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Pbro. VIRGILIO FILIPPO Cura Pérroco de San Antonio (Villa Devoto) LOS JUDIOS Juicio histérico cientifico que el autor no pudo transmitir por L. R. 8 Radio Paris, Afio 1939 EDITORIAL TOR Rio de Janeiro 760 BUENOS AIRES A sus queridisimos hermanos: José Antonio, Edmundo, Rosa, Ramén, Isabel, Néstor Lidia y Adela y a quienes les acompaiian como dignos consortes: Maria Itu- rrios, Maria B. N. Bonfante, Roberto Filippo y Maria Senestrari como prenda de unién y en testimonio perenne del afecto sincero y cordial que les profesa EL AUTOR. RAZON DE ESTA OBRA El presente estu-lio lo provocaron los jwlios de la Reptiblica Argentina, Bllos delegaron a los se fiores Maz Glurma». M. Kining y M. Trampolsky, patrocinados por el diputadn radical Santiago Pas- ‘si, y por ol conservndor Monisio Schoo Lastra (oh, miseria de la politica localista), para protes- tar por medio de wn memorial ante el Ministerio del Interior, contra un sunuesto vonfusionismo ma- Yvolo, que afirmaron, partia de mis labios en per- juicio del puchlo de Israel. Los judtos declan entre olriy cusas en 6? Mani- fiesta: “En esta tarea de confusion deliberada de términos y problemas — del director de “‘Clarina- de”, profesor Carlos M. Silveyta, — le acompafia con énfasis discursive un sacerdote cutdlien, eb Cr- ra Pérroco de Villa Devoto, rivatizando ambos en Ia perfidia con que presentan el examen de los factores judfos con enconada mala fe y desprctiws eonsideracién’”, VIRGILIO FILIPPO, PBRO. Me pregunté una y mil veces como podian fun- damentar la acusacién en los supuestos ataques al judaismo, ya que mis temas dominicales se cnfoca- ban desde hace mas de un aio directamente contra al Comunismo. La tinivo que podia servirles de asidero, pero no de razén, era que yo, cuando nombraba a Le- nin, Trotsky, Litvinov, Marx, Lasalle, Radock, Zé noviev, Kaganovich, Kamenev, Bela-Kuhn, Wisner, Blum, etc., les udosaba el calificativo de judios, como son en realidad casi todos los grandes ciri- aentes de las catdstrofes revolucionarias del pre- sente, Nunca pretends rdentificar 2 cada judfo von un comunista. Si los judius presentaron queja cuando uo hablaba del Comunismo, contribuyeron para dar pie a esta confusién desastrosa, gO es que estt prohibido decir que tos tales pertenecen al puchlo hebreo? gBs vergoneuso decir que fulano es fudiot Parece que le reconacieran técitamente los que qui- steran impedirma tal expecificacién, Nosotros, en cambio, pensamos con San Pablo, que ta verdad profesada no nos avergiienza. Lo cierto es que con su reclamo lograron wmpe dirme la transmisién acostumbrada de las 13 ho ras por Radio Parts, del domingo 16 de Octubre de 1938, Ast la queja judaica favorecié a le causa comunista Mas atin: et examen en Ta Oficina de Controt de Radiocomunicactones, fué més severo: me ob- servaron hasta parrafos textua'es de Wnotclizas del Pupa, y no falté en nuestro campo, hombre de pro que opindé gravemente que mis atagues, no a las Loo s J ou bd it o 8 personas, sino-a los principios comunistas, erun al- ge fuertes, . Aclarando conceptos, dtjo et director de la re- vista judia “El Magazine Argentino’, en su nt- mero de Noviembre de 1938, que, “cl cura Fileopo al combatir al Comunismo, segregaba subrepticia- mente ponzofia antisemita, Este lo negaba, alu- eiendo que SENALAR la raza de los dirigentes comunistas, no era predicar antisemitismo, Claro que no lo es cuando no media mala INT ENCION, la INSISTENCIA en csgrimir UNICAMENTH los nombres de origen semita, y SUBRRAYARLOS con la intencién falaz de GENERALIZAR, de hacer creer en una INTERVENCION AMPLIA del judatsmo en las directivas comunistas, cuan- do en realidad era individual y minma’’, ’ Por de pronto, estamos de acuerdo en que se- talar verdades no es ser antisemita. Pretender in- troducirse on el a’ma para juzyar mis intenctunes, no es prerrogativa humana; dejo, pues, de lado, ex- ta pretension, Condenar mi insistencia en sefialar como judtos a los comumastas que lo son, no entiendo que sea permisible a ningtin judto, ya que se trata de wna causa que le interesa, y nadie es juez en causa pronia, Decir que yo esgrim’ tnicamente nombres de comumstas judios, es aseverer una falsedad ma- nifiesta, que reprueban todos los radioyentes, quo en el curso de un afio escucharon. wna retahila de nombres inabordables para la memoria, que no eran judios. Que la intervencién del judatsmo fué am- plia en las directivas comunistas, la veremos sin- téticamente en el presente volumen, y luego, si Dios VIRGILIO FILIPPO, PBRO. quiere, en et prévimo estudio que contenga las conferencias radiotelefénicas al respecto, Si mil veces habia otdo hablar de la duplicidad del judio y de su artera préctica de penetracién en las sala de los poderosos, esta acusacién insi- diosa en la que se me traté de delincuente, pérfido y criminal, y la desteridad de sus manejos. me forearon a estudiar con més detencién. la psicoloata del pucblo hebreo. He consultado autores de los campos mas diversos. Si multiplico las citas, lo hago con la intencidn de alejar, con él peso de los eruditos, los prejuicios de judios y no judios. Que este asunto interesa al mundo entero. no hay necesidad de indicarlo; el mundo arde iluminado por la cnestién judaica, Ante todo, advierto que yo no profeso ninguna clase de RACISMO y ANTISEMITISMO, condenu- dos por la religién catélica y por el sentido de hu- manidad. No estoy con ningtin extremismo racial ni religioso que disfrace bajo la consiqna antise- mita odios y atropellos inhumanos. No podemos adiar a los que Dios tolera. Injusticias y barbaries contra ninquno, sea quien fuere; pero prevision contra los que en cualquier forma ultrajan a Ta justicia y a la solidaridad, st. No comulao ni con él racismo nazista ni con el racismo judio. -La Iglesia Catética por medio de un decreto det Santo Oficio, expedido el 25 de Marzo de 1928, condené el odio y 1a animadversién al puchlo in- dio desionado vulaarmente como ANTISEMITIS- MO. Entendamos bien; condena el odio y la animad- 10 a0 8 (ee versién al pueblo judto; no condena la legitima defensa de las naciones contra factibles procedi- mientos pérfidos, que perturben los pueblos aue los hosvedan. 89. Pio V, hablé escuetamente al respecto, cuan- do escribiera que ‘la impiedad de los judtos, ini- ciada en todas las artes mds perversas, Wega a tanto. oue es necesario, si se quiere atender a la salud comtin de los cristianos, poner rénidu reme- dio a la fuerza del mal’, Contra esta impiedad, contra estas artes per- versas, contra esta fuerza judaica para el mal. van estas Ifneas. Envolver en la patabra antisemita toda accion defensiva es una imbecilidad, Ast se haria al mal arreparable. Condenar ciertos procederes violentos, injustos, odiosos, inhumanos, no wmplica Ia elimi- nacién de los métodos de previsién, coercién y san- cién. ni la refutacién de las razones sensatas aue un Estado invoque para defender su estabilidad. El criterio que me guia al escribir estas lineas no es el de provacar aaresividades de ningin gé- nero, sino el de prevenir, detener y curar sensa- tamente la marcha domeante de quienes son nor principios, por moral, por tendencia exclusivista, por métodus y por interés de colectividad, enemi- gos jurados de la religién cristiana. Si los judios son bajo estos canceptos anticristianos, nos fuerzan a ser en el mismy plano antisemitas, No ataco personas; las hay dignisimas en todas partes: condeno errores. No me guia ningtin inte- rés politico ni ecansmico Antes bien, sé que com esta publicacién me expongo a perder mds que a ganar, en este sentido. nu VIRGILIO FILIPPO, PERO. No estoy con los procedimientos violentos, por- que entiendo que problemas internacionales de la trascendencia det judatsmo, no se resucluen sim- plemente por la fuera. Aspiro a una solucion. equ tativa y legal, no « una convulsién violenta, No soy de los que gritan ;Viva el pufio! El puso en- cuentra siempre otro mas fuerte que él, la verdad no. Pienso que lo que no aleance LA GRACIA DE DIOS, la raz6n y eb amor, no lo obtendré la mhu- manidad, Los problemas raciales se solucionarén con leyes sociales; ol odio violento aplasta de un pufietazo al hombre; asi mata, pero no cura. Mas atin; porque cren en la universulidad de la afienria redentora de Cristo, oreo que el apostolado entre los judfos, aunque ofresca grandes dificultades. de- be intensificarse. Repudiamos, pues, toda persecuctén odiosa: la pagana nazista, la saténica comunista, la_protes- tante yangui en Mézxico, la de Espatia “Tal”? a Moscti, calificada por cuarenta y ocho prelados ca- ticos como barbara, cruel, inhumana. impsa, an- ticristiana, antipatriota y antiespaiiola; y repudia- mos sobremanora Ia tictica doble del espiritu ne- tamente judaico, de quienes como Caifés se ras- gam las vestiduras, escandalizados por las perse- cuciones que sufren los semitas, y permanecen im pévidos ante las ruinas y persecuciones de los cris- tianos. Esta parcialidad es dobtemente condenable : pri- mero, porque toda nersecneién importa un atrope- Vo ala dignidad humano, y ademés, por manifes tarse interesada en escudar otras intenciones m- confesables. Es vergonzoso valerse de la condena- cién de unos desmanes para ocultar y legitinar 12 06 0D oO 8. otros; defender la causa de los judéos alemanes pa ra defender la causa, de los orimenes contra sacer- dotes, religiosos y fieles espafioles. Esto es complo- tar la causa de la verdad con la causa del. error, y tender un puente eapewso para asesinar a la jus- ticia, Es lo que vemos desgraciadamente en nuestra patria, gracias a ls campafta venal de ciertos pe- riddicas infames, mensualmente subvencionados por representantes diplomaticos, concertadores de co- lectas que no Uegan al destino predicado. Que la cuestion judéa interesa a los argentinos, lo ha evidenciado la semuna de duelo por la per- seeucién nazista, pues por el cierre de los negocios asraelitas de la Capital Federal, Tucuman, Cérdo- ha, Santa Fe, Parand, Rosario, San Juan, Provin cia de Buenos Aires, etc., el pueblo ha podido cons tatar él ineremento inaudito que han cobrado en el. nats. i: La noche del 28 de Novembre de 1988, tuvo tn- gar en el. Luna Park un acto de consura al racis- mo, auspiciado por judtos, por protestantes de la Iglesia Anglicana,.representados por el Rdo. Dou- alas Bruee, protestantes de la Iglesia Escocesa, eu ua oninién expuso el Rdo. Véetor Winborne, por socialistas a cuya cabeca figuré et doctor Nicolas Repetto. por comunistas y miembros de la C. G. T. Segiin ‘La Razén” de Buenos Aires, del dia siguiente, “fué aprobada por aclamacién wna reso lucién propuesta por la Liga Argentine de tos De- rechos del Hombre, en la cual se protesta por las rersecuciones RACIALES, POLITICAS y REL! GIOSAS de los PAISES TOPALIT ARTOS”. 4¥ las persecuciones de los patses no .totalita- rios? g¥ las persecuciones de los partidos revolu- 13 VIRGILIO weet ee PBRO. cionarws? La resolucién. no las implica mi siquisra tdcitamente, porque de hacerlo, repudiardn los so- ciatistas y comunistas sus normas directivos. De- gando de lado las manifestaciones grotescas del co- munismo respecto de la religién, ofd at respecto ab célebre socialista italiano Enrique Ferri: “Gierto es que el socialisma maraista, después del Congreso de los Socialistas en Enfurt (1891), declara justamente que las creencias religivsas son asunto de conciencta privada, y que por lo tanto él Partido Socialista combate toda forma de into- lerancia religiosa, sea contra atélicus, sea contra judtos, como yo sostuve también en wn articulo con- ira el ANTISEMITISMO. Pero esa SUPERIORI- DAD DE MIRAS, n0 es en substancia mds que ch efecto de la SEGURIDAD DE LA VICTORIA FI- NAL “Justamente porque el Socialismo sabe y prevé que las ereencias religiosas, si no como fenémenos patolégicos de la psicologia humana, como las ca lificd Serbi, seguramente como INUTILES FENO MENOS DE INCRUSTACION MORAL, estén destinadas @ atrofiarse ante ta divulgacién de la cultura naturalista, aunque sélo sea elemental; justamente por eso el socialismy no siente 1a nece- sidad de combatir de wna manera especial las m mas creencias religiosas DESTINADAS A PERE- CER’. (“Socialismo y Ciencia Positiva’’. Prime- ra parte. Cap. V, pdg. 33. Traduccién de Roberto J. Payré). Tenemos, pues. que si socialistas y comunistas s¢ unieron en el Luna Park con. judios y protestan- tes para combatir a una doctrina reprobable, cual es el antisemitismo y el racismo exagerado, no por 14 esto eliminaron el principio pragmético que les ha- ce mirar con superioridad de miras a toda reli- gién, como un iniitil. fenémeno de incrustacién mo- ral, que finalmente seré pulverizado. Seria bucno que judéos y protestantes se pre- guntaran, cémo sus dliados pueden invocar los De- rechos del Hombre, pues declaran paladinamente que se han juramentado para socavar la expresion inds vigorosa de la dignidad humana, cual es 1a es- piritualidad del culto religioso. gHay algo més in- digno que aliarse con quienes al defender derecnos naturales, pisotean los sobrenaturales; con quienes combaten el odio de raza a costa del odio a la fe? Socialistas y comunistas, ateos y revolucionarics, 2e pliegan bajo la consigna de un frente tinico, por simple razén oportunista. Se adhieren para denos- tar a sus enemigos, no para defender a sus amt- gos. Con estos tienen una cinica mirada de compu- sién; aprovechan estos actos como gimndstica ro- volucionaria, y al final esperan quedar solos, \jParece mentira que la candidez del hombre no barrunte que, mal pueden interesarse por la de- fensa de una clase de hombres, los que han. inter- nacionalizado el udio contra todas las clases dis- tintas de la suyal Defended como ereyentes vuestros derecnos, pe- ©0 por favor, no arrojéis al lodo Iw espada de ta verdad. Dijo con justeea José Hernéndez, en los Conse- jos de Martin Fierro a sus hijos, que: Si andan entre gente extrata Deben ser muy precavidos, VIRGILIO FILIPPO, PBR, jE Pues por igual es tenido Quien con malos se acompafa. 88. et Papa Pho XI. ewya autordad tnvocan complacidos los jucltos, ha definido al Comunixmo zomo un “sistema intrinsecamente perverso”?, prevenia Leén XIII, que “hay stran diferencia en- tre sus perversos dogmas y la purisima doctrina de Cristo’’. Los revolucionarios no son adversurios de oniniones accidentales, sino enemiqoos irrecon- ciliables de princinios esenciales, Atacan Ta parte sunerior del hombre: su espiritualidad. No pueden entonces, ser buenos camaradas los que combaten princinios humanos y divinos. Onien para loorar un fin noble emplea merros indignos. se envilece iqual que anien utiliza me- dios nobles para loqrar una finalidad condenable. ‘Las uniones entre adversarios se toleran cuando, gin abdicacién de principios, nor razunes graves, sin temor de que sirvan de puente de plata a teo- has netastas, excencionalmente. u con derlaracio- nes paladinas de ave servirdn. nara defender las derechos de Dios, del hombre y de la sociedad, las indican como convementes varanes graves. Oinlé. brote de estas paginas para los no judfos, ananor Tue en sus derroteras relininsos y natribtt- cos. u para los hebreos Ta conviccién da manifestar on. los nneblos ave los toleran su qratitud por me- din de hechos wersonales colectinos awe exnresen el recanocimienta de los beneficios aue reciben, ¥ colaharen ast ala paz social. ane no es wn simole ofrecimienta divino, sino también wna recomnensa a los méritos humanos que Dios da solamente a 16 Lo s eo Dt oe. los hombres de buena voluntad. Para Dios no hay alma exelutda de la posibilidad de salvactén. Mientras no exista este substratum necesario pa- ra edificar la paz, los mismos argumentos que con- denan la inhumanidad del antisemittsmo como ver- dugo de euerpos, condenarén en los judéos la mhu- manidad del antierstianismo como verdugo de las alas, Entretanto, tengo la intima conviccién de que este estudio satisfard el amhelo del director de la revista israclita “El Magazine Argentino’, sefior V. Chernovetzky, quien, on el niimera de Noviem- bre de 1938, decia: Al cura Filippo: Le sugert- ‘mos publique una carta, aclaratoria en la prensa democratica, para desvirtuar los malos entendidos”’. Ww El pueblo de Israel. Israel, por su posicién geogréfica, vivid rodea- do por los pueblos més cultos de Europa, Asia y Africa, Su territorio se Mamé consecutivamente Canaén, Israel, Judea, Palestina, y hoy Tierra San- ta. No tenfa el judfo tendencia acentuada, a la po- litica ni al oficio militar. Su misién era primor- dialmente religiosa. Dios lo escogié para conservar la idea pura y el culto santo de la Divinidad, has- ta la venida del Mesias prometido a patriarcas y profetas, segiin promesa transcripta en la Biblia. El pueblo judio descendia de Abrah4n, el caldeo, a quien Dios premié en forma extraordinaria su fe. Dios mismo se eneargaba de premiarlo y cas- tigarlo. Cuando le desobedecfa, la tierra no reci- bia el rocio del cielo. Si sus pecados eran muy graves y numerosos, Dios castigaba sus prevarica- ciones con esclavitudes como las de Babilonia y Egipto. Antes de gozar de Ia tierra de Canaan, Israel peregrin6 cuarenta afios por el desierto del Sinaf. Sus prevaricaciones eran tan repetidas, que el Se- 19 VIRGILIO FILIPPO, PBRO. fior se quejaba de su pueblo, reprochandole que sus hijos siempre erraban en sus corazones. ‘Tuvo hombres geniales; sus nombres perdura- rén al través de los siglos ‘como exponentes de cul- minacién intelectual, moral, heroica y religiosa. Moisés, David, Salomén, Sansén, Esther, Débo- ra, Judit, los Macabeos, los Profetas, Daniel, Jo- sué, Eliseo, Elfas, los Jueces. Cuando aparecié Jesiis, el Mesias prometido, Ia nacién suftia el yugo de la dominacién romana, que le ha quitado toda administracién econémica y judicial. El caos politico era completo. Todos Sus gobernantes rendian vasallaje a Roma. La na-” eién se hallaba dividida en cuatro provincias: Pe- rea o la Transjordana, Judea, Galilea y Samaria. La Madre de Jess, Maria Santisima, era de Na- zareth de Galilea. En juicio del eélebre historiador judio Josefo, citado por L. Cl. Fillion, los galileos eran “muy laboriosos, osados y valientes, impulsivos, féciles a la ira, pendeneieros. Ardientes patriotas, sopor- iaban a’ regafiadientes el yugo romano, y estaban més dispuestos a los tumultos y sediciones que los judfos de otras comarcas de Palestina. Dos pasa- Jes del Nuevo Testameuto confirman este iltimo rasgo. (Lueas XIU, 2, y Hechos de los Apésto- les, V, 37). Bl Talmud de Jerusalén afiade que los galileos se euidaban m4s del honor que del dinero. ‘Aunque la poblaeién fuese judia en su mayor parte, sin embargo, por la sitmacién de la provin- cia (abierta por el Norte y vecina de Fenicia y Siria), vivia en inevitable contacto eon los paga- nos de los alrededores, algunos de los cuales llega- 20

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