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El mal aliento, o halitosis, puede ser un gran problema. El mal aliento es causado por bacterias que
producen olor que pueden crecer en la boca. Cuando no te cepillas ni usas el hilo dental de manera
regular, las bacterias se acumulan en trozos de alimentos que quedaron en tu boca y entre los dientes.
Los componentes de azufre liberados por estas bacterias provocan mal aliento.
Fuera de las quemaduras locales que puede producir ingerir alimentos a temperaturas excesivamente
altas (lesiones en la lengua, paladar o faringe), no hay certeza de que exista otro tipo de daño.
La primera zona afectada cuando llevamos un alimento caliente en exceso a nuestra boca son las
membranas bucales, que se verán más afectadas e inflamadas cuanto más caliente esté el plato
degustado. Esto a la larga puede llevar a la aparición de una úlcera u otros problemas gástricos que
pueden llegar a revestir gravedad.
Cepilla tu lengua
Entre estas funciones se cuenta la lubricación de las mucosas de la cavidad oral (lengua, paladar,
encías, etc.), las cuales deben mantenerse húmedas a fin de evitar lesiones y ulceraciones.
Por otra parte, la saliva tiene ciertas propiedades antisépticas que permiten controlar el tipo y
cantidad de bacterias que habitan en la boca.