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Cristianismo y pensamiento occidental (IV)

Julio César De León Barbero

Los hebreos, a diferencia de los griegos, no derivaron su idea del tiempo de la observación

de los astros. Tampoco consideraron lo temporal como una tragedia o desgracia. En el pensar

hebreo tiene más importancia el acontecer, los sucesos que se van dando frente a nosotros.

San Agustín de Hipona realizó una exposición sistemática de la idea judeo-cristiana del

tiempo. Tanto en su obra La ciudad de Dios como en su Confesiones, Agustín sistematiza la teoría

del tiempo. Asegura que antes de la creación no es posible pensar en el tiempo. Por medio del acto

creador Dios trae a la existencia tanto al universo como al tiempo mismo.

Para San Agustín no hay comparación entre lo eterno (que es solamente Dios) y lo temporal.

No se puede decir que caímos de lo eterno a lo temporal. Eso es pensamiento griego pagano.

Tampoco se puede afirmar que el tiempo es una maldición entre “dos” eternidades pues la

eternidad es una sola y le pertenece a Dios.

Hay que decir, más bien, que la temporalidad es una característica de la creatura. Que

constituye la evidencia permanente de la finitud de todo aquello que es creado. Sobre todo, la

temporalidad es sinónimo de lo fugaz que es la vida del hombre. Claramente se afirma: Los días de

nuestra vida llegan a setenta años; y en caso de mayor vigor, a ochenta años. Con todo, su orgullo

es sólo trabajo y pesar, porque pronto pasa, y volamos (Salmo 90:10).

También debe decirse que la idea judeo-cristiana del tiempo pone énfasis en el sentido que

los acontecimientos tienen. Es propio de la condición humana la necesidad de sentido. Lo que

acontece, sea bueno o sea malo, ha de tener algún significado y, por tanto, nos proporciona alguna
orientación en medio del mar de acontecimientos. Ese sentido o significado es algo así como un leer

lo que se encuentra detrás de los hechos. Es tratar de hallar el mensaje que los acontecimientos

traen consigo. Quien logra esa lectura aprende, adquiere sabiduría para poder tener una mejor vida.

Enseñanos de tal modo que traigamos al corazón sabiduría (Salmo 90:12).

Hay que agregar que en la sistematización del tema del tiempo San Agustín concede enorme

importancia a la experiencia subjetiva del tiempo. En ese sentido la memoria, la atenciòn y la

expectación son temas a considerar en la próxima entrega de esta serie.

(continuará..)

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