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*Este documento irá acompañado del Powerpoint, donde habrá fotografías con ejemplos de las
situaciones dispuestas a continuación
Funcionamiento:
Palabras guía:
Para poder encontrar las entradas que buscamos, nos ayudaremos de las palabras guía. En los
diccionarios convencionales son las palabras que nos aparecen en el margen superior de las
páginas, que nos indican la primera entrada de dicha página. En el de latín hay dos diferencias:
en la página de la izquierda nos vamos a encontrar las tres primeras letras de dicha palabra; en
la de la derecha nos encontraremos las tres primeras letras de la última entrada de la hoja.
Búsqueda:
La complicación que se nos presenta con esto es que si vamos a buscar una entrada que esté
justo después de uno de estos prefijos, es muy probable que haya varias páginas que pasar y si
intentamos hacerlo una por una tardaremos demasiado: el tiempo es demasiado válido en un
examen. Con el dedo pulgar de la mano izquierda iremos pasando páginas muy rápido hasta
que nos pasemos. Ejemplo: vamos a buscar la palabra Mansio (cuya palabra guía es MAN) y
realizando este procedimiento llegamos a la palabra guía ISA. Es evidente que la entrada que
buscamos está a la derecha, por tanto, todo lo que quede a la izquierda de esa palabra guía lo
descartamos. Ya hemos discriminado buena parte del diccionario. Repetimos la operación y
nos lleva hasta la palabra guía MAG. Ya estamos cerca, apenas tendremos que pasar una
página de la manera habitual para alcanzar la palabra guía MAN, donde estará nuestra
entrada.
Es muy habitual encontrar varias palabras con la misma raíz (también en castellano). A
diferencia del latín, en nuestros diccionarios encontraremos una entrada para cada una de
ellas, sin embargo tendremos cierta complicación para hacerlo en latín, puesto que aquí se
meten dentro todas las palabras con misma raíz. La única ayuda que tenemos será el genitivo
en negrita. Ni siquiera la palabra entera, por lo que habrá que hacer una lectura transversal de
la entrada hasta el final.
Véase:
Podremos encontrarnos que una palabra, en vez de tener una traducción, nos pone una uve
seguida de punto y otra palabra en latín. Significa véase, es decir, que lo que hay que hacer es
ir a buscar la segunda palabra. Esto puede ocurrir porque el latín, al igual que todas las
lenguas, ha sufrido una evolución, y el diccionario nos tiene que poner las dos palabras, puesto
que entre un texto y otro de los que podemos hacer en clase puede haber varios siglos de
diferencia.
Véase (II):
Hay una segunda opción de que nos aparezca un véase. Nos aparecen como entrada unas
letras (tres o cuatro), seguidas de puntos suspensivos. Después del véase vuelven a aparecer
otras tres o cuatro letras con más puntos suspensivos. Esto quiere decir que todas las palabras
que empiecen por dichas letras, tendrán que ser buscadas de la segunda forma. Esto ocurre
porque la lengua puede desarrollar ciertas normas fonéticas que se pueden repetir una y otra
vez en muchas palabras y de esta manera ahorran espacio.
Existen ciertas palabras que en latín sólo tienen plural, y por tanto, ya que el enunciado se
realiza en singular, en estos casos no será posible. Aunque la forma de enunciar es la misma
(nominativo y genitivo), habrá que usar las formas plurales. De esta forma, nos podremos
encontrar genitivos en -orum, -arum, -um, -uum o -erum.
Verbos:
Participios:
- Part. de presente. Se designa con las letras p.pres. y siempre tiene la forma -ns, -ntis.
- Part. de perfecto. Se designa con las letras pp. y tiene la forma -us, -a, -um
Deponentes:
Estos verbos son aquellos que tienen solo formas de voz pasiva pero que se traducen por voz
activa. Irá indicado con la nomenclatura dep. y acompañará la forma del presente (que
siempre acabará en -or puesto que es una forma pasiva) y una forma compuesta con el verbo
sum. Ej: Loquor, locutus sum.
Transitivos o intransitivos:
Preposiciones:
Las preposiciones son formas invariables de la lengua, por lo tanto en su entrada no nos
aparecerá ningún genitivo, solo la palabra en sí. A priori esto facilita muchos las cosas, salvo
por un detalle. Las preposiciones suelen tener entradas kilométricas, muchas veces con cosas
inservibles (al menos para el nivel que se trabaja en bachillerato). Merece la pena aprenderse
de memoria unas pocas preposiciones porque si no lo que vamos a tener es complicación a la
hora de encontrar una traducción (para acabar equivocándonos muy probablemente) y
además una pérdida de tiempo que puede ser crucial en un examen. Las más importantes son
las siguientes:
Ciudades y gentilicios:
Mucho cuidado con los nombres de ciudad, sus gentilicios y otros nombres propios que tengan
la misma raíz. Muchas veces estas palabras se parecen mucho entre sí y realmente son
diferentes (e incluso puede cambiar la declinación de la propia palabra y hasta la categoría
gramatical). Ej: Athena, -ae: Atenea / Athenae, -arum: Atenas / Atheniensis, -e: ateniense.
Cruces:
En algunos casos, hay entradas que aparecen con una cruz a la izquierda. No hay que darle más
importancia. Simplemente son palabras que pertenecen al vocabulario eclesiástico,
Vocales largas:
Existen ocasiones en las que algunas vocales tienen una línea horizontal sobre ellas. No hemos
de darle importancia. Estas líneas nos indican que esas vocales son largas. Hay que explicar
que en la lengua latina, así como en la griega, el sistema vocálico estaba definido por una
diferenciación en la cantidad de las vocales, que podían ser largas y breves. Se da por supuesto
que las vocales largas se pronunciarían durante más tiempo que las vocales breves,
aproximadamente, el doble de tiempo.
Diccionario español-latín:
Cabe destacar, para finalizar, que el diccionario tiene un pequeño anexo al final en forma de
diccionario español-latín, es decir, en orden inverso al que vamos a utilizar habitualmente. A
este anexo no le vamos a dar uso apenas pero está bien que sepáis que existe.