Una mirada al conocimiento

de los ecosistemas de México

Editores Forma de citar
Patricia Balvanera1 Balvanera, Patricia, Jesús Ernesto Arias-González, Ricardo Rodríguez-Estrella, Lucía Almeida-
Jesús Ernesto Arias-González2 Leñero, Juan J. Schmitter-Soto (eds.). 2016. Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de
Ricardo Rodríguez-Estrella3 México. Ciudad de México, Universidad Nacional Autónoma de México, 441 pp.
Lucía Almeida-Leñero4
Juan J. Schmitter-Soto5 1
Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad, Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM).
Apoyo técnico a los editores 2
Laboratorio de Ecología de Ecosistemas de Arrecifes Coralinos, Departamento de Recursos
Olga Nelly Rodríguez Peña del Mar, Centro de Investigación y de Estudios Avanzados, Instituto Politécnico Nacional
Iván Alejandro Ortiz Rodríguez (IPN)-Unidad Mérida.
3 Laboratorio Análisis Espacial, Ecología y Conservación, Centro de Investigaciones
Edición, producción y diseño Biológicas del Noroeste.
Producción edición y coordinación editorial: Masahiro Tanikawa Ishiwara 4 Laboratorio de Ecosistemas de Montaña, Departamento de Ecología y Recursos Naturales,
Diseño editorial e infografías: Leonardo Vázquez Conde Facultad de Ciencias, UNAM.
5 Departamento de Sistemática y Ecología Acuática, El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur)-
Fotografía de portada e interiores Unidad Chetumal
© Masahiro Tanikawa Ishiwara

ISBN: 978-607-02-8014-6

Impreso en México
 Una mirada al conocimiento
de los ecosistemas de México
Editores: Patricia Balvanera, Jesús Ernesto Arias-González,
Ricardo Rodríguez-Estrella, Lucía Almeida-Leñero
y Juan J. Schmitter-Soto

México, 2016
 Agradecimientos
Financiamiento
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México se inició en el marco de la Red Temática Ecosistemas (Ecored),
financiada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) entre 2008 y 2011, con el apoyo a reuniones de tra-
bajo y a la revisión sistemática de información. La revisión, la edición, el diseño editorial y la impresión física y electrónica
fueron apoyados por la Red de Socioecosistemas y Sustentabilidad (RedSocioecoS) financiada por el Conacyt en 2014 y
2015 (Conacyt U0003-2014-2-244258, Conacyt U0003-2015-1- 251480).
Prólogo
D
esde la aparición del enfoque de sistemas, a
principios del siglo pasado, como una mane-
ra diferente de ver y analizar el mundo en el
que vivimos, se ha ido consolidando el con-
cepto de ecosistemas como unidad de análi-
sis y manejo del mundo natural. El enfoque de sistemas,
complementario del enfoque analítico-reduccionista que
dominó el pensamiento científico moderno, permite ver
la naturaleza como un sistema complejo, con múltiples
escalas, no lineal, adaptativo, abierto, estructurado jerár-
quicamente, cibernético e interconectado mediante flujos
de materia, energía e información. Una mirada al conoci-
miento de los ecosistemas de México expone una revisión
de los ecosistemas de nuestro país desde esta perspectiva
sistémica, lo cual hace al libro aún más valioso, pues con-
trasta con la manera tradicional de describir y analizar la
gran riqueza biológica que posee nuestro país. En esta obra
no solo se incluye un capítulo completo sobre el impac-
to de las actividades humanas en la biodiversidad y en los
ecosistemas, sino además otro sobre las consecuencias que
esta pérdida de biodiversidad está teniendo en los ecosis-
temas y sus servicios.
El reconocimiento del carácter multiescalar y jerár-
quico de los ecosistemas indujo a la necesidad de estudiar
los organismos por encima de su nivel de especie. Ya no
es suficiente centrar la atención en entender los factores que
determinan la abundancia y distribución de las poblaciones,
que fue el foco de atención de la ecología hasta mediados de
los años 60 del siglo XX, cuando se formalizó el estu-
dio de los ecosistemas. Este nuevo enfoque ha forzado a los
investigadores a salirse de la comodidad del trabajo indi-
vidual para conformar grupos de trabajo de corte multi- e
inter-disciplinario, que permitieran abordar el entendi-
miento de los procesos que estructuran y determinan el
funcionamiento de los ecosistemas como un todo integra-
do. Ello explica la multiplicidad de autores, pertenecien-
tes a una gran variedad de campos del conocimiento, así
como la pluralidad institucional de este libro.
El enfoque de sistemas también ha permeado la agenda
internacional de investigación científica en temas ambien-
tales. El interés por comenzar a entender el planeta como
un ecosistema detonó iniciativas de corte global, como el
Programa Biológico Internacional (PBI) en la década de
los 70, el Programa Internacional Geosfera-Biosfera (Inter-
national Geosphere-Biosphere Programme, IGBP) en los
80 y, más recientemente, la Red Internacional de Investi-
gación Ecológica a Largo Plazo (International Long-Term
Ecological Research Network, ILTER) en los años 90.
Para ello, el trabajo grupal ya no fue suficiente, de ahí la
aparición de redes de investigación científica que permi-
tieran coordinar esfuerzos de tal envergadura. México
se ha sumado a dicho esfuerzo y la aparición de la Red
Mexicana de Investigación Ecológica a Largo Plazo (Mex-
Lter) a comienzos del milenio, y la posterior aparición del
Programa de Redes de Conacyt, es producto de esta im-
portante estrategia internacional. De hecho, la obra que
ahora nos ocupa es producto directo del esfuerzo con-
junto de los miembros de la Red de Ecosistemas (Ecored)
de Conacyt. Como puede apreciarse en este documento,
estas redes no solo han ayudado a México a identificar
y definir políticas de conservación desde una perspectiva
más integradora, sino también son la vía más directa para
contribuir, como país, al entendimiento y manejo de los
procesos planetarios. En este sentido, el Programa de Redes
de Conacyt tiene el potencial de convertirse en el progra-
ma más importante del Consejo y en el detonador de ac-
ciones científicas verdaderamente coordinadas e incluyen-
tes a nivel nacional e internacional.
Como resultado de este cambio, hacia un enfoque de
ecosistemas y la aparición de programas y redes acadé-
micas de corte internacional, pudo documentarse con
mayor detalle la magnitud del cambio global asociado a
la actividad de los seres humanos. Por ejemplo, con el es-
tablecimiento del programa IGBP se detonaron proyectos
de investigación en todo el mundo para entender los cam-
bios climáticos del pasado y sus efectos históricos en los
ecosistemas del planeta, con lo cual se permite contextua-
lizar los cambios climáticos del presente y tener elementos
para predecir sus posibles efectos. En este sentido, uno de
los primeros capítulos del presente libro aborda precisa-
mente este tema para el caso de México.
Por su parte, la Evaluación de los Ecosistemas del Mile-
nio (EM) se abocó a identificar los beneficios que los seres
humanos recibimos de los ecosistemas, al igual que a eva-
luar su estado de conservación como proveedores de los
recursos y servicios ambientales de los que depende todo
desarrollo económico y social. El programa no solo per-
mitió reconocer la urgencia por detonar acciones para
frenar y revertir esta tendencia de transformación del
sistema de soporte de vida del planeta, sino que además
identificó la severidad del problema de la fragmentación
del conocimiento, ya que investigadores de ciencias socia-
les y ciencias naturales no suelen cruzar las fronteras de
sus propias disciplinas. En este sentido, otro gran aporte
de esta obra, la cual dedica un capítulo completo a evaluar
la situación de los servicios ecosistémicos en el país, es la
incorporación de los aspectos sociales en esta mirada al co-
nocimiento de los ecosistemas de México. De hecho, este
esfuerzo ha sido financiado por la nueva Red de Socioe-
cosistemas y Sustentabilidad de Conacyt, que justamente
se conformó buscando una integración de aspectos socia-
les y ecológicos, mediante la reunión de los esfuerzos de
la Ecored, la Red de Medio Ambiente y Sustentabilidad​
(Remas), la Red Mex-Lter, la Red Interdisciplinaria de Aná-
lisis de Resiliencia en Sistemas Socio-Ecológicos (Resse),
el Programa Mexicano del Carbono (PMC) y la Sociedad
Científica Mexicana de Ecología (SCME).
Ante la necesidad de acciones para frenar, mitigar, re-
vertir o intentar adaptarnos a esta crisis ambiental global,
el papel de la academia se vuelve crucial. La ciencia, tradi-
cionalmente inducida por curiosidad, incorpora, cada vez
más, aspectos prácticos, orientándose hacia la solución
de los problemas que nos aquejan. Es por ello que el li-
bro que nos ocupa ha puesto particular empeño, en todos
sus capítulos, en identificar huecos en el conocimiento de
nuestros ecosistemas y proponer prioridades de investiga-
ción y líneas concretas de acción para subsanar estas au-
sencias. Más aún, los llamados de urgencia por parte del
Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio
Climático (Intergovernmental Panel on Climate Change,
IPCC), así como por la recientemente establecida Plata-
forma Intergubernamental Científico Normativa sobre
Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (Intergov-
ernmental Science-Policy Platform on Biodiversity and
Ecosystem Services, IPBES), ante la magnitud, posibles im-
pactos y velocidad de los cambios globales, exigen ampliar
aún más los esfuerzos del aparato científico hacia una
ciencia que dé resultados. Ya no es suficiente una ciencia
que solo provee diagnósticos y recomendaciones, sino que
ahora se requiere una que corrobore los pronósticos y la
eficacia de sus propuestas. La necesidad de esta “ciencia
basada en resultados”, como suele llamarse, está inducien-
do a cambios sustantivos en la manera que se realiza la
investigación científica, y está promoviendo la incorpo-
ración de los usuarios en la generación y aplicación del
conocimiento. Esta ciencia de corte transdisciplinario no
solo reconoce que los usuarios son expertos en pertinen-
cia, pues nos ayudan a identificar los problemas y a poner
los pies en la tierra con respecto a lo que es factible y adop-
table por parte de la población, sino que además acorta
los tiempos para el proceso de manejo adaptativo. Esto es,
solo mediante la implementación de las propuestas y la
evaluación de sus efectos en el ecosistema podemos vali-
dar o sintonizar el conocimiento que generamos para su
manejo sustentable, y la colaboración de los usuarios es
indispensable para lograrlo.
Es en este contexto de manejo adaptativo que la iden-
tificación de indicadores ambientales y su monitoreo se
vuelve una herramienta clave para el manejo sustentable
de los ecosistemas, de ahí que esta obra dedique un capí-
tulo completo a este tema; más aún cuando se ve cada vez
más difícil aumentar las áreas naturales protegidas como
medida de conservación de los ecosistemas. El libro que
nos ocupa hace un detallado análisis de esta estrategia y
una reflexión sobre la urgencia de incorporar a los usua-
rios en el proceso de diseño e implementación de las re-
servas. No es posible decretar a todo el país como sujeto
de conservación, pero sí lo es decretarlo como sujeto de
manejo sustentable de socioecosistemas. La designación,
de manera voluntaria, de áreas de conservación dentro de
tierras comunitarias por parte de campesinos de Oaxaca
es un ejemplo claro de que, generando conciencia am-
biental y capacitando a las comunidades, estas son capaces
de proteger eficazmente su patrimonio cultural y natural.
Finalmente, y retomando este último punto, es nece-
sario enfatizar la necesidad de promover la subsidiaridad
en los procesos de manejo y conservación de nuestros
ecosistemas. Este principio reconoce la importancia de
tomar en cuenta los procesos locales y plantea que las me-
jores decisiones usualmente vienen de la autoridad más
cercana a los problemas. Es decir, cada localidad tiene sus
condiciones socioecosistémicas muy particulares y resulta
imposible dar de manera generalizada recomendaciones
precisas. Por lo que la mejor apuesta es promover las capaci-
dades locales para que sean los pobladores quienes tomen
las riendas del proceso de manejo y conservación de su pa-
trimonio natural, cultural y económico. Todo esto apunta a
la necesidad de promover la educación ambiental y el mo-
nitoreo comunitario y participativo como herramientas in-
dispensables para la conservación de los ecosistemas. Esta
ciencia socioecosistémica, de carácter transdisciplinario, es
la apuesta de la nueva Red de Socioecosistemas y Sustenta-
bilidad, y la presente obra es un aporte muy importante en
esa dirección.
Manuel Maass
Instituto de Investigaciones
en Ecosistemas y Sustentabilidad (IIES),
Universidad Nacional Autónoma de México,
Campus Morelia
Morelia, Michoacán,
20 de abril de 2016
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

10
11
Contenido
Introducción general 15
Patricia Balvanera, Lucía Almeida-Leñero, Juan J. Schmitter-Soto, Ricardo Rodríguez-Estrella
y Jesús Ernesto Arias-González

Cambio climático: contexto histórico, paleoecológico 25

y paleoclimático. Tendencias actuales y perspectivas
Coordinador de capítulo: Gerald A. Islebe

Impacto de las actividades humanas en la biodiversidad y en los ecosistemas 57

Coordinadores de capítulo: Ricardo Rodríguez-Estrella, Julieta Benítez Malvido, Ek del Val de Gortari
y Georgina Santos Barrera

Cambios en la biodiversidad y sus consecuencias

en el funcionamiento de los ecosistemas y sus servicios 191
Coordinadores de capítulo: Jesús Ernesto Arias-González, Olga Nelly Rodríguez Peña,
Lucía Almeida-Leñero, Oscar Ubisha Hernández Almeida y Juan Jacobo Schmitter-Soto

Los servicios ecosistémicos 229

Coordinadores de capítulo: Patricia Balvanera, Cynthia Armendáriz Arnez y Alejandra Tauro

Herramientas y estrategias para el estudio y la conservación 341

de los ecosistemas y su biodiversidad
Coordinadores de capítulo: David González Solís, Rebeca Quiñonez Piñón y Víctor Hugo Luja Molina

Conclusiones generales 437

Ricardo Rodríguez-Estrella, Patricia Balvanera, Juan J. Schmitter-Soto,
Lucía Almeida-Leñero y Jesús Ernesto Arias-González
14
Introducción
general

Patricia Balvanera1, Lucía Almeida-Leñero2, Juan J. Schmitter-Soto3,

Ricardo Rodríguez-Estrella4, Jesús Ernesto Arias-González5

15
 Adscripciones
1
Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad, Universidad Nacional Autóno-
ma de México (UNAM); 2 Laboratorio de Ecosistemas de Montaña, Departamento de Ecología
y Recursos Naturales, Facultad de Ciencias, UNAM; 3 Departamento de Sistemática y Ecolo-
gía Acuática, El Colegio de la Frontera Sur-Unidad Chetumal; 4 Laboratorio Análisis Espacial,
Ecología y Conservación, Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste; 5 Laboratorio de
Ecología de Ecosistemas de Arrecifes Coralinos, Departamento de Recursos del Mar, Centro
de Investigación y de Estudios Avanzados, Instituto Politécnico Nacional-Unidad Mérida.

16

E
ste libro pretende brindar una mirada a los te-
mas para los cuales el conocimiento sobre los
ecosistemas de México es más amplio, así como
aquellos críticos que no han sido abordados.
El análisis abarca los factores que inciden en la
biodiversidad, la estructura y el funcionamiento de es-
tos ecosistemas, con especial énfasis en la relación que
existe entre ellos y la sociedad mexicana. Una carac-
terística única de este trabajo es que no solo permite eva-
luar el nivel del conocimiento para distintos temas, sino
para los diferentes tipos de ecosistemas del país. Consi-
deramos que este diagnóstico será de utilidad a la comu-
nidad académica para establecer agendas de investiga-
ción temáticas y regionales. Asimismo, dado que des-
tacamos los principales entendimientos que surgen del
análisis, consideramos que será un libro de consulta para
quienes manejan o diseñan estrategias, a fin de adminis-
trar de manera más adecuada los ecosistemas, así como
para estudiantes en formación profesional.
Los ecosistemas
y su conceptualización
Los ecosistemas están conformados por elementos no
vivos, como el agua y la energía, por organismos vivos y
por las interacciones que se dan entre ellos (Chapin III et
al., 2011). Desde esta perspectiva, tanto una gota de agua
como el planeta entero pueden considerarse ecosistemas.
Estos se clasifican por su tipo de condiciones biofísicas
y por el tipo de organismos que incluyen (Odum et al.,
1971; Chapin III et al., 2011). La clasificación básica es la
que distingue los ecosistemas terrestres de los acuáticos.
Así, en México se reconocen ecosistemas tan contrastan-
tes como los bosques tropicales húmedos, los zacatonales
de montaña y las lagunas costeras.
Introducción general
El estudio de los ecosistemas es muy amplio y pue-
de tener varias vertientes (Carpenter et al., 2009). Es
posible investigar las poblaciones que conforman sus
diferentes comunidades, así como la biodiversidad de
estas, o los procesos físico-químicos que ocurren allí en
el tiempo y en el espacio o las interacciones entre las po-
blaciones, las comunidades y los factores físico-quími-
cos. Es relevante conocer los cambios que los ecosiste-
mas han sufrido como resultado de sus interacciones
con las sociedades humanas (Rockström et al., 2009), al
igual que los beneficios o servicios que las sociedades
obtienen de ellos (Daily, 1997). Para comprender ínte-
gramente las interacciones entre la sociedad y los eco-
sistemas es necesario entender cómo está conformado
el sistema socio-ecológico (Liu et al., 2007), el cual sur-
ge de las interacciones entre la sociedad y los ecosiste-
mas; cómo estos o el sistema socio-ecológico respon-
den a los cambios abruptos en las condiciones biofísicas
y sociales y se reorganizan, es decir, su resiliencia (Biggs
et al., 2012).
Dado que el bienestar de las sociedades está estre-
chamente vinculado al mantenimiento de los ecosis-
temas y de su biodiversidad, se vuelve fundamental en-
tender los distintos aspectos asociados a esta interac-
ción (Millennium Ecosystem Assessment, MEA, 2003;
MEA, 2005). Por ende, la atención de problemas no so-
lo asociados con el ambiente, sino con el bienestar social
y el desarrollo económico, descansa en gran medida en
el entendimiento que tengamos de los ecosistemas y de
la relación entre estos y las sociedades.
Contexto histórico
El conocimiento de la biodiversidad de nuestro país y
del funcionamiento de sus ecosistemas inició con la lle-
17
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
gada de los primeros pobladores a México hace más de
40,000 años (González et al., 2006). A lo largo de los si-
glos, la flora y la fauna, los ecosistemas terrestres y acuá-
ticos y las alternativas para su manejo fueron conocidos
a fondo por los humanos. El conocimiento ecológico de
las cerca de 60 etnias de México es hasta hoy parte
de nuestro patrimonio cultural (Toledo y Barrera Bassols,
2014). Los conocimientos sobre los organismos mari-
nos y lacustres hicieron posible una pesca productiva,
como la del íztac michin o pescado blanco aprovechado
por los aztecas, quienes llegaron a cultivar también el alga
espirulina (Cifuentes et al., 1997).
A la llegada de los colonizadores españoles, el vasto
conocimiento indígena se recopiló en códices y tratados
que se difundieron más allá de nuestras fronteras. La
monumental obra de Francisco Hernández, encargado
por la corona española de realizar la primera exploración
científica de la biota de la región en 1570, es solo una
muestra de ello (Trabulse, 1983).
Durante los tres siglos de la Colonia, la ciencia y la
cultura se desarrollaron en lo que después sería nuestro
país y alcanzaron algunos logros, como la Real y Pon-
tificia Universidad (1551-1553). Entonces empezaron
a destacar los primeros científicos, como José Antonio
Alzate (1733-1799), considerado el padre de la ciencia
mexicana, quien desarrolló sus trabajos buscando el
beneficio del hombre (Cifuentes et al., 1997). La do-
cumentación de nuestra biodiversidad prosiguió en
ese siglo XVIII. Botánicos como José Mariano Mociño
se integraron a la Real Expedición Botánica a la Nueva
España para recorrer todo el territorio nacional y sus
ecosistemas. Mociño y sus compañeros ya llevaban
consigo las obras de Linneo, de modo que podrían con-
siderarse los primeros investigadores modernos sobre
la biodiversidad mexicana (Norris y Castro-Aguirre,
2009).
18
En 1861 se estableció la Secretaría de Fomento, en
la cual empezaron de manera formal las investigacio-
nes marinas, y en 1871 se publicaron los Lineamientos
relativos a la producción y protección de las especies, y a
la regulación de las pesquerías (Cifuentes et al., 1997).
Durante ese siglo XIX, el naturalista icónico de México
fue sin duda Alexander von Humboldt, quien descri-
bió con gran detalle nuestra geografía y sus ecosistemas
(Maldonado Koerdell, 1952).
Ya en 1938, con la venida a nuestro país de los refu-
giados de la guerra civil española, llegaron biólogos de la
talla de Faustino Miranda, Federico Bonet y Enrique Rio-
ja (Dosil Mancilla, 2009), y se dio un gran impulso al estu-
dio de los ecosistemas mexicanos. La creación de la Socie-
dad Botánica de México en 1941 y los trabajos de Efraím
Hernández Xolocotzi (Hernández Xolocotzi, 1981, 1985-
1987) son otros factores que impulsaron el estudio de
nuestros ecosistemas terrestres. Para los acuáticos, entre
los años 30 y 50 el Instituto Politécnico Nacional con la
creación del Centro Interdisciplinario de Ciencias Mari-
nas (Cicimar), la Secretaría de Marina, la Universidad Na-
cional Autónoma de México y el Centro de Investigación
y de Estudios Avanzados iniciaron programas enfocados
en su estudio y conservación (Cifuentes et al., 1997).
A partir de los años 50 del siglo XX se produjo un cre-
cimiento del estudio de los ecosistemas. Hoy en día se pu-
blican numerosos artículos y libros sobre los ecosistemas
mexicanos. Esta obra hace una revisión de la vasta literatu-
ra existente, en particular en relación con los servicios que
los ecosistemas proveen, y el funcionamiento de estos.
El papel de las redes de investigación
Hacer una evaluación del conocimiento actual sobre
los ecosistemas de México requiere de un enorme es-

fuerzo de equipo. La única forma de abarcar la gran
heterogeneidad ambiental y cultural de nuestro país,
así como la diversidad de enfoques y acercamientos
para su estudio, es a través de una estructura que per-
mita de manera organizada incluir a un grupo nu-
meroso de investigadores, quienes de forma conjun-
ta hagan esta evaluación.
Las redes de investigación hacen posible una eva-
luación de esta naturaleza, ya que son plataformas que
facilitan la interacción entre muchos investigadores
y permiten la colaboración entre científicos de muy
diversas disciplinas, de distintas regiones del país, per-
tenecientes a diferentes instituciones de investigación,
docencia o vinculación, así como individuos en dis-
tintas etapas de desarrollo, desde estudiantes hasta in-
vestigadores consolidados. Así, en 1990 se estableció
la Red Mexicana de Investigación Ecológica a Largo
Plazo (Mex-Lter), con el objetivo de estudiar la estruc-
tura y el funcionamiento de los ecosistemas acuáticos
y terrestres a gran escala (en distintas regiones del
país) y a largo plazo (por lo menos 10 años).
En 2008, gracias al Programa de Redes Temáticas
de Investigación de Conacyt, se crearon dos nuevas
redes sobre el tema. Una de ellas, la Red de Ecosiste-
mas (Ecored), se dedica a estudiar los procesos ecoló-
gicos en los ecosistemas de México y su relación con la
diversidad y la sociedad en distintas escalas espacia-
les y temporales. Esta red proporciona información,
conocimiento y propuestas para el uso sustentable y
racional de dichos ecosistemas y así contribuir a la re-
solución de problemas ambientales. La otra, la Red de
Medio Ambiente y Sustentabilidad (Remas), se enfo-
ca en el desarrollo de tecnologías, educación, difu-
sión y vinculación en temas prioritarios que coad-
yuven a delinear estrategias de desarrollo compatible
con la sustentabilidad socioambiental.
Introducción general
Una “red de redes”, la Red de Socioecosistemas
y Sustentabilidad (RedSocioecoS), se creó en el año
2014 en el marco del mismo programa. Ella se conci-
bió para maximizar el potencial de colaboración de los
científicos mexicanos con el objeto de atender los pro-
blemas ambientales estratégicos del país. Además de
reunir a Ecored, Remas y MexLter, establece vínculos
estrechos de colaboración con la Sociedad Científica
Mexicana de Ecología (SCME) creada en 2005, la Red
Interdisciplinaria de Análisis de Resiliencia en Siste-
mas Socio-Ecológicos (Resse) y el Programa Mexi-
cano del Carbono (PMC).
Acerca de esta obra
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de Mé-
xico, iniciativa de la Ecored, tiene por objetivo propor-
cionar una mirada del estado del conocimiento sobre
los ecosistemas de México. La evaluación que aquí se
presenta se basa en el marco conceptual de la Ecored
(véase figura 1) y se llevó a cabo por un gran número
de sus miembros.
El marco conceptual de la Ecored pone énfasis en la
biodiversidad que albergan los ecosistemas y considera
que debe analizarse a todos los niveles de organización,
desde la diversidad de genes hasta la de unidades de
paisaje (Noss, 1990). También enfatiza la importancia
de entender el papel que juega esta biodiversidad en el
funcionamiento de los ecosistemas (Loreau et al., 2002).
Asimismo, le resulta crucial analizar los efectos del cam-
bio global, es decir, los cambios en la biodiversidad, el uso
del suelo, el clima y las condiciones abióticas, en el fun-
cionamiento de los ecosistemas, así como en las socie-
dades. Para lograrlo, reconoce los servicios o benefi-
cios que las sociedades obtienen de los ecosistemas,
19
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Figura 1. Marco conceptual de la Ecored* sean de provisión, regulación o culturales (Millen-

nium Ecosystem Assessment, 2003). Incluye tam-
Mantenimiento Intercambio bién las herramientas y estrategias a través de las
de energía
cuales se estudian los ecosistemas y mediante las cua-
les se conserva su biodiversidad.
Interacciones
CAMBIO GLOBAL Ciclos
Cambio climático biogeoquímicos
Acidificación de los océanos
Composición Cambio de uso del suelo
Explotación de los recursos Alcances de esta mirada
Introducción de especies
Contaminación
Resiliencia
Abundancia El antecedente inmediato del presente esfuerzo es
la obra Capital natural de México (Sarukhán et al.,
BIODIVERSIDAD
Genes PROCESOS Y 2009), la cual se inspiró en la Evaluación de los Eco-
Especies FUNCIONAMIENTO
Grupos funcionales
DA
D • SAL
UD DE LOS ECOSISTEMAS sistemas del Milenio (Millennium Ecosystem Assess-
Unidades del paisaje RI
U
Paisaje ment, 2003) y se llevó a cabo en el marco del Conve-

•
G
SE

ID
Número nio sobre la Diversidad Biológica. En tres tomos, y

ENT
BIENESTAR
ALES •

coordinada por la Comisión Nacional para el Cono-

I DA D •
HUMANO
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cimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), com-

AT

LI

piló el conocimiento adquirido a esa fecha sobre la

M

ER
S TA
D • BIENE
biodiversidad, sus patrones de cambio, así como las
políticas públicas al respecto.
En el presente libro, la mirada al conocimiento
sobre los ecosistemas es diferente, pues para la eva-
luación se partió de un marco conceptual distinto;
SERVICIOS por lo tanto, su contenido temático es diferente. Ade-
ECOSISTÉMICOS
más, su aproximación analítica es distinta. Los cinco
PROVISIÓN
Alimentos, DE SOPORTE grandes temas que se tratan en este libro son el
biocombustibles, Ciclo de nutrientes,
formación de suelo,
cambio climático, el impacto de las actividades hu-
fibras, recursos
genéticos y producción primaria manas en la biodiversidad y en los ecosistemas de
biogeoquímicos
REGULACIÓN México, los cambios en la biodiversidad y sus con-
Clima, agua, secuencias en el funcionamiento de los ecosistemas y
mitigación de CULTURALES
desastres naturales, Sentido de pertenencia, sus servicios, los servicios ecosistémicos, y las herra-
control de la erosión sistema de conocimiento,
del suelo, seguridad
mientas y estrategias para el estudio y la conservación
inspiración,
en la producción enriquecimiento de los ecosistemas y su biodiversidad (véase figura 2).
de alimentos espiritual.
El primer capítulo presenta un análisis de los cam-
bios pasados en el clima. En él se aborda el conoci-
* Gráfico modificado de Millennium Ecosystem Assessment, 2003. miento paleoecológico y paleoclimático, así como las

20

tendencias actuales del clima y sus impactos en los
ecosistemas terrestres y acuáticos.
En el segundo se examina el impacto de las acti-
vidades humanas en la biodiversidad y los ecosiste-
mas de México, con un análisis de los principales
factores de cambio de estos, incluidos los efectos de
la fragmentación y pérdida del hábitat, del cambio
de uso del suelo, de las enfermedades y zoonosis emer-
gentes, así como los de la contaminación.
El tercero analiza los cambios en la biodiversidad
y sus consecuencias en el funcionamiento de los eco-
sistemas y sus servicios, incluida la relación entre su
funcionamiento y los servicios ecosistémicos. Para
ilustrar los patrones se presentan estudios de caso.
En el cuarto se explora el conocimiento sobre los
servicios ecosistémicos, sus distintos componentes
bióticos, así como los servicios que ofrecen los eco-
sistemas terrestres y acuáticos del país, y los impactos
del manejo de estos ecosistemas en sus servicios. En
este capítulo se analizan los diversos enfoques me-
todológicos para el estudio de los servicios ecosisté-
micos y el conocimiento sobre los factores sociales
que influyen en los servicios, las interacciones entre
estos servicios, y las intervenciones que permiten su
mantenimiento.
El quinto analiza las herramientas y estrategias
para el estudio de la biodiversidad y la conservación
de los ecosistemas. En él se hace una evaluación del
conocimiento adquirido a través del monitoreo de
ecosistemas terrestres, costeros y marinos, así como
el desarrollo y uso de indicadores para este fin. Tam-
bién se realiza un análisis de los alcances del Sistema
de Áreas Naturales Protegidas en México.
Finalmente, hacemos una reflexión general sobre
el ejercicio llevado a cabo. Planteamos los grandes retos
en la generación del conocimiento, que permitan con-
Introducción general
tribuir a sostener tanto a los ecosistemas como a las so- Figura 2. Grandes temas de esta obra
ciedades que interactúan estrechamente con estos.
Aproximación analítica 1
y metodológica que sustenta Cambio
climático
esta mirada
Este libro hace una revisión sistemática de los temas
5
Herramientas y
2
Impactos
estrategias para el antrópicos en la
antes descritos. Para cada uno de ellos se exploran tres estudio y la conservación biodiversidad y en los
de los ecosistemas ecosistemas
aspectos: el primero es su relevancia para México, el y su biodiversidad
segundo es un análisis sistemático del nivel de avance
del conocimiento y de la calidad de la información dis-
ponible, y el tercero es la identificación de prioridades
de investigación.
3
Para el análisis del nivel de avance del conocimien-
4
Servicios
Cambios en la
biodiversidad y sus
consecuencias en el
ecosistémicos funcionamiento de los
to y la calidad de la información disponible se realizó ecosistemas y sus
servicios
una revisión exhaustiva de los trabajos de investiga-
ción llevados a cabo en México. Se hicieron revisiones
temáticas de la información accesible en revistas de
circulación internacional indizadas en la plataforma
ISI Web of Knowledge (http://apps.webofknowledge.
com/). También se realizaron búsquedas en artículos de
circulación internacional indizados en plataformas de
circulación latinoamericana, tales como Latindex o
Scielo. A través de buscadores como Google se rastrea-
ron artículos arbitrados en revistas no indizadas (in-
cluida la divulgación científica) y capítulos de libros ar-
bitrados nacionales e internacionales. Mediante estas
plataformas, así como catálogos institucionales, se iden-
tificaron tesis de licenciatura, maestría o doctorado. En
instituciones públicas o privadas de credibilidad reco-
nocida se identificaron informes técnicos difundidos
en medios electrónicos. La búsqueda de publicaciones
se llevó a cabo para todos los años disponibles hasta fi-
nes de 2011 (y de 2013 para el capítulo 2).
21
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Figura 3. Aproximación analítica y metodológica Tomando en cuenta el uso de la terminología rela-

cionada con cada uno de los capítulos, se escogieron
palabras clave. Por lo tanto, se incluyeron términos ta-
les como biodiversidad, ecosistemas, componente,
Palabras clave funcionamiento (o funciones), atributos funcionales,
Temas de cada servicios ecosistémicos, cambio climático, paleoeco-
capítulo, tipos de logía, paleoclima, cambio global, manejo, fragmenta-
ción, especies invasoras, enfermedades emergentes,
ecosistemas
Plataformas: enfermedades zoonóticas, contaminación, servicios
ISI Web of
Knowledge, Latindex, ambientales, monitoreo e indicadores. También se hi-
Scielo, Google cieron búsquedas con los nombres de los tipos de
académico, catálogos
institucionales ecosistemas analizados. Cada autor aplicó su criterio
para modificar la estrategia de búsqueda, a fin de po-
Búsqueda der abordar de manera adecuada los distintos temas;
electrónica de por consiguiente, los resultados están sesgados al so-
información bre representar o sub representar algunos aspectos.
Tipos de
productos: Se analizó de manera cuantitativa y cualitativa el
Agrupamiento artículos indizados, total de citas consultadas. La cantidad de informa-
artículos arbitrados, capítulos
temático de libros arbitrados, tesis de ción se categorizó en escasa (X), en elaboración (Y) y
Temas dentro de los capítulos, licenciatura, maestría
tipos de ecosistemas, tipos de y doctorado,
amplia (Z). La calidad de la información y el grado de
servicios ecosistémicos, informes técnicos cobertura del tema se clasificó en incipiente (A), en
tipos de actores
desarrollo (B) y avanzada (C). Cuando no se encon-
Evaluación de tró información, se consideró inexistente. En cada
cantidad y tema se reportan también los totales (véase figura 3).
calidad de la Los términos que se utilizaron para hacer el aná-
información lisis temático de la información encontrada, así como
aquellos relevantes en el texto, se definieron en un
Glosario glosario. Para las definiciones, además de la expe-
Cantidad: riencia de los autores de cada capítulo, se utilizó una
escasa (X) gran variedad de fuentes electrónicas. l
en elaboración (Y)
y amplia (Z) Calidad:
incipiente (A)
en desarrollo (B)
y avanzada (C)

22

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23
24
Cambio climático: contexto
histórico, paleoecológico
y paleoclimático.
Tendencias actuales
y perspectivas
Coordinador de capítulo: Gerald A. Islebe1.
Coautores: Gabriela Domínguez Vázquez2, Celene Espadas Manrique3, Blanca Figueroa Rangel4,
Óscar González Yajimovich5, Héctor Hernández Arana1, Socorro Lozano García6, Aída Martínez
López7, Miguel Olvera Vargas4, Roger Orellana Lanza3, Ligia Pérez Cruz8, Pablo Ramírez Barajas1,
Priyadarsi D. Roy6, Nuria Torrescano Valle1.

25
 Adscripciones
1
El Colegio de la Frontera Sur-Unidad Chetumal; 2 Facultad de Biología, Universidad Michoa-
cana de San Nicolás de Hidalgo, Morelia, Michoacán; 3 Centro de Investigación Científica de
Yucatán, A.C., Mérida, Yucatán; 4 Centro Universitario de la Costa Sur, Universidad de Gua-
dalajara, Autlán de Navarro, Jalisco; 5 Facultad de Ciencias Marinas, Universidad Autónoma
de Baja California, Ensenada, Baja California; 6 Instituto de Geología, Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM), México, D.F.; 7 Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas,
Instituto Politécnico Nacional, La Paz, Baja California Sur; 8 Instituto de Geofísica, UNAM,
México, D.F.

26

Introducción
L
os cambios en el clima han sido una preocu-
pación constante en diversos estudios des-
de inicios del siglo pasado. A partir de la Cum-
bre para la Tierra, realizada en Río de Janeiro
en 1992, adquirieron relevancia internacional
y se decidió poner una especial atención a ellos por las
amenazas que representan para la humanidad (Alver-
son et al., 2003). Un numeroso grupo de científicos
empezó a informar del impacto que las actividades
humanas tienen en el clima y en el medio ambiente,
y por ello en 2002 Crutzen propuso llamar Antro-
poceno a la época actual. Más tarde, Zalasiewicz y
sus colaboradores (2008) propusieron a la Comisión
Internacional de Estratigrafía dar por terminada ofi-
cialmente la época geológica actual, u Holoceno, que
inició después de la última glaciación, hace aproxi-
madamente 11,500 años. Los expertos argumentaron
que el Holoceno ha concluido y que debe hacerse
notar el inicio de otro periodo en la escala del tiempo
geológico, como consecuencia de la aparición de un
factor capaz de modificar por sí solo la faz de la Tie-
rra: la humanidad. Los investigadores respaldaron
este planteamiento con estudios del clima terrestre
desde el inicio del Holoceno hasta la actualidad. En
ellos hay claros indicios de alteraciones del clima de-
bidas a las actividades humanas. Desde alrededor de
1800, las concentraciones de plomo en el agua y en el
suelo han aumentado de manera drástica, el dióxido
de carbono (CO2) ha inundado la atmósfera y los di-
ques han atrapado infinidad de sedimentos.
De la Cumbre para la Tierra han resultado varios
acuerdos como el Protocolo de Kioto, por medio del
cual los países firmantes se comprometieron a dismi-
1. Cambio climático: contexto histórico, paleoecológico y paleoclimático. Tendencias actuales y perspectivas
nuir las emisiones de gases de efecto invernadero cal-
culadas en emisiones equivalentes de CO2. México es-
tuvo entre los firmantes y por ello en sus políticas públi-
cas ha tenido especial relevancia la discusión sobre los
efectos generados por el cambio climático. En la actua-
lidad, se cuenta con el Programa Especial de Cambio
Climático (PECC), coordinado por la Secretaría de
Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat),
y una ley sobre cambio climático; además, se llevó
a cabo la promoción y organización de la XVI Con-
ferencia de las Partes de la Convención Marco de las
Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (Confe-
rence of the Parties, COP 16), en Cancún, Quintana
Roo, a finales de 2010. Cabe resaltar que varios esta-
dos del país tienen o están en vías de elaborar planes
para enfrentar los efectos del cambio climático.
Por otra parte, organismos internacionales como
el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el
Cambio Climático (Intergovernmental Panel on Cli-
mate Change, IPCC) en varios de sus informes (por
ejemplo, en el de 2007) han puesto énfasis en la im-
portancia de establecer las bases del conocimiento so-
bre la variabilidad climática de la Tierra en el pasado,
a fin de poder predecir escenarios futuros. El IPCC
considera que el clima del pasado es clave para enten-
der el futuro: “the past is the key to the future” ‒para-
fraseando el principio del uniformitarismo atribuido
a Lyell (the present is the key to the past)‒ utilizado
en las reconstrucciones paleoecológicas (ambientes
del pasado).
Aunque los estudios sobre el clima del pasado
(paleoclimáticos) de ambientes terrestres y acuáti-
cos han cobrado relevancia en el mundo, en México
han sido muy escasos. No obstante, hay investigacio-
nes que han mostrado una gran variación natural
del clima, independiente de la actividad e influencia
27
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
humanas. Las señales de los cambios climáticos de-
Hoy en día, los modelos de cambio bidos, por ejemplo, a las variaciones en la energía
solar o a las erupciones volcánicas se entremezclan
climático en México se hacen
con las de los cambios ocasionados, en una escala de
teniendo como referencia los tiempo más corta, por el hombre. Por ejemplo, hay
Modelos Climáticos Globales diversos registros paleoclimáticos que muestran que
el clima durante el Cuaternario (los últimos 2,600
o Modelos de Circulación General. millones de años) ha experimentado una alternancia
No obstante, se requieren ajustes de periodos fríos y cálidos; tan solo el Pleistoceno
muestra 8 oscilaciones claras de fases interglaciales-
para el país y para cada región, glaciales durante los pasados 800,000 años.
pues México es un territorio La geografía heterogénea de México, con sus con-
diciones climáticas y ecológicas variadas, impide pre-
complejo, que tiene por lo menos
decir muchos escenarios futuros. Las proyecciones de
6 regiones climáticas muy posibles cambios de temperatura y de precipitación
heterogéneas. muestran un panorama para los próximos 100 años
con pronósticos de un aumento promedio de la tem-
peratura global de 2 a 6 °C, y valores de más de 400
partes por millón (ppm) de CO2 atmosférico. Hoy
en día, los modelos de cambio climático en México
se hacen teniendo como referencia los Modelos Cli-
máticos Globales o Modelos de Circulación General
(General Circulation Models, GCM). No obstante,
se requieren ajustes para el país y para cada región,
pues México es un territorio complejo, que tiene por
lo menos 6 regiones climáticas muy heterogéneas.
Es importante detectar con precisión los cambios
ocurridos en el pasado reciente y los que podrían
suceder en un futuro cercano. Los estudios sobre las
condiciones del pasado ayudan también a diferenciar
la influencia del factor humano en el cambio cli-
mático global. Además, los registros paleoclimáticos
muestran cómo las sociedades cambiaron o colapsa-
ron debido a los cambios climáticos. Por otra parte,
los monitoreos permanentes de los ecosistemas pro-
porcionan información puntual acerca de la capaci-
28
dad de respuesta (resiliencia) y de mitigación de los
efectos dañinos de los sistemas biológicos.
El propósito de este capítulo es mostrar el estado
del conocimiento sobre las tendencias actuales y pa-
sadas del clima, así como la importancia de la com-
prensión del clima y de las condiciones ambientales
del pasado para entender el cambio climático actual,
con énfasis en las necesidades de investigación y en
su valor para los modelos predictivos.
Relevancia del tema
Estudiar las tendencias del clima del pasado permite
entender la dinámica de los ecosistemas, sus varia-
ciones, su vulnerabilidad, las tasas de recambio y su
resiliencia, entre otras cosas. En el marco del cambio
climático, las investigaciones paleoclimáticas ofre-
cen información valiosa sobre la respuesta de los
ecosistemas en el pasado y aportan datos clave para
proyecciones futuras. Por lo tanto, realizar trabajos
acerca de la diversidad de los ecosistemas y climas
en México, sus causas y patrones, es un gran reto.
La fase climática del Pleistoceno, con fuertes osci-
laciones y ciclos glaciales e interglaciales, tuvo un
gran impacto en los ecosistemas de México. Sin
embargo, faltan estudios de diversos ambientes y a
diferentes escalas temporales para entender las va-
riaciones paleoclimáticas, los mecanismos que las
indujeron ‒por ejemplo, la variación en la insola-
ción‒ y sus efectos en la biodiversidad.
Hace pocos años comenzaron a desarrollarse
investigaciones paleoclimáticas locales, regionales
y hasta continentales (Marchant et al., 2009). Un
ejemplo de ellas es el trabajo de Mayewski y colabo-
radores (2004), quienes detectaron importantes va-
riaciones climáticas globales entre los años 9,000 y​
8,000 antes del presente (AP), 6,000 y 5,000 AP,

y 3,500 AP. Estas variaciones están ligadas a otras,
como las de la insolación, las orbitales, los cambios
en las corrientes oceánicas y la interacción de estas
con la atmósfera. Los cambios registrados se anali-
zaron usando escalas desde 10 años hasta las de miles
de años. Los estudios en general muestran que los
cambios climáticos ocurridos en el Holoceno, si bien
no son tan repentinos como los del Pleistoceno, sí
presentan variabilidad significativa y fluctuaciones en
diferentes escalas de tiempo (Bradley, 2008).
Las investigaciones que abarcan el Holoceno tardío
han recogido información que es particularmente va-
liosa sobre la respuesta de los ecosistemas en el pasado
a las variaciones del clima y sobre el impacto de este
en las sociedades mesoamericanas antiguas, como
la azteca, la maya, la olmeca y la tarasca, entre otras
(Curtis et al., 1996); Islebe et al., 1996; Borejsza et al.,
2011). Este conocimiento ha dado como resultado una
imagen compleja de la interacción entre el clima y la
sociedad, así como del uso de los recursos naturales.
El clima actual de las diferentes regiones de Mé-
xico está influido en gran medida por factores tales
como la situación geográfica de las zonas templada,
árida y tropical; la influencia marítima del océano
Pacífico, el Golfo de California, el Golfo de Méxi-
co y el Mar Caribe; y los sistemas de circulación
atmosférica y oceánica que interactúan con las
características fisiográficas y la latitud (Mosiño y
García, 1974; García, 1989). Cabe destacar que la
variación climática observada en los pasados 100
años muestra alteraciones en los distintos patro-
nes; por ejemplo, en el sistema de lluvias. Esto se
debe en gran medida a un incremento de la tem-
peratura en ca. 0.6ºC, el cual se atribuye al aumen-
to de las concentraciones de gases de efecto inverna-
dero como el CO2 en la atmósfera. El incremento de
1. Cambio climático: contexto histórico, paleoecológico y paleoclimático. Tendencias actuales y perspectivas
las emisiones de estos gases se remonta a mediados
del siglo XIX, como consecuencia de la Revolución
Industrial; pues con ella aumentaron de manera sig-
nificativa la deforestación y los cambios en el uso del
suelo (Jáuregui, 1997; Cifuentes, 2010). El resultado
de las emisiones fue el calentamiento global, el cual
conlleva cambios ambientales en grandes regiones
del planeta y en áreas que son particularmente frági-
les, como las zonas áridas, las de transición climática
y los ecotonos en la vegetación.
En México, estos cambios afectan en especial
a las zonas de transición climática, las de climas
subhúmedos, semicálidos y semiáridos, que son
las más susceptibles a las alteraciones ambientales
(García, 1978, 1997, 2004). Aunque las señales del
cambio climático son discutibles en buena medida,
se han documentado desfases en los patrones de
variación térmica y pluviométrica a consecuencia
del adelanto de las temperaturas altas o del retra-
so de la estación lluviosa. En este sentido, uno de
los componentes del cambio global es el climático.
Las señales de este cambio muchas veces están en-
mascaradas por la sinergia de otros procesos con-
comitantes, como cambios en la radiación solar, y
sus efectos se amplifican en general por procesos
de retroalimentación. Otras causas del cambio son
consecuencia de las erupciones volcánicas, las cua-
les generan emisiones de aerosoles que modifican el
sistema climático local, regional y global. Fenóme-
nos como El Niño, u Oscilación del Sur, modifican
los patrones climáticos regionales en periodos irre-
gulares de entre 2 y 7 años; además de que hay una
respuesta diferente a ellos en la superficie terrestre
y en la marina.
La gran diversidad de ambientes terrestres de
México, dada la estrecha relación entre el clima y la
29
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
vegetación, ha sido afectada en el pasado por el cam-
bio climático (forzamientos radiactivos naturales, ta-
les como variaciones en los parámetros de Milanko-
vić o ciclos orbitales, variaciones en la actividad solar
e intensidad de la actividad volcánica, entre otros), y
en años recientes por el impacto del incremento de
los gases de efecto invernadero debido a las activi-
dades humanas: ignición de combustibles de origen
fósil, cambios en el uso del suelo, así como desa-
parición de enormes masas de vegetación. Los efec-
tos del clima y sus fluctuaciones en los ecosistemas
terrestres de México se registran en los cambios de
los diferentes tipos de vegetación. Los bosques tem-
plados, fríos y semicálidos pueden llegar a desapare-
cer, y otros, como los bosques tropicales húmedos,
podrían ser reemplazados por ecosistemas más re-
silientes, por ejemplo, las sabanas (Villers y Trejo,
2004). Se ha constatado también que los ecosistemas
en humedales continentales, así como los de estuario
y de arrecife, son muy sensibles (Grimm et al., 1997;
Day et al., 2008; Hoegh et al., 2007; Gallegos, 2010;
Villanueva et al., 2010). Las prácticas en algunos
agroecosistemas pueden hacerlos más susceptibles
a los cambios de la precipitación y la temperatura
(Conde et al., 2006; González et al., 2009).
Los ecosistemas costeros y marinos están ínti-
mamente ligados al clima, sobre todo por la inte-
racción atmósfera-océano (Sánchez, 2010), la cual
se expresa principalmente en la dinámica de las
corrientes marítimas y en los desplazamientos es-
tacionales de las circulaciones anticiclónicas. La va-
riabilidad y el cambio climáticos pueden exacerbar los
problemas ambientales actuales, tales como la pérdida
de hábitat de las especies silvestres, la contaminación
por nutrientes a niveles de toxicidad, y la invasión de
especies en ecosistemas marinos y terrestres. Los efec-
30
tos del cambio climático en los ambientes costeros in-
fluirán en la circulación atmosférica y oceánica, en los
patrones de temperatura, precipitación y evaporación,
así como en la tasa de elevación del nivel del mar, en
la estacionalidad y en la distribución de las tormentas
tropicales y de los huracanes (Flores et al., 2010).
El cambio climático representa para los ecosiste-
mas marinos costeros tres amenazas principales: el au-
mento de la temperatura del mar superficial por la ab-
sorción de calor atmosférico, el incremento del nivel
medio del mar por expansión de la capa superficial
del océano (700 m) y por los deshielos, y la acidifi-
cación del océano por aumento de la concentración
de CO2 atmosférico. La respuesta de los ecosistemas
marinos costeros a las diferentes amenazas de este
fenómeno global no es homogénea. Por ejemplo, los
ecosistemas de arrecifes son más susceptibles al ca-
lentamiento (Carricart, 2004; Calderón et al., 2007)
y a la acidificación de la capa superficial del océano
(Hoegh et al., 2007; Pandolfi et al., 2011); en cambio,
los ecosistemas de manglar, los humedales y las lagu-
nas costeras lo son más al aumento del nivel medio
del mar, a la erosión, al azolvamiento y al incremento del
régimen de disturbio natural por tormentas y hura-
canes (Anthony et al., 2009; López et al., 2011).
Lograr una comprensión cuantitativa de las in-
teracciones biogeoquímicas y de las retroalimenta-
ciones clave entre el océano y la atmósfera, así como
entre los ciclos biogeoquímicos y los ecosistemas, es
un prerrequisito para entender cómo este sistema
acoplado afecta y es afectado por el clima y por los
cambios antropogénicos. Por ello la respuesta del
ecosistema es esencial para evaluar su variabilidad,
causada por los forzamientos naturales climáticos y
los cambios antropogénicos. Esta información es fun-
damental para poder establecer metas consistentes en

los esfuerzos de restauración (Duarte et al., 2008). Las
alteraciones en la variación del clima tienen efectos
evidentes en la dinámica de los ecosistemas, al igual
que en los procesos físicos y biológicos interconecta-
dos en esta escala. ¿Cómo son afectados estos pro-
cesos?, y ¿cómo responden los ecosistemas a la ve-
locidad, la magnitud y los efectos sinérgicos de estos
cambios? son preguntas que requieren ser contesta-
das para la adaptación humana y la mitigación de sus
efectos. Por esta razón, el estudio del cambio climá-
tico en los ecosistemas de México se debe abordar
considerando sus diferentes grados de fragilidad o
sensibilidad. En el caso de los ecosistemas maneja-
dos es necesario considerar la relación entre vulne-
rabilidad, mitigación y adaptación.
Nivel de avance del conocimiento
y calidad de la información
Pasado
Ecosistemas terrestres 2005; Xelhuantzi, 1994, 1995; Hodell et al., 1995,
México presenta una gran heterogeneidad fisiográfi-
ca, la cual origina una alta biodiversidad en términos
de riqueza de especies y de variedad de ecosistemas.
La heterogeneidad se manifiesta tanto en la escala es-
pacial como en la temporal. Por ello el conocimiento
del clima y de los ambientes del pasado es fundamen-
tal para predecir y proyectar escenarios de cambio.
El estudio del pasado ecológico y climático de al-
gunas regiones geográficas de México se ha llevado
a cabo con herramientas paleoecológicas y paleocli-
máticas, a través de distintos registros ambientales
naturales (Lozano y Ortega, 1994; Curtis et al., 1996;
Almeida et al., 2005; Roy et al., 2010). Sin embargo,
dada la diversidad de ecosistemas y de sus condicio-
1. Cambio climático: contexto histórico, paleoecológico y paleoclimático. Tendencias actuales y perspectivas
nes climáticas, el conocimiento todavía es limitado
en comparación con otros países (véase cuadro 1).
Además, no existen trabajos sobre ciclos completos
de glaciales e interglaciales, por lo que es necesario
ampliar las investigaciones acerca de estos tópicos.
El conocimiento disponible sobre estudios pa-
leoclimáticos y paleoecológicos depende mucho de la
región investigada, el tipo de registro, el alcance tem-
poral y los registros ambientales naturales utilizados.
La existencia de cuencas intermontanas con cuerpos
de agua ha favorecido el desarrollo de trabajos paleo-
ecológicos en el centro del país y, en años recientes,
también en otras partes de México. El registro palinoló-
gico del Holoceno es aún muy fragmentario y la mayor
parte de la información se refiere a vegetación templa-
da, debido a la concentración de lagos en el centro de
México. Gran parte de los estudios paleoambientales
se han llevado a cabo en el centro y en el sur de Mé-
xico (Metcalfe et al., 1991; Metcalfe, 1995; O’Hara et
al., 1993; Lozano y Ortega, 1994, 1998; Lozano y Xel-
huantzi, 1997; Lozano et al., 2002; Lozano y Vázquez,
2001, 2005; Goman y Byrne, 1998; Islebe et al., 2001;
Islebe y Sánchez, 2002; Almeida et al., 2005; Ludlow
et al., 2005; Beach et al., 2006; Sluyter y Dominguez,
2006; Carrillo et al., 2010, 2013). Pocas investigacio-
nes se han realizado en la península de Baja California
(Lozano et al., 2002; Rhode, 2002), en la región centro
oriental (Conserva y Byrne, 2002), en el centro oc-
cidente (Figueroa et al., 2008, 2010, 2012) y en el nor-
te (Stahle et al., 2000; Metcalfe et al., 2002). Dichos
trabajos se han enfocado en el cambio ambiental vis-
to a través de la reconstrucción de la vegetación, los
cambios en la erosión del suelo, el cambio climático y
actividades humanas como la agricultura y los apro-
vechamientos forestales.
31
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
Estos estudios revelan que las comunidades bioló-
gicas pasadas experimentaron cambios en respuesta a
oscilaciones climáticas como el Último Glacial Máxi-
mo (entre 26,000 y 19,000 años AP), la desglaciación
(ca. 15,000 años AP) y el final del Pleistoceno (hace
unos 11,500 años AP). En un trabajo de compila-
ción sobre indicadores de cambio climático para el
centro de México (Lozano et al., 1994) se ofrece un
panorama del cambio de temperatura regional. Ade-
más, la respuesta al cambio climático se traduce en
las paleocomunidades como variaciones en los por-
centajes polínicos y cambios en la biodiversidad. En
particular, en el Holoceno se detectan cambios signi-
ficativos en la cubierta arbórea en respuesta al calen-
tamiento. Un factor modelador de la vegetación ha
sido la intervención humana asociada a la agricul-
tura, la cual ha modificado la cubierta vegetal en
algunas regiones de México (O’Hara et al., 1993;
Xelhuantzi, 1994; Conserva y Byrne, 2002; Almeida
et al., 2005; Lozano et al., 2005; Ludlow et al., 2005;
Torrescano, 2007; Carrillo et al., 2010; Figueroa et
al., 2008, 2010, 2012; Aragón et al., 2012).
Las evidencias paleoclimáticas en zonas desérticas
de México provienen principalmente de registros am-
bientales geoquímicos, magnéticos y de sedimentos.
Los registros más largos del cambio climático del Cua-
ternario proceden de los depósitos sedimentarios del
desierto de Mojave y de los desiertos Chihuahuense
y Sonorense (véase cuadro 2). Estos registros aportan
información sobre el cambio de la precipitación en
el verano y el invierno en escalas de milenios, el cual
está relacionado con la posición de la corriente de
chorro polar (jet stream), así como con la expansión
de la capa de hielo Lauréntida, la insolación, el ca-
lentamiento en el Atlántico norte y los eventos de El
Niño u Oscilación del Sur. Los periodos de aumento
32
de la insolación durante el verano y su disminución en
el invierno del hemisferio norte, junto con cambios
en el Atlántico norte, han favorecido la expansión del
monzón mexicano (Monzón de Norteamérica) en al-
tas latitudes y el aumento de la frecuencia de las tor-
mentas de invierno, lo que causa condiciones húme-
das en el norte de México.
Ecosistemas acuáticos
El estado del conocimiento sobre la variabilidad cli-
mática y la información disponible a partir del es-
tudio de secuencias de sedimentos marinos están
íntimamente relacionados con el desarrollo de la
paleoceanografía. Desde una perspectiva mundial,
su avance se asocia con los programas internacio-
nales de perforación oceánica iniciados a finales de
los años 60 con el Proyecto de Perforación Oceánica
Profunda (Deep Sea Drilling Project, DSDP), cuyo
logro más sobresaliente es el estudio de las secuen-
cias de fósiles marinos encontrados en los núcleos, el
cual ha contribuido a la elaboración de escalas geo-
lógicas y evolutivas, y al entendimiento de la varia-
bilidad climática. Después de este proyecto se crea-
ron de manera sucesiva otros, como el Programa
de Perforación Oceánica (Ocean Drilling Program,
ODP) y el Programa Integrado de Perforación Oceá-
nica (Integrated Ocean Drilling Program, IODP)
en 1983 y 2003, respectivamente. En 1995 nació
el Estudio Internacional del Cambio Marino Glo-
bal en el Pasado (International Marine Past Global
Change Study, IMAGES), el cual conlleva la multi-
plicación de campañas de muestreo.
En México, la paleoceanografía se inició en la
década de los 80, de modo paralelo a la adquisición
de los buques oceanográficos El Puma y Justo Sierra
por la Universidad Nacional Autónoma de México.

Esto facilitó la obtención de secuencias sedimen-
tarias por parte de investigadores de instituciones
nacionales, con equipos que permiten recuperar nú-
cleos que tienen desde unos cuantos centímetros
hasta unos 6 m de longitud, y cuyo alcance temporal
está relacionado con las tasas de acumulación de la
región analizada. Dichas secuencias han sido estu-
diadas mediante técnicas de sedimentos, geoquími-
cas, biogeoquímicas y geofísicas (restos esqueléticos
de plancton, isótopos estables y radioactivos, bio-
marcadores, difracción de rayos X, fluorescencia de
rayos X, propiedades magnéticas, análisis de color,
etc.), las cuales permiten mejorar los parámetros de
caracterización de ambientes y climas.
Estos trabajos se han llevado a cabo en el Pacífico,
en el Golfo de Tehuantepec, en el Golfo de México y
la mayoría en cuencas anóxicas del Golfo de Califor-
nia (Guaymas, Carmen, Pescadero, La Paz y Alfonso),
donde se preservan registros climáticos y oceano-
gráficos de alta resolución (sedimentos laminados)
originados por varios procesos que allí se reúnen.
Con estas investigaciones se ha podido reconstruir
la dinámica oceánica superficial del Pacífico ecuato-
rial oriental, con las fases frías del Pleistoceno Tardío
(como el Último Glacial Máximo y el Younger Dryas),
así como la alternancia de intervalos de condiciones
cálidas y frías, el aumento o la disminución de la pro-
ductividad primaria, y escenarios análogos a El Niño
persistentes a escala centenaria durante el Holoceno,
entre otros.
En el país son escasos estos trabajos (véase cua-
dro 1), y aún quedan muchas incógnitas por resolver,
por lo que es necesario estudiar y entender las seña-
les climáticas preservadas en los sedimentos marinos
utilizando distintos registros ambientales naturales
en diferentes escalas temporales.
1. Cambio climático: contexto histórico, paleoecológico y paleoclimático. Tendencias actuales y perspectivas
Presente y futuro
Ecosistemas terrestres En 1977 se analizaron por primera
Existe documentación y análisis detallados del clima vez las causas, los efectos y
del país (cartas de climas de García, 1978; Comisión
Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiver-
las posibilidades de predecir las
sidad, Conabio, 1997; García, 2004; Mosiño y Gar- fluctuaciones y los cambios
cía, 1974; Vidal, 2005). Sin embargo, como en ellos climáticos, así como los factores
el cambio climático no era un paradigma común,
que modificarían las masas
solo se describieron de forma prolija los climas del
país y, en algunos casos, las interacciones entre el cli- forestales en México.
ma y los ecosistemas a través de las relaciones entre
el clima y la vegetación (Contreras, 1942; García y
Miranda, 1960; García y Reyna, 1969; García, 1997;
Lauer, 1973; Orellana, 1978; Rzedowski, 1978; An-
gulo, 1985; Meza y López, 1997; Pennington y Sa-
rukhán, 2005).
Las investigaciones que analizan la variabilidad
climática y el cambio climático en México fueron pre-
sentadas en 1977 en la Memoria de la reunión sobre
fluctuaciones climáticas y su impacto en las actividades
humanas. En esta obra se analizaron por primera vez
las causas, los efectos y las posibilidades de predecir las
fluctuaciones y los cambios climáticos, así como los
factores que modificarían las masas forestales en Mé-
xico. Años después, Jáuregui (1997) presentó una re-
visión acerca del cambio climático en México, la cual
incluyó además una breve reseña sobre trabajos pa-
leoclimáticos (Lorenzo, 1959; Heine, 1973).
Por otra parte, entre los estudios del paleoclima
existen investigaciones como la de Toledo (1976) so-
bre los posibles cambios durante el Pleistoceno y sus
efectos en la vegetación tropical cálida húmeda de
México; y la de Sarukhán (1977), que analiza el efec-
to de los paleoclimas del Cuaternario en las planicies
costeras del Golfo de México y en las selvas. Asimis-
mo, hay trabajos que analizan las condiciones climá-
33
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
ticas de los últimos 2,000 años (García, 1974; Sán-
chez y Kutzbach, 1974, citados por Jáuregui, 1997;
Dahlin, 1990; Metcalfe, 1995; O’Hara et al., 1993; Lo-
zano, 2004; Lozano et al., 2010).
Los primeros esfuerzos encaminados a analizar
la vulnerabilidad de México ante el cambio climático,
así como la generación de los primeros escenarios de
cambio climático, estuvieron basados en los Mode-
los de Circulación General de la Atmósfera (Adem,
1991; Conde et al., 1994; Magaña, 1994; citados por
Jáuregui, 1997; Garduño y Adem, 1995). La mayoría
de los estudios plantearon los posibles escenarios de
cambio climático a escala nacional. Las regiones o es-
tados analizados son las dos penínsulas ‒Baja Califor-
nia y Yucatán‒ (Cavazos et al., 2008; Orellana et al.,
2009) y los estados de Veracruz, Michoacán (Conde,
et al., 2008), Tlaxcala (Conde, 1995; citado por Gay,
2000) e Hidalgo (Gómez Díaz et al., 2007; Gay, 2000);
la mayoría de ellos a través de sus programas estatales
de cambio climático. En estados como Morelos, Ve-
racruz (Conde et al., 2008) y Tlaxcala (Conde et al.,
2006) se abordó la vulnerabilidad o sensibilidad de los
ecosistemas, así como los diferentes sectores de rele-
vancia socioeconómica. Sin embargo, no se ha profun-
dizado lo suficiente en las repercusiones del cambio cli-
mático en la dinámica de los ecosistemas; por lo tanto,
es una asignatura pendiente.
En 1994 se iniciaron las investigaciones relaciona-
das con el efecto del cambio climático en los ecosis-
temas del país a partir del Primer Taller del Estudio
de País: México ante el Cambio Climático (Gay et al.,
1995). Varios de estos trabajos quedaron concretados
en la obra de Gay (2000) titulada México: una visión
hacia el siglo XXI. El cambio climático en México, la
cual incluye los capítulos de Hernández y colaborado-
res, y de Villers y Trejo sobre los ecosistemas terrestres.
34
La publicación de Martínez y Fernández (2004) com-
prende un mayor número de temas, y en ella se mencio-
na someramente a los ecosistemas costeros. El impac-
to de los posibles escenarios de cambio climático en
los ecosistemas terrestres y su biodiversidad, así como
en las áreas naturales protegidas, fue estudiado por
Villers y Trejo (1997, 1998, 2004), y Arriaga y Gómez
(2004), entre los más conocidos. Para el tema de la mi-
tigación del cambio climático puede citarse el trabajo
de Ordóñez y Masera (2001). El libro La vulnerabi-
lidad de las zonas costeras mexicanas ante el cambio
climático, editado por Botello et al. (2010), contiene
reflexiones acerca de las repercusiones del cambio
climático en los ecosistemas de la franja de interac-
ción del continente y los océanos que bañan las costas
mexicanas. De la misma manera, en la obra de Rivera
et al. (2010) se presentan investigaciones sobre la in-
fluencia del cambio climático en ambientes costeros
y marinos.
Ecosistemas acuáticos
En contraste con la superficie continental del país,
de la cual hay registros climáticos a largo plazo que
son relativamente confiables, el mar territorial mexi-
cano cuenta con escasa información proveniente de
registros a largo plazo de la temperatura del mar su-
perficial y del nivel medio del mar, así como de la al-
calinidad y acidez en la zona costera. Los escenarios
de respuesta al cambio climático de la zona marina
costera se han derivado de los escenarios regionales
propuestos por el IPCC, y se han basado en informa-
ción no generada en México (Azuz, 2010; Sánchez,
2010) (véase cuadro 1).
No obstante, se han realizado esfuerzos para com-
pilar la información científica que permita identificar
los vacíos y las necesidades de información sobre la

variabilidad climática, así como la posible respuesta
de los ecosistemas marinos costeros al forzamiento del
cambio climático global. Entre estos trabajos destaca
el libro editado por Hernández y Gaxiola (2007), el
cual muestra la imperiosa necesidad de generar infor-
mación relativa al papel de los ecosistemas acuáticos
en la captura de carbono, así como su regulación local
y regional en los procesos de fijación y retención del
mismo.
Durante las dos décadas pasadas se ha documen-
tado el efecto negativo de las temperaturas anómalas
en la condición general de los arrecifes coralinos, a
través de periodos de blanqueamiento masivo de los
corales duros por la pérdida de sus simbiontes, se-
guidos de eventos de elevada mortandad de los co-
rales que constituyen los arrecifes, como los géneros
Acropora, Orbicella y Diploria, entre otros. También
se ha registrado una amplia variabilidad en la res-
puesta del ecosistema de arrecifes a los eventos de
temperaturas anómalas, con variación en la suscep-
tibilidad de las diferentes especies de coral y de las
cepas de simbiontes (Pandolfi et al., 2011).
Una preocupación reciente es el fenómeno de
la acidificación del océano a causa del incremento de la
concentración de CO2 atmosférico, y su consecuente
aumento en la superficie marina. A diferencia de los
efectos claramente documentados de las temperatu-
ras anómalas, la acción de la acidificación de los
ecosistemas coralinos es más incierta. Las hipóte-
sis plantean desde escenarios catastróficos, como la
disminución e incluso el cese de la calcificación con
la consecuente desintegración de los arrecifes, hasta
posibilidades de aclimatación, adaptación y evolu-
ción de la comunidad coralina, pasando por cambios
estructurales: de arrecifes dominados por corales a
arrecifes dominados por algas, proceso que actual-
1. Cambio climático: contexto histórico, paleoecológico y paleoclimático. Tendencias actuales y perspectivas
mente está en curso (Blanchon et al., 2009; Pandolfi
et al., 2011). Los arrecifes coralinos actuales sufren la
sobreexplotación de recursos, la destrucción por acti-
vidades humanas, la contaminación y la eutrofiza-
ción del agua, así como el estrés ambiental por au-
mento de la temperatura, la acidificación del agua y
la intensidad de las tormentas.
En las zonas costeras bajas, como la península de
Yucatán y el Golfo de México, el aumento del nivel
medio del mar es la consecuencia más importante
del cambio climático. Se considera la región entera
como una zona muy vulnerable a la inundación; y la
respuesta de los manglares y dunas costeras al cam-
bio climático puede verse comprometida por el desa-
rrollo costero turístico y urbano, de tal modo que los
escenarios proyectados de migración de humedales
solo podrán ocurrir si existe espacio para migrar, y si
se balancea el crecimiento del ecosistema de manglar
con la tasa de elevación del nivel del mar (Yáñez et
al., 1998, 2010).
El cambio climático también influye en el prin-
cipal régimen de disturbio natural regional: las tor-
mentas tropicales y los huracanes (Jáuregui, 1997).
Los ecosistemas marinos costeros interactúan con
estos forzamientos a escala global y regional, y de
manera adicional con las presiones locales derivadas
de las perturbaciones humanas, cuya sinergia podría
reducir la capacidad de resistencia y adaptación de
los ecosistemas.
El fenómeno de cambio climático, acompaña-
do del consecuente aumento de la temperatura del
mar superficial, la acidificación del océano y el ni-
vel medio del mar, ha ocurrido por lo menos cin-
co veces durante los últimos 251 millones de años
(Pandolfi et al., 2011). La diferencia sustancial con
la ocasión presente es la velocidad en que se han
35
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
Los ecosistemas terrestres
y acuáticos muestran una
sensibilidad diferenciada ante
los cambios, de tal manera que
es necesario incorporar diversos
registros ambientales naturales
(biológicos, geoquímicos y de
sedimentos, entre otros) a los
estudios de ambos tipos de
ambientes, a fin de comprender
un ecosistema con una visión
holística, y no solo enfocarse en
algunas de sus poblaciones
o comunidades.
36
liberado gigatoneladas de CO2 a la atmósfera, con el
consiguiente aumento acelerado de la temperatura
y las consecuencias globales que se desencadenan.
Cabe destacar que no existen evidencias geológicas
que muestren cambios climáticos tan rápidos como
este (Aronson et al., 2002; Domingues et al., 2008;
Blanchon et al., 2009).
Prioridades de investigación
Pasado y futuro
Considerando la gran heterogeneidad espacial del
territorio mexicano, la cual ha derivado en una gran
diversidad de ecosistemas distribuidos a lo largo y
ancho de su geografía, las prioridades de investiga-
ción en el ámbito paleoecológico y paleoclimático
deben involucrar a la mayoría de estos ecosistemas,
pero principalmente enfocarse en aquellos que care-
cen de información sobre el pasado ecológico y cli-
mático, como los matorrales xerófilos, los bosques
tropicales secos y los pastizales (incluidos en los
“ecosistemas terrestres en general”) (véase cuadro 1).
Además, deben desarrollarse nuevas metodologías
para trabajar en estas comunidades, ya que en di-
chas zonas no hay por lo general sitios de depósito
apropiados para el análisis paleoecológico. Es nece-
sario entender las tasas a las cuales han cambiado
las distintas comunidades (Carrillo et al., 2012) para
poder estimar el cambio en el futuro, considerando
los distintos escenarios que generan los estudios del
pasado.
Por otro lado, las preguntas de investigación de-
berán dirigirse a la resolución de problemas urgentes
como la extinción de las especies y la determinación
de umbrales críticos en la pérdida de la biodiversidad
(en relación con la función y los servicios de los eco-
sistemas). Asimismo, deberán identificarse indirec-
tamente estrategias de conservación de la biodiver-
sidad ante el cambio climático, así como las especies
invasoras, y establecer puntos de referencia que per-
mitan orientar el manejo y la restauración de ecosis-
temas.
Los ecosistemas terrestres y acuáticos muestran
una sensibilidad diferenciada ante los cambios, de tal
manera que, para entenderlos integralmente, es nece-
sario incorporar diversos registros ambientales natu-
rales (biológicos, geoquímicos y de sedimentos, entre
otros) a los estudios de ambos tipos de ambientes, a
fin de comprender un ecosistema con una visión ho-
lística, y no solo enfocarse en algunas de sus pobla-
ciones o comunidades. Por ello será necesario realizar
investigaciones multidisciplinarias y transdisciplina-
rias con especialistas en paleoecología, paleobotánica,
paleozoología, geología y química, entre otros.
La resolución espacial y temporal deberá ampliar-
se para comprender los patrones de perturbación
ambiental (fuego, cambio climático, actividad volcá-
nica, e impacto humano, entre otros), al igual que
las respuestas bióticas y físicas de los ecosistemas, a
fin de contribuir al conocimiento de la problemáti-
ca ambiental actual y brindar soluciones adecuadas.
Así, la resolución espacial deberá ser de multiescala
para abordar el espacio de estudio desde niveles de
organización de microescala (100-103 m2), como es
el caso de especies de plantas y animales, pasando
por el nivel de rodal o sitio, hasta el nivel de mega-
escala (104-1012 m2), donde se incluyen las ecorre-
giones terrestres y marinas. La resolución temporal
deberá combinar diferentes resoluciones de tiempo
para discernir el efecto de las perturbaciones hu-
manas a nivel de décadas y siglos, las fluctuaciones

climáticas de décadas a milenios, así como el enten-
dimiento de la relación entre los periodos glaciales e
interglaciales.
Otra de las prioridades de investigación será con-
juntar el conocimiento derivado de los estudios pa-
leoecológicos y paleoclimáticos, a fin de organizarlo
de manera adecuada para la creación de modelos pre-
dictivos de la distribución de especies en escenarios
futuros de cambio climático, así como la respuesta de
los ecosistemas al cambio climático y a las perturba-
ciones humanas. Dado que aún no han ocurrido la
mayor parte de los eventos de cambio climático anali-
zados con modelos predictivos, será importante pro-
bar estos modelos con información del pasado usando
métodos retrospectivos. Es prioritario, por lo tanto,
conocer la información pertinente que se requiere del
pasado para generar mejores modelos predictivos.
Presente y futuro
Las prioridades de investigación sobre el cambio cli-
mático antropogénico deberán orientarse al análisis
de los factores clave en la vulnerabilidad y sensibi-
lidad de los ecosistemas. Entre estos aspectos, se ha
señalado la necesidad de contar con información
relacionada con la capacidad de recuperación o re-
siliencia de los ecosistemas ante los cambios climá-
ticos, a partir de las respuestas documentadas frente
a las condiciones paleoclimáticas. Asimismo, consi-
derando que estos cambios climáticos son antropo-
génicos, es necesario destacar otros aspectos relacio-
nados con las respuestas de los ecosistemas ante las
presiones causadas por el cambio en el uso del suelo,
la extracción selectiva de especies y la contamina-
ción, entre otros.
Por otro lado, los intentos para proyectar los po-
sibles escenarios de las condiciones climáticas globa-
1. Cambio climático: contexto histórico, paleoecológico y paleoclimático. Tendencias actuales y perspectivas
les futuras dependen, en parte, del conocimiento sobre,
cómo se retroalimentan los ciclos biogeoquímicos y
la biodiversidad en los continentes y en los mares.
En el caso de los océanos, la diversidad del plancton
afecta al sistema climático, y los cambios en el clima
influyen en las propiedades estructurales y funciona-
les de los ecosistemas oceánicos. Sin embargo, en la
mayor parte de los ecosistemas costeros afectados en
el mundo, una de las limitantes para su manejo sus-
tentable es la escasez de datos para elaborar series de
tiempo que sean suficientemente largas, a fin de dis-
cernir la variabilidad de estos ecosistemas inducida
por la variabilidad climática intrínseca o por el cam-
bio climático asociado a actividades antropogénicas.
Las tendencias actuales en la investigación coste-
ra marina se dirigen a evaluar la variación de las res-
puestas de diferentes especies de corales, la dirección
e intensidad de las interacciones entre las algas y los
corales, y el papel de los procesos de herbivoría como
un mecanismo regulador relevante en arrecifes cora-
linos. Además, se investiga el potencial de migración
del ecosistema de manglar en su conjunto a través de
la evaluación de los procesos de formación del suelo,
así como de los cambios estructurales y funcionales
en lagunas costeras derivados de una posible modi-
ficación de la composición de la biota por aumento
de la influencia marina. Un tema preponderante es la
evaluación del papel de los ecosistemas costeros ma-
rinos como sumideros de carbono, y la regulación
que podrían ejercer sobre los niveles atmosféricos.
Con esta información se espera aumentar la capa-
cidad de evaluar la vulnerabilidad costera, e incluso
generar estrategias de mitigación y de adaptación
con un enfoque en la conservación y restauración de
los ecosistemas más susceptibles. l
37
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
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 1. Cambio climático: contexto histórico, paleoecológico y paleoclimático. Tendencias actuales y perspectivas
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Anoxia. Zonas donde el oxígeno disuelto está agotado.
AP. Antes del presente, con el presente referido al año 1950 d.C.
Biomarcador. Molécula orgánica residual que indica la existencia, pa-
sada o presente, de organismos vivos en climas o ambientes específicos.
Cambio climático. Modificación de la distribución estadística de los
patrones del tiempo meteorológico en escalas temporales desde déca-
das hasta millones de años. Puede ser un cambio en las condiciones
promedio o en la distribución de eventos meteorológicos con respecto
a la media, el cual puede limitarse a una región específica u ocurrir en
varias regiones del mundo.
Cambio climático global. Cambio climático atribuido directa o indi-
rectamente a las actividades humanas, el cual altera la composición glo-
bal atmosférica y se agrega a la variabilidad climática natural observada
en periodos comparables.
Ciclo climático. Una larga oscilación del clima que ocurre con regula-
ridad pero no es estrictamente periódica. También se le conoce como
oscilación climática.
Ciclos orbitales. Conocidos asimismo como ciclos de Milanković, por
ser el científico que relacionó la variación de la excentricidad de la ór-
bita, la oblicuidad y la dirección (precesión) del eje de la Tierra con los
cambios climáticos de larga duración. La variación de la excentricidad
tiene una duración de 100,000 años; la de la oblicuidad del eje de la Tie-
rra respecto al plano de la eclíptica es de 41,000 años, y la de la precesión
de los equinoccios tiene una duración de 23,000 años.
Cuaternario. Periodo geológico actual, el cual inició hace 2,600 millo-
nes de años. Es considerado “la edad del hombre”.
Depósito sedimentario. Acumulación de sedimentos en una cuenca ma-
rina, continental o transicional, generados por procesos relacionados con
la degradación clástica de la roca, o por precipitación química u orgánica.
Difracción de rayos X. Técnica que sirve para determinar la estructura
detallada de un material mediante la identificación del ordenamiento
o posición que ocupan los átomos o moléculas que lo forman. Es un
método con variadas aplicaciones como la especiación de arcillas y la
identificación de cristales.
El Niño. Denominado también Oscilación del Sur, es un fenómeno
climático complejo; una perturbación en el sistema océano-atmósfera
que se caracteriza por temperaturas inusualmente cálidas en el Pacífico​
tropical y consecuencias climáticas a nivel global. Este fenómeno se
presenta con una periodicidad que va de 3 a 4 años y una duración de
unos meses a años; ciclo seguido de una fase fría. Está asociado con
importantes perturbaciones en los regímenes de lluvias en los trópicos,
cuyos resultados son sequías en áreas donde habitualmente llueve y llu-
vias torrenciales en zonas que son usualmente secas.
Eutrofización. Proceso natural o causado por el hombre, en el cual se
observa el enriquecimiento de nutrientes a un ritmo acelerado, porque no
se realiza la mineralización, con la consiguiente descomposición de la
materia orgánica y la reducción de oxígeno en los cuerpos de agua.
Fluorescencia de rayos X. Emisión de rayos X secundarios (o fluores-
centes) característicos de un material que ha sido excitado al ser bom-
bardeado con rayos X de alta energía o rayos gama. Este fenómeno es
muy utilizado para análisis elemental y análisis químico, en particular
en la investigación de metales, vidrios, cerámicas y materiales de cons-
trucción, así como en la investigación geoquímica, la ciencia forense y
la arqueología.
Forzamiento. Proceso que altera el balance energético del sistema cli-
mático global o parte de él
43
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
Gases de efecto invernadero. Gases integrantes de la atmósfera, de
origen natural y  antropogénico, que absorben y emiten radiación en
determinadas longitudes de ondas del espectro de radiación infrarroja
emitido por la superficie de la Tierra, la atmósfera y las nubes. Esta
propiedad causa el efecto invernadero. El vapor de agua (H2O), el dió-
xido de carbono (CO2), el óxido nitroso (N2O), el metano (CH4) y el
ozono (O3) son los principales gases de efecto invernadero en la atmós-
fera terrestre. Existen asimismo los producidos por el hombre, como
los halocarbonos y otras sustancias que contienen cloro y bromo, ade-
más del hexafluoruro de azufre (SF6), los hidrofluorocarbonos (HFC)
y los perfluorocarbonos (PFC).
Glacial-interglacial. Ciclo de aproximadamente 100,000 años durante
el cual hay crecimiento de los casquetes polares (glacial) y un periodo
donde se reduce notablemente (interglacial). Estos ciclos son caracte-
rísticos del Cuaternario.
Holoceno. Época geológica actual, que inició hace aproximadamente
11,500 años cuando el clima empezó a calentarse al finalizar la última
glaciación. Es la subdivisión más reciente del Cuaternario.
Isótopo. Átomo de un elemento con un mismo número atómico y di-
ferente número de masa. Este último es causado por tener mayor o me-
nor número de neutrones en su núcleo. Existen isótopos estables (18O,
16
O, 13C, 12C, 15N, 14N) y radioactivos (14C, 40K, 234U). Los isótopos esta-
bles, al no contar con vida media, son usados para entender diferentes
procesos, como la evaporación, la productividad y la procedencia. Los
radioactivos, al tener una vida media de decaimiento, se utilizan para
estudios de geocronología.
Jet stream. Corriente de viento relativamente estrecha y de gran velo-
cidad, que ocurre en la parte superior de la atmósfera. Sigue los límites
entre el aire caliente y el frío, circula de oeste a este a altitudes entre 11
y 13 km arriba del nivel del mar, y a velocidades de 56 km por hora en
verano y 120 km por hora en invierno.
44
Lauréntida. Capa de hielo masivo que cubría la mayor parte del hemis-
ferio norte durante los últimos 100,000 años. Abarcaba gran parte de
Canadá y de Estados Unidos.
Modelos de Circulación General de la Atmósfera. Representaciones
del sistema climático mediante  algoritmos y conjunto de variables de
diversos grados de complejidad. A cada componente del sistema climá-
tico se le puede aplicar una jerarquía de modelos.
Monitoreo permanente. Área de investigación que se establece, por
ejemplo, dentro de un ecosistema forestal y que puede tener de 500 a
1,000 m2. En esta área se identifica, se mide y se marca permanente-
mente toda la vegetación, pero principalmente la leñosa. Su objetivo
fundamental es generar información observacional por largos perio-
dos, así como crear una base de datos confiable que auxilie de manera
objetiva en la evaluación cuantitativa de cambios temporales ocurridos
en la vegetación y su relación con el ambiente.
 
Monzón. Viento originado en la circulación atmosférica general, el cual
se caracteriza por tener una dirección persistente en una estación y un gran
cambio de dirección en la siguiente estación, debido a los distintos gra-
dientes de presión atmosférica.
Paleoambiente. Condiciones del ambiente del pasado en un área y en un
intervalo de tiempo determinados. Se incluyen cambios en ecosistemas (pa-
leoecología), clima (paleoclimatología) y suelos (paleosuelos), entre otros.
Paleoceanografía. Estudio de la historia de la circulación de las aguas,
de la química, biogeografía, fertilidad y sedimentación de los océanos.
Paleoclimatología. Estudio de la variabilidad climática del planeta en
el pasado. Se basa en estudiar proxies o registros del medio físico (por
ejemplo, temperatura y precipitación), así como biológicos (por ejem-
plo, polen y diatomeas o algas unicelulares fósiles) para conocer el efec-
to del cambio climático en los ecosistemas.
 1. Cambio climático: contexto histórico, paleoecológico y paleoclimático. Tendencias actuales y perspectivas
Paleoecología. Disciplina que estudia los ecosistemas pasados, inclui-
da la relación de los organismos fósiles presentes en dichos ecosistemas
con sus ambientes físicos y biológicos pasados.
Palinología. Rama de la ciencia que estudia el polen y las esporas, vivos
o fósiles.
Plancton. Organismos que flotan, debido a que no se pueden mover
o son muy pequeños, en las capas superiores de los cuerpos de agua
salada o dulce.
Pleistoceno. Época que inició hace 2,600 millones de años y terminó
hace 11,500 años AP; caracterizada por glaciaciones extensas en el he-
misferio norte; tiempo durante el cual ocurrió la evolución humana.
Proxy. Cualquier evidencia que proporciona una medida indirecta de
ambientes, sucesos o entes pasados. Se incluyen como proxies granos de
polen, diatomeas, registros isotópicos, sedimentos de glaciales, anillos
de crecimiento en los árboles y huesos de animales.
Tasa de acumulación. Velocidad a la cual se acumulan partículas o
sustancias en el fondo de los océanos o en los lagos.
Último Glacial Máximo. Periodo de la historia climática terrestre
cuando los casquetes glaciales, en particular en el hemisferio norte, al-
canzaron su máxima extensión entre 26,000 y 19,000 años AP.
Variabilidad climática. Rango de cambio climático generado por va-
rios forzamientos a través del tiempo.
Younger Dryas. Último cambio climático abrupto ocurrido hace apro-
ximadamente 12,000-11,000 años. Consistió en un enfriamiento de la
Tierra de poca duración (1,300 ± 70 años), el cual precedió al Holoce-
no. El origen del Younger Dryas es controversial. Diferentes teorías han
tratado de explicar sus causas: entre ellas se encuentran las descargas
masivas de hielo al Atlántico que afectaron la formación de agua pro-
funda; la más controversial relaciona impactos extraterrestres ocurri-
dos en el límite Pleistoceno-Holoceno como un detonador del Younger
Dryas.
45
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 1. Clima pasado, presente y futuro según ecosistema

Criterios de calidad:
Temporalidad Bosque Bosque Bosque Bosque Matorral Desierto Ecosistemas Humedales Matorral de Laguna Arrecife de Pastos Ecosistemas Ecosistemas Agro- Plantación o
A-Incipiente: aportaciones
TOTALES* Promedio de
del clima / templado tropical tropical mesófilo xerófilo terrestres en (incluye dunas costera coral marinos costeros en marinos ecosistema cultivo calificación
conceptuales, metodológicas
ecosistema húmedo seco general manglares) costeras general de calidad y y de datos pobres.
cantidad B-En desarrollo: claro
desarrollo en aportaciones
conceptuales, metodológicas
y de datos.
2, 21, 37, 39, 20, 28, 43, 18, 19, 25, 26, 97, 144 51, 59, 70, 29, 102, 108, 62, 73, 74, 16, 17, 22, 25, 140 13, 145 12 6, 79 3, 8, 9, 10, 11, 73 51, 73 C-Avanzada: avances
44, 45, 46, 62, 63, 73, 88, 28, 38, 69, 75, (B, X) 86, 97, 127, 112, 122, 134, 80, 84, 88, 26, 68, 69, (B, X) (B, X) (B, X) (C, X) 31, 67, 71, 110, (C, X) (C, X) conceptuales, metodológicos
47, 51, 58, 105, 106, 133, 76, 78, 89, 144 135, 148, 149 100, 107 79, 81, 96, 98, 128, 131, 137, y con datos claros y
Paleoclimas 65, 70, 92, 140, 144, 145 90, 121, 145, (B, X) (B, X) (B, X) 99, 104, 113, 138, 143 92 (B, X) en desarrollo,
escasa
ampliamente reconocidos.
93, 94, 95, (B, Y) 146, 160 114, 140, 145, (B, Y)
97, 101 (B, Y) 146, 159, 160
(B, Y) (B, Z) Criterios de cantidad:
X-Escasa: el número de citas
por celda es mucho menor
que lo que se esperaría si
TOTALES todas las celdas tuvieran
PALEOCLI- 18 (B, Y) 13 (B, Y) 16 (B, Y) 2 (B, X) 7 (B, X) 9 (B, X) 8 (B, X) 20 (B, Z) 1 (B, X) 2 (B, X) 1 (B, X) 2 (C, X) 14 (B, Y) 1 (C, X) 2 (C, X) citas de forma equitativa.
MAS Y-En elaboración: el número
de citas por celda es igual a
lo que se esperaría si todas
las celdas tuvieran citas de
27, 41, 50, 53, 36, 41, 50, 52, 4, 41, 53, 56, 41, 50, 53, 56, 4, 36, 50, 53, 53, 57, 72 1, 52, 53, 55, 53, 91, 53, 120 5, 120, 129 5, 23, 77 6, 61, 77, 85, 111, 158 34, 36, 111 forma equitativa.
56, 66, 87, 53, 56, 66, 87, 72, 87, 109, 116, 87, 109, 116, 56, 87, 109, (B, X) 72, 82, 85, 111, 120, 129 (B, X) (B, X) (B, X) 111, 123, 139, (B, X) (B, X) Z-Amplia: el número de citas
Climas 109, 115, 116, 109, 116, 120, 120, 125, 126 125, 126, 133 125, 126 123, 136, 151 (C, X) 152
38 (B, X) en desarrollo,
por celda es mucho mayor
actuales 125, 126, 133 125, 126 (B, Y) (C, Y) (B, Y) (B, Y) (B, Y)
escasa que lo que se esperaría si
(B, Y) (C, Y) todas las celdas tuvieran
citas de forma equitativa.

Números en rojo:
se refieren a trabajos que
TOTALES tratan más de una categoría
CLIMAS 13 (B, Y) 13 (C, Y) 11 (B, Y) 10 (C, Y) 9 (B, Y) 3 (B, X) 11 (B, Y) 4 (C, X) 2 (B, X) 3 (B, X) 3 (B, X) 8 (B, Y) 2 (B, X) 3 (B, X) y de un ecosistema, por lo
ACTUALES que el número se repite en
más de una celda.
* Estos totales se refieren al
número de estudios que
14, 41, 41, 117, 14, 41, 64, 41, 125 30, 64, 72, 30, 72 1, 33, 35, 42, 1, 15, 32, 35, 15, 30, 32, 5, 7, 15, 30, 5, 12, 15, 23, 15, 32, 1, 6, 15, 30, 64, 103, 30, 103 abordan cada una de las
64, 125 120, 125 72, 119, 120, (B, X) 117, 125 (A, X) 60, 72, 82, 60, 68, 120, 50, 117, 32, 120, 24, 32, 77, 49, 132 32, 33, 40, 158 (B, X) categorías, así como los
Climas (B, X) (B, X) 125 (B, X) 83, 103, 147, 132, 161, 120, 132 132 124, 132 (B, X) 42, 60, 61, (C, X) 44 (B, X) en desarrollo, ecosistemas, por lo que los
futuros (B, X) 153, 154, 155, 162 (B, X) (B, X) (B, Y) 77, 82, 103, escasa números repetidos solo
156, 157 (B, Y) 132, 139, 152 cuentan como un estudio.
(B, Y) (B, Y)

TOTALES
CLIMAS 4 (B, X) 4 (B, X) 7 (B, X) 2 (B, X) 5 (B, X) 2 (A, X) 15 (B, Y) 10 (B, Y) 8 (B, X) 8 (B, X) 10 (B, Y) 5 (B, X) 17 (B, Y) 3 (C, X) 2 (B, X)
FUTUROS

46
 1. Cambio climático: contexto histórico, paleoecológico y paleoclimático. Tendencias actuales y perspectivas
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 1. Cambio climático: contexto histórico, paleoecológico y paleoclimático. Tendencias actuales y perspectivas

Cuadro 2. Estudios de zonas áridas

Criterios de calidad:
A-Incipiente: aportaciones conceptuales, metodológicas
y de datos pobres.
Sitio Localidad Antigüedad Estudios TOTALES B-En desarrollo: claro desarrollo en aportaciones
(años AP*) conceptuales, metodólogicas y de datos.
C-Avanzada: avances conceptuales, metodológicos y con
datos claros y ampliamente reconocidos.

Criterios de cantidad:
X-Escasa: el número de citas por celda es mucho menor
Lago Baldwin Desierto de Mojave 80,000 1 1 (B, X) que lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas
de forma equitativa.
Y-En elaboración: el número de citas por celda es igual a
lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas de
forma equitativa.
Z-Amplia: el número de citas por celda es mucho mayor
que lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas
de forma equitativa.
Laguna Babícora Desierto Chihuahuense 65,000 2, 3, 4 3 (B, Y)

Laguna San Felipe Desierto Sonorense 50,000 4, 5 2 (B, X)

AP* = antes del presente, con el presente referido al año 1950 d.C.

Referencias 3. Palacios, M.R. et al. 2002. “A paleoenvironmental reconstruction of Laguna

Cuadro 2
1. Kirby, S., M.D. Lamare y M.F. Barker. 2006. “Growth and morpho-
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55
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

56
 Impacto de las
actividades humanas
en la biodiversidad
y en los ecosistemas

Coordinadores de capítulo: Ricardo Rodríguez-Estrella1, Julieta Benítez Malvido2, Ek del Val de Gortari2,
Georgina Santos Barrera3.
Coordinadores de sección: Víctor Sánchez Cordero4, Ángel Rodríguez Moreno4, Adrián Munguía Vega1,5,
Laura B. Rivera Rodríguez6, Emilio Díaz Torres7, Laura G. Calva Benítez8, María del Rocío Torres Alvarado8,
José Romeo Tinajero Hernández1, José Juan Pérez Navarro1, Gabriel Gutiérrez Granados4.
Coautores: Gilberto Acosta González9, Rolando Bastida Zavala10, Sandra Antonio Bueno4, Salomé Cabrera
Romo11, José Manuel Castro Pérez12, Leonardo Chapa Vargas13, Sandra M. Chávez Ávila4, Héctor Espinosa
Pérez4, José Juan Flores Martínez4, José Luis García Calderón14, Ruth A. Gómez Rodríguez4, Ana Laura Ibá-
ñez14, Ana Ibarra Macías15, Rodrigo Isaías León Villegas4, Juan Manuel Lobato García2, Isabel López Zamora16,
Ian MacGreggor-Fors17, Juan Pablo Martínez Zavaleta2, Rodrigo Medellín15, Alejandro Medina Quej12, Eloísa
Oliveros4, Crysia Marina Rivero Hernández15, Lucero Sevillano Mayeya2, Leticia Valencia4.
Cuadros y citas: Alma Alicia Sánchez1
Revisores: Rodolfo Dirzo Minjarez18, Claudia Elizabeth Moreno19, Vilma Obando Acuña20

57
 Adscripciones
1
Laboratorio Análisis Espacial, Ecología y Conservación, Centro de Investigaciones Biológicas
del Noroeste; 2 Insituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad (IIES), Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM); 3 Facultad de Ciencias, UNAM; 4 Centro de
Investigación en Biodiversidad y Conservación (CIByC), Universidad Autónoma del Estado
de Morelos; 5 Universidad de Arizona; 6 Facultad de Ciencias del Mar, Universidad Autónoma
de Sinaloa; 7 Laboratorio de Ecología Química, Instituto de Ecología, UNAM; 8 Laboratorio
de Ecosistemas Costeros, Departamento de Hidrobiología, Universidad Autónoma Metropolitana
(UAM)-Iztapalapa; 9 Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav)-Mérida,
Instituto Politécnico Nacional (IPN); 10 Universidad del Mar; 11 Cinvestav, IPN; 12 Instituto
Tecnológicode Chetumal; 13 Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica;
14
Producción Acuática, Departamento de Hidrobiología, UAM-Iztapalapa; 15 Instituto de
Ecología, UNAM; 16 Instituto de Investigaciones Biológicas, Universidad Veracruzana; 17
Instituto de Ecología, A.C.; 18 Universidad de Stanford; 19 Centro de Investigaciones Biológicas,
Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo; 20 Instituto Nacional de Biodiversidad, Costa
Rica.

58
Introducción
M
éxico es uno de los cinco países con
mayor diversidad biológica, por lo
que se le considera miembro de un
selecto grupo de países de mega-
diversidad (Sarukhán et al., 2009).
Prácticamente en todos los grupos de plantas, al igual
que en los de invertebrados y vertebrados, existe una
alta riqueza de especies, así como un elevado porcen-
taje de endemismos (véanse figuras 1 y 2).
En términos generales, y con base en los grupos
mejor conocidos (Mittemeier y Goettsch, 1992), se
reconoce que México albergaría cerca de una décima
parte de la biota planetaria, y el porcentaje de ende-
mismos estaría alrededor del 50% en algunos casos,
como el de las plantas vasculares de las zona áridas
y semiáridas del país (Rzedowski, 1991). De igual
manera, hay altos niveles de diversidad en los llama-
dos grupos taxonómicos hiper diversos de microor-
ganismos (Llorente Bousquets y Ocegueda, 2008;
Conabio, 2009).
Lo anterior es producto de la historia evolutiva
de los grupos biológicos (especiación, inmigración),
generada por el dinamismo y la heterogeneidad es-
pacio-temporal, lo cual es consecuencia de las con-
diciones geológicas, climáticas y orográficas del país.
Esto ha llevado al establecimiento de una gran va-
riedad de hábitats con sus respectivos microclimas,
donde se promueve una alta diversificación taxonómi-
ca de la biota en un territorio de cerca de 2 millones
de km2.
A pesar del alto número de especies y porcentaje de
endemismo en el país, se tiene un escaso conocimien-
to sobre aspectos centrales de la ecología, tales como
los patrones de abundancia, distribución espacial de
especies y el estado actual de los gremios y comuni-
dades, así como de las interacciones bióticas entre es-
pecies.
Un patrón similar de desconocimiento existe en
general acerca de la diversidad biológica asociada a
los ecosistemas. Asimismo, se tiene un conocimiento
superficial sobre la diversidad genética, los genes y
los genotipos, a pesar de su importancia para enten-
der la evolución de los sistemas y de las interaccio-
nes bióticas, así como para llevar a cabo un manejo
adecuado de los mismos en los diferentes sectores
económicos y sociales, como es el caso de la salud.
Algunos grupos, como el de las plantas vascu-
lares y vertebrados, han sido estudiados de manera
más detallada y amplia, pero existe un gran descono-
cimiento de otros, como es el caso de los organismos
hiper-diversos (por ejemplo, varios grupos de Insec-
ta y otros invertebrados). El desconocimiento sobre
cómo está conformada la diversidad biológica de
un país megadiverso, como el nuestro, es una debilidad
constante e importante en las estrategias de mane-
jo sostenible de los recursos naturales actuales, y, de
cara al futuro, para realizar acciones y contar con
mecanismos a fin de promover su conservación de
manera clara y efectiva.
Más allá del nivel de especies y de diversidad gené-
tica, México tiene una alta diversidad de ecosistemas
terrestres y acuáticos (Conabio, 2009). Los prime-
ros incluyen los desiertos con diferentes caracterís-
ticas estructurales y de riqueza específica; los bos-
ques templados muy ricos en especies tanto de co-
níferas como de plantas latifoliadas, al igual que en
59
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Figura 1. Los cinco países con mayor diversidad de especies en los grupos de vertebrados y de plantas*
Mamíferos Aves Reptiles Anfibios

Vertebrados

Brasil Colombia Indonesia Perú México

0 0 0 0 0

4000 1000 4000 1000 4000 1000 4000 1000 4000 1000
3788
3601

3000 2000 3000 2000 3151 2000 3000 2000 3000 2000
2780 2796

17.10% 45.19% 16.63% 21.06% 13.30% 50.40% 16.46% 19.82% 21.26% 50.90% 16.31% 11.52% 15.10% 61.51% 10.79% 12.58% 19.11% 39.15% 28.72% 12.89%

Plantas
Brasil Colombia Indonesia China México
0 0 0 0 0

60000 10000 60000 10000 60000 10000 60000 10000 60000 10000

54000

50000 20000 51000 20000 50000 20000 50000 20000 50000 20000

26000
40000 30000 40000 30000 40000 30000 40000 31000 40000 30000

100%
0
bosques de neblina o mesófilos de montaña, e inclu- de los principales biomas reconocidos a nivel global
250

25% 25% 500

so bosques mixtos de encino-pino-oyamel; las selvas (Dirzo, 1992).

750

50 % 4000 1000
3750 1250 bajas, medianas y altas, perennifolias y caducifolias, Por lo que respecta a los ecosistemas acuáticos,
1500
Los círculos representan 3500
y sus variantes intermedias (subcaducifolias, subpe- estos se dividen en epicontinentales y marinos. En
en porcentaje la riqueza de 3250 1750

especies de los grupos 3000

2750
2500
2250
2000
rennifolias). Además, entre los ecosistemas terrestres los primeros están los ríos, los arroyos, los lagos, las
de vertebrados para cada
uno de los países. están los distribuidos en toda la extensión de un gra- lagunas y los cenotes; y en los segundos, las lagunas
0
Los arcos representan 5000 diente extremo de humedad, y los que se presentan costeras, los estuarios, las marismas, las bahías, cale-
la totalidad de especies 60000 10000
a lo largo del gradiente altitudinal, desde manglares tas, ensenadas, aguadas y sartenejas, los arrecifes de
de los vertebrados o de las
hasta la llamada vegetación alpina (Dirzo, 1992). coral, los manglares y los océanos.
55000 15000
plantas para cada
uno de los países. 50000 20000
En algunos de estos ecosistemas terrestres pueden Los análisis de los efectos modificatorios que tie-
45000 25000

35000
encontrarse oasis o ambientes extremos. En suma, ne la actividad humana en la estructura y función de
40000 30000
podría argumentarse que la gama de ecosistemas te- los ecosistemas, desde una escala global a una regio-
*Modificado de Conabio, 2009. rrestres de México incluye representaciones locales nal (Sala et al., 2000; Millennium Ecosystem Assess-

60
 2. Impacto de las actividades humanas en la biodiversidad y en los ecosistemas

Figura 2. Los cinco países con mayor riqueza de endemismos en los grupos de vertebrados y de plantas*
Mamíferos Aves Reptiles Anfibios

Vertebrados

Australia Indonesia México Madagascar Brasil

0 0 0 0 0

1600 400 1600 400 1600 400 1600 400 1600 400
1542

1200 800 1200 800 1200 800 1200 1200 800

774
1095 828 1112

16.01% 25.61% 45.39% 12.97% 20.09% 36.52% 27.39% 15.98% 19.44% 15.09% 44.44% 21.01% 25.83% 13.30% 40.05% 23.25% 16.72% 17.17% 18.07% 48.02%

Plantas
Australia Indonesia México Colombia China
0 0 0 0 0

20000 4000 20000 4000 20000 4000 20000 4000 20000 4000

17200
17800

16000 8000 16000 8000 16000 8000 16000 8000 16000 8000

15000
14200
13400 12000 12000 12000 12000 12000

100%
0 50

ment, 2005; Foley et al., 2005) o de país, como en minación, las enfermedades emergentes y, de cara al 1800 200 25% 25%

nuestro caso, muestran una problemática creciente futuro, el cambio climático (Challenger et al., 2009; 1600 400
50 %

de afectaciones negativas a la biodiversidad, a los eco- véanse figuras 3, 4 y 5).

sistemas y a los servicios ecosistémicos que la biota En efecto, los impactos de actividades tales como la 1400 600 Los círculos representan
en porcentaje la riqueza de
provee a la sociedad (Secretaría de Medio Ambiente deforestación, la pérdida y degradación del hábitat, su 1200
1000
800 especies de los grupos
de vertebrados para cada
y Recursos Naturales, Semarnat, 2013; Conabio 2009). fragmentación, la contaminación, la introducción de 0
uno de los países.
Un análisis reciente indica que los factores de cam- especies exóticas, la presencia y proliferación de enfer- 22000 2000
Los arcos representan
la totalidad de especies
bio global que mayor impacto ejercen en los ecosis- medades, la sobreexplotación de poblaciones de espe- 20000 4000
de los vertebrados o de las
temas de México y su biodiversidad incluyen, en or- cies (en particular la sobrepesca) y la cacería en todas 18000 6000 plantas para cada
uno de los países.
den decreciente de importancia actual, los cambios de sus formas se reconocen como los principales facto- 16000 8000

uso de la tierra que causan deforestación, fragmenta- res de cambio en muchos de los ecosistemas del país. 14000 10000
12000
ción, destrucción del hábitat en general, la sobreex- Si bien son poco conocidos o ignorados en algunos
plotación, la invasión de especies exóticas, la conta- de ellos, a escala mundial se ha encontrado que estas *Modificado de Conabio, 2009.

61
 Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Figura 3. Principales causas de amenaza directa a Figura 4. Principales causas de amenaza directa a la biodiversidad identificadas en estudios diversos*
especies de plantas y tres grupos de vertebrados en
México*

Plantas Aves Mamíferos Peces

Cacería Destrucción
y extracción del hábitat
0 0
Causas directas de amenaza

20 4 20 4

Pérdida del hábitat y fragmentación

17% 17%
16 8 16 8
0
) 10
das (%
12 12 ecta
ci es af 90
23.5% 40.6% 35.3% 0.6% 5.9% 29.4% 5.9% 58.8% Espe
80
Especies exóticas
Especies Otras 70
exóticas causas
0 0
60
2.2

50
20 4 20 4 Contaminación
40
Sobreexplotación
30
16 8 16 8
20
12 12 Enfermedad
0% 48% 50% 2% 45.5% 4.5% 45.19% 4.5% 10

0
0

100% 20 4

25% 25%

50 %

16 8

12

Los círculos representan las Los arcos representan la totalidad

distintas amenazas a especies de las amenazas a especies
de plantas y tres grupos de plantas y tres grupos
de vertebrados en México. de vertebrados en México.

*Modificado de Challenger y Dirzo, 2009. *Modificado de Wilcove et al., 1998; Cincotta y Engelman, 2000; Lindenmayer y Burgman, 2005.

62
 2. Impacto de las actividades humanas en la biodiversidad y en los ecosistemas

actividades humanas amenazan la biodiversidad, al Figura 5 . Principales causas de amenaza directa para los grupos
incrementar las probabilidades de extinción local y de vertebrados, invertebrados y plantas*
erradicación global de especies (Wilcove et al., 1998; Vertebrados Invertebrados Plantas
Sala et al., 2000; Foley et al., 2005; Lindenmayer y
Burgman, 2005; Tylianakis et al., 2008; Barnosky et
al., 2012).
Más allá de este panorama general del impacto an- Enfermedades
tropogénico, en México hay escaso conocimiento acer-
ca de los efectos que las actividades humanas tienen
en los patrones de distribución y en la abundancia
de muchas especies en los diferentes ecosistemas, así
como sobre los impactos de estos cambios en las in-
teracciones entre especies y gremios, y en el propio Sobreexplotación
funcionamiento de los ecosistemas.
Por lo tanto, resulta necesario y urgente evaluar
y determinar los efectos que las actividades huma-
nas tienen en la estructura y función de los ecosis-
temas con el fin de mitigarlos, redefinir y establecer
Contaminación
áreas de conservación, así como generar programas
de restauración ecológica en las zonas que lo re-
quieran.
En este capítulo se hace un análisis actualizado
de los principales factores de cambio de los ecosis-
temas de México; lo que incluye una descripción de
Especies
los mismos, el estado y los vacíos del conocimiento, invasoras
así como las tendencias espaciales e históricas, los
impactos biológicos conocidos y las propuestas de
estudios subsecuentes requeridos.

Método de selección Pérdida del hábitat

y fragmentación
de ecosistemas para el análisis del
impacto de actividades humanas
Para determinar los ecosistemas o formaciones ve- 5 15 25 35 45 55 65 75 85 95
getales donde se llevaron a cabo los estudios sobre el 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100
impacto antropogénico en los ecosistemas de Méxi-
co, se utilizó el sistema de clasificación de ecosiste- *Modificado de Wilcove et al., 1998.

63
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
mas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía
(INEGI). Este sistema considera en su nivel más alto
a las formaciones vegetales categorizadas principal-
mente por los rasgos fisonómicos y ecológicos de su
vegetación. De manera general, los criterios utiliza-
dos para describir y clasificar la vegetación son los
siguientes: atributos fisonómicos, ambientales y flo-
rísticos (Rzedowski, 2006).
El uso de los tipos de vegetación y su mapeo per-
mite localizar y conocer la extensión de las comuni-
dades bióticas (ecosistemas) del país, basados en la
premisa de que estos tipos de vegetación representan
áreas continuas dentro de un gradiente ambiental o
de paisaje (INEGI, 2009). En este sentido, la fuen-
te principal de información disponible para Méxi-
co, con un grado confiable de estandarización, es la
cartografía de uso del suelo y vegetación del INEGI,
cuya versión actualizada corresponde a la denomi-
nada Serie III. Esta cartografía utiliza los sistemas
de clasificación de Miranda y Hernández (1963) y
Rzedowski (2006), los cuales son los más aceptados
para la vegetación de México; además, fue elaborada
mediante los métodos e insumos más avanzados de
su momento (Sánchez Colón et al., 2009).
Las formaciones vegetales más ampliamente dis-
tribuidas en el país, que fueron consideradas para el
análisis en este capítulo, son el bosque de coníferas,
el de encinos, los bosques mixtos, el bosque mesófilo
de montaña, la selva perennifolia y subperennifolia,
la caducifolia y subcaducifolia, el mezquital, el ma-
torral xerófilo y el pastizal. Asimismo, fueron inclui-
dos los medios rurales agrícolas y los urbanos. Con
respecto al ambiente acuático, se consideraron los
siguientes: océanos, arrecifes coralinos, estuarios
y lagunas costeras, pastos marinos, manglares y hu-
medales, ríos, lagos y presas.
64
Fragmentación y
pérdida del hábitat
Definición, descripción
y relevancia del tema
La fragmentación del hábitat es un proceso que ocu-
rre a escala del paisaje, e implica la pérdida de hábitat
y su división en fragmentos remanentes esparcidos en
una matriz de hábitat modificado (agrícola, urbano,
forestal), lo cual incluye la creación de bordes y en
consecuencia el llamado efecto de borde. Asimismo, y
dependiendo de la cantidad de fragmentos y de su dis-
tribución espacial dentro del sistema, los efectos en el
tamaño de las poblaciones, la estructura genética y la
demografía de las especies, así como los diferentes as-
pectos funcionales del ecosistema (productividad, re-
siliencia, interacciones), se verán afectados de manera
distinta. Esto se debe a que la fragmentación puede
aumentar o restringir los patrones de movimiento
de los individuos según su tamaño, capacidad de mo-
vimiento y requerimientos de hábitat, así como según
las características de la matriz. Los efectos pueden
ser numéricos, funcionales y genéticos, dependiendo
del grado de aislamiento y tamaño de las poblaciones
(Fahrig, 2003).
Los atributos espaciales de los fragmentos en el
paisaje incluyen el tamaño, la forma, el aislamiento
y el tipo de matriz que rodea al fragmento. Aunque
estos atributos determinan la magnitud y prevalencia
de los efectos de borde, también pueden representar
por sí mismos una fuerte amenaza para la biodiversi-
dad (Turner, 1996; Fahrig, 1997, 2003).
El tamaño del fragmento se ha considerado el atri-
buto espacial más importante en el mantenimiento de
la biodiversidad y en el funcionamiento de los eco-
sistemas. Así, los fragmentos pequeños implican una

disminución en el tamaño de la población, lo que
provoca la extinción local de las especies por proce-
sos estocásticos demográficos y ambientales. Por
otro lado, la proporción de un fragmento afectada
por los efectos de borde depende de la relación entre
su forma y su tamaño: los fragmentos más pequeños
e irregulares son los más afectados por el borde.
La distancia entre los fragmentos, así como entre
estos y el tipo de ecosistema continuo (que implica el
grado de aislamiento y la conectividad) determina la
capacidad de dispersión de los organismos. Cuanto
mayor sea el aislamiento, menor es la dispersión de
los individuos y la recolonización de los fragmentos.
Finalmente, la estructura y la composición de la
matriz de vegetación que rodea al fragmento influ-
yen en la incidencia y magnitud del efecto de borde;
así, una matriz de vegetación similar al ecosistema
disminuye los efectos negativos del borde.
En México se realizaron estudios con especies
de aves, monos e inclusive con escarabajos, los cua-
les muestran la importancia de la matriz y de la co-
nexión de los fragmentos (Graham y Blake, 2001;
Navarrete y Halffter, 2008; Díaz et al., 2010). Se ha
probado que la fragmentación afecta interacciones
como la polinización (Quesada et al., 2004; Aguirre
y Dirzo, 2008), la dispersión de semillas por aves y
monos (Graham et al., 2002; Chaves et al., 2011) y la
herbivoría por insectos (Ruiz Guerra et al., 2010).
Algo importante que se ha podido probar es que
en sistemas fragmentados, con el tiempo, una vez
que se degrada el hábitat, las poblaciones y especies
inician un proceso de extinción rápido, tal como se
presentó en un trabajo sobre la zona de pastizales
fragmentados del Desierto Chihuahuense, en Janos
(Ceballos et al., 2010). Estos son resultados similares
a los encontrados en otros ecosistemas, como los
2. Impacto de las actividades humanas en la biodiversidad y en los ecosistemas
tropicales con las aves (Ribon et al. 2003). En una in-
vestigación del Desierto Sonorense, en la península
de Baja California, se ha probado para especies de La-
certilia y de roedores que el tamaño, la movilidad y
el sistema social de las especies pueden ser predicto-
res de las probabilidades de su extinción en sistemas
altamente fragmentados (Munguía Vega et al., 2013,
2015). A pesar de los resultados obtenidos, son esca-
sos los estudios acerca de los impactos de la fragmen-
tación tanto en las especies como en los sistemas, y se
hicieron en pocos ecosistemas.
Además de los cambios en la configuración del
paisaje, uno de los efectos primarios de la fragmenta-
ción es la alteración del microclima dentro del hábi-
tat remanente, así como de la matriz de hábitat mo-
dificado que lo rodea. Estos cambios en el ambiente
físico tienen implicaciones severas en la biota, sus in-
teracciones y el funcionamiento de los ecosistemas.
Así, los cambios extremos en el microclima (por ejem-
plo, incremento de la insolación y de la temperatura)
de la matriz pueden producir una elevada mortandad
de árboles, así como de otras formas de crecimiento.
Las especies nativas de la vegetación original pueden
no estar adaptadas fisiológicamente al incremento
repentino de la temperatura y desecación, como los
árboles del bosque tropical lluvioso o bosque tropi-
cal húmedo. Conforme pasa el tiempo, la compo-
sición y estructura de la vegetación del borde cam-
bian en cuanto a su vegetación original y dentro del
fragmento.
Por ejemplo, se ha demostrado que los reptiles y
anfibios que habitan fragmentos de bosques tropica-
les responden muy fuertemente a gradientes micro-
climáticos en el borde de los parches, de tal manera
que las especies sensibles al borde y que lo evitaban
son más propensas a la extinción que las que no lo
65
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
La fragmentación puede resultar
en la reducción o interrupción
del flujo genético, con la
consecuente pérdida de
diversidad, y una redistribución
y un aumento de la estructura
genética entre las poblaciones.
66
evitaban (Lehtinen et al., 2003; Lindenmayer y Fis-
cher, 2006). A pesar de la importancia que el factor
microclimático parece tener en los procesos de extin-
ción de anfibios, en México solo se halló un trabajo
sobre la diversidad de anfibios en agroecosistemas, in-
sertos dentro de un ecosistema de bosque de neblina
fragmentado (Pineda et al., 2005). Y de las especies
de Lacertilia se ha encontrado que tienen un nicho
térmico que las hace susceptibles a la extinción por el
cambio climático (Sinervo et al., 2010). Por lo tanto, la
fragmentación del hábitat, al crear parches pequeños
con un efecto de borde que produce cambios micro-
climáticos, podría llegar a ser un factor decisivo en los
procesos de extinción de especies de Lacertilia.
La variación genética es un atributo fundamental
de la diversidad biológica de individuos, poblaciones
y especies, y es crucial para adaptarse a cambios am-
bientales y evitar la extinción. La diversidad genéti-
ca promueve la recuperación después de un colapso
poblacional y aumenta la estabilidad de los ecosis-
temas (Naeem et al., 2012). La fragmentación puede
resultar en la reducción o interrupción del flujo gené-
tico, con la consecuente pérdida de diversidad, y una
redistribución y un aumento de la estructura genética
entre las poblaciones (Keyghobadi, 2007).
A nivel individual, la fragmentación puede aumen-
tar la endogamia entre individuos y alterar los patrones
reproductivos; por ejemplo, al afectar de manera dis-
tinta la dispersión y el ámbito hogareño de machos y
hembras (Banks et al., 2007). Además de la escala espa-
cial de fragmentación del paisaje, es relevante la escala
temporal, pues sus efectos genéticos se intensifican con
el número de generaciones en aislamiento (Keyghoba-
di et al., 2005; Fischer y Lindenmayer, 2007).
La fragmentación afecta tanto a los diferentes ni-
veles de organización biológica (individuos, pobla-
ciones, comunidades y ecosistemas) como a los pro-
cesos ecológicos (polinización, dispersión de semi-
llas, depredación, ciclo de nutrientes y presencia de
agentes u organismos patógenos, entre otros). Los
efectos de la fragmentación deben verse dentro del
contexto del paisaje y con la premisa de que las espe-
cies lo perciben en función de sus requerimientos y
movilidad. Algunos efectos de la fragmentación son
visibles inmediatamente de que esta ocurre (como
los cambios que se presentan ya sea en el tamaño
de las poblaciones, en la estructura de la vegetación
o en las interacciones), en tanto que otros son solo
perceptibles a largo plazo (como los cambios genéti-
cos, la extinción de especies, y la aparición de nuevas
interacciones y especies invasoras). Por estas razo-
nes la fragmentación de los ecosistemas terrestres se
considera una de las mayores amenazas para el man-
tenimiento de la biodiversidad. Como se verá en el
siguiente apartado, es poco el conocimiento que se
tiene de las consecuencias de este proceso producido
por las actividades humanas y está limitado a algu-
nos ecosistemas.
Estado del conocimiento por ecosistema
y tendencias espaciales e históricas
El análisis de la información se realizó en dos ver-
tientes: la primera asociada al aspecto numérico,
funcional y ecológico, que consideró especies, co-
munidades, diversidad e interacciones bióticas; y la
segunda relacionada con el aspecto genético y de
conectividad de las poblaciones.
En cuanto al primer aspecto, en el análisis se re-
visaron 88 artículos científicos, resultado de la con-
sulta de las páginas electrónicas de Scopus y Web of
Science. La base de datos está compilada en los cua-
dros 1 y 2.

Es de destacar que gran parte de los trabajos sobre
fragmentación se concentraron en la selva húmeda ‒el
sistema más investigado‒ seguido por la selva alta pe-
rennifolia, el bosque mesófilo de montaña, el bosque
templado y la selva baja caducifolia. En contraste, los
estudios sobre fragmentación de otros ecosistemas y
formaciones vegetales son escasos y muy limitados.
En cuanto al segundo aspecto ‒análisis de estu-
dios genéticos y de conectividad‒, se identificaron
56 trabajos que investigaron explícitamente los efec-
tos genéticos de la fragmentación producida por la
actividad humana en ecosistemas terrestres (véan-
se cuadros 3 a 8). La mayoría de las investigaciones
realizadas son sobre el bosque tropical perennifolio,
seguido del bosque templado de coníferas y el bos-
que tropical caducifolio. Los estados de Veracruz,
Chiapas y Jalisco concentran la mayoría de los tra-
bajos. Son pocos los estudios del matorral xerófilo y
de las aguas interiores, y prácticamente inexistentes
los que abordan el resto de los ecosistemas. Cabe re-
saltar que la primera investigación se publicó apenas
en 1999, y que más de la mitad de los estudios se
editaron recientemente (2010-2013).
Efectos de la fragmentación
en los ecosistemas
Al analizar los trabajos que consideraron los atribu-
tos de los fragmentos en el paisaje, se encontró que
su tamaño ha sido el atributo abordado con más fre-
cuencia, seguido del aislamiento del fragmento, su
forma y la matriz de la vegetación.
Considerando el total de las investigaciones anali-
zadas a nivel de taxones, el grupo de las plantas es el más
estudiado en relación con los efectos de la fragmen-
tación, seguido de los mamíferos, las aves y los repti-
les. Por lo que respecta a los otros grupos, en general
2. Impacto de las actividades humanas en la biodiversidad y en los ecosistemas
cuentan con algunos trabajos en los cuales se hace
referencia a ellos. Solo alrededor de la décima par- Respecto a los efectos genéticos
te de ellos incluyen más de una especie de planta o de la fragmentación, las
animal.
La mayoría de las investigaciones se llevaron a
investigaciones se enfocan
cabo sobre poblaciones. Gran parte de los trabajos en su gran mayoría a la pérdida
se hicieron para evaluar los patrones de distribución de diversidad genética y al
y abundancia, así como la diversidad asociada con la
cambio en la estructura genética
fragmentación del hábitat. Los demás estudios son
escasos y diversos; abarcan temas como la selección poblacional, sobre todo
del hábitat, las interacciones (como la polinización y al proceso de extinción de las
dispersión de semillas) y la reproducción. especies y a evitar la pérdida
En la gran mayoría de las investigaciones la matriz
corresponde a campos agrícolas y ganaderos, ciudades
de diversidad biológica.
y plantaciones. Cabe destacar que hay cuatro estudios
correspondientes al paisaje con fines de conservación.
Llama la atención que un buen número de los
estudios no toma en cuenta la escala de tiempo des-
de que la fragmentación se consideró como una va-
riable importante. En aquellos que sí la incluyen, la
mayoría se enfoca en sistemas que tienen 60 años o
menos o más de 100 años.
En relación con la escala espacial, más de una
tercera parte de los trabajos incluyen escalas de 10 a
100 km, seguidos por los de 1 a 10 km, de 100 a 1,000
km, de 100 m a 1 km, y de 10 m a 100 m.
Respecto a los efectos genéticos de la fragmen-
tación, las investigaciones se enfocan en su gran ma-
yoría a la pérdida de diversidad genética y al cambio
en la estructura genética poblacional, sobre todo al
proceso de extinción de las especies y a evitar la pér-
dida de diversidad biológica. En comparación, un
número menor de trabajos ha estudiado los efectos
de la endogamia y los cambios en la escala espacial de
dispersión individual. En cuanto a los procesos eco-
sistémicos, todos los estudios abordan la afectación
67
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
del flujo genético en las especies relacionándolo con
el proceso de extinción. Un número limitado de las
investigaciones reconoce la relevancia de la diversi-
dad genética en especies maderables o en especies
consideradas clave para otras especies.
Vacíos de información
Del análisis previo se desprende que se desconocen
muchos de los efectos de la fragmentación del há-
bitat en la mayoría de los ecosistemas existentes en
el país, tanto desde una perspectiva genética y eco-
lógica como funcional. No hay estudios que evalúen
cómo la fragmentación altera las redes de interac-
ciones mutualistas o tróficas, ni los efectos de estas
alteraciones en la extinción de especies o cadenas de
extinción (consúltese Bascompte y Jordano, 2007).
Casi no hay trabajos sobre conectividad utilizando al-
guna de las perspectivas antes mencionadas, a través
de métodos de marcaje-recaptura, y de sobrevivencia
y mortalidad.
Cabe destacar la falta de investigaciones gené-
ticas del bosque mesófilo de montaña y de los eco-
sistemas áridos del norte del país, como el matorral
xerófilo y los pastizales, al igual que de especies acuá-
ticas que viven en aguas interiores. En el aspecto ta-
xonómico, se han estudiado poco los grupos de aves,
reptiles, anfibios, peces, invertebrados y microorga-
nismos. Respecto a la matriz donde están insertos los
fragmentos, hacen falta trabajos en zonas urbanas y
residenciales, turísticas, mineras y deforestadas, así
como estudios que establezcan los puntos de referencia
de dispersión individual y diversidad en hábitats
continuos.
En términos de tiempo, son pocas las investiga-
ciones de sistemas relativamente recientes (10-30
años). En general, los efectos genéticos a nivel pobla-
68
cional y a gran escala se conocen mejor que aquellos a
nivel individual y a microescala (< 1 km), tales como
el grado de permeabilidad que ejercen las distintas
barreras en el paisaje sobre el flujo de genes e indivi-
duos, la endogamia, el parentesco y sus consecuen-
cias reproductivas. Los efectos genéticos y de disper-
sión pueden ser estudiados de acuerdo con la calidad
de la matriz. Esta información es clave para proponer
medidas eficaces de mitigación de los efectos de la
fragmentación, tales como corredores biológicos y
redes de reservas.
Propuestas de estudio del problema
Es evidente la necesidad de abordar de manera priori-
taria los efectos de la fragmentación en los ecosistemas
que tienen una gran presión por cambios en el uso de
la tierra, como sucede en las selvas, en particular en la
selva baja caducifolia, aunque prácticamente se carece
de estudios de los efectos que tiene esta fragmentación
en todos los ecosistemas del país.
Asimismo, se requeriría investigar los efectos de
la fragmentación en especies endémicas y especies
clave en los ecosistemas, al igual que en especies susti-
tutas, a fin de determinar los efectos potenciales de
la pérdida de especies (o poblaciones) debido a la
fragmentación en distintos ecosistemas, y la resilien-
cia de estos ante la eliminación de dichas especies,
además de sus efectos en las redes de interacciones
(mutualistas, tróficas).
También es evidente que deberían estudiarse más
los efectos de la fragmentación en los procesos ecosis-
témicos, así como la conectividad entre los sistemas,
desde perspectivas numéricas, funcionales y genéticas.
Asimismo hacen falta trabajos que involucren múlti-
ples especies interactuando entre sí y que evalúen los
efectos genéticos de la fragmentación desde la pers-

pectiva de las comunidades y la función de los eco-
sistemas (Laurence y Useche, 2009).
En el ámbito de la genética, ya que la mayoría
de los estudios se realizaron con marcadores genéti-
cos neutrales, se requiere de trabajos que evalúen los
efectos en genes funcionales directamente sujetos a
selección natural (Sommer, 2005). Hasta la fecha no se
llevaron a cabo investigaciones de la fragmentación
con enfoque genómico, tales como los que emplean
varios miles de marcadores en múltiples genes. Se
necesitan estudios que aborden los efectos genéticos
de la fragmentación en combinación con otros facto-
res que también ponen en riesgo la biodiversidad, ta-
les como el calentamiento global (consúltese Sinervo
et al., 2010) y el crecimiento poblacional.
Finalmente, se requerirá efectuar investigaciones
de ecología del paisaje con distintas herramientas
espaciales y genéticas, así como utilizar escalas deta-
lladas con una mayor resolución que la que se tiene
actualmente para el país (1:1,000,000).
Cambio de uso del suelo
Definición, descripción y relevancia del tema
El cambio de uso del suelo se refiere a la transforma-
ción de los ecosistemas o de la cobertura de vege-
tación primaria por actividades humanas. Al igual
que en otras regiones del mundo, este es un proceso
que se ha acelerado en México en los últimos 50 años
(Semarnat, 2013). El cambio de uso del suelo genera
una pérdida de hábitat para las especies, lo que causa
degradación y fragmentación. Este factor afecta los pa-
trones de diversidad biológica, lo cual produce la ex-
tinción de especies, tiene un impacto negativo en los
ciclos hidrológico y biogeoquímicos, así como en la re-
2. Impacto de las actividades humanas en la biodiversidad y en los ecosistemas
gulación del clima por las consecuencias de la libera-
ción de gases de efecto invernadero a escala regional
y global (Mas et al., 2004; Arriaga, 2009). En México
se han registrado los cambios de uso del suelo desde
la década de los años 70, pero no se hicieron estu-
dios a escala nacional hasta los años 2000, debido
a la variabilidad en los métodos de evaluación y su
precisión (Mas y Flamenco Sandoval, 2000; Mas et
al., 2004).
El cambio de uso del suelo en un ecosistema impli-
ca un cambio en la cobertura de la vegetación prima-
ria por una cobertura de suelo relacionada con acti-
vidades humanas, como es el caso de la agricultura y
la ganadería, la urbanización, la infraestructura hi-
dráulica y eléctrica, y la apertura de caminos y ca-
rreteras (Semarnat, 2013). La utilidad final de tener
las tasas de cambio de uso del suelo, o de sus ten-
dencias, es la de entender los procesos de degra-
dación de los servicios ecosistémicos, como la ero-
sión y la desertificación de suelos, o la pérdida de la
biodiversidad (Ochoa Gaona y González Espinosa,
2000; Sánchez Colón et al., 2009).
Estado del conocimiento por ecosistema
y tendencias espaciales e históricas
En este análisis se revisaron un total de 136 artículos
presentados de manera compilada en los cuadros 9
a 11. Los objetivos más frecuentes de estos trabajos
fueron determinar los cambios en la cobertura de ve-
getación primaria y las tasas de deforestación, o cuan-
tificar superficies de cobertura de la tierra según las
distintas clases de uso del suelo. Los trabajos relati-
vos a cambio de uso del suelo, mostrados en los cua-
dros mencionados, se refieren a los que analizan el
uso actual del suelo y a los que documentan o de-
ducen que se presentó el cambio del uso, pero sobre
69
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
De acuerdo con los estudios
realizados en los últimos 10 años,
los ecosistemas más afectados
por el cambio de uso del suelo
hasta el año 2000 habían sido
los de alta diversidad, como los
bosques templados, las selvas
húmedas y subhúmedas.
70
todo evalúan el efecto en las especies, poblaciones,
comunidades y la pérdida de biodiversidad.
El mayor porcentaje de investigaciones en este
rubro evalúan los cambios del uso del suelo en el tiem-
po y la proporción del cambio. Del total de publica-
ciones, cerca de una décima parte se refieren a estu-
dios del país y evalúan los cambios de la cobertura a
una gran escala; los demás se realizaron a nivel re-
gional y local, evaluando algunos de ellos más de dos
ecosistemas. De estos, los ecosistemas más investiga-
dos fueron la selva subhúmeda, la selva húmeda y el
bosque templado (véase figura 6).
El bosque mesófilo de montaña y el manglar,
formaciones vegetales que ocupan cada una menos
de una décima parte de la superficie total de Méxi-
co, fueron estudiadas en un porcentaje similar al del
matorral xerófilo, que es la formación vegetal más
extensa del país: cerca del 40% del territorio nacional
(Rzedowski, 2006) (véase figura 6).
Considerando la relevancia de la biodiversidad
existente en las formaciones vegetales de México,
Rzedowski (1991) menciona que las selvas húmedas
(bosque tropical perennifolio) y el bosque mesófilo
de montaña (parte de los bosques templados) son los
ecosistemas con mayor concentración de especies
vegetales por unidad de superficie, mientras que los
ecosistemas de zonas áridas (matorrales xerófilos)
presentan una alta concentración de endemismos (a
nivel de familia, género y especie). Los bosques tem-
plados (bosques de coníferas y de encinos) represen-
tan la comunidad que contiene mayor diversidad a
nivel nacional (cerca de una cuarta parte) y su ende-
mismo a nivel de especie es cercano a las formacio-
nes de clima árido. De la misma manera, respecto de
la diversidad de vertebrados, los bosques templados
(bosques de coníferas, de encinos y mesófilo de mon-
taña) muestran la mayor concentración de especies y
endemismos; en particular, los bosques de encino y el
mesófilo de montaña se destacan por su alta diversidad
y por ocupar una extensión relativamente reducida
del territorio nacional (Flores y Gerez, 1994).
De acuerdo con los estudios realizados en los últi-
mos 10 años, los ecosistemas más afectados por el cam-
bio de uso del suelo hasta el año 2000 habían sido los
de alta diversidad, como los bosques templados (bos-
ques de coníferas, de encinos y mesófilo de montaña),
y las selvas húmedas (selvas perennifolias y subpe-
rennifolias) y subhúmedas (selvas caducifolias y selva
espinosa). No obstante, el matorral xerófilo (un eco-
sistema con una alta concentración de endemismos)
comienza a tener una gran presión por las actividades
humanas. En general, la actual tasa de deforestación
a nivel del país alcanza el 1% (Mas et al., 2004; Sán-
chez Colón et al., 2009; Semarnat, 2013).
Efectos del cambio de uso del suelo
El efecto del cambio de uso del suelo más importan-
te es la pérdida de hábitat. La gran mayoría de los
trabajos revisados presentan resultados con este tipo
de medición (reflejada como superficie deforestada o
transformada y como tasa de deforestación). A partir
de este atributo se ha valorado y proyectado el efec-
to de este proceso de cambio en las poblaciones de
especies cuya distribución geográfica es restringida
(microendemismos), o en grupos biológicos que se
utilizan como especies sustitutas (alrededor de una
tercera parte entre ambos tipos de especies). Tam-
bién se encontraron en menor proporción estudios
que evalúan la pérdida de la biodiversidad, los efec-
tos a nivel comunidad y a nivel de ecosistema.
Los grupos biológicos más investigados fueron
las aves, los mamíferos y las plantas. A los reptiles y

Figura 6. Número de publicaciones sobre cambio de uso del suelo en los tipos de vegetación más estudiados en México
60
ones
publicaci
. de
Núm 50
40
30
20
10
a los insectos se les dedicaron escasos trabajos. Den-
tro del enfoque ecosistémico se realizaron estudios
sobre el ciclo hidrológico, el flujo del CO2 y la deser-
tificación, y con un enfoque para la conservación se
encontraron solamente unas pocas investigaciones.
Vacíos de información
Las implicaciones ambientales del cambio de uso del
suelo son de amplio espectro, por lo que su evalua-
ción global es compleja. En años recientes se llevaron
a cabo estudios a escala nacional, los cuales nos dan
un panorama de la problemática de los principales
ecosistemas, referidos en este subtema como tipos de
2. Impacto de las actividades humanas en la biodiversidad y en los ecosistemas
Tipo de vegetación
Selva subhúmeda
Selva húmeda
Bosque templado
Bosque mesófilo de montaña
Matorral xerófilo
Manglar
vegetación. A escala regional y local se han realizado
apenas algunos esfuerzos que interpretan o evalúan
sus efectos ambientales. Las consecuencias del cam-
bio de uso del suelo han carecido de una significativa
valoración, a pesar de que estos cambios se recono-
cen como el factor más importante de la pérdida de
biodiversidad a nivel global y de país (Wilcove et al.,
1998; Sala et al., 2000; Challenger et al., 2009).
Respecto de los ecosistemas menos investigados,
es notable que los sistemas con vegetación hidrófila
(incluidas las formaciones de galería), a pesar de su
relevancia para las actividades humanas, presenten un
gran vacío de información. Por su parte, los ecosiste-
71
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
Las especies invasoras son
consideradas la segunda causa
de pérdida de la biodiversidad a
nivel global, aunque en México
podría ser la tercera causa, de
ahí que su estudio sea prioritario
en temas de conservación.
72
mas de ambientes áridos deben monitorearse con más
frecuencia y precisión, dada la tendencia actual de ex-
pansión de las actividades humanas hacia ellos.
Propuestas de estudio del problema
En México, el ritmo de transformación de los ecosis-
temas es muy intenso; urge establecer estrategias de
estudio para acelerar el conocimiento de los efectos
del cambio de uso del suelo a distintas escalas espacia-
les y temporales, a fin de determinar la mejor forma
de manejar los sistemas biológicos para conservarlos
funcionalmente. Hay tres temas que han sido poco
abordados con respecto al cambio de uso del suelo:
la pérdida de diversidad genética (sobre todo enfoca-
da en poblaciones de especies microendémicas), los
efectos en la regulación del clima y la modificación o
pérdida de interacciones bióticas a distintas escalas.
Por otra parte, se ha observado que las áreas natu-
rales protegidas proveen una representación desigual
de los principales tipos de hábitats y condiciones fi-
siográficas (Hoekstra et al., 2005); incluso se sabe que
su actual gestión y diseño presentan patrones que ori-
ginan niveles de protección de la biodiversidad in-
consistentes, llamados huecos de protección (Pike,
2007). El objetivo de establecer áreas de conserva-
ción debe ser de amplio enfoque y abarcar la funcio-
nalidad de las comunidades o ecosistemas presentes
en ellas (Ellis y Porter Bolland, 2008).
Introducción de especies exóticas
y especies invasoras
Definición, descripción y relevancia del tema
Las especies exóticas son aquellas cuya distribución
original ha sido modificada directa o indirectamente
por la actividad humana, con el resultado de que hoy
estén presentes en lugares donde no existen de ma-
nera natural. Desde el punto de vista biológico, algu-
nas especies exóticas se vuelven problemáticas por-
que desplazan a las nativas y pueden incluso llegar
a causar su extinción local; en ocasiones, debido a
interacciones bióticas directas, como la competencia
o la depredación / herbivoría, o por ser portadoras
de enfermedades. Además, pueden interferir con al-
gunas actividades humanas, al desviar los cauces de
los ríos (como los árboles exóticos que tienen raíces
muy profusas); o bien tapar las tuberías al crecer de
manera desmedida dentro de ellas, como las espe-
cies acuáticas; o atacar a cultivos y animales domés-
ticos, como las plagas (Mack et al., 2000). Cuando
esto ocurre, se habla de especies exóticas invasoras;
es decir, de especies no nativas que además causan
efectos negativos en los ecosistemas y en la econo-
mía de los lugares donde son introducidas.
Las especies invasoras son consideradas la segun-
da causa de pérdida de la biodiversidad a nivel global
(Vitousek et al., 1996; Wilcove et al., 1998), aunque en
México podría ser la tercera causa (Challenger et al.,
2009), de ahí que su estudio sea prioritario en temas
de conservación. Se sabe que estas especies ocasio-
nan pérdidas muy importantes en actividades agríco-
las e industriales, por lo que muchos países destinan
millones de dólares para contrarrestar sus efectos ne-
gativos (Pimentel et al., 2005). En México se tiene
muy poca información sobre la diversidad de espe-
cies exóticas invasoras, así como sobre sus efectos y
los costos asociados a su introducción (Aguirre et
al., 2009; Espinosa y Vibrans, 2009).
La introducción de especies ha ocurrido desde
que los humanos empezaron a desplazarse a grandes
distancias por razones de exploración y de comercio;

pues transportaban organismos para consumo alimen
ticio, medicinal o religioso. Sin embargo, en las últi-
mas décadas, por la posibilidad de llegar a cualquier
destino por distante que sea, el movimiento de espe-
cies ha alcanzado distancias sin precedentes. La globa-
lización ha traído consigo la introducción accidental,
o en menor medida intencional, de muchas especies
a lugares que habían permanecido aislados durante
miles de años; así, especies originarias de Siberia pue-
den encontrarse hoy en día en la Patagonia (Holdga-
te, 1986; Lonsdale, 1999; Christen y Matlack, 2009).
Es importante mencionar que la mayoría de las es-
pecies exóticas no se vuelven problemáticas en los sitios
donde se introducen; sin embargo, las pocas que lo-
gran establecerse suelen ser muy nocivas (William-
son y Fitter, 1996). Algunos de los ecosistemas mejor
estudiados incluyen los ambientes insulares, donde
resulta más evidente la presencia de especies exóticas,
porque son sistemas que se han mantenido aislados
del continente durante mucho tiempo y donde es po-
sible medir los efectos que estas ocasionan.
Estado del conocimiento por ecosistema
y tendencias espaciales e históricas
En la revisión de la literatura científica relacionada
con el efecto de las especies invasoras en los ecosis-
temas mexicanos, se encontraron 184 trabajos que
mencionan el tema de las invasoras, aunque la ma-
yoría no muestra evidencia sobre sus efectos en la
biodiversidad o en el funcionamiento de los ecosiste-
mas (véase cuadro 12). Una proporción importante
de los ecosistemas mexicanos evaluados ofrece poca
información sobre estas especies. Los que tienen un
mayor número de estudios en relación con la inva-
sión de especies son el matorral xerófilo y los pasti-
zales, los agroecosistemas, y los sistemas acuáticos o
2. Impacto de las actividades humanas en la biodiversidad y en los ecosistemas
vegetación asociada a los cuerpos de agua (oasis, hu-
medales, vegetación riparia, marismas, manglares,
estuarios, vegetación costera), así como los océanos.
Con respecto a los trabajos que demuestran los
efectos nocivos de las especies invasoras, estos son
sobre el bosque tropical húmedo o selva baja caduci-
folia, y el bosque mesófilo de montaña; ecosistemas
que, si bien son pocas las especies que los invaden,
presentan efectos perjudiciales muy notables. En
sentido opuesto, en los trabajos que tratan especies
invasoras asociadas a los océanos los efectos pare-
cen no ser tan contundentes en la diversidad y en
el funcionamiento de sus ecosistemas. No obstante,
estos resultados deben tomarse como preliminares
debido a la escasa información disponible.
Efectos de las especies invasoras
en los ecosistemas
La información existente sobre las especies invasoras
en los ecosistemas mexicanos aún está en una etapa de
desarrollo (véase cuadro 12). La mayoría de los taxo-
nes están poco evaluados y solo hay estudios específi-
cos sobre insectos y peces dulceacuícolas. Un caso co-
nocido es el de los peces diablo (Pterygoplichthys spp.)
de la presa Infiernillo en Michoacán. En este embalse
se pescaban 20,000 toneladas de carpa y tilapia antes
de la introducción accidental del pez diablo. En la
actualidad, únicamente se pesca el 20% de este vo-
lumen debido al desplazamiento por competencia e
incluso depredación de esas especies por parte del
pez diablo. Hoy en día, la pesca en la región ha sido
prácticamente abandonada (Mendoza et al., 2007).
Vacíos de información
Aunque se supone que existe una relación estrecha en-
tre algunos factores globales, como el cambio climá-
73
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
tico y la presencia de especies introducidas (Bradley
Los cambios que se generan et al., 2012), no se conocen estudios que contemplen
en detrimento de los ecosistemas esta interacción con especies mexicanas. La experien-
cia en otros países demuestra que las especies intro-
pueden favorecer la presencia ducidas pueden verse favorecidas por los cambios cli-
de enfermedades y zoonosis máticos y que estas especies pueden, a su vez, alterar
emergentes que no solo tienen las condiciones ambientales, al aumentar la vulnera-
un impacto en la salud humana, bilidad de los ecosistemas por sumarse a otros facto-
res de perturbación (Walther et al., 2009).
sino en la biodiversidad Los grupos que deberían investigarse más amplia-
y en el funcionamiento de mente son los invertebrados acuáticos y terrestres,
los ecosistemas. ya que no existe un conocimiento claro y detallado
de ellos, a pesar de (o probablemente debido a) tener
una diversidad mayor en comparación con los ver-
tebrados. Es de llamar la atención la falta de infor-
mación sobre los grupos de reptiles, anfibios y aves
invasoras, de los cuales se ha documentado única-
mente su presencia.
Propuestas de estudio del problema
Será necesario incorporar en la investigación sobre
este tema no solo las listas de especies exóticas en los
diferentes ecosistemas, sino la evaluación del efecto
que estas especies, y sobre todo las invasoras, ocasio-
nan en los ecosistemas mexicanos. Esta información
es fundamental, incluso puede llegar a ser crítica
para los planes de manejo y conservación de muchos
ecosistemas, y en particular de algunas especies na-
tivas o endémicas.
Algunos casos exitosos de manejo de especies in-
vasoras, así como de otras nocivas aún no controla-
das, pueden verse en el Programa Global sobre Espe-
cies Invasoras (Global Invasive Species Programme,
GISP), y una actualización sobre las especies invaso-
ras en el mundo está disponible en la base de datos
de la Unión Internacional para la Conservación de
74
la Naturaleza (International Union for the Conser-
vation of Nature, IUCN, Invasive Species Specialist
Group, ISSG). En México, la Conabio está llevando a
cabo un seguimiento preliminar de estas especies.
Enfermedades
y zoonosis emergentes
Definición, descripción y relevancia del tema
Durante las últimas décadas, la transformación y el
cambio de uso del suelo de los ecosistemas han te-
nido impactos directos en la salud, el bienestar y el
desarrollo económico. Sin embargo, la mayor parte
de los cambios en el uso del suelo cuyo objetivo era
beneficiar a los seres humanos, lejos de hacerlo, han
provocado una serie de modificaciones que, en con-
junto, afectan de manera negativa a las poblaciones
humanas que viven en los diferentes ecosistemas del
país (Gallopin et al., 2003).
En años recientes se ha documentado el papel fun-
damental que juegan los servicios ecosistémicos para
prevenir y regular la presencia de enfermedades y
zoonosis. Los cambios que se generan en detrimen-
to de los ecosistemas pueden favorecer la presencia
de enfermedades y zoonosis emergentes que no solo
tienen un impacto en la salud humana, sino en la
biodiversidad y en el funcionamiento de los ecosis-
temas (Balvanera et al., 2009).
En México, las enfermedades que afectan a la flora
y a la fauna son un tema que impacta de manera direc-
ta en el manejo y en el aprovechamiento de especies
de importancia económica, mientras que aquellas en-
fermedades consideradas como zoonosis emergentes
representan un problema considerable de salud públi-
ca, lo que implica un alto costo social y económico.

Así, uno de los elementos básicos para poder realizar
un manejo de las enfermedades es contar con infor-
mación acerca de su ecología y de las zoonosis emer-
gentes (efectos directos e indirectos) en distintos eco-
sistemas, así como su impacto en las poblaciones de
cada especie, las comunidades y los ecosistemas. Con
ello se podrán establecer alternativas de manejo y
conservación que permitan reducir el impacto de las
enfermedades y zoonosis en los ecosistemas, al igual
que minimizar el impacto social y económico en las
poblaciones humanas (Díaz et al., 2005).
Estado del conocimiento por ecosistema
y tendencias espaciales e históricas
La cantidad y la calidad de la información disponible
acerca de las enfermedades y zoonosis emergentes
son muy heterogéneas, tanto entre los ecosistemas y
regiones o estados del país como entre los diferentes
tipos de manejo y aprovechamiento o uso del suelo
(véanse cuadros 13 a 19). En el caso de las enferme-
dades, existe una mayor información sobre las que
afectan a especies de interés económico, es decir,
aquellas que tienen un aprovechamiento.
Para las zoonosis emergentes se ha puesto mayor
énfasis en el aspecto clínico y en la descripción de-
tallada de su etiología. Existen pocos estudios que se
hayan enfocado en la ecología de las zoonosis emer-
gentes y, menos aún, los que las hayan analizado des-
de una visión ecosistémica.
En general, la información generada sobre as-
pectos ecológicos se ha centrado en describir la pre-
sencia y la actividad de las diferentes especies impli-
cadas en el desarrollo de alguna enfermedad o zoo-
nosis emergente. Sin embargo, es casi inexistente la
que incluya también las relaciones ecológicas que se
presentan durante el desarrollo o la predisposición
2. Impacto de las actividades humanas en la biodiversidad y en los ecosistemas
de la emergencia o reemergencia de una enfermedad
o zoonosis.
Efectos de las enfermedades
y zoonosis en los ecosistemas
A nivel nacional, el estudio de las enfermedades y zoo-
nosis ha estado restringido a aquellas enfermedades
de interés en salud pública, como son el dengue, la
leptopirosis y la oncocercosis. Esta visión antropocén-
trica ha contribuido a que exista una gran cantidad
de información sobre sus aspectos clínicos, pero son
muy escasas las investigaciones desde el punto de vis-
ta ecosistémico; es decir, aquellas que abordan las en-
fermedades que afectan a la biodiversidad y a la salud
de los ecosistemas. Tal es el caso de los ecosistemas de
pastos marinos, de los cuales hay un completo des-
conocimiento de las enfermedades que los afectan;
lo mismo sucede con enfermedades de reciente des-
cubrimiento, como el síndrome de nariz blanca en
quirópteros que, a pesar de la gravedad zoonótica,
no existen ni registros ni información para México.
Se revisaron 218 diferentes trabajos sobre la te-
mática de enfermedades y zoonosis en México que
afectan a distintos grupos, como mamíferos, reptiles,
anfibios y plantas, así como zoonosis de importancia
en salud pública (véanse cuadros 13 a 19). Es evi-
dente que existe en general un desconocimiento del
impacto que provocan las enfermedades emergentes
en las especies y los ecosistemas. En este tipo de es-
tudios es importante tener en cuenta dos premisas:
la primera, en algunas enfermedades las especies
silvestres no presentan síntomas y funcionan solo
como reservorios; y la segunda, en la evolución de
la patogenicidad de las enfermedades, estas pasan
por varios ciclos hasta que se manifiestan efectos
en algunas de las especies hospederas (Cleaveland et al.,
75
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
2007). El impacto final pudiera llegar a repercutir
en la conservación y viabilidad de las especies en los
ecosistemas mexicanos.
Vacíos de información
Existe una gran variación en cuanto a la cantidad y
la calidad de la información disponible sobre los di-
ferentes tipos de enfermedades y zoonosis. Hay más
información y un estado del conocimiento avanzado
acerca del impacto de las enfermedades en especies
de flora y fauna de uso económico. La información
respecto de las zoonosis en especies silvestres está en
un nivel avanzado en el aspecto de la etiología y su
descripción. Temas como la ecología, la dinámica y
la interacción de los diferentes componentes de los
ecosistemas y los niveles tróficos con las enfermeda-
des y zoonosis se abordan de manera muy general,
y en algunos casos son prácticamente inexistentes.
Cabe resaltar que la gran mayoría de los estudios se
han enfocado en los impactos de las enfermedades
y las zoonosis en la salud humana desde la visión
médica, sin considerar las relaciones e interacciones
complejas entre especies y su resultado neto en los
servicios ecosistémicos.
Propuestas de estudio del problema
A partir del análisis de la información recopilada se-
ría urgente desarrollar investigación básica y multi-
disciplinaria que aborde de manera integral aspectos
de la biología y ecología en tres de sus niveles de or-
ganización: población, comunidad y ecosistema. Lo
anterior, con el fin de tener una visión completa que
permita la evaluación de las enfermedades y zoono-
sis emergentes dentro de las relaciones complejas
que se establecen en los distintos ecosistemas. En
particular, es crítico orientar los estudios al tema de
76
servicios ecosistémicos a diferentes escalas tempora-
les y espaciales. De esta manera, el desarrollo de in-
vestigaciones de campo con base en observaciones,
así como las experimentales, deberían contemplar su
análisis sobre la manera en que las enfermedades y
zoonosis emergentes pueden alterar un ecosistema:
la riqueza de especies, la estructura de las comuni-
dades y las interacciones en los diferentes niveles
tróficos (por ejemplo, depredador-presa), que en el
contexto de un país megadiverso, como lo es México,
son esenciales para tener un manejo integral de en-
fermedades.
De igual manera, los análisis detallados de los
cambios a nivel molecular, bioquímico y fisiológico
pueden dar una idea clara sobre procesos de invo-
lucramiento de vectores y reservorios, lo cual per-
mitiría desarrollar una estrategia sólida y dirigida
hacia el control de especies nocivas, que cada vez
son más comunes de encontrar en áreas urbanas y
peri-urbanas. Finalmente, será necesaria la imple-
mentación de estudios que incluyan información
socioeconómica, para establecer políticas y pautas
de manejo que permitan mitigar los efectos adver-
sos de las enfermedades y zoonosis, de tal manera
que contemplen tanto el bienestar de la población
como la conservación de la biodiversidad.
Contaminación
Definición, descripción y relevancia del tema
Muchos de los principales problemas que enfrentan
los ecosistemas en el siglo XXI están relacionados con
uno de los aspectos fundamentales del cambio am-
biental global: la contaminación. Durante las últimas
cinco décadas, junto con el desarrollo de la indus-

tria, se han reconocido casos de alteraciones morfo-
lógicas, conductuales y en la reproducción de indi-
viduos en las poblaciones que viven dentro de sistemas
naturales en las diferentes regiones geográficas (Ro-
mano Mozo, 2012; Agencia para Sustancias Tóxicas
y el Registro de Enfermedades [Agency for Toxic
Substances and Diseases Registry, ATSDR], 2011).
Esto lleva a una pregunta cuya respuesta depende
de la capacidad de relacionar estos cambios con las
interacciones entre los organismos vivos y los con-
taminantes químicos (Carson, 1962; Schwarzenbach
et al., 2010).
Las observaciones experimentales de los efectos
de algunas sustancias sintéticas como el Dicloro Di-
fenil Tricloroetano (DDT) y las dioxinas en diferen-
tes especies animales (peces, anfibios, reptiles, aves
y mamíferos) condujo a la conferencia celebrada en
1979 en el Instituto Nacional de Ciencias en Salud
Ambiental (National Institute of Environmental
Health Sciences, NIEHS) a definir los estrógenos en
el medio ambiente, al confirmarse la presencia de
este tipo de sustancias en el ambiente que alteran el
equilibrio hormonal de los organismos vivos (Andra-
de et al., 2006), por lo que estos compuestos fueron
denominados “agentes de alteración endocrina” o
“disruptores endocrinos”. Ellos son de diversa na-
turaleza química e incluyen plaguicidas, dioxinas,
compuestos fenólicos, disolventes, ftalatos y bifeni-
los policlorados, además de algunos medicamentos,
entre otros. Estos compuestos se encuentran tam-
bién en envases para alimentos y bebidas, recubri-
mientos de productos enlatados, productos para la
higiene personal (champús, jabones, pastas dentales,
desodorantes, cosméticos) y artículos para la limpie-
za del hogar (limpiadores de pisos y de vidrios, sua-
vizantes de ropa y detergentes), entre otros.
2. Impacto de las actividades humanas en la biodiversidad y en los ecosistemas
La importancia ecológica de estos compuestos
estriba en que tienen efectos en la salud de los eco-
sistemas, los cuales aún no han sido valorados ni
cuantificados. En la actualidad se están analizando
los daños que pueden causar estos compuestos en los
distintos ecosistemas, sobre todo en la fauna silves-
tre, en la que pueden provocar daño en hígado, ri-
ñón, sistema nervioso central y sistema reproductivo.
Además, algunos de estos compuestos son potencial-
mente teratogénicos y carcinogénicos (Canales et al.,
2003). La gravedad del problema es que, en general,
ocasionan daños irreversibles a la salud y, sobre todo,
que la mayoría de estos compuestos son de natura-
leza lipofílica, es decir, son bioacumulables y pasan
a través de las redes tróficas. En particular, en el área
de la agricultura, los sistemas de riego son una fuen-
te importante de contaminación del ambiente, pues
el uso de plaguicidas de forma no regulada produ-
ce que estos pasen a los distintos estratos del suelo
(Guillette et al., 1994; Guillette, 1995; Folmar et al.,
2001; Schwarzenbach et al., 2010).
Hoy en día, una de las cuestiones más relevantes
en la contaminación es el descubrimiento de muchos
efectos como la intersexualidad en peces de ríos en
el Reino Unido. Esta observación se atribuyó a la pre-
sencia de compuestos estrogénicos en los efluentes
de aguas residuales (Schwarzenbach et al., 2010).
Con base en los cambios observados en diferentes
poblaciones de animales, como la pérdida de la capa-
cidad reproductiva de las águilas calvas en el norte
de Estados Unidos o el declive de la población de cai-
manes en el lago Apopka, Florida (Carson, 1962;
Crain et al., 1997), la Agencia de Protección Ambien-
tal de ese país (Environmental Protection Agency,
EPA) creó en 1996 un comité para dar seguimiento
a compuestos sospechosos de causar alteraciones
77
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Figura 7. Número de publicaciones sobre contaminación según tipo de ecosistema

Tipo de ecosistema

Estuario y costa

s 250
blicacione
de pu
Núm.
200
Marino
150 Acuático terrestre

Urbano
100
Agroecosistema
50
Desierto
Bosque templado
0 Matorral xerófilo
Bosque tropical húmedo
Bosque tropical seco
Bosque mesófilo

endocrinas, llamado Endocrine Disruptor Screening
and Testing Advisory Committee (EDSTAC, 1996).
El objetivo de EDSTAC fue desarrollar metodologías
para evaluar los daños ocasionados por estos com-
puestos, así como para emitir recomendaciones o res
tricciones sobre su uso y consumo (Patlak, 1996;
Blundell, 2003; Peijnenburg y Struijs, 2006). Sin em
bargo, los estudios llevados a cabo a nivel mundial
han sido insuficientes para entender cómo estos con-
taminantes en ciertas concentraciones afectan a largo
plazo (Singer et al., 2002; Kasprzyk et al., 2009). Se esti-
ma que más de 100,000 compuestos químicos se usan
en distintas industrias y para diferentes objetivos;
compuestos que afectan la salud humana y de los eco-
sistemas, y cuyos efectos sinérgicos se desconocen.
Estado del conocimiento por ecosistema
y tendencias espaciales e históricas
Se encontraron 422 estudios de contaminación para
ecosistemas de México (véanse cuadros 20 a 22). La
mayoría de ellos son sobre ambientes acuáticos, in-
cluidos los ubicados en la porción terrestre (lagos,
lagunas), así como los marinos y estuarios (véase fi-
gura 7), sobre todo en relación con zonas de acuicul-

78
 2. Impacto de las actividades humanas en la biodiversidad y en los ecosistemas

Figura 8. Número de publicaciones que reportan el tipo de fuente de contaminantes según ecosistema

Industrial Agropecuaria Otras fuentes

0 0 0 0 0

50 10 50 10 50 10 50 10 50 10

40 20 40 20 40 20 40 20 40 20

30 30 30 30 30

Bosque templado Bosque tropical húmedo Bosque tropical seco Bosque mesófilo Matorral xerófilo

0 0 0 0 0 0

50 10 50 10 50 10 50 10 50 10 50 10

40 20 40 20 40 20 40 20 40 20 40 20

30 30 30 30 30 30

Desierto Agroecosistema Acuático terrestre Marino Estuario y costa Urbano

tura o pesca industrial. También se realizaron diversas
investigaciones de los llamados agroecosistemas, que
son los sistemas agrícolas que pueden estar asociados
a zonas suburbanas o rodeados de vegetación natural.
En los estudios que definen directamente la fuente
de contaminación en los ecosistemas resaltan las ac-
tividades industriales y agropecuarias, tanto indivi-
duales como conjuntas (véase figura 8).
Algunos de los trabajos cuantificaron metales pesa-
dos y metaloides en tejidos animales de zonas con ac-
tividad minera, y evaluaron los efectos de estos a nivel
de genotoxicidad y estructura de la comunidad. Asi-
mismo, se cuantificaron hidrocarburos, metales pe-
sados y otros compuestos orgánicos persistentes, así
como su genotoxicidad e inhibición hormonal, en
gusanos de tierra, anfibios y roedores en una región
con actividad industrial intensa. El mayor número
de trabajos se ha realizado con metales pesados, y la
mayoría reportan únicamente sus concentraciones.
Unos pocos tratan también la contaminación con pla-
guicidas o la combinación de plaguicidas con bife-
nilos policlorados sobre todo en zonas de alta inci-
dencia agrícola e industrial o de descarga de zonas
urbanas (véase figura 9).

79
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Figura 9. Número de publicaciones sobre el tipo de contaminante evaluado según ecosistema

P PCB Petróleo Otros Micro Nutrientes

0 0 0 0 0

120 20 120 20 120 20 120 20 120 20

100 40 100 40 100 40 100 40 100 40

80 60 80 60 80 60 80 60 80 60

Bosque templado Bosque tropical húmedo Bosque tropical seco Bosque mesófilo Matorral xerófilo

0 0 0 0 0 0

120 20 120 20 120 20 120 20 120 20 120 20

100 40 100 40 100 40 100 40 100 40 100 40

80 60 80 60 80 60 80 60 80 60 80 60

Desierto Agroecosistema Acuático terrestre Marino Estuario y costa Urbano

120 20 Sin embargo, la mayoría de los estudios apenas se conoce más sobre los efectos de los contaminantes
indican la presencia de contaminantes en especies en aquellas zonas de los ecosistemas donde hay pro-
de flora y fauna silvestres (véase figura 10), y cuando se ducción y explotación de recursos alimentarios. Esto
100 40 hicieron evaluaciones de potenciales efectos se rea- se debe a los controles realizados por el sector salud
lizaron para una especie, con excepción de algunos de los procesos de explotación comercial alimenta-
80 60 estudios que abordan el tema de biomagnificación a ria, sobre todo en zonas agrícolas, y en donde hay
lo largo de redes tróficas. Hay un número relevante acuicultura y pesquerías locales.
“Matorral xerófilo”: comprende a este ecosistema y a los desiertos. de investigaciones hechas con aves. Existen más tra- Con relación a los trabajos sobre contaminación
MP = metales pesados
P = plaguicidas
bajos enfocados en aspectos reproductivos y fisioló- de la parte acuática marina, la mayoría se llevaron a
PCB = bifenilos policlorados gicos, pocos en genéticos y tróficos, y sobre todo en cabo en el Golfo de México, seguidos por los realiza-
Petróleo = petróleo y derivados
Otros = incluye fármacos, cosméticos, fertilizantes, gases estuarios y ambientes costeros. Como puede notarse dos en las costas del Pacífico y el Caribe mexicano.
Micro = microbiológicos en los estudios mostrados en los cuadros 20 a 22, De acuerdo con el tipo de área, la mayor parte se

80
 2. Impacto de las actividades humanas en la biodiversidad y en los ecosistemas

Figura 10. Número de publicaciones que tratan el tipo de efecto en especies de flora o de fauna de cada uno de los ecosistemas

Fl/Fn Fis Gen Rep Trof

0 0 0 0 0

80 20 80 20 80 20 80 20 80 20

60 40 60 40 60 40 60 40 60 40

Bosque templado Bosque tropical húmedo Bosque tropical seco Bosque mesófilo Matorral xerófilo y desierto

0 0 0 0

80 20 80 20 80 20 80 20

60 40 60 40 60 40 60 40

Agroecosistema Acuático terrestre Marino Estuario y costa

efectuaron en sistemas lagunar estuarinos, seguidos
por los realizados en ambientes litorales y en arre-
cifes. Mientras que para los años de 1980 a 1999 se
obtuvieron 44% de investigaciones, para los años
2000 a 2011 se consiguieron un 66%, lo que indica
un aumento de este tipo de estudios. Sin embargo,
si se toma en cuenta la relevancia del tema, la gran
extensión de las zonas costeras de nuestro país y su
diversidad, el número de trabajos es mínimo para el
intervalo de tiempo considerado.
La mayoría de las investigaciones se refieren a
las características hidrológicas de dichos sistemas y
0
existen unas pocas sobre la caracterización de los se-
dimentos, así como sobre los contenidos de materia
80 20
y carbono orgánico. En relación con la contamina-
ción, prevalecen los estudios sobre metales pesa-
dos en sedimentos y algunos otros en organismos,
seguidos por los de nutrientes en agua. Asimismo, 60 40
hay cerca de una cuarta parte de los trabajos que se
refiere a los compuestos orgánicos en general (hidro-
Fl/Fn = análisis en flora o fauna
carburos organoclorados, bifenilos policlorados e hi- Fis = análisis fisiológico
drocarburos aromáticos policíclicos), pero su número Gen = análisis genético
Rep = análisis reproductivo
se reduce drásticamente en relación con detergentes, Trof = análisis trófico
fenoles, hidrocarburos fósiles n-alcanos y bifenilos

81
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
policlorados. Además, son pocas las investigaciones
que abarcan más de dos contaminantes y las que invo-
lucran tres o más xenobióticos.
Hasta el momento no se ha llevado a cabo un
monitoreo sistemático de la calidad ambiental de los
sistemas costeros de México, y mucho menos se han
evaluado sus repercusiones en la biodiversidad o el
cambio ecológico de los sistemas costeros.
Respecto a la matriz más analizada, destaca la re-
lativa a los sedimentos y la del agua. En relación con
los estudios de organismos, los invertebrados abar-
can alrededor de una tercera parte, y entre ellos los
más empleados como excelentes bioindicadores son
los moluscos (sobre todo los bivalvos), y con mucho
menos investigaciones están las bacterias y los crus-
táceos; los peces y pastos marinos cuentan con pocos
estudios. En cuanto a otros organismos, la informa-
ción es escasa, y sobre los efectos de la contaminación
en la biota costera es fragmentaria. La mayor parte
de los trabajos evalúan concentraciones de dichos
compuestos en particular en especies bioindicado-
ras o de importancia comercial, mientras que otros
estudios abarcan daños histopatológicos y altera-
ciones en el ciclo reproductivo de ostiones, almejas,
mejillones y unos pocos en aves.
A lo anterior hay que agregar que la mayoría de
las investigaciones sobre los efectos de la contami-
nación en los organismos se han realizado a nivel de
especie y son escasas las hechas a nivel de población
o de alteración de la comunidad. No se han evaluado
los efectos en los patrones de abundancia y distribu-
ción de cualquiera de las especies de interés para su
conservación o de valor económico. De ahí que sea
mínimo el conocimiento sobre el impacto real de la
contaminación en el cambio ambiental y la pérdida
de la biodiversidad costera.
82
Vacíos de información
Las investigaciones sobre contaminación en ecosiste-
mas del país son muy puntuales y pocas realizan es-
tudios a largo plazo. Además, no abordan los efectos
subletales para las especies ni las consecuencias que
a nivel de ecosistema se están generando. Debido a
la falta de información acerca del efecto a largo pla-
zo que tienen los antes mencionados contaminantes
en diferentes niveles de organización (por ejemplo,
del nivel molecular, fisiológico, al poblacional y eco-
sistémico), México todavía no cuenta con un siste-
ma organizado, a fin de determinar la presencia de
contaminantes y su peligro potencial para la flora y
la fauna. Tampoco hay conocimientos sólidos para
establecer algunas normas o programas preventivos
que regulen el uso o la restricción de estas sustancias,
las cuales son potencialmente peligrosas para la flora
y la fauna de los distintos ecosistemas; ni cuenta con
información para establecer algunas normas, o por
lo menos un programa preventivo que regule el uso
y la restricción de estas sustancias en cualquier tipo
de ecosistema terrestre o acuático.
Se requiere realizar más estudios acerca de la pre-
sencia de contaminantes y sus efectos, sobre todo en
los ecosistemas terrestres, para evaluar sus efectos
sinérgicos en distintos niveles tróficos, en particular
en los depredadores tope y en las diferentes interac-
ciones. Es importante trabajar con el enfoque de eva-
luación de los llamados “cocteles” de contaminantes,
es decir, la mezcla de los distintos contaminantes
que pueden presentarse en una zona, a la cual es-
tán expuestos los individuos y que tiene un efecto
poblacional, por los compuestos que puede conte-
ner y por las sinergias que estos podrían tener en el
organismo. Asimismo, es imperativo realizar inves-
tigaciones sobre los efectos de los contaminantes a

nivel genético, y ‒como se dijo‒ es esencial empren-
der estudios de sus efectos en los ecosistemas.
Propuestas de estudio del problema
Hay que investigar todos los ecosistemas del país
para desarrollar un mapa de sustancias tóxicas, y
evaluar la problemática que debe de estar ocurrien-
do en los sistemas y en las especies, en los distintos
niveles de organización, en función de las sustancias
y su concentración. A partir de este mapa se pueden
establecer prioridades para el manejo. Asimismo, se
deben generar y adoptar mejores regulaciones a par-
tir de dichos análisis. En Estados Unidos existe una
lista de 550 sustancias que posteriormente fueron
incorporadas en el Acta Bioquímica Clínica Latinoa-
mericana, de las que se tienen indicios de capacidad
efectiva, potencial o insuficientemente documenta-
da de causar alteraciones endocrinas (Argemi et al.,
2005). En México se requiere hacer una lista similar
por ecosistema.
Con base en la información analizada, se aprecia
una gran necesidad de estudios sobre contaminación
de los sistemas costeros. Por los efectos que ocasio-
nan en la biota, en los ecosistemas, e incluso en el
hombre, se hace indispensable llevar a cabo trabajos
de manera multidisciplinaria, integrada y continua.
Respecto a los hidrocarburos aromáticos poli-
cíclicos no existen límites permisibles para el aire,
agua o sedimentos, y los datos son insuficientes para
proponer criterios, a fin de proteger la vida acuática.
Es preocupante el hecho de que haya pocas investi-
gaciones publicadas sobre los efectos que ocasionan
varios xenobióticos, debido a que son compuestos que
pueden ser perjudiciales para la salud, tóxicos, carci-
nogénicos, mutagénicos y teratogénicos para diversos
organismos, incluido el hombre.
2. Impacto de las actividades humanas en la biodiversidad y en los ecosistemas
La revisión de la información disponible en el
país pone en evidencia la necesidad de llevar a cabo
en primer término estudios sobre el estado en que es-
tán los ecosistemas costeros; de manera prioritaria en
zonas templado-tropicales, donde existen humedales
(manglares) y arrecifes de coral, en virtud de que hay
áreas no investigadas o solo existen trabajos de hace
varias décadas. Se requiere hacerlos en diferentes es-
calas espacio-temporales, y analizar qué cambios son
producidos por modificaciones climáticas o por otras
actividades antropogénicas.
En general, las áreas costeras son más producti-
vas que las del interior en la misma latitud; de ahí
su importancia ecológica y económica. Sin embargo,
también son las áreas más vulnerables y perturbadas
del planeta. Por lo tanto, se requieren estudios como
los indicados con el fin de proponer las medidas más
adecuadas para su uso y conservación, ya que son
áreas de recursos limitados, con una gran presión de
cambio y con una fuerte influencia de los compues-
tos tóxicos que son vertidos en ellas.
Finalmente, deben realizarse de manera urgente
las investigaciones en relación con los impactos que
resultan del cambio ambiental en la zona costera,
porque se corre el riesgo que ‒de no hacerlas‒ cuan-
do se quieran revertir, los problemas ambientales ya
serán irreversibles, lo cual conllevaría problemas no
solo de índole ecológica sino económica, que impac-
tarán directamente en la sociedad.
Conclusiones
En materia de deforestación y cambios de uso del sue-
lo, México tiene tasas estimadas de manera conserva-
dora en más de 300,000 hectáreas anuales (1% anual),
83
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
El panorama es desalentador
porque las tendencias de las tasas
de pérdida de cobertura vegetal
por cambios en el uso de la tierra,
sobre todo para agricultura,
urbanización-turismo, ganadería
y, en años recientes, para la
minería, no se revirtieron
y podrían continuar aumentando.
84
las cuales se encuentran entre las más altas del con-
tinente americano. Como consecuencia de esta defo-
restación, la fragmentación de los ecosistemas aumen-
tará en todo el país, y algunos de ellos sufrirán incluso
una fragmentación en casi la totalidad de su superficie
(Semarnat, 2008, 2013; Challenger et al., 2009).
Mientras las selvas húmedas tienen menos del
50% de su cobertura original, y el bosque mesófilo
de montaña, los pastizales naturales, los manglares
y las selvas subhúmedas tienen menos del 60% de su
cobertura original; el matorral xerófilo, los bosques
templados y la vegetación halófita y gipsófila tienen
una cobertura remanente de alrededor del 80%
(Semarnat, 2008, 2013; Flores, 2013). Sin embargo,
a pesar de que estos números parecieran optimistas
para algunos ecosistemas, el grado de fragmentación
existente en la gran mayoría de ellos es muy alto y
la tendencia es que se pierda una gran cantidad de
fragmentos y, por ende, de la cobertura original en
los próximos años (Semarnat, 2008, 2013).
Se considera que los cambios en el uso del suelo
seguirán provocando la fragmentación de los ecosis-
temas y la pérdida del hábitat de muchas especies, con
las consecuencias en la funcionalidad de los mismos
por alteraciones en las interacciones, así como en la
pérdida de biodiversidad y de los servicios ecosis-
témicos que sus especies proveen. El panorama es
desalentador porque las tendencias de las tasas de
pérdida de cobertura vegetal por cambios en el uso
de la tierra, sobre todo para agricultura, ganade-
ría, urbanización-turismo y, en años recientes, para
la minería, no se revirtieron y podrían continuar
aumentando. Hay ecosistemas que parecen estar más
amenazados que otros, pero el desarrollo de distintas
tecnologías para el aprovechamiento de los recursos in-
cidirá, con el tiempo, en la mayoría de los ecosistemas.
Por otra parte, el número de especies exóticas in-
vasoras se está incrementando en México y no solo
se tiene un reducido conocimiento sobre la distribu-
ción actual de estos grupos, sino que sus efectos son
desconocidos a nivel de especies (sobre todo endé-
micas y raras) y de ecosistema (estructura y función,
como la modificación en los ciclos de nutrientes y la
biomasa; al igual que en las redes tróficas y sus in-
teracciones). Es importante tomar en cuenta que el
comportamiento de las especies exóticas invasoras
no tiene efectos similares en los distintos ecosiste-
mas; por lo tanto, son específicos al sitio, y estos or-
ganismos pueden volverse especies preponderantes
en los mismos (Ehrenfeld, 2010). Además, hay que
considerar la historia de manejo del paisaje, es decir,
el grado de perturbación que tienen los ecosistemas
previo a la introducción de las especies, porque se
ha documentado que es un factor importante en la
colonización e invasión de las especies exóticas (Vilà
e Ibáñez, 2011).
Considerando que las especies nativas coexisti-
rán cada vez más con las exóticas en los ecosistemas,
debido a las actividades humanas y a los agentes que
promueven sus desplazamientos, así como las impli-
caciones ecológicas y económicas que conlleva esta
problemática (Caro y Sherman, 2011), es prioritario
para el país el estudio de las especies invasoras.
Por otro lado, las enfermedades emergentes en los
sistemas biológicos es un problema poco atendido e
investigado, el cual puede tener graves consecuen-
cias. La gran mayoría de los estudios se han enfocado
en los impactos que tienen las enfermedades y las
zoonosis en la salud humana desde la visión médica,
sin considerar las relaciones e interacciones comple-
jas entre especies y su resultado neto en los servicios
ecosistémicos.

Finalmente, se reconoce que la contaminación por
diferentes compuestos de estuarios, costas y mares, así
como de las áreas agrícolas, es una situación alarmante
en muchos de los casos. Se ha comprobado que en dis-
tintas regiones del país continúan utilizándose los pesti-
cidas persistentes organoclorados (tipo DDT), con los-
consecuentes efectos en las cadenas tróficas (Jiménez et
al., 2005; Rivera Rodríguez y Rodríguez-Estrella, 2011).
Sin embargo ‒como se comentó‒ hay más de 100,000
productos químicos que se usan a nivel mundial y que
son dañinos para el ambiente. En el caso particular de
México, se desconoce la cifra de productos químicos
que se utilizan y se vierten al ambiente, así como los
efectos de estos contaminantes en los ecosistemas.
Concluyendo, si bien en México se han estimado las
tasas de cambio de uso del suelo y la pérdida de cober-
tura vegetal en los distintos ecosistemas, así como su
fragmentación, se desconoce la tasa de pérdida de espe-
cies de plantas, de vertebrados y de invertebrados a ni-
vel local a una escala fina, y en gran medida la distribu-
ción que tienen los ecosistemas en el país. También se
desconocen los impactos de la pérdida del hábitat y de
la cobertura vegetal en las interacciones entre especies
en cada ecosistema, sobre todo en aquellas con ma-
yor diversidad biológica. Los estudios son limitados
en número y en las temáticas abordadas para la gran
diversidad biológica que tiene el país. Si bien existen
algunos muy relevantes, son limitados en cuanto a las
especies o ecosistemas que investigan.
Por otro lado, se tiene un desconocimiento casi to-
tal de los efectos que tienen las especies exóticas e inva-
soras en la diversidad de los ecosistemas. La gran ma-
yoría de los trabajos solo reportan la presencia de estas
especies, lo cual permite generar mapas de su distri-
bución y realizar estudios de invasividad y de daños po-
tenciales a algunos elementos de un ecosistema. Pero
2. Impacto de las actividades humanas en la biodiversidad y en los ecosistemas
son limitados o no existen los estudios de mecanismo,
que evalúan efectos en la función y en la estructura,
y los de patrones, para la mayoría de los ecosistemas
del país.
Las investigaciones sobre enfermedades están res-
tringidas prácticamente a especies de interés en sa-
lud pública y a especies por las que se tiene algún in-
terés para su aprovechamiento. No hay trabajos que
permitan determinar el surgimiento y los efectos de
enfermedades en los diferentes ecosistemas. Se des-
conocen los niveles de contaminantes de todo tipo en
los ecosistemas y en sus componentes, cómo se distri-
buyen y se acumulan, las sinergias de los compuestos
en la salud de los sistemas y las interacciones.
Por consiguiente, poco se puede predecir sobre
las consecuencias de la pérdida de especies en los eco-
sistemas de México y el manejo sustentable de los
recursos naturales, el cual es complejo y probable-
mente poco efectivo.
Un primer paso para estudiar cualquiera de los
temas antes mencionados es evaluar los componentes
de la biodiversidad en los ecosistemas del país. Se re-
quiere determinar urgentemente la riqueza, la compo-
sición y la diversidad genética de las especies, sobre
todo aquellas que se quieren conservar, así como las
interacciones que estas tienen en los ecosistemas (re-
des tróficas, redes mutualistas, parasitismo, la estruc-
tura de la biodiversidad en general). Asimismo, es im-
portante determinar, a una escala fina, la distribución
de las especies. También, es imprescindible continuar
evaluando la composición de especies en ecosistemas
poco estudiados, ya que cada año se describen y de-
terminan especies nuevas en el país, desde anfibios y
reptiles hasta plantas e invertebrados.
Deben evaluarse con carácter urgente los efectos
que las actividades humanas y el cambio ambiental
85
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
tienen en la biodiversidad. Es de relevancia funda-
mental la investigación sobre aspectos de conecti-
vidad, tanto en ambientes terrestres fragmentados
como en los marinos. En la actualidad, existen técni-
cas moleculares que pueden ayudar a hacer estudios
a más corto plazo.
86
Finalmente, un tema trascendental que ha sido
poco abordado a nivel global, y en México en par-
ticular, es el de las interacciones entre los factores de
cambio de los ecosistemas ‒en términos de posibles
sinergias, retroalimentaciones‒, así como los efectos
directos e indirectos de tales factores. l

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Glosario
Antropogénico. Cualquier acto, generalmente perturbador, que es ori-
ginado y ejecutado por los seres humanos.
Bioacumulable. Compuestos que, por sus características fisicoquími-
cas, tienden a acumularse en los tejidos vivos y afectan gravemente al
ecosistema donde se desechan.
Bioma. Área extensa ocupada por un conjunto de comunidades que se
diferencian fácilmente por su fisionomía. Se origina en complejas inte-
racciones del clima, otros factores del medio físico y factores bióticos.
Biota. Conjunto de animales y plantas de una región. La flora y la fauna
del paisaje en su totalidad.
Carcinogénico. Agente físico, químico o biológico que es capaz de pro-
ducir cáncer al exponerse a tejidos vivos.
Comunidad. Conjunto de poblaciones que se mantienen agregadas en
un sitio determinado por los eventos climáticos y orográficos, geológi-
cos, edáficos o biológicos. Ellas desarrollan similitudes que las asocian
y agrupan en esta jerarquía.
Conectividad. Capacidad del paisaje para permitir el movimiento de
los individuos de determinadas especies entre distintos parches de re-
cursos.
Dengue. Enfermedad infecciosa causada por un virus del género fla-
vivirus, que es transmitida por mosquitos, sobre todo por el Aedes ae-
gypti.
Depredador tope. Ser vivo que no tiene depredadores naturales; se
sitúa en lo alto de una red trófica.
2. Impacto de las actividades humanas en la biodiversidad y en los ecosistemas
Disruptor endocrino. Sustancia química, ajena al cuerpo humano o a
la especie animal a la que afecta, capaz de alterar el equilibrio hormonal
de los organismos de una especie.
Efluente. Elemento fluido eferente.
Endemismo. Término utilizado en biología para indicar que la distri-
bución de una especie está limitada a un ámbito geográfico reducido y
que no se encuentra de forma natural en ninguna otra parte del mundo.
Endogamia. Reproducción sexual de individuos que tienen un paren-
tesco cercano.
Especiación. Proceso mediante el cual una población de una determi-
nada especie da lugar a otra u otras especies.
Especie clave. Especie que ejerce una influencia directa sobre los otros
miembros de la comunidad sin proporción a su abundancia o densidad.
Especie sustituta. Especie que se utiliza para representar a otras espe-
cies o algunos aspectos del ecosistema dentro del paisaje. Puede generar
oportunidades únicas de conservación, porque mantiene la funcionalidad
de los ecosistemas y de sus procesos.
Estocástico, ca. Cualquier ocurrencia en un proceso debida al azar.
Estrogénico, ca. Sustancia que estimula la producción de estrógenos.
Etiología. Rama de la ciencia que estudia el origen o las causas. Por
extensión, se refiere a la búsqueda del origen de una enfermedad.
Gases de efecto invernadero. Compuestos químicos en estado gaseo-
so que se acumulan en la atmósfera de la Tierra y que son capaces de
absorber la radiación infrarroja del Sol, lo cual ocasiona el aumento y
la retención del calor en la propia atmósfera.
91
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
Gen. Unidad biológica de información genética que se duplica a sí misma
y ocupa una posición definida (locus) en un cromosoma determinado.
Genotipo. Conjunto de información genética contenida en los cromo-
somas.
Genotoxicidad. Capacidad de los agentes físicos, químicos o biológi-
cos de causar daño al material genético. Este daño no solo incluye al ADN,
sino a todos los componentes celulares que están relacionados con la
funcionalidad y el comportamiento de los cromosomas dentro de la célula.
Gradiente. Variación paulatina del valor de un factor, lo cual implica
una disminución o un aumento según la distancia.
Gremio. Grupo de especies que cumplen una misma función dentro
del ecosistema.
Hábitat. Lugar que ocupa el organismo o la población. Es la suma to-
tal de las condiciones ambientales características de un sitio específico
ocupado, adecuado a las demandas de la población.
Herbivoría. Interacción por medio de la cual un animal se alimenta de
las partes vivas de las plantas, siendo bueno para el animal, pero perju-
dicial para las plantas.
Histopatológico, ca. Relativo al diagnóstico de enfermedades por me-
dio del estudio de los tejidos de los seres vivos.
Hueco de protección. Patrones que originan niveles inconsistentes de
protección de la biodiversidad, que se manifiesta por la representación
en forma desigual de los principales tipos de hábitats y condiciones fi-
siográficas.
Intersexualidad. Fenómeno biológico que consiste en la existencia de
estados intermedios entre el de macho y el de hembra.
92
Invasividad. Capacidad de una especie (planta, animal) de reproducir-
se en un área donde fue introducida y que rápidamente desplaza a otras
o las elimina.
Lipofílico. Comportamiento de toda molécula que tiene afinidad por
los lípidos.
Manejo sostenible. Uso, desarrollo y protección de los recursos, tanto
naturales como físicos, a una tasa que permite a las personas y comuni-
dades humanas proveerse de bienestar social, económico y cultural en
beneficio de su salud y seguridad, mientras mantiene su potencial ori-
ginal y la funcionalidad de los sistemas a lo largo del tiempo.
Marcador genético neutral. Segmento de ADN con una ubicación
física identificable (locus) en un cromosoma y cuya herencia genética se
puede rastrear. Se dice que un marcador de ADN es neutral cuando las
frecuencias de sus diferentes variantes no se ven afectadas por la selec-
ción natural o artificial.
Matriz. Porción del paisaje que está más conectada; su tipo de vegeta-
ción se halla contigua y es predominante.
Megadiversidad. Estado en el que la biodiversidad por área es muy
elevada debido a los factores climáticos, fisiográficos y topográficos, así
como también a la historia geológica y ecológica que una región ha
tenido hasta el presente.
Metaloide. Elemento químico que se caracteriza por presentar un
comportamiento intermedio entre los metales y los no metales. Por lo
general los metaloides poseen cuatro electrones en su última órbita.
Mutagénico. Sustancia capaz de causar mutaciones.
Mutualismo. Tipo especial de simbiosis en la que los dos simbiontes
resultan beneficiados de forma permanente.

Oncocercosis. Enfermedad parasitaria crónica causada por un nema-
todo llamado Onchocerca volvulus y transmitida por varias especies de
moscas negras.
Parche. Área de tierra que contiene la vegetación original, la cual
permanece durante el proceso de fragmentación. Estos parches, que
son de distinto tamaño, están insertos en una matriz de uso de la tierra
diferente a la vegetación original. Mantienen poblaciones de fauna y
flora nativas que pueden permanecer o ir desapareciendo con el tiempo.
Reservorio. Organismo que aloja virus, bacterias u otros microorga-
nismos que pueden causar una enfermedad contagiosa.
Resiliencia. Amplitud de la tolerancia ambiental en un ecosistema, que
le permite asimilar perturbaciones sin deteriorarse de manera definitiva.
Sinergia. Acción de dos o más causas cuyo efecto es superior a la suma
de los efectos individuales.
Taxón. Unidad de clasificación taxonómica, aplicada a un grupo de
cualquier categoría.
Teratogénico, ca. Sustancia que, al estar presente durante la gestación,
puede causar un defecto congénito: alteraciones estructurales, funcio-
nales o metabólicas.
2. Impacto de las actividades humanas en la biodiversidad y en los ecosistemas
Trófico, ca. Relativo al alimento o, en general, al proceso alimentario.
El aspecto trófico abarca las relaciones alimenticias y nutricionales del
ecosistema.
Vector. Cualquier agente (persona, animal o microorganismo) que
transporta y transmite un patógeno a otro organismo vivo.
Vegetación gipsófila. Tipo de vegetación, dominada por caméfitos,
pequeños arbustos y gramíneas, característica de los suelos yesosos.
Vegetación halófita. Aquella que soporta condiciones de elevada sali-
nidad en el sustrato.
Vegetación riparia. Formación boscosa natural existente a lo largo de
los ríos, siguiendo las vertientes hidrográficas.
Xenobiótico. Compuesto cuya estructura química es poco frecuente
o inexistente en la naturaleza, debido a que es sintetizado por el ser
humano en el laboratorio.
Zoonosis. Enfermedad producida por los animales, por lo general do-
mésticos, y que afecta la parte externa del ser humano (dermatozoonosis)
o interna (endozoonosis).
93
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 1. Fragmentación del hábitat en ecosistemas terrestres, según aspectos numéricos y funcionales, por tipo de efecto
Criterios de calidad:
A-Incipiente: aportaciones
Fragmentación Bosque Bosque Selva Selva Manglar Matorral Otra Pastizal Vegetación Otros Pastizal Plantación TOTALES* Promedio conceptuales,
del hábitat mesófilo de templado húmeda subhúmeda xerófilo vegetación natural halófila y tipos de inducido o forestal de calificación metodológicas y de datos
montaña hidrófila gipsófila vegetación cultivado de calidad y pobres.
cantidad B-En desarrollo: claro
desarrollo en aportaciones
conceptuales,
metodológicas y de datos.
22, 31, 40 23, 31, 38 27 38 38 38, 121 C-Avanzada: avances
Efecto (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) (B, X) conceptuales,
de 7 (C, X) avanzada, metodológicos y con datos
borde escasa claros y ampliamente
reconocidos.

Criterios de cantidad:
2, 12, 13, 17, 19, 21,
22, 31, 37, 41, 43, 23, 31, 38, 41, 25, 27, 32, 41, 45, 7, 38, 41, 61 38, 61 X-Escasa: el número de citas
38, 61
46, 102, 120 102, 113, 114 51, 52, 53, 55, 56, (C, Y) (C, X) (C, X)
por celda es mucho menor
Tamaño 57, 59, 60, 62, 63, que lo que se esperaría si
(C, Y) (C, Y) 64, 65, 66, 67, 71, 57 (C, Y) avanzada,
del todas las celdas tuvieran
fragmento 72, 73, 74, 75, 77, en elaboración
78, 79, 81, 82, 84, citas de forma equitativa.
85, 86, 87, 110, 115, Y-En elaboración: el
117, 118, 119
(C, Z) número de citas por celda es
igual a lo que se esperaría si
22, 120 23, 38 21, 27, 32, 53, 66, 38 38 38 todas las celdas tuvieran
(C, X) (C, X) 71, 73, 74, 75, 78, (C, X) (C, X) (C, X) citas de forma equitativa.
Forma 79, 85 16 (C, X) avanzada, Z-Amplia: el número de
del (C, Z) escasa citas por celda es mucho
fragmento
mayor que lo que se
esperaría si todas las celdas
tuvieran citas de forma
2, 3, 13, 17, 18, 19, equitativa.
24, 31, 37, 41, 23, 31, 39, 41, 27, 32, 41, 51, 53, 34, 41, 44, 61, 61 33, 50, 61
102, 109, 120 102, 114 55, 59, 65, 66, 71, 94 (C, X) (B, X)
Aislamiento (C, Y) 73, 75, 77, 78, 79, Números en rojo: se
(C, Y) (B, Y) 52 (C, Y) avanzada,
del 80, 81, 82, 85, 86, refieren a trabajos que tratan
87, 89, 91, 92, 93, en elaboración
fragmento más de una fragmentación
96, 97, 101, 116,
118, 119 del hábitat y de un
(C, Z) ecosistema, por lo que el
número se repite en más de
22, 102, 108, 109, 23, 102, 113, 114, 12, 14, 19, 20, 103 una celda.
120 120 21, 25, 59, 96, (B, X) * Estos totales se refieren al
Tipo 24 (C, X)
(C, Y) (C, Y) 97, 98, 99, avanzada, número de estudios que
de escasa
100, 110, abordan cada una de las
matriz
115, 117 fragmentaciones del hábitat,
(C, Z) así como los ecosistemas,
por lo que los números
repetidos solo cuentan como
un estudio.

TOTALES* 12 (C, Y) 9 (C, Y) 60 (C, Z) 7 (C, X) 1 (B, X) 2 (C, X) 5 (C, X)

Promedio de
calificación avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, en desarrollo, avanzada, avanzada,
de calidad en elaboración en elaboración amplia escasa escasa escasa escasa
y cantidad

94
 2. Impacto de las actividades humanas en la biodiversidad y en los ecosistemas

Cuadro 2. Fragmentación del hábitat en ecosistemas, según aspectos numéricos y funcionales, por tipo de vegetación

Tipo de Bosque de Bosque de Bosque de Bosque de Bosque de Bosque Bosque de Bosque de Matorral de Bosque bajo Selva alta Selva alta Selva mediana TOTALES* Promedio de
fragmentación ayarín cedro encino encino-pino oyamel de pino pino-encino táscate coníferas abierto perennifolia subperenni- perennifolia calificación
del hábitat folia de calidad y
cantidad

31, 38, 121 38 23, 31 27

Efecto (C, X) (C, X) (C, X) (C, X)
de 5 (C, X) avanzada,
borde escasa

2, 12, 13, 17, 19, 21,

41 41 31, 38, 41, 102 41, 113 41 38, 41 23, 31, 41, 102, 41 41 41 25, 27, 32, 41, 45, 41 41
Tamaño (C, X) (C, X) (C, Y) (C, X) (C, X) (C, X) 114 (C, X) (C, X) (C, X) 51, 52, 53, 55, 56, (C, X) (C, X)
57, 59, 60, 62,63, avanzada,
del (C, Y) 64, 65, 66, 67, 71, 47 (C, Y)
fragmento 73, 74, 75, 77, 78, en elaboración
79, 81, 82, 84, 85,
86, 87, 110, 115, 117
(C, Z)

38 38 23 21, 27, 32, 53,

Forma (C, X) (C, X) (C, X) 66, 71, 73, 74,
del 75, 78, 79, 85 14 (C, X) avanzada,
fragmento (C, Z) escasa

2, 3, 13, 17, 18, 19,

41 31, 41, 102 41 39, 41 41 23, 31, 41, 102 41 41 41 27, 32, 41, 51, 53, 41 41
(C, X) (C, X) (C, X) (B, X) (C, X) (C, Y) (C, X) (C, X) (C, X) 55, 59, 65, 66, (C, X) (C, X)
Aislamiento 71, 73, 75, 77, 78,
del 39 (C, Y) avanzada,
79, 80, 81, 82,
fragmento 85, 86, 87, 89, en elaboración
91, 92, 93, 96,
97, 101, 116
(C, Z)

102 113 23, 102, 114 12, 14, 19, 20,

Tipo (C, X) (C, X) (C, X) 21, 25, 59, 96,
de 97, 99, 110, 17 (C, X) avanzada,
matriz 115, 117 escasa
(C, Z)

TOTALES* 1 (C, X) 1 (C, X) 5 (C, X) 2 (C, X) 2 (C, X) 2 (C, X) 5 (C, X) 1 (C, X) 1 (C, X) 1 (C, X) 55 (C, Z) 1 (C, X) 1 (C, X)

Promedio de
calificación avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada,
de calidad escasa escasa escasa escasa escasa escasa escasa escasa escasa escasa amplia escasa escasa
y cantidad

95
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 2. Fragmentación del hábitat en ecosistemas, según aspectos numéricos y funcionales, por tipo de vegetación (continuación)

Tipo de Selva mediana Selva baja Selva baja Matorral Selva baja Selva baja Selva baja Selva mediana Selva mediana Selva baja Selva baja TOTALES* Promedio de
fragmentación subperennifolia perennifolia subperennifolia subtropical caducifolia espinosa subcaducifolia caducifolia subcaducifolia espinosa espinosa calificación
del hábitat caducifolia subperennifolia de calidad
y cantidad

38 38
Efecto (C, Y) (C, Y)
de 1 (C, X) avanzada,
borde escasa

41, 72 41 41 41 7, 38, 41, 61, 41 41 41 38, 41 41 41

Tamaño (B, Y) (C, Y) (C, Y) (C, Y) 118, 119 (C, Y) (C, Y) (C, Y) (C, Y) (C, Y) (C, Y)
del (C, Z)
7 (C, Y) avanzada,
fragmento en elaboración

38 38
Forma (C, Y) (C, Y)
del 1 (C, X) avanzada,
fragmento escasa

41 41 41 41 34, 41, 44, 41 41 41 41 41 41

Aislamiento (C, Y) (C, Y) (C, Y) (C, Y) 61, 94, 118, (C, Y) (C, Y) (C, Y) (C, Y) (C, Y) (C, Y)
del 119 7 (C, Y) avanzada,
fragmento (C, Z) en elaboración

98, 100
Tipo (B, Y)
de 2 (B, X) en desarrollo,
matriz escasa

TOTALES* 4 (B, Y) 1 (C, X) 1 (C, X) 1 (C, X) 9 (C, Z) 1 (C, X) 1 (C, X) 1 (C, X) 2 (C, Y) 1 (C, X) 1 (C, X)

Promedio de
calificación en desarrollo, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada,
de calidad en elaboración escasa escasa escasa amplia escasa escasa escasa en elaboración escasa escasa
y cantidad

96
 2. Impacto de las actividades humanas en la biodiversidad y en los ecosistemas

Cuadro 2. Fragmentación del hábitat en ecosistemas, según aspectos numéricos y funcionales, por tipo de vegetación (continuación)

Tipo de Matorral Matorral Matorral Matorral Matorral Matorral Matorral Matorral Matorral TOTALES* Promedio de
fragmentación crasicaule desértico desértico espinoso rosetófilo sarcocaule sarcocrasi- sarcocrasi- submontano calificación
del hábitat micrófilo rosetófilo tamaulipeco costero caule caule de de calidad
neblina y cantidad

Efecto
de
borde

Tamaño
del
fragmento

Forma
del
fragmento

Aislamiento
del
fragmento

103
Tipo (B, Z)
de 1 (B, Z) en desarrollo,
matriz amplia

TOTALES* 1 (B, Z)

Promedio de
calificación en desarrollo,
de calidad amplia
y cantidad

97
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 2. Fragmentación del hábitat en ecosistemas, según aspectos numéricos y funcionales, por tipo de vegetación (continuación)

Tipo de Vegetación Huizachal Vegetación Vegetación Popal Tular Bosque de Selva Petén Vegetación Pastizal Pradera Pastizal Pastizal Pastizal Vegetación TOTALES* Promedio de
fragmenta- de desiertos de galería subacuática galería de galería halófila natural de alta huizachal gipsófilo halófilo gipsófila calificación
ción del arenosos hidrófila montaña de calidad
hábitat y cantidad

38
Efecto (C, Z)
de 1 (C, X) avanzada,
borde escasa

38, 61
Tamaño (C, Z) avanzada,
del 2 (C, Y) en
fragmento elaboración

38
Forma (C, Z)
del 1 (C, X) avanzada,
fragmento escasa

61
Aislamiento (C, Z)
del 1 (C, X) avanzada,
fragmento escasa

Tipo
de
matriz

TOTALES* 2 (C, Z)

Promedio de
calificación
avanzada,
de calidad
amplia
y cantidad

98
 2. Impacto de las actividades humanas en la biodiversidad y en los ecosistemas

Cuadro 2. Fragmentación del hábitat en ecosistemas, según aspectos numéricos y funcionales, por tipo de vegetación (continuación)
Criterios de calidad:
A-Incipiente: aportaciones conceptuales,
Tipo de Vegetación Área sin Chaparral Mezquital Palmar Sabana Vegetación Área Palmar Sabanoide Bosque Bosque Varios tipos de TOTALES* Promedio de metodológicas y de datos pobres.
fragmenta- halófila vegetación de dunas desprovista inducido cultivado inducido vegetación, calificación B-En desarrollo: claro desarrollo en aportaciones
ción del aparente costeras de análisis a de calidad
y cantidad conceptuales, metodológicas y de datos.
hábitat vegetación escala
regional C-Avanzada: avances conceptuales, metodológicos
y con datos claros y ampliamente reconocidos.

Criterios de cantidad:
38 X-Escasa: el número de citas por celda es mucho
Efecto (C, Z) menor que lo que se esperaría si todas las celdas
de 1 (C, X) avanzada, tuvieran citas de forma equitativa.
borde escasa Y-En elaboración: el número de citas por celda es
igual a lo que se esperaría si todas las celdas
tuvieran citas de forma equitativa.
Z-Amplia: el número de citas por celda es mucho
mayor que lo que se esperaría si todas las celdas
61 38 104
tuvieran citas de forma equitativa.
Tamaño (C, Z) (C, Z) (C, Z)
del 3 (C, Y) avanzada, Números en rojo: se refieren a trabajos que tratan
fragmento en elaboración
más de una fragmentación del hábitat,
por lo que el número se repite en más de una celda.
* Estos totales se refieren al número de estudios que
abordan cada una de las fragmentaciones del
38 hábitat, por lo que los números repetidos solo
(C, Z) cuentan como un estudio.
Forma
del 1 (C, X) avanzada,
fragmento escasa

61 33, 50, 104 30

Aislamiento (C, Z) (B, Z) (B, Z)
del 5 (B, Y) en desarrollo,
fragmento en elaboración

108
Tipo (B, Z)
de 1 (C, X) avanzada,
matriz escasa

TOTALES* 1 (C, Y) 1 (C, Z) 3 (B, Z) 1 (B, X) 1 (B, X)

Promedio de
calificación avanzada, avanzada, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo,
de calidad en elaboración amplia amplia escasa escasa
y cantidad

99
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
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 2. Impacto de las actividades humanas en la biodiversidad y en los ecosistemas

Cuadro 3. Efectos de la fragmentación del hábitat en la diversidad genética y en la conectividad de los ecosistemas terrestres por taxones
Criterios de calidad:
Taxón / Bosque Bosque Bosque Bosque Matorral Pastizal Aguas TOTALES* Promedio de A-Incipiente: aportaciones conceptuales,
ecosistema templado de tropical tropical mesófilo de xerófilo interiores calificación metodológicas y de datos pobres.
coníferas perennifolio caducifolio montaña de calidad B-En desarrollo: claro desarrollo en aportaciones
y cantidad conceptuales, metodólogicas y de datos.
C-Avanzada: avances conceptuales,
metodológicos y con datos claros y ampliamente
Micro-
reconocidos.
organismos
Criterios de cantidad:
X-Escasa: el número de citas por celda es mucho
2, 5, 14, 19, 23, 35, 3, 8, 9, 12, 15, 16, 6, 10, 13, 18, 21, 24, 5 menor que lo que se esperaría si todas las celdas
Plantas 37, 39, 56 27, 29, 31, 33, 31, 32, 38, 44, 55 (C, X) tuvieran citas de forma equitativa.
31 (B, Z) en desarrollo,
(B, Z) 34, 50 (B, Z) Y-En elaboración: el número de citas por celda
amplia
(B, Z) es igual a lo que se esperaría si todas las celdas
tuvieran citas de forma equitativa.
7 Z-Amplia: el número de citas por celda es
Invertebrados (C, X) 1 (C, X) avanzada, mucho mayor que lo que se esperaría si todas
escasa las celdas tuvieran citas de forma equitativa.

Números en rojo: se refieren a trabajos que

51 tratan más de un taxón y de un ecosistema, por
Peces (B, X) 1 (B, X) en desarrollo, lo que el número se repite en más de una celda.
escasa * Estos totales se refieren al número de estudios
que abordan cada uno de los taxones, así como
los tipos de ecosistemas, por lo que los números
repetidos solo cuentan como un estudio.
Anfibios

47 1 20, 42, 46
Reptiles (B, X) (B, X) (B, Z) 5 (B, X) en desarrollo,
escasa

17, 30, 36 17, 30 4, 41 4, 11

Aves (C, Z) (C, Y) (B, Y) (B, Y) 6 (C, X) avanzada,
escasa

26, 52 22, 43, 48, 49 53 25, 28, 40 45, 54

Mamíferos (B, Y) (B, Z) (B, X) (B, Z) (B, Y) 12 (B, Y) en desarrollo,
en elaboración

5 7, 8, 34 44 5, 40
Múltiples
(C, X) (C, Z) (C, X) (C, Y) 6 (C, X) avanzada,
especies
escasa

TOTALES* 14 (B, X) 19 (B, Y) 13 (B, X) 7 (B, X) 2 (B, X) 6 (B, X)

Promedio de
calificación en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo,
de calidad escasa en elaboración escasa escasa escasa escasa
y cantidad

105
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 4. Efectos de la fragmentación del hábitat en la diversidad genética y en la conectividad de los ecosistemas terrestres por matriz
Criterios de calidad:
Matriz / Bosque Bosque Bosque Bosque Matorral Pastizal Aguas TOTALES* Promedio de A-Incipiente: aportaciones conceptuales,
ecosistema templado de tropical tropical mesófilo de xerófilo interiores calificación metodológicas y de datos pobres.
coníferas perennifolio caducifolio montaña de calidad y B-En desarrollo: claro desarrollo en aportaciones
cantidad conceptuales, metodológicas y de datos.
C-Avanzada: avances conceptuales,
14, 17, 19, 23, 26, 30, 3, 7, 9, 12, 15, 16, 17, 27, 10, 18, 21, 31, 32, 38, 1, 4, 25, 28, 40, 41 4, 11 20, 51, 54 metodológicos y con datos claros y ampliamente
Agricultura / 35, 36, 37, 39, 52 29, 30, 31, 33, 34, 43, 44 (C, Z) (C, X) (C, Y) 41 (C, Z) avanzada, reconocidos.
ganadería (C, Z) 48, 49 (B, Z) amplia
(C, Z) Criterios de cantidad:
X-Escasa: el número de citas por celda es mucho
17, 19, 30, 35 8, 12, 15, 16, 17, 27, menor que lo que se esperaría si todas las celdas
Plantaciones (C, Y) 30, 33, 34, 48, 50 13 (C, X) avanzada, tuvieran citas de forma equitativa.
(C, Z) escasa Y-En elaboración: el número de citas por celda es
igual a lo que se esperaría si todas las celdas
tuvieran citas de forma equitativa.
2, 14, 17, 19, 23, 30, 3, 8, 12, 17, 22, 30, 24 1, 25, 28, 40 51, 54 Z-Amplia: el número de citas por celda es mucho
Urbana 35, 52 34 (C, X) (C, Y) (C, X) 20 (C, Y) avanzada, mayor que lo que se esperaría si todas las celdas
(C, Z) (C, Z) en elaboración tuvieran citas de forma equitativa.

Números en rojo: se refieren a trabajos que

24 tratan más de una matriz y de un ecosistema, por
Residencial + 42, 46, 54
(C, X) 4 (C, X) avanzada, lo que el número se repite en más de una celda.
hoteles (C, Y)
escasa * Estos totales se refieren al número de estudios
que abordan cada una de las matrices, así como
los tipos de ecosistemas, por lo que los números
53 28 repetidos solo cuentan como un estudio.
Minería (B, X) (C, X) 2 (B, X) en desarrollo,
escasa

2, 14, 19, 35, 36 31 31, 32, 38 11

Deforestación (C, Y) (C, X) (C, Y) (C, X) 9 (C, X) avanzada,
escasa

5 6, 47 5 45
Hábitat (C, X) (B, X) (C, X) (B, X) 4 (B, X) en desarrollo,
continuo
escasaa

Hábitat 26, 37, 56 13, 55 46, 54

naturalmente (C, Y) (B, X) (C, X) 7 (B, X) en desarrollo,
fragmentado escasa

TOTALES* 14 (C, Y) 19 (C, Y) 13 (B, X) 7 (C, X) 2 (C, X) 6 (C, X)

Promedio de
calificación avanzada, avanzada, en desarrollo, avanzada, avanzada, avanzada,
de calidad en elaboración en elaboración escasa escasa escasa escasa
y cantidad

106
 2. Impacto de las actividades humanas en la biodiversidad y en los ecosistemas

Cuadro 5. Efectos de la fragmentación del hábitat en la diversidad genética y en la conectividad de los ecosistemas terrestres por escala de tiempo
Criterios de calidad:
A-Incipiente: aportaciones conceptuales,
Escala de Bosque Bosque Bosque Bosque Matorral Pastizal Aguas TOTALES* Promedio de metodológicas y de datos pobres.
tiempo / templado de tropical tropical mesófilo de xerófilo interiores calificación B-En desarrollo: claro desarrollo en aportaciones
ecosistema coníferas perennifolio caducifolio montaña de calidad y
cantidad
conceptuales, metodológicas y de datos.
C-Avanzada: avances conceptuales,
metodológicos y con datos claros y ampliamente
reconocidos.
24
(C, X) Criterios de cantidad:
10 años 1 (C, X) avanzada, X-Escasa: el número de citas por celda es mucho
amplia menor que lo que se esperaría si todas las celdas
tuvieran citas de forma equitativa.
Y-En elaboración: el número de citas por celda es
igual a lo que se esperaría si todas las celdas
17, 30 17, 30, 34, 48 24 tuvieran citas de forma equitativa.
(C, Y) (C, Z) (C, X) Z-Amplia: el número de citas por celda es mucho
30 años 5 (C, X) avanzada, mayor que lo que se esperaría si todas las celdas
escasa tuvieran citas de forma equitativa.

Números en rojo: se refieren a trabajos que

tratan más de una escala de tiempo y de un
7, 8, 9, 12, 15, 16, 1, 40, 41 20, 42 ecosistema, por lo que el número se repite en
27, 34 (B, Y) (B, Y) más de una celda.
60 años (B, Z) 13 (B, X) en desarrollo, * Estos totales se refieren al número de estudios
escasa que abordan cada una de las escalas de tiempo,
así como los tipos de ecosistemas, por lo que los
números repetidos solo cuentan como un
estudio.
18 28
(B, X) (B, X)
100 años 2 (B, X) en desarrollo,
escasa

14, 19, 35, 36, 56 3, 12, 29, 33 13, 53, 55 25

Más de (B, Z) (B, Z) (B, Y) (B, X)
100 años 13 (B, X) en desarrollo,
escasa

2, 5, 23, 26, 37, 22, 31, 43, 49, 50 6, 10, 31, 32, 38, 4, 5 4, 11 46, 51, 54
39, 52 (B, Z) 44, 47 (B, Y) (B, Y) (B, Y)
No indicada (B, Z) (B, Z) 23 (B, Y) en desarrollo,
en elaboración

TOTALES* 14 (B, Y) 19 (B, Y) 12 (B, Y) 7 (B, X) 2 (B, X) 5 (B, X)

Promedio de
calificación en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo,
de calidad y en elaboración en elaboración en elaboración escasa escasa escasa
cantidad

107
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 6. Efectos de la fragmentación del hábitat en la diversidad genética y en la conectividad de los ecosistemas terrestres por escala espacial
Criterios de calidad:
Escala Bosque Bosque Bosque Bosque Matorral Pastizal Aguas TOTALES* Promedio de A-Incipiente: aportaciones conceptuales,
espacial / templado de tropical tropical mesófilo de xerófilo interiores calificación metodológicas y de datos pobres.
ecosistema coníferas perennifolio caducifolio montaña de calidad y B-En desarrollo: claro desarrollo en aportaciones
cantidad conceptuales, metodólogicas y de datos.
C-Avanzada: avances conceptuales,
metodológicos y con datos claros y ampliamente
reconocidos.
5 12, 43, 50 10 1, 5, 40 20
(C, X) (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) Criterios de cantidad:
0.01 - 0.1 Km 8 (C, X) avanzada, X-Escasa: el número de citas por celda es mucho
escasa menor que lo que se esperaría si todas las celdas
tuvieran citas de forma equitativa.
Y-En elaboración: el número de citas por celda
es igual a lo que se esperaría si todas las celdas
5 12, 43, 50 10 1, 5, 40 20, 42 tuvieran citas de forma equitativa.
(C, X) (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) Z-Amplia: el número de citas por celda es
0.1 - 1 Km 9 (C, X) avanzada, mucho mayor que lo que se esperaría si todas las
escasa celdas tuvieran citas de forma equitativa.

Números en rojo: se refieren a trabajos que

tratan más de una escala espacial y de un
2, 17, 30 3, 8, 9, 15, 16, 17, 6, 10, 24, 32, 38, 1, 25, 40 11 20, 42, 46, 51 ecosistema, por lo que el número se repite en
(C, X) 22, 27, 30, 33, 44, 47, 53 (C, X) (C, X) (C, X) más de una celda.
1 - 10 Km 34, 49, 50 (B, Y) 30 (C, Y) avanzada, * Estos totales se refieren al número de estudios
(C, Z) en elaboración que abordan cada una de las escalas espaciales,
así como los tipos de ecosistemas, por lo que los
números repetidos solo cuentan como un
estudio.
2, 14, 17, 19, 26, 30, 3, 8, 9, 15, 17, 22, 13, 18, 21, 24, 31, 47, 1, 4, 25, 40 4 20, 42, 45, 46, 51,
35, 39, 52, 56 27, 29, 30, 31, 55 (C, X) (C, X) 54
10 - 100 Km (C, Z) 34, 49 (C, Y) (C, Y) 36 (C, Y) avanzada,
(C, Z) en elaboración

14, 17, 19, 23, 30, 35, 7, 17, 30, 31, 48 21, 31, 55 28, 41 11 46, 51, 54
36, 37, 56 (C, Y) (C, X) (B, X) (C, X) (C, X)
100 - 1000 Km (C, Z) 20 (C, X) avanzada,
escasa

TOTALES* 14 (C, Y) 19 (C, Y) 13 (C, X) 7 (C, X) 2 (C, X) 6 (C, X)

Promedio de
calificación avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada,
de calidad y en elaboración en elaboración escasa escasa escasa escasa
cantidad

108
 2. Impacto de las actividades humanas en la biodiversidad y en los ecosistemas

Cuadro 7. Efectos de la fragmentación del hábitat en la diversidad genética y en la conectividad de los ecosistemas terrestres
Criterios de calidad:
Diversidad Bosque Bosque Bosque Bosque Matorral Pastizal Aguas TOTALES* Promedio de
A-Incipiente: aportaciones conceptuales,
genética y templado tropical tropical mesófilo de xerófilo interiores calificación
metodológicas y de datos pobres.
conectividad / de coníferas perennifolio caducifolio montaña de calidad y B-En desarrollo: claro desarrollo en aportaciones
ecosistema cantidad conceptuales, metodológicas y de datos.
C-Avanzada: avances conceptuales,
metodológicos y con datos claros y ampliamente
14, 17, 19, 23, 26, 7, 8, 12, 17, 22, 29, 10, 13, 21, 24, 31, 1, 4, 25, 28, 40 4, 11 20, 42, 45, 46, reconocidos.
30, 35, 36, 37, 30, 31, 33, 34, 32, 38, 44, 47, (C, X) (C, X) 51, 54
Extinción 46 (C, Y) avanzada,
39, 52, 56 43, 48, 49, 53, 55 (C, Y) Criterios de cantidad:
(C, Z) 50 (C, Y) en elaboración X-Escasa: el número de citas por celda es mucho
(C, Z) menor que lo que se esperaría si todas las celdas
tuvieran citas de forma equitativa.
2, 14, 17, 19, 3, 7, 8, 9, 12, 6, 10, 13, 18, 21, 1, 4, 25, 28, 40, 4, 11 20, 42, 45, 46, Y-En elaboración: el número de citas por celda es
Diversidad 23, 26, 30, 15, 17, 22, 27, 29, 24, 31, 32, 38, 41 (C, X) 51, 54 igual a lo que se esperaría si todas las celdas
52 (C, Y) avanzada, tuvieran citas de forma equitativa.
poblacional 35, 36, 37, 30, 31, 33, 34, 47, 53, 55 (C, Y) (C, Y)
en elaboración Z-Amplia: el número de citas por celda es mucho
39, 52, 56 43, 48, 49 (C, Z)
(C, Z) (C, Z) mayor que lo que se esperaría si todas las celdas
tuvieran citas de forma equitativa.
2, 17, 23, 26, 30, 3, 7, 8, 9, 12, 15, 6, 10, 13, 18, 21, 1, 4, 25, 28, 40, 4, 11 20, 42, 45, 46,
Estructura 35, 36, 37, 39, 16, 17, 22, 27, 29, 24, 31, 32, 38, 41 (C, X) 51, 54 Números en rojo: se refieren a trabajos que
genética 52, 56 30, 31, 33, 47, 53, 55 (C, Y) (C, Y) 50 (C, Y) avanzada, tratan más de un efecto de la fragmentación del
poblacional (C, Y) 34, 43, 48 (C, Z) en elaboración hábitat en la diversidad genética y en la
(C, Z) conectividad de un ecosistema, por lo que el
número se repite en más de una celda.
* Estos totales se refieren al número de estudios
14, 19, 23, 37, 52, 3, 9, 12, 16, 22, 10, 13, 18, 21, 32, 1, 4, 40 4 20, 51
que abordan los efectos de la fragmentación del
56 27, 33, 34, 43, 38, 44 (C, X) (C, X) (C, X)
Endogamia 28 (C, X) en avanzada,
desarrollo, hábitat en la diversidad genética y en la
(C, Y) 50 (C, Y) escasa
escasa conectividad, así como los tipos de ecosistemas,
(C, Y)
por lo que los números repetidos solo cuentan
como un estudio.

Escala 2, 52, 56 3, 7, 12, 16, 50 10, 47 1, 4, 5, 40 4 20

espacial de (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) (C, X)
15 (C, X) avanzada,
dispersión
escasa
individual

5 7, 8, 34 44 5, 40
(C, X) (C, X) (C, X) (C, X)
Comunidades 6 (C, X) avanzada,
escasa

Ecosistemas

TOTALES* 14 (C, Y) 19 (C, Y) 13 (C, Y) 7 (C, X) 2 (C, X) 6 (C, X)

Promedio de
calificación avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada,
de calidad y en elaboración en elaboración en elaboración escasa escasa escasa
cantidad

109
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 8. Efectos de la fragmentación del hábitat en la diversidad genética y en la conectividad de los procesos en los ecosistemas terrestres

Proceso Bosque Bosque Bosque Bosque Matorral Pastizal Aguas TOTALES* Promedio de
ecosistémico / templado de tropical tropical mesófilo de xerófilo interiores calificación
ecosistema coníferas perennifolio caducifolio montaña de calidad y
cantidad

2, 14, 17, 19, 23, 3, 7, 8, 9, 12, 15, 6, 10, 13, 18, 21, 1, 4, 5, 25, 28, 4, 11 20, 42, 45, 46,
Flujo 26, 30, 35, 36, 16, 17, 22, 27, 24, 31, 32, 38, 40, 41 (C, X) 51, 54
genético 37, 39, 52, 56 29, 30, 31, 33, 44, 47, 53, 55 (C, Z) (C, Z) 56 (C, Z) avanzada,
(C, Z) 34, 43, 48, (C, Z) amplia
49, 50
(C, Z)

7, 50 44
(C, X) (C, X)
Polinización 3 (C, X) avanzada,
escasa

14, 17, 19, 23, 8, 12, 17, 22, 10, 13, 18, 21, 1, 4, 5, 25, 28, 4, 11 20, 42, 45, 46,
26, 30, 35, 29, 30, 31, 33, 24, 31, 32, 38, 40 (C, X) 51, 54
Extinción 36, 37, 39, 34, 43, 48, 44, 47, 53, (C, Z) (C, Z) 47 (C, Z) avanzada,
52, 56 49, 50 55 amplia
(C, Z) (C, Z) (C, Z)

43 40
(C, X) (C, X)
Dispersión de 2 (C, X) avanzada,
semillas escasa

2, 14, 19, 35, 31, 34 31

39 (C, X) (C, X)
Recursos (C, Y) 8 (C, X) avanzada,
maderables escasa

2, 14, 19, 26, 9 40 42

Especie clave 35 (C, X) (C, X) (C, X)
para otras (C, Y) 8 (C, X) avanzada,
especies escasa

36 6
(C, X) (C, X)
Alimentos 2 (C, X) avanzada,
escasa

110
 2. Impacto de las actividades humanas en la biodiversidad y en los ecosistemas

Cuadro 8. Efectos de la fragmentación del hábitat en la diversidad genética y en la conectividad de los procesos en los ecosistemas terrestres (continuación)
Criterios de calidad:
Proceso Bosque Bosque Bosque Bosque Matorral Pastizal Aguas TOTALES* Promedio de A-Incipiente: aportaciones conceptuales,
ecosistémico / templado de tropical tropical mesófilo de xerófilo interiores calificación metodológicas y de datos pobres.
ecosistema coníferas perennifolio caducifolio montaña de calidad y B-En desarrollo: claro desarrollo en aportaciones
cantidad conceptuales, metodológicas y de datos.
C-Avanzada: avances conceptuales,
metodológicos y con datos claros y ampliamente
reconocidos.
2, 14, 19, 35 6
(C, Y) (C, X) Criterios de cantidad:
Agua 5 (C, X) avanzada, X-Escasa: el número de citas por celda es mucho
escasa menor que lo que se esperaría si todas las celdas
tuvieran citas de forma equitativa.
Y-En elaboración: el número de citas por celda
es igual a lo que se esperaría si todas las celdas
14, 19, 35 40 tuvieran citas de forma equitativa.
(C, Y) (C, X) Z-Amplia: el número de citas por celda es mucho
mayor que lo que se esperaría si todas las celdas
Suelo 4 (C, X) avanzada,
tuvieran citas de forma equitativa.
escasa
Números en rojo: se refieren a trabajos que
tratan más de un efecto de la fragmentación del
hábitat en la diversidad genética y en la
14, 19, 35 15 conectividad de los procesos en los ecosistemas
Especie (C, Y) (C, X) terrestres, por lo que el número se repite en más
pionera 4 (C, X) avanzada, de una celda.
escasa * Estos totales se refieren al número de estudios
que abordan los efectos de la fragmentación del
hábitat en la diversidad genética y en la
conectividad de los procesos ecosistémicos,
33, 34 así como los tipos de ecosistemas, por lo que
(C, X) los números repetidos solo cuentan como un
Medicamentos
estudio.
2 (C, X) avanzada,
escasa

TOTALES* 13 (C, Y) 19 (C, Y) 13 (C, Y) 7 (C, X) 2 (C, X) 6 (C, X)

Promedio de
calificación avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada,
de calidad y en en en escasa escasa escasa
cantidad elaboración elaboración elaboración

111
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
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 2. Impacto de las actividades humanas en la biodiversidad y en los ecosistemas

Cuadro 9. Cambio de uso del suelo según ecosistema, tipo de vegetación y a nivel país
Criterios de calidad:
A-Incipiente: aportaciones
Cambio de uso Bosque Bosque Selva Selva Manglar Matorral Otra Matorral Pastizal Vegetación Otros Pastizal Plantación Nivel país TOTALES* Promedio de conceptuales, metodológicas
del suelo / mesófilo de templado húmeda subhúmeda xerófilo vegetación costero natural halófila y tipos de inducido o forestal calificación y de datos pobres.
ecosistema, tipo montaña hidrófila gipsófila vegetación cultivado de calidad y B-En desarrollo: claro
de vegetación cantidad desarrollo en aportaciones
y país conceptuales, metodológicas
y de datos.
C-Avanzada: avances
conceptuales, metodológicos
y con datos claros y
ampliamente reconocidos.

Criterios de cantidad:
22, 47, 67, 127, 81, 102, 129 1, 3, 27, 33, 34, 42, 54, 81, 86, 29, 42, 134 4, 77, 85, 94, 104 31 59, 92 X-Escasa: el número de citas
129 (C, X) 35, 36, 38, 42, 92, 103, 105, (B, X) 110, 123, 124, (B, X) (B, X) (B, X) por celda es mucho menor
(B, X) 54, 72, 81, 86, 125, 133 130 que lo que se esperaría si
Cambio 113, 125, 128, (C, X) (B, X) todas las celdas tuvieran
de uso 130 39 (B, X) en desarrollo, citas de forma equitativa.
del suelo (B, Y) escasa Y-En elaboración: el número
de citas por celda es igual a
lo que se esperaría si todas
las celdas tuvieran citas de
forma equitativa.
Z-Amplia: el número de citas
por celda es mucho mayor
14, 17, 18, 21, 9, 10, 13, 17, 18, 21, 9, 11, 12, 14, 16, 6, 7, 8, 9, 11, 14, 16, 5, 6, 7, 8, 26, 28, 2, 15, 43, 66, 135 37, 52, 68, 74, 7 16, 40, 48, 49, 136 20, 24, 60, 61, que lo que se esperaría si
28, 39, 40, 46, 28, 39, 40, 41, 45, 23, 25, 26, 27, 28, 23, 25, 26, 28, 32, 44, 48, 49, 50, 70, 78, 88, 96, (C, X) 117, 121, 122, (C, X) 74, 83, 84, 90, (C, X) 62, 76, 91, 100, todas las celdas tuvieran
Cambios en el 56, 57, 58, 68, 46, 51, 52, 55, 58, 30, 40, 44, 46, 44, 48, 49, 51, 63, 53, 82, 87, 90, 97, 98, 107, 111, 136 136 106, 126 citas de forma equitativa.
tiempo y 69, 78, 89, 98, 64, 68, 70, 71, 73, 48, 49, 52, 58, 65, 68, 75, 78, 83, 98, 108, 109, 135 112, 116, 118, (C, X) (C, X) (B, X)
proporción 112, 120, 122, 132 74, 75, 78, 79, 80, 63, 65, 68, 75, 84, 89, 90, 91, 93, (C, Y) 122, 136 97 (C, Y) avanzada, Números en rojo: se
del cambio (C, Y) 88, 89, 96, 97, 98, 89, 90, 93, 95, 95, 97, 98, 101, (C, Y) en elaboración refieren a trabajos que tratan
99, 107, 112, 114, 97, 98, 101 107, 108, 109, 112, el cambio de uso del suelo en
119, 122, 131, 136 (C, Z) 115, 118, 119, 122 más de un ecosistema y tipo
(C, Z) (C, Z) de vegetación en el país, por
lo que el número se repite en
más de una celda.
* Estos totales se refieren al
número de estudios que
abordan el cambio de uso del
suelo en los ecosistemas,
tipos de vegetación y a nivel
TOTALES* 25 (C, Y) 42 (C, Y) 45 (C, Y) 48 (C, Z) 21 (C, X) 25 (B, Y) 1 (C, X) 9 (B, X) 1 (C, X) 10 (C, X) 1 (C, X) 12 (B, X) país, por lo que los números
repetidos solo cuentan como
un estudio.

Promedio de avanzada, avanzada, avanzada, en desarrollo, avanzada, en desarrollo, en desarrollo,

avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada,
calificación en elaboración en elaboración en elaboración escasa en elaboración escasa escasa escasa
amplia escasa escasa escasa
de calidad y
cantidad

115
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 10. Objetivo del cambio de uso del suelo según ecosistema, tipo de vegetación y a nivel país
Criterios de calidad:
A-Incipiente: aportaciones
Objetivo del Bosque Bosque Selva Selva Manglar Matorral Otra Matorral Pastizal Vegetación Otros Pastizal Plantación Nivel país TOTALES* Promedio de conceptuales, metodológicas
cambio / mesófilo de templado húmeda subhúmeda xerófilo vegetación costero natural halófila y tipos de inducido o forestal calificación y de datos pobres.
ecosistema, tipo montaña hidrófila gipsófila vegetación cultivado de calidad y B-En desarrollo: claro
de vegetación cantidad desarrollo en aportaciones
y país conceptuales, metodológicas
y de datos.
56, 78, 92, 122 13, 39, 41, 55, 64, 63, 90, 95 63, 78, 90, 92, 29, 50, 53, 90, 43, 70, 78, 85, 135 74, 122 74, 90 20, 24, 59, 60, C-Avanzada: avances
(C, X) 70, 71, 74, 78, (C, X) 95, 105, 115, 119, 135 88, 111, 122, 123, (C, X) (C, X) (C, X) 61, 62, 76, 91, conceptuales,
Urbanización 79, 80, 88, 114, 122 (C, X) 124 92, 100, 106 41 (C, X) avanzada, metodológicos y con datos
119, 122 (C, Y) (C, Y) (C, Y) escasa claros y ampliamente
(C, Z) reconocidos.

Criterios de cantidad:
14, 17, 18, 21, 22, 9, 13, 17, 18, 21, 1, 9, 11, 12, 14, 16, 23, 6, 7, 9, 11, 14, 16, 23, 6, 7, 8, 9, 26, 28, 2, 4, 15, 66, 77, X-Escasa: el número de citas
28, 39, 40, 46, 28, 40, 41, 45, 25, 26, 27, 28, 30, 25, 26, 28, 32, 42, 29, 42, 44, 53, 78, 85, 88, 94, 135 37, 52, 68, 74, 31, 74, 83, 84, 20, 24, 59, 60,
47, 56, 57, 58, 46, 52, 58, 68, 33, 34, 35, 36, 38, 44, 51, 54, 63, 68, 82, 87, 90, 98, 96, 98, 107, 110, (C, X) 117, 121, 122, 136 90, 136 61, 62, 76, 91, por celda es mucho menor
67, 68, 69, 78, 73, 74, 75, 78, 81, 40, 42, 44, 46, 52, 75, 78, 81, 83, 84, 108, 109, 135 111, 116, 122, 123, (C, X) (C, X) 92, 100, 106, que lo que se esperaría si
Agricultura 54, 58, 63, 68, 72, 86, 89, 90, 91, 92, 109 (C, Y) avanzada,
89, 92, 98, 120, 88, 89, 96, 98, (C, Z) 124, 136 126 todas las celdas tuvieran
75, 81, 86, 89, 90, 95, 98, 101, 105, en elaboración
122, 127, 132 99, 102, 107, 114, 107, 108, 109, 115, (C, Z) (C, Y) citas de forma equitativa.
95, 98, 101, 125, 128
(C, Z) 119, 122, 136 (C, Z) 119, 122, 125, 133 Y-En elaboración: el número
(C, Z) (C, Z) de citas por celda es igual a
1, 3, 9, 11, 12, 14, 16, 9, 14, 16, 23, 25, 26, lo que se esperaría si todas
14, 17, 28, 40, 46, 9, 17, 28, 40, 41, 23, 25, 26, 28, 30, 28, 32, 42, 44, 49, 26, 28, 29, 42, 2, 4, 28, 66, 77, 135 37, 52, 68, 104, 48, 49, 83, 84, 136 20, 24, 59, 60, las celdas tuvieran citas de
45, 46, 52, 68, 73, 33, 34, 35, 36, 38, 51, 54, 63, 65, 68,
57, 68, 69, 89, 112, 40, 42, 44, 46, 48, 75, 81, 83, 84, 86, 44, 48, 49, 53, 97, 110, 111, 112, (C, X) 117, 121, 122, 136 90, 136 (C, X) 61, 76, 91, 92, forma equitativa.
Ganadería 120, 122, 129, 132 75, 81, 89, 97, 112, 49, 52, 54, 63, 65, 89, 90, 91, 92, 93, 82, 87, 90, 116, 118, 122, 130, (C, Y) (C, X) 100, 106, 126 94 (C, Y) avanzada,
(C, Y) 114, 119, 122, 108, 135 136
Z-Amplia: el número de citas
68, 75, 81, 86, 89, 95, 97, 101, 103, 105, (C, Y) en elaboración
129, 136 90, 93, 95, 97, 101, 108, 112, 115, 118, (C, Y) (C, Y) por celda es mucho mayor
(C, Z) 113, 125, 130 119, 122, 125, 133 que lo que se esperaría si
(C, Z) (C, Z) todas las celdas tuvieran
citas de forma equitativa.
98, 112 98, 112 42, 98 42, 98, 109, 112, 19, 29, 42, 53, 87, 4, 98, 112 135
Turismo (C, X) (C, X) 98, 109, 134, 135 (C, X) Números en rojo: se
(C, X) 133 (C, X)
(asociado a (C, X) (C, Y) 12 (C, X) avanzada, refieren a trabajos que tratan
urbanización) escasa el objetivo del cambio de
uso del suelo en más de un
ecosistema y tipo de
vegetación en el país, por lo
70 108 5, 7, 8, 29, 53, 135 que el número se repite en
(C, X) (C, X) 82, 108, 135 más de una celda.
(C, X)
Acuicultura (C, Y) 9 (C, X) avanzada, * Estos totales se refieren al
escasa número de estudios que
abordan el objetivo d el
cambio de uso del suelo en
los ecosistemas, tipos de
132 131 111 vegetación y a nivel país, por
(C, X) (B, X) (C, X) lo que los números repetidos
Minería 3 (C, X) avanzada, solo cuentan como un
escasa estudio.

TOTALES* 25 (C, Y) 40 (C, Y) 44 (C, Y) 46 (C, Z) 23 (C, Y) 26 (C, Y) 1 (C, X) 9 (C, X) 8 (C, X) 1 (C, X) 12 (B, X)

Promedio de
calificación avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada,
de calidad y en elaboración en elaboración en elaboración amplia en elaboración en elaboración escasa escasa escasa escasa escasa
cantidad

116
 2. Impacto de las actividades humanas en la biodiversidad y en los ecosistemas

Cuadro 11. Efectos del cambio de uso del suelo según ecosistema, tipo de vegetación y a nivel país
Criterios de calidad:
Efectos del A-Incipiente: aportaciones
Bosque Bosque Selva Selva Manglar Matorral Otra Matorral Pastizal Vegetación Otros Pastizal Plantación Nivel país TOTALES* Promedio de
cambio de uso mesófilo de templado húmeda subhúmeda xerófilo vegetación conceptuales, metodológicas
costero natural halófila y tipos de inducido o forestal calificación
del suelo / montaña hidrófila gipsófila vegetación cultivado de calidad y
y de datos pobres.
ecosistema, tipo cantidad B-En desarrollo: claro
de vegetación desarrollo en aportaciones
y país conceptuales, metodológicas
y de datos.
9, 10, 13, 17, 18, 21, 1, 8, 11, 14, 16, 23, 6, 7, 11, 14, 16, 23, 5, 6, 7, 26, 28, 29, 2, 15, 43, 66, 70, C-Avanzada: avances
14, 17, 18, 21, 22, 28, 40, 41, 45, 46, 25, 26, 27, 28, 25, 26, 28, 32, 42, 42, 44, 48, 49, 78, 88, 91, 92, 135 68, 74, 121, 122, 7 16, 40, 48, 49, 136 20, 24, 59, 60,
Pérdida 28, 40, 46, 47, 55, 58, 64, 68, 70, 44, 48, 49, 51, 54, 50, 53, 82, 87, 96, 97, 107, 112, (B, X) 136 (C, X) 74, 83, 84, 90, (C, X) 61, 62, 76, 91, conceptuales, metodológicos
30, 40, 42, 44,
57, 58, 68, 69, 71, 73, 74, 75, 78, 63, 68, 75, 78, 83, (C, Y) 136 92, 100, 106, y con datos claros y
de
78, 92, 112, 120, 79, 80, 88, 96,
46, 48, 49, 54, 84, 90, 91, 92, 95, 90, 98, 108, 109, 116, 118, 122, 136 98 (C, Z) avanzada,
ampliamente reconocidos.
hábitat 58, 63, 68, 75, 78, 97, 98, 101, 107, 134 (C, Z) (C, Z) 126 amplia
122, 132 97, 107, 112, 114, 90, 95, 97, 101 108, 109, 112, 115, (C, Z) (B, Z)
(C, Z) 119, 122, 131, 136 (C, Z) 118, 119, 122, 133 Criterios de cantidad:
(C, Z) (C, Z) X-Escasa: el número de citas
por celda es mucho menor
94 117
(C, X)
que lo que se esperaría si
Efectos (C, X) todas las celdas tuvieran
en 2 (C, X) avanzada, citas de forma equitativa.
poblaciones escasa
Y-En elaboración: el número
de citas por celda es igual a
lo que se esperaría si todas
3, 12, 33, 34, 35, las celdas tuvieran citas de
22, 47, 56, 57, 45, 81, 89, 99, 36, 38, 63, 65, 63, 65, 81, 86, 4, 85, 94, 110, 37, 104, 31 92 forma equitativa.
Efectos 89, 127 102, 129 72, 81, 86, 89, 89, 93, 103, 125 123, 124, 117 (C, X) (C, X) Z-Amplia: el número de citas
en (C, Y) (C, Y) 93, 113, 125, (C, Z) 130 (C, X) 39 (C, X) avanzada, por celda es mucho mayor
especies 128, 130 (B, Y) escasa que lo que se esperaría si
(C, Z) todas las celdas tuvieran
citas de forma equitativa.

56, 57, 127 99, 129 35, 36, 38, 65, 65, 103 77, 130 104, 117 Números en rojo: se
Efectos (C, X) (C, X) 128, 130 (C, X) (B, X) (C, X) refieren a trabajos que tratan
en (C, Y) 15 (C, X) avanzada, los efectos del cambio de uso
comunidades escasa del suelo en más de un
ecosistema, tipo de
vegetación y a nivel país , por
lo que el número se repite en
39, 122 25, 39, 45, 73, 14, 95 14, 25, 95, 105, 111, 116 más de una celda.
Efectos (C, X) 122 (C, X) 115 (B, X) * Estos totales se refieren al
a nivel de (C, Y) (C, Y) 11 (C, X) avanzada, número de estudios que
ecosistema escasa abordan los efectos del
cambio de uso del suelo en
los ecosistemas, tipos de
vegetación y a nivel país, por
Pérdida 26, 33, 34, 35, lo que los números repetidos
de 56, 67, 98 81, 98 26, 63, 81, 133 37, 117 59 15 (C, X) avanzada,
(C, X) (C, X) 36, 63, 81 solo cuentan como un
biodiversidad (C, Y) (C, X) (C, X) escasa
(C, Z) estudio.

Cambio
de
clima

TOTALES* 26 (C, Y) 41 (C, Y) 44 (C, Z) 47 (C, Z) 19 (C, X) 26 (C, Y) 1 (B, X) 8 (C, X) 1 (C, X) 10 (C, X) 1 (C, X) 12 (B, X)

Promedio de
calificación avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, en desarrollo, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, en desarrollo,
de calidad y en elaboración en elaboración amplia amplia escasa en elaboración escasa escasa escasa escasa escasa escasa
cantidad

117
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
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 2. Impacto de las actividades humanas en la biodiversidad y en los ecosistemas

Cuadro 12. Especies invasoras en los ecosistemas según grupos taxonómicos

Grupo Bosque Bosque Bosque Bosque Matorral Desierto Agro- Vegetación Humedal, Océano Vegetación Urbano Plantaciones No definido TOTALES* Promedio de
taxonómico / templado tropical tropical mesófilo xerófilo y ecosistema riparia oasis, lago costera, calificación
ecosistema húmedo seco pastizal marisma, de calidad y
manglar, cantidad
estuario

32, 36 38 24, 25, 28, 26 39, 208 14, 35, 37 15, 16, 17, 18, 28, 29, 27, 40
(B, X) (B, X) 29, 30, 31, (B, X) (B , X) (B , Y) 19, 20, 21, 22, 34 (B , X) en desarrollo,
Plantas 33 23, 24 (C, Y) 28 (B, Y) en
vasculares (B, Z) (B, Z) elaboración

2, 4, 6 6, 7 6, 7, 1, 3, 5 8 9
(B, Y) (B, X) 10, 11 (B , Y) (B , X) (B , X)
Hongos (B, Y) 11 (B, X) en desarrollo,
escasa

12, 13
(B , X)
Algas 2 (B, X) en desarrollo,
escasa

115, 116, 117,

118, 119, 120,
Micro- 121, 122, 123, 10 (B, X) en desarrollo,
organismos 124 escasa
(B, Z)

56, 74 57, 66, 73, 59, 72, 75, 59, 64, 76, 51, 53, 60, 67, 70, 215 52, 54, 61, 69 49, 50, 58,
(B, X) 83, 90 76, 79, 81, 78, 79, 81, 68, 69, 71, 76, (B, X) 62, 64 (C, X) 63, 65, 82
Insectos (B, Z) 84, 85, 87, 84, 85, 87, 77, 80, 81, 84, (B, Z) (B, Z) 45 (B, Z) en desarrollo,
88, 89, 90 88, 89, 91, 85, 86, 87, amplia
(C, Z) 92 88, 89, 93
(C, Z) (B, Z)

104, 112 104, 113

(B, Z) (B, Z)
Crustáceos 3 (B, X) en desarrollo,
escasa

104 105
(B, Z) (B, X)
Cnidarios 2 (B, X) en desarrollo,
escasa

125
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 12. Especies invasoras en los ecosistemas según grupos taxonómicos (continuación)

Grupo Bosque Bosque Bosque Bosque Matorral Desierto Agro- Vegetación Humedal, Océano Vegetación Urbano Plantaciones No definido TOTALES* Promedio de
taxonómico / templado tropical tropical mesófilo xerófilo y ecosistema riparia oasis, lago costera, calificación
ecosistema húmedo seco pastizal marisma, de calidad y
manglar, cantidad
estuario

104, 210 104

(B, Z) (B, X)
Ascidias 2 (C, X) avanzada,
escasa

104
(B, Y)
Ectoproctos 1 (C, X) avanzada,
escasa

97, 100 96, 98, 99

(B, X) (B, Y)
Lombrices 5 (B, X) en desarrollo,
escasa

101, 102, 103 104, 114

(B, Y) (B, Y)
Moluscos 5 (B, X) en desarrollo,
escasa

185, 186, 187, 188, 190

189 (B, X)
Peces (B, Y) 6 (B, X) en desarrollo,
marinos escasa

95, 104, 131, 132, 95, 104, 127, 128,

133, 140, 141, 142, 129, 130, 131, 135, 50, 104, 131,
143, 148, 149, 150, 137, 138, 139, 143, 136, 162, 164,
145, 146, 147, 148,
Peces dulce- 151, 153, 155, 156, 151, 152, 158, 161, 175 50 (B, Z) en desarrollo,
acuícolas 157, 161, 162, 168, 162, 163, 164, 165, (C, Z)
173, 175, 176, 177 169, 170, 171, 174, amplia
(B, Z) 175, 176, 177, 178,
180, 181, 182
(B, Z)

41, 44, 47 41, 47 41, 44, 46, 47 20, 25, 26, 28,
(C, Y) (C, X) (C, Z) 31, 33
Anfibios (B, Z) 10 (B, X) en desarrollo,
escasa

126
 2. Impacto de las actividades humanas en la biodiversidad y en los ecosistemas

Cuadro 12. Especies invasoras en los ecosistemas según grupos taxonómicos (continuación)
Criterios de calidad:
A-Incipiente: aportaciones conceptuales,
Grupo Bosque Bosque Bosque Bosque Matorral Desierto Agro- Vegetación Humedal, Océano Vegetación Urbano Plantaciones No definido TOTALES* Promedio de metodológicas y de datos pobres.
taxonómico / templado tropical tropical mesófilo xerófilo y ecosistema riparia oasis, lago costera, calificación B-En desarrollo: claro desarrollo en aportaciones
ecosistema húmedo seco pastizal marisma, de calidad y conceptuales, metodológicas y de datos.
manglar, cantidad C-Avanzada: avances conceptuales,
estuario metodológicos y con datos claros y ampliamente
reconocidos.

210 210 209, 211, Criterios de cantidad:

(C, X) (C, X) 212, 213, X-Escasa: el número de citas por celda es mucho
Reptiles 214 6 (B, X) en desarrollo, menor que lo que se esperaría si todas las celdas
(B, Z) escasa tuvieran citas de forma equitativa.
Y-En elaboración: el número de citas por celda
es igual a lo que se esperaría si todas las
celdas tuvieran citas de forma equitativa.
Z-Amplia: el número de citas por celda es
198 192, 194, 192, 194, 195, 193, 195, 196, mucho mayor que lo que se esperaría si todas
(C, X) 206, 207 198, 207 197, 199, las celdas tuvieran citas de forma equitativa.
Aves (C, Y) (C, Z) 200, 201, 13 (B, X) en desarrollo,
205 escasa
Números en rojo: se refieren a trabajos que
(B, Z) tratan las especies invasoras por grupos
taxonómicos en más de un ecosistema, por
lo que el número se repite en más de una celda.
126, 189 126 126 126 126 126 * Estos totales se refieren al número de estudios
(B, Y) (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) que abordan las especies invasoras por
Mamíferos 2 (C, X) avanzada, grupos taxonómicos en los ecosistemas,
escasa por lo que los números repetidos solo
cuentan como un estudio.

TOTALES* 9 (B, X) 8 (C, X) 4 (C, X) 5 (C, X) 23 (C, X) 16 (C, X) 39 (B, Y) 35 (B, Y) 47 (B, Y) 9 (B, X) 14 (B, X) 11 (C, X) 5 (B, X) 32 (B, Y)

Promedio de
calificación en desarrollo, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, avanzada, en desarrollo, en desarrollo,
de calidad y escasa escasa escasa escasa escasa escasa en en en escasa escasa escasa escasa en
cantidad elaboración elaboración elaboración elaboración

127
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
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Cuadro 12
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 2. Impacto de las actividades humanas en la biodiversidad y en los ecosistemas

Cuadro 13. Zoonosis por vector según ecosistema

Cambio global Ecosistemas terrestres Aguas interiores

y biodiversidad TOTALES* Promedio de
calificación
de calidad y
Zoonosis por Revisiones Bosque de Bosque de Bosque de Bosque Selva Selva Matorral Mezquital Pastizal Desierto Agro- Urbano Plantaciones Manglar y Río Lago Presa Laguna Ecosistemas cantidad
vector / experimentos coníferas encinos coníferas y mesófilo de perennifolia caducifolia xerófilo ecosistema rural otros de pastos
ecosistema latifoliadas montaña y y humedales marinos
subperenni- subcaduci-
folia folia

2 3 1, 4
(B, Y) (B, Y) (B, Z)
Paludismo 4 (B, X) en desarrollo,
escasa

27 1, 2, 7, 8, 9, 10,
(B, Y) 11, 13, 14, 15,
Dengue 16, 17, 18, 19, 21 (B, Y) en desarrollo,
20, 21, 22, 23, en elaboración
24, 25, 26
(B, Z)

32 28, 29, 31, 34

(B, Y) 30, 33 (B, Z)
Oncocercosis (B, Z) 7 (B, X) en desarrollo,
escasa

35
(B, Y)
Leishmaniosis 1 (B, X) en desarrollo,
escasa

36, 37, 38, 39,

40, 41, 42
Ricketsiosis (B, Z) 7 (B, X) en desarrollo,
escasa

47, 48 45 43, 44, 45,

(B, Z) (C, Y) 50, 51, 52
Lyme (B, Z) 8 (B, X) en desarrollo,
escasa

53, 54, 55, 57,

58, 59, 60, 61,
Leptospirosis 62 9 (B, X) en desarrollo,
(B, Z) escasa

137
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 13. Zoonosis por vector según ecosistema (continuación)

Cambio global Ecosistemas terrestres Aguas interiores

y biodiversidad

Zoonosis por Revisiones Bosque de Bosque de Bosque de Bosque Selva Selva Matorral Mezquital Pastizal Desierto Agro- Urbano Plantaciones Manglar y Río Lago Presa Laguna Ecosistemas TOTALES* Promedio de
vector / experimentos coníferas encinos coníferas y mesófilo de perennifolia caducifolia xerófilo ecosistema rural otros de pastos calificación
ecosistema latifoliadas montaña y y humedales marinos de calidad y
subperenni- subcaduci- cantidad
folia folia

63, 64 64 64, 68, 69, 70 64 64 65 63, 64, 65, 67, 66

(C, Z) (C, Y) (C, Z) (C, Y) (C, Y) (C, Y) 69, 70, 71 (B, Y)
West Nile (C, Z) 9 (C, Y) avanzada,
en elaboración

TOTALES* 2 (B, X) 4 (B, X) 3 (C, X) 11 (B, Z) 1 (C, X) 1 (C, X) 1 (C, X) 47 (B, Z) 2 (B, X) 4 (B, X)

Promedio de
calificación en desarrollo, en desarrollo, avanzada, en desarrollo, avanzada, avanzada, avanzada, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo,
de calidad y escasa escasa escasa amplia escasa escasa escasa amplia escasa escasa
cantidad

Criterios de calidad:
A-Incipiente: aportaciones conceptuales, metodológicas y de datos pobres.
B-En desarrollo: claro desarrollo en aportaciones conceptuales, metodológicas y de datos.
C-Avanzada: avances conceptuales, metodológicos y con datos claros y ampliamente reconocidos.

Criterios de cantidad:
X-Escasa: el número de citas por celda es mucho menor que lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa.
Y-En elaboración: el número de citas por celda es igual a lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa.
Z-Amplia: el número de citas por celda es mucho mayor que lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa.

Números en rojo: se refieren a trabajos que tratan la zoonosis por vector en más de un ecosistema, por lo que el número se repite en más de una celda.
* Estos totales se refieren al número de estudios que abordan la zoonosis por vector en los ecosistemas, por lo que los números repetidos solo cuentan como un estudio.

138
 2. Impacto de las actividades humanas en la biodiversidad y en los ecosistemas

Cuadro 14. Enfermedades que afectan a la biodiversidad según ecosistema

Cambio global Ecosistemas terrestres Aguas interiores

y biodiversidad

Enfermedades Revisiones Bosque de Bosque de Bosque de Bosque Selva Selva Matorral Mezquital Pastizal Desierto Agro- Urbano Plantaciones Manglar y Río Lago Presa Laguna Ecosistemas TOTALES* Promedio de
/ ecosistema experimentos coníferas encinos coníferas y mesófilo de perennifolia caducifolia xerófilo ecosistema rural otros de pastos calificación
latifoliadas montaña y y humedales marinos de calidad y
subperenni- subcaduci- cantidad
folia folia

169, 170, 171, 172, 173,

174, 175, 176, 177, 178, 172, 192, 194 176, 185, 188
179, 180, 181, 182, 183, (C, X) (C, X) en
Rabia 184, 185, 186, 187, 188, 34 (B, X) desarrollo,
189, 191, 192, 193, 194, escasa
195, 196, 197, 199, 200,
201, 202, 203, 204
(B, Z)

2, 205, 214, 217, 224, 231 231 217 214, 226 2 2, 205
226, 231 (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) (C, X)
Parásitos (C, X) 7 (C, X) avanzada,
escasa

63, 65, 207, 208, 209, 231 208 231

211, 213, 215, 218, 219, (C, X) (C, X) (C, X) en
Virus 223, 225, 227, 228, 16 (B, X) desarrollo,
229, 231 escasa
(B, Y)

216 216 218

(C, X) (C, X) (B, X)
Otras 2 (C, X) avanzada,
escasa

72, 73
(B, X) en
Escabiosis 2 (B, X) desarrollo,
(sarna) escasa

139
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 14. Enfermedades que afectan a la biodiversidad según ecosistema (continuación)

Cambio global
Ecosistemas terrestres Aguas interiores
y biodiversidad

Enfermedades Revisiones Bosque de Bosque de Bosque de Bosque Selva Selva Matorral Mezquital Pastizal Desierto Agro- Urbano Plantaciones Manglar y Río Lago Presa Laguna Ecosistemas TOTALES* Promedio de
/ ecosistema experimentos coníferas encinos coníferas y mesófilo de perennifolia caducifolia xerófilo ecosistema rural otros de pastos calificación
latifoliadas montaña y y humedales marinos de calidad y
subperenni- subcaduci- cantidad
folia folia

74, 75, 76 75, 76

(C, X) (C, X)
Hantavirus avanzada,
3 (C, X)
escasa

76
(C, X)
Babeiosis 1 (C, X) avanzada,
bovina escasa

77, 78 77, 78 78 78 78 78 78, 81 78 78 101 80

(C, X) (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) (B, X) (C, X) (C, X) (B, X) (B, X)
Bacterias
5 (C, X) avanzada,
en reptiles
escasa

92, 93, 96, 97, 98, 99, 102 , 110 102, 110 103 94, 108, 110 108, 110, 116, 108, 110 110 90, 103 79, 87 79, 87 79, 87, 89, 79, 87 88, 91, 103, 105, 112, 119
100, 104, 106, 107, (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) 117, 118 (C, X) (C, X) (B, X) (C, X) (C, X) 94, 113 (C, X) 109, 114 (B, X)
Parasitosis 111, 115 (B, X) (C, X) (B, X) 32 (B, X) en desarrollo,
en reptiles (B, X) escasa

86 86 86 86 82 86 83 82, 83 84, 85
(C, X) (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) (B, X)
Virus 5 (C, X) avanzada,
en reptiles escasa

140
 2. Impacto de las actividades humanas en la biodiversidad y en los ecosistemas

Cuadro 14. Enfermedades que afectan a la biodiversidad según ecosistema (continuación)

Cambio global
Ecosistemas terrestres Aguas interiores
y biodiversidad

Enfermedades Revisiones Bosque de Bosque de Bosque de Bosque Selva Selva Matorral Mezquital Pastizal Desierto Agro- Urbano Plantaciones Manglar y Río Lago Presa Laguna Ecosistemas TOTALES* Promedio de
/ ecosistema experimentos coníferas encinos coníferas y mesófilo de perennifolia caducifolia xerófilo ecosistema rural otros de pastos calificación
latifoliadas montaña y y humedales marinos de calidad y
subperenni- subcaduci- cantidad
folia folia

120 120 120, 126, 128 120 120, 126, 128 128 128 128 123 126 128 126, 128
Parasitosis (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) (B, X) (C, X) (C, X) (C, X) 4 (C, X) avanzada,
en anfibios escasa

121, 122, 125 121, 125 121, 122, 125 122 121, 125
(C, X) (C, X) (C, X) (C, X) (C, X)
Micosis 3 (C, X) avanzada,
en anfibios escasa
(BD)

TOTALES* 69 (B, X) 7 (C, X) 6 (C, X) 9 (C, X) 4 (C, X) 6 (C, X) 12 (C, X) 8 (C, X) 3 (C, X) 10 (C, X) 10 (C, X) 2 (C, X) 5 (C, X) 4 (C, X) 5 (C, X) 2 (C, X) 10 (B, X) 7 (B, X)

Promedio de
calificación en desarrollo, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, en desarrollo, en desarrollo,
de calidad y escasa escasa escasa escasa escasa escasa escasa escasa escasa escasa escasa escasa escasa escasa escasa escasa escasa escasa
cantidad

Criterios de calidad:
A-Incipiente: aportaciones conceptuales, metodológicas y de datos pobres.
B-En desarrollo: claro desarrollo en aportaciones conceptuales, metodológicas y de datos.
C-Avanzada: avances conceptuales, metodológicos y con datos claros y ampliamente reconocidos.

Criterios de cantidad:
X-Escasa: el número de citas por celda es mucho menor que lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa.
Y-En elaboración: el número de citas por celda es igual a lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa.
Z-Amplia: el número de citas por celda es mucho mayor que lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa.

Números en rojo: se refieren a trabajos que tratan las enfermedades que afectan a la biodiversidad en más de un ecosistema, por lo que el número se repite en más de una celda.
* Estos totales se refieren al número de estudios que abordan las enfermedades que afectan a la biodiversidad en los ecosistemas, por lo que los números repetidos solo cuentan como un estudio.

141
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 15. Enfermedades por vectores que afectan a la flora según ecosistema terrestre

Cambio global
Ecosistemas terrestres Aguas interiores
y biodiversidad

Enfermedades Revisiones Bosque de Bosque de Bosque de Bosque Selva Selva Matorral Mezquital Pastizal Desierto Agro- Urbano Plantaciones Manglar y Río Lago Presa Laguna Ecosistemas TOTALES* Promedio de
por vector / experimentos coníferas encinos coníferas y mesófilo de perennifolia caducifolia xerófilo ecosistema rural otros de pastos calificación
ecosistema latifoliadas montaña y y humedales marinos de calidad y
subperenni- subcaduci- cantidad
folia folia

Enferme-
129, 136, 137,
dades
138, 140, 153
foliares 6 (C, Z) avanzada
(C, Z)
(mancha, amplia
cenicilla, roya,
antracnosis)

129, 139
(B, Z) en
2 (B, Y) desarrollo,
en
elaboración

129, 136
(C, Z) avanzada,
2 (C, Y) en
elaboración

142
 2. Impacto de las actividades humanas en la biodiversidad y en los ecosistemas

Cuadro 15. Enfermedades por vectores que afectan a la flora según ecosistema terrestre

Cambio global
Ecosistemas terrestres Aguas interiores
y biodiversidad

Enferme- Revisiones Bosque de Bosque de Bosque de Bosque Selva Selva Matorral Mezquital Pastizal Desierto Agro- Urbano Plantaciones Manglar y Río Lago Presa Laguna Ecosistemas TOTALES* Promedio de
dades por experimentos coníferas encinos coníferas y mesófilo de perennifolia caducifolia xerófilo ecosistema rural otros de pastos calificación
vector / latifoliadas montaña y y humedales marinos de calidad y
ecosistema subperenni- subcaduci- cantidad
folia folia

131, 134 131, 134, 131, 134

(C, Z) 167, 168 (C, Z)
(B, Z) 4 (C, Z) avanzada,
amplia

Declinamiento 132, 133, 132

del encino por 153 (C, Z)
hongos, (C, Z) 3 (C, Z) avanzada,
nematodos e amplia
insectos

Declinamiento
agudo del
encino

140 140
(C, Z) (C, Z)
1 (C, Y) avanzada,
en
elaboración

143
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 15. Enfermedades por vectores que afectan a la flora según ecosistema terrestre

Cambio global
Ecosistemas terrestres Aguas interiores
y biodiversidad

Enferme- Revisiones Bosque de Bosque de Bosque de Bosque Selva Selva Matorral Mezquital Pastizal Desierto Agro- Urbano Plantaciones Manglar y Río Lago Presa Laguna Ecosistemas TOTALES* Promedio de
dades por experimentos coníferas encinos coníferas y mesófilo de perennifolia caducifolia xerófilo ecosistema rural otros de pastos calificación
vector / latifoliadas montaña y y humedales marinos de calidad y
ecosistema subperenni- subcaduci- cantidad
folia folia

Bur oak blight

Clorosis
(deficiencia de
hierro en
suelos con pH
alto)

144
 2. Impacto de las actividades humanas en la biodiversidad y en los ecosistemas

Cuadro 15. Enfermedades por vectores que afectan a la flora según ecosistema terrestre

Cambio global
Ecosistemas terrestres Aguas interiores
y biodiversidad

Enferme- Revisiones Bosque de Bosque de Bosque de Bosque Selva Selva Matorral Mezquital Pastizal Desierto Agro- Urbano Plantaciones Manglar y Río Lago Presa Laguna Ecosistemas TOTALES* Promedio de
dades por experimentos coníferas encinos coníferas y mesófilo de perennifolia caducifolia xerófilo ecosistema rural otros de pastos calificación
vector / latifoliadas montaña y y humedales marinos de calidad y
ecosistema subperenni- subcaduci- cantidad
folia folia

TOTALES* 2 (C, Y) 13 (C, Z) 4 (C, Z)

Promedio de
calificación avanzada, avanzada, avanzada,
de calidad y en amplia amplia
cantidad elaboración

Criterios de calidad:
A-Incipiente: aportaciones conceptuales, metodológicas y de datos pobres.
B-En desarrollo: claro desarrollo en aportaciones conceptuales, metodológicas y de datos.
C-Avanzada: avances conceptuales, metodológicos y con datos claros y ampliamente reconocidos.

Criterios de cantidad:
X-Escasa: el número de citas por celda es mucho menor que lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa.
Y-En elaboración: el número de citas por celda es igual a lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa.
Z-Amplia: el número de citas por celda es mucho mayor que lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa.

Números en rojo: se refieren a trabajos que tratan las enfermedades por vector que afectan a las plantas en más de un ecosistema, por lo que el número se repite en más de una celda.
* Estos totales se refieren al número de estudios que abordan las enfermedades por vector que afectan a las plantas en los ecosistemas, por lo que los números repetidos solo cuentan como un estudio.

145
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 16. Efectos de las enfermedades en los individuos, en las poblaciones y en la riqueza de las especies según ecosistema

Cambio global
y biodiversidad Ecosistemas terrestres

Efectos Revisiones Bosque de Bosque de Bosque de Bosque Selva Selva Matorral Mezquital Pastizal Desierto Agro- Urbano Plantaciones Manglar y TOTALES* Promedio de
de las experimentos coníferas encinos coníferas y mesófilo de perennifolia caducifolia xerófilo ecosistema rural otros calificación
enferme- latifoliadas montaña y sub- y sub- humedales de calidad y
dades / perennifolia caducifolia cantidad
ecosistemaa

65, 92, 93, 96, 97, 98, 99, 100, 104, 106, 107, 77, 78, 86, 77, 78, 79, 86, 102, 110, 120, 121, 122, 125, 129, 131, 132, 86, 102, 110, 86, 120, 121, 35, 64, 65, 64, 94, 108, 55, 59, 60, 64 64, 108, 1, 2, 3, 5, 7, 65, 110, 121, 33, 36, 37, 38, 126 2, 66, 83, 84,
111, 115, 174, 175, 176, 180, 181, 182, 183, 185, 120, 121, 122, 133, 134, 135, 136, 137, 138, 139, 140, 141, 142, 120, 121, 122, 122, 231 82, 103, 120, 110, 128, 231 61, 108, 110, (C, X) 110 8, 9 125, 128, 194 39, 40, 41, 42, (C, X) 85, 87, 88
En los 186, 188, 189, 191, 194, 200, 211, 214, 125 143, 144, 147, 148, 149, 150, 151, 153, 125, 126, 128 (C, X) 126, 128 (C, X) 116, 117, 118 (C, X) (B, X) (C, X) 54, 55, 58, 60, (B, X)
81, 90, 103, 115 (C, Y) avanzada,
individuos 226, 228, 229, 231 (C, X) 156, 157, 158, 159, 160, 166, 167 (C, Y) (C, X) (C, Y) en elaboración
123, 176, 185,
(C, Z) (B, Z) 188, 214, 226
(C, Z)

2, 63, 92, 93, 96, 97, 98, 99, 100, 104, 106, 77, 78, 86, 77, 78, 79, 86, 102, 110, 120, 121, 122, 125, 129, 131, 132, 86, 102, 110, 86, 120, 32, 82, 103, 72, 73, 74, 59, 75, 76, 108, 110 9 110, 121, 28, 29, 30, 38, 126 172
107, 111, 115, 169, 172, 175, 178, 179, 182, 184, 120, 121, 122, 133, 134 120, 121, 122, 121, 122, 231 120, 126, 128 75, 76, 94, 108, 116, 117, (C, X) (C, X) 125, 128, 172, 40, 42, 53, 54, (C, X) (C, X)
En las 186, 187, 188, 191, 193, 194, 203, 204, 205, 125 (C, Y) 125, 126, 128 (C, X) (C, X) 108, 110, 128, 118, 216 194, 217, 218 55, 57, 58, 59, 96 (C, Y) avanzada,
poblaciones 209, 214, 215, 216, 217, 218, 220 (C, X) (C, Y) 231 (C, X) (C, X) 60, 61, 62, 81, en elaboración
224, 225, 227, 229, 231 (C, Y) 90, 103, 123,
(C, Z) 188, 214
(C, Z)

63, 65, 192, 205, 206, 208, 213, 220 208 192
En la riqueza (C, Y) (C, X) (C, X)
de las 8 (C, X) avanzada,
especies escasa

TOTALES* 58 (C, Z) 7 (C, X) 38 (B, Z) 9 (C, X) 5 (C, X) 10 (C, X) 10 (C, X) 12 (C, X) 1 (C, X) 3 (C, X) 7 (B, X) 10 (C, X) 30 (C, Y) 1 (C, X) 8 (C, X)

Promedio de
calificación avanzada, avanzada, en desarrollo, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, en desarrollo, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada,
de calidad y amplia escasa amplia escasa escasa escasa escasa escasa escasa escasa escasa escasa en escasa escasa
cantidad elaboración

146
 2. Impacto de las actividades humanas en la biodiversidad y en los ecosistemas

Cuadro 16. Efectos de las enfermedades en los individuos, en las poblaciones y en la riqueza de las especies según ecosistema (continuación)
Criterios de calidad:
Cambio global A-Incipiente: aportaciones conceptuales,
Aguas interiores metodológicas y de datos pobres.
y biodiversidad
B-En desarrollo: claro desarrollo en aportaciones
conceptuales, metodológicas y de datos.
C-Avanzada: avances conceptuales, metodológicos y
Efectos de las Río Lago Presa Laguna Ecosistemas TOTALES* Promedio de
con datos claros y ampliamente reconocidos.
enfermedades / de pastos calificación
ecosistema marinos de calidad y
Criterios de cantidad:
cantidad
X-Escasa: el número de citas por celda es mucho
menor que lo que se esperaría si todas las celdas
tuvieran citas de forma equitativa.
Y-En elaboración: el número de citas por celda es
31, 87, 88, 82, 87, 88, 87, 88 80, 82, 83, 84, 85, 105,
igual a lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran
101, 128 89, 91, 94, (C, X) 88, 91, 103, 112, 119, 205
citas de forma equitativa.
En los individuos (C, X) 113 109, 114, 126, (C, X) 22 (C, X) avanzada, Z-Amplia: el número de citas por celda es mucho
(C, X) 128 escasa mayor que lo que se esperaría si todas las celdas
(C, Y)
tuvieran citas de forma equitativa.

Números en rojo: se refieren a trabajos que tratan los

34, 87, 82, 87, 88, 87, 88 80, 82, 83, 2, 84, 85, efectos de las enfermedades en los individuos, en las
88, 101, 89, 91, 94, (C, X) 88, 91, 103, 105, 112, 119, poblaciones y en la riqueza de estas últimas en más
En las poblaciones (C, X) 113 109, 114, 126, 205 23 (C, X) avanzada, de un ecosistema, por lo que el número se repite en
(C, X) 128 (C, X) escasa más de una celda.
(C, Y) * Estos totales se refieren al número de estudios que
abordan los efectos de las enfermedades en los
individuos, en las poblaciones y en la riqueza de
estas según los ecosistemas, por lo que los números
205
repetidos solo cuentan como un estudio.
(C, X)
En la riqueza 1 (C, X) avanzada,
de las especies escasa

TOTALES* 6 (C, X) 7 (C, X) 2 (C, X) 10 (C, Y) 7 (C, X)

Promedio de calificación avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada,

de calidad y cantidad escasa escasa escasa en escasa
elaboración

147
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 17. Efectos de las enfermedades a nivel molecular, bioquímico, fisiológico, genético e inmunológico según ecosistema

Cambio global
Ecosistemas terrestres Aguas interiores
y biodiversidad

Efectos de Revisiones Bosque de Bosque de Bosque de Bosque Selva Selva Matorral Mezquital Pastizal Desierto Agro- Urbano Plantaciones Manglar y Río Lago Presa Laguna Ecosistemas TOTALES* Promedio de
las eferme- experimentos coníferas encinos coníferas y mesófilo de perennifolia caducifolia xerófilo ecosistema rural otros de pastos calificación
dades / latifoliadas montaña y sub- y sub- humedales marinos de calidad y
ecosistema perennifolia caducifolia cantidad

173, 175, 178, 65 64 55, 59, 61 64 64 1, 2, 3, 8 65 57, 185, 226 66

181, 185, 186, (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) (C, Y) (C, X) (C, X) (C, X)
Efectos 191, 193, 201, 22 (C, X) avanzada,
moleculares 219, 226 escasa
(B, Z)

Efectos
bioquímicos

92, 93, 96, 97, 98, 77, 78, 86, 77, 78, 79, 86, 86, 102, 110, 86, 120, 32, 82, 103, 94, 108, 108, 110, 116, 108, 110 110, 121, 28, 29, 30, 126 83, 84, 85, 31, 34, 87, 82, 87, 88, 87, 88 80, 82, 83, 84, 85, 105,
99, 100, 104, 106, 120, 121, 122, 102, 110, 120, 120, 121, 122, 121, 122 120, 126, 128 110, 128 117, 118 (C, X) 125, 128 33, 81, 90, (C, X) 87, 88 88, 101, 128 89, 91, 94, (C, X) 88, 91, 103, 112, 119 avanzada,
Efectos 107, 111, 115, 170, 125 121, 122, 125, 125, 126, 128 (C, X) (C, Y) (C, X) (C, Y) (C, X) 103, 123 (C, Y) (C, Y) 113 109, 114, 126, (C, Y) 64 (C, Y) en
fisiológicos 172, 177 (C, Y) 129, 131, 132, (C, Z) (B, Y) (C, Y) 128 elaboración
(C, Z) 133, 134 (C, Z)
(C, Z)

176, 180, 196, 65, 208 64 55, 60, 61 64 64 1, 2, 3, 65 123, 176 66 205
205, 208 (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) 7, 8 (C, X) (C, X) (C, X) (C, X)
Efectos (C, Y) (C, Y) 17 (C, X) avanzada,
genéticos escasa

2, 92, 93, 96, 97,

77, 78, 86, 77, 78, 79, 86, 86, 102, 110, 86, 120, 64, 65, 82, 45, 64, 94, 43, 44, 45, 64 64, 108, 1, 2, 3, 65, 110, 121, 54, 55, 57, 126 2, 66, 83, 84, 87, 88, 82, 87, 88, 87, 88 80, 82, 83, 2, 84, 85,
98, 99, 100, 104,
Efectos 106, 107, 111, 115, 120, 121, 102, 110, 120, 120, 121, 122, 121, 122, 231 103, 120, 108, 110, 128, 50, 51, 52, (C, X) 110 5, 8 125, 128, 217 58, 59, 60, (C, X) 85, 87, 88, 101, 128 89, 91, 94, (C, X) 88, 91, 103, 105, 112, 119 avanzada,
inmunoló- 170, 173, 175, 177, 122, 125 121, 122, 125 125, 126, 128 (C, Y) 126, 128 231 55, 60, 61, (C, X) (C, Y) (C, Y) 61, 62, 81, (C, Y) (C, X) 113 109, 114, 126, (C, Y) 87 (C, Y) en
gicos 179, 182, 186, 188, (C, Y) (C, Z) (C, Z) (C, Y) (C, Y) 108, 110, 116, 90, 103, (C, Y) 128 elaboración
201, 211, 213, 217, 117, 118 123, 188 (C, Z)
219, 228, 229, 231 (C, Z) (C, Z)
(C, Z)

TOTALES* 42 (C, Z) 7 (C, X) 15 (C, Y) 9 (C, X) 5 (C, X) 9 (C, X) 8 (C, X) 15 (C, Y) 1 (C, X) 3 (C, X) 6 (C, X) 6 (C, X) 20 (C, Y) 1 (C, X) 7 (C, X) 6 (C, X) 7 (C, X) 2 (C, X) 10 (C, Y) 7 (C, X)

Promedio de
calificación avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada,
de calidad y amplia escasa en escasa escasa escasa escasa en escasa escasa escasa escasa en escasa escasaa escasa escasa escasa en escasa
cantidad elaboración elaboración elaboración elaboración

Criterios de calidad:
A-Incipiente: aportaciones conceptuales, metodológicas y de datos pobres.
B-En desarrollo: claro desarrollo en aportaciones conceptuales, metodológicas y de datos.
C-Avanzada: avances conceptuales, metodológicos y con datos claros y ampliamente reconocidos.
Criterios de cantidad:
X-Escasa: el número de citas por celda es mucho menor que lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa.
Y-En elaboración: el número de citas por celda es igual a lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa.
Z-Amplia: el número de citas por celda es mucho mayor que lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa.
Números en rojo: se refieren a trabajos que tratan los efectos de las enfermedades a nivel molecular, bioquímico, fisiológico, genético e inmunológico en más de un ecosistema, por lo que el número se repite en más de una celda.
* Estos totales se refieren al número de estudios que abordan los efectos de las enfermedades a nivel molecular, bioquímico, fisiológico, genético e inmunológico según los ecosistemas, por lo que los números repetidos solo cuentan como un estudio.

148
 2. Impacto de las actividades humanas en la biodiversidad y en los ecosistemas

Cuadro 18. Manifestación de las enfermedades en las plantas según ecosistema terrestre

Cambio global
Ecosistemas terrestres Aguas interiores
y biodiversidad

Manifestación Revisiones Bosque de Bosque de Bosque de Bosque Selva Selva Matorral Mezquital Pastizal Desierto Agro- Urbano Plantaciones Manglar y Río Lago Presa Laguna Ecosistemas TOTALES* Promedio de
de las experimentos coníferas encinos coníferas y mesófilo de perennifolia caducifolia xerófilo ecosistema rural otros de pastos calificación
enfermedades latifoliadas montaña y sub- y sub- humedales marinos de calidad y
/ ecosistema perennifolia caducifolia cantidad

130, 135, 161

(C, Z)
Sobrevivencia 3 (C, X) avanzada,
de plántulas escasa

129, 136, 138

Muerte de
(C, Z)
hojas, brotes, 3 (C, X) avanzada,
ramas y escasa
ramillas

Salud del árbol

debilitada, 129, 131, 132,
susceptibilidad al 133, 134, 139 avanzada,
ataque de (C, Z) 6 (C, Y) en
patógenos y elaboración
organismos
oportunistas

Pérdida de follaje, 129, 131, 132,

decoloración y 133, 134, 139 avanzada,
marchitamiento, (C, Z) 6 (C, Y) en
muerte regresiva,
elaboración
cancros en el
tronco

129, 130, 154

Muerte (C, Z)
de la 3 (C, X) avanzada,
bellota escasa

129, 130, 154,

156, 159, 160,
avanzada,
162, 164, 165 9 (C, Y) en
(C, Z) elaboración

149
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 18. Manifestación de las enfermedades en las plantas según ecosistema terrestre (continuación)

Cambio global
Ecosistemas terrestres Aguas interiores
y biodiversidad

Manifestación Revisiones Bosque de Bosque de Bosque de Bosque Selva Selva Matorral Mezquital Pastizal Desierto Agro- Urbano Plantaciones Manglar y Río Lago Presa Laguna Ecosistemas TOTALES* Promedio de
de las experimentos coníferas encinos coníferas y mesófilo de perennifolia caducifolia xerófilo ecosistema rural otros de pastos calificación
enfermedades latifoliadas montaña y sub- y sub- humedales marinos de calidad y
/ ecosistema perennifolia caducifolia cantidad

129, 138, 147,

Defoliación 156, 158 avanzada,
por (C, Z) 5 (C, Y) en
insectos elaboración

Daños en 135, 157

ramas y (B, Z)
ramillas por 2 (B, X) en desarrollo,
insectos escasa
chupadores
de savia

135, 142, 149,

150, 151, 153, en desarrollo,
Barrenación 7 (B, Y) en
159
del fuste elaboración
(B, Z)

141, 153 129, 141, 152,

Parasitismo (C, Z) 153, 155 avanzada,
por (C, Z) 5 (C, Y) en
muérdagos elaboración

Parasitismo
por musgos

143
Destrucción (B, Z)
de la madera 1 (B, X) en desarrollo,
escasa
por hongos

150
 2. Impacto de las actividades humanas en la biodiversidad y en los ecosistemas

Cuadro 18. Manifestación de las enfermedades en las plantas según ecosistema terrestre (continuación)
Cambio global
Ecosistemas terrestres Aguas interiores
y biodiversidad

Manifestación Revisiones Bosque de Bosque de Bosque de Bosque Selva Selva Matorral Mezquital Pastizal Desierto Agro- Urbano Plantaciones Manglar y Río Lago Presa Laguna Ecosistemas TOTALES* Promedio de
de las experimentos coníferas encinos coníferas y mesófilo de perennifolia caducifolia xerófilo ecosistema rural otros de pastos calificación
enfermedades latifoliadas montaña y sub- y sub- humedales marinos de calidad y
perennifolia caducifolia cantidad
/ ecosistema

135, 144, 146,

Daño foliar 147, 156, 158, avanzada,
por insectos 159, 160 8 (C, Y) en
minadores y (C, Z) elaboración
agalleros

145
Daño a brotes (B, Z)
y yemas por 1 (B, X) en desarrollo,
insectos escasa
agalleros

163, 165
Daño a (B, Z)
bellotas por 2 (B, X) en desarrollo,
insectos escasa
agalleros

Parasitismo
por líquenes

166
(B, Z)
1 (B, X) en desarrollo,
escasa

TOTALES* 2 (C, X) 35 (C, Z)

Promedio de
calificación avanzada, avanzada,
de calidad y escasa amplia
cantidad

Criterios de calidad:
A-Incipiente: aportaciones conceptuales, metodológicas y de datos pobres.
B-En desarrollo: claro desarrollo en aportaciones conceptuales, metodológicas y de datos.
C-Avanzada: avances conceptuales, metodológicos y con datos claros y ampliamente reconocidos.
Criterios de cantidad:
X-Escasa: el número de citas por celda es mucho menor que lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa.
Y-En elaboración: el número de citas por celda es igual a lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa.
Z-Amplia: el número de citas por celda es mucho mayor que lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa.
Números en rojo: se refieren a trabajos que tratan la manifestación de las enfermedades en más de un ecosistema, por lo que el número se repite en más de una celda.
* Estos totales se refieren al número de estudios que abordan la manifestación de las enfermedades según los ecosistemas, por lo que los números repetidos solo cuentan como un estudio.

151
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 19. Efectos de las enfermedades en procesos ecosistémicos según ecosistema terrestre

Cambio global
Ecosistemas terrestres Aguas interiores
y biodiversidad

Efectos de las Revisiones Bosque de Bosque de Bosque de Bosque Selva Selva Matorral Mezquital Pastizal Desierto Agro- Urbano Plantaciones Manglar y Río Lago Presa Laguna Ecosistemas TOTALES* Promedio de
enfermedades experimentos coníferas encinos coníferas y mesófilo de perennifolia caducifolia xerófilo ecosistema rural otros de pastos calificación
en procesos latifoliadas montaña y sub- y sub- humedales marinos de calidad y
ecosistémicos perennifolia caducifolia cantidad
/ ecosistema

En la
polinización

129, 130, 154,

156, 159, 160,
En la 161, 162, 163, 11 (B, X) en desarrollo,
dispersión 164, 165 escasa
(B, Z)

Depredador- 72
(B, X) 1 (B, X) en desarrollo,
presa escasa

Redes
tróficas

Redes
mutualistas

TOTALES* 11 (B, X) 1 (B, X)

Promedio de
calificación en desarrollo, en desarrollo,
de calidad y escasa escasa
cantidad

Criterios de calidad:
A-Incipiente: aportaciones conceptuales, metodológicas y de datos pobres.
B-En desarrollo: claro desarrollo en aportaciones conceptuales, metodológicas y de datos.
C-Avanzada: avances conceptuales, metodológicos y con datos claros y ampliamente reconocidos.
Criterios de cantidad:
X-Escasa: el número de citas por celda es mucho menor que lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa.
Y-En elaboración: el número de citas por celda es igual a lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa.
Z-Amplia: el número de citas por celda es mucho mayor que lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa.
Números en rojo: se refieren a trabajos que tratan los efectos de las enfermedades en los procesos y en más de un ecosistema, por lo que el número se repite en más de una celda.
* Estos totales se refieren al número de estudios que abordan los efectos de las enfermedades en los procesos y según los ecosistemas, por lo que los números repetidos solo cuentan como un estudio.

152

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163
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 20. Fuentes de contaminación de los ecosistemas terrestres y marinos

Fuente de Bosque Bosque Bosque Bosque Matorral Desierto Agroecosistema Acuático terrestre Marino Estuario y costa Urbano TOTALES* Promedio de
contamina- templado tropical tropical mesófilo xerófilo calificación
ción / húmedo seco de calidad y
ecosistema cantidad

6, 7, 9, 21, 41, 47, 53, 245, 248,

1, 6, 9, 12, 21, 25, 41, 51, 58, 6, 9, 19, 21, 33, 35, 37, 41, 49, 6, 7, 9, 21, 41, 47, 53, 136, 146,
6, 21, 40, 41, 6, 21, 31, 41 6, 21, 33, 41 6, 21, 41 6, 21, 33, 41, 6, 21, 30, 31, 1, 2, 3, 5, 6, 9, 13, 18, 21, 31, 33, 252,
245,255,
248,263, 267,
252, 271,263,
255, 279,267,
281, 1, 2, 3, 6, 10, 11, 13, 22, 29, 34,
34,41,
41,
267, 274, 288, 300, 301, 50, 52, 54, 60, 62, 63, 240, 288,
287, 336, 373 (C, X) (C, X) (C, X) 325 32, 41, 42, 39, 41, 45, 46, 376, 379 318, 326, 329, 336, 342, 245, 280, 281, 290, 316, 317, 271, 289,
279, 293, 296, 289,
281, 288, 298, 293,
306, 48, 55, 242, 245, 245, 247,
247, 285,
285, 291,
291,
Industrial (B, X) (C, X) 45, 234, (C, X) 307,
296,311,298,
321,306,
334,307,
347,321,
356,334,
357, 294,294, 306,
306, 313,
313, 334,
334, 336,
336, 337,
337, 132 (C, X) avanzada,
345, 349, 367, 376, 379, 346, 353, 356, 357, 358, 359, 358, 356,
359, 357,
365,358,
367, 372,
235, 236 347, 359,383,
365, 344, 348,
344, 348, 350,
350, 357,
357, 374,
374, 376,
376, escasa
397, 421, 425, 431 360, 361, 367, 384, 385, 390, 385, 392, 393, 394, 397, 399, 379, 388, 408, 417, 428, 441
(B, X) 367, 372, 383, 385, 392, 393, 379, 388, 408, 417, 428, 441
(C, Y) 396, 399, 416, 436 403,397,
394, 405,399,
408,403,
411,405,
426, 428
408, (C,Y)
(C, Y)
(C, Y) 411, 426,(C,Z)
428 (C, Y)
1, 6, 9, 12, 21, 25, 41, 58, 249, 6, 9, 21, 41, 43, 47, 53, 244, 245,
6, 21, 41, 277, 6, 21, 31, 41, 6, 21, 33, 41, 6, 21, 41, 277 6, 21, 33, 41, 6, 21, 30, 31, 1, 2, 3, 5, 6, 8, 9, 13, 15, 18, 20, 253, 256, 259, 267, 269, 6, 9, 21, 28, 33, 35, 37, 41, 52, 248, 261, 267, 277, 281, 282, 1, 2, 3, 6, 10, 13, 22, 41, 245,
336, 373 277 277 (C, X) 277, 377 41, 56, 59, 21, 23, 24, 26, 31, 33, 36, 41, 274, 275, 276, 277, 288, 301, 61, 245, 277, 280, 281, 290, 284, 288, 289, 296, 298, 304, 277, 291, 306, 313, 336, 337,
Agropecuaria (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) 277 45, 46, 49, 262, 269, 273, 305, 326, 329, 336, 342, 317, 343, 346, 356, 357, 358, 306, 307, 320, 343, 347, 356, 344, 348, 357, 376, 379, 388, 121 (C, X) avanzada,
(C, X) 277, 278, 335, 338, 339, 341, 349, 367, 370, 376, 379, 391, 359, 361, 367, 385, 390, 396, 357, 358, 359, 367, 372, 385, 417, 428 escasa
376, 377, 379 399, 416 386, 393, 394, 399, 404, 406, (C, Y)
415, 421, 425 407, 426, 428, 435, 439
(B, Y) (C, Y) (C, Y)
(C, Z)

21, 308, 373 21 21 21 21, 234 21 21, 27, 243, 363, 379, 413 4, 21, 58, 253, 262, 267, 21, 239, 245, 250, 265, 286, 21, 57, 245, 248, 255, 261, 267, 14, 17, 27, 245, 258, 260,
Otras fuentes (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) (B, X) 274, 288, 295, 318, 319, 290, 297, 299, 310, 317, 324, 282, 288, 289, 296, 298, 306, 285, 291, 294, 306, 313, 337,
(aguas 322, 326, 329, 342, 345, 343, 351, 353, 354, 356, 361, 307, 312, 314, 327, 332, 333, 348, 350, 379, 388, 408, 98 (C, X) avanzada,
349, 367, 370, 379, 391, 367, 385, 390, 396, 399, 343, 347, 356, 367, 372, 383, 417, 428, 440 escasa
residuales) 385, 393, 394, 399, 404, 406,
421, 423, 425, 427, 437 416, 419, 431 (C, X)
408, 426, 428, 438, 442
(C, Y) (B, Y)
(C, Y)

TOTALES* 9 (C, X) 5 (C, X) 5 (C, X) 4 (C, X) 8 (C, X) 14 (C, X) 39 (C, X) 48 (C, Y) 54 (C, Y) 71 (C, Y) 43 (C, Y)

Promedio de
calificación avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada,
de calidad y escasa escasa escasa escasa escasa escasa escasa en elaboración en elaboración en elaboración en elaboración
cantidad

Criterios de calidad:
A-Incipiente: aportaciones conceptuales, metodológicas y de datos pobres.
B-En desarrollo: claro desarrollo en aportaciones conceptuales, metodológicas y de datos.
C-Avanzada: avances conceptuales, metodológicos y con datos claros y ampliamente reconocidos.

Criterios de cantidad:
X-Escasa: el número de citas por celda es mucho menor que lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa.
Y-En elaboración: el número de citas por celda es igual a lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa.
Z-Amplia: el número de citas por celda es mucho mayor que lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa.

Números en rojo: se refieren a trabajos que tratan más de una fuente de contaminación y de un ecosistema, por lo que el número se repite en más de una celda.
* Estos totales se refieren al número de estudios que abordan cada una de las fuentes de contaminación, así como de los ecosistemas, por lo que los números repetidos solo cuentan como un estudio.

164
 2. Impacto de las actividades humanas en la biodiversidad y en los ecosistemas

Cuadro 21. Tipos de contaminantes de los ecosistemas terrestres y marinos

Tipo de Bosque Bosque Bosque Bosque Matorral Desierto Agroecosistema Acuático terrestre Marino Estuario y costa Urbano TOTALES* Promedio de
contaminante / templado tropical tropical mesófilo xerófilo calificación
ecosistema húmedo seco de calidad y
cantidad

4, 21, 135, 218, 246, 253, 254, 264, 19, 21, 59, 62, 63, 175, 238, 239, 240, 21, 66, 84, 110, 112, 122, 123, 124, 130, 131, 132, 135, 10, 14, 22, 29, 34, 242,
21, 40, 287, 21 21 21 21, 234, 268, 21, 32, 42, 45, 21, 39, 45, 46, 268, 269, 267, 269, 274, 275, 292, 295, 300, 250, 257, 265, 270, 272, 281, 283, 136, 137, 138, 139, 140, 146, 155, 158, 161, 163, 165,
170, 172, 173, 175, 176, 177, 178, 179, 180, 183, 184, 247, 258, 260, 285, 291,
308, 368, (C, X) (C, X) (C, X) 325, 340 234, 235, 236 273, 275, 335, 363, 378, 301, 305, 309, 318, 319, 322, 326, 329, 286, 297, 316, 317, 323, 324, 328, 330, 188, 190, 193, 194, 197, 198, 202, 203, 204, 205, 294, 306, 313, 344, 348,
Metales 373, 380 (C, X) 379, 413, 415, 421 345, 349, 351, 364, 370, 379, 391, 397, 331, 343, 346, 353, 354, 356, 357, 358, 206, 214, 215, 216, 218, 219, 228, 241, 248, 255, 350, 357, 374, 379, 381, en desarrollo,
(B, X) 231 (B, Z)
pesados (B, X) (B, Y) 400, 418, 423, 425, 427, 429, 430, 359, 360, 369, 375, 384, 385, 389, 261, 263, 267, 279, 282, 298, 306, 307, 312, 314, 388, 408, 417, 433, 440, amplia
431, 432, 444 390, 395, 396, 398, 399, 401, 402, 315, 323, 327, 332, 334, 343, 347, 355, 356, 357,
(B, Z) 409, 414, 416, 419, 420, 422, 424, 358, 359, 365, 371, 372, 375, 383, 385, 387, 392,
393, 394, 397, 399, 400, 403, 404, 405, 406,
441
431, 436, 443, 448, 449, 450 407, 408, 410, 412, 417, 420, 426, 434, 438, 442 (B, Z)
(B, Z) (B, Z)

6, 21, 41, 6, 21, 31, 6, 21, 33, 6, 21, 41, 6, 21, 33, 41, 6, 21, 30, 1, 2, 3, 5, 6, 8, 9, 13, 15, 18, 20, 21, 23, 6, 9, 12, 21, 25, 41, 51, 58, 221, 222, 6, 9, 21, 28, 33, 35, 37, 41, 52, 54, 6, 9, 21, 41, 43, 47, 53, 132, 142, 148, 168, 171, 1, 2, 3, 6, 10, 13, 22,
277 41, 277 41, 277 277 277, 340, 377 31, 41, 56, 24, 26, 31, 33, 36, 41, 49, 243, 277, 224, 232, 249, 256, 259, 276, 61, 220, 223, 229, 277, 280, 281, 196, 197, 217, 225, 226, 227, 228, 244, 263, 271, 41, 243, 277, 302,
Plaguicidas o 277, 281, 284, 288, 302, 304, 320, 321, 334, 99 (C, Y) avanzada,
(C, X) (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) 59, 277 278, 338, 339, 341, 376, 377 277, 288, 318, 367, 376 290, 299, 302, 310, 342, 343, 351, 334, 337, 376, 428
pesticidas 343, 367, 386, 420, 428, 435, 439 en elaboración
(B, X) (B, Z) (B, Z) 361, 367, 420, 448, 449 (C, Y)
(C, Z)
(C, Z)

Bifenilos 338, 339 288, 318, 367 280, 290, 302, 53, 132, 196, 217, 271, 288, 302, 334
(C, X) 310, 351, 367 293, 302, 334, 367 (C, X) 17 (C, X) avanzada,
policlorados (C, X)
(C, X) (C, Y) escasa
(PCB)

7, 21, 28, 58, 66, 72, 73, 74, 75, 76, 77, 79, 80,
21 21 21 21 21 21 21 7, 21, 58, 85, 133, 157, 192, 302, 361, 385, 420 81, 82, 83, 87, 92, 93, 94, 95, 101, 102, 103, 10, 22, 302
Petróleo (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) 220, 444, 446, 447 (C, X) 110, 115, 116, 121, 127, 128, 129, 130, 131, 132, 134, (C, X)
(B, Y) 135, 143, 144, 166, 171, 182, 184, 187, 196, 197, 65 (B, X) en desarrollo,
y sus escasa
200, 213, 217, 252, 263, 302, 385, 411, 420
derivados
(B, Z)

21 21 21 21 21 21 2, 3, 21 21, 25, 58 21, 50 21, 57, 230 10, 11, 17, 22, 48, 55
Otros (fármacos, (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) (B, X) (B, X) (B, X)
cosméticos, 14 (C, X) avanzada,
fertilizantes, escasa
gases)

336 21 157, 336 49, 64, 65, 66, 67, 68, 69, 71, 112, 114, 119, 17, 22, 27, 44, 336
(C, X) (C, X) (C, X) 132, 148, 152, 156, 169, 174, 181, 182, 189, (C, X)
Microbiológico 195, 209, 210, 211, 333, 355 33 (B, X) en desarrollo,
(B, Z) escasa

135, 367, 444 367 86, 88, 89, 90, 91, 118, 169, 185,
Carbono (C, X) (C, X) 367
orgánico / 11 (B, X) en desarrollo,
(B, Y)
materia escasa
orgánica

165
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 21. Tipos de contaminantes de los ecosistemas terrestres y marinos (continuación)

Tipo de Bosque Bosque Bosque Bosque Matorral Desierto Agroecosistema Acuático terrestre Marino Estuario y costa Urbano TOTALES* Promedio de
contaminante / templado tropical tropical mesófilo xerófilo calificación
ecosistema húmedo seco de calidad y
cantidad

336 376 336, 367 97, 104, 105, 106, 107, 108, 336, 376
(C, X) (C, X) (C, X) 109, 110, 111, 112, 113, 125, 126, (C, X)
Nutrientes 127, 141, 145, 151, 153, 154, 159, 31 (B, X) en desarrollo,
162, 164, 167, 168, 199, 207, escasa
208, 212
(B, Z)

336 379 249, 305, 336, 370, 245, 436 64, 112, 148, 151, 208, 245, 336, 379
(C, X) (C, X) 379, 437 (B, X) 245, 282, 289, 296, (C, X)
Calidad del (C, X) 333 17 (C, X) avanzada,
agua (C, Y) escasa

TOTALES* 11 (C, X) 5 (C, X) 5 (C, X) 4 (C, X) 9 (C, X) 14 (B, X) 42 (B, X) 67 (B, Y) 84 (B, Y) 235 (B, Z) 48 (B, X)

Promedio de
calificación avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo,
de calidad y escasa escasa escasa escasa escasa escasa escasa en elaboración en elaboración amplia escasa
cantidad

Criterios de calidad:
A-Incipiente: aportaciones conceptuales, metodológicas y de datos pobres.
B-En desarrollo: claro desarrollo en aportaciones conceptuales, metodológicas y de datos.
C-Avanzada: avances conceptuales, metodológicos y con datos claros y ampliamente reconocidos.

Criterios de cantidad:
X-Escasa: el número de citas por celda es mucho menor que lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa.
Y-En elaboración: el número de citas por celda es igual a lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa.
Z-Amplia: el número de citas por celda es mucho mayor que lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa.

Números en rojo: se refieren a trabajos que tratan más de un tipo de contaminante y de un ecosistema, por lo que el número se repite en más de una celda.
* Estos totales se refieren al número de estudios que abordan cada uno de los tipos de contaminantes, así como de los ecosistemas, por lo que los números repetidos solo cuentan como un estudio.

166
 2. Impacto de las actividades humanas en la biodiversidad y en los ecosistemas

Cuadro 22. Efectos de la contaminación en la flora y fauna de los ecosistemas terrestres y marinos

Efecto de la Bosque Bosque Bosque Bosque Matorral Desierto Agroecosistema Acuático terrestre Marino Estuario y costa Urbano TOTALES* Promedio de
contaminación / templado tropical tropical mesófilo xerófilo calificación
ecosistema húmedo seco de calidad y
cantidad

6, 21, 41, 6, 21, 31, 6, 21, 33, 6, 21, 6, 21, 33, 41, 6, 21, 30, 31, 5, 6, 8, 15, 21, 31, 33, 6, 21, 41, 58, 246, 249, 254, 262, 6, 21, 28, 33, 37, 41, 50, 54, 60, 63, 175, 238, 6, 9, 21, 41, 146, 241, 252, 261, 263, 267, 271, 6, 41, 258, 277, 302,
277, 287, 41, 277 41, 277 41, 277 234, 268, 277, 32, 41, 56, 41, 268, 269, 273, 267, 269, 274, 276, 277, 288, 295, 239, 250, 257, 265, 270, 272, 277, 280, 281, 277, 281, 282, 284, 289, 296, 302, 304, 306, 306, 334, 336, 357,
277, 278, 323, 335, 301, 305, 309, 318, 322, 326, 336, 283, 286, 290, 297, 299, 302, 310, 317, 324, 307, 312, 314, 315, 321, 327, 332, 333, 334, 379, 388, 408
Flora y fauna 308, 336, (C, X) (C, X) (C, X) 325, 340, 377 59, 277 328, 330, 331, 343, 346, 351, 353, 354, 356, 343, 347, 355, 356, 357, 358, 359, 365, 367, avanzada,
338, 339, 341, 377, 379 342, 349, 351, 367, 370, 379, 391, (C, Y) 167 (C, Z)
silvestres 373, 380 (C, X) (C, X) 357, 358, 359, 360, 361, 367, 369, 384, 385, 371, 372, 383, 385, 386, 387, 392, 393, 394, amplia
(B, X) (C, Y) 397, 400, 415, 427, 429, 430, 432 389, 390, 395, 396, 398, 399, 401, 402, 397, 399, 400, 403, 404, 405, 406, 407,
(C, Z) 409, 416, 419, 420, 422, 424, 431, 443, 448, 408, 410, 411, 412, 420, 426, 438, 442
449, 450 (B, Z) (C, Z)

33 33, 377 33, 269, 278, 377 256, 269, 305, 318, 342, 28, 33, 257, 290, 302, 317, 343, 116, 122, 135, 137, 146, 154, 155, 258, 302
(C, X) (C, X) (C, X) 349, 391, 430 356, 358, 359, 361, 369, 385, 158, 159, 165, 186, 261, 263, (C, X)
Fisiológico (C, X) 389, 390, 395, 409, 416, 424 302, 333, 343, 356, 358, 359, 48 (C, X) avanzada,
(C, Y) 372, 385, 394, 406, 411 escasa
(C, Z)

65, 67 269 269, 309, 391 302, 343, 361, 369, 385 263, 271, 302, 304, 343, 258, 302
(B, X) (C, X) (C, X) (C, X) 385, 406 (C, X)
Genético (C, X) 15 (C, X) avanzada,
escasa

277 33, 277 277 277 234, 277, 30, 31, 56, 31, 277 55, 277, 309, 391 28, 277, 299, 302, 74, 101, 165, 190, 263, 277, 258, 277, 302
(C, X) (C, X) (C, X) (C, X) 340 277 (C, X) (C, X) 343, 356, 358, 359, 284, 296, 302, 343, 356, (C, X)
Reproductivo 29 (C, X) avanzada,
(C, X) (C, X) 369, 385, 416 358, 359, 385, 406
escasa
(C, Y) (C, Y)

377 273, 377 262, 276, 288, 309, 286, 297, 302, 317, 343, 72, 104, 125, 127, 136, 222, 263, 258, 302, 306
(C, X) (C, X) 342, 349, 391, 400 354, 369, 385, 390, 398, 271, 302, 306, 307, 321, (C, X)
Trófico (C, X) 399, 419, 420 343, 385, 387, 393, 394,
(C, Y) 399, 400, 406, 407, 41 (C, X) avanzada,
420 escasa
(C, Z)

TOTALES* 9 (C, X) 6 (C, X) 5 (C, X) 4 (C, X) 9 (C, X) 11 (C, X) 20 (C, X) 38 (C, Y) 67 (C, Z) 81 (C, Z) 12 (C, X)

Promedio de
calificación avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada,
de calidad y escasa escasa escasa escasa escasa escasa escasa en elaboración amplia amplia escasa
cantidad

Criterios de calidad:
A-Incipiente: aportaciones conceptuales, metodológicas y de datos pobres.
B-En desarrollo: claro desarrollo en aportaciones conceptuales, metodológicas y de datos.
C-Avanzada: avances conceptuales, metodológicos y con datos claros y ampliamente reconocidos.
Criterios de cantidad:
X-Escasa: el número de citas por celda es mucho menor que lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa.
Y-En elaboración: el número de citas por celda es igual a lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa.
Z-Amplia: el número de citas por celda es mucho mayor que lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa.
Números en rojo: se refieren a trabajos que tratan más de un efecto de la contaminación en la flora y en la fauna, y de un ecosistema, por lo que el número se repite en más de una celda.
* Estos totales se refieren al número de estudios que abordan cada uno de los efectos de la contaminación en la flora y en la fauna, así como de los ecosistemas, por lo que los números repetidos solo cuentan como un estudio.

167
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
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189
190
 Cambios en la biodiversidad
y sus consecuencias
en el funcionamiento de los
ecosistemas y sus servicios

Coordinadores de capítulo: Jesús Ernesto Arias-González1, Olga Nelly Rodríguez Peña1, Lucía Almeida-Leñe-
ro2, Oscar Ubisha Hernández Almeida1, Juan Jacobo Schmitter-Soto3.
Coordinadores de sección: Lucía Almeida-Leñero2, Teresa Margarita González Martínez2,
Alejandro Morón Ríos4.
Coautores: Javier Alcocer Durand5, Everardo Barba Macías6, Victoria Díaz Castañeda7, María de Lourdes Jimé-
nez Badillo8, Ana Laura Lara Domínguez9, Joaquín Sosa Ramírez10.

191
 Adscripciones
1
Laboratorio de Ecología de Ecosistemas de Arrecifes Coralinos, Departamento de Recursos
del Mar, Centro de Investigación y de Estudios Avanzados, Instituto Politécnico Nacional
(IPN)-Unidad Mérida; 2 Laboratorio de Ecosistemas de Montaña, Departamento de Ecología
y Recursos Naturales, Facultad de Ciencias, Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM); 3 Departamento de Sistemática y Ecología Acuática, El Colegio de la Frontera Sur
(Ecosur)-Unidad Chetumal; 4 Departamento de Conservación de la Biodiversidad, Ecosur-
Unidad Campeche; 5 Proyecto de Investigación en Limnología Tropical, Facultad de Estudios
Superiores (FES) Iztacala, UNAM; 6 Departamento de Ciencias de la Sustentabilidad, Ecosur-
Unidad Villahermosa; 7 Departamento de Ecología Marina, Centro de Investigación Científica
y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), Baja California; 8 Instituto de Ciencias
Marinas y Pesquerías, Universidad Veracruzana; 9 Unidad de Ecosistemas Costeros, Instituto de
Ecología, A.C.; 10 Centro de Ciencias Agropecuarias, Universidad Autónoma de Aguascalientes.

192
Introducción
E
l término biodiversidad fue acuñado por
E.O. Wilson en el primer foro sobre diver-
sidad biológica organizado por el National
Research Council de Estados Unidos (NRC)
(1986). Se ha utilizado en las últimas déca-
das tanto en foros científicos como políticos, y ha
adquirido mayor relevancia cuando se reconoció la
problemática de la pérdida de especies a nivel global,
regional y local debido a la deforestación del bos-
que o selva tropical. En la actualidad, la definición
de biodiversidad más aceptada incluye a todos los
tipos y niveles de variación biológica, desde genes y
especies hasta la variabilidad de ecosistemas. Se con-
sidera a la biodiversidad como “la variabilidad de
organismos vivos de cualquier fuente, incluidos, en-
tre otras cosas, los ecosistemas terrestres y marinos
y otros ecosistemas acuáticos y los complejos ecoló-
gicos de los que forman parte; comprende la diversi-
dad dentro de cada especie, entre las especies y de los
ecosistemas” (Naciones Unidas, 1992: 3-4).
La biodiversidad es un elemento fundamental
de todos los ecosistemas (Halffter y Ezcurra, 1992);
es asimismo una propiedad que los distingue entre
sí; es un factor que determina su estructura, que
constituye además una característica de las múlti-
ples formas de adaptación e integración de la especie
humana a los ecosistemas (Solbrig, 1994). Ella pro-
vee de servicios a la humanidad a través de los dife-
rentes ecosistemas, pues proporciona las condicio-
nes y los procesos naturales por medio de los cuales
los seres humanos obtienen beneficios de los ecosistemas
(véase figura 1). Los cambios producidos en la biodi-
versidad se han relacionado con las modificaciones
en el funcionamiento ecológico, el deterioro de los
servicios ecosistémicos y, por ende, el bienestar hu-
mano (Balmford et al., 2003; Díaz et al., 2006; Schäfer,
2012).
En los últimos tiempos la biodiversidad ha expe-
rimentado cambios profundos cuyos orígenes princi-
pales son las actividades humanas (Begon et al., 2005).
Entre las afectaciones a la biodiversidad destacan los
impulsores directos relacionados con la alteración de
los ciclos biogeoquímicos, así como la fragmentación
del hábitat y de las redes tróficas. La deforestación y
la sobreexplotación de recursos, la introducción de es-
pecies exóticas, además de las malas prácticas de ma-
nejo costero, marino, forestal, agrícola, pecuario y
del metabolismo urbano, no solo han generado im-
pactos directos, sino que a su vez han provocado efec-
tos secundarios serios, como la degradación del suelo
y la contaminación de los cuerpos de agua, tanto los
superficiales como los subterráneos (Sánchez et al.,
2009). En México, las tasas de deforestación, el incre-
mento de las áreas de cultivo, el pastoreo excesivo, la
expansión urbana y la sobreexplotación pesquera se
encuentran en general por encima de la media mun-
dial (Conabio, 2008: capítulo II).
Esta problemática global ha generado un interés
creciente por comprender las consecuencias de la
pérdida de la biodiversidad y ha promovido investi-
gaciones orientadas a la evaluación de los efectos que
producen los cambios en la biodiversidad, los cuales
influyen en los procesos funcionales de los ecosiste-
mas y en la provisión de los servicios ecosistémicos
(Daily, 1997; Naeem, 2002; Millennium Ecosystem
Assessment, 2005). Estos estudios han encontrado
193
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Figura 1. Relaciones entre la biodiversidad y el bienestar humano a través del suministro de servicios una gran dificultad para conocer, medir y evaluar la
ecosistémicos* magnitud de estos cambios en la biodiversidad, en el
funcionamiento de los ecosistemas y en sus servicios.
Esto se debe a que los cambios en la biodiversidad están
Mantenimiento Intercambio
de energía sujetos a muchos factores, como la transformación del
hábitat que reduce la biodiversidad local, lo cual afecta
Interacciones
directamente los procesos ecológicos y enmascara los
CAMBIO GLOBAL Ciclos
Cambio climático biogeoquímicos impactos más sutiles en el funcionamiento debidos a
Acidificación de los océanos
Composición Cambio de uso del suelo
Explotación de los recursos la pérdida de las especies (Naeem et al., 1999; Bal-
Introducción de especies
Contaminación vanera et al., 2006).
Resiliencia
Abundancia Para quienes toman decisiones y para los usua-
BIODIVERSIDAD
rios de los servicios ecosistémicos, la relevancia de es-
PROCESOS Y
Genes
Especies FUNCIONAMIENTO tos servicios está centrada en el interés público por la
Grupos funcionales AD • SAL DE LOS ECOSISTEMAS
Unidades del paisaje RI
D UD conservación de la biodiversidad, así como en las ex-
Paisaje U
ternalidades que dicha conservación genera. A efec-

•
G
SE

ID
Número

ENT
BIENESTAR
ALES •

tos de este capítulo se entenderá como externalidad

I DA D •
HUMANO “aquella actividad económica de un individuo que
ERI

genera un cambio real en los servicios ecosistémicos

AT

LI
M

ER
con un impacto en el bienestar de otros, pero el cual
S TA
D • BIENE

es ignorado por ese individuo” (Perrings et al., 2009).

A fin de realizar un adecuado uso y disfrute de
un flujo variado de servicios ecosistémicos, es funda-
mental involucrar a los usuarios y a quienes toman
SERVICIOS decisiones en las estrategias de gestión para la con-
ECOSISTÉMICOS
servación de la biodiversidad, así como conocer las
PROVISIÓN
Alimentos, DE SOPORTE relaciones entre el funcionamiento ecológico, el sumi-
biocombustibles, Ciclo de nutrientes,
fibras, recursos formación de suelo, nistro de servicios ecosistémicos y la biodiversidad.
genéticos y producción primaria Con el objeto de proporcionar información que
biogeoquímicos
REGULACIÓN coadyuve a establecer prioridades de investigación
Clima, agua,
mitigación de CULTURALES en México, las cuales puedan derivar en un manejo
desastres naturales, Sentido de pertenencia,
control de la erosión
adecuado de la biodiversidad y de los servicios eco-
sistema de conocimiento,
del suelo, seguridad inspiración, sistémicos asociados, se consideró conveniente pre-
en la producción enriquecimiento
de alimentos espiritual. sentar en este capítulo la identificación del nivel de
conocimiento de las relaciones entre la biodiversi-
dad, el funcionamiento ecológico y los servicios eco-
* Gráfico modificado de Millennium Ecosystem Assessment, 2003. sistémicos.

194

Método
Para identificar el conocimiento de las relaciones en-
tre la biodiversidad, el funcionamiento ecológico y los
servicios ecosistémicos se procedió a buscar estudios
sobre ecosistemas terrestres y acuáticos del país, así
como acerca de la interacción entre ambos tipos de
ecosistemas, según los criterios siguientes:
• Cambios en la biodiversidad y sus consecuencias en
el funcionamiento de los ecosistemas.
• Cambios en la biodiversidad y sus consecuencias en los
servicios ecosistémicos.
• Relación entre el funcionamiento de los ecosistemas
y sus servicios.
• Cambios en la biodiversidad y sus consecuencias en
el funcionamiento de los ecosistemas y sus servicios.
Se consideraron ecosistemas terrestres representativos
de México los agroecosistemas, los bosques (mesófilo,
templado, tropical húmedo y seco), el matorral xerófilo
y los pastizales, así como los ecosistemas urbanos. La
interacción de los ecosistemas terrestres con los acuáti-
cos incluye los humedales ‒los manglares‒, los bosques
ribereños y las marismas. Entre los ecosistemas acuá-
ticos se tomaron en cuenta los arrecifes coralinos, las
lagunas costeras, los ríos, las bahías, los lagos, cenotes
y océanos. Para los cuatro últimos, aunque se realizó la
búsqueda, no se encontraron trabajos de investigación.
Cambios en la biodiversidad y sus
consecuencias en el, funcionamiento
de los ecosistemas
Por funcionamiento de los ecosistemas se entiende
“el conjunto de actividades vitales de plantas, anima-
3. Cambios en la biodiversidad y sus consecuencias en el funcionamiento de los ecosistemas y sus servicios
les y microorganismos, y los efectos que estas activi-
dades tienen en las condiciones físicas y químicas del De todos los componentes de
ambiente” (Odum, 2007). Los cambios en la biodiver- la biodiversidad, se considera
sidad, ya sean genéticos, de especies o funcionales, o
de comunidades, están repercutiendo en las funciones
que la diversidad funcional
ecosistémicas (Díaz et al., 2006). El estudio de esta re- es la que contribuye en mayor
lación entre la biodiversidad y el funcionamiento de medida a diferentes procesos
los ecosistemas es reciente a nivel mundial (Schwartz
ecológicos.
et al., 2000; Naeem, 2002; Balvanera et al., 2006). En-
tre las funciones ecosistémicas más importantes están la
producción primaria y secundaria, la descomposición, el
ciclo de nutrientes y la perturbación.
De todos los componentes de la biodiversidad, se
considera que la diversidad funcional es la que con-
tribuye en mayor medida a diferentes procesos eco-
lógicos. En este contexto se entiende por diversidad
funcional el “rango, valor y abundancia relativa de los
caracteres funcionales presentes en una comunidad
dada”, donde los caracteres son los rasgos morfológi-
cos, fisiológicos, fenológicos o de comportamiento de
un organismo relacionados con su papel funcional en
el ecosistema (Díaz et al., 2007). Los caracteres funcio-
nales de las especies operan en una variedad de con-
textos, incluyendo los efectos de especies dominantes,
especies clave e interacciones entre especies, como la
competencia, facilitación, mutualismo y depredación
(Millennium Ecosystem Assessment, 2005).
La mayor parte de los procesos funcionales de los
ecosistemas están controlados por la combinación de
las actividades biológicas de muchas especies, y por
ello no es posible determinar con frecuencia las con-
tribuciones relativas de las especies individuales a es-
tos procesos (Naeem et al., 1999). Debido a la varia-
bilidad espacial y temporal de los ecosistemas, un
gran número de especies con diferentes caracteres
funcionales puede actuar como un amortiguador en
195
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
Ejemplos de estudios para cada una de las relaciones investigadas
Cambios en la biodiversidad y sus consecuencias en el funcionamiento de los ecosistemas
Arrecifes del Caribe mexicano*
Objetivo
Evaluar los diferentes componentes
de la biodiversidad y del funciona-
miento del ecosistema en 11 arre-
cifes costeros ubicados en el Cari-
be mexicano, donde las variables
espaciales y ambientales difieren a
lo largo de la costa en un gradiente
latitudinal norte-sur.
* Rodríguez, 2007.
196
Resultados
La biodiversidad de los arrecifes de
coral es influida por:
• el área del hábitat de arrecifes,
• la cobertura de coral vivo y
• la estructura de los hábitats.
El desarrollo de los arrecifes y la bio-
construcción son mantenidos por
un ensamblaje dominado por cora-
les submasivos.
Consecuencias
Una dependencia de la biodiversi-
dad a escala espacial de arrecifes
indica que la heterogeneidad den-
tro de los arrecifes es esencial para
mantener la biodiversidad.
La contribución de los corales
submasivos es fundamental para
la cobertura de coral vivo y la es-
tructura del hábitat.
Impactos como la explotación
pesquera en los arrecifes de coral
modifican el funcionamiento del
ecosistema, lo cual puede producir
cambios irreversibles y pérdida de
biodiversidad.
Conclusiones
Los arrecifes con mayor biodiver-
sidad y bioconstrucción tienen las
redes alimenticias más complejas,
mayor biomasa y producción.
La estabilidad del ecosistema
favorece:
• el reciclamiento eficaz de mate-
riales;
• un mayor número de trayecto-
rias tróficas entre los grupos fun-
cionales, que a su vez aumentan
la resiliencia, resistencia y persis-
tencia de los arrecifes.

Cambios en la biodiversidad y sus consecuencias en los servicios ecosistémicos
Una palma endémica y la población rural de un municipio*
Objetivo
Analizar la importancia de los servi-
cios ecosistémicos suministrados
por una palma endémica (Sabal pu-
mos) para la población rural del
municipio de La Huacana, Michoa-
cán, México.
* Aguilera et al., 2007.
3. Cambios en la biodiversidad y sus consecuencias en el funcionamiento de los ecosistemas y sus servicios
Resultados
Servicios de provisión:
La palma real es un recurso abun-
dante y aprovechable. La hoja es
la parte más utilizada de la palma,
sobre todo para la venta, elabora-
ción de escobas, sombreros, mue-
bles, techos de casas, petates y la-
zos, así como leña y alimento para
el ganado. Los troncos se utilizan en
la construcción de casas. Los fru-
tos son consumidos en su tempo-
rada y sirven para alimentar el ga-
nado.
Servicios culturales:
Los adultos mayores consideran
una pérdida de la tradición que los
jóvenes ya no quieran dedicarse a
cortar hojas de palma.
Servicios de regulación:
Se considera que el clima de la re-
gión sería más caluroso si no hubie-
se palmas.
Servicios de soporte:
Esta palma representa un sustrato
único para orquídeas endémicas:
Clowesia glaucoglossa y Alsobia
punctata.
Consecuencias
La palma real es un recurso econó-
mico imprescindible, ya que en la
temporada de sequía, cuando se
cosecha la hoja, es la única fuente
de ingresos en la zona.
La degradación de la población
de palma afectará al bienestar de
la población humana por no tener
esa entrada económica.
Conclusiones
S. pumos provee de muchos ser-
vicios, pero presenta un marcado
deterioro en su dinámica pobla-
cional por la falta de individuos de
tallas pequeñas.
La poca solvencia económica
de la población rural hace más es-
trecha la relación entre los servi-
cios ecosistémicos que provee la
palma y el bienestar material de
las familias.
La necesidad de implementar es-
trategias o planes de manejo tanto
para robustecer y mantener la po-
blación de palma a largo plazo
como para beneficiar económica-
mente a la población local.
197
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
Relación entre el funcionamiento de los ecosistemas y sus servicios
Cuenca del río Magdalena*
Objetivo
Ligar la temática ambiental y la so-
cial en la cuenca del río Magdalena,
a fin de comprender las relaciones
entre los procesos ecosistémicos
y su impacto en las condiciones de
vida de sus pobladores, a través
de la identificación y evaluación de
los servicios ecosistémicos.
* Almeida et al., 2007.
198
Resultados
El servicio de provisión de agua
dulce es de 20 millones de m3 al
año.
El servicio de regulación de alma-
cenamiento de CO2 en el bosque
de Abies religiosa (1,433 ha) es de
83,603 tC/ha.
Los servicios culturales son la belle-
za escénica, el ecoturismo, la edu-
cación y la herencia cultural.
Consecuencias
Los impulsores de cambio que afec-
tan el funcionamiento de los servi-
cios ecosistémicos son:
• el crecimiento de la mancha ur-
bana,
• la tala clandestina,
• las actividades de recreación no
controladas,
• la contaminación del río por el
pastoreo excesivo,
• los incendios forestales,
• la situación legal,
• los conflictos entre los integran-
tes de la comunidad y con los
pueblos vecinos.
Conclusiones
Las propuestas para el manteni-
miento de los servicios ecosisté-
micos son:
• En el bosque de Pinus hartwegii
(parte alta de la cuenca), llevar a
cabo un programa de restaura-
ción ecológica para controlar el
paso del ganado.
• En el bosque de Abies religiosa
(parte media de la cuenca), pro-
mover la regeneración natural y
la retención del suelo.
• En el bosque de Quercus spp.
(zona baja), restaurar la vegeta-
ción ribereña, a fin de restable-
cer la calidad del agua.
Para los servicios culturales, llevar
a cabo una estrategia de educación
ambiental dirigida a los comune-
ros de la Magdalena Atlitic.

Cambios en la biodiversidad y sus consecuencias en el funcionamiento de los ecosistemas y sus servicios
Un sistema de arrecifes en el Caribe mexicano*
Objetivo
Estimar la riqueza de especies, así
como de grupos funcionales e índi-
ce de Shannon, y relacionarlos con
el funcionamiento ecológico y los
servicios ecosistémicos en un sis-
tema de arrecifes en el Caribe mexi-
cano.
* Arias-González, J.E, C. González Gándara y J.L. Cabrera. Relaciones entre biodiversidad y especies clave con el funcionamiento y servicios ecosistémicos en un sistema arrecifal del Caribe
mexicano. En revisión.
3. Cambios en la biodiversidad y sus consecuencias en el funcionamiento de los ecosistemas y sus servicios
Resultados
Los paisajes de arrecifes con mayor
presencia de corales son los que
albergan más diversidad de espe-
cies y grupos funcionales de peces.
La producción, consumo, res-
piración y flujo total de materia y
energía, la producción primaria ne-
ta y biomasa son mayores si el nú-
mero de especies y grupos funcio-
nales de peces es mayor.
El reciclado de materia y ener-
gía, y otras medidas del metabolis-
mo ecológico no están relaciona-
dos con la riqueza de especies y gru-
pos funcionales.
Consecuencias
A escala de paisaje existe una de-
pendencia de la biodiversidad, la
cual indica que la presencia de es-
pecies de coral en los arrecifes es
fundamental para incrementar la
biodiversidad de peces, ciertas va-
riables funcionales y algunos ser-
vicios ecosistémicos, como son la
producción, la respiración y la bio-
masa.
La contribución de la diversidad
de peces es esencial para el incre-
mento del flujo de materia y ener-
gía en los paisajes, pero es diferen-
cial en función de las especies de
corales dominantes y la compleji-
dad topográfica generada por ellas.
El reciclado de materia y ener-
gía depende de las especies que se
alimentan de algas y zooplancton.
Conclusiones
Los paisajes de arrecifes coralinos
con mayor riqueza de especies y
presencia de corales tienen las re-
des alimenticias más complejas,
con mayor flujo de materia, ener-
gía y servicios asociados, esto es,
producción, respiración y biomasa.
Las variables funcionales, como
la producción del sistema, están es-
trechamente relacionadas con la ri-
queza de especies y con los grupos
funcionales. No obstante, algunas
variables funcionales del ecosiste-
ma no lo están, lo que sugiere que
ciertas funciones del ecosistema y
sus servicios asociados, como es
el ciclo de nutrientes, dependen de
especies clave en el ecosistema.
199
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Figura 2. Número de trabajos de investigación sobre ecosistemas terrestres, según relaciones estudiadas
número de citas relaciones estudiadas

0 0 0 0 0

30 5 30 5 30 5 30 5 30 5

25 10 25 10 25 10 25 10 25 10

20 15 20 15 20 15 20 15 20 15

Bosque templado Bosque tropical húmedo Bosque tropical seco Bosque mesófilo Matorral xerófilo

0 0 0
Cambios en la biodiversidad y sus consecuencias
en el funcionamiento de los ecosistemas.
30 5 30 5 30 5

Cambios en la biodiversidad y sus consecuencias

en los servicios ecosistémicos.
25 10 25 10 25 10
Relación entre el funcionamiento de los ecosistemas
y sus servicios.
20 15 20 15 20 15
Cambios en la biodiversidad y sus consecuencias
Pastizal Agroecosistema Urbano en el funcionamiento de los ecosistemas y sus servicios.

el funcionamiento del ecosistema y así permitir que Ecosistemas terrestres

sean más resilientes ante el cambio global (Schneiders
et al., 2012).
En México existen 111 trabajos sobre las relacio-
nes entre la biodiversidad y el funcionamiento de los
ecosistemas, de los cuales la gran mayoría están dedi-
cados a los ecosistemas terrestres y unos pocos a los
acuáticos. No existe estudio alguno que trate las re-
laciones entre la biodiversidad y el funcionamiento
de los ecosistemas en la interacción entre ecosiste-
mas terrestres y acuáticos.
Mientras que la cantidad de investigaciones sobre
los ecosistemas terrestres se encuentra en una fase
de elaboración, la calidad de la información disponi-
ble está en una etapa de desarrollo (véase cuadro 1).
Los ecosistemas terrestres más estudiados son el
bosque templado, el bosque tropical seco y el bosque
mesófilo, el matorral xerófilo, el pastizal y los agro-
ecosistemas. Hay pocos trabajos sobre los ecosiste-
mas urbanos y el bosque tropical húmedo (véanse
cuadro 1 y figura 2).

200
 3. Cambios en la biodiversidad y sus consecuencias en el funcionamiento de los ecosistemas y sus servicios

Entre los temas más estudiados están el papel del Figura 3. Cambios en la biodiversidad y sus consecuencias en el funcionamiento de los ecosistemas
ecosistema como hábitat y de la biodiversidad en la
modificación del paisaje, la función de los ecosistemas
en la producción de especies útiles, la dinámica trófica

35˚0’ 0” O
de la biodiversidad y la productividad primaria. Proce-
sos como la polinización y la productividad secundaria
han sido poco tratados.
Investigaciones acerca de la relación entre la biodi-

30˚0’ 0” O
versidad y el funcionamiento de los ecosistemas se han
desarrollado en pocos estados del país (véase figura 3).
Mientras la mayor cantidad de estudios es sobre la zona
norte y sur, la del centro queda rezagada. Cinco esta-

25˚0’ 0” O
dos concentran gran parte de los trabajos; ellos son, en
orden de importancia, Chiapas, Durango, Veracruz,
Chihuahua y Yucatán. Hay 7 estados de los cuales se
tiene poca información: Baja California, Colima, Jalis-

20˚0’ 0” O
co, Nayarit, Querétaro, Morelos y Tlaxcala. Y no hay
investigaciones para la mayoría de los estados.

Ecosistemas acuáticos
Los ecosistemas acuáticos del país en los cuales se
15˚0’ 0” O

Estados con 42% de estudios

ha estudiado un poco más esta relación ‒cambios en
Estados con muy pocos estudios
la biodiversidad y sus consecuencias en el funciona-
Estados sin estudios
miento de los ecosistemas‒ son los arrecifes corali-
nos y ríos (véanse cuadro 2 y figura 4). Es de destacar
que solo se ubicaron 4 trabajos: uno para la cuenca 110˚0’ 0” O 100˚0’ 0” O 90˚0’ 0” O
del río Hondo, Quintana Roo; y 3 para los arrecifes de
Veracruz, Campeche y el Caribe mexicano.
De acuerdo con lo anterior resulta evidente Cambios en la biodiversidad
que la cobertura espacial de este tema es escasa. La y sus consecuencias en los
calidad de la información disponible se considera servicios ecosistémicos
en desarrollo (véase cuadro 2). Los temas investiga-
dos en estos trabajos son los modelos tróficos, la El incremento actual de la pérdida de la biodiversi-
dependencia de la biodiversidad a escala espacial, dad implica el deterioro de los servicios ecosistémi-
la bioconstrucción, la cobertura de coral vivo y el cos. De hecho, la Evaluación de los Ecosistemas del
reciclamiento de materiales. Milenio a nivel mundial pone de manifiesto cómo

201
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Figura 4. Número de trabajos de investigación sobre ecosistemas acuáticos, según relaciones estudiadas
número de citas relaciones estudiadas

0 0 0 0 0

6 1 6 1 6 1 6 1 6 1

5 2 5 2 5 2 5 2 5 2

4 3 4 3 4 3 4 3 4 3
Arrecifes coralinos Ríos Lagunas costeras Manglares Mares

Cambios en la biodiversidad y sus consecuencias
en el funcionamiento de los ecosistemas
Cambios en la biodiversidad y sus consecuencias en los servicios
ecosistémicos
Relación entre el funcionamiento de los ecosistemas y sus servicios
Cambios en la biodiversidad y sus consecuencias en el funcionamiento
de los ecosistemas y sus servicios

alrededor del 60% de los servicios ecosistémicos están de-
gradados o son usados de manera insostenible (Millennium
Ecosystem Assessment, MEA, 2005). Si bien en un inicio se
entendía por servicios ecosistémicos las condiciones y los pro-
cesos a partir de los cuales los ecosistemas naturales, junto con
las especies que los constituyen, sostienen y cubren las necesi-
dades de la vida humana (Daily, 1997), en años recientes se han
definido como los beneficios que las sociedades humanas ob-
tienen de la biodiversidad y de los ecosistemas (MEA, 2005).
La Evaluación de los Ecosistemas del Milenio clasifica
asimismo los servicios ecosistémicos en cuatro grupos: provi-
sión, regulación, cultural y de soporte. Los servicios de provisión
o abastecimiento son los productos conseguidos de forma di-
recta de la estructura biótica o abiótica de los ecosistemas,
como el alimento, la madera y el agua potable, entre otros.
Los servicios de regulación son los beneficios obtenidos de
manera indirecta de los ecosistemas como resultado de su
funcionamiento; por ejemplo, la purificación del agua, el
control de la erosión del suelo y el control climático. Los
servicios culturales son los beneficios no materiales que la
gente logra a través de las experiencias estéticas, del turismo
o del enriquecimiento espiritual. Y, finalmente, los servicios
de soporte son los procesos ecológicos que subyacen en el
mantenimiento del resto de los servicios. Mas esta última
categoría casi no se toma en cuenta en los proyectos y eva-
luaciones posteriores a la Evaluación de los Ecosistemas del
Milenio, debido a los problemas de doble conteo en las va-
loraciones monetarias. A pesar de ello, en este trabajo se in-
cluirá, porque diferentes estudios de servicios en el país se
han enfocado en ella.
En México existen 20 investigaciones acerca de las relacio-
nes entre la biodiversidad y sus consecuencias en los servicios

202
 3. Cambios en la biodiversidad y sus consecuencias en el funcionamiento de los ecosistemas y sus servicios

ecosistémicos, de las cuales dos terceras partes están Figura 5. Cambios en la biodiversidad y sus consecuencias en los servicios ecosistémicos terrestres
dedicadas a los ecosistemas terrestres y el tercio res-
tante a los acuáticos.

35˚0’ 0” O
Ecosistemas terrestres
En general, la cantidad de estudios se considera escasa
y su calidad, en desarrollo (véase cuadro 1). Los eco-
sistemas más investigados son los bosques templa-

30˚0’ 0” O
dos, los agroecosistemas y el matorral xerófilo (véase
figura 2). No se encontraron trabajos sobre el bosque
mesófilo, el bosque tropical seco, los pastizales y los
ecosistemas urbanos.

25˚0’ 0” O
Entre los temas más estudiados están la relación
entre la biodiversidad y los servicios ecosistémicos de
provisión y los culturales. En ellos se resalta la influen-
cia de los componentes de los ecosistemas en el bie-

20˚0’ 0” O
nestar humano, así como la relación entre la biodiver-
sidad y los servicios ecosistémicos de regulación y de
soporte, en los cuales lo más importante es conocer el
tipo de función que permite la existencia de los servi-
cios ecosistémicos.
15˚0’ 0” O

Estados con 34% de estudios

La mayoría de los trabajos se concentran en el
sur y en el centro del país, seguidos por la zona norte
(véase figura 5). Los estados con mayor cantidad de
investigaciones son, en orden de importancia, Vera-
cruz, Campeche y Oaxaca. Entre los estados que
presentan muy poca información están Chihuahua,
Durango y Michoacán; y entre los que no cuentan
con publicaciones están Estado de México, Baja Ca-
lifornia Sur, Baja California y Coahuila.
Ecosistemas acuáticos
Existen 7 estudios: 1 para río y mar, 1 para laguna
costera y manglar, y 5 para manglar. No obstante,
ninguno relaciona la biodiversidad con los servicios
ecosistémicos acuáticos (véanse figura 4 y cuadro 2).
Estados con muy pocos estudios
Estados sin estudios
110˚0’ 0” O 100˚0’ 0” O 90˚0’ 0” O
Si bien se encontraron 3 trabajos acerca de los cam-
bios en la biodiversidad y sus consecuencias en los
servicios ecosistémicos ‒1 es para las diversas cuencas
hidrológicas del estado de Veracruz, los otros 2 son
revisiones generales‒ no fueron tomados en cuenta
porque, a pesar de que se mencionan los dos compo-
nentes, se hace de manera desarticulada. Los temas
investigados en esos trabajos son el programa de pago

203
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
por servicios ambientales hidrológicos (PSAH), la im-
portancia socioeconómica de los humedales del país
y las implicaciones de las cuencas hidrológicas pa-
ra la provisión de servicios ecosistémicos.
Interacción entre ecosistemas
terrestres y acuáticos
La cantidad de estudios sobre esta interacción en
esta sección temática se considera escasa. Solo se en-
contraron 2 investigaciones: una sobre la Laguna de
Términos, Campeche, y otra acerca de la Barra de Te-
coanapa, Guerrero. Los temas estudiados en estos tra-
bajos son el valor de los servicios ecosistémicos que
proveen las comunidades de mangle y el impacto de la
tala de dichas comunidades en la provisión de esos
servicios.
Existe otro estudio cuyo tema es el efecto de los
cambios en las comunidades de manglar y la provi-
sión de los servicios ecosistémicos; es específicamen-
te sobre la biodiversidad y los servicios para la zona
de Mahahual-Xcalak, Quintana Roo. Sin embargo, no
se incluyó porque, a pesar de que se mencionan los
dos componentes, se hace de manera inconexa.
Relación entre el funcionamiento
de los ecosistemas y sus servicios
El concepto de servicios ecosistémicos permite esta-
blecer una relación explícita entre el estado y el fun-
cionamiento de los ecosistemas con el bienestar hu-
mano. Esta relación puede ser directa o indirecta y
los seres humanos pueden o no estar conscientes de
su existencia (Balvanera y Cotler, 2007). La dimen-
sión ecológica de los servicios ecosistémicos ‒la rela-
ción de la estructura y del funcionamiento ecológico
204
con los servicios‒ ha sido una de las vertientes más
investigadas y presentadas en los foros científicos
(Vihervaara et al., 2010; Seppelt et al., 2012).
En México hay 29 trabajos sobre las relaciones en-
tre el funcionamiento de los ecosistemas y sus servi-
cios, la gran mayoría de los cuales están dedicados a
los ecosistemas terrestres y unos pocos a los acuáticos.
Ecosistemas terrestres
Mientras que la cantidad de estudios es escasa, la
calidad de su información está en la etapa de desa-
rrollo (véase cuadro 1). Los ecosistemas sobre los
que hay una mayor cantidad de investigaciones son
el bosque tropical seco y el bosque templado (véase
figura 2). En el caso de los pastizales, agroecosis-
temas y ecosistemas urbanos los trabajos son muy
escasos.
Entre los temas más estudiados están la modi-
ficación del paisaje, la función de los ecosistemas
como generadores de significados para los seres
humanos, los procesos hidrológicos y el papel de
los ecosistemas como hábitat. Los temas menos in-
vestigados son el control biológico, la formación de
suelo, la polinización y la regulación de la calidad
del agua.
Hay más trabajos sobre los servicios ecosisté-
micos de regulación debido a que comprometen el
funcionamiento del ecosistema. Se registraron pocos
estudios acerca de los servicios de soporte; esta si-
tuación se relaciona con la dificultad que conlleva su
investigación. Por su parte, los trabajos sobre los ser-
vicios de provisión y culturales analizan de manera
muy superficial los aspectos de funcionamiento. Es
de destacar que las investigaciones generales o con-
ceptuales sobre este tema tienen una buena repre-
sentación (véase cuadro 1).
 3. Cambios en la biodiversidad y sus consecuencias en el funcionamiento de los ecosistemas y sus servicios

Mientras la mayoría de los estudios sobre este tema Figura 6. Relación entre el funcionamiento de los ecosistemas terrestres y sus servicios
se concentran en el centro del país (véase figura 6),
para el sur y el norte son más escasos. Las entidades
federativas con mayor cantidad de trabajos son, en

35˚0’ 0” O
orden de importancia, Veracruz, Yucatán, Distrito
Federal, Oaxaca y Jalisco. Hay estados que cuentan
con una sola investigación cada uno, como Baja Cali-
fornia, Campeche, Chiapas e Hidalgo, entre otros. Sin

30˚0’ 0” O
embargo, para estados como Aguascalientes, Colima,
Guanajuato y Querétaro, entre otros, los estudios son
nulos. Cabe resaltar que casi una cuarta parte de los
trabajos están realizados a escala nacional.

25˚0’ 0” O
Ecosistemas acuáticos
La cantidad de investigación se considera escasa
(véase cuadro 2), pues solo se encontró 1 para la

20˚0’ 0” O
laguna de Términos, Campeche. En el caso de arre-
cifes, ríos, manglares y mares el estudio sobre la re-
lación entre el funcionamiento de los ecosistemas y
sus servicios es nulo (véase figura 4). La calidad de
la información disponible se considera avanzada.
15˚0’ 0” O

Estados con mayor cantidad de estudios

Los temas investigados en el trabajo sobre la laguna
Estados con pocos estudios
de Términos, Campeche, son los pulsos ambienta-
Estados sin estudios
les, la estacionalidad físico-química y el metabolis-
mo de la laguna, la dinámica funcional, el perfil del
ecosistema e implicaciones para su manejo. 110˚0’ 0” O 100˚0’ 0” O 90˚0’ 0” O

Interacción entre
ecosistemas terrestres y acuáticos
En cuanto a este tema, la cantidad de estudios es
nula, pues si bien existen 2 acerca del funcionamien-
to y los servicios de esteros en México, en los cuales
se mencionan los dos componentes, esto se hace de
manera desarticulada. Los temas investigados son el
papel del ecosistema como reserva de CO2 y la fija-
ción de nitrógeno.
Cambios en la biodiversidad y sus
consecuencias en el funcionamiento
de los ecosistemas y sus servicios
La complejidad de las relaciones entre la biodiver-
sidad, el funcionamiento de los ecosistemas y sus
servicios es poco conocida, lo cual dificulta predecir
cómo estos procesos e interacciones cambiarán ante

205
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
los impulsores del cambio global (Mace et al., 2012).
Frente a la rapidez con que están ocurriendo estos
cambios, es indispensable que los trabajos tengan un
enfoque integral de las relaciones causales entre las
características de la biodiversidad, los procesos fun-
cionales y los servicios ecosistémicos (Martín López
et al., 2007).
El tipo de interacciones entre los componentes
bióticos y abióticos determina la cantidad, calidad y
variabilidad en el tiempo y en el espacio de los servi-
cios ecosistémicos (Millennium Ecosystem Assess-
ment, 2005). Cuando las características físicas, quí-
micas y biológicas de los ecosistemas sufren cambios,
también se modifican los procesos funcionales y, en
consecuencia, los servicios ecosistémicos (Mace et
al., 2012). Un aumento de la riqueza de las especies y
de la biodiversidad de los grupos funcionales, incluso
a pequeña escala, incrementa el nivel de diversidad
funcional, la estabilidad ecológica y la resiliencia de
los ecosistemas (Barbier et al., 2009). Esto mantiene
un espectro amplio de opciones en los ecosistemas,
lo cual les permite responder al cambio global y a la
conservación de los servicios ecosistémicos esencia-
les, a fin de mantener el bienestar humano.
En México existen 20 estudios acerca de las rela-
ciones entre la biodiversidad y sus consecuencias en
el funcionamiento de los ecosistemas y sus servicios,
de los cuales la gran mayoría están dedicados a los
ecosistemas terrestres y uno solo a los acuáticos.
Ecosistemas terrestres
La cantidad de investigación sobre este tema se con-
sidera escasa, y la calidad de la información es he-
terogénea y está en una etapa de desarrollo (véase
cuadro 1). El ecosistema más estudiado es el bos-
que templado (véase figura 2). Mientras que el nivel
206
de los trabajos sobre el bosque tropical húmedo se
considera avanzado, el relativo al bosque templado,
al tropical seco y al mesófilo, así como al matorral
xerófilo, los agroecosistemas y el ecosistema urbano
está en un nivel de desarrollo. Finalmente, la calidad
de los estudios sobre los pastizales es incipiente.
Entre los temas más investigados están el secues-
tro de CO2, la modificación del paisaje y el papel de
los ecosistemas como hábitat. Aspectos poco estu-
diados son la adaptación, la depredación, la dinámi-
ca de nutrientes y la productividad primaria. Con
respecto a la relación entre los cambios en la biodi-
versidad y sus consecuencias en el funcionamiento
de los ecosistemas y sus servicios, lo más investigado
fueron los servicios de regulación.
Mientras que la mayoría de los trabajos correspon-
den a la parte central del país, el sureste es la menos
estudiada. Siete entidades federativas de la República
concentran las dos terceras partes de las investiga-
ciones; ellas son, por orden de importancia, Chia-
pas, Distrito Federal, Durango, Estado de México,
Michoacán, Jalisco y Veracruz (véase figura 7). Aún
no se desarrollan trabajos sobre esta sección temáti-
ca en las restantes entidades federativas.
Ecosistemas acuáticos
La cantidad de estudios acerca de los cambios en la
biodiversidad y sus consecuencias en el funciona-
miento de los ecosistemas acuáticos y sus servicios
es escasa. Solo se encontró 1 sobre el Arrecife Ala-
cranes, en el Banco de Campeche, y ninguno para
los otros ecosistemas acuáticos (véanse cuadro 2 y fi-
gura 4). La calidad de la información disponible está
en un nivel de desarrollo. Los temas estudiados en el
trabajo sobre el Arrecife Alacranes son producción,
consumo, respiración, flujo total de materia y ener-
 3. Cambios en la biodiversidad y sus consecuencias en el funcionamiento de los ecosistemas y sus servicios

gía, producción primaria neta, biomasa, dependen- Figura 7. Cambios en la biodiversidad y sus consecuencias en el funcionamiento de los ecosistemas
cia de la biodiversidad a escala de paisajes, reciclado terrestres y sus servicios
de materia y energía, así como su relación con las
especies de peces.

35˚0’ 0” O
Interacción entre
ecosistemas terrestres y acuáticos
Cabe resaltar que si bien existe un estudio acerca de la

30˚0’ 0” O
biodiversidad, el funcionamiento y los servicios de
los manglares en México, en el cual se mencionan los
tres componentes, no se incluyó porque lo hace de
forma desarticulada.

25˚0’ 0” O
Necesidad de este
tipo de investigaciones

20˚0’ 0” O
Es importante desarrollar de manera interdisciplina-
ria trabajos cuyo objetivo sea reconocer y cuantificar
las relaciones entre la biodiversidad, el funciona-
miento de los ecosistemas y sus servicios, para los
15˚0’ 0” O

Estados con 66% de estudios

cuales hay que crear los marcos metodológicos que
tomen en cuenta y analicen dichas relaciones. En
este sentido, además de abordar la perspectiva basada
en la investigación de la respuesta de la biodiversidad
a las dimensiones de los cambios ambientales globales
(véase figura 1), sería importante estudiar cómo los
cambios en la biodiversidad influyen de manera di-
recta o indirecta en los procesos relacionados con el
funcionamiento de los ecosistemas y, por ende, en
los servicios ecosistémicos.
Anton et al. (2010) identificaron 12 prioridades
de investigación en cuanto a la relación de la bio-
diversidad con los servicios ecosistémicos, incluidas
en siete áreas temáticas:
Estados sin estudios
110˚0’ 0” O 100˚0’ 0” O 90˚0’ 0” O
• soporte ecológico,
• factores que afectan a los ecosistemas y sus servicios,
• características biológicas y servicios,
• valoración de los servicios,
• estimación temporal y espacial de los servicios,
• indicadores de los servicios, y
• manejo del hábitat, políticas de conservación y servicios.

207
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
Además, Seppelt et al. (2011), a partir de una revi-
sión cuantitativa de los estudios sobre los servicios
ecosistémicos, concluyeron que existen cuatro fa-
cetas que caracterizan la investigación holística de
estos: el realismo biofísico de los datos y de los mo-
delos de los ecosistemas, la consideración de las de-
cisiones locales, el reconocimiento de los efectos ex-
ternos y la implicación de los usuarios en los trabajos
de evaluación.
Desde este enfoque ‒el de las cuatro facetas de
la investigación holística‒ podrían responderse pre-
guntas como ¿cuál es el efecto que tiene una especie
o un grupo funcional en los procesos de los ecosiste-
mas?, ¿cuáles son las consecuencias funcionales de la
diversidad de especies?, ¿qué implicaciones funcio-
nales causa la reducción de especies?, ¿cuáles son los
servicios ecosistémicos afectados por los cambios en
la biodiversidad? y ¿de qué manera se ven afectados
los servicios ecosistémicos por los cambios en la di-
versidad funcional?
Es de destacar que para los ecosistemas de Méxi-
co falta información sobre la relación entre la capaci-
dad de la biodiversidad y el funcionamiento ecosisté-
mico para suministrar servicios, así como acerca del
impacto que los cambios ambientales globales tienen
en la biodiversidad y, por ende, en dichos servicios.
Por tanto, es necesario crear marcos metodológicos
que estudien dichas relaciones y que permitan com-
parar la situación en los distintos ecosistemas. En la
actualidad existe la capacidad instalada para generar
nodos de investigación que produzcan información
científica básica, la cual pueda ser de utilidad para la
conservación de los ecosistemas. No obstante, es nece-
sario articular trabajos con objetivos comunes que
permitan un avance más rápido para la obtención de
resultados.
208
En el caso particular de los ecosistemas terres-
tres, resulta prioritario desarrollar estudios sobre
los bosques tropicales húmedos y los ecosistemas
urbanos, de los cuales hay menos (véase figura 2).
Además, los aspectos de funcionamiento de los eco-
sistemas terrestres que requieren una mayor canti-
dad de investigación son la adaptación, depredación,
polinización, dispersión de semillas, dinámica de
nutrientes y productividad primaria. Los servicios
ecosistémicos que casi no se han estudiado son los cul-
turales y los de soporte. Finalmente, es importante
generar información para los estados de la República
Mexicana en donde esta temática ha sido muy poco
abordada, y más aún para aquellos en los que se ha
desarrollado muy poco, como es el caso de Aguas-
calientes, Colima, Guanajuato e Hidalgo, entre otros
(véanse figuras 3 y 6).
Es clara la falta de estudios sobre la interacción
entre los ecosistemas terrestres y acuáticos, así como
acerca de los servicios ecosistémicos acuáticos. En
la mayor parte de los trabajos hay una tendencia a
evaluar los diferentes componentes de la biodiversi-
dad considerando los cambios en las características
abióticas particulares de los ecosistemas; para ello se
investiga sobre todo la caracterización espacio-tem-
poral del hábitat y la presencia de la biodiversidad,
la distribución y abundancia de las especies, los ín-
dices de integridad biológica y los modelos tróficos.
Existen estudios acerca de la sensibilidad de los eco-
sistemas a los cambios climáticos y antrópicos, sobre
todo de lagunas costeras, pero no los relacionan; la
mayoría de ellos están dirigidos a la gestión de los
ecosistemas. Entre los temas más estudiados están
el manejo integral de cuencas, el análisis integral de
regiones hidrológicas y la importancia del funciona-
miento de los ecosistemas, en especial los ciclos bio-

geoquímicos en los servicios ecosistémicos y la bio-
diversidad.
Es primordial realizar investigaciones extensi-
vas que incorporen la relación de la biodiversidad, el
funcionamiento de los ecosistemas y sus servicios en
todos los tipos de ecosistemas que están muy dete-
riorados (Conabio, 2008). Es de esperar que la biodi-
versidad de estos ecosistemas esté muy afectada, con
cambios importantes en su funcionamiento y, por con-
secuencia, en sus servicios.
Conclusiones
En México están escasamente estudiados los cam-
bios en la biodiversidad y sus consecuencias en el
funcionamiento de los ecosistemas, los cambios en
la biodiversidad y sus consecuencias en los servicios
ecosistémicos, la relación entre el funcionamiento
de los ecosistemas y sus servicios, y los cambios en
la biodiversidad y sus consecuencias en el funcio-
namiento de los ecosistemas y sus servicios. Por lo
tanto, es necesario crear marcos metodológicos para
investigar y analizar dichas relaciones en cada uno
de los ecosistemas, sobre todo en los acuáticos, así
como en la interacción entre los ecosistemas terres-
tres y los acuáticos.
Los estudios de estas cuatro secciones temáticas
en los ecosistemas terrestres están referidos a regio-
nes específicas del país. De acuerdo con cada una de
ellas destacan los resultados siguientes:
• Para la primera ‒cambios en la biodiversidad y sus
consecuencias en el funcionamiento de los ecosis-
temas‒, la mayoría de las investigaciones son sobre
el norte y el sur, y queda rezagado el centro.
3. Cambios en la biodiversidad y sus consecuencias en el funcionamiento de los ecosistemas y sus servicios
• Para la segunda ‒cambios en la biodiversidad y sus
consecuencias en los servicios ecosistémicos‒, en
orden de mayor a menor están los trabajos sobre el
sur, el centro y el norte.
• Para la tercera ‒relación entre el funcionamiento
de los ecosistemas y sus servicios‒, la mayor parte de
los estudios son sobre el centro del país, mientras
que para el sur y el norte son más escasos.
• Finalmente, para la cuarta ‒cambios en la biodiver-
sidad y sus consecuencias en el funcionamiento de
los ecosistemas y sus servicios‒, la mayoría de las
investigaciones son de la zona centro, siendo la sur
la menos estudiada.
Es necesario destacar que hay zonas de estudio muy
focalizadas que se explican por la presencia de cen-
tros de investigación importantes. Asimismo, hay
que considerar lo siguiente:
• Es incipiente el estudio de esas cuatro secciones te-
máticas en los ecosistemas acuáticos, así como en
la interacción entre los ecosistemas terrestres y los
acuáticos.
• Es necesario homogeneizar, sistematizar, analizar y
compilar la información sobre los distintos ecosis-
temas de México, pues está desordenada y aislada,
a fin de entender de manera integral los problemas
ambientales como el cambio global.
• Se requiere generar capacidad humana e infraes-
tructura, así como estandarizar los marcos meto-
dológicos, para investigar las relaciones entre los
distintos ecosistemas.
• Es necesario estudiar la biodiversidad y los ecosis-
temas de México desde una aproximación de múl-
tiples escalas, en la que se desarrollen investiga-
ciones a largo plazo en sus diferentes ecosistemas,
209
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

y se realicen al mismo tiempo trabajos dirigidos a jeto de disminuir y prevenir los efectos de la pre-
estudios de caso en distintos ecosistemas. sión existente en los ecosistemas debido al cambio
• Se requiere, a pesar de su complejidad, llevar a global, entre otros impulsores. l
cabo investigaciones multidisciplinarias con el ob-

210
 3. Cambios en la biodiversidad y sus consecuencias en el funcionamiento de los ecosistemas y sus servicios
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Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
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 3. Cambios en la biodiversidad y sus consecuencias en el funcionamiento de los ecosistemas y sus servicios
Glosario
Abiótico, ca. Carente de vida. En el ecosistema se denomina así a los
componentes que no tienen vida, como las sustancias minerales.
Agroecosistema. Ecosistema con un uso agropecuario del espacio.
Amortiguador. Cualquier especie o dispositivo diseñado para absor-
ber y mitigar una fuerza.
Antrópico, ca. Debido al ser humano.
Bioconstrucción. Forma de construir que favorece la biodiversidad y
los procesos evolutivos de todo ser vivo.  Con ella se garantiza el equili-
brio y la sustentabilidad de las generaciones futuras.
Biodiversidad. Variedad de seres vivos existentes en la Tierra y los pa-
trones naturales que la conforman.
Bioma. Conjunto de ecosistemas caracterizados por la estructura de
su vegetación, con una composición de especies y un espectro de tipos
biológicos de plantas (árbol, hierba, arbusto) en condiciones particula-
res de clima, suelo, latitud y altitud.
Biomasa. Cantidad de materia acumulada en un individuo, un nivel tró-
fico, una población o un ecosistema.
Biótico, ca. Todo lo viviente. Una asociación biótica comprende las
plantas y los animales presentes en un área determinada.
Bosque mesófilo. Formación vegetal densa existente en el mismo piso
altitudinal que los encinares, pero en condiciones de humedad altas.
Se caracteriza por la presencia constante de masas de nubes, en especial
las formadas en las llamadas bocas de montaña. Con frecuencia la comuni-
dad incluye árboles perennifolios, un sotobosque muy desarrollado y
plantas epifitas. En México, la precipitación media anual en este bosque
oscila entre 1,500 y 3,000 mm.
Bosque ribereño. Formación vegetal muy heterogénea, ubicada a las
orillas del mar, de un río o en islotes de un curso de agua. Tiene árbo-
les de entre 4 a 40 m de altura, con elementos de hoja perenne, caduca,
parcialmente caduca; puede incluir plantas epifitas o trepadoras o carecer
por completo de ellas.
Bosque templado. Formación vegetal densa, caracterizada por tener en-
cinares, aunque predominan zonas con árboles de hojas angostas y cor-
tas, que varían entre 30 y 40 m de altura, con copas comúnmente triangu-
lares, ramificadas desde niveles bajos. Presenta por lo general un estrato
arbóreo inferior, y estratos arbustivos, herbáceos y rasantes. En México,
este bosque tiene una precipitación media anual que oscila entre los 600
y los 1,000 mm.
Bosque tropical húmedo. Formación vegetal conformada por árboles
altos de más de 25 m, con abundantes bejucos y plantas epifitas. La to-
talidad o más del 75% de los árboles permanecen verdes todo el año.
En México, en este bosque hay una precipitación media anual de 500 a
2,000 mm.
Bosque tropical seco. Formación vegetal conformada por una gran
mayoría de árboles de 2 a 8 m de altura, existiendo otros de 15 m. Entre
el 25 y el 50% de ellos pierden sus hojas en la época seca (durante 5 a 8
meses). En México, la precipitación media anual en estos bosques está
entre los 600 (o menos) hasta los 1,000 mm.
Ciclo biogeoquímico. Proceso de circulación de los elementos químicos
componentes de la vida, tanto dentro de los organismos como fuera de ellos.
Ciclo de nutrientes. Intercambio biológico o físico-químico de los nu-
trientes (elementos químicos) en los diferentes niveles del ecosistema.
213
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
Comunidad. En ecología, agrupación natural de especies de plantas o
animales que viven en un área o hábitat definido, y tienen relaciones de
asociación.
Control biológico. Eliminación de plagas mediante el uso de organis-
mos vivos, tales como parásitos, depredadores, bacterias o virus.
Depredación. Acción y efecto de un organismo que se alimenta de
otro. Consumo de los recursos naturales sin el cuidado de renovar lo
que se ha usado (plantas o animales).
Descomposición. Transformación de materiales orgánicos en la cual
se puede llevar a cabo la oxidación total y la liberación total de dióxido
de carbono (CO2) más agua y otros elementos (por ejemplo, ácidos,
cetónicos, aldehídos o alcohólicos).
Dinámica de nutrientes. Transferencia de los nutrientes en los dife-
rentes niveles del ecosistema durante un periodo temporal definido.
Dinámica funcional. Evolución de los atributos funcionales de un ecosistema
en un periodo temporal, debido a causas que producen cambios en su estado.
Dinámica trófica. Estudio de la naturaleza del control y de la regulación
de los recursos y la producción (productor, herbívoro, carnívoro, des-
componedor), así como de la transferencia de energía de una parte del
ecosistema a otra o entre niveles tróficos.
Diversidad funcional. Tipo, rango y abundancia relativa de los atributos
funcionales presentes en una determinada comunidad o ecosistema.
Ecosistema. Conjunto de factores abióticos y bióticos de una determi-
nada zona (espacio) y la interacción que se establece entre ellos en un
tiempo determinado.
Ecosistema urbano. Ecosistema dominado por edificaciones. Incluye
sistemas urbanos y suburbanos.
214
Endémico, ca. Una especie, es decir, un taxón biológico que se halla
exclusivamente en determinado lugar o bioma.
Ensamblaje. En bioinformática se refiere al montaje de secuencias, es
decir, al alineamiento y mezcla de múltiples fragmentos de una secuen-
cia de ADN mucho mayor para reconstruir la secuencia original.
Especie. Unidad taxonómica fundamental con nomenclatura binomial
(dos nombres). Organismos muy parecidos entre sí y con sus antepa-
sados.
Especie clave. Especie que, debido a su abundancia, produce un efecto
de grandes proporciones en su medio ambiente, así como en muchos
otros organismos dentro de un ecosistema, y ayuda a determinar los ti-
pos y la abundancia de otras especies.
Especie dominante. Especie (comúnmente vegetal), que por su abun-
dancia en un determinado lugar condiciona las relaciones entre las de-
más especies.
Estacionalidad físico-química. Proceso de cambio en medidas tales
como la temperatura, el pH, la conductividad, el oxígeno disuelto, la de-
manda bioquímica y química de oxígeno durante el año en correlación
con las variaciones estacionales.
Externalidad. Término de la economía ambiental que explica cómo la
actividad económica de una persona o empresa repercute en el bienes-
tar de otras personas. Son actividades que afectan de manera positiva o
negativa a otros, sin que estos paguen por ellas o sean compensados.
Fenología. Ciencia que estudia la relación entre los factores climáticos y los
ciclos de los seres vivos.
Formación de suelo. Producción de la capa edáfica formada por ele-
mentos minerales y orgánicos a partir de procesos de meteorización de
una roca madre, de otros suelos o de restos biológicos.
 3. Cambios en la biodiversidad y sus consecuencias en el funcionamiento de los ecosistemas y sus servicios
Funcionamiento del ecosistema / función ecosistémica. Activida-
des colectivas de plantas, animales, hongos y microorganismos, y sus
efectos (alimentación, crecimiento, excreción, etc.) en las condiciones
físicas y químicas de su ambiente.
Gen. Fragmento de ADN que constituye la unidad funcional más pequeña.
Gradiente. Variación de una magnitud con la distancia.
Grupo funcional. Grupo de organismos con rasgos y respuestas simila-
res dentro de un ecosistema.
Hábitat. Lugar que presenta las condiciones apropiadas para que viva
un organismo, especie o comunidad animal o vegetal. Es el espacio
donde una población biológica puede residir y reproducirse, de tal ma-
nera que asegure perpetuar su presencia en el planeta.
Holismo. Tendencia o corriente que analiza los eventos desde las múl-
tiples interacciones que los caracterizan. Considera que el sistema com-
pleto se comporta de un modo distinto que la suma de sus partes.
Humedal. Área de marismas, pantanos, turberas, naturales o artificiales,
permanentes o temporales, con agua estática o que fluye, dulce, salobre o
salada, que incluye áreas de aguas marinas de poca profundidad.
Impulsor. Fuerza o motor de cambio que reúne conjuntos de factores y
procesos que inciden en la transformación de los ecosistemas.
Índice de Shannon o de Shannon-Weaver. Medidas de diversidad
relacionadas con la teoría de la información. Parten del supuesto de
que una comunidad es análoga a un sistema termodinámico, en la cual
existe un número finito de individuos (análogo en cantidad de energía),
que pueden ocupar un número ‒también finito‒ de categorías (espe-
cies). Se usa para medir biodiversidad específica.
Lago. Gran extensión de agua rodeada de tierra.
Laguna costera. Pequeña masa de agua depositada en una hondona-
da del terreno constituida en los lugares donde se forman las barras a
partir de la punta de un promontorio, y que, por efecto de las mareas y
el oleaje del mar, emigran hacia la costa para crear una ensenada o una
bahía.
Manglar. Formación vegetal constituida sobre todo por árboles de
mangle, que vive en las costas bajas parcialmente inundadas de regio-
nes tropicales, y que se caracteriza por una alta diversidad biológica y
una gran fragilidad ecológica.
Marisma/pantano. Zona inundable de agua dulce o salada donde se acu-
mulan grandes cantidades de turba y abunda la vegetación herbácea.
Matorral xerófilo. Formación vegetal característica de zonas áridas y
semiáridas. En ella predominan arbustos altos o árboles bajos (3 a 5 m),
caducifolios, con hojas o foliolos de tamaño pequeño.
Metabolismo ecológico. Caracterización del flujo de energía entre dis-
tintos niveles tróficos y su relación con los elementos del medio físico.
Modelo trófico. Análisis de las relaciones entre el ciclo de nutrientes, la
productividad, el flujo de energía y la eficiencia de los nutrientes, y cómo
influyen en la evolución de los ecosistemas.
Mutualismo. Interacción biológica o relación interespecífica tempo-
ral entre dos organismos, en la cual ambos obtienen algún grado de
beneficio.
Paisaje. Entorno geográfico, tanto superficial como subterráneo, for-
mado por influencia de procesos naturales y actividades antrópicas, e
integrado por componentes naturales y complejos de diferente rango
taxonómico.
Pastizal. Formación vegetal donde el papel preponderante correspon-
de a las gramíneas, es decir, tiene un estrato herbáceo dominante.
215
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
Perfil de un ecosistema.  Análisis del ecosistema que integra las prio-
ridades para la conservación de la biodiversidad, las amenazas, el en-
torno político, el contexto de la sociedad civil y su relación con otros
actores.
Perturbación. Suceso discreto en el tiempo (específico, no habitual)
que altera la estructura de los ecosistemas, de las comunidades o de las
poblaciones, y cambia los recursos, la disponibilidad de hábitats aptos
o el medio físico.
Polinización. Transferencia de polen de la antera al estigma de una flor
a través de diferentes medios, como agua, aire o algún organismo vivo.
Producción primaria. Transformación de la energía química o solar en
biomasa. La mayor parte de la producción primaria se produce a través
de la fotosíntesis, por la cual las plantas verdes transforman la energía
solar, el dióxido de carbono (CO2) y el agua en glucosa y después en
tejidos vegetales.
Producción primaria neta. Cálculo de proporción de producción
primaria bruta no utilizada por los productores primarios para su
crecimiento por unidad de tiempo; se expresa en t/ha/año.
Producción secundaria. Incremento de biomasa correspondiente a los
animales, hongos y demás organismos no foto-sintetizadores.
Reciclaje/reciclamiento. Utilización más de una vez del mismo mate-
rial en procesos productivos.
Red trófica o alimenticia. Conjunto de cadenas tróficas que pueden
establecerse en un ecosistema. Según lo lejos que se sitúen los orga-
nismos dentro de la cadena alimentaria se enumeran los niveles: las
plantas están en el nivel 1, los herbívoros en el 2, los depredadores en el
3, y los carnívoros o grandes carnívoros en los niveles 4 y 5.
216
Resiliencia. Capacidad de un ecosistema para restituirse a sí mismo des-
pués de estar expuesto a una perturbación externa que no resulte dema-
siado rigurosa.
Restauración ecológica. Proceso de recuperación de un ecosistema
alterado, degradado y por lo general fragmentado, hasta el punto de
restablecer sus funciones primordiales y sus servicios ecosistémicos,
con la consecuente viabilidad dinámica del paisaje del que forma parte.
Secuestro, almacenamiento y reserva de CO2. Extracción y almace-
namiento del CO2 de la atmósfera en sumideros (océanos, bosques,
tierra), a través de un proceso físico o biológico como es la fotosíntesis.
Servicio cultural. Servicio ecosistémico asociado a beneficios no mate-
riales: espirituales y religiosos, recreativos y turísticos, estéticos, etcétera.
Servicio de provisión. Servicio ecosistémico asociado a la generación
de productos, como alimentos, agua dulce, leña y recursos genéticos.
Servicio de regulación. Servicio ecosistémico asociado a la obtención de
beneficios debido a la regulación de procesos de los ecosistemas; por ejem-
plo, regulación climática, de enfermedades, hidrológica, polinización.
Servicio de soporte. Servicio ecosistémico necesario para la produc-
ción de otros servicios de los ecosistemas, es decir, formación de suelo,
reciclaje de nutrientes, producción primaria, etcétera.
Servicio ecosistémico. Beneficio que las personas obtienen de los eco-
sistemas.
Unidad de paisaje. Parte de terreno que, por sus características especí-
ficas en cuanto a sus componentes paisajísticos de naturaleza ambien-
tal, cultural, perceptiva y simbólica, así como sus dinámicas, tiene una
idiosincrasia diferenciada del resto del territorio.
 3. Cambios en la biodiversidad y sus consecuencias en el funcionamiento de los ecosistemas y sus servicios

Cuadro 1. Calidad y cantidad de investigaciones según secciones temáticas y ecosistemas terrestres estudiados
Criterios de calidad:
A-Incipiente: aportaciones
Sección temática / Bosque Bosque Bosque Bosque Matorral Pastizal Agroecosistema Urbano General / TOTALES* Promedio de conceptuales, metodológicas y de
ecosistema templado tropical tropical mesófilo xerófilo conceptual calificación datos pobres.
húmedo seco de calidad y B-En desarrollo: claro desarrollo
cantidad en aportaciones conceptuales,
metodológicas y de datos.
C-Avanzada: avances
conceptuales, metodológicos y con
9, 17, 36, 58, 61, 40, 56, 61, 89 23, 38, 39, 42, 45, 57, 1, 5, 6, 34, 54, 55, 64, 67, 10, 15, 17, 21, 22, 31, 39, 45, 10, 14, 39, 44, 49, 72, 20, 31, 41, 43, 52, 59, 63, 2, 8, 37, 47 78, 131 datos claros y ampliamente
Cambios en la biodiversidad 46, 48, 53, 61, 71, 80, 97, 74, 82, 88, 90, 97, 98, 75, 82, 84, 97, 124, 135, (B, X)
62, 64, 70, 87, (B, X) 76, 77, 81, 82, 108, 125, 68, 97, 102, 108, 112, 113, (B, X) reconocidos.
y sus consecuencias en el 106, 117, 122, 124, 126, 127, 99, 120, 121, 122, 123, 124, 139, 142, 151 107 (B, Y) en desarrollo,
96, 97, 101, 116, 137, 139, 147, 151, 166 114, 115, 134, 146, 152, 160,
funcionamiento de los 140, 142, 150, 157, 163, 169 132, 133, 156, 164, 169, 170 (B, Z) en elaboración
128, 142, 154 (B, Z) 171 Criterios de cantidad:
ecosistemas (B, Z) (B, Z)
(B, Z) (B, Z) X-Escasa: el número de citas por
celda es mucho menor que lo que
se esperaría si todas las celdas
tuvieran citas de forma equitativa.
3, 129, 130, 162 65, 145 4, 26, 144 27, 73, 159 136
Cambios en la biodiversidad Y-En elaboración: el número de
(B, X) (B, X) (B, X) (B, X) (B, X)
y sus consecuencias en los 13 (B, X) en desarrollo, citas por celda es igual a lo que se
servicios ecosistémicos escasa esperaría si todas las celdas
tuvieran citas de forma equitativa.
Z-Amplia: el número de citas por
celda es mucho mayor que lo que
se esperaría si todas las celdas
12, 16, 110, 143, 18, 119 7, 51, 107, 138, 148, 167 11, 161 29, 35, 158 109 83 85 24, 28, 35, 50, tuvieran citas de forma equitativa.
Relación entre el 165 (B, X) (B, X) (B, X) (B, X) (B, X) (B, X) (B, X) 66, 78, 94
funcionamiento de los (B, X) (B, X) 27 (B, X) en desarrollo, Números en rojo: se refieren a
ecosistemas y sus servicios escasa trabajos que tratan más de un
ecosistema, por lo que el número
se repite en más de una celda.
* Estos totales se refieren al
número de estudios que abordan
19, 33, 91, 92, 60, 141 13, 118, 153, 168 105, 118, 141, 155 118 30 60, 93, 105, 118 69 25
Cambios en la biodiversidad cada una de las secciones
93, 95, 100, (C, X) (B, X) (C, X) (C, X) (B, X) (C, X) (B, X) (B, X)
y sus consecuencias en el 19 (B, X) en desarrollo, temáticas, por lo que los números
103, 118
funcionamiento de los escasa repetidos solo cuentan como un
(B, Y)
ecosistemas y sus servicios estudio.

TOTALES* 34 (B, Y) 10 (B, X) 27 (B, X) 27 (B, X) 34 (B, Y) 26 (B, X) 24 (B, X) 6 (B, X) 10 (B, X)

Promedio de
calificación en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo,
de calidad y en elaboración escasa escasa escasa en elaboración escasa escasa escasa escasa
cantidad

217
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
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225
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 2. Calidad y cantidad de investigaciones según secciones temáticas y ecosistemas acuáticos estudiados
Criterios de calidad:
A-Incipiente: aportaciones conceptuales,
Sección temática / Arrecife Río Laguna Manglar Mar TOTALES* Promedio de metodológicas y de datos pobres.
ecosistema costera calificación B-En desarrollo: claro desarrollo en
de calidad y aportaciones conceptuales, metodológicas
cantidad y de datos.
C-Avanzada: avances conceptuales,
metodológicos y con datos claros
y ampliamente reconocidos.
1, 2, 3 4
Cambios en la biodiversidad (B, Z) (B, Y)
Criterios de cantidad:
y sus consecuencias en el 4 (B, X) en desarrollo,
funcionamiento de los
X-Escasa: el número de citas por celda es
escasa
ecosistemas
mucho menor que lo que se esperaría si todas
las celdas tuvieran citas de forma equitativa.
Y-En elaboración: el número de citas por celda
es igual a lo que se esperaría si todas las celdas
5 6 6, 7, 8, 9, 10, 11 5 tuvieran citas de forma equitativa.
Cambios en la biodiversidad (C, Y) (C, Y) (B, Z) (C, Y) Z-Amplia: el número de citas por celda es
y sus consecuencias en los 7 (B, Y) en desarrollo, mucho mayor que lo que se esperaría si todas
servicios ecosistémicos en elaboración las celdas tuvieran citas de forma equitativa.

Números en rojo: se refieren a trabajos que

tratan más de un ecosistema, por lo que el
número se repite en más de una celda.
12 * Estos totales se refieren al número de estudios
Relación entre (B, Y) que abordan cada una de las secciones
el funcionamiento de los 1 (B, X) en desarrollo, temáticas, por lo que los números repetidos solo
ecosistemas y sus servicios escasa cuentan como un estudio.

13
Cambios en la biodiversidad (B, Y)
y sus consecuencias en el 1 (B, X) en desarrollo,
funcionamiento de los escasa
ecosistemas y sus servicios

TOTALES* 4 (B, Y) 2 (B, X) 2 (B, X) 6 (B, Y) 1 (C, X)

Promedio de calificación en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, avanzada

de calidad y cantidad en elaboración escasa escasa en elaboración escasa

226
 3. Cambios en la biodiversidad y sus consecuencias en el funcionamiento de los ecosistemas y sus servicios
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Cuadro 2
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Xalapa, Inecol.
227
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

228
 Los
servicios
ecosistémicos

Coordinadores de capítulo: Patricia Balvanera1, Cynthia Armendáriz Arnez23, Alejandra Tauro1.

Coordinadores de sección: Lucía Almeida-Leñero2, Juan M. Dupuy Rada3, Francisco José Gutiérrez Men-
dieta4, María de Lourdes Jiménez Badillo5, Eurídice Leyequién3, Antonio de Jesús Meraz6, Alejandro Morón7,
Yolanda Nava Cruz8, María de Jesús Ordóñez Díaz9, Gilberto Silva López10, Gilberto Velázquez Angulo11.
Coautores: Gilberto Acosta González12, Ahime Álvarez Vela13, Lucrecia Arellano14, Jesús Adolfo Armenta Cas-
tañeda15, Ángela P. Caro Borrero2,13, Victoria Díaz Castañeda16, Victoriano Garza Almanza11, Amabel P. Hernández
Sánchez2, Víctor Manuel Herrera Correa11, Laura Paulina Osorio Olvera17, Jesús Felipe Poblano Amparán11,
Miguel Prado18, Luis Alberto Ramos Solís11, Matilde Rincón Pérez17, Paloma Rodríguez Hernández9, David
Manuel Romero Escalante20, Jaime Romero González11, Miguel Ángel Salinas Melgoza19, Alejandra Vivero Due-
ñas6, Pablo Wong González20.
Revisores: Elena Lazos21, Bruno Locatelli22.

229
 Adscripciones
1
Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad, Universidad Nacional Autóno-
ma de México (UNAM); 2 Laboratorio de Ecosistemas de Montaña, Departamento de Ecología
y Recursos Naturales, Facultad de Ciencias, UNAM; 3 Unidad de Recursos Naturales, Centro
de Investigación Científica de Yucatán, A.C. (CICY); 4 Laboratorio de Ecosistemas Costeros,
Departamento de Hidrobiología, División de Ciencias Biológicas y de la Salud, Universidad
Autónoma Metropolitana-Iztapalapa; 5 Instituto de Ciencias Marinas y Pesquerías, Universidad
Veracruzana; 6 Manejo Integrado de Agroecosistemas, Centro de Ciencias Agropecuarias, Uni-
versidad Autónoma de Aguascalientes; 7 Departamento de Ecología y Sistemática Terrestre,
El Colegio de la Frontera Sur-Unidad Campeche; 8 Unidad Académica de Estudios Regionales,
Coordinación de Humanidades, UNAM; 9 Centro Regional de Investigaciones Multidiscipli-
narias, Coordinación de Humanidades, UNAM, Campus Cuernavaca; 10 Instituto de Investi-
gaciones Biológicas, Universidad Veracruzana (Doctorado en Ciencias Biológicas, UAM-I);
11
Universidad Autónoma de Ciudad Juárez; 12 Laboratorio de Ecología de Ecosistemas de Arre-
cifes Coralinos, Centro de Investigación y de Estudios Avanzados, Instituto Politécnico Nacio-
nal (IPN)-Unidad Mérida; 13 Posgrado en Ciencias del Mar y Limnología, Instituto de Ciencias
del Mar y Limnología, UNAM; 14 Red de Ecoetología, Instituto de Ecología, A.C.; 15 Universidad
Autónoma de Baja California; 16 Departamento de Ecología Marina, Centro de Investigación
Científica y de Educación Superior de Ensenada, Baja California; 17 Posgrado en Ciencias Bio-
lógicas, Instituto de Ecología, UNAM; 18 Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, Sede Villa
Corzo; 19 Twente Centre for Studies in Technology and Sustainable Development, Universi-
dad Twente, Países Bajos; Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental, Research Group
on Reducing Emissions from Deforestation and Forest Degradation in Developing Countries,
UNAM; Conservación de Vida Silvestre y Desarrollo Comunitario, A.C.; 20 Coordinación de
Desarrollo Regional, Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, A.C.; 21 Instituto
de Investigaciones Sociales, UNAM; 22 CIRAD-Center for International Forestry Research
(CIFOR), Francia-Indonesia. 23 Escuela Nacional de Estudios Superiores, Unidad Morelia, Uni-
versidad Nacional Autónoma de México (UNAM)

230
Introducción
M
éxico es uno de los cinco países con
mayor diversidad biológica en el
mundo (Sarukhán et al., 2009). Su
diversidad se debe a la confluencia
de las zonas biogeográficas neárti-
ca y neotropical, así como a los procesos evolutivos
de las especies en su territorio. La combinación de las
condiciones biofísicas y de la biodiversidad determina
el funcionamiento de los ecosistemas y su capacidad
de proveer beneficios a las sociedades.
Los ecosistemas conforman un capital natural
fundamental para el bienestar de los seres humanos,
pues de ellos obtienen una gran variedad de servi-
cios. A fin de hacer evidente la dependencia que tie-
nen las sociedades de los sistemas naturales, se ha
desarrollado el concepto de servicios ecosistémicos
(Daily et al., 1997). En su sentido más amplio, estos
servicios son los beneficios que los humanos obtie-
nen de la naturaleza, y han sido clasificados en tres
grandes tipos: los de provisión, los de regulación y
los culturales (Millennium Ecosystem Assessment,
MEA, 2003).
El grupo de los servicios ecosistémicos de provi-
sión consiste en los recursos naturales, así como todos
los que resultan de la transformación de los ecosiste-
mas realizada por los seres humanos. Estos servicios
incluyen los múltiples recursos naturales que las po-
blaciones extraen directamente de los ecosistemas,
como alimentos, madera, materiales para la construc-
ción, leña, medicinas y ornamentos, entre otros.
Los servicios ecosistémicos de regulación son
consecuencia de los procesos complejos que mantie-
nen las condiciones del ambiente donde habitan las
poblaciones humanas, así como los lugares en que
desarrollan sus actividades productivas. Estos servi-
cios posibilitan regular el clima, evitar las inundacio-
nes y sequías, regular la calidad del agua y del aire,
así como la contaminación y el procesamiento de
residuos, los vectores de enfermedades humanas y
de plagas forestales, agrícolas, pecuarias y pesqueras,
proteger las costas, impedir la erosión y los deslaves,
mantener la fertilidad del suelo, las poblaciones de
especies útiles y la polinización de cultivos agrícolas.
En el grupo de los servicios culturales se incluyen
todos los beneficios no tangibles que se derivan de las
interacciones entre los individuos y los ecosistemas
(Chan et al., 2012b). Estos beneficios se obtienen a
través de experiencias, como la reflexión, la recrea-
ción o el gozo estético, o a partir de la adquisición de
sentimientos de identidad y de autoestima gracias al
bagaje cultural o la cosmovisión. En términos am-
plios, estos servicios pueden abarcar los valores que
los individuos o los grupos sociales otorgan a los eco-
sistemas y a sus componentes (Chan et al., 2012a).
Los servicios ecosistémicos pueden analizarse
desde la perspectiva de cuatro componentes distin-
tos (Tallis et al., 2012):
• La oferta potencial de los servicios, la cual depende
de las condiciones biofísicas del ecosistema y de los
procesos que ahí operan.
• La entrega de los servicios a los usuarios. La deman-
da de estos varía de acuerdo con la ubicación y las ac-
tividades de las poblaciones humanas.
• El bienestar humano asociado a los servicios, los
cuales modifican las condiciones o las capacidades
231
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
El manejo de los recursos
naturales es resultado de
procesos sociales motivados por
distintas necesidades y objetivos.
De esta manera los factores
sociales también influyen en los
ecosistemas y en su capacidad de
suministro de distintos tipos
de servicios para beneficio de
las sociedades.
232
de las personas para satisfacer sus necesidades de
alimentación, protección, acceso a bienes materia-
les, salud y buenas relaciones sociales.
• El valor que la sociedad da a los servicios, que refle-
ja la preferencia de los distintos usuarios. Este valor
puede ser económico; en este caso el valor depende
de los mercados o de los costos asociados a la pér-
dida del servicio.
Por consiguiente, la oferta, la entrega, los beneficios
y el valor de los servicios ecosistémicos dependen
tanto de los factores biofísicos de los sistemas natu-
rales y sus formas de manejo como de los factores
sociales relativos a cómo las sociedades manejan estos
servicios (MEA, 2005; Tallis et al., 2012). Los factores
biofísicos asociados al tipo de ecosistema ‒terrestre
y acuático‒ moldean sus características y sus compo-
nentes, y por lo tanto los servicios que pueden ofre-
cer a las sociedades humanas.
El manejo de los ecosistemas puede ser dirigido
a su aprovechamiento, conservación o restauración,
pero también puede causarles su deterioro (Grumbine,
1994). El objetivo del manejo determina la intensidad
de la extracción, el uso de los insumos externos y de la
tecnología, así como la frecuencia de la perturbación.
Estos factores de manejo modulan la demanda o sumi-
nistro de los servicios (Bennett y Balvanera, 2007).
Considerando la dependencia que tienen las so-
ciedades de los ecosistemas, y la existencia de inte-
racciones ‒positivas y negativas‒ entre los diferentes
servicios ecosistémicos, se hizo inminente la nece-
sidad de cuantificarlos. Esto permite equilibrar a su
vez el esfuerzo regional destinado al desarrollo eco-
nómico, el combate a la pobreza y la conservación
ambiental. Como el estudio cuantitativo de los ser-
vicios ecosistémicos necesita herramientas para su
análisis (Ash et al., 2010; Tallis et al., 2012), durante
los últimos 10 años se han desarrollado muchas in-
vestigaciones sobre cuantificación y mapeo de estos
servicios (Martínez y Balvanera, 2012; Crossman et
al., 2013), así como de valoración económica (Goul-
der y Kennedy, 2012).
En sentido amplio, los factores sociales incluyen
a los factores políticos, económicos, demográficos,
institucionales, tecnológicos y culturales (MEA, 2005).
Todos ellos están relacionados estrechamente con
las necesidades de las poblaciones humanas, pues
estas modifican la demanda de los servicios, las
preferencias por distintos tipos de servicios ecosisté-
micos y el valor que las personas les otorgan (Carpen-
ter et al., 2009). El manejo humano de los recursos na-
turales es resultado de procesos sociales motivados por
distintas necesidades y objetivos, en los cuales los ac-
tores toman decisiones respaldadas por organizacio-
nes e instituciones (Jardel et al., 2008). De esta manera
los factores sociales también influyen en los ecosis-
temas y en su capacidad de suministro de distintos
tipos de servicios para beneficio de las sociedades.
En el estudio de los servicios ecosistémicos, un
elemento clave es el análisis de las interacciones entre
estos (Foley et al., 2005; Rodríguez et al., 2006; Ben-
nett et al., 2009) y entre los actores que los manejan
(Martín et al., 2012). Así, a cada decisión de manejo
se asocian disyuntivas como el aumento de un servi-
cio a costa de otros; estas disyuntivas pueden afron-
tarse de forma intencional, aunque en muchas ocasio-
nes ocurren de manera no intencional. Las interac-
ciones entre servicios también son acompañadas de
interacciones entre actores, pues depende de los acto-
res sus preferencias por los diversos servicios (Foley
et al., 2005; Hein et al., 2006; Rodríguez et al., 2006;
Chan et al., 2012b).

El análisis de los factores anteriores puede llevar
a identificar alternativas para un manejo más susten-
table de los recursos y, por lo tanto, para el manteni-
miento del bienestar social (Christensen et al., 1996).
En la búsqueda de la sustentabilidad se han desarro-
llado distintos tipos de intervenciones que inciden en
el sistema socio-ecológico en su conjunto o en alguno
de sus subsistemas. Estas intervenciones comprenden
políticas públicas a nivel nacional o internacional, ins-
trumentos económicos o financieros, leyes y regula-
ciones, cambios sociales y de comportamiento, desa-
rrollo de tecnologías y de alternativas de manejo, for-
talecimiento institucional y educación.
Acerca de este capítulo
En todo este libro se sigue el enfoque promovido por
la iniciativa global Evaluación de los Ecosistemas del
Milenio, convocada por la Organización de las Na-
ciones Unidas en el año 2000. Este enfoque se adoptó
en el país con la obra Capital natural de México, que
describe en forma sintética el estado del capital bioló-
gico, algunas estrategias de manejo y los factores que
han determinado este manejo (Sarukhán et al., 2009).
En ella hay un capítulo dedicado a un primer recuen-
to de los servicios ecosistémicos y a las condiciones
actuales de su suministro (Balvanera et al., 2009). A
partir de este antecedente se hace una síntesis del es-
tado actual del conocimiento acerca de los servicios
ecosistémicos del país.
En este capítulo se analiza la información dispo-
nible sobre los servicios ecosistémicos desde distintas
perspectivas que no son mutuamente excluyentes:
• Los componentes bióticos, abióticos y los procesos de
los ecosistemas, los cuales se relacionan con la oferta
de los servicios ecosistémicos (véase cuadro 1).
4. Los servicios ecosistémicos
• Los servicios que ofrecen los distintos ecosistemas
terrestres y acuáticos del país (véanse cuadros 2 y 3).
• El impacto del manejo de los ecosistemas terres-
tres y acuáticos en la oferta y en la demanda de los
servicios ecosistémicos (véanse cuadros 4 y 5).
• Las metodologías que miden de manera cuantita-
tiva o cualitativa los beneficios, las preferencias y
el valor económico que se asignan a los servicios
ecosistémicos (véase cuadro 6).
• Los factores sociales que subyacen en la entrega y
demanda de los servicios ecosistémicos, así como
los que hay tras las decisiones de manejo (véase
cuadro 7).
• Las interacciones entre los servicios, entre estos y los
actores, y entre los mismos actores (véase cuadro 8).
• Las intervenciones desarrolladas en la búsqueda
de alternativas más sustentables para el manejo de
los servicios ecosistémicos (véase cuadro 9).
Metodología
Se utilizó la metodología descrita en las páginas 19 y
20. Las restricciones sobre la calidad de la información
resultaron limitantes para la sección “Intervenciones
que modifican los servicios ecosistémicos”, debido a que
hubo poca representación de las experiencias de las
organizaciones de la sociedad civil, instituciones pri-
vadas o comunidades. Todas ellas utilizan páginas web
que no pudieron ser tomadas en cuenta, lo que impri-
me un sesgo a los resultados obtenidos en esa sección.
En las búsquedas se utilizaron las palabras clave
siguientes: servicios ecosistémicos, ambientales, hi-
drológicos, México, Pago por Servicios Ambientales
(PSA), biodiversidad y captura de carbono, tanto en
español como en inglés. Cada sección añadió pa-
labras referentes a su tema de análisis. Dado que el
concepto de servicios ecosistémicos es relativamente
233
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
reciente (Costanza et al., 1997; Daily, 1997), también
se obtuvo información relevante sobre las relaciones
existentes entre los ecosistemas o entre sus compo-
nentes (por ejemplo, el suelo o la biodiversidad) y las
sociedades al usar términos relativos, aunque no se
utilizaran las palabras “servicios ecosistémicos”.
Cada autor aplicó su criterio para ampliar su
búsqueda y definir la pertinencia de la cita encon-
trada para cada tema. Debido a la complejidad de
identificar la literatura relacionada con el tema, sin
contar con un conjunto de palabras clave que pudie-
ra usarse de forma sistemática, surgieron en el aná-
lisis sesgos inherentes a este tipo de acercamiento.
Estos sesgos abarcan tanto la sobre-representación
como la sub-representación de la literatura relativa
a los vínculos entre los ecosistemas y la sociedad.
Componentes y
procesos de los ecosistemas
Relevancia del tema
Los ecosistemas están compuestos de las especies
que los habitan, es decir, el componente biótico, y de
elementos como el agua, los nutrientes y la energía,
que constituyen el componente abiótico (Chapin III
et al., 2009). Los procesos de los ecosistemas son
las interacciones entre los componentes bióticos y
abióticos que conducen al intercambio de energía,
de agua, de nutrientes y de biomasa (plantas, ani-
males y microorganismos). Las condiciones de los
componentes de los ecosistemas y la naturaleza de
sus procesos definen su capacidad para proveer ser-
vicios a las sociedades.
La caracterización de estos componentes y proce-
sos puede abordarse desde distintas perspectivas: ex-
234
plorando la contribución de los diferentes niveles de or-
ganización biológica (de genes a paisajes), o la de los
distintos grupos taxonómicos a los servicios ecosisté-
micos; analizando la contribución funcional de dis-
tintas especies o la de la diversidad funcional; o explo-
rando la contribución de los diferentes procesos del
ecosistema a la oferta potencial de servicios.
Cantidad y calidad de la información
Cabe destacar que es escaso el conocimiento sobre la
relación entre los componentes y procesos que ocu-
rren en los ecosistemas con la oferta potencial de ser-
vicios ecosistémicos. De un total de 45 trabajos ana-
lizados, hubo algunos temas estudiados con mucha
profundidad (véase cuadro 1). Con independencia del
análisis, un asunto central es el aprovechamiento de
algunas especies de plantas para muchos usos; por
ejemplo, el empleo de palmas para hacer techos o
adornos florales, o el aprovechamiento de las semillas
de los frutos de algunas especies de árboles para la ela-
boración de artesanías o como fuente de alimentos.
También es importante el papel que juega la diversi-
dad genética de maíces en el cultivo de este alimento
básico para la población.
Asimismo, se está empezando a vincular la es-
tructura y la composición de la vegetación con servi-
cios de regulación de la erosión y de las inundaciones.
Se aprecia un conocimiento en desarrollo acerca de
las especies que intervienen en los procesos de suce-
sión, lo cual posibilita recuperar las funciones y los
servicios que prestan estos procesos. Se ha documen-
tado ampliamente la estrecha relación entre el mane-
jo de la sombra en cafetales, la diversidad biológica y
la productividad del cultivo de café.
Gran parte de los estudios revisados, enfocados
en especies individuales, comunidades o ecosistemas en

su conjunto, son descriptivos y pocos son experi-
mentales. La literatura registrada muestra un énfasis
en los aspectos estructurales y no en los funcionales;
y en muy pocos trabajos se han abordado los distin-
tos procesos ecosistémicos.
Prioridades de investigación
Es necesario entender cómo los distintos componen-
tes bióticos de los ecosistemas regulan la oferta de los
servicios de estos sistemas. Si bien se ha documen-
tado en general que diferentes grupos funcionales
ofrecen distintos servicios ecosistémicos (Díaz et al.,
2007), este tipo de información no se tiene para Mé-
xico. Asimismo, es necesario contar con informa-
ción que permita ligar los ciclos de nutrimentos,
energía y agua con la oferta de los distintos servicios
ecosistémicos. Además, habrá que integrar traba-
jos descriptivos y experimentales, a fin de documen-
tar cómo los componentes y los procesos de los eco-
sistemas están relacionados con la oferta de los ser-
vicios ecosistémicos. Finalmente, se deberá evaluar
la contribución del ecosistema en su conjunto a la
oferta de servicios.
Tipos de ecosistemas
Ecosistemas terrestres
Relevancia del tema
El país cuenta con una gran diversidad de ecosiste-
mas terrestres: los distintos tipos de bosques ‒tem-
plado, tropical seco, tropical húmedo, mesófilo‒, el
matorral xerófilo, los desiertos, los sistemas produc-
tivos y urbanos. En sus casi 2 millones de kilómetros
cuadrados de diferentes tipos de ecosistemas se han
asentado poblaciones humanas que han desarrolla-
4. Los servicios ecosistémicos
do sistemas de manejo muy distintos. Cabe destacar
que se ha estudiado ampliamente la dependencia que Los ecosistemas terrestres han
los seres humanos tienen de estos ecosistemas (Chal- contribuido al desarrollo del país en
lenger y Soberón, 2008). En la actualidad, existe una
comprensión clara de cómo la diversidad biológica
áreas fundamentales como la oferta
‒los servicios ecosistémicos de provisión‒ es utiliza- de madera y la generación de energía
da para fines distintos. eléctrica; sin embargo, también han
La gran riqueza cultural de nuestro país está es-
sido transformados en sistemas
trechamente ligada al conocimiento, uso y aprove-
chamiento de los ecosistemas por las poblaciones hu- de producción agrícola y pecuaria
manas (Boege, 2006). Las comunidades de plantas y o en zonas urbanas.
animales terrestres proveen recursos esenciales para
los pobladores rurales y urbanos, quienes dependen
de esas especies para sus alimentos, medicinas y ar-
tesanías, entre otros. Los ecosistemas terrestres han
contribuido al desarrollo del país en áreas funda-
mentales como la oferta de madera y la generación
de energía eléctrica; sin embargo, también han sido
transformados en sistemas de producción agrícola y
pecuaria o en zonas urbanas.
Cantidad y calidad de la información
Se analizaron 57 trabajos sobre los servicios ofreci-
dos por los ecosistemas terrestres (véase cuadro 2) y
puede decirse que su conocimiento está en proceso
de desarrollo. Si bien hay estudios previos muy bien
documentados, referidos a los beneficios que los eco-
sistemas proveen a las sociedades, no están identifi-
cados de manera clara en este análisis pues no parten
del enfoque de los servicios ecosistémicos.
Los sistemas mejor conocidos en cuanto a sus
servicios son los bosques templados, y en menor
medida los bosques tropicales secos y húmedos, que
están en el centro y sur del país. A pesar de que los
matorrales xerófilos y los desiertos del norte han sido
investigados desde un enfoque etnobotánico, no fue
235
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
posible encontrar información que los abordara desde
la perspectiva de los servicios ecosistémicos. Cabe des-
tacar que son escasos los trabajos acerca de los servicios
ofrecidos por los ambientes transformados: los agro-
ecosistemas, las plantaciones y los medios urbanos.
Si se excluye de la búsqueda de los servicios eco-
sistémicos el concepto de recursos naturales, a pesar
de que el término servicio de provisión es equivalente,
es relativamente reducido el número de estudios que
pueden clasificarse en el rubro de servicios de provi-
sión. No obstante, en este análisis se reportan la oferta
y los servicios de provisión de los distintos tipos de
ecosistemas, pues el sustento de las poblaciones hu-
manas está relacionado estrechamente con la obten-
ción de servicios ecosistémicos de provisión, como
agua, alimentos y materias primas para la producción
industrial. Por su cantidad, cobertura temática y de ti-
pos de ecosistemas destacan las investigaciones acerca
del agua, seguidas de los trabajos sobre la obtención de
madera y de productos agrícolas, todo esto en concor-
dancia con la gran proporción del país dedicada a sus-
tentar las necesidades básicas de la población.
Los servicios de regulación más estudiados fueron
los climáticos y los hidrológicos: la capacidad de los eco-
sistemas para mitigar el cambio climático mediante la
captura y el almacenamiento de CO2 y la reducción de
la liberación de otros gases de efecto invernadero, al
igual que los procesos que regulan la cantidad, tempo-
ralidad y calidad del agua. El resto de los servicios de re-
gulación, como los relacionados con la contaminación
y el procesamiento de residuos, la conservación de
las poblaciones de especies útiles, la calidad del aire,
el potencial productivo del suelo y el control de los
deslaves, han sido muy poco investigados en el mar-
co de los servicios ecosistémicos. Debido al sesgo en
la búsqueda de literatura no fue posible conseguir
236
todos los trabajos sobre regulación y control de la
erosión, fertilidad de los suelos, y control de las pla-
gas y enfermedades humanas.
La diversidad cultural y étnica del país ha origi-
nado muchos estudios antropológicos enfocados en
la identidad de las poblaciones indígenas y en la ri-
queza alimentaria. Estas investigaciones no utilizan
el marco conceptual de los servicios ecosistémicos,
pero sí documentan las interacciones entre las po-
blaciones humanas y los ecosistemas; en particular,
los vínculos entre distintos tipos de ecosistemas y so-
ciedades sobre todo por su belleza y los sentimientos
que inspiran.
Gran parte de los trabajos revisados en esta sec-
ción aborda la caracterización y cuantificación de los
servicios ecosistémicos. Algunos comprenden una di-
versidad de servicios, en tanto otros se centran en el
agua, o en la captura de CO2 y el almacenamiento de
carbono. En ellos se exploran las percepciones socia-
les de estos servicios.
Prioridades de investigación
Es fundamental entender la contribución de los eco-
sistemas terrestres, y en particular de las comunida-
des áridas, a la oferta de los servicios ecosistémicos.
El matorral xerófilo es el tipo de vegetación más ex-
tenso en el país, ya que incluye más del 70% de la zona
árida y semiárida (Secretaría de Medio Ambiente y
Recursos Naturales, Semarnat, 2012). Su amplia bio-
diversidad y gama de endemismos han motivado su
estudio durante muchos años (Rzedowski, 2006); sin
embargo, no hay investigaciones sobre los servicios
ofrecidos por los sistemas desérticos.
Los ecosistemas terrestres cumplen a la vez varias
funciones fundamentales, como albergar la enorme
biodiversidad de México, contener a las poblaciones

rurales y sostener la producción primaria del país;
por esto fueron transformados en sistemas produc-
tivos o ciudades. Es necesario orientar los estudios a
servicios menos investigados, como la provisión de
biocombustible, de recursos genéticos y químicos
o bioquímicos, de transporte, así como a servicios
culturales asociados al sentido de pertenencia, entre
otros. Un primer esfuerzo deberá dirigirse a sinteti-
zar la información ya generada con distintos enfo-
ques conceptuales acerca de los recursos naturales,
los servicios ecosistémicos, y las relaciones entre los
ecosistemas y las sociedades.
Ecosistemas acuáticos
Relevancia del tema
México cuenta con una gran diversidad de ambientes
acuáticos, tanto marinos, como costeros, de estuarios, y
dulceacuícolas o continentales; estos últimos incluyen
lagos, ríos y cenotes (Lara et al., 2008a,b). Cabe desta-
car que los ecosistemas marinos abarcan casi 3 millo-
nes de kilómetros cuadrados, son frágiles y biodiver-
sos. En los ambientes acuáticos se llevan a cabo acti-
vidades como la pesca, la acuicultura, la extracción de
hidrocarburos y minerales, la transportación marí-
tima y el turismo, a las cuales se suma el creciente de-
sarrollo inmobiliario en las zonas costeras.
Los ecosistemas acuáticos ofrecen servicios de
provisión tales como el abastecimiento de agua dulce
superficial y subterránea, alimentos derivados de la
acuicultura, maricultura y pesca, materiales ornamen-
tales, biocombustibles, recursos genéticos y bioquí-
micos, además de transporte. Estos ecosistemas son
fundamentales para regular la cantidad y la calidad
del agua y del aire, la erosión, los deslaves, así como
para proteger las costas del impacto de huracanes y
tsunamis. Ellos también contribuyen de manera sus-
4. Los servicios ecosistémicos
tancial a regular el clima, a inmovilizar y contener los
contaminantes, y a transformar los residuos.
Estos ecosistemas enfrentan graves amenazas, co-
mo la sobreexplotación de agua para uso agrícola y
urbano, la contaminación por desechos domésticos,
agrícolas e industriales, y la creación de presas y de
estructuras para la acuicultura, las cuales afectan a los
ecosistemas acuáticos continentales. El desarrollo tu-
rístico, la extracción petrolera, el crecimiento de las
zonas urbanas, la sobrepesca y la introducción de espe-
cies exóticas deterioran todos los ecosistemas acuáti-
cos. Su deterioro va desde cambios en sus condicio-
nes biofísicas, como la reducción de la disponibilidad
de oxígeno durante la eutrofización por la abundan-
cia de algas, y la pérdida de especies, hasta su desapa-
rición completa.
Cantidad y calidad de la información
El grado de conocimiento de los servicios ofrecidos
por los ecosistemas acuáticos es muy incipiente; no
obstante, se analizaron 101 trabajos (véase cuadro 3).
Los servicios de los ecosistemas costeros son los más
estudiados, en particular los correspondientes a es-
tuarios y lagunas costeras, así como los humedales y
las comunidades de arrecifes; les siguen los relativos
a ambientes marinos. Los ecosistemas menos inves-
tigados desde la perspectiva de sus servicios son los
acuáticos continentales. Hay trabajos sobre cómo la
biodiversidad, la biología de algunas especies, el fun-
cionamiento de estos ecosistemas y los distintos ti-
pos de ecosistemas acuáticos están ligados a la oferta
de servicios ecosistémicos.
No obstante, el conocimiento de los servicios de
los ecosistemas acuáticos tiene un sesgo hacia algunos
tipos de ecosistemas y servicios ecosistémicos. Por
ejemplo, se ha documentado ampliamente la contri-
237
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
bución de los manglares a la cría de especies mari-
nas y las consecuencias de su desaparición para las
pesquerías costeras. Asimismo, se ha enfatizado en la
contribución de los ecosistemas acuáticos continenta-
les a la regulación de la cantidad, la calidad y la tem-
poralidad del agua, así como a la del clima. Pero ape-
nas empieza a documentarse la contribución de los
ecosistemas acuáticos al procesamiento y a la inmo-
vilización de los contaminantes. Y los servicios de
los ecosistemas acuáticos que han sido menos estu-
diados son los culturales, a excepción de la biodiver-
sidad y del ecoturismo, así como su contribución a la
educación, la ciencia y la tecnología.
Prioridades de investigación
Es indispensable contar con información para carac-
terizar y cuantificar los servicios de provisión, de re-
gulación y de cultura que proveen los ecosistemas
costeros, marinos y acuáticos continentales. Asimis-
mo, es necesario conocer, además de su valor econó-
mico y social, las percepciones que tienen los distin-
tos actores acerca de estos servicios.
Manejo de ecosistemas
Manejo de ecosistemas terrestres
Relevancia del tema
En general, el manejo de estos ecosistemas pretende
fomentar la provisión de algunos servicios de parti-
cular interés para el sector de la población que lo
promueve, pero esto puede tener impactos positi-
vos o negativos en otros servicios ecosistémicos. En
2002, alrededor del 30% de la superficie del país se
transformó en campos agrícolas y pecuarios, y una
proporción menor, en zonas urbanas o industriales
(Sánchez et al., 2009). Así se produjo la transforma-
238
ción de las selvas húmedas en pastizales ganaderos,
y la conversión de las selvas subhúmedas, matorrales
xerófilos y bosques templados en zonas agrícolas.
Cantidad y calidad de la información
Se revisaron 152 trabajos que correlacionan el mane-
jo de los ecosistemas terrestres con la provisión de ser-
vicios (véase cuadro 4). Los servicios de regulación
son los más documentados; la información se concen-
tra principalmente en la regulación del clima, en par-
ticular en investigaciones sobre la captura y el almace-
namiento de CO2, en las cuales el estado del conoci-
miento en general está en una etapa de desarrollo. Por
otro lado, hay poca información y un conocimiento
en fase de desarrollo para algunos servicios como los
de regulación de la calidad del aire, y de la contami-
nación y procesamiento de residuos. Para la regula-
ción de los vectores de las enfermedades humanas y
la protección costera, si bien son pocos los trabajos de
investigación, ella está en una etapa avanzada.
En los estudios sobre los servicios de provisión, la
información se enfoca en el abasto de alimentos de-
rivados de la agricultura y de recursos múltiples (por
ejemplo, fibras, medicinas, productos no madera-
bles), y la calidad de la investigación está en una fase de
desarrollo. Existen otros servicios, como la provi-
sión de biocombustibles, para los cuales hay pocos
estudios, sin embargo estos están en una etapa de
desarrollo. Y para los alimentos derivados de la acui-
cultura y de la pesca existen escasos trabajos de in-
vestigación, pero el estado del conocimiento es avan-
zado. Cabe destacar que la literatura de servicios no
incorpora de manera explícita la contribución de la
diversidad genética a la producción agropecuaria.
La cantidad de información sobre los servicios cul-
turales es moderada; en general, la investigación de este

tipo de servicios aún está en una etapa de desarrollo. Los
servicios más estudiados son los asociados al modo de
vida, identidad y actividad productiva, seguidos por los
servicios de recreación, ecoturismo, capital social y co-
hesión social, los cuales presentan escasa información
y una investigación en etapa de desarrollo. También los
pocos trabajos sobre las contribuciones a la educación,
ciencia y tecnología están en una fase de desarrollo.
Los tipos de manejo para los cuales hay más in-
formación son los correspondientes a la agricultura
tradicional, la conservación y restauración formales y
la ganadería extensiva. En comparación con estos, los
relativos a la agricultura intensiva, la conservación y res-
tauración informales y la ganadería intensiva han sido
menos estudiados. Esta situación indica cuáles son los
sistemas de manejo dominantes en el país, al igual que
las tendencias de las investigaciones. La gran mayoría
de los trabajos se ha enfocado en los impactos en uno o
dos tipos de uso del suelo, sobre todo los dirigidos a la
provisión de alimentos derivados de la agricultura y de
la ganadería, así como de bienes y fuentes de ingreso.
Prioridades de investigación
Si bien la cantidad de estudios sobre la relación entre
el manejo y la provisión de servicios de los ecosiste-
mas terrestres parecería amplia, se considera necesa-
rio profundizar en el tema. Se puso énfasis en unos
cuantos servicios y es necesario saber cómo el mane-
jo afecta al conjunto de los servicios ecosistémicos.
En particular, es importante ampliar el conocimien-
to sobre las relaciones entre el manejo de los ecosis-
temas terrestres y los ecosistemas acuáticos conti-
nentales y costeros; en esto es muy relevante el tema
de los impactos que tiene el fomento de los biocom-
bustibles. Los servicios de regulación fundamenta-
les, como los correspondientes a la calidad del aire,
4. Los servicios ecosistémicos
la contaminación y el procesamiento de residuos, las
enfermedades humanas y la protección ante eventos El conocimiento sobre los servicios
extremos, requieren mucho más estudio y análisis. de provisión, o recursos naturales,
Además, el entendimiento de la relación entre el
manejo y los servicios ecosistémicos varía de manera
es más amplio que el relativo a
considerable entre los distintos tipos de ecosistemas. los servicios de regulación
En particular, el manejo de los ecosistemas áridos del o procesos que regulan las
norte del país requiere de atención prioritaria.
condiciones en las que vivimos,
Manejo de ecosistemas acuáticos siendo menor el correspondiente
Relevancia del tema a los servicios culturales, o
La capacidad de estos ecosistemas para proveer servi- beneficios intangibles que surgen
cios se está modificando mucho por su manejo o, de
forma indirecta, por el de los ecosistemas terrestres
de las interacciones entre los
(Lara et al., 2008 a,b). El manejo de sistemas acuáticos individuos y los ecosistemas.
incluye las actividades extractivas y la propagación de
algunas especies a través de la acuicultura y maricultu-
ra. Algunas de estas actividades pueden tener impac-
tos muy graves en estos ecosistemas, como la pesca de
arrastre de camarón, que al barrer el fondo del océano
altera toda forma de vida; o la pesca de descarte, la cual
regresa al mar los animales que no alcanzan el tamaño
comercial. También el vertido al mar de desechos, al
igual que de residuos de alimentos y sustancias quími-
cas, provoca serios impactos. Otras actividades, como
la acuicultura, la extracción petrolera, la extracción de
agua para la agricultura, la industria y el consumo hu-
mano, al igual que las actividades turísticas, modifican
los ecosistemas acuáticos.
Cantidad y calidad de la información
El avance del conocimiento sobre los ecosistemas cos-
teros está en desarrollo, aunque la cantidad de estu-
dios para la mayoría de los tipos de manejo conside-
rados resultó escasa. Respecto al tema de esta sección,
se contó con un total de 80 trabajos (véase cuadro 5).
239
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
La mayoría de los estudios publicados evalúan la
capacidad de aprovechamiento de los recursos o ser-
vicios de provisión individuales. Son escasos los que
intentan integrar diferentes componentes de los eco-
sistemas, o los que consideran una gama de servicios
ecosistémicos y que abordan el manejo integral de la
zona costera y de los sistemas acuáticos. Se ha investi-
gado poco sobre cómo los pobladores locales toman
decisiones para manejar estos sistemas, la generación
de alternativas de manejo o el monitoreo de sus con-
secuencias. También es escaso el conocimiento acer-
ca del valor económico de los servicios derivado del
manejo de ecosistemas acuáticos. Cabe destacar que
los servicios de regulación han sido poco estudiados.
El tipo de manejo más investigado es la pesca ar-
tesanal que se realiza en el Océano Pacífico, siendo
más incipientes los trabajos en el Golfo de México
y Mar Caribe. Le sigue la exploración de las conse-
cuencias de la creación de las áreas naturales prote-
gidas en la provisión de servicios ecosistémicos. Los
estudios de estos dos tipos de manejo se han con-
centrado en los servicios de provisión y culturales,
aunque la investigación de los servicios de provisión
se destaca por haberse realizado particularmente en
las áreas naturales protegidas.
En general, los trabajos sobre servicios para to-
dos los tipos de manejo se refieren a la provisión y a
la regulación (protección costera y regulación de po-
blaciones de especies útiles). Los correspondientes a
los servicios culturales se enfocan más en el modo de
vida, la identidad y el sentido de pertenencia.
Prioridades de investigación
A fin de tener una mejor comprensión de los efectos
del manejo en la capacidad de los ecosistemas acuá-
ticos de proveer servicios, se requiere avanzar en los
240
temas: agua, alimentos derivados de la acuicultura,
recursos múltiples, biocombustibles, recursos gené-
ticos, recursos bioquímicos, transporte, calidad del
agua y del aire, regulación climática, protección cos-
tera, regulación de plagas, recreación, ecoturismo,
educación ambiental, y patrimonio/herencia.
Si bien es cierto que la maricultura y la acuicul-
tura proveen de proteína de alta calidad a la pobla-
ción, es necesario evaluar el impacto que estas acti-
vidades ocasionan en el ecosistema. El ecoturismo se
vislumbra como una actividad alternativa a la pesca
artesanal, con lo que se pretende reducir la presión
sobre la pesca; no obstante, es indispensable evaluar
la percepción de los pescadores y su contribución a
la provisión de servicios ecosistémicos.
También es necesario evaluar los impactos de la
pesca, del incremento de la acuicultura y de las acti-
vidades turísticas en zonas costeras, al igual que las
de extracción de agua, materias primas, productos
biotecnológicos y petróleo en estos sistemas. Es im-
portante revalorar el papel de la pesca artesanal como
fuente de alimento, empleo, valores tradicionales y cul-
turales. Asimismo, es fundamental mostrar los cam-
bios que la creación de áreas protegidas ocasionan en
servicios como la producción de alimentos, protec-
ción costera y, en general, en todos los servicios.
Herramientas para la cuantificación
y valoración de los servicios
ecosistémicos
Relevancia del tema
La cuantificación de la oferta potencial, entrega, va-
lor y beneficios que los ecosistemas otorgan a la socie-
dad puede ser analizada con diferentes herramientas

y desde distintas perspectivas (Ash et al., 2010; Tallis
et al., 2012):
• La generación de inventarios de servicios ecosisté-
micos.
• La cuantificación de cada uno de esos servicios a
partir de trabajo de campo.
• La estimación y asignación de valor a cada servicio
ecosistémico.
• La generación de mapas que permitan evaluar el
patrón espacial de los servicios ecosistémicos.
• El establecimiento de las condiciones generales, es
decir, de los niveles actuales de los servicios eco-
sistémicos, a fin de compararlos con distintos es-
cenarios futuros, los cuales se obtienen a partir de
ejercicios con modelos.
Considerando el gran énfasis dado en México a los
estudios que hacen inventarios, cuantificaciones,
mapeo y establecimiento de las condiciones gene-
rales de los servicios ecosistémicos, aquí se analizan
sintéticamente y se amplía el análisis de la valoración
de estos servicios.
La valoración de los servicios ecosistémicos pue-
de ser económica o abarcar dimensiones culturales
o sociales. En México, la literatura relacionada de
manera explícita con los servicios mencionados ha
puesto énfasis en el valor económico. Esta valoración
económica se lleva a cabo con distintas herramientas,
dependiendo de la naturaleza de los servicios eco-
sistémicos (Goulder y Kennedy, 2012). A los que ya
cuentan con un mercado establecido se les asigna un
valor, el cual por lo general depende de la oferta y de la
demanda, sobre todo si son abundantes. Cuando los
servicios ecosistémicos son escasos o están en peligro
de desaparecer, su valor se estima al asignar un costo a
4. Los servicios ecosistémicos
la sustitución de ese servicio. A los servicios sin precio
de mercado se les da un valor contingente con base
en las preferencias individuales de los consumidores o
usuarios. Asimismo, se realizan estimaciones indirec-
tas de ese valor mediante la elaboración de modelos
de mercados hipotéticos o simulados.
Cantidad y calidad de la información
Para la cuantificación y valoración de los servicios eco-
sistémicos se revisaron 24 trabajos (véase cuadro 6).
En estos se desarrolla más el análisis de los métodos
de valoración económica que el de los de cuantifica-
ción biofísica. Uno de los métodos más utilizados es
el de valoración contingente de las preferencias de
las personas.
Los servicios de provisión más comúnmente
cuantificados o valorados son el agua, los recursos
múltiples que se obtienen de los bosques y los ali-
mentos derivados de la ganadería. También se ha
valorado la contribución de los bosques o de las
cuencas en su conjunto al abastecimiento de agua
potable, a la recarga de mantos acuíferos y al control
de las inundaciones. Otras investigaciones, usando el
método de sustitución de valores, han valorado los
múltiples servicios que brindan los humedales en la
protección contra inundaciones. El servicio de re-
gulación más estudiado en este tema es el de la regula-
ción climática. También se han analizado los servicios
culturales de identidad y forma de vida considerando
su valor social.
Prioridades de investigación
Si bien un gran número de trabajos analizados eva-
lúan el valor económico de los servicios ecosisté-
micos, será necesario establecer protocolos para
su estimación económica, dependiendo del tipo de
241
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
servicios y de su contexto social. También hace falta
un análisis sistemático del valor social y cultural de
dichos servicios.
Factores sociales que afectan
a los servicios ecosistémicos
Relevancia del tema
Las decisiones que las sociedades toman en torno
al manejo de los ecosistemas, y que tienen conse-
cuencias en la provisión de los servicios ecosistémi-
cos, se deben a un conjunto de factores sociales En
México se ha analizado la contribución de los fac-
tores demográficos ‒con particular énfasis en la tasa
de crecimiento y en la densidad de la población,
la gobernabilidad y la política social, los factores
económicos, la adopción tecnológica y los cambios
culturales‒ a las tasas de cambio de uso del suelo y
a la pérdida de biodiversidad en el país (Challenger
et al., 2009).
Los factores socioeconómicos que tienen gran
influencia en los servicios ecosistémicos incluyen la
estructura demográfica de las poblaciones humanas,
las tasas de crecimiento de las ciudades, la infraes-
tructura y las distintas actividades económicas. Las
políticas públicas ‒a nivel federal, estatal y munici-
pal‒ están dirigidas a promover cambios en el mane-
jo de los ecosistemas. El avance de la ciencia y de los
desarrollos tecnológicos, así como el acceso desigual
a ellos, afecta profundamente la forma en la que se
manejan los ecosistemas.
Las culturas determinan el sistema de valores que
tienen los distintos grupos sociales. Este conjunto de
valores está asociado a su vez con lo que se espera
obtener de los ecosistemas y con cómo manejarlos
242
para lograrlo. Las instituciones u organizaciones ge-
neran un conjunto de reglas para la interacción de
la sociedad con los ecosistemas. Cabe destacar que
cuando los reglamentos son débiles predomina el im-
pacto de intereses y visiones individuales en el ma-
nejo de los ecosistemas.
Cantidad y calidad de la información
Para este tema se evaluaron 24 estudios que relacio-
nan los factores sociales determinantes del manejo de
los ecosistemas con los servicios ecosistémicos (véase
cuadro 7). Los servicios de provisión de los que se tie-
ne más información son los de alimentos de origen
agrícola. Por su parte, los factores sociales asociados
a los servicios de regulación de la temporalidad del
agua y del clima, así como los culturales de recrea-
ción y turismo, son los que se conocen mejor. La
mayoría de los trabajos abordan los factores econó-
micos y políticos que tienen un impacto en los ser-
vicios ecosistémicos. Cabe destacar que aún no se
han evaluado las causas de la correlación entre estos
factores y los servicios ecosistémicos.
Prioridades de investigación
Se requiere profundizar en el estudio de los factores
sociales que afectan el manejo y la provisión de ser-
vicios, pues es importante identificar relaciones cau-
sales, así como interacciones complejas entre estos
factores. También es necesario avanzar en estos te-
mas para entender cómo la ciencia y la tecnología,
junto con los factores culturales, afectan la provisión
de servicios. En particular, se requiere evaluar el im-
pacto de las políticas de los diferentes órdenes de
gobierno ‒federal, estatal y municipal‒ y de los dis-
tintos sectores ‒economía, agricultura y turismo‒ en
la provisión de los servicios ecosistémicos. Además,

es necesario precisar el papel de los factores institu-
cionales y sociales en la toma de decisiones, consi-
derando las diferentes escalas espaciales y contextos
socio-ecológicos.
Interacciones entre los servicios,
entre estos y los actores, y entre los
mismos actores
Relevancia del tema
La investigación sobre este tema está cobrando cada
día más importancia. Los actores son los distintos
grupos sociales que toman decisiones, o que se ven
favorecidos o afectados por el manejo y los servicios
que ofrecen los ecosistemas. En general, las decisio-
nes de manejo tienden a favorecer los servicios de
provisión que operan a escala local a corto plazo y be-
nefician a los dueños de los predios (Balvanera et al.,
2011). Los cambios provocados por el manejo afectan
de manera negativa los servicios de regulación que
operan a escala regional o global, a mediano y largo
plazos, y suelen beneficiar a comunidades enteras o
a toda la humanidad.
Las interacciones entre los servicios ecosistémi-
cos están estrechamente ligadas a las interacciones
entre los actores. Estas últimas son las relaciones en
las cuales se hace evidente cuándo unos actores se be-
nefician de algún servicio ecosistémico y otros se ven
afectados. Las interacciones entre actores y servicios
son aquellas que permiten identificar cómo distintos
servicios benefician o no a diferentes actores.
Además, en el proceso de la toma de decisiones
para el manejo de los ecosistemas, las necesidades de
varios actores ‒productores, grupos organizados, di-
ferentes niveles de gobierno, empresas privadas, orga-
4. Los servicios ecosistémicos
nizaciones no gubernamentales, instituciones nacio-
nales, comunidad científica‒ son distintas y ellos En general, las decisiones de
esperan beneficiarse de diferente manera de los manejo tienden a favorecer los
sistemas biológicos y sus servicios. Esto conduce a
interacciones complejas entre los actores con nece-
servicios de provisión que operan
sidades similares, opuestas o parcialmente encon- a escala local a corto plazo y
tradas. Por lo tanto, conocer los posibles resultados benefician a los dueños de los
de las interrelaciones entre los servicios y los actores
predios, con lo cual se afecta de
puede contribuir a que se dé un aprovechamiento
sustentable de los servicios ecosistémicos. manera negativa a los servicios
de regulación que operan a escala
Cantidad y calidad de la información regional o global, a mediano
Se revisaron 56 documentos (véase cuadro 8) y se
analizaron interacciones entre los servicios ecosisté-
y largo plazos, los cuales suelen
micos, interacciones entre estos y los actores, y entre beneficiar a comunidades
los propios actores. Cada celda del cuadro representa enteras o a toda la humanidad.
la relación entre algún servicio ecosistémico o actor
(columna) y algún otro servicio ecosistémico o ac-
tor (renglón). Cabe destacar que se han documen-
tado mucho más las interacciones entre actores que
las existentes entre los servicios ecosistémicos. Se
ha puesto particular énfasis en las comunidades y
grupos locales, pues son los que de manera direc-
ta manejan los ecosistemas y se benefician de ellos.
Hay también algunos trabajos que analizan las in-
teracciones con las instituciones públicas y con las
poblaciones urbanas.
Las interacciones más investigadas son las exis-
tentes entre los actores y los servicios ecosistémicos
de provisión; es probable que ello se deba a que son
las más fáciles de identificar. Este es el caso de la pro-
visión de madera, alimentos derivados de la agricul-
tura y de la pesca, y el agua. Asimismo se han estudia-
do las interacciones entre los actores y la regulación
climática; en particular, sus efectos en los almacenes
y captura de CO2 y mitigación de la liberación de
243
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
otros gases de efecto invernadero. La información
correspondiente a los servicios culturales es esca-
sa, a excepción del ecoturismo y la inspiración esté-
tica y espiritual.
Prioridades de investigación
En general, es necesario pasar de la descripción a la
cuantificación y a la caracterización de las interac-
ciones entre servicios y actores. Habría que docu-
mentar patrones de correlación a fin de caracterizar
tendencias generales de interacciones ‒positivas o
negativas‒ entre los distintos servicios ecosistémi-
cos. Tales caracterizaciones deben hacerse para los
diferentes tipos de ecosistemas a distintas escalas y
para los diferentes contextos sociales.
Cabe destacar que se necesita más información
sobre las interacciones entre los distintos actores:
quiénes promueven qué servicios, y qué servicios se
ven afectados de manera negativa por estas decisio-
nes, a fin de entender mejor la naturaleza de las rela-
ciones entre los servicios ecosistémicos y los actores.
En este sentido sería de gran utilidad comprender
cómo se vinculan distintos actores con qué servicios
ecosistémicos, así como conocer el papel relativo de
los diferentes actores en la toma de decisiones. Distin-
tos actores tienen diferente influencia en la toma de
decisiones, y sobresalen aquellos con mayor influen-
cia entre quienes no la tienen.
Intervenciones que modifican
los servicios ecosistémicos
Relevancia del tema
Las intervenciones son las múltiples acciones que rea-
lizan distintos actores, las cuales permiten abordar
244
problemas, necesidades u oportunidades específicas
asociadas con la gobernanza o manejo de los eco-
sistemas (Malayang III et al., 2005; Ash et al., 2010).
Existen diferentes tipos de intervenciones llevadas a
cabo por distintas personas que promueven que se
tome una decisión o son responsables de ella. Así, las
instituciones públicas generan políticas públicas (por
ejemplo, el programa ProÁrbol de la Comisión Na-
cional Forestal, Conafor), las cuales pueden derivarse
a su vez de los distintos órganos de gobierno ‒federal,
estatal o municipal‒ o de acuerdos internacionales.
Por su parte, los instrumentos económicos, de legis-
lación y de regulación se derivan de los órganos de
gobierno, pues estos permiten que dichas políticas se
vuelvan operativas.
Mediante intervenciones económicas, como los
programas de Pago por Servicios Ambientales (PSA),
se compensa a los dueños de los predios por los ser-
vicios que ofrecen sus tierras. Las tecnologías para un
mejor manejo del agua, del suelo y de otros recursos
se derivan de la investigación científica y tecnológica;
en cambio, los instrumentos sociales y de comporta-
miento se generan, por lo regular, a partir de la ex-
periencia comunitaria organizada y de los acuerdos
institucionales.
Es fundamental fortalecer las instituciones co-
lectivas, por ejemplo, a través de acuerdos comunita-
rios de uso de los recursos y del desarrollo de sancio-
nes para aquellos individuos que no cumplen con los
compromisos colectivos. Para ello las organizaciones
de la sociedad civil trabajan en aspectos institucio-
nales, educativos y de comportamiento dirigidos a
informar a los actores sobre los servicios que ofrecen
los distintos ecosistemas y a fortalecer los procesos de
empoderamiento, a fin de favorecer el mantenimien-
to de dichos servicios. Por su parte, los académicos

generan conocimientos (diagnósticos) y propuestas
de intervención (Villavicencio, 2009), las cuales por
lo general son implementadas por un segundo grupo
de personas que promueven acciones y que son res-
ponsables de las mismas.
Cuando las intervenciones se diseñan de forma
aislada, sin tomar en cuenta las necesidades de los dis-
tintos actores, así como los efectos del manejo y de los
factores sociales asociados, es posible que no tengan
un impacto en el mantenimiento a largo plazo del su-
ministro de los servicios ecosistémicos. En contraste,
la gestión conjunta, compartida y de colaboración,
mediante la cual diferentes actores locales integran es-
fuerzos, recursos, experiencias y conocimientos, pue-
de incidir directamente en el desarrollo de procesos
dirigidos a lograr impactos favorables en el manejo de
los recursos naturales a corto, mediano y largo plazos
(Paré et al., 2008).
Cantidad y calidad de la información
Para este tema de las intervenciones que modifican
los servicios ecosistémicos se analizaron 71 estudios
(véase cuadro 9). Es evidente que la documentación
formal, de la mayoría de las experiencias relaciona-
das con el tema de las intervenciones, está limitada
a cierto grupo de actores y personas que promueven
que se tome una decisión. Cabe destacar que, al in-
cluir experiencias documentadas con el formato de
artículos científicos, capítulos de libros y tesis, hay
muchas investigaciones promovidas o de las cuales
son responsables los académicos. La academia parti-
cipa fuertemente en el rubro “contribución al cono-
cimiento”; en este se incluyeron aquellos casos que no
constituían una intervención como tal, pero que apor-
taban información útil y básica en la planeación o en
la elaboración de una estrategia para una interven-
4. Los servicios ecosistémicos
ción a corto plazo. Los resultados presentan por lo
tanto un sesgo en relación con las fuentes de infor- Es fundamental fortalecer
mación utilizadas. Así, algunos trabajos sobre inter- las instituciones colectivas a través
venciones no usan de manera explícita el concepto
de servicios ecosistémicos, o se carece de un reporte
de acuerdos comunitarios
formal para consulta pública sobre el desarrollo y la sobre uso de los recursos, así
implementación de estas intervenciones por parte de como el desarrollo de sanciones
otros actores de la sociedad.
para quienes no cumplen con los
En la búsqueda de literatura sobre las interven-
ciones que modifican la generación y provisión de los compromisos colectivos.
servicios ecosistémicos, se hizo evidente que casi la
mitad gira alrededor del Programa PSA de la Conafor.
A pesar de su relevancia, los documentos disponibles
carecen de información detallada sobre la metodolo-
gía, las acciones que se llevan a cabo en concreto como
parte de las tareas de intervención, los productos ob-
tenidos o las metas alcanzadas. Dichos estudios, reali-
zados predominantemente por académicos, se limitan
a hacer una evaluación del programa con indicadores
muy genéricos, basados en los objetivos sociales y en
el balance económico del presupuesto ejercido, así
como en los resultados obtenidos de acuerdo con los
formatos que la propia Conafor propone.
También, poco menos de la mitad de los trabajos
publicados por las organizaciones de la sociedad ci-
vil y las instituciones gubernamentales se concentra
sobre todo en alguna de las categorías de apoyo que
tiene el programa ProÁrbol de la Conafor. Fue muy
escasa la información de las instituciones privadas
y de los grupos locales en cuanto al desarrollo y a la
implementación de intervenciones. Estos actores rara
vez contemplan la elaboración de documentos que
rebasen el nivel de reportes técnicos, auditorías o ba-
lances de sus proyectos y presupuestos; además de
que dichos textos, cuando los hay, no están disponi-
bles o son poco accesibles. Las organizaciones de la
245
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
sociedad civil aparecen sobre todo como líderes de
intervenciones, con énfasis en el sector rural.
Las intervenciones políticas y económicas están
relacionadas, siendo los estímulos financieros los ins-
trumentos más comúnmente utilizados para la imple-
mentación de políticas. Se documentaron interven-
ciones tecnológicas ‒en particular eco-tecnologías‒ y
de manejo, de las cuales solo en dos casos se trata
el tema como principal. Se reportaron pocas inter-
venciones desarrolladas por instituciones privadas y
comunidades; es probable que esto se deba también
al sesgo metodológico.
Entre los instrumentos económicos y de política
pública resaltan los que tienen un componente finan-
ciero. En estos reportes no se presentan los impactos
en la calidad de vida o en el ambiente. Entre las tecno-
logías ‒en particular eco-tecnologías y otras prácti-
cas de manejo‒ no se informa sobre las relaciones de
estas con metas sociales o medidas de mitigación o
adaptación en ambientes con alto impacto ambiental.
Prioridades de investigación
A pesar de la implementación de los grandes progra-
mas de política pública, como el PSA de Conafor, se
requiere profundizar en los impactos de estos pro-
gramas en la oferta potencial de los servicios ecosis-
témicos y en los beneficios para la sociedad. Además,
habría que tener una documentación más amplia de
las experiencias de quienes promueven la toma de deci-
siones, como las organizaciones de la sociedad civil,
los grupos locales y las instituciones privadas, en
particular en lo que se refiere al diseño y a la imple-
mentación de las intervenciones.
Asimismo, es necesario contar con indicadores de
éxito o fracaso de las distintas intervenciones, tanto
en sus aspectos biofísicos y de servicios ecosistémicos
246
como sociales, para así modificarlas y rediseñarlas
(Bullock et al., 2011). Como no se reportan relaciones
con metas sociales o medidas de mitigación o adap-
tación en espacios con alto impacto ambiental, las
intervenciones que están en marcha deberían moni-
torearse mediante estos indicadores. Cabe destacar
que sería fundamental instrumentar un esquema de
acompañamiento que guíe esta evaluación, así como
su rediseño adaptativo.
Conclusiones
La investigación de los servicios ecosistémicos, es de-
cir, de los beneficios que los ecosistemas brindan a
las poblaciones humanas, es esencial para el país. El
análisis anterior muestra importantes huecos de in-
vestigación en componentes de los ecosistemas, tipos
de ecosistemas, servicios ecosistémicos, tipo de ma-
nejo, metodología, factor social, actor y tipo de in-
tervención. Este capítulo muestra que el tema en ge-
neral está en proceso inicial de desarrollo.
Más allá del análisis temático, el estudio reali-
zado confirma la necesidad de tener una evalua-
ción más sistemática de los servicios ecosistémicos
en México. Es de importancia estratégica entender
cuáles de estos servicios son trascendentales en qué
tipos de ecosistemas, en qué condiciones de manejo,
para qué actores, y qué intervenciones han sido las
más exitosas para cada uno de ellos. Es fundamen-
tal pasar de trabajos aislados a un diseño sistemático
que permita entender el mosaico de condiciones bio-
físicas, sociales y de manejo existentes en México. El
desarrollo de políticas públicas y otro tipo de inter-
venciones debe abarcar el conjunto de los servicios
ecosistémicos y de condiciones del país.

También es necesario el monitoreo a largo plazo
de estos servicios y de todos los factores biofísicos, de
manejo y de los aspectos sociales relacionados. Para
lograrlo es indispensable realizar investigaciones in-
terdisciplinarias integrales. La gran mayoría de los
estudios analizados aquí abarcan una fracción de la
problemática. El desarrollo de grandes equipos in-
terdisciplinarios está aún en proceso en México y
en general en toda América Latina (Balvanera et al.,
2012).
Con estos equipos interdisciplinarios será tam-
bién posible pasar de la mera descripción al análisis de
los factores y procesos involucrados. Entonces podrán
contestarse preguntas como ¿cuál es la contribución
relativa de factores biofísicos de los ecosistemas, así
como de manejo y sociales de los distintos actores a
la oferta potencial, entrega, valor y beneficios deriva-
dos de los servicios ecosistémicos?; ¿cuáles de estos
operan de forma sistemática en todo el país y cuáles
dependen del contexto biofísico, de manejo o social?
y ¿cuáles son los beneficios ecológicos y sociales de los
servicios ecosistémicos y cómo están ligados de mane-
ra diferencial a distintos actores?
La investigación de los servicios ecosistémicos
y el desarrollo de intervenciones que aseguren su
mantenimiento, así como el bienestar social, deben
estar más estrechamente ligados a las necesidades
de los actores directamente involucrados. Cada día
está más claro que la generación de conocimiento
4. Los servicios ecosistémicos
no debe quedar aislada de la solución de los proble-
mas concretos (Lang et al., 2012). El resultado de es-
tas interacciones es el empoderamiento de los actores
involucrados, más que la transferencia de recursos fi-
nancieros con efectos limitados y a corto plazo, y más
que las estrategias que imponen prioridades genera-
das a nivel global o federal sobre actores locales (Lelé
et al., 2010).
Al igual que es necesario fomentar el carácter in-
ter disciplinario de los estudios, es fundamental de-
sarrollar la transversalidad. Esta cualidad permitirá
relacionar los distintos niveles de gobierno, las depen-
dencias gubernamentales, los sectores de la sociedad,
los tipos de ecosistemas y los tipos de actores. Una vi-
sión del sistema social y ecológico en su conjunto
permitirá generar políticas públicas en las que parti-
cipen todos los actores involucrados y todos los secto-
res de la sociedad (Galán et al., 2013).
Un proyecto estratégico de envergadura nacional
sería el análisis sistemático de los servicios ecosisté-
micos y de todos los temas aquí abordados para dis-
tintas regiones sociales y ecológicas del país. En cada
una de estas se caracterizarían las condiciones biofí-
sicas, de manejo y sociales preponderantes, los ser-
vicios ecosistémicos y los principales actores. Esto
permitiría entonces el desarrollo de una estrategia
integral para el mantenimiento de dichos servicios y
del bienestar social ad hoc  para cada región contras-
tante del país. l
247
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
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249
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
Glosario
Academia. Grupo de profesionales cuyo objetivo es la generación de
conocimientos, la formación de recursos humanos y la vinculación con
la sociedad. Pertenecen a una entidad de educación superior o a otras
instancias de investigación científica y tecnológica.
Actor. Participante en acciones o sucesos que resultan en cambios de
cantidad o calidad de los servicios ecosistémicos. Los actores pueden
ser individuos, grupos o instituciones.
Acuicultura. Cría o cultivo de plantas y organismos acuáticos, incluidos
peces, moluscos y crustáceos de agua dulce, a fin de incrementar su pro-
ducción. Esta, de acuerdo con la infraestructura disponible, puede ser de
tipo extensiva, semi-intensiva o intensiva, en sistemas cerrados, abiertos
o de recirculación.
Acuicultura costera. Conjunto de actividades dirigidas a la reproduc-
ción controlada y al cultivo de especies de la fauna y de la flora, realiza-
das en instalaciones ubicadas en aguas marinas o salobres, con el objeto
de su explotación comercial, ornamental o recreativa.
Agricultura intensiva. Actividad agrícola que involucra en general a una
sola especie, e incluso una única variedad genética, realizada en grandes
extensiones con elevado uso de insumos, que obtiene altos rendimientos,
y que se destina al comercio regional, nacional o internacional.
Agricultura tradicional. Actividad agrícola derivada de un conoci-
miento ancestral, que involucra por lo general a un gran número de
especies. Es desarrollada con un uso de insumos medio o bajo, obtiene
rendimientos medios a bajos, y está destinada al autoconsumo o co-
mercio local.
Agroecosistema y plantación. Ecosistema modificado para la produc-
ción agrícola o forestal.
250
Análisis de costo-beneficio. Cálculo de los beneficios de las acciones
propuestas comparados con los costos totales al llevar a cabo la inversión.
Análisis multicriterio. Enfoque que incorpora una serie de variables
económicas, ecológicas, sociales e institucionales en la valoración.
Arrecife coralino. Estructura en forma de montículo hecha de carbo-
nato de calcio, la cual es resistente al oleaje. Consiste principalmente en
colonias de corales, restos de moluscos y algas calcáreas.
Asignación residual. Asignación de un valor a la desaparición futura
de los servicios ambientales, a fin de cuantificar y compensar de mane-
ra económica los daños ocasionados al ambiente.
Biodiversidad. Variedad de organismos vivientes, la cual puede anali-
zarse en sus genes, poblaciones, comunidades o tipos de ecosistemas.
Bosque mesófilo. Tipo de vegetación densa que se desarrolla en clima
templado muy húmedo (tanto en términos de la precipitación media
anual como de una muy alta persistencia de humedad atmosférica du-
rante casi todo el año). Es una mezcla de elementos arbóreos con alturas
de 10 a 25 m, siendo la mayoría de sus componentes de hoja perenne,
los cuales tienen por lo común plantas trepadoras y epifitas. En general
se encuentra entre los 800 y los 2,400 m sobre el nivel del mar (snm).
Bosque templado. Vegetación de origen septentrional (holártico), propia
de las regiones montañosas del país con clima templado o semifrío y dife-
rentes grados de humedad. Abarca los bosques de coníferas (de pino, abeto
u oyamel, ayarín, cedro y táscate), los bosques de latifoliadas (en los cuales
los encinos son dominantes) y los bosques mixtos. Esta flora se desarrolla
en zonas con una precipitación anual promedio que varía de 600 a 1,200
mm, distribuida durante seis a siete meses, con veranos cortos y templados.
Bosque tropical húmedo. Vegetación de origen meridional (neotropi-
cal) que se desarrolla en clima cálido húmedo y subhúmedo. Incluye a
las selvas altas y medianas perennifolias y subperennifolias del trópico

húmedo. Es la más rica y compleja de todas las comunidades vegetales te-
rrestres, su clasificación se realiza principalmente con base en su fisonomía
y de manera secundaria considerando su composición florística.
Bosque tropical seco. Vegetación de origen meridional (neotropical) pro-
pia de clima cálido húmedo, subhúmedo y semiseco. Existe en zonas con
promedios de temperaturas anuales superiores a 20 °C y precipitaciones al
año alrededor de los 800 mm, con una temporada seca que puede durar
hasta 7 u 8 meses. Incluye árboles de 4 a 10 m de altura, con copas poco
densas y muy abiertas, que pierden sus hojas durante el periodo de se-
quía. Comprende la selva baja caducifolia y la selva baja subcaducifolia
existentes entre los 0 y 1,700 m snm, la selva mediana caducifolia y la selva
mediana subcaducifolia entre los 150 y 1,200 m snm, así como la selva baja
espinosa entre los 0 y 2,200 m snm.
Ciclo de energía/productividad. Forma en que la energía proveniente
del Sol es capturada por los seres vivos, transformada en energía química
y transferida entre los diferentes tipos de organismos a través de cadenas
tróficas o alimenticias.
Ciclo de nutrimentos. Conjunto de procesos asociados al cómo y en
qué cantidad un nutrimento (N, P, K, etc.) es transferido en un ecosis-
tema, desde donde se origina, por dónde pasa y hasta dónde se sale del
sistema o se vuelve a incorporar a su fuente inicial.
Ciclo hidrológico o del agua. Conjunto de procesos asociados al cómo y
en qué cantidad el agua se mueve dentro del ecosistema, desde que llega
a él, cómo se transforma, se pierde o se incrementa, en qué cantidad sale
y cuánta se retiene.
Comunidad. Conjunto de especies que interactúan entre ellas y con el
ambiente en un mismo sitio y en un mismo tiempo.
Comunidad/grupo local. Individuos o grupos de personas que promue-
ven o desarrollan en sus tierras acciones, actividades o proyectos relacio-
nados con los servicios ecosistémicos.
4. Los servicios ecosistémicos
Conservación. Estrategia de manejo dirigida a mantener ciertas caracte-
rísticas de los ecosistemas a través de la exclusión de actividades huma-
nas o haciendo un uso racional de los recursos, para asegurar su usu-
fructo a las futuras generaciones. Algunas de las estrategias incluidas en
la conservación son la protección de especies en peligro de extinción, el
uso cuidadoso o el reciclaje de recursos minerales escasos, la utilización
racional de recursos energéticos, y un uso sostenible de tierras, océanos
y recursos vivos.
Costo de efectividad acumulado y de mitigación. Limitación de la
manera más eficiente de una actividad económica, científica o política.
Costo de reposición. Cálculo del costo que tendrían las actividades de
restauración para devolver el ecosistema a su estado original.
Costo de la productividad. Método que permite realizar una estima-
ción económica del impacto que tienen ciertas políticas o una actividad
en un recurso natural, a través de la valoración del efecto que este impac-
to genera en la producción.
Costo del ingreso neto. Cantidad pagada por la venta de un producto o pres-
tación de un servicio, una vez descontados los costos de inversión e impuestos.
Costo del viaje. El análisis de costo del viaje se aplica a las actividades
turísticas o recreativas e incluye todos los gastos que tiene el visitante
para poder llevarlas a cabo.
Costo evitado. Cálculo de los posibles impactos evitados al reemplazar
una actividad por otra; puede medirse a través de los cambios en los
rendimientos esperados.
Cuantificación y muestreo. La cuantificación es la identificación de
bienes y servicios a los que se les tasa y asigna un valor. El muestreo es
tomar una parte de población, seleccionada según un criterio determi-
nado, para estudiar características válidas con el fin de extraer conclusio-
nes sobre la población total
251
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
Desierto. Región caracterizada por su aridez, escasez de agua y tem-
peraturas extremas. Las temperaturas máximas alcanzan los 49 ºC en
verano y las mínimas llegan hasta -18 ºC durante el invierno. Reciben
en promedio menos de 250 mm de lluvia al año.
Diseño de políticas públicas. Elaboración de propuestas que median
entre las instituciones y la sociedad, a fin de impulsar y favorecer ciertas
prácticas de sujetos y agentes muy variados, con el objeto de insertar un
sistema económico a mediano y largo plazos, procurando la regenera-
ción de sus condiciones de  perdurabilidad.
Ecosistema. Conjunto de plantas, animales y microorganismos, así
como de las condiciones abióticas y de las interacciones entre estos.
Ecoturismo. Actividad turística que comprende pocas habitaciones
por área, así como bajo consumo de recursos y reducida producción de
residuos. Es un turismo de bajo impacto.
Especie. Unidad básica de los seres vivos. Según el concepto clásico,
las especies son los organismos capaces de entrecruzarse y de producir
descendencia fértil.
Establecimiento de la línea de base y creación de modelos. La
exploración de posibles escenarios futuros requiere establecer las
condiciones actuales del ecosistema o de sus servicios, lo cual se
considera la línea de base. A partir de ella se crean modelos de los
impactos de distintas alternativas de manejo en el ecosistema o en
los servicios ecosistémicos, a fin de comparar los valores futuros
con esa base.
Estuario. Cuerpo de agua costero semicerrado perpendicular a la cos-
ta, que tiene una conexión libre con el mar abierto, donde el agua dulce
proveniente de ríos y arroyos se diluye en la marítima.
Eutrofización. Proceso que, por un incremento de los nutrientes exis-
tentes en aguas dulces, conduce al aumento de la cantidad de algas, a la
252
reducción de los niveles de oxígeno y a la disminución de la capacidad
de desarrollo de la mayoría de los organismos vivos.
Evaluación de riesgos. Evaluación de los posibles efectos negativos de
alguna actividad en el ecosistema y en la sociedad, lo cual comprende eva-
luar la probabilidad de que esto ocurra así como la magnitud del impacto.
Extracción de materias primas. Actividad que consiste en extraer
componentes bióticos y abióticos de la naturaleza; por ejemplo, agua y
materias primas, como hidrocarburos y minerales.
Extracción de petróleo. Actividad consistente en extraer de lechos con-
tinentales o marítimos el petróleo, una mezcla de origen fósil de
compuestos orgánicos sobre todo hidrocarburos insolubles en agua. El
petróleo es un recurso natural no renovable y es una de las principales
fuentes de energía.
Factores culturales. Factores relacionados con valores, creencias y nor-
mas que los grupos sociales comparten, lo cual condiciona su visión del
mundo. Estos factores llevan a adoptar ciertos “estilos de vida”, a tomar
decisiones sobre alternativas de qué y cuánto consumir, y hacer valora-
ciones sobre la utilidad de los ecosistemas y los servicios ambientales.
Factores de ciencia y tecnología. Factores asociados al nivel y a la
capacidad de innovación científica y desarrollo tecnológico de la so-
ciedad, como son la tasa de inversión en investigación y desarrollo; la
tasa de adopción de nuevas tecnologías; la productividad y el uso de
nuevas tecnologías; el acceso, la difusión y la transferencia de tecno-
logía; la introducción de innovaciones tecnológicas acordes a las con-
diciones actuales derivadas del cambio climático; la plataforma para
el desarrollo de investigaciones interdisciplinarias; las metodologías
participativas a fin de desarrollar estudios y formular propuestas de
manejo para la provisión de servicios ecosistémicos; y el desarrollo de
modelos ecológicos que integren procesos físicos, biológicos y sociales
que permitan cuantificar los servicios ecosistémicos en relación con
las condiciones locales.

Factores demográficos. Factores ligados a la composición, estruc-
tura, dinámica y distribución espacial de la población, como son el
tamaño de la población, las tasas de crecimiento, estructura por edad
y sexo, los flujos migratorios, la tasa de consumo per capita, la dispo-
nibilidad de espacios para asentamientos humanos, el nivel educativo
y la capacitación, entre otros.
Factores económicos. Factores relacionados con el contexto econó-
mico amplio y con las actividades productivas desarrolladas por los
agentes involucrados, como son la población económicamente activa;
la estructura productiva y económica de la región; el grado de com-
petitividad; la distribución espacial de la producción (zonificación
productiva); las tasas de crecimiento del producto interno bruto; el
grado de intensidad del aprovechamiento, la vocación y las aptitudes
productivas de los diferentes ecosistemas; la valuación para el pago
de compensaciones por los servicios ecosistémicos; las políticas ma-
croeconómicas; los subsidios a la producción y al consumo; la política
comercial y el proceso de globalización, entre otros.
Factores sociales. Factores inducidos por las actividades humanas
‒sociales, económicas, político-institucionales, culturales‒, que de
manera directa o indirecta son generadores (impulsores) de cambio
en los ecosistemas y servicios ambientales.
Factores sociopolíticos. Factores derivados de las interacciones en-
tre los distintos miembros de la sociedad, sus características y las es-
tructuras que permiten las interacciones. Incluye aspectos asociados
al marco institucional, organizacional y de gobernanza que prevale-
cen en el país y región, tales como el marco legal-normativo, el gra-
do de participación social en el diseño e implementación de políticas
públicas relacionadas con el aprovechamiento de los recursos natu-
rales, el carácter y grado de organización de la sociedad civil y del
sector privado, las instancias para la democratización, los derechos de
propiedad, los mecanismos de compensación para la producción de
servicios ecosistémicos y los instrumentos de política para la gestión
de estos servicios.
4. Los servicios ecosistémicos
Familia. Nivel taxonómico que agrupa a especies que tienen caracterís-
ticas morfológicas comunes y una historia filogenética común.
Fortalecimiento institucional. Resultado de una serie de acciones
para mejorar la gestión interna y el fortalecimiento de la relación en-
tre los miembros de una institución. De manera implícita o explícita
pretende encontrar la mayor coherencia posible entre lo ideológico, lo
organizativo y el manejo de recursos disponibles, y sobre todo generar
un saber colectivo (apropiación) a través de la creación de perfiles de
competencias para el diseño de los planes de trabajo y de desarrollo.
Involucra cambios en las fuerzas sociales internas y externas, la aper-
tura de espacios de reflexión y la generación de saber colectivo sobre sí
misma, su funcionamiento y el lugar que ocupa en la sociedad.
Función de producción. Análisis de los servicios de un ecosistema dado a
partir de las características de este y de su utilización por parte de la sociedad.
Ganadería extensiva. Actividad pecuaria que se lleva a cabo normal-
mente con muchas especies en grandes extensiones de pastizales. En
ella existe un bajo grado de tecnificación y se usan pocos insumos. Tie-
ne bajos rendimientos por unidad de área.
Ganadería intensiva. Actividad pecuaria que se realiza en pastizales de
alto rendimiento o en establos donde el ganado se alimenta con forraje
cultivado. Es tecnificada y utiliza una elevada cantidad de insumos.
Ganadería trashumante. Actividad pecuaria móvil, estacional, que
abarca múltiples especies y tipos de ecosistemas, y que no usa insumos.
Gen. Componente genético de una especie o individuo.
Grupo funcional. Grupo de organismos que desempeñan una misma
función en el ecosistema.
Humedal. Tipo de vegetación que se desarrolla alrededor de los cuer-
pos de agua y zonas inundables. Los humedales incluyen marismas,
253
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
pantanos y turberas, o superficies cubiertas de agua, sea esta de régimen
natural o artificial, permanente o temporal, estancada o corriente, dulce,
salobre o salada. Comprende extensiones de agua marina cuya profundi-
dad no exceda de 6 m cuando hay marea baja.
Incidencia directa. Aquella que repercute de manera franca e inme-
diata en el objeto de estudio, ya sea un proceso, un fenómeno o un
elemento del ambiente.
Institución privada. Individuos o grupos de individuos (inversionis-
tas, empresarios, etc.) que se asocian con fines comerciales ‒obtención
de ganancia‒ para la producción de bienes o servicios que satisfagan las
necesidades sociales. La empresa se constituye como un puente funda-
mental entre el mundo de la economía y de la biosfera, ya que toma los
recursos naturales para valorizarlos económicamente e introducirlos al
mercado. La “empresa” incluye la industria, el comercio y los servicios.
Institución pública. Entidad del sector público, de los diferentes ór-
denes de gobierno y de la administración pública, que desarrolla pro-
gramas y planes a partir de la política social, para conseguir objetivos y
metas específicos de orden colectivo.
Instrumento económico. Estrategia política normada por un marco
jurídico, la cual tiene como objetivo provocar cambios en las tecnolo-
gías y en el comportamiento o los productos, a través de incentivos fi-
nancieros ‒subsidios, impuestos, títulos de valor, diferenciación de pre-
cios o creación de mercados‒, para la provisión, el mantenimiento y la
conservación de los servicios ecosistémicos. Este tipo de instrumento
comprende mecanismos que crean un mercado para estos servicios con
el objetivo de mejorar la eficacia en su uso.
Interacción. Acción que se ejerce recíprocamente entre dos o más ser-
vicios ecosistémicos, entre estos y los actores, y entre los actores, la cual
da como resultado un cambio cualitativo o cuantitativo en por lo me-
nos un servicio ecosistémico o en las decisiones que toma por lo menos
uno de los actores.
254
Intervención. Acción que realizan diferentes actores para satisfacer
sus necesidades, abordar problemas y desarrollar oportunidades aso-
ciadas con la gobernanza y el manejo de los ecosistemas que poseen.
En general, su objetivo es mejorar las condiciones del ecosistema y de
la sociedad.
Intervención cognitiva/educación. Intervención relacionada con el
rescate de conocimientos empíricos o tradicionales de una sociedad, o
con el desarrollo de capacidades y la adquisición de conocimientos en
el ámbito de la educación formal y no formal.
Intervención social y de comportamiento. Intervención dirigida a ge-
nerar cambios de actitud ‒patrones de consumo‒, a través de la concien-
tización de la problemática y de la toma de decisiones que los individuos
o los colectivos hacen con respecto al manejo de sus recursos naturales.
Lago. Cuerpo de agua natural léntica (estancada) cuyo origen es con-
tinental, sin comunicación directa con el mar. En general, los lagos son
grandes y tienen más de 8 m de profundidad.
Laguna costera. Cuerpo de agua somero paralelo a la línea costera,
cercano o en comunicación con el mar abierto y parcial o completa-
mente separado de él por una franja de tierra emergida, que puede ser
un arrecife, isla de barrera o banco de arena.
Legislación y regulación. Conjunto de leyes y normas que regulan el com-
portamiento y las relaciones dentro de una sociedad en el marco de la provi-
sión y del mantenimiento de los servicios ecosistémicos. La administración
pública utiliza esta intervención (correspondiente al ámbito del derecho y lo
jurídico) para proteger los derechos considerados fundamentales.
Manejo forestal. Extracción o aprovechamiento de recursos forestales
maderables y no maderables asociado a un programa de manejo definido.
Mapeo cartográfico. Generación de modelos explícitos en el aspecto
espacial para describir un fenómeno, en este caso los servicios ecosisté-

micos. Estos modelos pueden derivarse de datos de campo, informa-
ción geográfica previamente disponible, estadísticas y procesamiento
de imagenes de satélite.
Maricultura. Rama especializada de la acuicultura que se refiere a
la cría o al cultivo de plantas y organismos marinos, incluidos peces,
moluscos y crustáceos, a fin de incrementar su producción. Por lo
general se realiza en jaulas en una sección delimitada del océano, en
canales llenados con agua de mar o en sistemas de recirculación o
estanques instalados en tierra y que contienen agua marina.
Marisma. Llanura pobremente drenada de la planicie costera. Es una
zona húmeda abierta, la cual tiene juncos, hierbas, cañas y vegetación
halófita, así como pequeñas lagunas y canales intercalados.
Matorral xerófilo. Abarca una gran variedad de tipos de vegetación
de porte arbustivo que hay en las zonas áridas y semiáridas. En su flora
predominan géneros de afinidad neotropical. Los matorrales xerófilos
poseen una fisonomía en la que prevalecen los arbustos de baja esta-
tura y poca densidad debido a que las condiciones de aridez limitan la
producción de biomasa. Se pueden agrupar en tres variantes: leñosos,
suculentos y herbáceos. Los leñosos incluyen los matorrales micrófi-
lo, subtropical, submontano, espinoso tamaulipeco, y en el noroeste
de la Península de Baja California la vegetación del desierto arenoso
y el chaparral. Los suculentos comprenden los matorrales desértico
rosetófilo, crasicaule, sarcocaule, sarco-crasicaule, rosetófilo costero
y el sarco-crasicaule de neblina. Los herbáceos incluyen ecosistemas
de vegetación gipsófila, que se desarrollan en suelos yesosos, así como
la vegetación halófila de las cuencas endorreicas de las zonas áridas y
semiáridas.
Mercado simulado. Cuando no existe un mercado, se simula uno, para
lo cual se concreta el producto a comerciar, y quienes van a representar
a los vendedores y  compradores. En la economía experimental se usa
para diseñar mercados, a fin de estudiar políticas de regulación am-
biental y evaluar valores ambientales.
4. Los servicios ecosistémicos
Mercado sustituto. Cuando no se conoce en el mercado el valor de un
bien ambiental, se lo sustituye por el valor de un bien ambiental para el
que sí existe un mercado.
Método de cambio de la productividad. Análisis del cambio del rendi-
miento derivado del uso de alternativas de manejo de la producción.
Método de reemplazo. Determinación del valor ambiental en fun-
ción de lo que costaría sustituir los servicios del bien ambiental por
otros similares.
Organización de la Sociedad Civil (OSC). Grupo de ciudadanos orga-
nizados en una sociedad legalizada formalmente ante notario público,
que se asocian sin fines de lucro, y cuyos objetivos, metas y dinámicas
de trabajo se orientan a mejorar la calidad del ambiente y de la vida de
las sociedades humanas.
Pantano. Porción de tierra firme con humedad constante que provoca la
aparición de vegetación hidrófila y el desarrollo de procesos edáficos espe-
cíficos. Se caracteriza por ser una depresión no muy profunda, por lo cual
no llega a ser un lago, que se sitúa en los márgenes de cuerpos de agua y
está invadido por vegetación que se desarrolla con gran humedad y lluvia.
Pastos marinos. Comunidades de angiospermas marinas ubicadas en
la zona costera, entre 0 y 8 m de profundidad.
Pesca artesanal. Actividad de extracción de recursos acuáticos con fines
alimentarios y comerciales, que utiliza técnicas tradicionales con poco
desarrollo tecnológico. La practican usando pequeñas embarcaciones,
a no más de 12 millas de distancia de la línea costera. En ocasiones
utilizan equipos de pesca hechos artesanalmente por los propios pesca-
dores, así como hielo para la conservación del producto, y tienen una
autonomía de tiempo máxima de tres a cinco días.
Pesca deportiva. Actividad de extracción de recursos acuáticos hecha
con fines recreativos o de esparcimiento. El objetivo principal es capturar
255
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
el pez más grande o más pesado de determinadas especies por el que en
ocasiones se obtiene un trofeo. Se realiza en zonas definidas con artes de
pesca específicos.
Pesca industrial. Actividad de extracción de recursos acuáticos con
fines comerciales, hecha con embarcaciones de gran tamaño que cuen-
tan con equipo electrónico para la navegación de altura, así como equi-
po de detección para los cardúmenes y equipo de pesca sofisticado. Las
embarcaciones operan en mar abierto y pueden tener una autonomía
de uno a varios meses.
Política pública. Conjunto de objetivos, metas, estrategias, instrumentos
y procesos que son desarrollados a nivel gubernamental para la solución
de problemas colectivos de una sociedad; en este caso, aquellos relacio-
nados con la provisión y el mantenimiento de los servicios ecosistémicos.
Precio de mercado. Valor que representa un indicador monetario útil
para fines comparativos.
Presa. Reservorio construido para almacenar el agua en un valle fluvial,
reteniéndola por medio de un muro transversal al cauce del río.
Quien promueve/quien es responsable. Individuos o asociaciones
que pueden o no ser propietarios de los recursos naturales, y que sus-
citan acciones tendientes a la provisión y al mantenimiento de los ser-
vicios ecosistémicos.
Restauración o conservación formal. Actividades dirigidas a recu-
perar o a conservar algunas características del ecosistema, las cuales
involucran a instituciones académicas o gubernamentales, o legislación
a nivel federal, estatal o municipal (por ejemplo, la Comisión Nacional
de Áreas Naturales Protegidas, las reservas, los monumentos, etc.).
Restauración o conservación informal. Actividades dirigidas a re-
cuperar o a conservar algunas características del ecosistema; estas no
involucran a instituciones académicas o gubernamentales ni legislación
256
a nivel federal, estatal o municipal, sino más bien son iniciativas deriva-
das de acuerdos comunales.
Río. Cuerpo de agua lótica (corriente). En esencia, los ríos son corrientes de
agua continua que desembocan en otra corriente de agua, en un lago o en el mar.
Servicio cultural. Beneficio no tangible que surge de la interacción
entre las sociedades y los ecosistemas por medio de experiencias y ca-
pacidades. Los servicios culturales incluyen el crecimiento espiritual, el
desarrollo cognitivo, la reflexión, la recreación y las experiencias esté-
ticas. Ellos están estrechamente relacionados con los valores humanos
y el comportamiento, así como con las instituciones y los patrones de
organización social, económica y política.
Servicio cultural. Capital social y cohesión social. Recursos y capaci-
dades de los individuos que se derivan de las interacciones entre ellos.
Los ecosistemas afectan el tipo de relaciones sociales que se establecen
entre las personas. Por ejemplo, las relaciones sociales de los grupos de
pescadores difieren en muchos aspectos de las existentes en los grupos
nómadas o entre los agricultores.
Servicio cultural. Educación, ciencia y tecnología. Los ecosistemas,
sus componentes y procesos proveen la base para la educación formal e
informal en muchas sociedades.
Servicio cultural. Inspiración estética / espiritual. Los ecosistemas
son una fuente potencial de inspiración para las actividades relaciona-
das con el arte, el folclore, los símbolos nacionales, la arquitectura y la
publicidad. Muchas personas encuentran belleza o valores estéticos en
diferentes elementos de los ecosistemas, por ejemplo, las vistas pano-
rámicas o la ubicación de las viviendas.
Servicio cultural. Modo de vida, identidad, actividad productiva. Los
ecosistemas contribuyen al modo de vida y a la identidad de los indivi-
duos, así como a su sustento, pues realizan en ellos actividades producti-
vas fundamentales para su bienestar, como los pescadores o agricultores.

Servicio cultural. Patrimonio/herencia. Los ecosistemas están fre-
cuentemente asociados con eventos históricos importantes o con la
herencia que se transmite de generación en generación.
Servicio cultural. Recreación y ecoturismo. Los ecosistemas ofre-
cen oportunidades para el turismo de aventura, como escalar; para
el turismo cultural, que permite admirar el legado cultural o rural, y
apreciar el producto de la interacción entre sociedades y ecosistemas
en zonas rurales.
Servicio cultural. Sentido de pertenencia. Los individuos establecen
relaciones con los ecosistemas, las cuales les permiten sentirse pertene-
cientes a ellos con base en sus características físicas o bióticas.
Servicio de provisión. Agua. Cantidad de agua que ofrece un ecosistema
para el uso humano potencial.
Servicio de provisión. Alimentos y otros. Recursos múltiples deriva-
dos de las plantas, los animales y los microorganismos, es decir, la bio-
masa, al igual que materiales como la madera, el yute, el cáñamo, la se-
da y muchos otros procedentes de los ecosistemas.
Servicio de provisión. Biocombustibles. Biomasa, leña, residuos de co-
sechas, estiércol y otros materiales biológicos que satisfacen las deman-
das energéticas de la población.
Servicio de provisión. Recursos genéticos. Recursos que representan
una cierta diversidad genética, la cual puede ser relevante para el culti-
vo de plantas, la reproducción de animales y aspectos biotecnológicos
relacionados.
Servicio de provisión. Recursos múltiples. Recursos derivados de los
ecosistemas que incluyen los no maderables, como las fibras, los medi-
cinales, los industriales y los ornamentales. Entre estos últimos están
los productos animales, como pieles, caparazones o conchas, al igual
que flores, ramas, hojas y semillas que se usan de adorno.
4. Los servicios ecosistémicos
Servicio de provisión. Recursos químicos o bioquímicos. Elemen-
tos bióticos o abióticos de los ecosistemas que pueden ser utilizados
como precursores en la industria química, bioquímica o farmacéutica,
o directamente como medicina natural. Incluye medicinas, biocidas,
aditivos para alimentos como alginatos, y material biológico prove-
niente de los ecosistemas.
Servicio de provisión. Transporte. Los ecosistemas acuáticos permi-
ten el transporte de personas y de mercancías.
Servicio de regulación. Calidad del agua. Los procesos del ecosiste-
ma permiten regular la cantidad de sedimentos, compuestos químicos
y microorganismos que modulan la calidad del agua.
Servicio de regulación. Calidad del aire. Los procesos del ecosiste-
ma permiten regular la cantidad de partículas y gases dañinos que se
encuentran en el aire.
Servicio de regulación. Climática. Los ecosistemas modulan el cli-
ma global al regular la concentración de gases de efecto invernadero,
es decir, los que contribuyen al calentamiento de la atmósfera. Se ha
puesto particular énfasis en la concentración de dióxido de carbono
(CO2) (uno de los principales gases de efecto invernadero) y del papel
del ecosistema en regular los almacenes de este gas, la captura de carbo-
no atmosférico y la regulación de emisiones de CO2. A escala regional,
los ecosistemas modulan el clima al cambiar la cantidad de agua existente
en el ambiente, por medio de la evapotranspiración de las plantas. A
escala regional y local, a través de la fotosíntesis que realizan las plantas,
los ecosistemas regulan la cantidad de energía reflejada proveniente de la
atmósfera, conocida como albedo.
Servicio de regulación. Contaminación y procesamiento de residuos.
Los ecosistemas contribuyen al procesamiento de desechos de las acti-
vidades humanas por medio de su descomposición, y a la regulación
de la contaminación mediante la descomposición, desnaturalización o
inmovilización de contaminantes.
257
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
Servicio de regulación. Control biológico. Los procesos de los eco-
sistemas pueden contribuir a la regulación de vectores de enfermeda-
des humanas y de plagas que afectan a los cultivos, al ganado y a los
bosques.
Servicio de regulación. Deslaves. Los ecosistemas contribuyen a la re-
gulación de deslaves a través del papel que juega la vegetación y sus
raíces en la retención del suelo.
Servicio de regulación. Enfermedades humanas. Los ecosistemas re-
gulan las poblaciones de microorganismos patógenos y de vectores de
enfermedades humanas como pueden ser los mosquitos.
Servicio de regulación. Erosión. La cubierta vegetal juega un papel
fundamental en la retención del suelo.
Servicio de regulación. Plagas. Los procesos de los ecosistemas pue-
den contribuir a la regulación de plagas agrícolas, forestales, pecuarias
y pesqueras.
Servicio de regulación. Poblaciones de especies útiles. Los procesos
de los ecosistemas contribuyen a la regulación del tamaño de la pobla-
ción de especies útiles
Servicio de regulación. Polinización. Los procesos del ecosistema re-
gulan el tamaño de la población de especies que son polinizadoras en
cultivos agrícolas.
Servicio de regulación. Potencial productivo del suelo. Los procesos
de los ecosistemas, en particular las interacciones entre organismos del
suelo y sus propiedades físicas, regulan la capacidad del suelo para sos-
tener la productividad agrícola o forestal.
Servicio de regulación. Protección costera. La presencia de ecosiste-
mas costeros, como manglares o arrecifes de coral, disminuye de ma-
nera significativa los daños ocasionados por los huracanes. Asimismo,
258
el tipo de cobertura y uso del suelo modula el impacto de huracanes y
tsunamis a través de la regulación de la velocidad del flujo de agua y de
la capacidad de infiltración de esta en el suelo.
Servicio de regulación. Temporalidad del agua. Los procesos de los
ecosistemas y en particular las características del tipo de cobertura,
del suelo y de la roca modulan la capacidad de infiltración del agua en
el suelo y la velocidad con la que fluye el agua superficial; así contri-
buyen a la regulación de avenidas e inundaciones y a la disponibilidad
de agua durante la temporada seca.
Servicios ecosistémicos. Beneficios que se obtienen de los ecosis-
temas.
Tasa de morbilidad. Proporción de personas que se enferman en un
lugar y tiempo determinados.
Taxón. Grupo de organismos emparentados. Puede tratarse de una po-
blación, de una especie, o de un conjunto de especies emparentadas.
Tecnología. Conjunto de conocimientos técnicos ordenados científica-
mente, los cuales permiten diseñar y crear bienes y servicios que facilitan
la adaptación al ambiente, y satisfacen tanto las necesidades esenciales
como las creadas por las personas.
Transferencia de los beneficios. Evaluación del valor de los servicios
ecosistémicos a través de transferir el valor obtenido para ecosistemas y
servicios ecosistémicos similares en otros estudios.
Turba. Materia orgánica en cierto grado de descomposición, cuyo ori-
gen es principalmente vegetal, que se acumula en el ambiente acuático
en una amplia variedad de condiciones, en todas las regiones macrocli-
máticas, excepto los desiertos.
Turbera. Zona húmeda llana, desarrollada sobre turbas ácidas y cubierta
por musgos del género Sphagnum y plantas de la familia Ericaceae.

Turismo. Conjunto de actividades con fines de ocio y descanso que rea-
lizan los seres humanos durante sus viajes y estancias en lugares diferen-
tes a los de su entorno habitual por un periodo de tiempo consecutivo
inferior a un año.
Turismo de bajo impacto. Actividad turística que comprende pocas
habitaciones por área, así como bajo consumo de recursos y reducida
producción de residuos. Un ejemplo puede ser el ecoturismo.
Turismo intensivo. Actividad turística que involucra un gran número
de habitaciones por área, alto consumo de recursos y elevada produc-
ción de residuos.
Urbanización. Cambio de uso del suelo para el establecimiento de asen-
tamientos humanos dotándolos de la infraestructura necesaria.
Urbano. Ecosistema parcialmente artificial, construido por el hombre
para su habitación.
Valoración contingente. Valoración de servicios ecosistémicos que
estima los cambios en el bienestar social y los impactos ambientales
4. Los servicios ecosistémicos
derivados de cambios hipotéticos en el ecosistema o en los servicios
ecosistémicos. Este método se utiliza cuando no existe información de
mercado ni valores revelados acerca de las preferencias de los indivi-
duos (disposición a pagar o aceptar) respecto de ciertos recursos na-
turales o servicios ambientales. Consiste en presentar a los individuos
situaciones hipotéticas (contingentes) y preguntarles sobre su posible
reacción ante una situación (por ejemplo, preservar un área silvestre,
construir un puente).
Valoración de pasivos ambientales. Valoración monetaria de los da-
ños ambientales que se mantienen en el tiempo.
Valoración hedónica. Asignación de valor a un bien o servicio am-
biental por su conservación (precio que el usuario del bien está dis-
puesto a pagar por no transformar el servicio ambiental), o disposición
del usuario a pagar por la mejora en un servicio determinado.
Zona intermareal. Es una zona costera con pendiente suave, lodosa
o arenosa, que está cubierta y expuesta alternativamente al efecto del
ascenso y descenso de la marea.
259
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 1. Componentes y procesos

Tipo de Gen Especie Familia Taxón Grupo Comunidad Biodiversidad Ecosistema Ciclo de Ciclo de Ciclo TOTALES* Promedio de
servicio / funcional nutrimentos energía / hidrológico calificación
componentes productividad de calidad y
y procesos cantidad

PROVISIÓN

1, 20
(B, Z)
Agua 2 (B, X) en desarrollo,
escasa

43, 44, 45 48, 50 46 38 42

Alimentos (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z)
derivados 8 (B, Z) en desarrollo,
de la amplia
agricultura

Alimentos
derivados
de la
ganadería

14, 16, 17
Alimentos (C, Z) avanzada,
derivados 3 (C, Y) en
de la elaboración
pesca

12
Alimentos (B, Z)
derivados 1 (B, X) en desarrollo,
de la escasa
acuicultura

24
(B, Z)
Madera 1 (B, X) en desarrollo,
escasa

3, 4, 5 5, 47 27, 28, 29, 36 29, 32, 33, 34

(B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z)
Recursos 11 (B, Z) en desarrollo,
múltiples amplia

260
 4. Los servicios ecosistémicos

Cuadro 1. Componentes y procesos (continuación)

Tipo de Gen Especie Familia Taxón Grupo Comunidad Biodiversidad Ecosistema Ciclo de Ciclo de Ciclo TOTALES* Promedio de
servicio / funcional nutrimentos energía / hidrológico calificación
componentes productividad de calidad y
y procesos cantidad

PROVISIÓN

Bio-
combustibles

40
(B, Z)
Recursos 1 (B, X) en desarrollo
genéticos escasa

19
Recursos (C, Z)
químicos o 1 (C, X) avanzada,
bioquímicos escasa

Transporte

REGULACIÓN

7, 10, 18, 19
Regulación (C, Z) avanzada,
de la 4 (C, Y) en
temporalidad
elaboración
del agua

Regulación
de la calidad
del agua

Regulación
de la
contaminación
y
procesamiento
de residuos

261
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 1. Componentes y procesos (continuación)

Tipo de Gen Especie Familia Taxón Grupo Comunidad Biodiversidad Ecosistema Ciclo de Ciclo de Ciclo TOTALES* Promedio de
servicio / funcional nutrimentos energía / hidrológico calificación
componentes productividad de calidad y
y procesos cantidad

REGULACIÓN

Regulación
de la
calidad
del aire

22, 23 26, 30, 35, 21

(B, Z) 36 (B, Z)
Regulación (B, Z) 7 (B, Z) en desarrollo,
del clima amplia

14
(C, Z)
Protección 1 (C, X) avanzada,
costera escasa

25 8, 9
(C, Z) (C, Z)
Regulación avanzada,
de la 3 (C, Y) en
erosión elaboración

Regulación
de deslaves

15
Regulación (C, Z)
del potencial 1 (C, X) avanzada,
productivo escasa
del suelo

Regulación
de
poblaciones
de especies
útiles

262
 4. Los servicios ecosistémicos

Cuadro 1. Componentes y procesos (continuación)

Tipo de Gen Especie Familia Taxón Grupo Comunidad Biodiversidad Ecosistema Ciclo de Ciclo de Ciclo TOTALES* Promedio de
servicio / funcional nutrimentos energía / hidrológico calificación
componentes productividad de calidad y
y procesos cantidad

REGULACIÓN

14, 16, 17
(C, Z) avanzada,
Regulación 3 (C, Y) en
de plagas
elaboración

Regulación
de
enferme-
dades
humanas

2, 11, 13
(C, Z) avanzada,
Polinización 3 (C, Y) en
elaboración

CULTURAL

49
(B, Z)
Recreación 1 (B, X) en desarrollo
escasa

16
(C, Z)
Ecoturismo 1 (C, X) avanzada,
escasa

Educación,
ciencia y
tecnología

14, 49
(B, Z)
Inspiración
estética / 2 (B, X) en desarrollo,
espiritual escasa

263
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 1. Componentes y procesos (continuación)

Criterios de calidad:
A-Incipiente: aportaciones conceptuales,
Tipo de Gen Especie Familia Taxón Grupo Comunidad Biodiversidad Ecosistema Ciclo de Ciclo de Ciclo TOTALES* Promedio de metodológicas y de datos pobres.
servicio / funcional nutrimentos energía / hidrológico calificación B-En desarrollo: claro desarrollo en
componentes productividad de calidad y
aportaciones conceptuales, metodológica y de datos.
y procesos cantidad
C-Avanzada: avances conceptuales,
metodológicos y con datos claros y
ampliamente reconocidos.
CULTURAL

50 33 Criterios de cantidad:
Modo de vida, (B, Z) (B, Z) X-Escasa: el número de citas por celda es
identidad, 2 (B, X)
mucho menor que lo que se esperaría si
en desarrollo,
actividad escasa todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa.
productiva Y-En elaboración: el número de citas por
celda es igual a lo que se esperaría si todas
las celdas tuvieran citas de forma equitativa.
Z-Amplia: el número de citas por celda es
mucho mayor que lo que se esperaría si
todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa.
Sentido de
pertenencia
Números en rojo: se refieren a trabajos
que tratan más de un tipo de servicio y
de un componente o proceso, por lo que
el número se repite en más de una celda.
* Estos totales se refieren al número de
estudios que abordan los tipo de servicio
Patrimonio / así como los componentes o procesos, por
herencia lo que los números repetidos solo cuentan
como un estudio.

Capital social
y cohesión
social

BIO-
DIVERSIDAD

TOTALES* 4 (B, X) 10 (B, Y) 5 (B, X) 1 (B, X) 10 (B, Y) 4 (B, X) 6 (B, Y) 2 (C, X) 6 (C, Y)

Promedio de
calificación en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, avanzada, avanzada,
de calidad y escasa en elaboración escasa escasa en elaboración escasa en elaboración escasa en elaboración
cantidad

264

Referencias
Cuadro 1
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267
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 2. Ecosistemas terrestres

Tipo de Bosque Bosque Bosque Bosque Matorral Desierto Agro- Urbano Plantación TOTALES* Promedio de
servicio / templado tropical tropical mesófilo xerófilo ecosistema calificación
ecosistema húmedo seco de calidad y
cantidad

PROVISIÓN

1, 3, 9, 10, 11, 64, 65 13, 30, 31, 34, 55, 65 39, 65 17 35

12, 28, 36, (B, Y) 52, 64, 65 (B, Z) (B, Y) (B, X) (C , X)
Agua 39, 40, 42, (B, Z) 25 (B, Z) en desarrollo,
44, 53, 54, amplia
56, 65
(B, Z)

1, 12, 36 6, 64 6, 30, 3, 63
Alimentos (C, Z) (B, Y) 64 (B, Y) en desarrollo,
derivados (B, Z) 8 (B, Y) en
de la elaboración
agricultura

64 64
Alimentos (B, X) (B, X)
derivados 1 (B, X) en desarrollo,
de la escasa
ganadería

1, 12, 35, 31, 52 29 65

36, 56 (B, Y) (C, X) (B, X)
Madera (C, Z) 9 (C, X) avanzada,
escasa

2, 26, 14
14 13, 14
35, 56 (C,,XX))
(C (B, Y)
Recursos 6 (B, X) en desarrollo,
(B, Z)
múltiples escasa

Bio-
combustibles

Recursos
genéticos

268
 4. Los servicios ecosistémicos

Cuadro 2. Ecosistemas terrestres (continuación)

Tipo de Bosque Bosque Bosque Bosque Matorral Desierto Agro- Urbano Plantación TOTALES* Promedio de
servicio / templado tropical tropical mesófilo xerófilo ecosistema calificación
ecosistema húmedo seco de calidad y
cantidad

PROVISIÓN

Recursos
químicos o
bioquímicos

Transporte

REGULACIÓN

1, 3, 11, 12, 25, 6, 65 30, 31, 52, 34, 55, 65 36, 57, 65 17 35, 63
Regulación 39, 42, 53, (B, Y) 65 (B, Z) (B, Z) (B, X) (C, Y)
de la 54, 61, 65 (B, Z) 22 (B, Z) en desarrollo,
temporalidad (B, Z) amplia
del agua

1, 12, 39, 65 65 34, 55, 65 36, 65

Regulación 40, 42, 61, (B, X) (B, X) (B, Z) (C, Y)
de la calidad 65 10 (B, Y) en desarrollo,
del agua (B, Z) en elaboración

Regulación 17
de la conta- (B, X)
minación y 1 (B, X) en desarrollo,
procesamien- escasa
to de residuos

Regulación 1, 12, 26
de la (B, Z)
calidad del 3 (B, X) en desarrollo,
aire escasa

1, 3, 4, 5, 7, 10, 16, 27, 61, 16, 30, 52, 65 18, 33, 17, 52 35
12, 15, 16, 19, 64, 65 64, 65 (B, X) 46, 57 (B, Y) (C, X)
Regulación
20, 21, 22, 25, (B, Z) (B, Z) (B, Z) 34 (B, Z) en desarrollo,
del clima 35, 36, 43, 44,
45, 47, 48, 49, amplia
53, 61, 65
(B, Z)

269
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 2. Ecosistemas terrestres (continuación)

Tipo de Bosque Bosque Bosque Bosque Matorral Desierto Agro- Urbano Plantación TOTALES* Promedio de
servicio / templado tropical tropical mesófilo xerófilo ecosistema calificación
ecosistema húmedo seco de calidad y
cantidad

REGULACIÓN

Protección
costera

1, 10, 12 36 17
Regulación (C, Z) (C, X ) (B, X)
de la 5 (C, X) avanzada,
erosión escasa

1, 10, 12
(C, Z)
Regulación 3 (C, X) avanzada,
de deslaves escasa

28 30 23 23
Regulación (B, X) (B, X) (B, X) (B, X)
del potencial 3 (B, X) en desarrollo,
productivo escasa
del suelo

14
Regulación de (C, X )
poblaciones 1 (C, X) avanzada,
de especies escasa
útiles

1, 12, 36 30 17 3
(C, Z) (B, X) (B, X) (B, X)
Regulación 6 (B, X) en desarrollo,
de plagas escasa

1, 12, 36 17
Regulación de (C, Z) (B, X)
enfermedades 4 (C, X) avanzada,
humanas escasa

270
 4. Los servicios ecosistémicos

Cuadro 2. Ecosistemas terrestres (continuación)

Tipo de Bosque Bosque Bosque Bosque Matorral Desierto Agro- Urbano Plantación TOTALES* Promedio de
servicio / templado tropical tropical mesófilo xerófilo ecosistema calificación
ecosistema húmedo seco de calidad y
cantidad

REGULACIÓN

7 33, 36 3
(C, X ) (C, Y) (B, X)
Polinización 4 (C, X) avanzada,
escasa

CULTURAL

1, 12
(C, Y)
Recreación 2 (C, X) avanzada,
escasa

1, 12 66 13, 24, 65 66 52
(C, Y) (B, X) (B, Z) (B, X) (B, X)
Ecoturismo 7 (B, X) en desarrollo,
escasa

1, 12, 47, 50 64, 66 64, 66 66 41 52 63

(B, Z) (B, Y) (B, Y) (B, X) (C, X ) (B, X) (B, X)
Educación,
ciencia y 9 (B, Y) en desarrollo,
tecnología en elaboración

1, 2, 12, 50, 56 6, 64 30, 31, 64 41 17, 52

Inspiración (B, Z) (B, Y) (B, Z) (C, X ) (B, Y)
estética / 12 (B, Y) en desarrollo,
espiritual en elaboración

41
Modo de vida, (C, X )
identidad, 1 (C, X) avanzada,
actividad escasa
productiva

Sentido de
pertenencia

271
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 2. Ecosistemas terrestres (continuación)

Criterios de calidad:
Tipo de Bosque Bosque Bosque Bosque Matorral Desierto Agro- Urbano Plantación TOTALES* Promedio de
A-Incipiente: aportaciones conceptuales,
servicio / templado tropical tropical mesófilo xerófilo ecosistema calificación metodológicas y de datos pobres.
ecosistema húmedo seco de calidad y B-En desarrollo: claro desarrollo en
cantidad aportaciones conceptuales, metodológicas y de datos.
C-Avanzada: avances conceptuales,
metodológicos y con datos claros y
ampliamente reconocidos.
CULTURAL
Criterios de cantidad:
1, 2, 12
X-Escasa: el número de citas por celda es
(B, Z)
Patrimonio / mucho menor que lo que se esperaría si
3 (B, X) en desarrollo,
herencia todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa.
escasa
Y-En elaboración: el número de citas por
celda es igual a lo que se esperaría si todas
las celdas tuvieran citas de forma equitativa.
Z-Amplia: el número de citas por celda es
52 mucho mayor que lo que se esperaría si
Capital social (C, X ) todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa.
y cohesión 1 (B, X) en desarrollo,
social escasa Números en rojo: se refieren a trabajos
que tratan más de un tipo de servicio y
de un ecosistema terrestre, por lo que
el número se repite en más de una celda.
* Estos totales se refieren al número de
estudios que abordan cada uno de los
35 (B, Z) 9 (B, X) 11 (B, Y) 5 (B, X) 4 (B, X)
tipos de servicio y de los ecosistemas
TOTALES* 10 (C, X) 2 (B, X)
terrestres, por lo que los números repetidos
solo cuentan como un estudio.

Promedio de
calificación en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, avanzada, en desarrollo, en desarrollo,
de calidad y amplia escasa en elaboración escasa escasa escasa escasa
cantidad

272

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Cuadro 2
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276
 4. Los servicios ecosistémicos

Cuadro 3. Ecosistemas acuáticos

Marino Costero Aguas interiores

Tipo de Océano Arrecife Estuario y Zona Acuicultura Pastos Humedal Río Lago Presa Humedal TOTALES* Promedio de
servicio / coralino laguna intermareal costera marinos calificación
ecosistema costera de calidad y
cantidad

PROVISIÓN

2, 25, 26, 79 29, 31, 32, 79 60 4, 29, 84, 85, 93

37, 42, 65 (A, Y) 39, 72 (A, Y) (B, Y) 50, 51 86 (A, Y)
Agua (A, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) 20 (A, Z) incipiente,
amplia

2, 20, 26, 106, 107 1, 13, 29, 31, 13, 14, 54 13 93

35, 37, 82 (B, Z) 35, 40, 54, (B, Z) (C, Y) (A, Y)
Alimentos
derivados (B, Z) 59, 87, 92 19 (B, Z) en desarrollo,
de la pesca (B, Z) amplia

2, 25, 26, 37, 81 14, 29, 31, 81 13 93

Alimentos 45, 65, 80 (B, Y) 55, 72, 101 (B, Y) (C, Y) (A, Y)
derivados (A, Z) (C, Z) 16 (B, Y) en desarrollo,
de la en elaboración
acuicultura

72 72, 88, 89, 4

(A, Y) 100, 102 (C, Y)
Madera (B, Z) 6 (B, X) en desarrollo,
escasa

2, 25, 37 89, 102 44

(A, Z) (C, Z) (A, Y)
Recursos 6 (A, X) incipiente,
múltiples escasa

Bio-
combustibles

Recursos
genéticos

277
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 3. Ecosistemas acuáticos (continuación)

Marino Costero Aguas interiores

Tipo de Océano Arrecife Estuario y Zona Acuicultura Pastos Humedal Río Lago Presa Humedal TOTALES* Promedio de
servicio / coralino laguna intermareal costera marinos calificación
ecosistema costera de calidad y
cantidad

PROVISIÓN

66 21, 69 3, 44
(A, Y) (A, Z) (A, Z)
Recursos
químicos o 5 (A, X) incipiente,
bioquímicos escasa

Transporte

REGULACIÓN

2, 25, 37, 79 29, 33, 39, 21 4, 51, 52, 53 85, 86 93 68

Regulación 46, 73 (A, Y) 53, 63, 70, (A, Y) (C, Z) (A, Z) (A, Y) (A, Y)
de la (A, Z) 75 21 (B, Z) en desarrollo,
temporalidad (B, Z) amplia
del agua

46, 73 79, 80 21, 22, 24, 21 4, 51, 52, 53 84, 85, 86, 93, 99 68
(A, Z) (A, Z) 33, 39, 47, (A, Y) (C, Z) 98 (A, Z) (A, Y)
Regulación
63, 70, 75, (A, Z) 24 (B, Z) en desarrollo,
de la calidad
del agua 98 amplia
(A, Z)

Regulación
46 27, 41, 47 93
de la
(B, Y) (B, Z) (A, Y)
contami-
nación y 5 (A, X) incipiente,
procesa- escasa
miento de
residuos

Regulación
de la
calidad
del aire

2, 25, 26, 1, 15 16, 22, 29, 33, 12, 66, 69, 97 94, 95
37, 65 (A, Z) 36, 40, 41, 43, (B, Z) (A, Z)
Regulación 58, 65, 67, 71, 25 (A, Z) incipiente,
(A, Z)
del clima 95, 96, 97 amplia
(A, Z)

278
 4. Los servicios ecosistémicos

Cuadro 3. Ecosistemas acuáticos (continuación)

Marino Costero Aguas interiores

Tipo de Océano Arrecife Estuario y Zona Acuicultura Pastos Humedal Río Lago Presa Humedal TOTALES* Promedio de
servicio / coralino laguna intermareal costera marinos calificación
ecosistema costera de calidad y
cantidad

REGULACIÓN

26, 65 79 29, 33, 89 21, 32

(A, Z) (A, Y) (B, Z) (B, Z)
Protección 8 (A, X) incipiente,
costera escasa

2, 25, 26, 89
Regulación 37, 65 (C, Y)
de la (A, Z) 6 (B, X) en desarrollo
erosión escasa

Regulación
de deslaves

Regulación
del potencial
productivo
del suelo

Regulación
de
poblaciones
de especies
útiles

Regulación
de plagas

Regulación
de
enferme-
dades
humanas

279
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 3. Ecosistemas acuáticos (continuación)

Marino Costero Aguas interiores

Tipo de Océano Arrecife Estuario y Zona Acuicultura Pastos Humedal Río Lago Presa Humedal TOTALES* Promedio de
servicio / coralino laguna intermareal costera marinos calificación
ecosistema costera de calidad y
cantidad

REGULACIÓN

Polinización

CULTURAL

32 13, 29, 33, 50 93

(C, Y) 72, 89 (A, Y) (A, Y)
Recreación (B, Z) 8 (B, X) en desarrollo,
escasa

8, 17, 18, 5, 32, 33, 38, 4, 5

26, 32, 65, 48, 49, 56, (C, Z) avanzada,
Ecoturismo 82 57, 72 16 (C, Y) en elaboración
(C, Z) (B, Z)

10, 11, 12, 19, 31, 37, 60, 50, 61,

Educación, 13, 23, 69 61, 69 69
ciencia y (B, Z) (B, Z) (B, Z) 12 (B, Y) en desarrollo,
tecnología en elaboración

4
(C, Y)
Inspiración
estética / 1 (A, X) incipiente,
espiritual escasa

Modo de 31, 101,

vida, 103, 104
identidad, (B, Z) 4 (B, X) en desarrollo,
actividad escasa
productiva

42, 90 4
(B, Z) (C, Y)
Sentido de 3 (C, X) avanzada,
pertenencia escasa

280
 4. Los servicios ecosistémicos

Cuadro 3. Ecosistemas acuáticos (continuación)

Criterios de calidad:
A-Incipiente: aportaciones conceptuales,
Marino Costero Aguas interiores metodológicas y de datos pobres.
B-En desarrollo: claro desarrollo en
aportaciones conceptuales, metodológicas
y de datos.
Tipo de Océano Arrecife Estuario y Zona Acuicultura Pastos Humedal Río Lago Presa Humedal TOTALES* Promedio de C-Avanzada: avances conceptuales,
servicio / coralino laguna intermareal costera marinos calificación metodológicos y con datos claros y
ecosistema costera de calidad y ampliamente reconocidos.
cantidad
Criterios de cantidad:
X-Escasa: el número de citas por celda es
CULTURAL mucho menor que lo que se esperaría si
todas las celdas tuvieran citas de forma
34 3
equitativa.
(A, Y) (B, Y)
Patrimonio / Y-En elaboración: el número de citas por
2 (A, X) incipiente, celda es igual a lo que se esperaría si todas
herencia escasa las celdas tuvieran citas de forma
equitativa.
Z-Amplia: el número de citas por celda es
mucho mayor que lo que se esperaría si
42 60, 62 todas las celdas tuvieran citas de forma
Capital social (A, Y) (B, Z) equitativa.
y cohesión 3 (A, X) incipiente,
social escasa Números en rojo: se refieren a trabajos
que tratan más de un tipo de servicio y
de un ecosistema acuático, por lo que
el número se repite en más de una celda.
* Estos totales se refieren al número de
estudios que abordan cada uno de los tipos
2, 6, 8, 25, 15, 74, 76, 25, 26, 28, 3, 30 de servicio y de los ecosistemas acuáticos,
BIO- 26, 37, 65 77, 78 29, 30, 33, (B, Z) por lo que los números repetidos solo
DIVERSIDAD (A, Z) (B, Z) 60, 72 19 (A, Z) incipiente, cuentan como un estudio.
(A, Z) amplia

TOTALES* 25 (B, Z) 11 (A, X) 62 (B, Z) 2 (A, X) 12 (B, X) 15 (B, X) 5 (A, X) 2 (A, X) 1 (C, X)

Promedio de
calificación en desarrollo, incipiente, en desarrollo, incipiente, en desarrollo, en desarrollo, incipiente, incipiente, avanzada,
de calidad y amplia escasa amplia escasa escasa escasa escasa escasa escasa
cantidad

281
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
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Cuadro 3
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287
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 4. Manejo de ecosistemas terrestres

Ganadería Agricultura Turismo Restauración /

conservación

Tipo de Intensiva Extensiva Trashumante Tradicional Intensiva Urbanización Forestal Intensivo Bajo Formal Informal TOTALES* Promedio de
servicio / impacto calificación
tipo de manejo de calidad y
cantidad

PROVISIÓN

3, 17, 25, 72 15, 25, 118 134 77, 82, 85 14 1, 161, 164 162 1, 4, 16, 17, 4, 18, 135
(C, Y) (B, Y) (B, X) (B, Y) (B, X) (A, Y) (B, X) 20, 31, 55, (B, Y)
Agua 169, 176, 26 (B, Y) en desarrollo,
177, 178 en elaboración
(B, Z)

59, 60 3, 59, 60, 63, 21, 32, 36, 44, 82, 96, 115, 116, 148 167 123, 163 1, 11, 17, 19, 21, 2, 4, 6, 7, 8,
Alimentos (C, X) 64 86, 95, 96, 118, 149 (B, X) (C, X) (C, X) 23, 25, 31, 33, 29, 33, 123,
derivados (B, Y) 123, 128, 129, (B, Y) 37, 49, 55, 139, 127, 162 49 (B, Y) en desarrollo,
de la 140, 142, 147 161, 173, 177 (B, Z) en elaboración
agricultura (B, Z) (B, Z)

57, 60 3, 25, 60, 63, 163 1, 16, 25, 37, 49, 4, 162
(B, X) 64 (C, X) 173, 177 (B, X)
Alimentos
(B, Y) (B, Z) 15 (B, X) en desarrollo,
derivados de
la ganadería escasa

167
(C, X)
Alimentos
derivados 1 (C, X) avanzada,
de la pesca escasa

163 174
Alimentos (C, X) (C, X)
derivados 2 (C, X) avanzada,
de la escasa
acuicultura

59 3, 59, 72 13, 34, 86, 128, 13, 27, 48 1, 3, 9, 161 1, 5, 23, 30, 31, 2, 3, 4, 7, 139,
(B, X) (C, Y) 142 (B, Y) (B, Y) 32, 37, 49, 55, 162
Madera (B, Y) 139, 169, 175, (B, Z) 29 (B, Y) en desarrollo,
177 en elaboración
(B, Z)

57, 59 3, 59, 68, 72 59 14, 32, 86, 93, 84 27 1, 9, 161, 164, 2, 163 5, 16, 20, 22, 2, 3, 4, 7, 8, 29,
(B, X) (C, Y) (B, X) 118, 123, 128, (C, X) (B, X) 165 (B, X) 25, 37, 49, 55, 33, 139, 165
Recursos 129, 140, 142, (A, Y) 139, 173, 175, (B, Z) 44 (B, Y) en desarrollo,
múltiples 147 177 en elaboración
(B, Z) (B, Z)

288
 4. Los servicios ecosistémicos

Cuadro 4. Manejo de ecosistemas terrestres (continuación)

Ganadería Agricultura Turismo Restauración /

conservación

Tipo de Intensiva Extensiva Trashumante Tradicional Intensiva Urbanización Forestal Intensivo Bajo Formal Informal TOTALES* Promedio de
servicio / impacto calificación
tipo de de calidad y
manejo cantidad

PROVISIÓN

59 3, 59, 145, 146

(B, X) 72 (A, X)
Bio- (C, Y) 5 (B, X) en desarrollo,
combustibles escasa

59 3, 59, 87 32, 150, 151, 153, 154, 157 5, 10, 23 2, 33

(B, X) (C, Y) 152, 155, 156, (A, Y) (B, Y) (B, X)
Recursos 157, 158 17 (B, X) en desarrollo,
genéticos (B, Z) escasa

33
Recursos (B, X)
químicos o 1 (B, X) en desarrollo,
bioquímicos escasa

REGULACIÓN

59, 60 3, 17, 25, 59, 59 86 82 78, 82, 85 14 171 16, 17, 25, 31, 4, 6, 135
Regulación (C, X) 60, 61, 68, (B, X) (B, X) (B, X) (B, Y) (B, X) (A, X) 55, 173, 174, (B, Y)
de la 72 176, 177, 178 25 (B, Y) en desarrollo,
temporalidad (B, Z) (B, Z) en elaboración
del agua

59, 60 3, 25, 59, 60, 59 85 164, 165, 167 140 173, 176, 177, 135
(C, X) 72 (B, X) (A, X) (B, Y) (A, X) 178 (B, X)
Regulación (C, Y)
(C, Y) 15 (B, X) en desarrollo,
de la calidad
del agua escasa

Regulación 96 125, 132 78, 165 165

84
de la conta- (C, X) (C, X) (C, X) (B, X) (A, X)
minación y 6 (B, X) en desarrollo,
procesa- escasa
miento de
residuos

59 3, 59 59 77, 85, 148 164 55

Regulación (B, X) (C, X) (B, X) (B, Y) (A, X) (B, X)
de la calidad 7 (B, X) en desarrollo,
del aire escasa

289
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 4. Manejo de ecosistemas terrestres (continuación)

Ganadería Agricultura Turismo Restauración /

conservación

Tipo de Intensiva Extensiva Trashumante Tradicional Intensiva Urbanización Forestal Intensivo Bajo Formal Informal TOTALES* Promedio de
servicio / impacto calificación
tipo de de calidad y
manejo cantidad

REGULACIÓN

57, 59, 65 3, 25, 31, 33, 56, 59 13, 26, 32, 34, 82, 94, 96, 134 73, 74, 75, 77, 4, 13, 31, 33, 38, 162, 171 162 5, 16, 20, 24, 2, 5, 6, 29
(B, Y) 34, 39, 41, 42, (B, X) 40, 41, 43, 44, (B, Y) 78, 79, 80, 82, 41, 47, 51, 53, (B, X) (B, X) 25, 30, 31, 42, (B, Y)
Regulación 43, 45, 46, 47, 47, 48, 50, 51, 83, 85 160, 161, 179, 46, 47, 48, 51, en desarrollo,
77 (B, Z)
del clima 48, 50, 51, 58, 58, 70, 71, 72, (C, Z) 180, 181, 182, 54, 55, 173, amplia
59, 65, 68, 70, 86, 94, 95, 183, 184, 186, 174, 175, 177,
71, 72 96, 143 187 178
(B, Z) (B, Z) (C, Z) (B, Z)

3 1 176
(C, X) (B, X) (C, X)
Protección 3 (C, X) avanzada,
costera escasa

49, 59, 60 3, 17, 25, 35, 49, 49, 59, 62 35, 49, 69, 70, 94, 149 148 15, 49 171 16, 17, 31, 170, 3, 4, 135
(B, Y) 59, 60, 61, 62, (A, Y) 72, 94, 142 (B, X) (B, X) (A, X) (A, X) 174 (B, Y)
Regulación 68, 69, 70, 72 (B, Z) (B, Y)
de la 29 (B, Y) en desarrollo,
(B, Z) en elaboración
erosión

59, 60 3, 17, 59, 60, 61, 59 77 14 171 16, 17, 31, 55 4

(C, X) 72 (B, X) (B, X) (B, X) (A, X) (B, Y) (B, X)
Regulación (B, Z)
de 14 (B, X) en desarrollo,
deslaves escasa

49, 57, 59, 60 3, 17, 31, 34, 39, 49, 56, 59 15, 26, 32, 44, 82, 94, 96, 116, 78, 82 171 11, 16, 17, 25, 31, 2, 3, 4, 29
Regulación (B, Y) 42, 49, 59, 60, (B, Y) 70, 72, 94, 95, 134 (C, X) (A, X) 170 (B, Y)
del potencial 61, 63, 64, 68, 96, 118 (B, Y) (B, Z) 38 (B, Y) en desarrollo,
productivo 70, 72 (C, Z) en elaboración
del suelo (B, Z)

3, 33, 68, 72, 86 127 123 23, 29, 31, 37, 2, 33, 77, 139
Regulación de 87 (B, X) (B, X) (B, X) 123, 127 (B, Y)
poblaciones (C, Y) (B, Z) 16 (B, X) en desarrollo,
de especies escasa
útiles

60 3, 25, 60, 68 32, 94, 95, 94, 96, 108, 120 16, 25, 29, 55 2, 29
(C, X) (C, Y) 96, 99, 106, 116, 120, 121 (C, X) (B, Y) (B, X)
Regulación 111, 118, 119, (C, Z)
de 24 (B, X) en desarrollo,
138 escasa
plagas (C, Z)

290
 4. Los servicios ecosistémicos

Cuadro 4. Manejo de ecosistemas terrestres (continuación)

Ganadería Agricultura Turismo Restauración /

conservación

Tipo de Intensiva Extensiva Trashumante Tradicional Intensiva Urbanización Forestal Intensivo Bajo Formal Informal TOTALES* Promedio de
servicio / impacto calificación
tipo de de calidad y
manejo cantidad

REGULACIÓN
3 95 80 55, 178
(C, X) (C, X) (C, X) (B, X)
Regulación de
enfermedades 5 (C, X) avanzada,
humanas escasa

3, 25 21, 96, 110, 118, 159 76 8, 16, 22 2, 29

(C, X) 159 (C, X) (B, X) (B, Y) (B, X)
Polinización (C, Y) 13 (B, X) en desarrollo,
escasa

CULTURAL

3, 25 149 148 1, 9, 164, 165, 2, 140, 162, 163 25, 163, 173, 4, 18, 161
(C, X) (A, X) (B, X) 166, 168, 170 (B, Y) 177, 178 (A, Y)
Recreación (B, Z) (B, Y) 22 (B, X) en desarrollo,
escasa

3 95, 140 149 148 164, 165, 168, 2, 139, 140 46, 55, 178 4, 161
(C, X) (B, X) (A, X) (B, X) 170, 172 (A, Y) (B, Y) (B, X)
(B, Y) 18 (B, X)
Ecoturismo en desarrollo,
escasa

167 140 177

(C, X) (A, X) (C, X)
Educación,
ciencia y 3 (B, X) en desarrollo,
tecnología escasa

3 95 82 82 147, 164, 166, 2 25, 55, 170, 4, 18, 161

(C, X) (C, X) (B, X) (B, X) 167, 168, 172 (A, X) 177 (A, Y)
Inspiración (B, Y)
(B, Y) 17 (B, X) en desarrollo,
estética /
espiritual escasa

49, 60 3, 17, 49, 60, 44, 86, 118, 147 1, 9, 165, 166, 2, 140, 163 16, 25, 30, 163, 4, 5, 6, 18, 29,
Modo de vida, 63, 64, 67, (B, Y) 168, 172 177
(B, X) (B, Y) 161, 162
identidad, 68 (B, Z) (C, Y) 33 (B, Y) en desarrollo,
(B, Z)
actividad (B, Z) en elaboración
productiva

291
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 4. Manejo de ecosistemas terrestres (continuación)

Criterios de calidad:
A-Incipiente: aportaciones conceptuales,
Ganadería Agricultura Turismo Restauración /
conservación metodológicas y de datos pobres.
B-En desarrollo: claro desarrollo en
aportaciones conceptuales, metodológicas
y de datos.
Tipo de Intensiva Extensiva Trashumante Tradicional Intensiva Urbanización Forestal Intensivo Bajo Formal Informal TOTALES* Promedio de C-Avanzada: avances conceptuales,
servicio / impacto calificación metodológicos y con datos claros y
tipo de de calidad y
cantidad
ampliamente reconocidos.
manejo
Criterios de cantidad:
X-Escasa: el número de citas por celda es
CULTURAL mucho menor que lo que se esperaría si
todas las celdas tuvieran citas de forma
49, 60 3, 49, 60, 2, 123 23, 25, 55 4, 18, 123
67, 68 (B, X) (B, Y)
equitativa.
(B, X) (B, Y)
(B, Y) Y-En elaboración: el número de citas por
Sentido de 13 (B, X) en desarrollo,
pertenencia
celda es igual a lo que se esperaría si todas
escasa las celdas tuvieran citas de forma
equitativa.
Z-Amplia: el número de citas por celda es
mucho mayor que lo que se esperaría si
3, 67, 68 37, 86 172 23, 25, 55 4, 5, 18 todas las celdas tuvieran citas de forma
(B, Y) (C, X) (C, X) (B, Y) (B, Y) equitativa.
Patrimonio / 12 (B, X) en desarrollo,
herencia escasa Números en rojo: se refieren a trabajos
que tratan más de un tipo de servicio y
de manejo de un ecosistema terrestre, por
lo que el número se repite en más de una celda.
* Estos totales se refieren al número de
60 3, 60, 63, 86, 140 164, 172 140, 163 11, 30, 163 2, 5, 18,
(C, X) 64, 67, 68 (B, X) (B, X) (B, X) (B, Y) 161, 162 estudios que abordan cada uno de los tipos
Capital social (B, Z) (B, Y) de servicio y de manejo de los ecosistemas
y cohesión 18 (B, X) en desarrollo, terrestres, por lo que los números repetidos solo
social escasa
cuentan como un estudio.

TOTALES* 5 (B, X) 33 (B, Y) 4 (B, X) 53 (B, Y) 18 (B, X) 14 (B, X) 24 (B, X) 16 (B, X) 6 (B, X) 43 (B, Y) 19 (B, X)

Promedio de
calificación en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo,
de calidad y escasa en elaboración escasa en elaboración escasa escasa escasa escasa escasa en elaboración escasa
cantidad

292

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300
 4. Los servicios ecosistémicos

Cuadro 5. Manejo de ecosistemas acuáticos

Consevación /
Pesca Cultivo Extracción preservación

Tipo de Artesanal Industrial Deportiva Acuicultura Maricultura Petróleo Materia Turismo Ecoturismo Áreas TOTALES* Promedio de
servicio / prima naturales calificación
tipo de manejo protegidas de calidad y
cantidad

PROVISIÓN

26, 32, 50 5, 33 5, 82 5, 32, 87 11, 32, 59, 68

(B, Z) (A, Y) (B, Y) (B, Z) (B, Z)
Agua 10 (B, Y) en desarrollo,
en elaboración

2, 4, 7, 8, 9, 12, 13, 20, 21, 22, 25, 22, 66, 78 33, 35 34 66 47 1, 12, 13, 19, 22,
14, 15, 19, 21, 22, 29, 34, 36, 45, (A, Z) (B, Y) (B, X) (B, X) (A, X) 23, 35, 43, 46,
Alimentos 53, 55, 61, 63,
23, 25, 28, 30, 32, 52, 70, 79 46 (B, Z) en desarrollo,
derivados 65, 66, 85
33, 34, 36, 50, 51, (B, Z) amplia
de la pesca (B, Z)
52, 53, 54, 56, 70,
71, 79, 83, 84, 85
(B, Z)

3, 5, 16, 17, 18, 37, 86

Alimentos 38, 60, 66, (B, Y)
derivados 68, 69 12 (B, Y) en desarrollo,
de la (A, Z) en elaboración
acuicultura

32, 50, 60 87 43, 58

58 (A, X) (C, X) (C, Y)
Recursos (B, Z) 7 (B, X) en desarrollo,
múltiples escasa

25, 57, 70
(B, Z)
Bio- 3 (B, X) en desarrollo,
combustibles escasa

18, 33 11
(A, Y) (A, X)
Recursos 3 (A, X) incipiente,
genéticos escasa

60 6, 10, 25 75
(A, X) (A, Z) (A, X)
Recursos
químicos o 5 (A, X) incipiente,
bioquímicos escasa

301
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 5. Manejo de ecosistemas acuáticos (continuación)

Pesca Cultivo Extracción Conservación /

preservación

Tipo de Artesanal Industrial Deportiva Acuicultura Maricultura Petróleo Materia Turismo Ecoturismo Áreas TOTALES* Promedio de
servicio / prima naturales calificación
tipo de manejo protegidas de calidad y
cantidad

PROVISIÓN
50
(B, X)
Transporte 1 (B, X) en desarrollo,
escasa

REGULACIÓN

20 17 11, 43
Regulación (B, X) (A, X) (B, Y)
de la 4 (B, X) en desarrollo,
temporalidad escasa
del agua

77 20 77
(C, X) (B, X) (C, X)
Regulación
de la calidad 2 (C, X) avanzada,
del agua escasa

Regulación 34 33 86 76
de la (B, X) (A, X) (C, X) (A, X)
contaminación y 4 (B, X) en desarrollo,
procesamiento escasa
de residuos

Regulación
de la
calidad del
aire

30 20 59, 87
(B, X) (B, X) (C, Y)
Regulación 4 (B, X) en desarrollo,
del clima escasa

50 24, 41, 43, 70

(B, X) (B, Z)
Protección 5 (B, X) en desarrollo,
costera escasa

302
 4. Los servicios ecosistémicos

Cuadro 5. Manejo de ecosistemas acuáticos (continuación)

Pesca Cultivo Extracción Conservación /

preservación

Tipo de Artesanal Industrial Deportiva Acuicultura Maricultura Petróleo Materia Turismo Ecoturismo Áreas TOTALES* Promedio de
servicio / prima naturales calificación
tipo de manejo protegidas de calidad y
cantidad

REGULACIÓN

77 24
Regulación (C, X) (B, X)
de la 2 (C, X) avanzada,
erosión escasa

24
(B, X)
Regulación
de 1 (B, X) en desarrollo,
deslaves escasa

64 44, 45 11, 24, 43,

Regulación de (B, X) (B, Y) 44, 46,
poblaciones 63, 64 8 (B, X) en desarrollo,
de especies (A, Z) escasa
útiles

80
(A, X)
Regulación
de 1 (A, X) incipiente,
plagas escasa

CULTURAL

5 81
(A, X) (B, X)
Recreación 2 (B, X) en desarrollo,
escasa

85 5 81
(C, X) (A, X) (B, X)
Ecoturismo 3 (B, X) en desarrollo,
escasa

27, 83 42, 43
(B, Y) (B, Y)
Educación,
ciencia y 4 (B, X) en desarrollo,
tecnología escasa

303
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 5. Manejo de ecosistemas acuáticos (continuación)

Criterios de calidad:
Pesca Cultivo Extracción Conservación / A-Incipiente: aportaciones conceptuales,
Preservación metodológicas y de datos pobres.
B-En desarrollo: claro desarrollo en
aportaciones conceptuales, metodológicas
Tipo de Artesanal Industrial Deportiva Acuicultura Maricultura Petróleo Materia Turismo Ecoturismo Áreas TOTALES* Promedio de y de datos.
servicio / prima naturales calificación C-Avanzada: avances conceptuales,
tipo de manejo protegidas de calidad y metodológicos y con datos claros y
cantidad ampliamente reconocidos.

Criterios de cantidad:
CULTURAL X-Escasa: el número de citas por celda es
mucho menor que lo que se esperaría si
31, 48, 51 34 3 53, 68
(A, Z) (B, X) (A, X) (B, Y)
todas las celdas tuvieran citas de forma
Inspiración equitativa.
estética / 7 (B, X) en desarrollo,
escasa Y-En elaboración: el número de citas por
espiritual
celda es igual a lo que se esperaría si todas
las celdas tuvieran citas de forma
equitativa.
34 3, 5 1, 35, 43, 69 Z-Amplia: el número de citas por celda es
9, 19, 31, 81
Modo de vida, 51, 83, 85 (B, X) (A, Y) (B, X) (B, Z) mucho mayor que lo que se esperaría si
identidad, (B, Z) 14 (B, Y) en desarrollo, todas las celdas tuvieran citas de forma
actividad en elaboración equitativa.
productiva
Números en rojo: se refieren a trabajos
que tratan más de un tipo de servicio y
3 81 66, 69 de manejo de un ecosistema acuático, por
19, 31, 32, 50, 69
52, 83, 85 (A, X) (B, X) (B, X) (B, Y) lo que el número se repite en más de una celda.
Sentido de (B, Z) 11 (B, Y) * Estos totales se refieren al número de
en desarrollo,
pertenencia en elaboración estudios que abordan cada uno de los tipos
de servicio y de manejo de los ecosistemas
acuáticos, por lo que los números repetidos
solo cuentan como un estudio.
21, 31, 48, 49 21, 49 5 31
(B, Z) (B, Y) (A, X) (B, X)
Patrimonio / 6 (B, X) en desarrollo,
herencia escasa

19, 23, 31, 83 3 69 81 1, 35, 69

Capital (B, Z) (A, X) (B, X) (B, X) (B, Z)
social y 11 (B, X) en desarrollo,
cohesión escasa
social

TOTALES* 41 (B, Y) 13 (B, X) 3 (A, X) 12 (A, Y) 3 (B, X) 6 (A, X) 2 (B, X) 8 (B, X) 2 (B, X) 28 (B, Y)

Promedio de
calificación en desarrollo, en desarrollo, incipiente, incipiente, en desarrollo, incipiente, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo,
de calidad y en elaboración escasa escasa en elaboración escasa escasa escasa escasa escasa en elaboración
cantidad

304

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 4. Los servicios ecosistémicos

Cuadro 6. Valoración

Ecológica Económica Integración

Tipo de Inventario Cuantificación Mapeo Estableci- Precio de Costo de Evaluación Función de Valoración de Método de Asignación Costo del Tasa de Costo del Precio Valoración Transferencia Análisis de Análisis Costo de la Diseño de TOTALES* Promedio de
servicio / y muestreo cartográfico miento de la mercado efectividad, de riesgos producción pasivos reemplazo residual ingreso neto morbilidad viaje, de hedónico contingente del valor costo- multicriterio productividad políticas calificación
método de línea de base acumulado y ambientales reposición, beneficio públicas de calidad y
valoración y creación de de mitigación evitado cantidad
modelos

PROVISIÓN

3, 4 3 3, 4 4, 21 5 21 25 21 21 25 9, 15, 16, 17 23 4
(C, Z) (C, Z) (C, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z)
Agua 10 (A, Z) incipiente,
amplia

4, 14 5, 14 14 4
Alimentos (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z)
derivados 3 (A, X) incipiente
de la escasa
agricultura

1 1 4, 14 5, 14 14 10 4
Alimentos (A, Z) (A, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z)
incipiente,
derivados 5 (A, Y) en
de la elaboración
ganadería

4, 14 14 14 9 4
(B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z)
Madera 3 (A, X) incipiente,
escasa

4, 11, 22 6, 22 6 6 6 22 6, 7, 22 6, 7 6, 12, 22 22 6 6, 26 22 19
(B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z)
Recursos 8 (A, Z) incipiente,
múltiples amplia

Bio-
combustibles

1 1 21 21 21 21 15,
(A, Z) (A, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z)
Recursos 3 (A, X) incipiente,
genéticos escasa

309
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 6. Valoración (continuación)

Ecológica Económica Integración

Tipo de Inventario Cuantificación Mapeo Estableci- Precio de Costo de Evaluación Función de Valoración de Método de Asignación Costo del Tasa de Costo del Precio Valoración Transferencia Análisis de Análisis Costo de la Diseño de TOTALES* Promedio de
servicio / y muestreo cartográfico miento de la mercado efectividad, de riesgos producción pasivos reemplazo residual ingreso neto morbilidad viaje, de hedónico contingente del valor costo- multicriterio productividad políticas calificación
método de línea de base acumulado y ambientales reposición, beneficio públicas de calidad y
valoración y creación de de mitigación evitado cantidad
modelos

PROVISIÓN

Recursos
químicos o
bioquímicos

Transporte

REGULACIÓN

18 21 21 25 21 21 25 23
Regulación (C, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z)
incipiente,
de la 4 (A, Y) en
temporalidad elaboración
del agua

4 21 25 21 21 15, 25 23
Regulación (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z)
incipiente,
de la 5 (A, Y) en
calidad del elaboración
agua

Regulación 21 21 21 21
de la (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z)
contami-
nación y 1 (A, X) incipiente,
procesa- escasa
miento de
residuos

18 15
Regulación (C, Z) (B, Z)
de la 2 (B, X) en desarrollo,
calidad del escasa
aire

18 4, 13 4, 11, 22 5, 6, 22 6 6 6 22 6, 7, 22 6, 7 6, 7, 12, 22 22 6 6, 26 22 19
(C, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (C, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z)
Regulación 11 (A, Z) incipiente,
del clima amplia

310
 4. Los servicios ecosistémicos

Cuadro 6. Valoración (continuación)

Ecológica Económica Integración

Tipo de Inventario Cuantificación Mapeo Estableci- Precio de Costo de Evaluación Función de Valoración de Método de Asignación Costo del Tasa de Costo del Precio Valoración Transferencia Análisis de Análisis Costo de la Diseño de TOTALES* Promedio
servicio / y muestreo cartográfico miento de la mercado efectividad, de riesgos producción pasivos reemplazo residual ingreso neto morbilidad viaje, de hedónico contingente del valor costo- multicriterio productividad políticas de
método de línea de base acumulado y ambientales reposición, beneficio públicas calificación
valoración y creación de de mitigación evitado de calidad y
modelos cantidad

REGULACIÓN

4 5 24
(B, Z) (B, Z) (B, Z)
Protección 3 (A, X) incipiente,
costera escasa

3, 18 3 20 20
(C, Z) (C, Z) (B, Z) (B, Z)
Regulación
de la 3 (A, X) incipiente,
erosión escasa

20 20
(B, Z) (B, Z)
Regulación en
de 1 (B, X) desarrollo,
deslaves escasa

Regulación
del potencial
productivo
del suelo

1 1 15
Regulación (A, Z) (A, Z) (B, Z)
15 en
de 2 (B, X) desarrollo,
poblaciones (B, Z)
escasa
de especies
útiles

1 1
(A, Z) (A, Z)
Regulación en
de 1 (B, X) desarrollo,
plagas escasa

Regulación
de
enferme-
dades
humanas

311
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 6. Valoración (continuación)

Ecológica Económica Integración

Tipo de Inventario Cuantificación Mapeo Estableci- Precio de Costo de Evaluación Función de Valoración de Método de Asignación Costo del Tasa de Costo del Precio Valoración Transferencia Análisis de Análisis Costo de la Diseño de TOTALES* Promedio de
servicio / y muestreo cartográfico miento de la mercado efectividad, de riesgos producción pasivos reemplazo residual ingreso neto morbilidad viaje, de hedónico contingente del valor costo- multicriterio productividad políticas calificación
método de línea de base acumulado y ambientales reposición, beneficio públicas de calidad y
valoración y creación de de mitigación evitado cantidad
modelos

REGULACIÓN

1 1
(A, Z) (A, Z)
Polinización 1 (B, X) en desarrollo,
escasa

CULTURAL

Recreación

Ecoturismo

Educación,
ciencia y
tecnología

9
(B, Z)
Inspiración
estética / 1 (B, X) en desarrollo,
espiritual escasa

1 1 11, 21, 22 6, 22 6 6, 21 6 21 21 22 6, 7, 22 6, 7 6, 7, 12, 22 22 6 6, 26 22 19

Modo de (A, Z) (A, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z)
vida,
identidad, 9 (A, Z) incipiente,
actividad amplia
productiva

Sentido de
pertenencia

312
 4. Los servicios ecosistémicos

Cuadro 6. Valoración (continuación)

Ecológica Económica Integración

Tipo de Inventario Cuantificación Mapeo Estableci- Precio de Costo de Evaluación Función de Valoración de Método de Asignación Costo del Tasa de Costo del viaje, Precio Valoración Transferencia Análisis de Análisis Costo de la Diseño de TOTALES* Promedio de
servicio / y muestreo cartográfico miento de la mercado efectividad, de riesgos producción pasivos reemplazo residual ingreso neto morbilidad de reposición, hedónico contingente del valor costo- multicriterio productividad políticas calificación
método de línea de base acumulado y ambientales evitado beneficio públicas de calidad y
valoración y creación de de mitigación cantidad
modelos

CULTURAL

Patrimonio /
herencia

4, 21 21 21 21
(B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z)
Capital social
y cohesión 2 (A, X) incipiente,
social escasa

1 1, 3 3 4 4
(A, Z) (B, Z) (C, Z) (B, Z) (B, Z)
BIO- 3 (A, X) incipiente,
DIVERSIDAD escasa

TOTALES* 1 (A, X) 4 (A, Y) 3 (A, X) 2 (A, X) 5 (A, Z) 4 (A, Y) 1 (A, X) 2 (A, X) 2 (A, X) 1 (A, X) 1 (A, X) 1 (A, X) 1 (A, X) 5 (A, Y) 6 (A, X) 11 (A, Z) 2 (A, X) 2 (A, X) 2 (A, X) 2 (A, X) 1 (A, X)

Promedio de
calificación de incipiente, incipiente, incipiente, incipiente, incipiente, incipiente, incipiente, incipiente, incipiente, incipiente, incipiente, incipiente, incipiente, incipiente, incipiente, incipiente, incipiente, incipiente, incipiente, incipiente, incipiente,
calidad y escasa en elaboración escasa escasa amplia en elaboración escasa escasa escasa escasa escasa escasa escasa en elaboración escasa amplia escasa escasa escasa escasa escasa
cantidad

Criterios de calidad:
A-Incipiente: aportaciones conceptuales, metodológicas y de datos pobres.
B-En desarrollo: claro desarrollo en aportaciones conceptuales, metodológicas y de datos.
C-Avanzada: avances conceptuales, metodológicos y con datos claros y ampliamente reconocidos.

Criterios de cantidad:
X-Escasa: el número de citas por celda es mucho menor que lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa.
Y-En elaboración: el número de citas por celda es igual a lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa.
Z-Amplia: el número de citas por celda es mucho mayor que lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa.

Números en rojo: se refieren a trabajos que tratan más de un tipo de servicio y de método de valoración, por lo que el número se repite en más de una celda.
* Estos totales se refieren al número de estudios que abordan cada uno de los tipos de servicio y de los métodos de valoración, por lo que los números repetidos solo cuentan como un estudio.

313
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
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21. Orosco Paredes, L.M. 2000. Valoración económica preliminar de servi-
cios hidrográficos en la cuenca alta del río Zahuapan, Tlaxco, Tlaxcala.
Tesis de licenciatura. Chapingo, Universidad Autónoma Chapingo.
22. Osorio Múnera, J.D. y F. Correa Restrepo. 2004. “Valoración econó-
mica de costos ambientales: marco conceptual y métodos de estima-
ción”. Semestre Económico 7 (13): 159-196.

23. Osorio Múnera, J.D. 2006. “El método de transferencia de benefi-
cios para la valoración económica de servicios ambientales: estado
del arte y aplicaciones”. Semestre Económico 9 (18): 107-124.
24. Patrón Soberano, K. 2008. Apreciación del valor de la conservación de
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Guerrero. Tesis de maestría. Tijuana, Centro de Investigación Cien-
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4. Los servicios ecosistémicos
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26. Ulate, R. y J. Cisneros. 2007. Valoración económica, ecológica y
ambiental. Análisis de casos en Iberoamérica. Heredia, Costa Rica,
Universidad Nacional.
315
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 7. Factores sociales

Tipo de Demográfico Económico Político Ciencia / Culturales Institucio- TOTALES* Promedio de Tipo de Demográfico Económico Político Ciencia / Culturales Institucio- TOTALES* Promedio de
servicio / tecnología nales / calificación servicio / tecnología nales / calificación
factores organizacio- de calidad y factores organizacio- de calidad y
sociales nales cantidad sociales nales cantidad

PROVISIÓN PROVISIÓN

6, 28 11, 24, 26, 28 11, 24, 26, 28 24, 28 26

(A, Y) (A, Z) (C, Z) (C, Y) (A, X) en
Recursos desarrollo,
Agua químicos o 5 (B, Y)
en
bioquímicos elaboración

6, 12, 18, 19, 1, 4, 6, 8, 9, 3, 4, 6, 8, 9, 6, 25 6, 9, 24 6, 23, 25, 26 6 26 26 26

Alimentos 23 11, 12, 18, 11, 12, 23, (B, Y) (C, Y) (B, Z) (A, X) (A, X) (A, X) (A, X)
derivados (C, Z) 19, 26 25, 26 avanzada, Medicinas 2 (A, X) incipiente,
14 (C, Z)
de la (C, Z) (C, Z) amplia escasa
agricultura

Alimentos
derivados Transporte
de la
ganadería

REGULACIÓN

6, 12, 15, 16, 1, 4, 8, 9, 8, 9, 10, 12, 18

Regulación 17, 18, 21, 22, 10, 12, 15, 17, 15, 23, 24, (B, X)
Madera en
de la 23, 24 21, 23, 26 25, 26 17 (B, Z) desarrollo,
temporalidad (C, Z) (C, Z) (A, Z) amplia
del agua

12 12, 26 12, 26 26
(A, Y) (A, Y) (A, X) 6, 12, 13, 4, 6, 8, 12, 4, 8, 12, 13, 2 13, 24 23, 26
(A, X)
Regulación 21, 23, 24 21, 23, 26 22, 23, 24, (C, X) (C, Y) (A, Y)
Recursos 2 (A, X) incipiente, en
de la (B, Z) (A, Z) 26 11 (B, Z)
múltiples escasa desarrollo,
calidad (B, Z)
amplia
del agua

Regulación
23, 26
de la
(A, Y)
Bio- contami-
nación y 2 (A, X) incipiente,
combustibles
procesa- escasa
miento de
residuos

6 11, 26 11, 26 25, 26 6, 26 3, 6, 26 2, 6 6 6, 26

(A, X) (A, Y) (A, Y) (A, Y) Regulación (C, Y) (C, Y) (C, Y) (B, X) (A, Y) en
Recursos 4 (A, X) incipiente, de la 4 (B, X)
escasa desarrollo,
genéticos calidad
escasa
del aire

316
 4. Los servicios ecosistémicos

Cuadro 7. Factores sociales (continuación)

Tipo de Demográfico Económico Político Ciencia / Culturales Institucio- TOTALES* Promedio de Tipo de Demográfico Económico Político Ciencia / Culturales Institucio- TOTALES* Promedio de
servicio / tecnología nales / calificación servicio / tecnología nales / calificación
factores organizacio- de calidad y factores organizacio- de calidad y
sociales nales cantidad sociales nales cantidad

REGULACIÓN REGULACIÓN

6, 12, 15, 16, 4, 6, 8, 9, 10, 3, 4, 6, 8, 9, 6 6, 9, 10, 15 6, 26 6, 26 26 24 26

24 12, 15, 26 10, 12, 15, (B, X) (B, Z) (A, Y) (C, Y) (C, X) (C, X) (C, X)
Regulación (C, Z) (C, Z) 23, 26 en Regulación
12 (B, Z) 3 (C, X) avanzada,
del clima (C, Z) desarrollo, de escasa
amplia plagas

12, 15 4, 6, 8, 9, 11, 4, 8, 9, 11, 24 9, 15 26

(B, Y) 12, 15, 26 12, 15, 26 (C, X) (C, Y) (C, X)
Protección Regulación de (B, Z) (B, Z) avanzada,
enfermedades 9 (C, Y) en
costera
humanas elaboración

6, 18, 19, 21 4, 6, 17, 19, 4, 17, 23, 26 18, 24 23, 26 11, 26 26 26

(A, Z) 21, 23, 26 (B, Z) (C, Y) (A, Y) en (A, Y) (A, X) (A, X)
Regulación (C, Z) desarrollo, incipiente,
de la 9 (B, Y) Polinización 2 (A, X)
en escasa
erosión elaboración

CULTURAL
23, 26 6, 8, 15, 19, 8, 15, 26 15 26
(A, Y) 26 (A, Y) (A, X) (A, X) 6, 12, 13, 4, 6, 8, 12, 4, 6, 8, 12, 13, 21 6, 9, 26
Purificación (B, Z) incipiente, 18, 19, 24 19, 26 13, 19, 26 (C, Y) (B, Y)
6 (A, Y) en
del agua Recreación (B, Z) (C, Z) (C, Z) 12 (C, Z) avanzada,
elaboración
y turismo amplia

6, 28 6, 26, 28 26, 28 24, 28 26

(B, Y) (B, Y) (B, Y) (B, Y) (A, X)
Tratamiento en
4 (B, X) desarrollo, Ecoturismo
de residuos
escasa

Educación,
Regulación ciencia
de y
deslaves tecnología

6, 12, 19 5, 6, 12, 19, 26 6, 12, 26 6 6 6, 9, 26

Regulación en
Inspiración (B, Y) (B, Z) (A, Y) (B, X) (C, X) (C, Y)
del potencial 6 (B, Y) desarrollo,
estética / en
productivo espiritual
del suelo elaboración

Regulación
de
poblaciones
de especies
útiles

317
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 7. Factores sociales (continuación)

Criterios de calidad:
A-Incipiente: aportaciones conceptuales,
Tipo de Demográfico Económico Político Ciencia / Culturales Institucio- TOTALES* Promedio de
calificación metodológicas y de datos pobres.
servicio / tecnología nales /
factores organizacio- de calidad y B-En desarrollo: claro desarrollo en
sociales nales cantidad aportaciones conceptuales, metodológicas
y de datos.
C-Avanzada: avances conceptuales,
metodológicos y con datos claros y
CULTURAL ampliamente reconocidos.
6 6, 23, 26 23, 26 6 6 6, 8, 26
(A, X) (C, Y) (B, Y) (B, X) (C, X) (C, Y)
Criterios de cantidad:
en X-Escasa: el número de citas por celda es
Valores 4 (B, Y) desarrollo,
estéticos en mucho menor que lo que se esperaría si
elaboración todas las celdas tuvieran citas de forma
equitativa.
Y-En elaboración: el número de citas por
celda es igual a lo que se esperaría si todas
las celdas tuvieran citas de forma
Modo de equitativa.
vida, Z-Amplia: el número de citas por celda es
identidad,
actividad mucho mayor que lo que se esperaría si
productiva todas las celdas tuvieran citas de forma
equitativa.

Números en rojo: se refieren a trabajos

que tratan más de un tipo de servicio y
Sentido de
de un factor social, por lo que el número se
pertenencia repite en más de una celda.
* Estos totales se refieren al número de
estudios que abordan cada uno de los tipos
de servicio y los factores sociales, por lo que
los números repetidos solo cuentan
como un estudio

Patrimonio /
herencia

Capital
social y
cohesión
social

TOTALES* 14 (B, X) 18 (B, Y) 18 (B, Y) 6 (C, X) 7 (C, X) 6 (B, X)

Promedio de en en en en
calificación desarrollo, desarrollo, desarrollo, avanzada, avanzada, desarrollo,
de calidad y escasa en en escasa escasa escasa
cantidad elaboración elaboración

318

Referencias
Cuadro 7
1. Ávila Foucat, V.S. 2007. “Los modelos de la economía ecológica:
una herramienta metodológica para el estudio de los servicios am-
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2. Jackson, R.B. et al. 2005. “Trading water for carbon with biological
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grafía y la toma de decisiones ambientales”. Nadir: Revista Electró-
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5. Sanjurjo Rivera, E. e I. Islas Cortés. 2007. “Las experiencias del Insti-
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temas para la toma de decisiones”. Gaceta Ecológica 84-85: 93-105.
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Aspectos conceptuales y metodológicos para un estudio interdisci-
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8. Bergkamp, G., B. Orlando e I. Burton. 2003. Cambio. Adaptación de
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11. Guzmán Vargas, S.L. y M.T. Palacios Lozano. 2009. “Instrumentos
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16. Balvanera, P. et al. 2006. “Quantifying the evidence for biodiversi-
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18. Pérez Maqueo, O. et al. 2007. “Construcción de consensos median-
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tico y servicios ecosistémicos en América Latina. Libro de actas del
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Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE).
22. Steffen, M. 2012. Barreras que limitan la conservación de servicios
ecosistémicos: análisis del caso de Laguna del Sauce. Tesis de maes-
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319
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

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yacu, Rumiyacu y Almendra de San Martín, Perú. Lima, Ministerio
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24. Hinojosa, L. y K. Hennermann. 2010. Dinámicas territoriales rura-
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extractivas. Santiago, Chile, Rimisp-Centro Latinoamericano para
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26. Madrigal, R. y F. Alpízar. 2008. El pago por servicios ecosistémicos y
la acción colectiva en el contexto de cuencas hidrográficas. Turrialba,
CATIE.
28. Ordaz Avilés, M.L. 2003. Autorregulación de empresas mexicanas en
materia de medio ambiente. Capítulo I: “Factores sociales, econó-
micos, culturales y políticos de la protección del medio ambiente”.
Tesis de licenciatura con especialidad en Derecho Internacional.
San Andrés Cholula, Universidad de las Américas Puebla.

320
 4. Los servicios ecosistémicos

Guía de lectura del cuadro 8

PROVISIÓN REGULACIÓN CULTURAL B ACTORES
BPROVISIÓN
REGULACIÓN
CULTURAL
ACTORES

T
P
B = Biodiversidad = Valores en celdas
T = Totales = Totales y promedios
P = Promedios de calificación de calidad y cantidad

321
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 8. Interacciones entre los servicios, entre estos y los actores y entre los mismos actores
PROVISIÓN PROVISIÓN
Servicios y Agua Alimentos Alimentos Alimentos Alimentos Madera Recursos Bio- Recursos Recursos Transporte Servicios y Agua Alimentos Alimentos Alimentos Alimentos Madera Recursos Bio- Recursos Recursos Transporte
actores derivados derivados derivados derivados múltiples combustbles genéticos químicos o actores derivados derivados derivados derivados múltiples combustibles genéticos químicos o
de la de la de la de la bioquímicos de la de la de la de la bioquímicos
agricultura ganadería pesca acuicultura agricultura ganadería pesca acuicultura

PROVISIÓN REGULACIÓN

Regulación 41 4, 12, 19 2
Agua de la (A, Z) (B, Z) (A, Z)
temporalidad
del agua

Alimentos 10, 40 Regulación 12, 19

derivados (A, Z) de la (B, Z)
de la calidad
agricultura del agua

Alimentos Regulación de
40 contaminantes
derivados (A, Z)
de la y
ganadería procesamiento
de residuos

Alimentos 10 Regulación 49
derivados (A, Z) de la (A, Z)
de la calidad
pesca del aire

Alimentos 52 4, 16, 18, 33, 2, 49

derivados Regulación (A, Z) 45, 49 (A, Z)
de la del clima (B, Z)
acuicultura

4, 8, 40, 41 10, 41 41 4, 10
Madera (A, Z) (A, Z) (A, Z) (B, Z) Protección
costera

49 2 2 4 17, 25, 27, 44 26, 27 27

Recursos Regulación
(A, Z) (A, Z) (A, Z) (B, Z) (A, Z) (A, Z) (A, Z)
múltiples de la
erosión

2 4
Bio- (A, Z) Regulación (B, Z)
combustibles de deslaves

Regulación 37 4
Recursos del potencial (A, Z) (B, Z)
genéticos productivo
del suelo

Recursos Regulación de 10, 13 31

químicos o poblaciones (A, Z) (B, Z)
bioquímicos de especies
útiles

13 4
Transporte Regulación (A, Z) (B, Z)
de plagas

322
 4. Los servicios ecosistémicos

Cuadro 8. Interacciones entre los servicios, entre estos y los actores y entre los mismos actores (continuación)
PROVISIÓN PROVISIÓN
Servicios y Agua Alimentos Alimentos Alimentos Alimentos Madera Recursos Bio- Recursos Recursos Transporte Servicios y Agua Alimentos Alimentos Alimentos Alimentos Madera Recursos Bio- Recursos Recursos Transporte
actores derivados derivados derivados derivados múltiples combustibles genéticos químicos o actores derivados derivados derivados derivados múltiples combustibles genéticos químicos o
de la de la de la de la bioquímicos de la de la de la de la bioquímicos
agricultura ganadería pesca acuicultura agricultura ganadería pesca acuicultura

REGULACIÓN

Regulación de 8, 47 3, 14, 52 14 2, 49
BIODIVERSI- (A, Z) (A, Z) (B, Z) (A, Z)
enfermedades DAD
humanas

ACTORES
11, 13, 38
Polinización (A, Z) 12, 42, 52 15, 28, 34, 35, 15, 33 4, 42 2, 28
Individuo o (A, Z) 36 (B, Z) (B, Z) (A, Z)
familia rural (A, Z)
CULTURAL

Individuo o 28, 32, 37, 38 38 21 4, 37, 38

Recreación familia (A, Z) (A, Z) (A, Z) (A, Z)
urbana

10 4, 10 Instituciones 54 4
Ecoturismo (A, Z) (B, Z) de (A, Z) (B, Z)
gobierno

Educación, 4 Organiza-
ciencia y (B, Z) ciones de la
tecnología sociedad
civil (OSC)

Inspiración 52 52 4 23, 40, 43 24, 48 24, 36 4, 40

estética / (A, Z) (A, Z) (B, Z) Instituciones (A, Z) (A, Z) (A, Z) (B, Z)
espiritual públicas

Modo de
vida, 31, 34, 35, 36, 51 2 32 5, 9, 15, 24, 28, 15 4, 49
51 (A, Z) (A, Z) Instituciones (A, Z) 46, 55 (B, Z) (B, Z)
identidad, privadas
actividad (A, Z) (A, Z)
productiva

Sentido de Comunidad
pertenencia científica

4 Comunidades 11, 12, 13, 54 13, 19, 23, 33, 13, 19, 23, 46, 5, 7, 13, 24, 34, 12, 33 4, 12, 13, 16, 19, 2, 13, 19, 33, 44, 45
Patrimonio / (B, Z) (A, Z) 38, 46, 54 54 35, 36, 46, (A, Z) 23, 30, 33, 44, 38, 44 (B, Z)
herencia / grupos
locales (A, Z) (A, Z) 53, 56 46, 54 (A, Z)
(A, Z) (A, Z)

Capital social 18, 26, 37, 40 31, 36 1 4 44 44

y cohesión Poblaciones (A, Z) (B, Z) (A, Z) (B, Z) (A, Z) (A, Z)
social urbanas

323
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 8. Interacciones entre los servicios, entre estos y los actores y entre los mismos actores (continuación)
PROVISIÓN
Servicios y Agua Alimentos Alimentos Alimentos Alimentos Madera Recursos Bio- Recursos Recursos Transporte
actores derivados derivados derivados derivados múltiples combustibles genéticos químicos o
de la de la de la de la bioquímicos
agricultura ganadería pesca acuicultura

TOTALES* 24 (A, Z) 21 (A, Z) 8 (A, X) 17 (A, Z) 7 (B, X) 20 (B, Z) 8 (A, Y) 2 (B, X)

Promedio de
calificación incipiente, incipiente, incipiente, incipiente, en desarrollo, en desarrollo, incipiente, en desarrollo,
de calidad y amplia amplia escasa amplia escasa amplia en escasa
cantidad elaboración

Criterios de calidad:
A-Incipiente: aportaciones conceptuales, metodológicas y de datos pobres.
B-En desarrollo: claro desarrollo en aportaciones conceptuales, metodológicas y de datos.
C-Avanzada: avances conceptuales, metodológicos y con datos claros y ampliamente reconocidos.

Criterios de cantidad:
X-Escasa: el número de citas por celda es mucho menor que lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa equitativa.
Y-En elaboración: el número de citas por celda es igual a lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa.
Z-Amplia: el número de citas por celda es mucho mayor que lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa.

Números en rojo: se refieren a trabajos que tratan más de una interacción, por lo que el número se repite en más de una celda.
*Estos totales se refieren al número de estudios que abordan las interacciones de los servicios de provisión con los de regulación, los culturales, la biodiversidad y los actores,
por lo que los números repetidos solo cuentan como un estudio.

324
 4. Los servicios ecosistémicos

Cuadro 8. Interacciones entre los servicios, entre estos y los actores y entre los mismos actores (continuación)
REGULACIÓN
Servicios y Regulación Regulación Regulación de Regulación Regulación Protección Regulación Regulación Regulación Regulación Regulación Regulación Polinización
actores de la de la calidad contaminantes de la calidad del clima costera de la erosión de deslaves del potencial de poblaciones de plagas de enferme-
temporalidad del agua y del aire productivo de especies dades
del agua procesamiento del suelo útiles humanas
de residuos

REGULACIÓN

Regulación
de la
temporalidad
del agua

Regulación
de la
calidad
del agua

Regulación de
contaminantes,
y
procesamiento
de residuos

Regulación
de la
calidad
del aire

Regulación
del clima

Protección
costera

26 26 25
Regulación (A, Z) (A, Z) (A, Z)
de la
erosión

Regulación
de deslaves

Regulación 26 26, 41
del potencial (A, Z) (A, Z)
productivo del
suelo

Regulación
de poblaciones
de especies
útiles

Regulación
de plagas

325
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 8. Interacciones entre los servicios, entre estos y los actores y entre los mismos actores (continuación)
REGULACIÓN
Servicios y Regulación Regulación Regulación de Regulación Regulación Protección Regulación Regulación Regulación Regulación Regulación Regulación Polinización
actores de la de la calidad contaminantes de la calidad del clima costera de la erosión de deslaves del potencial de de plagas de enferme-
temporalidad del agua y del aire productivo poblaciones dades
procesamiento humanas
del agua del suelo de especies
de residuos
útiles
REGULACIÓN
Regulación de
enferme-
dades
humanas

Polinización

CULTURAL

Recreación

32
Ecoturismo (A, Z)

Educación,
ciencia y
tecnología

Inspiración 52
estética / (A, Z)
espiritual

Modo de
vida,
identidad,
actividad
productiva

Sentido de
pertenencia

Patrimonio /
herencia

Capital social
y cohesión
social

326
 4. Los servicios ecosistémicos

Cuadro 8. Interacciones entre los servicios, entre estos y los actores y entre los mismos actores (continuación)
REGULACIÓN
Servicios y Regulación Regulación Regulación de Regulación Regulación Protección Regulación Regulación Regulación Regulación Regulación Regulación Polinización
actores de la de la calidad contaminantes de la calidad del clima costera de la erosión de deslaves del potencial de de plagas de enferme-
temporalidad del agua y del aire productivo poblaciones dades
del agua procesamiento del suelo de especies humanas
de residuos útiles

14, 32 14 14 14 14 3, 6, 14, 22,

BIO- (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) 38
DIVERSIDAD (A, Z)

ACTORES

Individuo o 12
familia (A, Z)
rural

4, 50 28 37 4, 12
Individuo o
(B, Z) (A, Z) (A, Z) (B, Z)
familia
urbana

54
Instituciones (A, Z)
de gobierno

Organiza-
ciones de la
sociedad
civil (OSC)

43 39 20 31
Instituciones (A, Z) (A, Z) (B, Z) (B, Z)
públicas

28 43 31
Instituciones (A, Z) (A, Z) (B, Z)
privadas

Comunidad
científica

Comunidades 8, 45 8, 45 12, 16, 19, 44, 45 12 19

/ grupos (B, Z) (B, Z) 45 (B, Z) (A, Z) (B, Z)
locales (B, Z)

47 17 37 37 12, 18, 44, 47 50 50 37

Poblaciones (A, Z) (B, Z) (A, Z) (A, Z) (A, Z) (A, Z) (A, Z) (A, Z)
urbanas

327
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 8. Interacciones entre los servicios, entre estos y los actores y entre los mismos actores (continuación)
REGULACIÓN
Servicios y Regulación Regulación Regulación de Regulación Regulación Protección Regulación Regulación Regulación Regulación Regulación Regulación Polinización
actores de la de la calidad contaminantes de la calidad del clima costera de la erosión de deslaves del potencial de de plagas de enferme-
temporalidad del agua y del aire productivo poblaciones dades
del agua procesamiento del suelo de especies humanas
de residuos útiles

TOTALES* 7 (B, X) 6 (B, X) 3 (A, X) 2 (A, X) 14 (A, Y) 5 (A, X) 3 (A, X) 2 (B, X) 2 (B, X) 1 (B, X) 5 (A, X)

Promedio de
calificación en desarrollo, en desarrollo, incipiente, incipiente, incipiente, incipiente, incipiente, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, incipiente,
de calidad y escasa escasa escasa escasa en escasa escasa escasa escasa escasa escasa
cantidad elaboración

Criterios de calidad:
A-Incipiente: aportaciones conceptuales, metodológicas y de datos pobres.
B-En desarrollo: claro desarrollo en aportaciones conceptuales, metodológicas y de datos.
C-Avanzada: avances conceptuales, metodológicos y con datos claros y ampliamente reconocidos.

Criterios de cantidad:
X-Escasa: el número de citas por celda es mucho menor que lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa.
Y-En elaboración: el número de citas por celda es igual a lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa.
Z-Amplia: el número de citas por celda es mucho mayor que lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa.

Números en rojo: se refieren a trabajos que tratan más de una interacción, por lo que el número se repite en más de una celda.
*Estos totales se refieren al número de estudios que abordan las interacciones de los servicios de regulación con los culturales, la biodiversidad y los actores,
por lo que los números repetidos solo cuentan como un estudio.

328
 4. Los servicios ecosistémicos

Cuadro 8. Interacciones entre los servicios, entre estos y los actores y entre los mismos actores (continuación)
Criterios de calidad:
CULTURAL CULTURAL
A-Incipiente: aportaciones conceptuales,
Servicios y Recreación Ecoturismo Educación, Inspiración Modo de vida, Sentido de Patrimonio / Capital social Servicios y Recreación Ecoturismo Educación, Inspiración Modo de vida, Sentido de Patrimonio / Capital social metodológicas y de datos pobres.
actores ciencia y estética / identidad, pertenencia herencia y actores ciencia y estética / identidad, pertenencia herencia y B-En desarrollo: claro desarrollo en
tecnología espiritual actividad cohesión tecnología espiritual actividad cohesión aportaciones conceptuales, metodológicas
productiva social productiva social
y de datos.
C-Avanzada: avances conceptuales,
CULTURAL ACTORES metodológicos y con datos claros y
ampliamente reconocidos.
Individuo o 20, 21, 28, 29, 21, 23, 28, 29, 29, 32, 37
Recreación familia 32, 37, 50 32, 50 (A, Z)
(A, Z) (A, Z) Criterios de cantidad:
urbana X-Escasa: el número de citas por celda es
mucho menor que lo que se esperaría si
todas las celdas tuvieran citas de forma
55 23
Instituciones equitativa.
Ecoturismo (A, Z) (A, Z)
de gobierno Y-En elaboración: el número de citas por
celda es igual a lo que se esperaría si todas
las celdas tuvieran citas de forma
equitativa.
Organiza-
Educación, ciones de la
Z-Amplia: el número de citas por celda es
ciencia y sociedad mucho mayor que lo que se esperaría si
tecnología civil (OSC) todas las celdas tuvieran citas de forma
equitativa.
38, 55 24, 48 41 37 Números en rojo: se refieren a trabajos
Inspiración Instituciones (A, Z) (A, Z) (A, Z)
(A, Z)
estética / públicas que tratan más de una interacción, por
espiritual lo que el número se repite en más de una celda.
*Estos totales se refieren al número de estudios
Modo de que abordan las interacciones de los servicios
50 46, 55 culturales con la biodiversidad y los actores,
vida, Instituciones (B, Z)
(A, Z) privadas por lo que los números repetidos solo
identidad,
actividad cuentan como un estudio.
productiva

Comunidad
Sentido de científica
pertenencia

Comunidades 8, 13, 19, 30, 5, 8, 19, 30, 19 13, 30, 33, 44,
Patrimonio / / grupos 33, 38 33, 38, 45, (B, Z) 45, 50
herencia locales (A, Z) 54 (A, Z)
(A, Z)

1, 18 1 44 54
Capital social Poblaciones (A, Z) (A, Z) (A, Z) (A, Y)
y cohesión urbanas
social

9, 14, 21 52 TOTALES* 16 (A, Y) 21 (A, Z) 2 (B, X) 12 (A, Y) 1 (A, X) 1 (A, X) 1 (B, X)

BIO- (A, Z) (A, Z)
DIVERSIDAD

Promedio de
ACTORES calificación incipiente, incipiente, en desarrollo, incipiente, incipiente, incipiente, en desarrollo,
de calidad y en amplia escasa en escasa escasa escasa
Individuo o 32 19, 32, 55 28, 32, 38 31 cantidad elaboración elaboración
familia (A, Z) (A, Z) (A, Z) (B, Z)
rural

329
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 8. Interacciones entre los servicios, entre estos y los actores y entre los mismos actores (continuación)
Criterios de calidad:
ACTORES A-Incipiente: aportaciones conceptuales,
Servicios y BIO- Individuo o Individuo o Instituciones Organiza- Instituciones Instituciones Comunidad Comuni- Poblaciones metodológicas y de datos pobres.
actores DIVERSIDAD familia familia de gobierno ciones de la públicas privadas científica dades / urbanas B-En desarrollo: claro desarrollo en
rural urbana sociedad grupos
civil (OSC) locales aportaciones conceptuales, metodológicas
y de datos.
C-Avanzada: avances conceptuales,
metodológicos y con datos claros y
ampliamente reconocidos.
BIO-
Criterios de cantidad:
DIVERSIDAD
X-Escasa: el número de citas por celda es
mucho menor que lo que se esperaría si
ACTORES todas las celdas tuvieran citas de forma
equitativa.
Individuo o Y-En elaboración: el número de citas por
familia celda es igual a lo que se esperaría si todas
rural las celdas tuvieran citas de forma
equitativa.
Z-Amplia: el número de citas por celda es
Individuo o 28, 29 mucho mayor que lo que se esperaría si
familia (A, Z) todas las celdas tuvieran citas de forma
urbana equitativa.

Números en rojo: se refieren a trabajos

54 que tratan más de una interacción, por
Instituciones (A, Z)
de gobierno lo que el número se repite en más de una celda.
*Estos totales se refieren al número de estudios
que abordan las interacciones de los actores con
con la biodiversidad y entre los mismos actores,
Organiza- por lo que los números repetidos solo
ciones de la cuentan como un estudio.
sociedad
civil (OSC)

8, 9, 20, 21, 43 45
Instituciones 46, 54 (A, Z) (B, Z)
públicas (A, Z)

41
Instituciones (A, Z)
privadas

9, 54 23 11
Comunidad (A, Z) (A, Z) (A, Z)
científica

Comunidades 12, 19, 44, 45, 4 4, 38 4, 19, 51 19, 51 4, 19, 40, 45, 19, 30 19
/ grupos 54 (B, Z) (B, Z) (B, Z) (B, Z) 53 (B, Z) (B, Z)
locales (A, Z) (B, Z)

26, 44, 47, 4

Poblaciones 50 (B, Z)
urbanas (A, Z)

TOTALES* 15 (A, Y) 3 (A, X) 2 (A, X) 4 (A, X) 2 (B, X) 7 (A, X) 2 (B, X) 1 (A, X) 1 (B, X)

Promedio de
calificación incipiente, incipiente, incipiente, incipiente, en desarrollo, incipiente, en desarrollo, incipiente, en desarrollo,
de calidad y en escasa escasa escasa escasa escasa escasa escasa escasa
cantidad elaboración

330

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Cuadro 8
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333
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 9. Intervenciones que modifican los servicios ecosistémicos

Criterios de calidad:
A-Incipiente: aportaciones conceptuales,
Interveciones Organiza- Instituciones Instituciones Academia Comunidades TOTALES* Promedio de
Interveciones Organiza- Instituciones Instituciones Academia Comunidades TOTALES* Promedio de calificación metodológicas y de datos pobres.
ciones de la públicas privadas / grupos ciones de la públicas privadas / grupos
calificación de calidad y B-En desarrollo: claro desarrollo en aportaciones
sociedad locales sociedad locales
de calidad y cantidad conceptuales, metodológicas y de datos.
civil (OSC) civil (OSC)
cantidad C-Avanzada: avances conceptuales,
metodológicos y con datos claros y ampliamente
reconocidos.
1, 3, 4, 37, 43, 38, 51, 52 5, 7, 8, 10, 19, 20, 21, 45, 46, 4, 56 42, 53 12 2, 7, 9, 10, 12, 14, 15, 17, 22, 24,
49, 50, 52, (C, Y) 47, 56, 57, 63, 64, 65, 66, (B, Y) (A, X) 26, 27, 28, 29, 30, 31, 32, 35, Criterios de cantidad:
(B, Y) X-Escasa: el número de citas por celda es mucho
Instrumentos 54, 55 67, 68, 69, 72 en desarrollo, Contribución 36, 41, 44, 45, 46, 47, 57, incipiente,
(B, Z) (A, Z) 32 (B, Z) al 35 (A, Z) menor que lo que se esperaría si todas
económicos amplia 58, 61, 62, 63, 68, 69, amplia
conocimiento 70, 71 las celdas tuvieran citas de forma equitativa.
( A, Z) Y-En elaboración: el número de citas por celda
es igual a lo que se esperaría si todas
las celdas tuvieran citas de forma equitativa.
53, 55 13, 16, 38 7, 18, 19, 20, 23, 57, 58, 59, Z-Amplia: el número de citas por celda es
(A, Y) (B, Y) 65, 66, 67, 72 mucho mayor que lo que se esperaría si todas
incipiente,
Política (A, Z) las celdas tuvieran citas de forma equitativa.
17 (A, Y) en TOTALES* 13 (B, Y) 6 (C, X) 1 (A, X) 52 (A, Z) 2 (B, X)
pública elaboración
Números en rojo: se refieren a trabajos que
tratan más de una intervención y tipo de actor,
por lo que el número se repite en más de una
7, 19, 20
celda.
60
(A, X) (A, Y) * Estos totales se refieren al número de estudios
Legislación Promedio de en
incipiente, incipiente, en que abordan cada una de las intervenciones y
y 4 (A, X) calificación desarrollo, avanzada, incipiente,
escasa de calidad y en escasa escasa amplia desarrollo, cada tipo de actor, por lo que los números
regulación escasa repetidos solo cuentan como un estudio.
cantidad elaboración

4, 42 6, 9, 15, 31, 33, 35, 36, 45,

Sociales (C, Y) 46, 47, 70, 71, 72 en
y de (A, Z) desarrollo,
15 (B, Y)
comporta- en
miento elaboración

11, 49, 50, 52 52 25, 33, 39, 63

(C, Z) (C, X) (A, Z)
en
Tecnología 8 (B, X) desarrollo,
escasa

4, 42, 49, 50, 52 6, 56, 72 4, 56

52, 54, 55 (C, X) (B, Y) (B, Y)
Fortaleci- (C, Z) avanzada,
10 (C, Y) en
miento
institucional elaboración

11, 49, 50, 52 52 33, 34, 40

(C, Z) (C, X) (B, Y)
Cognitivas / 7 (C, X) avanzada,
educación escasa

334

Referencias
Cuadro 9
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339
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

340
 Herramientas
y estrategias para el estudio
y la conservación de los
ecosistemas y su biodiversidad

Coordinadores de capítulo: David González Solís1, Rebeca Quiñonez Piñón2, Víctor Hugo Luja Molina3.
Coordinadores de sección: Víctor Arriola Padilla4, Everardo Barba Macías5, Patricia Cortés Calva6, Cecilia
Elizondo1, Marina Olivia Franco Hernández7, Luis Ignacio Iñiguez Dávalos8, María de Lourdes Jiménez Badi-
llo9, Alfredo Ortega Rubio6, Alejandro Ponce Mendoza4, Gerardo Rodríguez Quiroz10, Joaquín Sosa Ramírez11,
Francisco Valadez Cruz12, María Soledad Vásquez Murrieta13.
Coautores: Arturo Aguirre León14, Lucía Almeida-Leñero15, Ahime Álvarez Vela9, Myriam Adela Amezcua
Allieri16, Guillermo Ángeles Álvarez17, Aurora Breceda Solís Cámara6, Laura Georgina Calva Benítez2, José Ma-
nuel Castro Pérez18, Luis Cervantes Peredo17, Jorge Luis Chagoya Fuentes19, Victoria Díaz Castañeda20, Silvia
Díaz Ruiz2, Reginaldo Durazo21, Feliciana Estrada Loreto5, José G. García Franco17, Teresa Margarita González
Martínez15, Francisco José Gutiérrez Mendieta2, Ana Laura Ibáñez Aguirre2, Claudia Leonor Ibarra Sánchez13,
Aída Martínez López22, Alejandro Medina Quej18, Leticia Montoya Bello17, Patricia Moreno Casasola17, Miguel
Ángel Mosqueda Cabrera14, Enrique Núñez Lara23, Roger Orellana Lanza 12, Isaí Pacheco Ruiz24, Patricia Padilla
Vargas4, Ramiro Pérez Miranda4, Jesús Felipe Poblano Amparán25, David Alberto Salas de León26, Laura Sán-
chez Velasco22, Georgina Santos Barrera15, María del Rocío Torres Alvarado2, Mirna Valdez Hernández1, Francisco
Varona Cordero2, Gabriela Vázquez Hurtado17, Gilberto Velázquez Angulo27.

341
 Adscripciones:
1
El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur)-Unidad Chetumal; 2 Departamento de Hidro-
biología, División de Ciencias Biológicas y de la Salud, Universidad Autónoma Metro-
politana (UAM)-Unidad Iztapalapa; 3 Unidad Académica de Turismo, Coordinación de
Investigación y Posgrado, Universidad Autónoma de Nayarit; 4 Centro Nacional de In-
vestigación Disciplinaria en Conservación y Mejoramiento de Ecosistemas Forestales,
Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) 5 Eco-
sur-Unidad Villahermosa; 6 Programa de Planeación Ambiental y Conservación, Centro de
Investigaciones Biológicas del Noroeste; 7 Unidad Profesional Interdisciplinaria de Biotec-
nología, Instituto Politécnico Nacional (IPN); 8 Centro Universitario del Sur, Universidad
de Guadalajara; 9 Instituto de Ciencias Marinas y Pesquerías, Universidad Veracruzana; 10
Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional-Unidad Si-
naloa, IPN; 11 Centro de Ciencias Agropecuarias, Universidad Autónoma de Aguascalien-
tes; 12 Unidad de Ciencias del Agua, Centro de Investigación Científica de Yucatán, A.C.;
13
Departamento de Microbiología, Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, IPN; 14 Di-
visión de Ciencias Biológicas y de la Salud, Departamento El Hombre y su Ambien-
te, UAM-Unidad Xochimilco; 15 Departamento de Ecología y Recursos Naturales, Fa-
cultad de Ciencias, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); 16 Medio
Ambiente, Instituto Mexicano del Petróleo; 17 Departamento de Ecología Funcional,
Instituto de Ecología, A.C.; 18 Ciencias Biológicas, Instituto Tecnológico de Chetumal;
19
Campo Experimental Ixtacuaco, 20 Centro de Investigación Científica y de Educación Supe-
rior de Ensenada; 21 Facultad de Ciencias Marinas, Universidad Autónoma de Baja California
campus Ensenada (UABC); 22 Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas, IPN; 23 Uni-
versidad Autónoma del Carmen; 24 Instituto de Investigaciones Oceanológicas, 25 Universidad
Tecnológica de Ciudad Juárez; 26 Instituto de Ciencias del Mar y Limnología, UNAM; 27 De-
partamento de Ingeniería Civil y Ambiental, Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.

342

Introducción
C
on el objeto de comprender mejor el fun-
cionamiento de los ecosistemas y plani-
ficar de manera estratégica su conserva-
ción y aprovechamiento, es fundamental
contar con información básica acerca de
sus características ambientales. Para ello se han desa-
rrollado varias herramientas, a fin de recolectar datos,
procesarlos, analizarlos y presentar los resultados.
Los sistemas de monitoreo se han empleado para
medir cuantitativa o cualitativamente y de manera sis-
temática las propiedades físicas, químicas, biológicas
y socioeconómicas de los componentes y procesos de
los ecosistemas (Parr et al., 2002). Por medio de ellos
se evalúan las tendencias de cambios o se analizan da-
tos periódicos y comparables para describir el estado
del ambiente (Meijers, 1986; Christensen et al., 1996;
Abbot y Guijt, 1998).
El monitoreo de los ecosistemas es cada vez más
útil en la toma de decisiones sobre políticas públicas y
en la generación de acuerdos ambientales (Danielsen
et al., 2009). Sin embargo, no se ha visualizado como
una prioridad debido a sus elevados costos y a lo com-
pleja que puede resultar su implementación (Daniels-
en et al., 2009), de ahí que sea excluido con frecuen-
cia de las actividades de manejo de los ecosistemas
(McDonald y Smart, 1992).
En el contexto internacional existen solo algunos
programas consolidados de monitoreo a largo plazo;
por ejemplo, el Programa Internacional Geosfera-
Biosfera (International Geosphere-Biosphere Pro-
gramme, IGBP) y la Red Internacional de Investiga-
ción Ecológica a Largo Plazo (International Long-
Term Ecological Research Network, ILTER) (Parr et
5. Herramientas y estrategias para el estudio y la conservación de los ecosistemas y su biodiversidad
al., 2002). En México, la Red Mexicana de Investiga-
ción Ecológica a Largo Plazo (Red Mex-Lter) es quizá
el ejemplo nacional más consolidado en materia de
monitoreo ecosistémico (Maass et al., 2010).
La creciente presión sobre los ecosistemas, su com-
plejidad, así como el insuficiente conocimiento que se
tiene de ellos, promueve la necesidad de desarrollar
herramientas tales como los indicadores, que permi-
tan detectar y evaluar el impacto humano en los ecosis-
temas. Estos son importantes para la toma de decisio-
nes a corto plazo y la reducción del deterioro de los
ecosistemas. La capacidad para identificar de manera
adecuada a un indicador es fundamental, a fin de to-
mar mejores decisiones, ya que una elección incorrecta
puede llevar a interpretaciones y acciones equivocadas.
Acerca de este capítulo
El objetivo de este capítulo es mostrar las principa-
les herramientas (monitoreo y uso de indicadores)
empleadas para el estudio y el manejo de los eco-
sistemas y su biodiversidad. Para esto se analizó de
manera cuantitativa y cualitativa el uso de sistemas
de monitoreo e indicadores, así como la información
que estos han generado durante los últimos 10 años
en los diferentes ecosistemas de México. Además, se
analizaron las estrategias implementadas a nivel na-
cional para la protección de ciertos ecosistemas y su
biodiversidad (áreas naturales protegidas). Con esta
información contribuimos al conocimiento sobre el
estado actual del monitoreo ambiental, el uso de in-
dicadores y el establecimiento de las áreas naturales
protegidas en México, así como a la identificación
de vacíos de información cuyo tratamiento es prio-
343
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
En los últimos 50 años las
alteraciones ocasionadas por los
seres humanos en los ecosistemas
terrestres se han incrementado
de manera drástica, al modificar
en gran medida su composición
y funcionamiento.
344
ritario para fortalecer los planes de protección de los
ecosistemas y su biodiversidad en el país.
Este capítulo está formado por tres secciones prin-
cipales:
• Monitoreo ambiental de los ecosistemas y su bio-
diversidad.
• Desarrollo y uso de indicadores.
• Alcances del Programa Nacional de Áreas Natu-
rales Protegidas.
La primera sección describe el estado de los sis-
temas de monitoreo de los ecosistemas en tres gran-
des hábitats: terrestre, costero y oceánico, conside-
rando la intensidad del monitoreo, sus resoluciones
espaciales y temporales, los ambientes con mayor
cantidad de información, el tipo de información co-
múnmente recopilada, la accesibilidad de esta y los
formatos existentes. En la segunda se presenta un
análisis de los programas de monitoreo ambiental en
México y de los indicadores utilizados. Finalmente,
la tercera sección analiza los alcances y la cobertura
geográfica del programa de Áreas Naturales Prote-
gidas en México como una estrategia para la protec-
ción de la biodiversidad.
Monitoreo ambiental de los
ecosistemas y su biodiversidad
Ecosistemas terrestres
Relevancia del tema
México es uno de los cinco países con mayor diversi-
dad biológica en el mundo (Mittermeier y Goettsch,
1992). En nuestro territorio existe una décima parte
de las especies de plantas superiores del planeta, de las
cuales cerca de la mitad son endémicas (Mittermeier
et al., 1997); ocupa además el tercer lugar mundial en
presencia de reptiles, anfibios, aves y mamíferos (Wil-
liams et al., 2001). No obstante, durante los últimos
50 años las alteraciones ocasionadas por los seres hu-
manos en los ecosistemas terrestres se han incremen-
tado de manera drástica al modificar en gran medida
su composición y funcionamiento (Abarca, 2007).
Sánchez Colón et al. (2009) reportan que la pérdida
de cobertura de los ecosistemas terrestres en México
es de 103,289 km2 en selvas húmedas, 94,223 km2 en
selvas subhúmedas, 129,000 km2 en bosques templa-
dos, 91,000 km2 en matorrales xerófilos y más de
59,000 km2 en pastizales.
La mayoría de estas alteraciones se han registrado
y documentado en forma tardía, lo cual desfasa la im-
plementación de acciones para el manejo sustentable
de los recursos naturales, así como la protección de los
ecosistemas y su biodiversidad. Incluso en la actuali-
dad existen ecosistemas sin registro de datos que per-
mitan evaluar su nivel de degradación. La carencia de
información es una forma de impacto ambiental, pues
el limitado conocimiento de los procesos ecológicos
promueve la degradación de los ecosistemas (Maass
et al., 2010). En este sentido, el monitoreo representa
una poderosa herramienta para la conservación de los
hábitats y sus especies, pues permite la toma de deci-
siones informada y fundamentada en datos confiables
para su manejo, planeación y gestión (McDonald y
Smart, 1992).
Cantidad y calidad de la información
Si bien en México se han realizado algunos estudios
de monitoreo de los ecosistemas terrestres, el tema
no puede considerarse muy desarrollado. Para eva-
luar el estado actual de la materia se analizaron 55

publicaciones científicas, cuyo objetivo principal está
ligado a un monitoreo ambiental de un ecosistema
terrestre, sin incluir las series periódicas de datos ca-
rentes de un marco conceptual de monitoreo. La in-
formación de los sistemas de monitoreo puede ser ge-
neral ‒la registrada a gran escala espacio-temporal‒,
o específica ‒la de pequeña escala.
En términos cuantitativos y en sentido amplio,
70% de los monitoreos generaron información pri-
maria, 14% utilizaron otras fuentes de datos, es decir,
no generaron información propia, y 16% además de
generar información propusieron nuevas técnicas o
métodos de monitoreo. De los trabajos con informa-
ción primaria y propositivos, dos terceras partes fue-
ron monitoreos de variables bióticas, y el resto de abió-
ticas (véase cuadro 1).
El monitoreo de hábitats terrestres se ha desarro-
llado con mayor frecuencia en zonas urbanas y en
bosques templados; en contraste, los bosques mesó-
filos son los que han recibido menor atención. Otros
ecosistemas, como los pastizales, los matorrales xe-
rófilos, los bosques tropicales secos y húmedos y los
agroecosistemas, tienen en promedio un 6% del total
de la información del monitoreo ambiental. La ma-
yor parte de los trabajos enfocados en el estudio de
las variables bióticas se han desarrollado en ecosiste-
mas naturales, mientras que el registro de informa-
ción de variables abióticas es más frecuente en zonas
urbanas. Cabe mencionar que se ha llevado a cabo
un solo trabajo de monitoreo en bosques mixtos de
pino-encino y oyamel.
En las zonas urbanas, la mayoría de los monito-
reos se han enfocado en la medición de la calidad del
aire. En menor medida se han estudiado las caracte-
rísticas físico-químicas del suelo y del agua, los pará-
metros climáticos, los incendios forestales, el cambio
5. Herramientas y estrategias para el estudio y la conservación de los ecosistemas y su biodiversidad
de uso del suelo y su conservación, así como los pro-
cesos hidrológicos. Los últimos cuatro aspectos tam- El monitoreo de hábitats terrestres
bién se incluyen en el resto de los ecosistemas. se ha desarrollado con mayor
Con respecto a las variables bióticas, el monitoreo
se ha enfocado principalmente en las poblaciones sil-
frecuencia en zonas urbanas y
vestres de plantas y animales, sobre todo en la avifau- en bosques templados; en contraste,
na. Otro tema con gran número de publicaciones es el los bosques mesófilos son los que
monitoreo de la vegetación mediante herramientas de
han recibido menor atención.
percepción remota. En menor grado lo son los proce-
sos funcionales, la incidencia de plagas, la calidad fo-
restal, los procesos de regeneración y la biodiversidad.
Prioridades de investigación
Con base en los promedios de calificación de can-
tidad de la información disponible, es evidente que
en México el monitoreo ambiental de ecosistemas te-
rrestres es escaso. En este sentido, resulta prioritario
generar programas de monitoreo con marcos meto-
dológicos estándares (técnicas de medición y registro
comunes), a fin de facilitar la integración de datos
provenientes de programas de monitoreo desarrolla-
dos en distintos tipos de ecosistemas. De esta forma
se evitaría la duplicidad de trabajo e información. Los
tipos de monitoreo más importantes para la protec-
ción de los ecosistemas y su biodiversidad son aque-
llos que se establecen en un marco de registro de da-
tos a corto, mediano y largo plazos, así como a media
y a gran escala.
Algunos ecosistemas no cuentan con programas
de monitoreo de variables abióticas, lo cual se refleja
en una carencia de información ambiental de gran re-
levancia. Tal es el caso del bosque mesófilo de monta-
ña, el tropical húmedo y el tropical seco, todos ellos
amenazados por las actividades humanas.
El escaso monitoreo de los bosques mesófilos de
montaña es preocupante, pues es el ecosistema más
345
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
amenazado en el país y porque su distribución es muy
El monitoreo simultáneo de restringida (Comisión Nacional para el Conocimien-
variables bióticas y abióticas es to y Uso de la Biodiversidad, Conabio, 2010). Estos
ecosistemas presentan una alta diversidad biológica,
importante para caracterizar así como un gran porcentaje de géneros endémicos
las causas y los efectos de los (Challenger y Soberón, 2008). Además, desempeñan
cambios en tiempo real. un papel clave en la regulación de los ciclos hidrológi-
cos y de nutrientes a nivel del paisaje (Toledo, 2009).
Al igual que ha sucedido con otros ecosistemas,
los bosques tropicales húmedos ocupan hoy en día
menos de la mitad de su área original como conse-
cuencia de las actividades humanas. Su monitoreo
también ha sido escaso, a pesar de que la diversidad
de sus especies es mayor que la existente en cual-
quier otro ecosistema terrestre (Rzedowski, 2006;
Challenger y Soberón, 2008).
Por su parte, los matorrales xerófilos y los bos-
ques tropicales secos tienen amplia distribución en
México y albergan una considerable porción de la flo-
ra endémica del país (Trejo, 1996; Rzedowski, 2006).
Estos ecosistemas presentan características relevan-
tes que están seriamente amenazadas por las activi-
dades humanas y que han sido poco monitoreadas,
lo cual hace prioritario su estudio.
Los agroecosistemas, a pesar de su importancia
por la estrecha relación que tienen con las actividades
humanas y el impacto que estas causan en los ecosis-
temas y su biodiversidad, han sido muy poco monito-
reados. En este sentido, resulta fundamental orientar
los esfuerzos hacia temas tales como los efectos de los
organismos genéticamente modificados y la desertifi-
cación de los suelos, al igual que hacia la alteración de
las cuencas y su hidrología, entre otros aspectos.
Entre las variables abióticas debe prestarse aten-
ción a todas aquellas relacionadas y generadas por
eventos tales como incendios forestales, cambio de
346
uso del suelo, erosión y procesos hidrológicos. En
cuanto a las variables bióticas, deben incluir proce-
sos funcionales, incidencia de plagas, calidad fores-
tal, regeneración y biodiversidad.
El monitoreo simultáneo de variables bióticas y
abióticas es importante para caracterizar las causas y los
efectos de los cambios en tiempo real. Otro punto fun-
damental en la planeación de programas de monitoreo
es la determinación de su escala espacio-temporal, con
base en el tipo de variables que serán medidas, puesto
que estas actúan en diferentes tiempos y su distribución
espacial puede ser local, regional o global. Algunas va-
riables son representativas de dinámicas ecosistémicas a
una escala espacio-temporal específica, como en el caso
del microclima, donde los valores de sus variables
son representativos a nivel local, incluso puntual,
pero son irrelevantes para el clima regional.
Ecosistemas costeros
Relevancia del tema
Los ecosistemas costeros son vulnerables a los efec-
tos de las actividades antropogénicas; la fragmenta-
ción y destrucción del hábitat, la sobreexplotación
de recursos, los contaminantes de distintas fuentes
y el cambio climático global, el cual provoca calen-
tamiento de los océanos, acidificación de sus aguas,
elevación del nivel del mar y modificación de los in-
flujos dulceacuícolas que pueden alterar seriamente
su composición y funcionamiento. Para conocer el
estado actual de los ecosistemas costeros y proponer
estrategias para su conservación es necesario estable-
cer programas de monitoreo continuo (Costello et al.,
2010). La evaluación aquí presentada es una pauta
para diagnosticar el grado de avance y orientar sobre
las prioridades de desarrollo en el monitoreo am-
biental de los ecosistemas costeros en México.

Cantidad y calidad de la información
Para evaluar el estado de la materia se analizaron 646
publicaciones científicas enfocadas en el monitoreo de
uno o varios ecosistemas costeros. La información se
clasificó por hábitat (lagunas costeras, estuarios, arre-
cifes coralinos, marismas y manglares) y por regiones
geográficas (Pacífico Norte, Pacífico Centro-Sur, Gol-
fo de México y Caribe mexicano). Además, se iden-
tificó el tipo de monitoreo desarrollado con base en
las variables estudiadas (bióticas, abióticas y contami-
nantes bióticos y abióticos) (véase cuadro 2).
Una gran parte de los trabajos publicados se han
enfocado en el monitoreo de las lagunas costeras; en
contraste, los estuarios, humedales, y zonas litorales
y sublitorales (zona intermareal) han recibido poca
atención. Con respecto a su distribución geográfica,
el Pacífico Norte (en particular la península de Baja
California) cuenta con el mayor porcentaje de moni-
toreos de lagunas costeras, seguido por el del Golfo
de México (en especial el desarrollado en Veracruz y
Campeche) y el Caribe; el menor porcentaje corres-
ponde al monitoreo en el Pacífico Centro-Sur.
En cuanto al monitoreo de arrecifes coralinos, el
mayor esfuerzo se ha desarrollado en el Caribe mexi-
cano, seguido por el realizado en el Pacífico Norte y
el efectuado en el Golfo de México. Cabe destacar
que no hay información alguna sobre la región del
Pacífico Centro-Sur.
Los ecosistemas costeros que han recibido menor
atención son los humedales ‒marismas y manglares‒
y por lo general se integran en algún otro monitoreo
(por ejemplo, de lagunas costeras). En una cantidad
igual al monitoreo de los arrecifes de coral está el
de las zonas litoral, sublitoral, costera o bahías. Al
igual que con estuarios y humedales, las anteriores
zonas son integradas como parte del monitoreo de
5. Herramientas y estrategias para el estudio y la conservación de los ecosistemas y su biodiversidad
otros ecosistemas, en especial el de las lagunas coste-
ras. En este tipo de ecosistemas el Pacífico Norte y el
Caribe mexicano cuentan con la mayor parte de los
estudios de las zonas costeras, mientras que el Pacífico
Centro-Sur y el Golfo de México son inusuales en
este tipo de estudios.
Por lo tanto, el grado de conocimiento a través
del monitoreo ambiental es heterogéneo, ya que, en
comparación con otros, hay ecosistemas costeros y
regiones más estudiados, como las lagunas costeras,
tal vez porque son los más abundantes en las costas
mexicanas, con un total de 452 lagunas que cubren
un área de 1,567,300 hectáreas (Contreras, 2000).
La cantidad de la información relacionada con el
monitoreo de las características fisicoquímicas, bio-
lógicas y de contaminación de los diferentes ecosis-
temas costeros es sumamente variable, tanto desde el
punto de vista de la periodicidad del muestreo como
del tipo de variables monitoreadas. En lo que se re-
fiere a la periodicidad, hay estudios que se realizan
en un periodo estacional de muestreo ‒ya sea duran-
te la época de seca, de lluvias o de nortes‒, y otros
que abarcan diferentes épocas climáticas a lo largo
de un ciclo anual, siendo escasos los trabajos que re-
portan resultados de muestreos continuos durante
más de cinco años. Con respecto al tipo de variable,
las investigaciones relacionadas con aspectos de la
biodiversidad son las más abundantes.
El monitoreo de la diversidad biológica de los
ecosistemas costeros, si bien es más común que el de
las demás variables, tampoco es uniforme. Se tiene
una mayor cantidad de estudios de organismos zoo-
bénticos (sobre todo crustáceos y moluscos) y nec-
ton (peces), seguidos por las investigaciones en fito-
plancton y zooplancton; sin embargo, por lo general
dichos estudios se centran en un grupo taxonómico,
347
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
incluso en una o dos especies, siendo escasos los tra-
Es necesario realizar estudios bajos que incluyen un análisis a nivel de comunidad.
de monitoreo continuo y Las investigaciones sobre la diversidad de bacterias y
procesos microbianos son escasas.
simultáneo, a través de una Con respecto a las variables abióticas, en la co-
investigación interdisciplinaria lumna de agua los parámetros fisicoquímicos co-
que incluya aspectos físico- múnmente monitoreados son la temperatura, la sali-
nidad, el pH, el oxígeno disuelto y los nutrientes. Re-
químicos, de contaminación
salta la escasez de información sobre aspectos hidro-
y diversidad biológica en los dinámicos. El conocimiento sobre sedimentos es mu-
ecosistemas costeros, en especial cho menor que el correspondiente a la columna de
en humedales (marismas y agua. La información está relacionada con la textura
y el contenido orgánico (materia orgánica, carbono y
manglares) y arrecifes coralinos. nitrógeno).
En las investigaciones sobre contaminación de la
zona costera predominan los estudios de metales pe-
sados, hidrocarburos fósiles, hidrocarburos aromáticos
policíclicos y bifenilos policlorados (PCB), sobre todo
en sedimentos y moluscos bivalvos de importancia co-
mercial (ostiones y mejillones). En menor proporción,
existe también monitoreo de indicadores microbioló-
gicos, bacterias patógenas y parásitos, así como de ma-
reas rojas. Cabe destacar que hay una cantidad impor-
tante de información relacionada con monitoreos que
solo se reporta en memorias de congresos.
Prioridades de investigación
Es necesario realizar estudios de monitoreo continuo
y simultáneo, a través de una investigación interdis-
ciplinaria que incluya aspectos físico-químicos, de
contaminación y diversidad biológica en los ecosis-
temas costeros, en especial en humedales (marismas
y manglares) y arrecifes coralinos. Estos ambientes
están en constante estrés ambiental debido a las ac-
tividades humanas, sobre todo el turismo y la urba-
nización. En México se conoce poco de sus procesos
348
ecosistémicos, pero se sabe del peligro de desapa-
rición que corren y de la carencia de programas de
protección. Es imperativo que en el futuro cercano
se planee un monitoreo que permita caracterizarlos
y manejarlos de manera sustentable.
En el caso de las lagunas costeras y los estuarios,
se considera adecuado seleccionar los ecosistemas
representativos de cada región, definir en forma deta-
llada los objetivos de nuevos monitoreos en las lagu-
nas que ya cuenten con trabajos abundantes, a fin de
evitar la duplicidad de esfuerzos, e identificar cam-
bios en los procesos que sean un indicio de pérdida
del sistema o de las especies que alberga. Un progra-
ma de monitoreo continuo permitirá determinar el
comportamiento de las variables ambientales y bio-
lógicas a diferentes escalas espacio-temporales, así
como la proporción de cambios debidos a modifica-
ciones climáticas o influencia humana. También es
indispensable realizar investigaciones que incluyan
la relación de los diferentes ecosistemas costeros en-
tre sí y con la cuenca terrestre adyacente (conectivi-
dad), a fin de poder proponer las medidas más ade-
cuadas para su uso y conservación.
Ecosistemas oceánicos
Relevancia del tema
El área oceánica representa un 93% de los mares me-
xicanos. En esta zona, las series de observaciones a
largo plazo son sumamente importantes para com-
prender procesos o fenómenos fuera de la resolución
de los muestreos tradicionales de campo. Series de
tiempo de esta naturaleza han permitido documentar,
en algunas regiones, fenómenos no lineales e identifi-
car las interacciones entre los organismos marinos y
su medio. Probablemente, una de las interacciones
de mayor interés en los ecosistemas pelágicos es la

que se da entre los forzamientos físicos dominantes
y los procesos biogeoquímicos, pues determinan las
tasas de producción de biomasa marina explotable
como alimento.
Por lo antes expuesto, resulta de gran relevancia el
establecimiento de observatorios de monitoreo oceá-
nico que proporcionen información primaria a quie-
nes toman decisiones, así como a la sociedad y a la co-
munidad científica, para las políticas de manejo sus-
tentable de recursos, y la posibilidad de desarrollar
capacidad predictiva, detectar, describir, entender y
explicar cambios y patrones climáticos a gran escala,
como el incremento de CO2 atmosférico y la acidifi-
cación del océano. Los observatorios representan la
mejor alternativa para detectar eventos que han pasa-
do inadvertidos durante décadas, debido a la resolu-
ción espacial de los muestreos.
Cantidad y calidad de la información
En el Pacífico noroccidental de México han funcio-
nado programas de monitoreo intermitentes. Frente
a Baja California, el programa California Cooperative
Oceanic Fisheries Investigations (CalCOFI) realizó
observaciones durante el período 1950-1974 (calco-
fi.org/ccpublications/ccreports.html); después, entre
1980-1986, instituciones como el Centro Interdisci-
plinario de Ciencias Marinas (Cicimar) mantuvieron
el monitoreo con los mismos lineamientos, y el pro-
grama Investigaciones Mexicanas de la Corriente de
California (Imecocal) lo continuó entre 1997 y 2011.
Otros programas, como el Programa Oceanográfico
del Occidente de México (Procomex), estudiaron la
hidrografía y variabilidad de la zona del mínimo de
oxígeno en la costa del Pacífico Tropical Oriental
(centro-sur). Además, existen programas de moni-
toreo en el Golfo de México y en el Caribe mexicano,
5. Herramientas y estrategias para el estudio y la conservación de los ecosistemas y su biodiversidad
realizados por el Centro de Investigación Científi-
ca y de Educación Superior de Ensenada (CICESE)
y la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM).
Hay también esfuerzos más puntuales que pro-
veen información con excelente cobertura temporal.
Tal es el caso del monitoreo sinóptico intermitente
(2005-2007) de las condiciones meteorológicas, tem-
peratura superficial y color del océano que realizó el
Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL)
de la UNAM cerca de la Isla Socorro, Archipiélago de
Revillagigedo, en el Pacífico mexicano. Una iniciati-
va vigente es el proyecto del CICESE denominado In-
vestigaciones Oceanográficas del Sistema Frontal de
Baja California Sur, en la región de transición tropical-
subtropical del Pacífico de México. También existen
monitoreos puntuales de variables físicas y biogeo-
químicas en las costas del Pacífico (Ensenada, Mag-
dalena, Manzanillo, Tehuantepec) y del Golfo de
México y el Caribe (Tamaulipas, Progreso, Chetu-
mal) por diferentes instituciones. Por su parte, la
Secretaría de Marina Armada de México (Semar),
a través de sus estaciones de investigación oceano-
gráfica, ha realizado cruceros oceanográficos, in-
cluso en aguas oceánicas profundas. Sin embargo,
no existe a la fecha una plataforma donde se pueda
consultar la información recabada.
Recientemente inició el proyecto titulado Estable-
cimiento de Línea de Base en Aguas Profundas del
Golfo de México en Respuesta al Derrame Petrolero
Asociado a la Plataforma Deepwater Horizon, cuyo
objetivo es evaluar los posibles impactos del derra-
me mencionado a corto, mediano y largo plazos.
También hay información de más de 30 años sobre
la circulación en la bahía de Campeche en todas las
profundidades, así como la distribución y abundan-
349
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
cia de especies del plancton y condiciones físico-quí-
micas, resultado de trabajos de Semar, Petróleos
Mexicanos (Pemex), Instituto Mexicano del Petróleo
(IMP) y UNAM. De hecho, si bien se cuenta con ín-
dices para medir el impacto de la contaminación por
petróleo elaborados con una base de datos de más de
25 años de muestreos sistemáticos realizados por el
ICMyL de la UNAM, esta información no es accesible
(Salas de León, comunicación personal).
De manera paralela, el citado derrame petrolero
también fue monitoreado por Conabio, a través
del Sistema Satelital de Monitoreo Oceánico (Sat-
mo, http:// www.biodiversidad.gob.mx/pais/mares/
satmo/), desarrollado en 2002 para proporcionar,
en tiempo casi real, un seguimiento continuo de la
temperatura superficial del mar diurna y nocturna,
así como de otros parámetros biofísicos del color del
océano, como la concentración de clorofila a, la fluo-
rescencia de la clorofila, el coeficiente de atenuación
difusa y la concentración de material total suspendi-
do, al igual que la reflectancia teledetectada.
Iniciativas en conjunto con instancias internacio-
nales, como las boyas de la cuenca de Yucatán, Caribe
mexicano, Campeche, Manzanillo y Acapulco, a cargo
de la Administración Nacional Oceánica y Atmosféri-
ca (National Oceanic and Atmospheric Administra-
tion, NOAA) (http://www.ndbc.noaa.gov/obs.shtml),
han generado información sobre variables tales como
altura de la columna de agua, viento, temperatura del
aire y temperatura superficial del agua, y oleaje, en-
tre otras. Además de estas boyas, Pemex (en contra-
to con el CICESE) mantiene en operación tres boyas
metoceánicas (http://cicese-pemex.cicese.mx/webdb/
pub/index.php?mod=ini) en tres puntos del Golfo de
México, las cuales miden, almacenan y transmiten in-
formación meteorológica y oceanográfica.
350
En el Pacífico septentrional opera el Programa de
Fuentes y Sumideros de Carbono en los Márgenes
Continentales del Pacífico Mexicano (Flucar), con
una boya cerca de Ensenada. En 2008, el progra-
ma Imecocal instaló una segunda boya frente a la
Bahía Magdalena (http://imecocal.cicese.mx/boyas/
boya_anclada.html). Ambas boyas miden tempera-
tura, salinidad, pCO2 del agua y pCO2 de la atmós-
fera. Hay que mencionar también la creación del
Observatorio Jacques-Yves Cousteau de los Mares
y Costas Base Pacífico Mexicano, iniciativa franco-
mexicana.
A pesar de los avances logrados en el monitoreo
de variables ambientales del océano, la mayor parte de
los esfuerzos son iniciativas de investigación, no una
política nacional. Se debería contar con un progra-
ma estratégico del país, que establezca, además de
las necesidades, las acciones a realizar. Un programa
como este permitirá fortalecer las políticas de ma-
nejo sustentable de recursos existentes y elaborar las
respuestas ante fenómenos naturales (por ejemplo,
florecimientos de algas y tormentas).
Para evaluar el monitoreo de los océanos mexi-
canos se analizaron 67 publicaciones indizadas, de
las cuales más de la mitad se refieren al Pacífico
Norte (sobre todo a Baja California) con mediciones
de una gama importante de variables. Le siguen en
cantidad de investigaciones las correspondientes al
Pacífico Centro-Sur y al Golfo de México. Por su par-
te, el Caribe mexicano tiene el menor porcentaje de
programas de observación marina (véase cuadro 3).
Con respecto a las variables del monitoreo oceá-
nico en todas las regiones, salvo por los procesos bio-
geoquímicos, climáticos y contaminantes, ellas están
en general en fase de elaboración. A pesar de que no
han existido programas de monitoreo a largo plazo,

en algún momento hubo por lo menos uno de estos
programas en cada región. Una vez más, el Pacífico
Norte cuenta con un amplio trabajo de monitoreo de
la mayoría de las variables, a excepción de las hidrodi-
námicas, biogeoquímicas y aquellas relacionadas con
procesos de contaminación (véase cuadro 3).
Prioridades de investigación
El avance logrado en estas décadas se centra en la
física del océano, debido en parte a que el estudio de
la biodiversidad de microorganismos y los procesos
biogeoquímicos requiere de grandes esfuerzos. Es ne-
cesario crear plataformas de registros de largo plazo,
sostenibles y continuos, en localidades geográficas fi-
jas, para generar series de tiempo relacionadas con
el océano y el clima. Existe también la necesidad de
monitorear aerosoles y material suspendido en el
océano, calibrando datos in situ.
Para ello es preciso consolidar grupos multidisci-
plinarios, a fin de estudiar regiones oceánicas y bus-
car recursos para el reemplazo de buques oceanográfi-
cos ‒la mayoría de ellos son prácticamente obsoletos‒
y su incremento en número. Un Centro Nacional de
Operación de Buques de Investigación permitiría ad-
ministrarlo, hacerlo funcionar y mantenerlo, tenien-
do una cercana relación de trabajo con los grupos de
investigación a través del Consejo Nacional de Cien-
cia y Tecnología (Conacyt).
Además, deberá establecerse una infraestructura
de registro continuo de largo plazo con autonomía
para así caracterizar los procesos físico-químicos y
biológicos de los océanos y proteger su biodiversi-
dad. Esta información, invaluable para generar po-
líticas de desarrollo y protección del ambiente, debe
estar concentrada en un espacio común para que se
encuentre disponible, por lo que se sugiere la crea-
5. Herramientas y estrategias para el estudio y la conservación de los ecosistemas y su biodiversidad
ción de un Centro Nacional de Bases de Datos pro-
venientes de estos observatorios. Un ejemplo conocido de
indicador ambiental son los
Desarrollo y uso de indicadores Florecimientos Algales Nocivos
(FAN), comúnmente denominados
Relevancia del tema mareas rojas, los cuales se han
Los indicadores ambientales son variables bióticas
utilizado recientemente como una
y abióticas que ayudan a recrear procesos de forma
indirecta. Ellos son una herramienta y no un fin en evidencia del deterioro ambiental
sí mismos, apoyan en la toma de decisiones a cor- en las costas mexicanas.
to plazo, así como en el monitoreo y reducción del
deterioro de los ecosistemas y, en última instancia,
aumentan la comprensión de estos últimos (Heink y
Kowarik, 2010; Cáceres et al., 2012). Los indicadores
ambientales deben cumplir con las características
propuestas por la Organización para la Cooperación
y el Desarrollo Económicos (OCDE) o por la Aca-
demia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos
(www.nasonline.org).
Un ejemplo conocido de indicador ambiental son
los Florecimientos Algales Nocivos (FAN), común-
mente denominados mareas rojas, los cuales se han
utilizado recientemente como una evidencia del de-
terioro ambiental en las costas mexicanas. El floreci-
miento de algas nocivas se debe al incremento de las
actividades acuícolas, a las consecuencias del impul-
so turístico y a la descarga de aguas residuales, todo
lo cual provoca un incremento anormal de nutrientes
y un desequilibrio en el ambiente marino (Ochoa et
al., 2003).
Si bien un indicador ambiental se define usual-
mente como una medida cuantitativa del estado y de-
sarrollo del ambiente o de las condiciones que lo afec-
tan (Alfsen y Sæbø, 1993); otras definiciones lo colo-
can como parámetros o mediciones finales (Burger,
351
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
2006), mediciones de entidades (Gordon et al., 2005)
o variables (Hughes y Madden, 2003); de ahí la con-
veniencia de hacer explícita la definición usada en
cada proyecto.
En México, las variables físicas, químicas y bio-
lógicas se han utilizado como herramienta para eva-
luar la salud de los ecosistemas; sin embargo, su uso
como indicadores ha sido limitado. Por ejemplo, en
los ecosistemas terrestres poco se sabe de los recursos
edafológicos, en particular de sus aptitudes y su vul-
nerabilidad, lo cual deriva en fallas en la regulación de
su manejo y aprovechamiento (Cotler, 2003).
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Na-
turales (Semarnat), a través del Sistema Nacional de
Indicadores Ambientales (SNIA), compila indicado-
res nacionales de desempeño ambiental. El SNIA in-
cluye alrededor de 120 indicadores que describen, con
cierta amplitud, las tendencias de cambio, la situación
actual del ambiente y los recursos naturales del país,
así como las presiones que los amenazan y las res-
puestas institucionales que atienden su problemática
(www.semarnat.gob.mx). Lamentablemente, la escala
más fina de estos indicadores se ubica a nivel estatal,
lo que complica trasladarlos al nivel de municipio o
comunidad.
Cantidad y calidad de la información
Para evaluar el estado actual en materia de indica-
dores ambientales se consultaron 112 publicaciones
indizadas y se seleccionaron 21 variables confirma-
das como indicadores efectivos, aquellas que propor-
cionan información relevante acerca de la salud de
un ecosistema o sobre los cambios en sus procesos
físico-químicos y biológicos. La clasificación regional
utilizada se enfocó en dos grandes ambientes: acuáti-
co y terrestre. A su vez, el acuático se dividió en cinco
352
grandes ecosistemas, mientras que el terrestre en cua-
tro (véase cuadro 4).
De acuerdo con la evaluación, la mayor parte del
monitoreo de indicadores se ha realizado en la zona
costera, seguido por el efectuado en los ecosistemas
terrestres de clima templado. A estos les sigue el mo-
nitoreo de indicadores en los ecosistemas marinos,
lénticos y lóticos. En contraste, los estudios de moni-
toreo hechos con indicadores en aguas subterráneas,
así como en ecosistemas semiáridos, áridos y tropi-
cales, son escasos.
Los indicadores utilizados con mayor frecuen-
cia para medir los cambios ambientales han sido
la presencia de especies de macroinvertebrados, en
particular en ambientes acuáticos. Las variables fí-
sico-químicas son indicadores importantes en la zona
costera, con algunos esfuerzos en ecosistemas terres-
tres templados, tropicales y semiáridos. Las plantas y
las macroalgas siguen en el orden de uso como indi-
cadores, sobre todo en la zona costera (macroalgas)
y en los ecosistemas terrestres templados (plantas
vasculares).
Cerca de un tercio de los trabajos revisados rea-
lizaron el monitoreo en alguno de los ambientes
terrestres. De ellos, alrededor de una tercera parte
utilizó algún organismo vivo como indicador de prác-
ticas agrícolas, urbanización o contaminación; casi la
mitad propuso el uso de las especies estudiadas como
indicadores, sobre todo en bosques templados de
montaña; un porcentaje menor usó algún elemento
de su investigación como indicador y unos pocos co-
mo monitor biológico (por ejemplo, un organismo
que provee información cuantitativa acerca de su há-
bitat y de los posibles contaminantes). Las especies
vegetales utilizadas con mayor frecuencia como in-
dicadores han sido los líquenes y algunas plantas

vasculares, mientras que otros monitoreos se han
enfocado en bacterias, hongos, artrópodos y aves.
Otros midieron las características físico-químicas del
suelo y la actividad microbiana. En cuanto a la distri-
bución geográfica de los estudios, cerca de la mitad
de estos se han llevado a cabo en el entonces Distrito
Federal y en el Estado de México, algunos en el nor-
te del país y pocos o ninguno en las áreas tropicales
(selvas alta perennifolia y baja caducifolia).
Con respecto a los ecosistemas marinos, los indi-
cadores utilizados en el país han sido 10 dinoflagela-
dos y 1 diatomea. También se han usado poliquetos,
pastos marinos, peces, esponjas, moluscos, oligoque-
tos y tanaidáceos. En cuanto a los ambientes acuáticos,
más de la mitad de los monitoreos de indicadores se
realizaron en Chihuahua, Jalisco, Michoacán, Estado
de México y el entonces Distrito Federal.
El monitoreo de los ecosistemas costeros se ha de-
sarrollado principalmente en el Caribe mexicano, en
Baja California y en el Golfo de México; en contraste,
el Pacífico Centro-Sur ha recibido menor atención. La
mitad de los monitoreos se realizó en hábitats bénti-
cos, le siguen los llevados a cabo en lagunas costeras,
en columna de agua, en pastos marinos y en maris-
mas. Los indicadores utilizados abarcan mediciones
de bacterias, microalgas y fitoplancton, anélidos, mo-
luscos, crustáceos, peces, tortugas, aves y vegetación.
Con base en su cantidad, en el cuadro 4 se mues-
tra que en 7 de los 9 ecosistemas enlistados existe un
escaso desarrollo del uso y monitoreo de indicadores
ambientales y biológicos en nuestro país. En contras-
te, los ecosistemas de la zona costera y los terrestres
de clima templado registraron un desarrollo relativa-
mente amplio.
En referencia a las variables utilizadas como in-
dicadores, es notorio que algunas se han usado con
5. Herramientas y estrategias para el estudio y la conservación de los ecosistemas y su biodiversidad
mayor frecuencia. Si bien se desconocen las razones
de la preferencia por ciertas variables, su flexibilidad de Las especies vegetales utilizadas
medición en ciertos hábitats podría ser un factor con mayor frecuencia como
determinante. Debido a esta discrepancia en el uso de
los indicadores, el desarrollo por variable suele ser
indicadores han sido los líquenes
escaso (aunque a veces el uso del indicador es re- y algunas plantas vasculares,
lativamente amplio en un ambiente y en el resto es mientras que otros monitoreos
nulo). Todo parece indicar que el Índice de Conta-
se han enfocado en bacterias,
minación (IC) no ha sido utilizado en monitoreos de
indicadores en el país. Cuatro de los 21 indicadores hongos, artrópodos y aves.
presentaron un desarrollo en elaboración (colifor-
mes totales, actividad enzimática, plantas y macroal-
gas, peces y tortugas). En comparación con el resto,
los indicadores físico-químicos y los macroinverte-
brados se encuentran en un desarrollo amplio.
En conclusión, el estudio de los indicadores, su
monitoreo y uso para evaluar la salud de los ecosis-
temas, así como los procesos físico-químicos y bio-
lógicos en el país, cuentan con un alto potencial.
Prioridades de investigación
Con la presente evaluación del estado del monito-
reo y uso de indicadores ambientales y biológicos
en México se evidencian vacíos de información y de
trabajo importantes, y se sugieren prioridades de in-
vestigación en el área. Así, en los ambientes marinos
se estima necesario incrementar el uso de organis-
mos bénticos como indicadores del estado de salud
de este tipo de ecosistema. En los medios lóticos y
lénticos se requiere integrar el monitoreo de indica-
dores tales como microalgas, anfibios, macroinver-
tebrados y peces para evaluar la calidad del agua. En
México, estos organismos se han empleado de forma
limitada como indicadores, a excepción de los traba-
jos con el Índice de Integridad Biótica (IIB) para la
conservación de las chinampas en Xochimilco, y el
353
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
Es prioritario un monitoreo más
profundo sobre el efecto de
actividades como la minería,
la urbanización, el turismo y la
agricultura. Esto es vital para
la conservación de los ecosistemas
y para que el gobierno y las
instituciones educativas
transmitan valores ambientales.
354
Índice de Contaminación (IC) y el Índice de Calidad
del Agua (ICA) en las aguas subterráneas de la Ciu-
dad de México.
Cabe destacar que en el país no hay trabajos
publicados sobre el índice específico de contami-
nación, normalmente estudiado junto con el índice
genérico de diatomeas. Este índice requiere de ma-
yor atención, pues se ha probado que provee infor-
mación relevante para los estados tróficos y los ni-
veles de contaminación de ambientes acuáticos
(Kwandras et al., 1998).
Los estudios sobre indicadores en ambientes terres-
tres y acuáticos se han centrado en la calidad del agua,
contaminación y conservación de especies. Es priorita-
rio un monitoreo más profundo sobre el efecto de acti-
vidades como la minería, la urbanización, el turismo y
la agricultura. Esto es vital para la conservación de los
ecosistemas y para que el gobierno y las instituciones
educativas transmitan valores ambientales. Los indica-
dores pueden ser, junto con la difusión de la ciencia,
herramientas poderosas para la educación ambiental
de las comunidades y de la población en general.
Debido a la complejidad de los ecosistemas, es difícil
tener un indicador único para caracterizar su degra-
dación, transformación y fragmentación, así como la
interacción de factores bióticos y abióticos. Si bien
la mayor parte de los indicadores usados en el país
han tenido fines de diagnóstico, es necesario evaluar
indicadores para el monitoreo tanto de ambientes
naturales como de los modificados por el ser huma-
no, incluyendo a los sistemas resultantes de las acti-
vidades agrícolas, ganaderas y de acuicultura (Brock
et al., 2009), a fin de analizar las posibilidades de su
conservación de manera sustentable.
Además, resulta prioritario incluir nuevas técni-
cas estadísticas que permitan identificar, con mayor
exactitud y en menor tiempo, los indicadores de la
salud del ambiente; y desarrollar metodologías para
reconocer las necesidades de los habitantes del lugar
(por ejemplo, el Marco para la Evaluación de Siste-
mas de Manejo de Recursos Naturales Incorporando
Indicadores de Sustentabilidad, MESMIS) (López
Ridaura et al., 2002).
A pesar del avance en cuanto a su uso e identifi-
cación, todavía se requiere consolidar un sistema de
indicadores ambientales con series de tiempo a me-
diano y largo plazos, lo cual permitirá identificar ten-
dencias y, eventualmente, hacer proyecciones de esce-
narios posibles con mayor confianza y fundamento.
Alcances del Programa Nacional
de Áreas Naturales Protegidas
Relevancia del tema
La principal estrategia de política ambiental para
promover la conservación de los ecosistemas y sus
servicios ha sido el establecimiento de un sistema de
Áreas Naturales Protegidas; es decir, partes terrestres
o acuáticas del territorio nacional, que fueron creadas
para proteger una amplia variedad de ecosistemas y
su biodiversidad, así como los bienes y servicios que
pueden obtenerse de ellos. Ellas están sujetas a regí-
menes especiales de protección, conservación, res-
tauración y desarrollo, y constituyen en cierta forma
unidades productivas estratégicas, generadoras de
una corriente vital de beneficios sociales y patrimo-
niales, los cuales deben ser reconocidos y valorados
(Gómez Pompa y Dirzo, 1995).
Si bien el sistema de áreas naturales protegidas es
el más consolidado de México para la conservación
de la biodiversidad y de los servicios ambientales que

los ecosistemas proporcionan a la sociedad, y parez-
ca paradójico, estas áreas no son consideradas un
instrumento de política ambiental dentro de la Ley
General del Equilibrio Ecológico y la Protección al
Ambiente (1988). Asimismo, este sistema requiere
una mejor planeación con el objetivo de asegurar su
continuidad.
En la actualidad, México cuenta con 177 áreas na-
turales protegidas: 41 Reservas de la Biosfera, 66 Par-
ques Nacionales, 5 Monumentos Naturales, 8 Áreas
de Protección de Recursos Naturales, 39 Áreas de Pro-
tección de Flora y Fauna, y 18 Santuarios, que repre-
sentan un total de 25,628,239 hectáreas protegidas
(Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas,
Conanp, 2015) (http://www.conanp.gob.mx/que_hace
mos/).
En los últimos años se ha documentado amplia-
mente la riqueza biológica y ecológica de México, con
la consiguiente generación de conocimientos cientí-
ficos cada vez más sólidos sobre la importancia de
los bienes y servicios ecosistémicos que proporcio-
na la biodiversidad contenida en las áreas naturales
protegidas. La creación, el financiamiento y la admi-
nistración de estas áreas se constituyen en un instru-
mento fundamental de la política ambiental nacio-
nal, al reconocer sus potencialidades y definir nuevos
parámetros para un desarrollo regional sostenible
(Conanp, 2007-2012), pues su preservación debe
verse como una opción de desarrollo y de calidad de
vida de las generaciones presentes y futuras.
Una de las aportaciones más importantes en su
gestión es la implementación de los instrumentos de
planeación y regulación denominados programas de
manejo. En ellos, la administración y el manejo de los
recursos naturales se ponen en manos de ciudadanos,
autoridades y organismos públicos y privados para
5. Herramientas y estrategias para el estudio y la conservación de los ecosistemas y su biodiversidad
que, de manera colectiva, coordinada y con participa-
ción social, se cumplan los objetivos de conservación
de estas áreas. El resguardo de los recursos naturales
en las áreas naturales protegidas dependerá de la efi-
cacia de estos programas; es por ello que su constante
monitoreo y evaluación permiten su mejoramiento
continuo.
Es importante aclarar que no todas las áreas na-
turales protegidas cuentan con un programa de ma-
nejo, por lo cual resulta vital elaborarlos y continuar
generando conocimiento sobre estas áreas. Cada
programa de manejo incorpora, dentro de un marco
legal, componentes sociales, económicos y ecológi-
cos, los cuales permiten la generación de estrategias,
cuyo fin es promover la conservación de los ecosis-
temas y su biodiversidad, mediante su protección,
manejo, uso, aprovechamiento y restauración. Asi-
mismo, promueve el apoyo a actividades productivas
que impulsen el incremento en la calidad de vida o
bienestar de la población, con énfasis en las comu-
nidades rurales e indígenas asentadas dentro o cerca
de las áreas protegidas. El programa de manejo es el
componente esencial que da sentido a las acciones
a desarrollarse en un área natural protegida, ya que
permite la toma de decisiones y el establecimiento de
prioridades, acciones y actividades relacionadas con
la conservación del área protegida, a corto, mediano
y largo plazos (Conanp, 2008).
Cabe destacar que el 65% de la superficie de las
áreas naturales protegidas federales cuenta con algún
reconocimiento internacional, pues forman parte
del Patrimonio Mundial Cultural y Natural de la Hu-
manidad, están consideradas Reservas de la Biosfera
en el Programa El Hombre y la Biosfera de la Orga-
nización de las Naciones Unidas para la Educación,
la Ciencia y la Cultura o en la Convención de Ramsar
355
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
sobre los humedales. De acuerdo con las categorías
de la Unión Internacional para la Conservación de
la Naturaleza (International Union for Conservation
of Nature, IUCN), solo un 17% de la superficie decre-
tada a nivel federal en las áreas naturales protegidas
se considera una reserva estricta (como los parques
nacionales), pues en el 83% restante (por ejemplo, las
reservas de la biosfera) está permitido el uso de los re-
cursos naturales siempre y cuando este sea sustentable.
La Conanp inició un proceso de certificación
voluntaria de áreas de conservación como una es-
trategia para incorporar áreas del territorio nacional
a esquemas de conservación regidos por los propie-
tarios de los predios. Este proceso se hizo efectivo
con la modificación de la Ley General del Equilibrio
Ecológico y la Protección al Ambiente publicada el
16 de mayo de 2008, por medio de la cual se esta-
blece incorporar las áreas destinadas voluntaria-
mente a la conservación como una categoría más
de las áreas naturales protegidas (artículo 55 bis),
pero sus propietarios conservan el dominio, mane-
jo y gobernanza de esas áreas (Diario Oficial de la
Federación, 2008). Según datos de la Conanp, has-
ta 2010 existían en el territorio nacional 221 áreas
de conservación certificadas, de las cuales 75% están
en el estado de Oaxaca. Los ecosistemas que se res-
guardan en este esquema, en orden de importancia
por su extensión, son el bosque tropical seco, el bos-
que mesófilo de montaña, la selva húmeda, el bosque
templado y los humedales. Si se considera que el
70% de las áreas prioritarias para la conservación
están en territorios de comunidades y ejidos, se da
la oportunidad de proteger de manera conjunta más
áreas, al conservar su biodiversidad y fomentar al
mismo tiempo un aumento de la calidad de vida de
sus pobladores.
356
Cantidad y calidad de la información
Por su cobertura, los ecosistemas comprendidos en el
Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas pue-
den resumirse así: selvas (29.5%), bosques (13.3%), ma-
torrales (6.6%), pastizales (1.4%), “especial” (palmar,
mezquital y dunas) (10.8%), vegetación hidrófila
(34.1%) (Bezaury Creel y Gutiérrez Carbonell, 2009).
Es posible concluir que los ecosistemas del país me-
jor representados son los de vegetación hidrófila y
las selvas, y los más pobremente incluidos en el cita-
do sistema son los pastizales y matorrales.
En concreto, los tipos de vegetación incluidos en
estas áreas de México son la selva alta perennifolia, la
vegetación hidrófila, el bosque mesófilo, el matorral
de dunas costeras, el bosque de coníferas, el bosque
de encinos, la selva baja caducifolia, el pastizal, la
selva mediana caducifolia, la selva alta caducifolia,
la selva espinosa, el palmar natural, la vegetación ha-
lófila, la vegetación inducida, el matorral, el bosque
templado, los petenes y los páramos (véase cuadro 5).
Cada tipo de vegetación se analizó según la in-
formación disponible para las nueve regiones admi-
nistrativas en las que la Conanp divide al país:
• Península de Baja California y Pacífico Norte,
• Norte y Sierra Madre Occidental,
• Noreste y Sierra Madre Oriental,
• Frontera Sur, Istmo y Pacífico Sur,
• Centro y Eje Neovolcánico,
• Occidente y Pacífico Centro,
• Noroeste y Alto Golfo de California,
• Planicie Costera y Golfo de México,
• Península de Yucatán y Caribe mexicano.
Cabe destacar que las regiones con la mayor diver-
sidad de tipos de vegetación y ecosistemas son el Occi-

dente y Pacífico Centro, la Península de Yucatán y Ca-
ribe mexicano, y Frontera Sur, Istmo y Pacífico Sur. Con
la información proporcionada para cada región es posi-
ble detectar cuáles son los temas más y menos atendidos.
Para la mayoría de estas áreas, la cantidad de estudios es
insuficiente, con algunas excepciones, como la Fronte-
ra Sur, Istmo y Pacífico Sur, el Noreste y Sierra Madre
Oriental, el Occidente y Pacífico Centro, regiones que
tienen más estudios sobre sus tipos de vegetación.
Prioridades de investigación
Una importante proporción de las áreas naturales pro-
tegidas se han establecido en México por situaciones
coyunturales, con pocas bases de conocimiento cien-
tífico, natural y social. Ahora que se cuenta con más
información y sensibilidad acerca de los criterios que
deben normar el establecimiento de estas áreas, es
fundamental que la información científica pertinen-
te y confiable sea la que conduzca este proceso y que
las decisiones de política pública se apeguen a los cri-
terios establecidos.
Es importante destacar que en cada área natu-
ral protegida, a pesar de los esfuerzos realizados, es
posible, y de hecho es urgente e imperativo, desarro-
llar la investigación requerida para clarificar vacíos
de información. Si bien en cada una de ellas se hace
un seguimiento y monitoreo de los recursos a partir
de su creación, es evidente la necesidad de integrar
la información y las acciones llevadas a cabo por los
distintos actores involucrados en la conservación, uso
y aprovechamiento de sus recursos biológicos, así co-
mo el análisis de las amenazas que las acechan. En este
contexto, puede concluirse que la información biblio-
gráfica sobre la gran mayoría de los ecosistemas perte-
necientes a estas áreas aún es insuficiente. Los esfuer-
zos de investigación sobre la estructura y el funciona-
5. Herramientas y estrategias para el estudio y la conservación de los ecosistemas y su biodiversidad
miento de los ecosistemas deben enfocarse en especial
en las regiones Occidente y Pacífico Centro, y Planicie En cada área natural protegida, a
Costera y Golfo de México. pesar de los esfuerzos realizados,
La necesidad de generar y ordenar la información
de los cambios o procesos relativos a los ecosistemas
es urgente e imperativo desarrollar
incluidos en cada una de estas áreas es apremiante. la investigación requerida para
Toda acción que afecte los ecosistemas debe evaluarse clarificar vacíos de información.
y monitorearse, tanto para evitar los impactos negati-
vos como para maximizar los posibles cambios posi-
tivos. Esta evaluación de amenazas no debe limitarse
al diagnóstico de los problemas, sino también a iden-
tificar las acciones positivas en pro de la conservación
y el manejo efectivos.
Debido a la escasa investigación y a la particula-
ridad de las amenazas en cada área natural protegida,
las prioridades de investigación deben definirse de
manera específica para cada una de ellas, en concor-
dancia con las políticas de manejo establecidas entre
las autoridades y los investigadores cercanos a las
comunidades. Las prioridades de investigación iden-
tificadas por región son las siguientes:
• Península de California y Pacífico Norte: inventarios
de flora y fauna acuática, terrestre y de microorganis-
mos y artrópodos, así como investigación aplicada a
la implementación de acciones de manejo.
• Norte y Sierra Madre Occidental: inventarios flo-
rísticos y faunísticos; domesticación de especies
útiles; respuesta de los ecosistemas ante el cam-
bio climático; estudios poblacionales de especies
amenazadas; estudios antropológicos y desarrollo
comunitario; investigaciones a largo plazo; estu-
dios sobre el efecto de las especies invasoras; eva-
luación de los servicios ambientales
• Noreste y Sierra Madre Oriental: inventarios de bio-
diversidad; procesos ecológicos, servicios ambien-
357
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
tales, aplicaciones al manejo; procesos socioam-
bientales.
• Frontera Sur, Istmo, Pacífico Sur: inventarios flo-
rísticos y faunísticos; estudios de la biodiversidad;
uso social de los ecosistemas; servicios ambientales;
salud de los ecosistemas; evaluación de especies so-
breexplotadas; cambio climático; calidad del agua;
estudio de especies invasoras e introducidas; estu-
dios ecosistémicos.
• Centro y Eje Neovolcánico: endemismo terrestre y
acuático; inventarios de la biodiversidad.
• Occidente y Pacífico Centro: procesos de defores-
tación, fragmentación de ecosistemas; dinámica
espacio-temporal en distintas coberturas; manejo
sustentable del ecosistema desde un enfoque holís-
tico; estudios multidisciplinarios y desarrollo rural
sustentable.
• Noroeste y Alto Golfo de California: inventarios
faunísticos acuáticos; implementación de acciones
de manejo; desarrollo de acciones multidisciplina-
rias; políticas públicas.
• Planicie Costera y Golfo de México: estudios hi-
drológicos; interacciones bióticas; funcionamiento
del ecosistema; servicios ecosistémicos; sistemática,
evolución; estudios poblacionales de flora y fauna;
estudios genéticos y de conservación.
• Península de Yucatán y Caribe mexicano: inventa-
rios de flora y fauna; efectos del cambio climático
en los ecosistemas; implementación de programas
de manejo; estudios para el conocimiento bioló-
gico, ecológico, económico y social, a fin de crear
políticas en materia de conservación.
Es posible observar que en todas las áreas naturales
protegidas se requieren todavía inventarios florísti-
cos y faunísticos, es decir, ni siquiera se sabe a ciencia
358
cierta cuál es el elenco taxonómico que se encuentra
en ellas.
Sin duda, la investigación sobre los ecosistemas
de estas áreas será uno de los factores determinantes
y definitorios en el éxito o fracaso de su creación. Por
tanto, en el futuro no solo será necesario dirigir la in-
vestigación respecto de cómo se crea un área natural
protegida, sino también considerar el funcionamien-
to del ecosistema que la conforma y, en especial, los
factores que lo amenazan.
Conclusiones
Los ecosistemas del país, como los de todo el mun-
do, están sujetos a una serie de factores, fenómenos
y procesos que modifican su dinámica y estructura y
que los hacen vulnerables a las perturbaciones. Para
poder determinar la habilidad de resistencia y resi-
liencia que tiene un ecosistema es necesario monito-
rearlo y utilizar indicadores clave que reflejen su es-
tado, así como diseñar planes de protección y conser-
vación a través de la designación de áreas prioritarias
con legislación federal o estatal. Estas estrategias se
han implementado en México desde hace algunos
años, aunque de manera aislada y muy focalizada en
ciertas regiones. El análisis realizado mostró que el
conocimiento sobre el monitoreo ambiental y uso de
indicadores es todavía escaso, aunque estos tienen
un alto potencial para ser usados, mejorados, y son
ventanas de oportunidad para conocer de manera
detallada lo que ocurre en los ecosistemas.
Al parecer, los ecosistemas que tienen un valor
estético importante o que representan sitios de alto
valor económico, por las actividades que en ellos se
realizan (arrecifes coralinos, playas, bosques), son
 5. Herramientas y estrategias para el estudio y la conservación de los ecosistemas y su biodiversidad

los que reciben la mayor atención. Sin embargo, es necesario voltear dunas costeras o el bosque mesófilo de montaña, y no dejar de utilizar
hacia los ecosistemas poco visibles pero con una gran relevancia en el variables bióticas y abióticas que nos acerquen a la comprensión de los
contexto ecológico, como las zonas bajas inundables, los manglares, las factores que afectan a los ecosistemas. l

359
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
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 5. Herramientas y estrategias para el estudio y la conservación de los ecosistemas y su biodiversidad
Glosario
Abiótico, ca. Elemento constituyente del sustrato o medio físico, for-
mado por compuestos orgánicos e inorgánicos básicos, que junto con
los minerales y aleaciones forman la tierra, el agua o el aire.
Acuicultura. Conjunto de técnicas y conocimientos relativos al cultivo
de especies acuáticas.
Agroecosistema. Unidad para el estudio de la agroecología. Com-
prende el terreno cultivable o cultivado y las plantas sembradas, así
como animales asociados con la faena agrícola y ganadera.
Anélido. Gusano de cuerpo cilíndrico o aplanado y segmentado en anillos.
Arrecife. Formación submarina constituida principalmente de carbo-
nato de calcio, originado en invertebrados marinos coloniales como el
coral. Es el ecosistema marino más rico y a veces constituye una parte
de tierra emergente, donde se encuentran plantas y animales terrestres.
Arrecife coralino. Tipo de arrecife biótico formado por colonias de
corales pétreos, que por lo general viven en aguas marinas con pocos
nutrientes.
Bahía. Entrada natural de mar en la costa.
Bifenilos policlorados (PCB). Grupo de compuestos orgánicos con 2 a
10 átomos de cloro unidos a un bifenilo, que es una molécula compues-
ta por dos anillos de benceno. En el pasado se utilizaban con frecuen-
cia, sobre todo en aparatos eléctricos, pero a fines de los años 70 fueron
prohibidos en muchos países como consecuencia de preocupaciones
medioambientales.
Biomasa. Unidad de medida de la masa viva del ecosistema por unidad
de superficie y por unidad de tiempo. Se expresa en g/m2 e indica la cons-
tante de peso seco (sin agua) de los compuestos orgánicos presentes en
el ecosistema.
Biótico, ca. Relativo a los seres vivos.
Bosque mesófilo o bosque mesófilo de montaña. Ecosistema carac-
terizado por la presencia frecuente o constante de nubes al nivel de la
vegetación. En México está compuesto por árboles de clima templado
en su dosel, mientras que el sotobosque está formado principalmente
por especies tropicales perennifolias. En las copas de los árboles abun-
dan las plantas epifitas.
Bosque templado. Ecosistema dominado por árboles altos, sobre todo
pinos y encinos, acompañados de otras varias especies que habitan en
zonas montañosas con clima templado a frío.
Bosque tropical húmedo. Ecosistema formado por exuberantes comu-
nidades de árboles de muy diversas especies y más de 30 m de altura,
los cuales conservan su follaje durante todo el año. Además abundan las
lianas, las plantas epifitas y las palmas. Es un ecosistema muy complejo
con alta variación de especies de un lugar a otro.
Bosque tropical seco. Ecosistema constituido por comunidades vege-
tales dominadas por árboles pequeños, los cuales pierden sus hojas du-
rante la época seca del año. Es propio de climas cálidos con lluvias es-
casas. Este tipo de bosque se caracteriza por tener una diversidad única
con gran cantidad de especies endémicas, y porque se da en zonas muy
frágiles, en condiciones climáticas que favorecen la desertificación.
Columna de agua. Columna conceptual de agua desde la superficie
hasta los sedimentos del fondo.
Comunidad. Conjunto de poblaciones que se mantienen agregadas en
un sitio determinado por los eventos climáticos y orográficos, geológi-
cos (deriva continental y tectónica de placas), edáficos (tipo de suelo) o
biológicos (asociaciones plantas-animales), que desarrollan similitudes
365
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
que las asocian y agrupan en esta jerarquía (por ejemplo, comunidad
cavernícola, comunidad de aves marinas).
Diatomea. Alga de esqueleto silíceo que vive en los cuerpos de agua
dulce o salada.
Dinoflagelados. Animales microscópicos, en su mayoría unicelulares,
clasificados como protistas. Tienen flagelos que les permiten la loco-
moción y la alimentación.
Ecosistema léntico. Hábitat de agua quieta, como los lagos, estanques,
pantanos o charcos.
Ecosistema lótico. Hábitat de agua corriente, como los manantiales,
arroyos o ríos.
Educación ambiental. Proceso que permite al ser humano compren-
der las relaciones de interdependencia con su entorno, a partir del co-
nocimiento reflexivo y crítico de su realidad biofísica, social, política,
económica y cultural.
Endemismo. Presencia elevada de especies endémicas en una región.
Estado trófico. Atributo que describe la productividad del ambiente
acuático. Este se clasifica entre ultra-oligotrófico y oligotrófico (aguas con
pocos nutrientes y fondos oxigenados) hasta eutrófico e hipereutrófico
(exceso de nutrientes y fondos que pueden presentar déficits de oxígeno).
Estrés ambiental. Proceso mediante el cual los eventos ambientales,
o las fuerzas que provocan estrés, amenazan la existencia de un orga-
nismo y su bienestar. Mediante este proceso el organismo responde a
la amenaza.
Estuario. Extensión de agua salobre en la desembocadura de los ríos
costeros, la cual tiene libre comunicación con el mar. En esta parte de
los ríos se refleja la fluctuación de las mareas, por lo que se le considera
366
un ecosistema beneficiado energéticamente por los insumos periódicos
de la marea.
Fitobento. Organismo autótrofo, es decir, que produce su alimento a
partir de sustancias inorgánicas, que vive en el sustrato de los ecosis-
temas acuáticos; muchos tipos de algas y plantas acuáticas enraizadas.
Fitoplancton. Plantas microscópicas flotantes, en su mayoría algas, que
se distribuyen en todos los cuerpos de agua hasta el límite de la zona
eufótica, es decir, hasta donde penetra suficiente cantidad de luz. Al-
gunos autores piensan que es la fuente de producción primaria y de
oxígeno más importante para la Tierra.
Hábitat. Lugar que ocupa el organismo o la población. Es la suma to-
tal de las condiciones ambientales características de un sitio específico
ocupado adecuado a las demandas de la población (por ejemplo, una
playa, la corteza de un árbol, un río, la sangre de un mamífero).
Hábitat bentónico. Ambiente formado por los fondos marinos.
Humedal. Asociación geobotánica característica de las zonas inunda-
das o inundables durante largos periodos de tiempo, donde las especies
hidrófilas o hidro-halófilas pueden sobrevivir y prosperar.
Indicador ambiental. Variable biótica o abiótica que ayuda de mane-
ra indirecta a recrear procesos, con el consiguiente apoyo en la toma
de decisiones a corto plazo, en el monitoreo y reducción del deterioro de
los ecosistemas y, en última instancia, aumenta la comprensión de los
mismos.
Índice biótico extendido (IBE). Herramienta para evaluar la calidad
biológica del agua, que proporciona una clasificación según la presen-
cia o no de especies o grupos clave.
Índice de integridad biótica (IIB). Herramienta metodológica rápida
y de bajo costo que integra diferentes atributos de las comunidades de
 5. Herramientas y estrategias para el estudio y la conservación de los ecosistemas y su biodiversidad
peces. Sirve para evaluar la salud general de un ecosistema acuático
determinado. Este índice asocia las influencias antropogénicas en un
cuerpo de agua con la actividad biológica del mismo.
Influjo dulceacuícola. Entrada de agua dulce en otro cuerpo de agua.
Laguna costera. Cuerpo de agua con un eje longitudinal paralelo a la
costa, que tiene comunicación con el mar a través de una boca o un canal
y que está limitado por algún tipo de barrera física o hidrodinámica.
Manglar. Asociación vegetal oligoespecífica, es decir, de pocas especies,
formada por la agrupación de plantas hidro-halófilas y donde predo-
mina el mangle. Son ecosistemas típicos de las zonas tropicales y son
importantes “constructores terrestres” que contribuyen a la formación de
costas extensas, pues reducen el impacto de las mareas al depositar barro
y cieno para formar pantanos donde podrán fijarse los organismos.
Marisma. Tipo especial de humedal de barrera caracterizado por pre-
sentar acumulaciones o bancos de materiales; logran así formar una
trampa de sedimento y elementos nutritivos adaptada a los cambios de
nivel y correntadas propias de los estuarios.
Matorral xerófilo. Ecosistema formado por matorrales en zonas de es-
casas precipitaciones, donde predomina la vegetación xerófila. Esta es
con frecuencia de tipo espino, como las cactáceas y bromelias, y también
hay arbustos achaparrados, árboles caducifolios y pastizal semidesértico.
Monitoreo ambiental. Conjunto de procedimientos tendientes a des-
cribir las características del medio ambiente y a evaluar de manera siste-
mática las condiciones pasadas y actuales de los paisajes culturales. Con
base en él es posible desarrollar estrategias sistemáticas para la admi-
nistración ambiental y los procesos de gestión.
Necton. Organismos nadadores activos, como los peces, cefalópodos,
decápodos, mamíferos, que se desplazan por sí mismos en un medio
fluido como el agua.
Oligoquetos. Clase de gusanos anélidos, con el cuerpo dividido en ani-
llos o segmentos semejantes entre sí, excepto los que en la época de la
reproducción constituyen el clitelo, con la extremidad anterior despro-
vista de apéndices y en cuya parte inferior se abre la boca. Las quetas o
sedas, poco numerosas, se insertan en la piel de los segmentos sucesivos,
de modo que forman líneas, por lo regular cuatro, a lo largo del cuerpo.
Ópalo biogénico. Compuesto inorgánico que forma parte del esquele-
to silíceo de algunos microorganismos. Su presencia en los sedimentos
puede usarse como un marcador de paleoproductividad, en especial en
regiones de alta productividad, es decir, donde existe mucha cantidad
de nutrientes y una gran diversidad de microorganismos.
Organismo béntico. Aquel que vive en lo más profundo de los cuerpos
acuáticos y se alimenta por filtración o ingestión del detritus del fondo.
Algunos son muy útiles para la vigilancia ambiental.
Pastizal. Extensión relativamente grande de terreno con gramíneas fo-
rrajeras y otras herbáceas utilizadas para pacer animales.
Pasto marino. Plantas (angiospermas) que se encuentran por debajo
de la superficie del agua, en estuarios someros.
Petén. Nombre en idioma maya que se usa para designar ciertas forma-
ciones vegetales existentes en el paisaje y en la geografía de la península
de Yucatán, México. Consisten en masas circulares de árboles que se
hacen presentes en las áreas cenagosas cercanas al litoral peninsular.
Plancton. Conjunto de organismos, por lo común microscópicos, ani-
males (zooplancton) o vegetales (fitoplancton), que flotan o se man-
tienen en suspensión en la zona superficial iluminada del agua marina
o lacustre. Constituye la fuente principal de alimento de los animales
acuáticos.
Poliqueto. Clase de gusanos anélidos, por lo general marinos, con el
cuerpo cubierto de cerdas finas llamadas quetas, con sexos diferencia-
367
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
dos y fecundación externa. Viven en el interior de tubos calcáreos o
córneos.
Recurso edafológico. Parte superficial de la corteza terrestre, biológi-
camente activa, que proviene de la desintegración o alteración física y
química de las rocas y de los residuos de las actividades de seres vivos
que se asientan en ella.
Reflectancia teledetectada. Parte de la irradiancia que refleja una su-
perficie receptora cuya información es obtenida mediante técnicas a
distancia.
Resiliencia. Capacidad del sistema de soportar el impacto de agentes
externos sin cambiar su estructura o su funcionamiento.
Selva alta perennifolia (bosque tropical perennifolio). Ecosistema
que se caracteriza por tener una vegetación diversa, exuberante, densa
y de estructura compleja, que crece en zonas tropicales con precipita-
ción continua, durante 9 a 12 meses del año, o donde los suelos son
moderadamente profundos.
Selva baja caducifolia. Ecosistema existente en zonas tropicales don-
de la precipitación se concentra durante una breve temporada, seguida
por una de sequía. La mayoría de sus especies vegetales tienen espinas,
aguijones o púas.
Selva húmeda. Ecosistema tropical o subtropical que ocupa un cintu-
rón alrededor del ecuador y los trópicos húmedos, caracterizado por
una formación vegetal arbórea alta o mediana y densa, en climas cá-
lidos y húmedos, con variaciones térmicas de menos de 5 °C y lluvias
durante todo el año.
Selva subhúmeda. Ecosistema donde predomina la selva baja caduci-
folia, y la precipitación se concentra en una breve temporada, seguida
por una de sequía que dura entre 5 y 8 meses (noviembre a junio) y
durante la cual la mayoría de las plantas pierden sus hojas.
368
Tanaidáceos. Orden de crustáceos peracáridos de vida libre en am-
bientes bentónicos. Existen descritas unas 1,500 especies, con una lon-
gitud que oscila entre 0.5 y 2 cm.
Vegetación halófila. Conjunto de organismos vegetales que soportan
condiciones de elevada salinidad en el sustrato donde viven.
Vegetación hidrófila. Conjunto de organismos vegetales que soportan
condiciones de inmersión prolongadas o de abundancia de agua, tanto
vadosa como atmosférica, típica de las áreas húmedas y lluviosas.
Zona litoral. Una de las cuatro zonas en la estratificación de la orilla del
mar, la cual corresponde al ecosistema accesorio de zona entre mareas
o intermareal.
Zona sublitoral (zona intermareal). Ecosistema accesorio de la región
litoral a todo lo largo de la costa. Zona entre mareas que decrece en ba-
jamar y aumenta de nivel en pleamar por movimientos de flujo y reflujo
marinos. Hay dos tipos de zonas intermareales: la arenosa –playas– y la
rocosa –acantilados–.
Zoobentos. Fauna de invertebrados que habita los sustratos sumergi-
dos de los medios acuáticos.
Zooplancton. Conjunto de animales diminutos que viven en suspen-
sión en el agua, algunos de los cuales se mueven gracias a cilios y
flagelos. Constituyen los consumidores primarios de los ecosistemas
acuícolas.
 5. Herramientas y estrategias para el estudio y la conservación de los ecosistemas y su biodiversidad

Cuadro 1. Monitoreo de ecosistemas terrestres

Criterios de calidad:
A-Incipiente: aportaciones conceptuales,
Variable / Bosque Bosque Bosque Bosque Matorral Pastizal Agro- Urbano General / TOTALES* Promedio de metodológicas y de datos pobres.
ecosistema templado tropical tropical mesófilo xerófilo ecosistema conceptual calificación B-En desarrollo: claro desarrollo en aportac-
húmedo seco de calidad y
iones conceptuales, metodológicas y de datos.
cantidad
C-Avanzada: avances conceptuales,
metodológicos y con datos claros y
ampliamente reconocidos.
Variables 5, 6, 35 1, 24 1, 24, 35 1, 35 10, 11, 25, 27, 12, 17, 53
abióticas (B, X) (A, X) (B, X) (A, X) 30, 48, 49, (B, X) Criterios de cantidad:
(clima, calidad en desarrollo, X-Escasa: el número de citas por celda es
del aire, 50, 51, 52, 19 (B, X)
55 escasa mucho menor que lo que se esperaría si todas
cambio de uso
(B, Y) las celdas tuvieran citas de forma equitativa.
del suelo,
incendios) Y-En elaboración: el número de citas por celda
es igual a lo que se esperaría si todas las celdas
tuvieran citas de forma equitativa.
Variables 3, 4, 41, 46, 7, 8, 13, 41, 3, 4, 47, 54 1, 7, 22, 23, 1, 4, 28, 36, 1, 2, 41, 43, 34, 37, 39 9, 14, 15, 16,
4, 6, 13, 18, Z-Amplia: el número de citas por celda es
bióticas 54 (B, X) 41, 43, 45 47 (B, X) 19, 20, 26,
21, 31, 32, 33, 54 45 mucho mayor que lo que se esperaría si todas
(deforesta- en desarrollo,
40 (B, X) (B, X) (B, X) (A, Y) (B, X) 29, 42, 44 37 (B, Y) las celdas tuvieran citas de forma equitativa.
ción, en elaboración
biodiversidad (B, Y) (B, Y)
animal y Números en rojo: se refieren a trabajos que
vegetal) tratan más de un tipo de ecosistema y de
variable, por lo que el número se repite en más
de una celda.
* Estos totales se refieren al número de
TOTALES* 11 (B, Y) 5 (B, X) 5 (B, X) 4 (B, X) 6 (B, X) 9 (A, X) 6 (B, X) 14 (B, Y) 13 (B, Y) estudios que abordan cada una de las variables
de los ecosistemas terrestres, por lo que los
números repetidos solo cuentan como un
estudio.

Promedio de
calificación en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, incipiente, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo,
de calidad y en elaboración escasa escasa escasa escasa escasa escasa en elaboración en elaboración
cantidad

369
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
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Cuadro 1
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 5. Herramientas y estrategias para el estudio y la conservación de los ecosistemas y su biodiversidad

Cuadro 2. Monitoreo de ecosistemas costeros

Lagunas costeras, estuarios Arrecifes de coral Humedales Zona litoral, costa, bahía

Variable / Pacífico Pacífico Golfo de Caribe Pacífico Pacífico Golfo de Caribe Pacífico Pacífico Golfo de Caribe Pacífico Pacífico Golfo de Caribe TOTALES* Promedio de
ecosistema Norte Centro-Sur México mexicano Norte Sur México mexicano Norte Sur México mexicano Norte Sur México mexicano calificación
de calidad y
cantidad

Abiótica

12, 54, 64, 74, 79, 94, 47 67, 75, 98, 99 138 43
96, 101, 106, 107, 109, (B, X) (B, Y) (B, X) (B, X)
115, 116
Corrientes / (C, Z) 20 (C, X) avanzada,
mareas escasa

1, 2, 8, 9, 12, 34, 54, 61, 60, 72, 123, 373 68, 69, 129, 131, 132, 71, 147, 155, 391 25, 451 45, 136, 144
64, 74, 76, 78, 79, 94, (B, Y) 137, 153, 317, 462 (B, Y) (B, X) (C, X)
96, 101, 106, 107, 109, (B, Z) en desarrollo,
Hidrología 119, 121, 126, 128, 48 (B, X)
130, 139, 142 escasa
(B, Z)

3, 5, 6, 7, 10, 11, 13, 21, 22, 36, 37, 38, 55, 65, 15, 23, 39, 40, 41, 49, 23, 26, 70, 84, 85, 86, 35 135 73, 92 90, 91, 120
28, 29, 31, 32, 33, 48, 51, 82, 124, 140 50, 53, 58, 62, 80, 91, 87, 88, 89, 91, 108,110, (B, X) (B, X) (B, X) (C, X)
52, 59, 63, 83, 95, 97, (B, Z) 122, 134, 151 133, 141, 148, 149
Hidrología y 100, 104, 105, 111, 112, 86 (B, Y) en desarrollo,
nutrientes 113, 145, 156, 157, 184, (B, Z) (B, Z) en elaboración
316, 320, 321, 335, 360,
361, 396, 397, 401, 402,
403, 477 (B, Z)

4, 14, 27, 44, 46, 56, 16, 18, 24, 103, 265 17, 19, 20, 81, 125, 137, 19, 146 30, 57 57
102, 114, 118, 127, 143 (B, Y) 152, 153, 154 (B, X) (B, X) (C, X)
(B, Z) (B, Z)
Sedimentos 28 (B, X) en desarrollo,
escasa

Biótica
28, 31, 97, 100, 105,
111, 112, 113, 145, 157, 254, 322, 326, 398, 50, 53, 151, 170, 207, 211, 242, 283, 319, 219, 220 511 73 90, 505
184, 246, 247, 248, 431, 475, 491, 507, 255, 287, 317, 334, 346, 347, 348, (B, X) (C, X) (C, X) (B, X)
249, 285,302, 320, 508, 509 359, 428, 462, 476, 349, 437 en desarrollo,
Fitoplancton 321, 335, 371, 388, 70 (B, Y)
(B, Z) 495 (B, Z) en elaboración
396, 397, 401, (B, Z)
402, 403, 453,
474, 477, 485
(C, Z)

6, 174, 236, 237, 316, 179, 180, 373, 384, 151, 152, 178, 181, 182, 173, 175, 243, 315, 412, 381 381 511 186 381 381
345, 360, 361, 365, 497 183, 185, 260, 288, 413, 478, 481, 493, (C, X) (C, X) (C, X) (B, X) (C, X) (C, X)
366, 367, 422 (B, Y) 289, 290, 295, 296, 494, 510
Zooplancton (B, Z) 52 (B, Y) en desarrollo,
304, 317, 318, 359, (B, Z) en elaboración
389, 418, 466, 479
(B, Z)

171, 172, 176, 177, 191, 140, 265, 267, 271, 132, 152, 168, 169, 199, 190, 197, 311, 380, 385, 192, 224, 264, 511 375 518, 519 400
200, 213, 230, 235, 492 206, 239, 240, 241, 410, 416, 423, 512 266, 269, 270, (C, X) (B, X) (B, X) (B, X)
238, 253, 258, 262, (B, Y) 263, 268, 272, 291, (B, Z) 406, 407
Necton 292, 300, 301, 324, (B, Z) 76 (B, Y ) en desarrollo,
325, 332, 333, 378, 297, 298, 299, 363, en elaboración
426, 458, 463, 467, 449, 468, 470
472, 483, 496, 502 (B, Z)
(B, Z)

373
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 2. Monitoreo de ecosistemas costeros (continuación)

Lagunas costeras, estuarios Arrecifes de coral Humedales Zona litoral, costa, bahía

Variable / Pacífico Pacífico Golfo de Caribe Pacífico Pacífico Golfo de Caribe Pacífico Pacífico Golfo de Caribe Pacífico Pacífico Golfo de Caribe TOTALES* Promedio
ecosistema Norte Centro-Sur México mexicano Norte Sur México mexicano Norte Sur México mexicano Norte Sur México mexicano de
calificación
de calidad y
cantidad
Biótica
142, 159, 160, 161, 162, 351, 362, 382, 387, 356, 417, 439, 484, 136, 336 294, 364 195, 414, 482 256, 259, 358, 350, 504 90, 303, 392
163, 164, 165, 166, 167, 394, 399, 408, 415, 513 (B, X) (B, X) (B, X) 372, 376, 377, (B, X) (B, X) en
201, 280, 354, 355, 446, 498 (B, Y) 455, 459 desarrollo,
Fitobentos 404, 405, 419, 420, 57 (B ,Y)
(B, Z) (B, Z) en
435, 436, 438, 473
(B, Z) elaboración

25, 128, 196, 208, 212, 67, 152, 188, 198, 202,
215, 216, 217, 221, 222, 124, 203, 281, 282, 204, 205, 206, 223, 231, 251, 391, 425, 429, 187, 194, 209, 327 45, 136, 144, 511 357 275, 379 312, 461
225, 229, 261, 277, 284, 337, 460, 515 232, 234, 250, 252, 276, 432, 433 218, 409, 450, (B, X) 192, 193, 257, (C, X) (B, X) (B, X) (C, X)
286, 306, 314, 323, 331, (B, Z) 278, 305, 307, 308,309, (B, Y) 452, 454 312, 461, 465 en
Zoobentos 338, 340, 341, 342, 310, 328, 329, 330, 343, 114 (B, Z) desarrollo,
344, 352, 395, 411, 442, (B, Z) (C, Z)
368, 369, 383, 386, 443, 444, 445, 447, 448, amplia
390, 424, 471, 486, 457, 464, 469, 480,
487, 488, 489, 514 490, 503, 506, 517
(B, Z) (B, Z)
210, 226, 227, 228, 158 244, 274, 427, 440,
233, 279, 374, 393, (B, X) 456
421 (B, Y) en
Aves (B, Z) 15 (B ,X) desarrollo,
escasa

214 491, 501 339, 430, 434, 499, 370 273

(B, X) (B, X) 500 (B, X) (B, X)
(B, Y) en
Bacterias 10 (B, X) desarrollo,
escasa

Contaminación

562, 563, 594, 626, 590 620, 657 524 591 591, 609
650 (C, X) (B, X) (B, X) (C, X) (C, X)
Nutrientes, (B, Y) en
materia 11 (B, X) desarrollo,
orgánica escasa

521, 523, 528, 529, 658 538, 648 551, 569, 574 536
531, 532, 533, 534, (B, X) (B, X) (B, X) (B, X)
en
Hidrocarburos 535, 537, 539, 540, 29 (B, X) desarrollo,
543, 544, 545, 552,
escasa
561, 564, 571, 572,
573, 606
(B, Z)

566, 567, 580, 581, 589 542, 560, 575, 579, 557 651 652 583, 593, 618,
582, 584, 600,602, (B, X) 588, 596, 603, 616, (B, X) (B, X) (C, X) 631, 632, 664 en
Metales 611, 614, 615, 625, 617, 621, 627, 636, (B, Y) 49 (B, Y) desarrollo,
pesados 631, 632, 643, 644, 637, 659, 660, 661, en
645, 646, 652, 653, 662, 663, 665 elaboración
654, 655, 656 (B, Z)
(B, Z)

374
 5. Herramientas y estrategias para el estudio y la conservación de los ecosistemas y su biodiversidad

Cuadro 2. Monitoreo de ecosistemas costeros (continuación)

Criterios de calidad:
A-Incipiente: aportaciones
Lagunas costeras, estuarios Arrecifes de coral Humedales Zona litoral, costa, bahía conceptuales, metodológicas y
de datos pobres.
B-En desarrollo: claro desarrollo
Variable / Pacífico Pacífico Golfo de Caribe Pacífico Pacífico Golfo de Caribe Pacífico Pacífico Golfo de Caribe Pacífico Pacífico Golfo de Caribe TOTALES* Promedio de en aportaciones conceptuales,
ecosistema Norte Centro-Sur México mexicano Norte Sur México mexicano Norte Sur México mexicano Norte Sur México mexicano calificación metodológicas y de datos.
de calidad y C-Avanzada: avances
cantidad conceptuales, metodológicos y
con datos claros y ampliamente
Contaminación reconocidos.

546, 565, 586, 590, 598, 641, 523, 530, 547, 620 601, 612 Criterios de cantidad:
587, 605, 638, 642 550, 576, 640 (C, X) (B, X) X-Escasa: el número de citas
Pesticidas 639 (B, Y) (B, Y) 20 (B, X) en desarrollo, por celda es mucho menor que
(B, Z) escasa lo que se esperaría si todas las
celdas tuvieran citas de forma
equitativa.
Y-En elaboración: el número de
548, 667 547, 549, 640 585, 612 citas por celda es igual a lo que
(B, X) (B, X) (B, X) se esperaría si todas las celdas
Bifenilos en desarrollo,
policlorados 7 (B, X) tuvieran citas de forma
escasa equitativa.
(PCB)
Z-Amplia: el número de citas
por celda es mucho mayor que
lo que se esperaría si todas las
Micro- 607, 608, 522, 527 525, 526, 619, 647 520 591 591, 610 celdas tuvieran citas de forma
organismos 622, 649 (B, X) 628, 629, 630, (B, X) (B, X) (C, X) (B, X) equitativa.
patógenos / (B, Y) 634, 635 en
en desarrollo,
desarrollo,
18 (B, X)
indicadores (B, Z) escasa
escasa Números en rojo: se refieren a
microbio- trabajos que tratan más de un
lógicos tipo de ecosistema y de
variable, por lo que el número se
repite en más de una celda.
604, 623 553, 554, 555,
(B, X) * Estos totales se refieren al
568
(B, Y) en desarrollo, número de estudios que
Mareas rojas 6 (B, X)
escasa abordan cada una de las
variables de los ecosistemas y
sus regiones costeras, así como
los tipos de monitoreo
considerando sus variables, por
570 541, 558, 559, 620 595 595
(B, X) 577, 597 (C, X) (C, X) (C, X) lo que los números repetidos
(B, Y) en desarrollo,
solo cuentan como un estudio.
Parásitos en 8 (B, X)
organismos escasa

TOTALES* 239 (B, Z) 51 (B, X) 200 (B, Z) 65 (B, Y) 10 (B, X) 6 (B, X) 23 (B, X) 5 (B, X) 3 (B, X) 11 (B, X) 5 (C, X) 19 (B, X) 3 (B, X) 8 (B, X) 14 (B, X)

Promedio de
calificación
Promedio
de calidadde
y
cantidad en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo,
calificación en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, avanzada, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo,
de calidad y amplia escasa amplia en escasa escasa escasa escasa escasa escasa escasa escasa escasa escasa escasa
cantidad elaboración

375
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
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Cuadro 2
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407
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 3. Monitoreo oceánico

Variable / Pacífico Pacífico Golfo de Caribe TOTALES* Promedio de Variable / Pacífico Pacífico Golfo de Caribe TOTALES* Promedio de
ecosistema mexicano mexicano México mexicano calificación ecosistema mexicano mexicano México mexicano calificación
Centro-Sur Norte de calidad y Centro-Sur Norte de calidad y
cantidad cantidad

3, 12, 16, 29, 45, 53, 5, 6, 7, 11, 13, 16, 18, 2, 16, 62 2, 9, 62 1, 5, 6, 16, 22, 23, 24,
55, 62 19, 20, 21, 26, 27, (C, X) (C, X) Climáticas 26, 27, 34, 35, 54, 59,
Hidrográficas (C, Y) 30, 31, 33, 38, 39, (secuestro de CO2, 61 avanzada,
33 (C, Y) avanzada, 14 (C, X)
(temperatura, 40, 41, 42, 44, El Niño - La Niña, (C, Z) escasa
en elaboración
salinidad, densidad) 56, 60, 63 etc.)
(C, Z)

12, 16 5, 6, 11, 13, 16, 18, 21, 16 16 Otras 64

(C, X) 26, 27, 30, 31, 36, (C, Y) (C, Y) (por ejemplo, (B, X)
Químicas 42, 58 avanzada, desintoxicación y en desarrollo,
15 (C, X) 1 (B, X)
(nutrientes, oxígeno, (C, Z) escasa secuestro de escasa
pH, clorofila) contaminantes)

3, 4, 62, 66, 69, 70 7, 26, 38, 67 2, 10, 17, 32, 47, 62, 2, 14, 46, 62
(B, Y) (C, X) 65 (B, X)
Hidrodinámicas (B, Y) en desarrollo, 6 6(C,
(C, X)X)
18 (B, X) TOTALES* 13 (C, X) 45 (C, Y) 10 (B, X)
(oleaje, corrientes, escasa
frentes, etc.)

Biodiversidad 12, 53, 55 5, 6, 18, 22, 25, 26, 9

(cualquier variable (C, X) 27, 34, 35, 43, 49, (C, X)
que haya sido Promedio de
50, 51, 52, 56, 57, 22 (C, X) avanzada, calificación avanzada, avanzada, en desarrollo, avanzada,
monitoreada para 60, 63 escasa en elaboración
de calidad y escasa escasa escasa
evaluar el estado del (C, Z)
ecosistema y su cantidad
biodiversidad)

Biogeoquímicas 1 26, 36, 37, 58, 68

(por ejemplo, (B, X) (C, X) Criterios de calidad:
secuestro de CO2, en desarrollo, A-Incipiente: aportaciones conceptuales, metodológicas y de datos pobres.
6 (B, X)
flujo de CO2, escasa B-En desarrollo: claro desarrollo en aportaciones conceptuales, metodológicas y de datos.
nitrógeno, ópalo C-Avanzada: avances conceptuales, metodológicos y con datos claros
biogénico, etc.) y ampliamente reconocidos.

Criterios de cantidad:
12 1, 5, 6, 16, 22, 23, 24, 15, 16 9, 16 X-Escasa: el número de citas por celda es mucho menor que lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas
Ecofisiológicas (C, X) 26, 27, 34, 35, 54 (B, X) (C, X)
de forma equitativa.
(parámetros (C, Z) avanzada,
15 (C, X) Y-En elaboración: el número de citas por celda es igual a lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas de
fotosintéticos, áreas escasa
de desove y crianza)
forma equitativa.
Z-Amplia: el número de citas por celda es mucho mayor que lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas
de forma equitativa.

Números en rojo: se refieren a trabajos que tratan más de un tipo de ecosistema y de variable, por lo que el
número se repite en más de una celda.
* Estos totales se refieren al número de estudios que abordan cada una de las variables de los ecosistemas
oceánicos, por lo que los números repetidos solo cuentan como un estudio.

408
 5. Herramientas y estrategias para el estudio y la conservación de los ecosistemas y su biodiversidad
Referencias
Cuadro 3
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411
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 4. Uso de indicadores de monitoreo según ecosistema

Indicador / Acuático Acuático Acuático Acuático Acuático Terrestre Terrestre Terrestre Terrestre TOTALES* Promedio de
ecosistema marino lótico léntico Aguas Zona semiárido tropical templado árido calificación
subterráneas costera de calidad y
cantidad

6, 27, 62, 93 53, 71, 88 75 35

(B, Z) (B, Z) (B, Y) (B, Y)
Coliformes 9 (B, Y) en desarrollo,
totales en elaboración

51 9, 73, 114 30
(B, Y) (C, Z) (B, Y)
Microorganismos 5 (B, X) en desarrollo,
escasa

73
(B, Y)
Virus 1 (B, X) en desarrollo,
escasa

76, 77, 88 17, 22, 46

(B, Z) (B, Z)
Microalgas 6 (B, X) en desarrollo,
escasa

104 32, 38, 99, 112, 3, 4

(B, Y) 113, 115 (B, Z)
Actividad (B, Z) 9 (B, Y) en desarrollo,
enzimática en elaboración

11, 69 46, 47, 70, 81, 15, 33, 87

Plantas (B, Z) 95, 98, 109 (B, Z)
(B, Z) 12 (B, Y) en desarrollo,
vasculares /
en elaboración
macroalgas

Índice de calidad
del agua
(ICA)

58
(C, Y)
Índice 1 (C, X) avanzada,
biótico extendido escasa

412
 5. Herramientas y estrategias para el estudio y la conservación de los ecosistemas y su biodiversidad

Cuadro 4. Uso de indicadores de monitoreo según ecosistema (continuación)

Indicador / Acuático Acuático Acuático Acuático Acuático Terrestre Terrestre Terrestre Terrestre TOTALES* Promedio de
ecosistema marino lótico léntico Aguas Zona semiárido tropical templado árido calificación
subterráneas costera de calidad y
cantidad

52
Índice de (B, Y)
1 (B, X) en desarrollo,
contaminación escasa
(IC)

Índice de fuente
de contaminación
(PSI)

34, 37 60, 85
Índice de (B, Z) (B, Z)
4 (B, X) en desarrollo,
integridad biótica escasa
(IIB)

12, 23, 24, 25, 49, 58, 86 43, 86 8, 26, 36, 40, 41, 18, 19, 20
50, 54, 89, 91, (C, Z) (B, Z) 44, 56, 57, 65, 67, (B, Z)
Macro- 92 73, 79, 80, 94, 107, 33 (B, Z) en desarrollo,
invertebrados (B, Z) 110, 111 amplia
(B, Z)

102
(B, Y)
Micro- 1 (B, X) en desarrollo,
invertebrados escasa

61 59, 97, 100 73, 84, 90, 110

(B, Y) (B, Z) (B, Z)
Peces / 8 (B, Y) en desarrollo,
tortugas en elaboración

45
Índice de precios (B, Y)
al por mayor 1 (B, X) en desarrollo,
(Wholesale Price escasa
Index, WPI)

29 10 66 82 72, 83
(B, Y) (B, Y) (B, Y) (B, Y) (B, Y)
Metales pesados 6 (B, X) en desarrollo,
escasa

413
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 4. Uso de indicadores de monitoreo según ecosistema (continuación)

Criterios de calidad:
A-Incipiente: aportaciones conceptuales,
Indicador / Acuático Acuático Acuático Acuático Acuático Terrestre Terrestre Terrestre Terrestre TOTALES* Promedio de metodológicas y de datos pobres.
ecosistema marino lótico léntico Aguas Zona semiárido tropical templado árido calificación B-En desarrollo: claro desarrollo en aportaciones
subterráneas costera de calidad y conceptuales, metodológicas y de datos.
cantidad C-Avanzada: avances conceptuales,
metodológicos y con datos claros y ampliamente
reconocidos.
55 48 16, 21, 31, 42, 96, 28 64 5, 68, 101
(B, Y) (B, Y) 103, 108, 110, 111, (B, Y) (B, Y) (B, Z) Criterios de cantidad:
Fisicoquímicos 114 17 (B, Z) en desarrollo, X-Escasa: el número de citas por celda es mucho
(B, Z) amplia menor que lo que se esperaría si todas las celdas
tuvieran citas de forma equitativa.
Y-En elaboración: el número de citas por celda es
igual a lo que se esperaría si todas las celdas
tuvieran citas de forma equitativa.
1, 13, 14
(B, Z)
Z-Amplia: el número de citas por celda es mucho
en desarrollo, mayor que lo que se esperaría si todas las celdas
Aves 3 (B, X)
escasa tuvieran citas de forma equitativa.

Números en rojo: se refieren a trabajos que

tratan más de un tipo de ecosistema y de un
indicador, por lo que el número se repite en más
78 de una celda.
(B, Y) * Estos totales se refieren al número de estudios
Mamíferos 1 (B, X) en desarrollo,
escasa que abordan cada uno de los ecosistemas, así
como los indicadores de medición, por lo que los
números repetidos solo cuentan como un
estudio.

2, 7, 105
(B, Z)
Productividad 3 (B, X) en desarrollo,
de los cultivos escasa

63
(B, Y)
Socio-ambiental 1 (B, X) en desarrollo,
escasa

TOTALES* 14 (B, X) 10 (B, X) 12 (B, X) 1 (B, X) 42 (B, Z) 3 (B, X) 6 (B, X) 24 (B, Y) 2 (B, X)

Promedio de
calificación en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo, en desarrollo,
de calidad y escasa escasa escasa escasa amplia escasa escasa en elaboración escasa
cantidad

414
 5. Herramientas y estrategias para el estudio y la conservación de los ecosistemas y su biodiversidad
Referencias
Cuadro 4
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 5. Herramientas y estrategias para el estudio y la conservación de los ecosistemas y su biodiversidad

Cuadro 5. Estudios y amenazas en áreas naturales protegidas según ecosistema y región

Ecosistema / Selva alta Vegetación Bosque Matorral de Bosque de Bosque de Selva baja Pastizal Selva mediana Selva alta Selva Palmar Vegetación Vegetación Matorral Bosque Petenes Páramos TOTALES* Promedio de
región con perennifolia hidrófila mesófilo dunas costeras coníferas encinos caducifolia caducifolia caducifolia espinosa natural halófila inducida templado calificación
área natural de calidad y
protegida cantidad

Península de Baja California y Pacífico Norte

7, 13 4, 7, 12 7, 13 7, 13 7, 13 1, 2, 3, 6, 7, 8, 9,
(C, X) (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) 10, 12, 13
Estudios (B, Z) 11 (C, X) avanzada,
escasa

5 1, 5, 11
(C, X) (B, X)
Amenazas 3 (B, X) en desarrollo,
escasa

Norte y Sierra Madre Occidental

15, 16, 20, 29, 14, 15, 16, 20, 15, 31 20, 29, 30 24, 29, 30, 36 16, 17, 18, 20,
30, 31, 32, 34, 29, 30, 31, 36 (C, X) (C, X) (C, Y) 21, 22, 23, 24,
Estudios 35, 36 (C, Z) 25, 26, 27, 30, 21 (C, X) avanzada,
(C, Z) 36, 37 escasa
(B, Z)

Noreste y Sierra Madre Oriental

38, 39, 41, 71 48, 49, 54, 55, 48, 49, 50, 51, 50, 51, 52, 53, 48, 61, 64, 68, 40, 42, 43, 44, 45, 46,
(B, Y) 56, 57, 58, 72, 53, 56, 57, 71, 61, 72 71, 72, 75 48, 49, 50, 51, 56, 57,
Estudios 73, 74 72, 73 (C, Y) (C, Z) 59, 60, 62, 63, 64, 65, 37 (C, Y) avanzada,
(C, Z) (C, Z) 66, 67, 68, 69, 70, 71, en elaboración
73, 74, 75
(B, Z)

10
(C, X) avanzada,
Amenazas 1 (C, X)
escasa

Frontera Sur, Itsmo y Pacífico Sur

76, 77, 79, 81, 82, 83, 84, 77, 78, 97, 98, 77, 80, 95, 107 83, 84, 104, 83, 84, 104, 97, 98, 99, 97, 98, 99, 97, 98, 99,
86, 89, 97, 85, 86, 87, 88, 99, 100, 101, (C, Y) 105, 106, 107, 105, 106, 107, 100, 101, 102 100, 101, 102 100, 101, 102
121, 122, 123, 89, 90, 91, 92, 102, 103, 104, 108, 109, 110, 108, 109, 110, (C, Y) (C, Y) (C, Y)
Estudios 50 (C, Y) avanzada,
124, 125, 126 93, 94, 95, 96, 105, 106, 107, 111, 112, 113, 111, 112, 113, en elaboración
(C, Z) 97, 98, 99, 100, 108, 110 114, 115, 116, 114, 115, 116,
101, 102, 103, (C, Z) 118, 119, 120 118, 119, 120
(C, Z) (C, Z) (C, Z)
76, 77, 79, 86, 81, 82, 83, 84, 77, 78, 97, 98, 77, 80, 95, 107 83, 84, 104, 83, 84, 104, 97, 98, 99, 97, 98, 99, 97, 98, 99,
89, 97, 121, 122, 85, 86, 87, 88, 99, 100, 101, (C, Y) 105, 106, 107, 105, 106, 107, 100, 101, 102 100, 101, 102 100, 101, 102
123, 124, 125, 89, 90, 91, 92, 102, 103, 104, 109, 110, 111, 109, 110, 111, (C, Y) (C, Y) (C, Y)
Amenazas 50 (C, Y) avanzada,
126 93, 94, 95, 96, 105, 106, 107, 112, 113, 114, 112, 113, 114,
en elaboración
(C, Z) 97, 98, 99, 100, 108, 110 115, 116, 118, 115, 116, 118,
101, 102, 103 (C, Z) 119, 120 119, 120
(C, Z) (C, Z) (C, Z)

421
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

Cuadro 5. Estudios y amenazas en áreas naturales protegidas según ecosistema y región (continuación)

Ecosistema / Selva alta Vegetación Bosque Matorral de Bosque de Bosque de Selva baja Pastizal Selva mediana Selva alta Selva Palmar Vegetación Vegetación Matorral Bosque Petenes Páramos TOTALES* Promedio de
región con perennifolia hidrófila mesófilo dunas costeras coníferas encinos caducifolia caducifolia caducifolia espinosa natural halófila inducida templado calificación
área natural de calidad y
protegida cantidad

Centro y Eje Neovolcánico

130, 131 130, 131, 136 127, 128, 129, 127, 128, 129, 130, 131, 132, 130, 131 127, 128, 129, 134
(C, X) (C, X) 130, 131, 133, 130, 131, 133, 134, 138 (C, X) 133, 134, 135, (C, X)
Estudios 134, 135, 138, 134, 137, 138, (C, Y) 136, 139, 140 14 (C, X) avanzada,
139, 140 140 (C, Z) escasa
(C, Z) (C, Z)

128, 129, 139, 128, 129 128, 129, 139,

140 (C, X) 140
Amenazas (C, Y) (C, Y) 4 (C, X) avanzada,
escasa

Occidente y Pacífico Centro

141, 142, 144,
153, 154, 155 143, 147, 148, 143, 147, 151, 143, 147, 151, 152, 153, 154, 151, 152, 154, 153, 154, 155, 146, 151, 152, 151, 152, 153, 153, 154, 164
145, 146, 149,
(C, X) 151, 153, 154, 153, 154, 157, 153, 154, 157, 164 155, 161, 162, 164 153, 154, 162, 154, 157, 158, (C, X)
150, 151, 152,
Estudios 162, 163, 164 158, 159, 160, 158, 159, 160, (C, Y) 163, 164, 165, (C, Y) 163, 164 159, 160, 162, 27 (C, Y) avanzada,
153, 154, 155,
(C, Z) 162, 163, 164 162, 163, 164 166 (C, Z) 163, 164 en elaboración
156, 161, 162,
(C, Z) (C, Z) (C, Z) (C, Z)
163, 164
(B, Z)

143, 163 143, 163 143, 163 144, 146, 152, 152 144, 152, 163 146, 152, 163 143, 152, 163
(C, X) (C, X) (C, X) 163 (C, X) (C, X) (C, X) (C, Y)
Amenazas (C, Y) 5 (C, X) avanzada,
escasa

Noroeste y Alto Golfo de California

165, 166, 167, 171 171 171 171, 172 168, 169, 170,
171 (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) 171, 172
Estudios (B, Y) (C, Y) 8 (C, X) avanzada,
escasa

170
(C, X) avanzada,
Amenazas 1 (C, X)
escasa

422
 5. Herramientas y estrategias para el estudio y la conservación de los ecosistemas y su biodiversidad

Cuadro 5. Estudios y amenazas en áreas naturales protegidas según ecosistema y región (continuación)

Ecosistema / Selva alta Vegetación Bosque Matorral de Bosque de Bosque de Selva baja Pastizal Selva mediana Selva alta Selva Palmar Vegetación Vegetación Matorral Bosque Petenes Páramos TOTALES* Promedio de
región con perennifolia hidrófila mesófilo dunas costeras coníferas encinos caducifolia caducifolia caducifolia espinosa natural halófila inducida templado calificación
área natural de calidad y
protegida cantidad

Planicie Costera y Golfo de México

173, 174, 175 176, 177, 178, 179, 180,

(C, X) 181, 182, 183, 184, 185,
186, 187, 188, 189, 190, en desarrollo,
Estudios 27 (B, X)
191, 192, 193, 194, 195, escasa
196, 197, 198, 199
(B, Z)

Península de Yucatán y Caribe mexicano

200, 202, 203, 200, 202, 203, 200, 202, 203, 203, 207, 213, 203, 207, 213, 203, 207, 213 203, 207, 213, 202, 203 200, 203, 207,
207, 212, 213, 207, 212, 213, 204, 205, 206, 215 216 (C, X) 215 (C, X) 213, 215
Estudios 215 215 207 (C, Y) (C, Y) (C, Y) (C, Y) 11 (C, X) avanzada,
(C, Z) (C, Z) (B, Z) escasa

200, 209, 216, 208, 212, 217 200, 207, 216 201, 211 217, 201, 216 209, 217 200, 209, 217 200, 209, 217 200, 213, 216, 200, 213, 216,
220 (C, X) (C, X 220 (C, X) (C, X) (C, X) (C, X) 221 221
Amenazas (C, Y) (C, Y) (C, X) (C, Y) 12 (C, X) avanzada,
escasa

TOTALES* 26 (C, X) 47 (C, Y) 27 (C, X) 16 (C, X) 63 (C, Y) 61 (C, Y) 41 (C, X) 26 (C, X) 46 (B, X) 6 (C, X) 7 (C, X) 7 (C, X) 14 (C, X) 50 (B, X) 35 (C, X) 7 (C, X) 4 (C, X)

Promedio de
calificación avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, en desarrollo, avanzada, avanzada, avanzada, avanzada, en desarrollo, avanzada, avanzada, avanzada,
de calidad y escasa en escasa escasa en en escasa escasa escasa escasa escasa escasa escasa escasa escasa escasa escasa
cantidad elaboración elaboración elaboración

Criterios de calidad:
A-Incipiente: aportaciones conceptuales, metodológicas y de datos pobres.
B-En desarrollo: claro desarrollo en aportaciones conceptuales, metodológicas y de datos.
C-Avanzada: avances conceptuales, metodológicos y con datos claros y ampliamente reconocidos.

Criterios de cantidad:
X-Escasa: el número de citas por celda es mucho menor que lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa.
Y-En elaboración: el número de citas por celda es igual a lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa.
Z-Amplia: el número de citas por celda es mucho mayor que lo que se esperaría si todas las celdas tuvieran citas de forma equitativa.

Números en rojo: se refieren a trabajos que tratan más de un ecosistema y de una región de áreas naturales protegidas, por lo que el número se repite en más de una celda.
* Estos totales se refieren al número de estudios que abordan cada uno de los ecosistemas, así como las regiones de áreas naturales protegidas, por lo que los números repetidos solo cuentan como un estudio.

423
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
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Cuadro 5
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435
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México

436
Conclusiones generales

Ricardo Rodríguez-Estrella1, Patricia Balvanera2,

Juan J. Schmitter-Soto3, Lucía Almeida-Leñero4,
Jesús Ernesto Arias-González5

437
 Adscripciones
1
Laboratorio Análisis Espacial, Ecología y Conservación, Centro de Investigaciones Biológi-
cas del Noroeste; 2 Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad, Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM); 3 Departamento de Sistemática y Ecología Acuática,
El Colegio de la Frontera Sur-Unidad Chetumal; 4 Laboratorio de Ecosistemas de Montaña,
Departamento de Ecología y Recursos Naturales, Facultad de Ciencias, UNAM; 5 Laboratorio
de Ecología de Ecosistemas de Arrecifes Coralinos, Departamento de Recursos del Mar, Cen-
tro de Investigación y de Estudios Avanzados, Instituto Politécnico Nacional-Unidad Mérida.

438
Mensajes centrales de esta obra
U
na vez leídos los diferentes capítulos que
integran este libro tenemos un panora-
ma amplio de la contribución realizada
gracias a este esfuerzo colectivo. A conti-
nuación detallamos sus mensajes centra-
les, así como resaltamos las nuevas perspectivas que
surgen de nuestro análisis.
En México el conocimiento sobre el paleoclima
es limitado, mientras que el de los cambios recien-
tes del clima está en desarrollo, lo cual es consistente
con el conocimiento en otras partes del planeta. La
información sobre los cambios pasados en el clima
no abarca ciclos completos de periodos glaciales e in-
terglaciales y presenta un sesgo hacia el centro y sur
del país. Estas carencias dificultan el estudio del pa-
leoclima y por lo tanto de sus impactos en los proce-
sos evolutivos que forjaron nuestra biodiversidad. En
lo que se refiere a los cambios climáticos recientes, las
alteraciones se asocian a incrementos de la tempe-
ratura causados por el aumento de las concentracio-
nes de gases de efecto invernadero, debido principal-
mente a actividades humanas como la deforestación
y otros cambios en el uso del suelo. Los trabajos so-
bre el impacto de los posibles escenarios de cambio
climático en los ecosistemas terrestres y su biodi-
versidad, así como sobre la mitigación de sus efec-
tos y la vulnerabilidad de las zonas costeras y mari-
nas, si bien aún son escasos, están en desarrollo.
Los estudios sobre los impactos del cambio global
en la biodiversidad están muy desarrollados, pero se
detectaron importantes sesgos. Los efectos del cam-
bio global no se han estudiado de forma similar para
los distintos niveles de la biodiversidad (desde genes
hasta biomas) ni para los diferentes tipos de interac-
ciones entre especies (como la depredación o el pa-
rasitismo). Se ha estudiado extensamente la pérdida
de especies, en cuanto a extinciones locales y totales
en el ámbito de su distribución en términos históri-
cos. En comparación, durante los últimos 50 años se
han dado las mayores tasas de extinción con perio-
dos de extinciones masivas (en términos de millones
de años). Las principales impulsoras de esta pérdida
masiva de diversidad biológica son las actividades
humanas que destruyen el hábitat (por cambios en
el uso de la tierra, la fragmentación, la modificación
de cuencas hidrográficas, el retiro de agua de los ríos,
la pérdida de arrecifes de coral, los daños al lecho
del mar por la pesca de arrastre), la introducción de
especies exóticas invasoras, la contaminación, la so-
breexplotación y el cambio climático. Sin embargo,
no se han documentado estos factores con el mismo
esfuerzo, ni se ha profundizado en las consecuencias
funcionales de estos cambios. La información dispo-
nible está fuertemente sesgada en torno a unos cuan-
tos ecosistemas y taxones de vertebrados y plantas.
La investigación sobre la relación entre el mante-
nimiento de la biodiversidad que alberga nuestro país
y el funcionamiento de los ecosistemas es muy escasa
y sesgada. El énfasis se ha puesto en varios tipos de
factores de cambio en la biodiversidad, fundamen-
talmente en los cambios ocurridos en el hábitat, y en
unas cuantas funciones, en particular en la produc-
tividad primaria y la dinámica trófica. Los vínculos
entre biodiversidad, funciones y servicios ecosisté-
micos se han estudiado principalmente en ecosis-
temas terrestres. Falta información sobre la relación
439
Una mirada al conocimiento de los ecosistemas de México
entre las características de la biodiversidad y la ca-
pacidad del ecosistema para ofrecer sus servicios. Es
importante entender cómo los factores globales de
cambio impactan, por medio de sus efectos, en la bio-
diversidad y en la oferta de servicios ecosistémicos.
El conocimiento sobre los servicios ecosistémicos
es muy heterogéneo. Sabemos poco acerca de qué
componentes y procesos son fundamentales para la
oferta de servicios ecosistémicos. El sesgo se ha dado
hacia el análisis de los servicios que ofrecen los bos-
ques del centro y sur del país; y se ha puesto el énfasis
en el estudio de la oferta de agua, de madera y de pro-
ductos agrícolas, así como en los servicios de regu-
lación climáticos e hidrológicos. Es fundamental do-
cumentar un abanico más amplio de servicios ecosis-
témicos de provisión y regulación, poniendo énfasis
en los ecosistemas acuáticos. Asimismo, se requiere
realizar estudios aplicando el paquete de herramien-
tas con que se cuenta para el análisis del valor de los
servicios, de las interacciones entre estos y de sus be-
neficios.
Las herramientas y estrategias para el estudio y
la conservación de los ecosistemas presentan fuertes
limitaciones. El monitoreo ambiental en México con-
templa ciertos ecosistemas (los bosques templados,
las zonas urbanas, las lagunas costeras) y algunas es-
pecies (aves y vegetación; crustáceos, moluscos, fito-
plancton y zooplancton), y se centra en el uso de un
paquete reducido de herramientas (percepción re-
mota, y análisis de la calidad del aire y del agua). Es
particularmente importante contar con monitoreos
sobre la evolución de ecosistemas amenazados así
como de aquellos manejados con distinta intensidad.
El sistema de Áreas Naturales Protegidas de México
es aún insuficiente para proteger la enorme bio-
diversidad del país. Además, estas se han estableci-
440
do como resultado de situaciones coyunturales; ha-
ce falta una priorización sistemática con base en un
conjunto de criterios ecológicos y sociales para la
creación de reservas.
Grandes retos
para la investigación
de los ecosistemas
En este libro partimos de una visión sistémica que nos
proporciona el marco conceptual de la Ecored para
analizar el estado del conocimiento de los ecosistemas
de México. Este acercamiento nos permitió hacer una
disección del nivel de conocimiento desde distintas di-
mensiones. Los grandes retos que percibimos para la
investigación de los ecosistemas en México son:
• Trascender el trabajo individual hacia una planea-
ción de las investigaciones con una visión sistémi-
ca, en la que puedan abarcarse de forma equitativa
las distintas dimensiones y temáticas a través de
equipos multi e interdisciplinarios.
• Crear una agenda de investigación que permita prio-
rizar la generación de información para aquellos
vacíos identificados en las distintas secciones del
libro, en cuanto a cobertura de diferentes temas en
una variedad de ecosistemas, con una visión global
que nos permita priorizar el conocimiento que se
requiere de manera más urgente ante los profundos
cambios antrópicos observados.
• Construir las bases para la búsqueda de la soste-
nibilidad, asegurando el mantenimiento de nues-
tra megabiodiversidad, del funcionamiento de los
ecosistemas, así como la satisfacción de las necesi-
dades de los distintos sectores de la población.

• Ajustar las prioridades de investigación con las prio-
ridades nacionales para el diseño de políticas pú-
blicas ambientales y estrategias de manejo de los
ecosistemas críticos, a fin de fortalecer la contribu-
ción de la investigación científica a estos.
Se requiere poner un mayor énfasis en la naturaleza
de las interacciones entre la sociedad y los ecosis-
temas, cómo operan estas interacciones a distintas
escalas espaciales y temporales, así como sus conse-
cuencias en el mantenimiento de la biodiversidad, las
funciones de los ecosistemas y los servicios hacia la
sociedad (Fischer et al., 2015; Liu et al., 2015).
Los equipos interdisciplinarios partirán de marcos
conceptuales sólidos y con prioridades claras en la
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6. Conclusiones generales
búsqueda de los ecosistemas y factores críticos que
asegurarán la sustentabilidad ante los escenarios de
cambio climático futuro y ante las profundas conse-
cuencias de la actividad humana en los ecosistemas
(Steffen et al., 2015), tomando en cuenta los princi-
pales retos que enfrenta el país.
Será fundamental el trabajo en redes de inves-
tigación y el financiamiento de proyectos de gran
envergadura. Esto permitirá además formar una ge-
neración de personas que tomen decisiones y acadé-
micos con habilidades que les permitan contribuir
de manera más eficiente a la atención de las proble-
máticas nacionales. Consideramos que la nueva Red
de Socioecosistemas y Sustentabilidad podrá tener
una importante contribución en esta búsqueda. l
• Steffen, W. et al. 2015. “Planetary boundaries:
guiding human development on a changing planet”.
Science 347 (6223). DOI: 10.1126/science.1259855.
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 Una mirada al conocimiento
de los ecosistemas de México
se terminó de imprimir en junio de 2016,
en los talleres de 1200+.
La edición consta de 100 ejemplares.
Para su composición se utilizaron las tipografías
Whitney diseñada por Jonathan Hoefler
y Minion diseñada por Robert Slimbach.