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Seminario de Actualización 2018

Patrimonio Cultural Inmaterial y


Diversidad Cultural

Sesión 4 a cargo de la Mtra. Marta Turok Wallace


"​El arte popular en México: perspectivas cambiantes​"

Participante: Irrera Gamboa, Dante


Procedencia: Querétaro
“Sólo sabiendo cómo se produjo vamos a conocer sus diferencias y los valores intrínsecos
en esta producción”

Es importante destacar que la producción material en un sistema capitalista implica apuntar


hacia puntos muy concretos: tener siempre producto disponible,sin importar la temporada;
abaratar costos para ampliar el margen de ganancia y hacer los procedimientos de
producción más eficientes y eficaces.
Aspirar a cumplir estos lineamientos empuja a destruir las economías tradicionales y
locales, pero también y más importante para nuestro análisis, tienen consecuencias en las
relaciones familiares/comunitarias y en las maneras en que las personas y comunidades se
relacionan a su vez con sus tradiciones, sus formas de producir y sus significantes.

Es decir, las formas de producción material impactan en las formas de producción y


recreación de lo simbólico.

La obligatoriedad de contar siempre con producto disponible orilla a la explotación


indiscriminada de recursos, lo que genera una gestión poco ética de los mismos -que puede
parecer pleonasmo, pero en este caso no sale de sobra- (el uso de químicos, monocultivos,
devastación, desplazamiento forzado, etc) que modifica las relaciones de las comunidades
con sus territorios, es decir, modifica el proceso de territorialización, que es lo que da
génesis a la cultura. La relación de un territorio con la explotación de recursos debe ser
armoniosa para su conservación, para que a su vez, la producción siga conservando
operancia material, de lo contrario, a futuro correrá el riesgo de ser imposible de realizar. En
pocas palabras, la des-territorialización acaba con la diversidad cultural.

Abaratar costos no es únicamente una política económica, también es una práctica de


estratificación social que al mismo tiempo subordina la calidad y el conocimiento de la
técnica por debajo de la relación costo-ganancia. El conocimiento, muchas veces ancestral,
heredado de generación en generación se sacrifica por la modalidad de maquila y comienza
la explotación laboral. La relación de la o el artesano con su producción se desbarata,
pierde esencia porque ahora es sólo para vender -posiblemente para alguien más- y merma
el valor simbólico que tiene para su gremio/familia/comunidad porque facilita la pérdida de la
herencia familiar del oficio y el valor de uso por el valor de cambio. el abaratamiento de
materias también contribuye a la gestión poco ética o responsable en la explotación de
recursos o incluso en la utilización de materiales industrializados, regularmente tóxicos o
altamente contaminantes, como también un deterioro en las relaciones laborales basadas
en la explotación también de la mano de obra. Quien ostenta el capital, puede generar una
estructura de explotación, quienes no lo tuvieron, se ven en la obligación de adscribirse a
una de estas estructuras por la imposibilidad de competir con ellas. Al mismo tiempo, el
oficio se va convirtiendo en empleo y en modo de subsistencia, en lugar de modo de vida,
que es otro elemento generador de cultura. En pocas palabras, los esquemas liberales de
empleo, destruyen la diversidad cultural para imponer la cultura de la modernidad (luego
posmodernidad y transmodernidad, pero que son esquemas que, quizá no lleguen aún a
permear estos espacios que son latifundistas practicamente).

La presión que se genera para hacer eficientes y eficaces los procesos de producción
despoja absolutamente de sentido a la elaboración artesanal. De hecho es básicamente lo
opuesto. Estandarizar procesos le asesta el golpe final al proceso artesanal. Las técnicas se
sacrifican en pos de acelerar y simplificar la producción, la razón de ser de lo artesanal se
pierde y es sustituida por la necesidad de competir para un mercado al que le interesan las
piezas, pero no las personas ni la cultura. Esta estandarización despoja el valor cultural, que
radica en el proceso artesanal, ya que pueden las piezas pueden ser manufacturadas en
una maquila indonesia como en una bodega africana. Es decir, despoja la pertenencia
cultural del objeto, homogeneizando la cultura en una del producir.

Toda actividad humana tiene un aspecto cultural, no podemos concebir una producción
material sin sus implicaciones en lo inmaterial de la cultura. La pérdida del valor simbólico
de la producción material impacta en lo inmaterial: en las relaciones, en las identidades, en
lo territorial, en lo gremial y en lo simbólico.

A manera de conclusión

Creo que es importante la auto organización para hacerle frente a este proceso de
deterioro. Auto organización para fortalecer las economías locales y comunitarias, para
consolidar la transmisión de conocimientos y para que sean los mismos
gremios/comunidades quienes decidan qué procesos, materiales y relaciones modifican sin
la presión del mundo exterior.
Urge impulsar políticas que protejan de la turistificación y la disneilandización a los pueblos
y barrios. Urge como sociedad fortalecer las organizaciones comunitarias por la defensa de
los territorios y recursos naturales. Garantizar la autodeterminación y regular nuestro
consumo turístico. También las maneras en las que dignificamos nuestros oficios
artesanales son importantes y comienzan desde no obligarles a entrar en nuestro modelo
económico, pero tampoco excluyéndoles.
Son matices complejos que únicamente se pueden construir desde los mismos
gremios/comunidades de artesanas y artesanos y en conjunto con la sociedad en general y
los gobiernos locales.

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