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1.- La supervisión: enfoque humanístico-existencial y sistémico.

Este modelo se ha desarrollado e integrado desde el método fenomenológico de Husserl,


Heidegger y las aportaciones de la psicoterapia existencial europea, que integra el
psicoanálisis y al existencialismo, con Bins-wanger, Boss, Ellenberger, además con la
aparición de la psicología humanista de C. Rogers, Maslow y la nueva psicoterapia
existencial de Estados Unidos con Rollo May y Yalom.

Principios fundamentales de la supervisión humanístico-existencial

Un principio básico consiste “en que el individuo posee en sí mismo medios para la
autocomprension, para el cambio del concepto de sí mismo, de las actitudes y del
comportamiento autodirigido, y que estos medios pueden ser explotados con solo
proporcionar un clima determinado de actitudes psicológicas favorables”. Cada ser humano
desarrolla desde su experiencia y contexto socio-cultural, un estilo personal de percibir,
sentir, entender, interpretar, actuar y crear la realidad. Este estilo crea un mapa interno con
límites y umbrales específicos, que puede ser modificable. La formación y desarrollo del
Yo se logra en un proceso relacional con otros seres humanos. El hombre es un ser en
relación. Para Rogers hay tres condiciones fundamentales que propician y facilitan el
proceso de crecimiento en la relación terapéutica: 1) Autenticidad y congruencia entre el
mundo interno y la conducta y acciones del terapeuta. 2) Aceptación y amor incondicional
y 3) Una comprensión empática desde el mundo del paciente, poniendo entre paréntesis el
mundo del terapeuta. Esto implica que el terapeuta encuentre y tenga claro su sentido de
vida. Este sentido no es algo aprendido y dado, es algo que se busca y se va descubriendo.
Se logra en el proceso de distanciarse de sí mismo y auto trascendente más allá de sí
mismo.

Integración del enfoque sistémico con el humanístico-existencial

Varios teóricos de la terapia familiar han desarrollado diversos elementos del enfoque
existencial en forma explícita o indirecta. Aponte habla de los aspectos existenciales de la
involucración terapéutica en el proceso de presentación, que es el corazón del modelo
estructural. Esto significa que en el entrenamiento del terapeuta estructural se destaca tanto
el aprendizaje de las intervenciones técnicas, como el uso del self en la relación terapéutica.
Chagoya señala que todo supervisor inyecta con sus técnicas de supervisar una filosofía de
la terapia, un sistema de creencias acerca de las causas y soluciones de los problemas y una
pauta acerca de cómo los seres humanos las relaciones humanas se desarrollan. Andolfi con
su técnica didáctica y estratégica llamada supervisión provocadora sin expresarlo
abiertamente fundamenta este enfoque en una base existencial. Por su parte Thayer en su
enfoque de terapia familiar centrado en la persona reconoce que: 1.- cada familia como
sistema tiene el potencial profundo para crecer y cambiar, igual que la persona individual.
2.- Cada familia tiene la capacidad de descubrir el significado de sus propias experiencias.
Al psicoterapeuta le interesan las premisas de tercer orden y la posibilidad de introducir
cambios en este nivel, pero solo desde el nivel superior siguiente, el cuarto, es posible
modificar las premisas de tercer orden. Esto significa que nuestra experiencia subjetiva de
la existencia es la realidad “real” y que la realidad es nuestra manera de pautar algo que
quizá esté más allá de toda verificación humana objetiva. Por otro lado Whitaker describe
que el proceso de la terapia familiar dirá en torno a personas y relaciones y no solo técnicas
de intervención o abstracciones teóricas. El terapeuta como ser humano es fundamental. Por
su parte Bowen en su libro Teoría y práctica clínica de la terapia familiar, pone una
atención especial a la diferenciación del self. Concibe a la familia como una masa del yo
familiar en la que se van creando distintos niveles de fusión del yo, para controlar esta
intensidad de fusión del yo, surgen los conflictos conyugales, la disfunción de un miembro
o la transmisión en los hijos, en juegos triangulares con carga fuertemente emocional.

Una condición importante es la calidad relacional empática del terapeuta, pues al lograr esta
empatía con algún miembro, esto desencadena una resonancia empática de unos miembros
con otros de la familia, resonancia que continua a lo largo del tiempo alimentando la
tendencia actualizante de la familia.

El proceso de supervisión: objetivos

Por medio de la supervisión se busca que el estudiante-terapeuta-supervisado logre iniciar o


continuar su crecimiento y madurez humana y profesional para lograr la capacidad de
percibir, sentir, interpretar y tomar decisiones y acciones en forma humanística para el
cambio de los problemas, conflictos, síntomas y actitudes del paciente como sistema
individual, familiar o contextual sociocultural. De esta manera el supervisor propiciara el
crecimiento y el desarrollo humano en los pacientes y supervisados en las siguientes áreas:

 Desarrollando la auto-conciencia.
 Desarrollando potenciales y habilidades.
 Descubriendo metas o tareas a las cuales entregarse.
 Desarrollando el potencial de amor a alguien de dar y trascenderse.
 Desarrollando una actitud de sentido positivo frente al dolor, la muerte y la culpa.

Etapas de la supervisión

Según Whitaker y Keit citados en Chogoya, la enseñanza, entrenamiento y supervisión en


terapia puede tener tres niveles:

 Se aprende algo de terapia familiar en cursos, talleres y observando alguna


supervisión hecha por expertos.
 Se organiza la supervisión como parte de un programa institucional o académico.
 La supervisión es parte integrante de un entrenamiento intensivo de dos o tres años,
para formar terapeutas familiares en un programa reconocido, integrando teorías,
técnicas y experiencias bajo supervisión.

La personalidad y capacidad profesional del supervisor también puede pasar por etapas
semejantes, pero no se ha investigado lo suficiente. Hay variables muy importantes que
pueden ser investigadas, como el manejo de su imagen, aceptación o idealización por los
supervisados.

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