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Artículo de investigación

Literatura, pedagogía
y formación en valores*
Literature, pedagogy and education in values
Alfonso Cárdenas Páez∗∗
acardena@pedagogica.edu.co
Universidad Pedagógica Nacional

Resumen Abstract
Este artículo apunta al papel formativo de la literatura en tor- This article focuses on the role that literature plays in
no a los valores; con ese fin, toma distancia de las maneras fostering values. With this aim in mind, it distances from
tradicionales como se ha enseñado la literatura, insiste en el the traditional ways in which literature has been taught,
trabajo sobre el sentido, en la naturaleza simbólica e icónica and insists on working the sense, the symbolic and iconic
de la literatura, y en el cultivo de tres tipos de valores princi- nature of literature and in constructing three types of
pales: cognitivos, éticos y estéticos, con base en el desarrollo human values: cognitive, ethical and aesthetic. This is
de lo analógico. A partir de allí, se propone que la literatu- achieved by focusing on the development of the analogical
ra tiene una gran capacidad para subvertir los excesos lógi- component of the sense. The article concludes by claiming
cos del sistema educativo, lo que se justifica gracias al poder that literature has a great aptitude to subvert the logical
educativo del arte. excesses of the educational system; this justifies the power
that art has for educational purposes.

Palabras clave Key words


Educación, pedagogía, didáctica de la literatura, formación Education, pedagogy, didactics of literature, education on
en valores. values.

*
Recibido: 21 de abril de 2009 / Aceptado: 15 de mayo de 2009
**
Doctor en Literatura. Profesor e investigador del Departamento de Lenguas de la Universidad Pedagógica
Nacional. Coordinador del énfasis doctoral en Lenguaje y Educación del DIE-UPN.

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enunciación / Nº 14, núm. 2 / julio-diciembre de 2009 Bogotá, Colombia / ISNN: 0122-6330 / pp. 5-20
Artículo de investigación

Introducción la propuesta de Bajtín (1986, 1989, 1992, 1997)


donde, por igual, se hace énfasis en la calidad va-
lorativa, axiológica del sentido.

E
l interés pedagógico de este trabajo se Por tanto, el objetivo central de este ar-
concentra en la pregunta acerca del papel tículo, más que establecer una didáctica, apunta
formativo de la literatura, es decir, sobre a sentar criterios y abrir el debate sobre los valo-
la acción que ella ejerce en la persona humana y la res en la enseñanza de la literatura, a partir de la
manera como le traza horizontes y le da sentido a investigación realizada en la Universidad Peda-
la vida del sujeto. Tal interés surge de la pregun- gógica Nacional en torno a este asunto.
ta de investigación acerca del papel formativo del
lenguaje y su incidencia en la literatura, a partir
del marco semiodiscursivo y sociocognitivo pro-
Naturaleza de la literatura y
puesto para el efecto en torno al sentido (Bajtín, fenomenología del sentido
1997: 50), según se plantea en Cárdenas (2002,
2004, 2007, 2009). De ahí la necesidad de sos- La importancia educativa de la literatura
layar su naturaleza poética y artística y pensarla no depende exclusivamente de los estudios lite-
a la luz de principios pedagógicos con el fin de rarios, de las diversas vertientes de la crítica, del
establecer una propuesta transversal centrada en conocimiento o de la lectura de obras literarias.
los valores (Vargas, 2006), para concluir con al- Estos factores no desplazan otros que, por igual,
gunas recomendaciones acerca de su función en tienen incidencia formativa para la niñez y la ju-
la formación del estudiante. ventud, los cuales no deben descuidarse; es el
caso de los valores.
La sensibilidad y la imaginación, la orien-
No se puede perder de vista que la tación específica del conocimiento, el uso dife-
rencial del lenguaje, las relaciones y distancias
literatura, ya sea que se le considere que contrae con el mundo y la cultura, los pro-
evasión, compromiso, escritura, cesos de pensamiento típicos, la diversidad de la
dialogía, distanciamiento, etc., es la representación, la mirada sobre la naturaleza hu-
mana y la vida del hombre, la construcción del
más alta expresión del conocimiento juicio y la actitud crítica son aspectos a todas lu-
–en especial, la novela– ces influyentes en la formación integral del hom-
bre, a través del valor que pone allí la literatura.
y de las actitudes humanas. Si la labor de la pedagogía es contribuir a en-
grandecer la vida del hombre, la concepción de
la literatura debe atender a su condición estética
Es nuestro propósito inicial reflexionar y artística, así como al fundamento ético, a la na-
acerca del papel que desempeña el sentido en el turaleza del lenguaje y al poder creador de mun-
conocimiento y la conducta humana como me- do que la caracterizan.
tas educativas, para pasar luego a considerar el De ser así, la literatura tiene una gran ca-
problema de los valores y la manera como la li- pacidad para subvertir los excesos lógicos del sis-
teratura puede contribuir a su construcción. En tema educativo, premisa sine qua non del poder
aras de satisfacer estos propósitos, no se pue- educativo del arte. Dicha capacidad proviene de
de perder de vista que la literatura, ya sea que su naturaleza poética como forma de vida y con-
se le considere evasión, compromiso, escritu- cepción; del arte como expresión, de la manera
ra, dialogía, distanciamiento, etc., es la más alta como explora el sentido y como opera sobre la
expresión del conocimiento –en especial, la no- realidad para sentirla, imaginarla y hacerla in-
vela– y de las actitudes humanas. En esa condi- teligible de múltiples formas. La experiencia es-
ción, lo que hace la literatura es producir valores tética literaria desarrolla de manera cumbre el
(Lukàcs, 1975), planteamiento que se entrevé en complejo campo analógico del sentido. Como tal

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provoca la intuición; despierta instintos, sensa- gico de la conducta a la par de sus condiciones
ciones, emociones y afectos; desarrolla simbolo- culturales, engarza las formas de la conducta hu-
gías e imaginarios; se constituye en una manera mana tanto a factores objetivos como subjetivos
de ser el juego; se abre a las posibilidades de cuyos límites no están absolutamente definidos,
mundo; se apodera de la magia y del misterio; son ideológicos.
produce sentimientos y valores en atención a las De ahí que el comportamiento estético,
dimensiones sensible, imaginaria e intelectual de por su carácter incluyente, no puede asimilarse
la forma artística, y tiene un gran poder evoca- exclusivamente a las orientaciones que provie-
dor, ceñido a la riqueza cultural del lector. nen de la vida profunda del individuo, pero tam-
poco desprenderse de los contextos culturales;
éstos, asumidos en calidad de modelos de for-
El sentido es interrogación mas asuntivas, tienen la capacidad para referir-
constante, conjetura atravesada se a otro signo, a otro significado; para implicar
la totalidad y las circunstancias históricas; para
estéticamente, sin solución posible, captar un clima de sentimiento y de penetración
problema latente, admirable como emocional. Gracias a esta travesía del sentido, es
posible comprender la manera como la vida hu-
reto que prepara la mirada donde mana sienta posiciones, adopta actitudes y con-
visión, drama y ficción se funden fluye con su carga vivencial en el desarrollo de
simbolismos y de sentimientos que se sincretizan
estéticamente en vida nueva. en valores (Rubinstein, 1967) cuya fuerza ex-
presiva genera nuevos sentidos desde contextos
axiológicos a partir de los cuales se puede apun-
En otros términos, el papel divergente de tar a la totalidad compleja que es la actividad hu-
la literatura magnifica la expresión de lo analó- mana. La actividad humana se desarrolla en un
gico que distancia las facultades humanas de lo mundo resultante de una cierta visión donde se
concreto, objetivo y explora la realidad a través construye la realidad como algo conocido y valo-
de los sentidos y la imaginación, permitiéndole rado, es decir, ideológico. De este modo, el sen-
al hombre recrear lo visible y crear lo posible. Por tido no surge de la ceguera ante la realidad, no es
eso, la literatura tiene un gran poder formativo neutro ni inocente, obedece al carácter cosmovi-
y humanístico que se revela a través de la esfera sionario del conocimiento y desarrolla principios
axiotímica del sentido. fundamentales de conducta a partir de la inter-
sección de los campos lógico y analógico, que
La esfera axiotímica del sentido generan la plenitud de lo expresable, de lo cono-
cido, de lo creado, de lo inacabado.
Esta esfera es un cruce de caminos, una tra- En este universo se producen los valores
vesía del sentido que va desde lo imaginario has- como síntesis simbólica de la esfera axiotímica,
ta las ideologías y los valores que, sin descuidar y como expresión analéctica de lo vivido; el fun-
lo intelectual, multiplica las posibilidades analé- damento es la analogía a través de la cual se ma-
cticas del conocimiento. Entendemos por analé- nifiesta el sentido diferencial de la experiencia,
ctica la organización del sentido desde la esfera ambiente desde donde se potencian las actitu-
axiotímica; este término, incluyente y ambiguo des y las acciones humanas, y se configura la red
en cuanto incorpora lo relacionado con la vida simbólica con que se responde al contexto histó-
afectiva y con los valores, convoca el conjunto de rico-cultural de la trama axiológica y tímica del
formas elementales que vinculan al hombre vi- sentido. Es así como los nexos entre valores y li-
vencialmente con las fuentes íntimas de la expe- teratura provienen del símbolo como expresión
riencia y la comunicación, las cuales configuran de una experiencia vivencial, configuración ima-
la raíz última de la empatía con la vida y sus ga- ginaria y contextualización histórica-axiológica
rantías. Tal esfera, al incorporar el marco bioló- (Oñativia, 1978: 110) de la vida. En el símbolo

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coinciden nociones, creencias, conceptos y valo- En relación con la ética, le corresponde consoli-
res que le confieren carácter individual y univer- dar actitudes y valores acerca de la vida humana
sal, inmanente y trascendente a la experiencia. que impliquen la formación para la responsabi-
En esta dirección, la literatura da cuenta lidad y el desarrollo de una sociedad respetuosa
de las evidencias primarias que dan sentido a la de la persona y la visión crítica de la riqueza cul-
existencia humana como experiencia de la rela- tural, social e histórica del hombre.
ción yo / mundo / otro. Así, la realidad avistada Con esa finalidad, corresponde a la literatu-
desde la literatura, más que un referente extrín- ra potenciar conocimientos, capacidades, actitu-
seco, es la configuración de lo que la gente siente, des y valores, y dotar al hombre de herramientas
quiere, piensa, sabe y valora de ella. El sincretis- para afrontar la vida y ponerla al servicio de su
mo literario de significados objetivos y subjeti- humanización desde los perfiles de una analéc-
vos, filtrados a través de la cultura, la psicología tica1 crítica y creativa. Es preciso, entonces, re-
y la experiencia particular de escritores y lecto- conocerle a la literatura una función pedagógica
res, implica que se predisponga el sentido como que se deriva de los principios formulados y de
una forma ambigua donde está ausente la trans- los ámbitos2 de la formación integral del hombre,
parencia de la cual habló la lingüística. en particular, con el conocimiento analógico, los
valores, la lectura y la escritura. La pedagogía
En consecuencia, el sentido es interroga- de la literatura, al acometer estas tareas, debe
ción constante, conjetura atravesada estética- vincular la construcción del conocimiento y del
mente, sin solución posible, problema latente, comportamiento con las tendencias centrales de
admirable como reto que prepara la mirada don- la acción del individuo –sentir, imaginar, pensar,
de visión, drama y ficción se funden estética- actuar– pero, también, con la capacidad expresi-
mente en vida nueva. El sentido en literatura es va y con la cultura, como totalidad de sentido de
producto analógico transductivo o conjunción vida humana.
sincrética de imágenes, indicios y símbolos que
le dan mundo al deseo y al recuerdo, al senti- La formación en valores
miento y a la emoción, a la fantasía y la ficción.
El problema de la formación de valores,
Presupuestos pedagógicos además del trasfondo humanista que lo alimen-
ta, pone énfasis en la naturaleza simbólica de
Lo expuesto hasta aquí obliga a volver so- la literatura y se desarrolla a través de los pro-
bre la cosmovisión para comprender las dimen- cesos de lectura y escritura. Los símbolos, más
siones del ser humano y destacar tres facetas que mediaciones significativas, son unidades de
valorativas: cognitiva, ética y estética para con- sentido que atraen los valores desde un horizon-
tribuir a su formación holística y transversal. te axiológico, analógico e histórico que implica
Holística en cuanto apunta a procesos, a relacio- tanto el ser como el hacer humanos; de ellos de-
nes, a fines y funciones propios de la pedagogía; rivan alusiones y analogías (Oñativia, 1978: 117)
transversal en cuanto sus objetivos responden a que, dada su emergencia tanto individual como
necesidades contextuales de aprendizaje.
En lo concerniente a la faceta cognitiva, la
enseñanza de la literatura pretende varios fines:
desarrollar la capacidad para percibir vitalmente 1
En un sentido aproximado, la pedagogía analéctica
el mundo, el hombre y la sociedad; para abrir el implica conocimiento analógico (Babolin, 2005) y li-
beración de los sistemas; enseñanza crítica y creativa,
conocimiento a las formas analógicas y, en con- y compromiso y renovación de parte del maestro. Cf.
secuencia, contribuir a la transformación de los Dussel (1988: 202-204).
modelos cognitivos de aprendizaje. Con respec- 2
El sentido lúdico del ámbito transforma el espacio y el
to a la dimensión estética, interesa a la literatura tiempo en contexto de posibilidades humanizantes; allí
la realidad se hace mundo, cultura e historia; el hombre
fomentar la expresión y la creatividad a través del atiende al llamado del otro; constituye el territorio de
ejercicio de la sensibilidad y de la imaginación. sus vivencias y da vía libre a las fuerzas expresivas.

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colectiva, adquieren sentido vivencial y proyec- Por lo mismo, este es un proceso4 activo
tivo, dispuesto siempre a englobar experiencias y receptivo que genera intercambio simbólico y
humanas; apuntan al misterio de lo epifánico, de cultural5; conforma un territorio de comprensión
aquello que no puede ser concebido ni percibido, mutua, de diálogo, de acuerdos, de discrepancias
que es revelación, plenitud de la ausencia que nos y de acciones recíprocas; es un ámbito de viven-
impone un presente de absoluta actualidad. cias y de regulación de posibilidades humanas
cuya plenitud es el ejercicio de la libertad del su-
jeto. Allí se juegan las intenciones y los marcos
Gracias al lenguaje simbólico, el de conocimiento del encuentro intersubjetivo en
hombre se realiza como constructor de pro de la producción e interpretación del sentido,
en el marco de una cultura y de unas normas y
mundos en los cuales se establece con convenciones sociales que se encargan de regular
otros, no en abstracto sino en contextos la convivencia humana.
De ello nos da evidencia la literatura al
pragmáticos de interacción. construir visiones totalizantes, globales o, como
se acostumbra a decir hoy, holísticas6 acerca del

El segundo supuesto apunta al sincretismo


de los símbolos; gracias al lenguaje simbólico, 4
Desde esta mirada, las categorías de autonomía-hete-
el hombre se realiza como constructor de mun- ronomía, sujeto-objeto, interior-exterior, inmanencia-
dos en los cuales se establece con otros, no en trascendencia, etc., a través de las cuales se ha abordado
abstracto sino en contextos pragmáticos de in- el tema de la interacción, deben ser superadas; estas
dicotomías no facilitan la generación de una tercera di-
teracción (Bruner, 1994: 118-121); esos mundos mensión humana, donde se crucen los espacios vitales
llevan su huella y le sirven de asiento a la perso- del yo y del otro y se abran las virtualidades que ilumi-
nalidad como sistema orgánico de conocimiento nan el sentido, nacido del diálogo entre personas.
y comportamiento. Es allí donde se manifiesta
5
Aludimos a este, y no al contenido informativo que,
aunque es resultado de la organización paradigmática
la función social del lenguaje como búsqueda y proposicional del discurso y tiene un interés particular,
encuentro con el otro, como voluntad dialógica no es lo más importante desde el punto de vista de la
de compartir significaciones3, como contexto au- interacción. A esta le atrae más la organización en que
el encadenamiento textual, interpersonal e ideativo
téntico de encuentro interhumano, y de ámbitos (Halliday, 1982) juega un papel importante en cuanto
de participación y actuación donde se integran al encuentro de los sujetos con las estructuras textuales
los factores típicos de la formación humana. En que se ponen al servicio de los mundos y puntos de vista
este proceso interviene el poder creador de la li- compartidos por los interlocutores.
6
A este término, que podría pasar por una más de las
teratura. modas educativas, habrá que conferirle cierto sentido,
por demás ambiguo, conforme a las consideraciones de
expertos. En particular, nos parece adecuado para fun-
damentar el papel educativo de la literatura, a tenor de la
Declaración de Chicago (Illinois, 1990) (GATE, 1991),
según la cual la educación holística no obedece a un cu-
3
Esta apreciación se extiende en el terreno educativo a la rrículo o una metodología determinados; es una visión
labor del maestro; de acuerdo con Ontoria (1996: 88-89), que se compromete, entre otros, con algunos enuncia-
para que dicha tarea “sea eficaz, debe basarse en criterios dos: a) la educación es una relación humana dinámica,
de honradez y de responsabilidad, así como de respeto abierta; b) cultiva una conciencia crítica de los muchos
por aquellos alumnos a los que invita a compartir su pro- contextos en que transcurre la vida de los educandos:
pio trabajo y, en definitiva, a ‘participar’ por consenso en moral, cultural, ecológico, económico, tecnológico, po-
la construcción del conocimiento, según marcos cosmo- lítico; c) la persona se caracteriza por ser poseedora de
visionarios soportados por el lenguaje”; estos elementos un vasto y complejo potencial para orientarse en
son de interés en el área educativa. El sentido lúdico del la vida y que solo ahora se comienza a comprender; d)
ámbito transforma el espacio y el tiempo en contexto la inteligencia humana se expresa de múltiples mane-
de posibilidades humanizantes; allí la realidad se hace ras y con diversas capacidades, las cuales deben ser res-
mundo, cultura e historia; el hombre atiende al llamado petadas; e) el pensamiento holístico incluye modos de
del otro; constituye el territorio de sus vivencias y da vía conocer intuitivos, críticos, creativos, físicos, globales y
libre a las fuerzas expresivas. en contexto; f) el aprendizaje es un proceso conciente,

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hombre y el mundo. De manera que, junto a la Los valores cognitivos


concepción plural de la literatura y a las visiones
cósmica e ideológica del hombre, no queda otra La realidad natural y sus propiedades pue-
alternativa que fomentar la lectura en todos los den ser conocidas por el hombre; este les otorga
sentidos y favorecer el desarrollo de los valores sentido como respuestas al porqué y para qué de
correspondientes, gracias a la mediación de una las cosas, mientras que la realidad es el qué. El
pedagogía igualmente compleja. valor es un cómo que se define por la función, el
En virtud de eso, la literatura expresa el motivo o la finalidad, fuentes de donde nace y se
sentido de la totalidad inmanente y trascendida, objetiva la intencionalidad en acciones concretas.
y genera valores vitales para la existencia huma- El hombre puede leer la realidad de las cosas y
na, cuyo origen se encuentra en diferentes cam- el sentido de ellas, debido a que son perfectibles
pos del mundo de la vida. Desde este ángulo, la y pueden convertirse en bienes. El bien es par-
literatura nos propone autores y personajes, hé- te de su realidad, pero la inteligibilidad del valor
roes y hombres comunes, principios y símbolos, depende del sentido que adquieren las cosas en
concepciones e ideologías que, por sobre todas la vida del hombre. El bien las hace perfectibles,
las cosas, dan testimonio de vida como lo hacen, mientras que el valor hace perfectible la vida hu-
por ejemplo, el intelectual Borges jugando a la li- mana en cuanto la dignifica. El valor es, enton-
teratura y la lectura, o la potente voz de Neruda y ces, parte del sentido pero no pertenece al sujeto
el furor del trópico impreso en su metáfora. valorante ni a las cosas mismas. Es una media-
En este sentido, no obstante la presencia ción entre la persona y la realidad, a través de las
de la muerte, la tragedia y la catástrofe, la lite- acciones humanas de aquella.
ratura es un gran condensador de vida que nos Un ejemplo puede aclarar el planteamiento.
revela la manera como los seres elementales lu- Tomemos el caso de un libro; este vale más para
chan por potenciar y encauzar sus energías, apo- un lector que para un analfabeto, pues los lec-
derarse del ser de los demás, pretender al otro o tores lo valorarán de manera positiva. Más que
encontrarse con él, dar rienda a sus apetitos ele- apreciaciones entre lo bueno y lo malo, lo per-
mentales y aspirar al deseo de ser eternos. fecto y lo imperfecto, los valores establecen un
Atendiendo al punto de vista de la cosmo- equilibrio crítico entre las facultades humanas,
visión y su orientación ideológica y vivencial ha- entre la bondad de las cosas y su utilidad. Un
cia el mundo, el yo y el otro, se puede hablar de valor es siempre un término medio, una actitud
tres tipos de valores que interesan, en particu-
lar, a la pedagogía de la literatura: cognosciti-
vos, éticos y estéticos. Este conjunto de valores
ción que interesa a la pedagogía; para tal autor, éste se
es coherente con los contenidos propuestos por puede abordar desde dos acepciones: la primera remite
las actuales corrientes pedagógicas para la edu- a la transmisión de códigos de información, a conteni-
cación básica y media: declarativos, cognitivos, dos disciplinares y a la lógica de su construcción, y la
actitudinales y procedimentales, así como con segunda apunta a la capacidad reactiva del sujeto frente
a su contexto. Según Zemelman, ambas formas están
una visión holística y transversal que apunte a la asociadas con la inercia del sujeto, la lógica del poder
formación7 integral de la persona. y la preocupación por las maneras como las exigencias
epistemológicas afectan al discurso pedagógico. Tales
exigencias nos ubican más allá de lo disciplinar y apun-
tan a la complejidad de la realidad y del conocimiento,
deliberado y responsable que dura toda la vida; g) todas frente a la acción y la práctica social. Pero, por igual (p.
las situaciones de la vida pueden facilitar el aprendizaje; 64), no pueden ser resueltas por la epistemología. En
h) el aprendizaje es tanto un proceso interno de descu- este caso, deben ser asumidas tanto por la práctica como
brimiento propio así como una actividad cooperativa; i) por el discurso pedagógico. A este respecto, corresponde
el aprendizaje es activo y motivación propia; por tanto, al discurso pedagógico asumir la función de potenciar
presta apoyo y estímulo al espíritu humano; j) la educa- el razonamiento, considerar y asumir la complejidad del
ción holística requiere un currículo integrado, transver- sujeto concreto y reflexionar sobre su formación en un
sal y transdisciplinar, global y contextual. contexto adverso y parametral, donde prevalece la “cien-
7
A propósito de la formación, se puede considerar lo que cia babilónica” en detrimento de la “ciencia helénica”
dice Zemelman (2003) acerca del concepto de forma- (p. 66).

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humana que ve en el valor la garantía de vida. signo. En efecto, la literatura es una forma de co-
Por eso, se dice que “los libros son mi vida, parte nocimiento cuyo perfil misterioso enmarca el in-
de mi vida, razón de mi existencia, de mi vivir”. tento de darle sentido a lo no dado, a lo no dicho,
Los objetos tienen propiedades inherentes pero a través de un juego de deslinde con la realidad,
el hombre los dota de valores que multiplican las entre la inmanencia y la trascendencia, en pro-
opciones de vida. Por ejemplo, el dinero significa cura del sincretismo que hace viable la totalidad
utilidad, derroche, vida cuya forma, sin dejar
regalada, préstamo, os- de ser conceptual, es
tentación, además de la preferentemente ima-
media de trabajo nece- ginaria y simbólica.
sario de la producción Es así como el
o vehículo comercial conocimiento analó-
como lo puntualizan gico que produce no
los economistas. Pero exige la demostración,
su valor proviene del y sus formas de repre-
carácter simbólico que sentación apuntan ha-
le permite constituirse cia lo verosímil y hacia
en fuente de placer, sa- lo posible, intentando,
tisfacción, gusto perso- a todo trance, romper
nal, razón de vivir. las expectativas de la
De hecho, la li- verdad lógica que, al
teratura se interesa en ser penetrada en sus
la realidad como mun- laberintos, deja de ser
do conocido y valorado, lineal y causal para re-
según la acertada expre- trotraerse a la prolife-
sión de Bajtín (1986); ración simultánea de
las versiones. Tal conocimiento tiene un corte
[…] Todas las palabras tienen el aroma de una abductivo y transductivo (Cárdenas, 2009: 91-
profesión, de un género, de una corriente, de 92), es decir, su poder estriba en las hipótesis y
un partido, de una cierta obra, de una persona, en la globalización y la yuxtaposición.
de una generación, de una edad, de un día, de Por tal razón, la ligazón de los valores in-
una hora. Cada palabra tiene el aroma del con- telectuales a los intereses cognoscitivos de las
texto y de los contextos en que ha vivido inten- personas que importan a la literatura: el amor a
samente su vida desde el punto de vista social; la verdad original, la crítica y la creatividad, el
todas las palabras y las formas están pobladas desarrollo analógico de la inteligencia, la con-
de intenciones […] (Bajtín, 1986: 106-111). ciencia del mundo, el juego con las hipótesis, el
sincretismo, la búsqueda de la totalidad, entran
Esto que se dice del lenguaje cotidiano tie- en conflicto de saturación e imbricación, oscure-
ne mayor asidero en la literatura, donde ocurre cen los límites y vuelven todo relativo, sincreti-
un proceso general de valoración que, desde la zan y yuxtaponen mundos, convocan lo disyunto
perspectiva de la sensibilidad y la imaginación, y opacan las diferencias que proceden de la ló-
carga de nuevos sentidos la “realidad” como gica.
forma y manifestación de la impronta de lo hu- El aprendizaje de valores cognitivos debe
mano. promover la capacidad de pensamiento en el
Por eso, el conocimiento que configura no campo ideático y formal, tanto analítico como
es, en propiedad, objetivo; la naturaleza icóni- simbólico de la persona, brindándole principios
ca, simbólica e indicial de la forma estética en- para apreciar el conocimiento y el saber en sus
riquece las visiones literarias de la realidad, más diversas facetas como algo digno que confiere
allá de la conceptuación y objetivación típicas del sentido a la vida de la persona. Este campo, ade-

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más de convenir con los conceptos, los sistemas, pasar las barreras de la demostración, son tareas
los modelos y las categorías, supone el flujo per- que caen bien a los estudiantes y al buen maes-
manente de imaginarios, simbolismos, valores e tro de literatura. En concreto, dada la diversidad
ideologías que permean tanto el conocimiento cognitiva de la literatura, corresponde al maes-
como el comportamiento humano. tro promover la racionalidad dialógica y elevar
En el plano crítico, el papel de la literatu- los niveles de conciencia acerca de las rupturas,
ra debe incidir en la educación del hombre inte- por ejemplo, del mundo actual, con respecto a
gral, mediante actitudes positivas y valores hacia los principios de realidad, simplicidad, causali-
el ejercicio de la verdad profunda –no necesaria- dad, objetividad, razón y verdad.
mente lógica–, el cuestionamiento del saber, el
deseo de aprender, los puntos de vista (lógico, Los valores estéticos
psicológico, ideológico, temporal y espacial), las
perspectivas (interpersonal, eventual y enfática), Los valores estéticos van de la mano con
la argumentación (demostrativa, probatoria y la las diferentes concepciones del sujeto a lo largo
destinada a convencer), el espíritu crítico (dialo- de la historia; de un sujeto clásico afincado en
gismo, reconstrucción y autoconciencia) y la ac- la naturaleza, se pasa al sujeto moderno escin-
ción práctica. Desde el punto de vista creativo, dido del mundo y puesto en el orden de la ra-
interesan el ejercicio de la duda, el despertar el zón, la conciencia y la historia. De allí, se avanza
asombro y la curiosidad, la capacidad para apla- hacia el sujeto posmoderno aferrado al presen-
zar los juicios, el juego simbólico e imaginario, te, viviendo la sincronía, sin respuestas y frag-
la capacidad de interpretación, la originalidad, mentado, que ha perdido la confianza en lo que
la fantasía, la búsqueda de la totalidad, la trans- algunos expertos llaman los “grandes relatos”.
ducción, la conciencia de la ambigüedad, el jue- Dentro de este panorama, los valores estéticos,
go retórico, etc. lo mismo que los éticos, son mediaciones entre
el sujeto y el objeto.
La forma como la poesía da sentido al
Lo estético se orienta a escudriñar mundo, organizándolo en categorías incluyen-
el mundo dentro de un marco tes, no tiene la finalidad de configurar su do-
minio utilitario ni tampoco transformarlo con
de potencias y contingencias, fines prácticos. Lo estético se orienta a escudri-
creando una virtualidad analógica ñar el mundo dentro de un marco de potencias
y contingencias, creando una virtualidad analó-
para lo cual se apropia de formas: gica para lo cual se apropia de formas: nociones,
nociones, creencias, mitos, creencias, mitos, imágenes que engloban gran-
des asuntos humanos.
imágenes que engloban grandes Por ejemplo, el interés por conocer la esen-
asuntos humanos. cia, el principio y fin de la existencia humana,
origina grandes valores. Así, la realidad deja de
ser útil y resulta interesante, bella, digna de re-
En síntesis, la opción crítica y creativa debe cuerdo, deseable, repetible; es algo que llama la
rescatar los valores orientados al desarrollo de la atención y puede ser objeto de imitación, recrea-
acción y del pensamiento con base en la raciona- ción o invención.
lidad dialógica y analéctica, abierta al mundo y En relación con los valores estéticos, la
sus posibilidades y vinculada, en lo fundamental, pedagogía, más que orientarse a los consabidos
con el contenido analógico. Acrecentar el cono- juicios de valor, debe contribuir al desarrollo de
cimiento, multiplicar las formas de pensamiento, vivencias en torno a la literatura como generado-
reconstruir lo analógico, restituir lo simbólico, ra de miradas que configuran la realidad de ma-
dar alas al juego, confiar en la argumentación, nera saturada, distinta, profunda; a verla desde
promover distintas formas de inferencia, tras- puntos de vista extraños, que rebasen los lími-

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tes de lo lógico, ofrezcan saturación percepti- y es irrepetible en cada uno de sus actos. El su-
va, apuntalen la agudeza sensorial, convocando, jeto es tal en cuanto se individualiza a través de
en dosis adecuadas, los ángulos de la intuición, sus actos únicos, irrepetibles y totalmente impu-
el instinto, las emociones, los sentimientos, los tables a su acontecer. Esto es lo absoluto en lo
afectos, el juego, el sueño, la imaginación y el que hace al individuo. Luego, el sujeto no es una
entendimiento. entidad, es una relación de aquel ser que actúa
Solo así será procedente el cultivo de co- de manera única, absoluta, irrepetible, respon-
nocimientos y sentimientos encaminados a ex- sable, imputable frente a los demás, y que tiene
plorar diversas formas de la expresión humana carácter infinito y abierto. Esto se entiende a tra-
–arquitectura, escultura, pintura, música, cine– vés del lema “no hay coartada en el ser” (Bajtín,
para apreciar la “belleza” y sus formas: totalidad, 1997: 7).
unidad, forma, armonía, equilibrio, simetría, El sujeto se da en la intersección con el
ritmo, color; para liberar el juego de lo expresi- otro, es una zona fronteriza que no está perfec-
vo y asumir posturas estéticas relacionadas con tamente delimitada ni constituida ni fijada en el
la liberación del espíritu, la capacidad de inven- tiempo y en el espacio. Es una construcción que
ción, la riqueza discursiva del lenguaje, la origi- avanza en la medida en que la mirada se orienta
nalidad y la novedad, la comunicación, la magia, en dirección de la conciencia del otro, en función
la fantasía; para cultivar valores estéticos que di- de la ideología. El sujeto se produce en la hete-
versifiquen las maneras de ver el mundo desde lo roglosia social8 a la cual acude la literatura para
serio, lo cómico, lo trágico, lo grotesco, lo carna- enriquecer estéticamente el lenguaje y deslizarse
valesco, lo humorístico, lo paradójico, lo irónico; entre la complejidad del sentido, configurando la
para no perder de vista la naturaleza ambigua del distancia, el diálogo, la participación, la diver-
sentido, las direcciones del sentido de la vida. En gencia, como manifestaciones netas del intento
últimas, para ser más dialógicos, más participa- de existir y convivir, de construir la existencia
tivos y, perdóneseme la expresión, menos cua- del hombre rodeado y condicionado por otros.
driculados. Esta es una de las maneras como se constituye
Reconocer cada aspecto supone la ex- la vida social en el cruce discursivo de diversos
ploración permanente de los mecanismos del géneros que se prestan y arrebatan la pala-
lenguaje relacionados con la ambigüedad, la re- bra entre sí.
petición, la intensificación y, primordialmente,
la implicación y el desarrollo de los juegos de
lenguaje desde la perspectiva de las formas sen-
sibles y de la capacidad expresiva en cuanto a sus 8
Esto nos dice que el signo por naturaleza es ambiva-
lente, ambiguo, condensado de muchas voces; es una
tendencias crítica y creativa. unidad donde comparecen el yo y el otro, que dialogan
comprendidos en sus contextos diversos; el signo es una
Los valores éticos metáfora de la identidad y de la otredad o, para decirlo
en otros términos, una junta de lo lógico y lo analógico,
donde comparecen el concepto y la imagen, donde jue-
Los valores éticos juegan el proyecto hu- gan el signo y el símbolo, transparencia y opacidad. Este
mano en el horizonte de la mismidad y la alteri- es el fundamento para decir que la arena donde se juega
dad, en la doble conciencia del yo y del otro. El el discurso es la sociedad y este no es más que diversidad
por más que queramos identificarlo con un grupo o con
otro –ser superior, mujer, máscara, apodo, padre, una cultura. De todos modos, se pone en evidencia que
madre– es el origen de los sentimientos morales: no existe en el sentido un reflejo de la realidad, que la
el deber, la culpa, la caída, la imperfección, la in- representación no apela necesariamente a la verdad sino
que es una refracción de la misma. En función peda-
satisfacción. En esta dirección, los valores éticos gógica, hay que reconocer que la literatura cumple este
pasan por la naturaleza del acto. El acto ético, en papel con creces y es allí donde se abren las posibilida-
cuanto a su condición histórica, es imputable al des de trabajar la comprensión, pues la literatura abre
las perspectivas del diálogo en cuanto abarca muchos
hombre como sujeto que se individualiza, que es sentidos, orienta el sentido en determinadas direcciones,
finito, ambivalente, que está siempre en proceso confronta posiciones, apela a la palabra de otros, rechaza
o proscribe lo que otros han dicho, etc.

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Artículo de investigación

Las determinaciones a que está sometido el tal como sujeto actuante en condiciones históri-
sujeto (mundo, otros, sí mismo) hacen de la sub- cas definidas. Es el hombre real que convive con
jetividad una noción alusiva a las diferentes po- otros hombres y actúa frente a ellos y en relación
siciones sociales que este puede ocupar; por eso, con ellos, tiene una gran capacidad de respuesta
el sujeto no es garantía de nada dada su escisión variable, heterogénea, irrepetible. El sujeto es el
y su finitud en cuanto forma de la comprensión ser singular, histórico que vive y muere, es el ser
histórica del ser humano. Una de las premisas de en el cual transcurre el acto único y responsable.
este planteamiento está en reconocer que mundo Por tanto, estos valores se refieren tanto a
y sujeto son ambivalentes y que, por supuesto, el las posiciones de la corporeidad como a las acti-
lenguaje es ambiguo. A estas premisas no esca- tudes y, en general, a los puntos de vista y accio-
pa el sujeto. Este es sujeto y agente, a la vez. A nes que condicionan la asunción de la identidad,
la par, el sujeto se define por el acontecimiento los compromisos con los demás y las aspiraciones
del ser y el ser acontece siempre en relación con de trascendencia más allá de sí mismo. Por igual,
el otro, en cuanto actúa frente al otro, al lado del atañen a comportamientos sociales donde, fren-
otro, junto con el otro, en el mundo de la vida y te a la otredad, nos hacemos a nuestra imagen,
en la cultura. El ser es ser en cuanto acontece y encontramos los límites de la libertad personal y
acontece en la medida en que es un “ser juntos”, aceptamos la regla como constituyente construc-
yo y otro, en la medida en que establece relacio- tiva de nuestra naturaleza social.
nes con el otro. “Un acontecer […] puede darse En consecuencia, la alteridad nos permite
únicamente cuando hay dos participantes, pre- situarnos desde el cuerpo y trascender el medio
supone la existencia de dos conciencias que no para decidir y afirmarnos como totalidad, inte-
coinciden” (Bajtín, 1992: 28). Sólo a través de grarnos a los demás y potenciar nuestro horizon-
la mirada del otro, que me es inmediato y coti- te de urgencias vitales. De ahí la necesidad que
diano, es posible tener conciencia de la totalidad cada cual tiene de reivindicar su corporeidad, de
que soy, puedo tener la sensación de que confor- comunicarse, de seguir, de adelantar búsquedas
mo una totalidad. “Yo soy yo por la mirada del y procurar metas, de desarrollar actitudes, de
otro”, significa que: “Yo sólo puedo ser aquello afrontar decididamente su papel, de dejar huella,
que ya soy esencialmente: un ya-ser que no es de autodeterminarse, de trascender y de compro-
mío sino que pertenece al otro, de modo que va- meterse. Todas estas formas de la autodetermi-
lorativamente no me pertenezco porque perte- nación suponen que cada uno de nosotros tiene
nezco al otro (p. 157). conciencia psíquica de la persona y conciencia
moral de los límites que me impone el otro, de la
disonancia en que convivo con él.
El sujeto se define por el Esta dinámica de la vida moral influye de
acontecimiento del ser y el ser manera decisiva en la perfección del hombre que,
a pesar de someterse a pautas sociales que aso-
acontece siempre en relación con el man como inconsciente moral, actúa libremente
otro, en cuanto actúa frente al otro, sus potencias. Esta es una de las lecciones de la
novela Pedro Páramo. Por ejemplo, la lucidez mo-
al lado del otro, junto con el otro, en ral de Juan Preciado depende de la reivindica-
el mundo de la vida y en la cultura. ción (forma ética de la venganza) de los derechos
arrebatados por la autoridad paterna; la negación
del apellido, el matrimonio arreglado, el despojo
En esta situación, la actividad humana es de la herencia, el hurto a la madre y el posterior
tal en cuanto obedece a la naturaleza del acto. El abandono, son derechos conculcados a Juan y
sujeto es, entonces, sujeto moral y, en calidad de otorgados al “bastardo”. Por eso, Juan se convier-
tal, no tiene coartada, manera de eludir su for- te en el hijo enviado en búsqueda del padre para
ma de ser, de acontecer, de actuar. El sujeto es cobrar la deuda, conflicto edípico que Rulfo re-

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Literatura, pedagogía y formación en valores

suelve conduciendo a los personajes al mundo de la Maga; José Arcadio huye de la civilización a
ultratumba, donde no existen tiempo ni espacio la barbarie para escapar de la historia y ratificar
y la eternidad del mito suplanta la historia. Algo el mito; Julián Sorel pretende asumir la identi-
parecido sucede en la novela colombiana El día dad histórica de su héroe Napoleón; Juan Precia-
señalado, de Mejía Vallejo. La lucidez moral del do viaja al más allá en búsqueda del padre pero,
hombre proviene de la capacidad para identificar en el fondo, lo que hace es reconstruir la historia
la otredad que condiciona la conducta, nos limita de Comala.
el campo de acción y nos impone normas frente a Cabe destacar, a propósito, la puntualidad
las cuales tenemos la libertad de optar de mane- ética10 de la palabra de Sábato (1983) cuando, al
ra responsable, ya sea para aceptarlas, negarlas o referirse a las dicotomías que ven las soluciones
interrogarlas. Este es el origen de la ética. humanas en dos grandes proyectos éticos de la
Aspectos como el diálogo, el encuentro, la Modernidad, el individualismo y el colectivis-
identidad y la alteridad9, el deber y la ley, la au- mo, plantea que
toridad y el poder, la libertad y, en general, las
diversas formas de la acción humana, son objeto […] la verdadera posición no es ni una ni otra
de valoración ética en la literatura. No se trata de sino el reconocimiento del otro, del interlocu-
moralizar sino de hallar valor. tor, del semejante. Tanto el individuo aislado
Estas reflexiones vienen al caso porque la como la colectividad son abstracciones, ya que
literatura tiene una gran vocación ética que se la realidad concreta es un diálogo, puesto que
expresa a través de personajes que manifiestan la existencia es un entrar en contacto del ser
vivencias, sentimientos, conductas y visiones de humano con las cosas y con sus iguales. El
mundo; a través de la palabra plural inscrita en hecho fundamental es el hombre. El reino del
dichos, refranes, sentencias, leyes, normas, re- hombre no es el estrecho y angustioso terri-
glas, principios; mediante costumbres y acciones torio de su propio yo, ni el abstracto dominio
que revelan formas de tomar posiciones, mostrar de la colectividad, sino esa tierra intermedia
intereses, asumir actitudes, defender derechos en que suele acontecer el amor, la amistad, la
y responder por deberes. Si la literatura tiene la comprensión, la piedad. Sólo el reconocimien-
capacidad de revelarnos al ser que acontece en to de este principio nos permitirá fundar co-
cada hombre es porque puede abarcar la expe- munidades auténticas, no máquinas sociales.
riencia humana, a la cual no escapa la literatu-
ra misma. Así, Don Quijote se nos revela como Ese territorio intermedio y limítrofe del
personaje histórico en el tránsito de España a la llamado y el encuentro convoca la toma de ac-
Modernidad pero, de igual modo, se posiciona titudes frente a la sumisión y nos llama a ser su-
críticamente frente a la literatura anterior, toma jetos de una historia interactiva que, a través de
postura frente a la crítica, se nos revela como la necesidad del otro, abra los caminos del ser y
lector y ventila el proceso mismo de la escritu- del hacer latinoamericanos. Nada distinto refle-
ra. Don Quijote, junto a Madame Bovary, quie- ja la conciencia de nuestros novelistas quienes, al
re poner en escena los libros que lee; K siente trascender simbólicamente los contextos locales,
el asedio humillante y omnipresente del poder han asimilado influencias y creado formas, te-
que viola su privacidad; Horacio Oliveira sufre máticas y técnicas de las cuales se sirve con lujo y
la crisis de la identidad y envidia la mirada de eficacia su mentalidad universal.

9
Algunas formas que se relacionan con la alteridad y la 10
De manera particular para Colombia, Rojas Herazo
identidad desde el punto de vista literario son: el do- piensa que la novela, más que una visión estética, es
ble, la máscara, los apodos, el diálogo, el erotismo, la una creación ética que refleja la soledad, las angustias
búsqueda del otro, la licantropía, la metamorfosis, la y miedos del hombre; se construye para “desridiculizar”
androginia, el totemismo, etc. Estos aspectos pueden al hombre. Por eso, “La novela es más un acto ético que
trabajarse desde distintos puntos de vista: psicológico, un acto estético. Aspira a acompañar, a compadecer, es
antropológico, ético, social, religioso, histórico. decir a compartir la pasión” (Rojas, 1976: 254).

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Artículo de investigación

La sensibilidad y la imaginación, así como ramos las tres esferas de la cultura humana (vida,
el conocimiento analéctico, son las fuentes es- arte y ciencia)13, y aceptamos que la educación es
téticas creadoras de este espacio. Y el llamado, el proceso que nos inscribe en la conjunción de
la búsqueda y el encuentro con el otro, serán los esa tríada, la mejor manera de ajustar las relacio-
cronotopos de su expresión. En esa dirección, nes entre ellas es la responsabilidad pues el hom-
para Sábato, “la literatura no es un pasatiempo bre, al situarse entre esos mundos como ser en
ni una evasión, sino una forma –quizá la más acción, vive y se objetiva en ellos, actúa el pro-
completa y profunda– de examinar la condición ceso de vivir en uno y vive el resultado de sus
humana” (1983). acciones en otros, de manera que tiene una do-
El mundo del sentido11 es, por eso, como ble responsabilidad (Bajtín, 1997: 11): la de la
en el caso de Borges, la confluencia cultural de experiencia vivida mediante la cual se construye
las tradiciones de Oriente y de Occidente, el significado objetivo de una determinada esfe-
donde se funden historia y mito, y tiempos y es- ra de la cultura (“responsabilidad especial”) y de
pacios convergen hacia la totalidad de lo posible. la eventualidad única del acto que me hace
Asimismo, la motivación ética revela preocupa- moralmente responsable de mis acciones ( “res-
ciones de la novela; este género expresa soledad, ponsabilidad moral”) que, a pesar de la contin-
miedo, ansia de absoluto e incomunicación; gencia, pertenece al mundo donde efectivamente
configura utopías y paraísos perdidos, pueblos vivimos y nos situamos, donde compartimos y
fantasmales y subterráneos; se confiesa, busca en nos comprometemos.
el pasado, viaja y expresa la nostalgia de lo per- Esta manera de ser responsables pasa por
dido. En consecuencia, la insistencia ética de la una nueva concepción del deber; ya no es el pun-
novela no incuba el ser personal en “lo mismo” to de vista deontológico el que nos obliga y se
sino en la existencia del otro. sobrepone a todos como categoría formal, sino
Interesa, entonces, ver cómo los cronoto- el punto de vista significativo en todos sus tonos
pos12 del encuentro y del llamado transgreden las (estético, científico, moral), donde el deber “[…]
fronteras del tiempo y del espacio y echan raí- reside, en cambio, en la unidad de mi única vida
ces en lo inmemorial, en lo mágico y misterio- responsable como se manifiesta en la unicidad
so, en el límite de lo social, donde inmanencia y de la elección responsable” (Ponzio, 1997: 229),
trascendencia se yuxtaponen para caracterizar la en su realización histórica y social, única, inde-
búsqueda del otro. La alteridad, como capacidad legable, irrepetible, en relación con el otro que
de identificar la diferencia, significa un recono- nos abarca, nos determina, labor que efectúa la
cimiento de las posibilidades y la novela es la ex- literatura en grado superlativo, según la perspec-
presión adulta del arte de la imaginación que se tiva de Bajtín.
nutre de la armonía, del ritmo, de la belleza, de A tenor de esto, y si la problemática de la
la fealdad, de la locura, de lo monstruoso y anor- literatura es el sentido, unidad que Bajtín (1989)
mal, del miedo y de lo traumático, del orden y reclama en “Arte y responsabilidad”, la educa-
el caos. ción literaria requiere basarse en una herme-
Adicionalmente, surge como valor funda- néutica que procure comprender el sentido que
mental el de la responsabilidad. Así, si conside- liga las diferentes esferas de la cultura y, por su-
puesto, los diferentes discursos que construye el
hombre, para reconocer al otro como diferen-
11
Aunque aquí incurrimos en una redundancia en cuanto
el hombre es el único ser que tiene mundo, es importan-
te señalar que la realidad se hace mundo cuando se le 13
Según Bajtín (1997: 11), “Un todo es mecánico si sus
conoce y valora, es decir, cuando se le otorga sentido. elementos están unidos solamente en el espacio y en el
12
Este término, acuñado por Bajtín (1986), alude al sincre- tiempo mediante una relación externa y no están im-
tismo témporo-espacial que adoptan los motivos nove- pregnados de la unidad interior del sentido […]. Tres
lescos para responder, dentro de la forma arquitectónica, áreas de la cultura humana –la ciencia, el arte, la vida–
al desarrollo del contenido cognitivo, ético y estético de cobran unidad sólo en una personalidad que las hace
la obra. participar en su unidad”.

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Literatura, pedagogía y formación en valores

te, consolidar la posibilidad de moverse alrede- va, sensible, emocional, imaginaria, intelectual y
dor de puntos de vista, para ser responsables de lúdica; atender a su naturaleza como poesía, arte,
nuestros actos, para llegar discursos y visión de mun-
a consensos cuando sea ne- do; reivindicar la lectura ac-
cesario, para intentar com- Somos en la medida en que tiva, plural y crítica como la
prender al hombre, para no la memoria y la nostalgia mejor forma de acercarse a
dedicarnos tanto a juzgar y, la complejidad de tal fenó-
de preferencia, contribuir a tejen un destino incierto meno humano y, por últi-
vivir juntos. cuyo sentido siempre será la mo, comprometerse con el
De aquí surge una hombre de manera integral,
conclusión más: nuestro es- diferencia con el otro. con su conocimiento y sus
pacio no es lugar puro; es conductas, su inteligencia y
contexto, es ámbito que se enriquece con las op- sus valores, y sus maneras de ser y de hacer.
ciones del mundo posible. Somos en la medida Para responder a estas expectativas, son
en que la memoria y la nostalgia tejen un desti- convenientes algunas acciones pertinentes al de-
no incierto cuyo sentido siempre será la diferen- sarrollo de la racionalidad dialógica a partir de
cia con el otro. la literatura; al fomento de prácticas cognitivas
analógicas; al trabajo de talleres de pensamiento
Algunos principios pedagógicos crítico y creativo; a la promoción del juego para
favorecer la cognición; a la puesta en escena de
Partiendo de los conceptos previos14, y la interacción y la expresión en clase; en fin, al
atendiendo principalmente a los planos cosmovi- desarrollo abductivo y transductivo del razona-
sionarios señalados más arriba, es posible sugerir miento, apoyado en las operaciones analógicas
esquemáticamente algunos elementos para tener (Cárdenas, 2007: 60).
en cuenta en la pedagogía de la literatura. Así, el Las estrategias pedagógicas sugeridas para
cultivo de estos valores es deseable en la forma- cultivar lo analógico, la parte descuidada del
ción integral de la persona15, para lo cual se debe hombre, para reintegrarlo o recomponerlo, para
atender a las dimensiones cognoscitiva, ética y apreciar la diversidad humana y aprender cultu-
estética que le dan sentido a la vida; partir del ra general, para tomar conciencia de otras for-
principio de que la literatura es un edificio esté- mas de conocer, para establecer las posibilidades
tico que se construye sobre bases éticas, principio del hombre, para recuperar la dimensión olvida-
que, en el caso colombiano, fue caro a los poetas da, suponen el fomento de valores cognitivos, in-
de Mito. Para ello, se requiere atender a la com- teractivos y expresivos en los estudiantes; estos
plejidad estética de la literatura: corporal, afecti- deben ser garantía de respeto a la vida, elemen-
tos para la comprensión del mundo complejo,
factores para elevar la autoestima y para ser más
14
La limitación a estos tres órdenes no implica desestimar responsables y mejores personas; en fin, valo-
los valores biológicos, utilitarios, económicos, sociales, res que favorezcan el cambio permanente del
políticos, históricos, etc. Solo supone la pretensión de ser humano.
ser coherentes con las dimensiones básicas de la raciona-
lidad humana, tal como la han previsto algunos autores La propuesta engarza sus raíces al poder de
interesados en asuntos del lenguaje. Valga mencionar a la extraposición16 y a la configuración arquitectó-
Habermas (1989) y Bajtín (1986, 1992).
15
La bondad de esta concepción se nota en su relación
con las funciones básicas y los poderes del lenguaje,
pero también en relación con los procesos pedagógicos 16
La bondad de esta concepción se nota en su relación con
del lenguaje relativos al pensamiento analítico, crítico y las funciones básicas y los poderes del lenguaje, pero
creativo; a las medicaciones que intervienen en la inte- también en relación con los procesos pedagógicos del
racción humana; a la situación de la escritura y a la lec- mismo relativos al pensamiento analítico, crítico y crea-
tura del sentido como conjunto de nociones, conceptos, tivo; a las medicaciones que intervienen en la interacción
actitudes y valores. humana; a la situación de la escritura y a la lectura del

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Artículo de investigación

nica17 que brinda la literatura, donde se produce de acompañamiento y de compromiso de la li-


un excedente de conocimiento, de visión, de sen- teratura con la vida humana; en relación con la
sibilidad y de imaginación que alimenta el sen- estética, instaura la mirada analógica que abre el
tido, que introduce nuevas formas de percibir el juego de revelaciones de la verdad profunda del
mundo, diversas maneras de sentirlo y de imagi- alma y la vida humanas.
narlo. Estas son posibilidades que el maestro de Por eso, atendiendo a que la educación es el
literatura no puede desaprovechar a la caza de la dominio del desarrollo social a través de la me-
contra-palabra (Bajtín, 1992: 142) como herra- diación consciente de los signos (Vigotsky, 1989),
mienta y ámbito de la formación de los estudian- somos sujetos de procesos mentales complejos y
tes de los diversos niveles de educación formal. de conductas que se originan en el mundo so-
cial y cuyo asidero son instrumentos semióticos,
conscientes y voluntarios que apoyan la memoria
Reconocida la “potencia y el recuerdo, nos abren la posibilidad de evocar
educadora” de la literatura, su un objeto o un hecho in absentia, independien-
temente del entorno inmediato. Esta actividad
pedagogía ha de concentrarse deliberada es soportada por la asociación de me-
en los valores en connivencia con dios de instrumentación semiótica, como los que
la expresión diversa, variada y pone en juego la literatura.
Reconocida la “potencia educadora” de la
vigorosa de los estudiantes; con literatura, su pedagogía ha de concentrarse en los
sus formas de comprender el valores en connivencia con la expresión diversa,
variada y vigorosa de los estudiantes; con sus for-
mundo y de comunicarse mas de comprender el mundo y de comunicarse
sin restricciones en el sin restricciones en el ambiente escolar. Los va-
lores proceden del sentido vivencial de las cosas;
ambiente escolar. por tanto, representan una actitud de apreciación
y estima que la literatura logra

al dotar a la palabra de todo lo que es propio de


Conclusiones la cultura, o sea, de todos los valores culturales
–cognitivos, éticos y estéticos– (de donde) se
Si aceptamos que el papel primordial de la
llega con mucha facilidad a la conclusión de
pedagogía de la literatura es contribuir a darle
que, salvo la palabra, en la cultura no hay nada
sentido a la vida del hombre, dicho propósito, más; de que esta última no es otra cosa que un
desde el punto de vista cognitivo, permite al arte fenómeno de lenguaje; de que el científico y el
inventar o descubrir mundos; desde la dimen- poeta, en igual grado, tienen que ver solamente
sión ética, condiciona la participación, la inte- con la palabra (Bajtín, 1986: 51).
racción, el llamado, el encuentro y la capacidad
La literatura, entonces, conduce a una edu-
cación en valores anclada, como lo dice Freire
sentido como conjunto de nociones, conceptos, actitu- (1997: 35), en la “corporeidad del ejemplo”, en la
des y valores. actitud responsiva frente al otro, en el reconoci-
17
El concepto de arquitectónica (Bajtín, 1986) se refiere miento y el respeto por la diferencia.
a la forma de la existencia estética donde se integran lo Tal actitud manifiesta interés, significa
espiritual y lo corporal para conformar el acontecimien-
to en sus aspectos vital, social, histórico, filosófico, etc. poner acento especial sobre las cosas desde las
Esta noción configura la indeterminación del arte, su cuales se puede fomentar la actitud crítica y crea-
apertura y liberación hacia lo que tiene valor en el orden tiva, la capacidad de interrogación del estudian-
de lo humano. Estos mismos conceptos podrían aplicar-
se a la educación a través de la literatura. te, la suficiencia para cambiar de punto de vista,

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Literatura, pedagogía y formación en valores

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