Professional Documents
Culture Documents
más difíciles para los padres. Hasta los papás de los mejores dormilones se
enfrentan ocasionalmente con algunas batallas a la hora de acostar a sus hijos.
De hecho, hasta un tercio de los niños parecen tener algún tipo de dificultad
para dormir bien.
Nuestros expertos en sueño infantil han identificado seis errores frecuentes que
los papás cometen en relación al descanso nocturno de sus niños. Lo bueno es
que estos errores se pueden corregir con relativa facilidad. Tanto los expertos
como los padres veteranos confirman que con sólo hacer algunos cambios
sencillos en la rutina y el ambiente de los niños se pueden prevenir y corregir una
gran parte de los problemas de sueño.
Una vez que alcances tu meta (o sea, cuando tu hijo se duerma a la hora debida
y permanezca dormido toda la noche) no sólo tendrás un niño más feliz y
descansado, sino también una familia ¡más feliz y descansada!
Puede que tu hijo no tenga un horario fijo para dormir, o que a ti no te sobre
mucho tiempo después del trabajo y lo acuestes más tarde para poder jugar un
poco con él.
"El permitir que los bebés y niños pequeños se acuesten demasiado tarde los
fatiga demasiado", dice la trabajadora social Jill Spivack, coautora del libro The
Sleepeasy Solution (La solución para un sueño fácil). "Cuando se cansan
demasiado, les cuesta más dormirse y permanecer dormidos, y se despiertan más
temprano que si los acostáramos a una hora más adecuada", dice.
O puede que retrases la hora de acostar a los niños para evitar los pleitos, o con
la esperanza de que estén tan exhaustos que se queden dormidos del cansancio y
así duerman hasta más tarde al día siguiente. Pero esto es falso, porque cuando
los niños se cansan demasiado, se ponen más inquietos, dice Jodi Mindell,
directora adjunta del Centro para el Sueño del Hospital Pediátrico de Filadelfia y
coautora, junto con Judith Owens, del libro Take Charge of Your Child's Sleep
(Toma el control del sueño de tu hijo).
Una buena costumbre: Impón horarios fijos para ir a la cama (y para las
siestas) y obedécelos.
Y no esperes hasta que tu hijo se esté restregando los ojitos, bostezando y
lloriqueando, porque a esas alturas probablemente ya estará demasiado cansado
y será demasiado tarde. Acuéstalo antes de que esto ocurra. Con 15 ó 20 minutos
más de sueño ya se les nota la diferencia. Aunque todos los niños son distintos, la
Fundación Nacional del Sueño Estadounidense indica que, por la noche, los bebés
y niños pequeños generalmente necesitan 12 horas de sueño, los niños en edad
preescolar necesitan hasta 13 horas una vez que dejen de hacer la siesta, y los
niños mayores deberían dormir de 10 a 11 horas diarias. Calcula a qué horas se
tienen que despertar y acuéstalos a la hora necesaria para que duerman lo
suficiente. Averigua cuántas horas de sueño necesita tu niño.
Un buen consejo: Espera a que tu niño esté listo para pasarlo a una cama
grande.
Cuando tenga casi 3 años de edad, puede ser que tu hijito esté listo para
reemplazar su cunita por una cama grande. Fíjate que decimos puede ser que
esté listo: O sea, si aunque tiene 3 años aún le cuesta permanecer en la nueva
cama, vuelve a intentarlo más adelante.
Así como a veces hay que volver a ponerle pañales a un niñito después de varias
intentos frustrados de enseñarle a ir al baño por su cuenta, si tu hijito tiene que
volver a dormir en la cuna eso no significa que has fallado. "Si el cambio no da
resultado, no hay ningún problema en volver atrás", dice Mindell. Con el tiempo,
tu niñito logrará dormir en una cama grande y hasta puede que te lo pida.
Aunque podría tardar un poco, ningún niñito querrá seguir durmiendo en su cuna
para siempre.