Professional Documents
Culture Documents
ACTIVIDAD # 5
ESTUDIANTE:
Los grupos de poder que tienen influencia sobre el medio de comunicación son los
sectores políticos dominantes en el país, el estado, el sector religioso, las grandes industrias y los
sectores sociales con poder económico, estos sectores requieren de la publicidad y la popularidad
que les puede ofrecer el medio por consiguiente, invierten dinero en los canales de televisión
nacionales y poseen influencia de que se trasmite, según su conveniencia por este medio. Es decir
que el medio puede trasmitir siempre y cuando lo que se mencione no dañe la imagen de sus
clientes, muchas veces dar las noticias con interpretaciones distintas a las que realmente se ha
presentado.
La televisión como medio de difusión es muy bien recibido, pero teniendo en cuenta que debe
estar libre de todas las cadenas o lazos que se han creado a su alrededor y que lo manipulan
convirtiéndola, a menudo, en un medio social inseguro e incluso amenazador en nuestra sociedad,
de este modo, la televisión puede ser mejor o peor en función del uso al que se la destine u
objetivo que se pretenda.
Una vez establecidas estas consideraciones iniciales, con las cuales se pretende no caer en
el error de responsabilizar únicamente a los medios de comunicación de la transmisión de
conductas y valores violentos, nos ocuparemos a continuación de mostrar las diferentes maneras
y mecanismos de legitimación de la violencia que aparecen en los medios.
No toda la información contiene este sesgo ni tampoco se puede prescindir de los medios
de comunicación. En un mundo donde una gran parte de las relaciones sociales se desenvuelve en
el universo mediático, bajo sus diversas formas tecnológicas y de contenidos (información,
entretenimiento, conocimiento y formación) los medios adquieren una fenomenal influencia.
Tanta que es imposible abarcar en unas pocas páginas todas sus dimensiones y aspectos: incide
tanto en la manera de percibir el mundo, como en su funcionamiento económico, cultural y
político.
Uno de los conceptos centrales y a la vez una necesidad de todo proceso, institución y actor
político es legitimar y mantener su poder, favorabilidad y aceptación por parte de la opinión
pública, el electorado, y en general la ciudadanía. Históricamente la legitimidad ha estado
asociada a distintos procesos que a través de recursos de diversa naturaleza (costumbre, tradición,
sacralidad, carisma, racionalidad) intermedian en la relación de subordinación entre los
depositarios de un poder y sus subordinados. (Webber).
La comunicación como un recurso legitimador del poder adquiere un valor superlativo en las
sociedades contemporáneas con el auge de las tecnologías de la información, la masificación
urbana y la tecnificación de los procesos de “objetivación” de la opinión pública y el bien común.
La relación entre legitimidad, consenso y comunicación política puede reflejarse en los índices de
aprobación de la gestión y en la aprehensión por parte de los ciudadanos de una o una serie de
ideas comunes en torno a la justificación de una estructura de poder y sus expresiones
institucionales y de liderazgo. La legitimidad, entendida en términos racionales, modernos si es
que puede decirse, es la que a través de procesos democráticos de comunicación y persuasión
deben buscar los actores políticos involucrados en procesos políticos como una negociación o
proceso de dialogo en pro de alcanzar la paz dentro de una sociedad.
Trabajos citados
Webber. «LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN.» Scielo (1944): 38-56.