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IMA N © EN AMERICA LATINA 5 que Sélo me falta dejar dicho que: del romanticismo —interés: yue su parentela euro que le sirve de se contradecian al intentar definir ef Este ha sido ef calvario y la plaga © de los ariticos que se han propuesto su estudio © Pero, est visto, nadie resiste a tentacién. Muchas de las facetas y tendencias de esta etapa Titerarfa, Barto reconocidas en textos y anélisis, son sin emibargo principios indispensables todavia para com adentrarse en cf romanticismo. Ya en nuestros tiem pos supone un lugar comin decir que e} romanti | Dsnanateide(Cobahtiiesenlehhavesis " cismo europes, y naturalmente también el latinos. |S Hhbera Wha 1189: lefas Wbanar espe Aunque Jos romanticos latinoamericanos hi ‘bebido el primer alimento en las proposiciones rou- ssonianas, su pensamiento se fue transformando en resonancia con Ja atronante realidad continental que, tanto en el plano practico como en el espit § tual, configuraba el nacimiento de la identidad ame- ricana. El primario enfrentamiento entre -peninsw- - Jar y criollor traslad6 sus trincheras hacia pugnas ‘ . ao 9 extranjere por convertir a América ent “negcolon 9a. sapizaciones de ls sectores ~ te que rompe con las ataduras coloniales y. se ee sorbe en su_empeno de progreso _y. libertad, lav tendencia fundamental de la narrativa romantica de América Latina, a sabiendas 0 no tanto, estuvo™ dirigida a revelar la ‘realidad del Nuevo Mundo, en. Proporcién adecuada con el Hamado de la natura - leza y otros topicos predilectos de los romanticos, donde no iba a faltar y en grandes dosis, elyamor EL mensaje literario, sustentado por la ideologia que representaba la clase dominante, Ia naciente bisrguesia, se dirigia a promover y a acreditar su Practica social: el, jiberalismo;ytavincorporacisit'de De hecho, estaban sentadas las bases para dis- tanciarse de los postulados wertherianos, En Euro- = Pa, la principal postura anti del roméntico se Brodujo contra Ia embestida capitalista y su cha — 0 I fiomia. seus eapeia el. monopo ital s6stenide’ de Ja Tolesia, permitia tla ilusion: hidalga y desviaba 1a oposi para. él. hombre paca Sao: s de sigios de coloniaje -y opresién, “su.quehacer: histérico per vas repiiblicas, ta. abolic guerras civiles y sus secuelas, el equilibrio econ: ‘ico entre la ciudad y el campo, las pugnas establecer las reformas liberales, que encaminal _a América, sin la menor duda, hacia relaciones ¢2 pitalistas. El romantico latinoamericano no tuvo horror al capitalismo, sino al ayer colonial, Sit mi- rada estaba puesta en la reconstruccién de cada pais en aras del progres econémico. Por ello se propuso apuntalar culturalmente Jaeoncienciande i le losvconflictos=deswtiempowafirman la. sustancial diferencia entre el proyecto de nuestros romanti cos y sus venerables padres de Francia, Espaia, Inglaterra y Alemania. n ‘ovelistico, No puede olvidarse él secular atraso de p fesrendia a una sociedad en dilatado aus ico, elites. atrasada e ignorante, © Las contradicciones entre él hombre abstracto! y el hombre concreto se agudizaban y acunaban si pe- “tuliar signo en América: no hubo fuga, sino toma de. conciencia, América, Latina, es una. Sus fronteras nacieron = de una imposicién de Ia colonia. A pesar del frac- 1 Sefiala Mirta Aguirre en su excelente ensayo sobre e! ‘impucstas a ese Yo, en el hombre concreto, por um real “instante histérica~ _F1 romanticisme de Rousseau a Vielor Hugo, La Haba- ‘na, Instituto Cubano del libro, 1973, pag 2 = cuales colocaba a sus protagonistas-individuos, coma Ja ambientacién: histérico-conereta del espacio. Sus tasgos politicos y sociales se hart definido por estos constantes antagonism: lid ideolégica tuvo, como es légico, su efect sobre el movimiento literario conocido como. fo manticismo. Juito a ello, existen areas _perfecta-« mente diferenciadas que toman sus matices de wn pasado prehispanico o de las influencias culturales incorporadas después de la Conquista, y también por el desenvolvimiento interno de cada una de las tiaciones qué integran el gran bloque mericano. La literatura especifica de cada pais con- firma sus singularidades creativas y, a Ta vez, ‘evela undnime caricter de época. El romanticismo es buena muestra. . Con fines propiamente didacticos y. sin aspa- vientos docentistas, es posible legar a dirimir la presencia de tres grupos generacionales dentro de Ja narrativa roméntica. El término de generacién | puede usarse, con cautela, y siempre subordinads a la médula de os procesos histéricos; pero, sin > > dudas, es una buena forma de encasillamiento. nominacién, sano. vicio a que son tan dados tos ‘ritices y los. profesores. Por ello ¢s que aqui no se resiste tampoco a tentacién de dividir a Ja novelistica romantica 12- tinoamericana en jonas. de coetanei dad. Tn petamr OOF terns 310 i. 8 ices a Yrs Goee ona capa Por un criterio inyeterado se acos- wentar con mas frecuencia la lirica omantica Tatinoamericana, donde’ el plato fue ade- mas de grande, suculento; sin embargo. los tet Fasgabed social esti registrados ena narrativa, La independencia lingiistica a que aspiraron los 25 jefes intelectuales del movimiento cuajé, de mane- «Ta ms rdpida y concluyente, en la prosa. Al calor [de las tendencias que legaban del Viejo Mundo y 55 de las. inguictudes nuevas que traia aparejado. el “hecho de Ia independencia, no solamente conquists esplendor el querido sino © que hizo por primera vez su aparicién tomé extraordinrio impulso la wiipndiote neta que habia tenido su glorioso punto de partida con Jas obras del mexicano José: Joaquin Fernandez de Lizardi; se erecié el periodismo. y navegaron en abundancia los libros de viajes; cobraron vida, al vapor de las polémicas, los volimenes de ensayos _ que sentarian pauta durante el siglo XIX; y, por no dejar de cumplir el rito de la originalidad, se inven- 4 imiento y desarrollo. por: fin, después de. prohibiciones rales, “se asentaria ya. definitivam de los grandes géneros americanos. habia sido facil. reada, desde sus principios, por la int (de las autoridades espaiolas en. sendas” y bajo el absurdo pretexto del temor a ‘que los indigenas las confundieran con la Biblia, se ordené que ni se trajesen ni se imprimiesen. Pero ya se sabe el clasico resultadgsstas ordenes del rey se vulneraban por debajo de la mesa. Lo- Cierto parece ser que las novelas circularon en se, creto, entre ellas mucho de la picaresca espaiola y, por supuesto, el Quijote. - Era dé esperar que en una sociedad recién fun: dada, donde la religién tenia aiin tanto poder, 1a Tnovela fuese desdeiada como fenémeno. pecemino- 50 que safectabav la labor misionera. Este cardc- ter snefando- que se le atribuia a Ia novela no es 15 Poruonds, © tendencia definitoria de a cana debsigho XIX: ‘hovela hispanoamericana se a nulzido. jal. Nacié ipatmerite de la realidad social. Pare can TH Periuillo Series, pare “enmendar las costumbres de “sa. -puck ‘Gién nacido’ a la libertad. kapmowelaseomane Vi ‘Gedad esclavista: a Amalia de Marm scaee namin de Koss, Se dard el. 25 ree senala~ que. sla novela sentacion fiel uhida’A una ‘0 novelistico en Amériéa Latina. Aunque la “cantidad: de novelas. Téetores, los criticos, se han encargado de decantar Ja prominente production romantica,’ hasta dejar | aquellas obras —mas que aitores— salidas airo- sas de la alquimia y que ya cabe calificar como decisivas, no solo,dentro del desarréllo de Ia lite ‘ratura continental, sino para una interpretacién glo- bal del movimiento roméntico. Maria y Entiquillo Casa de las Améticas, 1975; pig. 106 9 Camila Henriques Ureia. tavitacién ala lectura, La 1995, pig. #2. tural y la’ paturaleza) ~ ele Ge guerra por ‘que- fuera’ sorpresa, desgarramiento, eva: “Slog romanticos - europeos, 0. los: rasgos distintives ve jomanticos. Este es uno. de ‘romantigismo latinoameri- politica jaro, para nuestros estética de una pastura ismé vez ep. una \amalgama: de.influencias filoséficas que, segiin Leopbldy’Zea®, transitaba desde el tr dicionalismo francés de Chateaubriand, a ulilita: rismo que auspiciaba,el experimento, y 1a indivi dualidad —la modernidad, en definitiva— del es- piritu, hasta el socialismo ut6pico-de Saint-Simén, patrocingdor del industrialismo y el progreso eco- némico. Ta naturaleza tronante, vista desdevadenise. y. ‘én gran medida —aunque permeada, del animismo epocal—, con detallismos realistas, fue el punto de arvancada de una i ‘del paisaje ge- ping americano:y, al decir de Rodolfo Grossmann, fl mis importante aporte del romanticism letinoa- ‘noamériea. Del romanticisino al postivisme, Méico, Leopoldo 28, Dos tapas det pensamiento en, Wiig legio de México, 1949, ' histérica del continente american : iano, Dé. : aera, angie el Tomatiomo,Iiroamerane tomé micho de Francia, los puntos de cpriaco ese buena cantidad con tos afanes de Tas naciones_marginadss de" Entopa EI romanticgmo Tatinoamericano tajo una profim: la carga renovadora que intents descubéir —en mayor 0 menor medida 2 “el sextainericanion’ — - No obstante las apetencias de originalic ‘ icias de originalidad y el 6 te eins i pes rea nner pais eh eo eer ree Ed, Gredos, 1961, £ “gu. conversion ‘en’ temas ite conténide novedoss' dentro’ del. jeneral. BI foxes a modula fa epoca que ha i ido los principios tedricos de los creado- es mas auiténticos también intentan Ja Sisal te in lenijuaje nacional ante el neocolonialisme. cult Vae Tos Estados ‘Unidos—, dejan. probado que roi” fas objetivos, 2 pesar de que, como ‘Seurre a! veces en etapas de definicion’ soc} ticos no Ilegaran ana plenitud | nque estuvira presente el Yo— formaba pa proceso colectivo. que provenia. desde | vyesultados ar = i see eens Dee es ps por Ia’ primera independencia, y, no ity unilateral def individvo. Por fl, en. bu eee gape del lenguale, pero ello sivi6 para I fogueo dé los ereadores que sintieron en, carne ‘iva el imperativo de ta ruptura, de la eosin So Jos modelos, que también se tradujo en tina férti ineorporacién de Ia tradicién roméntica a nuestros conflictos. ios temas tenian que s8F otros. Mientras om Furopa, el romanticismo registraba a su manera las ~ sacadidas de los vaivenes de ld bolsa, y auspiciabe Ja fuga hacia ‘un feudalismo idealizado por el-arte y la literatura, en América Ia literatura absorbia los Yemas eandentcs que eran la orden del dia y lo seguirian siendo durante mucho tiempo: la esclavi- ~ 2) tud, Ja tragedia del indigena, la violence: caudillis- ta, las pugnas entre los partidos politicos, los AF. potsociles yeconomicns. intentos en dltima in rte el pensamiento romantico latinoamericano 2 y avanzado| To misticg’ ho recibid, asi, ono necesario, y aunque Tos romantico$ latinoam: tuicién, Ia emocién di ‘Bre todo tatandee de la errs americans. but * 2 ia pot un viajero inglés de iryio para bautizar todo et riento -gontra ‘el clasicis- | Cr mo, Sean’ sus ideslogos, Jo, que ne podia dar la. '_. razén}lo,otorgaba lafe; como. expresién del sent © miento y- la conciéncia, ee principio de’ ‘todo: Esa “hase idealista fue la stistentacién del ronianticismo: que identificé la i el Yo también: -infinito cargado de sentimiento.. Esta explicacién espiritualista del mundo es a 16, que. el filésofo: aleman_ Fichte denominé Yo, que serviria poste- ‘Fiormente de fundamento y defensa al’ Yo. indivi dual tan estimado de fos romanticos. 5 _ El romanticismo literario tuvo si obrasderFy Schlegel (17721829)"qui la jen publicara de 4798-21800, en colaboracién con su hermano A. -Witheimge! periédico wAthetiaengym que fuera el primer érgano de la escuela romantica. E] escena- rio del viejo continente vivia entonces un profundo ambi en la economia y en el estilo de vidas la 2 Mirta Aguirre, en gu ya clisico volumen sobre ef ro: ‘manticiemo (9b. cit, pi, 14), también senala: «Et tétmine rotsintico se encuentra wsado ya, aunque rara vez, desde el as ly eeepc ad iene : mediato en la; busqueda. de una: “telectual y en ver ebmo el injerto litera “10s. anhelos liberales. Aunque en et Nuc “te ‘también empezaban log! ‘i AB hone te pose aa ee Junto a Ja eonciencia de, pies. ef’ romant le dio extraordinaria significacién al lam: * Arnold Hauser. Historia social de ta literatura y el arte, La Habana, Ed. Revoluciondria, 1966, pag. 153. 7 En Ja valoracién que hace Carlos Marx del romanti- Gee cero, se revlon “pet decaacén, muchas de Jas esencias de) romanticizmo ‘Tamadod _ Belde 6 el bandido de buena ley, operaba en funcié de los intereses del colectivo social, de las insti- tucionés que.representaban a la clase dominante: E] patron del sYouquensesoponesal Minder. se transformé segin los intereses de esta dase a la ‘cual pertenecia la mayor parte de la intelectuali- dad y se usé para justificar los propésitos de uno ide los. sectores: én pugna: Esto puede verse con mucha claridad en el personaje del Unitario en El ‘matadero, en el indigena Enriquillo de la novela, del mismo nombre, o'en Zarate, personiaje y titulo de la obra venezolana; en elles no sélo ef autor, ‘est de parte de estos protagonistas, sino tambiéng en casi su totalidad, lo esta el Mundo. iblécida por. Tos gr: ot ‘Atio, Goethe y Schiller, en el Ntievo Co do fue * Fompié definitivamente.con eb clasicismo, et A exists: una solucidn de continul re Tos padres del neoclisico y Is joven genera: i6n, puesto Guue compartieron, en definitiva, obje- 2 te esta eer eros Se mci ne la promocion del paitaje ‘mereane, al eas el anticlericalismo, 1a visién del ‘a tron cne grapes ge doo tastes & | Progreso, la perspectiva de los problemas. 20: Xciales. El sentido de la tendencia romantica fue” ticismo: Segiin su interpretaci6n, identificado con el I'v Tieratirae, en tanto el segundo con’ tn ‘prayeccign morbosa del fenémeno artistico, con ia Fredpacidad de’ sus seguidores para apropiorse de ta° nuevit'fe que Croce contrapone @ la. sant “fee que s@dernimbaba ante Jo filoséfices ¥ sociales, voleados a up ‘sentimentalis~ 18. pasatista, en gran medida reaccionario. Este rde esagerado de. sromanticismo morals 6 “équiparaba con frecuencia al decadentismo. El sen imiento roméntico latinoamericano, no él pot atdfo, sino por sus coyunturas histéricas, interpre té a aw inodo la transicin entxg_los conceptos she Fedados que se-desmoronaban y Ta presencia de los Fovedosos ideales liberales, traducidos en términos reiy concretos de oposicion a Ja metrépoli y la ne: f Kesidad de confirmar el surgimiento de las repre Blicas,, el futuro democratico, el ascenso de una Surguesia que no habla entrads todavia en contra diceién con la intelligentsia, y més cercano, én fin, 2 Benedetto Croce. Historia de Europa em el siglo IX. Buenos Aires Bik min, 1950) pio. 5°. a a ey iia Ja Ree jafnbamericano,.radicé ey la Jo ha’ visto Ticidamerite ae des i de también en la proposicién coricreta suis, Bae fasne < es ae icin efeando, ese a todos ls pésaes, ao proyectaba 165 proble: Andrés Bello, en toda esta etapa de capital importancia as 3 sindependencia intelectuale ¥ aunque prineipalmente a 'a literatura ¥ % Ta “iterarias+, tocaron los diver “habian surgido durante Tos tempos ign y que, en ™ como es el caso de I (1831-1834). Como bien in Pedro: Henriquez U 1» Sefala cl critico Rubén Barciro: La Iitica tenia que representar sma supers, también en el plano de Ja cotta: ‘Gmuncipocion Wteraria? La respuesta em to difiere mucho: tea naturaleza.s ‘se refiere al eo fk y al portaguts acuentro de cult publicaciones Revistas y diarios se multiplicaron alc gos temas acres podia faltar cl acontecer politics: domqage las sociedades de «Amigos del yuchos casos, auspic ciones. ‘isivas a ¢l desarrollo de la: ee la Revista Bimestre Cuban E 3 de la: sdican los historiadores, entre ello Wrefia, no fuerem-tiempos PFO vdependencia in de la colon “come conseguir XY ‘ambas_ Jeng Mnediante la fuerza inspiradora d¢ "36 ase en América ath Se re hin Rate es Se me po cad ¢ = a, primera independencia, trat6 “arte oficial, emperd a surgir con. fu arom. publics cultur “de gran esplendor durante la época barroca: “finuarian’ sin. muchas alteraciones su Tinea XIX fae una. época de inflae fambién file,’ con. retardo, el siglo , 5g criticos Sehalan, qué Latinoamé ‘escultura latin X mant cio, pero no paso de set imitacién. Junto neria. ‘Mientras la literatura daba un paso al frenti la eterna consigna de ser «absolutamente mod = como poeos afi después enarbolaria Rimbaud jas artes plasticas, en paises como Brasil y ional. mientras en otras zonas el Hamado neo sico se establecia triunfante durante todo el siglo Ta Fundacion de las academias que se ocuparian d&, ‘ecte arte oficialista, colaboré a que se atara de pies y manos el espiritu renovador. Con rrupcién del romanticismo, los artistas latinoame: ricanos, sin embargo, tuvieron el terreno un ‘mis favorable para la innovacién. Pero se limitaron ‘entonces a los cuadros de paisajes con colores ‘earopeizantes tomados de la tradicién francesa, all retrato de héroes y de batallas. Paradjicamente Beat: ee alianos ana, supieron’ encontrar una respuesta Fey eapresign plistich, proceso opoeste al] reduce en el terreno de 1o literatio, dohde del Viejo Continente Gon velozméhte sor los huracartes, Ias selva y el rasgai- Paulatinamente se fue exeahdo une dualidad gue ‘Ge provectatia durante todo l siglo X1 2 ee ctire y la pintura oficialista, de rigide fieoclasica y de otro la reanimacién dé wa ‘arte wepolar, heredado dele artesania prebispiiica | ue mantavo, y mantione, su propia, vo “Ta arquitectura en gran medida fue ejemplo de Be a econémica de los patricios del siglo $i quienes mandaron a construir ostentovts edi- ficios civiles y privados ue fevelaban el afrance- sto del estilo, Con otras palabras:.en Jas artes ldsticas Tos criollos cultos se mantuvieron dentro fe la orientacién idealizamte al estilo europeo. °° {antg Jos artistas extranjeros se deslumbraban con Fexsisine américaine, y de esa mariera caléron Jhondo en las pintiras de ambientes ¥ paisajes. w 1 aa te tm tine de mtn tin “el: romanticismo en Américe neoclasicismo como portavor de una perspectiva, “corservadora,y el romanticism como emblema de? and postura radical. Aunque, como siempre ocurre, 8 los que-estaban, ni estaban todos ti Que no: existiese al nivel de la prosa y Ia poesi " 3 la prosa y Ia poesia, no’ puede oe sea falta de piblico, pues segin se chenta . abarrotaban las salas donde se representaban cra, a todo eepaolas, En tanto se reprodie jn los Tiricos y los novelistas, con rara

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