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Historia
Coca-Cola Perú es la filial de la Compañía en el país. Las primeras botellas de Coca-Cola llegaron
a Perú hace 80 años estableciéndose definitivamente en el país. Junto con Argentina, Bolivia,
Paraguay, Chile y Uruguay, Coca-Cola Perú conforma la Unidad de Negocios Sur de América
Latina.
El Sistema Coca-Cola en el país está integrado por Coca-Cola Perú, con sede en Lima, y su socio
embotellador Arca Continental Lindley. Son ellos quienes producen, envasan, distribuyen y
comercializan todo el portafolio de marcas de la familia Coca-Cola.
El Sistema Coca-Cola en Perú cuenta con 8 plantas de producción en puntos estratégicos del país
como Lima, Trujillo, Iquitos, Cusco y Arequipa. Trabajamos conjunto en los ámbitos técnico,
calidad y medio ambiente, así como en la definición de las líneas generales del negocio como el
lanzamiento de nuevos productos, marketing, publicidad y comunicación.
Misión
Inspirar momentos de optimismo a través de nuestras marcas y acciones, para crear valor y dejar
nuestra huella en cada uno de los lugares en los que operamos.
Visión
Utilidades: Maximizar el retorno a los accionistas, sin perder de vista la totalidad de nuestras
responsabilidades.
Gente: Ser un excelente lugar para trabajar, en donde nuestro personal se inspire para dar lo
mejor de sí.
Portafolio de Productos: Ofrecer al mundo una cartera de marcas de bebidas que se anticipan y
satisfacen los deseos y las necesidades de las personas.
Planeta: Ser un ciudadano global, responsable, que hace su aporte para un mundo mejor.
Valores
Lamentablemente la compañía de Coca Cola al hacer el análisis del porque estaban bajando sus
ventas, sólo se dedicó en buscar un factor que influye en la decisión de la compra de un
producto, y es el sabor. La hacer esto no se puso en pensar de lo que en verdad la gente esperaba
de la bebida Coca-Cola, los que ellos veían en esta gaseosa era un emblema nacional con el cual
habían pasado muchos momentos agradables, tal es el caso de la generación de los
Baby Boomers
Baby Boomers, y si lo que quería Coca Cola era atraer nuevos clientes hubiera lanzado este
nuevo producto sin perjudicar los clientes leales. Lo que paso con Coca Cola le pudo haber
pasado ha cualquier empresa que no tenga bien en claro hacia qué mercado meta va ha producir
un producto para satisfacer sus necesidades
Inca Kola
HISTORIA:
La historia de la Corporación José R. Lindley S.A. (CJRL) empieza en el año 1910 cuando
el matrimonio británico conformado por Don José R. Lindley y Doña Martha Stoppanie de
Lindley llega al Perú y se establece en el Distrito del Rímac, en un pequeño terreno de 200 m 2
ubicado en el Jirón Cajamarca 371 fue donde la familia Lindley inició sus actividades en
forma manual y con una producción promedio de una botella por minuto. Posteriormente se
fueron introduciendo innovaciones dentro de la empresa que llevaron a engrandecer el rubro
de bebidas a través de cambios como el del antiguo sistema de tapa e corcho o tapa de bola por
la tapa corona. En este terreno fundan una empresa para elaborar y procesar bebidas
gasificadas a la cual nombran Fábrica de Aguas Gasificadas Santa Rosa.
Ya en 1918, la Familia Lindley adquirió la primera máquina semiautomática, lo que permitió
aumentar el promedio de producción de una unidad por minuto a un promedio fue donde la
familia Lindley inició sus actividades en forma manual y con una producción promedio de una
botella por minuto. Posteriormente se fueron introduciendo innovaciones dentro de
la empresa que llevaron a engrandecer el rubro de bebidas a través de cambios como el del
antiguo sistema de tapa e corcho o tapa de bola por la tapa corona. De quince botellas por
minutos
En 1928 la empresa familiar se transforma en la sociedad anónima José R. Lindley e Hijos S.A. y
en el año 1935 , con motivo del Cuarto Centenario de la fundación de la ciudad de Lima, se lanza
al mercado el producto INCA KOLA, con la frase: "Inca Kola solo hay una y no se parece a
ninguna".
MISION:
Satisfacer a nuestros consumidores en todas sus ocasiones de consumo de bebidas,
creando valor de manera sostenida para nuestros accionistas
Produciendo y distribuyendo eficientemente bebidas de la más alta calidad
y seguridad alimentaría;
Potenciando el desarrollo y bienestar de nuestro personal;
Promoviendo el desarrollo de nuestros proveedores, distribuidores y clientes;
Fortaleciendo el vínculo con la comunidad, en nuestro rol de ciudadano
responsable".
El Martes 28 de Enero del 2014 debería ser la fecha de más triste recordación por toda la
comunidad de Marketing del Perú, pues marcó la partida de Don Johnny Lindley Taboada, hijo
del visionario creador de Inca Kola , Don Isaac Lindley, y gestor del éxito impresionante que
marcó la trayectoria de una marca que hoy por hoy no solo es un ícono nacional, sino que
encarna de manera nítida el concepto de lovemark que acuñó Kevin Roberts.
Hoy en día casi todos sabemos que Inca Kola se asoció con su ex – acérrimo competidor, Coca
Cola en 1999, pero pocos saben que una empresa de la envergadura de Coca Cola en sus
operaciones alrededor del mundo, difícilmente establece alianzas estratégicas o asociaciones
con otras marcas competidoras, casi por default simplemente las compra en condiciones de
propiedad absoluta.
¿Qué fortaleza tuvo Inca Kola en su momento que Coca Cola planteó una asociación
estratégica?, ¿qué tan fuerte tiene que haber sido su capacidad de negociación para que una
empresa que en valores de 1999 no representaba ni el 0.0001% de los niveles de facturación
que ostentaba Coca Cola en el mundo le fuera tan atractiva?. Es evidente que hay algo que
hemos olvidado o sencillamente no conocemos, un elemento que hizo que Goliat se sentara a
conversar con David, y hasta pagara la cuenta del almuerzo. Esta es la historia del mayor éxito
de Marketing peruano de la historia.
Entre 1992 y 1995 el mercado peruano, como la mayoría de países en el mundo, era escenario
de la ancestral batalla campal entre los gigantes del mercado de bebidas gasificadas: Coca Cola
y Pepsi Cola , que se disputaban el liderazgo del mercado chapa a chapa, mientras que Inca Kola,
un pequeño actor local por aquel entonces, miraba desde su tribuna la pelea de gigantes,
buscando una oportunidad.
Eran tiempos de guerra abierta, tiempos de batallas sin cuartel, desde la campaña global del
Reto Pepsi que se inició en 1975 ambas marcas se convirtieron en paradigma de competencia
total, era impresionante ver como intermitentemente o Pepsi Cola o Coca Cola lanzaban al
mercado nuevas presentaciones, productos y marcas, y apenas una lo hacía, en un lapso no
mayor a 30 días la otra marca lanzaba el mismo y otro adicional con alguna variante. La lógica
subyacente era: “Tú haces algo, y yo haré lo mismo e incluso algo mejor de inmediato…”.
Competitividad pura y dura.
Llegado a este punto, llamamos a escena al Maestro Akio Morita, presidente fundador de Sony
Corp., para que nos ilumine con su concepto, propio, personal, de competitividad: “La
competitividad, en su sentido último, es el grado en que un producto atrae a los consumidores”.
Este concepto sin embargo fue desestimado en el fragor de la guerra y los chapazos que se
repartían entre Pepsi y Coca Cola, el fervor por los botellazos y el market share primaron y
ambas marcas se desangraban en una guerra donde periódicamente nos caía a los consumidores
promociones, descuentos, canjes y otros de los que obviamente no renegábamos.
Una primera evidencia relevante de cómo ambas marcas perdieron de vista al consumidor por
enfrascarse en hacerle daño – económico obviamente – a su rival, fue el lanzamiento por parte
de Pepsi Cola de Mirinda Limonada, producto que encontró su correlato en la introducción de
Simba Limón de Coca Cola , productos / marcas que no gozaron de aceptación y que hoy en día
es imposible de encontrar en el mercado. Este bache en la estrategia de tan gigantescas
empresas representaba una señal de alerta, una haz de luz en la oscuridad, una rendija en el
muro que hizo que Don Johnny Lindley, timonel de Inca Kola , se acomode en el asiento de su
tribuna, echara el cuerpo hacia adelante y mientras apoyaba el mentón en una mano levantara
una ceja preguntándose: “¿Será posible….?”.
Mientras, en el campo de batalla el fracaso de ambos lanzamientos generó una especie de
empate técnico, mantuvo el statu quo, ninguna de ambas marcas podía afirmar haberle ganado
a la otra así que los escenarios de la guerra se diversificaron rápidamente: se lanzó la botella de
litro no retornable y/o retornable, se lanzaron tamaños que por aquel entonces eran
inexistentes, de un litro ½, de 2 litros, de 2 ¼ litros.
Hasta que llegó el día “D”. Sería faltar a la verdad si afirmamos que el primero en lanzarla fue
Coca Cola o Pepsi Cola , nuestra memoria no ha grabado la secuencia, pero lo cierto es que una
de estas marcas lanzó al mercado la primera botella de medio litro de la historia, a la que
obviamente, la otra lanzó la suya propia de inmediato, siguiendo la tradición histórica hasta
aquel momento, en formato de botella de vidrio con tapa corona.
Y la epifanía llegó. Don Jonnhy Lindley Taboada saltó de su asiento en la tribuna gritando
“Eureka” y desapareció de la arena disparado por la puerta de servicio, acto que pasó totalmente
desapercibido por Coca Cola y Pepsi Cola que estaban concentrados en su última disputa por el
medio litro. La reunión con su Comando Técnico de Marketing, la definición del Mariscal de
Campo, la fijación de la estrategia de flanqueo y la determinación del prototipo del producto
son acciones de las cuales solamente Corporación Lindley puede dar testimonio, pero en este
Blog recogemos y rendimos un agradecido homenaje al nacimiento del mejor caso de Marketing
de la historia del Perú: el lanzamiento del medio litro con yapa de Inca Kola , el nacimiento de
“la gordita”.
La oportunidad era simple y clara: el peruano promedio no toma una gaseosa sola,
generalmente la acompaña con alimentos sólidos que pueden ir desde su almuerzo hasta
galletas o empanadas, y considerando que las gaseosas, por su propia naturaleza, generan
sensación de saciedad prontamente, para un peruano promedio es imposible terminar de tomar
medio litro de gaseosa + lo que esté comiendo, lo que hace o que abandone un poco en la
botella, o trate de taparla de nuevo para terminarla más tarde, pero al usar tapa corona, la
gaseosa pierde el gas y con ello cambia el sabor. Por una o por otra, el consumidor salía
perdiendo.
¿Qué hizo Inca Kola ® bajo la batuta de Johnny Lindley?, desarrolló la primera tapa rosca de
plástico de la historia, la que se anunciaba en la publicidad televisiva como “Tapa quitapón, pon,
pon, pon” reforzando el mensaje: “Te tomas un poquito aquí, te tomas un poquito allá, y la llevas
donde quieras”. El consumidor ya no tenía por qué perder su compra de gaseosa.
Un segundo elemento genialmente explotado fue “la yapa”, tan peruana como el cebiche, la
pachamanca, la chicha morada o la chicha de jora, pasó desapercibida por las grandes
transnacionales Coca Cola y Pepsi Cola pero fue brillantemente capitalizada por Lindley, siendo
que en 1995 la registró como Marca Comercial en INDECOPI: “Medio Litro con Yapa”.
Y la genialidad mayor fue la forma de la botella: la gordita. En Mercadeando S.A. hemos hecho
cientos de pruebas con este formato, y el 99.5% de peruanos la llama “La Gordita”, los
consumidores que se refieren a ella como “gorda” son casi inexistentes, en cambio cuando se
referían a las botellas de medio litro de las grandes marcas, simplemente decían “es flaca”. Los
peruanos somos románticos por excelencia, baste escuchar los boleros que se cantan a voz en
cuello en los bares de Lima o las letras de los huaynos de nuestra sierra. “La Gordita”, se nos
escapa el cariño, el amor. SI encuentras a alguien que le dice “La Gorda” a esta botella, 20 a 1
que no es peruano.
El resto es historia conocida. A partir de esta estrategia, Inca Kola tomó el liderazgo de bebidas
gaseosas en el mercado peruano desplazando a las gigantescas 02 marcas rivales, situación que
por aquel entonces era inédita a nivel mundial: solo existía un país en el mundo en el cual la
marca líder del mercado de gaseosas no era ni Coca Cola ni Pepsi Cola.
Evidentemente, Coca Cola que no está donde está por casualidad, demostró mayores y mejores
reflejos acercándose diligentemente a Lindley en una jugada estratégica que terminó
desplazando a Pepsi al lugar que ostenta hoy en día.
La muerte de Don Johnny Lindley Taboada marca la partida de quién fue el gestor del máximo
éxito de Marketing de un producto peruano: haberle ganado la pulseada a 02 de las más grandes
empresas del mundo no es algo de lo que cualquiera de nosotros se pueda vanagloriar; de
hecho, es algo que pocas personas del mundo pueden poner en su curriculum.
AJE, UNA EMPRESA MULTINACIONAL LÍDER DE
BEBIDAS
QUIÉNES SOMOS
MISIÓN
VISIÓN
“Ser la marca de bebidas de mayor preferencia para el consumo a través de una organización
ligera, solida, comprometida y productiva, ofreciendo el mayor valor en producto y siendo
líderes en costos”
Kola Real inició sus operaciones en el año 1988 en la ciudad de Ayacucho, una provincia peruana
que fue duramente castigada por la violencia terrorista hasta mediados de los 90s. La familia
Añaños, propietaria de la empresa, financió su primera planta embotelladora artesanal, a través
de un pequeño crédito y capital propio. La empresa inició sus operaciones con 15 trabajadores
y 30 mil dólares de capital inicial. La apuesta fue arriesgada, pues competir en un mercado
dominado por transnacionales, en una ciudad sitiada por el terrorismo y con una población
mayoritariamente pobre era un verdadero reto.
Ante el éxito inicial de sus operaciones, deciden expandirse gradualmente hacia otras provincias
del interior del país.
Con el ingreso a Lima en el año 1997, se contribuyó al crecimiento explosivo del mercado de
bebidas gaseosas en el Perú. El consumo per cápita creció de 21,9 a 46,2 litros anuales entre los
años 1996 y el 2004. Esto demuestra que había muchos segmentos desatendidos, que no podían
pagar los precios establecidos por las embotelladoras transnacionales cuyos canales de
distribución no atendían regularmente a todas las provincias y distritos del Perú. Los principales
beneficiados con la expansión de Kola Real han sido los clientes, pues el precio de las gaseosas
ha disminuido en 40% en los últimos 10 años en el Perú.
Una vez consolidada la presencia de Kola Real en el Perú, se inició la expansión internacional. La
internacionalización le ha permitido a la corporación, ser menos vulnerable ante un ataque de
las embotelladoras globales.
El primer país de destino fue Venezuela el año 1999, donde ahora tiene el 16% del mercado.
Posteriormente ingresaron a Ecuador, México, Costa Rica, Guatemala y en el año 2006 a
Tailandia.
El mercado mexicano es el más importante de Ajegroup, allí vende alrededor de 350 millones
de dólares anualmente, y tiene el 6% del mercado. Cabe resaltar que este es el segundo mercado
de refrescos a nivel mundial y el mercado internacional más importante de Coca Cola. Ante el
ingreso de Los Añaños con un producto 30% más barato, Coca Cola inició una dura campaña
para frenar su crecimiento. Ofrecieron premios a los comerciantes que no vendían Big Cola (la
bebida comercializada por Los Añaños en México), personal de Coca Cola revisaba regularmente
que en las neveras entregadas por la transnacional no se tengan otras bebidas y otorgaba
premios e incentivos extras por la venta de sus productos. El año 2002, la Comisión Federal de
Competencia de México (CFC) ordenó a Coca Cola, el líder del mercado, que flexibilice su
estrategia de comercialización para las tiendas minoristas. En noviembre de 2005, luego de casi
dos años y medio de investigación, la CFC impuso una multa por 157 millones de pesos a Coca-
Cola, tras haber comprobado la comisión de prácticas monopólicas en contra de Big Cola.
Actualmente la empresa tiene 15 plantas en el Perú, Ecuador, Venezuela, México, Costa Rica,
Guatemala y Tailandia; y da empleo a más de 8 mil trabajadores. El grupo Añaños facturó
alrededor de 700 millones de dólares el año 2005.
El éxito de la empresa se asienta en su capacidad para desarrollar una estructura organizativa
pequeña y flexible, que diseña e implementar estrategias congruentes con su objetivo de llegar
a los mercados donde están las personas de los niveles socioeconómicos más bajos con un
producto de calidad a un precio menor que el de los competidores. La innovación constante en
procesos ha sido fundamental, pues han modificado las prácticas tradicionalmente utilizadas en
el sector para la distribución, el manejo de inventarios, la fidelización de canales, el diseño de
los productos y las estrategias publicitarias; lo que les ha permitido reducir costos y trasladar
esos ahorros a sus clientes.
El Grupo Añaños maneja una estrategia de costos bajos que le permite vender las bebidas a
precios menores que las multinacionales, ampliando el mercado y atendiendo la demanda de
segmentos bajos interesados en adquirir productos más baratos. Para ser líderes en costos han
sido muy austeros en sus gastos de publicidad, no pagan regalías por la utilización de marcas,
no han invertido en desarrollar redes de distribución propias y en los últimos años han
construido plantas que tienen tecnología de punta con costos unitarios menores. Este liderazgo
en costos le ha permitido resistir la competencia y las guerras de precios desarrolladas por las
embotelladoras internacionales.
La corporación entiende que su objetivo no es ser líder en los mercados en los que participa,
sino generar ganancias que le permitan seguir creciendo. Es decir, luego de alcanzar cierta
participación en una región, prefieren crecer en otros mercados, ya que entienden que
conseguir mayor participación de mercado los obligaría a hacer inversiones publicitarias
millonarias que destruirían su principal ventaja competitiva, la de ser líderes en costos.
La Empresa ha creado la Fundación Eduardo y Mirtha Añaños que ayuda a los sectores
desfavorecidos (su grupo objetivo) a través de donaciones de infraestructura educativa,
promoción de la educación, atención de salud gratuita y programas que promueven la
formalización de los microempresarios. La fundación tiene numerosos convenios con entidades
gubernamentales y organizaciones de la sociedad civil.