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22 EDUARDO KINNEN Y LA ANTROPOLOGIA MARXISTA 1, INTRODUCCION Hubo un tiempo en que al re~ verso de la Biblia se lo Hamaba “El capital", Era su antfpoda violenta, su negaci6n terminante, Era el tiempo en que la traccién avapor renovaba el milagro del movimiento y la técnica indus- trial ultimaba sus preparativos para estampar su impronta en la sensibilidad del desconcertado habitante de las ciudades euro peas de 1a segunda mitad del si- glo XIX. Era, en fin, el tiempo ‘en que se apagaban, por anticua- dos, los ecos finales de ese sin- gular modo de ser moderno que fue el byronianismo y otro canto, simultneamente Aspero y dulce, era entonado por Baudelaire pa- ra anunciar el advenimiento de una sensibilidad mueva: la del hombre occidental que descubrfa dolorosamente, que no era idén- tico a sf mismo. SANTIAGO E, KOVA, ‘Vino despues el tiempoen que Jas polaridades ortodoxas perdie- ron partidarios. Elafio1914 ylos cuatro siguientes le enseflaron al nieto de aquel hombre que al ver nacer la técnica 1a identificara con el progreso, que é1 no era un ser previsible y que no podfa se- guir siendo impunemente un inge- muo abanderado del optimismo compteano, No fueron pocos los que, al- terados, retomaron en esos dfas Ja lectura de las inquietantes pa- ginas de "El capital", buscando un camino mds realista para evi- denciar la grandeza del que fuera creado "a imagen y semejanza de Dios". V asf leg el octubre ru- sode 1917, Dieciséis afios des- pués, Hitler sonrefa serena, a- plomadamente, al pueblo alemén desde un elevado palco del pala cio de gobierno, En 1945 el mie- do yla locura volvieron a destro- 2 zar al hombre en Hiroshima, Ya entonces "El capital” era, indis- cutiblemente, un libro popular; tanpopular comola Biblia, Fren- te a frente, 0 lado a lado -segin quién mire- Marx y los viejos reyes, profetas y apéstoles in- crepaban y alentaban a las multi- tudes, No tuvo que pasar dema~ siado tiempo para que los prime- ros exploradores del diflogo ten- dieran puentes te6ricos entre una y otra obra. En 1956 ocurri6lo de Cuba y Latinoamérica pestafle6 sorpren- dida, Enunade las comisuras de su boca se insinuéuna sonrisa. Enla otra, un rictus de severa preocupacién, Expresiones co- mo "cristianismo de izquierda", “socialismo cristiano", "comu- nismo cristiano" dejaron de es- candalizar a los puristas de la i- deologfa y comenzarona testimo- niar realidades esenciales del mundo contemporfineo, Enla dé- cada actual, "revoluci6n" se con- virti6-por un lado- en una de las palabras mas prestigiosas del Iéxico occidental, tanto de de- recha como de izquierda; y por otro, enuna de las necesidades mfs acuciantes de las poblacio- nes de continentes enteros, Los lectores mas Idcidos de la Biblia -los humanistas-, se empefiaron a fondo en el diflogo con Marx, Los lectores mas Id- cidos de "El capital" -los huma~ nistas-, aceptaron cautelosa pe~ ro sinceramente el diflogo con el tefsmo. Del empefio puesto por enriquecer oste encuentro nacic - ron, en los ditimos diez afios , muchfsimas obras; algunas de e~ Mas de fundamental importancia : El humanismo social de Marx", por ejemplo, del padre Eduardo Kinnen, profesor de la Universi- dad Cat6lica de Santiago de Chi- le. a) Nuestro trabajo est4 consa~ grado al andlisis de esa obra, a Ja que corsideramos un valioso aporte del pensamiento latinoa- mericano a la cultura occidental. En su libro, Kinnen realiza un exhaustivo examen del siste- ma de Carlos Marx, pero enten- demos que es particularmente su estudio de la antropologfa mar- xista el que contiene los princi- pales valores creativos y el que define 1a orientacion conceptual de todo el ensayo, Por eso con- centramos en él nuestra atenci6n. ()) Ed. Andrés Bello, 1969, San- tiago, Chile, Ik LAANTROPOLOGIA MAR- ‘XISTA. Para Eduardo Kinnen las te~ sis fundamentales de la antropo- Jogfa marxista son dos, De a~ cuerdo con la primera, el hom~ bre es un ser "natural" y, en e~ ga medida, alguien radicalmente distinto de ese ser "no-objetivo" del que hablara Hegel. Conforme a lasegunda, el hombre es un ger natural humano", Io cual implica el reconocimiento, por parte del autor de los "Manuseri- tos", de los aspectos "positivos" de la dialéctica hegeliana, si bien en Marx tales aspectos estén siempre referidos al "hombre concreto, real, objetivo y so- cial". El hombre como ser natural in- mediato. En tanto ser natural, el hombre presenta dos aspectos: el inme~ diato y el mediato. EI aspecto inmediato se traduce de dos ma- neras: activa y pasivamente, El hombre es un "ser natural acti- vo" en cuanto esta dotado, segin palabras de Marx, de "fuerzas naturales, de fuerzas vitales" que se manifiestan en la forma de "capacidades, instintos, dis- Posiciones"'. Tales fuerzas son, 4B simulténeamente, las que confie- ren alhombre su condiciénde ser objetivo 0 sea alguien que s6lo puede ""manifestar su vida en ob- jetos reales, sensuales". Uno de los propésitos centra- les de Marx al elaborar esta in— terpretacién del hombre como "ser natural activo" es rechazar, por Io abstracto de su indole, la antropologfa hegeliana, A la vez quiere demostrar, como recuer- da Kinnen, que el hombre est integrado a ianaturaleza y que, en alguna medida, al igual que los animales, es expresién de las "fuerzas de 1a naturaleza". Por ello es que el escritor chile~ no encuentra que lade Marx es una "concepeiéa vitalista bésica’” con significativos puntos de con- tacto con el vitalismo moderno, Como éste, 1a antropologfa mar- xista subraya el hecho de que el hombre "sale de 1a naturaleza". Por eso Marx se empefia cons- tantemente en afirmar que el hombre no es, primordialmente, “pensamiento, sino un conjunto de fuerzas vitales que actan ob- jetivamente" y que, como acer - tadamente puntualiza Kinnen, no se limitan "adesarrollar una me- ra subjetividad’. Pero la naturalidad del hom- bre implica, adem4s, una faceta “pasiva", El hombre, del mis- mo modo que el animal yla plan- ta, es un ser condicionado y li- mitado, "Los tobjetost de sus instintos existen fuera de 61, co- mo objetos independientes; pero estos objetos son objetos de su tnecesidad', objetos indispensa- bles para la activaci6n y confir- macién de sus fuerzas esencia~ les", Es decir que el hombre es, en este sentido, un ser depen- diente de 1a naturaleza, ala que debe recurrir indefectiblemente para satisfacerse. "El hombre en cuanto ser objetivo sensual ~anota Marx- es, por tanto, un ser 'pasivo!,"” Kinnen insiste en la impor- tancia que tuvo para el pensa- miento antropol6gico y filos6fico ulterior el que Marx haya Hama- do la atencién sobre la condicion pasiva que implica, parcialmen- te, la "naturalidad” del hombre, Por lo demi, éste es otro ras- go que distingue al hombre del que nos habla Marx del "sujeto puro" al que alude Hegel en su sistema, En sfntesis: para el autor de "EI capital" pasividad y actividad se hallan correlacionadas en el hombre y configuran, juntas, la condicién objetiva del mismo. El hombre como ser natural_me- diato. No por inscribir al hombre en la naturaleza y evidenciar su rela~ cio de dependencia con ella, Marx ha querido homologarlo a las plantas y animales. Los ele~ ‘mentos que distinguen al hombre son los que configuran su aspecto natural "mediato" y los que, al mismo tiempo, lo definen como “ser natural humano". Ellos son: la libertad, 1a conciencia y la historicidad. Enel hombre la conciencia se manifiesta como aute-concien- cia. Por su parte, 1a libertad, a diferencia de lo que ocurre en Hegel, no es unacalidad abstrac- ta. Las palabras de Kinnen al respecto son sumamente preci- sas ya que dice quela libertad es un atributo humano "'profundamen- te arraigado en la naturaleza misma, (que) se conquista mAs cada dfa y en cada 6poca histori- ca, por la dominacién cada vez mfs absoluta de la naturaleza", — Por diltimo y por sobre todo, ‘el hombre es un ser hist6rico. ¥ loes de un modo totalmente distinto al de cualquier otro ser vivo, puesto que tiene conciencia Ge ello. Kinnen recuerda que el concepto de "historicidad” ser4 ‘uno de los m&s importantes para el materialismo dialéctico y el pensamiento comunista, ya que implica que "el hombre y la so- ciedad humana se estin haciendo, autorrealizando, a través del proceso hist6rico, con una con- eiencia cada vez més clara". Hay unafrase de Marx al respec- toque es rotunda: "La historia es la verdadera historia natural del hombre". Lahistoria como proceso dialé No es posible alcanzar una com- prensi6n cabal de la antropologta marxista sino se entiende debi- damente su interpretacién de la historia, Para explicarla, Kin- nen concentra su enfoque en el fen6meno de la "alienacién". Para Marx, la alienacién “es un principio motor y genera~ dor" en 1a vida humana, La au- togeneracién del hombre es di- nfmica y procesual e implica la existencia y supresién de la alie~ nacion. Se trata de un "devenir” 4s dialéctico que no se restringe a la interdependencia entre el hom- bre y la naturaleza. En él, la “negatividad" descubierta por He- gel cumple una funci6n central. La negatividad 0 alienaci6n esté constituida por diversas fa~ ses, a cada una de las cuales co- rresponde una sfntesis superado- ra, Al ser autoconsciente, el hombre es capaz de "conservar"" lo positivo que entrafia cada una de esas sfntesis, y de tal manera logra crear un patrimonio viven- cial o hist6rico que tiende a enri- quecerse alolargode la experien~ ciagenéricadelahumanidad, Pa- ra Marx, entonces, la historia es, en Giltima instancia, un pro- ceso de desalienaci6n progresiva que se manifiesta ~hasta el mo- mento de la implantacién de la sociedad comunista- comounpro- ceso de alienaci6n creciente. Segin Kinnen, 1a "filosoffa social de Marx encuentra sucon- dici6n de posibilidad enla aplica cién y desarrollo de estos con- ceptos antropol6gicos. El trabajo. La relacién del hombre con 1a naturaleza no consiste apenas en la pasividad del primero con res- pecto ala segunda. Esa relacién tiene también una vertiente acti- va. Para Marx el"ser genérico" del hombre, es decir, "el ser autoconsciente, inteligente y bre y, ala vez, el ser ‘auténti- camente social'," se manifiesta esencialmente en la vida produc- tiva, "La producei6n préctica de un mundo objetivo, 1a transfor- maci6n de 1a naturaleza inorg4- nica-escribe Marx-es la confir- macién del hombre en cuanto ser gentrico consciente"| De allf la importancia que tiene la concep cién del trabajo en la antropolo~ gfa del autor estudiado por Kin- nen, El trabajo es el modo que tiene el hombre de relacionarse activamente con la naturaleza y el recurso medular de que dispo- he para expresar, encauzar y reconocer su humanismo, Vale decir entonces que, segin Marx, el hombre realiza su "ser gené- rico” a través del trabajo crea- dor ya que é1 constituye, en diti- ma instancia, el modo por exce~ lencia delevar a cabolasupera- ci6n de 1a enajenacion, El instrumento de trab: Antropol6gicamente hablando, el instrumento de trabajo tiene una importancia tan grande como la que incumbe al trabajo mismo. Marx afirma que el "objetodirec- to” del cual se aduefia el trabaja~ dor no es el objeto sino el medio de trabajo, EI instrumento, en consecuencia, aparece en el pen samiento de Marx como una pro- longaci6n de los medios orgéni- cos mediante los cuales el traba~ jador cumple su tarea, Ello im- plica que el hombre se incorpora a la naturaleza e incorpora la na~ turaleza a sf mismo a través del medio de trabajo. Pero el valor y lasignificacion antropolégica del instrumento no se agotan en su cardcter de miembro_prolon- gador delorganismohumano. Pa- ra Eduardo Kinnen, Marx viocla~ ramente que elusode herramien- tas 0 instrumentos de trabajo es inherente al ser humano. Para 61, como para Benjamfn Fran- Klin, el hombre es "'a toolmaking animal", El intercambio dialéc- tico entre la naturaleza y el hom- bre a través de 1a utilizaci6n de instrumentos, alent6 el perfeccio- namientoconstante de los mis- mos, haciendo posible 1a apari- cién de la compleja y eficiente maquinaria de la industria mo- ‘derna que, como expresa Kinnen, fncluye "la mfquina més origi- ‘palmente humana: la mfquina~ jerramienta, o se la mfiquina que produce otras mfquinas" Por otra parte, a medida que el trabajo, desde el punto de vista tecnico, por lo menos, se fue convirtiendo en una actividad grupal, el trabajador autosufi- ciente, desde el artesano hasta elobrero, se vio desplazado por Ia maquinaria, hastadesaparecer casi totalmente, Es evidente pues que la maquinaria no s6lo golucioné problemas de produc- eign, sino que también creé nue~ vas formas de organizacién labo- ral. Alignaci6n y existenci Para Carlos Marx el desarrollo integral de 1a personalidad indi- vidual s6lo puede alcanzarse en la sociedad comunista. De igual modo, 1a alienaci6n slo quedaré definitivamente superada con 1a instauracién de esa misma socie- dad, Vale decir entonces que 1a sociedad integrada por personas auténticas es, simultineamente, la sociedad que ha suprimido de rafz la enajenacién econémico- social, Inversamente, donde im- eran regfmenes econ6mico-so- ciales alienantes, los individuos a no serfn personas, igualmente alienados. sino seres Eseribe Kinnen que, confor- me a lo expuesto por Marx en su "'Tercer Manifiesto", capftulo ti- tulado "Propiedad privada y co- munismo", 1a relacién social ba~ sica es la que se establece entre elhombreyla mujer. Asimismo, en consonancia con lo expuesto en dichotexto, 1a enajenacién so- cial se manifiesta también pri- meramente, "o por lo menos jun- tamente con Ia alienaci6n ligada ala propiedaé privada", en la de~ gradacion de la mujer que pasa a ser considerada como propiedad” del hombre. La enajenacién que el hom- bre padece amanos del hombre es otra de las manifestaciones de la alienaci6n social. Ella es sin- tomética en los regfmenes socio- econémicos posteriores a la co- munidad primitiva de 1a tribu: el esclavista, el feudalista y, por iltimo, el capitalista en sus di- versas formas "que se basan, si- guiendo a Kinnen, en 1a explota~ cion de los asalariados, los cua~ les tarde o temprano caen en el estado de"proletarios", manifes- tacién maxima de 1a enajenacién del trabajo", Todas las otras expresiones dela alienaci6n social: la religio~ sa, la polfticojurfdica, 1a filos6- fica y la moral, no son -para la doctrina marxista~ m&s que va~ riantes supraestructurales de u- na enajenaci6n de fondo: 1a eco- nomica, ‘Marx reconoce explfcitamen- te que dicha alienacién esun pro- ceso inevitable y hasta cierto punto necesario. Pero también afirma quela alienacién es la ne- gacién del humanismo. Por eso, Ia realizaci6n del hombre y de la sociedad exigen 1a abolicién de las condiciones de explotact6n que enajenan Ia existencia huma- na, Unicamente asf el hombre podra Iegar a desarrollar sus potencialidades. Como es sabi- do, en el pensamiento de Marx, la enajenacién se elimina me- diante un largo proceso de lucha de clases cuya culminaci6n es el derrocamiento de 1a burguesfa por las fuerzas revolucionarias del proletariado yla administra- cin equitativa de los medios de producci6r. "El comunismo -sostiene Marx- en cuanto su- presi6n positiva de la propiedad privada y, con eso, de la autoe- najenacién humana, y por lotan- to, en cuanto verdadera apropia- ci6n del ser humano por y para el hombre, es (...) igual al hu- manismo (...) e¢ 1a verdadera solucién del conflicto entre el hombre por una parte, y 1a natu- raleza y el hombre por otra, (la soluci6n del conflicto) entre indi- viduo y especie. (E1 comunismo) es el enigma solucionado de la historia y se sabe como esta so- lucion". Ill. EVALUACION DE LA AN- TROPOLOGIA MARXISTA. La evaluaciénde 1a antropo- logfa marxista que realiza Kin- nen en su obra destaca tanto los aspectos fecundos de la misma, como las limitaciones que posee, a juicio del pensador chileno, A- porta también una serie de pro- puestas conceptuales con las cua- les intenta resolver algunas de las contradicciones medulares del sistema marxista, De ellas nos ocuparemos en 1a parte final de este trabajo. Aspectos positiv: ! Kinnen comienza por reconocer que Marx, al rechezar la filosoffa hegeliana y la metaffsica tradi- cional por considerarlas cosmo- visions que se desarrollaron do espaldas al hombre hist6rico, no neg6, sin embargo, la necesidad 50 de una auténtica filosoffa, es de- cir de una meditacién sisteméti- ca sobre Ia existencia conereta del hombre, Afirma, asimismo, que el valor de 1a antropologta marxista consiste en su original y exhaustiva descripeién y de muneia de Ia alienacién econ6mi- co-social, "Toda su antropolo~ gfa no es sino un grito y una exi- gencia ética para la constituci6n de un régimen econémico-social justo, de una sociedad en la cual su ideal de hombre podrfa reali ~ zarse", Reconoce queni Marx ni En~ gels negaron, como pretenden muchos, los valores y las fuer zas_espirituales ni su real inci~ dencia en el proceso historico. No por ello Kinnen deja de admi- tir que "no han sacado todas las consecuencias de esta verdad a~ ceptada por lo menos implfcita mente, ni tampoco hayan alcan- zado a integrar 1a misma a su concepeién general”. Atendiendo ahora a otro as~ pecto de la antropologta analiza~ da, el personalismo moderno tendrfa, segin Kinnen, varios puntos de contacto conel marxis~ mo. Uno de ellos estarfa dado por el rechazo comin de la me~ taffsica, Marxismo y persona- lismo coineiden en 1a necesidad de que todo enfoque reflexivo so- bre el hombre arranque "de la existencia humana personal como hecho primario". Otro punto de confluencia serfa el considerar indispensable 1a integracién de los diversos aspectos de 1a per- sona"'sin partir de una definicion preconcebida, sino basandose en el anflisis de los hechos". Per- sonalismo y marxismo, ademis, reconocenla necesidad del "‘com= promiso en Ia aceién social. Transcribamos a Kinnen: "Marx es personalista no s6lo porque de hecho admite una con- cepcién semejante ala del perso- nalismocontemporfneo, sino por que defiende conscientemente los valores de la persona humana, dentro de suideal social". El lo- gro de la libertad y el desarrollo total de las potencialidades crea doras de cada uno y de todos es, en las palabras de Kinnen, "el motor principal del programa re- volucionario. marxista", “lo cual implica, a juicio del profesor chileno, el respeto hacia el pro- jimo en su calidad de ser humano, "La tculturat, afirma Marx, exi- ge que el otro se necesite en cuanto hombre, por su valor per- sonal, para que haya comunica- ciény, en general, relaciones personales entre los hombres, y no relaciones dictadas por el in~ terés egofsta". Dice Kinnen al respecto que aunque el ide6logo del comunismo no especifique de qué tipo es la "necesidad” del o- tro encuanto hombre, resulta ob- vio que esa sola expresién -"el otro en cuanto hombre"- esté in- dicando que Marx pensaba "en todas las formas de relaciones auténticamente personales, que sean de amistad, de amor, de necesidad corporal oespiritual 0 de colaboracién en cualquier for- ma del trabajo humano", La idea de la solidaridad, subraya Kin- nen, est4 presente en toda la an- tropologfa marxista, Por diltimo, muestro autor recuerda que para Marx "la dimensién espiritual de lapersona humana s6lo vaa exis- tir, 0 por lo menos existir en su plenitud, en la Gltima fase del comunismo”. Qbjeciones, Considera Kinnen que el perso- nalismo marxista olvida que el hombre pleno no es un producto exclusivo de variables socioeco- némicas favorables, sino tam- bién de 1a amistad, el amor y Ia fomunicacién que son elementos _“eonstitutivos de la persona hu- a i st Por otra parte, el catedré- tico chileno entiende que 1a tesis marxista que identifica al hombre individual cor. el social y hace coincidir los intereses particula~ res con los generales, subordina excesivamente el individuo a la colectividad, "'Asf se explicarfa el colectivismo vigente enlos re- gimenes comunistas". Kinnen cree que Marx, le~ vado por su affin de aleanzar una sfntesis conciliadora entre indi- viduo y sociedad, postul6, indi- rectamente, 1a abolicin de "la tension entre los dos factores , tensi6n que pedrfa ser més bien la condici6n misma del progreso individual a la vez que social”, Perola crftica medular apun- taal atefsmo del fundador de la Internacional. Marx, enteramen- te consagrado, en opinién de Kin- nen, a la bisqueda de los cami- nos que pudieran conducir hacia la transformacin de la realidad inmediata, no advirtié "que el pensamiento bstracto, si vahas- ta las Gltimas consecuencias, plantea inevitablemente la cues- ti6n de la Creacin, o de un Ser Supremo, Valor Absoluto". Kinnen dice que si no admi~ timos algin valor absoluto, el 52 mundo resulta inevitablemente absurdo. Marx, al igual que los tefstas, entiende que el mundo tiene sentido y que, por lo tanto, hay una jerarqufa de valores (inferiores y superiores, incluso de tdesvalorest)", Consecuente- mente, el autor de "El capital” admite un absoluto, El hecho de que para Marx la historia tenga un sentido, le permite aKinnen inferir que, pa- ra el primero, por sobre "el hombre individual y social hay un Ser Supremo, un Valor Abso- Tuto que garantiza el sentido de la historia humana, que es el fundamento Gltimo de la jerar- qufa de valores y de la perma- nencia de ciertos valores supe- riores". Kinnen redondea su planteo afirmando que.Marx, en lugar de haber demostrado que la cuesti6n de la Creacién y de Dios es "abstract" y por ello, "superada e indtil", — reconocié implfcitamente "la existencia de un Absoluto que da sentido al mundo, al hombre y a sus valo- res", Kinnen no aleanza a expli- carse qué fundamento puede te~ ner la lucha, tan ardorosamente propugnada por Marx, en pro de ‘un mundo mAs justiciero, "'si to- do es sin sentido". El autor de "El humanismo social de Marx" se esfuerza a continuacién por demostrar que la tesis segtin la cual la religién es una manifestaci6n supraestruc~ tural alienante de una existencia infraestructuralmente alienada, es errénea. Comienza, empero, por re~ conocer que 1a conciencia de sus limitaciones y de su impotencia, es decir, de su enajenaci6n, pue~ den influir para que el hombre propenda hacia una actitud reli- giosa, Kinnen lega, incluso, a aceptar como parcialmente cier- ta la erftica que Marx y sus par- tidarios hacen a la religion al concebirla como "una causa de la enajenacién, porque trata de perpetuar 1a miseria del pueblo". Anota Kinnen que "en todas las religiones (hay), en mayor 0 me~ nor grado, una actitud de teva~ sion! frente a los problemas del mundo, lo que es, sin duda, una causa de enajenacién, porque trae como consecuencia la resig- naci6n, la falta de espfritu de lu- cha contra las injusticias ya fal- ta de esfuerzos para superar los problemas individuales y socia- les", Lo que Kinnen rechaza de plano es latesis dela enajenaci6n religiosa tal como la entiende el marxismo, Su postuladoesencial al respecto es el de que "la cre- encia en Dios y Ia fe religiosa son de por sf independientes de Ja situaci6n de enajenacién en 1a cual se puede encontrar el hom- bre". Para demostrarlocomien- za por afirmar que la religién es un "hecho natural"; es decir que asfcomo el hombre es un "ani- \mal social", asf también es un "animal religioso". Para el marxismo, recuerda, los pue- blos primitivos no estaban alie- nados. No se explica entonces c6mo-si la religi6n resulta de la alienaci6n- esos pueblos pudieron ser religiosos. Este argumento le permite reiterar que la reli- gi6n no es un producto 0 conse- cuencia de 1a enajenacién socio- econémica, sino que es el resul- tado de "anhelos que nacen de 1a existencia humana misma". Con estas Giltimas palabras Kinnen se refiere a una interpretacién dela religin, 0 mejor dicho de su o- rigen, segin la cual el mismo serfa consecuencia de una "alie- nacién radical" del hombre, o sea de una forma de enajenaci6n aun ms profunda que 1a socio- econémica, Allf nacerfa el sen- 33 timiento religioso. "Bien puede ser que el hombre como tal, y no en cuanto proletario 0 miembro, en cualquier escala, de la socie~ dad burguesa, se encuentre hasta cierto punto enajenado en suexis- teneia misma." Kinnennoolvida, por lo demas, que ésta es una in- terpretaci6n del existencialismo moderno, deudor -todo él- de las tesis que al respecto enunciara Martin Heidegger, a quien, por otra parte, Kinnen menosprecia a nuestro entender injustamente. El pensamiento existencialis- ta contempordneo afirma, como es sabido, que la alienacién onto- logica est dada por 1a "finitud’’ © sea por el carfcter contingente de la vida humana. "Si la aliena- cion -prosigue Kinnen- consiste enque el hombre no se siente completamente 'en su casa’, sino como un ser fextrafio!, en el sen~ tido etimol6gico, porque no se posee completamente (la limita~ cién le es impuesta por un poder tajeno!) se puede considerar la finitud existencial del hombre co- mo una especie de alienaci6n 'metaffsica’, 1a cual no tiene su ‘causa en ningtin régimen econé- mico, sinoen el ser mismo, y que por esta raz6n no podré nun ca ser superada totalmente”, sa Kinnen considera asimismo que 1a conciencia de 1a finitud es inherente al sentimiento religio~ soy est en Ia rafz de Ia idea de Dios, tanto en el hombre primi- tivo como en los representantes delas corrientes tefstas de avan- zada, Solamente en este sentido el escritor chileno admite que la religiéntiene su causa en la ena~ Jenacién y destaca que asf conce- bida ella nada tiene que ver con Ja formulacion marxista, Para Eduardo Kinnen Ia re~ ligién no s6lo no es alienante, si- no que es "el (inico medio de su- perar” la enajenaci6n ontologica. Tal superacién consistirfa en 1a relacién amorosa con Dios, “fuente de toda vida y de todo poder" y (nica manera de evitar la cafda en la desesperacion a que leva 1a admisi6n del absur- dismo, cuya "soluci6n logica se- rfa el suicidio colectivodela hu- manidad", Ast interpretada, la rela~ cién con Dios, lejos de implicar una restriccién enla libertad hu- mana, estarfa evidenciando un fortalecimiento y una asuncién plena de esa libertad, Basfndo- se en este planteo, Kinnen con- sidera errénea la interpretacién dada por el marxismo al afirmar que 1a "dependencia" de un Crea~ dor significa la negaci6n de Ia li- bertad del hombre. Marx, que sostuviera esta idea, encontraba enella larazén legitimadora de su atefsmo, Ahora bien: al nore conocer incompatibilidad alguna entre tefsmo y libertad humana, Kinnen encuentra factible 1a con- ciliaci6n entre marxismo y tefs- mo. Con ello no se niege "la ne~ cesidad de transformacién social exigida por Marx para que su i- deal de la libertad sea accesible realmente a todos los hombres. Lo finico que se afirma es que la idea de Dios y el tefsmo no se o- ponen de ninguna manera al ideal marxista de libertad", En lo que atafie a la mencio- nada coneiliacién entre tefsmo ymarxismo, Kinnen dice que 1a misma puede hacerse evidente siempre que se logre demostrar, ademfs, que no hay "una corres- pondencia total entre infraestruc- tura y superestructura, de tal modo que al modificarse la prime- ra cambia indefectiblemente la segunda", Esto viene a prop6sito del enunciado marxista segin el cual Ia religiGn, en tanto "ideolo~ gfa", integra la superestructura de las sociedades consideradas imperfectes. Recuerda Kinnen que en su epistemologfa Marx admite una “produceién espiritual" que se caracteriza por ser relativamen- te auténoma de 1a "produccién material". Agrega que "en la exposicién mAs detalladadel ma- terialismo hist6rico" tanto Marx como Engels reconocen 1a exis- tencia de "ideologfas indepen - dientes". "Si asf fuera, prosi- gue Kinnen, se podrfa admitir, afin dentro del materialismo his torico, laexistencia de una 'ideo- logfa religiosa’ independiente, en loesencial, de las diversas infraestructuras." Es m&s: a juicio de Kinnen, ni el hombre, entendido comoser genéricoper- fecto, ni la sociedad comunista perfecta, son reacios, de suyo, ala nocin de Dios. "Pensamos, al contrario, que la exigen como su fundamento Gltimo y su fin supremo." IV. CONCLUSIONES. Es indudable que el gran a~ porte del padre Eduardo Kinnen consiste en haber advertido que Ja falla esencial de 1a antropolo- gfa marxista radica en su insen- sibilidad hacia 1a dimensi6n on tolégica dela existencia humana. El desconocimiento de una alie~ nacién trascendental afecta se- 35 riamente el alcance epistemol6- gico de esa antropologfa, aunque en nada invalida, como reconoce elmismo Kinnen, los aciertos descriptivos de Marx en lo rela~ tivo al nivel econémico-social. Igualmente meritoria nos parece la tesis que retrotrae al plano ontolégico el origen del sentimiento religioso. En cam- bio no compartimos las erfticas de Kinnen al personalismo mar- xista y a su "filosoffa social". Consideramos sumamente in- teligente, més allf de 1a aparen- te paradoja que implica, seftalar que toda 1a antropologfa marxis- ta se nutre en un ideal absoluto, Por eso no resulta distorsionan- te referirse, como lo hace el pa dre Kinnen, aun "tefsmomarxis- ta", aun cuando no debemos to- mar esta expresién ensu sentido literal. La erftica al personalismo mar- Afirma Kinnen que Marx no ha-~ brfa advertido que el hombre pleno por €! anhelado nosdlo se~ rfael resultado, como ya diji- mos, de variables econémicas favorables, sino también de "las relaciones de amistad y de amor 56 (que) son constitutivas de la per- sona humana", Nosotros pensamos que lo que Marx dice es que el amor y la amistad, en tanto elementos constitutivos dela "persona", no se pueden manifestar en su ple- nitud (0 sea no pueden ser un es~ tilo de vida) en una sociedad cuya condici6n misma de posibilidad es Ia negacién de la persona. Mientras subsista una estructura socio-econémicamente enajenada, las relaciones de amor y amis- tad no podrén "objetivarse", ge- néricamente hablando, en su to- tal magnitud, Dichomfs simple mente: mientras un hombre, pa~ ra vivir, necesite explotar a o- tro hombre, laamistad yel amor serfn, en el mejor de los casos, expresiones dedeseo, nunca "he~ chos sociales", lo que en Marx significa "plenas experiencias personales concretas", El pro- pio Kinnen parecerfa aceptarlo al escribir que cuando Marx se refiere ala " 'necesidad' del o- tro en cuanto hombre" est pen~ sando “en todas las formas de relaciones auténticamente perso- nales, que sean de amistad, de amor, de necesidad corporal 0 espiritual o de colaboracién en cualquier forma del trabajo hu- mano", También reconoce Kin~ nen que todas estas manifestacio- nes de solidaridad humana se lo- gran, para Marx, "a través de las diverses fases sucesivas del comunisme'. Esto incluye, en el plano sociel, "el respeto de cada uno para con 1a personalidad del otro, o simplemente, el respeto para su calidad de hombre". La erftica a Ja filosoffa social. Segfin Kinnen "el colectivismo vi-~ gente en los regfmenes comunis~ tas" encontrarfa su explicaci6n, © por lo menos su fundamentacién tebrica, en Ia tesis marxista que homologa al hombre individual con el social. Si nos atenemos estrictamente alas formulaciones de Marx, la sociedad comunista, en su etapa propiamente madura, es.una sociedad de "personas" . Las "personas", que no son nun- ca los opacos habitantes de las sociedades alienadas, tienen con- ciencia individual y responsabili- dad social, La existencia de una implica lade la otra, Asf, para dojicamente, parece admitirlo Kinnen al decir: "El ideal de 1a libertad y de pleno desarrollo de todos y de cada uno es el motor principal del programa revoli- cionario marxista". También es Kinnen el autor de esta frase: "Marx es personalista no s6lo Porque, de hecho, admite una concepcién semejante a la del personalismo, sino porque de- fiende conscientemente 10s valo~ res de la persona humana, den- tro de su ideal social". Es decir que, por un lado, Kinnen subra- ya el humanismo de Marx, reco- nociendo que una de sus preocu- paciones fundamentales, cuando no la fundamental, es "el pleno desarrollo de todos y de cada u- no"; y por otro lado, Ie atribuye la nefasta paternidad del colecti- vismo pretendidamente “comu~ nista”, El colectivismo esté tan le~ jos del pensamiento marxistaco- mo lo estf el individualismo, Mfs que secreci6n de la filosoffa social de Marx hay que entender al colectivismo como la atrofia de sus objetivos fundamentales. Que los abanderados del colecti- vismo se autorrotulen marxistas no basta para que les creamos, Y si les creemos, peor para no- sotros. También el nacional- socialismo se postul6 mfs de u- na vez como "humanismo" y na- die, por ello, atribuy6 a Erasmo de Rotterdam la paternidad del nazismo. La critica al_atefsmo marxista. Coincidimos con Kinnen: Marx acepta un absoluto, Pero ese ab- 37 soluto es 1a persona, el "ser ge- nérico" realizado; no es Dios en el sentido usual. Kinnen, sinem- bargo, cree compartir con Marx Ja misma nocitn de lo absoluto. Hay, es cierto, algunas coinci- dencias aparentes. Comoel Dios de Kinnen, el hombre "histOrico" de Marx es perfecto. Pero se trata de perfecciones sutilmente diferentes. Para Kinnen el Ser Supremo es transhist6rico. Pa- ra Marx, alguien esencialmente temporal. Ser perfecto en Marx significa haber trascendido todas Jas formas deenajenacitn econ6- mico-social. Para Kinnen, en cambio, implica haber superado, por medio dela religi6n, 1a alie-~ naci6n ontolégica ademas de las contradicciones hist6ricas, Ve~ mos, entonces, que en el planteo marxista, la libertad es una aven- tura cuyo protagonista exclusivo es el hombre, En cambio para Kinnen hay dos protagonistas: el hombre y Dios. Latesis de Marx se agota en el tiempo. La de Kinnen exige un ingrediente més: la eternidad. Marx es ateo por- ‘que cree en un ser humano "his- tOricamente" perfecto, Kinnen es tefsta porque 1a superacion de Ja alienacién econtmico-soctal no le basta, Bl sabe que el hom- bre esté ontolSgicamente aliena- do en la medida que es un ser fi- 38 nito, y aspira a lograr también Ja superaci6n de esta forma de enajenaci6n que Marx parece ha~ ber olvidado, para nodecir nega- do. Pero Tlevado por su vision del problema, Kinnen, tras afir- mar que "se puede considerar la finitud existencial del hombre co- ‘mo una especie de alienacién me- taffsica, la cual no tiene su cau- sa en ningtin régimen econ6mico, sino en el ser mismo, ty que por esta Taz6n no podré nunca ser superada totalmente", dice en otro momento: "En este sentido -y solo en €l- admitimos que la religi6n tiene su causa enla ena Jenaci6n (se refiere ala enajena- ‘ci6n ontol6gica). (...) Ademfs, en esta interpretaci6n la religion no es alienacién, 'sino el Gnico medio de superarla', en la rela~ cién amorosa con el Ser Supre- mo". Como es evidente, no hay conciliaci6n posible entre estas dos argumentaciones, como ocu- rre siempre "que se quiere al- canzar la alienaci6ncero" (2). No obstante, para legar a demos- trar la posibilidad de esa conci- Mavién, Kinnen sustiene que el {2) José Isaacson, "El poetaenla Sociedad de masas", Ed, Ameri- calee, 1969, Bs. As. tefsmo no implica 1a anulacion ~como pretendié Marx- de la li- bertad humana, Inversamente, Kinnen ve en eltefsmola "unica" posibilidad de alcanzarla total- mente mediante la superaci6n, 2 través de la religién, de la alie~ naci6n ontol6gica. Felizmente, mfs all dela contundencia de ta~ les afirmaciones, podemos adver- tir que el padre Kinnen "no est seguro" de que laenajenacién on- tol6gica sea superable. Implfcita- mente esto significa que tampoco esti seguro de que el hombre pueda Iegar a ser libre ontol6gi- camente hablando, como puede serlo socio-econémicamente. EI sentimientoreligioso-que es una vivencia legftima y cons- titutiva de Ia sensibilidad huma- na- implicauna estremecida pre- gunta ontelogica, cuya respuesta nada ni nedie asegura que poda- mos encontrar. Amuestrojuicio, el hombre es un ser ontolégica- mente desvalide, Por eso su existenciz, como ya dijo Unamu- no, es "trégica’. Compartimos con el padre Kinnen la afforanza de una respuesta a la pregunta que interroga por el fundamento del ser.

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