LA FUNDACIÓN

Pensar en que algún día la humanidad tendrá que salir del paneta en busca de
recursos y con ello la posibilidad de continuar con su existencia te hace querer
imaginar que tal vez las historias ficticias como la que cuenta la fundación, no es
más que parte de la verdad irremediable que alcanzaremos tarde o temprano, tal
vez con menor éxito, pues poblar millones de planetas y desarrollar la tecnología
suficiente como para diseñar mecanismos o sistemas de transporte,
comunicaciones y armas, no es tarea fácil.

Resulta interesante cómo es que a pesar de que la humanidad ha conquistado

millones de planetas y con ello generado una población neta que alcanza los
billones y tantos de personas, los “males” o características, tal vez intrínsecas del
hombre, no esperan en aflorar. Un ejemplo claro de esto, y que me llamo mucha la
atención, fue el hecho de que se remitiera al uso de la religión para controlar y de
alguna manera, someter a la población, ignorante de toda aquello que había detrás
de esa cortina de supersticiones y “magia”. Es inevitable no ignorar la analogía de
toda aquella situación con lo que se vive hoy en día. Muchas personas viven a
tientas, esperando y creyendo que todo aquello que hacen y les pasa esta
controlado por un ser superior cuya calidad divina le permite imponer reglas y
castigos para todos aquellos que no sigan sus mandamientos. Sin embargo, esta
religión no resulta ser más que una herramienta para apaciguar masas y mantener
encuadradas todas las acciones de la población. En el libro, la fundación hace uso,
sino perfecto, casi perfecto, de la religión, religión que les permite mantener la calma
por unos cuantos años.

Por otro parte, esta la necesidad y el deseo de poseer y gobernar todo lo que está
a alrededor nuestro. La avaricia del hombre no depende del número de planteas
que gobierne, sino de la necesidad siempre insaciable de poseer más y sentirse
poderoso, dueño y comandante de las acciones y vidas de otras personas. Fue esta
necesidad la que condujo al imperio a unas de sus crisis.
Dejando a un lado los problemas mundanos del imperio galáctico, hay algo que no
me acaba de convencer. Básicamente, la creación de la fundación y con ello todos
los sucesos posteriores se deben al uso de la psicohistoria, ciencia que permite
predecir el futuro usando teoría estadística y posibles acciones de las personas
como variables del problema. En física, es cierto que se usa la estadística para
predecir el comportamiento de algún cuerpo, en cuántica, por ejemplo, se hace uso
de esta rama de las matemáticas para obtener posibles mediciones de energía o
estados de la partícula, sin embargo, aplicarlo a escalas mucho más grandes,
particularmente al comportamiento de un número finitos de personas, no creo que
su eficacia resulte similar. Las personas en general, somos muy impredecibles, tal
vez se pueda conocer los posibles caminos que una persona puede tomar para
solucionar algún problema, pero se están dejando a un lado muchos factores
externos. Factores que juegan un parte imprescindible en la toma de decisiones de
las personas, por ejemplo, el estado anímico. Cuando una persona está tomando
decisiones el estado anímico en el que se encuentre juega un papel muy importante
que muchas veces hace que la persona puede desviarse totalmente del camino más
lógico para resolver un problema. Por lo tanto, no creo que exista técnica alguna
parecida a la psicohistoria que nos permita predecir el comportamiento de las masas
por hasta mil millones de años, si fuera así, sería una locura.

En general, el libro me gusto. Me gusto la forma en que se aborda cada situación

(crisis Seldon) y el suspenso al final de cada capítulo, que te hacía preguntar si la
posible solución fue aplicada o no y todo lo que envuelve tal acción. No tiene
descripciones tan detalladas y específicas, (en comparación de otras novelas,
donde el escritor describe cada detalle por más mínimo que parezca) y la mayoría
de la escena debe salir directamente de la imaginación de cada lector. Además, la
narración es muy directa, te envuelve sólo en situaciones relevantes para atacar de
lleno la situación a resolver.