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CUERPO: LA
EXPANSION DE LA
CONSCIENCIA MAS
ALLA DE LA MATERIA
MONROE ROBERT
MICHAEL HUTCHINSON, Megabrain
«Las experiencias de Robert Monroe probable-
mente son las más intrigantes que ha vivido una
persona de nuestro tiempo, con la posible excep-
ción de Carlos Castañeda...».
10/9/58. Tarde
5/3/59. Mañana
12/10/60. Noche
15/8/63. Tarde
¡Un experimento productivo tras un largo
paréntesis! R. W, empresaria a quien conozco
bastante bien por haber trabajado mucho tiempo
con ella, y un amigo íntimo al tanto de mis «act-
ividades» (con cierto escepticismo, pese a haber
participado también un poco a regañadientes) se
han ido esta semana de vacaciones a la costa de
Nueva Jersey. No sé exactamente adonde. Tam-
poco le he informado a ella de que planeara
ningún experimento, sencillamente porque no se
me había ocurrido hasta hoy (sábado).
• Negativo, el preconocimiento
apuntaba más a actividades al aire libre
en la playa que dentro de la casa.
• Negativo, el preconocimiento
apuntaba a un grupo de adultos, ya que
R. W había ¡do a visitar a su hermana y
su cuñado.
• Negativo indeterminado, posibil-
idad de preconocimiento previo de la
sobrina y su color de pelo a través de R.
W; negativo en cuanto a la amiga de la
sobrina, su color de pelo y edad.
• Negativo, no hay preconocimi-
ento de hábitos inexistentes en ese mo-
mento del día.
• Negativo, R. W. no tenía pre-
conocimiento de que yo iba a intentar un
experimento, puesto que éste en concreto
no lo había hecho nunca ni tenía exper-
iencia en pellizcar a R. W. No lo había
hecho antes.
• Negativo, imposible que R. W
pudiera haber sabido dónde estaban las
marcas del pellizco si no hubiera suce-
dido lo que he contado más arriba.
27/11/62. Mañana
Temperatura: 4,5 grados centígrados.
Humedad media. Presión atmosférica por debajo
de la media. Físicamente descansado. Utilicé la
cuenta atrás para relajarme j la pauta mental
centrada en el sexo con respiración oral para crear
condiciones. Me despegué para salir del cuerpo,
como si quitara la capa exterior física, y acto
seguido me sentí libre y flotando por la hab-
itación. Mi idea era ir a ver a Agnew Bahnson.
Alcé el vuelo despacio para observar el entorno
con el mayor detalle posible. Atravesé despacio
la pared del oeste, notando la textura de cada
capa de material, entré en otra habitación dec-
orada como un cuarto de estar y luego en una ter-
cera habitación, también cuarto de estar, todas el-
las vacías, y entonces gané velocidad. Todo era
una mancha negruzca y no veía nada. Finalmente
me detuve, concentrado todavía en el señor Bahn-
son. Estaba en una habitación de tamaño normal,
era un dormitorio con tres personas dentro. Había
una cama grande a la derecha, con dos adultos
acostados en ella. Una niña de cinco o seis años
estaba sentada en el suelo junto a la cama, en el
lado izquierdo. La niña me miró directamente 5
dijo muy alterada: «¡Sé quién eres!».
5/5/61
5/11/58. Tarde
Las vibraciones llegaron fácil y rápidamente y no
resultaron nada incómodas. Cuando aumentaron
intenté salir del cuerpo físico, pero no lo con-
seguí.
5/12/58. Mañana
Giré nuevamente y volví a encontrar el
agujero. Con cierta precaución, me acerqué. Esta
vez introduje ambas manos. Al instante me agar-
raron otras dos manos. Entonces me llamaron
por mi nombre por primera vez en todos mis
experimentos. Una voz de mujer, suave, grave'
apremiante (como si quisiera despertarme pero
sin sobresaltos), dijo:
27/12/58. Noche
21/1/59. Noche
25/1/59. Noche
5/2/59. Tarde
15/2/59. Tarde
Probé a entrar y salir verticalmente y des-
pués giré hacia el agujero. Haciendo acopio de
fuerzas, me zambullí en una corriente rápida,
igual que un nadador que se lanzara a una poza.
Noté el otro lado del agujero, y la pared era igual
que la de «mi» lado. Intenté «ver», pero no había
nada más que la absoluta oscuridad. Decidí re-
solver la cuestión de una vez por todas. Me aparté
del agujero y efectué una extensión en dirección
opuesta.
23/2/59. Noche
27/2/59. Noche
Decidido a encontrar más respuestas (o
una siquiera!) sobre el agujero, pasé por las vi-
braciones y el giro de 180 grados y lo atravesé
con decisión. Seguía negro y oscuro, pero no de-
sagradable, sin manos ni presencias. Noté algo
sólido por debajo de mí y me esforcé en abrir los
ojos y «ver». Lo hice y todo quedó a la vista.
Yo estaba de pie junto a un edificio (con más as-
pecto de granero que de vivienda) sobre el que
había una extensa pradera. Pensé en remontarme
al cielo (azul diáfano, despejado), pero no pude
despegarme del suelo. Tal vez aquí tuviera peso.
A unos treinta metros había algo parecido a una
escalera de mano, me dirigí allí y vi que era una
especie de torre de unos tres metros de altura.
Como un pájaro necesitado de espacio para
echarse a volar, tomé impulso para emprender el
vuelo y fui derecho al suelo con un golpetazo
sordo. Me quedé tan sorprendido como un pájaro
al que le hubieran recortado las alas.
«Bob...».
Esperé a que continuara.
¿Era el cielo?
14/9/58
18/3/62. Tarde
3/5/60
Estaba acostado, plenamente consciente, y
las vibraciones eran como una sensación cálida si
mantenía los ojos cerrados. Estaba a punto de sa-
lir de mi cuerpo cuando dos manos me pusieron
un libro delante de los ojos cerrados. Pasaron las
hojasy le dieron la vuelta por todos lados para que
yo pudiera ver que se trataba de un libro. A con-
tinuación el libro se abrió y me puse a leer. El
meollo de lo que leía consistía en que para evocar
voluntariamente una situación había que recrear
la sensación de una experiencia similar en el pas-
ado (es decir, parte de un recuerdo). Me quedé
con la idea de que lo importante, más que los
detalles, era la sensación. Se daban varios ejem-
plos y después el libro se fue haciendo borroso a
medida que cesaban las vibraciones, de tal forma
que, por mucho que quisiera, no pude seguir ley-
endo. Hasta que me incorporé en mi cuerpo físico
y tomé notas.
9/3/59. Noche
Estaba acostado en plenas vibraciones.
Sumergido en una oscuridad especial podía «ver»
con los ojos cerrados, un punto empezó a brillar
como si las nubes se abrieran, se retiraran y
quedara despejado, hasta que me llegó un rayo de
luz blanca desde algún lugar situado encima de
mi cabe (Todavía podía oír los ruidos de la act-
ividad de la familia en la casa y era plenamente
consciente del espaciotiempo. Todavía estaba en
casa y plenamente consciente).
15/3/59. Noche
218/8/61. Tarde
18/4/60. Mañana
Estoy tumbado en el sofá a eso de las
diez y empiezo la relajación fraccional. La hab-
itación está inundada por la luz de la mañana. A
mitad del segundo conteo comienzan las vibra-
ciones. Tras un momento de «sintonización» (con
la mandíbula) abro los ojos físicos para ver si las
vibraciones continúan. Así es. Con los ojos físi-
cos abiertos decido probar a «salir» para ver qué
le ocurre a mi visión. El reloj de pared está a la
vista. Mi orientación temporal es normal según el
minutero. Me hallo a unos treinta centímetros por
encima del cuerpo físico cuando veo un movimi-
ento por el rabillo del ojo. Caminando junto a mí
hay un cuerpo de aspecto humano. (Sólo distingo
la mitad inferior por la posición en que tengo la
cabeza, mirando hacia la derecha). Está desnudo,
sin ropa, y es varón. Por el tamaño representa un-
os diez años, como un metro de altura, piernas
flacas, vello púbico escaso y genitales sin desar-
rollar.
28/4/60. Noche
21/5/60. Noche
27/5/60. Noche
25/8/60. Noche
3/11/61. Noche
13/7/60
Esto debe constar, pues quizá tenga alguna
utilidad. En la habitación de un hotel en Durham,
entrada la noche, con mi esposa acostada a mi
lado. Estaba a punto de dormirme cuando sentí
a alguien o algo en la habitación. Sin saber muy
bien lo que estaba pasando al principio, salté de
la cama para defender a mi esposa y a mí. Fui
atacado de inmediato por algo que no pude ver
en las tinieblas. Peleaba coma un animal, es decir,
intentaba morder y arañar. Estuvimos una etern-
idad peleando en tres dimensiones por la hab-
itación. No podía ver en la habitación a oscuras (z
o tenía los ojos cerrados?) y tuve que empeñarme
para acercarme paso a paso a la ventana y echarlo
por ella. Al parecer, no tenía rasgos ni inteligen-
cia humanos. Era una especie de animal de un
metro y medio, como un perro grande.
27/10/60. Noche
5/7/59
24/7/59
23/10/59
Reconocimiento 4. La impresión de mi
amigo D. D. esperando en la puerta, el último en
montar. Me asomé a donde estaba esperando el
conductor a los pasajeros rezagados. Su caray su
aspecto me recordaron en seguida a mi amigo,
como si fueran hermanos. ,Quedó pendiente la
comprobación fotográfica de esto. (La mente,
cuando es incapaz de identificar con seguridad,
tira de parecidos en la experiencia mental). Por
fin subió y cerró la puerta, pues era el último en
montar, y se sentó en el asiento del conductor,
prácticamente delante de mil Reconocimiento 5.
Al tomar la Jersey Turnpike el autobús «vuela
bajo y despacio», o ésa pudo haber sido la im-
presión comparada con un avión. El trazado de
esta autopista va por encima de muchas calles y
casas de la zona. Según miraba las carreteras y
bulevares llenos de curvas, a medida que íbamos
pasando por encima de ellos, volvió a invadirme
la sensación de familiaridad y reconocimiento.
Sólo que no era el avión (el malentendido de ori-
gen), sino el autobús.
Reconocimiento 6. En el aeropuerto yo ya
estaba alerta por todas las señales anteriores. El
avión llegaba con retraso y me fui a la sala de es-
pera. Estando allí sentado en un banco oí la voz
de una mujer hablando de la confluencia del este
y el oeste por la megafonía. La voz grave me res-
ultó otra vez muy familiar (este y oeste, derecha
e izquierda).
3/8/60
5/11/61
20/10/62
21/6/63
11/4/64
5/5/59. Tarde
11/3/61. Noche
17/8/60. Noche
23/11/60. Noche
7/6/63. Noche
11/6/58. Tarde
Volví a abrir los ojos y todo parecía nor-
mal, salvo la vibración y el zumbido que seguía
notando en la cabeza. Cerré los ojos y se hicieron
más intensos. Decidí elevarme y floté por encima
del sofá, en mitad de la habitación, y descendí
muy suavemente, igual que una pluma al caer.
Toqué el suelo y la cabeza y los hombros pareci-
eron estar contra la alfombra, mientras caderas y
pies seguían en el aire. Como si la cabeza fuera
lo que más pesara de mí o tuviera más atracción
gravitatoria, aun cuando todo yo me veía suave-
mente atraído hacia la tierra. Al parecer, yo
seguía pesando, por poco que fuera.
19/7/58
5/5/60. Noche
22/5/60
8/8/60. Tarde
He realizado otro experimento interesante.
Después de acostarme y de practicar el método
de la cuenta atrás surgieron unas vibraciones po-
tentes y bruscas que después se hicieron más
suaves a medida que aumentaban de frecuencia
(pasaron de unos 30 ciclos por segundo hasta una
pura sensación de calor). Decidí salir despacio
para examinar todo el proceso. Me puse a ello y
logré sacar las piernas y las caderas, pero nada
más. Por más que lo intenté, no pude sacar el
pecho ni los hombros. Fue muy raro. Me puse
a mover piernas] caderas de un lado para otro.
Las observé visualmente con mis ojos físicos,
que parecían astigmáticos. Hice varios intentos
de levantar las piernas fuera del cuerpo físico,
luego a la derecha y después dejarlas caer: ba-
jaban flotando despacio, tocaban el borde del sofá
y seguían hasta el suelo. Se doblaban por el bor-
de del sofá como si no tuvieran huesos, igual que
una versión a cámara lenta de un trapo en caída
libre cuando se dobla al entrar en contacto con un
objeto sólido. No hubo nada de particular cuando
regresé al cuerpo físico y me incorporé. Tiempo
transcurrido, veintidós minutos.
16/9/ 60. Tarde
10/10/62. Noche
21/11/62. Noche
15/2/63. Noche
18/3/60. Noche
Esto me lo sugirió una pregunta del doctor
Bradshaw. Una ved fuera pero aún cerca de mi
cuerpo físico se me ocurrió, para tratar de respon-
der a su pregunta, averiguar si llevaba ropa en el
estado no físico. Antes no me había importado,
me imagino que porque no me preocupo demasi-
ado por la ropa. Para mí se reduce a una cuestión
de comodidad y calor. Toqué mi Segundo Cuerpo
no físico. Tenía la carne de gallina, pero ropa no.
Al menos esta vez.
23/2/61. Noche
7/7/60. Tarde
30/10/60. Tarde
Me acosté a las tres y cuarto con la in-
tención de ir a visitar a E. W a su casa, a unos
ocho kilómetros de distancia. Tras ciertas difi-
cultades conseguí pasar al estado vibratorio; des-
pués salí del cuerpo físico y me marché de la hab-
itación. Despegué pensando en E. W como objet-
ivo y empecé a moverme despacio (comparativa-
mente). De repente me hallé en una calle comer-
cial, desplazándome despacio a unos ocho metros
por encima de la acera (a la altura de las ventanas
del segundo piso). Vi que se trataba de la calle
principal de la ciudad y reconocí la manzana y la
esquina sobre las que pasaba. Sobrevolé un rato
por encima de la acera y vi una estación de ser-
vicio en la esquina con un coche blanco con dos
puertas abiertas. Me decepcionó no haber ido ad-
onde E. W., mi destino. Como no vi nada más
de interés decidí regresar al cuerpo. Una vez de
vuelta, me incorporé y me puse a analizar por
qué no había ido adonde quería. De pronto me le-
vanté, bajé al garaje y recorrí en coche los aprox-
imadamente ocho kilómetros que me separaban
de su casa. Mi idea era sacar algún provecho
del viaje y comprobar lo que había visto. Llegué
a la misma esquina de Main Streety allí estaba
el coche blanco con las dos puertas abiertas.
¡Pequeñas pruebas que son de gran ayuda!
Levanté la vista hacia el lugar donde había estado
sobre la acera y me llevé una sorpresa. Más o
menos a la misma altura que había estado
flotando sobre la acera había unas bobinas de alto
voltaje. ¿Atraen los campos eléctricos al Segundo
Cuerpo? ¿Es éste el medio por el que viaja? Esta
noche di por fin con E. W en casa. Al parecer, mi
objetivo no había estado demasiado lejos. A eso
de las tres y veinticinco E. E iba por Main Streety
yo estaba siguiéndole todo lo cerca que se puede
imaginar.
9/1/61. Noche
11/6/63. Noche
29/7/58
16/9/59
12/9/63
Conclusiones.
Mientras se está en el Segundo Cuerpo se
puede crear un efecto físico en un ente hu-
mano vivo físicamente siempre y cuando
esté despierto.
Día 42,2
Noche 57,8
Calor 96,2
Frío 3,8
Humedad
(sin efecto apreciable)
Prono 100
Debilidad 21,2
Cansado 46,5
Descansado 18,8
Intermedio 34,7
Intermedio 47
Tranquilo 3,2
Mal humor 8,9
Preocupado 64
Expectante 11,9
Inquieto 3,7
Estimulado 9
intelectualmente
Agitado 0,7
Asustado 2,7
Desconocido 30
Espontánea 14,9
Indeterminada 44,9
Síntomas (en experimentos con éxito)
Catalepsia física 11 ’4
Mezcla 33’8
Vista 67,2
Oído 52;7
Tacto 69,8
Gusto 0,7
Olfato 0,3
Movimiento 94,2
Otros 73
Configuración
Animados
Desconocido 43,2
Artefacto
9/9/60. Noche
16/9/60. Noche
30/9/60. Noche
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http://www.mediafire.com/73jqpea1wv88rq33
Curación y Recuperación:
Capítulo 15. La Muerte y el Morirse.