You are on page 1of 3

Vacunas en china

PEKÍN – Los padres de familia chinos se mostraron conmocionados el 23 de julio


tras los reportes de que cientos de miles de niños tal vez hayan recibido inyecciones
de vacunas defectuosas, en el más reciente escándalo que golpea a la atribulada
industria farmacéutica del país.

La indignación surgió después de que una investigación realizada por el gobierno y


algunos reportajes noticiosos mostraron que un importante fabricante de
medicamentos del noreste de China, Changchun Changsheng, había violado los
estándares en la fabricación de por lo menos 250.000 dosis de vacunas para la
difteria, el tétanos y la tosferina.

Aunque no se ha notificado sobre muertes ni enfermedades relacionadas con las


vacunas que incumplen con los estándares, las noticias han mermado la confianza
pública en el gobierno y han reavivado los temores de que la corrupción y los abusos
de la gran industria farmacéutica china estén poniendo al ciudadano común en
riesgo. También han minado los esfuerzos del presidente Xi Jinping por restablecer
la fe en los medicamentos fabricados en China en un momento en que su país lucha
por convertirse en un productor líder de medicamentos.
Los Cabos, un destino generoso y aventurero
Después de una serie de escándalos que involucraron comida y medicinas
contaminadas en China, muchos padres dijeron que estaban hartos e hicieron un
llamado al gobierno para que tome medidas más estrictas.

“Siempre decimos que los niños son el futuro de la nación, pero si no podemos
garantizar la seguridad de ese futuro, ¿qué nos deparará este?”, dijo Huo Xiaoling,
de 37 años, quien trabaja en mercadotecnia al este de China y tiene una hija de 1
año que recibió una vacuna fabricada por Changchung Changsheng.

Huo dijo que ya no comprará vacunas hechas en China porque no puede confiar en
que los funcionarios hagan una limpieza de la industria.

“No sabemos en quién podemos confiar”, dijo. “Como chinos, probablemente


deberíamos tener confianza en nuestro país, pero el que nos hagan daño una y otra
vez nos ha hecho perder la fe”.

Xi ha buscado justificar su centralización del poder ofreciendo un gobierno ético y


eficaz, pero una serie de escándalos médicos ha intensificado los reclamos
relacionados con el sistema de atención médica y ha reavivado las quejas sobre los
secretos gubernamentales, en especial entre la clase media que crece con rapidez.

El lunes, Xi batalló para contener el enojo público por el escándalo, que constituye
la tercera crisis relacionada con vacunas desde 2010. En una declaración que hizo
ese mismo día mientras estaba de visita en Ruanda, calificó los sucesos de “terribles
e impactantes” y dijo que el gobierno “investigará hasta llegar al fondo del asunto”.
Aun así, muchos padres se mostraron escépticos hacia la respuesta
gubernamental. Para la tarde del lunes, una etiqueta en referencia al escándalo
tenía decenas de millones de vistas en Weibo, una popular plataforma social.

Una imagen que circula en línea muestra una captura de pantalla de un artículo
noticioso que presenta una promesa hecha por el primer ministro Li Keqiang el
domingo de “acabar de manera definitiva con todos los actos ilegales y criminales
que ponen en peligro la seguridad de la vida de las personas”.

Junto a ella aparece una declaración similar que Li ofreció después de otro
escándalo sobre vacunas en 2016, lo que sugiere que el gobierno no ha hecho nada
para abordar el problema.

“Se requieren años para construir la confianza y un solo escándalo para perderla”.

ASHISH K. JHA, DIRECTOR DEL INSTITUTO DE SALUD GLOBAL DE HARVARD


“Espero que no decepcionen amargamente al pueblo de nuevo”, escribió un usuario
de Weibo.

Changchun Changsheng, la empresa de rápido crecimiento objeto del escándalo,


también recibió ataques. La compañía, ubicada en la provincia noreste de Jilin,
obtuvo más de 235 millones de dólares en ganancias el año pasado, de acuerdo
con reportajes noticiosos chinos, y cotiza en la bolsa de Shenzhen.

Los investigadores gubernamentales dijeron este mes que la empresa había


fabricado las más de 250.000 dosis que incumplen con los estándares de una
vacuna contra la difteria, el tétanos y la tosferina, y que había inventado datos
relacionados con la producción de una vacuna contra la rabia.

Los líderes de la empresa se disculparon mediante una declaración el domingo y


dijeron que se sentían “profundamente apenados”. Por presión gubernamental, la
empresa ha detenido la producción y ha retirado las vacunas.

Los funcionarios chinos han hecho de la innovación farmacéutica una prioridad


nacional, y hoy en día las vacunas son una industria en auge, con más de 3000
millones de dólares en ganancias anuales.

Sin embargo, los constantes problemas de seguridad han levantado


cuestionamientos acerca del crecimiento de la industria. Este mes, la Administración
de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) anunció una retirada
voluntaria de un popular medicamento para tratar la presión arterial fabricado en
China.

Los analistas dijeron que una mayor regulación de la industria farmacéutica china
probablemente dañaría las ganancias y llevaría a más consumidores chinos a elegir
vacunas hechas en el extranjero. Las acciones de los fabricantes de vacunas y
empresas de biotecnología chinos cayeron marcadamente el lunes.
A los expertos en salud pública les preocupa que el escándalo pueda empujar a las
familias chinas a optar por no vacunar a sus hijos, aunque la ley lo requiera. El
gobierno ha señalado que los niños que recibieron las vacunas defectuosas deben
ser llevados a un hospital para recibir una nueva inmunización.

“Se requieren años para construir la confianza y un solo escándalo para perderla”,
dijo Ashish K. Jha, director del Instituto de Salud Global de Harvard.

Los medios noticiosos chinos también advirtieron sobre los peligros de renunciar a
las vacunas.

“Este incidente podría convertirse en una crisis de salud pública si no se maneja de


manera razonable y transparente”, apuntó un editorial del China Daily, un periódico
paraestatal que se publica en inglés. “El gobierno debe actuar tan pronto como sea
posible para hacer saber a la gente que está resuelto a lidiar con el problema y que
castigará sin clemencia a los infractores”.

Tras un escándalo similar ocurrido en 2016, ocasionado por cerca de dos millones
de vacunas almacenadas de manera inadecuada que se vendieron por todo el país,
muchos padres expresaron su preocupación acerca de la confiabilidad de las
vacunas, señalando su renuencia a poner en riesgo a sus hijos con nuevas
inmunizaciones.

La oficina de Pekín de la Organización Mundial de la Salud se negó el lunes a hacer


comentarios.

A medida que las noticias sobre el escándalo se extendieron por las redes sociales,
muchos padres se apresuraron a revisar los registros de vacunación de sus hijos.

Zhang Zhiqian, de 32 años, dijo que su hija de 3 años había recibido vacunas hechas
por Changchun Changsheng en 2015. Mencionó que quiere ser parte de las
investigaciones gubernamentales porque ha perdido la fe en que los funcionarios
regulen la industria.

“No creo en su investigación interna de arriba abajo”, dijo Zhang, oriundo de la


ciudad norteña de Shijiazhuang. “Es fácil darse cuenta de que la mayoría de los
demás padres tampoco confía en ellos”.

You might also like