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Un comentario
“Corresponde al Congreso:
Aprobar o desechar tratados concluidos con las demás naciones y con las
organizaciones internacionales y los concordatos con la Santa Sede. Los tratados y
concordatos tienen jerarquía superior a las leyes.
Los tratados universales se aplican incluso a los casos provenientes de los países no
ratificantes; siempre que el Estado que lo aplique lo hay ratificado.
Algunas conceptualizaciones
La clasificación de los Derechos Humanos los divide en: 1) derechos del sujeto
singular: derecho a la vida, a la libertad, a la propiedad, a la intimidad; y 2)
derechos el sujeto colectivo: derecho a la paz, a la protección de un ambiente sano,
al desarrollo de los pueblos, a la protección de las minorías, a la protección o uso del
bien común de la humanidad.
Según el Dr. Negri “el derecho es un proyecto de armonía social, fundado y realizado
en el respeto de la persona del hombre”. El fundamento ético en que se basa el
respeto de la persona del hombre, tiene que ver con que el derecho busca una
sociedad donde todos los hombres sean respetados, y en la cual se reconozca y
valore la especial dignidad que cada persona posee por el solo hecho de existir.
Sabemos que la dignidad humana es una sola, pero surge una pregunta ¿qué se
entiende por dignidad? La dignidad sería una cualidad que tiene todo ser humano
por el solo hecho de serlo, que lo hace pasible de merecer ser respetado como tal.
Dos son los elementos que determinan la dignidad humana : su carácter de persona
moral, en tanto el hombre posee una responsabilidad que le es propia y es la
responsabilidad que tiene consigo mismo frente a su compromiso con la realización
de los valores por los que es vocado; y su singularidad que deviene de su carácter
de unicidad. La dignidad humana es el centro de los contenidos morales del derecho.
Aquí cabría plantearse una pregunta ¿cuáles son las condiciones para una vida
digna? Pareciera hasta obvio enumerar esas condiciones; aunque sabemos –y a lo
largo de este desarrollo ampliaremos- que ésta obviedad teórica, es
excepcionalmente encontrada en nuestra actual realidad argentina. Entonces,
diríamos que se consideran como condiciones esenciales para una vida digna: la
libertad (de expresión y de elección), la igualdad (igualdad de oportunidades), la
justicia social, la seguridad social, la paz, el trabajo con remuneración justa y
vacaciones pagas, la asistencia de salud, poseer una vivienda (propiedad – bienes),
la educación, el esparcimiento, la vestimenta, el alimento, y la posibilidad de formar
una familia; sosteniéndola apoyándose en el cumplimiento de las condiciones
mencionadas.
Más aún, estas condiciones para una vida digna las podemos encontrar en nuestra
Constitución Nacional , Primera Parte, Declaración de derechos y Garantías, en los
art.° 14 y 14 bis ; siendo los mismos plenamente congruentes con los art° 22 al 26
de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, incorporada a nuestra
Constitución por el art. 75.
El autor William Robson habló del “Estado de bienestar” haciendo referencia a una
sociedad que posea una transformación en el ámbito de la política social a partir de
la acción estatal. Este “Estado de bienestar” (valga su doble interpretación) es uno
de los objetivos que menciona el preámbulo de nuestra constitución “... promover el
bienestar general...”. Pero este bienestar general, hoy por hoy, no es tal; siendo que
encontramos una gran desigualdad económica, un alto índice de desempleo,
recortes salariales (aún a jubilados), asistencias esenciales que el estado debería
proporcionar y garantizar su cumplimiento a los ciudadanos y no lo hace, como ser:
brindar sistemas de salud, seguridad y previsión social; además de un rápido
crecimiento de la pobreza. Este último síntoma enunciado –el crecimiento de la
pobreza- quizás sea el más grave de todos ya que está considerada que la extrema
pobreza es la más seria violación a los derechos humanos, porque limita el resto de
los derechos.
Ives Lacoste cuando caracteriza a los países subdesarrollados dice: “son aquellos en
donde no hay un aprovechamiento total de los recursos; y hay miseria”. Además de
ello, siguiendo el pensamiento de este autor, podría considerarse a la Argentina
como un país subdesarrollado ya que presentamos una subalimentación de amplios
sectores de la población, una situación de subordinación económica dependiendo de
países hegemónicos, estructuras sociales atrasadas, procesos de desaparición de la
clase media, bajo nivel de educación, y estado sanitario deficiente entre tantas otras
cosas que configuran nuestra realidad.
No alcanza con el deseo para que éste se cumpla; por lo tanto no es suficiente la
letra escrita, para que ella se imponga en la práctica. Encontramos -en nuestro
criterio- en el preámbulo de nuestra Constitución el modo en que debe alcanzarse
ese respeto de la dignidad humana, y por consiguiente el cumplimiento de los
Derechos Humanos; y ello es “...afianzar la justicia, consolidar la paz interior,...
promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad...”. Dentro de
esto me parece fundamental –por las circunstancias particulares de nuestro país-
lograr “afianzar la justicia”.
Ulpiano define a la justicia como: “perpetua y constante voluntad de dar a cada uno
lo suyo”
Según Stammler “el derecho es un intento de justicia”, y como tal busca el respeto
de la esencia del hombre. ¿Cuál es la esencia del hombre? Su dignidad. Para que
ésta sea tal, debe protegerse y asegurarse la libertad, la igualdad y el bienestar
general.
Franco Basaglia hace una diferenciación entre lo que denomina “necesidades reales”
y “necesidades artificiales”. Las necesidades reales de un ser humano son,
básicamente, las necesidades que impone la subsistencia: alimento, vestimenta,
higiene, salud, vivienda, educación; mientras que las necesidades artificiales, son
aquéllas necesidades artificialmente creadas, pero, ¿por quién?. Por el sistema
capitalista, por el modelo consumista y productivo, que exige ser parte de una macro
estructura sistematizada de tal modo que se crea un círculo cerrado, y quien no
pertenece al mismo queda por fuera de una forma estigmatizante. Como ejemplo de
esto podría tomarse el slogan comercial de una famosa tarjeta de crédito que rezaba
“pertenecer tiene sus privilegios”, también hemos escuchado todos que “pertenecer
marca la diferencia”. ¿Qué diferencia. La de las distintas clases sociales a las que el
hombre pertenece.
La pregunta sería: ¿se respetan los Derechos Humanos? No. Al decir de Basaglia se
“criminalizan las necesidades”. Parafraseando al autor: “la criminalización de las
necesidades es en realidad la naturaleza artificialmente construida, de manera que
se encuentran frente a frente violencia y criminalidad, la una en respuesta a la otra,
sin que se sepa ya más reconocer qué cosa es la necesidad real... No existen
necesidades -reales- en tanto no se las toma en cuenta, ni respuestas a esas
necesidades”. Porqué sostengo que se criminalizan las necesidades. Porque estos
sujetos quedan por fuera de una sociedad que los estigmatiza y margina por ser
pobres.
Una reflexión
Para que se cumpliesen las condiciones necesarias para una vida digna sería preciso
lograr en primera instancia y en forma conjunta, una reforma institucional y
económica. Es imprescindible conseguir un cambio en nuestras instituciones, las
cuales son las que ostentan el poder político que podría revertir las actuales
circunstancias en las que se encuentra nuestro país; pero para ello, este cambio
debería implicar la eliminación de los sectores corruptos que vician a estas
instituciones, esos mismo sectores que al no tomar en cuenta las necesidades reales
de la población dejan a una gran masa en un estado de vulnerabilidad social del cual
les es prácticamente imposible sustraerse por sus propios medios. De esta manera
se posibilitaría alcanzar un cambio también en la economía, con una mejor
distribución de las riquezas, y un mejor planeamiento en cuanto a la recaudación de
impuestos (tomándose en cuenta la situación de cada sector social).
El Estado debe brindar las condiciones indispensables para el desarrollo personal y
social; para lo cual es menester que se consiga la reactivación productiva y
económica.
Un plan económico que tenga que ver con lo justo, tiene que respetar al hombre
que está por encima de las cosas, reconociéndole su dignidad y buscando el
bienestar general.
“El derecho es la opción en el camino, que actúa como motor para construir una
democracia que garantice los derechos humanos y nos dé posibilidades de crecer
internamente y en nuestras vinculaciones internacionales”.
Bibliografía consultada
Basaglia, Franco / Basaglia Franca – “Los crímenes de la paz” – Editorial Siglo XXI,
México, 1987.
Justo Lopez, Mario– “Nociones de historia de derecho político” – Ed. Depalma – Bs.
As., 1984.