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Seelenpflege
in Heilpädagogik
und Sozialtherapie

Andreas Fischer

Devoción y atención

Introducción

En 1836 un joven estudiante de medicina se cer concreto. Esto significa, no sólo estudiar y
encontraba en una excursión por las montañas registrar, no sólo revisar y conocer, sino querer
del interior de Suiza. Su camino lo condujo lo bueno” (K. König, 1969, pág. 303).
a Seedorf, un pequeño pueblo en el valle de
Peuss. Allí tuvo una vivencia profundamente A primera vista, esta breve historia de los comi-
significativa para su vida, un encuentro con enzos de la pedagogía curativa, no tiene nada
una mujer discapacitada. La vio, en las afueras que ver con nuestro tema, pero si miramos más
del pueblo, arrodillada delante de una imagen profundamente, vemos que en esta historia
de María, y murmurando una oración en un encontramos los aspectos básicos que Rudolf
idioma inarticulado. Aunque no pudo enten- Steiner describe en “Curso de pedagogía cu-
der nada, el futuro médico se conmovió tan rativa”. Se trata de la dedicación amorosa, a
profundamente con esta visión, que percibió través de la que se puede lograr la capacidad
su propia voz interior que lo animaba a hacer de “mirar simplemente aquello que es impor-
algo por estas personas con discapacidad. Sólo tante” (R. Steiner, GA 317, pág.151 y sig.).
poco años más tarde, Johann Jacob Guggen-
bühl, así se llamaba el viajero, fundó el hospital Si observamos bajo este aspecto el nacimiento
para personas con cretinismo y niños deficien- de la pedagogía curativa que acabamos de
tes (“Heilanstalt für Kretiner und blödsinnige relatar, resulta claro que en su mismo centro
Kinder”) en las montañas Abendberg, cerca de encontramos doblemente una entrega soste-
Interlaken. Esta institución única en su tiempo nida amorosamente. Por un lado está la mujer
se hizo famosa mundialmente: Johann Jacob discapacitada rezando, sumida en la contem-
Guggenbühl es considerado uno de los pio- plación de la santa imagen. Por otro lado, el
neros de la pedagogía curativa, y su vivencia estudiante de medicina está tan conmocionado
en Seedorf, marca el nacimiento de la misma. por esta visión, que intuitivamente se le tor-
También Karl König, en su trabajo “Mignon na clara la misión de su vida. Como un acto
– intento de una historia de la pedagogía cura- verdaderamente pionero, funda más tarde la
tiva”, menciona a Guggenbühl – junto a Itard institución en el Abendberg, y comienza una
y Séguin – como a uno de los fundadores de tarea totalmente nueva para la época, confiado
la pedagogía curativa. Para ello, König hace en que posee las fuerzas necesarias para llevar-
referencia al momento inicial de la iniciativa la a cabo. La secuencia de estos pasos, desde
pedagógico-curativa, y describe paralelismos la vivencia en Seedorf y las consecuencias que
entre Itard y Guggenbühl. “En los dos hay un surgen de ella, se corresponden exactamente
acontecimiento especial en el comienzo de su con las indicaciones de Rudolf Steiner en la
quehacer pedagógico-curativo. Itard ve al niño décima conferencia del “Curso de pedagogía
salvaje de Aveyron y Guggenbühl a la mujer curativa”. Al trabajar esta conferencia tan rica
discapacitada rezando. En ese momento, se en indicaciones, uno tiene la impresión de que
constituye en cada uno de ellos la determina- en ella se puede encontrar una respuesta inte-
ción de ayudar, y de ayudar a través de un ha- rior a las afirmaciones que hace Rudolf Steiner
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en la segunda conferencia, acerca de la signifi- círculo. Al comienzo, Rudolf Steiner habla de
cación de nuestro quehacer sobre la vida post- la conexión interior con la tarea a tomar, de la
mortem de las personas a nuestro cuidado. ejercitación de la atención y de la entrega amo-
rosa. El coraje esotérico y la entrega amorosa
Simplificando, primero está la atención que combinadas conforman la base de la intuición,
presta el joven a la mujer que está a la vera de la capacidad creativa de conocer y del actu-
del camino, sumida en oración. Él no pasa a su ar en pedagogía curativa.
lado sin verla, sino que contempla la imagen
que se le ofrece con amorosa entrega. Como Sin embargo ahora Steiner señala un gran
un rayo, le viene la idea de dedicar el resto peligro en relación al pensamiento intuitivo,
de su vida a la atención y el cuidado de estas tomando un ejemplo relacionado con el mo-
personas. Aquí se puede hablar, sin duda, de vimiento juvenil, al que valora mucho. “La
intención en el sentido de una idea creadora. juventud debe tener en cuenta algo que tor-
Guggenbühl siente también dentro de sí el na extremadamente dificultoso todo lo que
coraje interior y la confianza en las propias fu- pudiera surgir del movimiento juvenil, como
erzas, De modo que que años más tarde puede lo es cierta vanidad. La vanidad se halla pre-
hacer realidad en la práctica esta intuición. Así sente en todo el movimiento juvenil, en modo
encontramos aquí los elementos de la décima alguno por alguna forma de mal comportami-
conferencia: atención, amorosa entrega, coraje ento, sino más bien por la razón que hace que
(esotérico), intuición y confianza en el propio sea necesaria: justamente porque la voluntad
actuar – “yo lo puedo hacer”. Estas capacida- hace que se necesita un gran desarrollo de las
des claves en el quehacer pedagógico curativo, capacidades internas y por ello aflora en gran
están inscriptas como con letras de fuego en la medida la vanidad por influencia ahrimánica”
hora de nacimiento de la pedagogía curativa. (R.Steiner, GA 317, pág. 114 y sig. en la versión
castellana). Como un signo externo de esta va-
En la primera parte de este trabajo examina- nidad, que se señala como un gran peligro de
remos los términos “atención” y “devoción” toda iniciativa antroposófica, se observa en la
con el trasfondo de la décima conferencia. Una juventud la tendencia a perderse en abstraccio-
segunda parte la dedicaremos a una amplia- nes, a hablar en general de grandes misiones y
ción de la manera de enfocar estos conceptos tareas, y la escasa predisposición para prestar
aunque muy cercana al texto descripto. La base atención a las cosas pequeñas. En la onceava
para esta ampliación la brindan las conferen- conferencia Rudolf Steiner lo expresa más cla-
cias de Rudolf Steiner sobre la misión de la ira, ramente aún: señala que se le ha hecho saber
de la verdad y de la devoción, del libro “ Las que la atmósfera entre los participantes del
metamorfosis de la vida anímica”. Finalmente, curso de pedagogía curativa no sería buena.
en un tercer paso examinaremos la pregunta Cita como motivo de esto el descontento de los
de si pueden encontrarse conceptos similares participantes jóvenes del curso, y que cree que
en la pedagogía curativa no antroposófica, y si éstos tienen el afán de iniciar con la pedagogía
es posible relacionarlos. Justamente, el ejemp- curativa algo totalmente originario, de tener
lo dado al comienzo, acerca de la vivencia de una misión dentro del movimiento antroposó-
Guggenbühl, muestra que los pasos descriptos fico y que por ello deberían hablar menos de
por Rudolf Steiner, brindan la posibilidad de los niños, y más sobre las relaciones kármicas
comprender y explicar hechos y vivencias re- mutuas. Y es aquí, donde Rudolf Steiner vuel-
ales y concretos en el campo de la pedagogía ve a señalar enfáticamente el peligro de la va-
curativa. La conexión interior con estas preg- nidad y hasta del delirio de grandeza.
untas constituye así un puente para el inter-
cambio con colegas no antropósofos, acerca Estoy convencido de que todos somos muy
de estas cuestiones fundamentales en nuestra concientes de lo cerca que se hallan el orgullo
profesión. justificado y la vanidad, y de lo convenci-
dos que estamos de nuestro actuar, a veces
injustificadamente. Puesto que, a pesar de
que nosotros poseemos un saber inmenso y
Obstáculos abarcante, que comienza con Saturno, Sol y
Luna, sorprendentemente fracasamos, a veces
En los ateneos clínicos de niños, de la décima lastimosamente al querer llevar a la práctica
conferencia, hay gran cantidad de indicaciones las cosas más triviales. Así, poder hablar del
para la observación y el camino interior que movimiento antroposófico y la vanidad, sería
culminan con la meditación del punto y el un tema maravilloso y exhaustivo, pero por
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dos motivos me resistiré a esta tentación. Por y una intromisión en la propia voluntad. Al
un lado, percibo personalmente que la va- mismo tiempo debo señalar que esta vanidad,
nidad constituye una cuestión general muy ampliamente difundida en los conferenciantes,
seria e individual – Rudolf Steiner habla de tiene también una ventaja grande y tranquiliz-
una influencia ahrimánica - Por otro lado soy adora, ya que se puede suponer que el número
conciente de que no haría más que cavar mi de asistentes a una conferencia, será de por
propia fosa y caería en ella demostrando mi lo menos el doble que la de las inscripciones
propia vanidad. recibidas en tiempo y forma. Tal vez se pueda
hacer extensiva esta imagen de Albert Steffen
también al mundo exterior. La crítica a la que
nos vemos expuestos, ¿no será muchas veces la
... y su superación mirada disimulada y socarrona a nuestros za-
patos sin lustrar? En este caso, es obvio que los
Mucho más apasionante es atender a la cues- ojos brillantes pasan a segundo plano y hasta
tión de cuales son las posibilidades, que señala resultan irritantes porque somos medidos por
Rudolf Steiner, de tomar y transformar toda nuestros actos y no por nuestras ideas y nue-
vanidad. Señala como remedio la devoción stros ideales. Siempre de nuevo tropezamos
a lo pequeño o lo diminuto. Quiero intentar y somos confrontados con la cuestión de la
cambiar el ángulo de visión, y no mirar la autenticidad, con el proceder honesto con los
vanidad, sino a los hechos cotidianos, en los ideales y contenidos y con la forma de poner-
cuales descuidamos la devoción a lo pequeño, los en práctica en nuestra vida cotidiana.
abonando con ello el suelo para todo tipo de
vanidades. Albert Steffen, el sucesor de Rudolf Hace muchos años, con motivo del septua-
Steiner como primer presidente de la Sociedad gésimo aniversario del Curso de pedagogía
Antroposófica General, nos dio una imagen curativa, invitamos a un congreso a colegas de
llena de humor, pero muy acertada, de esta centros de formación no antroposóficos, con
dupla de devoción y vanidad. Señaló que a los la pregunta de que impresión tienen ellos de
antropósofos se los puede reconocer muy bien, nosotros, sus colegas antropósofos, y como nos
por los ojos brillantes y los zapatos sucios, sin perciben. Por supuesto, sólo habíamos invitado
lustrar. Esta imagen es profunda, los zapatos a aquellas personalidades de las que sabíamos
sin lustrar son expresión del descuido de la de- que seguían nuestro quehacer con atención y
voción a lo pequeño y contrastan con los ojos beneplácito. A pesar de ello, fue sumamente
brillantes, expresión exterior de entusiasmo, interesante el hecho de que se expresaron
fuego interior, el cual está expuesto en forma en aquel momento, cosas directamente rela-
extrema a la vanidad. Si dirigimos la mirada cionadas con nuestro tema. También aquí se
bajo este aspecto a nuestra cotidianidad, des- demostró que los zapatos sin lustrar, muchas
cubrimos que el descuido a la devoción por lo veces dicen más que los ojos brillantes, que la
menudo, puede llevar a tensión y conflictos en mirada, puesta sobre las pequeñas vanidades
lo social interpersonal. Sin pretender moralizar, que reconocemos rápidamente en los demás,
quisiera señalar un fenómeno que se observa es muy clara y que, por eso, la crítica puede ser
con frecuencia en nuestras instituciones y que, una ayuda para nosotros. Así tenemos todavía,
sin lugar a dudas, representa un descuido de la y siempre de nuevo, un rico campo para la
devoción a lo pequeño en lo social, es decir, un práctica de la devoción a lo pequeño en la vida
signo de vanidad. La puntualidad, el respeto social, que hasta tiene la pretensión terapéutica
por los horarios estipulados, me parece un área de ser el único remedio contra la vanidad.
enorme de ejercitación, que aun estamos lejos
de agotar. Por que si yo llego sistemáticamente
tarde a las conferencias, estoy presuponiendo,
consciente o inconscientemente, que los queri- ... en lo cotidiano
dos colegas que llegaron puntualmente, están
extremadamente contentos y agradecidos de En su “Curso de pedagogía curativa”, Rudolf
que yo aun llegue después de todo, porque Steiner relaciona la devoción por lo pequeño
están ávidos de recibir mi central aporte. con los niños confiados a nuestro cuidado,
Si se reconociera esta incompetencia social y enfatiza que en la parte más pequeña, se
como un fenómeno de vanidad, funcionaría puede revelar todo el cosmos. Describe la
mejor el tema de la puntualidad en nuestras significación de confrontarse con aparentes
instituciones, dado que la puntualidad es vis- pequeñeces, porque, a través de ellas, puede
ta muchas veces como un resto de burguesía vivenciarse lo abarcante. A mí personalmente,
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me impresiona siempre de nuevo lo fructífero dificultades internas y externas, a ir formando
que resulta este pequeño consejo de Rudolf la conciencia de: “Yo puedo hacerlo”. “Si uste-
Steiner al aplicarlo a la vida cotidiana. El des, sin vanidad y con espíritu de sacrificio, y
psiquiatra infantil Johannes Bockemühl reco- superando aquellas cosas que podrían ser ad-
mendó muy especialmente esta ejercitación de versas, se lo repiten una y otra vez, y no sólo
la atención en relación a los niños frente a los lo sienten, verán cuanto pueden lograr en esta
cuales no nos es posible reprimir sentimientos dirección.” (R. Steiner, GA 317, pág. 153 y sig.,
de antipatía, y creó, para ello, una secuencia de pag.115 en la versión castellana). Esta cita debe
ejercicios. Aunque el orgullo profesional nos conectarse ahora con lo que le sigue inmediata-
prohíbe el caer en sentimientos de antipatía o mente, la meditación del punto y el círculo que
simpatía, muchas veces esta situación se da en en los más diversos niveles tiene gran cantidad
forma muy concreta en lo cotidiano. Cada vez de indicaciones y sugerencias para el manejo
más nos encontramos con niños que contestan del trabajo cotidiano. Si tomamos el nivel del
cualquier muestra sincera de simpatía de parte lenguaje en la interiorización del sentimiento
nuestra en forma destructiva y con rechazo. “Yo estoy en Dios” y “en mí está Dios”, se hace
Entonces deberíamos reprimir fuertemente evidente que allí no hay lugar para vanidades,
toda antipatía, para poder construir la com- que por el contrario uno se retrae y practica la
pasión objetiva, es decir, la empatía que Rudolf humildad. Tal vez, por esa razón, siempre de
Steiner requiriera. En una situación como esa, nuevo uno percibe en lo cotidiano que la so-
Bockemühl nos alienta a relacionarnos con al- lución para los problemas aparece sorpresiva-
gún aspecto pequeño de la fisonomía del niño, mente. Esto muestra que no estamos solos en
por ejemplo su nariz o su oreja, en forma tal nuestra tarea, sino que las potencias superiores
que, alternando la observación exacta de día, acompañan nuestro quehacer. Por lo general,
y el recuerdo en la retrospectiva a la noche, se son momentos de profunda resignación e im-
vaya construyendo la capacidad de dibujar de potencia en los que repentinamente se abre
memoria la anatomía de esa parte pequeña, o un camino, en el que nadie había pensado o
sea, poder crearla de nuevo interiormente. No creído. Uno tiene la impresión de que recibe
se deberían describir los ejercicios ni hablar ayuda de aquella esfera que en la meditación
acerca de ellos, lo importante es que se hagan. vive como el lado nocturno. Estoy convenci-
Es asombroso, comprobar como la relación do de que Rudolf Steiner también quiere que
con un niño puede cambiar positivamente, comprendamos el sentimiento de “Yo puedo
si uno está dispuesto a realizar este pequeño hacerlo” en este contexto más amplio.
esfuerzo por algún tiempo. Tal vez aquí pueda
formularse la pregunta de cómo es que pueden Recuerdo una vivencia de importancia funda-
surgir fuerzas de antipatía para con un niño. mental en la que para todos los involucrados
¿Podría estar relacionado conque algunos este lado nocturno se volvió una experiencia
niños pueden cuestionarnos de tal manera real, sin que pudiéramos hablar de ella. Du-
que toquen nuestros impulsos vanidosos? El rante muchos años cuidamos a una niña extre-
rechazo de un niño hacia mis intervenciones madamente agresiva, tenía que estar siempre
pedagógicas y mi dedicación ¿no hieren acaso atada y sostenida por una persona muy fuerte,
mi vanidad? Esto volvería a mostrar claramen- porque de lo contrario representaba un gran
te que la práctica de la devoción a lo pequeño peligro para los que la rodeaban. Si lograba
aun realizada en la forma específica sugerida soltarse de sus ataduras, se lanzaba violen-
por Bockemühl, constituye verdaderamente tamente contra todo, destrozaba todo tipo de
un remedio contra la vanidad, y que la relación objetos y atacaba a las personas muy peligrosa-
con un niño puede cambiar positivamente a mente. Nuestro mayor problema era el camino
partir de estar dispuesto a manejar mejor mi a la escuela. No era para nada cooperadora,
vanidad herida. “Ni se imaginan ustedes cuán siempre se tiraba al suelo, insultaba a gritos
indiferente es, en el fondo lo que, como edu- a los que la cuidaban y trataba de escapar,
cador, uno diga superficialmente, o no diga, destruir o lastimar. Este recorrido a la escuela,
y cuanta importancia tiene lo que uno, como expuesto al mundo exterior, era una tortura
educador, es.” (R. Steiner, GA 317, Pág. 35, para todos, especialmente porque siempre
pag. 20 en la versión castellana). otras personas eran testigos de estos ataques y
desbordes. Nuestros nervios y fuerzas estaban
Inmediatamente después de describir la de- agotados, no sabíamos cómo continuar, y así, a
voción hacia lo pequeño, sigue en el “Curso partir de esta urgencia, convocamos a un ate-
de pedagogía curativa” la parte en la que neo de niños para intercambiar ideas. Aunque
Rudolf Steiner nos insta, a pesar de todas las seguimos metódicamente la estructura del
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ateneo, y cuidamos la secuencia correcta de los cias muy diferenciadas. Así, la transformación
pasos, no pudimos avanzar. Pero el compromi- de la ira inferior en ira noble, ayuda a liberar
so interior de cada uno casi podía percibirse el yo del alma sensible. El cuidado del sentido
físicamente, había atención y entrega amorosa, de la verdad es la herramienta de la educación
pero también desazón, impotencia y angustia. personal en el ámbito del alma racional afecti-
Nos separamos sin el menor resultado, pero va. Lo importante es el equilibrar permanente
convencidos de continuar el camino con esta de los peligros del egoísmo y de la perdida del
niña, aun cuando pareciera inútil. yo, puesto que: “Si la búsqueda sincera de la
verdad lleva al conocimiento general del hom-
Al día siguiente, la niña llegó a la escuela sin bre, así, lo contrario, el amor a la verdad para
inconvenientes, sólo necesitó ser conducida de beneficio de la propia personalidad lleva a la
la mano, no hubo gritos, ataques ni negativas. destrucción de la libertad hacia la intolerancia
Esta situación paradisíaca, aunque duró sólo para con los demás.” (R. Steiner, GA 59, pág.56
dos semanas, nos otorgó el tiempo necesario y 47 en la versión castellana).
para tomar nuevas fuerzas. Más tarde, sus
patrones de conducta no volvieron a tener este En relación al alma consciente, nuestro aspecto
carácter tan desmedido y peligroso, y por ello anímico más joven y más futuro, Rudolf Stei-
resultaron más fáciles de contener. Si uno lee ner enfatiza la importancia del pensar, pero
acerca de una vivencia como ésta, o escucha señala al mismo tiempo que la motivación a
hablar de ella en una conferencia, pronto la pensar ya no puede surgir del mundo exterior,
olvidará; si se la vive realmente, uno estará captable a través de los sentidos, sino sólo de la
profundamente conmovido. La cuidará como propia interioridad. Lo no sensorio, lo supra-
a un tesoro secreto, y sólo después de muchos sensible, es el impulso para el alma consciente
años, uno se animará a hablar de ella, porque del hombre. “Si quiere acogerlo en su saber, si
estará convencido de haber vivido allí algo de quiere impregnar de él a su alma consciente,
la cualidad de lo que menciona Rudolf Steiner deberá recibir un impulso desde su interior,
al final de la décima conferencia al referirse al dado que el objeto del saber no está afuera. El
“entusiasmo en la vivencia de la verdad.” impulso para ello deberá surgir desde la inte-
rioridad.” (R. Steiner, GA 59, pág. 86 ypag. 73
en la versión castellana). Este impulso para la
estimulación a pensar, debe surgir entonces del
Ampliación alma misma, a partir del sentir y de la volun-
tad, Rudolf Steiner le adscribe características al
Si agregamos para la elaboración de nuestro sentir y a la voluntad, que son necesarias para
tema “devoción y atención” las conferencias que ellos estimulen al alma consciente para
de Rudolf Steiner sobre “Las metamorfosis de que capte el mundo espiritual, a través del
la vida anímica” del año 1909, vivenciaremos pensar. A estas cualidades las conocemos de
una profundización y una ampliación. Es- la décima conferencia del “Curso de educación
pecialmente en las conferencias acerca de la curativa”, como entrega amorosa, y en ella se
misión de la ira, de la verdad y de la devoción, la describe exacta y extensamente.
Rudolf Steiner se ocupa de los distintos estra-
tos de la vida anímica, y describe su relación Así, el amor a lo suprasensible conforma, aún
con nuestro yo. Este yo lleva en sí dos tenden- antes de que seamos capaces de abarcarlo con
cias; por un lado quiere ser cada vez más y el pensar, el basamento del sentir, y la entrega
más rico en experiencias, por el otro lado debe a lo desconocido es la disposición de la volun-
poner estas experiencias en armonía y concor- tad. Eso, para nuestro quehacer en pedagogía
dancia con el mundo exterior. Ambas tenden- curativa, significa que frente a lo desconocido,
cias deben estar en equilibrio, el exceso de acu- frente al enigma que encierra la persona a
mulación de experiencias conduce al egoísmo, nuestro cuidado, debemos desarrollar amor y
y un exceso de búsqueda del equilibrio con el devoción como disposición anímica en el sentir
mundo externo conduce al empobrecimiento. y el querer. Gracias a ella, se puede construir
Como nuestra vida anímica conoce distintas la seguridad en el hacer porque “él (el educa-
formas de contacto con el mundo, que abarcan dor, agregado de A.F.) llega a ella, cuando es
desde reacciones más o menos instintivas del conducido por la entidad en el niño, hacia lo
alma sensible hasta la forma impregnada por que deberá hacer en cada caso. Es un trabajo
el pensar del alma consciente, las indicaciones incómodo, pero el único real.” (R. Steiner, GA
referidas a la ejercitación para liberar al yo de 317, pág. 74).
su atadura con el alma, son en estas conferen-
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Esta entrega amorosa cuya puesta en práctica pequeño. Es el campo de tensión entre espíritu
es incómoda y rica en desafíos, es la disposi- y materia en el que el yo está necesariamente
ción anímica a la devoción, porque “si ambos insertado y en el que acumula experiencias,
se unen, la entrega de la voluntad a lo desco- que trataremos de equilibrar ejercitando la
nocido y el amor a esto desconocido, entonces atención y la devoción. Sólo cuando unamos
surgirá por su unión aquello que denomina- la devoción como entrega amorosa con la aten-
mos en el verdadero sentido de la palabra, ción en el sentido de altruismo, como máxima
devoción “ (R. Steiner, GA 59, pág. 89 y pag 75 presenciadel yo , podremos hacer justicia a
en la versión castellana). En este sentido la de- los contenidos dados por Rudolf Steiner en la
voción es el fruto de la sumisión o entrega en décima conferencia del “Curso de pedagogía
la voluntad y del amor en el sentir, y por ello se curativa”.
convierte en la educadora del alma consciente.
Rudolf Steiner señala también dos peligros
que surgen cuando domina una u otra cuali-
dad anímica y el yo pierde la conducción. Si la Construir puentes
entrega o sumisión son demasiado fuertes, uno
se pierde en lo de afuera , se pierde el saber de Al comienzo de mi aporte al relatar el nacimi-
uno mismo, eso lleva a la impotencia o desma- ento de la pedagogía curativa en Seedorf, Sui-
yo del alma. Si predominan las fuerzas del za, traté de demostrar que los pasos descriptos
sentir, si se desarrolla un amor demasiado po- por Rudolf Steiner en la décima conferencia,
deroso, con exclusión de la conciencia del yo, verdaderamente ocurren. Cabe preguntar aho-
surge el misticismo o sonambulismo anímico. ra, si los aspectos de nuestro tema “devoción y
En nuestro trabajo cotidiano conocemos per- atención”, son conocidos y descriptos también
fectamente ambos peligros, el de la impotencia en la pedagogía curativa no antroposófica.
o el del sonambulismo anímico, y creo que en ¿Encontramos acaso en los manuales de ped-
esta conferencia encontramos caminos para agogía curativa motivos similares, que descri-
tratar fructíferamente con ellas. Ambas unila- ban lo mismo con otra terminología?
teralidades no se originan en una estructura
anímica patológica, sino en la dificultad para Como ejemplos quiero tomar citas de tres
proceder armoniosamente en la práctica de la renombrados pedagogos curativos suizos, no
entrega amorosa, que es una capacidad clave a causa de un orgullo nacionalista, sino tan
en nuestro quehacer. Es, en última instancia, la sólo por el hecho de que en Suiza, que estuvo
pregunta por el yo como fuerza equilibradora a salvo de los extravíos de la segunda Guerra
y determinante entre los peligros del egoísmo Mundial, la pedagogía curativa llegó a las uni-
y de la perdida del yo, del misticismo y de la versidades desde los primeros años del siglo
impotencia. Aquí surge la cuestión planteada pasado. Además, en nuestro país es donde me-
en este mismo boletín en el trabajo de Gertrui- jor se pudieron establecer las bases personales
da de Raaf, acerca del intervenir o abstenerse. o teorético individuales de la pedagogía cura-
En él se alude claramente a que hay diferentes tiva, de la que también se siente parte la peda-
cualidades yóicas, que abstenerse no es ausen- gogía curativa antroposófica, y que conforman
cia del yo, sino que puede ser máxima activi- aún hoy la base antropológica de muchos
dad del yo. De la práctica de nuestra profesión representantes. Cuando ahora nos ocupemos
sabemos que una intervención activa muchas de las citas de estos tres pedagogos curativos,
veces procede de una debilidad, y que debe- quiero pedirles que tengan como telón de fon-
mos diferenciar entre no hacer, como un abs- do las consideraciones que hemos hecho aquí
tenerse activo del propio yo, y no hacer nada, sobre el tema propuesto en relación a la décima
como pereza. La cualidad que debe desarrollar conferencia del “Curso de pedagogía curativa”
el yo al ejercitar la entrega amorosa, para no y de las conferencias de “Las metamorfosis de
caer en una unilateralidad, es la atención. la vida anímica”. Estoy convencido de que en-
contraremos en ellos muchos de los contenidos
La atención como presencia yóica es la que de- trabajados, y que podremos ver sorprendentes
spierta la posibilidad de que la devoción como paralelismos.
entrega amorosa se pueda desarrollar armóni-
ca y fructíferamente. La primera cita es de Heinrich Hanselmann,
un pionero de la pedagogía curativa científica,
La atención lleva en sí dos direcciones: hacia quien desde 1924, el año del Curso de peda-
adentro, para que se pueda captar la verdade- gogía curativa, hasta 1931 dirigió el seminario
ra intuición, y hacia fuera como devoción a lo de pedagogía curativa, entonces recientemente
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fundado en Zurich, y desde 1931 fue titular disminuido. “En mi opinión, en la filosofía y
de una cátedra de pedagogía curativa en la antropología seculares, sólo la antroposofía de
universidad de la misma ciudad. “El reconoci- Rudolf Steiner (1861-1925) y de sus seguidores,
miento hecho a diario por el educador, de que contiene una sistematización y una perspecti-
también él, todavía y siempre de nuevo, está va con sentido, existencial, básica e integral, y
en contradicción con su entorno, y que en esta no tan sólo derivada, complementaria y moral
contradicción estará tentado de tomar rodeos social, para con el niño discapacitado (“nece-
y atajos, este reconocimiento cotidiano es la sitado de cuidados anímicos especiales”), y es
mejor condición para toda educación. Lleva a la única que se aplica consecuentemente en
la modestia alejándonos de la auto justificación los hechos (remarcado en el original) y que no
y de la autosuficiencia, acercándonos y eleván- permaneció en mera fraseología.” (E.Kobi, 1993,
donos al amor y a la necesidad de amor, que pág. 264). Con relación a nuestro tema y tam-
lleva finalmente, a la religiosidad, sin la cual, bién con relación al intervenir o abstenerse, el
para mí, no es posible pensar una verdadera siguiente párrafo es sumamente significativo:
educación.” (H. Hanselmann, 1976, pág. 465). “La educación no señala una actividad, sino
una actitud. Esta actitud educadora puede
Su sucesor como director del centro de forma- expresarse en las más diversas actividades,
ción y profesor de la Universidad de Zurich, incluso en el no-hacer (que no debe ser confun-
fue Paul Moor, un pensador y pedagogo cura- dido con no hacer nada). Lo que yo hago con,
tivo, que hoy en día es redescubierto. La sigui- para y delante de un niño, tiene un significado
ente cita ha de verse en cuanto a su relación secundario frente a la forma en que yo me
íntima con lo descrito por Rudolf Steiner como muestro frente a un niño. Con esto volvemos
estado anímico básico de sentir y voluntad, a encontrarnos con la antigua verdad, muchas
amor y entrega, como base de la devoción. veces tapada por sutilezas metodológicas, de
”Dos cosas son importantes en la educación. que el educador actúa menos por lo que hace,
Se las puede caracterizar como el cuidado que por lo que es.” (E.Kobi, 1993, pág. 73). Esto
del ánimo, como un recibir un contenido de no es del curso de pedagogía curativa de 1924,
vida que brinda sostén, y la de la educación esto lo escribe Emil Kobi en el año 1993. Estoy
de la voluntad como portadora de la forma de convencido de que, partiendo de los conte-
vida.” (cita según Grimm, 1998,pág. 71). nidos tratados aquí, podremos encontrar un
puente para la comunicación con colegas, no
Acerca del educador dice Moor: “Si, él debe antropósofos, dado que estas descripciones re-
ser consciente del hecho enorme de que él flejan vivencias internas reales, y no construc-
sólo debería poder intervenir con seguridad, si ciones mentales ajenas a la verdad. Encontra-
logra intuir cual es, de eternidad en eternidad, mos también otras formulaciones similares o
el destino de esta criatura humana, que en su emparentadas en muchos otros representantes
debilidad y su fracaso, espera su humanidad. de la pedagogía curativa, los tres que citamos
Deberán combinarse aquí la humildad de la representan tan sólo algunos ejemplos. Depen-
voluntad y el coraje del corazón, si es que él de de nosotros el interesarnos por los otros, y
pretende estar en la altura de su misión.” (P. descubrir los contenidos.
Moor, 1974, pág. 495).
Sólo así podremos buscar el diálogo con aquel-
Emil Kobi se desempeño hasta hace poco como los colegas que no tienen como fundamento a
profesor de euritmia curativa en Basilea, y en la antroposofía. Los interrogantes básicos que
este momento es la personalidad más recono- tienen que ver con nuestra profesión, son de
cida y respetada en la pedagogía curativa de naturaleza existencial. Son vivenciados por
orientación científica en Suiza. Como observa- muchos, aunque no siempre sean formula-
dor crítico ha tenido y tiene en cuenta a la ped- dos. Esta disposición al intercambio ayuda a
agogía curativa antroposófica, su relación con disolver obstáculos, construye puentes y hace
la misma no siempre fue sencilla, y los reparos posible un percibirse y reconocerse mutuo y
formulados con respecto a ella, a veces suma- sincero.
mente mordaces, son en parte muy justificados,
y deberían ser tomados seriamente. Ha sido la
mirada, ya señalada, hacia los zapatos sin lust-
rar, la que se ha relativizado y ha disminuido
en Kobi, espero que también por el hecho de
que la discrepancia entre los zapatos sin lust-
rar y los ojos brillantes por parte nuestra, ha
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