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8 TESIS DEL

MINISTERIO JUVENIL
Por Dietrich Bonhoeffer. Escrito (probablemente en Londres) en 1944 aproximadamente.

Citado en Root, Andrew (2014) “Bonhoeffer as Youth Worker”. Grand Rapids, Baker Academic.

1. Desde los días del movimiento de la juventud, al ministerio juvenil de la iglesia siempre le
ha faltado el elemento de sobriedad cristiana que le permitiese reconocer que el “espíritu
joven” no es igual al Espíritu Santo y que el futuro de la iglesia no está en la juventud
misma sino únicamente en el Señor Jesucristo. No es la tarea de la juventud remodelar la
iglesia, sino escuchar la Palabra de Dios; no es la tarea de la iglesia capturar la atención de
la juventud, sino enseñar y proclamar la Palabra de Dios.
2. Nuestra pregunta no es: ¿Qué es la juventud y qué derechos tiene? Sino más bien: ¿Qué es
la comunidad eclesial y cuál es el lugar de la juventud dentro de ella?
3. La comunidad eclesial incluye a aquellos en la tierra a quienes el dominio de Dios los ha
rescatado del dominio de la muerte y el mal, aquellos que escuchan la Palabra concerniente
al establecimiento del dominio de Dios entre los seres humanos en Jesucristo y quienes
obedientemente se reúnen alrededor de esta Palabra en fe. La comunidad eclesial es la
presencia de Cristo como el verdadero Señor y Hermano. Estar en la comunidad eclesial
significa estar en Cristo; estar en Cristo significa estar en la comunidad eclesial. Sacrificio,
intercesión y confesión son los actos de comunión en la comunidad eclesial. Es únicamente
dentro de la comunidad eclesial donde uno puede juzgar a esta comunidad. Por su
naturaleza, la comunidad eclesial no puede ser juzgada desde afuera.
4. La comunidad eclesial suspende el problema generacional. Los jóvenes no gozan de
privilegio especial en la comunidad eclesial. Están para servir a la comunidad eclesial por
medio de oír, aprender y practicar la Palabra. El Espíritu de Dios en la iglesia no tiene nada
que ver con la crítica juvenil de la iglesia, la naturaleza radical del llamado de Dios a la
humanidad no tiene nada que ver con el radicalismo juvenil, y el mandamiento a la
santificación no tiene nada que ver con el impulso juvenil para un mundo mejor. “Joven” y
“cristiano” es una combinación de palabras violenta y poco creíble. El tema principal no es
lo “moderno” o lo “anticuado”, sino más bien solamente nuestra reflexión sobre y desde la
perspectiva de la iglesia.
5. La Biblia juzga la juventud con mucha sobriedad: Génesis 8:21; Isaías 3:5; Jeremías 1:6;
Eclesiastés 11:10; 1 Pedro 5:5; 2 Timoteo 2:2 y otros.
6. El ministerio juvenil de la iglesia es posible solo sobre la base de considerar a los jóvenes
tomando en cuenta su bautismo y con el objetivo exclusivo de hacerles escuchar la Palabra
de Dios. Sigue siendo la acción de la comunidad eclesial hacia sus miembros. Cualquier
transgresión de este límite constituye una traición a la comunidad eclesial de Cristo.
7. Podría bien ocurrir el caso de que los jóvenes sí tengan el derecho a protestar contra sus
ancianos. Si ese es el caso, sin embargo, la autenticidad de dicha protesta se demostrará por
la voluntad de los jóvenes en mantener solidaridad con la culpa de la comunidad eclesial y
de llevar la carga en amor, permaneciendo en penitencia delante de la Palabra de Dios.
8. No existe ninguna “asociación para-eclesiástica” real; una asociación para-eclesiástica
juvenil no es la juventud de la comunidad eclesial; esa juventud incluye, en realidad, a todos
los jóvenes bautizados. Toda asociación para-eclesiástica como tal, desacredita la causa de
la iglesia. Dichas asociaciones solo pueden percibirse como entidades provisionales, que
como tales solo tienen una significancia relativa.

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