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En los últimos años en Colombia se ha presentado una activación social

ascendente, en un contexto de incentivos a la participación y la reivindicación de


derechos, con el impulso particular que significa la expectativa de la paz.
Quienes encarnan esa activación, líderes sociales y defensores de derechos
humanos, enfrentan hoy una serie de factores de riesgo, por lo que sufren la
práctica sistemática de asesinatos y otras agresiones que obligan al Estado a
brindar una respuesta efectiva para la defensa de la vida. Esta respuesta no puede
ser meramente reactiva ni enfocada en las medidas punitivas, sino que tiene que
significar el respaldo decidido a las demandas por las que luchan los y las líderes en
sus territorios: se defiende la vida defendiendo la paz.
Este debate es la exigencia a todas las instituciones del Estado y del nuevo gobierno
en cabeza del Presidente Iván Duque, para que brinden esa respuesta.
• Defensoría del Pueblo: “personas que promueven o procuran cualquier forma de realización
de los derechos humanos y las libertades fundamentales reconocidas a nivel nacional o
internacional. El criterio identificador de quién es considerado defensora o defensor de
derechos humanos es la actividad desarrollada por la persona y no otros factores como el
recibir remuneración por su labor, o el pertenecer a una organización civil o no. El concepto
también es aplicable a los operadores de justicia como defensores del acceso a la justicia de
miles de víctimas de violaciones a sus derechos.”

• La Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas el rol de
los y las líderes y defensores de derechos humanos es fundamental en la sociedad, pues son
quienes promueven y protegen los derechos fundamentales de los sectores más débiles,
llevando la vocería frente a problemáticas tan diversas como los riesgos para el derecho a la
vida y la seguridad personal, la alimentación y el agua potable, la salud, la tierra, la educación
y la lucha contra la discriminación, entre otras.
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• Según las cifras de Defensoría del Pueblo, 23 de las personas asesinadas en su condición de líderes sociales

son mujeres. Esta cifra es 61 según INDEPAZ.


• “En el caso de las mujeres líderes, los ataques contra ellas revisten especial gravedad, pues
además buscan humillarlas y generar un escarmiento frente a la comunidad, al atentar contra su integridad
física y psicológica, conculcando su derecho al honor, intimidad y pudor, a través de violaciones y atropellos
sexuales contra ellas, sus hijas u otras mujeres de su entorno familiar.” Defensoría del Pueblo.

• Además de asesinatos se han presentado otras agresiones como amenazas y hostigamientos directos
contra ellos, sus familias o las organizaciones de las que hacen parte. A ello se suman estigmatizaciones,
calumnias, vigilancia y seguimientos ilegales, hurto de información, violación y allanamiento ilegal a sus
domicilios y oficinas, torturas, lesiones personales, detenciones arbitrarias y persecución judicial. Prácticas
coronadas en muchos casos con la desaparición y el homicidio.
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Por los antecedentes en Colombia y a nivel internacional, por la persistencia
de factores de riesgo reconocidos en territorios como los asesinados a las
Circunscripciones Especiales de paz, puede decirse que el riesgo contra los
líderes sociales ha sido previsible, y en ese sentido, el nuevo gobierno debe
asumir la obligación especial de protección.

¿Cómo? La naturaleza del problema ha demandado la existencia de una


política de protección integral, que se estipuló en el Acuerdo Final para la
Terminación del Conflicto, y cuyos avances se expresan en Decreto ley 154 de
2017 que creó la Comisión Nacional de Garantías de Seguridad, el Decreto
Ley 895 del 29 de mayo de 2017 como el Sistema Integral de Seguridad para
el Ejercicio de la Política (SISEP), 40 decretos ordinarios y 36 decretos leyes
• La Unidad Nacional de Protección, aunque tramitó 6.094 solicitudes de protección
en 2017, aún no adecúa sus procesos de tal forma que las medidas tengan enfoque
diferencial, procesos de participación con las poblaciones afectadas, pertinencia
territorial y medidas oportunas y adecuadas a la gravedad de los casos.
• La Comisión Intersectorial para la Respuesta Rápida a las Alertas Tempranas
(CIPRAT) no ha hecho públicas sus recomendaciones (Art. 20 Decreto 2124), lo que
no permite involucrar a las comunidades en las decisiones sobre su protección, ni la
participación suficiente para la veeduría, monitoreo y seguimiento de las mismas.
• Pacto político nacional del Acuerdo de Paz no se ha firmado ni ejecutado.
• No se ha avanzado en el Programa de Reconciliación, Convivencia y Prevención de
la estigmatización, a cargo del Consejo Nacional de Paz.
• Aún no se concreta el “Programa de Reconciliación, Convivencia y Prevención de la
estigmatización” a cargo del Consejo Nacional de Paz.
• La Fiscalía sólo reconoce 178 casos basándose en informes de la OACNUDH, sobre
los que ha informa haber avanzado en 49, 43% de esclarecimiento.
• Las judicializaciones por amenazas son casi nulas (Defensoría).
• La Corte Penal Internacional admite el concepto de sistematicidad “entendida como la repetición
no accidental de conductas similares” Aunque no se han revelado evidencias de un plan
centralizado, existe una sistematicidad, referida a la existencia de un patrón de crímenes.

• Como afirma el informe Semestral de 2017 del Observatorio de Restitución y regulación de derechos
de propiedad Agraria al que pertenece Francisco Gutiérrez Sanín, está demostrado que los ataques a
líderes sociales ocurren de manera reiterada, metódica, regular, con una tendencia a aumentar y
no a disminuir, y que la no existencia de prueba sobre un único plan central no implica descartar la
existencia de planes en contextos geográficos específicos. Así, la sistematicidad, es innegable.
• De la negación de la sistematicidad se desprende una respuesta
reactiva, ni preventiva ni integral.
• Las investigaciones en clave de sicariato se convierten en un factor de
impunidad.
• Los anuncios de una nueva política pública del Presidente Iván Duque,
desconocen lo avanzado, y pueden desviar el problema: los líderes
sociales se definen por sus luchas y son esas las que tienen que ser
garantizadas y acompañadas como parte del proceso de construcción
de paz.
• 1. ¿Va a reconocer el gobierno los avances en la política de protección, continuando con la
ruta trazada como política pública y fortaleciéndola con la participación y la perspectiva local
y comunitaria?
• 2. ¿Se compromete el gobierno con el reconocimiento de la sistematicidad de los ataques a
líderes sociales y defensores de ddhh, aceptando los parámetros de la Corte Penal
Internacional?
• 3.¿Cuál es el plan que se ejecutará para el avance de las investigaciones, sobre todo, con la
individualización de los determinadores que están detrás de estos hechos, así como de
quiénes ejecutan las amenazas?
• 4. ¿Qué medidas se han emprendido desde el 7 de agosto para cese de la estigamatización y
castigo correspondiente a los funcionarios que la ejerzan?
• 5. ¿El compromiso del gobierno Nacional y del Presidente Iván Duque con la garantía de los
derechos que están siendo reivindicados por los y las líderes sociales en sus territorios, lo
que implica un compromiso de integralidad con la implementación del Acuerdo para la
terminación del conflicto, la implementación de los PDET y los pactos de sustitución
voluntaria de cultivos ilícitos?
Fuentes de información:
• Defensoría del Pueblo, “Informe Especial de riesgo: Violencia y amenazas contra los líderes sociales y los
defensores de derechos humanos”, 30 de marzo de 2017, Bogotá, Colombia.
• Defensoría del Pueblo, “Alerta Temprana N° 026 de 2018”.
• Indepaz, Marcha Patriótica, Cumbre Agraria. VIII Informe Especial de Derechos Humanos. Situación de lideresas
y líderes sociales, de defensoras y defensores de derechos humanos, y de excombatientes de las FARC-EP y sus
familias. Publicado por la Fundación Henrich Boll Stiftung. Junio de 2018.
• INDEPAZ. Unidad investigativa. Asesinato de líderes sociales y defensores de derechos humanos. Categorías,
Patrones y determinantes.
• Fundación Paz y Reconciliación. Informe. ¿Cómo va la paz?. Julio de 2017.
• Gobierno de Colombia. Consejería Presidencial de Seguridad. Informe: Garantías de seguridad: un año de
implementación. Magín comunicaciones, Bogotá 2018.
• GUTIÉRREZ, Francisco; MARÍN, Margarita, CARRANZA, Francy. Reporte semestral Observarorio de Restitución y
regulación de derechos de propiedad Agraria. Dinámicas del asesinato de líderes rurales. 2017.
• Procuraduría General de la Nación. Informe Violencia Sistemática contra defensores de derechos territoriales en
Colombia. Instituto de Estudios del Ministerio Público. Abril 2018.

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