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Violencia en la Escuela y Violencia Escolar

¿Qué lugar ocupa la escuela en esta problemática?

Tomaremos para distinguir y conceptualizar estos términos la investigación realizada por UNICEF: “Clima,
Conflicto y Violencia en la Escuela” (2011). A saber:

“Violencia en las escuelas hace referencia a aquellos episodios que no son originados por vínculos o prácticas
propias de la escuela, sino que tienen a la institución educativa como escenario. En otras palabras, son aquellos
episodios que suceden en la escuela, pero que podrían haber sucedido en otros contextos en los cuales los niños
y jóvenes se reúnen. En estos casos, la escuela actúa como caja de resonancia del contexto en el que está
inserta.”

Por otra parte, “La violencia escolar es aquella que se produce en el marco de los vínculos propios de la
comunidad educativa y en el ejercicio de los roles de quiénes la conforman; padres, alumnos, docentes,
directivos. Son el producto de mecanismos institucionales que constituyen prácticas violentas y/o acentúan
situaciones de violencia social.”

Como dice Guillermo Covarrubias, “por más altos que sean nuestros muros, la violencia de nuestras calles,
nuestras casas, nuestros diarios y televisores, termina por traspasar los patios y las aulas de nuestras escuelas”.

La escuela es un espacio donde el bullying suele ocurrir cuando los adultos pierden control y supervisión
de las interacciones entre chicos.
Es el grupo de adultos de una institución escolar el responsable directo de la ocurrencia de
comportamientos de violencia entre pares que se sostiene en el tiempo.

Las normas de convivencia firmes y explícitas y la claridad en las sanciones cuando la agresión ocurre forma
parte de las estrategias que las escuelas pueden utilizar para prevenir fenómenos de este tipo.

En general, la educación de directivos, docentes y alumnos en relación a la temática Bullying es fundamental


para generar acciones preventivas de su ocurrencia.

La escuela ocupa un lugar exclusivo a la hora de ser “caja de resonancia” de factores sociales, políticos y
económicos, como también de conflictivas y aspectos psicológicos individuales. Por ello, es de suma
importancia la apertura a conocimientos y recursos del entorno social e individual, como también construir un
programa propio de trabajo sobre el cual trabajar la conflictividad que se haya identificado.

Es decir, la Violencia como flagelo, como realidad impregnada en nuestra sociedad, puede entrar a la
escuela, pero en cada caso, con un comprometido
trabajo interno y con proyectos y planes de acción específicos se pueden
obtener resultados muy positivos.

Continuando con la investigación antes citada de UNICEF y en la misma línea de pensar que la Escuela y sus
programas de acción pueden incidir en la permanencia o no de la que los investigadores resaltan que “La
escuela -como toda institución-no es ni completamente opaca ni completamente transparente respecto de lo que
ocurre en su entorno. (…)

El bullying es solo una de las formas en las que puede ocurrir la violencia entre pares en una institución
También para desarrollar estrategias preventivas, por ejemplo: focalizando en factores que fortalezcan la
convivencia con el otro, el respeto, la tolerancia, ensayando medios de resolución de conflictos, el
cooperativismo, etc.

educativa y aquella que debe atenderse prioritariamente por la diferencia de poder que supone entre agresor y
agredido.

Existen varias manifestaciones de conductas violentas en la escuela. Moreno Olmedilla (Revista


Iberoamericana de la Educación, Tecnología y Sociedad, ante la Educación) distingue diferentes categorías del
comportamientos antisociales. El Bullying está incluido en una de ellas, y es la que queremos destacar por su
componente de proceso silencioso.

Desde esta campaña promovemos animar el compromiso de los adultos padres, docentes, directivos etc a
involucrarse en la temática. Las investigaciones realizadas demuestran que la intervención adecuada,
oportuna y responsable de los adultos produce resultados positivos en los casos de bullying o acoso entre
pares.

La perspectiva y lugar del adulto (padres y agentes escolares) permite la distancia óptima para visualizar la
problemática, delimitarla e intervenir.
Uno de los puntos que sugiere la investigación de UNICEF es trabajar mediante intervenciones positivas en el
clima escolar, entendiendo a éste como “la percepción que tienen los sujetos acerca de la relaciones
interpersonales que se establecen en el ámbito escolar y el contexto o marco en el cual estas interacciones se
dan” (Cornejo y Redondo).
Esta campaña compromete a los adultos participantes: padres y agentes escolares, porque consideramos que a
partir de ellos puede construirse la red de sostén y el compromiso de acción para esta problemática.
Existen herramientas y recursos que los expertos en la temática aportan y que cada Institución Escolar, (luego
de la toma de conciencia de esta problemática y la capacitación); puede seleccionar y aplicar en la elaboración
de programas y proyectos intra-institucionales, conforme a la realidad particular en donde esta problemática los
atraviesa e implica.

Los invitamos a consultar la fuente bibliográfica y de recursos, para acercarse a sugerencias o ejemplos
acerca de las posibles herramientas de intervención, que expertos en el tema han planteado, a fin de que
puedan orientar la construcción de su propia práctica de abordaje.

HOY EL BULLYING NO DA RESPIRO


Y SOLO TERMINA CUANDO LOS
ADULTOS SE COMPROMETEN
El Bullying, o acoso entre pares, es una forma de
violencia. En las escuelas puede presentarse bajo
diferentes modalidades, pero siempre conlleva daño y
dolor.
CAMPAÑA CONTRA EL BULLYNG
2016 @ SI NO HACES NADA SOS PARTE. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.
VIOLENCIA ESCOLAR DESDE UNA MIRADA EUROPEA

No podemos considerar dentro de la misma categoría un insulto u otra falta más o menos
leve de disciplina o, por ejemplo, un episodio de vandalismo o de agresión física con un
arma. Existe una clara tendencia en la opinión pública y tal vez entre muchos profesores a
“meter todo en la misma bolsa” y a entender, de manera simplista, que se trata de
manifestaciones distintas de un mismo sustrato violento que caracterizaría a los niños y
jóvenes de hoy. Muchos fenómenos no pueden considerarse propiamente como violentos,
entiendo como más inclusiva y adecuada la expresión de comportamiento o conducta
antisocial en las escuelas.
Son seis los tipos o categorías de comportamiento antisocial a diferenciar:
A: Interrupción en las aulas
B: Problemas de disciplina (conflictos entre profesor y alumnado)
C: Maltrato entre compañeros (bullying)
D: Vandalismo y daños materiales
E: Violencia física (agresiones, extorsiones)
F: Acoso sexual
*La interrupción en las aulas constituye la fuente de malestar más importante de los
docentes. Cuando hablamos de interrupción nos estamos refiriendo a las situaciones de aula
en que tres o cuatro alumnos impiden con su comportamiento el desarrollo normal de la
clase, obligando al profesorado a emplear cada vez más tiempo en controlar la disciplina y
el orden. Aunque de ningún modo puede hablarse de violencia en este caso. *Los conflictos
de relación entre profesores y alumnos, suponen un paso más en lo que hemos denominado
disrupción en el aula. En este caso, se trata de conductas que implican una mayor o menor
dosis de violencia “desde la resistencia o el “boicot” pasivo hasta el desafío y el insulto
activo al profesorado”, que pueden desestabilizar por completo la vida cotidiana en el aula.
Sin olvidar que, las agresiones pueden ser de profesor a alumno y no viceversa, cuando es
de los alumnos a los adultos, se asume que se trata de agresiones que anuncian problemas
aún más graves en el caso futuro de no atajarse con determinación y “medidas ejemplares”.
*Maltrato entre compañeros. El término bullying, son los procesos de intimidación y
victimización entre iguales, entre alumnos compañeros de aula o de centro escolar (Ortega
y Mora-Merchán, 1997). Se trata de procesos en los que uno o más alumnos acosan e
intimidan a otro a través de insultos, rumores, vejaciones, aislamiento social, etc. Si bien no
incluyen la violencia física, sus consecuencias son devastadoras, sobre todo para la víctima.
*El vandalismo y la agresión física son ya estrictamente fenómenos de violencia; en el
primer caso, contra las cosas; en el segundo, contra las personas. Los datos sugieren que no
suelen ir más allá del 10 por ciento del total de los casos de conducta antisocial que se
registran. No obstante, las extorsiones y de la presencia de armas de todo tipo en los centros
escolares, son los fenómenos que han llevado a tomar las medidas más drásticas en las
escuelas de muchos países (Estados Unidos, Francia y Alemania).
*El acoso sexual es un fenómeno o manifestación “oculta”. Sin embargo, el maltrato, la
agresión y el acoso de carácter sexual tienen la suficiente relevancia como para
considerarlos en una categoría aparte.

-También existen dos fenómenos típicamente escolares: el primero es el absentismo, que da


lugar a importantes problemas de convivencia; el segundo seria fraude en educación, esto
es, copiar en los exámenes, plagio de trabajos y de otras tareas, recomendaciones y tráfico
de influencias para modificar las calificaciones de los alumnos, y una larga lista de
irregularidades.

JUAN MANUEL MORENO OLMEDILLA. Profesor titular de Teoría e Historia de la


Educación de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) de España.
Una realidad preocupante
Habló la mamá de Lara, la chica que se suicidó en el aula: "Tenía un mundo
privado bastante preocupante"
La adolescente de 15 años se disparó en medio de una clase en el Colegio Nacional
Rafael Hernández

DOMINGO 03 DE SEPTIEMBRE DE 2017

Casi un mes después de la muerte de Lara, la adolescente de 15 años que se quitó la vida
en el Colegio Nacional Rafael Hernández de La Plata, Julissa, la madre, habló por
primera vez y relató cómo era su relación con su hija y lo que la llevó a suicidarse.
"Creo que siempre la vi como a una chica más pequeña. Me costó ver que ella tenía su
propio mundo privado. Me costó tanto que, evidentemente, tenía un mundo privado
bastante preocupante y yo no estuve al tanto. Esa autocrítica me va a perseguir durante
toda la vida", dijo Julissa en diálogo con Infobae.
La madre reveló que los problemas comenzaron cuando se separó de su pareja, con quien
había estado diez años, y con el cambio de colegio. Lara había ido desde jardín de
infantes hasta segundo año de la secundaria a la Escuela Italiana, una institución bilingüe
de enorme prestigio en la ciudad, y de un día para el otro fue expulsada de la institución.
Según relató Julissa a Infobae, el cambio de colegio fue un golpe muy duro para la joven,
que luego de pasar por el Colegio Albores, comenzó a estudiar en el Colegio Nacional de
La Plata, el mismo colegio del que había egresado su madre. "Lara no quería ir al
Nacional y siempre me lo dejó en claro. La primera semana, me dijo. 'Mamá, esto es una
selva. Acá hay un bullying terrible, son todos unos forros. No se respetan entre los
compañeros ni a los profesores. No es algo contra mí, pero en general se vive algo
terrible", cuenta.

La adolescente se pegó un tiro en el


Colegio Nacional Rafael Hernández.
Foto: LA NACION
"En su última etapa había entrado en
una fase de dibujos llamativamente
oscuros. Ahora me cierra que tenía que
ver con su estado de ánimo. En ese
momento pensé que le gustaba el
animé y el metal. Y la estética de eso
es así. Me parecía normal en ese
sentido. Pero en su expresión empezó a
aparecer el caos. Las expresiones de los personajes. Todo con otra impronta. Frases
aleatorias, misteriosas, inconexas", agrega.
Lara se disparó en la cabeza frente a sus compañeros de clase del Colegio Nacional de La
Plata el viernes 4 de agosto y tres días después, falleció en el Hospital San Martín por un
paro cardiorrespiratorio después de las fallas multiorgánicas por el coma profundo que le
había originado el disparo.
La adolescente había planeado la escena dos días antes de ejecutarla y la había anunciado
su suicidio en una red social. "El jueves voy a suicidarme en la escuela y lo voy a
transmitir por directo", publicó.
Julissa remarcó la relación que tienen hoy en día los jóvenes con internet y cree que el
tiempo que llevaba su hija frente a la computadora la llevó a cambiar mucho su forma de
ser. "Me empezó a desafiar con temas que nunca antes había tocado. Un día llegó a
cuestionar la existencia del Holocausto y hasta criticó las bases del movimiento Ni Una
Menos. Empezaba a sacar cosas de internet, se notaba que eran discursos empaquetados,
muy armados, que se repetían", sostuvo.
"Las redes sociales y los jóvenes representan un nexo que los adultos todavía no pudimos
interpretar. Seguimos muy alejados y tenemos que empezar a hacernos cargo, a
vincularnos con lo que realmente pasa en internet. No estamos dándonos cuenta de lo
peligroso, de lo grande, de lo influyente que es eso para los pibes. Ella quería tener su
vida privada. Hoy me siento totalmente responsable de no haber visto lo que consumía en
las redes", se lamenta.

Fuente: diario LA NACION


CONCLUSION
Como reflexión, podemos apreciar que tanto situaciones de violencia generalizada, como
situaciones con problemáticas puntuales que llevan no solo al daño psicológico sino
también al físico y en muchos casos hasta el daño irreparable que es la muerte, es total
responsabilidad de los adultos.
Cuando hablamos de adultos no solo nos referimos a maestros y profesores, sino también
de los que forman parte de su vida social, principalmente de su grupo familiar.
La ausencia o escasa ayuda por parte de estos adultos hace que el niño o adolescente
(victima), se encuentre en un estado de indefensión total.
Muchas veces no son percibidas, pero están presentes, como las exclusiones de los
grupos sociales. Así, estas formas de discriminación o aislamiento del adolescente son
realizadas cuando el adulto no lo percibe o que, a los ojos de éstos, se confundan o se
piensen como formas de relaciones sociales entre los que integran el grupo.
Los comportamientos antisociales en las escuelas tienen raíces muy profundas en la
sociedad.
La violencia no debe considerarse como situaciones aisladas, puesto que la relación entre
los agresores y las víctimas es muy extensa en el tiempo y muy estrecha en el espacio, las
consecuencias personales y sociales de dicha violencia son inimaginables.
Entonces creo que los adultos responsables de la formación intelectual del adolescente,
no deben ignorar o dejar pasar situaciones que puedan generar daños irreparables en el
adolescente, (físicos o psicológicos).
Dentro de la temática abordada en este trabajo, podemos reconocer por ejemplo el
BULLING.
Mediante el hostigamiento y las burlas constantes de un grupo hacia un compañero o
compañera de clases, puede generar que la victima de dicho hostigamiento caiga inmersa
en la ANOREXIA y BULIMIA, llevándola así no solo al daño psicológico sino también
al físico, con su probable muerte como consecuencia.

Néstor Germán Tallarico

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