EG] UnIvERSIDAD DE CUNDINAMARCA
EL DIALOGO PEDAGOGICO, MEDIADOR DEL
CRECIMIENTO HUMANO
José Maria Martinez Beltran
Doctor en Filosofia y Letras
Master en Educacion
Profesor del Instituto Superior San Pio X
Abstract
This article board the concept of pedagogic dialogue as mediator of human growth and social reason of this
dialogue directed toward the search of significance, as product of learning, that retread the united of felt
intelligence, attitudes, y behaviours, integrals in coherent form and significant for life. From this perspec-
tive is planed recommendations for that the teachers to take into account in moment of assume a paper as
mediators.
Resumen
En este articulo se aborda el concepto de dislogo pedagésico como mediador del crecimiento humano y la
razin social de este dlalogo encaminada hacia la bisqueda del significado, como producto del aprendizaje,
que enmarca la unidad de sentido: inteigencia, actitudes y comportamientas, integrados en forma cohe-
rente y signfcativa para la vide. Desde esta perspectva se plantean ciertas recomendaciones para que los
docentes fengan en cuenta en el momenta de asumir su papel como mediadores.
Palabras clave i
Dement Ghusteehe RERLN CemueQeneen Carmctnge
Dialogo pedagogico, mediador, unidad de sentido, aprendizaje significative, educabilidad.
"Cade da, Sancho -djo don Quijote, te vas haciendo menas simple y mds dsereto, - Si, ue algo se me ha de
pegar de la discrecién de westra merced -respondié Sancho; que las tierras que de suyo san estrilesy secs, ester:
coldniolasy cultivindolas vienen a dar buenos frutos: quiero decir que la conversaciénde vuestra merced ha sido et
estlércol que sobre (a estéril tierra de mi seco ingenio ha caido; a cultivacién, el tiempo que fa que le sirvo y comu
nico; y con est espero de dar fruts de mi que sean de bendicién, tles, que no desdigan ni deslicen de los
senderos de a buena crianza que vuesa merced ha hecho en el agostado entendimiento mio".
. Quijote de la Mancha, Cap. Xt
1. Porel maestro en el ate de mane la pregunta. ¥ al
un E tiempo qu ha que le sivo y comunieo": gee pregunta nose quiere rd tdo ala interac.
€l tiempo que transcurre en el diario que cin verbal, De hecho, didlogo no es tanto intercambio
hhacer de una escuela, ese tiempo incontrolade de Ge palabras cuanto creacidn del espacio (did) en el que
encuentos en reereos, pais. pasillos y actividades, comurcacién es posible y frutfea. Para que exs-
varias, el tiempo de presencias y ausencias en la vida tq vienen bien ls palabras, pero tambign toda la gama
de cad alumno y de cada educador. Fs un tempo de ge comportamientos por los que entramos en com-
comunicacisn y de servicio mutuoenel cual se cea Seecrgr ena shater ate Caine inion
espaciosinerpersoales en fos que la reli iene pcg a snple poset
sus variants, sus efectos y su tasvase de conien-
El proceso de reflexi6n sobre este tema lo haremos
siempre a partir de la experiencia y observacion de los
ceducadores en su clase. No es novedad, pero si opor-
secuencias, equiere la mirada atenta sobre los edca- tunidad, ya que este modo de observacin nose da con
dores, sobre sus modos de actuary de arrancar de SU frecuencia, sea porque el seguimieno pe
alums Tas ms variadas respuesta de que €8 C4P8” ena a formar parte de Ia direccidn de ls centros @
el pensamiento humano cuando se sienteestimulado
Hacer un discurso sobre el dislogo, sus formas y con-‘porque los mismos educadores ponen resistencia a ser
‘observados. Lo cierto es que el tema de las interac
ciones ha sido una preacupacién desde hace bastantes
aos. Todos recordamos los estudios de Flanders
(1977) y sus llamadas de atencién sobre porcentajes,
tonos, formas... de la utilizacién de ts palabra por
parte del maestro. Lo primero que destacs era que el
‘maestro abla més que todos sus alumnos juntos y
que este fendmeno se manifesta desde la edueacién
preescolar hasta a universidad; que ms de las dos
terceras partes de las preguntas del maestro, estimulan
‘una respuesta esperada; los maestros no consideran
Ins ideas y las opiniones de sus alumnos; fos alum-
nos al preguntar generalmente lo hacen nada ms para
aclarar algo o para que sles repita el cvestionamien-
to.“Porlo general, los profesores dicen a los alumnos
To que tienen que hacer, c6mo hacerlo, cwsndo han de
‘empezar, cudndo han de conchuir y si o que hicieron
esté bien 0 mi
Sorge aqui la cuestién de Ia simetra o asimetra de a
relacign entre maestro y alumno. En s{ misma, dicha
relacién es asimétrica, por mucho que se hable en
términos democrétcos, o a veces demagdgicos, sobre
la igualdad y los derechos del nifio. El maestro es el
protagonista del conocimiento y de la pedagogta que
ayude al alumno en su adguisiciin El tiene el cono-
cimiento las normativas y referencias sobre lt bon-
dad de las cosas, ls criterias por los que se orienta al
pensar en la progresiva maduracin de sus alumnos.
‘Todo esto no est refido con la simetria en la escucha,
cn fa aceptacién incondieional de cada alumno, ni en
la construccién del conocimiento que pueda realizar
dentro de una pedagosfa constructivsta o de colabo-
rain,
Dialogar en busca de significado
‘Aungue Ia educacién haya buscado siempre transmitir
ignificados a las nuevas generaciones, nunca se ha
mostrado esta exigencia con tanta fuerza como en
la actualidad. A ello encauiza cada pais el emulo de
contenidos con que se lenan los curricula, y se bus-
‘ean ~ no con tanto ahinco ~ los métodos que hagan
los alumnos paseedores del significado tora de su
aprendizaje. La oferta de toda educacidn debe com-
prender Ia unidad de sentido: inteligenci, actitudes
¥¥ comportamientos, integrados en forma coherent y
Signiticativa para la vida.
El sentido no esté sino parcialmente en los libros, no
se consigue nicamente por el estudio; es una accin
dliakigica entre el adultoy el nifo, ya que los signifi-
ceados culturales son posesidin dle los adultos, - por su-
ESQUEMAS PEDAGOGIOOS
‘puesto con unos minimos de cultura y de sentido
‘comin - “La educacin — dice E. Morin (1999)- debe
favorecer la aptitud natural del espiritu para ereat y
resolver problemas esenciales y, cortelativamente,
‘estimular el pleno empleo de la inteligencia general.
Este uso pleno necesita del ejercici libre de a curio-
siad, la facultad més extend y viva de los nitios y
adolescentes, que con frecuencia la educacin apaga,
y que se debe estimular o despertar si est muerta”.
‘Conducir al nifio al deseubrimiento del contenido