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3° DR. D
Bibliografía ................................................................................................................ 23
TRABAJO DE INVESTIGACIÓN DE FILOSOFÍA DEL DERECHO
La Teoría Pura del Derecho es una teoría sobre el derecho positivo, que lo que quiere
es excluir del conocimiento orientado hacia el derecho, todos aquellos elementos que
le son extraños, es por ello que el autor afirma que los acontecimientos fácticos
considerados jurídicos tienen dos elementos: el acto perceptible y la significación
jurídica, es decir, la significación que ese acontecimiento tiene para el derecho. Este
acontecimiento logra su sentido jurídico cuando una norma en su contenido se refiere
a él, es decir, cuando el contenido de un suceso fáctico coincide con el contenido de
una norma válida.
Según Kelsen "el derecho es una ordenación normativa del comportamiento humano,
es un sistema de normas que regulan el comportamiento", por lo tanto considera a una
norma como el sentido de un acto con el cual se ordena o permite y en especial se
autoriza un comportamiento. Estas normas son producidas por el órgano legislador,
pero también pueden ser producidas consuetudinariamente, es decir, cuando la
comunidad establece a la costumbre como un hecho productor de derecho reconocido
por el sistema jurídico. Las normas tienen dos características importantes la validez y
la eficacia; mediante la validez designamos la existencia específica de una norma,
mientras que con la eficacia nos referimos a que la norma sea verdaderamente
aplicada y obedecida en los hechos.
Aunque una norma jurídica adquiere su validez incluso antes de su eficacia, es decir,
antes de ser aplicada y obedecida por los miembros de la sociedad; según el autor la
norma necesita un mínimo de efectividad como condición de su validez, pues cuando
una norma permanece sin eficacia durante mucho tiempo deja de ser válida. Es por
este motivo que es necesario que el tiempo y el espacio en que se producen los
acontecimientos estén determinados en el contenido de la norma, pues la norma
siempre vale para un determinado tiempo y espacio, de allí que podemos hablar de
validez espacial y temporal de la norma.
Las normas de un ordenamiento siempre regulan una determinada conducta del
hombre y lo hacen de dos maneras, mediante una regulación positiva, cuando se exige
a un hombre la acción u omisión de determinada conducta, y a través de una
regulación negativa cuando esa conducta no está prohibida por el orden, pero tampoco
está permitida por éste. De esta forma podemos establecer un juicio de valor pues
cuando la conducta fáctica, hecho real existente en el tiempo y en el espacio, es tal
como debe ser conforme a una norma objetivamente válida nos referimos al valor
objetivo, pero cuando existe la relación de un objeto con un deseo o voluntad dirigido
hacia éste estamos hablando del valor subjetivo.
Un orden es un sistema de normas cuya unidad se basa en que todas las normas tiene
el mismo fundamento de validez, que según el autor lo constituye la norma fundante,
de cual se deriva la validez de todas la normas del orden, pues en este presupuesto
se encuentra el último fundamento del orden jurídico.
Un orden normativo constituye un sistema social debido a que está en relación con
otros hombres pues con sus normas regula el comportamiento humano y además
porque la función de todo sistema social es obtener un determinado comportamiento
del hombre sujeto a ese orden, es por ello que la moral y el derecho son considerados
sistemas sociales. En todo sistema social funciona el principio de retribución, según el
cual un determinado comportamiento humano tiene una respuesta que consiste en un
premio o una pena, es decir una sanción. Una determinada conducta sólo puede ser
considerada jurídicamente ordenada cuando el comportamiento opuesto a ella es la
condición de una sanción.
Cuando la sanción deba infligirse aún en contra de la voluntad del afectado y en caso
de oposición, recurrir a la fuerza física, se dice que la sanción es coactiva. Es por ello
que un orden normativo que establece actos de coacción como sanción, reaccionando
contra determinada conducta, es considerado un orden coactivo. Existen dos tipos de
sanciones: las sanciones trascendentes, son las que, según las creencias de los
hombres sujetos a ese orden, provienen de una instancia sobrehumana (Dios); y las
sanciones socialmente inmanentes que son aquellas que se producen en la tierra,
dentro de la sociedad y son ejecutadas por los mismos hombres.
El derecho es un orden coactivo de la conducta humana, pues establece sanciones
cuando la conducta del hombre se opone a lo que establecen las normas, estas
sanciones estatuidas por el orden jurídico son socialmente inmanentes y socialmente
organizadas. Y como el orden jurídico es coactivo, él mismo determina las condiciones
para que ciertos individuos puedan ejercer la coacción física cuando sea necesaria;
protegiendo de esta manera a los individuos sujetos al orden contra el uso de la fuerza
por parte de otros individuos garantizando así la seguridad colectiva.
Desde una perspectiva general, el formalismo constituye una visión del derecho que
afirma enfáticamente que la única fuente de razones justificadoras para un argumento
jurídico es el ordenamiento jurídico positivo. Políticamente, ello implica que los
aspectos sustantivos del derecho como la justicia, no son cuestiones que deba decidir
el juez a través de sentencias, sino que es una tarea exclusiva del legislativo a través
de la promulgación de leyes.
Más allá de esta tesis general, la visión formalista se estructura alrededor de cinco
dogmas fundamentales:
En primer lugar, tenemos la cuestión del carácter científico del derecho y su autonomía
como campo de conocimiento; éste debate, se remite a la histórica disputa entre
jusnaturalistas y positivistas; para los segundos, el objeto de estudio del derecho,
debía recaer, sobre un objeto de estudio real e histórico, que pudiera ser estudiado
con las mismas metodologías que postulaba el positivismo filosófico para los demás
campos. El argumento positivista, una vez se estructuró de forma completa, postuló
que los principios, teorías generales y conceptos del derecho, son conocimiento
científico, en la medida que son fruto de un análisis textualista y lógico formal de los
textos jurídicos que garantiza su objetividad; en esa medida, el derecho es también
autónomo de las demás ciencias, en la medida que es capaz de explicar por sí mismo,
todos los fenómenos que lo componen, que para el caso positivista, no son otros que
las normas jurídicas positivas.
El tercer dogma formalista sostiene que el ordenamiento jurídico positivo ofrece una
solución normativa para todos los casos que se deban resolver, o lo que es lo mismo,
que el ordenamiento jurídico positivo es “completo”. Alchourrón y Bulygin, aclaran que
la idea de la completitud del sistema jurídico es aceptable con un matiz: la afirmación
de que el ordenamiento positivo es capaz de resolver todos los casos que se le
presenten debe entenderse asumiendo que la expresión “todos los casos”, se refiere
únicamente, al universo de casos que el mismo sistema considera como relevantes, y
no a todos los casos posibles. En otras palabras, los autores consideran que el sistema
jurídico escoge del universo de todos los casos posibles, un grupo de casos, los cuales
pasan a ser considerados por el ordenamiento jurídico como relevantes y es respecto
a estos últimos para los cuales el sistema ofrece una solución. Se puede sostener
entonces, que la completitud del ordenamiento jurídico vista desde la lógica formalista,
implica que el fundamento del razonamiento jurídico reside en todos los casos en una
regla jurídica, o lo que es lo mismo, en una razón autoritativa; fruto de este dogma, es
que el formalismo sostiene el conocido axioma según el cual toda norma jurídica es
una norma relevante y toda norma relevante es y sólo puede ser, una norma jurídica
o parte de ella.
En cuarto lugar, encontramos la prohibición para los intérpretes, y en especial para los
jueces, de apartarse en sus análisis de las normas jurídicas, de la voluntad del
legislador. Esto quiere decir, que el juez no puede interpretar la ley más allá del sentido
puramente literal de los textos jurídicos, que son los únicos depositarios fidedignos de
la voluntad de las mayorías expresadas en el congreso. Esta es la idea de fondo, por
ejemplo, de la llamada objeción contra-mayoritaria, según la cual, sería contrario al
sistema democrático republicano, que unos pocos jueces, que no son escogidos en
las urnas, tengan prelación sobre el gobierno y el congreso, para decidir respecto a los
valores fundamentales de una sociedad y respecto a la conveniencia de las políticas
públicas. Así las cosas, se puede afirmar que esta prohibición, es la mejor forma de
garantizar la neutralidad propia del Estado de derecho, que es la que en el fondo,
garantiza la libertad de las personas.
El concepto de sistema utilizado por Luhmann sólo puede entenderse en relación con
un entorno, ya que ambos se constituyen en la medida que el sistema, a través de sus
operaciones, traza un límite que lo distingue de aquello que no está incluido en él (o
sea, el entorno). De esta manera, el sistema no puede operar fuera de sus límites, pero
puede sobrepasarlos para relacionarse con el entorno, generándose una
interdependencia entre sistema y entorno. La diferencia sistema/entorno es el punto
de partida del planteamiento de la teoría de los sistemas de Luhmann.
Comunicación
Sistemas sociales
i. Interacción
ii. Organizacional
iii. Social
1.4 La teoría del Derecho como comunión de reglas primarias y secundarias de
Hart
Quizás sea el Capítulo V del Concepto del Derecho de H.L.A. Hart el núcleo central de
su filosofía del derecho. El Capítulo titulado "El Derecho como unión de reglas
primarias y secundarias" específica que la combinación de reglas primarias (órdenes
o mandatos de carácter general respaldados por una amenaza de sanción producidos
por un soberano o autoridad legítima y habitualmente obedecidos por unos súbditos o
destinatarios- en la definición de Jhon Austin en el "Objeto de la jurisprudencia") que
otorgan deberes, no son las únicas reglas, ya que existen reglas secundarias que
evitan la falta de certeza, de esteticidad y de organización de la fuerza de las reglas
primarias y que otorgan potestades y no deberes. Como se sabe Hart clasifica estas
reglas secundarias en tres tipos:
Tiene como finalidad reconocer las reglas primarias o secundarias que forman parte
del sistema jurídico y que puede ser un catálogo escrito de leyes, las normas que dicte
un soberano (el ejemplo del Rex de Fuller); o las que apruebe un cuerpo legislativo, o
las normas consuetudinarias seguidas conjuntamente o dictadas en una sentencias
por el juez (adjudicadas en términos de Hart) son reconocidas en una determinada
sociedad, es decir que son normas existentes o válidas y deben ser cumplidas. Esta
regla de reconocimiento es la que permite evitar la falta de certeza de las reglas
primarias, ya que se trata de una indicación afirmativa e indiscutible de que se trata de
una regla que debe ser obedecida por el grupo. Dice Hart que, "La existencia de tal
regla de reconocimiento puede asumir una enorme variedad de formas simples o
complejas. Como ocurre en el derecho primitivo de muchas sociedades, ella puede
consistir simplemente en que en un documento escrito o en algún monumento público
[Código de Hammurabi que estaba en una piedra] hay una lista o texto de reglas,
dotado de autoridad (...) En un sistema jurídico desarrollado las reglas de
reconocimiento son, por supuesto, más complejas; en lugar de identificar las reglas
exclusivamente por referencia a un texto o lista, ellas lo hacen por referencia a alguna
característica general poseída por las reglas primarias. Esta puede ser el hecho de
haber sido sancionado por un cuerpo específico [el legislador por ejemplo], o su larga
vigencia consuetudinaria [la costumbre, por ejemplo: criterio objetivo su utilización
reiterada y constante y el criterio subjetivo "opinio necessitatis" o la consideración
general de que se consideran como válidas], o su relación con la las decisiones
judiciales" (pp. 118) que son criterios de identificación que una determinada regla
pertenece a un sistema jurídico.
Remedian el carácter estático de las reglas primarias. La forma más simple de tales
reglas es aquella que faculta a un individuo o cuerpo de personas [legislativo] a
introducir nuevas reglas primarias para la conducción de la vida del grupo, o de alguna
clase de hombres que forman parten de él, y a dejar sin efecto las reglas anteriores.
Dice Hart que tales reglas de cambio y de derogación pueden ser simples o complejas
ya que pueden ser limitadas o ilimitadas y pueden especificar en forma más o menos
rígida el procedimiento a ser seguido para llevar a cabo esta modificación, cambio o
derogación de las reglas primarias (p. 119).
Dan facultades a sujetos privados o públicos para crear reglas. Por ejemplo, las reglas
que facultan a los sujetos privados de contratar, otorgar testamentos o en general
realizar negocios jurídicos y obligaciones. Por otra parte están las reglas que autorizan
o facultan a determinadas autoridades públicas para ejercer alguna potestad como por
ejemplo dictar leyes en un procedimiento debido, en el caso del legislador, o de dictar
una sentencia en el caso del juez. En este último caso Hart establece que el juez
adjudica a través de un proceso una determinada sanción u obligación por medio de
una sentencia. Sobre este tipo de reglas dice Hart: "El tercer complemento del régimen
simple de reglas primarias, usado para remediar la insuficiencia de la presión social
difusa que aquél ejerce, consiste en reglas secundarias que facultan a determinar, en
forma revestida de autoridad, si en una ocasión particular se ha transgredido una regla
primaria. La forma mínima de adjudicación consiste en tales determinaciones, y
llamaremos a las reglas secundarias que confieren potestad de hacerlas 'reglas de
adjudicación'" (p. 120).
1. El derecho norteamericano
Procede básicamente del derecho inglés, se basa en el Common law, tras la guerra
de Secesión, va desapareciendo la impronta del derecho inglés, el Common law
permanece como tradición cultural. Aunque se mantienen unos principios y una
concepción general del derecho que son próximos a la inglesa.
Tras guerra de Secesión, cambia el derecho, las asambleas de los estados legislan el
derecho procesal, penal, etc. Los cambios sociales del siglo XIX obligaron a multiplicar
los textos legislativos. También se hace necesario un sistema jurídico que garantice el
tráfico mercantil y las relaciones entre particulares.
2. Principales representantes
a) Holmes: es pragmatista y lucha contra el formalismo. Rechaza la idea de
derecho natural por ingenua, pues no cree en la existencia de deberes a priori
derivados de la naturaleza, la vida, la moral, la razón, etc. Atribuye mucha
importancia a la historia para conocer el contenido de las normas y su
interpretación.
b) Llewellyn: contesta las tesis de Pound sobre el realismo jurídico. El realismo
como corriente es resultado de una coincidencia de tesis que asocian el derecho
a su dimensión fáctica. Para Llewellyn, las decisiones judiciales se apoyan en
elementos psicológicos o en intereses sociales predominantes y cambiantes. El
derecho es un proceso en continuo movimiento. Esto se debe a la escisión entre
ser y deber-ser, que lleva a aislar a la observación, descripción y relación de las
cosas del aspecto emotivo y de la valoración. Para Llewellyn, existe un derecho
natural para los juristas que consiste en realizar el bien común y la justicia social.
c) Frank: defiende un realismo psicológico. Entiende que el derecho no es regla
ni es seguro, ni es previsible, es lo que realmente hacen los tribunales,
decisiones pasadas que llevan a establecer conjeturas futuras.
d) Cohen considera que el derecho no es sólo lo que los tribunales hacen de
hecho sino también las normas en que se apoya su actividad.
La visión del derecho de los realistas, por sus influencias pragmáticas y conductistas,
supone una ruptura con la tradición jurídica anglosajona mencionada. También se
rompe con los esquemas tradicionales del derecho considerado como norma a la que
es aplicable la lógica.
El derecho es lo que los jueces hacen de hecho al resolver los problemas que se les
plantean. Holmes considera que, el derecho es aquello que harán los tribunales y no
otra cosa, sobre ello se pueden hacer conjeturas.
Para Frank el derecho no es más que el conjunto de las decisiones de los tribunales,
entre las cuales no hay ninguna coherencia, pues los casos y los jueces son diferentes
y estos diferentes como individuos por su esencia, modo de pensar y de actuar. Los
jueces no necesitan premisas normativas, están centrados en el resultado del proceso,
son juristas prácticos.
Llewellyn, presupone un no cognoscitivismo ético, donde la moral y la justicia quedan
fuera del derecho. Considera que el derecho tiene una naturaleza instrumental. El
derecho es un instrumento del gobierno, no tiene consistencia lógica, pero si
consecuencias sociales deseables.
De una parte, el derecho se caracteriza porque no tiene carácter moral. Para Holmes
la moral y el derecho carecen de conexión o relación.
Además, los realistas, desconfían de la deducción jurídica, lo cual está conectado con
la epistemología pragmatista y con el sistema jurídico norteamericano.
Según los realistas, es difícil definir el derecho; el derecho es lo que hacen los jueces,
sin tener una referencia sustancial en las normas, condicionados por factores de
diversa índole, factores psicológicos.
La psicología, nos permite en qué condiciones son resolubles los conflictos sociales
de intereses y, además, se trata de conocer un comportamiento, no de una regla o una
idea; la psicología nos da la motivación oculta de las resoluciones judiciales.
4. La ciencia jurídica
La concepción de la ciencia jurídica por los realistas está muy vinculada a la noción de
derecho como actividad fáctica de los jueces. La concepción de la ciencia jurídica parte
de un rechazo y ataque a la jurisprudencia analítica de Bentham y Austin, parten de la
distinción tajante entre la teoría jurídica y la realidad del derecho. La norma jurídica no
es más que una previsión aproximada acerca del comportamiento futuro de los jueces.
En una ciencia causal, en cuanto se trata de explicar las causas que producen la
decisión judicial y el resultado del proceso, que se entiende como un efecto de una
causa. El efecto es la respuesta del juez, ante el estímulo externo que más que hallarlo
deben producirlo.
Es una ciencia experimental. Para Pound el único modo de investigación es el método
empírico. Consideran que las normas no son los hechos de experiencia, por lo que el
estudio científico del derecho debe salir del campo de las normas, dado que la ciencia
es experimental.
Según Holmes, la idea central es que la vida del derecho no está en la lógica sino en
la experiencia.
Llewellyn es escéptico ante las reglas, el juez primero decide y luego razona su
sentencia trayendo normas a colación, pero con un valor meramente decorativo, sin
que de ellas se haya deducido la solución más que ficticiamente.
Frank, desde su punto de vista la predicción de lo que harán los jueces es poco fiable
por la dificultad de precisar los hechos, cuya prueba es clave en el resultado y hace
que el derecho depende de la actitud de los jueces ante la prueba de los hechos, que
son apreciados discrecionalmente por los jueces o jurados y que condicionan la norma
aplicable.
Los jueces llevan a cabo una apreciación subjetiva de los hechos basada en prejuicios
psicológicos. Los testigos y los jueces no son observadores científicos, con lo que
están sometidos a las mismas equivocaciones que los propios testigos, entender algo
de manera deformada u olvidar detalles.
Consideran innecesarias las teorías, las ideas y las normas, pero de un lado algunas
normas son necesarias en el derecho. Por lo que parece que no se puede prescindir
completamente de las normas, lo cierto es que siempre son precisas algunas normas
o algún modo de distinguir quienes son jueces para determinar su competencia con
carácter previo a su actuación.
Los jueces, desde el punto de vista de los realistas, estarían realizando una actividad
instintiva.
Para prever una resolución judicial es preciso estudiar la psicología, y lo que determine
el comportamiento del juez.
El jurista trabaja sobre hipótesis, de modo que el estudio del derecho se desplaza de
la norma a la predicción, estas predicciones solo permiten establecer comportamiento
que deben observar los ciudadanos para evitar sanciones.
Parece más razonable determinar el derecho desde el punto de vista del hombre
bueno, de aquel que desea cumplir con sus obligaciones. El hombre bueno nunca
podría conocer sus derechos porque no ha pasado ante un tribunal.
c. El problema de conductismo
Por lo que el conductismo no garantiza la libertad social, puesto que solo nos ofrece
conocimiento sobre el proceso manipulador.
d. La concepción instrumental del derecho
Por lo que el realismo norteamericano excluye del estudio del derecho todo lo que no
es derecho judicial.
Habermas observa cómo la interacción social del ser humano pasa de estar basada
en ritos y en lo sagrado a la potencia del signo lingüístico, con la fuerza racional de las
verdades sometidas a crítica. Las estructuras de acción comunicativa orientadas a un
acuerdo se vuelven cada vez más efectivas tanto en la reproducción cultural como en
la interacción social o en la formación de la personalidad.
Estos cuatro supuestos: inteligibilidad, verdad, rectitud y veracidad, son los que forman
la base de validez del habla. Para Habermas, el uso primario del lenguaje sería el
orientar su empleo al entendimiento. El lenguaje busca ayudarnos a comunicarnos, y
para poder comunicarnos son precisos esos cuatro supuestos, y el lenguaje nos
“obliga” a cumplirlos. Los otros usos del lenguaje son parasitarios de este uso ideal.
Podemos usar el lenguaje para engañar, estafar, manipular, etc., pero el que miente
debe hacer creer a los demás que opera bajo el supuesto de veracidad si quiere
conseguir su objetivo, el que dice cosas incongruentes debe convencernos de que no
está loco, y que lo que dice responde a la realidad, el que violenta y problematiza las
normas pone en cuestión el presupuesto de rectitud, etc.
La comunicación real está llena de problemas que impiden estas condiciones ideales
del habla. Existen todo tipo de patologías en la comunicación humana, pero esto no
excluye la necesidad de un modelo de comunicación ideal como referencia, el modelo
que el uso correcto del lenguaje exigiría. Cuando existen perturbaciones en la
comunicación todos tenemos conciencia de que el proceso comunicador está pisando
sobre supuestos no admitidos, de que existe una anomalía. Las expectativas de
normalidad quedan desmentidas si lo que dices es falso, o no eres quién para
decírmelo, o mientes, o no te entiendo, y se produce violencia cuando no se consigue
restablecer la comunicación.
En este punto, cuando no funcionan las bases de validez del habla y se interrumpe el
proceso comunicativo, es cuando para Habermas se hace necesario lo que él llama el
discurso: una forma reflexiva de interacción que se esfuerza en recomponer la
comunicación. Si los supuestos admitidos no son sólidos, hay que buscar un consenso
en una discusión, que sea tal, que garantice la simetría y la igualdad de oportunidades
para los hablantes y donde se puedan aducir los mejores argumentos.
Con esto quiere decir lo siguiente: cuando se produce una situación de incomunicación
y, por tanto, de violencia más o menos encubierta, los hablantes deben crear una
situación ideal de habla en la que cada hablante se olvida de las diferencias de poder,
sexo, edad... y de las normas compartidas, ya que la violencia reinante las ha puesto
en duda, y deben tener así igualdad de oportunidades para expresar los mejores
argumentos que posean para defender su postura. El consenso se produce sobre la
base de la coacción del mejor argumento: si me dejo convencer es porque pretendo
que las razones en las que se asienta mi convicción son igualmente convincentes para
cualquier hablante. El ideal de la razón está inscrito en la interacción lingüística, la
alternativa al diálogo no es otra que la sinrazón y la violencia.
Por todo ello, Habermas establece diferentes tipos de acción en los que interviene la
comunicación. De un lado, distingue entre las acciones que se llevan a cabo en un
contexto social y las que lo hacen en uno no social. Por otro lado, en función del
objetivo que tiene la acción, Habermas establece otro criterio de clasificación. Así
establece tres tipos de acción:
1. https://www.monografias.com/trabajos87/analisis-teoria-pura-del-derecho-
hans-kelsen/analisis-teoria-pura-del-derecho-hans-kelsen.shtml
2. http://politicaconstitucional.blogspot.com/2010/05/una-igualmente-breve-
definicion-del.html
3. https://es.wikipedia.org/wiki/Niklas_Luhmann
4. http://iureamicorum.blogspot.com/2012/10/reglas-primarias-y-reglas-
secundarias.html
5. https://www.studocu.com/es-mx/document/universidad-complutense-
madrid/filosofia-del-derecho/resumenes/tema-3-el-realismo-juridico-
norteamericano/1397553/view
6. https://es.wikipedia.org/wiki/Acci%C3%B3n_comunicativa