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Prefacio

El enseñar a otros a estudiar la Biblia por sí mismos es como llevar a un grupo en


un viaje al través de las montañas. Cada aspecto de la grandeza de la creación material
es virtualmente indescriptible. Uno se ve limitado simplemente a sentir esa grandeza.
Aunque escalamos las cumbres y llenamos nuestros pulmones del fresco aire de la
montaña, seguimos sin palabras adecuadas para describir la aventura. No obstante,
aunque la asombrosa magnitud del terreno bíblico amenaza con despojarnos de nuestra
cobija de seguridad, su atractivo jamás palidece. La exposición a ese poderoso mensaje
nunca cesa de perturbar nuestro espíritu.
Yo he estado guiando a los estudiantes hacia estas alturas durante más de cuatro
décadas. Pero inclusive yo aún siento mi corazón palpitar apresuradamente por la
emoción cada vez que hago el viaje, aún lucho para revelar la película mental que ha
sido expuesta a fin de tornarla en conceptos que sean comprensibles.
Afortunadamente, las penetrantes preguntas de innumerables participantes en mis
clases me han ayudado a cristalizar muchas de las percepciones adquiridas al través de
los años. A ellos debo mucho por la ayuda brindada en la preparación y el diseño de
los cursos que he dado, así como en la producción de este libro, a fin de hacerlos más
útiles.
Pero ¿cómo va uno a trasladar la pedagogía del salón de clase a un texto que sea
amigable para con el usuario? ¿Dónde encuentra uno a un artista de la literatura que
traduzca mis expresiones orales a ideas plasmadas por escrito? ¿Quién puede cortar la
verdad teológica en forma tal que quede a la medida del que habrá de usarla
diariamente? ¿Quién puede sentir el pulso de este añoso maestro de las generaciones
pasadas? Cuán poco estaba yo conciente de que un talento como el descrito en las
anteriores preguntas había arribado a este mundo en mi cuarta expresión paternal hace
más de treinta y cinco años.
Mi hijo Bill nació “cortado a la medida de la tarea”. No solamente compartí mi
herencia genética, sino que como uno de mis ex alumnos él ya ha recibido lo que mi
mano académica le ofrecía y se ha proyectado por sí mismo como escritor, editor y
productor de videos. Sus habilidades en la comunicación vienen en un segundo lugar,
muy cercano al primero que son su integridad y compromiso con la tarea. Mi aprecio
por su trabajo no puede ponerse en palabras.
Es con un sentimiento de profundo privilegio que comparto lo que ha sido la
pasión de mi vida en estas páginas, a fin de que los creyentes que confían en su
salvación eterna en Cristo Jesús puedan escuchar y atender su revelación escrita. El
estudio de la Biblia es de rigor para el cristiano. Más que ser un deber, ello le provee de
protección para la diaria batalla, consuelo para las esperanzas despedazadas y
educación continua para una vida que vale la pena vivir.
Howard G. Hendricks.
DEL POR QUÉ LAS PERSONAS
1 NO ESTUDIAN LA BIBLIA

P
oco tiempo después que me convertí al cristianismo, alguien escribió en
una de las primeras páginas de mi Biblia las siguientes palabras: “Este
libro te alejará del pecado, o el pecado te alejará de este libro”. La frase
era cierta entonces, y lo sigue siendo aún ahora. Las Biblias empolvadas
siempre llevan a vidas sucias. De hecho, o usted está en la Palabra y la Palabra está
conformando su vida a la imagen de Cristo o usted está en el mundo y el mundo le está
metiendo cada vez más en su molde.
La gran tragedia entre los cristianos hoy en día es que demasiados de nosotros
estamos bajo la Palabra de Dios, pero no estamos en ella por nosotros mismos. Conocí a
un hombre en cierta ocasión quien había viajado de costa a costa con toda su familia para
asistir a una conferencia bíblica.
Sorprendido, le pregunté, “¿Y por qué vino desde tan lejos?”
“Porque quería estar bajo la Palabra de Dios”, respondió.
A simple vista, esa respuesta es Maradi losa. Pero más tarde comencé a pensar: He
aquí un hombre dispuesto a manejar casi 2,000 kilómetros para estar bajo la Palabra de
Dios; pero, ¿estaría igualmente dispuesto a cruza la sala de su casa, tomar la Biblia, y
meterse en ella por sí mismo?
Verán, no hay duda de que los creyentes necesitan sentarse a recibir la enseñanza
de la Palabra de Dios. Pero eso debería ser un estímulo –y no un sustituto—para que ellos
se pongan a estudiarla por sí mismos.
Aún y cuando la Biblia continúa siendo el libro más vendido en todo el mundo, es a
la vez uno de los libros más desatendidos. El grupo Barna de Investigación en Glendale,
California, reporta que en una semana típica, solamente el 10% de los norteamericanos
leen la Biblia diariamente. Y es posible que incluso ese porcentaje sea alto, dice George
Barna, presidente de la firma de investigación. Muchas personas que dicen leer la Biblia
una vez a la semana, o un poco más seguido, reconocieron que no la habían leído en la
semana anterior a una encuesta nacional levanta en 1991.
Las encuestas de Gallup confirman estos hallazgos. Una encuesta encontró que el
82% de los norteamericanos creen que la Biblia es la Palabra de Dios, ya sea en forma
literal o inspirada. Más el 50% dijeron que ellos leían la Biblia al menos una vez al mes.
No obstante, la mitad de ellos no pudo dar el nombre de tan siquiera uno de los cuatro
evangelios, Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Y menos de la mitad sabía quién había
predicado el Sermón del Monte.
10 ¿POR QUÉ ESTUDIAR LA BIBLIA?

¿QUÉ TAN A MENUDO LEEMOS LA BIBLIA?


% Nivel nacional1 1990 1986 1982 1978
Diariamente, o más a menudo 17 11 15 12
Semanalmente, o más a menudo 23 22 18 18
Mensualmente, o más a menudo 13 14 12 11
Menos de una vez al mes 25 26 25 18
Raramente o casi nunca 20 22 24 24
No puedo responder 2 5 6 7

Menos
La lectura de la Biblia Diaria Sema Men
de una
19862 nal sual Nunca
mente vez
mente mente
al mes
A Nivel Nacional 11 22 14 26 22
Hombres 8 18 12 30 27
Mujeres 15 25 16 22 17
Blancos 11 21 14 26 23
Negros 17 31 12 21 15
Protestantes 18 27 15 23 12
Católicos 4 16 13 32 31
Evangélicos 29 37 15 15 4
No evangélicos 4 15 13 31 30

¿Ha visto usted una Biblia “estacionada” en el tablero de un automóvil, o en el


espacio bajo el vidrio trasero? Eso es muy común en mi tierra. Una persona sale del
templo, se sube a su automóvil, avienta su Biblia a la parte trasera del auto, y la deja ahí
hasta el siguiente domingo. Eso en sí es muy representativo del valor que le concede a la
Palabra de Dios. Realmente, por lo que se refiere a las Escrituras, esa persona es
funcionalmente un analfabeta seis de cada siete días de la semana.
Las personas tienen su propia Biblia, de vez en cuando la leen y hasta la llevan al
templo – pero no la estudian. ¿Por qué? ¿a qué se debe que las personas no se involucran
por sí mismos con las Escrituras, a fin de poder entenderlas y ver cómo impactan
poderosamente sus vidas? Tratamos de averiguar la respuesta a esta pregunta
escuchando a seis cristianos describir sus experiencias a este respecto.

1
1990. Encuesta de Gallup de 1,000 adultos seleccionados al azar durante el período de noviembre 1 – 4 de 1990.
2
1986. Encuesta de Gallup de 1,559 adultos, mayores de 18 años, conducida en más de 300 lugares seleccionados a
través de todo el país durante el período de octubre 24 – 27 de 1986.

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DEL POR QUÉ LAS PERSONAS NO ESTUDIAN LA BIBLIA 11

KEN: “YO NECESITO ALGO QUE FUNCIONE”


HGH: Ken, tú eres un ejecutivo con bastante responsabilidad. Eres altamente
educado. Sé que amas al Señor. ¿Dónde entra en tu vida el estudio de la Biblia?
Ken: Cuando mis hijos eran pequeños, solíamos leer uno o dos versículos de la
Biblia todas las mañanas, o tal vez a la hora de la cena. Pero no podría decir que nosotros
realmente estudiábamos la Biblia. Por otra parte, ésa no sería la clase de cosa que uno
haría en el trabajo.
HGH: ¿Por qué?
Ken: Pues, es que el trabajo es el trabajo. Uno va a la oficina a trabajar. En la oficina
yo me ocupo de pensar en la nómina, en nuestros clientes, en las cuentas por pagar, en lo
que está haciendo la competencia. Realmente la última cosa en la que pensaría sería en la
Biblia.
No me malentiendas. Yo no soy uno de esos tipos que actúan de una manera en la
iglesia y de otra en el trabajo. Pero si somos sinceros, el mundo de los negocios no es una
clase de Escuela Dominical. En el trabajo uno enfrenta cosas que ni siquiera se mencionan
en la Biblia. De modo que no puede una aplicarla a las situaciones diarias de la vida real.
HGH: Ken, tú estás señalando al problema de la relevancia. Tal vez esa sea la razón
número uno por la que la gente no estudia la Palabra de Dios hoy en día. Ellos piensan
que es algo arcaico; que está fuera de moda, anticuada. Tal vez la Biblia tiene algo qué
decir a la generación pasada, pero es de dudarse si tiene realmente algo qué decir a
nuestra generación. No obstante, como veremos después, la Palabra de Dios está tan viva
hoy como lo estuvo cuando fue entregada originalmente.

WENDY: “NO SÉ CÓMO ESTUDIARLA”


HGH: Vayamos ahora con Wendy, quien trabaja para agencia de publicidad.
Wendy, tú pareces tener mucha energía e iniciativa. Estaría dispuesto a apostar que tú
eres una excelente estudiante de la Biblia.
Wendy: Pues, realmente lo he intentado pero no funcionó.
HGH: ¿Y cómo estuvo eso?
Wendy: Verá usted. Una vez me decidí a que realmente iba a estudiar la Biblia.
Escuché a alguien decir en un seminario que es imposible conocer a Dios si no se conoce su
Palabra. Yo quería acercarme al Señor, de manera que dije: “Ahora sí voy a meterme en la
Biblia”. Me compré un gran número de libros acerca de la Biblia. Todas las noches al
llegar a casa de mi trabajo invertía una hora o más, leyendo la Biblia y tratando de
entenderla.
Pero me di cuenta de que no entendía lo que se decía en griego o hebreo. Y luego
había una gran cantidad de opiniones de distintas personas respecto de lo que decía una
pasaje en particular que a mi me parecían confusas. Es decir, yo leía, por ejemplo, lo que

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12 ¿POR QUÉ ESTUDIAR LA BIBLIA?

algún escritor decía acerca de algún pasaje, luego leía el pasaje y no podía entender cómo
aquel comentarista había llegado a esas conclusiones. Finalmente quedé tan confundida
que mejor lo dejé por completo.
HGH: Ah, de modo que tu problema fue en relación a la técnica. Eso es común en
muchas personas hoy en día. Dudan de “lanzarse al agua porque temen no poder nadar”.
Y nuestra cultura no ayuda mucho. Con todos nuestros televisores, y computadoras y
todo lo demás nos hemos convertido en personas orientadas a lo visual y, francamente
hablando, estamos perdiendo nuestra habilidad para leer. Es por eso que en una de
nuestras siguientes secciones estaremos trabajando en la recuperación de nuestra
habilidad para leer algo como la Biblia.

ELLIOT: “YO SOY SIMPLEMENTE LAICO”


HGH: Bien, escuchemos a Elliot. Esta es la persona con quien usted quiere tratar si
tiene una alberca en su casa. Él puede mostrarle cómo mantener esa agua limpia y
cristalina. Y más aún, él trae a su actividad una fuerte ética de trabajo, yo creo que su fe
tiene mucho qué ver con ello. Elliot, algo me dice que tú pones bastante atención a tu
Biblia.
Elliot: Bueno, pues le diré la verdad. Yo le pongo atención a todo lo que entiendo
de la Biblia. Los Diez Mandamientos, la Regla de Oro, “Jehová es mi Pastor”. Ese tipo de
cosas. Pero el resto del material prefiero dejárselo a mi pastor. Es decir, él entiende todo
ese asunto, y si alguna vez tengo un problema, simplemente voy a él y él lo resuelve. Él
parece saber todas las repuestas. Yo, yo simplemente estoy tratando de vivir de la mejor
manera posible.
HGH: Vaya, eso es bastante estimulante. Tú estás tratando de poner en práctica las
verdades que logras comprender. Pero Elliot, me parece oírte decir lo que miles de
cristianos está diciendo hoy en día: “Yo simplemente soy un laico”. O, “Yo simplemente
soy una ama de casa. Yo soy profesionista. Usted no puede esperar que una persona
como yo, que no ha tenido estudios teológicos, y que tal vez ni siquiera terminó sus
estudios universitarios, estudie un libro como la Biblia.”
Así es como yo me sentía cuando inicié mi vida cristiana como un nuevo creyente.
Alguien me dijo, “Howie, tu necesitas invertir un poco de tiempo en la Palabra.”
Y yo pensé, “¿Y cómo se supone que yo puedo hacer eso? Yo nunca he ido a un
seminario. Yo no soy un predicador. Yo no entiendo estas cosas”.
Pero como veremos adelante, uno realmente no necesita entrenamiento de tipo
profesional para poder entender la Biblia. Uno no tiene qué saber griego o hebreo. Si una
persona puede leer, entonces puede ponerse a escudriñar las Escrituras por sí mismo. En
este libro yo quiero ayudarle a que aprenda el cómo.
Y a propósito. No se deje influenciar negativamente por el uso de la Palabra
“estudio”. Ojalá tuviésemos una mejor expresión que “estudio Bíblico”, porque para la
mayoría de nosotros, la palabra “estudio” nos trae malas noticias. Estudiar nos es tan

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DEL POR QUÉ LAS PERSONAS NO ESTUDIAN LA BIBLIA 13

atractivo como ir al dentista. Sabemos que debemos hacerlo, pero… en realidad vamos a
descubrir que el estudio Bíblico puede ser fascinante, más emocionante que nada, y hasta
divertido. Así que, ánimo.

LINDA: “NO TENGO TIEMPO”


HGH: Anteriormente mencioné a las amas de casa, y creo que ese término te
describe a ti, Linda. Tú estás en casa atendiendo a tus tres pequeños, y eso es un trabajo de
tiempo completo. ¿Cómo te sientes acerca del estudio Bíblico?
Linda: Me encantaría estudiar la Biblia, de veras. Pero como usted dice, tengo tres
pequeños con los cuales entretenerme y a veces daría cualquier cosa con tal de tener un
descansito. Mi esposo tiene que trabajar de día y de noche a fin de que yo me pueda
quedar en casa con los niños. Pero eso quiere decir que yo estoy con ellos todo el santo
día, y tengo suerte si durante el día puedo tener veinte minutos para mí sola. Uno no
puede estudiar la Biblia en veinte minutos. Y aún si pudiera, yo usualmente estoy
tratando de recuperarme un poco para lo que sigue. No tendría la energía necesaria para
hacerlo.
HGH: Entiendo perfectamente bien lo que estás diciendo. Mi esposa, Jeanne, y yo
criamos cuatro hijos. El ser padres es un trabajo sumamente exigente. Para nosotros, eso
era prioritario. Me parece que ésa es justamente la cuestión que tú estás tocando: ¿Dónde
entra el estudio bíblico en mi lista de prioridades? Desafortunadamente, para muchos de
nosotros, el estudio Bíblico es número veinte en una lista de veintisiete cosas por hacer.
Sería algo bueno por hacer pero no realmente necesario. Recuerda esto porque en el
siguiente capítulo vamos a descubrir que el estudio de la Palabra de Dios no es algo
opcional, es esencial.

TONI: “YO TENGO MIS DUDAS ACERCA DE LA BIBLIA”


HGH: Toni, estoy ansioso de escuchar tus comentarios. Tú eres un estudiante
universitario. ¿Hay todavía lugar en un ambiente como el tuyo para el estudio de la
Palabra de Dios?
Toni: Bueno, supongo que la gente debería leer la Biblia. Hay algunos pasajes muy
inspiradores. No estoy muy seguro acerca de la veracidad de las narraciones de milagros,
y las profecías, y todo ese rollo. Digo, como eso de Jonás y la ballena; ese tipo de cosas son
difíciles de creer. Y luego está el asunto de personas que citan versículos de la Biblia para
determinar si una cosa es correcta o incorrecta. Pero a mí me parece que uno puede hacer
que la Biblia diga casi cualquier cosa que uno quiera que diga.
De modo que me parece que uno debería leer la Biblia de vez en cuando, nada más
para saber qué es lo contiene, o tal vez para levantarte un poco el ánimo si andas caído.
Pero, ¿estudiarla? Francamente no sé qué decirle.

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14 ¿POR QUÉ ESTUDIAR LA BIBLIA?

HGH: Bien, tú estás mencionando algunas objeciones muy legítimas. ¿Es confiable
este Libro? ¿Tienen autoridad? ¿Podemos edificar nuestras vidas con base en Él? ¿Es
digno de creerse? ¿O bien cuando leamos la Biblia debemos arrojar nuestra inteligencia
por la ventana, y obligarnos a creer algo que allá muy en el fondo sabemos que es
absolutamente imposible? Descubriremos que este libro es totalmente confiable, y que
mientras más lo estudiemos más consistente y razonable nos parecerá.

GEORGE: “SIMPLEMENTE NO PUEDO HACERLO INTERESANTE”


HGH: Veamos un comentario más. George, tu interés en la Palabra tiene mucho
que ver con el hecho de que eres maestro de una clase de adultos en la escuela dominical
de tu iglesia.
George: Así es. Supongo que yo tengo más razones que el común de las personas
para estudiar la Biblia. Cuando estoy leyendo un pasaje siempre estoy pensando en mi
clase y cómo voy a enseñárselos a ellos. Pero para ser sincero, es muy difícil hacer que las
gentes se interesen en la Biblia. Parece que ellos preferirían hablar de deportes o de lo que
está sucediendo en el trabajo que de las grandes doctrinas de la fe.
Yo realmente no espero que ninguno de ellos llegue a ser un gran teólogo. Pero II
Timoteo 3:16 dice que la Biblia es útil para enseñar, y a mi me parece que muchos de los
problemas de los que se queja la gente podrían ser remediados si le pusieran un poquito
más de atención a lo que la Biblia les está diciendo.
HGH. Creo que tú estás descubriendo algo con lo que se confronta cualquier
persona que desea comunicar verdades espirituales. Es muy difícil lograr que la gente se
emocione acerca de aprender por sí misma de la Palabra de Dios. A no ser que estén
descubriendo algo por sí mismas, que tiene relación directa con su propia experiencia. De
lo contrario, el estudio Bíblico los va a matar de aburrimiento. No se verán motivados a
invertir tiempo en él. Así que ése es realmente tu reto como maestro –ofrecerle un proceso
por medio del cual ellos puedan descubrir verdades por sí mismos. Y yo espero que el
lector pueda aprender algunas maneras de hacer eso al través de este libro.
A propósito, una de la manera de no lograrlo es al través de la culpa. La culpa es
un muy pobre motivador. Es muy poderoso, pero también es un veneno para el proceso
de aprendizaje. La culpa acaba con el gozo que debe caracterizar el trato directo y
personal con la Palabra de Dios. La culpa aleja a muchas más personas del estudio de la
Biblia de lo que las acerca.

¿Y QUE HAY DE USTED, LECTOR?


Bien, hemos visto ya un buen número de razones por las que las personas no
estudian la Biblia. ¿Cuál(es) son aplacable(s) a usted? ¿Acaso usted pone en duda la
relevancia de la Biblia en cuanto a la experiencia de la vida real? ¿Está fuera de ello
debido a que le hace falta un buen procedimiento o una buena técnica? ¿Está convencido
de que este libro es solamente para profesionales, no para laicos, y que se requiere un

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DEL POR QUÉ LAS PERSONAS NO ESTUDIAN LA BIBLIA 15

entrenamiento especial para entenderlo? ¿Es el estudio Bíblico algo con baja prioridad (o
tal vez no entra en su lista de prioridades), especialmente con tantas demandas sobre su
tiempo? ¿Tiene dudas acerca de la confiabilidad de la Biblia, o piensa que jamás podrá
realmente definir qué es lo que quiere decir? ¿Le parece que el estudio Bíblico es
terriblemente aburrido y que no vale la pena que le dé tiempo y atención?
Si usted se identifica con cualquiera de estas razones, entonces este libro es para
usted. Yo voy a atacar todos estos obstáculos, y aún más. Todos y cada uno de ellos
pueden ser vencidos.
Pero primero, una vez que hemos dado tiempo a considerar lo negativo --¿por qué
la gente no estudia la Biblia?—demos la vuelta y preguntémonos, ¿Por qué debemos
estudiar la Biblia? En el siguiente capítulo le daré tres razones importantes que le
demostrarán que el estudio Bíblico no es una cosa opcional, ES ALGO ESENCIAL!

¿QUÉ HAY DE USTED?


La gran tragedia entre los cristianos hoy día es que demasiados de
nosotros estamos bajo la Palabra de Dios, pero no inmersos en ella por
nosotros mismos.
¿Qué hay acerca de usted? ¿Lee y estudia regularmente la Biblia por su cuenta? ¿O
es parte de la gran mayoría de personas que raramente abren la Biblia para estudiarla por
sí mismos, si es que acaso la abren? He aquí un pequeño ejercicio para ayudarle a evaluar
sus hábitos de lectura Bíblica.

¿Qué tan a menudo lee la Biblia? (Encierre en un círculo la frase que contenga su
respuesta)
Nunca Una vez al mes Una vez a la Dos o tres Todos los días
semana veces a la
semana

Cuando lee ¿cuánto tiempo invierte en la lectura?


5 minutos 15 minutos 30 minutos 45 minutos 60 minutos
o más
A continuación se dan algunas razones que las personas esgrimen para no leer la
Biblia. Ponga una marca en aquellas que expresan la(s) razón (es) por la(s) cual(es) usted
no lee la Biblia más a menudo.

______ 1. La Biblia no parece ser relevante para mi vida.

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16 ¿POR QUÉ ESTUDIAR LA BIBLIA?

______ 2. La Biblia parece confusa y difícil de entender. No sé cómo hacer para que
tenga sentido.
______ 3. Yo solía leer la Biblia, y me hacía sentir bien. Pero después de algún tiempo
ya no parecía tener el mismo efecto así que decidí dejarla por completo.
______ 4. Cuando leo la Biblia me siento culpable.
______ 5. La Biblia es terriblemente anticuada. Puede que tenga algunas historias
interesantes, pero tiene muy poco significado para la vida hoy día.
______ 6. Yo me apoyo en el pastor para que me explique la Biblia. Si yo necesito saber
alguna cosa, él me dirá acerca de ello.
______ 7. Tengo dudas acerca de la confiabilidad de la Biblia.
______ 8. No tengo tiempo. Estoy demasiado ocupado.
______ 9. La lectura de la Biblia me resulta aburrida.
______ 10. No tengo Biblia.
______ 11. El libro está lleno de mitos y verdades a media. ¿Por qué estudiar algo a lo
que le falta credibilidad?
______ 12. Yo no dedico tiempo a la lectura de ninguna clase.

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2
¿PARA QUE ESTUDIAR LA BIBLIA?
En el capítulo anterior vimos seis razones muy comunes por las cuales la gente
no se adentra en el estudio de las Escrituras por sí mismas. Permítanme agregar una
séptima: Nadie les ha dicho jamás qué ganarían a cambio de hacerlo. ¿Cuáles son los
beneficios del estudio Bíblico? ¿Yo qué gano? ¿Qué beneficios voy a obtener si yo
invierto mi tiempo de esta manera? ¿Qué cambios producirá en mi vida?
Yo quiero sugerirle tres beneficios que usted puede esperar cuando invierta en el
estudio de la Palabra de Dios, los cuales no están disponibles en ningún otro lugar. Y
francamente, no son lujos sin necesidades. Veamos tres pasajes que ayudan a edificar
un caso convincente del por qué debemos estudiar la Biblia. No es una opción –es una
necesidad fundamental.

EL ESTUDIO BÍBLICO ES INDISPENSABLE PARA EL CRECIMIENTO


El primer pasaje se encuentra en 1ª Pedro 2:2:
“desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que
con ella crezcáis para salvación”.
Permítame darle tres palabras para descubrir la verdad contenida aquí.
Escríbalas en el margen de su Biblia, junto a este versículo. La primera es actitud.
Pedro está describiendo la actitud del recién nacido. Así como el bebé agarra el biberón,
así también usted agarra la Palabra. El bebé tiene necesidad de la leche para alimentar
su vida físicamente; usted necesita las Escrituras para alimentar su vida
espiritualmente.
Yo tuve cuatro niños, y muy pronto aprendí que cada tres o cuatro horas un
despertador dentro de ellos se accionaba – y más valía no ignorarlo. Había que proveer
un biberón y rápido. Tan pronto como el biberón llegaba, había una gran calma. Pedro
toma esa figura tan expresiva y dice que esa debe ser su actitud hacia las Escrituras.
Pero también usa una palabra para describir lo que debe ser su apetito por la
Palabra. Usted debe “desear” la Palabra. Usted debe anhelar la leche espiritual de la
Palabra de Dios.
Para ser honestos, ése es un gusto que se cultiva. De vez en cuando alguien me
dice, “sabe, profesor Hendricks, realmente no le saco mucho a la Biblia.” Pero esas
palabras son más bien un comentario sobre la persona que sobre el libro.
Del por qué las personas no estudian la Biblia 17

El salmo 19:10 dice que la Escritura es más dulce que la miel, pero eso nunca lo
sabrías por la actitud de muchos creyentes. Mire usted, hay tres tipos de estudiantes de
la Biblia. Hay los del tipo del “aceite de ricino”. Para ellos la Palabra es amarga, ¡vaya
que lo es!, pero es buena para aliviar sus dolencias. Luego está el tipo de “All Bran”.
Para ellos la Palabra es nutritiva, pero totalmente seca. Es como estar comiendo una
paca de heno.
Pero el tercer tipo es el que yo llamo “fresas con crema”. Estos simplemente
parecerían nunca tener suficiente. ¿Cómo desarrollaron ese gusto? Deleitándose en la
Palabra. Ellos han cultivado lo que Pedro describe aquí –un apetito insaciable por la
verdad espiritual. ¿De cuál de estos tres tipos es usted?
Hay una intención para todo esto, lo cual nos trae a la tercera palabra, propósito.
¿Cuál es el propósito de la Biblia? El texto nos lo dice: para que por ella crezcáis. Por
favor noten, no es para que sepan. Por supuesto que no se puede crecer sin saber. Pero
se puede saber y no crecer. La Biblia no fue escrita para satisfacer su curiosidad sino
para ayudarlo a conformarse a la imagen de Cristo; no para hacerlo un pecador más
listo sino para hacerlo a usted como el Salvador; no para llenar su cabeza con una
colección de hechos bíblicos sino para transformar su vida.
Cuando nuestros hijos eran pequeños, teníamos una gráfica de crecimiento en la
parte interior de la puerta del closet. A medida que iban creciendo, nos rogaban que los
midiéramos y que apuntáramos en la gráfica. No importaba qué tan pequeño fuera el
incremento ellos saltaban de alegría al ver su crecimiento. Un día después de medir a
mi hija, ella me hizo una pregunta de esas que no quisiéramos que nos hicieran: “Papi,
¿por qué la gente grande deja de crecer?”
¿Cómo explicarle que la gente grande no deja de crecer –sólo que crecemos en
una dirección diferente? No recuerdo qué le contesté, pero en el momento presente el
Señor me sigue preguntando “Hendricks, ¿estás creciendo o estás simplemente
envejeciendo?
¿Qué hay de usted? ¿Hace cuántos años es usted cristiano? ¿Nueve meses?
¿Siete u ocho años? ¿Treinta y nueve años? Lo realmente importante es, ¿cuánto ha
crecido usted? Colóquese usted en la gráfica de crecimiento de Dios y mida su avance.
Esto es lo que este pasaje enseña.
Así que la primera razón para estudiar la Escritura es que es una forma de
crecimiento espiritual. No hay ninguna otra aparte de la Palabra. Es la herramienta
principal de Dios para desarrollarlo a usted individualmente.

EL ESTUDIO BÍBLICO ES INDISPENSABLE PARA LA MADUREZ ESPIRITUAL


El segundo pasaje que necesitamos ver es Hebreos 5:11-14:
“Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os
habéis hecho tardos para oír. Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto
18 ¿Por qué estudiar la Biblia?

tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros
rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis
necesidad de leche, y no de alimento sólido. Y todo aquel que participa de la
leche es inexperto en la Palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento
sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tiene los
sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.
Este es un pasaje para nuestra instrucción. El escritor dice que tiene mucho qué
decir, pero que es “difícil de explicar”. ¿Por qué? ¿Es lo complicado de la revelación?
No. La dificultad está en la densidad de la recepción. Hay incapacidad para aprender:
“os habéis hecho tardos para oír”, dando a entender “que son lentos para aprender”.
La palabra clave en este pasaje es tiempo. Subráyela en su Biblia. El escritor les
dice a sus lectores, que debido al paso del tiempo ya deberían estar en la universidad, y
ahora han tenido que regresarse al nivel de pre-escolar y aprender las primeras letras
nuevamente. Cuando debieran ya estar comunicando la verdad a otros, necesitan que
alguien les hable de la verdad a ellos.
De hecho, les dice, aún necesitan leche, y no alimento sólido. El alimento sólido
es para los maduros. ¿Quiénes son los maduros? ¿Son aquellos que van al Seminario?
¿Aquellos que pueden sostener un duelo teológico? ¿Aquellos que se saben más
versículos de la Biblia?
No, el escritor dice que es usted maduro si se ha usted entrenado en el uso
constante de la Escritura de tal manera que pueda usted distinguir entre el bien y el
mal. La señal de madurez espiritual no es qué tanto entiende usted, sino qué tanto usa
usted ese conocimiento en la vida práctica. En el reino espiritual, lo opuesto a
ignorancia no es conocimiento, sino obediencia.
Así que esa es una segunda razón por la que el estudio Bíblico es indispensable.
La Biblia es la forma divina de desarrollar la madurez espiritual. No hay otra manera.

EL ESTUDIO BÍBLICO ES INDISPENSABLE PARA EFECTIVIDAD ESPIRITUAL


Hay un tercer pasaje, II Timoteo 3:16-17. George lo menciona en el capítulo 1:
“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir,
para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea
perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”.
“Toda la Escritura”. Eso incluye II Crónicas. En cierta ocasión le dije eso a una
congregación, y una persona dijo, “Ni siquiera sabía que había I de Crónicas”.
¿Qué hay con Deuteronomio? ¿Puede encontrarlo? ¿Alguna vez ha tenido su
devocional Deuteronomio? Cuando Jesús fue tentado en el desierto (Mateo 4:1-11), Él
derrotó al diablo en tres ocasiones diciendo: “Escrito está”. Las tres son citas del libro
de Deuteronomio. A menudo he pensado, Si mi vida espiritual dependiera de mi
conocimiento del libro de Deuteronomio, ¿qué tal la haría?
Del por qué las personas no estudian la Biblia 19

Pablo dice que toda la Escritura es útil. ¿Pero útil para qué? Él menciona cuatro
cosas. Primero, para doctrina o enseñanza. Esto es, que estructura su forma de pensar.
Esto es crucial, porque si no piensa correctamente, no está viviendo correctamente. Lo
que usted crea determinará su comportamiento.
También dice que la Biblia es útil para redargüir. Esto es, que le dirá en dónde se
está saliendo usted de los límites. Es como un “ampayer” que grita, “out” o “¡Seif!” Le
dice a usted lo que es pecado. Le dice lo que Dios quiere para su vida. Le provee de
normas para vivir.
En tercer lugar dice que es útil para corregir. ¿Tiene usted un closet donde pone
todo aquello para lo que no encuentra lugar en ninguna otra parte? Lo que atiborra de
cosas y luego, un día, habiendo olvidado cómo está aquello, abre la puerta y se le viene
todo encima. “¡Caray!”, dice usted, “Más vale que limpie este lugar.” La Biblia es así.
Abre las puertas de su vida y provee una dinámica purificadora para ayudarle a limpiar
su pecado y enseñarle a conformarse a la voluntad de Dios.
Una ventaja de la Biblia es que es útil para instruir en justicia. Dios la usa para
mostrarle cómo vivir. Habiéndole corregido en lo negativo, Él le da principios para
normar su vida.
¿Cuál es el propósito total? El de que esté usted preparado para toda buena
obra. ¿Ha dicho usted alguna vez, “Desearía que mi vida fuera más eficaz para Cristo
Jesús? Si así es, ¿qué ha hecho usted para prepararse? El estudio bíblico es un medio
básico para ser un siervo eficaz de Cristo Jesús.
En una ocasión le pregunté a un grupo de hombres de negocios, “si usted no
supiera más acerca de su negocio o profesión de lo que sabe usted acerca del
cristianismo después del mismo número de años de exposición, ¿qué pensaría?”
Una persona contestó abruptamente, “Me despedirían”.
¿Sabe una cosa? Él tenía razón. La razón por la que Dios no puede usarle más
de lo que él querría es que no está preparado. Quizá ha asistido al templo por 5, 10 ó 20
años pero nunca ha abierto la Biblia para prepararse para ser eficaz como su
instrumento. Ha estado bajo la influencia de la Palabra pero no inmerso en ella por sí
mismo.
Ahora la decisión está de su lado. Dios quiere comunicarse con usted en el siglo
veinte. Él escribió su mensaje en un libro. Él le pide que vengas y estudies ese libro por
tres poderosas razones: Es indispensable para el crecimiento. Es indispensable para la
madurez. Es indispensable para equiparlo, entrenarlo, de tal manera que sea usted un
instrumento disponible, limpio, experto en sus manos para lograr sus propósitos.
La pregunta con la que ahora usted se enfrenta es: ¿Puede usted darse el lujo de
quedarse fuera?
20 ¿Por qué estudiar la Biblia?

¿PODEMOS CONFIAR EN LA BIBLIA?


Después de que había cautivado a la audiencia con una fascinante conferencia,
un reportero le preguntó a la novelista Ayn Rand, ¿qué hay de malo con el mundo
actual?
Sin dudarlo un solo instante, ella respondió, “El mundo jamás había estado tan
desesperado buscando respuestas a pregunta tan cruciales, y nunca antes había estado
nuestro mundo tan frenéticamente convencido de la idea de que no hay respuestas
posibles para esas preguntas. Parafraseando la expresión bíblica, la actitud moderna es
la de “Padre, perdónanos porque nos sabemos lo que hacemos –y por favor NO NOS
DIGAS!”
Eso está muy dicho, si consideramos que provienen de una reconocida agnóstica.
Muchos de nosotros queremos tener una palabra de Dios, pero no queremos la Palabra
de Dios. Somos lo suficientemente inteligentes como para poseer una Biblia, pero no lo
bastante como para que la Biblia nos posea. Admitimos el valor de las Escrituras “de
los dientes para afuera”, pero no aplicamos sus principios a nuestra vida. En un mundo
en el que el único principio absoluto es que “nada es absoluto”, queda muy poco
espacio para reconocer que la Palabra de Dios, tal como se revela en la Biblia, es la
autoridad para nuestras vidas.
Las preguntas que realmente se imponen son: “¿Podemos confiar en la Biblia?
¿Es realmente confiable? ¿Es realmente algo determinante para nuestras vidas en el
momento actual?” Para responder a estas interrogantes, considere lo que la Biblia dice
de sí misma.

LA BIBLIA ES UNA UNIDAD


Si usted ha estudiado algún tema complejo o de controversia con cierta
profundidad, usted seguramente sabrá de lo frustrante que es el tratar de encontrar dos
o tres autoridades que estén de acuerdo en todos los puntos. Básicamente, eso es
imposible de lograr.
La Biblia presenta un marcado contraste. La Biblia es única pues todas sus partes
se combinan para formar un todo totalmente unificado. Verá usted, la Biblia no es un
solo libro sino sesenta y seis libros que forman un solo volumen. Estos sesenta y seis
documentos individuales fueron escritos en un período de más de mil seiscientos años
por más de cuarenta autores humanos surgidos de una gran variedad de antecedentes.
No obstante, la Biblia es una sola unidad, teniendo como tema central a la
persona de Dios y sus relaciones con la humanidad. Cada libro, sección, párrafo y
versículo obran en conjunto con los demás para revelar la verdad de Dios. Es por esto
que la Biblia es mejor entendida cuando sus partes individuales son relacionadas con
todo el conjunto.
Del por qué las personas no estudian la Biblia 21

LA BIBLIA ES LA REVELACIÓN DE DIOS


La Biblia se presenta a sí misma como la verdad revelada de Dios. La palabra
que se usa en ella y que se traduce como “revelación” realmente significa “develación”,
como cuando se corre una cortina para mostrar lo que está detrás de ella. Dios ha
revelado en las Escrituras cosas que jamás podrían conocerse de otra manera. Él ha
revelado cosas que son verdades absolutas –no especulaciones, no conjeturas, ni
hipótesis; solo la verdad. Y es una verdad que es absolutamente consistente –nunca
puesta en duda y nunca contradicha por ninguna otra parte de la revelación.

LA BIBLIA ES INSPIRADA POR DIOS


El gran teólogo B. B. Warfield dijo: “La Biblia es la Palabra de Dios de tal manera
que cuando la Biblia habla, Dios habla”. Esa es una buena descripción de lo que es la
“inspiración”. La razón por la que nosotros llamamos a la Biblia la Palabra de Dios es
porque esas son justamente las palabras que Dios quería comunicarnos.
Por supuesto que algunas personas tienen problemas con este concepto debido a
que la Biblia fue escrita por autores humanos. Si ellos estaban “inspirados”, lo estaban
en la misma forma que grandes artistas han sido “inspirados” para producir obras de
arte.
Pero eso no es lo que la Biblia da a entender con el término “inspiración”.
Recuérdese II de Timoteo 3:16-17: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para
enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios
sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” La palabra traducida como
“inspirada” quiere decir “soplada por Dios”, literalmente “que proviene del aliento de
Dios”. Esa palabra comunica la idea de que Dios estaba “espirando” o “exhalando” las
Escrituras por sí mismo. Y puesto que la palabra traducida como inspiración tiene la
misma raíz griega que la palabra “espíritu”, podemos fácilmente ver la obra del Espíritu
Santo al supervisar las Sagradas Escrituras.
Así que, ¿Cuál fue la parte que jugaron los autores humanos? Dios los usó en
forma sobrenatural para que escribieran las palabras sin poner en peligro la perfección,
integridad o pureza del producto terminado. Estamos ante un caso de doble autor.
Como dice el Dr. Charles Ryrie, “Dios supervisó a los autores humanos a fin de que,
haciendo uso de sus propias personalidades como individuos, ellos escribieran y
registraran, sin error, su revelación al hombre en las palabras de los manuscritos
originales.”
El apóstol Pedro utilizó un brillante término para describir este arreglo cuando
dijo que “los santos hombres des Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo”
(II Pedro 1:21). La palabra “inspirados” es la misma palabra que se usa para describir a
un barco que se mueve bajo la influencia del viento. Los escritores bíblicos fueron
22 ¿Por qué estudiar la Biblia?

guiados en sus escritos para ir a donde Dios quería que fuesen para producir lo que
Dios quería que produjesen. No hay la menor duda de que su personalidad, estilo de
escritura, perspectivas y características personales están plasmadas en sus palabras.
Pero sus narraciones son más que las meras palabras de hombres –son la misma Palabra
de Dios.
¿Ha oído usted acerca del Proyecto Jesús? Ciertos eruditos dudan de la
confiabilidad de las palabras de Jesús registradas en los cuatro evangelios, así que ellos
se reúnen anualmente a discutir esos textos. Para cada declaración que se atribuye a
Jesús estas personas toman una votación para decir si ellos creen que fue Jesús quien
realmente la pronunció, o si fueron los escritores del Nuevo Testamento quienes las
pusieron en su boca.
La votación puede ser una de cuatro alternativas. El grupo puede decidir que las
palabras de Jesús son “rojas”, para indicar que definitivamente fue Él quien las
pronunció. Por otra parte, los eruditos pueden clasificar las palabras como “negras” si
ellos creen en forma definitiva que Jesús no las pronunció. Entre estos dos extremos
está el color “rosa” (para indicar que Jesús probablemente las pronunció, aunque hay
dudas), y el color “gris” (Jesús probablemente no las pronunció, aunque es posible que
lo haya hecho).
¿Cuál es el propósito de este ejercicio? Un vocero del grupo dice que los que
ellos quieren es fortalecer la fe de las personas, haciéndoles saber lo que es confiable y lo
que no lo es.
No sé lo que le parezca a usted este proyecto, pero a mí me parece absurdo –para
no decir peligroso. ¿Cómo es posible que un comité de personas que dudan, viviendo
dos mil años después de que sucedieron los hechos, se sienten con capacidad para
emitir juicios sobre la autoridad de las Escrituras? Me parece que para ellos la
inspiración de las Escrituras debe ser decidida por el consenso.
Yo prefiero la inspiración por medio del Espíritu Santo. El texto de la Biblia no
es producto de la meditación de los hombres sino que es un producto sobrenatural: es la
mismísima Palabra de Dios.

LA BIBLIA ES INERRANTE
A fin de ser autoridad, la Biblia debe ser verdadera; es decir, no contener errores.
Hay solamente dos alternativas. La Biblia contiene errores, o la Biblia no contiene
errores. No hay término medio. Una Biblia con “verdades a medias” sería una Biblia
con errores.
“Inerrante” significa “que no contiene errores de ninguna clase en los escritos
originales”. He ahí algo en qué pensar para nuestra generación actual. La nuestra es
una generación de relativistas para la cual nada puede ser absoluto en ningún sentido.
Del por qué las personas no estudian la Biblia 23

Y más aún, nuestra cultura querría que nosotros creyésemos que la ciencia ha dejado
muy atrás a la Biblia.
La verdad es que la Biblia ha resistido las más severas pruebas de la verdadera
ciencia. Es un hecho que muchos de los más eminentes científicos de nuestra época
están echando una “tercera mirada” a las Escrituras a la luz de eventos y
descubrimientos recientes.
El hecho de que creamos en una Biblia que está libre de errores no quiere decir
que tomamos todas sus declaraciones de una manera rígidamente literal. Como
veremos después, la Biblia a menudo habla en términos figurados. Más aún, aceptamos
que ha habido errores en la transmisión de la Biblia de una copia a otra al través de los
años (aunque esos errores, sorprendentemente, han sido muy pocos).
No obstante, la Biblia da testimonio de su propia inerrancia. El más poderoso
testigo es Jesús mismo. En Mateo 4:1-11 Él enfatiza que son las palabras contenidas en
las Escrituras –y no simplemente las ideas que ellas comunican—las que son confiables.
En Mateo 5:17-18, Él hace extensiva la confiabilidad absoluta del texto a cada una de las
letras e inclusive a las partes de las letras.
Al través de los evangelios, Jesús hace referencia a porciones de las Escrituras
que algunas “autoridades” del día de hoy ponen en duda. No hay ninguna pista que
parezca indicar que Él no las consideró exactas, verdaderas y dignas de confianza.
(Solamente en Mateo, véanse 8: 4; 10: 15; 12: 17, 40; 19: 3-5; y 24: 38-39).
Inerrancia significa que tenemos una Biblia que no contienen ningún error en su
forma original y que es absolutamente confiable. Al estudiarla, podremos esperar con
expectación respuestas que necesitamos para las preguntas que nos plateamos.
3
ESTE LIBRO PUEDE AYUDARLE
Espero que para este momento usted esté convencido tanto de la necesidad como
del beneficio de involucrarse con la Biblia por sí mismo. Yo he sido un creyente por
cinco décadas y puedo asegurarle que la lectura de la Palabra de Dios ha hecho una
gran diferencia en mi experiencia cristiana.
Y hará lo mismo para usted. Revolucionará su vida. Como vimos en el capítulo
anterior ésta es la llave para el crecimiento espiritual, la madurez y la efectividad.

Pero por favor tome nota de lo siguiente: el estudio bíblico requiere de un


método. Usted no le enseña a nadar a un niño arrojándolo a la parte profunda de una
alberca y diciéndole, “vamos, nada”.

No, usted comienza lentamente, mostrándole como flotar, cómo mantener su


cabeza debajo del agua, cómo patalear, y algunas otras técnicas básicas. Usted le da
instrucciones y un proceso a fin de que él gradualmente desarrolle las habilidades
requeridas.

Lo mismo es cierto a fin de aprender a estudiar la Biblia. Así que en este y el


siguiente capítulo quiero presentar un método para estudiar la Palabra de Dios.

Cuando digo “método”, quiero decir una estrategia, un plan de ataque que rinda
los máximos resultados para su inversión de tiempo y esfuerzo. Sin un método, usted
puede frustrarse muy pronto, como le sucedió a Wendy en el capítulo uno. O también
puede meterse en profundidades en cuestiones de interpretación y aplicación. Esa era
la queja de Tony, como usted recordará.

LO QUE USTED PUEDE ESPERAR DE ESTE LIBRO


Este libro presenta un método. Y yo quiero decirle desde el principio cuáles
serán los costos y los beneficios de usar este método. Primeramente permítame hablarle
de los beneficios de usar este método. Con base en más de cuarenta años de enseñar
este material, he encontrado al menos cuatro ventajas principales de este enfoque.
1. Usted encontrará un método simple que ha sido bien probado.
Como vimos en el capítulo uno, una de las principales razones que las gentes dan
para no estudiar la Biblia es que creen que es demasiado difícil. “No tengo el
entrenamiento necesario”, dicen. “No sé griego ni hebreo. Soy simplemente un laico.
Del por qué las personas no estudian la Biblia 25

No soy lo bastante inteligente”. Se oyen todo tipo de excusas. No obstante la verdad es


que están haciendo del estudio Bíblico algo más complicado de lo que en realidad es.
El proceso presentado en este libro es uno que todos pueden usar, sin importar
cual sea su nivel de madurez espiritual o educación. No importa si usted ha estado en
la fe cinco semanas o cinco décadas –los principios seguirán siendo los mismos. Si
usted puede leer, usted puede estudiar la Biblia. No estoy diciendo que no tendrá una
ventaja si conoce algo acerca de los idiomas originales, pero con todos los recursos
disponibles a nosotros hoy en día usted no estará en gran desventaja si no tiene esos
conocimientos.
Otro beneficio de este proceso es que se expande conforme la habilidad del
estudiante se expande. En otras palabras, al ir usted creciendo en su conocimiento y
comprensión de la Palabras, este método se mantendrá a la par con usted; jamás le
quedará chico. Yo aún sigo usándolo después de todos estos años. Por supuesto que he
añadido un poquito de experiencia aquí y allá, y hay muchas cosas que hago ahora
mucho mejor que cuando comencé. Pero el enfoque básico sigue siendo el mismo. Es
como una caja de herramientas que incrementa su utilidad conforme se incrementa la
capacidad del que las usa.
2. Usted obtendrá un valioso sentido de confianza en su habilidad para
manejar las Escrituras por sí mismo.
No hay nada comparable a la seguridad que adquirimos al tener un
conocimiento personal de la Biblia. Nos da confianza para pensar por nosotros mismos.
La mayor parte de las personas no piensan, ellos simplemente reacomodan sus
prejuicios. Pero es un juego totalmente diferente cuando uno sabe lo que la Biblia dice,
dónde lo dice y qué significa. Ese tipo de propiedad personal de la verdad espiritual te
libera de la esclavitud de la opinión popular.
Más aún, el estudio bíblico de primera mano le capacita para evaluar el
pensamiento de los demás. Supongamos que yo me enfrento a un problema con un
pasaje particular. De modo que voy a un comentario para averiguar de qué se trata.
Leo el comentario A y me da una respuesta. ¡Qué emocionante! Pero luego decido
compararlo con el comentario B, solamente para darme cuenta de que B está
diametralmente opuesto a A. ¿Qué voy a hacer? Ya estaba confuso antes; ahora estoy
más confuso. ¿Le hago caso a A o a B? Así que decido leer otro comentario. Entonces
sí que estoy en problemas. El tercero está de acuerdo con A en algunos puntos pero no
en otros, y está en total desacuerdo con B. ¿Qué hago? ¿Echo un volado para tomar la
decisión?
Bien, es sorprendente cuánta luz arrojan las Escrituras sobre los comentarios. Si
yo tengo un método que me ayuda a trabajar con el texto bíblico y entender lo que el
texto dice, entonces cuando voy a un comentario tengo una buena base para evaluar lo
que éste dice.
26 ¿Por qué estudiar la Biblia?

3. Usted experimentará el gozo del descubrimiento personal


Puedo asegurarle que no hay un gozo comparable con aquel que surge del
estudio personal de las Escrituras. El descubrir por usted mismo lo que Dios ha
revelado en su palabra le hará sentirse emocionado. Tristemente la mayoría de las
personas no parecen sentirse emocionadas por la verdad, más bien parece sentirse
embalsamadas.
Yo solía dar una clase para hombres y mujeres profesionistas. En la clase había
un médico al que nunca olvidaré. Él venía después de clase con Biblia en la mano, y me
decía, “Hendricks, déjeme enseñarle lo que encontré en este pasaje.” Estaba fuera de sí
debido a su hallazgo; su entusiasmo era desbordante.
¿Sabe usted lo que estaba diciéndome? “Apuesto que Juan Calvino nunca vio
esto. Y por supuesto, Martín Lutero jamás lo escuchó”. Y, aunque jamás lo dijo, también
sugería “Hendrincks, le apuesto que usted jamás vio esto tampoco”.
Encontré una vez a su esposa en el estacionamiento de la iglesia un día, y me dijo
“¿Qué es lo que usted le está dando a mi esposo?”
“¿Por qué? ¿Cuál es el problema?” le pregunté.
“Tengo que poner la alarma del reloj para comunicarle a mi esposo que es hora
de irse a dormir. Simplemente no quiere dejar de estudiar su Biblia.”
¡Vaya un cambio! Pero era debido a que aquel hombre estaba haciendo sus
propios descubrimientos en la Palabra. Espero que usted también se contagie de esa
enfermedad conforme vaya involucrándose en el proceso que se presenta en este libro.
4. Usted profundizará su relación personal con Dios.
El beneficio final del estudio personal de la Biblia es que usted se enamorará del
Autor. Verá usted, es muy difícil enamorarse a través de terceros. Los sermones, libros,
comentarios y demás pueden ser magníficos recursos para el desarrollo espiritual; pero
todos son de segunda mano. Si usted quiere conocer a Dios directamente, usted necesita
encontrarse frente a frente con Su Palabra.
No obstante, inclusive el estudio bíblico puede llegar a convertirse en un fin en sí
mismo, si usted lo deja. Uno de los grandes problemas que los creyentes tienen el día de
hoy es que a menudo nosotros conocemos más de las Escrituras de lo que conocemos a
el Dios de las Escrituras. Pero mi Biblia dice, “Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han
subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para lo que le aman” (1ª Corintios
2:9).
Dios ha preparado cosas increíbles para usted, las Escrituras son su medio
designado para hacérselas llegar.
Del por qué las personas no estudian la Biblia 27

COSTOS

También hay costos involucrados. Las riquezas de Dios son gratuitas, pero no
son baratas. El estudio Bíblico presenta varias demandas a su persona. Permítame
mencionar tres.
Esfuerzo
Las Escrituras no entregan sus frutos a los flojos. Como cualquiera otra disciplina
de la vida, el estudio Bíblico rinde en forma proporcional a la inversión. A mayor
inversión, mayor rendimiento.
Obviamente, requerirá de tiempo, la razón que Linda esgrimió en el capítulo 1.
Pero si su estudio Bíblico es productivo, si usted está descubriendo cosas emocionantes
que nunca supo que existían, si el proceso está provocando cambios importantes en su
vida, usted seguramente encontrará tiempo para ello. De otra manera, usted
seguramente encontrará algo más que hacer. Yo quiero que este libro le ayude a
iniciarse en un esfuerzo productivo de tal forma que el tiempo sea un precio que usted
esté dispuesto a pagar a la luz de los beneficios.
Apertura a Dios
Como dije anteriormente, el propósito final del estudio Bíblico es el de conocer a
Dios. La pregunta es ¿Quiere usted conocer a Dios en forma íntima? ¿Es eso lo que
usted está buscando? Si sus respuestas son afirmativas Dios le ofrece honrar su
diligencia en la Palabra.
Bienaventurado el hombre que me escucha,
Velando a mis puertas cada día,
Aguardando a los postes de mis puertas.
Porque el que me halle, hallará la vida,
Y alcanzará el favor de Jehová.
(Proverbios 8:34-35)
Todos quieren las bendiciones y la vida prometidas aquí. Pero ¿estamos
dispuestos a “velar cada día” a las puertas de las Escrituras?
Apertura al cambio
La Biblia fue escrita no para ser estudiada sino para cambiar nuestras vidas. El
cambio de la vida es el producto que estamos buscando. El corazón humano se resiste al
cambio más que a ninguna otra cosa, pero el crecimiento espiritual implica un
compromiso para cambiar.
Romanos 8:29, por ejemplo, dice que Dios tiene la intención de conformarnos a la
imagen de Su Hijo; en otras palabras de hacernos como Cristo. Si eso es cierto, ¿qué
tanto cambio le parece que puede esperar? ¿Está usted dispuesto a ello? ¿Está usted
dispuesto a permitirle a Dios que invada su carácter y su conducta con Su verdad?
28 ¿Por qué estudiar la Biblia?

Iniciando
Estamos a punto de lanzarnos al proceso. En el próximo capítulo voy a darle una
panorámica de lo que significa el método en el estudio Bíblico. Pero antes de llegar allá,
perítame hacerle dos sugerencias.
Primero, fíjese algunas metas. ¿Qué desea usted obtener de este proceso? ¿Qué
necesidades de su vida deben ser atendidas? ¿Hay actitudes que necesitan ser
cambiadas o reforzadas? ¿Hay hábitos que usted necesita romper o establecer?
Preguntas como estas pueden ayudarle a establecer metas que le guiarán en el estudio
Bíblico.
Segundo, ajuste sus expectativas. Sea realista. Usted puede ser como un tigre que
vibra por la ansiedad. Apenas si puede esperar para lanzarse sobre el objetivo. ¡Eso es
magnífico! Pero recuerde, usted no va a dominar el proceso de la noche a la mañana.
Requerirá tiempo. Por otra parte, es posible que usted se sienta como una tortuga:
nunca llegará a la meta; es demasiado difícil. En ese caso, ánimo. La clave en el estudio
Bíblico no es la velocidad sino la dirección. No importa tanto qué tan lejos llega, sino si
es constante y continúa progresando. La llave es la diligencia.
¿Está usted listo para iniciar? Entonces comencemos el siguiente capítulo y
empecemos por darnos la idea de lo que es el estudio Bíblico personal.

COMO SELECCIONAR UNA BIBLIA

La herramienta más importante que usted necesitará para involucrarse con la


Palabra de Dios por sí mismo será una Biblia de estudio. Si aún no tiene una, consígala.
Será una buena inversión. Utilícela para comenzar a aplicar los principios presentados
en este libro.
Hay un buen número de excelentes versiones y ediciones de la Biblia disponibles
en el mercado. Algunas de ellas incluso son llamadas “Biblias de Estudio”. Cuando yo
me inicié en la vida cristiana alguien me regaló una Biblia de las llamadas “Scofield” de
hecho fue aquella que tenía una pequeña dedicatoria en la primera página y a la cual
hice referencia en el primer capítulo: “Este libro te mantendrá alejado del pecado, o el
pecado te mantendrá alejado de este libro”.
No obstante, cuando yo hablo de una Biblia de estudio, me estoy refiriendo a una
que tiene idealmente las siguientes características:
LETRA GRANDE

Hoy en día, en nuestra cultura, todos buscamos la conveniencia. Tratándose de


Biblias, eso quiere decir una Biblia de letra pequeña se producen Biblias pequeñas que
son más fáciles de cargar. Pero con letra pequeña el estudio de la Biblia puede resultar
casi imposible. No solamente nos hace forzar la vista sino que hace muy difícil el
escribir en el texto o alrededor de él. Escoja una edición con letra bastante grande que
facilite su lectura y el hacer anotaciones en el texto.
Del por qué las personas no estudian la Biblia 29

MARGENES AMPLIOS

Esto será ideal si es que puede encontrar una Biblia así. De esta manera usted
tendrá suficiente espacio para registrar sus observaciones y cosas que haya aprendido.
QUE NO TENGA COMENTARIOS

Cuando uno está estudiando la Palabra, uno quiere llegar a ella sin prejuicios de
ninguna clase, sin comentarios extraños que compitan por su atención. Lo ideal es que
venga el texto bíblico y nada más.
QUE NO TENGA SUBTÍTULOS

Esto es algo de menor importancia, pero una Biblia de Estudio ideal tendría
divisiones de capítulos ni subtítulos para dividir las secciones de los mismos, tal como
“El Padre Nuestro”, o “La Gran Comisión”. Esos encabezados son útiles para localizar
el material en el texto pero tienen el problema de que tienden a preenjuiciar al lector.
REFERENCIAS CRUZADAS
Pueden ser muy útiles para comparar versículos con otros versículos.
BUENA CALIDAD DE PAPEL Y DE ENCUADERNACIÓN
Si usted estudia las Escrituras en la manera que yo sugiero en este libro, usted va
a darle una buena trabajada a su Biblia. Constantemente estará yendo de pasaje en
pasaje, haciendo anotaciones en los márgenes, consultando los mapas al final del libro y
yendo de acá para allá entre la Biblia y fuentes secundarias. De manera que necesita una
edición que aguante el uso en serio. Por eso hablamos de un papel de calidad y de una
buena encuadernación que no aventará las pastas a las primeras de cambio. Pregunte en
la librería a alguien que sepa, a fin de que le informen con todo el detalle posible qué
tipo de proceso se ha aplicado en la impresión y encuadernación de la Biblia que usted
está pensando adquirir.
UNA BUENA CONCORDANCIA AL FINAL
Una concordancia es una lista de las palabras que aparecen en el texto con
referencias acerca de dónde encontrarlas. Hablaremos más acerca de las concordancias
en los capítulos 34 y 35. Una buena concordancia al final de su Biblia puede ser de lo
más útil.
MAPAS

Para un estudio bíblico serio usted realmente necesita un atlas, del cual también
hablaremos más tarde. Pero unos cuantos mapas al final de su Biblia de estudio pueden
ser muy útiles para referencias y consultas rápidas. Siempre es importante el considerar
el lugar en el que los eventos de la Biblia tienen lugar.
Asegúrese de que consigue una Biblia completa, una que tenga tanto el Antiguo
como el Nuevo Testamento. Si usted utiliza solamente el Nuevo Testamento no podrá
acudir al Antiguo a consultar los pasajes que arrojan luz sobre el Nuevo. También se
verá tentado a convertirse en un “Cristiano de un solo Testamento”. Recuerde ambos
30 ¿Por qué estudiar la Biblia?

testamentos son la Palabra de Dios. Ambos son inspirados. Todos los sesenta y seis
libros son útiles (2ª Timoteo 3:16). En hebreos 4:12, el escritor sagrado llama a las
Escrituras una “espada de dos filos”. No obstante, algunas personas tratan de trabajar
con un pequeño testamento de bolsillo, lo que parece reducir a la espada del Espíritu
hasta convertirla en una navaja de bolsillo.
Es muy seguro que usted querrá trabajar con base en una traducción al español, a
menos que usted sepa griego o hebreo. Hay muchas buenas traducciones. Todas tienen
sus puntos fuertes y sus puntos débiles y sirven para diferentes propósitos. Por una
buena parte de mi vida yo hice uso de la New American Standard Bible (NASB). Es una de
las más exactas aunque un poco seca a veces. Pero es muy útil.
Algunas otras traducciones contemporáneas son las New International Version
(NIV), la New King James (NKJV), y la New Revised Standard Version (NRSV). Estas son
traducciones exactas, en oposición a las parafraseadas, tales como la God News Bible o el
New Testament in Modern English de Phillips. Sea cual fuere la traducción que usted
escoja, asegúrese de que es una buena Biblia de Estudio según ha quedado descrita con
anterioridad.
Y, finalmente, no dude de escribir en su Biblia. Algunas personas me dicen, “Es
que no quiero echarla a perder”. “Échela a perder haciendo anotaciones en ella”, les
digo yo. Escriba por todas partes. De hecho usted deberá estar usando tanto su Biblia
que debería “gastar” una cada dos o tres años. Luego puede conseguir otra. Es
maravilloso el poder examinar nuestras viejas Biblias y ver cuánto hemos avanzado en
nuestra vida espiritual.
Del por qué las personas no estudian la Biblia 31
4
UNA PANORAMICA AL PROCESO
Hace varios años Jeanne y yo estábamos vacacionando en la Costa Oeste junto
con nuestro hijo Bill. Teníamos un amigo que era dueño de un avión un día nos
preguntó que si queríamos volar con él a la Isla Santa Catalina. Aceptamos y la
siguiente mañana despegamos a toda velocidad de la pista, remontándonos a los cielos
sobre el condado de Orange.
Cuando el avión se niveló ya volando sobre el Pacífico, nuestro amigo se volvió
hacia Bill, quien iba de copiloto y le dijo, “¿Qué te parecería probarte como piloto?”
Siempre dispuesto a la aventura, le contestó, “Seguro que si”. Bill no había
piloteado un avión en su vida pero, ¿qué importaba eso?
Nuestro amigo le dio unas breves instrucciones sobre el arte de volar, algo así
como un “curso intensivo”, podríamos decir. Y le pasó los controles y ahora Bill estaba
a cargo. Todo siguió sin contratiempos mientras íbamos volando derecho. Pero después
de unos minutos el piloto le dijo, “¿Por qué no intentas una vueltecita?”
Bill giró hacia la izquierda, y repentinamente me empecé a sentir un poco
mareado. Unos momentos después nuestro amigo dijo, “Muy bien, ahora inténtalo para
el otro lado”, y el giró para la derecha. Ahora tanto Jeanne como yo nos sentíamos
mareados. Nos sentíamos mucho mejor cuando vimos que el piloto puso sus manos
sobre los controles mientras nivelaba el avión y volvía a hacerse cargo de la situación.
“No estuvo mal”, le dijo a Bill, el cual estaba sonriendo como todo un experto.
“Solo caíamos como 300 metros”.
Obviamente, aprender a manejar requiere un poco más que soltar los controles a
alguien y decirle, “Qué te diviertas”. Requiere habilidades que toman años para
desarrollarlas plenamente. Aparte de tener esa experiencia, tienes tu vida en tus manos.
El estudio de la Palabra de Dios no es diferente. Aprender a hacerlo
adecuadamente es un proceso que no se da de la noche a la mañana. Y aún así, es eso lo
que hacemos con los nuevos creyentes cuando le decimos que se metan en la palabra,
les damos una Biblia, y esperamos que ellos se hagan cargo de ahí en adelante. No es de
extrañarse que muchos creyentes se den por vencidos por la frustración de no poder
hacerlo.
Una panorámica del proceso 33

En este capítulo quiero dar un vistazo del proceso del estudio Bíblico.
Primeramente, quiero definir qué tiene que ver el método en el estudio Bíblico. Después
quiero mostrarles a dónde les lleva el proceso y dónde terminarán si lo siguen.

EXISTE UN MÉTODO PARA TODO


Empecemos por una definición. Yo defino el método en el estudio Bíblico con
tres aseveraciones. Primeramente, Método es “proceder metódicamente”. Esto es, deben
darse determinados pasos, en un orden determinado para garantizar un resultado
determinado. No cualquier paso, ni en cualquier orden, ni cualquier resultado.
El resultado gobierna todo. ¿Cuál es el producto del estudio Bíblico metódico?
¿Qué es lo que se busca? En repetidas ocasiones hemos mencionado que el estudio
Bíblico tiene un propósito muy definido específicamente, un cambio de vida.
Así pues, ¿Cómo llegar a ese propósito? ¿Qué proceso llevará a ese resultado? Yo
propongo un enfoque de tres pasos que garantizará un cambio de vida tres pasos
cruciales llevados a cabo en un cierto orden.
1. Observación
En este paso, se hace y se contesta la pregunta, ¿Qué es lo que veo? En el
momento que se acerca usted a las Escrituras se pregunta, ¿Cuáles son los hechos?
Toma usted el papel de un detective bíblico, buscando pistas. Ningún detalle es
insignificante. Eso nos lleva al siguiente paso.
2. Interpretación
Aquí se hace y se contesta la pregunta, ¿Qué significa eso? Su búsqueda es
encontrar significado. Desafortunadamente, muchos estudios Bíblicos empiezan con la
interpretación y aún más, ahí terminan también. Pero yo les voy a mostrar que no
empieza ahí. Antes de entender, se debe aprender a ver. Tampoco termina ahí, porque
el tercer paso es…
3. Aplicación
Aquí se hace y se contesta la pregunta, ¿Cómo funciona? no ¿Funcionará?
Algunas personas dicen que van a hacer la Biblia “relevante”. Pero si la Biblia no es
relevante de por sí, nada que usted o yo podamos hacer ayudará. La Biblia es relevante
porque ha sido revelada. Siempre será una vuelta a la realidad. Y para aquellos que la
leen y hacen caso de sus enseñanzas, transformará sus vidas.

REQUIERE UN CONOCIMIENTO DIRECTO


Así que método es proceder metódicamente. Pero permítanme agregar una
segunda aseveración a la definición: Método es proceder metódicamente, con una perspectiva
de ser receptor y reproductor.
34 ¿Para qué estudiar la Biblia?

¿Quiere usted ser de impacto en su sociedad? Primeramente la Escritura debe


hacer un impacto en usted. Es la analogía del esperma y el huevo. Ni el esperma
masculino ni el huevo femenino son capaces de reproducirse. Sólo cuando el esperma
impacta y es acogido por el huevo hay concepción y reproducción.
Igual sucede en el reino espiritual. Cuando la Palabra de Dios y un individuo
obediente y receptivo se unen, algo va a pasar. Esa es una combinación que puede
transformar la sociedad. Y eso es para lo que el estudio Bíblico personal está diseñado
para transformar, el mundo.
Una tercera aseveración completa nuestra definición: Método es proceder
metódicamente, con una perspectiva de ser receptor y reproductor, a través del encuentro
personal con la Palabra.
Una vez más, no hay nada que pueda superar la exposición personal y continua a
la Biblia. Es vital. Sin ella, nunca sabrá directamente lo que Dios tiene que decir.
Siempre estará teniendo que depender de un intermediario. Imagínese que la relación
con su cónyuge fuera de esa manera. ¿Qué tanto duraría su matrimonio? Lo mismo es
cierto en relación a Dios. No hay substituto a la exposición personal con Su Palabra.

EMPIECE CON LA OBSERVACIÓN


Ahora que ya sabe usted a dónde va, veamos más de cerca cómo va usted a
llegar, o sea el proceso mismo. Recuerde que el primer paso es la observación. Esto es
cuando se hace y se contesta la pregunta, ¿Qué es lo que veo? Usted debe buscar cuatro
cosas.
1. Términos
Un término es más que una palabra. Es una palabra clave que es crítica para lo
que el autor quiere decir. Por ejemplo, en el Evangelio de Juan, la palabra creer aparece
no menos de 79 veces, siempre como verbo y nunca como sustantivo. Haga usted un
poco de investigación, y descubrirá que Juan usa la palabra creer con un propósito. Es
un término que revela su significado. De hecho, el libro sería completamente diferente
sin ese término.
El mismo principio se aplica a todo libro de la Biblia. Todos ellos están llenos de
términos. Usted tendrá que aprender a reconocerlos y poner atención a ellos porque son
los elementos de construcción básicos con los cuales se edifica el significado.

2. Estructura
Contrario a la opinión popular, la Biblia no es una colección de dichos e historias
al azar que en alguna forma se unieron. Más bien es una biblioteca de libros
cuidadosamente hechos que revelan, a aquellos que buscan, dos tipos de estructuras
básicas.
Una panorámica del proceso 35

Primeramente, hay una estructura gramatical. Casi puedo escuchar los quejidos:
“¿Tenemos que volver a eso? Yo dejé la gramática desde la secundaria”. Pero si quiere
usted aprender a estudiar las Escrituras en forma efectiva, debe usted aprender a leer
tomando en cuenta la gramática. ¿Cuál es el sujeto de la oración? ¿Cuál es el objeto?
¿Cuál es el verbo principal? Entre más gramática sepa usted, más le podrá sacar a un
pasaje.
También existe una estructura literaria. Hay preguntas y respuestas. Hay un
clímax y una resolución. Hay una causa y un efecto. Les mostraré una variedad de
formas en la que los autores han estructurado sus obras.
3. Forma Literaria
Me asombra cómo la gente ignora el estilo literario cuando se trata de los libros
de la Biblia. Los tratan todos de la misma manera.
Sin embargo, hay una gran diferencia entre la poesía Hebrea de los Salmos y las
epístolas argumentativas de Pablo; entre la grandiosa y completa narrativa de Génesis y
Éxodo y las sencillas pero intensas historias de las parábolas. Hay alegorías y poesía
romántica, sátira y apocalíptica, comedia y tragedia, y mucho más. El Espíritu Santo usó
cada una de estas formas para comunicar Su mensaje. Así que, si usted quiere captar ese
mensaje, debe leer cada estilo de acuerdo a sus propias “reglas”. Les mostraré una
variedad de formas en la que los autores han estructurado sus obras.
4. Atmósfera
Leyendo para encontrar la atmósfera tiene que ver con captar el escenario y los
sentimientos del texto bíblico. ¿Cómo sería el estar en la situación del autor? Por
ejemplo, Pablo dice, “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! (Fil.
4:4) Se oye bien. Pero, ¿dónde estaba él? ¿En un lujoso hotel? No precisamente. El estaba
en una maloliente prisión romana. Y la vida se ve muy diferente detrás de unas rejas.
Usted querrá transportar sus sentidos al pasaje. Si hay un atardecer, véalo. Si hay
un olor, huélalo. Si hay un grito de angustia, siéntalo. ¿Está usted estudiando la carta a
los Efesios? Entonces únase a la iglesia en Efeso y escuche a Pablo al hincarse a orar
(Efesios 3:14-21). Este es un ejercicio para la imaginación, no solamente para el intelecto.
Así que, no requiere de entrenamiento profesional capturar la atmósfera de un
determinado pasaje de la Escritura.
36 ¿Para qué estudiar la Biblia?
Una panorámica del proceso 37

VAYAMOS AHORA A LA INTERPRETACIÓN


La observación lleva a un segundo paso, la Interpretación. En esta etapa usted
hace y contesta la pregunta, ¿Qué significa eso? Recuerde, su búsqueda principal es por
el significado. Quiero sugerirle tres cosas que le ayudarán a encontrar el significado de
un pasaje de la Escritura.
1. Preguntas
Si usted quiere entender un texto bíblico, debe usted bombardearlo con
preguntas. La Biblia puede ser sujeta a todo tipo de preguntas. Eso no quiere decir que
todas las va a contestar. Aún así debe usted hacerlas para determinar si pueden ser
contestadas. Le voy a dar una serie de preguntas para hacerle al texto que le ayudarán a
ir en busca del significado.
2. Respuestas
Obviamente, si va usted a hacer preguntas, también debe buscar las respuestas.
¿Dónde las va usted a encontrar? En el texto. La Observación le dará los elementos
básicos a partir de los cuales usted desarrollará el significado del pasaje. Las respuestas
a sus preguntas vendrán directamente del proceso de observación.
Es por eso que digo, que entre más tiempo se invierta en la Observación, menor
tiempo se tendrá que pasar en la etapa de Interpretación y más acertados serán sus
resultados. Entre menos tiempo se invierta en la Observación, mayor será el tiempo que
se invierta en la Interpretación y menos acertados serán sus resultados.
3. Integración
No solamente se le deberán hacer preguntas al texto y buscarles respuesta, sino
que las respuestas se deberán unir en forma significativa. De otra manera se terminará
con una canasta llena de fragmentos.
En una ocasión fui invitado a predicar en una Iglesia. “Predique de lo que usted
quiera”, me dijeron, “excepto de Efesios”.
Parecía ser una petición extraña, hasta que me explicaron el por qué: “Nuestro
pastor ha estado predicando por tres años del libro de Efesios y apenas vamos en el
capítulo dos”.
Fui a comer con un grupo de esa Iglesia y les pregunté, “¿Cuál es el tema del
libro de Efesios?”
Ellos no tenían idea. Tenían toda una serie de pequeños detalles. Pero su pastor
nunca había puesto toda esa información en un todo significativo. Resultado: A pesar
de tres años de instrucción, su congregación nunca había descubierto el significado de
Efesios.
La integración es la etapa donde usted reconstruye el significado de un pasaje
después de haberlo separado para inspeccionar los detalles.
38 ¿Para qué estudiar la Biblia?

PROSIGAMOS AHORA CON LA APLICACIÓN


La Observación y la Interpretación nos llevan a la tercera etapa en el proceso, la
etapa crucial de la Aplicación. En la aplicación usted hace y contesta la pregunta,
¿Cómo funciona? De nuevo repetimos no que si funciona, sino ¿Cómo funciona? Hay
dos áreas a considerar.
1. ¿Cómo se aplica a mí?
Esa puede ser una pregunta muy convincente. Como George, el maestro de
Escuela Dominical, nos decía en el Capítulo 1, es fácil estudiar la Biblia y decir, “¡Hey!
Eso es exactamente lo que mi clase necesita. Apenas si puedo esperar para ir a
decírselos”. Pero al tomar ese enfoque, puede hacer que ignoremos la pregunta, más
personal, ¿Qué me quiere decir esto a mí? ¿Cómo se aplica esto a mí vida? Porque si no
esta funcionando en mi vida, entonces ¿Qué autoridad tengo para compartirlo con
alguien más? Tengo un vacío de credibilidad.
2. ¿Cómo se aplica a otros?
Claro que la Biblia tiene implicaciones para otros. Y es muy legítimo preguntar,
¿Cómo transformaría esto sus vidas? ¿Su matrimonio y familia? ¿Su negocio y su
trabajo? Cualquier aspecto de la vida. Les señalaré algunas maneras de hacer
aplicaciones de las Escrituras a otros en su esfera de influencia.

SIEMPRE VEA EL CUADRO COMPLETO


Este es un vistazo general de a dónde vamos y cómo le vamos a hacer para llegar
ahí. Cada vez que usted se enfrente a una porción de la Palabra de Dios, acérquese a ella
en términos del cuadro completo:
Observación: ¿Qué es lo que veo?
Interpretación: ¿Qué significa eso?
Aplicación: ¿Cómo se aplica?
Ese es el objetivo final. Empecemos este emocionante viaje.
LEA, REGISTRE, REFLEXIONE
¿Le gustaría comenzar a obtener más provecho del tiempo que invierte en las
Escrituras? Aquí están tres hábitos a cultivar que incrementarán su productividad.
Haga uso de ellos cada vez que abra su Biblia.
LEA

Esto podría parecer obvio. No obstante, demasiados “lectores” de la Biblia no


hacen sino pasear su visita sobre el texto bíblico. Ellos le dan vuelta a las páginas de la
Biblia como cuando cambian canales en el televisor, buscando algo que atraiga su
interés. La Biblia no se presenta a ese tipo de enfoque. Requiere de un esfuerzo
consciente y concentrado. Así que lea las porciones bíblicas una y otra vez. Mientras
Una panorámica del proceso 39

más las lea, más claras le parecerán. Asegúrese de leer con cuidado los capítulos 8-18 de
este libro en donde presento diez estrategias para una lectura de primera clase.

REGISTRE
En otras palabras escriba algunas notas. Escriba lo que usted ve en el texto. Lleve
un registro de sus preguntas y de sus hallazgos. No sé cuántas veces alguna persona me
ha dicho, “Maestro, lo que tengo qué escribir no es muy bueno”. No obstante, el hecho
es que usted no puede construir sobre una base que no tiene. Así que comience usted
justamente donde se encuentre, aunque sea con cosas muy elementales. Todo mundo
comienza ahí. ¡Pero escríbalo! Use una libreta para anotar lo que usted ve. Haga un
resumen escrito de sus observaciones a fin de que pueda luego recordarlas. El escribirlo
le ayudará a recordar lo que usted ha descubierto a fin de usarlo posteriormente.

REFLEXIONE
Es decir, tome algo de tiempo para pensar en lo que usted ha visto. Pregúntese,
¿Qué es lo que está sucediendo en este pasaje? ¿Qué me está diciendo acerca de Dios?
¿Qué acerca de mi mismo? ¿Qué necesito hacer con base en lo que estoy leyendo aquí?
Como veremos mas adelante, la reflexión (o meditación) es vital para entender y aplicar
la palabra de Dios.

TRANSITANDO POR LAS ESCRITURAS


¿Se ha sentido usted como perdido en alguna ocasión cuando algún predicador o
maestro bíblico le ha dicho que busque un pasaje particular de la Biblia? Tal vez era en
uno de esos libros raros del Antiguo Testamento, como Nahum, Sofonías o Hageo.
Usted los buscó por un rato, tratando de aparentar que sabía lo que estaba haciendo, sin
encontrarlos. Finalmente se fue al índice y ahí lo encontró. Pero cuando al fin halló el
capítulo y versículo indicado, el predicador ya se había movido a otro pasaje y usted
estaba perdido nuevamente.
El no saber cómo encontrar un pasaje bíblico puede ser tan frustrante como andar
buscando una dirección en algunos caminos vecinales sin tener un mapa a la mano.
Pero hay dos maneras de resolver este problema.
Memorice los libros de la Biblia.
Eso no es tan difícil como usted podría pensarlo. Eche un vistazo a los sesenta y
seis libros ubicados por categorías en la página número 35. Es más fácil memorizarlos
por grupos, y eso cualquiera puede hacerlo en un par de semanas.
40 ¿Para qué estudiar la Biblia?

Aprenda como se manejan las referencias bíblicas.


Una referencia bíblica es como una dirección. Le dice dónde “vive” ese versículo
en la Biblia. Es mejor que tener el número de la página porque las diferentes versiones
de la Biblia tienen el texto bíblico distribuido en diferentes páginas.
Como una ilustración, considere la referencia Juan 8:32. Al leerla se oye así: “Juan
ocho treinta y dos”. “Juan” es el nombre del libro, el evangelio de Juan en el Nuevo
Testamento. El “8” se refiere al capítulo octavo en el libro. El número del versículo es el
“32”. Eso es todo. O considere 1ª a los Corintios 4:2. Se lee así, “Primera a los Corintios
cuatro dos”. El libro es la primera carta de Pablo a los Corintios, “4” es el capítulo, y “2”
es el versículo.
De vez en cuando usted podría ver una referencia escrita así, Juan VIII 32, o San
Juan VIII 32. Esa es una forma antigua de expresar las referencias, y se encuentra
particularmente en trabajos publicados en Europa. Pero el sistema es el mismo.
Para versículos múltiples usted encontrará un guión que une al primero y al
último de los versículos en la referencia. Juan 8:32-42, significa que la sección de Juan 8
va del verso 32 hasta el verso 42. Si solamente son dos versículos a los que se desea
referir, el escritor los separará con una coma, como en Juan 8:32, 42. El podría también
separar dos versos consecutivos con una coma en vez de un guión, como en Juan
8:32,33.
Una referencia puede también indicar una sección que se extiende en dos o más
capítulos. Si usted ve Juan 8:32-9:12, ello indica una sección que comienza en el verso 32
de Juan 8 y continúa hasta el verso 12 de Juan 9. Si la referencia es a capítulos enteros y
no hay necesidad de indicar número de versículos usted podría encontrar algo así como
Juan 8-9.
Supongamos que la referencia es a un libro que solamente tiene un capítulo tal
como Abdías, Filemón o Judas. En ese caso la referencia solamente mencionaría el
nombre del libro y el número del versículo. Por ejemplo, Filemón 21 se refiere al
versículo 21 de Filemón.
Algunas veces un escritor quiere hacer referencia a solamente una parte, y no a
todo el versículo. En ese caso puede utilizar una “a” o una “b” (o a veces hasta una “c”
si el versículo es muy largo) a fin de ser más específico en su referencia. Romanos 12:1ª,
por ejemplo, se refiere a la primera parte de Romanos 12:1. Isaías 40:8b se refiere a la
segunda parte de ese versículo.
¿Qué podemos decir acerca de las referencias múltiples que indican más de un
pasaje? Los acuerdos varían, pero una manera común es la de anotarlas en el orden en
que aparecen en la Biblia separadas por un símbolo de “;” mencionando los nombres de
los libros solamente una vez. Por ejemplo: Génesis 3:17-19; Salmo 8:3-8; Eclesiastés 3:12-
13; 5:18; Efesios 4:28; 6:5-9 y Colosenses 3:22- 4:1.
Una panorámica del proceso 41

Una palabra final: cuando se haga referencia a un capítulo particular del libro de
los Salmos, use la forma singular, “Salmo”, como en Salmo 23, y no Salmos 23. El libro
de los Salmos es una colección de salmos (plural); cada capítulo individual es un salmo
(singular).
El valor de la observación 43

5
EL VALOR
DE LA OBSERVACIÓN
El primer paso en el estudio bíblico es el de la Observación, en donde uno
plantea y responde la pregunta, ¿Qué es lo que veo? Cuando el salmista oró, diciendo
“abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley” (Salmo 119:18), él estaba pidiendo que se le
diese el poder de la observación. El estaba pidiendo al Espíritu de Dios que le retirara
las vendas de sus ojos a fin de que pudiera ver y penetrar en las verdades que Dios
había revelado.
¿Qué es lo que hace que una persona sea mejor estudiante de la Biblia que otro?
Simplemente que él puede ver más que el otro, eso es todo. La misma verdad está
disponible a ambos en el texto. La única diferencia entre ellos es lo que cada uno puede
ver en un espacio de 300 centímetros cuadrados de papel.
¿Ha ido usted a algún estudio bíblico o ha escuchado algún mensaje predicando
en alguna iglesia local en un pasaje que usted había leído y estudiado (y tal vez hasta lo
había enseñado) para simplemente preguntarse después, “¿Por qué puede esa persona
ver más que yo? ¿Por qué le ha sacado mucho más a ese texto?”.
La diferencia entre ustedes es la diferencia que le encantaba señalar a Sherlock
Holmes: “Tú ves, pero no observas”.
La habilidad para ver es un proceso desarrollado. Louis Agassiz, el renombrado
naturalista de Harvard del siglo XIX fue interrogado en una ocasión de la siguiente
manera: “¿Cuál ha sido su mayor contribución hablando científicamente?”.
Su respuesta: “He enseñado a los hombres y mujeres a observar”.
Y él utilizaba un fascinante proceso para hacerlo. El colocaba un maloliente
pescado en una charola de disección, lo ponía bajo la nariz de un estudiante de nuevo
ingreso y le ordenaba, “Observe este espécimen y ponga por escrito todo lo que vea”.
El estudiante comenzaba su tarea con entusiasmo y escribía veinte o treinta
cosas. Mientras tanto el profesor desaparecía hasta el día siguiente y, al retornar,
preguntaba, “¿Cómo le va con la tarea?”
“¡Ah! Vi treinta y siete cosas”, respondía el estudiante.
“Magnífico”, respondía el maestro. “Continúe observando”.
44 Paso 1: Observación

Y el estudiante pensaba, ¡Caramba, ya he observado todo lo que hay que


observar en ese pescado! Pero, puesto que el profesor le había dicho que siguiera
observando, clavaba la vista en el pescado y trataba de encontrar algo más.
Este proceso se repetía durante dos semanas. No se hacía nada más que observar
el pescado. Verá usted, el genio de este profesor era su convicción de que la base de la
investigación científica era el proceso de observar. Y lo mismo es cierto para un estudio
Bíblico.
En las siguientes páginas voy a darle a usted una serie de pistas acerca de cómo
puede usted incrementar su capacidad de observación al leer la Biblia. También voy a
darle bastantes oportunidades de poner a prueba sus habilidades en diversas porciones
de la Palabra.
Pero por ahora aquí hay un pequeño ejercicio para demostrar que ver no es lo
mismo que observar. Responda de memoria las siguientes preguntas, y luego vaya y
averigüe si sus percepciones eran correctas:

1. Piense en una escalera o en los escalones de un edificio que usted use


regularmente. ¿Cuántos escalones hay?
2. ¿Cuántos semáforos pasa usted en el camino de su casa al trabajo?
3. ¿Cuál de las siguientes inscripciones no se encuentra en el reverso de un
billete de un dólar?:
a) En Dios confiamos
b) Annuit coeptisnouus ordo secorumm
c) Departamento del Tesoro, 1789
d) E pluribus unum
4. Piense en alguien con quien vive o con quien trabaja en una relación
muy cercana. Describa detalladamente lo que esa persona llevaba
puesto la última vez que le vio
5. ¿Cuántas páginas hay en este libro?, con un margen de error de 10
páginas.
6. ¿Cuál fue el título exacto del sermón que predicó el pastor el domingo
pasado? ¿Cuál fue el texto, si es que usó uno?
7. ¿Era la mano dominante de su madre la izquierda o la derecha? ¿Y la de
su padre?
8. Preguntas para los casados: ¿Cuál lado de la cara se rasura primero su
marido? ¿Cuál lado de la cara se maquilla primero su esposa?
El valor de la observación 45

9. ¿Cuántos kilómetros ha recorrido desde que cambió el aceite de su


automóvil, con un margen de error de mil kilómetros? ¿Cuántos
kilómetros desde que cambió llantas? ¿Cuántos kilómetros desde que
afinó el motor?
10. ¿Qué fase de la luna estaba vigente anoche?

¿Cómo le fue? ¿Tiene ojos de águila para los detalles? ¿O es tan ciego como un
murciélago? Por supuesto ninguna de las diez preguntas contiene asuntos de vida o
muerte (excepto tal vez el aceite del automóvil).
No obstante es curioso cómo las cosas pequeñas a menudo son las que hacen
gran diferencia en una historia de misterio o en la investigación que la policía hace de
un caso de la vida real. Todo gira en derredor de los pequeños detalles, el color de los
ojos del sospechoso, la hora del día, una palabra mal pronunciada. Los hechos están allí
y cualquiera puede verlos, sin embargo solamente el maestro investigador los observa.
“Tú ves, pero no observas”.
Déjeme darle una oportunidad para comenzar a observar las Escrituras. En el
siguiente capítulo echaremos un vistazo a un versículo y formularemos la sencilla
pregunta, ¿Qué es lo que veo? Puede ser que se sorprenda del resultado.
Trace cuatro líneas rectas, conectadas entre sí, que toquen cada punto solamente
una vez, sin levantar el lápiz del papel. Después de que haya intentado dos formas
diferentes piense cuales restricciones podría estarse poniendo usted mismo en la
solución de este problema.
46 Paso 1: Observación

¿Cuántos cuadrados ve en la figura de abajo?

¡AHORA ES SU TURNO!
La observación es una de las habilidades más útiles que uno puede adquirir.
También puede ser muy divertido. Aquí hay un ejercicio que usted puede intentar con
jóvenes. Desarrollará su capacidad de observación y le enseñará a usted mucho acerca
del proceso de observación.
Sin que se den cuenta los participantes, ponga sobre una mesa un grupo de
objetos tales como:
Una piedra
Un libro con pastas de cartón
Una pluma
Dos o tres conchas de mar
Un carrito de juguete
5 crayones
Un block de Lego
Una hoja de un árbol
Un imán con la forma de un número o una letra
Una corbata
Un cepillo de dientes
El valor de la observación 47

Realmente no importa lo que usted decida poner sobre la mesa. Simplemente


asegúrese que sean cosas que los chicos reconocerán fácilmente, seleccionando objetos
que tengan características peculiares, ya sea por lo que toca a su forma o a su color.
Una vez que haya arreglado los artículos sobre la mesa, cúbralos con una manta
o un mantel. Luego llame a los participantes al salón de reunión y déles una hoja y un
papel. Dígales que escriban todo lo que vean en la mesa. Retire la manta y revele los
objetos por aproximadamente sesenta segundos. Luego vuélvalos a cubrir.
Pida a los chicos que le digan lo que vieron o lo que creen haber visto. Pídales
que describan cosas específicas tales como tamaño, color, y otras características
especiales. Haga una lista de sus observaciones. Luego vuelva a descubrir los objetos y
muéstrelos al grupo. Todo mundo estará sorprendido de lo que fue y de lo que no fue
observado. Se darán cuenta de que hay una vasta diferencia entre ver meramente y
observar con todo cuidado.

EL RELOJ
“Le he escuchado decir que es difícil para un hombre el poseer un objeto de uso
diario sin dejar impresa en él su propia individualidad en tal forma que un observador
entrenado pueda percibirla. Pues bien, tengo aquí un reloj que ha llegado recientemente
a mi posesión. ¿Tendría usted la amabilidad de darme su opinión respecto del carácter
o hábitos de su anterior propietario?”
Le entregué el reloj con un ligero sentimiento de asombro en mi corazón porque
la prueba, según yo, era casi imposible y yo pretendía que fuera una lección en contra
del tono dogmático que él ocasionalmente asumía. El balanceó aquel reloj de bolsillo en
sus manos, observó fijamente la carátula, levantó la cubierta trasera y examinó la
máquina, primeramente a simple vista y después con un poderoso lente de aumento. Yo
apenas si podía evitar una sonrisa al ver su rostro poco expresivo cuando finalmente
volvió a cerrar la cubierta trasera y me devolvió el reloj.
“Hay realmente muy poca información”, comentó él. “El reloj ha sido limpiado
recientemente, lo cual me roba de los hechos más determinantes”.
“Tiene usted razón”, respondí. “Fue limpiado justo antes de que se me enviara”.
En mi corazón ya estaba yo acusando a mi compañero de utilizar la más lamentable
excusa para disfrazar su fracaso. ¿Qué información podría él haber derivado de un reloj
sucio?
“Aunque poco satisfactoria, mi investigación no ha sido del todo improductiva”,
dijo él, clavando la vista en el cielo con ojos soñadores y poco expresivos. “Sujeto a que
usted me corrija, yo diría que el reloj perteneció a su hermano mayor, quien lo heredó
de su padre”.
“Eso lo obtiene usted, sin duda alguna, de las letras H.W. inscritas en la tapa
trasera”.
48 Paso 1: Observación

“Así es. La W sugiere su propio nombre. La fecha del reloj es de hace casi
cincuenta años, y las iniciales son tan viejas como el reloj: de manera que fue hecho para
la generación anterior. Las joyas usualmente pasan al hijo mayor, y lo más probable es
que el tuviera el mismo nombre que su padre. Si mal no recuerdo, su padre falleció hace
ya bastantes años. Por tanto, el reloj ha estado en manos de su hermano mayor”.
“Correcto, hasta este punto”, dije yo. “¿Alguna otra cosa?
“El era un hombre de hábitos no muy limpios; de hecho era bastante descuidado.
Se le dejó una buena herencia, pero la despilfarró. Vivió por algún tiempo en extrema
pobreza con intervalos, breves y ocasionales, de prosperidad; finalmente se dio a la
bebida y murió. Eso es todo lo que puedo deducir”.
Yo salté de la silla caminando impacientemente en derredor del cuarto con
considerable amargura en mi corazón.
“Esto es indigno de usted, Holmes”, dije yo. “Jamás creí que usted descendería a
este nivel. Usted ha investigado la infeliz historia de mi hermano, y ahora pretende
deducir todos estos hechos de una manera fantasiosa. ¡Usted no pretenderá que yo crea
que ha deducido todo esto de una breve observación de un antiguo reloj!”. Es poco
bondadoso y, para hablar claro tiene hasta un toque de charlatanería en ello”.
“Mi querido doctor”, dijo él calmadamente, “por favor acepte mis disculpas.
Viendo el asunto en una manera abstracta, olvidé lo personal y doloroso que esto
podría ser para usted. Le aseguro, no obstante, que yo jamás supe que usted había
tenido un hermano sino hasta que me entregó el reloj”.
“Entonces, dígame en nombre de todo aquello que es maravilloso, ¿Cómo es que
obtuvo esta información? Es absolutamente correcta hasta el más mínimo detalle”.
“Ah, eso fue buena suerte. Yo solamente dije lo que creí que era más probable. Yo
no esperaba dar en el blanco todo”.
“Pero, ¿acaso fue todo un mero adivinar?”
“No, no; yo nunca adivino. Es un hábito desagradable, que destruye la facultad
de razonar. Lo que a usted le parece extraño es solamente porque usted no sigue mi
línea de pensamiento ni observa los pequeños hechos de los cuales dependen las
grandes inferencias. Por ejemplo, yo comencé diciendo que su hermano era descuidado.
Cuando usted observa la parte baja del estuche del reloj, usted nota que no solamente
está marcada en dos lugares, sino que también está cortada y tiene marcas por todas
partes que surgen del hábito de guardar otros objetos duros, tales como monedas o
llaves, en la misma bolsa. Seguramente no es una gran cosa el suponer que un hombre
que trata a un reloj tan valioso como este en forma tan descuidada sea el mismo un
hombre descuidado. Ni tan poco es una inferencia muy ilógica el decir que un hombre
que hereda un artículo de tal valor también recibió otros artículos valiosos como parte
de su herencia”.
Yo asentí para mostrar que estaba siguiendo su razonamiento.
El valor de la observación 49

“Es muy común para los encargados de


tiendas de empeño en Inglaterra, cuando
reciben un reloj en prenda, el escribir los
números de la boleta con una pluma de punto
duro dentro del estuche. Eso es más
conveniente que una etiqueta, porque no hay
riesgo de que dicho número se pierda o se
cambie a otro artículo. Hay no menos de
cuatro inscripciones tales visibles con mi lente
de aumento dentro del estuche. Inferencia: que
su hermano a menudo andaba metido en
problemas económicos. Inferencia secundaria:
que él tuvo rachas ocasionales de prosperidad,
pues de otro modo no habría podido redimir la
prenda empeñada. Finalmente, le pido que vea usted a la tapa interior, que contiene la
llave para darle cuerda. Vea usted las innumerables raspaduras en derredor del agujero
del mecanismo, marcas dejadas donde la llave se resbalaba o no era bien colocada. ¿Qué
hombre sobrio podría haber errado tantas veces al darle cuerda a su reloj, dejando
tantas marcas? Sin embargo usted jamás verá el reloj de un borracho sin esas marcas.
Normalmente le da cuerda en la noche, en la oscuridad, y deja estos rasgos de su
insegura mano. ¿Dónde está el misterio en todo esto?”
6
COMENCEMOS
CON UN VERSICULO
¿Está usted listo para ponerse a estudiar la Biblia por si mismo? Espero que así
sea. En este capítulo vamos a comenzar con un pequeño proyecto; nos dedicaremos al
estudio de un solo versículo, Hechos 1:8. Voy a demostrar el proceso de observación a
fin de que usted pueda verlo en acción. Siga este proceso de observación a fin de que
usted pueda verlo en acción. Siga este proceso en su Biblia al ir yo planteando
preguntas respecto del versículo (en negrillas), para ver lo que podemos descubrir.
Recuerde que mi preocupación principal en el proceso de observación es “¿Qué es lo
que veo?”
Notará usted que en las páginas que siguen he escrito nuevamente el versículo
de una manera que facilita el proceso. Así se aclara no solamente la gramática sino
también las ideas que el escritor desea comunicarnos.

COMENCEMOS CON LOS TERMINOS


Dijimos en el capítulo 4 que cuando observamos, necesitamos comenzar por
poner atención a los términos. ¿Cuál es el término más importante en este versículo?
Es la primera palabra que veo, “pero”. Señale esa palabra en su Biblia.
La palabra “pero” indica contraste. Más tarde veremos que los contrastes
siempre son importantes en las Escrituras. Nos indican un cambio de dirección. ¿Qué es
lo que la palabra “pero” me obliga a hacer? Me obliga a dirigirme al contexto anterior,
otro aspecto crucial del estudio Bíblico al cual volveremos más tarde. Yo estoy iniciando
mi estudio de este capítulo en el versículo 8. Nosotros jamás desearemos estudiar algo
en forma aislada; siempre lo haremos en relación con algo más. Puesto que estamos
muy cerca del principio del libro de los Hechos, volvamos a iniciar el estudio y veamos
el contexto desde el principio.
El versículo 1 comienza diciendo “En el primer tratado”, el cual, después de una
breve investigación, encontramos que es el evangelio de Lucas. Así que en forma
inmediata encuentro que el libro de los Hechos es del mismo autor, el Doctor Lucas.
(Una pregunta importante que formularé, pero que le dejaré responder a usted mismo
es ¿Quién era Lucas? Haga una lista de todo lo que pueda descubrir en relación con
este personaje). El evangelio de Lucas y el libro de los Hechos forman un juego de dos
volúmenes. El evangelio de Lucas da principio a la historia; Hechos es la secuela.
Comencemos con un versículo 51

Todavía más, comienzo a averiguar que Lucas y Hechos tienen el mismo tema:
“todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar”. Esta es una clave que me
indica que Hechos va a darme una continuación del ministerio de Cristo a través de sus
apóstoles. No solamente descubro que Lucas y Hechos tienen el mismo tema sino que
son dirigidos al mismo individuo, un hombre llamado Teófilo. ¿Quién era Teófilo? Si
yo voy a Lucas 1:3 descubriré que allí es llamado “excelentísimo”, lo cual podría indicar
que tenía un título y una posición de gran prominencia en la sociedad Romana. Pero
aquí en Hechos es llamado simplemente “Teófilo”. Es posible que en el lapso de tiempo
transcurrido entre la escritura de Lucas y la de Hechos el haya venido a conocer a Cristo
como Salvador, y eso le haya hecho perder posición. O tal vez Lucas utiliza la forma
más simple debido a la familiaridad entre ellos desarrollada. Sea como fuere, Lucas
tenía a un individuo específico en mente mientras escribía este libro.
La narración de Hechos se inicia con una discusión. En el versículo 6, encuentro
al Señor y a sus discípulos hablando acerca del Reino de Dios. El texto dice, “Entonces
los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino de Israel
en este tiempo?” La primera cosa que hacen los discípulos es plantear una pregunta.
“¿Es esto así?” “¿Es ‘que’ así?” “¿Es este el tiempo en el que tú vas a restaurar el reino
de Israel?”
Jesús da respuesta a su pregunta. Para empezar, la respondió en sentido
negativo, diciéndoles “No os toca a vosotros saber” (vs. 7). Luego la respondió en forma
positiva. (vs.8), y aquí es donde la palabra “pero” figura en forma tan prominente.
“Pero ésta es vuestra responsabilidad”. Así que el verso 8 es parte de un diálogo en el
que los discípulos están formulando preguntas y el Señor está respondiéndolas.
Ese es, entonces, el contexto anterior. Echemos también un vistazo a lo que sigue
en los versículos 9-11, porque en ellos se narra la ascensión del Señor. Recuerde que
además de los términos, usted debe considerar la atmósfera porque si ésta que aquí se
describe es la ascensión del Señor, y lo es, entonces las palabras de Jesús escritas en el
versículo 8 son sus últimas palabras a sus discípulos. De hecho, el Señor está aquí
dando sus instrucciones de marcha. “Ahora el trabajo depende de ustedes”, es
justamente lo que les está diciendo. Y luego, mientras ellos están viéndolo, Él se va a las
alturas. Él se ha ido, ellos son ahora los responsables de que sus órdenes se cumplan.
Siempre que usted estudie un versículo de la Escritura, asegúrese de que lo ubica
dentro de su contexto. Véalo en términos de lo anterior y lo posterior.
52 Paso 1: Observación

futuro
Pero recibiréis poder
Supernatural
(¿Quién?) cuando haya venido sobre vosotros el (Espíritu Santo,)

y me seréis testigos,
en Jerusalén,
en toda Judea,
en Samaria
y hasta lo último de la tierra.

¿QUIÉNES SON LAS PERSONAS INVOLUCRADAS?


Habiendo hecho lo anterior, volvamos al versículo 8. Ya destacamos la
importancia de la palabra “pero” como un contraste. Hay un segundo término que
debemos observar; ¿cuál es? Está implícito en la expresión “recibiréis”, y es la palabra
“vosotros”. Observe su repetición implícita igualmente en el término “seréis”: “…
(vosotros) recibiréis poder… y (vosotros) me seréis testigos…”
Y esto hace que surja la pregunta, ¿Quiénes son estas personas? El contexto me
dice que son los apóstoles (vs. 2). A partir de aquí yo podría hacer una lista de
información general que ya tengo acerca de estas personas. Por ejemplo:

1. Ellos acompañaron a Jesús por algo así como tres años durante su ministerio
terrenal.
2. Jesús los seleccionó personalmente.
3. Están inquietos, y probablemente a eso se debió el que formularan la pregunta
del verso 6.
4. Todos ellos son judíos.
5. Muchos de ellos son, o han sido, pescadores.

Y hay más que podría añadir. Pero el punto aquí es que cuando uno llega a algo
como esto, uno debe recordar en su mente tanto como le sea posible acerca de estas
personas. En este caso, éstas son personas que han recibido las enseñanzas. Han
presenciado los milagros y han pasado mucho tiempo con el Señor. Y ahora tienen la
responsabilidad de formularle la pregunta más importante de sus vidas.
Comencemos con un versículo 53

Otra pregunta a formular aquí es ¿Cuál es el verbo principal en este versículo?


Aquí, es “recibiréis”. ¿En que tiempo está? En futuro. Y esto nos habla acerca de algo
que habrá de suceder más tarde. ¿Qué es lo que van a recibir? “Poder”. Esa palabra
puede traducirse como “habilidad”, y en algunas traducciones de la Biblia usted la verá
traducida así. Jesús no está hablando del poder físico; Él está hablando acerca de la
habilidad que los apóstoles tendrían para lograr lo que Él quiere que hagan.

OBSERVE LAS RELACIONES DE CAUSA Y EFECTO


A continuación viene una frase crucial: “Cuando haya venido sobre vosotros el
Espíritu Santo”. ¿Qué es lo que esto añade al versículo? En primer lugar, indica que
hay una relación de causa y efecto. El poder no vendrá sino hasta que el Espíritu Santo
haya venido. En segundo lugar, esto nos da la respuesta a la pregunta acerca del
tiempo. Nos dice que el poder será recibido cuando el Espíritu Santo haya venido sobre
ellos.
Un poco antes se hizo la observación en el sentido de que la palabra implícita
“vosotros” se refería a los apóstoles. Aquí nos encontramos con otra persona, el Espíritu
Santo. ¿Quién es Él? Una vez, aquí podríamos formular una larga lista con todas las
cosas que sabemos acerca del Espíritu Santo. Por principio de cuentas, Él es la tercera
persona de la Trinidad; Él es sobrenatural. Y Él es la persona que está relacionada con el
poder. De manera que estamos hablando acerca de poder sobrenatural.
¿Necesitaban eso los apóstoles? Definitivamente que sí. Lo último que habían
hecho había sido fallarle al Señor en el evento de la crucifixión, justo en el momento
más importante. De manera que necesitaban la habilidad -el poder- que solamente el
Espíritu Santo les podía dar.
Hace unos instantes vimos una relación de causa y efecto en términos del factor
tiempo. Ahora quiero mostrarles otra en términos de dos declaraciones; la primera es
“(vosotros) recibiréis poder”. Y la segunda “Y (vosotros) me seréis testigos”. Los
apóstoles van a recibir poder; ésa es la causa. El efecto es que ellos van a convertirse en
algo, en “testigos”.
Observamos que eso también se dará en el futuro. Y esto resulta muy
significativo. El asunto no es “(vosotros) seréis mis testigos y después recibiréis poder”,
sino exactamente lo opuesto: “(vosotros) recibiréis poder, y como resultado de él,
(vosotros) me seréis testigos”.
54 Paso 1: Observación

CONTEXTO Diálogo Pregunta


Respuesta Negativa
FUTURO ¿Quién es? Positiva
Pero recibiréis poder HABILIDAD

SOBRENATURAL

Causa cuando haya venido sobre vosotros el (Espíritu Santo,)


Y TIEMPO NO DEL INTERIOR
Efecto SINO DEL EXTERIOR
FUTURO
y me seréis testigos
(1) ORDEN LOGICO: PRIMERO VIENE
en Jerusalén EL ESPÍRITU SANTO
(2) LUEGO SE TESTIFICA
en toda Judea,
(3)
en Samaria,
(4) (9-11) LA ASENSIÓN
y hasta lo último de la tierra. ATMÓSFERA; LAS ÚLTIMAS PALABRAS

He ahí un punto muy interesante porque a menudo animamos a las personas a


que den testimonio acerca de la fe. No obstante, no hay nada dentro de ellos que
justifique que lo hagan. No tienen nada que compartir con los demás, y si lo hicieran,
estarían simplemente actuando.
Por contraste, supongamos que una de las señoritas que toman clases conmigo en
el seminario recibe su anillo de compromiso durante el verano. Al principio del
semestre, cuando llegue al salón, lo primero que hará será mostrarme su anillo que
orgullosamente use en su dedo. Jamás tendré que suplicarle que me muestre su anillo
de compromiso. No, hay algo muy dentro de ella que la impulsa a tomar la iniciativa.
Ella está enamorada de un hombre, y tiene qué compartirlo. No puede dejar de
compartirlo.
Comencemos con un versículo 55

Ese es el tipo de dinámica que Lucas quiere que veamos en este pasaje. Como
resultado de lo que los apóstoles van a recibir, ellos se convierten en testigos. Pero
¿testigos de quién? Testigos de Jesucristo. Testigos suyos. Ellos van a ser sus
representantes.

DEFINA LOS TÉRMINOS


¿Qué es un testigo? Una simple definición diría que es uno que ha visto y puede
hablar a otros acerca de un evento, de una persona o de una circunstancia. Un testigo es
alguien que ha experimentado algo. Esto es exactamente lo que estos apóstoles van a
ser. Ellos han vivido íntimamente con el Salvador durante tres años y medio. Y ahora,
como resultado de su contacto con el Espíritu Santo y la provisión de su poder, ellos
serán personas totalmente diferentes.
Hasta ahora ellos han vivido dependiendo de sus propias fuerzas. De hecho, su
actuación no ha sido muy impresionante. Si usted lee los evangelios, los encontrará
fallando una y otra vez, especialmente en los momentos críticos. No obstante, ahora que
el Espíritu va a darles poder, ellos van a ser testigos del Salvador.
¿Con qué comienza la siguiente frase? “En Jerusalén”. Este es solo el principio.
Aquí se menciona una serie de lugares. De hecho la serie consta de cuatro elementos.
Hay una pequeña partícula en griego que no está traducida en el español. Esa partícula
podría traducirse como “tanto en…” (Jerusalén)… como en…”. Sería interesante
estudiar esa pequeña partícula en algún comentario de alguien que sepa griego y que
nos dijese por qué Lucas la usa en esta frase. Más adelante, bajo la sección de
interpretación, hablaremos más en relación con los comentarios bíblicos.
Yo la busqué y aprendí que esa pequeña partícula, no traducida en la versión en
español, es un término interesante. Indica el principio de una serie. En esa serie puede
haber dos o más elementos. Aquí hay solamente cuatro elementos. Son los nombres de
cuatro lugares en los que los apóstoles van a ser testigos de Jesucristo.
56 Paso 1: Observación

FUTURO ¿Quién es?


Pero recibiréis poder HABILIDAD

SOBRENATURAL

Causa cuando haya venido sobre vosotros el (Espíritu Santo,)


Y TIEMPO NO DEL INTERIOR
Efecto SINO DEL EXTERIOR
FUTURO
y me seréis testigos
(1) ¿DE QUIÉN? ORDEN LOGICO: PRIMERO VIENE
en Jerusalén DE CRISTO EL ESPÍRITU SANTO
(2) LUEGO SE TESTIFICA
en toda Judea, PRINCIPIO DE UNA SERIE
(3)
en Samaria,
(4) (9-11) LA ASENSIÓN
y hasta lo último de la tierra. ATMÓSFERA; LAS ÚLTIMAS PALABRAS

LA IMPORTANCIA DEL LUGAR


El primero de los lugares mencionados es Jerusalén. ¿Qué es lo que sabemos
acerca de Jerusalén? Hagamos una lista de todo lo que sabemos:
1. Es una ciudad.
2. El templo se encuentra en ella.
3. Es donde se encuentran en este momento.
4. Ha llegado ser su hogar. Ellos deben comenzar a testificar en casa. Es un lugar
fácil en donde comenzar, ¿No es cierto? Todo lo contrario. ¿Ha tratado de
testificar acerca de su fe a las personas que viven en su propia casa? Es una
cosa ir por la calle y decirle a alguna persona extraña a la cual no conoces
acerca de Cristo Jesús. Es otra cosa totalmente diferente el tratar de compartir
nuestra fe con nuestros hijos, o nuestros padres, o con alguien que nos conoce
bien. Es muy posible que reaccionen de esta manera, “No me vengas a mí con
cuentos. Yo te conozco”. No obstante, Jesús dice a los apóstoles que ellos van
Comencemos con un versículo 57

a comenzar a testificar justamente ahí en Jerusalén, lo que resulta muy


interesante debido al contenido del punto cinco;
5. Ahí fue donde tuvo lugar la crucifixión. A ellos se les conoce ahí. De manera
que el punto de arranque para la tarea de evangelización va a ser un lugar
con ambiente hostil.
Después de iniciar en Jerusalén, los apóstoles habrán de ir a Judea. ¿En que
forma puedo relacionar a Jerusalén con Judea? Un vistazo a un buen mapa me indicará
que la relación es de una ciudad dentro de un estado, tal como Dallas, Texas, o Chicago,
Illinois. Jerusalén era la ciudad dentro de la provincia de Judea. Así que el Señor está
moviéndose de la ciudad a la provincia.
Había tres provincias centrales en la mente de los apóstoles: Judea en el sur;
Galilea en el norte; y entre ambas, Samaria. Había una cuarta zona en la parte oriental
del río Jordán, llamada Perea. Jesús les dice que comiencen en Jerusalén y luego vayan a
Judea.
Pero es necesario nuevamente que mencionemos una pequeña partícula no
traducida en el español. Se trata de un elemento de conexión, una conjunción
copulativa: “y” que viene antes de “en Samaria”. A los apóstoles les encantaba Samaria,
¿no es verdad? De ninguna manera.
¿Se acuerdan de la mujer del pozo en Juan 4? El texto bíblico dice que Jesús tenía
que pasar por Samaria. De hecho, dice “Y le era necesario pasar por Samaria”.(vs.4).
Jesús estaba en el sur; Él quería ir a Galilea en el norte. Los judíos habrían dicho, “No,
no debes pasar por Samaria”. Ellos le habrían enviado hacia el este, luego le habrían
hecho cruzar el río Jordán, luego hacia el norte en la margen oriental del Jordán, y
eventualmente hacia el poniente ya para entrar a Galilea. Y para retornar a Judea,
habría tenido que seguir la misma ruta, a la inversa. En otras palabras, Él tenía que
rodear Samaria, y no atravesarla. ¿Por qué? Juan 4:9 lo explica de esta manera, “Porque
los judíos y los samaritanos no se trataban entre sí”.
Pero en Hechos 1:8, Jesús dice que la mismísima área que los apóstoles desearían
evitar, Él quería que la invadiesen con su evangelio. “Id al sitio que es indeseable para
ustedes, a esa área despreciada”.
La siguiente frase les dice a dónde más han de ir: “Y hasta lo último de la tierra”.
Jesús utiliza una palabra, traducida como “tierra”, que quiere decir “la tierra habitada”.
Consultando un diccionario bíblico me encuentro con que hay varias palabras griegas
traducidas como “tierra” en el Nuevo Testamento. Más adelante les enseñaré cómo
buscar palabras y descubrir su significado, y las diferencias entre sí. Aquí el Señor habla
de las zonas habitadas. Él no está diciéndoles que vayan a todos los rincones del
planeta, pero sí que vayan doquier hay gente.
58 Paso 1: Observación

RELACIONE EL VERSICULO CON EL LIBRO COMO UN TODO


Digamos que ésta es la primera vez que yo he estudiado este versículo. ¿Qué he
descubierto? Bueno, dos cosas que usualmente están separadas --Judea y Samaria-- se
encuentran realmente unidas como si fueran una sola. También he visto que los
apóstoles no habrán de detenerse sino hasta que hayan llegado con su mensaje hasta los
rincones más recónditos que se encuentren habitados. Y además he aprendido que éstas
fueron las últimas palabras que pronunció Jesús sobre la tierra.
De manera que la pregunta que ahora formulo es está. ¿Será posible que este
versículo sea de alguna manera un bosquejo para todo el libro? ¿Siguen realmente
este patrón los apóstoles? Cuando estudio este libro como un todo, descubro que la
respuesta a ambas preguntas es el afirmativo. ¿Iniciaron su trabajo en Jerusalén? Hechos
2 me muestra que así lo hicieron. ¿Y fueron luego a Judea? Justamente eso hicieron,
aunque no por voluntad propia. Fue la persecución la que hizo que iniciaran sus
jornadas fuera de Jerusalén (8:1), hasta que hacia el final del libro los encontramos ya
muy avanzados en la tarea de alcanzar con un mensaje a todo el mundo habitado de su
día.
Diálogo Pregunta
Respuesta Negativa
FUTURO ¿Quién es? Positiva
Pero recibiréis poder HABILIDAD

SOBRENATURAL

Causa cuando haya venido sobre vosotros el (Espíritu Santo,)


Y TIEMPO NO DEL INTERIOR
Efecto SINO DEL EXTERIOR
FUTURO ¿Quiénes?
¿DE QUIÉN?
y me seréis testigos
DE CRISTO

¿B
(1) ORDEN LOGICO: PRIMERO VIENE
O El principio de una
S en Jerusalén serie EL ESPÍRITU SANTO
Q (2) LUEGO SE TESTIFICA
U UNIDAS
E en toda Judea, (Usualmente
J separadas)
(3)
O?
en Samaria,
Comencemos con un versículo 59

(4) (9-11) LA ASENSIÓN


y hasta lo último de la tierra. ATMÓSFERA; LAS ÚLTIMAS PALABRAS
NO HAY LIMITE A LA OBSERVACIÓN
¿Qué les parece? ¡Cuántas cosas hemos observado en este ejercicio! Si las
contamos, encontraremos que son más de treinta detalles que han resultado como
producto de nuestras observaciones de Hechos 1:8 (Y este es solamente un versículo. No
hemos estudiado un párrafo, ni un capítulo, o todo el libro de los Hechos. Simplemente
un versículo). No obstante, cada vez que retorno a este verso, encuentro más cosas. De
hecho, una tarea que yo asigno a mis estudiantes en el seminario consiste en que hagan
una lista de todas las observaciones que puedan derivar de este único versículo. Hasta
ahora ellos han producido más de seiscientas observaciones diferentes.
Imagínese usted lo divertido que sería tener a la mano las seiscientas
observaciones de solamente este versículo. ¿Le gustaría ver las Sagradas Escrituras con
ojos como esos? Me gustaría ayudarle a obtener esa habilidad. Le aseguro que éste es el
primer paso esencial en el método para estudiar la Biblia. Acompáñeme en los próximos
capítulos y le mostraré algunas maneras de incrementar sus poderes de observación.
¡Y AHORA ES SU TURNO!
Ahora que usted me ha visto observando cuidadosamente Hechos 1:8, ponga en
práctica el proceso usted mismo. Haga observaciones sobre el pasaje de Josué 1:8.
Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley,
sino
que de día y de noche meditarás en él,
para que
guardes y hagas
conforme a todo lo que en él está escrito;
porque
entonces harás prosperar tu camino
y
todo te saldrá bien.

Recuerde que en la Observación, su preocupación principal es ¿Qué ES LO QUE VEO?


Ponga especial atención a los términos y a las estructuras gramaticales. Vea también al
contexto. Utilice un lápiz o pluma para registrar todas sus observaciones en relación a y
con el texto. Vea lo que usted puede encontrar en este pasaje fascinante.
7
USTED DEBE
APRENDER A LEER
¿Ha llegado usted a cerrar su Biblia en absoluta frustración preguntándose por
qué razón no le puede sacar más provecho a su estudio bíblico? En el capítulo 1, Wendy
nos dijo que ésa era su experiencia. Tal vez usted, al igual que ella, ha hecho un
esfuerzo honesto para apartar un poco de tiempo y sentarse a estudiar la Palabra de
Dios. Usted ha escuchado a otros que dicen que hay que convertirse en una especie de
minero, y usted ha querido sacar unas cuantas “pepitas” para usted mismo. Pero
después de invertir mucho tiempo y esfuerzo en el proceso, las cosas no resultaron
como se esperaba. Los pocos beneficios que usted obtuvo no valían la pena tanto
esfuerzo. Así que, finalmente, usted abandonó el estudio bíblico. Tal vez otros se
estaban beneficiando mucho de él, pero usted no.
Permítame sugerirle dos razones por las que creo que usted no obtuvo todo el
beneficio que esperaba: Primera, usted no sabía cómo leer la Escritura. Segunda, usted
no sabía qué buscar en la Palabra de Dios.
No piense ni por un momento que yo quisiera insultarle; lo que quiero es
instruirle. Nuestra cultura ha experimentado un cambio radical en el último siglo,
yendo de una sociedad de lectores que utilizaban la palabra escrita a una sociedad de
lectores que utilizaban la palabra escrita a una sociedad de espectadores que hacen uso
de las imágenes grabadas. El medio de nuestro tiempo es la televisión, no los libros. Y
como resultado de ello, y muy a diferencia de nuestros antepasados de unas tres
generaciones anteriores, nosotros no sabemos leer. Hemos perdido ese arte.
Y no obstante, la Biblia es un libro, lo que significa que debe ser leído si es que va
a ser entendido y valorado. Necesitamos reconquistar la habilidad para leer si es que
queremos convertirnos en estudiantes eficaces de la Biblia. Así que, en este y en los
próximos capítulos, quiero ofrecerles instrucción sobre cómo leer. Después hablaremos
de lo que uno necesita buscar en la Biblia.
En once diferentes ocasiones, Jesús dijo a las personas que más leían en su tiempo
“¿Nunca leísteis…?” Por supuesto que ellos habían leído lo que Jesús les decía. Ellos
pasaban sus vidas enteras leyendo. Pero no entendían lo que leían.
Esos lectores eran como un estudiante al que sorprendí una vez en la biblioteca,
profundamente dormido frente a un libro. Quise hacerle una broma, así que me acerqué
62 Paso 1: Observación

silenciosamente a su oído y le grité. Se despertó tan violentamente que del brinco por
poco pega con su cabeza con el techo.
“¿Qué es lo que estás leyendo?”, le pregunté, una vez que recobró su
compostura. “Si lo que lees es tan emocionante me gustaría darlo como lectura
requerida en una de mis clases”.
Él se rió.
“¿Es divertido?”, le pregunté.
“Es trágico”, me contestó.
“¿Qué quieres decir?”
“Pues que me acabo de dar cuenta de que voy en la página treinta y siete y no
tengo ni la más remota idea de lo que estoy leyendo”.
Tenía razón. Era una tragedia. Si usted no entiende lo que está leyendo, entonces
usted no está leyendo, está perdiendo su tiempo. Y yo me temo que muchas personas
dejan a un lado su Biblia habiendo desperdiciado su tiempo porque si en ello les fuera
la vida, ni así le podrían decir a uno lo que leyeron.
¿Es ése su caso? Si lo es, permítame darle tres sugerencias para ayudarle a
aprender a leer.
APRENDA A LEER MEJOR Y MÁS RÁPIDO
Hay una relación directa entre su habilidad para observar las Escrituras y su
habilidad para leer. Así que cualquier cosa que pueda hacer para mejorar su habilidad
para leer será un gran avance en cuanto a la mejoría de sus habilidades de observación
como estudiante de la Biblia.
No obstante, es un hecho de que cada vez son más los graduados de preparatoria
y aún de la facultad con problemas para leer. De hecho, yo dije a uno de mis grupos en
el seminario, “Si ustedes se gradúan de la universidad y no saben leer, no saben
escribir, y no saben pensar, ¿qué es lo que pueden hacer?”
Y no faltó el listo que respondiera, “Ver la televisión”
Triste, pero cierto. Uno de mis hijos estaban ya a medio año en el primer grado
escolar antes de que me diera cuenta de que no le estaban enseñando a leer. Fui a
quejarme con la maestra.
“Es que usted no entiende, Sr. Hendricks”, me dijo ella. “La cosa más importante
para su hijo no es que aprenda a leer, sino que sea feliz”.
Aunque no estaba de acuerdo con la posición, dejé que las cosas siguieran
avanzando un poco más. Pero al final del año me di cuenta de que el niño no estaba
feliz, tampoco había aprendido a leer. Así que, volví a visitar a la maestra y le dije: “¿No
se le ha ocurrido a usted que mi hijo, y todos los demás niños, estarían mucho más
felices si supieran leer?”
Usted debe aprender a leer 63

Me costó un mes de sueldo poner a mi hijo en un curso remedial de lectura. Pero


fue una de las mejores inversiones que he hecho en toda mi vida. Hoy en día él puede
leer mejor y más rápido que yo, lo que ya es bastante decir. Es por eso que yo creo que
una de las cosas más importantes que uno puede hacer por las gentes es ayudarles a
mejorar su lectura.
Supongamos que usted quiere estudiar el libro de Efesios. Usted es un lector
medio lento, así que le toma media hora leer los seis capítulos de la Epístola. Pero
suponga que usted aprendiera a leer esos seis capítulos en quince minutos, y que a la
vez duplicara su capacidad de comprensión. Con una fórmula así, en la misma cantidad
de tiempo (treinta minutos) usted incrementaría a cuatro tantos su nivel de efectividad.
Eso sería algo en lo que valdría la pena invertir.
Me gustaría recomendarle un libro que le ayudará a iniciarse en este proceso. Es
un libro que cambió el curso de mi vida completamente; es el libro clásico de Mortimer,
J. Adler, “Cómo leer un libro”. Esta es una herramienta que usted no puede darse el lujo
de no tener. Ese libro va a revolucionar su vida.
Yo me gradué de la preparatoria con honores. Recibí el máximo reconocimiento
en la clase de inglés. Luego me inscribí en la Universidad, unas de esas extrañas
escuelas en las que esperan que uno estudie. Desafortunadamente yo jamás había
estudiado en la preparatoria. Jamás había siquiera llevado un libro a casa. Así que
después de llegar al campus, presenté el examen de aptitud, y me pusieron en el nivel
más bajo de inglés en toda la escuela. Y todo ello a pesar de mi reconocimiento en
inglés. Esto me resultó muy humillante. (En realidad esta vino a ser la mejor experiencia
que pude haber tenido porque a los estudiantes del curso remedial de inglés nos dieron
el mejor maestro que había en toda la universidad).
Pues bien, todo lo que hice en las primeras seis semanas fue estudiar. Nada de
deportes, nada de salidas con muchachas. Y aún así, me las arreglé para “tronar” tres
materias. Eso como que me puso a pensar. “No la voy a hacer”, pensé para mis
adentros.
Así que me decidí a ir a hablar con mi profesor. Él fue muy directo conmigo.
“Howie, tu problema es que no sabes leer bien”. Y luego me habló del libro de
Mortimer Adler. Lo leí enterito. Y transformó radicalmente mi habilidad para leer. De
hecho, transformó mi vida entera. Y eso mismo es lo que puede hacer por ti por lo que
se refiere al estudio bíblico.
Adler toca temas tan prácticos sobre cómo clasificar libros, cómo descubrir las
intenciones de un autor, cómo bosquejar un libro, y cómo encontrar las palabras clave.
Él nos habla de cuáles son las cuatro preguntas que todo lector se debe formular, cuál es
la diferencia entre oraciones, frases y cláusulas, y también de lo que los buenos libros
pueden beneficiarlos. Él dice cómo leer libros prácticos, libros imaginativos, libros
históricos y aún más. Incluye una lista de los grandes libros que vale la pena leer. En
resumen, aunque el libro “Cómo leer un libro” se refiere a libros en general, es un
recurso importantísimo por lo que toca al estudio bíblico porque enseña como leer.
64 Paso 1: Observación

Otro buen libro es el de Norman Lewis, titulado “Cómo leer mejor y más
rápido”. Es realmente un manual que promete ayudarle a leer un 50 o 60 por ciento más
rápido de cómo lo hace usted ahora, y con mucha mayor comprensión. Lewis habla
acerca de cómo leer buscando ideas principales, cómo pensar en la misma inquisitiva.
Vienen incluidas cuarenta y dos sesiones de trabajo con docenas de ejercicios a fin de
involucrarle a uno con el proceso. Yo recomiendo muy bien este libro.

APRENDA A LEER COMO SI FUERA LA PRIMERA VEZ


A menudo se dice que la familiaridad genera falta de respeto. Bien, otras veces
también produce ignorancia. En el momento en que usted llega a un pasaje de las
Escrituras y dice, “Ah, este ya me lo sé”, ya está usted en problemas. En lugar de tener
esa actitud, usted necesita acercarse a cada texto de la Biblia como si jamás lo hubiera
visto en su vida. Eso requiere mucha disciplina. Requiere, además, el cultivar un marco
mental, una actitud hacia la Palabra.
El leer la Biblia en versiones diferentes es una buena ayuda. Si usted ha estado
leyendo la misma traducción por años, intente algo diferente, algo contemporáneo, tal
como la traducción de J. B. Phillips del Nuevo Testamento, o alguna similar. De hecho
hay algunas traducciones o versiones un poco “jaladas de los cabellos”. Por la otra
parte, si usted nunca ha leído las versiones clásicas, debería hacerlo. Cuando uno lee
una versión que le es poco familiar, captura nuestra atención en forma tal que vemos la
Biblia con otros ojos.
El punto es éste: haga todo lo que tenga que hacer a fin de acercarse a la Palabra
con una perspectiva. Uno de los más eficaces verdugos del estudio bíblico es la frase,
“Eso ya me lo sé”.
LEA LA BIBLIA COMO SI FUERA UNA CARTA DE AMOR
¿Ha estado usted enamorado alguna vez? Espero que sí. Yo me enamoré de la
mujer que vino a ser mi esposa, Jeanne, en un cortejo al través de cartas. Perseguí a esa
mujer por cinco años hasta que finalmente me agarró.
¿Qué cree usted que yo hacía cuando llegaba una carta? ¿Murmuraba yo acaso,
“Ay, no, otra carta de Jeanne (quejido). Supongo que más vale que la lea”? ¿Acaso me
sentaba, leía el primer párrafo, para luego decir, “Bueno, basta por hoy. Puedo poner
una marca en ese pendiente por el día de hoy”?
De ninguna manera. Yo solía leer cada una de sus cartas cuatro o cinco veces.
Cuando iba al comedor a medio día, mientras permanecía en fila, me leía sus cartas una
y otra vez. Por la noche las leía antes de irme a dormir. Las guardaba debajo de la
almohada, de manera que si me despertaba entre la noche, las podía sacar y leerlas una
vez más. ¿Por qué? Porque estaba enamorado de la persona que me las había escrito.
¡Esa es la manera de acercarse a la Palabra de Dios: Léala como si fuera su carta
de amor especialmente para usted!
Usted debe aprender a leer 65

Cuando el libro de Mortimer J. Adler salió por primera vez a la luz pública, lo
anunciaron en “The New York Times” de esta manera: “¡Cómo leer una carta de amor!”
Aparecía la fotografía de un adolescente mirando una carta, con el siguiente texto como
pie de grabado:
Este joven acaba de recibir su primera carta de amor. Tal vez la ha leído tres o
cuatro veces, pero apenas está comenzando. El leerla con precisión, como él quisiera
hacerlo, podría requerir varios diccionarios y muchas horas de intenso trabajo bajo la
dirección de expertos en etimología y filología.
Sin embargo, lo hará bien sin la ayuda de ellos.
Él va a meditar sobre el significado exacto de cada expresión, de cada palabra, de
cada signo de puntuación. Su novia ha iniciado la carta diciendo, “Querido Juan”. Y él
se pregunta ¿Cuál es el significado exacto de esas palabras? ¿Se abstuvo de decir “Muy
querido” porque le daba pena? ¿Mi estimado habría sido demasiado formal?
¡Caracoles!: A la mejor le habría dicho “Querido Fulano” a cualquier otra
persona.
Por ahora aparecerá una expresión de preocupación en su rostro. Pero ésta
pronto desaparecerá cuando se ponga a meditar en la primera oración. De seguro que
ella no le habría escrito eso a ninguna otra persona.
Y así va avanzando al través de la carta, por un instante caminando en las nubes,
y al siguiente preocupado y apesadumbrado por algo que ahí le dice. En su mente se ha
generado un sin fin de preguntas. Él podría recitar de memoria ese texto. De hecho así
lo va hacer por las semanas que vienen.
Y luego el anuncio terminaba diciendo.
Si la gente leyera libros con una concentración similar, seríamos una raza de
gigantes espiritualmente hablando.
Si usted quiere entender la Biblia, tiene usted qué aprender a leer, mejor aún y
más rápido, como si fuera la primera vez, y como se lee una carta de amor. Piense usted
en esto por un momento: Dios quería comunicarse con usted en el siglo veinte y Él
escribió su mensaje en un libro.
PRUEBE SUS HABILIDADES DE LECTURA
¿Qué tan hábil es usted para leer? A continuación le presento un ejercicio para
ponerlas a prueba. Tome 90 segundos o menos para leer el siguiente material y
responder a cada pregunta encerrando en un círculo ya sea la F o la V, según usted crea
que la aseveración sea falsa o verdadera PERO SIN VOLVER A LEER EL PARRAFO
BASE. Mida el tiempo con un cronómetro o asigne a alguna persona del grupo para que
mida exactamente los 90 segundos. Al terminar el tiempo, deje de responder al ejercicio,
sea que haya terminado o no.
66 Paso 1: Observación

HIELO SECO
¿Puede usted imaginarse un hielo que no se derrite y tampoco es húmedo?
Entonces usted puede imaginarse el hielo seco. El hielo seco se produce al congelarse un
gas llamado dióxido de carbono. El hielo seco es totalmente diferente al hielo ordinario,
el cual es simplemente agua congelada.
El hielo seco fue manufacturado por primera vez en 1925. Desde entonces ha
cumplido las más altas esperanzas de su inventor. Puede usarse para producir neblina
artificial en las películas (cuando se pasa vapor por encima del hielo seco se produce
una densa niebla) y para destruir insectos entre los granos almacenados. Es más
práctico que el hielo ordinario porque requiere menos espacio y es 142 grados más frío.
Puesto que no se derrite sino que se evapora, su uso es más limpio. Es debido a estas
razones que es extremadamente popular y muchas personas lo prefieren sobre el hielo
ordinario.
El hielo seco es tan frío que si uno lo toca con los dedos (sin la protección de
guantes), le quemará.
Responda a las siguientes:
1. El hielo seco se hace a base de agua, pero como es especialmente tratado, no se F V
derrite.

2. El hielo seco fue manufacturado por vez primera en la década de los 50’s. F V

3. El hielo seco tiene más usos que el hielo ordinario. F V


4. El hielo seco no es tan frío como el hielo ordinario. F V
5. Se puede producir neblina artificial al hacer pasar vapor por encima del hielo F V
seco.

¿Lo logró en 90 segundos? No se sienta mal si no lo logró. Usted apenas está


iniciando su práctica en la lectura rápida y la respuesta exacta. Su propósito es el de
comenzar a mejorar gradualmente, no la de convertirse en experto de la noche a la
mañana.

DIVERSAS VERSIONES DE 1ª CORINTIOS 13


DIOS LLEGA AL HOMBRE
1983
Si hablo las lenguas de los hombres y aún de los ángeles, pero no tengo amor, no
soy más que un metal que resuena o un platillo discordante.
Usted debe aprender a leer 67

Y si hablo de parte de Dios, y entiendo sus propósitos secretos, y sé todas las


cosas, y si tengo la fe necesaria para mover montañas, pero no tengo amor, no soy nada.
Y si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y aún si entrego mi propio cuerpo
para ser quemado, pero no tengo amor, de nada me sirve.
Tener amor es saber soportar; es ser bondadoso; es no tener envidia, ni ser
presumido, ni orgulloso, ni grosero, ni egoísta; es no enojarse ni guardar rencor; es no
alegrarse de las injusticias sino de la verdad. Tener amor es sufrirlo todo, creerlo todo,
esperarlo todo, soportarlo todo.
El amor jamás dejará de existir. Un día los hombres dejarán de profetizar, y ya no
hablarán en lenguas, ni serán necesarios los conocimientos. Porque los conocimientos y
la profecía son cosas imperfectas, que llegarán a su fin cuando venga lo que es perfecto.
Cuando yo era niño, hablaba, pensaba y razonaba como niño; pero al hacerme
hombre, dejé atrás lo que era propio de un niño. Ahora vemos de manera borrosa, como
en un espejo; pero un día lo veremos todo tal como es en realidad. Mi conocimiento es
ahora imperfecto, pero un día lo conoceré todo del mismo modo que Dios me conoce a
mí.
Tres cosas hay que son permanentes: la fe, la esperanza y el amor; pero la más
importante de las tres es el amor.

VERSIÓN DE NÁCAR Y COLUNGA


Si hablando lenguas de hombres y ángeles no tengo caridad, soy como bronce
que suena o címbalo que retiñe. Y si teniendo el don de profecía y conociendo todos los
misterios y toda la ciencia, y tanta fe que trasladase montes, si no tengo caridad, no soy
nada. Y si repartiere toda mi hacienda y entregase mi cuerpo al fuego, no teniendo
caridad, nada me aprovecha.
La caridad es longánime, es benigna; no es vanidosa, no es jactanciosa, no se
hincha; no es descortés, no busca lo suyo, no se irrita, no piensa mal; no se alegra de la
injusticia, se complace en la verdad; todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo
tolera.
La caridad jamás decae; las profecías desparecen; las lenguas cesarán, la ciencia
se desvanecerá. Conocemos sólo en parte y profetizamos también parcialmente; pero,
cuando llegue lo perfecto, desaparecerá lo parcial.
Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como
niño; cuando llegué a ser hombre, me despojé de las niñerías. Ahora vemos por un
espejo y obscuramente, pero entonces veremos cara a cara. Al presente conozco sólo
parcialmente, pero entonces conoceré como soy conocido.
Ahora permanecen estas tres cosas: la fe, la esperanza, la caridad; pero la más
excelente de ellas es la caridad.
68 Paso 1: Observación

VERSIÓN REINA VALERA


1909
Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo caridad, vengo a ser como
metal que resuena, o címbalo que retiñe.
Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia; y si tuviese
toda la fe, de tal manera que traspasase los montes, y no tengo caridad, nada soy.
Y si repartiese toda mi hacienda para dar de comer a pobres, y si entregase mi
cuerpo para ser quemado, y no tengo caridad, de nada me sirve.
La caridad es sufrida, es benigna; la caridad, no tiene envidia, la caridad no hace
sinrazón, no se ensancha; No es injuriosa, no busca lo suyo, no se irrita, no piensa el
mal;
No se huelga de la injusticia, más se huelga de la verdad; todo lo sufre, todo lo
cree, todo lo espera, todo lo soporta. La caridad nunca deja de ser: mas las profecías se
han de acabar, y cesarán las lenguas, y la ciencia ha de ser quitada;
Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos, más cuando venga lo que
es perfecto, entonces lo que es en parte será quitado.
Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño,
más cuando ya fui hombre hecho, dejé lo que era de niño.
Ahora vemos por espejo, en obscuridad; mas entonces veremos cara a cara, ahora
conozco en parte; mas entonces conoceré como soy conocido.
Y ahora permanecen la fe, la esperanza y la caridad, estas tres: empero la mayor
de ellas es la caridad.

VERSIÓN MODERNA
1907
Si yo hablara lenguas de hombres, y de ángeles, mas no tuviera amor, he venido
a ser como bronce que suena, o címbalo que retiñe. Y si tuviera el don de profecía, y
supiera todos los misterios, y toda la ciencia; y si tuviera toda la fe, de modo que
pudiera remover montañas, más no tuviera amor, nada soy.
Y si distribuyera todos mis haberes para dar de comer a los pobres, y si entregara
mi cuerpo para ser quemado, mas no tuviera amor, nada me aprovecha.
El amor es sufrido y benigno; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso,
no se engríe, no se porta indecorosamente, no busca lo suyo propio, no se irrita, no hace
caso de un agravio; no se regocija en la injusticia, mas se regocija juntamente con la
verdad: todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca se
acaba; mas ora que haya profecías, terminarán; ora que haya lenguas, cesarán; ora que
haya ciencia, terminará.
Usted debe aprender a leer 69

Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; más cuando viniere lo que


es perfecto, lo que es en parte terminará.
Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como
niño; mas ya que he llegado a ser hombre, he dado de mano las cosas de niño.
Porque ahora vemos oscuramente, como por medio de un espejo, más entonces,
cara a cara; ahora conozco en parte, pero entonces conoceré así como también soy
conocido.
Ahora pues permanecen la fe, la esperanza, el amor; pero el mayor de ellos es el
amor.

VERSIÓN REINA VALERA


REVISIÓN 1977
Si yo hablara lenguas humanas y angélicas, pero no tengo amor, vengo a ser
como bronce que resuena, o címbalo que retiñe.
Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese
tanta fe como para trasladar montañas, pero no tengo amor, nada soy.
Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi
cuerpo para ser quemado, pero no tengo amor, de nada me sirve.
El amor es paciente, es servicial; el amor no tiene envidia, el amor no es
jactancioso, no se engríe; no hace nada indecoroso, no busca su propio interés, no se
irrita, no toma en cuenta el mal; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.
Todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor no caduca
jamás; pero las profecías caerán en desuso, y cesarán las lenguas, y el conocimiento
actual quedará fuera de uso.
Porque en parte conocemos y en parte profetizamos; más cuando venga lo
perfecto, entonces lo que es en parte quedara fuera de uso.
Cuando era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño;
mas cuando me hice hombre, dejé a un lado lo que era de niño.
Pero ahora vemos mediante espejo, borrosamente; mas entonces veremos cara a
cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré tan cabalmente como soy
conocido. Y ahora, permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de
ellos es el amor.
70 Paso 1: Observación

DIEZ ESTRATEGIAS PARA LLEGAR A SER UN LECTOR DE PRIMERA CLASE

1. Lea pensando en lo que esta leyendo


2. Lea en forma repetitiva
3. Lea pacientemente
4. Lea en forma selectiva
5. Lea con espíritu de oración
6. Lea con imaginación
7. Lea con espíritu de meditación
8. Lea con propósito
9. Lea para retener
10. Lea en forma telescópica.
8
LEA LA BIBLIA PENSANDO
EN LO QUE ESTA LEYENDO
El paso llamado “Observación” requiere que usted asuma el papel de un
detective bíblico, que busca pistas respecto al significado del texto. Pero como cualquier
detective diría, hay más de una manera de resolver un caso.
Sherlock Holmes, el maestro de los detectives, a menudo puede ser encontrado
de rodillas, con las manos en el suelo, inspeccionando el piso en busca de colillas de
cigarros, o de huellas de pisadas. Otras veces se queda pensativo durante horas,
dándole vuelta a las cosas en su mente, luchando por encontrar respuestas. De repente
se disfraza, finge enfermedades, lleva a cabo experimentos, hace lo que tenga que hacer
con tal de resolver el misterio.
De la misma manera, el encontrar pistas en el texto bíblico exige que nos
esforcemos en diferentes enfoques. La Biblia debe ser leída a fin de ser entendida. Pero
hay más de una manera de leerla. De hecho, voy a darle diez estrategias que pueden
convertirlo en un lector de primera clase. Cada una de ellas produce pistas diferentes
respecto al significado del texto. La primera de ellas es:

LEA LA BIBLIA PENSANDO EN LO QUE LEE


El leer pensando en lo que se lee implica estudio. Y no es aburrido. Todo lo
contrario. Cuando usted toma la Biblia en sus manos y se dispone a leerla, usted se
pone su “cachucha de pensar”. No permita que su mente se ponga en neutral. Aplique
la misma disciplina mental que aplicaría al leer acerca de cualquier otro tema en el que
usted tenga interés vital. ¿Es usted agente de bolsa? Entonces use la misma intensidad
mental para estudiar la Biblia como la que usaría al leer el reporte diario de actividades
de la Bolsa de Valores. ¿Es usted piloto? Entonces ponga tanta atención a la palabra
como le pondría al plan de vuelo o al reporte meteorológico. ¿Es usted enfermera?
Entonces busque los “signos vitales” en el texto bíblico como los observaría en cualquier
paciente de su piso. La Biblia no le entrega su futuro al flojo.
Proverbios 2:4 nos habla de un interesante aspecto en relación a la riqueza de la
Palabra de Dios. Compara la sabiduría bíblica con la plata y con tesoros a los que hay
que buscar porque no se encuentran en la superficie, a simple vista, sino a un nivel
profundo. Una buena analogía de nuestro propio tiempo sería la riqueza petrolera que
yace bajo las candentes arenas de los desiertos árabes. Las gentes transitaron en una y
72 Paso 1: Observación

otra dirección durante miles de años, sin tener conciencia de que a unos cuantos cientos
de metros debajo de sus pies yacían riquezas de valor inimaginable.
Y así es con las Escrituras. La verdad misma de Dios está ahí, capaz de
transformar su vida entera. Pero debe usted buscarla. Tiene usted que penetrar la
superficie con algo más que un vistazo general. En otras palabras, usted tiene que
pensar.
Para usar otra metáfora, su objetivo tiene que ser el de desarrollar una mesa de
alimento que le dará en que pensar; o dicho en otras palabras, algo para “rumiar”. En
efecto, usted necesita programar su mente con la verdad de Dios.

EL LIBRO QUE SE REHUSO A SER ESCRITO


Uno de los mejores ejemplos que yo conozco de cómo la Biblia se puede leer
pensando en lo que se lee, es la historia de Frank Morrison; un periodista inglés de
principios del siglo, quien se propuso demostrar que la historia de la resurrección de
Cristo era sólo un mito.
“Cuando de joven comencé a estudiar en serio la vida de Cristo, lo hice con el
profundo sentimiento de que, por decirlo de alguna manera, su historia poseía
una base un tanto insegura”.
Morrison había sido fuertemente influenciado por ciertos eruditos de su día
quienes se habían propuesto derrumbar la narración bíblica y destruir la credibilidad de
las Escrituras. Lo que es más, la ciencia parecía mostrar la falsedad de las Escrituras en
muchos puntos.
“Fue más o menos durante esa época cuando, más para mi propia paz de espíritu
que para su publicación, se me ocurrió la idea de escribir una breve monografía
sobre lo que me parecía ser la más importante crítica fase en la vida de Cristo, los
últimos siete días…
Me pareció poder llegar a la verdad de por qué este hombre murió una muerte
cruel manos del poder romano, cómo consideró el mismo el asunto y, en
particular, cómo se comportó ante la prueba, y entonces me hallaría muy cerca de
la auténtica solución del problema”.
El “problema” que Morrison estaba tratando de resolver era el problema que
tienen muchas gentes de hoy en día: ¿Cómo puede alguien creer en milagros cuando es
obvio que el mundo está gobernado por fuerzas y leyes naturales? El supremo milagro
de las Escrituras es la resurrección de Jesucristo. Si alguien puede dar una explicación
racional de ese milagro, los demás seguramente desaparecerán con él.
La cruzada de Morrison a fin de demostrar que la resurrección de Cristo era un
mito lo llevó directamente a los cuatro evangelios. Estudió la vida de Cristo hasta el más
mínimo detalle, dando especial atención a los últimos siete días antes de su crucifixión.
Analizó el juicio de Jesús ante los líderes judíos y ante el gobernador romano, Poncio
Lea la Biblia pensando en lo que esta leyendo 73

Pilato. Evaluó cuidadosamente la sucesión de todos los eventos y el espacio físico en el


que ocurrieron. Consideró los factores psicológicos tras el comportamiento de Pilato y
de su esposa, Claudia. Comparó la conducta de aquellos que abandonaron a Cristo con
la de aquellos que permanecieron a su lado.
Morrison también se planteó una importante pregunta: ¿Qué fue lo que hizo que
la totalidad de los seguidores de Jesús proclamaran, en forma rápida y unánime, que Él
se había levantado de los muertos? Examinó con todo detalle a dos de los discípulos: a
Pedro, el pescador, y a Santiago el hermano de Jesús. Asimismo examinó la
conversación y la convicción de Saulo de Tarso.

En pocas palabras,
“… surgió la oportunidad de estudiar la vida de Cristo como había deseado
durante tanto tiempo, investigar los orígenes de su literatura, cribar alguna de la
evidencia de primera mano y formar mi propio juicio sobre el problema que presenta.
Me limitaré a decir que revolucionó todo mi pensamiento. Surgieron cosas de la historia
de aquel antiguo mundo que yo jamás habría creído posibles. Lentamente, pero de una
manera definitiva, llegué a la convicción de que el drama de aquellas semanas
inolvidables de la historia humana era más extraño y profundo de lo que parecía. Y fue
precisamente la extrañeza de muchos sucesos notables en la historia lo que
primeramente atrajo mi atención y solamente mucho después me daría cuenta a
plenitud de la irresistible lógica del significado”.
¿Puede usted percibir el grado de intensidad con el que la mente de Morrison se
había concentrado en el proceso de estudio de la Biblia? He aquí un hombre que leía, y
al leer pensaba en lo que leía. Él estaba aplicando al estudio del Nuevo Testamento el
mismo proceso mental que aplicaba a su tarea como periodista.
Resultado: El libro que el comenzó a escribir resultó ser El libro que se rehusó a ser
escrito. En lugar de escribir ese libro, la integridad exigía que él escribiera otro libro:
¿Quién movió la piedra? Publicado originalmente en 1930, es aún considerado como un
clásico de la apología sobre el tema de la resurrección. Realmente es la historia de la
convicción de Morrison al cristianismo. Y es una ilustración especialísima de la primera
estrategia para la lectura de la Biblia: Lea pensando en lo que lee.

¡AHORA ES SU TURNO!
He aquí un proyecto que le ayudará a cultivar la habilidad de leer las Sagradas
Escrituras pensando en lo que lee. Se trata de leer el pequeño libro de Filemón, en el
Nuevo Testamento. Son solamente 25 versículos. Filemón registra el consejo de Pablo a
un viejo amigo cuyo esclavo, Onésimo, se había escapado. Onésimo se encontró con
Pablo en Roma, se convirtió al Señor, y luego Pablo lo envió de regreso a su amo con
esta carta en la mano.
74 Paso 1: Observación

Lea Filemón conforme a los principios enunciados en este capítulo. Bombardee el


texto con preguntas. ¿Qué puede usted decir acerca de la relación entre Pablo, Filemón
y Onésimo? Reconstruya la situación: ¿Qué sentimientos podrían verse involucrados?
¿Qué consideraciones prácticas podrían hacerse? ¿Qué preguntas permanecen sin
respuesta una vez leída esta carta? ¿Qué problemas genera? ¿A qué asuntos principales
da consideración? ¿Por qué cree usted que haya sido lo bastante significativa como para
ser incluida en la Biblia? ¿Qué cuestiones enfrentamos en nuestro día, a las cuales este
libro podría iluminar? ¿Cómo comunicaría usted el contenido de este libro y las
lecciones que a usted le ha dejado el comentario con otra persona?
9
LEA LA BIBLIA
EN FORMA REPETITIVA

Hace muchos años leí un libro en el que el autor escribió estas palabras, “Cuando
leí este pasaje por la centésima ocasión, me vino a la mente la siguiente idea…”
“Vamos”, dije yo para mis adentros, “debes estar bromeando”. En esos días, si yo
leía una porción de la Biblia dos veces, ya eso era increíble. Si leía la misma porción tres
o cuatro veces, eso ya era un milagro. Pero he aquí este gran estudiante de la Biblia, un
hombre maduro en la Palabra que me dice que yo necesito leer la Palabra una y otra
vez, no una ni dos, sino cien veces, si es necesario, a fin de realmente entenderla y
derivar mis propias conclusiones.
Hoy día me doy cuenta que ese escritor estaba sabiamente practicando la
segunda estrategia a fin de llegar a ser un lector de primera clase en lo que a la Biblia
respecta:
LEA LA BIBLIA EN FORMA REPETITIVA
El genio de la Palabra de Dios es que jamás se desgasta o cae en desuso; aguanta
la exposición repetitiva. De hecho, eso es lo que le hace ser diferente a cualquier otro
libro. Usted puede ser un experto en una disciplina dada. Si usted lee un libro de su
especialidad dos o tres ocasiones, ya lo tiene totalmente dominado. Puede ponerlo en el
librero y moverse hacia otra cosa. Pero eso jamás será cierto de la Biblia. Léala una y
otra vez, y cada vez encontrará cosas que nunca jamás había visto en ella.
Permítame sugerirle varias ideas para ayudarle en este proceso.
Lea libros enteros de una sola entrada.
Ya se lo que usted está pensando. Usted está pensando en libros como Isaías y
Jeremías, y está diciendo, “Qué va, me voy a hacer viejo antes de que los pueda
terminar”. Pero permítame recordarle que la mayoría de los libros de la Biblia no son
más largos que el equivalente a dos o tres columnas de un periódico de la localidad. Y
aún los libros más largos son más cortos que la mayoría de las novelas cortas. De modo
que, ¡vamos! Lea libros enteros en una sola sentada.
El valor de esto es que usted podrá apreciar la unidad de cada libro. Eso es de lo
que se pierde la mayoría de las personas cuando brincan de pasaje en pasaje. Jamás
pueden captar el sentido de totalidad que el libro tiene. Consecuentemente, su
percepción del tema es fragmentaria. Es como estarle cambiando al televisor de canal en
canal, viendo unas cuantas escenas o trozos de diálogo de cada programa completo.
76 Paso 1: Observación

Me acuerdo una ocasión en la que yo estaba estudiando el libro de Mateo. Ya lo


había estudiado anteriormente, e incluso lo había enseñado. Pero, hablando
francamente, nunca había captado la dirección en la que el escritor se movía. De modo
que aparté suficiente tiempo un sábado por la mañana y leí los veintiocho capítulos de
un solo sentón. Por primera vez en mi vida pude darme cuenta y comenzar a entender
lo que Mateo estaba tratando de comunicar en su libro.
Y lo mismo es cierto para el resto de los libros. Cada uno fue escrito como una
unidad, pero ésta solamente se percibe cuando el libro se lee en su totalidad. Leerlo
todo de golpe le ayudará a percibir el cuadro general.
Comience leyendo el libro desde el principio.
A menudo sucede que los lectores de la Biblia comienzan a leer un libro a la
mitad, y luego se extrañan que no le entiendan. Nadie pensaría en comenzar a leer una
novela en el quinto o sexto capítulo, para luego condenarla como aburrida y sin sentido.
Pero eso es justamente lo que le hacen a la Biblia. Toman un pasaje, lo sacan de
contexto, lo manipulan y lo jalonean en tal forma que al pasaje solamente le falta pegar
de gritos, y luego ponen cara de inocentes y dicen no entender la Biblia.
¿Recuerdan el estudio que hicimos en Hechos 1:8? Afortunadamente la palabra
“pero” nos advirtió que debíamos de ir un poco más atrás y verificar el contexto. Y
como solamente estábamos adelantados en el libro con 8 versículos, no fue ningún
problema devolvernos y tomar la narración desde el principio. Al hacerlo así
descubrimos algunas cosas fascinantes acerca del propósito del libro, del escritor, del
hombre a quién estaba dirigido y de la situación total en la que el versículo ocho tenía
lugar.
Pero supongamos que hubiésemos decidido estudiar Hechos 2:8, u 8:8, o 28:8.
Solos de por sí, estos versículos tienen muy poco sentido. No es sino hasta que los
unimos a los párrafos que los rodean, y los párrafos son unidos a las secciones que los
rodean, y todas las secciones son puestas dentro del marco de todo el libro de Hechos,
que esos versículos tomarán verdadero significado.
Así que volvemos al asunto principal: los libros de la Biblia fueron escritos como
unidades. Si uno corta secciones de ellos, los hace sangrar. Así que si en el capítulo 7
encontramos el sarampión, ustedes pueden estar seguros de que el capítulo 6 y el 8 lo
tienen también.
Lea la Biblia en diferentes traducciones.
El peligro de leer en forma repetitiva es que se genera demasiada familiaridad
con el texto. Al poco rato lo conoce uno tanto que le sirve de arrullo hasta quedarse
dormido. Una manera de evitar esto es usar una variedad de traducciones de modo que
cuando uno ya conoce cierta traducción bastante bien, se lee en otra. De este modo la
experiencia se mantiene viva, y es posible que usted observe cosas diferentes.
Lea la Biblia en forma repetitiva 77

Escuche la Biblia grabada en cintas magnetofónicas.


Uno de los desarrollos más emocionantes de los últimos años es la proliferación
de las grabaciones de los textos bíblicos en “audio cassettes”. Uno puede obtener casi
cualquier traducción que uno desee. A mí me gusta escucharlos en el auto, mientras
viajo, pero no hay ninguna objeción a escucharlos mientras trabaja en el jardín, o
cuando está pintando la cochera, o tostándose en la playa, o cuando sale a trotar por las
mañanas.
Los beneficios de estos hábitos son numerosos. Primero, usted cambia la
experiencia sensorial de los visuales a lo audible. Para muchas porciones de las
Escrituras, esto sería más cercano a la forma en la que el material fue originalmente
presentado que en su forma actual, la escrita. Por ejemplo, todas las enseñanzas de
Jesús, incluyendo las parábolas y el Sermón del Monte, fueron originalmente
presentados en forma verbal. El libro de Job probablemente fue recitado por mucho
tiempo antes de que fuese escrito. Y los Salmos eran generalmente cantados, no leídos.
Oír las palabras es una experiencia que hace que nos involucremos más que si sólo las
leemos.
La voz del lector ayuda también. No hay dos personas que lean la Biblia
exactamente igual. De modo que escuchar las grabaciones es casi como leer una
traducción diferente. Las palabras pueden ser las mismas, pero el énfasis es diferente. Y
más aún, si el lector sabe lo que está haciendo, él puede hacer que el texto cobre vida en
una forma muy especial.
Un último beneficio de las grabaciones de los textos bíblicos es que éstas pueden
ser tocadas una y otra vez, para lograr el beneficio de la repetición. Mencione un
hombre que había leído un pasaje cien veces. ¡Imagínese lo que sería escuchar un pasaje
cien veces! ¿Cree usted que podría recordar algo de la verdad de ese pasaje?
Lea la Biblia en voz alta.
Esto es una consecuencia lógica de todo lo que he dicho. No hay nada como el
sonido de su propia voz para involucrarle en la lectura de la Biblia. Leerla en voz alta le
obliga a poner atención a cada palabra.
Y lo que es más, hay un precedente para esto. En Deuteronomio 6:7 se instruye a
los padres, especialmente al padre, a repetir las palabras de la Escritura a los hijos y a
hablar de ellas “…estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando
te levantes”. En otras palabras, la palabra de Dios debe ser parte normal de la
conversación en casa. A la luz de este principio, permítame preguntarle, ¿cuándo fue la
última vez que sus hijos le escucharon leerles la Palabra de Dios a ellos?
De hecho, yo le invito a que permita a toda la familia participar de esto. Permita a
los chicos que le lean una porción, y luego usted les lee a ellos. Cubra todos los
evangelios, o las historias del Antiguo Testamento, o alguna de las epístolas. Use una
traducción que sea fácil de leer. Le garantizo que la verdad bíblica quedará donde
pertenece: es decir, en su memoria.
78 Paso 1: Observación

Adopte un programa de lectura bíblica.


Esta idea ha andado por aquí durante muchos años, y hay buenas razones para
ello. Muchos de nosotros nos cansamos con sólo mirar la Biblia. Se nos hace que
primero nos morimos antes de que lleguemos a leerla completa. Pero lo cierto es que es
posible leer toda la Biblia en un año si leemos unos cuantos capítulos diarios. Algunas
Biblias inclusive traen un programa de lectura ya diseñado.
Imagínese que se apega a ese programa año tras año. Muy pronto habría usted
leído la Biblia varias veces.
Por supuesto que no tiene que tomar un programa para leer toda la Biblia en un
año. Puede leer un Salmo por la mañana y otro por la noche. De esa manera podría leer
todo el libro de los Salmos al menos cinco veces en un año. O puede leer un capítulo de
Proverbios cada día, todo el libro en un mes. O puede concentrarse en un solo libro
durante un mes: un capítulo de Efesios o de Gálatas cada día de lunes a sábado; cuatro
veces en un mes; o un capítulo de I de Juan cada día durante treinta días.
Usted puede preparar su propio programa para completar estos libros. El punto
es claro: Diseñe una forma que le ayude a observar sus progresos. Si usted es una
persona que necesita estructura, o que le gusta lograr metas, ésta es una excelente forma
para leer la Biblia en forma repetitiva.
¡AHORA ES SU TURNO!
¿Está usted convencido del valor que tiene el leer la Biblia en forma repetitiva?
Aquí está un ejercicio para disipar cualquier duda que aún permanezca: Lea todo el
libro de Ester, que se encuentra en el Antiguo Testamento, una vez al día durante diez
días consecutivos. Le va a requerir una media hora más o menos. Haga uso de algunas
de las sugerencias de este capítulo, como leer en diferentes traducciones, leerlo en voz
alta, o tal vez escucharlo en un “audio cassette”. Por supuesto que será necesario hacer
uso de las otras habilidades de Observación que mencionamos anteriormente. Vea
cuántas cosas nuevas puede usted percibir cada día que pase. Haga una lista de sus
observaciones, o anótelas a su Biblia. Al final de la semana, vea si puede reconstruir la
historia en forma clara y precisa, narrándosela a alguien. Observe también cuántos
conocimientos nuevos ha adquirido, y cuántas percepciones sobre el tema ha generado.
Lea la Biblia en forma repetitiva 79
10
LEA LA BIBLIA
PACIENTEMENTE
Un viejo dicho dice que “Roma no se construyó en un solo día”. Sea este dicho
cierto o no, es cierto por lo que le toca al estudio de la Biblia. A menos que tenga usted
hábitos muy desarrollados para la lectura, es poco probable que pueda usted invertir
cinco minutos en la lectura de la Biblia y pueda salir con grandes lecciones derivadas de
esa lectura. De hecho, lectores de mucha capacidad dedican mucho más de cinco
minutos a la tarea. Ellos han aprendido a acercarse a la Palabra de Dios usando la
tercera estrategia para hacer de uno un lector bíblico de primera clase.

LEER LA BIBLIA PACIENTEMENTE


Esa es una tarea difícil para la mayoría de nosotros. Vivimos en una sociedad
“instantánea”. Las cosas que queríamos para mañana, ahora las queremos para hoy. Y
las cosas que solíamos necesitar de inmediato, ahora las necesitamos “para ayer”. Así
que no es de sorprendernos que si decidimos abrir nuestras Biblias, esperemos
resultados instantáneos y sin esfuerzo. Y si no logramos lo que queremos ahora, es
posible que nos frustremos rápidamente.
Pero el fruto de la Palabra toma tiempo para madurarse. De manera que si es
usted aún un poco impaciente, lo más probable es que deje el proyecto demasiado
pronto y se pierda de una rica cosecha. A muchas personas les sucede justamente eso.
Se desilusionan fácilmente con el proceso. Es posible que sólo estén buscando
entretenimiento en lugar de entendimiento. Las gentes me dicen, “Mire, traté de leer la
Biblia, pero es como tratar de arar en el concreto”.
Otros hay que dejan a un lado el texto bíblico y deciden tornarse a fuentes
secundarias. Al momento en que sienten que el pasaje está muy por encima de su
cabeza, pegan la carrera hacia un comentario para ver lo que algún otro santo dice
acerca del texto. Al hacer esto, arruinan la experiencia, porque se dan por vencidos
demasiado pronto. A veces están a punto de sacarle el jugo al pasaje cuando deciden
dejarlo y verificar otras fuentes secundarias… una vez que usted ha empapado su
mente con lo que el texto bíblico dice.
Lea la Biblia pacientemente 81

METIDO EN LA RUTA LARGA


Cuando yo estaba en la Universidad, yo estaba metido en el atletismo. Corría
carreras cortas con vallas, lo cual tiene mucho sentido porque yo no soy muy alto. Por
esos días, el campeón mundial de la milla bajo techo era un hombre llamado Gil Dodds.
Nunca olvidaré cuando lo conocí. Ambos estábamos en la pista cuando me tocó
el hombro y me dijo, “Vamos Howie. Démosle una vuelta”. Así que arrancamos. De
pronto me encontré varios metros adelante de él, lo cual me sorprendía mucho. Pensaba
yo, “Si se supone que tú eres el campeón de la milla bajo techo, ¿Cómo es que no corres
un poco más rápido?”
Lo que yo no me daba cuenta es que el estaba planeando darle otra vuelta, y otra,
y otra. Yo corría tan rápido como podía, y cuando ya casi terminábamos la primera
vuelta, me tocó el hombro de nuevo y gritó, “Vamos, Howie. Sólo faltan tres vueltas
más”.
Y yo pensé, “Santo Dios, yo me voy a morir en esta pista”.
Verá usted, hay una gran diferencia entre correr carreras cortas y correr rutas
largas. Para el segundo tipo de carreras uno necesita desarrollar esa habilidad para
“agarrar su segundo aire”. Se tiene uno que preparar para la ruta larga. Y lo mismo
sucede con la lectura de la Biblia. Hay que tener paciencia. Hay que desarrollar cierta
fibra, cierto aguante para permanecer con un texto hasta que se comience a hacer algún
progreso. Permítame sugerirle algunas cosas que pueden ayudar.
Trabaje con un libro durante un mes.
Yo he encontrado que la vida tiene un ritmo, y para muchos de nosotros, el ciclo
requiere de un mes a seis semanas. Podemos aguantar con algo durante más o menos
ese tiempo, pero luego necesitamos un cambio de ritmo.
En el estudio bíblico, cinco semanas con un libro normalmente será suficiente
tiempo como para mostrar cierto avance. En cinco semanas usted puede leer el mismo
libro varias veces. También podrá observar su estructura, identificar los términos clave,
investigar los personajes centrales, trabajar un poco con fuentes secundarias así como
decidir algunas maneras prácticas para aplicar las verdades del libro a su propia vida.
Discutiremos todas estas tareas en capítulos futuros.
El punto es que en el término de un mes usted puede comenzar a sentir que
domina un libro de la Biblia. Un libro puede no ser mucho, pero es posible que sea más
de lo que usted actualmente entiende. En un año usted tendrá dominados doce libros
de la Biblia; en cinco años y medio, sesenta y seis libros. ¿Le parece posible que en
menos de seis años usted podría llegar al punto de tener un conocimiento básico, de
primera mano, de toda la Biblia?
Cualquier libro de la Biblia se adecuará a un plan de estudio de cinco o seis
semanas, pero algunas sugerencias par ayudarle a iniciarse son Nehemías, Jonás, San
Marcos, I de Corintios, Filipenses, Santiago o I de Pedro. Nehemías, Jonás y San Marcos
82 Paso 1: Observación

son narraciones “amistosas al usuario”, con su trama y caracterización. Los otros cuatro
libros mencionados son cartas escritas a cristianos, que son cortas y prácticas. Usted no
tendrá demasiados problemas tratando de entender lo que el escritor sagrado está
tratando de entender lo que el escritor sagrado está tratando de decir.
Haga “acercamientos y alejamientos”
Un mes puede parecer mucho tiempo para permanecer con un libro pero en
realidad no es mucho. Y puesto que hay tanto qué ver en un pasaje cualquiera (recuerde
que hicimos casi treinta diversas observaciones solamente en Hechos 1:8), es necesario
fijar objetivos limitados.
Una estrategia es utilizar un lente de “acercamiento” para nuestro estudio.
Comenzamos con un gran angular. Hacemos un “alejamiento” y captamos el cuadro
completo leyendo todo el libro de golpe. Vea si puede detectar un flujo, un movimiento
en el material, una progresión de eventos o de ideas. Luego hacemos un “acercamiento”
en algo que nos parece interesante o prominente. Si usted usa el plan de un mes,
invierta una semana más o menos en ese evento o idea.
Por ejemplo, en Génesis, los primeros once capítulos cubren la historia de la
creación del universo, el Diluvio y la confusión de las lenguas en Babel. Luego los
siguientes treinta y nueve capítulos cubren solamente cuatro generaciones, encabezadas
por cuatro personajes: Abraham, Isaac, Jacob y José. Ese es el gran cuadro de Génesis.
Pero algunos eventos en los que vale la pena hacer algunos “acercamientos” son los
capítulos que narran la creación (1 y 2), el Diluvio (6-10), el sacrificio de Isaac (22) y la
profecía de Jacob respecto a sus hijos (49).
Una vez que haya invertido algo de tiempo en uno de estos eventos menores,
usted puede acercarse aún más al texto y estudiar un aspecto particular en detalle. Por
ejemplo, en la narración de la Creación, Dios establece el matrimonio (2: 18-25). Este es
un pasaje que vale la pena estudiar más a fondo porque los principios establecidos aquí
se proyectan hacia toda la Biblia. Jesús hace referencia a este pasaje (Mateo 19:4-6), y
también Pablo (Efesios 5:31). Su presencia aquí le obliga a preguntarse, “¿Qué lugar
tiene el matrimonio en el libro de Génesis?”
Una vez que ha hecho su “acercamiento” para estudiar algún evento, concepto o
palabra en especial, asegúrese que hace un “alejamiento” a fin de volver a captar todo el
cuadro. Recuerde, usted no desea terminar su estudio con una canasta llena de
fragmentos desconectados entre sí sino con un todo armonioso en el cual todos los
detalles encajen con el mensaje total del libro.
Modifique su enfoque
Como podemos ver, hay más de una manera de estudiar la Biblia. Al hacer uso
de más diversas estrategias, mayores conocimientos derivará para usted mismo. Y la
manera de mantenerse en la ruta larga del estudio bíblico consiste en variar el enfoque,
tal y como los corredores modifican su ritmo. En capítulos posteriores hablaremos
acerca de diversas técnicas que usted puede usar con diferentes tipos de material.
Lea la Biblia pacientemente 83

DOS PRINCIPIOS ACERCA DE LA PACIENCIA


Las claves para leer la Biblia pacientemente son dos: Sea paciente con el texto, y
sea paciente con usted mismo. He sugerido algunas maneras de ser paciente con el texto
a fin de darle oportunidad de revelar su mensaje.
Un principio tal vez un poco más difícil, especialmente para el estudiante de la
Biblia con poca experiencia, es el de ser paciente consigo mismo. A menudo una
persona asiste a un templo, o a una conferencia bíblica en la que escucha una
maravillosa exposición de la Palabra. Como resultado, él se torna ansioso y apenas
puede esperar para meterse al texto bíblico. Está tan motivado a descubrir las verdades
por sí mismo que no le interesa nada más. Y eso es maravilloso.
Pero lo que ha olvidado es que ese gran expositor que escuchó ha estado
estudiando diligentemente la Biblia durante años. No hay manera de que un novato
comience a ese nivel. ¿Recuerdan mi “carrera” con Gil Dodds? Yo comencé como un
rayo. Pero el campeón sabía lo que necesitaba para poder correr toda la distancia. Y yo
no lo sabía.
Así que, al iniciarse usted en el estudio personal de la Palabra de Dios, relájese y
disfrute la experiencia. La verdad de Dios está ahí, y usted la encontrará si se concede
un poco de tiempo para leerla pacientemente.
11
LEA LA BIBLIA
EN FORMA SELECTIVA
Mis hijos le dirán que yo no soy la gran cosa como pescador. Me encanta ir de
pesca, pero normalmente no pesco mucho. Nosotros solíamos vacacionar como familia
en el estado de Colorado, e íbamos a pescar a un estanque en donde había unas truchas
enormes. Pero ¿creen ustedes que yo podía pescar uno de estos ejemplares? ¡De
ninguna manera!
Yo intentaba todos los trucos que podía adquirir en la tienda de artículos de
pesca. No funcionaban. Esos peces se acercaban hasta la mera orilla, y yo les hacía bailar
el anzuelo justo enfrente de ellos. Pero no había suerte. Al final resultaba que pescaba
muy poquito.
La cosa más frustrante era que, justo unos cuantos metros más debajo de donde
yo pescaba, se colocaban un par de ancianos con dos o tres cañas al mismo tiempo, y no
se daban abasto para sacar los peces que pescaban. Estábamos platicando con ellos
mientras sacaban uno y, mientras tanto ya tenían otro enganchado en otra de las cañas.
¿Cuál era su secreto? El secreto era que ellos no sólo conocían bien el estanque,
también conocían las truchas, pero lo más importante era que sabían que carnada usar.
Esto ilustra perfectamente bien la cuarta estrategia para ser un excelente lector de
la Biblia.

LEER LA BIBLIA EN FORMA SELECTIVA


Leer la Biblia en forma selectiva significa que se utiliza la carnada adecuada
cuando uno está “transitando” a lo largo de un pasaje bíblico. A continuación presento
seis “señuelos” que usted puede usar con cualquier texto, seis preguntas a formular de
cualquier pasaje de la Escritura.
¿Quién?
¿Quiénes son los personajes del texto? Esa es una pregunta fácil de contestar.
Simplemente lea el texto. Pero una vez que usted haya identificado a los personajes del
pasaje, le sugiero que busque otras dos cosas.
Primera, ¿Qué es lo que se dice acerca de la persona o personas? Por ejemplo,
Josué 2:1 menciona a Rahab, pero la identifica como “una ramera que se llamaba
Rahab”. Y de ahí en adelante se le menciona como “Rahab la ramera”. ¿Qué tanto le
Lea la Biblia en forma selectiva 85

gustaría a usted ser etiquetada con esa expresión? Ella jamás vuelve a aparecer en la
narración sin ese título.
O ¿qué me dice usted de Andrés, el hermano de Simón Pedro? ¿Conoce usted a
alguna persona que tiene un hermano famoso, o que uno de sus padres es famoso?
Cada vez que se le presenta se dice, “este es Andrés, usted sabe, el hermano de Pedro”.
Es casi como si no tuviera una identidad propia. Ese era el predicamento en que se
encontraba Andrés. El punto es que cada vez que se diga algo acerca de alguna persona,
usted lo note.
Y asegúrese de que consulta otros pasajes para averiguar todo lo que pueda de
esa persona. Por ejemplo, el prefacio al Salmo 88 nos dice que ese Salmo es un “Masquil
de Hemán Ezraita”. (A propósito estas pequeñas notas que aparecen como prefacio son
consideradas como parte del texto bíblico) ¿Y quién era Heman Ezraita? El Salmo no le
dice. Usted tiene que ir a los libros históricos de la Biblia para averiguarlo. Y cuando lo
averigua, usted comienza a integrar un fascinante cuadro que le explica el por qué el
Salmo 88 es tan obscuro y perturbador.
O tome Hebreos 11. Menciona más de una docena de personajes del Antiguo
Testamento. Pero a menos que usted vaya y busque lo que se dice acerca de ellos, usted
jamás podrá apreciar la valiosa aportación de la carta a los Hebreos.
Una segunda cosa que hay que buscar es ¿qué dice la persona? Tomemos por
ejemplo a Pedro en el Monte de la Transfiguración (Mateo 17:1-8). Ahí lo tenemos,
disfrutando una de las más increíbles experiencias jamás concedida a un ser humano.
¿Y qué dice? “Señor, bueno es para nosotros que estemos aquí”. (Esa debe haber sido la
frase más destacada del primer siglo. ¿No le parece?) “Si quieres, hagamos aquí tres
enramadas…” y que siga la conferencia. Verá usted, Pedro era la clase de persona cuyo
lema era: No te quedes callado, di algo.
Usted tal vez se pregunta, ¿por qué llenó Dios el texto bíblico con este tipo de
diálogos? ¿Por qué tantos comentarios y detalles triviales? La razón es porque Él quiere
que usted vea el proceso por el que la gente tuvo que pasar para llegar a las
conclusiones que llegaron.
¿Qué?
Una segunda pregunta que hay que formular es, ¿qué está pasando en este texto?
¿Cuáles son los eventos? ¿Qué pasa a los personajes? O, si se trata de un pasaje que
discute algún punto: ¿Cuál es el argumento? ¿Qué está tratando de probar el escritor?
¿Qué está tratando de comunicar?
Otra pregunta del tipo “¿Qué?” es, ¿Qué es lo que está mal con este cuadro? Hay
un número de este tipo de pasajes en el Antiguo Testamento. Por ejemplo, el rey Saúl
sale a la guerra contra los amalecitas en I de Samuel 15. Él los borra del mapa, captura a
su rey, se hace de despojos, y se prepara para adorar a Dios con sacrificios. Pero, ¿qué
está mal con este cuadro? Samuel pone el dedo en la llaga cuando dice (15:19): “¿Por
86 Paso 1: Observación

qué, pues, no has oído la voz de Jehová…?” Saúl había obedecido pero no
completamente, y en el libro de Dios, la obediencia parcial es desobediencia.
¿Dónde?
Esto le dará a usted la ubicación. ¿En dónde tiene lugar lo que se narra? ¿En
dónde están las personas de la historia? ¿De dónde vienen? ¿Hacia dónde se dirigen?
¿Dónde se encuentra el escritor? ¿Dónde estaban los lectores originales de este texto?
La pregunta “¿Dónde?” es una de las razones por las cuales hay que tener a la
mano un juego de mapas o un atlas siempre que usted estudie la Biblia. Por eso es que
al final de muchas Biblias usted encontrará varios mapas. No es porque los editores no
sabían que más poner. Es para mostrarle dónde tuvieron lugar los eventos bíblicos.
¿Se encuentra usted estudiando un viaje? Entonces haga sus anotaciones en un
mapa. ¿Se encuentra usted estudiando I de Corintios? Ubique a Corinto en un mapa.
¿Está usted en Hechos 8 con Felipe y el eunuco etíope? Entonces ubique el camino que
va al sur de Jerusalén a Gaza y averigüe sobre que tipo de terreno viajaba aquel
hombre.
Yo una vez tuve un grupo de alumnos en el cual había una mujer que tenía
varios títulos de postgrado. Justo en la mitad de una de las sesiones levantó su mano y
preguntó, “Dr. Hendricks, ¿en qué parte de Sudamérica está teniendo lugar esto?”
Estábamos estudiando el libro de Marcos.
Aquí se encuentra una persona inteligente y muy preparada. Pero yo había
pasado por alto el hecho de que ella no tenía el menor conocimiento de la geografía del
Nuevo Testamento. Y ella no es la única. Esto se ha convertido en un punto ciego en
nuestra cultura. Cuando usted lea acerca de lugares en la Biblia, no dé nada por sentado
y así jamás se verá desilusionado. La mayor parte de la gente no tiene la menor idea
acerca de dónde tuvieron lugar los eventos bíblicos.
¿Cuándo?
Esta es la pregunta relativa al tiempo. ¿Cuándo tuvieron lugar los eventos de los
que habla el pasaje? ¿Cuándo ocurrieron estos eventos en relación a otros narrados en la
Escritura? ¿Cuándo está escribiendo el texto el escritor sagrado?
En pocas palabras, siempre determine la variable tiempo. Por ejemplo, en Marcos
1:35, leemos, “Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, (Jesús) salió y se
fue a un lugar desierto, y allí oraba”. Es fácil decir cuándo sucedió esto: “Muy de
mañana”. Pero, ¿qué mañana? Fue la mañana después del día más ocupado que se
tenga registrado en la vida de nuestro Señor. Solamente hay cincuenta y dos de ellos en
los evangelios. Ese día en particular estuvo saturado de milagros, enseñanzas y
sanidades.
¿Podría decir lo siguiente sin que suene irreverente? Jesús tenía toda la
justificación del mundo para dormir hasta tarde esa mañana. Él incluso pudo haber
usado la excusa, “Padre, estuve atendiendo tus asuntos”. Pero su relación con el Dios
Lea la Biblia en forma selectiva 87

infinito tenía tan alta prioridad que se levantó siendo aún muy oscuro, es decir, mucho
antes de que amaneciese y se fue a un lugar desierto a orar. Ahora bien, si Cristo Jesús,
quién tenía un continuo compañerismo y comunión con el Padre, tenía necesidad de
orar, ¿Cuál será mi necesidad? ¿Cuál será la suya?
Nosotros aprendemos éste tipo de cosas formulando una simple pregunta:
¿Cuándo sucedió esto?
¿Por qué?
Hay una infinidad de “por qué ’s” que preguntar del texto bíblico. ¿Por qué está
incluido esto? ¿Por qué está ubicado aquí? ¿Por qué viene después de esto? ¿Por qué
viene antes de esto? ¿Por qué dice esta persona esto? ¿Por qué aquel personaje no dice
nada? ¿Por qué? Es una pregunta que busca significados.
Por ejemplo, la parábola del hijo pródigo se encuentra solamente en el evangelio
de Lucas, no en Mateo, ni en Marcos, ni en Juan. ¿Por qué? ¿Por qué es Lucas el único
que registra ésta poderosa parábola?
O por ejemplo, cuando venimos al libro de los Hechos, y no le encontramos el
final. Pablo está en Roma, enseñando y predicando; pero jamás sabemos qué es lo que
sucedió después con él o con la iglesia primitiva, o con el resto de los apóstoles. ¿Por
qué? ¿Por qué razón no continuó Lucas con la narración? ¿Por qué no hubo alguien más
que siguiese con la historia tomándola de donde la dejó Lucas?
La pregunta ¿Por qué? Profundiza en el texto más que cualquiera otra. Formular
esta pregunta nos conducirá en forma inevitable ha nuevos e importantes hallazgos.
¿Y ahora qué?
Esta pregunta nos lleva realmente a una confrontación con nosotros mismos. Es
como si nos preguntáramos, ¿qué diferencia habría si yo aplicase esta verdad a mi vida?
Esta es la pregunta que nos pone en la línea de arranque, que nos hace
reaccionar, hacer algo en relación a lo que hemos leído. Recuerde, la Palabra de Dios no
fue escrita para satisfacer nuestra curiosidad; fue escrita para cambiar nuestras vidas.
Así que con cada pasaje de la Escritura necesitamos preguntarnos, ¿Y ahora qué?
Cuando lleguemos al tema de la Aplicación le mostraré una serie de maneras para
responder a esa pregunta.

LEYENDO EN FORMA SELECTIVA A DIEZ MIL METROS DE ALTURA


¿Pueden estas seis preguntas abrirle a usted el significado de la Biblia? Después
de todo son preguntas realmente sencillas. Los reporteros de la prensa las han estado
utilizando por años para obtener los hechos con que escriben sus historias. De modo
que, ¿Qué tan poderosas pueden ser?
Una vez iba yo volando de Dallas a San Francisco en un 747. Había 8 pasajeros y
15 sobrecargos. Una vez que hubimos tomado altura, comencé a leer el Nuevo
88 Paso 1: Observación

Testamento mientras una de las aeromozas venía caminando por el pasillo. Cuando me
vio con mi Biblia abierta, se detuvo y me preguntó, “¿Ah, es usted creyente?”
“Seguro que lo soy”, respondió ella con una sonrisa.
Comenzamos a conversar acerca de cuestiones espirituales.
Finalmente le dije, “¿Le importaría si le hago una pregunta?”
“Por supuesto que no”.
“¿Tiene usted un programa regular de estudio bíblico?”
“No señor. Me temo que no”.
“¿Por qué no?”
Ella dijo, “Pues no sé. No sé dónde comenzar”.
Yo entonces le pregunté, “¿Le gustaría aprender cómo o dónde comenzar?”
“Me encantaría”.
“¿Tiene usted un poco de tiempo?”
Ella tenía tiempo libre en ese vuelo, así qué tomé una de esas bolsitas para el
mareo (son buenísimas para hacer notas) y le escribí las seis preguntas que acabo de
mencionar en este capítulo: ¿Quién? ¿Qué? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Por qué? ¿Y ahora qué?
Luego tomamos el pasaje de Marcos 4:35-41, donde Jesús calma la tempestad. Le
pedí que leyera el pasaje y luego recorrimos las seis preguntas: ¿Quiénes son los
personajes involucrados? ¿Qué está pasando en este párrafo? ¿Dónde está ocurriendo
este evento? ¿Cuándo está teniendo lugar? ¿Por qué cree usted que Dios lo incluyó en la
narración? Y ¿Qué diferencia produciría esto si lo aplicase en su vida?
Raras veces he visto a alguien tan emocionado. Cuando terminamos ella dijo,
“¿Cómo es que ya llevo siete años de ser cristiana y nadie jamás me enseñó estudiar la
Biblia?”
Esa es una buena pregunta, pero realmente es una tragedia. La Iglesia hoy en día
está llevando a las gentes a Cristo, pero a veces ellas están en la fe por diez, quince, o
hasta veinte años sin aprender cómo estudiar la Biblia. ¿La razón? No saben dónde
comenzar.
Estas gentes se parecen mucho a mí cuando iba a aquel estanque en Colorado,
veía los peces, pero no podía pescar ni uno de ellos para mí. Eso no es muy importante
cuando usted se encuentra simplemente de vacaciones. Pero cuando usted está
muriéndose de hambre espiritualmente, --y la gran mayoría de la gente lo está -- usted
necesita aprender a pescar.
Le sugiero que ponga en práctica los seis “señuelos” que le he mencionado para
leer la Biblia en forma selectiva. Cualquiera podrá encontrar unas cuantas lecciones
monumentales.
Lea la Biblia en forma selectiva 89

¡AHORA ES SU TURNO!
Las seis preguntas para leer la Biblia en forma selectiva son especialmente
interesantes y divertidas cuando uno estudia las historias de la Escritura. Lucas 24:13-35
registra una de las más fascinantes: la narración del encuentro de Jesús con sus dos
discípulos en el camino a Emaús después de su resurrección. Lea el pasaje dos o tres
veces y luego póngalo a prueba con las seis preguntas presentadas en este capítulo. No
olvide anotar sus observaciones.
12
LEA LA BIBLIA
CON ESPIRITU DE ORACIÓN
Una quinta estrategia para ser un eficaz lector de la Biblia es:
LEER LA BIBLIA CON ESPÍRITU DE ORACIÓN
Nosotros tendemos a creer que el estudio de la Biblia y la oración son disciplinas
separadas, pero el hecho es que ambas están relacionadas de una manera integral. La
oración es realmente la clave para un estudio Bíblico eficaz. Aprenda a orar antes,
durante, y después de su lectura de las Escrituras.
La oración es especialmente crucial cuando usted llega a un momento en su
estudio en donde se siente totalmente confundido. Ese es un buen lugar para detenerse
y sostener una buena conversación con Dios. “Señor, no le hallo sentido a este pasaje.
Dame percepción espiritual. Ayúdame a descubrir Tu verdad”.
Sin embargo, la mayor parte de nosotros comenzamos a batallar cuando
llegamos al momento de oración. ¿No le pasa a usted esto? ¿Quiere usted aprender a
orar? He aquí un par de sugerencias, algo que debe hacer y algo que debe evitar.
No trate de imitar a otros cristianos.
Si usted pone demasiada atención a las oraciones de otros hermanos, estará
aprendiéndose todos los “clichés”, toda la “jerga”, todas las expresiones que le harán
“sonar bien cuando ora”. No hay la menor objeción al hecho de que los cristianos
“oren” en forma corporativa. Pero eso no significa que deben orar en forma idéntica.
Yo me he dado cuenta de que hay dos grupos de personas que pueden enseñarle
a orar. El primero de ellos, los niños. Ellos oran de una manera que da gusto
escucharlos, y además son muy realistas. ¿Cuántas iglesias cree usted que hay que
repiten el Padre Nuestro cada semana? Y semana tras semana es la misma cosa, las
mismas palabras, el mismo ritmo, el mismo sonsonete. Pero que diferencia hay cuando
un niño de cuatro años de edad comienza a orar en una forma simple y directa ya sea
antes de cenar o de acostarse.
El otro grupo es el de los nuevos creyentes. Ellos aún no han aprendido toda la
terminología que usan los cristianos veteranos. Un hombre en nuestra iglesia aceptó a
Jesucristo y decidió venir al servicio de oración y estudio bíblico de media semana.
Tuvimos el estudio y después nos separamos en grupos para orar.
Lea la Biblia con Espíritu de oración 91

“Y ahora, Howard, ¿a dónde vamos?” me preguntó cuando comenzamos a


caminar por el pasillo.
“Vamos aquí a este cuarto a orar”, le respondí.
“Válgame Dios. Ahora sí que tengo problemas”, exclamó él.
“¿Cuál es tu problema?”
“Mi problema es que yo no puedo orar. Es decir, al menos no puedo hacerlo
como lo hacen ustedes”.
“Ese no es el problema”, le dije yo. “Dale gracias a Dios por ello”.
Así que comenzamos a orar. Yo sabía que él quería participar, pero estaba un
poco en duda. Finalmente me incliné hacia él y lo animé a orar. Daría cualquier cosa por
tener una grabación de lo que el dijo.
Dijo algo más o menos así: “Señor, te habla Jim, el que te conoció el jueves
pasado, ¿te acuerdas?” (Yo pensé que iba a darle su dirección con zona postal y toda la
cosa). “Siento mucho no poder decir las cosas como las dicen el resto de estas gentes,
pero yo te amo; de veras que te amo. Y espero que después de conocerte un poco más
yo pueda decirte las cosas mucho mejor. Muchas gracias por escucharme. Nos vemos
luego”.
¿Saben ustedes lo que hizo ese hombre? Puso en marcha un verdadero servicio
de oración, ¿me entienden? Verán, lo que el resto de nosotros estábamos haciendo era
simplemente “decir” nuestras oraciones. Como es usual, estábamos dándole una
repasadita a nuestra teología, luego recorriendo el campo misionero y en fin, nos
estábamos dando una vuelta por toda la galaxia. Jim estaba orando, él simplemente
estaba hablando con Dios. Sin darse cuenta, él estaba muy por delante de su Padre
celestial. La cosa que más mueve a nuestro Dios es que nosotros oremos sinceramente y
con todo nuestro corazón.
Convierta el pasaje bíblico en una oración
A Dios le encanta que se le recuerde lo que Él nos ha prometido. Así que
dígaselo. Recuérdeselo. Reclame el cumplimiento de sus promesas.
Permítame darle una bellísima ilustración de esto, del libro de Nehemías.
Volveremos a hablar acerca de este hombre en el capítulo 18 cuando hablemos de cómo
estudiar un párrafo. Pero por ahora quiero mostrarle cómo Nehemías convierte la
Palabra de Dios en una oración. Si usted desea aprender a orar, estudie su oración.
Es una clásica. (Usted puede encontrar esa oración en Nehemías 1:4- 11).
Para ver el contexto, Nehemías es un oficial Judío ubicado muy arriba en la
estructura de poder de Babilonia. Llegaron unos mensajeros a decirle que su ciudad
natal, Jerusalén, estaba en ruinas. Sus muros estaban derrumbados y la población estaba
entristecida.
92 Paso 1: Observación

Así que Nehemías se pone de rodillas. Su respuesta instintiva es la de orar. Aquí


hay una gran lección. Mientras el ora, la primera cosa que hace es adorar a Dios:
“Y dije: te ruego, oh Jehová, Dios de los cielos, fuerte, grande y temible, que
guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus
mandamientos;” (1:5)
Podemos poner la etiqueta “adoración” después de ese versículo. Antes de
ocuparse con cualquier otra cosa, Nehemías se concentra en quién es Dios.
¿Es esa la manera en que oramos nosotros? No, nosotros decimos más o menos lo
siguiente, “Oh Señor, vaya que tengo problemas. Te ruego que me saques de ellos”. Es
decir, nos concentramos en nosotros mismos.
Pero las oraciones de la Biblia tienen una característica en común: ellas siempre
se centran en la persona a quién se dirige la oración. Siempre que nosotros vamos a
hacer un cheque, lo primero que necesitamos preguntar es cuánto tenemos en el banco.
Eso también lo necesitamos, deberíamos preguntarnos, ¿A quién nos estamos
dirigiendo? ¿Qué clase de persona es está? Nehemías llena su mente del concepto de lo
que aquella persona era.
Luego el procede a cambiar su oración. Habiéndose ya ocupado de Dios, su
siguiente paso es el de confesar su pecado así como el de su pueblo:
“Esté ahora atento tu oído y abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo, que
hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso
los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de
mi padre hemos pecado. En extremo nos hemos corrompido contra ti, y no
hemos guardado los mandamientos, estatutos y preceptos que diste a Moisés tu
siervo” (1:6-7).
Podemos poner una segunda etiqueta junto a estos versículos, “confesión”; la
oración ahora se ha centrado en el pecado, no solamente el pecado de las gentes, sino
también el de Nehemías. Si usted tiene hijos, usted probablemente sabe que ellos están
muy prestos para confesar los pecados de sus hermanos y hermanas, pero Nehemías
establece un patrón diferente. Él dice, en efecto, “La primera cosa que yo quiero que el
Señor sepa es que hemos pecado”. No estamos hablando de aquellos pecadores por allá,
sino de nosotros aquí.
¿Observa usted alguna conexión entre el hecho de que Nehemías se aboca en el
pecado después de haberse enfocado en la persona de Dios? Está muy claro, ¿no le
parece? El reconocimiento de nuestra pecaminosidad siempre viene después de que
hemos percibido la santidad de Dios. Verá usted, la razón por la que pensamos que
somos individuos muy capaces es porque realmente no sabemos con qué clase de Dios
estamos relacionados. Pero cuando llenamos nuestras mentes con el concepto de lo que
Dios es, entonces se revela nuestra verdadera condición.
Lea la Biblia con Espíritu de oración 93

Ponga mucha atención a los siguientes versículos porque en ellos se capta la


totalidad de la oración. Nehemías comenzó con adoración, centrándose en la persona de
Dios. Luego se movió a la confesión. Y ahora termina reclamando las promesas de Dios:
“Te ruego, oh Jehová, esté ahora atento tu oído a la oración de tu siervo, y a la
oración de tus siervos, quienes desean reverenciar tu nombre; concede ahora
buen éxito a tu siervo, dale gracia delante de aquel varón”. (1:11)
Nehemías se ha movido a lo que podemos llamar “petición”. Su foco está ahora
en las necesidades de su pueblo. Y al hacer su petición él se apoya en las promesas de
Dios. Es obvio que él era un buen estudiante de la Biblia, porque en los versículos 8-9 él
cita varios pasajes de los primeros cinco libros de la Biblia en donde Dios estableció las
condiciones para bendecir o castigar, con base en la fidelidad o infidelidad de su
pueblo. Nehemías le recuerda eso al Señor: “Bien, Señor. ¿Te acuerdas lo que
prometiste? Bien, pues te estoy pidiendo que lo cumplas”.
Ahí hay una gran lección. Ore siempre basado en las promesas de Dios. Después
de todo la cuestión con cualquier promesa es ¿Quién la hizo? Yo puedo decirle a usted,
“Juan, yo voy a darle diez millones de nuevos pesos para su ministerio”. Fantástica
promesa. Pero, ¿quién la hizo? Un tipo que probablemente no tiene ni mil nuevos pesos
en su bolsillo en este momento. Cuando una persona hace una promesa, siempre
pregunte, ¿Quién está haciendo la promesa?
¿Quiere usted aprender a orar? Nehemías le muestra cómo: Comience con
adoración. Concéntrese en quién es Dios. Eso le llevará a la confesión porque se verá
usted listo para presentar su petición a Dios.
A propósito, haga un estudio comparativo de pasajes tales como Éxodo 3 e Isaías
6. Usted encontrará este patrón para la oración desde Génesis hasta Revelación.

ESTUDIO BÍBLICO DE UN SALMO SATURADO DE ORACIÓN


Hay un maravilloso precedente para un estudio bíblico saturado de oración en el
Salmo 119. Éste, usted bien sabe, es el salmo más largo de la Biblia. De hecho tiene más
versículos (176) que cualquier otro capítulo del canon sagrado. Y cada uno de esos
versículos tiene algo que decir acerca de la Palabra de Dios, su propósito, su beneficio,
su valor, etc. De todo corazón le recomiendo que estudie este capítulo en detalle.
Un buen número de versículos tienen relación específica a la lectura de la Biblia
con un espíritu de oración. Por ejemplo, el salmista usa la palabra al alabar a Dios (v.12);
pide a Dios que le ayude a ser un lector que observe lo que lee (v.18); comprensión de la
verdad divina (vs.27, 34); ayuda para aplicar esa verdad a su vida (vs. 33, 35-36, 133);
señala que la ley de Dios está siendo quebrantada, y por lo tanto, es tiempo para que
Dios actúe (v.126); ruega misericordia con base en el carácter (v.132); fundamenta su
petición en las promesas de Dios (vs. 169-170), y termina pidiendo perdón después de
reflexionar en los mandamientos de Dios (v.176).
94 Paso 1: Observación

Qué brillante ejemplo de un estudio bíblico saturado de oración. Imagínese lo


que podría suceder si los cristianos de hoy en día nos acercásemos a la Palabra con esta
actitud.

¡AHORA ES SU TURNO!
De todas las estrategias para ser un lector eficaz de la Biblia probablemente la de
hacerlo con un espíritu de oración sea la que necesite ser más cultivada. A continuación
encontrará tres proyectos para ayudarle a arrancar:
Salmo 23
El Salmo 23 puede ser el pasaje más famoso de las Escrituras, y con justa razón:
pinta un hermoso cuadro de la tierna relación entre Dios y uno de sus hijos. Usted
puede convertir este salmo en una oración personal insertando su nombre dondequiera
que vea un pronombre personal como “yo”, “mi” y “me”.
Isaías 40:28-31
Aquí está otro pasaje que usted puede convertir en su propia oración. Vea las
tremendas promesas de Dios en este texto. ¿Necesita usted que Él cumpla lo que Él aquí
ofrece en su vida personal? Convierta este pasaje en su propia oración pidiendo a Dios
que haga justamente eso.
Filipenses 4:8-9
Aquí está otro conjunto de promesas --y condiciones-- que usted puede leer y
estudiar con un espíritu de oración. Revise la lista de cualidades que Pablo menciona
aquí y pregúntese: ¿Cuáles son algunas ilustraciones de estas cualidades en mi vida?
Luego con base en el versículo 8, ¿Qué necesito comenzar a practicar a fin de conocer la
paz de Dios? Hable con Dios acerca de las cosas mencionadas en estos versículos y de
sus respuestas para con ellos. ¿Dónde necesita Él cambiarle? ¿Qué actitudes y
pensamientos necesita que Él le ayude a cultivar?
13
LEA LA BIBLIA
CON IMAGINACIÓN
Es triste pero es cierto que la persona promedio piensa que leer la Biblia es
inevitablemente aburrido. De hecho, la única cosa más aburrida sería escuchar a alguien
enseñar de la Biblia. Aún así, yo estoy convencido de que la razón por la cual las
Escrituras les parecen aburridas a muchas personas es porque se allegan a la Biblia
pensando en que la lectura va a ser aburrida. Cuán diferentes serían las cosas sí
utilizáramos la sexta estrategia para ser un lector eficaz de la Biblia. Estamos hablando
de:

LEER LA BIBLIA CON IMAGINACIÓN


“¿Por qué no lee usted la Biblia?” Le he preguntado yo a muchas personas.
“¿La Biblia?” responde con incredulidad. “Vamos, yo tengo muchas cosas más
importantes a que dedicar mi tiempo”. Le queda a uno la impresión que si se les
entregase una Biblia le soplarían para quitarle el polvo antes de abrirla.
Y esto no debería sorprendernos. A menudo, cuando estudiamos la Biblia,
utilizamos los enfoques más trillados y poco imaginativos posibles. Por ejemplo,
¿cuántas veces ha estado usted en un grupo en el que el líder dice, “Vamos a abrir en el
pasaje tal y tal”. Usted espera mientras que todos encuentran el pasaje. Y eso se lleva un
rato.
Luego el líder dice, “Bien, vamos a leer este pasaje juntos. Jaime, ¿por qué no
comienzas con el versículo 1. Luego Susy toma el 2, y así hasta que demos la vuelta”.
Así que Jaime comienza. Desafortunadamente él no es muy bueno para leer, y
trae una antigua versión con palabras arcaicas y difíciles de pronunciar. Se va
tropezando por todo el texto sin la menor consideración de la entonación o de la
puntuación, hasta que al fin termina su parte. Para cuando esto sucede, todo mundo ya
está desconectado.
Luego sigue Susy, y ella trae una versión moderna, parafraseada, y nadie puede
seguirla en la lectura. La verdadera catástrofe llega cuando la siguiente persona lee el
versículo 3, sólo que el versículo 3 de otro capítulo. Y así continua la cosa. Al terminar la
lectura nadie tiene la más remota idea de lo que el pasaje realmente dice. Pero no
importa, --la mayor parte de las gentes ya se ausentaron mentalmente.
96 Paso 1: Observación

Por contraste, nuestra iglesia tuvo una vez un pastor quien era un maestro en el
arte de presentar la Escritura en forma dramática. Él tenía ciertos antecedentes teatrales
y los usaba con mucha ventaja. Frecuentemente asumía el papel de un personaje. Hacía
estudios de todo tipo para darnos un buen marco cultural e histórico del pasaje, y luego
narraba la historia del personaje usando la primera persona, con lenguaje simple como
el que se usa todos los días.
Como resultado de ello para el momento en que terminaba su representación
nosotros no solamente habíamos sido involucrados en la narración sino también
habíamos sido instruidos. Nuestra imaginación entraba en acción y nos introducíamos a
la época, al personaje y a la situación. Entendíamos así cómo la verdad bíblica y la
experiencia humana podían mezclarse.
Una de las cosas que me encantaría que más personas hicieran cuando estudian
la Biblia es que oraran esta pequeña oración: “Señor, haz que los hechos sean
fascinantes. Ayúdame a meterme dentro de la piel de estos personajes, para ver a través
de sus ojos, sentir con sus dedos, entender con su corazón y comprender con sus
mentes”. La Palabra de Dios tomaría así nueva vida delante de nosotros.
A continuación presento cinco sugerencias para leer la Biblia con imaginación.
Haga uso de diferentes traducciones y paráfrasis
Mencionaré esto una y otra vez. El leer de diferentes versiones de la Biblia es una
excelente forma de estimular nuestra imaginación.
Realmente es una bendición el tener tantas traducciones y versiones el día de
hoy. Hasta hace poco tiempo los cristianos no tenían sino solo una versión para leer. De
hecho, antes de la traducción de John Wycliffe en 1382 no había ninguna (este dato se
refiere a la primera traducción al inglés). Pero gracias al avance de nuestra comprensión
del hebreo y griego antiguos, hoy tenemos traducciones extraordinariamente exactas, y
algunas de ellas muy fáciles de leer.
Una de mis favoritas es El Nuevo Testamento en Inglés Moderno (Edición
Revisada). Phillips tiene un estilo que fluye y que captura en forma excelente la
atmósfera del texto.
Por ejemplo, comparemos como se presenta el encuentro de Pablo con los
filósofos atenienses (Hechos 17:16 al 21) en la antigua versión Reina - Valera, revisión
1960, en contraste con la Versión Popular del Nuevo Testamento “Dios Llega al
Hombre”.
Aquí está la versión Reina- Valera:
“Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu se enardecía viendo la
ciudad entregada a la idolatría. Así que discutía en la sinagoga con los judíos y
piadosos, y en la plaza cada día con los que concurrían. Y algunos filósofos de los
epicúreos y de los estoicos disputaban con él; y unos decían: ¿Qué querrá decir
este palabrero? Y otros: parece que es predicador de nuevos dioses; porque les
Lea la Biblia con imaginación 97

predicaba el evangelio de Jesús, y de la resurrección. Y tomándole, le trajeron al


Areópago, diciendo: ¿Podremos saber qué es esta nueva enseñanza de que
hablas? Pues traes a nuestros oídos cosas extrañas. Queremos, pues, saber qué
quiere decir esto. (Porque todos los atenienses y los extranjeros residentes allí, en
ninguna otra cosa se interesaban sino en decir y oír algo nuevo)”.
Compárela ahora con la versión “Dios Llega al Hombre”:
“Mientras Pablo esperaba a Silas y Timoteo en Atenas, se sentía muy inquieto al
ver la ciudad tan llena de ídolos. Por eso, hablaba en la sinagoga con los judíos y
con otros que adoraban a Dios, y cada día hablaba en la plaza con los que se
encontraban allí. Algunos de los hombres que estudiaban las enseñanzas de los
que se llamaban epicúreos, y otros que estudiaban las enseñanzas de los estoicos,
comenzaron a hablar con él. Algunos decían: ¿Qué nos dirá este hombre que
habla tanto? Y otros decían: Parece que es propagandista de otros dioses. Esto
decían porque Pablo les predicaba el mensaje de Jesús y de la resurrección.
Entonces lo llevaron a un lugar llamado el Areópago, donde acostumbraban
reunirse en consejo, y le preguntaron: ¿Podemos nosotros saber qué es esta nueva
enseñanza que traes? Pues nos dices cosas extrañas, y queremos saber qué
significa todo esto. Porque todos los de Atenas, y también los extranjeros que
vivían allí, no se ocupaban en otra cosa más que oír y decir algo nuevo”.
¿Ve usted cuán llena de imaginación es la Versión Popular? Si a usted ya le ha
aburrido la sobreexposición a una traducción o versión específica de la Biblia, le invito a
buscar una nueva que estimule su mente.
Escriba el texto con sus propias palabras
Esta es una extensión de lo que acabamos de ver. Los traductores tienen que usar
mucha imaginación para presentar el texto original de las Escrituras en el idioma al que
están traduciendo. A usted también se le presentará un desafío al escribir el texto que
lee con nuevas palabras que tengan más sentido para usted.
Por ejemplo, en la versión de Hechos 17:16 de la versión Reina - Valera que
acabamos de transcribir, los traductores describen los sentimientos de Pablo ante la
idolatría con las palabras “su espíritu se enardecía”. La otra traducción dice “se sentía
muy inquieto”. ¿Cómo lo diría usted? ¿Qué estaba realmente molesto? ¿Qué estaba
fastidiado? ¿Qué se le revolvía el estómago? ¿Qué se jalaba el cabello en desesperación?
Intente escribir Hechos 17:16-21 en sus propias palabras. Vea sí no enciende su
creatividad e interés en el texto.
Lea la Biblia en otro idioma
Si usted sabe otro idioma aparte del materno, lea una traducción de la Biblia en
ese idioma. Verá cuantas cosas descubre en ese texto. Este enfoque tiene las mismas
ventajas que el usar diversas traducciones y paráfrasis.
98 Paso 1: Observación

Haga que alguien le lea el texto en voz alta.


Mencioné en un capítulo anterior que la voz humana tiene la característica de
darle vida a la palabra escrita. Haga que sus hijos lean las historias bíblicas en voz alta.
Y si usted conoce un estudiante extranjero o a alguna persona que creció en una cultura
diferente a la suya, invítela a casa y pídale que le lea el texto en voz alta. El acento
vestirá el pasaje en ropas totalmente diferentes, lo cual será una gran ventaja.
Déle variedad a su ambiente
Yo creo firmemente en la importancia de tener un lugar y hora fijos para estudiar
la Biblia, pero si usted quiere encender las brasas de su imaginación, explore diversos
ambientes en los cuales leer la Palabra.
Por ejemplo, muchas de las parábolas de Jesús fueron dadas junto al Mar de
Galilea. De modo que si usted vive cerca de un lago o en la costa, considere la
posibilidad de ir allí con su Biblia y al leerla reflexionar en las enseñanzas del Señor. Así
mismo, muchos de los Salmos fueron escritos por David cuando él andaba por los
campos pastoreando sus ovejas. Tal vez usted podría salir al campo e invertir un poco
de tiempo estudiando estos pasajes.
La idea aquí es hacer lo que sea necesario para ver la Palabra desde una
perspectiva diferente. Si nosotros siempre leemos la Biblia en la misma forma y en el
mismo lugar una y otra vez, corremos el riesgo de convertirlo en un ejercicio rutinario
con muy poco o nada de interés para nosotros. Qué tragedia, especialmente cuando
consideramos que las más grandes obras artísticas y musicales fueron producidas por
personas que aprendieron a leer la Biblia con imaginación.

¡AHORA ES SU TURNO!
Aquí está una oportunidad para incrementar su creatividad. Vea lo que puede
hacer con estos proyectos de lectura bíblica con imaginación.
Hechos 16:16-40
Esta es una vívida narración de la visita de Pablo y Silas a Filipos. Lea y observe
los eventos narrados en esta sección y luego haga una dramatización de ellos con sus
amigos o familiares.
Salmo 19
Este Salmo alaba las obras de Dios y Su Palabra. Obsérvelo cuidadosamente y
luego trate de parafrasearlo para una clase de Física o de Filosofía en la Universidad.
I de Samuel 17
Esta es la narración épica de David y Goliat. No obstante, aunque la mayor parte
de las personas conocen la historia, muy pocos saben lo que realmente sucedió en ella.
Lea el capítulo cuidadosamente y luego escríbalo de una manera que se relacione con
una pandilla de jóvenes de una gran ciudad.
Lea la Biblia con imaginación 99

Hechos 15:22-29
Lucas reproduce una carta que el concilio de Jerusalén envió a los nuevos
creyentes de Fenicia y de Samaria. Estudie cuidadosamente el contexto y luego escriba
este pasaje como un fax a un grupo de nuevos creyentes que se reúnen en el centro de la
ciudad donde usted vive.
14
LEA LA BIBLIA CON UN
ESPIRITU DE MEDITACIÓN

La séptima estrategia para llegar a ser un lector eficaz de la Biblia es difícil para
la mayoría de nosotros. Consiste en:
LEER LA BIBLIA CON ESPÍRITU DE MEDITACIÓN
En otras palabras, aprenda a reflexionar en lo que lee. Eso es difícil porque la
mayoría de nosotros estamos viviendo “en el carril de alta velocidad”. Antaño, si la
gente perdía la diligencia decían: “Está bien. No hay problema. La tomaremos el mes
próximo”. Hoy en día, si perdemos una vuelta de la puerta giratoria nos da un ataque.
Como resultado de ello la lectura bíblica con un espíritu de meditación ha
perdido popularidad. A veces cantamos ese Salmo que dice “Pacientemente esperé a
Jehová”, pero me temo que no lo practicamos, y creo que se por qué. Queremos que el
Señor haga cosas para nosotros pero no queremos esperar pacientemente; queremos
que las haga “¡pero ya!” Lo cierto es que vivimos en un mundo instantáneo. ¿Quiere ver
televisión? Aprieta un botón e instantáneamente tiene sonido y color. ¿Quiere café?
Simplemente disuelve un polvito en agua hirviendo y ya tiene su café. Pero no hay en el
mercado un producto que se llame “espiritualidad instantánea”.
Es por eso que la Palabra de Dios habla con mucha frecuencia acerca de la
meditación. Yo quiero darle cinco pasajes para abrirle su apetito respecto de esto.
Josué 1:8
“Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche
meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está
escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien”.
Ese verso muestra que hay una estrecha relación entre meditar en la Palabra de
Dios y actuar conforme a ella. Esta va a ser la clave cuando lleguemos al Paso Tres,
Aplicación. Aquí solamente quiero señalar la frecuencia con la que la verdad bíblica
debe impregnar nuestra mente: “de día y de noche”. Eso me lleva a preguntar, ¿qué
porción de la Escritura estaba en mi mente esta mañana al iniciar el día? ¿Y en cuál
pensaba mientras estaba trabajando, o mientras iba a casa? O para acabar pronto,
¿Cuándo fue la última vez que medité conscientemente en los principios y las verdades
bíblicas?
Lea la Biblia con Espíritu de meditación 101

Proverbios 23:7
Un día estaba yo leyendo el libro de Proverbios cuando una frase saltó de la
página: “Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él”. Eso realmente me
impactó, tal vez porque acababa de ver un letrero en una oficina, que decía “Tu no eres
lo que piensas, eso eres”. La Biblia nos enseña el principio básico de que uno llega a ser
lo que piensa. Así que cuidado con lo que piensa.

Salmo 1:1-2
El Salmo 1 tiene un mensaje similar:
“Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos,
Ni estuvo en camino de pecadores,
Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
Sino que en la ley de Jehová está su delicia,
Y en su ley medita de día y de noche”.
Aquí está otra vez ese modelo “de día y de noche”. Eso es lo típico de la
meditación. No es algo que uno lleve consigo durante unos minutos y luego lo borra de
la lista. Es una disciplina mental que uno pone en práctica al través de todo el día. Es un
marco mental y un estilo de vida en el cual la Palabra surca su mente.
Eso es lo que hace de la meditación bíblica algo totalmente diferente de la
meditación que conocemos en nuestra sociedad. La meditación tal y como la enseñan
las filosofías orientales le dice a la persona que vacíe su mente exactamente lo opuesto a
lo que la Escritura nos dice. La meditación bíblica significa llenar nuestra mente con la
verdad que Dios ha revelado.
Salmo 119:97
El Salmo 119 refuerza la idea al exclamar el salmista,
¡Oh, cuánto amo yo tu ley!
Todo el día es ella mi meditación.
¿Se ha dado usted cuenta de que la mayoría de nosotros desperdiciamos
muchísimo tiempo? Tiempo haciendo cosas rutinarias: esperando en la línea telefónica a
que nos contesten, haciendo fila ante algún mostrador, manejando rumbo al trabajo, etc.
Yo le pregunté a un amigo en Los Ángeles, California, cuánto tiempo invertía de ida y
vuelta al trabajo. “Una hora y media de ida y el mismo tiempo de regreso”, me
respondió. Tres horas diarias cinco días a la semana, y a veces seis. Eso es muchísimo
tiempo. Millones de personas invierten esa cantidad de tiempo --y a veces más-- yendo
y viniendo del trabajo.
102 Paso 1: Observación

La pregunta es, ¿qué están haciendo con sus mentes durante ese tiempo?
Sospecho que la mayor parte de ellos van manejando con sus mentes en blanco,
escuchando el radio y enojándose con los otros automovilistas a su alrededor. Pero que
fantástica oportunidad para poner nuestras mentes a trabajar.
Por eso es que yo he comenzado a escuchar grabaciones de la Biblia cuando ando
de viaje, como lo mencioné en el capítulo 9. Es increíble lo que hace para mí el escuchar
la Palabra de Dios, especialmente al prepararme para las actividades del día. Hace que
la verdad impregne mi corazón.
Salmo 19
El Salmo 19 ofrece una profunda percepción de la Escritura. Es necesario que
usted estudie ese pasaje. Se enfoca en la Palabra de Dios y le dice cuáles son sus
características: “La ley de Jehová es perfecta… El testimonio de Jehová es fiel… Los
mandamientos de Jehová son rectos”, y mucho más (versos 7-8).
También le dice cuáles son los efectos que produce la Palabra. Por ejemplo,
“convierte el alma”. ¿Se ha sentido alguna vez como que ya no tiene combustible? La
Palabra de Dios puede hacerle arrancar de nuevo. También “hace sabio al sencillo”. No
importa si usted es graduado de la Universidad o no, o cuál es su coeficiente intelectual.
Lo que importa es que tan dispuesto está usted a ser enseñado, y a permitir que la
Palabra de Dios programe su mente con la sabiduría que proporciona.
El clímax del Salmo es la oración,
“Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi
corazón delante de ti,
Oh Jehová, roca mía y redentor mío (verso 14) “.
Esa es una oración reveladora. Nos muestra que el salmista consideraba la
meditación como una necesidad absoluta de su vida espiritual. Pero si ese era el caso
con él en su día, cuánto más esencial debe serlo para nosotros que vivimos en esta
generación enfrentando las presiones de nuestra sociedad. Necesitamos saturar
nuestras mentes con la Palabra de tal forma que nuestras palabras y nuestros
pensamientos sean agradables delante de Dios.
Use su tiempo, al iniciar su día, durante el receso para café, durante su hora de
comida, regresando a casa del trabajo, antes de irse a dormir por la noche, para
reflexionar sobre la verdad que estudia.
Para ser honesto, los más grandes cambios que Dios ha producido en mi vida
han venido al través del proceso de meditación; simplemente permitir que la Palabra de
Dios se filtre a través de mi mente y de toda mi vida. He aprendido que un buen lector
de la Palabra de Dios se especializa no es las instantáneas, sino en las exposiciones de
tiempo.
Lea la Biblia con Espíritu de meditación 103

¡AHORA ES SU TURNO!
Si usted no está habituado a leer la Biblia con un espíritu de meditación, aquí le
ofrezco una sugerencia para empezar: escoja un día en que usted pueda apartarse de su
rutina (no trabajo, no interrupciones, no compromisos. Tal vez usted tenga un lugar
favorito en el campo, en la costa, o tal vez tenga acceso a una cabaña junto a un lago.
Dondequiera que sea, encuentre un lugar en donde pueda pasar varias horas a solas.
Dedique su tiempo a meditar sobre Juan 4:1-42, la narración de la visita de Jesús
a Samaria. Comience pidiendo a Dios que le ayude a discernir Su Palabra y que le
muestre cómo aplicarla. Luego lea el pasaje varias veces. Utilice las sugerencias
formuladas en el capítulo 9 (Leer la Biblia en Forma Repetitiva).
Examine las secciones antes y después de Juan 4 para ubicarlo en contexto. Luego
lea cuidadosamente el pasaje para responder preguntas como: ¿Quiénes son los
personajes de esta historia? ¿Quiénes eran los samaritanos? ¿Por qué era poco usual que
Jesús hablase a esta mujer? ¿Cuál fue la reacción de sus vecinos? ¿Y la de los discípulos?
¿Qué les dijo Jesús cuando volvieron de la ciudad? ¿Qué lecciones enseña este pasaje
acerca de hablarles del evangelio a otras personas?
Una vez que tenga una buena comprensión de la historia, piense acerca de las
implicaciones que podría tener para con usted. Por ejemplo, ¿de qué tipo de personas se
mantiene usted a distancia usualmente? ¿Por qué? ¿Cómo cree usted que estas personas
responderían al evangelio? ¿Hay algo que usted pudiera hacer o decir para ayudarles a
acercarse un poco más a Cristo y finalmente confiar en Él? Cuando se hable de
evangelismo personal, ¿es usted un sembrador o un segador (vv.36-38)? ¿O no es
ninguno de los dos? ¿Con cuál de los personajes de la historia se identifica usted más?
¿Por qué?
¿Cómo fue que usted conoció a Jesucristo? ¿Quién le habló a usted acerca de Él?
¿Cuál fue su respuesta inicial? ¿A quién le ha hablado usted acerca de Jesús? ¿Qué dijo
usted? ¿Cuál fue la respuesta? ¿Hay algunos principios en esta historia que usted
podría utilizar la próxima vez que usted le hable a alguien acerca de Cristo?
Usted puede pensar en preguntas adicionales. La meta es masticar bien la
Palabra, profundizar en ella y examinarse a sí mismo buscando maneras de aplicar la
Palabra de Dios. Asegúrese de tomar nota escrita de todo lo que usted observe en el
pasaje, así como de sus conclusiones. Y no olvide invertir tiempo en la oración. Con
base en lo que usted ha estudiado y meditado, ¿qué le está diciendo el Señor? ¿Qué
necesita usted decirle a Él? ¿Dónde necesita usted sus recursos y ayuda? ¿Qué tipo de
oportunidades para el evangelismo personal le gustaría a usted que Él le presentase?
15
LEA LA BIBLIA
CON PROPOSITO

¿Recuerda II de Timoteo 3:16-17, un pasaje que vimos en el capítulo 2? Dice que


toda la Escritura es dada por inspiración divina y es “útil”. En otras palabras, sirve para
un propósito de hecho, sirve para cuatro: enseñar, redarguir, corregir e instruir en
justicia. Esto nos sugiere una octava estrategia para una buena lectura de la Escritura:

LEER LA BIBLIA CON PROPÓSITO


La lectura con propósito busca el objetivo del autor. No hay un solo versículo de
la Escritura que esté allí por accidente. Cada palabra contribuye al significado. Su reto
como lector es discernir ese significado.
¿Cómo se puede hacer eso? Una de las claves es buscar la estructura. Cada libro
de la Biblia tiene tanto estructura gramatical como literaria. Veamos esto en acción y
consideremos cómo contribuyen al significado.

PROPÓSITO A TRAVES DE LA ESTRUCTURA GRAMATICAL


Muchos autores bíblicos comunican su pensamiento a través de una gramática
cuidadosamente seleccionada. Sé que hay una tendencia que va en aumento a no darle
importancia a la gramática. Pero la Biblia no es tan descuidada en la elección de
palabras y de su orden. De hecho, la gramática es determinante para la doctrina. Así
que necesitamos poner cuidadosa atención a las siguientes funciones gramaticales del
texto.
Verbos
Los verbos son críticos. Son las palabras de acción que nos dicen quién está
haciendo qué. Por ejemplo, en Efesios 5:18 Pablo escribe, “Sed llenos del Espíritu”. El
verbo “sed llenos” es pasivo. El no dice “Llénense ustedes con el Espíritu”. Nos desafía
a estar abiertos al control del Espíritu Santo, que cedamos a su voluntad. Esa es una
observación importante porque Efesios nos dice cómo identificar la vida en el Espíritu
cuando ésta se manifiesta en la Iglesia.
Lea la Biblia con propósito 105

QUE ENCONTRAR EN LA BIBLIA

El camino de la SALVACIÓN Juan 3:3


Juan 3:16
Romanos 10:9
PAZ en tiempo de ansiedad Filipenses 4:6, 7
Juan 14

VALOR en tiempo de miedo Hebreos 13:5, 6


2 Corintios 4: 8-18

SOCORRO en tiempo de sufrimiento 2 Corintios 12: 8-10


Hebreos 12: 3-13

DIRECCIÓN en tiempo de decisión Santiago 1:5, 6


Hebreos 4:16

DESCANSO en tiempo de cansancio Mateo 11: 28-30


Romanos 8: 31 -39

CONSUELO en tiempo de tristeza 2 Corintios 1:3-5


Romanos 8: 26-28

FUERZA en tiempo de tentación Santiago 1: 12-16


1 Corintios 10: 6-13

ALABANZA en tiempo de gratitud 1 Tesalonicenses 5:18


Hebreos 13:15

GOZO en tiempo de perdón 1 Juan 1: 7-10


106 Paso 1: Observación

Otro uso interesante de los verbos lo encontramos en Génesis 22:10, donde


Abraham lleva a su hijo Isaac al Monte Moriah para ofrecerlo en sacrificio: “Y extendió
Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo”.
En la traducción no se puede detectar, pero un comentario bíblico le diría, que los
verbos aquí indican un acto terminado, como si Abraham ya hubiese matado a su hijo.
En su mente, la encomienda está terminada; Abraham ya ha obedecido a Dios al
máximo. Esto es fundamental para entender el propósito del escritor. Nos está
mostrando la fe de Abraham, fe demostrada por una obediencia total. Como Pablo diría
más tarde en el Libro a los Romanos, la confianza de Abraham en Dios era tal que aún
sacrificando a su hijo, Dios le levantaría de entre los muertos para preservar su
descendencia (4:16-21).
Sujeto y Objeto
El sujeto de la oración lleva a cabo la acción y el objeto la recibe. Es muy
importante no confundirlos. Filipenses 2:3 nos exhorta, “Estimando cada uno a los
demás como superiores a él mismo”. El orden es decisivo. “Estimado” es el verbo;
“cada uno” es el sujeto; “a los demás” es el objeto directo. Pablo está escribiendo
palabras de estímulo acerca de la humildad de Cristo la cual debería caracterizar las
relaciones entre creyentes.
Un versículo relacionado sería Gálatas 6:4 “Así que, cada uno someta a prueba su
propia obra, y entonces tendrá motivo de gloriarse sólo respecto de sí mismo, y no en
otro”. Este debe ser el “versículo lema del inspector de frutos”, porque muchos de
nosotros tenemos la tendencia a inspeccionar el fruto espiritual de otras personas,
cuando en realidad necesitamos poner más atención a nuestro propio fruto.
Nuevamente, el verbo es “someter a prueba”; el sujeto es “cada uno”, y por
inferencia podríamos ampliarlo a “cada uno de vosotros los creyentes”; el objeto directo
es “su propia obra”. De manera que Pablo está recomendándonos algo de reflexión
personal, la cual tiene un peso considerable en esta parte de la Epístola a los Gálatas. Él
está hablando acerca de los creyentes que intervienen con otros creyentes cuando estos
han pecado.
Modificadores
Los modificadores son palabras descriptivas como los adjetivos y los adverbios.
Ellos incrementan el significado de las palabras que modifican, y a menudo implican
una gran diferencia. Por ejemplo, en Filipenses 4 Pablo agradece a los filipenses por un
regalo que le habían enviado. No sabemos exactamente cual fue el regalo, sin embargo,
Pablo estimula a aquellos que lo enviaron con la promesa “Mi Dios, pues, suplirá todo
lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”. (Verso 19).
Este versículo es extraído de su contexto en forma rutinaria para hacerlo decir
que Dios promete suplir todos nuestros deseos en lugar de todas nuestras necesidades.
Pero este versículo nunca tuvo la intención de estimular el materialismo. Esta es la
declaración de Pablo de su confianza en la provisión de Dios. ¿Qué tanta confianza
Lea la Biblia con propósito 107

tenía? El modificador “todo” es definitivo: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta”,
literalmente “todas vuestras necesidades”. Él no nos estafa. Él no solamente suple lo
que necesitamos. Él suple todo lo que necesitamos.
Frases preposicionales.
Las preposiciones son esas palabritas que le dicen dónde está teniendo lugar la
acción: en, entre, sobre, a, hacia, etc. Considere unas cuantas de las muchas frases
preposicionales que aparecen en las Escrituras y podrá ver lo importante que es
tomarlas en cuenta: “en Cristo”, “en el principio”, “por el Espíritu”, “conforme al
Espíritu”, “en la carne”, “bajo la ley”, “por fe”, “conforme a la Palabra del Señor”.
Conectores.
Dos de las más poderosas palabras en la Biblia son “y” y “pero”. Nosotros ya
vimos lo importante que era la palabra pero en Hechos 1:8. Examine ahora II de Samuel
11:1; I de Juan 3:17; Lucas 22:26; y Números 13:31 (en estas dos últimas citas el “más”
equivale a “pero”), y verá usted algunas ilustraciones del significado de esta pequeña
preposición.
“Y” es igualmente crucial “Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las
peticiones de tu corazón” (Salmo 37:4); “Permaneced en mí, y yo en vosotros” (Juan
15:4); “a Pablo y a Bernabé” (Hechos 13:42-43); “Acercaos a Dios, y él se acercará a
vosotros” (Santiago 4:8).
Otro conector importante es “por tanto” o “así pues”. Siempre que usted vea una
expresión así, lea un poco más atrás y vea porque está allí la expresión. Romanos está
llena de “por tantos”, puesto que Pablo está maniobrando al través de un argumento
muy estructurado. Los profetas del Antiguo Testamento usan el “por tanto” en forma
abundante. Una y otra vez manifiestan su acusación en contra del pueblo, y luego
claman, “por tanto, así dice el Señor”.

PROPÓSITO A TRAVES DE LA ESTRUCTURA LITERARIA


Además de las cuestiones gramaticales, los escritores bíblicos hacen uso de la
estructura literaria para comunicar sus propósitos. No importa que usted no tenga
mucha experiencia como lector, probablemente está familiarizado con la estructura
literaria. Los libretos de los programas de televisión usan las mismas estructuras una y
otra vez.
Por ejemplo, piense cuántos programas de acción o de misterio hacen uso de esta
estructura: (1) Introducción de los personajes y ambientación; (2) Se comete el delito,
normalmente robo u homicidio; (3) El protagonista investiga; (4) Los criminales evaden;
(5) Sobreviene una crisis, tal como una persecución en automóvil o un tiroteo, y (6)
solución; los delincuentes son llevados presos y el protagonista se queda con la
muchacha. Esa es una estructura común para los programas de televisión.
108 Paso 1: Observación

La Biblia tiene estructura literaria también, aunque normalmente es un poco más


sofisticada. Cuando lleguemos al Paso Dos, Interpretación, veremos cómo diferentes
tipos de literatura utilizan diversos tipos de estructura literaria. Pero por el momento
aquí están cinco tipos para observar.
Estructura Biográfica.
La estructura biográfica, comúnmente encontrada en los libros narrativos,
desarrolla el carácter del personaje clave de la historia. Como señalamos anteriormente,
Génesis 12-50 se centra en las experiencias de cuatro patriarcas, Abraham, Isaac, Jacob y
José. Jueces se estructura alrededor de los líderes de Israel en el período entre Josué y el
primer rey de la nación, Saúl. En I y II de Samuel, la narración se mueve de Samuel a
Saúl y a David. En el Libro de los Hechos, Pablo es el que encabeza la acción en la
segunda parte del libro.
Estructura Geográfica
Aquí el lugar es la clave. La estructura de Éxodo depende fuertemente de los
lugares que el pueblo de Israel visitó en su camino de Egipto a la Tierra Prometida.
Estructura Histórica.
Los eventos clave son la base de la estructura histórica. El libro de Josué es un
buen ejemplo. El libro se inicia cuando Josué recibe su comisión de parte del Señor.
Luego el pueblo cruza el Jordán. Luego toman la ciudad de Jericó. Luego son
derrotados en Hai. Y así sucesivamente a través de todo el libro mientras el pueblo
entra y toma posesión de la tierra.
El libro de Juan también usa la estructura histórica para enfatizar su punto. El
evangelio presenta siete milagros clave que promueven un propósito central:
“Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las
cuales no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que creáis que
Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su
nombre”. (20:30-31)
Uno de los más interesantes usos de la estructura histórica ocurre en el libro de
Revelación. Juan nos dice desde el principio que el libro registra una visión que Dios le
dio después de haber sido exiliado a la isla de Patmos. En la visión tienen lugar
sorprendentes eventos de proporciones globales, y la narración avanza de incidente en
incidente hasta que llega a su clímax en el capítulo 21 con la presentación de nuevos
cielos y nueva tierra.
Estructura Cronológica.
Íntimamente relacionada con la estructura histórica está la estructura
cronológica, donde un autor organiza su material en derredor de ciertas fechas clave.
Hay una progresión en el tiempo; los eventos de la historia tienen lugar en secuencia. I
y II de Samuel utilizan la estructura biográfica, como lo señalé anteriormente, pero
también utilizan la estructura cronológica. La narración se mueve como si fuera un
Lea la Biblia con propósito 109

diario que registra los primeros tiempos del reino de Israel. Incidente tras incidente se
inicia con la palabra “Aconteció…”, o “Después…”
Estructura Ideológica
La mayor parte de las cartas de Pablo a las Iglesias están estructuradas en
derredor de ideas y conceptos. La carta a los Romanos es un ejemplo clásico de esto.
Presenta argumentos vigorosos y completos a favor de una idea principal, como la del
resumen del verso 1:16: “El evangelio es poder de Dios para salvación”. Al presentar su
caso, Pablo elabora sobre conceptos tales como pecado, ley, fe, gracia y vida en el
Espíritu.
La estructura ideológica facilita el bosquejar un libro. Una vez que usted entiende
el tema y el propósito central del libro, usted puede determinar lo que cada parte
contribuye a la comprensión de ese tema y propósito.

LA BÚSQUEDA DEL SIGNIFICADO


El detectar la estructura es un paso crítico en el proceso de estudiar la Biblia.
Cuando lleguemos a la Interpretación, preguntaremos, ¿qué significa este versículo?
Pero jamás podremos contestar correctamente esa pregunta de observación, ¿qué es lo
que veo? La estructura es la puerta para entender el propósito de un autor.
¡AHORA ES SU TURNO!
Los libros de la Biblia están llenos de declaraciones que expresan el propósito de
los autores. Juan 20: 30, 31 constituyen uno de los más claros ejemplos. Otros no son tan
obvios. Pero un lector que observa podrá normalmente encontrarlos. A continuación
presentamos diez declaraciones de propósito. Lea cada una de ellas cuidadosamente, y
luego examine superficialmente el resto del libro en el que se encuentra. Vea cómo el
escritor logra su propósito en la forma en que presenta su material.
Deuteronomio 1:1; 4:1; 32:44-47
Proverbios 1:1-6
Eclesiastés 1:1-2; 12:13-14
Isaías 6:9-13
Malaquías 4:4-6
Lucas 1:1-4
II Corintios 1:8; 13:1-10
Tito 1:5; 2:15
II Pedro 3:1-2
I Juan 5:13
110 Paso 1: Observación

LAS LEYES DE LA ESTRUCTURA


LEY DESCRIPCIÓN EJEMPLOS
Causa y efecto Un evento, concepto o Marcos 11:27, 12: 44
acción que provoca
Romanos 1:24-32; 8:18-30
otro(términos clave: por
tanto, así que, entonces,
como resultado)
Clímax Una progresión de eventos Éxodo 40:34-35
o ideas que ascienden hasta II Samuel 11
llegar aun punto alto antes
de descender. Marcos 4:35- 5:43

Comparación Dos o más elementos que Salmo 1:3-4


son iguales o similares Juan 3:8, 12,14
(términos clave: como,
igual, también) Hebreos 5:1-10

Contraste Dos o más elementos que Salmo 73


son diferentes entre sí (pero, Hechos 4:32-5:11
aún, sin embargo)
Gálatas 5:19-23
Explicación o razonamiento La presentación de una idea Daniel 2, 4, 5, 7-9
o evento seguido de su Marcos 4:13-20
interpretación.
Hechos 11:1-18
Intercambio Cuando la acción, Génesis 37-39
conversación o concepto se I Samuel 1-3
mueve a uno diferente y
luego regresa al original. Lucas 1-2

Introducción y resumen Comentarios iniciales o Génesis 2:4-25; 3


finales sobre un tema o Josué 12
situación.
Mateo 6:1
Eje o pivote Un cambio repentino en la II Samuel 11-12
dirección o flujo del Mateo 12
contexto; un clímax menor.
Hechos 2
Proporción Énfasis indicado por la Génesis 1-11; 12-50
cantidad de espacio que el Lucas 9:51-19:27
Lea la Biblia con propósito 111

escritor dedica a un tema. Efesios 5:21-6:4


Propósito Una declaración de las Juan 20:30-31
intenciones del autor
Hebreos 1:8
Tito 1:1
Pregunta y respuesta El uso de preguntas o Malaquías
preguntas y respuestas.
Marcos 11:27- 12:44
Lucas 11:1-13
Repetición Términos o frases usadas en Salmo 136
dos o más ocasiones.
Mateo 5:21-48
Hebreos 11
De lo específico a lo general Progresión de pensamiento Mateo 6:1-18
y viceversa de un ejemplo singular a un
Hechos 1:8
principio general, o
viceversa. Santiago 2
16
LEA LA BIBLIA CON
EL PROPOSITO DE RETENERLA.
Una mañana hace varios años me levanté y me metí al baño, llené el lavabo con
agua y me preparé para rasurarme. Cuando quise meter mi rastrillo en el agua, descubrí
que no había agua. Bueno, pensé, es un poco temprano. De manera que llené de nuevo
el lavabo y continué rasurándome. Pero una vez más el agua desapareció. Tomé el
tapón del lavabo y al examinarlo cuidadosamente me dí cuenta que uno de mis
creativos hijos había tomado un pica hielo y le había hecho cinco preciosos agujeros en
forma de estrella.
Esa es una buena ilustración de lo que nos ha sucedido a muchos en el proceso
educacional. Tenemos hoyos en nuestras mentes y, como resultado, estas se han
convertido en resumideros. No retienen mucho, y lo que retienen no es muy valioso.
Podemos leer un libro y una semana después no nos acordamos de que se trataba.
Asistimos a una clase y al día siguiente no tenemos ni la más remota idea de lo que el
maestro expuso. Escuchamos un sermón el domingo por la mañana y para en la noche
ya no recordamos ni siquiera el texto en el que estaba basado. Es como si tuviéramos
mentes de Teflón: nada se les pega.
Pero tenemos que aprender un enfoque diferente si es que queremos
posesionarnos de la verdad bíblica. Necesitamos leer teniendo en mente la novena
estrategia para ser un lector eficaz de la Palabra de Dios:

LEER LA BIBLIA CON EL PROPÓSITO DE RETENERLA


Es decir, no solamente para recibirla sino para retenerla; no solamente para
percibirla sino para hacerla suya. Reclame el texto para sí. Hágalo de su propiedad.
¿Cómo puede eso suceder? La clave es una involucración activa y personal en el
proceso. Hay un antiguo proverbio que dice: “Escucho, y olvido. Veo, y recuerdo. Hago,
y entiendo”.
Los modernos psicológos respaldan esa verdad con información científica:
Recordamos cuando mucho 10 por ciento de lo que escuchamos; 50 por ciento de los
que vemos y oímos; pero el 90 por ciento de lo que hacemos, vemos y escuchamos.
A eso se debe que yo jamás he puesto un examen en ninguno de mis cursos de
Métodos de Estudio Bíblico durante los más de cuarenta años que los he estado
Lea la Biblia con el propósito de retenerla 113

ofreciendo. Los alumnos apenas si pueden creerlo. (Y muchos maestros aún no lo


pueden creer). Pero verá usted, yo prefiero que los estudiantes se involucren en el
proceso, el proceso de estudiar las Escrituras, y no que simplemente se preparen para
un examen. ¿Qué puede importarme el que un alumno saque un 100 en un examen? La
verdadera pregunta es: ¿puede el alumno trabajar con un texto de la Palabra a fin de
entenderlo, hacerlo suyo y aplicarlo a su vida?
En lugar de ponerles un examen final, yo les pido a mis alumnos que diseñen
una forma creativa para estudiar y presentar un pasaje. Pueden trabajar en forma
individual o equipos. En el último día de clase ellos presentan sus proyectos a todo el
grupo. Todavía no he encontrado un grupo que me desilusione.
Por ejemplo, un grupo de seis muchachos trabajó en una dramatización con base
en Hechos 1:8, en la cual ellos jugaron el papel de tres pares de pies que llevan el
evangelio hasta lo último de la tierra. Ellos hicieron uso de sus habilidades de escritores
para incluir un poco de humor y drama a fin de hacer que la audiencia pudiera
realmente penetrar en su mensaje.
Otro equipo desarrolló todo un programa de títeres para demostrar principios
bíblicos. He visto presentaciones audiovisuales, actos de magia, pinturas, etc. He
escuchado poemas, canciones, lecturas dramatizadas e historias cortas. Todas basadas
en las Escrituras. Todas fieles al texto.
Por favor escuche esto: estos no son trucos o estratagemas. Por supuesto que uno
puede usarlas de esa manera. Pero para los estudiantes involucrados, estos constituían
ejercicios de estudio bíblico con el propósito de posesionarse del material. Les garantizo
que si hiciéramos una encuesta de todos ellos el día de hoy, quienes realmente hicieron
un esfuerzo en la tarea aún podrían decirle no solamente lo que hicieron sino lo que
aprendieron al hacerlo. (¿Cuántas tareas puede usted recordar de sus tiempos de
estudiante de la preparatoria, la universidad, o aún del posgrado?).

INVOLÚCRESE EN EL PROCESO
En la misma forma, este libro tendrá valor para usted en el grado en que se
involucre en el proceso. ¿Qué importancia tiene el hecho de que usted haya leído cada
una de sus páginas, e incluso haya subrayado partes del texto, si al final usted deja su
Biblia sobre el escritorio y jamás se dispone a estudiarla? Mi propósito, y espero que el
suyo también, es el de ver cambios en su vida como resultado de su interacción
personal con la Palabra de Dios.
¿Qué ideas puede usted generar a fin de que el resultado de su trabajo con el
texto bíblico permanezca con usted? ¿Está usted estudiando a Elías en el Monte
Carmelo? ¿Qué le parecería dramatizar la historia con su familia y algunos otros
amigos? Un grupo de consejeros en un campamento lo hicieron para presentarlo a sus
camperos, incluyendo el fuego que descendió del cielo. Los chicos jamás lo han
olvidado.
114 Paso 1: Observación

O intente escribir, con sus propias palabras, pasajes como Eclesiastés 3:1-8 (“Todo
tiene su tiempo”), Lucas 19:1-10 (Zaqueo), o I Corintios 13 (“El capítulo del amor”).
O intente un estudio concentrado, con duración de un mes, sobre una biografía
de un personaje de la Biblia. Busque todas las referencias en el texto relacionadas con
esa persona. Consígase un diccionario bíblico y lea acerca de los antecedentes culturales
e históricos en los que dicho personaje vivió (vea el capítulo 34 para más información
sobre diccionarios bíblicos). Localice los lugares donde dicha persona vivió y viajó,
haciendo uso de un atlas bíblico.
Desarrolle también un perfil psicológico: ¿Qué tipo de persona era? ¿Qué
actitudes y sentimientos tenía? ¿Qué prejuicios? ¿Qué ambiciones? ¿Cuál era su
antecedente familiar? ¿Qué lo motivaba? Conviértase en un especialista en la vida de
ese individuo de tal forma que si se lo encontrara en la calle lo reconocería de
inmediato.
Para acabar pronto, haga lo que tenga que hacer a fin de retener lo que lea y
estudie en la Biblia. Una la verdad de la Palabra con sus propios intereses y
experiencias, mediante la involucración personal en el proceso, a fin de que logre algo
más que recordar la Escritura: La hace suya.

¡AHORA ES SU TURNO!
Aquí está una idea para posesionarse de un pasaje bíblico. Busque Números 13,
la historia de los espías que Moisés envió a la tierra prometida. Léala cuidadosamente,
usando todos los principios que hemos cubierto hasta ahora. Proceda luego a escribir su
propia paráfrasis de dicha narración. Permítame darle algunas sugerencias:
1. Decida cuál es el punto central de la historia. ¿Qué sucede? ¿Por qué es
significativo este incidente?
2. Piense acerca de cualquier paralelo entre lo que sucede aquí y la historia
de su propia familia, iglesia, nación, o en su propia vida.
3. Decida cuál es el enfoque que usted desea utilizar. Por ejemplo: el
informe de un equipo de trabajo a Israel, S. A. (un enfoque de negocios);
una lucha política entre dos facciones (el enfoque político o
gubernamental). Usted puede escoger cualquier enfoque que desee; el
punto es que seleccione algo que se adecué a la situación y que haga de
este incidente algo memorable para usted.
4. Escriba la historia conforme al enfoque que usted seleccionó. Utilice
lenguaje adecuado a ese enfoque. Haga que los personajes suenen
reales. Cambie los nombres y lugares para adaptarlos al estilo.
5. Cuando termine, lea su paráfrasis a algún amigo o miembro de su
familia.
17
LEA LA BIBLIA
EN FORMA TELESCOPICA
La décima y última estrategia para desarrollar habilidades de primera como
estudiante de la Escritura es:
LEER LA BIBLIA EN FORMA TELESCOPICA
Esto significa que vemos las partes a la luz del todo.
El presidente de Sony, Akio Morita vino a Texas recientemente para responder a
la pregunta ¿Por qué se rehúsan los japoneses a fabricar, en los Estados Unidos,
productos para el consumidor? Su respuesta: no pueden encontrar partes hechas en el
país que satisfagan sus estándares de control de calidad.
Tome por ejemplo la “Sony Camcorder”, dijo. Sony tiene un estándar de
producción que tolera solamente que una de cada cien presente fallas. Eso parece fácil
de cumplir, hasta que uno se da cuenta de que el artefacto está hecho de más de 2000
partes. Con todas esas partes, cada una debe trabajar en forma impecable, una falla en
cien mil, o inclusive en un millón, a fin de que la unidad completa satisfaga el estándar.
El todo es mucho mayor que la suma de las partes.
Y así sucede con la Biblia. No es simplemente una suma de partes. Es un mensaje
integrado en el cual el todo es mucho mayor que la suma de sus partes. Eso puede ser
malas matemáticas, pero es un buen método. No obstante, lo que sucede en una gran
cantidad de estudio bíblico y de enseñanza bíblica es que la fraccionamos, y luego la
fraccionamos aún más, hasta que terminamos con nada más que una canasta llena de
fragmentos. Lo que necesitamos hoy en día es gente que pueda unir las partes
nuevamente en un todo poderoso, integrado y significativo.
Así que cada vez que usted lea y analice la Escritura, cada vez que la fragmente,
dese cuenta que usted ha hecho solamente la mitad del trabajo. Su siguiente tarea es
integrar las partes nuevamente.
¿Cómo puede usted hacer eso?
Busque los conectores
En el capítulo 15 hablamos acerca del poder que hay en esas palabritas como
“pero,” “y “ “por tanto”. Estas y otras palabras son conectores porque unen los
diversos elementos del texto. Son elementos copulativos en una línea de palabras
116 Paso 1: Observación

asociadas funcionando en forma armoniosa para comunicar significado. La lectura en


forma telescópica requiere que usted ponga atención a estos conectores a fin de que una
el mensaje del autor formando un “todo” en su mente.
Ponga atención al contexto
Ya vimos lo importante que puede ser el contexto cuando estudiamos Hechos
1:8. Retornaremos a él en detalle cuando lleguemos al Paso Dos, Interpretación. Pero el
principio a recordar es que siempre que estudie un versículo o un párrafo, consulte a los
vecinos de ese versículo o párrafo, consulte a los vecinos de ese versículo o párrafo,
consulte a los vecinos de ese versículo o párrafo para averiguar cuál es el contexto más
amplio. La lectura telescópica está basada en este principio. Nunca se da por satisfecha
solamente con acercamientos; siempre exige el lente gran angular para considerar toda
la perspectiva. Siempre pregunta, ¿en qué consiste todo el cuadro?
Evalúe el pasaje a la luz del libro como un todo
Esta es la última extensión de la verificación del contexto. Es como volar sobre
una extensión de terreno a fin de evaluar distancias y relaciones.
Por ejemplo, si usted fuera a luchar con el evangelio de Marcos en un estudio de
versículo por versículo, probablemente disfrutaría la narración, pero se perdería del
mensaje del autor. Obviamente la historia es acerca de Jesús. Pero ese es el mismo tema
de otros tres libros en el Nuevo Testamento. ¿Qué es lo que hace a éste tan especial?
No es sino hasta que usted se aleja un poco del libro y lo evalúa como un todo
que descubre el hecho de que Marcos descompone su narración en dos secciones
principales. De 1:1 a 8:26, tenemos la Persona de Cristo; de 8:31 a 16:20, tenemos el
propósito de Cristo. El eje del libro es 8:27 -30, en donde Él fórmula la pregunta crucial
“Y vosotros, ¿quién decís que soy?”. De esta estructura surgen todo tipo de lecciones.
Pero es algo que usted puede detectar solamente cuando examina una fotografía de este
libro tomada desde el satélite.
Considere el contexto histórico del libro.
Sucede que para mí, la historia es uno de los temas más fascinantes que hay. La
historia de relevancia a detalles que de otra manera serían insignificantes. Por ejemplo,
todos estamos familiarizados con la historia de la Navidad, que comienza: “Aconteció
en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el
mundo fuese empadronado” (Lucas 2:1).
Pero, ¿cuántos de nosotros apreciaríamos el hecho de que Augusto César fue el
primer emperador de Roma? ¿Cómo fue que eso sucedió? Tal vez usted ha visto o leído
Julio César, la tragedia de Shakespeare, y sabe que César fue asesinado en el año 44 A. C.
El se había convertido en un dictador. Mucho antes de eso, sin embargo, Roma había
sido una república como la nuestra. Una lucha por el poder surgió a la muerte de César,
y un hombre llamado Octavio surgió como el triunfador. Unos treinta años antes de
Cristo, Octavio fue nombrado emperador y tomó el título de Augusto César.
Lea la Biblia en forma telescópica 117

Otro hecho interesante es que Roma se anexó a Judea, el lugar donde nació
Cristo, en el año 6 A. C.
De manera que cuando Lucas inicia el capítulo 2 con una referencia a Augusto
César, él está recordando al lector los extraordinarios cambios políticos que estaban
teniendo lugar en ese tiempo. ¿Impacta esto de alguna manera a la narración? ¿Nos da
esto algún enfoque especial en cuanto a las circunstancias que rodearon la vida y la
muerte de Jesús? ¿Arroja algo de luz sobre la narración del libro de los Hechos, que
continúan la historia? ¿Nos da esto algunas pistas para saber a quién le escribía Lucas, y
qué pudo haberle pasado a la persona que él llama Teófilo en Lucas 1:3 y Hechos 1:1?
Siempre que usted llegue a un libro de la Biblia pregúntese, ¿En dónde se ubica
este libro desde el punto de vista histórico? ¿Cuándo fue escrito? ¿Cuándo tuvieron
lugar los eventos narrados? ¿Qué más estaba pasando en el mundo en esa época?
También pregúntese, ¿En dónde se ubica este libro dentro de todo el contexto de
la Biblia? ¿Es de antes, durante o después de Cristo? ¿Qué tanto de la Biblia estaba ya
terminado cuando este material se escribió? En otras palabras, ¿Qué tanto conocían
acerca de Dios el escritor y la gente de su época?
Usted probablemente tenga que usar fuentes secundarias para descubrir el
contexto histórico de los libros de la Biblia. Hablaremos acerca de esto en el capítulo 34.
Por ahora, tenga muy presente que Dios es el Dios de la historia. El trabaja en y al través
de personas reales en el mundo real para lograr sus propósitos. Usted puede descubrir
mucho acerca de esos propósitos si lee la Biblia en forma telescópica.

¡AHORA ES SU TURNO!
Para leer un libro de la Biblia en forma telescópica, usted tiene que enfocar el
cuadro grande. Usted tiene que comenzar a leer en forma sintética, no analítica. Es
decir, sondee el terreno antes de que comience a hacer hoyos en él. Dese una idea
general de lo que cubre el escritor, especialmente de qué tanto espacio dedica a cada
tema.
Un buen libro para estudiar de esta manera es el libro de Jueces. Cubre el período
justo después de la muerte de Josué, antes de que Israel tuviese un rey. Dios levantó
líderes individuales, llamados jueces, para guiar al pueblo al asentarse en la tierra
prometida.
A fin de adquirir la perspectiva más amplia, lea todo el libro de una sentada. Y
haga una lista de quienes son los personajes principales --los jueces-- y cuándo
comienzan a aparecer en el texto. (Una frase clave es “los hijos de Israel hicieron lo malo
ante los ojos de Jehová”).
A continuación, haga una gráfica que muestre en dónde aparece cada uno de
ellos en el libro y qué tanto espacio se le asigna. (Vea el capítulo 25 para ejemplos de los
118 Paso 1: Observación

diferentes tipos de gráficas. Le recomiendo que desarrolle una gráfica como la del
ejemplo abajo).
Cuando usted complete este ejercicio habrá tenido un excelente arranque en la
lectura telescópica del libro de Jueces. Usted tendrá ya el cuadro grande de modo que
cuando lea las historias de los jueces individuales, tendrá un contexto en el cual
ubicarlas.
Algunos otros libros del Antiguo Testamento que pueden leerse de esta manera
son: 1° y 2° de Reyes, 1° y 2° de Crónicas.

LUCAS – LEY DE LA PROPORCIÓN

Cf. 24:1
52
Mateo
(2 capítulos)
Marcos
(20 capítulos)

1 4:14 9:51 19: 28


4:13 9:50 19:27 23:56
30 años 2 ½ años ½ año 8 días 50 días
Preparación Galileo Samaritano Jerusalén Resurrección
18
TRABAJE CON UN PARRAFO
Iniciamos la discusión acerca de la observación centrándonos en un versículo,
Hechos 1:8. Ahora vamos a ascender al estudio de un párrafo. El párrafo es la unidad
básica de estudio; no lo es el versículo, ni el capítulo. Es cierto que un párrafo puede ser
tan breve como un solo versículo o puede consistir de todo un capítulo. En cualquier
caso, el párrafo representa un pensamiento completo. Es un grupo de oraciones y
expresiones relacionadas que manejan un solo trópico. Eso lo hace ideal para un estudio
que se centra en la observación.
A propósito, la Biblia no fue dividida originalmente en capítulos, párrafos y
versículos. Simplemente había pasajes largos y no separados. Mil doscientos años
después de Cristo, los eruditos comenzaron a estructurarla en las divisiones que
tenemos hoy. Lo hicieron con el propósito de facilitar el estudio bíblico, pero sus
esfuerzos no estaban siendo inspirados por el Espíritu Santo. De hecho, muchas de las
divisiones están artificialmente impuestas sobre el texto, de manera que a veces
tenemos que ignorarlas a fin de poder leer los libros de la Biblia en forma apropiada.

LA ORACIÓN DE NEHEMÍAS
El párrafo que vamos a estudiar es el de Nehemías 1:4-11. Les sugiero que abran
sus Biblias en ese pasaje, pero de todos modos aquí esta:
“Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y
ayuné y oré delante del Dios de los cielos. (4) Y dije: te ruego, oh Jehová, Dios de los
cielos, fuerte, grande y temible, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman
y guardan sus mandamientos; (5) esté atento tu oído y abiertos tus ojos para oír la
oración de tu siervo, que hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel tus
siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; sí, yo
y la casa de mi padre hemos pecado. (6) En extremo nos hemos corrompido contra ti, y
no hemos guardado los mandamientos, estatutos y preceptos que diste a Moisés tu
siervo. (7) Acuérdate ahora de la palabra que diste a Moisés tu siervo diciendo: Si
vosotros pecareis, yo os dispersaré por los pueblos; (8) Pero si os volviereis a mí, y
guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, aunque vuestra dispersión
fuere hasta el extremo de los cielos, de allí os recogeré, y os traeré al lugar que escogí
para hacer habitar allí mi nombre. (9) Ellos, pues, son tus siervos y tu pueblo, los cuales
redimiste con tu gran poder, y con tu mano poderosa. (10) Te ruego, oh Jehová, esté
ahora atento tu oído a la oración de tu siervo, y a la oración de tus siervos, quienes
120 Paso 1: Observación

desean reverenciar tu nombre; concede ahora buen éxito a tu siervo, y dale gracia
delante de aquel varón. Porque yo servía de copero al rey”. (11)
Al discutir este párrafo ya resaltaré las preguntas que formulo al texto por medio
de negrilla como lo hice en el capítulo 6.

VERIFIQUE EL CONTEXTO
El verso 4 comienza diciendo, “Cuando oí estas palabras”. ¿Cuál es el
significado de la palabra cuando? En este párrafo está conectando el párrafo con algo
más. Más aún, la frase estas palabras me llevan a preguntar ¿qué palabras? Así que, ambas
preguntas me obligan a volver al principio del capítulo para verificar el contexto.
El principio del verso 1 me da la introducción al libro. ¿Qué es lo que encuentro
allí? Tres claves muy importantes, claves que la mayor parte de las gentes tienden a
ignorar. Primero que nada descubro algo acerca de la naturaleza o contenido del libro,
estas son las palabras de un hombre en particular. En segundo lugar descubro quién es
ese hombre, Nehemías. En tercer lugar averiguo de qué familia procedía Nehemías, lo
cual es especialmente útil porque el nombre Nehemías aparece en otra parte; pero es un
Nehemías diferente.
En la última parte del verso 1 dice, “Aconteció” y luego, ¿qué es lo que observo?
Tres frases preposicionales: “En el mes de Quisleu, en el año veinte, estando yo en Susa,
capital del reino”. De manera que yo pregunto, ¿a qué se refiere esto? ¿qué palabra
podría yo escribir junto a las primeras dos frases? Tiempo, porque me dicen el mes y el
año.
Un diccionario bíblico puede ayudarme a averiguar qué mes es Quisleu. Me doy
cuenta que el calendario de los antiguos hebreos era completamente diferente al
nuestro. Ellos no tenían enero, febrero, marzo, etc. Quisleu era su noveno mes,
comenzando en noviembre y extendiéndose hasta diciembre. De manera que
suponiendo que los eventos aquí narrados están teniendo lugar en el hemisferio norte,
estamos hablando de los principios del invierno.
También descubro que el calendario de los hebreos difería del de los persas, lo
cual viene a ser significado cuando recuerdo que Nehemías era un exiliado en Persia.
De hecho, tenía una alta posición en el gobierno. Sin embargo, él está señalando el
tiempo conforme al calendario judío.
En seguida él señala que esto está teniendo lugar “en el año veinte”. Esto me
obliga a preguntar, ¿el año veinte de qué? No puedo contestar eso aquí. La respuesta
no se me da sino hasta que llego al principio del capítulo 2.
Finalmente, ¿qué me dice la expresión “Susa la capital”? Eso responde a la
pregunta ¿en dónde?, pero yo aún tengo que seguir investigando. ¿De qué reino es
capital Susa? Cuando busco en un diccionario bíblico me doy cuenta de que había dos
palacios en este reino. Susa era el palacio de invierno. (Recuerde que estos eventos
Trabaje con un párrafo 121

tienen lugar en noviembre/diciembre. Había también un palacio de verano en Ek-


batana. Pero Nehemías estaba en el palacio de Susa, el cual no era ningún tejaban. De
hecho era una propiedad de dos mil quinientas hectáreas, y era una construcción de
lujo.
1a
1b Aconteció
en el mes de Quisleu
en el año veinte
en Susa, capital del reino
que vino Hanani
y les pregunté
por los judíos
y por Jerusalén
y me dijeron
el remanente… en gran mal y afrenta
el muro de Jerusalén derribado
y sus puertas quemadas a fuego
3
4 Cuando
oí estas palabras
lloré
me senté hice duelo
ayuné
oré
De manera que aquí tenemos a un hombre viviendo en lujos, en una posición
privilegiada. Y recibe un reporte (v.2): Hanani vino a él, ¿y qué hace Nehemías? El le
pregunta algo. ¿Cuáles son las dos cosas que le pregunta? Primeramente “por los
judíos”. Eso tiene que ver con su gente. Y luego le pregunta “por Jerusalén”. Eso tiene
que ver con el lugar, su hogar.
El verso 3 registra la respuesta de Hanani. De manera que observamos un
diálogo aquí, una sesión de preguntas y respuestas. ¿Qué relación tiene la respuesta
con la pregunta? Nehemías pregunta acerca de la gente y del lugar. Los hermanos le
dan un reporte de tres partes: (1) “El remanente… están en gran mal y afrenta” (eso
122 Paso 1: Observación

tiene que ver con la gente); (2) “El muro de Jerusalén derribado” (eso tiene que ver con
el lugar); y (3) “Sus puertas quemadas a fuego” (también relativo al lugar).
Así que el orden de la respuesta corresponde exactamente al orden de la
pregunta: primero la gente, luego el lugar. A mi me parece que eso nos dice algo acerca
de Nehemías. Su primer interés era la gente, no los lugares. Mas tarde descubriremos
que tan importante es esto en relación a los acontecimientos que se narran en este libro.

CLASIFIQUE SUS OBSERVACIONES


Muy bien. Ya dimos una buena examinada al contexto. Ahora llegamos a nuestro
párrafo que se inicia en el verso 4. Una vez que ya ha escuchado acerca de la gente y del
lugar, ¿qué hace Nehemías? Cuatro cosas: Llora, hace duelo, ayuna y ora.
¿Hay alguna manera de unir estas cuatro cosas? Bueno, el llanto y el duelo
tienen que ver con las emociones. ¿Y el ayuno y la oración? Ambos indican una
respuesta espiritual.
Una de las cosas que usted necesita hacer en su estudio bíblico es clasificar sus
observaciones. Esto le ayudará a manejar mejor el material. Por ejemplo, junto al verso
1b yo puedo escribir la palabra reporte. Si usted prefiere una palabra diferente, úsela;
pero seleccione una palabra que resuma el contenido del párrafo para usted.
Si el verso 1b es el reporte, el verso 4 es la “respuesta”. Nehemías reacciona ante
el reporte con una respuesta total, emocional y espiritualmente.
Continuando con el verso 5, encuentro una oración. O, para mantener el patrón,
yo podría clasificarla como la petición que hizo Nehemías. Ya analizamos esta oración
en el verso 12. ¿Se acuerdan del patrón? Nehemías comienza con adoración (v.5) él
alaba a Dios por la fidelidad de su amor. Luego avanza a la confesión (vv. 6-7). Ver a
Dios como El realmente es siempre nos ayuda a vernos a nosotros mismos como
realmente somos, pecadores que necesitan de su misericordia. Luego, después de
confesar su pecado y el pecado de su pueblo, Nehemías presenta su petición a Dios con
base en sus promesas.
1a
1b Aconteció
en el mes de Quisleu
en el año veinte
en Susa, capital del reino
que vino Hanani
y les pregunté
por los judíos
Trabaje con un párrafo 123

y por Jerusalén
y me dijeron
el remanente… en gran mal y afrenta
el muro de Jerusalén derribado
y sus puertas quemadas a fuego
3
4 Cuando
oí estas palabras
lloré
me senté hice duelo
ayuné
oré

La oración de Nehemías es un modelo respecto de cómo podemos acercarnos a


Dios. Pero al verla en su contexto, yo puedo darme cuenta de cuán directamente se
relaciona con el reporte de Hanani y sus hermanos. Ellos vinieron y dijeron “las gentes
están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a
fuego”. Y Nehemías responde inmediatamente con una oración, pero es una oración
basada en la Palabra de Dios. Dios había prometido que si Israel le desobedecía él los
dispersaría; pero que si se volvían a El, los restauraría a su Tierra (vv. 8-9). Nehemías
escucha el reporte, revisa la Palabra de Dios, y luego cae de rodillas en oración.

NINGÚN DETALLE ES TRIVIAL


¿Es ese el fin del párrafo? No. ¿Qué debería yo observar de la parte última del
verso 11? Nehemías agrega un detalle interesante: “Porque yo servía de copero al rey”.
Esta es una declaración tremendamente importante. No obstante, la mayor parte de la
gente pasa por encima esa crucial declaración. Pero en el paso de la observación yo me
pregunto ¿qué es lo que veo? Yo asumo el papel de un detective bíblico, y ningún
detalle es trivial.
¿En qué consistía ser “copero”? Yo me he dado cuenta que la mayor parte de la
gente piensa que él era una especie de mesero, como si no tuviera nada mejor que hacer.
Pero aquí es donde un buen diccionario bíblico nos será nuevamente de gran ayuda. Si
buscamos la palabra “copero”, encontraremos que este título se deriva del hecho de que
su responsabilidad consistía en probar los vinos del rey. Como usted podrá imaginarse,
aquella era una Era de intriga y de constantes intentos para eliminar a las personas. De
manera que los reyes no confiaban en nadie, excepto en su copero.
124 Paso 1: Observación

El copero era propiamente el primer ministro, el segundo en la línea de


autoridad. El tenía una cuenta de gastos personal y acceso directo al rey.
Así que el Espíritu Santo incluye este detalle acerca de Nehemías para mostrarme
como Dios lograba su propósito. Más adelante en el libro descubriré que fue debido a
que Nehemías era el copero que el rey le dio permiso de volver a su tierra a reconstruir
los muros y la ciudad. Dios tenía a su hombre en una posición estratégica. Nehemías
fue capaz de aprovechar esa posición para lograr los propósitos de Dios.
¿Se ha preguntado usted alguna vez en dónde es que Dios le ha ubicado? Tal vez
usted es un maestro de escuela, una enfermera, un experto en computación, un
carpintero, o un doctor. Cualquiera que sea su situación, ¿qué oportunidades le ha dado
Dios para lograr sus propósitos? Yo le garantizo que El ubica a cada uno de sus hijos en
una posición estratégica. El quiere usarle para su honra y gloria.

NO SE DONDE COMENZAR
Hay muchas más observaciones que hacer acerca de este párrafo. De hecho este
libro es una de los más fascinantes en la Palabra de Dios. Pero cuando comencé a
estudiarlo, yo no veía las cosas en el texto de la manera que las veo ahora. En ninguna
manera.
No mucho después de que me convertí al cristianismo, alguien me dijo, “Ahora
que usted ya está en la fe, necesita adentrarse en la Palabra”.
“Magnífico”, le contesté, “¿Dónde comienzo?”
“Comience en donde quiera, hermano. Toda ella es útil”.
De manera que me fui a casa y abrí mi Biblia, y aterricé en el libro de Ezequiel.
Justamente en medio de las ruedas.
1a
1b Aconteció
en el mes de Quisleu
en el año veinte
en Susa, capital del reino
que vino Hanani
y les pregunté
por los judíos
y por Jerusalén
y me dijeron
el remanente… en gran mal y afrenta
Trabaje con un párrafo 125

el muro de Jerusalén derribado


y sus puertas quemadas a fuego
3
4 Cuando
oí estas palabras
lloré
me senté hice duelo
ayuné
oré
5 Y dije
Te ruego…
11a

Luché con ese pasaje por un tiempo hasta que al fin pensé, esto tiene que ser una
excepción. Así que intenté el otro extremo de la Biblia, y caí en Revelación. Copas, sellos
e ira por todas partes; yo estaba completamente confundido. De manera que me da
pena decirlo, pero decidí cerrar el Libro por un tiempo. Por todo un año. Ya para este
momento yo estaba convencido de que lo que el sacerdote me había enseñado era
verdad, se necesita a un verdadero experto para poder explicar la Palabra.
Por la gracia de Dios alguien vino y me preguntó, “¿Qué hay Hendricks, estás
estudiando la Biblia?”
“¿No, de hecho no lo estoy”, le respondí.
“¿Y cómo está eso?”
Mi respuesta fue muy directa: “No se cómo entrarle. No se dónde comenzar”.
Para este momento usted sabe muchísimo más de lo que yo sabía cuando
comencé a estudiar la Palabra de Dios por mí mismo. Usted ha visto cómo observar un
versículo, y ahora un párrafo. Usted ha descubierto que necesita aprender a leer mejor y
más rápido, como si fuera la primera vez, y justo con el interés que leería una carta de
amor. Y usted ya ha considerado diez estrategias que le garantizan el convertirle en un
eficaz lector.
Pero no solamente debe usted aprender a leer, usted necesita saber qué buscar en
la Biblia. En los siguientes capítulos le voy a dar seis claves que le ayudarán a
adentrarse aún más en el texto bíblico.
126 Paso 1: Observación

¡AHORA ES SU TURNO!
En este capítulo he trabajado con un párrafo, observando cómo respondió
Nehemías al reporte de Hanani y los hermanos. Ahora es su turno. A continuación
encontrará un párrafo de la carta de Pablo a Tito, quien era un pastor del primer siglo,
trabajando en la isla de Creta, en el Mar Mediterráneo.
Lea el párrafo cuidadosamente poniendo en práctica las diez estrategias para una
lectura de primera clase y poniendo atención a los términos y a la estructura gramatical.
Vea qué puede descubrir aquí acerca del estilo de vida que debe caracterizar a todos los
creyentes, especialmente a los líderes.
“Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses
ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé; él que fuere irreprensible, marido de
una sola mujer, y tenga hijos creyentes que no estén acusados de disolución ni de
rebeldía. Porque es necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de
Dios; no soberbio, no iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de
ganancias deshonestas, sino hospedador, amante de lo bueno, sobrio, justo, santo,
dueño de sí mismo, retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que
también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen”. (Tito
1:5-9)

Se cree que este manuscrito bíblico haya sido producido a mano sobre un cuero
de ternera en Cambridges, Inglaterra, alrededor de 1180. Como todas las Biblias de la
época, no tenían división de capítulos, ni de versículos. Estos fueron añadidos
posteriormente. Probablemente haya tomado a un escritor unos dos años para producir
una Biblia como ésta.

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