Presencia de la arquitectura

mudéjar del Estado de México

y de Morelos
Inés Ortiz Bobadilla *

El presente artículo corresponde a una investigación acerca de

los elementos estructurales y compositivos de la arquitectura
mudéjar que influyeron en la arquitectura virreinal en la Nueva
España. En este caso se hablará de los estados de México y Mo-
relos. La incorporación de los sistemas estructurales, principal-
mente las cubiertas de madera, tienen semejanzas significativas
que los relacionan con la arquitectura mudéjar de la Península
Ibérica. Los ejemplos citados se refieren a los alfarjes de un sólo
orden de vigas, como los encontrados en Jilotepec y Tetela del
Volcán, así como a la pintura mural de clara influencia mudéjar
encontrada en Atlatlahucan y Totolapan.

Palabras clave: mudéjar, carpintería de lo blanco, virreinato,

Morelos, Estado de México.

* Profesora del Departamento de Teoría y Análisis de la uam-x.

1
Introducción
Con la llegada de los frailes en el siglo xvi, se intro-
ducen a la Nueva España las técnicas arquitectóni-
cas utilizadas en ese entonces en España, que se
combinaron con las técnicas propias de la región. Se
adoptan nuevos sistemas constructivos, entre los que
se encontraban los aportados por los hispanomusul-
manes, que derivaron en la arquitectura mudéjar.
Una de las aportaciones mudéjares estructurales
más importantes es el sistema de cubiertas de ma-
dera, un sistema estructural ligero y de cierta facilidad Tetela proviene de la raíz náhuatl Tetella, tierra fragosa
constructiva. Las cubiertas mudéjares se pueden
clasificar, a grandes rasgos, en alfarjes de uno o dos
ordenes de vigas, alfarjes sobre arcos diafragma, y
armaduras de par y nudillo.1
Las cubiertas de los templos se techaron, en
un inicio, con cubiertas de madera. Existe evidencia
escrita en las fuentes históricas, de que en la Nueva
España había un conocimiento preciso para realizar
este tipo de cubiertas. Desafortunadamente, son
pocas las que han sobrevivido.
El gusto por la geometría mudéjar se refleja tam-
bién en las pinturas murales realizadas en Atlatlahu-
can y Totolapan. Una solución más económica que
la realizada en madera, pero que sin duda refleja el
amor a la geometría islámica.
Otro tipo de estructuras, ya no propiamente
mudéjares, son las encontradas en el presbiterio de
Tilapa, decorado con un artesonado renacentista. En
los claustros de Atlatlahucan, Totolapan y Tetela del
Volcán se hicieron igualmente reproducciones pictóri-
cas semejando artesonados renacentistas.
A continuación se exponen los ejemplos encon-
trados tanto en Morelos como en el Estado de México. 1 Inés Ortiz Bobadilla, “Techumbres mudéjares”, en Anuario de
Morelos
En la región de Morelos (Figura 1) tenemos un solo
caso mencionado por De Ciudad Real que sería Tetela
del Volcán. Posee una cubierta de madera ubicada en
la sacristía, realizada con un alfarje de un solo orden
de vigas (Figura 2), apeada sobre canes sencillos. La
2
cubierta está decorada con chillas de motivos florales
y los papos de las vigas están decorados con motivos
geométricos. Atlatlahucan y Totolapan fueron incluidos
en este estudio ya que, a pesar de que no tienen
cubierta de madera, poseen decoración pictórica de
clara influencia mudéjar, tanto en los claustros como
en la capilla abierta.
Templo de San Juan Bautista, Tetela del Volcán,
Morelos
de montes y sierras; o Tetetla, lugar pedregoso o
pedregal.2 En este lugar se construyó un convento
adjudicado a los dominicos antes de 1562.3
Ubicado a las faldas del volcán Popocatépetl, se
construyó en un desnivel, lo que obligó a fabricar
una plataforma de grandes proporciones. Se atribuye
la obra a Fray Juan de la Cruz y ésta se concluyó en
1581. Fray Antonio de Ciudad Real sólo menciona
acerca del convento el número de frailes que lo habita-
ban: “Convento de Santo Domingo en el cual moraban
dos religiosos, aunque a la razón no había más de
uno”.4
La portada de la iglesia es sencilla, con un arco
de medio punto enmarcado por un alfiz; sobre ella
una ventana correspondiente al coro, de medio punto
y enmarcada también por un alfiz. Posee contrafuer-
tes a 45° enmarcando todo el conjunto (Figura 3). La
iglesia es de planta rectangular, de aproximadamente
35 m de largo por 10.5 m de ancho, de nave rasa
con presbiterio rectangular del mismo ancho que la
Estudios de Arquitectura, historia, crítica, conservación, UAM
Azcapotzalco, México, 2006, pp. 43-58.
2 Fray Alonso de Molina, “Vocabulario en lengua castellana y
mexicana y mexicana y castellana”, Editorial Porrúa, México,
2004.
3 George Kubler, Arquitectura mexicana del siglo xvi, Fondo de
Cultura Económica, México, 1982, p. 166.
4 Antonio De Ciudad Real, Tratado curioso y docto de las gran-
dezas de la Nueva España, vols. I, II, Instituto de Investigacio-
nes Estéticas, unam, México, 1976, p. CLXVI.
Figura 1. Mapa de Morelos

Figura 2. Alfarje de un solo orden de vigas, apoya-

do sobre canales sencillos.
Figura 3. Fachada principal, San Juan Bautista, Tete-
la del Volcán. Foto: Rodrigo Floresvillar Ortiz.
3
Figura 4. Plano de San Juan Bautista, Tetela del Volcán, basado en Carlos Martínez Marín, Tetela del volcán, su historia y su convento, Serie
de Historia Novohispana, núm. 21, Instituto de Investigaciones Históricas, unam, México, 1984, láminas 2 y 3.
nave, actualmente cubierta con cuatro bóvedas de
lunetos. A la entrada se localiza el coro.
Lo que nos interesa de este conjunto es la sacris-
tía, la cual se comunica con la antesacristía y ésta con
la iglesia a través del presbiterio.
La sacristía es de proporciones rectangulares, de
aproximadamente 10.5 m de largo por 5.25 m de
ancho (Figura 4). Está cubierta con un alfarje de un
solo orden de vigas apoyadas sobre estribos y éstos a
su vez sobre canes, los cuales rodean todo el espacio
rectangular. Los papos de las vigas están decorados
con motivos geométricos y la tablazón está decorada
con chillas5 de motivos florales (Figuras 5 y 6). En
el local contiguo a la sacristía también se conservan,
en uno de los ángulos del techo, restos de alfarje
igual que el de la sacristía, lo que hace pensar, según
Martínez Marín, “que así fue la techumbre de las de-
más dependencias y tal vez también la del primitivo
templo”.6
En los otros casos estudiados, las vigas apean
directamente sobre los canes y éstos van únicamente
paralelos a las vigas, pero en éste las vigas apean
4
sobre estribos y los canes, perpendiculares a las vigas,
únicamente sostienen el estribo.
En los corredores del claustro, cubiertos con
bóveda de cañón, se pueden apreciar las decoracio-
nes pictóricas simulando artesonados renacentistas,
inspiradas probablemente en los libros de Serlio.
Están realizadas en tonos blanco y negro, y un remate
al inicio de la decoración de la bóveda en tonos rojos
y ocres con elementos vegetales, zoomorfos, ángeles y
escudos (Figura 7).
Iglesia de San Mateo Apóstol y Evangelista,
Atlatlahucan, Morelos
Atlatlahucan, también llamado Atlatalukan, quiere
decir “donde hay agua rojiza”.7
5 Chillas o chellas: figuras inscritas dentro de un cuadrado y de
variadas formas geométricas.
6 Carlos Martínez Marín, Tetela del volcán, su historia y su
convento, Serie de Historia Novohispana, núm. 21, Instituto de
Investigaciones Históricas, unam, México, 1984, p. 79.
Figuras 5 y 6. Detalles del alfarje de la sacristía. Fotos: Rodrigo Floresvillar Ortiz.

En este lugar los agustinos construyeron, en

1570, un convento dedicado a San Mateo Após-
tol y Evangelista. En un principio fue visita de los
franciscanos, para pasar posteriormente a manos
de los agustinos. Juan de Grijalva, en la Crónica de
la Orden NPS de San Agustín, menciona acerca
de este lugar que: “también puso religiosos en el
pueblo de Quauhtlatlahucan, que también era de la
administración de los padres de San Francisco; es
del Obispado de Puebla de donde dista doce leguas
hacia la parte sur”.8
La fachada del templo es austera, enmarcada
por contrafuertes a 45 grados. Consta de un arco
de medio punto y sobre éste una ventana de forma
rectangular, correspondiente al coro, enmarcada con
un frontón. Remata la fachada una espadaña. Todo el
conjunto está coronado por almenas (Figura 8).
Se trata de una iglesia de nave rasa con presbite-
rio poligonal diferenciado por un arco triunfal (Figura
9) y jerarquizado por una diferencia de niveles. La
Figura 7. Decoración pictórica en el claustro de San Juan Bautista,
nave está cubierta con una bóveda de cañón corrido. Tetela del Volcán. Foto: Rodrigo Floresvillar Ortiz.
Lo que nos interesa de este conjunto es la
decoración pictórica que conserva, costumbre no
únicamente de los agustinos, sino también de otras
7 Enciclopedia de los municipios de México en http://www.e-
órdenes religiosas, que recurrían también a este tipo
local.gob.mx/wb2/ELOCAL/ELOC_ Enciclopedia.
de ornamentación; en este caso se encuentra en el
8 Juan de Grijalva, Crónica de la orden NPS. Agustín en las
claustro, sobre bóvedas de cañón corrido; pintados provincias de la Nueva España en cuatro edades desde el
en el intradós de las bóvedas hay unos casetones año de 1533 hasta el de 1592, Porrúa, México,1985, p. 267.
5
Figura 8. Fachada principal, Atlatlahuacan, Morelos.

Figura 9. Plano de San Mateo Apóstol y Evagenlista, Atlatlahuacan, Morelos. Basado en Manuel
Romero de Terreros, Atlatlahucan, inah, México, 1964.
6

pintados en forma hexagonal, alternados con rombos
y triángulos, en colores rojos, cafés y grises.
La capilla abierta, construida delante de la torre,
formada por un presbiterio rectangular y nave de
planta trapezoidal, se encuentra cubierta con una
bóveda pintada con motivos geométricos sobre un
fondo azul, formando una lacería en colores rojos con
estrellas de ocho puntas. En el interior de las estrellas
hay dibujados una serie de querubines, con nume-
rosas estrellas blancas. En el conjunto se pueden
observar asimismo un sol y una luna rodeados por
estrellas blancas (Figuras 10 y 11).
Iglesia de San Guillermo Totolapan, Morelos
Totolapan viene de totoltli, “ave”; atl, “agua”, y , “sobre
o encima”, y quiere decir “Sobre agua, gallaretas”.9
Este conjunto fue fundado por los agustinos en 1534,
por Fray Jorge de Ávila.
La fachada es sencilla, consta de un arco de
medio punto para el acceso y sobre éste una ventana,
Figuras 10 y 11. Detalles de la pintura en la bóveda de la capilla
abierta, Atlatlahucan, Morelos. Fotos: Inés Ortiz.
correspondiente al coro, de forma circular. Corona el
conjunto una espadaña. Tiene una torre adosada, pro-
bablemente de una época posterior. La fachada tiene
decoración pictórica semejando sillares de piedra y
anagramas (Figura 12).
Se trata de una iglesia de nave rasa con presbi-
terio rectangular del mismo ancho que la nave. Está
cubierta con una bóveda de cañón corrido.
El convento adosado a la nave tiene un patio
cuadrangular rodeado por una doble arcada de medio
punto. Los corredores del claustro están cubiertos
con bóvedas de cañón corrido. En el intradós de las
bóvedas se puede apreciar la decoración pictórica
que, al igual que en Atlatlahucan, consiste en un
artesonado renacentista con hexágonos, triángulos y
rombos, pero en este caso, realizado en tonos grises.
Llama la atención el intradós del arco que conforma
la esquina del corredor, decorado con una preciosa
lacería mudéjar conformada por estrellas de ocho
puntas, y decorados los sinos, candilejos, almendrillas
y zafates con hojas. También se resolvieron en tonos
grises (Figura 13).
9 Gallareta: Ave gruiforme nadadora de hasta tres decímetros de
largo, plumaje negro con reflejos grises, pico y frente blancos,
alas anchas, cola corta y redondeada y pies de color verdoso
amarillento, con dedos largos y lobulados, en Enciclopedia de
los municipios de México, en http://www.e-local.gob.mx/work/
templates/enciclo/morelos/ Municipios/17027a.htm.
7
Figura 12. Fachada de la iglesia de San Guillermo Totolapan, More-
los. Foto: Mauro Germán Valdés.

Entre los edificios que tuvieron cubiertas de

madera en lo que ahora es el Estado de México, se
menciona en el de Fray Agustín de Vetancourt, la igle-
sia de la Asunción en Toluca “la iglesia que es de la
Asumpción de Nuestra Señora dedicada; es de tijera,
muy capaz, su adorno de mucho primor…”10
Son pocos los ejemplos que tenemos en el Esta-
do de México (Figura 14). Por un lado está Jilotepec,
mencionado por De Ciudad Real, donde se construyó
antiguamente una capilla parecida a la de Cholula y
a la de San José de los Naturales, pero desafortuna-
damente no se conserva actualmente; únicamente
tenemos en la iglesia de San Pedro y San Pablo de
Jilotepec, un alfarje de un solo orden de vigas (Figura
15), tanto en la cubierta como en el coro. Por el otro,
está el caso de Santiago Tilapa, aunque no es men-
cionado por ningún cronista, se ha incluido por poseer
un alfarje de un solo orden de vigas en la nave y un
artesonado en el presbiterio.
Figura 13. Detalle de la decoración pictórica en el intradós de un
arco del claustro en San Guillermo Totolapan, Morelos. Foto: Mauro
Germán Valdés.
En este lugar fundaron los franciscanos un con-
vento y Fray Antonio de Ciudad Real expone:
Xilotepec… tiene por vocación San Pedro, es guardia-
nía y está fundado en un pueblo del mesmo nombre
de gran población de indios otomíes […] El convento
está acabado, con su claustro, iglesia, dormitorios y
huerta, […] está pegada al convento una ramada muy
grande y sumptuosa, donde se juntan los indios, se les
predica y dice misa.12

Templo de San Pedro y San Pablo Jilotepec,

Estado de México
El nombre de Jilotepec proviene del náhuatl , “mazor-
ca de maíz tierna y por cuajar”, y , “sierra”11 y quiere
decir “en el cerro de las mazorcas tiernas”.
8
10 Fray Agustín de Vetancourt, Teatro mexicano, descripción breve
de los sucesos ejemplares históricos y religiosos del Nuevo
mundo de las indias, Porrúa, México, 1982, p. 61.
11 Fray Alonso de Molina, op. cit.
12 Antonio De Ciudad Real, op. cit., p.137.
Figura 14. Mapa del Estado de México.
Acerca de esta ramada, Kubler expone que se
trataba de una de las capillas abiertas más grandes
de la Nueva España, construida con siete naves
(Figura 16), en un área de 45 por 27 metros, se-
mejante a la capilla de San José de los Naturales y
a la Capilla Real de Cholula. Esta capilla no existe
Figura 15. Alfanje de un solo orden de vigas.
Fig. 16. Reconstrucción de la capilla abierta
de Jilotepec. Según George Kuble, Arquitec-
tura Mexicana del siglo xvi, Fondo de Cultura
Económica, México, 1982, p.377.
actualmente, tan sólo quedan algunas columnas y
un fragmento de la sala, hoy utilizada como sacristía
(Figura 17).
La iglesia es de nave rasa; el presbiterio, diferen-
ciado por un arco triunfal, tiene el mismo ancho que
la nave. La cubierta de la nave es un alfarje de un
9
Figura17. Vista de lo que fue parte de la capilla abierta de San Pedro y San Pablo, Jilotepec,
Edo. de México. Foto: Juan Benito Artigas.

Fig. 18. Vista del interior de la nave de San Pedro y San Pablo, Jilote-
pec, Edo. de México. Foto: Juan Benito Artigas.
Fig.19. Vista de la cubierta del presbiterio de San Pedro y San Pablo,
Jilotepec, Edo. de México. Foto: Juan Benito Artigas.
10
Figura 20. Vista de la sobre cubierta de San Pedro y San Pablo, Jilotepec, Edo. de
México. Foto: Juan Benito Artigas.
solo orden de vigas apeadas sobre canes sencillos
(Figura 18). Existe una serie de molduras semicir-
culares de piedra a modo de apoyos, localizadas en
la parte inferior de los canes. El presbiterio tiene el
mismo sistema de cubierta pero separado de la nave
por medio del arco triunfal (Figura 19). El coro está
localizado al pie de la nave y utiliza en el entrepiso, al
igual que en la cubierta, un alfarje de un solo orden
de vigas.
Tiene la iglesia una sobrecubierta realizada con
una armadura de madera, de manufactura muy sen-
cilla hecha a base de vigas rollizas sobre la cual están
puestas las tejas. Esta sobrecubierta protege al alfarje
de madera (Figura 20).
Mendiola expone acerca de la iglesia: “Es de as-
pecto pobre, algo elevada, cubierta por techo de alfarje,
de cuya gran calidad quedan vestigios en el coro”.13
El convento de la iglesia de San Pedro y San
Pablo tiene un claustro soportado a base de pilares
de sección cuadrada (Figura 21), en cuyos corredores
hay, tanto en el entrepiso como en la cubierta supe-
rior, un alfarje de un solo orden de vigas, que apoya
por una parte directamente sobre el muro y por otra
sobre una viga que descansa en zapatas que apoyan
en los pilares cuadrados.
Capilla de Santiago Apóstol, Tilapa, Estado de
México
Esta capilla data del siglo xvi,14 es de nave rasa,
rectangular, de doce metros de ancho por veintiocho
metros de largo, el presbiterio es ligeramente menor
que la nave, diferenciado por un arco triunfal.
La fachada es muy sencilla, posee un arco de
medio punto decorado con elementos de cantera en
relieve, denotando su factura indígena. Arriba de éste,
dos cornisas del ancho del acceso que sobresalen ho-
rizontalmente, rematadas con dos elementos triangu-
lares adosados a modo de pinjantes. Entre estos dos
elementos se ubica la ventana circular del coro. Sobre
la cornisa superior está adosada una cruz con relieves.
Termina la fachada en forma vertical, acusando una
sobrecubierta con una armadura de madera acabada
con tejas (Figura 22).
13 Vicente Mendiola Quezada, Arquitectura del estado de
México en los siglos xvi, xvii, xviii, xix, Instituto mexiquense
de cultura, México, 1993, p.198.
14 Carlos Flores Marini, Santiago Tianguistengo, inah, México,
1965, p. 81.
11
Figura 21. Plano de San Pedro y San Pablo, Jilotepec. Basado en Ildefonso Galicia Morales (coord.),
Catálogo nacional de monumentos históricos inmuebles Estado de México, vols. I, II, III, inah, Secretaría
de Educación, Cultura y Bienestar Social del Gobierno del Estado de México, México, 1986, p. 581.

Figura 22. Portada de Santiago Apóstol, Tilapa. Foto: Inés Ortiz.

Figura 23. Detalle del apoyo del coro de Santiago Apóstol, Tilapa.
Foto: Inés Ortiz.
12
Figura 24. Detalle del alfarje de un solo orden de vigas de
Santiago Apóstol, Tilapa. Foto: Inés Ortiz.
Figura 25. Detalle del artesonado en el presbiterio de Santiago
Apóstol, Tilapa. Foto: Inés Ortiz.
Figura 26. Planta de Santiago Tilapa, Edo. de México. Basado en
Ildefonso Galicia Morales, op. cit., p. 1504.

A un costado de la fachada se localiza la torre, de

factura posterior, con decoraciones cerámicas y de
argamasa.
A la entrada de la capilla se localiza el coro, con
un entrepiso de madera de un alfarje de un solo orden
de vigas, apoyado sobre cuatro columnas cilíndricas de
madera. Éstas soportan las zapatas que van a recibir a
la viga que da apoyo al alfarje del coro (Figura 23).
La nave de la capilla, al igual que el coro, está
cubierta con un alfarje de un solo orden de vigas que
apean sobre canes sencillos moldurados (Figura 24).
El presbiterio está diferenciado, no sólo por el arco
triunfal, sino también por el sistema de cubierta que
en este caso es un artesonado de tipo renacentista,
decorado con rombos, óvalos y al centro una estrella
de ocho puntas rodeada por un octágono con un
pinjante al centro (Figura 25). Mendiola describe esta
capilla como “Una auténtica joyita del siglo xvii”.15

Conclusiones

La arquitectura que se construyó durante el virreinato

tiene elementos que reflejan su vínculo con el arte 15 Vicente Mendiola Quezada, op. cit., p. 259.
13
mudéjar. Hubo una gran proliferación de estructuras
de madera sobre todo en las cubiertas, ya que era
el sistema estructural que conocían los españoles y
de algún modo era más sencillo y más rápido que la
elaboración de bóvedas. Por otra parte, las bóvedas
que se construyeron se decoraron ocasionalmente
con pinturas imitando tanto los artesones renacen-
tistas como las lacerías mudéjares, lo cual constituyó
una solución económica y que cubría las necesidades
de decoración.
En el Estado de México encontramos elementos
mudéjares tanto en Tilapa como en Jilotepec, en am-
bas poblaciones existen, en las naves de las iglesias
que aquí se han citado, alfarjes de un solo orden de
vigas apoyados sobre canes sencillos. Cabe men-
cionar que Jilotepec tuvo en el siglo xvi una capilla
abierta de tipo mezquita.
En el estado de Morelos se encuentran el alfarje
de un solo orden de vigas con sus características antes
14
mencionadas ubicado en Tetela del Volcán, y la deco-
ración pictórica de lacería en Totolapan y Atlatlahucan.
Los elementos renacentistas fueron utilizados
durante el virreinato. Artesonados inspirados en las
láminas de Serlio se utilizaron como decoración pictó-
rica en los corredores de los claustros de Atlatlahucan,
Totolapan y Tetela del Volcán, que al corresponder a
una necesidad de horror vacui tan característica de
los mudéjares, llevó a cubrir los espacios con hermo-
sas figuras geométricas. En Tilapa, el artesonado del
presbiterio no sigue propiamente los lineamientos de
Serlio, combinándose con figuras mudéjares como
serían los octágonos y las estrellas.
No se puede decir que en la Nueva España exis-
tan edificios propiamente mudéjares como los realiza-
dos en la península ibérica, pero sí existen elementos
suficientes, tanto estructurales como tectónicos, que
demuestran la influencia que la arquitectura mudéjar
tuvo durante el virreinato.
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