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Reflexiones Guillermo Marshali, s. j .

La presencia del ausente


La presencia que en los otros. Nunca los niños pen- El Espíritu
saron laniu en su madre como cuando
El hombre durante siglos ha tratado ella estuvo lejos. Un navio que se aleja Si la palabra resuena en el oído, el
de hacer présenle a Dios en su vida, está mucho más presente en e! recuerdo Espíritu obra en el corazón. Cristo
Ha recurrido a muchos medios: imáge- de la novia. El padre que está en la desde el Padre envía a los creyentes su
nes, símbolos, gestos, libros sagrados, guerra es el centro de la familia. Espíritu. Él eslá presente a través de
Aún las religiones más evolucionadas Cristo al no estar en un lugar puede su Espíritu. Eslc Espíritu no es un nue-
han representado o simbolizado la pre- estar en lodos las lugares. La ausencia vo Cristo, no es una nueva palabra, nu
senda de Dios. Templos y ceremonias de Cristo hace posible su presencia en es un nuevo Dios. No se trata de una
han tratado de visualizar al invisible, cada comunidad cristiana, en cada eu- nueva instancia entre nosotros y Cris-
de hacer tangible al intocable, de ubicar caristía, en cada vaso de agua dado a to. La misión del Espíritu no es atraer
en un lugar y en un momento al que un niño, en cada pobre, en cada preso, las miradas sobre sí. Es el foco discreto
está más allá y más acá del espacio y en cada enfermo. que ilumina a Cristo y lo hace presente.
de los tiempos. De esta manera Cristo puede estar Esta presencia y esta acción del Es-
I.os que profesamos la fe cristiana presente en cada encuentro, en cada píritu es una nueva desposesión: "E!
afirmamos que Dios se hizo presente en esfuerzo por mejorar el mundo, en cada Espíritu sopla donde quiere, y oyes su
lesucrislo. Él es nuestro sacerdote, núes- lucha por la justicia. voz, pero no sabes de dónde viene ni
tro sacrificio, nuestro templo. El viejo Aceptemos que Cristo esté ausente y a donde va" (Jo. 3.8). El espíritu es
sueño del hombre de ver y tocar a Dios que su presencia sea la presencia de inmaterial, no se le puede localizar.
se hace realidad. un ausente. Pero ¿no habrá un lugar Aquél a quien él hace presente tam-
Pero he aquí que esa presencia duró un momento, algo que sea el soporte bien estará en todas partes. Esto nos
poco. Los hombres —cual otros discí- privilegiado de esa presencia-ausencia? obliga a una constante renuncia a núes
pulos de Emaús— acababan de abrir sus tros deseos de poseer, de fijar, de en-
ojos para reconocerlo, cuando . . . ya no marcar a Cristo. Cualquier momento,
estaba! "Os conviene que yo me vaya" La Palabra cualquier cosa, cualquier lugar pueden
(Jo. 16.7) había dicho Fesús. Esa frase ser la ocasión de su manifestación y de
nos deja pensativos. Quizás hubiera- Cristo se fue, pero nos quedó su pa- su presencia.
mos hecho de él un ídolo. Quizás hu- labra. Esa palabra fue captada por tes- Paradojalmenle la ausencia aumenta
biéramos querido poseerlo como una tigos privilegiados. Ellos la repitieron. !a presencia. La presencia se hace muí-
cosa, como un niño posee sus juguetes. En torno a ella, convocada por ct!a, se tiforme, imprevisible. El cristiano debe
constituyó la comunidad de los creyen- estar atento al menor rastro del Señor:
tes. Esa palabra fue norma, fue modelo, debe estar al acecho para reconocerlo
. . . del ausente fue vida, Nosotros no percibimos hasta al más leve de sus gestos. —"lo reco-
qué punto la Iglesia está constituida nocieron en la fracción del pan"—. No
La fe no es una posesión. La fe es por palabras. Palabras que proclaman dejarú escapar una pasada furtiva de
una salida de sí. La fe es la afirmación la Buena Nueva. Palabras que suscitan Jesús.
del Otro como otro. La fe es una des- la fe. Palabras que la ilustran. Pa- La palabra y ol Espíritu congregan y
posesión de sí. La fe en Cristo exige labras que hacen presente la ima- constituyen a la Iglesia. La palabra y el
una ausencia. Se afirma al que no se ve: gen de Cristo en la conciencia del Espíritu no se volalilizan, sino que SL;
"Bienaventurados los que na vieron y creyente. Palabras que dan sentido a tejen un cuerpo, se dan una exterior!-
creyeron" (Jo. 20.29). gestos: que dichas sobre c! agua y sobre dad. Ellas elaboran y secretan el cuerpo
La ausencia de Cristo funda su pre- el pan hacen presente a Cristo. Pala- de Cristo. La Iglesia está fundada en la
sencia. Los ausentes están a veces más bras de bendición, palabras de perdón, palabra y animada por eí Espíritu. Pa-
presente que los mismos presentes. La palabras de despedida. La palabra hace labra dicha una vez, pero que el Espí-
madre piensa en el hijo ausente más presente a Cristo. ritu dice de nuevo a cada instante.

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