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ARTÍCULO RESEÑADO: Catsigyanis, I. (2006).

La rivalidad de las diosas en Las


Argonáuticas de Apolonio de Rodas. Byzantion Nea Hellás, (25). Universidad de Chile.
Santiago, Chile. Consultado de https://byzantion.uchile.cl/index.php/RBNH/article/view/
18450/19483.

POR: Sebastián André Rojas Silva.

Entre la amplia cantidad de temas que son tratados en Las Argonáuticas, Apolonio muestra
algunas similitudes con la épica homérica, pero ante todo pone en medio del escenario un tema
que había sido dejado a un lado en la antigua tradición: el amor. La rivalidad entre Atenea, Hera
y Afrodita se muestra en Las Argonáuticas en la única escena en todo el poema que transcurre en
el Olimpo, y en la que se toman las determinaciones que dan fin a la historia de Jasón y el
vellocino de oro.

Afrodita, quien en Ilíada ha sido víctima de la furia de Atenea cuando intenta salvar a su hijo
Eneas, es aconsejada por Zeus para que abandone la batalla, pues ese no es su campo de acción,
sino el amor y el matrimonio. Ahora, de manera irónica, es invitada nuevamente por Hera y
Atenea para que interceda mediante sus encantamientos para ayudar a Jasón. Es a partir de este
momento en el que el amor pasa a ser un tema central en Las Argonáuticas, y que tiene su
máxima expresión en la pasión desenfrenada que en el canto III Medea siente por Jasón gracias a
la acción de Afrodita y Eros. La tensión entre Afrodita y Atenea no solamente se refiere de
manera intertextual a los incidentes en Iliada, pues, desde el primer canto en Las Argonáuticas,
el incidente de la isla de Lemnos rivaliza a estas dos diosas. Recuérdese que se dice allí que las
mujeres de la isla, luego de asesinar a todos los hombres, han abandonado las labores del hogar,
propias de Atenea, para asumir los roles masculinos que la isla requiere para mantenerse, pues
Afrodita ha castigado a los habitantes de la isla porque estos no le ofrecen los tributos que
merece. Similarmente, Catsigyanis explora en detalle el desarrollo del tema de la joven
enamorada de un héroe al que quiere conservar a su lado, pero le es imposible. Este tema pasa
por tres etapas en Las Argonáuticas: primero, en la breve historia en la que Apolonio cuenta el
orígen de la lanza de Jasón cuando este se prepara para hablar con Hipsípila; lanza que es dada a
Jasón por Atalanta, quien enamorada sufre el posterior abandono del héroe. Luego, con la misma
Hipsípila que quiere que Jasón se quede junto a ella en Lemnos, pero el héroe y su tripulación
deben seguir con su misión y abandonan la isla, y finalmente, con Medea ayudando a Jasón a
recuperar el vellocino e intentando conservar el amor del esónida. Aparte de las referencias
intratextuales a este tema, según el planteamiento de Castigyanis es posible rastrear su origen
intertextualmente hasta el episodio homérico de Nausícaa con Odiseo, pues allí, al igual que en
Las Argonáuticas, la joven enamorada tiene que resignarse frente a la partida de su amado. Las
referencias que Castigyianis hace a la intertextualidad e intratextualidad del desarrollo de estos
temas parecieran a primera vista alejarse de la discusión del papel de las diosas en Las
Argonáuticas, pero en realidad sirven para acentuar la influencia que el amor, deificado en
Afrodita, va a tener en el punto más importante del poema, cuando en el canto III Medea decida
ayudar a Jasón sin saber que será abandonada.

La rivalidad entre Hera y Afrodita se remonta también a Ilíada, pero podría considerarse, según
Castigyanis, como una rivalidad más sutil, y esto se ve reflejado en el breve tratamiento que de
este tema hace en su artículo en comparación al extenso desarrollo que hace de la tensión entre
Afrodita y Atenea. En el encuentro de las diosas en los aposentos de Afrodita, sobresale el hecho
de que es Hera quien se dirige a Afrodita, pues Atenea se sentiría avergonzada que pese a su
castidad tenga que recurrir a los ardides de la diosa del amor para lograr sus cometidos. El
diálogo entre Afrodita y Hera es rico en ironía y burlas por parte de Afrodita, que a su vez son
reconocidas por Hera, quien es consciente de los acontecimientos ocurridos en Iliada y por ende,
del resentimiento que Afrodita pueda tener. Castigyanis construye su argumentación sobre lo
desarrollado por P.G. Lennox en Apollonius, Argonautica 3 and Homer, Hermes, 108 (1980),
pgs. 45 - 73, en el que se cuestiona de manera interesante las respuestas que Afrodita da a Hera
luego de que la esposa de Zeus haya pedido su ayuda para enamorar a Medea. Tras las
peticiones, Afrodita responde que si quieren lograr su cometido, deberán pedírselo a su hijo,
Eros, quien no hace caso de sus órdenes, pero tan solo unos versos después vemos la resolución
y brevedad con la que Afrodita logra que Eros acceda a flechar a Medea, a pesar de que para ello
tenga que recurrir a sobornar al pequeño con un juguete usado en su infancia por el mismo Zeus.

Concluyendo, Castigyanis alude a las posibles motivaciones literarias que habrían llevado a
Apolonio a plantear esta rivalidad divina, con la preeminencia del amor sobre los demás temas.
Apolonio, inmerso en una época de reconstrucciones mecánicas y anacrónicas de la épica
homérica, propondría con Las Argonáuticas una especie de rebeldía literaria que sería
característica de los principales autores de la generación de Calímaco, que mostrarían que la
épica podría ser escrita desde una perspectiva distinta a la homérica.

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