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¿Qué es el derecho al trabajo?

Toda persona tiene derecho al trabajo. El derecho al trabajo es la base para la realización de otros derechos humanos
y para una vida en dignidad. Incluye la oportunidad de ganarse la vida mediante un trabajo libremente escogido o
aceptado. En la realización progresiva de este derecho, los Estados están obligados a garantizar la disponibilidad de
orientación técnica y profesional, y a tomar las medidas apropiadas para crear un entorno propicio para existan
oportunidades de empleo productivo. Los Estados deben garantizar la no discriminación en relación con todos los
aspectos del trabajo. El trabajo forzoso está prohibido por el derecho internacional.

En estrecha relación con el derecho al trabajo está el derecho a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo, y
los derechos relacionados con los sindicatos. Los Estados están obligados a garantizar salarios justos, igual salario por
igual trabajo e igualdad de remuneración por trabajo de igual valor. Los trabajadores deben garantizarse un salario
mínimo que permita una vida digna para ellos mismos y sus familias. Las condiciones de trabajo deben ser seguras,
saludables y no degradantes para la dignidad humana. Se debe ofrecer a los empleados horas de trabajo razonables,
un descanso adecuado y tiempo de ocio, así como vacaciones periódicas pagadas.

Los trabajadores tienen derecho a asociarse entre sí y a negociar de manera colectiva para mejorar las condiciones de
trabajo y los niveles de vida. Tienen el derecho a formar y afiliarse a un sindicato de su elección, y los sindicatos tienen
derecho a formar agrupaciones nacionales o internacionales. Los trabajadores tienen el derecho de huelga, siempre y
cuando se realice de conformidad con las leyes nacionales. Los derechos laborales colectivos no pueden ser objeto de
restricciones por parte de los Estados distintas de las prescritas por la ley y que son necesarias en una sociedad
democrática, de acuerdo con los intereses de seguridad nacional, orden público, o para la protección de los derechos
y libertades de los demás.

En su Observación General 18 (link is external), el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (CDESC)
proporciona una guía detallada a los Estados con respecto a sus obligaciones de respetar, proteger y garantizar el
derecho al trabajo. El Comité también indica que el derecho incluye las siguientes características esenciales e
interrelacionadas:

• Disponibilidad. Los Estados Partes deben contar con servicios especializados que tengan por función ayudar y apoyar
a los individuos para permitirles identificar el empleo disponible y acceder a él.
• Accesibilidad. El acceso al trabajo reviste tres dimensiones: no discriminación, accesibilidad física y acceso a la
información. La discriminación en el acceso al trabajo y la continuidad del trabajo está prohibida. Los Estados deben
asegurar una razonable adaptación para que los espacios de trabajo sean accesibles, en particular para las personas
con discapacidades físicas. Todas las personas tienen el derecho a buscar, obtener e impartir información sobre
oportunidades de empleo.
• Aceptabilidad y calidad. El derecho al trabajo presenta varios componentes interrelacionados, incluyendo el derecho
a aceptar libremente empleo, condiciones laborables justas y seguras, en especial condiciones laborales seguras y el
derecho a constituir sindicatos.

Es importante tener en cuenta que el derecho al trabajo y los derechos relacionados están habilitados e informados
por las numerosas normas internacionales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) un organismo
especializado de la ONU.
El derecho a la salud

¿Qué es el derecho a la salud?

Toda persona tiene derecho a la salud. Se refiere tanto al derecho de las personas a obtener un cierto nivel de atención
sanitaria y salud, como a la obligación del Estado de garantizar un cierto nivel de salud pública con la comunidad en
general.

La Organización Mundial de la Salud define el derecho a la salud como “un estado de completo bienestar físico, mental
y social” y no meramente la ausencia de enfermedad o dolencia. Los Estados deben asegurar ambas libertades y
derechos. Lo anterior incluye el derecho al control de la salud y el cuerpo de cada uno, incluyendo la libertad sexual y
reproductiva, y la libertad de interferencias como la tortura, el tratamiento médico no consentido y la
experimentación. Los derechos incluyen el acceso a instalaciones sanitarias adecuadas y servicios, así como a medidas
apropiadas de los Estados en relación con determinantes socioeconómicos de la salud, tales como la comida, el agua
y el saneamiento, las condiciones de trabajo seguras y saludables, la vivienda y la pobreza.

El derecho a la salud está estrechamente interconectado con numerosos otros derechos humanos, incluidos los
derechos a la alimentación, el agua, la vivienda, el trabajo, la educación, la vida, la no discriminación, la privacidad, el
acceso a la información y la prohibición de la tortura, entre otros.

En su Observación General 14 el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU ofrece una
orientación detallada a los Estados en relación a sus obligaciones de respetar, proteger y cumplir el derecho a la salud.
El Comité también indica que el derecho incluye los siguientes estándares esenciales e interrelacionados:

➢ Disponibilidad. Los Estados deben asegurar la provisión de una infraestructura suficiente válida de salud pública e
individual en todo su territorio, así como instalaciones de agua y saneamiento seguras, personal capacitado y
adecuadamente compensado y todos los medicamentos esenciales.
➢ Accesibilidad. El acceso a la salud consiste en cuatro elementos clave: la no discriminación, la accesibilidad física, la
accesibilidad económica y la accesibilidad de la información. Las instalaciones y servicios de salud deben ser accesibles
a todos, especialmente a los más vulnerables, sin discriminación de ningún tipo. Las instalaciones y servicios, así como
los factores determinantes básicos de la salud, tales como los servicios de agua y saneamiento, deben ser accesibles
físicamente. Las infraestructuras de salud, bienes y servicios deben estar al alcance de todos, y cualquier pago debe
estar basado en el principio de equidad para que las familias más pobres no soporten una carga desproporcionada de
los gastos relacionados con la salud. Los Estados deben garantizar que toda persona tiene el derecho a buscar, recibir
y difundir información sobre la salud, en equilibrio con la confidencialidad de la información médica.
➢ Aceptabilidad. Las infraestructuras de salud deben ser respetuosas con la ética médica y la cultura de los individuos y
las comunidades, así como prestar atención a los requisitos de géneros y relativos al ciclo de la vida.
➢ Calidad. Las infraestructuras de salud deben ser científica y médicamente apropiadas y de buena calidad. Entre otras
cosas, esto requiere la provisión de medicinas y equipos necesarios, profesionales médicos formados y el acceso a
agua y saneamiento.
El derecho al agua

¿Qué es el derecho al agua?

Toda persona tiene derecho al agua. El derecho al agua es imprescindible para una vida digna y es vital para la
realización de muchos otros derechos, tales como los derechos a la salud, a la vida y a un nivel de vida adecuado.
Aunque no se menciona explícitamente en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, es una parte esencial de la realización del derecho a un nivel de vida adecuado, y ha sido reconocido
en un amplio rango de instrumentos internacionales de derechos humanos.

Todas las personas deben tener acceso a una cantidad suficiente de agua potable para prevenir la
deshidratación y mantener la salud básica, con especial atención a los más vulnerables de la sociedad. Si bien
los Estados deben dar prioridad a garantizar el suministro de agua para uso personal y doméstico, también se
deben tomar medidas para garantizar la disponibilidad y la sostenibilidad del agua para la producción de
alimentos, la higiene ambiental, la seguridad de los medios de subsistencia y el disfrute de las prácticas
culturales pertinentes. La adecuación del agua dependerá de la prevalencia de las condiciones sociales,
económicas, culturales, climáticas y ecológicas, ya que el agua debe ser entendida como un bien social y cultural
más que fundamentalmente como un bien económico.

En su Observación General 15, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU (CDESC)
proporciona una guía detallada a los Estados con respecto a sus obligaciones de respetar, proteger y garantizar
el derecho al agua. El Comité también destaca que el derecho incluye las siguientes características esenciales e
interrelacionadas:

➢ Disponibilidad. Toda persona debe tener acceso a la cantidad de agua necesaria para satisfacer sus necesidades
básicas. Mientras que la cantidad mínima de agua requerida variará dependiendo del contexto (incluyendo el
estado de salud, el clima y las condiciones de trabajo), los usos personales y domésticos ordinarios del agua
generalmente incluirán el consumo, el saneamiento, el lavado de la ropa, la preparación de alimentos y la
higiene personal y del hogar.
➢ Calidad. El agua para uso personal y doméstico debe estar libre de sustancias nocivas tales como
microorganismos, sustancias químicas o radiactivas. Su olor, color y sabor deben ser aceptables para el consumo
humano.
➢ Accesibilidad. El acceso al agua se basa en cuatro elementos clave: la accesibilidad física, la accesibilidad
económica, la no discriminación y el acceso a la información. El agua, así como las instalaciones y los servicios
relacionados, deberán estar al alcance geográfico de todas las personas, sin discriminación ni prohibición de
ningún tipo. Deberá ser posible tener acceso al agua dentro o cerca de cada hogar, centro educativo y lugar de
trabajo. Los Estados deben garantizar que las instalaciones y servicios de agua sean seguros para el acceso, y
atender las necesidades de género, cultura, ciclo de la vida y privacidad. Los costos y cargos directos e indirectos
asociados con el consumo del agua o su uso deben estar al alcance de todas las personas, y no deben poner en
peligro la consecución de otros derechos humanos. Toda persona tiene derecho a buscar, recibir y difundir
información relativa a los asuntos relacionados con el agua.

¿Qué es el derecho a la seguridad social?

Todas las personas tienen derecho a la seguridad social. A través de la provisión de bienestar social o asistencia,
los Estados deben garantizar la protección de todos, especialmente los miembros más vulnerables de la
sociedad, en caso de desempleo, maternidad, accidente, enfermedad, invalidez, vejez u otras circunstancias de
la vida. Los Estados deben realizar progresivamente el derecho a la seguridad social a través de medidas para
ofrecer protección, a través de dinero en efectivo o en especie, que permita a los individuos y las familias
adquirir la atención sanitaria al menos esencial, abrigo y vivienda básicos, agua y saneamiento, alimentación, y
las formas más básicas de educación.

Debido a su efecto redistributivo, el derecho a la seguridad social es un factor importante en la inclusión y la


cohesión social, así como en la reducción de la pobreza. La seguridad social debe proporcionarse sobre una base
no discriminatoria, aunque los medios de financiación y de proporcionar seguridad a la sociedad variarán de un
Estado a otro.

En su Observación General 19, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (CDESC) proporciona
una guía detallada a los Estados con respecto a sus obligaciones de respetar, proteger y garantizar el derecho a
la seguridad social. El Comité también indica que el derecho incluye las siguientes características esenciales e
interrelacionadas:

➢ Disponibilidad. Los Estados deben asegurar que un sistema de seguridad social, con independencia de su
composición, garantice las prestaciones correspondientes ante los impactos a los medios de subsistencia. Dicho
sistema debe ser administrado o regulado por el Estado, y debe ser sostenible para ofrecer continuidad a lo
largo de las generaciones.
➢ Riesgos e imprevistos sociales. Los sistemas de seguridad social de los Estados deben ofrecer cobertura para
las siguientes nueve ramas principales de la seguridad social: atención de salud, enfermedad, vejez, desempleo,
accidentes laborales, prestaciones familiares, maternidad, discapacidad, sobrevivientes y huérfanos.
➢ Nivel suficiente. Las prestaciones ofrecidas bajo un sistema de seguridad social deben ser suficientes en importe
y duración a fin de que todos puedan gozar de sus derechos a la protección y asistencia familiar, de unas
condiciones de vida adecuadas y de acceso suficiente a la atención de salud,. Para lograr esto, los Estados deben
revisar periódicamente los criterios empleados para determinar el nivel suficiente. Cuando una persona cotiza
a un plan de seguridad social que ofrece prestaciones para suplir la falta de ingresos, debe haber una relación
razonable entre los ingresos, las cotizaciones abonadas y la cuantía de la prestación pertinente.
➢ Accesibilidad. El acceso a la seguridad social incluye cinco elementos clave: cobertura, condiciones,
asequibilidad, participación e información, y acceso físico. Todas las personas deben estar cubiertas por el
sistema de seguridad social, incluidas las personas y los grupos más desfavorecidos o marginados, sin
discriminación sobre ningún fundamento prohibido. Los planes no contributivos serán necesarios para
garantizar la cobertura universal. Las condiciones de calificación deben ser razonables, proporcionadas y
transparentes. Cualquier terminación, suspensión o reducción de las prestaciones debe ser prescrita por la ley,
en base a motivos razonables, y sujeta al debido proceso. Las contribuciones requeridas en virtud de un régimen
de seguridad social deben solicitarse con antelación, estar al alcance de todos y no deben poner en peligro otros
derechos humanos. Todas las personas deben tener acceso a la información sobre los derechos de seguridad
social, y ser capaces de participar en los sistemas de seguridad social disponibles. Los Estados deben asegurarse
de que todo el mundo puede acceder físicamente a los servicios de seguridad social para acceder a los beneficios
e información y hacer las contribuciones requeridas, con especial atención a las personas con discapacidad, los
inmigrantes y las personas que viven en zonas de conflicto, remotas, o propensas a los desastres naturales.

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