la cantidad de trabajo
que ha dado ... ") lo que sirve de unidad de medida en la distribución. Dice a
continuación, en segundo lugar, que en el fondo hay un simple "cambio de forma":
la misma cantidad de trabajo gastado en la producción es recuperado, por otro
lado, en forma de productos _ que incorporan la misma cantidad de trabajo social.
Notemos de paso que este punto explica por qué "Actualmente se practica aún ... el
intercambio monetario ... " {Mao Tsé-tung). El dinero y el intercambio monetario
son, en efecto, absolutamente necesarios para ese "cambio de forma". Dicho de
otro modo y añadiéndole un elemei¡ito suplementario, es necesario admitir que:
2. "Se trata, evidentemente,del mismo principio que regula el intercambio de
mercancías (es decir, el de la sociedad burguesa ·-B.C.) por cuanto este es intercambio
de valores equivalentes" (pág. 14). Así, prosigue Marx: " ... en lo que se refiere a la
distribución de estos (los medios individuales de consumo) entre los distintos
productores, rige el mismo principio que en el intercambio de mercancías
equivalentes: se cambia una cantidad de trabajo, bajo una forma, por otra cantidad
igual de trabajo, bajo otra forma distinta" (pág. 14). Y Marx puede concluir:
3. "El derecho igual (subrayado por él) sigue siendo aquí... el derecho
burgués"(subrayado por él). De forma aparentemente paradójica, Marx llega a formular
esta tesis de que, aunque, y es necesario decir también porque, la distribución se
efectúa "según el trabajo"; el derecho burgués continúa reinando. Brevemente,
162
repartir igualitariamente según el trabajo es todavía y siempre burgués. Marx precisa
aún más este púnto, indicando: "Este derecho igual es un derecho desigual para
trabajo desigual. No reconoce!': ninguna distinción de clase" (pág. 16). La única
distinción que toma en consideración es la relativa a la desigualdad de "aptitudes" y
esto para contabilizar las diferencias de rendimiento, y por ellas justificar los
privilegios ¡dándoles una base "natural"! "En el fondo es, por tanto, como todo
derecho, un derecho basado en la desigualdad" (pág. 15). Esta es la última palabra
-o casi- de Marx. Decimos o casi: en efecto, Marx no permite que nadie sino él
mismo extraiga las últimas consecuencias de lo que expone y, c9n toda lógica,
afirma: "Para evitar todos estos inconvenientes, el derecho no tendría que ser igual,
sino desigual".
Hemos llegado casi al fin de nuestro pequeño "rodeo teórico". Queda solo
por precisar un último punto: por qué este derecho -del que vemos ahora en qué
sentido sigue siendo un derecho "burgués"- no puede, durante todo el período de
transición, ser más que "limitado" pero no abolido. Tras los desarrollos dedicados al
análisis de las razones por las cuales continúa manifestándose, la respuesta es simple.
Mientras subsistan las categorías de mercado, el intercambio monetario, etc., dicho
de otra forma, mientras se mantengan las relaciones de producción capitalista -y,
por consiguiente, también el tipo de división del trabajo que les corresponde- las
relaciones de distribución (que no son, repitámoslo, sino "el reverso" de las
relaciones de producción) sólo pueden estar marcadas por un carácter burgués. Si
precisamos a continuación que el tipo de derecho "desigual", que prevalece con la
aplicación del principio socialista "a cada uno según su trabajo'', es el derecho más
"igual" posible, tenemos la respuesta a nuestra pregunta. Esta consiste en un
desplazamiento. Reducir el derecho burgués supone, no una manipulación jurídica,
sino la "revolucionarización de las relaciones de producción" y, en primer lugar, la
reducción y abolición de la división del trabajo.
Marx afirma más explícitamente aún este último punto: " ... cuando haya
desaparecido la subordinación esclavizadora de los individuos a la división del
trabajo y, con ella, la oposición entre el trabajo intelectual y el trabajo manual...
solo entonces podrá rebasarse totalmente el estrecho horizonte del derecho
burgués". Una última advertencia, este texto no es una página de literatura, se trata
de una tesis teórica central del período de transición y es tomada como
tal por los chinos. A partir del texto de Yao Wen-yuan (al menos) la cuestión de la
lucha entre las dos vías y las dos Iíneas se limita siempre a la cuestión siguiente: nos
esforzamos y queremos realmente reducir el derecho burgués o, por el contrario,
amparándonos tras discursos "de izquierda" queremos dejar las cosas como están, es
decir, dejar de hecho (espontáneamente, por el libre juego de las categorías de
mercado) ampliarse el derecho burgués y, por tanto, a la larga, restaurar el
capitalismo, aunque sea bajo una forma específica, sin restauración de la propiedad
163
privada. Todo este proceso es el que los clúnos simplifican en una f6rmula, a
menudo mal comprendida por lo concentrada, diciendo que se trata de la "vía
capitalista".
Una vez planteado ésto, se pueden resumir los puntos abordados a lo largo de
este "rodeo te6rico" y tratar de sacar algunas enseñanzas, desde el punto de vista de
la división del trabajo , que es el único que nos preocupa aquí. Se pueden agrupar los
elementos reunidos en la lectura de la Critica del programa de Gotha en tres tesis.
Tesis núm. 1: El derecho "igual" -el que prevalece con la aplicación del
principio socialista "A cada uno según su trabajo"- sigue siendo, en el fondo, un
derecho burgués. ·
Sin embargo, en la sociedad de transici6n este derecho no puede ser abolido,
no puede ser sino reducido y limitado progresivamente. Mejor aún, sólo en la
medida en que progrese la "revolucionarización de las relaciones de producción" -y
podemos añadir que al mismo ritmo que ella- el "derecho burgués" puede ser
limitado. Esto es cierto en la medida en que:
Tesis núm. 2: "El derecho no puede ser nunca superior a la estructura
económica ni al desarrollo cultural de la sociedad a la que corresponde".
Esta segunda tesis permite comprender la afirmación de Lenin -la cual es
también una simple constatación tornada por Yao Wen-yuan- se,gún la cual,
estando caracterizada la sociedad de transición como una economía de mercado, el
"derecho burgués" se mantiene "corno regulador de la distribución y del
intercambio". Notemos de paso, en lo que concierne a la distribución, que tenemos
aquí la razón por la cual " ...el sistema de salarios no es igual; tiene ocho niveles ... "
(Mao Tsé-~ung). · En cuanto a las condiciones que deben reunirse para que sea
abolido el 'derecho burgués; están claramente indicadas por Marx. Constituyen la
Tesis núm. 3: "En una fase superior de la sociedad comunista, cuando haya
desaparecido
• la subordinación esclavízadora de los individuos a la división del trabajo, y
con ella, 1la oposición entre el trabajo intelectual y el trabajo manual;
• cuando el trabajo no sea solamente un medio 'de vida, sino la primera necesidad
vital;
• cuando, con el desarrollo de los individuos en todos sus aspectos, crezcan
también las fuerzas productivas y corran a chorro lleno los·manantiales de la riqueza
colectiva, sólo entonces podrá rebasarse definitivamente el estrecho horizonte del
derecho burgués, y la sociedad podrá escribir en su bandera: "De cada cual según sus
capacidades, a cada cual según sus necesidades! " (Marx).
Detengámonos un instante en esta tesis. Precisemos que nos limitaremos al
examen de la primera condición enunciada por Marx. (Hay razones para pensar que
esta primera condición es de hecho la principal -es decir, que de su realización
depende, en primer lugar, la de las otras). Tomemos la tesis de Marx al pié de la
164
letra. Dice ésto: "la abolición del derecho burgués presupone la abolición de ... la
división del trabajo", en particular, el fin de la oposición entre el trabajo intelectual
y el trabajo man..ual. ¡Nada menos! . Tratemos de profundizar en este punto.
Porque bajo esta forma lapidaria ·-es natural puesto que se trata de una
"tesis" - esta proposición no revela la lógica que la sostiene. Por razones de
comodidad, partiremos de un ejemplo "simple". Sea, pues, el "sistema de salario
con ocho niveles", considerado hoy (en China) como una de las manifestaciones
más flagrantes de la existenl!ia del "derecho burgués". ¿Por qué se mantiene un
sistema -desigual- de salarios con ocho niveles? . Dicho de otra forma, ¿en qué se
"basa" la existencia de estos ocho niveles? . Una larga discusión con algunos
responsables y miembros de un ~rupo de obreros teóricos de la Fábrica de
máquinas-herramientas núm. 1 de Shangai nos ha permitido esclarecer un poco esta
cuestión.
"Varios criterios son tomados en consideración para defmir los ocho niveles:
• la edad del trabajador y su antigiiedad en la fábrica;
• la duración del trabajo;
• la penosidad (esto explica el hecho, que es frecuente constatar en las.fábricas
165
chinas, de que el salario de los obreros es superior al de los empleados y, a
veces, al de los cuadros);
• por último y sobre todo, el ni1•el de competencia técnica del trabajador 2 • Este
último criterio -·modulado por Jos precedentes-- permite pasar de un nivel
a otro.
166
equipos de producción, y mientras el sistema de propiedad de todo el pueblo
no disponga de una abundancia extraordinaria de productos para aplicar entre
nuestros 800 millones de• habitantes el principio de la distribución según las
necesidades, no habrá más remedio que conservar la producción de mercado,
el intercambio por medio del dinero y la distribución según el trabajo" {P.I.
núm. 14, pág. 10).
3. Hay que tener cuidado, sin embargo, de que este tipo de argumento 1no sirvd para
justificar, y legitimar, desigualdades, en particular salariales. Por su parte, los chinos insisten
para que, desde ahora, estén presentes los elementos del reparto "según las necesidades" y pasen
a ser progresivamente los principales. Un reciente texto publicado por la revista Théorie et
Politique (núm. 5, julio 1975) traducido por Joel Bel Lassen, y extraído de una de las revistas
más vivas de Shangai, Estudios y Críticas, es explícito sobre este punto. Este texto afirma "Es
lamentable que tras la muerte de Lenin, la URSS haya abandonado progresivamente los
principios de la Comuna de París sobre los salarios... En el terreno del reparto y de los salarios, a
causa de l) la falta de experiencia; 2) el obstáculo que constituye un pensamiento metafísico,
(Stalin) benefició a los expertos en detrimento de las masas, a la técnica en detrimento de la
política, a los estímulos materiales en detrimento del trabajo ideológico, a la lucha contra el
igualitarismo en detrimento de la lucha contra los privilegios. De ello resultó una aplicación
abusiva ya que no dialeética,de/ principio: de cada uno según su capacidad, a cada uno según su
trabajo y un incremento constante de la diferencia en el plano de las rentas individuales entre,
por una parte, las masas populares y, por otra, los intelectuales y los responsables del Partido ...
(el subrayado es mio, B.C). El texto se presenta bajo forma de contribución al balance del
periodo staliniano, pero es evidente que estas observaciones van dirigidas a los chinos ocupados
en la lucli'a contra el "derecho burgués". Hay que destacar también que si en China se estudia el
"derecho burgués" no es para justificar el estado de cosas existente, sino para transformarlo en
sentido socialista.
167
expuesta, de que no se pueden abordar los problemas de la distribución -incluso en
la sociedad socialista- independientemente de la "distribución de las condiciones
de producción" (Marx, ídem. p. 16). En la medida en que, en primer lugar, la
competencia técnica es indispensable para el buen funcionamiento de las unidades
de producción; y en que en segundo lugar, esté (todavía) en manos de un reducido
número de expertos -apropiada de forma privada, podríamos decir- constituye el
tope con el que tropieza Ja igualdad de salarios, y Ja base "oculta" de Jos ocho
niveles. Mientras el proceso de distribución de tareas y funciones siga siendo un
proceso de tipo capitalista, que entraña un proceso de distribución del "saber
técnico" caracterizado por Ja apropiación de ese saber por una minoría de expertos;
y asimismo también, mientras subsista Ja separación entre trabajo manual y trabajo
intelectual, persistirá siempre el "derecho burgués". ·
Dicho de otra forma, y con ésto terminamos este punto: el medio para crear
gradualmente fas condiciones para fa supresión del "derecho burgués" y del
principio desigual de distribución "según el trabajo", consiste en la lucha contra la
apropiación de la técnica por expertos, y la lucha correlativa por la abolición de la
separación entre el trabajo intelectual y el trabajo manual. Simplificando (mucho)
podernos decir que cualquier otro medio no es más que una "chapuza" jurídica
sobre el enrejado o abanico de salarios, y no se atacan las raíces que fundamentan y
reproducen la desigualdad. Entendámonos bien: esta "chapuza" es necesaria y es,
incluso, uno de los contenidos permanentes en la lucha de clases. Quiero solamente
indicar que no puede haber eficacia duradera si no se acompaña de una
rcvolucionarización de las relaciones de producción, única que puede lograr las
condiciones económicas y políticas que aseguran la reducción de las desigualdades.
Este punto es, por otra parte, confirmado -creo- por nuestros interlocutores de la
Fábrica de máquinas-herramientas.
A la pregunta: ¿Cómo tratais de reducir los efectos del derecho burgués en lo
que concierne al sistema de salarios? la respuesta fue la siguiente:
"Este problema es uno de los que estudiamos prioritariamente en este
momento y al cual dedicamos mucha atención. El mejor ejemplo en este terreno lo
suministra la Comuna de París que, en 1871, dedicó un enorme esfuerzo a limitar el
derecho burgués. Las medidas principales eran:
1) Los miembros dirigentes de la Comuna no debían tener un salario superior
al de los obreros.
2) Igualdad de salarios entre hombres y mujeres.
3) Los miembros dirigentes que tienen dos responsabilidades no deben
percibir una doble remuneración.
4) Es necesario reducir los salarios superiores y aumentar Jos más bajos.
La Comuna de París responde a nuestras necesidades actuales. En particular,
en lo inmediato, es necesario ponerse en guardia para no ampliar el abanico de
168
salarios sino, al contrario, reducirlo aumentando los salarios bajos". Pero, precisan
inmediatamente, para consolidar estas medidas e ir hacia adelante, es necesario
luchar contra la apropiación de la técnica por especialistas y combatir la división
entre trabajo manual y trabajo intelectual. Para conseguirlo "es necesario ampliar
constantemente los conocimientos de los obreros; y atenerse firmemente al sistema
de la "doble participación" (obreros en la gestión y cuadros en la producción).
Tal es el contexto ~eneral en el que se plantea Ja cuestión de la diferencia de
competencia técnica entre trabajadores y grupos de trabajadores. Como vemos, la
cuestión es examinada en profundidad por los chinos y considerada en relación a las
tareas de Ja transición al comunismo. Se pueden resumir muy brevemente las notas
obtenidas en tres proposiciones.
l. La cuestión de la diferencia de competencia técnica solo puede ser
comprendida en relación a la más general de la "separación" entre el trabajo
intelectual y el trabajo manual.
2. Esta "separación" es una de las tres grandes herencias de la sociedad
burguesa. Su "reducción" es una de las grandes tareas históricas de la transición al
comunismo.
3. Luchar o no contra esta desviación, reducirla progresivamente -es decir,
atacar las bases materiales e ideológicas en las que se basa- es, en última instancia,
seguir "la vía socialista" o "la vía capitalista". Esto es, esforzarse o no en reducir
progresivamente las condiciones que aseguran la reproducción del derecho burgués.
Desde la caída de Lin Piao y el X Congreso del PCCh (la insistencia de Yao
Wen-yuan y Tcl1ang Tchouen-kiao en este punto de vista es claramente significativa)
parece que el campo principal del enfrentamiento de clases lo consituye la cuestión
de la lucha contra el "derecho burgués" y sus manifestaciones. Uno de Jos puntos
principales que se debaten es precisamente el del "lugar" ocupado por la técnica y
los técnicos en un momento en el que, según parece, existe un consenso general en
hacer de China (en 25 años) un gran país industrial.
Planteado ésto, querría ahora presentar las características principales de la
política llevada a cabo después de la GRCP para asegurar la apropiación de la
técnica por las masas obreras, prosiguiendo así la revolucionarización de las
relaciones de producción.
169
2. TECNICA, TECNICOS Y DIVISION DEL TRABAJO
171
A lo que es necesario añadir, en lo que respecta al trabajo intelectual, las
tareas de gestión. Simplificando más aún, se puede decir que están separados y
opuestos:
por un lado, el trabajo de fabricación asignado a los productores directos.
• y por otro, el trabajo de concepción-gestión.
Si añadirnos que "r.sta división coloca a los productores directos en una
posición subordinada en relación a los ingenieros y técnicos" (Bettelheim, id., p.
89), obtenemos una precisión suplementaria, y que completa la visión de conjunto
que podemos tener del proceso de distribución de tareas y funciones en las
condiciones capitalistas, diciendo que:
• de una parte, hay separación entre el trabajo intelectual y el trabajo manual
(separación fabricación/concepción-gestión);
• y de otra, hay oposición (relación "subordinada" dice Bettelheim) entre el
trabajo que se presenta como trabajo de dirección (comercial, financiera o técnica)
y el trabajo de pura ejecución.
Así se explica el hecho de que la separación (fabricación/concepción-gestión)
esté recubierta por una oposición (ejecución/dirección). Por ello, vemos claramente
que, si todo este sistema no es modificado, la promoción de cuadros y técnicos
"extraídos de las filas obreras" no cambia en nada la situación. Lo que es necesario
modificar son las relaciones de producción, el sistema de "puestos" y la división del
trabajo en el interior de la unidad de producción considerada. Y esto no se consigue
reemplazando una burocracia por otra -aunque sea de "izquierdas"-.
2. Una vez planteado esto, es necesario remontarse más hacia "los orígenes",
y ver la ligazón estrecha existente entre un sistema de relaciones de producción y las
condiciones sociales que permiten su reproducción. Especialmente, qué relaciones
concretas mantienen el sistema de formación de trabajadores con el sistema de
"puestos" en las unidades de producción, en la medida en que su función es de
"cualificar" -tanto desde el punto de vista técnico como ideológico- las diferentes
fracciones de la fuerza de trabajo que vendrán a ocupar tal o cual "puesto" en la
empresa. Por todas estas razones, vemos claramente que la revolución en el sistema
de formación y la revolución en las unidades de producción deben ser llevadas a
cabo paralelamente, si no se quiere que se entorpezcan una a otra, en lugar de
apoyarse. El progreso de la edificación socialista lo requiere.
3. Establecido esto, querría reunir en la segunda parte de este artículo una se-
rie de elementos representativos de la manera como se plantea y llave a cabo la lucha
contra la separación y oposición entre el trabajo intelectual y el trabajo manual tras
la GRCP. Veremos que lo que se plantea, más allá del simple aprendizaje de la
técnica por las masas, es una cuestión bastante más difícil y complicada, puesto que
1
se trata nada menos que del ejercicio de la dictadura del proletariado en el terreno
172
de la técnica. Los chinos han enfocado este problema desde varios lados. Me referiré
aquí a dos:
• Ja revolución en el sistema de enseñanza y formación,
• la revolucionarización de las relacio?es de producción en las unidades de
producción (Examinaremos solamente los elementos directamente relacionados con
la cuestión de Ja apropiación proletaria deo.la técnica) .
•
1. La línea general
173
"La entrada de equipos obreros de propaganda en el campo de la enseñanza
constituye un acontecimiento destinado a cambiar cielo y tierra".
Por añadidura, este texto contiene una nueva directriz de Mao Tsé·-tung en
un momento particularmente importante de la lucha en la enseñanza. Mao, por su
parte, no se anda por las ramas. Júzguese:
"Todos los que consideran a los obreros como fuerzas extrañas a las
"mismas" masas, son o bien provocadores, o bien elementos extraños a la
clase obrera y, por consiguiente, esta tiene toda la. razón para ejercer su
dictadura sobre ellos. Hay intelectmtles que se proclaman "revolucionarios
proletarios"; pero cuando la clase obrera toéa los intereses de su pequeñito
"reino independiente" resulta que se oponen a los obreros".
Esto dá una idea de las luchas que de entrada - ¡y que entrada: la de los
obreros! - van a marcar la revolución en la enseñanza.
174
- El segundo acontecimiento está constituido por otra directriz de Mao que
viene a apoyar el trabajo de los equipos obreros de propaganda (que se esfuerzan
en volver a poner en marcha Tas universidades) y marca la orientación general. Esta
directriz, llamada del "21 de julio", tiene vigencia permanente. Hela aquí:
"Las escuelas superiores son necesarias. Por ellas entiendo, sobre todo, las
escuelas politécnicas. Sin embargo, es necesario. reducir la duración de los
estudios, llevar la revolución a la en~eñanza, poner la política proletaria en el
puesto de mando y seguir la vía marcada por la Fábrica de máquinas-herra-
mientas de Shangai, 3S decir, formar personal técnico extraído de las filas
obreras. Los estudiantes de6en ser elegidos entre los obreros y campesinos
que tengan experiencia práctica; después de algunos años de estudios,
volverán a la práctica de la producción".
175
de las directrices relativas a la revolución en la enseñanza superior. Tal vez entonces se
advertirá que lo que está .en juego va mucho más allá de lo que generalmente
creemos.
Primera observación:. Lo que se propone como "modelo" y como "línea" a
seguir no es un centro superior, sino una fábrica. El texto (tanto de Mao como de
Yao W~n-yu~n) no dice: según el camino de la universidad de Pekín, o de Shangai,
sino de la Fábrica de máquinas-herramientas de Shangai. Más allá de la prosa,
incluída la =de "izquierda", a la que estamos acostumbrados sobre la GRCP,
evaluemos seriamente lo que esto significa. Y Ja inversión tan completa que supone
la "vía" propuesta, en relación a todas las prácticas imaginables de reforma de la
enseñanza. "Revolución" en la enseñanza dicen Ma~ y Yao Wen-yuan. Y no
"reforma" como dicen otros textos.
. Se¡jf.inda observación: La caracterización más breve dada de la "vía de Ja
Fábrica de máquinas-herramientas"consiste en lo siguiente: " .. .los estudiantes son
elegidos en las filas obreras ... y vuelven a ellas". Ahora bien, es necesario señalar que
los "jóvenes instruidos", que forman todavía hoy lo esencial de los estudiantes de
las universidades, no son obreros y campesinos, propiamente dichos. A lo sumo han
permanecido, en la mayoría11 de los casos, un período de 2 ó 3 años en el campo.
Creo que no se ha prestado la suficiente atención a este punto, que incluso "la
permanencia en el campo" no es sino una medida, en cierta manera, conservadora.
Si relacionamos ahora e;itas dos observaciones con las luchas que se
desarrollaron desde 1968 sobre la forma de comprender y aplicar las directrices
centrales, llegaríamos a una nueva comprensión de la revolución en la enseñanza.
Tercera observación: Podemos, en efecto, afirmar hoy que lo que está en juego
es el rechazo radical del antiguo sistema de enseñanza y Ja reconstrucción de un
sistema nuevo que, en todos sus aspectos esenciales, tiene poco que ver con el
antiguo sistema. He aquí por qué los textos de Mao hablan de revolución en la
enseñanza. Desde este momento se empiezan a perfilar los grandes contornos del
nuevo sistema. Desde el punto de vista estratégico, y en lo relativo a la enseñanza
superior, se desprenden dos características:
• debe ser organizada en torno a las fábricas y, como veremos, bajo la dirección
de los obreros;
• y reclutar sus estudiantes en las filas obreras.
Desde el punto de vista táctico, y para realizar este objetivo estratégico, la
revolucign debe proseguirse siguiendo tres direcciones principales.
1. Allí dond·~ sea posible, establecer cuanto antes "universidades de fábrica"
l. Digo bien en la mayoría porque esto no sucede todavía en la totalidad de los casos. Por
otra parte, "recomendaciones" existen todavía como lo testimonia un dazibao que denuncia la
existencia de estudiantes, hijos de cuadros, ingresados en la universidad por "la puerta falsa".
Señal, si era necesaria, de que "la gran revolución en marcha es indispensable y totalmente
oportuna para prevenir el revisionismo y consolidar la dictadura del proletariado" (Mao).
176
según el modelo de la universidad 21 de julio de la Fábiica J;;: m.<1.¡;.;im1s-hnra.-
rrúentas de Shangai.
2. Conservar aún los antiguos establecimientos de enseñaüza snrerk;r, pew a)
renovando profundamente su reclutamiento, permanencia de jóvt.11.r.s en d campo y
designación de estudiantes por los campesinos; acogida permanente de grupos
obreros y campesinos para períodos de formación de duración variable según las
necesidades y preocupaciones de estos grupos; b) revolución en los mStodos de
enseñanza: partir de la práctic\ y de la experiencia acumulada por lo> obreros,
campesinos o jóvenes durante el trabajo productivo; enseñanza llarnada "de pnct'ta~
abiertas": 1.a universidad practica el doble principio de "ilwitar" (a trabaj<ldores de
diferentes sectores y niveles para aprender de ellos) y "salir" tpara investigar sobre el
terreno y aprender en la prácÜca).
3. Establecer una corriente permanente en profundidad con el re,,to ,,k la
sociedad, en particular con las unidades de producción. La universidad es un lugar
"abierto", una "base" al servicio de los trabajadores; y no un lugar cerrado Joude se
cultiva en invernadero una pseudo "elite" técnica. Brevemente, y para utilizar una
expresión china, la universidad debe formar los "continuadores de la revolución, y
no "eminencias académicas" de todas clases, agazapados tras la "villa fortificada"
de su saber, buenos solamente para ser los continua.dores de ... la burguesía.
Esto, repitárnoslo, constituye la "'línea general", y choca con una oposición
que, por disimularse bajo una apariencia a menudo "de izquierda", no deja de ser
menos extremadamente viva. Así, en la universidad Beida de Pekín, un enseñante
nos explicaba: "Tras la caída de Lin Piao, algunos,'bajo el pretexto de criticar su
línea pretendidamente "izquierdista", h:zn atacado de hecho a la izquierda misma,
combatido las conquistas de la Rel'Olud6n Cultural, y así -lo que constituía su
plan- favorecido una cierta restauración del poder académico. De esta forma han
obstaculizado seriamente el desarrollo de la revolución en la universidad. Solo con
el desarrollo del movimiento Pi Lin-Pi Kong la iniciativa ha vuelto a la izquierda; y
la revolucionarización de la universidad solo ha tomado una vía correcta tras varios
meses".
La revolución en la enseñanza incluye, sin duda, numerosos aspectos. No st:
trata de exponerlos todos en los Hmite~ de este simple artículo."Por co1.siguient.e,
querría atenerme en las próximas página.s al examen de una sola cuestión: como se
efectúa la apropiación de la técnica por la clase obrera. Esta elección se explica por
dos tipos de consideraciones.
-Incluso en China, la capacidad de resolver progresivamente esta cuestión se
considera como una de las condiciones esenciales para el mantenimiento y
reforzamiento de la dictadura del proletariado. Además, como se ha visto, ·esta
cuestión, en la medida en que está recubierta por el problema de la división del
trabajo intelectual/manual, es de las qw~ sirven de fundamento a la existencia del
"derecho burgués" en la sociedad socialista.
lT/
- En Francia, y más generalmente en los países capitalistas desarrollados, la
ideología del experto y la competencia sirve de justificación no solamente a las
clases dominantes, sino también a muchos de los proyectos y programas "de
izquierda".
Por consiguiente, la experiencia acumulada 'en este terreno por el pueblo chino
es de gran importancia. Más aún cuando no hay muchas más, como es fácil_ adivinar
¡Sobre todo desarrolladas a esta escala! .
178
según explica, los obreros-técnicos se comportaron después como vulgares "exper-
tos burgueses". L1 raz6n de esto reside en que se había puesto el acento de manera
casi exclusiva en la formac!6n técnica, además de que la organizaci6n del trabajo en
las fábricas apenas había sido modificada y los nuevos técnicos no hicieron más que
ocupar el lugar de los antiguos, o añadirse a ellos, sin que por consiguiente
progresara un ápice la revolucionarizaci6n de las relaciones de producción. Todavía
hoy, recuerdan los participantes en esta charla, una de las dificultades a superar
proviene de la ideología de numerosos obreros que se consideran "revolucionarios
de nacimiento", ven con mala cara la unión teoría/práctica bajo pretexto de que
"por lo c¡ue se refiere a la práctica hemos hecho suficiente en el taller",
manifestando con ello una cierta incomprensión de los objetivos de Ja revolución en
marcha. Estos hechos son recoraados con el fin de mostrar que las cosas no son
simples y necesitan una gran vigilancia para ser llevadas a buen fin. La universidad
21 de Julio de Ja Fábrica de máquinas-herramientas de Shangai, que hemos visitado,
proporciona una experiencia triunfante y es considerada por eso corno "modelo"
para toda China.
179
Las cosas están así cuando en el afio 1966 la Revolución Cultural inica su
auge. En esto, como en otros aspectos, va a entrañar profundos cambios. En el
terreno que aquí nos ocupa, la formación de los técnicos, podemos decir que el
principal cambio operado ha consistido en poner en pie un verdadero centro de
enseñanza superior de nuevo tipo: una "universidad de fábrica" que, _siguiendo la
directriz del 21 de julio de 1968, va a tener la importancia que sabemos en la
revolución de la enseñanza. 3 elementos principales la caracterizan: el recluta-
rrúento, la naturaleza y las modalidades de la enseñanza y la composición del
"cuerpo de enseñantes".
a. El reclutamiento
En lo sucesivo, los estudiantes de la universidad 21 de julio (la cua1,
precisemoslo, es adrrúnistrada por la fábrica y depende de ella) son todos elegidos
entre los obreros de la fábrica o de otras fábricas del mismo tipo. 3 promociones
han sido ya reclutadas y formadas. La primera abarcaba 52 obreros de la fábrica. La
edad media era de 29 años, la antigüedad de 12 años. La segunda comprendía 98
obreros (de ellos 58 de la misma fábrica y 40 de otras). La antigüedad media y la
edad media pajan: son, re~pectivamente, 8 y 27 años. La tercera comprende 109
obreros, de ellos 60 de otras fábricas de Shangai: edad media 26 años, antigüedad 7
años. No se crea, sin embargo, que todos los problemas están resueltos. Así
"algunos talleres de la fábrica no parecen dispuestos a dejar los hombres que forman
su armazón. Tienen un espíritu particularista 2 ". Vemos, pues, que la lucha, tanto
en este campo como en otros, prosigue. Pese a todo, los progresos son considerables
puesto que en el curso de la GRCP ha sido barrido el absurdo sistema "uno por
uno". La "combinación uno por uno (un obrero sirve a un técnico)... significaba
que "el papel del ingeniero es servirse de su lengua, el del obrero de sus manos", que
"el papel del ingeniero es aportar ideas, el del obrero realizarlas";en suma, quedaba
barrida Ja vieja concepción milenaria según Ja cual "los que aportaban el esfuerzo
mental eran los gobernantes, y los que utilizaban sus manos los gobernados". Este
texto muestra simultáneamente el vigor y la profundidad de la crítica desarrollada.
Para que el anterior estado de cosas no pueda reproducirse han sido tomadas
numerosos garantías, de las que las más importantes afectan a la nueva concepción
de la enseñanza.
180
recordar que Ja enseñanza destinada a Jos obreros no busca solamente convertirlos
en técnicos competentes, sino que también, y ante todo, debe permitir el ejercicio
de un nuevo tipo de poder, proletario, en el campo de la gestión y de la
investigación técnica. Con otras palabras; no se trata de reemplazar expertos por
expertos, sino de permitir, rompiendo el monopolio ejercido por un puñado de
"expertos", gar~ntizar la democracia y la iniciativa, de las "masas" de la fábrica en
todos los campós, Planteado ~sto, pasemos a las transformaciones.
- Las nuevas materias de estudio. Son establecidas a partir del programa
general de la universidad: "Concepción y fabricación de máquinas rectificadoras de
precisión". Los manuales "clásicos" de mecánica, dinámica, cinética, electricidad,
etc., existen y, por supuesto, están disponibles. Pero no se parte de ellos. Grupos
mixtos obreros-técnicos están encargados, a través de investigaciones y discusiones
con obreros veteranos y experimemados, de localizar y reunir en "asignaturas" más
o menos provisionales, conjuntos homogéneos de datos y problemas. Lo importante
aquí es que, de acuerdo con el programa general de la universidad, los problemas
"teóricos" de concepción no están separados de los "prácticos" de fabricación.
Aquí, como en la universidad de fábrica de la mina de Keilwhan, se llega por este
método a concebir -aunque sea en germen- nuevas asignaturas que obedecen a una
taxonomía diferente de la tradiciomzl heredada de Occidente. Que nadie quiera ver
en esto la consecuencia de una "chapuza" resultante de una concepción empirista o
productivista del saber. Yao Wen-yuan, como dirigente político, pero también como
filósofo (su "formación" inicial) pone los puntos sobre las íes: "partir de la práctica
para redactar nuevas materias de estudio y establecer nuevas asignaturas es una gran
creación de la GRCP" (Charlas ... p. 62). Independientemente de este "resultado",
cuya importancia puede medir cada uno, se habrá notado también que "partir de la
práctica" garantiza adecuadamente la participación e iniciativa de los simples
obreros en las transformaciones en curso. Y, por tanto, también la posibilidad de
ejercer cierto control sobre los técnicos formados. Esto se completa por:
- Las formas de funcionamiento de la unión teoría-práctica. En el antiguo
sistema de formación, que prevalece ~n el conjunto de China (como todavía hoy en
Francia, por ejemplo) se creía inevitable pasar por las tres etapas: l. enseñanza
básica; 2. ensefíanza teórica complementaria; 3. especialización. Estas tres fases son,
a partir de ahora, "fragmentadas" en 4 ·períodos. 1er Período: Resumen y estudios
de las primeras materias de enseñanza; se insiste sobre el estudio teórico y las
técnicas profesionales básicas; esto durante 8 ó 9 meses. 2° Período: "Aprende a
hacer la guerra haciéndola". Los estudiantes salen de la escuela y vuelven a los
talleres. Son integrados en los grupos existentes de "triple unión para la innovación
técnica" y contribuyen directamente al avance de los programas e investigaciones en
curso, e, incluso, -insisten nuestros interlocutores- en la fabricación. Durante este
período los profesores continúan su enseñanza, pero sobre el terreno y cli función
181
de las dificultades encontradas. El 3er período está consagrado a un nuevo salto en
el conocimiento. De nuevo estudio teórico para resolver los problemas difíciles
dejados en suspenso. Por fin, el 4° período está consagrado de nuevo a la práctica.
Pero. a este nivel, los obreros-técnicos son capaces de analizar los problemas de
forma independiente. Participan en los trabajos de concepción y fabricación de las
máquinas más complejas.
c. El cuerpo de enseñantes
Ha sufrido modificaciones a medida de las transfonnaciones en curso.
::ompuesto de 22 miembros permanentes, proviene de tres fuentes: 8 son obreros. y
~cnicos de la fábrica (2 obreros veteranos + 6 obreros-técnicos formados sobre el
terreno); 4 provienen de las escuelas técnicas de Shangai; y los 10 últimos son
enseñantes de diferentes universidades del Estado. Pero no hay que considerarlos
como un cuerpo de enseñantes "profesionales'". Constantemente se añaden obreros
experimentados o técnicos de la fábrica que vienen a dar un curso, realizar una
iemostración, prevenir una dificultad o un problema a resolver. Con esto se evita el
peligro de un -eventual cierre del grupo en sí mismo, solicitando su participación en
los trabajos de la fábrica donde su "carácter de expertos" es controlado y
socializado. Así se han' realizado grandes progresos. Júzguese: "Antes, cantidad de
investigadores anotaba,¡ en sus tarjetas datos técnicos que consideraban como una
"pequeña reserva" personal. Ahora, están ~eunidas en fascículos para distribuirlas a
todos como documentación". Sin duda, eon este tipo de indicadores se miden la
realidad e importancia de las modificaciones en curso.
Quizá se comprende mejor ahora la distancia recorrida desde los antiguos
métodos. En la universidad Beida de Pekín, el antiguo sistema se nos había
presentado como caracterizado por "tres centros: profesor, curso, libro". Estos
tres centros llevaban a una enseñanza "a pu~rta cerrada", en la penumbra de las
ventanas cerradas y de un impalpable saber, dulcemente escondido en las páginas de
los libros. El estudio se hacía "de noción en noción y de libro en libro, sin saber
cómo trabajan los obreros, cultivan los campesinos o cómo circulan las mercan-
cías". Resumiendo, la enseñanza basada en los tres centros llevaba a "tres
separaciones". "Separación del trabajo. productivo, de las masas obreras y
campesinas y separación de la política proletaria para la consolidación de la
revolución". En pocas palabras, la enseñanza era una enseñanza hecha por la
burguesía para formar sus continuadores. Estos, a la salida de la universidad, eran
promovidos a puestos de responsabilidad en Jos que tenían todo tipo de
oportunidades de aportar -o consolidar-, no necesariamente de forma consciente,
las técnicas de gestión y de dirección burguesa. A esto es a lo que los chinos llaman
"la vía capitalista". ¿Están equivocados?.
Dicho ésto, no hay que creer que las "universidades de fábrica" se desarrollan
182
por sí mismas. Como prueba veamos esta entrevista con uno de nuestros guías de
Shangai, en etapa de prácticas para aprender francés con nosotros y que,
casualmente, se dedicaba pre"cisamente a la promoción ... de universidades de
fábrica.
183
prosigue: "Cu~ndo las cosas están más claras y los cuadros han comprendido la
importancia de crear universidades de fábrica, se organizan reuniones a diferentes
niveles, a fin ele movilizar a los obreros y poner en sus manos y bajo su control la
puesta en marcha de las universidades de fábrica". Aquí Siu cambia de tono para
contarme algunas de las expe,riencias acumuladas a lo largo de este trabajo. "En
general., los obreros se entusiasman con el anuncio de la creación de una universidad
que ser<l l.a suya. Cuando todiivía los cuadros están ceñudos por las dificultades del
plan o la falta de medios, vemos a los obreros veteranos declarar que están
dispuestos a trab.1jar más, a hacer el trabajo de los jóvenes para que éstos puedan ir
a fa universidad. Cada cual trae de su casa m~sas, papel y toda clase de materiales
para cornenza.r sin tardanza la construcción de la "escuela". En este país de ritos,
que tocl.avía e5 f'hina, los obreros proceden de forma simbólica a poner la primera
piedra, corno para tomar una opci6n cara al futuro y hacer imposible la Vl,lelta atrás
y el abandoi10 del proyecto. "Una vez que las masas se apropian así del tema, las
reticencias de los cuadros son vencidas y las dificultades pueden resolverse una a
w1a. Nuestra tarea consiste entonces en ayudar a la fábrica a encontrar los
profesores necesarios. Para hacerlo, organizamos encuentros entre las diferentes
fábdcas, que ponen así en común sus experiencias y sus medios, tal fábrica
proporciona para la enseñanza dos técnicos mecánicos, tal otra dos electricistas,
etc., hasta formar el cuerpo completo de enseñantes. Además de estos intercambios,
si es preciso, los ponemos en relación con escuelas técnicas superiores y
universidades que proporcionan el complemento de enseñantes o de material de
experimentación". Este problema de los enseñantes se plantea, al parecer, con la
máxim~ agudeza en Ja "oficina" del camarada Siu, que ha puesto en funciona-
miento en 1975 una universidad de fáb1ica "central" -·concebida con los mismos
principios que las locales- y cuya función es formar obreros técnicos que sirvan
principal.mente de enseñantes en las nuevas universidades de fábrica. "Sin embargo,
no se detiene el trabajo por ésto. Periódicamente -o a petición suya- se organizan
reuniones de balance para asegurar que las universidades van por buen camino.
Nuestra tarea principal -concluye Siu- es discernir en cada etapa las "dos vías"
que puede tomar la universidad y movilizar a los obreros para luchar contra toda
tendencia burocrática o reformista que pueda manifestarse.
Una última precisión que ayuda a valorar las cosas: en 1974, había en Shangai
¡240 imiPersidades de fáb1ica!
185
La universidad pasa a ser así una especie de "base", una retaguardia a
disposición de obreros y campesinos y una especie de fábrica, semillero de "técnicos
de nuevo tipo". He aquí, simplificando, la verdadera significación y contenido de Ja
actual lucha por la revolución en la enseñanza. Lo que está en juego, partiendo de la
enseñanza y de la formación, es, pues, el tema de la separación y oposición entre el
trabajo intelectual y el trabajo manual. El problema es abordado desde todos los
frentes: ¿quién está capacitado para ser "intelectual"?. El esfuerzo consiste, por
una parte, en desplazar el centro de gravedad de los "beneficiarios" hacia los
obreros y campesinos (y no sólo hacia sus hijos); y por otra parte, hacerlo de forma
que los jóvenes que se benefician no lo hagan sino tras un periodo de tres años entre
obreros y campesinos, periodo durante el cual tienen tiempo de reflexionar sobre
sus motivaciones, las verdaderas necesidades de China y -esto no es lo menos
importante- las condiciones de vida y de trabajo de las masas chinas. Además, Jos
campesinos tienen, por su parte, tiempo suficiente para apreciar las cualidades de
los jóvenes, su capacidad y su voluntad de integrarse con ellos para continuar la
revolución. Selección de clase, se dirá seguramente. La burguesía recluta sus cuadros
en el Instituto de Estudios Políticos, China recluta los suyos en el campo. ¡Sin
duda Jos criterios no son los mismos! .
-El carácter de la enseñanza. El dispositivo puesto en marcha (unión
teoría-práctica partiendo de la práctica, búsqueda de nuevas asignaturas, haciendo
"subir a los obreros al púlpito" - ¡la fórmula es china! - ... ) tiende, no sólo a la
"valorización" del saber obrero y a su toma en consideración integral, sino también a
modificar pr~'rundamente la formación del "intelectual", para hacerlo un trabajador
del mismo tipo que los otros, que su "saber'' no esté al abrigo y por encima de la
gran masa de trabajadores de su unidad de producción.
186
2. SOBRE ALGUNAS MODIFICACIONES EN LA
ORGANIZA<;ION DEL TRABAJO INDUSTRIAL:
LA LUCHA POR LA REVOLUCIONARIZACION
DE LAS RELACIONES DE PRODUCCION
188
confiscación de éste al serv1c10 cie la burguesía. No resulta, pues, sorprnndente
constatar que la búsqueda de la liberación de la iniciativa obrera en la producción
vea, a su vez, las reglas de la OC'f' como un obstáculo erigido, rrwmunento a la
"irracionalidad", que es preciso-barrer.
En las fábricas chinas la crítica de los reglamentos irracionales no se ha hecho
en un día y de una vez por todas. Hay que concebir su desarrollo como un
movimiento, como un protiso. A medida que se dan las· condiciones sociales y
técnicas que permiten avanzar en el sentido de suprimir la gran división y separación
heredada del taylorismo, la "codificación" --es decir, también las prácticas
habituales- se modifica. Lo que importa por encima de todo es que la codificación
en vigor sea vista y designada explícitamente como "provisional" y, después, ser
objeto constante de modificaciones. También que, en ningún caso, pueda servir de
pretexto para bloquear el desarrollo de una iniciativa obrera tendente a combatir la
organización del trabajo heredada del taylorismo y del capitalismo. Sobre este
punto de vista es significativo que esta crítica, a lo largo de la Revolución Cultural,
fue sobre todo obra de los obreros, ¡y con razón! . En los célebres principios de la
Carta de Anshan -considerada pü.\ Mao como modelo de gestión- se precisa que
es necesario" ... promover movimientos de masas, y ... criticar lo que de irracional
tienen los reglamentos". Porque, no hay que engafiarse al respecto, la elección es
entre una gestión llevada por un pequeño número de "expertos", que dictan los
reglamentos necesarios de acuerdo con su visión de las cosas, y la movilización de
los obreros para la resolución de las dificultades que se presenten.
Finalmente, el último punto a considerar en relación con el movimiento de
crítica de los reglamentos irracionales: la búsqueda de la simplificación administra-
tiva. En efecto, en la medida que los trabajadores directos asumen cada vez más
cuestiones relativas a la organización del trabajo y a la gestión, es posible aligerar la
organización de las oficinas. En la OCT no sólo son confiadas a los empleados las
tareas específicas de contabilidad, administración, etc., sino que también toda la
organización de los talleres está, de alguna forma, "redoblada". "Una persona
piensa, un obrero hace algo" decía ya Taylor. Ya hemos señalado que la puesta en
marcha del taylorismo venía acompañada de una inflación considerable del personal
empleado en las oficinas. Con la lucha por la supresión de las separaciones
heredadas del capitalismo, pasa a ser posible reducir, en muy amplia proporción,
esta burocracia3 • La simplificación administrativa ha llegado, en algunos casos, a
3. Como consecuencia del despliegue de la iniciativa obrera, los departamentos de métodos
son especialmente reducidos. Así, M. de Montmollin cuenta: "Los efectivos de los departamen-
tos de estudios, de preparación del trabajo, etc. parecen esqueléticos al observador occidental.
Once técnicos en el departamento "de tecnología de la producción" para una fábrica de géneros
de punto de 1.600 obreros. Diez en el "departamento de concepción" para la zona núm. 5 del
puerto de Shangai (3.200 personas)" en Le Monde de 11 de marzo de 1975, "En Chine, une
nouvelle morale industrielle".
189
permitir reducir el personal empleado en dos tercios.
Lo que está en juego en este momento es, como se habrá comprendido, la
búsqueda sistemática de cierta fluide:l en la organización del trabajo a fin de
preverúr la vuelta a una división estricta de las tareas y funciones que,
evidentemente, sólo iría en beneficio de técnicos y cuadros. En cierta forma, se
contribuye a crear las condiciones para que los "nuevos técnicos" -aunque sean de
origen obrero- no puedan encontrar el soporte ideológico-material en el que basar
un tipo de poder comparable al de los "expertos burgueses" criticados. Esto
también forma parte de la lucha contra el "derecho burgués?'.
190
recogidas las sugerencias de los obreros sobre las modificaciones a introducir. Esto
permite que se hagan sugerencias, no s6lo para mejorar las prestaciones técnico-eco-
nómicas de las máquin·as, sino también sobre todo lo referente a la penosidad y las
condiciones de trabajo. Los obreros que se ofrecen para contribuir a tal o cual
innovación se integran en los grupos de "triple unión". Fijación .del programa
concreto de innovaciones a real.jzar prioritariamente: los representantes de cada
taller lo debaten con la sección del comité revolucionario encargado de promover la
revolución técnica. Ejecución de los programas: en cada grupo se integran obreros
establemente, al menos hasta que el proyecto en curso esté totalmente realizado, a
veces durante varios proyectos.
Evidentemente, este es el esquema ideal. Tienen lugar fuertes luchas para que
la participación obrera sea efectiva a todosTos niveles porque, tal y como se nos ha
indicado, en la medida que la presencia de los obreros sea total o parcialmente
"instrumentalizada", sirve de una especie de "coartada" o garantía para programas
fijados por la dirección y ejecutados por los técnicos. Los obreros quedan relegados
pura y simplemente a tareas de ejecución en los grupos. Igualmente sus sugerencias
no son siempre tomadas en cuenta. Así, por ejemplo, los ya célebres dockers del
Muelle núm. 5 de Shangai nos explicaron que uno de los reproches dirigidos a la
dirección del muelle antes de su dazibao, trataba precisamente sobre el hecho de
que las innovaciones pedidas para suavizar un trabajo particularmente penoso,
habían sido rechazadas por considerarlas demasiado costosas. Sin embargo, como
nos han hecho ,notar, la presencia de obreros en los grupos de "triple unión" en
cualquier caso, es mejor que " ¡nada de obreros! " Además, su presencia crea las
condiciones para que se desarrolle eficazmente. la lucha por su participación
efectiva. En este sentido se puede decir que las innovaciones se hacen bajo su con-
trol, incluso bajo su dirección, en la medida que se toma en consideración, no el
aspecto técnico sino el político de las cosas. Dicho ésto hay que añadir qúe, en la
mayor parte de los casos, sus conocimientos prácticos son uno de los elementos
determinantes del éxito final y permiten resolver muchas de las dificultades que
encuentra el trabajo en los "planos". He aquí por qué Bettelheim puede escribir que
la revolución técnica en China no está ligada a la acumulación de capital -como lo
está en el modo de producción capitalista- y no se basa sobre el capital "muerto'',
sino sobre la iniciativa de las masas. Por esta razón, es claramente "un proceso de
innovación y renovación" de nuevo tipo que no profundiza las separaciones
heredadas del capitalismo, sino que, por el contrario, contribuye a hacerlas
desaparacer. Vemos de nuevo cómo las modificaciones en las relaciones de trabajo y
de producción en el interior de la empresa vienen a ampliar y completar las relativas
a la formación de técnicos. Estos dos movimientos contribuyen a consolidar la
lucha por la apropiación de la técnica por parte de la clase obrera y el ejercicio de su
poder en un campo considerado intocable por muchos.
191
4. J:J sistema de las "do~ participaciones": lc·s cuadros eu la producción y los
obreros en la gestión
192
lecciones de ellas, sea cual sea la seriedad con que los llamados cuadros se tomen la
política seguida en materia de gestión.
La otra participación es la de los obreros en la gestión. Se concibe que no
pueda hacerse directamente (todavía). En la práctica, algunos obreros, que gozan de
la confianza de sus compañeros, son elegidos o nombrados y forman un grupo que,
periódicamente, realiza un control de la gestión de la fábrica. Para hacerlo, se
organizan reuniones con l(jS cuadros y los responsables de la gestión. Con
anterioridad han sido entregados al grupo de control toda clase de documentos, a
fin de que pueda adquirir un conocimiento suficiente de los temas, e intervenir
eficazmente.
Sobre este punto nos han hecho algunas precisiones. En efecto, en nuestra
visita a la Fábrica Textil núm. 2 de Pekín, pudimos ver una gran pancarta colocada
en uno de los edificios. Su inscripción, debidamente traducida, decía: "Bienvenido
el grupo de control del trabajo de los directores y secretarios". Después, riuestro
anfitrión nos dijo:
"Cada tres meses los obreros controlan el trabajo de los directores. Los
obreros que realizan este control son nombrados por el personal de la fábrica. El
sindicato prepara y organiza la verificación. Si la verificaci6n descubre algo que no
marcha, los obreros tienen el derecho y el deber de criticar a los directivos. También
pueden formular sugerencias para modificar o mejorar algunos métodos y
prácticas". En la medida en que, en lo esencial, el fondo de acumulación interior
cubre las principales prestaciones sociales· (enfermedad, cantina, guardería y, en
algunos casos, vivienda, etc.) podemos estar seguros que este control tiene pocas
posibilidades de ser puramente formal. Por supuesto, estos grupos deben dar cuenta
a Jos obreros de los talleres del resultado de su trabajo. En estas reuniones, no sólo
se habla de control en sentido estricto. También de una iniciación a los principios
utilizados en la gestión. Los directivos, en efecto, están obligados a proporcionar las
explicaciones necesarias, explicar la significación de los diferentes documentos,
contables o de lo que sea, que utilizan normalmente. De esta forma, ese campo
normalmente oscuro que es el de la gestión, es cada vez más transparente. Y un
nuevo "reducto fortificado" de los expertos "cae" poco a poco en posesión pública.
También ayuda ampliamente a transformar las relaciones que se establecen ahora,
en el campo de la gestión, entre los técnicos y los simples obreros.
Podríamos seguir hablando del papel de los sindicatos, de los grupos de
bienestar, de los grupos de estudios técnicos o políticos de toda clase y a todos los
niveles, impulsados en los talleres por los comités del Partido, etc. Tendríamos así
una imagen más completa y más exacta de la extraordinaria actividad que se
desarrolla en las fábricas y que no puede adivinarse en una simple visita a los
talleres. No lo haremos por falta de lugar. Creernos que los tres ejemplos que hemos
desarrollado bastan para i' -trar nuestro propósito. Se trate de la gestión, del
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aprendizaje de Ja técnica ("grupos de triple unión") o de organización y división del
trabajo (crítica de los reglamentos irracionales), nada se deja fuera del alcance y
control de las "masas", como dicen los chinos. Múltiples grupos se ponen en
marcha, algunos de los cuales se recortan, de forma que siempre hay una auténtica
movilización general sobre los asuntos de las fábricas. Esta movilización no excluye,
por supuesto, la lucha. Mas aún, forma parte de ella, la alimenta y mantiene, con
momentos de auge y de debilidad, momentos en que la iniciativa es de la izquierda
y momentos en los que, a causa de los errores y del desánimo, la "restauración"
triunfa.
Lo esencial es que se desarrolla un verdadero movimiento que tiene como
objetivo las grandes divisiones (concepción/ejecución, trabajo manual/intelectual, ... )
heredadas del capitalismo. El resto es cosa del tiempo, de luchas y rectificacionesc
Tal y como están las cosas, es decir (en China también) en su comienzo, lo que
importa ante todo es la puesta en funcionamiento de "dispositivos" que permitan
alcanzar unos objetivos que son, no lo olvidemos, los del comunismo.
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CONCLUSION
Llegados a este punto, podemos intentar resumir lo que nos parece esencial de
las nuevas prácticas de las que hemos intentado dar cuenta. En el fondo, de lo que
se trata es del establecimiento de un nuevo conjunto de relaciones entre las
modalidades de formación del personai técnico, por una parte, y las modificaciones
habidas en materia de organización del trabajo, por otra. Estos dos conjuntos de
prácticas tienen en común que son, de alguna forma, dos aspectos inseparables de
una misma política que tiende a la liquidación de la división capitalista del trabajo,
y a la instauración de una organización del trabajo de nuevo tipo. Estos dos tipos de
prácticas no constituyen, en última instancia, sino elementos de un proceso de
revolucionarización de las relaciones de producción. Esto puede resumirse en·
algunas proposiciones.
l. Hemos caracterizado la fábrica capitalista como un espacio en el que el
proceso de reparto de tareas y funciones adquiere una configuración particular. Dos
elementos (al menos) son perfectamente específicos en este proceso y permiten
distinguir la forma capitalista de este proceso de cualquier otra. Estos dos elementos
son "una separación" y "una oposición".
- La separación,. totalmente realizada, es entre las tareas de concepción y las
de fabricación (Quiero precisar que hay que incluir en estas últimas las tareas
repetitivas y parcializadas encomendadas a los empleados).
- En cuanto a la oposición, está estrictamente delimitada por las formas de la
separación; que viene a envolverla y, de alguna forma, la "redobla". Entre las tareas
de concepción-gest~ón y las de fabricación hay, en efecto, una relación de
autoridad, de dirigente a dirigido. Las primeras consisten en tareas de dirección, las
segundas en tareas de simple ejecución (Para hablar estrictamente, hay que añadir
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que esta oposición no es sino la "representación", en el espacio de la fábrica, del
antagonismo de clase que donúna la formación social capitalista considerada en su
conjunto).
Las formas peculiares de la relación entre esta separación y esta oposición se
definen y delimitan en cada ocasión por el estado de la correlación de fuer.zas entre
clases, único que puede explicarlas. Podemos afirmar, sin embargo, que, en el modo
de producción capitalista totalmente desarrollado, la coherencia del conjunto del
"sistema de lugares y funciones" está asegurada por cierto número de reglas escritas
y de "usos", que no son otra cosa que los de la OCT.
Este dispositivo es válido corno principio de orden social (el exigido por la
producción de plusvalía y de valores de cambio) y como principio "técnico" de
organización del trabajo (para la producción de valores de uso). Toda transgresión
choca con un sistema disciplinario que conúenza en la fábrica (advertencias,
sanciones, despidos ...) y acaba fuera de la fábrica con la policía de orden público y
los procesos judiciales. Aparece así nítidamente la estrecha relación entre la división
del trabajo en el interior de la empresa y los aparatos ideológico y represivo, en el
modo capitalista de producción.
Planteado ésto, podemos enunciar los diferentes "momentos" y niveles del
proceso de revolucionarización de las relaciones de producción, tal y como resultan
caracterizadas por los elementos recogidos en este apartado.
2. La primera modificación que se percibe consiste en la puesta en práctica de
w1a disociación . entre el ejercicio (por agentes concretos) de las tareas de
concepción-gestión y el ejercicio del poder. Habíamos indicado que en el MPC, las
tareas de concepción-gestión son también aquellas en las que se ejerce el poder (la•
dirección)~ Este proceso de disociación no supone obligatoriamente (en una primera
etapa) una transformación de la división del trabajo. Puede acomodarse -provisio-
nalmente- al mantenimiento de la antigua separación entre tareas de concep-
ción-gestión y tareas de fabricación. Se requiere, a este nivel, el mínimo de
organización necesario pirra que el trabajo de concepción-gestión pueda hacerse bajo
control y dirección de los trabajadores directos. Dos ejemplos bastarán para
indicarlo.
- En lo relativo a los problemas de innovación técnica: los dockers del Muelle
núm. 5 no necesitaban contar entre ellos con alumnos de la Escuela Politécnica o de
la Universidad Central para imponer que la investigación técnica se orientase, ante
todo, a aligerar y facilitar el trabajo más penoso de descarga. Del mismo modb, los
obreros de la Fábrica Textil núm. 2 de Pekín, cuando tratan de obtener que se
reduzca el ruido de las máquinas o la densidad del polvo del algodón. ¿Pueden decir
lo mismo los dockers del Havre o los obreros de la Rhone-Poulenc Textil? .
- En lo relativo a las tareas de gestión, el ejemplo desarrollado más arriba de
los grupos obreros de control es todavía más ~xplícito. En la fábrica en cuestión, la
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distinción entre las tareas de gestión y las de fabricación no había (aún)
desaparecido. Sin embargo, la puesta en funcionamiento y existencia del grupo de
control tiene la función de introducir una ruptura (o "disociación") entre el
ejercicio de las tareas de gestión y el ejercicio del poder.
3. Pero lo que muestra también un rápido examen de la política seguida por
los chinos, es que la disociación .instaurada entre tareas de concepción-gestión y
ejercicio del poder ("dirección") no puede ser sino provisional. Para ser eficaz y
duradera, es necesario que los obreros sepan lo necesario en materia de técnica, al
menos lo requerido para que el control y dirección ejercido por ellos sean reales.
Dicho de otra forma -y para conservar el mismo lenguaje- podemos afirmar que
este proceso de disociación sólo tiene oportunidad de llevarse a cabo, para llegar a
una real "transferencia de poder", si se acompaña de un proceso de apropiación del
saber técnico por los obreros y los trabajadores directos. Sólo con esta condición,
las medidas de "disociación" pueden ser consolidadas, y el poder de los "expertos"
tansformarse en el de los obreros. Digo bien, el de los obreros y los trabajadores
directos, porque una solución que consistiera solamente en hacer de iilgunos obreros
nuevos expertos es precisamente lo que rechazan los chinos y califican de
revisionista. Por ésto, el proceso de apropiación de conocimientos y del saber
técnico no puede consistir en la pura y simple "formación" de nuevos técnicos
"surgidos" -como bien indica la fórmula- de las filas obreras. Algunos aspectos de
este proceso afectan al sistema de enseñanza y formación; pero otros -absoluta-
mente inseparables- deben afectar también a la división del trabajo en la empresa y.
al sistema de lugares y funciones que deriva de ella.
a) Afectan al sistema de formación y educación. No vamos a repetir aquí todo
lo que hemos desarrollado en el punto l. Basta simplemente recordar que la
revolución en la enseñanza tiene como nuevo centro de gravedad la fábrica misma.
Se trate del reclutamiento de los "estudiantes"; de las materias y programas de
enseñanza; de las formas de fa enseñanza (modo de funcionamiento de la
teoría-práctica), o incluso de la composición de los "enseñantes". Por supuesto,
esto es válido, ante todo, para las "universidades de fábrica", pero lo es también
para las universidades de "tipo clásico" y los centros de enseñanza secundaria (de
los que no hemos hablado por falta de espacio, pero a los que se aplican los mismos
principios). Ya hemos señalado que lo que está en vanguardia para el conjunto de la
revolución en la enseñanza es la fá.brica, y no la escuela. Sólo a condición de
re-centrase sobre la sociedad, y en particular sobre la fábrica, la enseñanza puede ser
realmente "revolucionarizada" y no solamente reformada.
b) Afectan también, y sobre todo, a la división del trabajo en el interior de la
empresa. Los tres "ejemplos" que hemos examinado más arriba: crítica de los
reglamentos irracionales, grupos de "triple unión" y grupos de gestión obrera,
muestran claramente que lo qu·~ está en juego es la disolución del proceso de
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reparto de tareas y funciones, tal y como se hereda de la fábrica capitalista. De
alguna forma, se trata de suprimir la "base material" que constituye la antigua
división del trabajo, a fin de hacer imposible que los ni;levos técnicos puedan llegar a
"colocarse" en los puestos de concepción y gestión.. y, con ello, apropiarse de la
dirección. Pero esta crítica en los hechos de la división capitalista del trabajo no
tiene sólo esta función "preventiva". Cumple, al menos, otras dos "funciones" de
alguna forma "positivas". La prifilera es que, allí' donde el capitalismo impone un
proceso de separación y parcelación de tareas, las modificaciones aportadas tienden
a restablecer la posibilidad de la iniciativa y de la cooperación. Esto forma parte de
la "vía china" en materia de desarrollo de las fuerzas productivas. La segunda es que
estas modificaciones apoyan la revolución en la enseñanza, son parte integrante de
esta revolución. La práctica del trabajo industrial pasa a ser lugar y espacio de
enseñanza. Los grupos de "triple unión" para la innovación técnica están
explícitamente concebidos para permitir también la formación de técnicos en las
filas obreras. El personal técnico ya formado, dedic¡¡do a tareas de producción en
los talleres, es colocado, de esta forma, bajo control de los obreros, movilizado y
movilizable por ellos. La enseñanza se desarrolla así a través de la producción y deja
de estar relegada "allí", en el recinto de un aula "a puertas cerradas", como muy
bien dicen los chinos.
Así, el proceso de apropiación de conocimientos, que basa y permite
consolidar el poder de los obreros, reviste caracteres específicos, el primero de los
cuales es que no separa el aprendizaje teórico de la práctica del trabajo productivo
ni, porque esto no viene dado, de la lucha de clases. ·
Sólo a este precio, el aprendizaje de la "técnica" por la clase obrera permite
-por lo mismo- avanzar en la edificación propiamente socialista. Sin dÚda este
punto no es el menos importante de los aprendidos en la Revolución Cultural. Lo
que está en juego, pura y simplemente, es la cuestión de saber si, sí o no y cómo, la
clase obrera pue4e ejercer, el poder en el campo de la tecnipa. ,Su poder, es decir
también su capacidad, liberándose ella misma, de abolir las grandes divisiones
heredadas del capitalismo. Lo cual es, como se ve, ¡completamente diferente a la
modificación del estatuto jurídico de la empresa!.
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