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– Carnaval de Putre: antes de celebrarse la Cuaresma, durante los últimos días de febrero, aimaras
venidos desde diferentes pueblos del Altiplano se reúnen para celebrar, en la localidad de Putre, una
colorida fiesta. Gran parte de los ritos, bailes, vestimentas y ritmos que conforman el festival
pertenecen a la cosmovisión andina.
– Fiesta de la Pachamama: en la mayoría de las comunidades andinas de la zona norte de nuestro país
se realiza, en el mes de agosto, un festejo en el que se agradece a la madre tierra por su bonanza, el
cuidado de los animales y la protección sobre los pequeños poblados. A través de diversos rituales, los
hombres reconocen la importancia y el respeto de la naturaleza y sus ciclos.
– La Tirana: cada 16 de julio, un pequeño pueblo ubicado en una de las zonas más áridas del norte de
nuestro país se viste de color y fervor religioso. Bailes paganos se combinan con la devoción e, incluso,
con el fanatismo de miles de fieles que llegan hasta el poblado de La Tirana, ubicado a 19 km de Pozo
Almonte, para adorar a la Virgen del Carmen de La Tirana de Tarapacá.
La festividad marca un verdadero renacer de un pueblo, que gran parte del año permanece casi
deshabitado. Durante casi una semana (los festejos comienzan cerca del 12 de julio y culminan el 18
del mismo mes), diabladas, bailes chinos, huainos y morenadas inundan las calles de la ciudad y el
colorido vestuario contrasta con el desértico escenario.
La trágica leyenda de una pareja de enamorados compuesta por un español y una bella joven inca,
conocida como la Tirana del Tamarugal, dio inicio a esta llamativa fiesta. Un sacerdote encontró una
cruz en medio de la pampa, donde fue sepultada la pareja, y, en ese mismo lugar, levantó el templo que
hoy alberga la imagen de la Virgen y que recibe cada año a miles de peregrinos venidos desde distintas
zonas del territorio e, incluso, desde el extranjero.
Durante los festejos, diferentes grupos de baile muestran a los visitantes sus coreografías, las que
provienen de la tradición poshispánica y tienen por finalidad adorar a la Virgen. Acompañados de
tambores y trompetas, los bailarines finalmente ingresan al templo.
– El toro Pullay: durante los últimos días de febrero se celebra el carnaval de Tierra Amarilla, en la
localidad del mismo nombre. Uno de sus festejos más llamativos es el del Toro Pullay, en el que los
participantes recrean el sentimiento de rebeldía de la población frente a los abusos de toda índole. Para
ello, los participantes se disfrazan y usan máscaras de personajes populares e, incluso, de autoridades
del país o locales. También se recrea el funeral de un minero, al que asisten la viuda, el cura, las
amigas, el curadito del pueblo y otros personajes que resaltan la picardía y la ironía de los festejos.
– Fiesta huasa de El tránsito: la segunda semana de febrero se efectúa, en la localidad de El Tránsito,
comuna de Alto del Carmen, una fiesta huasa que combina competencias campesinas con espectáculos
propios del campo chileno y en la que se celebra el término de la vendimia.
El primer día de celebración, la fiesta es animada por diferentes grupos folclóricos y otros de humor.
Durante la segunda jornada, se realizan domaduras de potros y novillos y se efectúa, en la medialuna de
El Tránsito Alto, el tradicional rodeo. Finalmente, en el tercer día, la fiesta culmina con carreras a la
chilena. También es posible disfrutar de diferentes comidas típicas, como empanadas, cazuelas, vino y
pajarete, este último, licor hecho en la zona.
– Fiesta de La Pampilla: desde el 17 al 21 de septiembre se celebra, en el sector de Coquimbo
conocido como La Pampilla, una fiesta a la que acuden gran cantidad de personas, provenientes de
todas partes de Chile. Entre carreras a la chilena, comidas típicas y un festival que, en los últimos años
ha tenido artistas de fama internacional, se celebra la que es considerada la fiesta popular más grande
de Chile.
La celebración data de 1864, año en que comenzaron a realizarse algunos ejercicios militares de la
Brigada Cívica de Artillería. Estos atraían a una gran cantidad de personas, quienes aprovechaban de
festejar las Fiestas Patrias en el lugar, llevando, incluso, provisiones para varios días. Sin embargo,
también hay quienes atribuyen el origen de esta celebración al triunfo de los vecinos del lugar frente al
corsario Bartolomé Sharp o a las celebraciones efectuadas en el puerto de Coquimbo luego de que su
población se enterara, con dos días de atraso, de la instauración de la primera junta de Gobierno, en
1810.
Glosario
– Cuaresma: Tiempo de preparación para la Pascua de Resurrección, desde el miércoles de Cenizas
hasta el Jueves Santo. Se caracteriza por ser un período de penitencia.
– Fervor: celo ardiente hacia las cosas de piedad y religión.
– Domadura: acción y efecto de amansar un animal.
– Provisión: conjunto de cosas, especialmente de alimento, que se guarda o reserva para un fin.
– Inculcar: repetir con empeño muchas veces algo a alguien.
– Comitiva: gente que va acompañando a alguien.
– Zarandar: limpiar el grano o la uva, pasándolas por un cedazo.
– Payador: cantor popular que se acompaña de una guitarra e improvisa versos sobre variados temas.
Hacia 1930 llegó el ocaso de la explotación salitrera y las oficinas fueron cerradas paulatianmente.
Pero, aunque obligados a emigrar a las grandes ciudades del norte y centro de Chile, los pampinos
mantuvieron la hermosa tradición de peregrinar una vez al año a La Tirana, y hoy la fiesta se
transformó en un legado de identidad chilena de la pampa.
Elcira Soto, nacida pampina, recuerda que en en esa época “la gente venía en camión a la Fiesta
desde la oficina de Buenaventura, en familia. Antes de salir debíamos pedir permiso al encargado de
la oficina, bailando frente al edificio de la administración. Comencé en un baile piel roja de la oficina
de Victoria. La gente venía de todas las oficinas. Y todos esos bailes continúan hasta el día de hoy
porque siguieron sus hijos, nietos y bisnietos de esos bailarines. Es una tradición familiar, muy
sacrificada en esa época.”
De esta forma, el santuario se fue haciendo más conocido y comenzó un flujo cada vez mayor de
devotos.
Un rasgo característico y fundamental son los coloridos y animados bailes religiosos: Promeseros,
Cuyacas, Gitanos, Chunchos, Pieles Rojas, Morenos, Indios… son sólo algunos nombres de los casi
doscientos grupos que cada año rinden tributo a la imagen de la Virgen del Carmen de La Tirana.
Para quien los conoce por primera vez, los bailes pueden parecer algo extraño pero al mismo tiempo
sorprendente. Son el resultado de una fusión entre antiguas ceremonias incas, el carnaval chino –debido
a los numerosos inmigrantes de ese país llegados a comienzos del siglo XX– y las danzas populares en
honra de la Virgen del Socavón, patrona de los mineros bolivianos.
La “Fiesta Grande” se realiza el 16 de julio, el día de Nuestra Señora del Carmen, feriado nacional,
pero para los bailes religiosos los preparativos empiezan en marzo, con la confección de los vistosos
trajes y los ensayos de la coreografía. Con el pasar del tiempo, los grupos fueron organizándose en
asociaciones de fieles, también llamadas “hermandades”. Cada una debe recaudar los fondos para
contratar la banda de música que tocará durante su baile frente a la Virgen.
Los movimientos multicolores de esos bailes religiosos y la devoción creciente a la Virgen del Carmen
configuran una de las mayores manifestaciones de piedad popular en Chile, tanto como llamar a La
Tirana “la Capital de la Fe del Norte de Chile”. Una fe que para llegar al Corazón de Cristo, busca
instintivamente la mediación de María.
Gitanos: Como lo dice su nombre, el baile recuerda los grupos gitanos, con
vestimentas coloridas y donde destacan el uso de pañuelos (en el caso de los hombres, es utilizado
extendido detrás de los hombros). Las mujeres acompañan la música con la utilización de panderetas.
Indios: Originados bajo influencia del cine mudo estadounidense que llegaba a
los teatros de las oficinas salitreras. Imitan las representaciones de indígenas apaches, sioux, pieles
rojas, etc. La vestimenta se remite a largos tocados de plumas y cintillos y el uso de lanzas para marcar
el compás de la música. En la noche se realizan grandes fogatas en torno a las cuales se danza
acompañados de bandas musicales que recuerdan antiguos western.
Morenos: Esta danza muy caracteristica de las fiestas religiosas del Norte de
Chile representa a los esclavos de los pueblos originarios del Norte de Chile (propiamente mineros) los
cuales eran forzados a trabajar para los colonos. Usan una matraca simulando el sonar de las cadenas de
estos ya sea en pos de celebración o recogimiento.
Diabladas: Son las más vistosas por el decorado de sus trajes y sus atractivos
pasos de baile. Se inspiran en la diablada altiplánica boliviana que llega a la fiesta el segundo tercio del
s. XX. Se basa principalmente en filas de cholas (mujeres) y diablos ( hombres) quienes frente a la
imagen de la Virgen van danzando intrincadas coreografías que representan la lucha del bien y el mal.
De noche las máscaras de los hombres se iluminan con luces, lo que llena de colores la noche pampina