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1 Sobre la concepción de tierra y de tierra nueva, véase José María Mariluz Urquijo,
"El concepto de tierra nueva en la fundamentación de la peculiaridad indiana," en
Memoria del IV Congreso Internacional de Historia del Derecho Indiano (México:
Universidad Nacional Autónoma de México, 1976), 389-402.
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que desde el punto de vista del europeo organizaban la extensión en territorio (lo
convertían en un espacio político). Por ello el concepto de equipamiento político de un
territorio designa al proceso que incluye acciones de diversos agentes y de distinto
tipo que tienden a conseguir un resultado orientado por esta voluntad de
ordenamiento—y las expresiones simbólicas o físicas que este accionar va imprimiendo
tanto en el terreno como en la concepción de su relación con las instituciones políticas.
4 Se utiliza el concepto de espacio político inspirado en el sentido que le diera
1991), 34.
8 Los cronistas debatían sobre el punto. Gonzalo Fernández de Oviedo afirmaba que
Rio de la Plata era la denominación cristiana del que, en voz indígena, se llamaba
Paraná. Cabe recordar que no estuvo jamás en el Rio de la Plata y se basó en gran
medida en el Islario de Alonso de Santa Cruz y en otros testimonios. Gonzalo
Fernández de Oviedo y Valdés. Historia general y natural de las Indias, islas y tierra-
firme del mar océano (Madrid: Imprenta de la Real Academia de la Historia, 1852),
2:114 y 165. El fragmento inferior izquierdo de una carta atlántica datada a finales del
siglo XVII y atribuida a Joao Teixeira Albernaz representa al Rio de la Plata como un
grueso brazo de agua que se abre en dos hacia el norte y se fibrila en numerosos
afluentes menores hacia el este y el oeste, subrayando la continuidad que existía
todavía para algunos entre el estuario del mar dulce y el Río Paraná. Suzanne Daveau,
Lugares e regioes em mapas antigos (Lisboa: Comissao Nacional para as
Comemoracoes dos Descobrimentos Portugueses, 1997), 48.
9 El mapa de Gutiérrez, que se conserva bajo el número 1303 en la Rosenwald
gobernación que incluía Asunción, el Guayrá y el litoral pero no, por ejemplo, la actual
Provincia de Buenos Aires. La gobernación llegaba hasta el Pacífico, pero estaba
recortada por la capitanía de Valdivia, conservando salida al océano por el norte de
ésta. Nocetti y Mir. La disputa por la tierra, 49-51.
14 Nocetti y Mir, La disputa por la tierra, 51.
15 Es el caso de Domingo Martínez de Irala, Nuflo de Chávez y del mismo
de septiembre de 1559, y sus límites fueron fijados por Real Cédula del 29 de agosto de
1563. Luego ésta se modificó por un conflicto suscitado en Cuzco con la Audiencia de
Lima. Recopilación de las Leyes de los Reinos de las Indias [1680], quinta edición
(Madrid: Roix Editor, 1845) Ley 9, Título IX, Libro 2, Tomo I.
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como gobernador a Francisco Ortíz de Vergara, otro de los yernos de Irala, quien de
todos modos debió esperar confirmación de la Real Audiencia. Félix de Azara,
Descripción e historia del Paraguay y del Rio de la Plata (Buenos Aires: Bajel, 1943),
117.
20Cayetano Bruno, Gobernantes beneméritos en la evangelización en el Rio de la
Plata: época española (Rosario: Didascalia, 1993), 71.
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suscitaban odio entre las posibles víctimas de la confusión y conducían a querellas que
perturbaban la paz de una provincia." Levillier, Nueva crónica, 3:13.
30 Entre 1650 y 1660 esta ciudad fue trasladada al sitio que actualmente ocupa, a
orillas del Río Salado, y su nombre completo fue desde entonces Santa Fe de la Vera
Cruz. Por este motivo, el sitio arqueológico de la ciudad de Santa Fe (cerca de la
localidad de Cayastá. en el departamento San Javier), es conocido también como "Santa
Fe la Vieja.”
31 Agustín Zapata Gollán, "Fundaciones de Santa Fe y Buenos Aires," en Obra
Completa (Santa Fe: Universidad Nacional del Litoral, 1989), 2:269-94. González
Lebrero ha señalado las múltiples implicaciones de esta fundación de Buenos Aires en
1580, constituyendo hasta el momento el análisis más denso para el período de la
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públicos contra sus funcionarios. Todas las personas que se habían visto perjudicadas
por un funcionario podían presentar formalmente sus quejas ante un juez de comisión
encargado de levantar las actuaciones para elaborar los cargos que se imputarían al
oficial saliente. Sobre el particular, véase Benjamín González Alonso, "El juicio de
residencia en Castilla," Anuario de Historia del Derecho Español 40 (1978): 193-247.
35 Francisco de Quevedo, Política de Dios, gobierno de Cristo, ed. Germán
tomaba nota de que "un licenciado" (Lerma) venía con el título expedido por Felipe II.
"Carta a S.M. del Virrey Don Francisco de Toledo dando noticia de la entrada de
corsarios ingleses en el Callao y las que había de Chile, Tucumán y la Plata, desde Los
Reyes, a 21 de marzo de 1579," en Levillier, El Virrey Francisco de Toledo, 6:106.
Hernando de Lerma quedaba mejor ubicado por llegar nombrado por Real Provisión,
"Carta del Virrey Don Francisco de Toledo a S.M. sobre negocios que tocan a la
justicia y gobierno. Refiérese al juicio contra Torres de Vera y Aragón, y al despacho
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instrucción sumaria incoada a los culpables del motín de Santa Fe, BNBA, Colección
Gaspar García Viñas, Tomo 121, BN 2117.
49 Sentencia de Hernando de Lerma en el juicio de residencia practicado a Gonzalo
Bachiller García. Éste era un deudo de Gonzalo de Abreu, que tenía inconvenientes en
Córdoba, y Rubira debía tratar de resolvérselos por pedido de su jefe. Carta de Diego
Rubira a Gonzalo de Abreu, Córdoba, 9 de junio de 1580, BNBA, Colección Gaspar
Garda Viñas, Tomo 121, BN 2090. Véase también el pedido de Abreu en Carta de
Gonzalo de Abreu a Diego Rubira, Santiago del Estero, 15 de mayo de 1580, BNBA,
Colección Gaspar García Viñas, Tomo 121, BN 2102.
52 Carta de Diego Rubira a Gonzalo de Abreu, Córdoba, 9 de junio de 1580, BNBA,
Colección Gaspar García Viñas, Tomo 121, BN 2103; Carta de Abreu a Rubira,
Santiago del Estero, 27 de marzo de 1580, BNBA, Colección Gaspar García Viñas,
Tomo 121, BN 2094; y Carta de Abreu a Rubira, Santiago del Estero, 28 de marzo de
1580, BNBA, Colección Gaspar García Viñas, Tomo 121. BN 2095.
54 Es interesante compararla, por ejemplo, con algunas cartas de Olivares, que
inflingidos por Lerma que le llevaron a una "muerte natural" [sic]. Causa Criminal de
Juan de Abrego y Figueroa contra el Juez de Residencia y de Antonio de Miraval sobre
la muerte de Gonzalo Abrego, 18 de mayo de 1589, Archivo General de Indias (en
adelante citado como AGI), Escribanía de Cámara, 873, Pieza 1, fols. 14-79.
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BNBA, Colección Gaspar García Viñas, Tomo 121, BN 2112, sentencia al cargo 45.
Cabe destacar que, en las Leyes de Indias, las personas "baxas" no podían ser
acreedoras de oficios importantes. Aguiar y Acuña y Montcmayor y Córdoba de
Cuenca. Sumarios de la Recopilación General, Libro cuarto. Título segundo, Ley 27.
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adelante citado como AGP), 2a. Serie, Tomo II, fols. 40v-43.
64 Actas Capitulares de Santa Fe, AGP, 2ª. Serie, Tomo II, fol. 44.
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65 Los hechos y las informaciones registradas en los tres últimos párrafos en Actas
Capitulares de Santa Fe, AGP, 2ª. Serie, Tomo II, fols. 40v-50.
66 Actas Capitulares de Santa Fe, AGP, 2". Serie, Tomo II, fols. 54-62v.
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67 Actas Capitulares de Santa Fe, AGP, 2ª. Serie, Tomo II, fols. 74-78.
68 Actas Capitulares de Santa Fe, AGP, 2ª. Serie, Tomo II, fols. 86v-87.
69 Actas Capitulares de Santa Fe, AGP, 2ª. Serie, Tomo II, fols. 89-90.
70 Actas Capitulares de Santa Fe, AGP, 2ª. Serie, Tomo II, fols. 96-97.
71 Actas Capitulares de Santa Fe, AGP, 2ª. Serie, Tomo II, fols. 105-06.
72 Actas Capitulares de Santa Fe, AGP, 2a. Serie, Tomo II, fols. 110-11.
73 Actas Capitulares de Santa Fe, AGP, 2a. Serie, Tomo II, fols. 114-15.
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74 Actas Capitulares de Santa Fe, AGP, 2ª. Serie, Tomo II, fols. 137-39.
75 Actas Capitulares de Santa Fe, AGP. 2ª. Serie. Tomo II, fols. 141v-43.
76 Actas Capitulares de Santa Fe. AGP, 2ª. Serie, Tomo II, fols. 144-46.
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77 Actas Capitulares de Santa Fe, AGP, 2a. Serie, Tomo II, fols. 160-61.
78 Actas Capitulares de Santa Fe, AGP, 2a. Serie, Tomo II, fols. 169-71 v.
79 Se trata de Agustín Álvarez Martínez y Juan Ruiz de Atienza. Actas Capitulares de
Santa Fe, 7 de enero de 1625, AGP, 2a. Serie, Tomo II, fols. 177-82.
80 Actas Capitulares de Santa Fe, AGP, 2a. Serie, Tomo II, fol. 226.
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81 Actas Capitulares de Santa Fe, AGP, 2a. Serie, Tomo II, fols. 226v-28v.
82 Que es, en rigor, copia de una Real Cédula, dada por Felipe III, en Madrid, a 12 de
diciembre de 1619.
83 Actas Capitulares de Santa Fe, AGP, 2a. Serie, Tomo II, fols. 226v-28v.
84 Idéntica actitud asume en la sesión del 29 de diciembre de 1626 el Regidor Pedro
Ruiz de Villegas. El 2 de enero de 1627 solicita el cese de Zamudio, por ser paniaguado
de Céspedes. Actas Capitulares de Santa Fe, AGP, 2a. Serie, Tomo II, fols. 272-75. Y,
efectivamente, tenia razón. En el Archivo General de Indias se encuentra el expediente
que incluye a Juan de Zamudio, embarcado con Francisco de Céspedes, como gente de
su casa, nombrado como criado en primer término. Expediente de información y
licencia de pasajero a Indias de Francisco de Céspedes, gobernador del Rio de la Plata,
con sus hijos Juan, José y Diego, y los siguientes criados, al Río de la Plata, 23 de
septiembre de 1624, AGI, Contaduría, 5388, n. 74.
85 Real Cédula dada por Felipe III en Madrid, 28 de diciembre de 1619, transcripta
en Actas Capitulares de Santa Fe, AGP, 2a. Serie, Tomo II, fols. 285-98v [289 a 298v
ilegible.]
86 Véanse las sesiones del 8 y del 22 de febrero de 1627, en Acias Capitulares de
que el grupo que se apoyaba en los comerciantes portugueses llegados a Buenos Aires
y ligados a Góngora eran denominados por aquellos como "confederados.”
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facsimilar establecida por Martín de Riquer según la impresión de 1611, con las
adiciones de Benito Remigio Noydens, publicadas en la edición de 1674 (Barcelona:
Alta Fulla, 1998), 724.
90 Véanse las mismas en Manuel Cervera, Historia de Ia ciudad y provincia de Santa
Fe, 1573-1853 (Santa Fe: Universidad Nacional del Litoral, 1979), 3:305-331.
91 Según la definición adoptada por la Real Academia Española en 1726, el "Alcalde
de la lengua castellana [edición de 1726], 1:176. Para Covarrubias las raíces debian
buscarse en cahed y calede, las cuales, sin que negara su rol de juez, lo llevaban a
enfatizar en un origen etimológico que reforzaba las funciones de presidencia y
gobierno. Covarrubias, Tesoro de la lengua castellana, 72.
93 Zorraquín Becú, La función de justicia, 28-29.
94 "...varas son las que traen el día de oy los alcaldes de corte, los corregidores, sus
tenientes y alcaldes, los juezes pesquisidores, los alguaziles y los demás ministros de
justicia." En esta definición, el énfasis está puesto en los "ministros de justicia."
Ministros de la justicia regia. Su semántica, la carga que la vara portaba como símbolo,
es la de una "...insignia y animadvertencia al pueblo que cada una de los susodichos
[cada portador de una vara] en su tanto representa la autoridad real, y assí el más ínfimo
destos ministros dize en ocasiones: Teneos al rey." Covarrubias, Tesoro de la lengua
castellana, 994; en el primer fragmento, énfasis añadido. La vara era, en definitiva, el
signo del imperio de la justicia del rey y, lo que aquí importa, de la delegación de la
potestad de administrar justicia en el regio nombre por parte de quien fuera su portador.
95 En la península, la creación de la figura del alcalde mayor fue un intento de
esa ciudad durante la primera mitad del siglo XVII, parece claro que el
gobernador—o, lo que es importante, su teniente—intervenía en los
casos que involucraban a los capitulares. Así, cabría pensar en que la
"dignidad"—o el ejercicio de un oficio—de alguna de las partes en
juicio jugaba un papel determinante a la hora de excusar al alcalde de
primer voto, por ejemplo, de actuar en una causa. Sin embargo, podían
no excusarse los alcaldes, aunque hubieran debido, por antiquísimos
principios legales, cuando intervenían parientes o amigos, lo cual era
un motivo corriente de quejas, protestas y hasta de presentación de
tachas o denuncias. El descendiente de una familia ilustre supo resumir
bien la situación. Retratando su condición de inferioridad en las
relaciones de fuerza en el momento en que perdía derechos sobre
ganados, dijo que el beneficiado esperó tener un juez a propósito para
presentar el pleito.96
Por otra parte, un adelantado, o un gobernador y sus tenientes,
eran considerados, al igual que un corregidor, "justicias mayores." En
las designaciones realizadas en el Río de la Plata no se trata de la
institución aragonesa del "justicia mayor"97 sino de una dignidad que
era superior a la del alcalde—y que podía ser encamada por un
gobernador, un corregidor, un alcalde mayor o sus tenientes—que,
además de ser una instancia ante la cual podía presentarse una
apelación, podía también oír justicia en primera instancia. Era mayor
no solamente porque su jurisdicción le permitía oír una apelación sino
porque podía considerarse preeminente respecto del alcalde y además
porque no lo era solo de la ciudad, sino de todo el distrito.98
figura del corregidor, con la que suele confundirse en otros casos hispanoamericanos.
Sobre esta última homologación véase las reflexiones de Guillermo Lohmann Villcna
en Franklin Pease y Frank Moya Pons, eds., El primer contacto y la formación de
nuevas sociedades (Madrid: Trotta, 2000), 469. Sobre procuradores, véase Actas
Capitulares de Santa Fe, AGP, 2a. Serie, Tomo II, fols. 40v-50.
96 Expedientes Civiles, Departamento de Estudios Etnográficos y Coloniales de
Santa Fe, Argentina, tomo LX, leg. 161, fol. 273; énfasis añadido. La expresión textual
es "jues apropocito" y el denunciante de la connivencia fue Cristóbal de Sanabria.
97 Surgida en el siglo XIII y cuya quintaesencia jurisdiccional lo constituían los
procesos forales. Ángel Bonet Navarro, José Luis Merino Hernández, José Manuel
Pérez-Prendes Muñoz de Arraco, María Luz Rodrigo Esteban y Esteban Sarasa
Sánchez, Sexto encuentro de estudios sobre "El Justicia de Aragón" (Zaragoza:
IberCaja, 2005). Su peculiaridad fue señalada también en Luis Suárez Fernández, Los
Reyes Católicos: fundamentos de la monarquía (Madrid: Rialp, 1989), 36.
98 En definitiva, se trataba de un oficial "...designado por las autoridades superiores
Santa Fe fue ciudad de la Gobernación del Río de la Plata (en dos sesiones del año
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1577 se la denominó "de Luyando"). Actas Capitulares de Santa Fe, AGP, Tomo 1,
Libro 1°, fol. 8.
106 Raúl Molina, Hernandarias: el hijo de la tierra (Buenos Aires: Lances Tremere,
1948), 104-05.
107 Esto fue, eventualmente, fuente de conflictos, ya que una Real Cédula dada por
ciudad es tal que hace pensar en un reemplazo liso y llano de una figura
por otra, pervirtiendo o resignificando, por otra parte, la semántica que
la prescriptiva otorgaba por entonces a la función de alcalde mayor.
Pero el teniente de gobernador de tumo no había sido destituido.
La potestad de "justicia mayor" contenida en el cargo de
alcalde mayor y la facultad de hacer justicia en el cabildo también
estaban presentes en la designación del teniente de gobernador,
Gonzalo Martel de Guzmán, hecha por Juan de Garay pocos años antes
y todavía vigente. Así, a la justicia ordinaria y de la hermandad
contenida en los alcances del oficio del alcalde de primer voto, se
solapaban en este momento otras dos justicias mayores in situ, la del
teniente de gobernador y, ahora, la del alcalde mayor—ambos
residentes en la ciudad—más una tercera. la del adelantado-gobernador.
El adelantado-gobernador era también justicia mayor a todo lo largo y a
lo ancho de su jurisdicción. Probablemente, en este caso, Garay
estuviera jugando una carta de control sobre Martel de Guzmán, en la
medida en que, como se ve por la transcripción de los alcances de
ambos títulos, prácticamente los homologó. De cualquier modo, sigue
siendo evidente que los agentes practicaban la sobreimpresión de
jurisdicción sin que esto provocara obligadamente la reacción de
alguno de los involucrados.
Juan de Garay fue, primero, el lugarteniente en Santa Fe de
Martín Suárez de Toledo, teniente él mismo del Adelantado Juan Ortíz
de Zárate, elegido por los rebeldes que expulsaron a Felipe de Cáceres
de Asunción en 1572 y, luego, consuegro de Garay. Más tarde, el
vizcaíno fue teniente del Adelantado Juan Ortíz de Zárate y luego,
hasta su muerte acaecida en 1583, de Juan Torres de Vera y Aragón,
para quien el vizcaíno trabajó tenazmente a fin de obtener su
casamiento con Juana, la hija de su predecesor, portadora del título de
adelantado para quien la desposara.112 El alto grado de compromiso de
Garay con las familias encamadas en las más altas autoridades del
territorio paraguayo-rioplatense (los adelantados) garantizó sus
sucesivos nombramientos como teniente de gobernador (en rigor,
lugarteniente de teniente de adelantado primero y teniente de
adelantado después). Su movilidad y su capacidad de movilizar
hombres constituían sus mejores recursos. También era creativo; en
coyunturas difíciles como las vividas en Santa Fe para él y sus 112
112 Sobre Juan Ortíz de Zárate, véase Presta, "Cuando la clave es juntar lo disperso,"
21-44. Sobre Garay, véase Augusto Fernández Díaz, Juan de Garay: su vida y su obra
(Rosario: Molachino. 1973).
DARÍO BARRIERA 413
firmaba con una cruz potenzada o por terceros. No se registran residencias para los
alcaldes santafesinos durante el período 1573-1640. Actas Capitulares de Santa Fe,
AGP, 1ª. Serie, Tomo I.
414 COLONIAL LATIN AMERICAN HISTORICAL REVIEW FALL2006.
116 La traducción de la República de Jean Bodin que más difusión tuvo en España fue
la de Gaspar de Añastro Ysunza, Los seis Libros de la República de Juan Bodino
(Turin: per los herederos de Bevilaqua. 1590). Allí soberanía se tradujo como suprema
autoridad. Pablo Fernández Albaladejo, Fragmentos de Monarquía: trabajos de
historia política (Madrid: Alianza Editorial, 1992), 73-74.
DARÍO BARRIERA 415
117 Antonio Feros, "Clientelismo y poder monárquico en la España de los siglos XVI
120 John H. Elliott, "A Enrope of Composite Monarchies," Past and Present 137
(1992):48-71.
121 Para la primera etapa, véase Darío Barriera, "La tierra nueva es algo libre y
122 Conocida también como la "Rebelión de los Siete Jefes," analizada en Barriera,
fue una simple adición territorial de elementos preexistentes...se respetó para cada
territorio la ordenación jurídica, política y social, la inclusión en la Monarquía provocó
cambios efectivos en los equilibrios de poder local." José Javier Ruiz Ibáñez y Bemard
Vincent, Los siglos XVl-XVIl: política y sociedad (Madrid: Síntesis, 2007), 31.
124 Véase Francisco Tomás y Valiente. La venta de oficios en Indias, 1492-1606
del oro (Madrid: Editorial Alianza, 1987); y Steve Stem, Los pueblos indígenas del
Perú y el desafio de la conquista española: Huamanga hasta 1640, trad. Femando
Santos Fontenla (Madrid: Editorial Alianza, 1986).