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LA CRUZ DEL ÁRBOL DE LA VIDA

Gen 2:9 Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para
comer; también el árbol de vida(D) en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien
y del mal.

En este paraíso que Dios plantó, en medio del huerto se encuentran dos árboles. El árbol
de la vida y el árbol del conocimiento del bien y el mal. Este segundo recuerda Eva estar en
medio del paraíso prohibido por el Señor ante la tentación de la Serpiente.

Gen 3:3 pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él,
ni le tocaréis, para que no muráis.

Al comer nuestros padres desobedeciendo deliberadamente el precepto de Dios y


rebelándose contra su Reino inconmovible, por la serpiente tentados a la ambición del
trono de Dios “seréis como Dios” y codician la omnisciencia de Dios “para alcanzar la
sabiduría”.

Ante la pesada presencia del Señor en perfecta santidad, huyen a esconderse de su


desnudez, queriendo cubrir su vergüenza con “hojas de higuera” ocultándose de la vista
entre los recién nacidos árboles del paraíso. Dios que todo lo sabe, les busca con amor
paterno, compasivo a su desgraciada humanidad.

Después del inexorable juicio son expulsados de la cercanía de la vida en la presencia de


Dios. Envía querubines con una ardiente espada revolviéndose para negar el acceso a
nuestros padres y con ellos a “todos los vivientes” de la madre Eva, al precioso árbol de la
vida en medio del huerto para que “no coma, y viva para siempre”

El Reino de Dios parce aplazado trágicamente a la vista humana y todos los hombres
sumergidos en el cenagoso pecado irremediablemente. El velo se cierra y todos los
hombres son condenados en la rebeldía y contumacia de nuestros padres y por nuestras
obras.

CRISTO. Santo. Puro. Sin mancha. Encarnado en la simiente de Eva. Mas justo. Sin
pecado. Abre ante nuestra vista “Heb 10:20 el camino nuevo y vivo que él nos abrió a
través del velo, esto es, de su carne” Llevando de regreso a sus amados escogidos a los
paraísos de Dios.

Rev 22:1 Después me mostró un río limpio de agua de vida,(A) resplandeciente como
cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero.
Rev 22:2 En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la
vida,(B) que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la
sanidad de las naciones.
A la mitad de la calle que parte en dos la ciudad santa, atravesada por el corazón del gran
río del agua de la vida que nace de Dios y de Cristo, formando una enorme cruz simbólica
al Gólgota de Jesús nazareno: se divisa el precioso árbol de la vida. Nos muestra el partido
cuerpo del amado Hijo, la gratuita entrada del amoroso Padre al huerto edénico. Es por
este sacrificio que Dios permite a los hijos de Adán, tomar del fruto del árbol de la vida:
CRISTO mismo.

Este árbol produce frutos cada mes simbolizando la docena tribal de Israel, quien debía se
el portador de la ley de Dios para las naciones. Tras la inauguración del nuevo pacto los
doce apóstoles de Jesucristo llevan esta tarea a los gentiles.

Estas hojas del árbol de la vida que dan salud a las naciones no son como las hojas de
higuera que trasparentaban la vergüenza pecaminosa de nuestros padres, sino las perfectas
e irrevocables justicias del Hijo de Dios que son el sacrificio perfecto con el que nuestro
amantísimo Padre nos reviste.

Rev 22:17 Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed,
venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.(M)

FALTA AÑADIR LA ESPADA QUE SE REVOLVÍA ENCENDIDA CON LA QUE


TRASPASÓ A CRISTO LA LANZA Y A SU MADRE MARÍA.

ISRAEL HIJOS DE ADAN

APOSTOLES DE CRISTO

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