No  esperarse  al  terrible  momento      de  “tenemos    que  
hablar”  que  significa    que  uno  de  los  dos  está  harto,  
a punto de estallar. - Es muy sano
si es posible salir de viaje aunque sea sencillo una
vez por año el matrimonio solo, para salirse de lo
ordinario y renovar el romance en la pareja.
 Encontrar EL MOMENTO OPORTUNO para decir
las cosas, no apresurarse a relatar los problemas en
cuando llega el marido a la casa o atiborrar de
encargos a la mujer a las diez de la noche que ya
está exhausta.
 NO EXAGERAR las cosas: el que un esposo olvide
un aniversario, no significa que su mujer no le
importe; el que la mujer no sea puntual no significa
que rete la autoridad del marido.
 APRENDER A PERDONAR. Un matrimonio donde
se espera que el otro sea perfecto y nunca se
equivoque no funcionará. El que no aprende a
perdonar no podrá tener un buen matrimonio.
Valorar
 A toda persona le gusta sentirse valorada, que se
reconozca su trabajo, su esfuerzo. Esto es
indispensable en el matrimonio: que el esposo
valore el trabajo de su mujer en la casa y con los
hijos y que la mujer valore el trabajo de su esposo
por traer el dinero para mantener a su familia.
 No hay amor sin ADMIRACIÒN. Trata de buscar
todo   aquello   “bueno”   que   hay   en   mi   cónyuge,   más   sirve amar al otro si no se le demuestra. Hay
que todo aquello   que   hay   de   “malo”…   y   decírselo   muchas formas de demostrar el amor: palabras
pues de nada sirve que lo sepa y no se lo diga.
 Por otra parte hay que ACEPTAR el paquete
completo: también nuestro cónyuge tendrá sus
imperfecciones que realmente no puede cambiar y
que realmente no son tan importantes. Tener la
sabiduría para saber diferenciar entre lo que vale
la pena pelear que cambie y aquello que no es tan
importante.
 El amor verdadero no busca su propio bien sino EL
BIEN DE LA PERSONA AMADA.
 En un matrimonio la persona más importante para la
mujer debe ser el marido y para el marido la mujer,
no los hijos, ni la familia de antes.
Los secretos
Lo más importante para un matrimonio es que, para
el marido la esposa SEA LA PERSONA MAS
IMPORTANTE de su vida y para ella lo sea él. En
cuanto cualquier cosa (trabajo, mamá, hermana,
amistades,   fiestas)   se   vuelve   más   importante…   comprenderse, respetarse comunicarse y amarse.
empiezan los problemas.
 El matrimonio se fundamenta en la VOLUNTAD no
en el sentimiento. Los matrimonios hermosos y cuyo
amor crece más con los años no son aquellos
que se basan en lo que sienten en un día, sino en
la voluntad de seguir amando al otro.
Y lo curioso es que solo cuando se tiene el
compromiso de seguir amando es cuando se sigue
sintiendo ese amor.
 BUSCAR LA FELICIDAD DEL OTRO, es como se
encuentra la propia felicidad. Cuando un cónyuge
se sacrifica y entrega por hacer feliz al otro es
cuando obtiene la propia satisfacción de estar
amando y eso es lo que le hace feliz. También lo
interesante es que esto provoca que el otro haga lo
mismo…  y  entonces  el  primero  se    sentirá  amado  y   religión…  todo  ello  integra  a  la  persona  y  eso  es  lo
feliz él mismo. Cuando cada uno de los esposos
va en busca de de sus propios intereses, en ese
momento empieza a cavar la fosa de la infelicidad
de él mismo y de su cónyuge.
 Hay que DEMOSTRAR EL AMOR. De nada
de aprecio, palabras de agradecimiento, actos
de servicio, dedicándole tiempo de calidad,
teniendo detalles, dando caricias.
 En el matrimonio hace mucha falta tener
SENTIDO DEL HUMOR, aprender a reírse de
uno mismo y de los acontecimientos. No
tomarse todo demasiado en serio, porque puede
uno amargarse y amargar la vida de los
demás. Hay que darle una salida amable a los
sucesos difíciles, y después buscar el momento
para enfrentarse seriamente a las cosas.
LA FELICIDAD EN
EL MATRIMONIO
La felicidad en el matrimonio SÍ EXISTE, pero no es
gratuita. Hay que conquistarla con el esfuerzo por
La felicidad es obra de dos: marido y mujer.
¿Por qué es tan importante el
matrimonio?
 Toda la sociedad gira alrededor del matrimonio.
¿Por qué? Si hay un buen matrimonio, habrá una
buena familia, habrá buenos hijos y como resultado
habrá una buena SOCIEDAD.
 La familia es la primera donde se inculcan los
valores al hombre. Todos los ingredientes se juntan
ahí: padres, hermanos, abuelos, trabajo, esfuerzo,
ilusiones, ideales, amor, convivencia, principios,
 
que hará, más adelante, que sea capaz de realizar
una tarea importante o perjudicial para la sociedad.
 Por eso cuando el matrimonio como institución se
ataca, cuando se alaba el divorcio, las relaciones
prematrimoniales, la unión libre, el aborto; cuando se
tolera la infidelidad y todas las costumbres que
deterioran el matrimonio, se está atacando a la
sociedad misma. A causa del divorcio hay ahora
millones de huérfanos con los padres vivos.
 El matrimonio hay que cultivarlo y cuidarlo. Es mejor
“RECOMPONERLO”   o   rehacerlo   que   tirarlo.  
Cambiemos  el  mal  lema  “Si  su  matrimonio  está  roto,  
busque   una   nueva   pareja”   (porque   será el mismo
infierno con diferente diablo) y pongamos otro lema
más  sano:  “Si  su  matrimonio  se  ha  roto,  arréglelo”.    
 Arreglarlo es posible, pero los esposos deben tener
PACIENCIA, no quieran que su cónyuge o
matrimonio cambie de un día para otro.
 ¿Por qué se va perdiendo el cariño?
 Mientras somos novios, tenemos un afecto lleno de
delicadeza: palabras amables y cariñosas,
disculpas, llamadas por teléfono, buena comida,
flores, acercamos la silla, abrimos la puerta,
estamos arreglados y tratamos siempre de ser
agradables el uno para el otro.
 En cambio en el matrimonio, como ya no hay nada
que ocultar ni se trata de quedar bien con nadie,
cabe el peligro de perder todo esto y hasta de
permitirnos  actitudes  groseras  y  humillantes…    esto   ve, la mamitis de uno de los esposos, el qué tanto se
es…  de    “enseñar  el  cobre”.
 Cuando descuidamos LOS DETALLES, que a veces
parecen pequeños e insignificantes, pero que son de
gran importancia, podemos crear situaciones graves
en nuestro matrimonio.
 De hecho, mientras más va pasando el tiempo, lo
natural sería que el cariño entre los esposos fuera
creciendo más, porque hemos compartido
aventuras,  alegrías,  enfermedades,  sufrimientos…  y   nuestras casillas.
todo eso va haciendo al amor MÁS FUERTE Y
MADURO.
 El camino: el amor HAY QUE CONQUISTARLO
CADA DIA.
El respeto
 La primera regla para un buen matrimonio es el
respeto, es decir conservar LA DELICADEZA DE
TRATO.
 Es entre los esposos donde se da habitualmente la
INTIMIDAD más profunda: compartimos nuestros
pensamientos y sentimientos más recónditos del
alma, lo que a nadie más le contaríamos. Pero esto
tan hermoso puede utilizarse de la manera más
baja: si alguna vez nos lo proponemos, podemos
hacernos mucho daño porque sabemos
exactamente dónde podemos causar más dolor.
 En los momentos de crisis o cuando hay algún
pleito, si no nos detenemos a tiempo nos diremos
palabras que después lamentaremos, las heridas
serán cada vez mayores y más difíciles de cicatrizar.
¿Qué hacemos entonces? Si uno de los dos no
respeta a su cónyuge más vale en ese momento
HUIR, cerrar el diálogo y otro día más calmados
retomar el tema
 Siempre habrá MOTIVOS DE DISCUSIÓN:
El dinero  dificultades para hacerlo rendir, en qué
vale  la  pena  gastarlo…
Los hijos  diferencias en la forma de querer
educarlos,  permisos…
La familia política  la frecuencia con la que se les
inmiscuyen en nuestra familia.
El carácter  él o ella explotan.
La diferencia de costumbres  a él le gusta salir o
invitar,  a  ella  no  le  importa  tanto  la  puntualidad…
¡Discutir es normal en cualquier relación humana!
Cuando ocurre alguna diferencia en el matrimonio
hay que aprender a DISCUTIR CON LA CABEZA Y
NO CON EL HÍGADO, controlar-nos y no salirnos de
 Lo ideal es, si se puede en ese momento y si no
después cuando los ánimos se hayan calmado,
hacer un examen para descubrir la causa que
originó el pleito y poder entonces llegar a un
acuerdo. Habrá veces que uno dará la razón a quien
realmente la tiene, otras veces que el que no está de
acuerdo ceda por amor al otro y otras más en que se
llegará a un acuerdo intermedio.
 El punto importante es que casi nunca uno está bien
y el otro mal, sencillamente SOMOS U OPINAMOS
DIFERENTE y  la  única  solución  es…
El diálogo
 En un diálogo deberían HABLAR LOS DOS, no
solamente uno. Y los dos deberían tener la actitud
de escuchar.
 Hay que promover los momentos solos para estar
juntos y platicar sobre temas que a los dos
interesen: sobre cosas positivas y también sobre las
dificultades, para ir previendo y resolviendo todos los
pequeños y grandes temas que se presentan en la
vida matrimonial. El diálogo en el matrimonio no es
fácil, sencillamente porque:
El hombre y la mujer son muy
diferentes
 El hombre piensa con la cabeza, la mujer piensa con
el sentimiento.
 El hombre habla poco, la mujer habla mucho. El
hace síntesis y ella cuenta todos los detalles. + Al
hombre le gustan que le digan cosas directas y
claras, a la mujer le gusta que le adivinen lo que
quiere.
 Al hombre le gusta hablar de su trabajo y el futbol; a
la mujer le gusta hablar de lo que pasa en casa y en
casa de la vecina, y de los niños. + La mujer
guarda   en   la   memoria   fechas,   aniversarios…   y  
también cuando la dejaron plantada o fue insultada.
El hombre mal recuerda la fecha de su cumpleaños,
su mente está en el ahora.
 El marido es menos expresivo y la mujer es más
romántica.
¿Y entonces como le hacemos?
 Cuando uno quiere dialogar hace falta primero
INTERESARSE CON AMOR y de verdad en la otra
persona, su situación, sus intereses y
preocupaciones…   ponerse   en   su   lugar.   La   mujer  
debe interesarse por las cosas del marido sin
pretender ocupar su lugar y lo mismo el esposo
interesarse de las de su mujer y su hogar.
 Hay que aprender a ESCUCHAR y no solo hablar y
hablar. La mujer debe ser menos repetitiva e
insistente porque harta al marido. El marido debe
hacer caso a su mujer en lo que ella le comparte y
recordar que una mujer no necesita siempre que le
resuelva las cosas sino que la escuche, que pueda
desahogarse con alguien.
 Hace falta tener TEMAS COMUNES: descubrir
cosas que a los dos interesen y gusten y platicar de
eso también. Buscar también platicar de todo LO
POSITIVO que hay en el matrimonio, hijos y vida y
no solo dialogar de lo negativo.
 Es una buena costumbre el buscar el momento para
dialogar AL MENOS UNA VEZ POR SEMANA, a
“dar  la  vuelta”,  caminar,  tomar  un  café  o  cenar  para  
platicar en un terreno neutro y en un clima cordial
todas aquellas cosas que a ambos les interesan.