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UNIVERSIDAD CATÓLICA DE VALPARAÍSO

ESCUELA DE INGENIERÍA QUÍMICA

Tarea N°1:
“Eco-eficiencia en la Minería:
Fundamentos y Aplicaciones”

ALUMNO: GONZALO SALAZAR C


PROFESOR: ERNESTO ORTIZ F
ASIGNATURA: SOSTENIBILIDAD MINERA
CARRERA: INGENIERÍA CIVIL DE MINAS
FECHA DE ENTREGA: 30/08/2018
1. Antecedentes

En general existió consenso en que toda empresa minera buscó incrementar su valor.
Asimismo, existió consenso que el sector empresarial ha pasado por un proceso de
globalización en las últimas décadas, estas dos premisas hicieron que las organizaciones por
un lado hayan buscado ser más productivas y por otro hayan buscado estrategias que les
permitiera diferenciarse en la industria minera. Es en este sentido, se introdujeron diversos
enfoques que explicaron cómo procesos más eficientes pudieron apoyar tanto la productividad
como la sostenibilidad de una empresa, citando a Cancino y Morales (2008), para que una
organización cree valor debió incrementar su eficiencia a través de innovación o mejoras en su
reputación, ambos sustentados en mejoras a los procesos productivos. Congruente con estas
premisas, se desarrolló un enfoque en el que se entendió que la actividad empresarial tuvo un
impacto importante sobre su entorno, es así que tomó relevancia la gestión eficiente de los
recursos que utiliza, así como los procesos que implementaron para reducir el uso de insumos,
de tal forma que conllevó a que la empresa obtuviera un mayor valor y a su vez controle los
efectos sobre su entorno, haciendo su actividad más sostenible. De esta forma, fue relevante
para la investigación identificar los avances en procesos eficientes vinculados a generación de
valor a través de la reducción en el uso de insumos y cuidado del medio ambiente, al que se
denominó coeficiencia.

El origen del término ecoeficiencia fue usado por primera vez por los investigadores
Schaltegger y Sturm (1990). Sin embargo, el concepto de ecoeficiencia se hizo más conocido
en 1992, cuando el Consejo Mundial de Negocios para el Desarrollo Sostenible (WBCSD, por
sus siglas en inglés) publicó el libro Changing Course , escrito por Schmidheiny (1992),
como una contribución a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y
Desarrollo de Río de Janeiro, con un enfoque especial para el cumplimiento de la Agenda 21
en el sector privado. El objetivo del libro fue cambiar la percepción de los sectores industriales,
de ser parte del problema de la degradación ambiental, a ser una parte muy
importante de la solución para la sostenibilidad mundial; desarrollando el concepto de
ecoeficiencia que unía las mejoras ambientales y económicas (Díaz, 2006; Montes, 2008).

El WBCSD (2000) realizó un diagrama que resumió las acciones que se han realizado orientado
hacia la sostenibilidad, tal como se muestra en la Figura 1, donde se pudo observar
que las flechas horizontales señalan que las empresas inicialmente trataron los temas de la
contaminación por medio de la gestión del cumplimiento. Luego, siguió una prevención de la
contaminación proactiva con la Producción más Limpia. Para pasar a la Ecoeficiencia que
contribuyó a la relación entre las mejoras ambientales y los beneficios económicos, finalizando
con el Empresariado Responsable, que equilibró los tres pilares de la sostenibilidad: justicia
social, prosperidad económica y balance ecológico.

Por otro lado, las empresas utilizaron diversas herramientas para implementar estos conceptos
(ver los círculos). Entre tanto, la agenda política tuvo grandes progresos (ver los óvalos): (a)
Desarrollo Sostenible, (b) Agenda 21, programa más concreto de acción, (c) Factor X, metas
cuantificadas de mejora en la ecoeficiencia y reducción de impactos sobre la economía, y (d)
Huella Ambiental, que sostuvo que el espacio disponible para la actividad humana es limitado
y debe ser distribuido más equitativamente. Finalmente, la autoridad ambiental legisló el

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Comando y Control, que desarrolló las políticas, introduciendo Acuerdos Regulatorios e
Incentivos Económicos para complementar, o reemplazar, su antigua dependencia de la
legislación (ver las flechas verticales).

Leal (2005) indicó que la ecoeficiencia se basó en: (a) el uso adecuado de los recursos naturales
reduciendo la sobreexplotación de estos, y (b) la disminución de la contaminación
asociada a los procesos productivos. Además, las oportunidades de eco-eficiencia estuvieron
dirigidas a: (a) grandes empresas o multinacionales, (b) pequeñas y medianas empresas
(PYMEs) y (c) micro empresas; así como a empresas de servicios que pudieron aplicar el
concepto de la forma como suministran sus servicios, ayudando a sus clientes a ser más
ecoeficientes (WBCSD, 2000).

Por otra parte la orientación hacia la ecoeficiencia es un enfoque correcto para las empresas
hacia sus aportaciones sustantivas de la sostenibilidad, pero sobre todo es un fuerte impulso
para la creatividad y la innovación, que se traducen en los siguientes beneficios:

1. Ahorros en energía y materiales.


2. Aumento significativo en la calidad de los productos y servicios.
3. Simplificación de procesos de producción.
4. Ahorros en el control de la contaminación comparados con las soluciones aplicadas al final
del producto.
5. Mayor competitividad a través de la aplicación de tecnologías mejoradas.
6. Reducción de los riesgos y mejoras en las condiciones de trabajo
7. Mejor imagen de las empresas a ojos de la comunidad donde se asientan.

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8. Participación en mercados emergentes para productos ecoeficientes.
9. Disminución de las presiones provocadas por las leyes medioambientales.
10. Mejora en la actitud de los trabajadores de las organizaciones a través de su participación
en las propuestas hacia la sostenibilidad. (p. 83).

2. Visión general de la aplicación de la ecoeficiencia en la actividad minera

Lo alcanzado hasta ahora satisface una de las peticiones más importantes que se han realizado
desde la perspectiva de la Eco-Eficiencia (Van Berkel, 2007): nos referimos a las mejoras
con resultados ambientalmente positivos del procesado de minerales. El que hoy podamos
fundir mineral de cobre más eficientemente bajo un punto de vista energético y además
recuperemos SO2 es un avance significativo; que el ácido resultante del último proceso pueda
ser utilizado en una minería más limpia, lo es aún más. Hablamos de sinergias entre el mundo
industrial y ambiental. Por otra parte se pide que los residuos sean más inertes (Van Berkel,
2007), cosa que va en el propio interés de las empresas que producen un determinado metal.
Después de todo, tener residuos con metales es como tener un capital inmovilizado para las
empresas. De ahí que su lavado por lixiviación no solo tenga consecuencias ambientales
positivas sino que la empresa además se beneficia económicamente de esto.

En un análisis de los desafíos que enfrenta la minería, Guerin (2009) señala la importancia de
incorporar más medidas que impulsen la eco-eficiencia en campos como el desarrollo de
nuevos procesos ambientalmente ―amigables‖ (eco-friendly), el uso más eficiente de la
energía, la minimización de desechos y el mejor uso del agua. El autor citado recalca la
importancia de establecer acuerdos con los proveedores que faciliten esos logros, así como la
de procurar que estas medidas se traduzcan en ahorros efectivos para la empresa. También
estima importante establecer contactos con las comunidades locales, en la búsqueda de
acuerdos de mutuo provecho (como pueden ser operaciones de reciclaje aprovechando los
desechos de la empresa minera). El mismo autor destaca una serie de logros alcanzados por la
minería australiana, como la captura de metano en minas de carbón, el rediseño in situ de
procesos, equipos y operaciones de reciclaje, substituciones de reactivos químicos etc., en los
cuales la participación de las partes interesadas ha jugado un papel importante en más de la
mitad de los casos.

El gran problema de la minería para adaptarse definitivamente a los principios de la Eco-


Eficiencia (EE) y Producción Limpia (PL) radica en la inmensa (e inevitable) cantidad de
residuos generados. Por ejemplo, en 2005 Chile produjo 5,36 millones de toneladas de cobre
equivalente metal. Para alcanzar esta cifra, el país generó las siguientes cantidades diarias de
residuos: 1,6 millones de toneladas de sobrecarga y estériles; 650.000 toneladas de materiales
de colas de concentración (balsas, relaves); y 12.000 toneladas de escorias (Jacques Wiertz,
com. pers.). Así, aun cuando hablamos de producción minera‖ quizás deberíamos también
incluir la producción de residuos‖ que se generan a través de esta, que en el caso del cobre (y
otros metales) puede ser más de 100 veces superior.

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Figura 2: Relaciones entre los parámetros de eco-eficiencia y producción limpia en la industria
minera. A la adaptación de la figura original de Van Berkel (2007) hemos agregado la
capacidad “real” de “cambio” de la industria minera en relación a los desafíos ambientales
propuestos (círculos de color numerados; ver explicación de estos en el texto que sigue).

En lo que se refiere a EE (figura superior) tendríamos el siguiente cuadro.

1: Sin querer en ningún momento decir que ya se ha alcanzado la máxima eficiencia, también
hay que reconocer que los métodos de procesado aún siguen dejando importantes cantidades
de metal en los residuos generados por el proceso, en otras palabras, se puede mejorar algo en
la concentración y lixiviado de metales, pero no milagros que consigan cifras cercanas al 100
x 100 de eficiencia.

2. Como hemos explicado anteriormente, no podemos hablar seriamente de residuos en minería


sin referirnos a los residuos del proceso productivo (s.s.), es decir, la roca estéril o débilmente
mineralizada, las colas de concentración y las escorias de fundición; contra eso cualquier otro
residuo minero es prácticamente insignificante en volumen y tonelaje. Dado que la ley de
mineral controla el volumen de residuos y esta es inamovible, en este apartado no existe
prácticamente margen para mejoras.

3. Con respecto al agua, aun cuando la industria minera es una consumidora ávida de este
recurso, bien para la concentración o la lixiviación, las mejoras en el reciclado, pero sobre todo
el uso de agua de mar (desalinizada o no), dejan abierto un cierto campo para mejoras en el
sector.

4. Un campo que siempre está abierto a mejoras es el de la eficiencia energética, en la cual se


puede aún mejorar significativamente. En este sentido, a destacar los proyectos de Barrick Gold

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sobre la construcción de molinos de viento para energía eléctrica en Argentina y Tanzania, para
sus minas de Veladero y North Mara respectivamente.

5. El control de escorrentías portadoras de metales y metaloides pesados ha mejorado y puede


seguir mejorando de manera significativa. El particulado aéreo es otra área donde podrían
realizarse mejoras importantes.

Por su parte, en el apartado de PL tendríamos la siguiente situación.

6. Diseño, siempre mejorable pero con limitaciones impuestas por la propia naturaleza
mineralógica y química de los materiales a tratar.

7. Lo mismo puede casi decirse en este caso; por ejemplo, difícil se ve la substitución del
cianuro o el ácido sulfúrico en los procesos de lixiviado del oro y cobre respectivamente.

8. Las plantas de tratamiento de minerales han progresado lenta pero seguramente en los
últimos 50 años, de tal manera que puede aun haber espacio para mejoras.

9. El mantenimiento de la maquinaria no debería suponer aquí un problema, habiendo un


amplio margen para mejoras.

10. Acabamos con una sección compleja ya que aquí según se vea, existe margen para mejoras
pero no para milagros. Nos explicamos, mientras más antiguo un residuo minero más altas
serán las leyes de metal que encontremos en las escombreras y colas, y por lo tanto, más fácil
la recuperación secundaria de estos por lixiviación.

3. Ejemplo de medidas de ecoeficiencia por parte de empresas mineras

3.1 Compañía de Minas Buenaventura

La Compañía de Minas Buenaventura ganó en la categoría de Ecoeficiencia en Residuos, por


la exitosa implementación de un sistema para la minimización de residuos sólidos peligrosos y
no peligrosos en servicios administrativos.

La experiencia exitosa de la Compañía de Minas Buenaventura corresponde a la mina Julcani


(Huancavelica), que es la primera unidad de producción minera de Buenaventura, que inició
sus operaciones en el año 1953 como yacimiento de plata en la provincia de Angaráes y distrito
de Ccochaccasa, a aproximadamente 4,200 msnm.

“Hasta el año 2005 la gestión de residuos sólidos consistía en la clasificación de residuos


industriales y domésticos, así como la recolección y transporte de residuos sólidos solo del
campamento y la mina. Los pobladores de Santiago Apóstol de Ccochaccasa y San Pedro de
Mimosa botaban sus basuras en las quebradas por donde discurrían las aguas superficiales que
eran consumidas por la población de la parte baja, poniendo en riesgo la salud de los

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comuneros. Ahora eso ha mejorado: los residuos sólidos se clasifican en cinco tipos utilizando
recipientes de colores diferentes para cada tipo de residuo, que son colocados en puntos de
acopio en la Mina Julcani y en las comunidades de Ccochaccasa y San Pedro de Mimosa”,
destaca Rosemary Boltan de Compañía de Minas Buenaventura, que cuenta con la certificación
internacional ISO 14001.

3.2 Minera Yanacocha

La minera Yanacocha opera regida por estándares nacionales e internacionales , en este caso
los del Banco Mundial , pero no por los estándares de la comunidad Europea que aseguran un
eficiente tratamiento de toda el agua que utiliza en la producción del oro.

En época seca, el agua utilizada en el proceso de producción es constantemente recirculada y


reutilizada para los mismos fines. Algo contrario ocurre en época de lluvias, cuando una gran
cantidad de agua de lluvia ingresa a las pilas de lixiviación. Este exceso de agua requiere de
tratamientos adecuados para que pueda ser descargada a las quebradas manteniendo la calidad
exigida por la legislación vigente.

El tratamiento de agua es un proceso que continuará llevándose a cabo aún cuando Yanacocha
haya culminado sus operaciones mineras y las áreas hayan sido rehabilitadas. El llamado Cierre
de Minas, que incluye actividades de rehabilitación de los terrenos y de revegetación y que
permite dejar los territorios minados en igual o mejor estado del que fueron encontrados, tendrá
como una de sus principales actividades el tratamiento permanente del agua así ya no se estén
llevando a cabo operaciones mineras en la zona. El adecuado tratamiento y descarga de agua
limpia para la provincia de Cajamarca se logra mediante tres grandes programas.

3.2.1 Programa de control de la erosión y los sedimentos

La lluvia que cae sobre un suelo sin cobertura vegetal, como lo es gran parte del territorio de
operaciones de Yanacocha, produce un arrastre de partículas de tierra. Estos son los
sedimentos. La erosión, con la consecuente producción de sedimentos, es un proceso natural.
Los sedimentos son parte inherente de los ríos, aún más en temporada de lluvias donde las
aguas de color marrón no son más que una muestra del aumento de sedimentos por el
acrecentamiento de la velocidad y volumen del caudal. Lo que ocurre es que Yanacocha, en su
proceso de producción, genera más sedimentos de lo normal y lo que se hace es controlar esa
cantidad adicional de sedimentos que genera su actividad.

Yanacocha cuenta con 13 serpentines diseñados para captar el agua de las lluvias que discurren
por las quebradas ubicadas dentro de sus operaciones. Los serpentines son como surcos o pozas
paralelas con muy poca pendiente en los que ingresa el agua cargada con sedimentos. Esto
provoca que el agua empiece a perder velocidad; al ocurrir esto, las partículas de tierra se van
asentando.

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Al pasar de poza en poza, los sedimentos son retenidos y el agua se va aclarando. Sin embargo,
esto no es del todo suficiente. Los serpentines, como primera fase, controlan el 50% de los
sedimentos, pero el otro 50%, que es mucho más fino, debe controlarse de otra manera, para
eso existen los diques. El control final de sedimentos se realiza a través de los diques que se
encuentran en las quebradas aguas abajo de la zona de operación minera, al borde de la
propiedad de Yanacocha. Esta es la última etapa antes de la descarga de las aguas al medio
ambiente, las cuales cumplen con los niveles establecidos por los estándares nacionales e
internacionales. Los diques de control de sedimentos de Río Grande y Río Rejo trabajan
eficientemente descargando agua con valores de sedimentos por debajo de 50 miligramos por
litro, lo cual protege la vida acuática aguas abajo de las operaciones y hace que el recurso
hídrico sea apto para cualquier otro uso que lo requiera.

3.3 Barrick y sus propuestas de ecoficiencia

3.3.1 Mina Lagunas Norte

En el ámbito de las buenas prácticas ambientales por parte de la empresa minera Barrick se
encuentra la mina Lagunas Norte, por ejemplo, cuenta con un rancho ecológico al interior de
la operación, proyecto que demuestra la viabilidad de la convivencia en armonía entre las
actividades agropecuarias y la minería. En el rancho se crían alpacas, vacas, y otros animales
menores con el objetivo de mejorar y repoblar especies altamente productivas para
condiciones de puna alta.

En las cercanías de la mina Lagunas Norte, Barrick también está pronta a terminar el proyecto
de remediación de los pasivos ambientales dejados por la mina Cayacullán, una vieja operación
de carbón abandonada que fue operada por la concesión minera Centromín. Desde el 2004, esta
iniciativa se ha enfocado en dos frentes principales: la calidad del agua de la cuenca del río
Perejil y la revegetación de las zonas impactadas. Recientemente, el programa de manejo de
residuos sólidos que Barrick lleva adelante en sus dos minas en Perú fue seleccionado como
uno de los finalistas en el premio Ecoeficiencia Empresarial 2009, organizado por el Ministerio
del Medio Ambiente y la Universidad Científica del Sur, en la categoría Manejo de Residuos.

3.3.2 Remediación de Cayacullán: un caso inédito de responsabilidad ambiental

Las actividades realizadas en la mina abandonada Cayacullán han incluido la utilización de


técnicas efectivas la mejora de la calidad de aguas que emanan de la bocamina principal y que
llegan a la cuenca del río Perejil. Además, personal de Barrick ha trabajado en la recolección
de residuos de carbón abandonados en diferentes lugares y que ponían en riesgo la calidad de
las aguas de la Laguna de Cayacullán. Los trabajos realizados en el desagüe de dicha laguna
han permitido retirar el carbón almacenado en su base. El carbón ha tratado por medio de
técnicas de cobertura con arcilla (para minimizar el ingreso de agua) y luego se ha recubierto
con suelos orgánicos para facilitar la siembra de especies vegetales. Además, se han cerrado
las bocaminas y las chimeneas, así como demolido la infraestructura de la antigua mina. La
zona se rehabilitado con pastos y especies floreales nativas.

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