Professional Documents
Culture Documents
fibras elásticas de la piel, arterias y membrana de días, cuando el calcio precipita en los túbulos renales
Bruch ocular, por anomalías en las fibras de elastina; originando una insuficiencia renal y un aumento en
esto se traduce en diversas complicaciones que inclu- el fosfato sérico, permitiendo la precipitación del fos-
yen h iperten sión arterial, h emorragias digestivas, fato cálcico en los tejidos blandos ( 47) . Esta secuen-
oclusión coronaria, claudicación intermitente y pro- cia de eventos es probablemente la misma que se pro-
lapso de la mitral ( 43) . duce en la hipervitaminosis D, en el síndrome leche-
En la por firia cutánea tardía puede ocurrir calcifi- álcalis, en la sarcoidosis y en otras enfermedades que
cación distrófica de las placas esclerodermoides. Las cursan con destrucción ósea.
lesiones aparecen con mayor frecuencia en las regio- La ingesta crónica de dosis elevadas de vitamina D
nes preauriculares, cuello y dorso de las manos ( 2) . puede originar hipervitaminosis D. Sus síntomas y sig-
Pueden acompañarse de eliminación transepidérmica nos son debidos a hipercalcemia e incluyen debilidad,
de sales de calcio ( 44) . cefalea, náuseas, poliuria y nefrolitiasis ( 2) . El com-
ponente local para que se produzcan los depósitos de
calcio sigue siendo importante, ya que ocurre espe-
Calcificación metastásica cialmente en zonas alteradas, como, por ejemplo, articu-
laciones deformadas por gota o artritis reumatoide (51)
Se produce en relación a procesos que cursan con
y no así en otras situaciones en que el producto del
niveles plasmáticos elevados de calcio y/ o fósforo.
calcio y fósforo está elevado, pero no existen altera-
Infrecuentemente se han descrito casos de calcifica- ciones anatómicas ( 52) .
ción cutánea que cursan con niveles plasmáticos de cal-
Hasta hace algunos años era muy común que los
cio normales sin que se detecte enfermedad alguna aso-
pacientes portadores de un síndrome ulceroso con-
ciada. Se presume que en estos casos, denominados
sumieran regularmente cantidades importantes de
idiopáticos, la calcinosis cutis puede ser un signo pre-
leche y álcalis, llegando algunos de ellos a presentar
decesor de una enfermedad subclínica subyacente,
depósitos subcutáneos de calcio. La afectación cutá-
siendo muchos de ellos incluso cuestionables (45).
nea no era constante; en algunos pacientes no había
La calcificación de los tejidos subcután eos es un lesiones cutáneas, pero sí en otras zonas como el ojo
proceso in frecuen te y tardío en los pacien tes n efró- ( 53) ; otros, sin embargo, presentaban grandes depó-
patas crónicos; sin embargo, la calcificación de los teji- sitos subcutáneos de calcio (54). Con la simple medida
dos blan dos se ve en un 79% de los pacien tes en diá- de eliminar la ingesta de álcalis y de leche se puede
lisis y en un 44% de los pacien tes n o dializados ( 46) , lograr una reducción gradual de las calcinosis ( 55) .
afectan do prin cipalmen te el corazón , pulmón , estó-
mago y riñ on es; en este mismo estudio, que in cluyó
a 56 pacien tes dializados y 18 n o dializados, sólo se Calcifilaxis
detectó un a calcificación cután ea ( 46) . El proceso
Seyle en 1962 describió una forma de calcificación
se con sidera tardío y los pacien tes que lo presen tan
de tejidos blandos de tipo experimental en la que los
tien en un a corta sobrevida, gen eralmen te men os de
tejidos responden a una serie de estímulos formando
1 añ o, a men os que medie un tratamien to ( 47) . La
depósitos de calcio ( 56, 57) . Se la define como una
in suficien cia ren al crón ica lleva a un h iperparatiroi-
calcificación localizada aguda que afecta a varios órga-
dismo secun dario que origin a liberación de calcio de
nos, incluyendo la piel, riñones y menos frecuente-
los h uesos e in h ibición de la reabsorción tubular de
mente el pulmón, corazón y tracto gastrointestinal.
fosfato; el calcio sérico, sin embargo, n o se eleva y el
fosfato cálcico es depositado en distin tos órgan os. Las lesiones cutáneas se caracterizan por áreas de
Cuando el producto de ambos ( calcio × fósforo) , que coloración livedoide, sensibles, que se localizan en la
n ormalmen te es de 40, está elevado del orden de región proximal de las extremidades. Evolucionan a
65 a 70, se produce el depósito subcután eo de fosfato placas induradas y nódulos bien delimitados que pro-
de calcio ( 48) . Este cuadro clín ico es den omin ado gresan a ulceraciones profundas con formación de
hiperparatiroidismo renal. Los depósitos subcutáneos escaras que en algunos casos han llevado a la ampu-
se h an descrito como pápulas o placas localizadas en tación espontánea de dedos o extremidades ( 57) .
la cara in tern a de los muslos, en la lín ea axilar an te- El estudio histopatológico muestra depósitos de cal-
rior o posterior, fosa an tecubital y poplítea, perin é, cio en los vasos pequeños y medianos, acompañados
escroto, así como también alrededor de las gran des de necrosis e isquemia epidérmicas. En un caso se ha
articulacion es ( 49, 50) . descrito calcificación perineural ( 58) .
En el hiperparatiroidismo primario, generalmente Su etiopatogenia es incierta y probablemente sea
producido por un adenoma de las paratiroides, la hor- multifactorial. La mayoría de los casos ocurren en
mona paratiroidea es secretada en exceso, originando pacientes con insuficiencia renal crónica e hiperpa-
una elevación del calcio plasmático. Sin embargo, la ratiroidismo secundario ( 59) , aunque se han descrito
calcificación metastásica sólo se produce en etapas tar- casos con función renal normal ( 60) . Las alteraciones
FIG. 5.—Nódulo calcificado subepidérm ico. FIG. 7.—Nódulo calcificado subepidérm ico.
Calcinosis cutis de tipo miliar y síndrome de Down de los pacientes la calcemia es normal, a diferencia del
Dentro de los diversos trastornos dermatológicos fósforo que puede estar elevado.
que han sido asociados al síndrome de Down, uno de Radiológicamente se caracteriza por la presencia de
recien te descripción es la calcinosis cutis idiopática nódulos densamente calcificados en los tejidos blan-
miliar ( 87) . Las lesiones aparecen en la infancia en dos adyacentes a grandes articulaciones, tales como
forma de múltiples pápulas blanquecinas redondea- cadera, codo, escápula y sacro ( 93) .
das, de 1 a 3 mm de diámetro, localizadas en la cara, Al estudio histopatológico se distinguen dos etapas:
dorso de las manos, dedos, palmas, plantas, muñecas, inicialmente hay necrobiosis del colágeno que lleva a
codos, muslos y rodillas (88). Algunos casos se han aso- la formación de quistes asociada a una respuesta gra-
ciado a siringomas y a eliminación transepidérmica nulomatosa de tipo cuerpo extraño; posteriormente
( 88, 89) o más raramente a nevos múltiples del tejido evoluciona a la etapa final de calcificación del colá-
conectivo ( 90) . geno, que primero es granular pero luego se forman
El origen de las lesiones es desconocido y viene a depósitos densos que muy rara vez desarrollan meta-
sumarse a otras calcificaciones anormales que pueden plasia ( 93) .
observarse en el síndrome de Down, tales como las de Su etiología es desconocida, planteándose dos hipó-
los ganglios basales y de las válvulas cardíacas, lo que tesis: una postula que se trataría de una forma de cal-
probablemente refleja un proceso de envejecimiento cificación distrófica relacionada a injuria o trauma
prematuro en esta enfermedad ( 87) . mecánico y la otra plantea que habría un trastorno
También se ha descrito una calcinosis cutis per fo- metabólico del calcio y del fósforo ( 93) .
rante en forma de granos de mijo en ingles y pubis El diagnóstico diferencial se plantea con calcinosis
de niños normales ( 91) , sugiriendo alguna relación universal y circunscrita, intoxicación crónica por vita-
con la excreción de calcio en el sudor. mina D, nefropatía crónica, síndrome de Barnett e
hipeparatiroidismo primario ( 94, 97, 98) .
El tratamiento consiste en la extirpación quirúrgica de
Calcinosis tumoral las lesiones, aunque la recurrencia es frecuente, así como
Es una enfermedad hereditaria rara, de origen des- la aparición de nuevos focos de calcificación (94). La
conocido, en la que se desarrollan masas de gran radioterapia no ha sido beneficiosa en la mayoría de los
tamañ o generalmente sobre áreas de presión y arti- casos en que se ha empleado (99). Existe un caso descrito
culaciones. Fue descrita por primera vez en 1898 por en que una dieta pobre en calcio y fósforo, asociada a
Duret, dándosele posteriormente diferentes nombres hidróxido de aluminio, logró buenos resultados (100).
hasta que Inclan en 1943 la denominara calcinosis
tumoral ( 92) .
Calcificación escrotal idiopática
Es poco frecuente en Europa y Norteamérica; la
mayoría de los casos descritos provienen de población Trastorno infrecuente de origen desconocido carac-
negra de África, aunque en estos lugares también está terizado por depósitos de calcio a nivel de la dermis
subdiagnosticada, confundiéndose con otras patolo- del escroto ( 101) . Aparece en varones sanos durante
gías que presentan calcificación, tales como bursas cal- la infancia o al inicio de la edad adulta, manifestándose
cificadas, tumores, tuberculosis, quistes, calcificación clínicamente por pápulas o nódulos subcutáneos de
metastásica y oncocercosis ( 93) . localización escrotal que muestran una coloración
Aparece generalmente en las primeras dos décadas blanquecinamarillenta (Fig. 10); las lesiones presentan
de la vida, aunque se han descrito casos hasta los una consistencia dura a la palpación y ocasionalmente
79 años de edad, sin predilección por sexo ( 94, 95) . eliminan un material blanquecino pastoso; general-
Clínicamente se caracteriza por la formación de masas mente son asintomáticas, aunque pueden acompa-
calcificadas adyacentes a grandes articulaciones, pero sin ñarse de una sensación de peso a nivel genital.
llegar a comprometerlas. Son indoloras, únicas o múl- La etiopatogenia del proceso es debatida, plan-
tiples, de crecimiento lento, pudiendo ser subcutáneas teándose como posibles orígenes una calcificación dis-
o intramusculares, y dependiendo de su localización trófica del músculo dartros escrotal ( 102) , calcifica-
estar firmemente adheridas a la fascia profunda. Son de ción distrófica secundaria a traumatismos mínimos en
consistencia firme, aunque en algunas áreas pueden ser la zona ( 103) , calcificación secundaria de tumores
de consistencia quística. Inicialmente son pequeñas, evo- escrotales (esteatocistomas, quistes epidérmicos, fibro-
lucionando posteriormente a grandes tumores lobula- mas, etc.) , calcificación de nematodos muertos de
dos. La piel que los recubre generalmente es normal, Onchocerca volvulus en un caso (104) y calcificación dis-
aunque puede ulcerarse, eliminando un material blan- trófica de quistes miliares de los conductos ecrinos
quecino e infectándose secundariamente (94-97). No (105). La observación de casos que presentaban simul-
hay compromiso de órganos internos y en la mayoría táneamente quistes epidermoides intactos, otros rotos
Cutaneous ossification may be primary or secondary. sis cutis following extravasation of calcium chloride. Arch
The former is infrequent and there is no preceeding Dermatol 1988;124:922-5.
cutaneous lesion; it includes Albright’s hereditary 16. Jucglá A, Sais G, Curco N, Marcoval J, Moreno A, Peyri J.
Calcinosis cutis following liver transplantation: a compli-
osteodystrophy, progressive osseous heteroplasia,
cation of intravenous calcium administration. Br J Der-
and several variants of osteoma cutis: widespread matol 1995;132:275-8.
osteoma, plaquelike osteoma, single small osteoma, 17. Sell EJ, Han sen RC. Calcified n odules on th e h eels: a
and multiple miliary osteoma of the face. Secondary complication of n eon atal in ten sive care. J Pediatr 1980;
ossification occurs within a preexisting lesion, most 96:473-5.
commonly associated with cutaneous scars, tumors, 18. Skidmore RA, Davis DA, Woosley JT, McCauliffe DP. Mas-
and diverse inflammatory processes. sive dystroph ic calcin osis cutis secon dary to ch ron ic
n eedle trauma. Cutis 1997;60:259-62.
Urbina F, Pérez L, Sudy E, Misad C. Cutaneuos calcification and 19. Vain righ t JR, Diacon is JN, Han ey PJ. Prestern al soft tis-
ossification. Actas Dermosifiliogr 2001;92:255-269. sue calcification s followin g mediastin al radioth erapy for
Hodgkin ’s disease. Ch est 1987;91:136-7.
Key words: Calcification. Calcinosis. Ossification.
20. Puig L, Rocamora V, Roman i J, Saavedra M, Alomar A.
Calcin osis cutis followin g calcium ch loride electrode
paste application for auditory-brain stem evoked poten-
BIBLIOGRAFÍA tials recordin g. Pediatric Dermatol 1998;15:27-30.
21. Joh n son RC, Fitzpatrick JE, Hah n DE. Calcin osis cutis
1. Weismann K. Ectopic calcium deposition ( calcification )
followin g electromyograph ic examin ation . Cutis 1993;
and heteropic bone formation ( ossification) of the skin .
52:161-4.
En: Rook A, Wilkinson DS, Ebling FJG, Champion RH,
Burton JL, eds. Textbook of dermatology, 4.a ed. Oxford: 22. Schoenfeld RJ, Grekin JN, Mehregan AH. Calcium depo-
Blackwell Scientific Publications; 1986:2330-3. sition in th e skin . A report of four cases following elec-
troen ceph alograph y. Neurology 1965;15:477-80.
2. Walsh JS, Fairley JA. Calcifying disorders of the skin. J Am
23. Willey lll HE, Eaglstein WE. Calcin osis cutis in children
Acad Dermatol 1995;33:693-706.
following electroencephalography. JAMA 1979;242:455-6.
3. Coskey RJ, Mehregan AH. Calcinosis cutis in a burn scar.
24. Masgrau-Peya E, Salomon D, Calza AM, Saurat JH. Dos
J Am Acad Dermatol 1984;11:666-8.
casos de calcin osis cután ea como complicación de un
4. Redmond WJ, Baker SR. Keloidal calcification. Arch Der- electroen cefalograma. Med Cut ILA 1995;23:312-3.
matol 1983;119:270-2. 25. Clendenning WE, Auerbach R. Traumatic calcium depo-
5. Bosch RJ, Wilhelmi ML, Crespo V, y cols. Calcinosis cutis post- sition in skin . Arch Dermatol 1964;89:360-3.
flebitis. Estudio histoquímico. Med Cut ILA 1985;13: 77-80. 26. Hazen PG, Askari A. Localized sleroderma with cuta-
6. Beninson J, Morales A. Subcutaneous calcification in leg n eous calcin osis. A distin ctive varian t. Arch Dermatol
ulcers. Arch Dermatol 1964;90:314-8. 1979;115:871-2.
7. Gayler BW, Brogdon BG. Soft tissue calcifications in th e 27. Wang W-J, Lo W-L, Wong C-K. Calcinosis cutis in juvenile
extremities in systemic disease. Am J Med Sci 1965;249: dermatomyositis: remarkable response to aluminium the-
590-605. rapy. Arch Dermatol 1988;124:1721-2.
8. Beers BB, Flowers FP, Sherertz EF, y cols. Dystrophic cal- 28. Frayh a RA, Scarola JA, Sh ulman LE. Calcin osis in scle-
cinosis cutis secondary to intrauterine herpes simplex. roderma: a re-evaluation of th e «CRST syn drome». Arch
Pediatr Dermatol 1986;3:208-11. Rh eum 1973;16:542.
29. Brazzlli V, Dell’Orbo C, Borroni G, y cols. The role of the
9. Urbina F, Misad C. Pilomatricoma per forante. Rev Ch i-
intercellular matrix in dermal calcinosis of the CRST syn-
lena Dermatol 1996;12:74-7.
drome. Am J Dermatopathol 1992;14:42-9.
10. Walsh JS, Perniciaro C, Randle HW. Calcifying basal cell 30. Celasun B, Aksu AY, Mas R, Fin ci R. Soft-tissue ch on-
carcinomas. Dermatol Surg 1999;25:49-51. droma as a cause of calcin osis in a patien t with CREST
11. Magee KL, Schauder CS, Drucker CR, Rapini RP. Exten - syn drome. Br J Dermatol 1993;128:225-31.
sive calcinosis as a late complication of pentazocine injec- 31. Muller SA, Win kelman n RK, Brun stin g LA. Calcin osis in
tions: response to therapy with steroids and alumin ium dermatomyositis. Arch Dermatol 1959;79:669-73.
hydroxide. Arch Dermatol 1991;127:1591-2.
32. Pach man LM, Cooke N. Juven ile dermatomyositis: a cli-
12. Baden HP, Bonar LC. Calcinosis cutis following intrale- n ical an d immun ologic study. J Pediatr 1980;96:226-34.
sional injection of triamcinolone hexacetonide. Arch 33. Quismorio FP, Dubois EL, Ch an dor SB. Soft-tissue calci-
Dermatol 1967;96:689-91. fication in systemic lupus erythematosus. Arch Dermatol
13. Carruthers J, Jevon G, Prendiville J. Localized dystrophic 1975;111:352-6.
periocular calcification: a complication of intralesion al 34. Nomura M, Okada N, Okada M, Yoshikawa K. Large sub-
corticosteroid therapy for infantile periocular heman- cutan eous calcification in systemic lupus eryth ematosus.
giomas. Pediatric Dermatol 1998;15:23-6. Arch Dermatol 1990;126:1057-9.
14. Werth SG, Latour DL, Wilson DC. Yellow plaques an d 35. Roth e MJ, Gran t-Kels JM, Roth field NF. Exten sive calci-
ulcerations in a cardiac transplant patient. Arch Derma- n osis cutis with systemic lupus eryth ematosus. Arch Der-
tol 1992;128:547. matol 1990; 126: 1060-1063.
15. Goldminz D, Barnhill R, McGuire J, Stenn KS. Calcino- 36. Kabir D, Malkin son FD. Lupus eryth ematosus an d calci-
patients with hypopituitarism. J Clin Endocrinol Metab th e etiological role of Onchocerca volvulus. BrJ Dermatol
1982;55:354-7. 1962;74:136-40.
84. Iglesias Zamora ME, Vázquez Doval FJ. Calcificación de 105. Dare AJ, Axelsen RA. Scrotal calcin osis: origin from dys-
los cartílagos auriculares. Med Cutan Ibero Lat Am 1995; troph ic calcification of eccrin e duct milia. J Cutan Pat-
23:416-7. h ol 1988;15:142-9.
85. Gómez Huelgas R, Obeso Fernández G, Lacambra Calve C, 106. Swin eh art JM, Golitz LE. Scrotal calcin osis. Dystroph ic
Pereda García JM. Calcificación de los cartílagos auricula- calcification of epidermoid cysts. Arch Dermatol 1982;
res en dos pacientes con enfermedad de Addison. Rev Clin 118:985-8.
Esp 1988;182:118. 107. Song DH, Lee KH, Kang WH. Idiopathic calcinosis of the
86. Grilli R, Soriano ML, Escalonilla P, y cols. Osificación de los scrotum: h istopath ologic observation s of fifty-on e n odu-
cartílagos auriculares. Actas Dermosifiliogr 1998;89:266-9. les. J Am Acad Dermatol 1988;19:1095-101.
87. Smith ML, Golitz LE, Morelli JG, Weston WL. Milia-like 108. Wrigh t S, Navsaria H, Leigh MI. Idiopath ic scrotal calci-
idiopatic calcinosis cutis in Down’s syndrome. Arch Der- n osis is idiopath ic. J Am Acad Dermatol 1991;24:727-30.
matol 1989;125:1586-7. 109. Pereira M, Urbin a F, Apt P, Misad C. Calcin osis escrotal.
88. Schepis C, Siragusa M, Palazo R, Batolo D, Romano C. Rev Ch ilen a Dermatol 1996;12:71-3.
Milia-like idiopathic calcinosis cutis: an unusual derma- 110. Trueb RM,Pan izzon RG, Burg G. Cutan eous ossification
tosis associated with Down’s syndrome. Br J Dermatol in Albrigh t’s h ereditary osteodystroph y. Dermatology
1996;134:143-6. 1993;186:205-9.
89. Maroon M, Tyler W, Marks VJ. Calcinosis cutis associated 111. Brook CGD, Valman HB. Osteoma cutis an d Albrigh t’s
with syringomas: a transepidermal elimination disorder h ereditary osteodystroph y. Br J Dermatol 1971;85:471-5.
in a patient with Down syndrome. J Am Acad Dermatol 112. Eyre WG, Reed WB. Albright’s hereditary osteodystrophy
1990;23:372-5. with cutan eous bon e formation . Arch Dermatol 1971;
90. Sais G, Jucglá A, Moreno A, Peyrí J. Milia-like idiopath ic 104:635-42.
calcinosis cutis and multiple connective tissue nevi in a 113. Piesowicz AT. Pseudo-pseudo-h ypoparath yroidism with
patient with Down syndrome. J Am Acad Dermatol osteoma cutis. Proc R Soc Med 1965;58:126-8.
1995;32:129-30. 114. O’Don n ell Jr F, Geller SA. Primary osteoma cutis. Arch
91. Eng AM, Mandrea E. Per forating calcinosis cutis pre- Dermatol 1971;104:325-6.
senting as milia. J Cutan Pathol 1981;8:247-50. 115. Peterson Jr WC, Man dell SL. Primary osteomas of skin .
92. Pursley TV, Prince MJ, Chausmer AB, Raimer SS. Cuta- Arch Dermatol 1963;87:626-32.
neous manifestations of tumoral calcinosis. Arch Der- 116. Voncina D. Osteoma cutis. Dermatologica 1974;148:257-61.
matol 1979;115:1100-2. 117. Jewell EW. Osteoma cutis. Arch Dermatol 1971;103:553-5.
93. McKee PH, Liomba NG, Hutt MSR. Tumoral calcinosis: 118. Basler RSW, Taylor WB, Peacor DR. Postacn e osteoma
a pathological study of fifty-six cases. Br J Dermatol 1982; cutis. X-ray diffraction analysis. Arch Dermatol 1974;
107:669-74. 110:113-4.
94. Harkess JW, Peters HJ. Tumoral calcinosis. A report of six 119. Helm F, De la Pava S, Klein E. Multiple miliary osteomas
cases. J Bone Joint Surg 1967;49A:721-31. of th e skin . Arch Dermatol 1967;96:681-82.
95. Slavin G, Klenerman L, Darby A, Bansal S. Tumoral cal- 120. Goldmin z D, Green berg RD. Multiple miliary osteoma
cinosis in England. Br Med J 1973;1:147-50. cutis. J Am Acad Dermatol 1991;24:878-81.
96. McClatchie S, Bremmer AD. Tumoral calcinosis. An unre- 121. Rodríguez M, Martínez A, Pérez A, Alegre U, Aliaga A. Os-
cognized disease. Br Med J 1969;1:153-5. teoma cutis miliar multiple. Med Cut ILA 1993;21:241-3.
97. Baldursson H, Evans B, Dodge WF, Jackson WT. Tumo- 122. Brodkin RH, Abbey AA. Osteoma cutis: a case of proba-
ral calcinosis with hyperphosphatemia. A report of a ble exacerbation following treatment of severe acne with
family with incidence in four siblings. J Bone Joint Surg isotretin oin . Dermatologica 1885;170:210-2.
1969;51A:913-25. 123. Walter JF, Mackn et KD. Pigmen tation of osteoma cutis
98. Lafferty FW, Reyn olds ES, Pearson OH. Tumoral calci- caused by tetracyclin e. Arch Dermatol 1979;115:1087-8.
nosis. A metabolic disease of obscure etiology. Am J Med 124. Moritz DL, Elewski B. Pigmented postacne osteoma cutis
1965;38:105-18. in a patien t treated with min ocyclin e: report an d review
99. Whiting DA, Simson IW, Kallmeyer JC, Dannheimer IPL. of th e literature. J Am Acad Dermatol 1991;24:851-3.
Unusual cutaneous lesions in tumoral calcinosis. Arch 125. Lim MO, Mukh erjee AB, Han sen JW. Dysplastic cuta-
Dermatol 1970;102:465-73. neous osteomatosis. A unique case of true osteoma. Arch
100. Mozaffarian G, Lafferty FW, Pearson OH. Treatment of Dermatol 1981;117:797-9.
tumoral calcinosis with phoshorus deprivation. Ann In t 126. Cottoni F, Dell’Orbo C, Quacci D, Tedde G. Primary osteo-
Med 1972;77:741-5. ma cutis: clin ical, morph ological, an d ultrastructural
101. Shapiro L, Platt N, Torres-Rodríguez VM. Idiopathic cal- study. Am J Dermatopath ol 1993;15:77-81.
cinosis of the scrotum. Arch Dermatol 1970;102:199-204. 127. Kaplan F, Craver R, MacEwen GD, y cols. Progressive os-
102. King DT, Brosman S, Hirose FM, Gillespie LM. Idiopa- seous heteroplasia: a distinct developmental disorder of
thic calcinosis of scrotum. Urology 1979;14:92-4. heterotopic ossification. J Bone Joint Surg 1994;76A:425-35.
103. Feinstein A, Kahana M, Schewach-Millet M, Levy A. Idio- 128. Sch midt AH, Vin cen t KA, Aion a MD. Hemimelic pro-
pathic calcinosis and vitiligo of the scrotum. J Am Acad gressive osseous heteroplasia. J Bone Joint Surg 1994;76A:
Dermatol 1984;11:519-20. 907-12.
104. Browne SG. Calcinosis circumscripta of the scrotal wall: 129. Miller ES, Esterly NB, Fairley JA. Progressive osseous hete-