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ÍNDICE
Antonio Aledo
De la tierra al suelo: la transformación del paisaje y el Nuevo
Turismo Residencial
Ernest Cañada
Claroscuros del turismo residencial en Centroamérica
Guadalupe Ortiz
Participación ciudadana y planificación turística: una propuesta para el
diseño participativo de líneas estratégicas en destinos turístico-residenciales
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Introducción.
El turismo residencial en tiempos de crisis:
¿Fin de un modelo?
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caer en los extremos más foucaltianos de reducir el enfoque a las
microprácticas. Al final, la preminencia de las estructuras debe destacarse.
Destacamos asimismo la necesidad de fortalecer la investigación sobre
los grupos subalternos en el desarrollo del turismo residencial. Es necesario
poner en evidencia la vulnerabilidad en la que han quedado los trabajadores
vinculados al sector o los pobladores en las zonas en las que se ha instalado.
Pero estos grupos, a pesar de las condiciones de extrema pobreza, no son meros
sujetos de explotación, sino que articulan diversos modos de adaptación y
resistencia según los contextos particulares en los que se desarrollan.
El conflicto adquiere en este contexto una especial relevancia, por cuanto
por una parte sintetiza y revela situaciones desigualdad profundas
tradicionalmente ocultas y, por otra, pone en evidencia dinámicas sociales poco
presentes por la fuerte capacidad de generación de consenso social e
imposición de hegemonía del sector turístico.
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desigualdad y exclusión acaba reforzando el contexto de inseguridad de su
propio entorno.
La fuerte expansión del turismo residencial durante la última década no
puede explicarse sin el recurso a una nueva economía global profundamente
financiarizada y, al mismo tiempo, el acceso a dinero negro procedente de
actividades ilícitas. Estos capitales han encontrado un magnífico “refugio” en el
turismo residencial, lo ha permitido su amplia expansión.
El turismo residencial acaba generando nuevos sistemas urbanos en
áreas de origen rural-costero. Estos no sólo incluyen los proyectos residenciales
propiamente, sino todo el sistema de infraestructuras necesario para su
conectividad y asistencia, y las nuevas formas de poblamiento de los
trabajadores y trabajadoras que se necesitan para desarrollar el modelo o que
son atraídos por él.
El turismo residencial ha dado pie a una elitización del territorio o
“gentrification” (Neil Smith) en los que determinados territorios son
“recreados” para el uso de sectores con mayor poder adquisitivo, tanto de los
propios países como del extranjero. Las dinámicas de elitización del territorio se
han estudiado tradicionalmente en el ámbito urbano, pero el turismo
residencial supone una potente dinámica de elitización de territorios rurales-
costeros.
El turismo residencial es generador de una profunda desigualdad social.
Esta se expresa de múltiples formas: en las nuevas dinámicas migratorias que
concentran en unos mismos territorios sectores de población de clase media y
media-alta, los turistas residenciales, y los colectivos de trabajadores que se
requieren para que la actividad se desarrolle, tanto en la construcción como en
los servicios; en la desposesión de bienes comunes y/o comunitarios para su
aprovechamiento para unos pocos; en la vulnerabilidad y precariedad de unos
frente a la opulencia de otros,..
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pesar de sus impactos, ante la crisis distintos actores buscan cómo seguir y
profundizar en ese modelo, sin alternativas sencillas a corto plazo.
En las últimas etapas del turismo residencial y ante los impactos más
negativos evidenciados en otros territorios con anterioridad, el empresariado ha
buscado cómo construir entornos inmediatos a sus proyectos más “amables”,
tratando que la desigualdad generada no fuera tan evidente y sofisticando sus
herramientas de actuación ambiental y social. Por ello han cobrado mayor
relevancia las estrategias de responsabilidad social empresarial y todo tipo de
certificaciones internacionales. Del mismo modo, han logrado insertarse en
determinados circuitos de la cooperación internacional, situando a la empresa
como un actor central del “desarrollo” (en el marco de teorías como el “pro-
poor” o los “negocios inclusivos”). Esto ha ayudado a generar mayores
consensos, desactivar críticas y, en definitiva, afianzar su posición de dominio.
Las páginas que siguen suponen parte de un esfuerzo colectivo por entender
mejor un fenómeno complejo como es el turismo residencial a la luz del cambio
de etapa que se ha producido con la crisis económica internacional. Aportamos
y ponemos en discusión nuevas herramientas metodológicas y el análisis de
diversos territorios vinculados fuertemente a este modelo de desarrollo en
España, Centroamérica, México y Brasil.
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De la tierra al suelo: la transformación del paisaje
y el Nuevo Turismo Residencial
Antonio Aledo**
Introducción1
**
Antonio Aledo es Profesor Titular de Sociología Ambiental, Departamento Sociología 1, Instituto
Universitario de Investigaciones Turísticas, Universidad de Alicante. 08030 Alicante (España). Email:
antonio.aledo@ua.es
1 Agradezco a los profesores Antonio Miguel Nogués (UMH) y José Andrés Domínguez (UHU)
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aparece delante de sus ojos de dónde surge este sueño, cuáles son las fuerzas
que lo crean y cuáles serán sus consecuencias si llegase a cumplirse. Este sueño
es producto del Nuevo Turismo Residencial (en adelante NTR). La fase más
reciente en la evolución del turismo residencial en el Mediterráneo español. De
su evolución, fuerzas impulsoras y de sus efectos sobre el paisaje y las
sociedades de acogida trata este artículo.
A partir de la década de los setenta, en numerosos pueblos y ciudades
del Mediterráneo –especialmente en las comarcas costeras y más meridionales–
se inició un verdadero salto social. Se produjo una rápida transformación con el
paso de una sociedad primaria a otra terciaria sin la transición a la
industrialización. La agricultura y la pesca se convirtieron en actividades casi
residuales. El turismo ha sido el motor principal de ese cambio social que al
actuar sobre el territorio ha provocado una transformación radical del paisaje. Y
dentro del turismo, nos vamos a centrar en los efectos ocasionados por una
modalidad muy concreta, el turismo residencial. Primeramente a lo largo de
toda la costa mediterránea para luego extenderse sin freno por el interior, se
han construido miles de casas para veraneantes del centro y norte de la
Península y para jubilados de la Unión Europa, que se han establecido de forma
permanente o casi permanente en esta región (Mazón, 2006).
Aunque resulta altamente complicado distinguir entre el impacto del
turismo y los procesos generales de cambio social experimentados por la
sociedad española desde la década de los sesenta del pasado siglo, el turismo
residencial ha sido un agente acelerador primordial en el proceso de
transformación social acaecidos en España durante la segunda mitad del siglo
pasado y, que ha tenido una especial incidencia en las regiones mediterráneas.
Así, el impacto por la implantación de esta actividad ha alterado la composición
demográfica debido a los importantes procesos migratorios que conlleva –tanto
residenciales como laborales (Casado, 1999; Rodríguez y Warness, 2002). Ha
transformado la economía con la desaparición casi por completo de las
actividades tradicionales (Vera Rebollo, 1992). Ha hecho aumentar las rentas
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per cápita y el empleo en esas poblaciones2. Ha provocado fuertes convulsiones
culturales, ocasionando en algunos municipios la total desaparición de la
cultura local y su sustitución por una nueva cultura turística, cosmopolita y
global (Torres Bernier, 2003: 65) y de la cultura ambiental que regulaba la forma
y modo de relacionarse y de entender la naturaleza (Aledo, 2004). Por último,
ha transformado el paisaje (OSE, 2006a) y ha ocasionado graves efectos sobre el
medio ambiente (Almenar y Bono, 2002; Olcina y Rico, 2005). El territorio es un
producto histórico y social y como tal es agente de significados para lo que
somos y lo que hacemos (Mandly, 2002). La desaparición del paisaje y su
sustitución por un nuevo entorno turístico conmueve de una forma definitiva
nuestras identidades que ahora buscan reconstruirse y expresarse a través de
los mitos e ideales que ofrece el espacio turístico (Chadefaud, 1987). Como
afirma A. M. Nogués, se produce un desplazamiento en la producción y
reproducción del sentido cultural (2007) creadas por la nueva situación
configurada por la relación dialógica entre los grupos sociales, los poderes
públicos y la industria turístico-inmobiliaria3.
En este listado de cambios motivados por el desarrollo del turismo
residencial, cabe señalar que sus efectos ambientales no se reducen al territorio
de acogida sino que las externalidades ambientales que ocasiona el fenómeno
afectan a otros ecosistemas, que pueden distar cientos de kilómetros. El turismo
residencial por sus características de concentración espacial y temporal necesita
importar gran cantidad de recursos energéticos e hídricos. También las
contaminaciones que origina se expanden más allá de las zonas costeras y
terminan por afectar a otras áreas que sin beneficiarse de los efectos económicos
sí padecen las consecuencias ambientales negativas.
Es posible que se haya alcanzado un punto de inflexión en el crecimiento
del turismo residencial. La velocidad que ha adquirido la construcción de
viviendas turísticas, el aumento en la escala de las promociones urbanística, la
llegada de grandes grupos empresariales foráneos, la aparición de las
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compañías de bajo coste y, en general, el desarrollo de la globalización (en su
fórmula europea) están conllevando la aparición de una nueva fase en el sector
turístico residencial (el NTR), que es cualitativa y cuantitativamente distinta a
las que se desarrollaron en el período que va desde mediados de la década de
los setenta hasta 1994. Este nuevo período supone la abolición completa de la
naturaleza (Blühdorm, 2000: 37) y de su expresión morfológica –el paisaje– y su
sustitución por un nuevo territorio turístico o, como denominaremos a partir de
ahora, de la naturaleza turistizada. Las urbanizaciones de miles de viviendas con
campos del golf en regiones semidesérticas y, muy especialmente, los nuevos
megaproyectos residenciales son las expresiones más evidentes de esa
naturaleza turistizada.
En las páginas siguientes vamos a describir este modelo turístico y su
reciente evolución en el Mediterráneo español. Obtendremos datos y ejemplos
fundamentalmente de las provincias de Alicante, Murcia y Málaga por los
extraordinarios desarrollos turístico residenciales acaecidos en estas provincias.
Pretendemos así participar en el debate que se está llevando a cabo desde
diferentes sectores académicos, sociales y políticos sobre sus efectos a nivel
local. La extensión territorial del turismo residencial convierte en socialmente
relevante este objeto de estudio. En España se ha expandido por todas las costas
–desde Cadaqués hasta Ayamonte y desde La Guardia hasta Hondarribia. Las
constructoras y promotoras españolas han saltado al norte de África, con
megaproyectos en Túnez o Marruecos. Y cruzando el Atlántico ofertan sus
productos turístico-residenciales en el Caribe o en el nordeste brasileño.
Los objetivos formales de este trabajo son los siguientes. En un primer
punto se indagará sobre la naturaleza del turismo residencial, para ello
ofreceremos algunas cifras para permitir al lector hacerse una idea de la
magnitud del fenómeno, aportaremos una definición de partida y
describiremos las principales características y sus efectos a escala local. En un
segundo apartado, describiremos su evolución desde las primeras fórmulas de
producción de pequeños conjuntos de viviendas turísticas hasta llegar a los
megaproyectos que se están levantando en la región murciana. Por último, se
hará referencia a las implicaciones socio-ambientales de este modelo en sus dos
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últimas etapas que hemos conceptualizado a través de la idea de la naturaleza
turistizada, en su proceso de transformación de la tierra en suelo.
En última instancia, en este artículo subyace una reflexión en torno a la
transformación de la tierra en suelo ya que éste es el principal recurso del
turismo residencial. La tierra ha pasado de entenderse como un espacio para la
producción agraria a convertirse en deseado suelo urbano o urbanizable. Ha
dejado de ser un medio de producción para convertirse en un bien de cambio y
en un objeto de consumo de masas. El suelo sigue siendo riqueza pero esta vez
despojado de sus cualidades ecológicas, desarraigado de los ciclos naturales y
culturales en los que interviene y sobre los que se conforma. Suelo en definitiva
desnaturalizado y transformado en plano urbano. Objeto de consumo hasta su
total agotamiento. Por lo tanto, sujeto a otras leyes y a otros significados
distintos de los que poseían y otorgaba cuando se entendía como tierra. El
suelo, su posesión y control, se ha convertido en el eje estructurador de estas
comunidades. El suelo es la principal y casi única fuente de riqueza, poder y
prestigio. Y sobre su producción e intercambio se articula la nueva sociedad y
cultura que ha surgido en las últimas décadas.
El turismo residencial
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deben de tenerse en cuenta a la hora de entender la expansión del modelo más
como el resultado de un complejo proceso dialógico político-social de conflicto
que como una imposición por parte de una élite económica.
Desde esta perspectiva, entendemos el turismo residencial como el sector
que se dedica a la compra de suelo, a la producción de viviendas y servicios e
infraestructuras anexas, y a la venta de las mismas. El uso de estas residencias
puede ser para fines de semana, períodos vacacionales o como residencia
semipermanente o permanente (Aledo et al., 2007). El origen de los usuarios de
viviendas turísticas en el litoral mediterráneo español procede de: (a) el entorno
cercano a las promociones inmobiliarias, (b) del centro y norte de España y (c)
de otros países de UE –principalmente Reino Unido y Alemania. El Banco de
España calcula que el 24,02 % de todas las viviendas compradas en la
Comunidad Valenciana durante el primer trimestre de 2006 fueron adquiridas
por extranjeros (en Cinco Días 2-6-2004).
Desde un enfoque más amplio, entendemos el turismo residencial como
un fenómeno relacionado con las nuevas formas de movilidad, residencialidad
y ocio propias de la posmodernidad tardía (Aledo y Mazón, 2005a) y de la
globalización (Papastergiadis, 2000). Incluimos en su estudio los impactos
demográficos, económicos, sociales y culturales que ocasiona tanto en las
poblaciones de acogida como en las de salida. De esta manera, cuando
hablemos del sector nos estaremos refiriendo al complejo económico que
construye el producto turístico-residencial y cuando nos refiramos al fenómeno
extenderemos el contenido del término a un contexto y a unas causas y efectos
más amplios.
La asociación de esta actividad inmobiliaria con el turismo s intensa y se
evidencia en los siguientes hechos: primero, porque el producto residencial
ocupa y compite por espacios turísticos costeros o paisajes de interior de
calidad; segunda, porque los residentes durante el período de ocupación de
esas viviendas no realizan actividad laboral y tienen prácticas cuasi-turísticas
asociados al ocio y a la búsqueda de bienestar y calidad de vida; tercera, porque
una parte importante de los usuarios de este producto son veraneantes,
ocupando segundas residencias, bien en propiedad, bien en alquiler o bien en
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casas de familiares o amigos; cuarta, porque los usuarios de las unidades
turístico-residenciales utilizan infraestructuras y servicios turísticos; y quinta,
porque los MIR (Migraciones Internacionales de Retirados) poseen
motivaciones turísticas en la selección de su nueva, permanente o
semipermanente, residencia –lo que O’Reilly ha denominado lyfestyle inmigrants
(2007).
Algunas cifras pueden ofrecernos una idea de la potencia de este sector. Según
el Observatorio de la Sostenibilidad en España, en las provincias más activas de
la costa mediterránea tales como Alicante, Valencia, Málaga o Murcia y otras
que han adquirido recientemente un fuerte impulso como Tarragona, Gerona o
Castellón, las Viviendas Potenciales de Uso Turístico (VPUT) suponen la mitad
de sus parques inmobiliario (OSEb, 2006: 138). Según el Informe de Exceltur “en
el período 1991-2003 el número total de viviendas se incrementó un 40,6 % (un
2,9 % anual) en los municipios del litoral de las comunidades del Mediterráneo
y las islas, pasando de 8.505.453 plazas a comienzos de la década de los 90 a las
11.958.607 plazas que se podían contabilizar en el año 2003. Por otro lado,
dentro de esta tendencia a construir viviendas en el litoral, aquellas dedicadas a
su uso turístico se han incrementado un 29,4 % (un 2,2 % anual), lo que supone
la puesta en el mercado de 1.209.643 nuevas plazas de alojamiento residencial
en el período 1991-2003” (Exceltur, 2005: 24). Este intenso crecimiento es uno de
los principales factores explicativos de la fuerte artificialización de nuestro
litoral. La costa alicantina, malagueña o el litoral barcelonés muestran una
artificialización de la primera línea litoral superior al 30 % (OSEb, 2006: 135).
Cataluña es la tercera Comunidad con más unidades de Viviendas
Potenciales de Uso Turístico (989.000), Andalucía ocupa el segundo puesto con
1.157.000 y en el primero está la Comunidad Valenciana con 1.543.000 (Exceltur,
2005). Centrándonos en última Comunidad, según datos del Instituto
Internacional de Economía de la Universitat de València 229 kilómetros de los
470 de costa que tiene la Comunidad Valenciana son suelo urbano. Otros 86 son
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suelo urbanizable. De los 155 kilómetros restantes, 147 tienen algún tipo de
protección y sólo 8 son suelo no protegido y no urbanizable. Esto supone que
cerca de la mitad del litoral valenciano actualmente se encuentra urbanizado y
está previsto que se urbanice otra quinta parte del mismo. En cifras generales,
los ayuntamientos tienen sobre la mesa proyectos para construir 558.000
viviendas y 85 campos de golf (en Greenpeace, 2006: 94). Según el último
informe de Greenpeace sobre el urbanismo en las costas españolas, los planes
urbanísticos previstos en tan sólo nueve municipios costeros alicantinos suman
un total de 191.405 nuevas viviendas (Greenpeace, 2007: 76). En esta escala
municipal, Torrevieja, una población con un altísimo monopolio del turismo
residencial (García Andreu y Rodes, 2004) muestra unos crecimientos
espectaculares. La población ha pasado de 25.014 habitantes censados en 1991, a
58.828 en 2001, hasta alcanzar los 92.034 a primeros de 2006 (INE, 2007). Los
datos históricos del Censo Nacional de Viviendas nos indican la orientación
claramente residencialista de este municipio. Si revisamos la catalogación de las
viviendas, en 1981 había censadas 15.988 como viviendas secundarias y vacías,
veinte años más tarde la cifra ascendía a 80.643, lo que supone el 78,78 % del
total de viviendas.
Otras regiones con desarrollos turístico-residenciales más tardíos están
experimentando crecimientos espectaculares al amparo del auge generalizado
del sector iniciado en 1997. Un claro ejemplo es la Región de Murcia. Según el
informe de Greenpeace (2007: 163) hay planes para construir 800.000 viviendas
en los próximos años y una de cada tres viviendas construidas o aprobadas se
sitúa junto a un campo de golf (a pesar del déficit hídrico estructural que
padece esta región).
La expansión del sector turístico-residencial está relacionada con el
vertiginoso aumento del precio de la vivienda en España desde 1997 y, por
ende, con los notables beneficios empresariales conseguidos (Ros, 2003: 83).
Según datos del Ministerio de la Vivienda, en la Comunidad Valenciana el
precio de la vivienda libre ha aumentado entre el 2004 y el 2006 una media del
14,1 %, alcanzando el 18,6 % en la provincia del Castellón, siendo la media para
el conjunto del país de 11,8 %. En Murcia el crecimiento ha sido ligeramente
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inferior, la media anual en los mismos años ha sido del 12,4 %. Los resultados
económicos de las empresas promotoras y constructoras, fundamentados en el
tirón de la demanda extranjera, han sido extraodinariamente buenos durante
estos años de boom inmobiliario. Según el diario financiero Cinco Días (17-08-
2007), “El valor global del mercado –turístico residencial–, es decir la inversión
de compra de viviendas en los mercados nacional y extranjero, sin incluir el
gasto de los no residentes y considerando una cifra anual de 150.000 viviendas,
supone un valor equivalente a la de los ingresos por turismo en España, unos
45.000 millones de euros”.
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Esta problemática producida por la expansión de turismo residencial y
su impacto sobre las haciendas locales permite introducirnos en el análisis de
las contradicciones implícitas en el modelo turístico-residencial español. Así
frente a los evidentes beneficios que el turismo residencial genera sobre la
economía española y las haciendas municipales, surgen importantes elementos
de riesgo tanto para el sector como para las comunidades locales que apuestan
por su monocultivo (Aledo et al., 2007; Torres Bernier, 2003). La propia
dinámica de rápido y continuo crecimiento del sector originan factores de
insostenibilidad ambiental y económica. Los impactos sobre el medio natural y
social de este ciclópeo proceso constructivo están siendo enormes. Para
comprenderlos en toda su magnitud cuantitativa y cualitativa resulta pertinente
describir las características del turismo residencial.
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costa, debido a la casi total colmatación de espacios libres, las empresas
constructoras han extendido sus promociones primero hacia municipios de
“segunda línea” y más tarde hacia municipios de interior (Aledo y Mazón,
1997).
El fenómeno del turismo residencial en España ha venido
experimentando una serie de transformaciones que permiten identificar cuatro
etapas en su desarrollo. En cada fase dominaría un producto, lo cual no implica
que las fórmulas anteriores desaparezcan. La primera etapa iría desde el inicio
de la implantación del sector a mediados de la década de los setenta del pasado
siglo hasta comienzos de la década de los ochenta. Sus productos estrella fueron
la pequeña urbanización dispersa y los bloques de apartamentos en altura en
primera línea de playa La segunda llegaría hasta la crisis de 1991-94,
sumándose la macrourbanización compuesta por cientos de bungalows y
adosados. En la tercera etapa que iría desde 1994 hasta el 2002 apareció la
exitosa fórmula de macrourbanización con campo de golf. La cuarta etapa llega
hasta hoy en día con un último producto el resort turístico residencial. A
continuación describiremos las tres primeras etapas y sus impactos
socioambientales para, en el siguiente apartado, dedicar un análisis más amplio
a la etapa actual que se caracteriza por la enorme escala espacial y económica de
los proyectos residenciales que se proponen.
Durante la primera fase del turismo residencial en España se ocupó buena parte
de la primera línea de costa. Se desarrolló en altura, mediante la construcción
de edificios de apartamentos, para maximizar el valor añadido que otorgaba el
paisaje litoral y la inversión en suelo. Se levantaron verdaderas murallas de
cemento y hormigón circundando muchas de las mejores playas del litoral
español. Al mismo tiempo que se levantaban estas torres de apartamentos, se
inició la construcción de viviendas aisladas –chalés y villas–, o en pequeños
grupos, bien en zonas de costa más abruptas o en áreas algo alejadas del mar.
Conforme se desarrollaba el sector, hacia la segunda mitad del decenio de los
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ochenta (MUNRES; 1994), los proyectos urbanísticos fueron haciéndose más
ambiciosos y pronto apareció un nuevo modelo de enorme éxito copiado
parcialmente del urbanismo norteamericano: la urbanización, formada por
agrupaciones de chalets, adosados y bungalows, que conforman una unidad
urbanística separada de los cascos urbanos tradicionales (Casado, 1999). Esta
segunda etapa llegó hasta la crisis de venta de unidades residenciales padecida
por el sector turístico residencial español de 1991 en la que se produjo una
espectacular caída de la demanda procedente del Reino Unido (Aledo y Mazón,
2005b).
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Se pueden señalar tres razones que explican la aparición de esta fórmula
de macro urbanización con campo de golf. La primera es de índole económica,
una casa en un “resort” con “green” cuesta hasta un 40 % más que otra sin estas
instalaciones (Greenpeace, 2006: 14). La segunda explicación apunta a que la
imposibilidad de encontrar suelo cercano a la costa debido a casi la total
colmatación urbanística del litoral. La tercera causa hace referencia a la
descualificación de algunos destinos costeros como consecuencia de la
masificación, el déficit de servicios e infraestructuras (Vera Rebollo, 1997) y
problemas de inseguridad (Aledo y Mazón, 2005c). Así el sector turístico
residencial ha encontrado en el campo de golf un elemento que otorga un
nuevo valor añadido a su producto inmobiliario cuando se ve obligado a
alejarse de la primera línea de costa, sustituyendo el azul del mar por el verde
del green.
En esta fórmula de macrourbanización con campo de golf destacamos
una serie de características que preludian la actual fase del sector turístico
residencial en España:
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actividad produce, han estimulado la entrada en el sector de grandes
empresas promotoras.
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aeropuertos), de energía eléctrica y de recursos hídricos. Como
mostraremos en el próximo apartado, la construcción de nuevas vías
rápidas es el primer instrumento en el proceso de conversión de la tierra
en suelo. La autovía transforma tierras de secano, con escaso valor, en
suelo listo para ser urbanizado, lo que genera altísimas revalorizaciones
y favorece los procesos especulativos. Para hacernos una idea de la
magnitud física del proceso, sirva el dato de que en la Comunidad
Valenciana entre los años 1987 y 2000 se ha duplicado la superficie
ocupada por autopistas, autovías y terrenos asociados (OSEb; 2006: 338).
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inexplorados turísticamente, con más suelo y más barato. Así está
ocurriendo en la provincia de Alicante. El sector se desplazó a partir de
la década de los ochenta desde municipios costeros hacia municipios de
segunda línea y desde allí, en la década de los noventa, a municipios del
interior y hacia la vecina Región de Murcia. Un segundo movimiento que
se ha iniciado recientemente consiste en la promoción de productos
turístico-residenciales en el extranjero. Túnez y Marruecos, el Caribe o el
Nordeste brasileño son los nuevos destinos elegidos.
La lógica empresarial se caracteriza por la búsqueda inmediata de
resultados económicos, por su capacidad de movilidad/desplazamiento
y por la gran cantidad de capital económico y técnico del que dispone.
Con estas condiciones el sector de la promoción inmobiliaria puede
sortear o esquivar los límites locales trasladando sus inversiones a otros
lugares. Es una lógica basada en la transferencia de las externalidades
ambientales negativas a las comunidades locales que tienen que arrostrar
con buena parte de los impactos negativos que ocasiona el modelo,
mientras que las empresas se escapan a los mismos mediante el traslado
de su campo de operaciones. La hegemonía en el campo turístico-
residencial de esta lógica permite el crecimiento indefinido –al menos en
términos empresariales– de su negocio (Aledo et al., 2007).
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hipermovilidad se ve facilitada por las nuevas formas de comunicación e
impulsada por la globalización promueve nuevas formas de
residencialidad. Estas nuevas formas de movilidad borran las antiguas
diferencias entre hogar y segunda residencia (Urry, 2002), o entre
sedentarismo y nomadismo. El turismo residencial es la consecuencia y,
al mismo tiempo, satisface una parte importante de esas nuevas
demandas sociales. Y en este marco posmoderno, las compañías aéreas
de bajo coste han comenzado a jugar un papel fundamental en la
resolución de las necesidades de hipermovilidad del nuevo ciudadano
transnacional (Hannerz, 1998). En el año 2004 España recibió 14 millones
de pasajeros que se desplazaron en este tipo de compañías lo que supuso
el 29,2 % del total de llegadas aéreas, superando el 31 % en 2006 (IET,
2007).
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los campos de golf si no, muy especialmente, de las viviendas
unifamiliares que los rodean y les dan viabilidad económica. Mientras
que el consumo por habitante en un edificio de apartamentos rondaría
los 150 litros por habitante y día, en estas urbanizaciones se dispara hasta
los 600 litros (Gil Olcina y Rico, 2007). Veamos en el caso de la provincia
de Alicante qué repercusión tiene este modelo en una región
semidesértica y con un déficit hídrico estructural cuando se lleven a cabo
las propuestas de urbanización con campo de golf que se están
proyectando. Se estima que la provincia tiene un déficit hídrico de 135
hm3 (COCA; 2005). En la actualidad hay 15 campos de golf con
urbanización en funcionamiento en la provincia y proyectados otros 33
(Del Campo Gomis, 2006). Si calculamos que un campo de golf en la
provincia de Alicante consume 0,5 hm3 al año y le añadimos el consumo
humano de los residentes4 de la urbanización, otros 0,5 hm3
aproximadamente, eso supondría que cada urbanización con campo de
golf consumiría anualmente en torno a 1 hm3 lo que supondría elevar el
déficit hídrico hasta los 183 hm3. No obstante y a pesar de lo expuesto,
conducir el debate ambiental sobre los efectos del modelo de
urbanización con campo de golf hacia la discusión en torno a su mayor o
menor consumo de recursos hídricos es un enfoque simplista y que
esconde una taimada solución tecnológica. En última instancia, la
estructuración bipolar de este debate pretende reducir la discusión
ambiental a una pareja dicotómica establecida entre la prioridad
inmediata del crecimiento económico –o desempleo a corto plazo– frente
a la futurible amenaza de la crisis ambiental (Aledo y Ortiz, 2006). La
tecnología aparece entonces como la solución capaz de resolver esta
aparente dicotomía, bien en su fórmula trasvase o bien con la nueva
propuesta de desaladoras. Así quedan asegurados los recursos hídricos
externos de forma indefinida con el objeto final de sostener la utopía
occidental del crecimiento ilimitado.
4El cálculo del consumo humano de los residentes se hace de la siguiente manera. Una media
de 1.500 viviendas por urbanización, con 2,4 habitantes por vivienda, con una tasa de ocupación
anual del 70 % y un consumo por habitante de 600 litros/día, nos da un total de 0,51 hm3.
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El debate en torno a los campos de golf y demás impactos socioambientales del
turismo residencial no debiera quedar reducido a la discusión sobre los
recursos hídricos y su procedencia. De las causas que han impulsado el
fenómeno de erradicación de los paisajes tradicionales y su sustitución por
nuevos mitos visuales –el campo de golf siempre verde– y de sus consecuencias
sociales y ambientales hablamos en el siguiente apartado, que comenzamos por
la descripción de la cuarta y última fase del turismo residencial.
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golf pero además orienta el producto a solventar algunos de los deficit propios
del primer turismo residencial (Mazón, 2006) y que han sido mencionados al
comienzo de este artículo. La oferta de golf desestacionaliza la demanda
turística clásica ya que su temporada alta es en primavera y otoño a la vez que
amplía la oferta complementaria. La localización alejada del litoral se justifica
con el argumento de planear políticamente la expansión de los beneficios del
turismo a las zonas de interior y desmasificar la primera línea de costa. Por
último, las empresas desarrollan un complejo sistema de marketing, promoción
y venta, apoyado en las nuevas tecnologías, que solventa la desestructuración
del sector en sus procesos de venta.
En el surgimiento de esta nueva fórmula distinguimos factores de
carácter interno tales como el impulso y crecimiento que el sector obtuvo en la
década anterior, que generó enormes beneficios y que se ve mantenido por una
fuerte demanda extranjera. La propia inercia del sistema impela, como explicó
Schnaiberg (1980), a una continua expansión de la maquinaria de producción y,
por tanto, de venta y consumo. Estos elementos internos se alían con otros de
carácter externo o macrosociológicos y que participan del cambio social que han
experimentado las sociedades avanzadas desde inicios de la década de los
noventa del siglo pasado. En las siguientes páginas, nos detendremos en señalar
tan sólo algunos puntos de ese proceso de transformación social, cuya selección
se justifica por su mayor cercanía a los procesos de producción turístico
residencial y a los efectos socioambientales que ocasiona. Siguiendo esta línea
de reflexión, analizaremos el NTR a partir de los siguientes elementos. En
primer lugar, trataremos el proceso de desaparición del paisaje y su sustitución
por la hiperrealidad de la naturaleza turistizada, mediante el paso previo de
transformación de la tierra en suelo. En segundo lugar, se estudiarán las causas
macrosociológicas que impulsan estos cambios. Entendemos que el NTR es
expresión sociomorfológica de los valores neomaterialistas posmodernos
emanados del riesgo y la incertidumbre propios del macroproceso globalizador
tecnomercantilista en el que nos encontramos. Por último, indagaremos sobre
las consecuencias que puede provocar sobre los paisajes y comunidades de
acogida. Téngase en cuenta que estos desarrollos suponen la configuración de
27
una nueva morfología urbanística que condiciona y moldea los procesos y
fenómenos sociales y ambientales que allí acontecen.
Somos conscientes que dejamos fuera de esta reflexión, por el interés en
centrarnos en los aspectos de transformación socioespacial, elementos centrales
para el NTR como son: 1) Los nuevos y variados modelos de residencialidad y
de movilidad (Hannerz, 1998; Urry, 2000, Iyer, 2000; Timothy, 2004); 2) Las
nuevas formas de interacción social entre una comunidad de acogida
fragmentada (los múltiples anfitriones) y una comunidad de residentes
multicultural (los invitados) o 3) Los flujos de inmigración laboral que levantan
y construyen el entorno turístico (Aledo, 2005).
28
este punto, se produce la conversión, mediante la planificación legislativa, de
tierra de cultivo en suelo listo para ser explotado urbanísicamente.
Estas intervenciones conllevan toda una serie de profundos impactos que
ya han sido descritos por la bibliografía especializada (Vera Rebollo, 1992;
Gadner, 1997, Aledo, 1999). Este paisaje vaciado y desposeído de sus
connotaciones ambientales, culturales y sentimentales se sustituye por una
hiperralidad (Eco, 1990), la naturaleza turistizada. Para ello la tierra se
desbroza, se allana, se nivela, se compacta. Se convierte en una superficie plana
destruyendo cualquier cualidad ecológica e histórica anterior, puesto que éstas
no son ya necesarias. Al nuevo espacio hiperreal se le dota de nuevas
cualidades ecológicas artificiales y de nuevos significados culturales. Sobre esta
superficie sin matices y sin historia ya se puede levantar el sueño del promotor.
El nuevo territorio es, definitivamente, un producto de la civilización
turística. Estamos ante lo que McKibben (1990) definió como la muerte de la
naturaleza y Goldsmith (1999) como la producción de una segunda naturaleza;
en este caso turistizada, ya que es un producto del sector turístico-residencial.
Una naturaleza más perfecta que la real donde experimentar los sueños
burgueses de calidad de vida material y máxima seguridad. La simulación que
construye la hiperrealidad del nuevo entorno turístico se hace más “real”,
“auténtica” y “verdadera” (Baudrillard, 1988) al contrastarse con la degradación
que rodean estos enclaves residenciales como consecuencia de la desertificación
o del efecto de la producción agrícola intensiva bajo plásticos. Sólo las moscas
cruzan libremente la frontera que se levanta entre la perfección del escenario
turístico residencial con su campo de golf siempre verde y sus lagunas
interiores de agua reciclada y la degradación paisajística de su backstage.
Las fuerzas que impulsan este proceso de construcción de un nuevo
paisaje hiperreal no se reducen a las ansias de ganancia económica del sector
turístico residencial. Los sociólogos explican los fenómenos sociales haciendo
referencia a otros fenómenos sociales. Entendiendo la expansión del turismo
residencial como un fenómeno social deberemos ampliar la explicación de este
fenómeno mediante variables sociológicas.
29
La sociedad, el tiempo y el espacio de la posmodernidad se caracterizan
por una intensa degradación ambiental de escala global, por la amenaza de
todo tipo de riesgo sociotecnológico y por la incertidumbre y desasosiego
ocasionados por la globalización económica y cultural (Roche 2007). Esta
situación de incertidumbre y fragilidad cotidiana junto con la muerte de las
grandes narrativas del siglo XX y la desaparición de las certezas de la
modernidad han provocado la descomposición y desorientación de la identidad
individual. Los referentes modernos han desaparecido y las personas necesitan
sustituirlos por nuevos puntos cardinales que orienten la definición del yo
social y personal. La globalización propone el consumismo como único
constructor de identidades (Verdú, 2005). El objeto comprado no sólo ofrece
una serie de utilidades prácticas –probablemente esto sea lo menos importante–
sino que otorga unos significados que el comprador pretende incorporar a su
identidad. De esta manera, el mercado proporciona identidades. Dado que el
mercado necesita para su supervivencia estar en continuo crecimiento, los
significados que ofrece tienen que ser obligadamente perecederos, frágiles,
fluidos, evanescentes, lights, para que pronto queden desfasados, sin sentido, y
tengan que ser sustituidos por nuevos productos.
En este proceso de construcción de identidades posmodernas a través del
consumo pocas cosas nos definen tanto como nuestro hogar. La vivienda cobra
una especial relevancia en un mundo dominado por la incertidumbre y el
riesgo. La burbuja doméstica es el lugar donde nos sentimos seguros y también
el significante máximo de lo que queremos ser. El producto del NTR es, ante
todo, un emisor de mensajes. Calidad de vida. Seguridad. Prosperidad. En
definitiva, felicidad vestida de verde y celebrada por la mano constructora del
mercado.
No obstante, estos valores son subvertidos para transformarlos en mera
mercancía. La calidad de vida se reduce al consumo material. La seguridad se
convierte en exclusión. Y la prosperidad se traduce en crecimiento de la riqueza
individual. Como ha advertido el sociólogo Ingolfur Blühdorn (2002), los
valores de la tradición modernista de inclusión social, de promoción de lo
colectivo sobre lo privado, de racionalidad y de desarrollo personal se han visto
30
sustituidos por la exclusión social, la privatización, la eficiencia y el
consumismo. En definitiva, el triunfo del neomaterialismo y el
neoautoritarismo que se expresan en el hiperconsumo y en la búsqueda de la
seguridad total.
En otras palabras, el NTR es la respuesta del sector a las necesidades
posmodernas de seguridad e identidad propias de una sociedad dominada por
los valores neomaterialistas. Así se propicia la producción material y simbólica
de un mundo sustituitorio que oferta la experiencia de una hiperrealidad a
salvo de riesgos. La empresa promotora promete un entorno “seguro, cómodo,
sano y divertido” que otorga mediante sus múltiples propuestas de consumo
nuevas cualidades identitarias a sus clientes. El NTR consigue hacer realidad
estos sueños neomaterialistas y neoautoritarios 1) exportando espacial o
temporal de las externalidades ambientales que origina; 2) construyendo
espacios de alta seguridad y protección; 3) facilitando su acceso global a una
clientela de alto standing; 4) produciendo socioespacios fuertemente segregados;
5) sustituyendo el paisaje por un “escenario turístico”; 6) privatizando el
espacio social; y 7) sustituyendo al estado como agente proveedor por la
empresa promotora. En definitiva, construyendo y organizando un espacio
exclusivo, privatizado, seguro, segregado y artificial.
Corolario
31
presente. Se ha prestado escasa atención al componente espacial en los
recuerdos. Generalmente es la variable temporal la que se destaca al estudiar el
tema de la memoria; no obstante, nuestros recuerdos se enmarcan siempre en
un paisaje, un paisaje cultural o si prefieren un paisaje psicológico, pero
siempre hay un contexto que ofrece un escenario sobre el que suceden y se
reproducen los episodios que recordamos. El paisaje tiene un efecto sentimental
sobre nosotros porque lo integramos a través de los recuerdos y pasa a formar
parte de nuestro yo (Durán, 1998). Tal vez sea ésta la razón por la que nos
inquietan tanto las rápidas transformaciones que el proceso de modernización
ha ocasionado sobre nuestros paisajes. La transformación o desaparición de los
paisajes de nuestra infancia destruye esos escenarios en los que se desarrollan
nuestros recuerdos, nos quita la continuidad física y nos produce inseguridad.
Los seres humanos establecemos una fuerte relación con los escenarios
naturales en los que crecimos, en los que se desarrollaron las etapas básicas de
nuestro período formativo. La destrucción del ecosistema, la desaparición de
bosques, montañas, valles o playas y la aparición en su lugar de urbanizaciones,
carreteras, presas u hoteles nos afecta profundamente, porque con ellos
desaparecen, también, una parte importante de lo que nos daba significado, de
lo que nos definía y de lo que fuimos. Construir nuevos paisajes sentimentales
en urbanizaciones con campos de golf, con códigos urbanísticos nuevos o
desconocidos no es una tarea fácil e incrementa la sensación de discontinuidad
y fragilidad característica de la vida posmoderna.
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36
Claroscuros del turismo residencial en Centroamérica
Ernest Cañada
37
los países del área, y que esta actividad juega un rol relevante en su patrón de
inserción económica internacional.
La transformación económica experimentada ha tenido implicaciones
territoriales y de movilidad poblacional, dentro y fuera de Centroamérica, muy
profundas. El desarrollo intensivo de cada uno de estos sectores se ha
concentrado en áreas particulares, desplazando a otras actividades y
movilizando mano de obra con determinadas características de unos lugares a
otros, de acuerdo con sus necesidades específicas. Esto ha reconfigurado los
patrones de asentamiento poblacional en la región. Los espacios costeros, por
ejemplo, que tradicionalmente habían tenido poco valor económico y escasa
población, a través del turismo han visto cómo incrementaban los precios del
suelo y la llegada masiva de nuevos pobladores, tanto trabajadores asociados a
la construcción y el turismo, como nuevos residentes. A su vez, parte de la
población local encuentra mayores dificultades para llevar a cabo actividades
tradicionales como la pesca artesanal, o el acceso a las playas.
Por otra parte, un modelo de desarrollo de estas características no puede
entenderse sin tener en cuenta la profunda transformación del sector
agropecuario, en la que sobresale la crisis de la economía campesina, dedicada a
la producción de alimentos para los mercados locales y nacionales, debido a la
progresiva caída de los precios internacionales de determinados productos
alimentarios, la liberalización y desprotección de los mercados locales, la
invasión en sus mercados de productos extranjeros subsidiados y el creciente
control de las grandes cadenas de supermercados, en especial Wal-Mart. Parte
de la mano de obra “expulsada” del campo nutre ahora la maquila, la
construcción, la agricultura industrial intensiva o los servicios turísticos. La que
no es absorbida por estas nuevas actividades trata de sobrevivir aún en el
campo, o malvive en los suburbios de las grandes áreas urbanas.
Sin embargo, esta forma de especialización turística en determinados
territorios de la región comparte muchas de las características del modelo
agroexportador tradicional. Por una parte, es un desarrollo económico
controlado esencialmente desde el exterior (aunque de forma creciente algunos
grandes grupos empresariales regionales hayan adquirido un mayor peso). Esto
38
ha implicado que las principales ganancias en la cadena de valor de la actividad
turística se concentren en las empresas transnacionales con sede en los países
ricos, quedando en manos locales actividades con menores márgenes de
beneficio, vinculadas a la atención del turista en el lugar de destino. El
desplazamiento de la agroexportación por el turismo no ha cambiado en el
fondo la posición periférica de la economía centroamericana. Las similitudes
entre estos modelos de especialización económico-territorial no terminan ahí.
Ambos coinciden también en una dinámica cíclica de explotación productiva.
Estos ciclos siguen la siguiente evolución: 1) inicia la actividad (agropecuaria o
turística), 2) desplaza las actividades anteriores y a parte de su población, 3)
hasta que agota y degrada los recursos y el territorio que permiten su
explotación, y 4) se traslada hacia otros territorios donde continuar la
acumulación de capital.
39
países, con el escaso peso de políticas públicas que tengan como centro de
atención a este segmento (PRISMA, 2009). Hasta la fecha la política pública en
materia turística no ha priorizado suficientemente la proximidad y la
potencialidad de un desarrollo endógeno, aunque en los últimos años se han
elaborado algunas políticas de reconocimiento y valoración del turismo rural, y
parcialmente del turismo comunitario, en países como Costa Rica o Nicaragua,
principalmente, que podrían ser la base para un cambio de modelo.5
A consecuencia, en parte, de la situación de inestabilidad política y
violencia que vivió la región durante los años ochenta, la evolución de la
actividad turística en Centroamérica fue más lenta que la de otras regiones
cercanas como El Caribe o el sur de México. No fue hasta finales de los años
noventa que el área empezó a crecer fuertemente en su conjunto, aunque países
como Costa Rica o Panamá iniciaran antes su despegue. A pesar de que el
crecimiento ha sido generalizado en toda la región, existen aún grandes
diferencias en las estructuras turísticas de cada uno de los países. En términos
generales, su desarrollo se ha realizado bajo el liderazgo y predominio
estratégico de grandes capitales, extranjeros en un principio aunque
posteriormente se suman otros de origen regional. En algunos lugares
predomina una oferta de pequeñas y medianas empresas propiedad de
5 Entre estas iniciativas de reconocimiento del turismo rural y/o turismo rural comunitario,
destacan los avances alcanzados en Costa Rica y Nicaragua. En Costa Rica, fruto de la labor de
incidencia política de las redes de organizaciones comunitarias (ACTUAR y COPRENA) y su
alianza con organizaciones civiles de carácter técnico (ACEPESA), se ha logrado la declaración
del turismo rural comunitario como el cuarto macro producto a desarrollar y promocionar; la
incorporación del turismo rural comunitario en el Plan Nacional de Desarrollo Turístico 2002-
2010 del Instituto Costarricense de Turismo (ICT); la incorporación de los productos del turismo
rural comunitario en la acciones de promoción de la imagen de país al mercado nacional
principalmente; la aprobación del Decreto No.33536-MP-TUR que declara de Interés Publico el
Turismo Rural Comunitario, publicado el 17 de enero del 2007, y suscrito por el Ministerio de
Turismo, el Ministerio de la Presidencia de la República y el Sr. Presidente de la Republica; la
aprobación del Decreto de Posadas Rurales No. 34717 – MEIC-TUR, cuyo principal aporte es
que elimina el obstáculo de las 10 habitaciones para obtener declaratoria turística y se reduce su
número a 3; la consecución de Póliza de Responsabilidad Civil Colectiva por parte del Instituto
Nacional de Seguros para las comunidades que desarrollan productos turísticos (Cañada,
2009b). En Nicaragua las autoridades del Instituto de Turismo (INTUR) en estos dos últimos
años han reconocido y firmado convenios de colaboración con las principales organizaciones de
turismo comunitario (FENACOOP, RENITURAL y FENIAGRO); han impulsado una política de
turismo rural sostenible que incluye la realización de diagnósticos turísticos, construcción y
mejoramiento de la infraestructura turística, promoción y comercialización; ha iniciado un
proyecto de Fincas Agroturísticas, que fomenta el apoyo a iniciativas locales; ha promovido el
turismo nacional a través de los canales de televisión nacionales. También destaca en este
mismo sentido los apoyos brindados a distintos balnearios de carácter popular.
40
población extranjera residente en la zona, muchas veces en diversas formas de
competencia con el empresariado local. Aun así también se halla un amplio
tejido de pequeñas y medianas empresas locales e iniciativas comunitarias, que
han sido un fuerte factor de desarrollo. Ejemplos como La Fortuna (Costa Rica),
Catarina (Nicaragua), Ruta de Paz en Morazán (El Salvador) o las decenas de
iniciativas comunitarias muestran la potencialidad de otro modelo de desarrollo
turístico, menos concentrado y dependiente de grandes capitales, y que
garantiza una mayor redistribución de la riqueza, reduciendo la pobreza y la
desigualdad social (Román, 2006).6
La evolución particular del turismo en Centroamérica ha dado como
resultado una estructura empresarial diversificada, y la coexistencia de
múltiples formas de desarrollo turístico que algunos autores caracterizan en
tres modelos diferenciados: a) un modelo “segregado”, manejado por las
grandes empresas transnacionales; b) un modelo de “integración relativa”, que
toma parcialmente en cuenta a las poblaciones e iniciativas empresariales
locales; c) y un modelo “integrado”, gestionado por pequeñas empresas, donde
prevalecen los intereses familiares y comunitarios (Cordero, 2006: 73-76). Desde
nuestra perspectiva, y de modo contrario a corrientes teóricas vinculadas al
“pro-poor tourism” y sus aplicaciones a través de diversas iniciativas de
cooperación, como las de la OMT a través de su Programa ST-EP, o los
proyectos de “negocios inclusivos” del Servicio Holandés para el Desarrollo
(SNV), a medida que el desarrollo turístico liderado por grandes capitales
amplía su radio de influencia y aumenta su penetración en el territorio, la
convivencia entre estos distintos modelos turísticos se vuelve más complicada.
La hegemonía de los grandes capitales reduce las posibilidades de negocio de la
mediana y pequeña empresa local o comunitaria, y conlleva el cierre de
espacios para el desarrollo de un modelo turístico de base endógena.
41
3. Una creciente residencialización turística
42
unidad de ocio residencial privatizada, autónoma e independiente del territorio
en el que se instale. Una nueva burbuja turística que adapta el concepto del
hotel todo-incluido al turismo residencial” (Aledo, 2008: 107-108).
Estos cambios son también reflejo de la profunda transformación que se
ha producido en la industria turística en los últimos años. Las cadenas hoteleras
transnacionales (que junto con las líneas aéreas y los operadores turísticos
constituyen las grandes empresas del sector) se concentran cada vez más en la
gestión y administración de hoteles que, aunque llevan su marca, no
necesariamente son de su propiedad. A través de los contratos de gestión, o
management contract, se está consolidando la tendencia a la separación entre la
propiedad de los terrenos, edificios e infraestructuras de los hoteles y su
gestión. Este modelo permite a las empresas con una posición e imagen
consolidada exportar su marca gestionando hoteles que no necesitan adquirir.
De este modo logran ampliar los hoteles que funcionan bajo su marca sin
necesidad de invertir para hacerse con la propiedad de los inmuebles, y sin que
sus activos se deprecien significativamente. Gracias al desarrollo de nuevas
formas de gestión las cadenas hoteleras establecen diversos mecanismos de
control sobre las operaciones del hotel (alianzas estratégicas, franquicias,
contratos de gestión, contratos de arrendamiento) (Buades, 2006: 50-58; Jiménez,
2008 y 2009). Por otra parte, el acceso a distintas formas de financiación, como
los Fondos de Inversión Inmobiliaria (Real Estate Investment Trusts – REIT), han
permitido el despegue de las grandes cadenas como agentes internacionales de
globalización. Esto ha conferido un peso creciente de las empresas
inmobiliarias, constructoras e instituciones financieras en el sector.
43
dimensiones masivas hasta llegar a puntos de saturación y acentuación de los
problemas ambientales en ciertas áreas (Román, 2007).
Como en otros países en los que se ha desarrollado intensamente esta
modalidad (España, México o República Dominicana), su principal actividad,
más que la atracción de turistas y la venta de servicios, ha sido “producir suelo
urbano, construir viviendas y venderlas” (Aledo, 2008). De hecho, en muchos
municipios de las costas del Pacífico se ha vivido una intensa labor de
lotificación y creación de suelo urbanizable, lo cual ha permitido la construcción
de alojamientos privados de segunda residencia en diversas modalidades de
gestión. La especulación con el precio del suelo está en la base de este negocio.
Una de las particularidades de la trayectoria del turismo residencial en
Centroamérica en comparación con la de otros destinos turísticos maduros, es
que se inició sin que existieran previamente un desarrollo turístico masivo
articulado y con una estructura de servicios e infraestructuras más avanzado.
Esto ha permitido considerar que en la región se estaría produciendo cierto
“traslape de etapas” o “una llegada temprana del turismo residencial” (Román,
2008). También en España, especialmente en la costa mediterránea y en
particular en la Costa Blanca, muchos territorios transitaron directamente de un
uso agrario a suelo urbanizable, estructurando corredores urbanos
interconectados. Sin embargo en Centroamérica la dimensión de esta transición
parece generar un mayor impacto, tomando en cuenta la debilidad del
empresariado turístico local y la práctica ausencia previa de una hotelería
consolidada. El recorrido de la actividad turística parece que en Centroamérica
se está acortando mucho antes que en España o México, por ejemplo, lo cual
limita el impacto económico positivo que pudiera tener esta actividad en
términos de generación de empleo, distribución de renta, dinamización de la
economía local, etc.
A pesar de la intensa actividad de construcción que se ha producido en
algunos municipios de la región, especialmente en Costa Rica y Panamá, otra de
las características de este tipo de actividad es que su desarrollo en muchas
ocasiones también se ha limitado a operaciones de carácter especulativo. Por
ejemplo, según datos aportados por Raúl Calvet, presidente del Bufete de
44
Inversiones Calvet & Asociados, actualmente existen en Nicaragua “2.000
unidades en el mercado entre todos los proyectos de desarrollo de turismo
residencial y no más de un 6% construido”, lo cual pone en evidencia que hasta
el momento ha primado más la dinámica especulativa que, propiamente, la de
desarrollo inmobiliario (El Observador Económico, 18/12/2009). Esto no parece
ser un fenómeno aislado. La investigación en curso desarrollada por Antonio
Aledo en el nordeste de Brasil apunta que, como en áreas de Centroamérica, el
objetivo último de esta nueva fase del turismo residencial ya no es la
construcción y venta de viviendas, si no la pura especulación del suelo al que se
le aumenta de valor gracias a diversos procesos que requieren escasa inversión:
adquisición de determinados permisos de construcción, construcción de
algunas infraestructuras y, sobre todo, publicidad.
8A menudo se alude a la importancia de las políticas de incentivo fiscal aplicadas en todos los
países de la región para atraer la inversión extranjera. Este tipo de políticas ha supuesto una
45
Además de estos procesos locales, la liberalización del comercio de
servicios a través de los acuerdos de libre acceso y trato igualitario para
servicios turísticos a nivel internacional, suscrito en el marco del Acuerdo
General sobre el Comercio y los Servicios de la Organización Mundial del
Comercio (OMC) en el año 2000, propició un marco institucional de seguridad
para la inversión extranjera que facilitó esta expansión internacional (Gascón,
2009), y consecuentemente también en Centroamérica.
Por otra parte, gracias a la financiarización de la economía capitalista en su
último período, antes de la crisis internacional de 2008, hubo una enorme
capacidad de movilización de capitales entre distintas partes del planeta y en
diversos sectores, entre ellos y de un modo destacado el turismo y la
construcción. Este proceso desplazó el poder de los estados en beneficio de las
grandes corporaciones empresariales, aunque paralelamente se haya mantenido
un potente intervencionismo público para hacer frente a las fallas provocadas
por las dinámicas especulativo-financieras que conlleva el modelo. En un
primer momento la economía especulativo-financiera concentró su atención en
las empresas de la tecnología de la información. Su colapso en la primavera del
año 2000 hizo que se desplazaran hacia la economía hipotecario-inmobiliaria
hasta su estallido durante el mes de agosto de 2007. Durante este período la
construcción de viviendas y mega-proyectos urbanos (infraestructuras,
equipamientos, complejos turístico-residenciales) fue una de las principales vías
de expansión y reproducción del capital (Murray & Blàzquez, 2009).
Centroamérica no escapó a este “tsunami urbanizador” (Fernández Durán,
2006), aunque su proceso de expansión se vio detenido muy inicialmente en
comparación con otros territorios a consecuencia de la crisis.
reducción de los ingresos que los Estados han dejado de percibir como consecuencia de
tratamientos fiscales de carácter particular. Sin embargo, “la evidencia empírica internacional
no es concluyente en cuanto a la efectividad de los incentivos fiscales para atraer inversión”. Es
más, “a pesar de la gran atención asignada al establecimiento de incentivos en la región,
utilizando información de los países del istmo, Panamá, y República Dominicana, muestran que
los incentivos fiscales no son los principales determinantes de inversión extranjera en la región”
(ICEFI, 2007: 42-43). Habría que considerar este factor dentro de un amplio marco institucional
de medidas desregulatorias favorables a la inversión empresarial, más que un factor
directamente determinante.
46
Las posibilidades de financiamiento del sector se han visto también
favorecidas a través de otras vías. El turismo y la construcción se han
beneficiado muy directamente del blanqueo de dinero procedente del fraude
fiscal y la economía criminal (narcotráfico, prostitución, juego). Capitales de
origen ilícito depositados en paraísos fiscales han sido la base de financiamiento
de no pocos emprendimientos turístico-residenciales construidos en los últimos
años en la región (Buades, 2006; Cañada, 2009; Pantojas, 2009). Por otra parte
también ha habido cierta capacidad para movilizar capitales locales que se han
reubicado buscando mayores beneficios. Uno de los casos más destacados es el
de la venta de los bancos salvadoreños de capital nacional a grupos extranjeros
entre los años 2005 y 2007, que puso en circulación una gran cantidad de dinero
para ser invertido en otras actividades (Baires, 2007).
Otros factores que han condicionado el desarrollo de este modelo
turístico, están en la ubicación geoestratégica de Centroamérica y en la
necesidad del capital por reproducirse de forma constante. Entre ellos destaca la
demanda de viviendas de segunda residencia por parte de la generación del
baby-boom9 de los EEUU y Canadá, que encontró en Centroamérica viviendas
más baratas que en su país, facilidades para obtener créditos y la posibilidad de
desplazarse relativamente rápido, con viajes en avión de menos de dos o tres
horas desde su lugar de origen. Además Centroamérica se encuentra próxima a
destinos turísticos muy activos, como El Caribe (que según datos de la OMT
concentra un 2.2% de las llegadas de turistas internacionales en el mundo, a lo
que habría que sumar las llegadas al caribe mexicano, con polos tan dinámicos
como Cancún y la Riviera Maya, frente al 0.9% de Centroamérica). Desde esas
plataformas ya consolidadas y cada vez más masificadas, el capital busca
extenderse hacia otros lugares de la región que ofrezcan una oferta más
“novedosa” y “atractiva”. Este desarrollo espacio-temporal conlleva la
construcción constante de nuevos enclaves, en una sucesión de “periferias”
turísticas (Gormsen, 1997).
9Se conoce como baby-boom al extraordinario aumento del número de niños nacidos vivos que
se produjo tras la Segunda Guerra Mundial, entre 1946 y 1964, en algunos países, como Estados
Unidos, Canadá, Australia y el Reino Unido.
47
El comportamiento de estos destinos turísticos sigue una lógica repetida
en múltiples casos, en una forma bastante parecida a la planteada por Butler
(1980) en su estudio clásico sobre el Ciclo del Destino Turístico (Tourism Area
Life Cicle TALC). En primer lugar el turismo “descubre” un determinado
territorio relativamente virgen desde la perspectiva de esa industria, e
inmediatamente inician las primeras actividades de aventura, naturaleza,
convivencia, descubrimiento, para después dar paso progresivamente a una
explotación comercial masiva. Tiempo después el destino se masifica, pierde su
novedad y empieza a degradarse. Llegados a este punto el lugar se reconvierte
y reinventa o entra en una fase de decadencia. Paralelamente el capital empieza
a fugarse hacia otros destinos “por descubrir”. En el caso centroamericano, la
proximidad con México y El Caribe e, internamente, a Panamá y Costa Rica
(mucho más desarrollados que el resto de la región y con signos de saturación
en determinados territorios), estimula que se esté produciendo un fenómeno de
estas características. Además la relativa cercanía a los EEUU y Canadá facilitan
su impulso como polo de atracción turística.
En definitiva, lo que ha estado ocurriendo en los últimos años en
Centroamérica con el turismo tiene mucho que ver con la lógica del capitalismo
que persigue ampliar los espacios en los que invertir y reproducir el capital.
Esta dinámica conlleva la necesidad constante de extender los procesos de
urbanización en todo el mundo (Harvey, 2007). La creciente urbanización de las
costas del Pacífico de Centroamérica forma claramente parte de esta dinámica.
48
sobre todo porque el sector sigue estando muy invisibilizado. De momento, los
medios de comunicación no reportan noticias de grandes quiebras o cierres
empresariales (a excepción del sector inmobiliario, base del turismo residencial,
y el más afectado hasta el momento), aunque sí parece claro que se están
produciendo cambios en el sector.
Desde principios del año 2009, la Organización Mundial del Turismo
(OMT) reconoció que el turismo había caído un 7.7% entre los meses de enero y
febrero a nivel internacional. Esta reducción se inició ya en el segundo semestre
del 2008 y continuó posteriormente.10 El crecimiento general del turismo en un
2% para el 2008 “se debió a los buenos resultados logrados durante los primeros
meses y es más bien reflejo de la situación antes del colapso en los mercados
financieros”. Y por lo tanto la OMT preveía que durante el 2009 el turismo
“continúe el brusco descenso de llegadas turísticas” (Revista de la OMT, 1/2009).
En este sentido, el mismo organismo auguraba que “el año 2008 aparecerá en
los libros de historia como un año turbulento y de contrastes” porque “el
crecimiento de las llegadas de turistas internacionales ha disminuido
drásticamente en todo el mundo, influido por una economía internacional
extraordinariamente volátil y desfavorable” (Barómetro de la OMT de Turismo
Mundial, vol. 7, núm. 1, enero de 2009). Estos datos fueron confirmados
posteriormente: las llegadas de turistas internacionales en el mundo
disminuyeron un 7% y los ingresos derivados se contrajeron en términos reales
entre un 9% y un 10% durante el primer semestre de 2009 (Barómetro de la OMT
de Turismo Mundial, vol. 7, núm. 3, octubre de 2009).
Si bien no parece que en Centroamérica el impacto haya sido tan agudo
como en otras regiones, existen evidencias crecientes de la reducción de la
actividad turística. De hecho, la dependencia de la economía centroamericana a
la de EEUU ha condicionado fuertemente sus posibilidades de recuperación. En
noviembre de 2009 el Consejo Monetario Centroamericano (CMC), integrado
por los presidentes de los bancos estatales de los países de región, concluyó
durante su reunión en San Salvador que la mejoría de la economía
49
centroamericana seguía dependiendo de los avances que hicieran los EEUU
(Notimex, 21/11/2009). En el mismo sentido, un informe del Fondo Monetario
Internacional presentado en el mes de octubre de 2009 en Sao Paulo, Brasil,
preveía que los países con mayor subordinación a las remesas y el turismo,
como Centroamérica, tardarían más en recuperarse de la crisis por su estrecha
vinculación con los EEUU (La Nación, 26/10/2009).
En el caso de Costa Rica, principal destino turístico de la región, esta
reducción en el volumen de turistas ha sido especialmente significativa. Según
Alberto López, director ejecutivo de la Cámara de Turismo de Costa Rica
(CANATUR), entre enero y marzo de 2009 se habría producido un descenso del
12,55% en las entradas de turistas en comparación con el mismo trimestre el año
anterior. Esto significa la llegada de setenta mil turistas menos de los previstos.
El Plan Nacional de Desarrollo Turístico Sostenible (2002-2012) anunciaba para
este año un incremento del 6%, “pero con los datos que se tienen de momento,
lo que se proyecta más bien es un decrecimiento del -12%, lo que sumado al 6%
que debíamos crecer, la diferencia entre lo proyectado y lo que se pronostica
crecer al finalizar el año es cerca de un -18%” (Boletín CANATUR, 16/04/2009).
Finalmente, al terminar el año 2009, Costa Rica redujo en un 9% los ingresos de
turistas extranjeros, pasando de 2.045.000 en 2008 a 1.863.000. El aeropuerto de
Liberia, en Guanacaste, fue el que más resistió esta disminución (La Nación,
20/12/2009).
50
debido principalmente a la crisis financiera global y la pandemia de gripe A
(H1N1), a lo que se sumó el golpe de Estado en Honduras. En divisas, el
retroceso en la cifra de turistas ha representado una caída importante para
varios países: alrededor del 30% para El Salvador, 15 a 20% para Costa Rica y
7.2% para Guatemala. Caso aparte y excepcional es el de Nicaragua, país que no
sólo mantuvo el nivel de la actividad, sino que los organismos oficiales
proyectan un crecimiento de 30% en su industria turística para 2009, pasando
de 157,5 a 205,3 millones de dólares. Sin embargo, estas proyecciones oficiales
no concuerdan con informes de la prensa local que reflejan la situación crítica
que enfrentan proyectos vacacionales en varias regiones del país por falta de
clientela, algunos a punto de cerrar.[11] De Honduras sólo se conocen cifras de
los primeros meses del año, pero en este país a los factores generales de
contracción del turismo se suma la crisis política desatada por el golpe de
Estado del pasado 28 de junio, que ha llevado la actividad a una depresión
profunda” (Caribean News Digital, 23/11/2009).
11Un ejemplo de esta situación lo encontramos en el artículo “Tour operadoras cerraron el 2009
con una caída del 20%” (publicado en La Prensa el 06/01/2010), en el que se recogen las
declaraciones de Sandra Zamora, presidenta de la Asociación Nicaragüense de Tour
Operadoras (ANTUR), que agrupa a 34 empresas, señalando una reducción del 20% en sus
ventas. Este contraste con los datos recogidos por el INTUR, que señala que en 2009 hubo un
incremento del 8% en el número de turistas, es interpretado considerando que este aumento
responde a la llegada de turistas tipo “mochileros”, que no demandan “hoteles, tour-operadoras
y restaurantes”. Sin duda esta contradicción en los datos requiere una explicación más
elaborada.
51
todo el mundo (especialmente entre los grupos de Oriente Medio) y “para lo
que queda de año, los volúmenes de inversión continuarán siendo poco
significativos, cerrando 2009 muy por debajo de los volúmenes registrados en
2008”. Según los responsables del estudio “será muy difícil que se vuelvan a
alcanzar los niveles de 2007, cuando en tan sólo un trimestre, el primero del
año, la inversión hotelera alcanzó un volumen de 8.600 millones de euros”
(Hosteltur, 06/05/2009). En el mismo sentido, otro estudio realizado por The
Lodging Industry Investment Council (LIIC), coordinado por Mike Cahill,
planteaba que la inversión hotelera continuaría cayendo y que el valor de los
bienes inmuebles seguiría bajando. Según el mismo estudio, la gran mayoría de
los inversionistas consideraban que los negocios no habían salido bien y que los
bienes adquiridos durante los años 2006, 2007 y 2008 habían perdido valor, y las
ganancias previstas no cumplían con las expectativas previas (Hotels – The
Magazine of the Global Hotel Industry, 07/05/2009).
Esta dinámica internacional se ha vivido también en Centroamérica,
donde se desaceleró la compra-venta de tierra y la inversión turística e
inmobiliaria. El modelo pre-venta (vía Internet) que fue tan usado hace dos
años, ha caído. De hecho, tal como señala un informe de la CEPAL, “entre los
rubros de IED [Inversión Extranjera Directa] más afectados estarán el sector
inmobiliario, en particular el relacionado con turismo y construcción de
vivienda de las llamadas segundas casas para extranjeros, (…) ante la menor
demanda internacional, y en particular de Estados Unidos” (CEPAL, 2009: 26).
Esto está obligando a reducir los proyectos, rediseñarlos y redimensionarlos. En
Nicaragua, según Raúl Calvet, presidente del bufete Calvet & Asociados, “el
turismo residencial se encuentra bastante deprimido, sobre todo al compararlo
con los niveles del 2006 ó 2007. (…) Casi todos los proyectos han disminuido
sus ventas a un mínimo y algunos no están vendiendo nada desde hace 6 ó 7
meses. (…) Los cierres [de contratos] han disminuido en casi un 60%” (El
Observador Económico, 18/12/2009). En el caso de Costa Rica, su ministro de
Comercio Exterior, Marco Vinicio Ruiz, anunció en septiembre de 2009 la
previsión de una disminución del 30% de la Inversión Extranjera Directa (IED),
señalando que afectaría principalmente al sector inmobiliario y turístico
52
(Caribbean News Digital, 21/09/2009). Pero a pesar de esta contracción, la
actividad no se ha paralizado totalmente.12 Y de hecho, al finalizar el año los
niveles de inversión no cayeron tanto como se esperaba debido a algunos
proyectos de grandes dimensiones, entre ellos varias marinas en las costas del
Pacífico, que ya estaban en curso cuando empezó la crisis (El Financiero,
18/10/2009).
Como consecuencia de la crisis el comportamiento de los turistas parece
que está cambiando y adaptándose al nuevo contexto: llegan menos turistas,
reducen sus días de estadía y gastan menos. Según una encuesta realizada entre
turistas norteamericanos en octubre de 2008 por Travel Industry Association
(TIA) e Ypartnership, el 76% declaró que reservaría un paquete vacacional para
ahorrar dinero y el 75% que gastaría menos en conjunto. El estudio mostraba
cuáles serían los medios de ahorro que utilizarán los norteamericanos: gastar
menos en comida y entretenimiento (73%), disminuir el tiempo de estancia
(67%) y utilizar Internet para buscar y comparar las mejores tarifas (58%)
(Hosteltur, 10/11/2008). De este modo, la variable precio se ha vuelto
fundamental (Barómetro OMT, vol. 7, núm. 1, enero de 2009). Datos del consumo
de los turistas extranjeros en Costa Rica durante el año 2009 muestran
claramente esta tendencia. El gasto promedio del visitante pasó de 1.040 dólares
en 10 días a 855 dólares en 9,5 días, según el Instituto Costarricense de Turismo
(ICT), la Cámara Nacional de Turismo (CANATUR) y la Cámara Costarricense
de Hoteles (CCH) (La Nación, 26/10/2009).
Estos cambios estarían favoreciendo los paquetes “todo incluido”
ofrecidos por las grandes cadenas hoteleras (Newsweek, Edición Internacional,
02/05/2009), frente a los pequeños hoteles locales. La reducción de gastos
12Seguimos tomando como ejemplo el caso de Costa Rica. Según informa CANATUR entre
enero y abril de 2009 se anunciaron las siguientes nuevas inversiones: Cadena Fashion Hotels
(origen austríaco) anuncia la construcción de dos hoteles (en Talamanca y Manuel Antonio
Quipos) con la inversión de 25 millones de dólares; DayStar Properties anuncia la construcción
de un grupo de condominios en playa Jacó, Cantón Garabito, Puntarenas; Wyndham Hotels
and Resorts construye el Jade Condo Hotel Residences & Beach Club; Arquidea Developers (de
origen costarricense) construye Puerto Azul, un complejo turístico de 165 millones en las
instalaciones del Hotel Colonial en Puntarenas; el Grupo Rica Costa (de origen costarricense)
construye el Wyndham Jacó Beach, un condominio-hotel en playa Jacó, Garabito, Puntarenas;
Intercontinental Hotels Group (origen estadounidense) construye el Hotel Índigo Forum Costa
Rica en Santa Ana, San José, con una inversión de 12 millones de dólares.
53
extras, como por ejemplo la compra de artesanías o el acceso a restaurantes,
estaría afectando mayormente al pequeño y mediano empresariado local. Un
ejemplo en este sentido es el del Mercado de Artesanías La Casona, en el centro
de San José, Costa Rica, donde se ha sentido fuertemente esta caída en el
consumo de los turistas extranjeros (La Nación, 26/10/2009).
54
norteamericana como la española vienen siguiendo procesos de concentración e
internacionalización muy activos (Buades, 2006). De hecho “las principales
cadenas hoteleras a nivel mundial están viendo en América Latina una salida
rentable a la crisis que sufren actualmente las economías europea y
estadounidense” (Hosteltur, 03/10/2008). Y Centroamérica no escapa a esta
dinámica y atrae la inversión hotelera de “numerosas cadenas hoteleras
renombradas” (Hosteltur, 02/11/2009 y 16/06/2009).
Esta trayectoria no es exclusiva del capital extranjero. El capital
centroamericano, siguiendo una evolución iniciada años atrás, tiende a
aumentar sus dimensiones y a regionalizarse. Esta dinámica se vio favorecida
por el proceso de integración regional que se inició a principios de los años
noventa. Los grupos económicos nacidos en la región ya no tienen su base de
acumulación en la agroexportación tradicional, como hace décadas, sino en
otros sectores más dinámicos (las finanzas, el transporte, la maquila y otras
actividades industriales, el turismo, la construcción, la agroindustria y el
comercio) y consideran que su espacio natural de acumulación es el mercado
centroamericano. Hoy estos grupos se encuentran altamente diversificados e
interrelacionados y desarrollan sus actividades a nivel regional (Segovia, 2005).
55
concesionarios de automóviles y recientemente turismo. El Grupo, consciente
que “la crisis financiera se convertido en una oportunidad”, según declara en su
página Web, ha invertido en la construcción de tres grandes proyectos turístico-
residenciales en alianza con otros capitales de la región en Nicaragua, Costa
Rica y Panamá. Su estrategia de expansión regional se concretó con la creación
en el año 2005 de Pellas Development Group (PDG), “una unidad especializada
en inversiones de desarrollo turístico y bienes raíces a lo largo de
Centroamérica en conjunto con otros importantes grupos económicos
centroamericanos”.13
56
Este proyecto no es un hecho aislado, si no que más bien apunta a una
tendencia creciente en la que el capital logra atraer fondos de cooperación con la
“excusa” de fortalecer a las pequeñas y medianas empresas locales. Un ejemplo
similar lo encontramos en el proyecto “Gestión de un destino turístico en el
clúster norte del área cuatro Balam en Petén, Guatemala”, financiado por el BID
y gestionado por FUNDESA, una fundación formada por empresarios de
algunas de las principales firmas de Guatemala. El proyecto prevé beneficiar a
más de trescientas micro, pequeñas y medianas empresas de servicio, con fuerte
presencia de organizaciones comunitarias.14 Iniciativas de estas características,
en el fondo, generan mejores condiciones para la actuación de estos grandes
grupos empresariales, optimizando estratégicamente su posición de dominio.
57
El modelo turístico que a pesar de su ralentización en este último período se
está imponiendo en Centroamérica, dominado por los intereses de grandes
capitales, ha comportado graves consecuencias en distintos ámbitos. Los más
destacados son: 1) Privatización y elitización del territorio; 2) Afectaciones al
medio ambiente; 3) Precarización del empleo y las condiciones de vida de los
trabajadores y trabajadoras; 4) Acentuación del deterioro democrático; 5)
Competencia creciente entre modelos de desarrollo turístico. Veámoslos en
detalle:
58
actualidad, es un ejemplo dramático de esta nueva dinámica (Bonilla & Mortd,
2008). Por otra parte, la presión empresarial por mejorar las garantías de su
inversión y el uso privado de recursos públicos es permanente. La Ley de Costas
de Nicaragua, aprobada en junio de 2009, es un ejemplo de la capacidad de
incidencia política del capital a favor de los procesos de privatización de los
bienes y el derecho público del Estado.
La compra de tierras por parte de la inversión turístico-residencial en
Centroamérica está conectada con una dinámica de creciente presión por las
tierras que se produce en diversas partes de África, Asia, América Latina y
Europa Oriental. Como consecuencia de los cambios experimentados en los
últimos años en los precios de determinados bienes y servicios (agro-
combustibles, recursos forestales, urbanización, recursos mineros y energéticos
y turismo) el interés del capital corporativo (y en algunos rubros de los estados)
por el acaparamiento de tierras y su explotación directa aumenta (GRAIN, 2008;
Merlet & Jamart, 2009). Para las poblaciones rurales este nuevo ciclo de
inversión corporativa supone una grave amenaza de desposesión de la tierra.
Esta concentración de la propiedad de la tierra en manos de los
inversionistas turístico-residenciales ha comportado también una importante
transformación en los usos del territorio, desplazando a la población originaria
y a las actividades tradicionales agropecuarias y pesqueras, principales medios
de vida de las comunidades locales. La expansión turístico-residencial
incrementa la elitización del espacio, privilegiando a nuevos residentes con
mayor poder adquisitivo, “que pueden acceder a la propiedad y al uso del
suelo y de los recursos naturales, desentendiéndose o marginando a la
población vernácula” (Blàzquez, Cañada, Gascón, 2009). A medida que avanza
este proceso de ocupación de los territorios costeros, como en zonas de
Guanacaste, se va articulando un nuevo sistema urbano de carácter excluyente.
Uno de los factores más sensibles es el acceso a agua potable con el que
abastecer estas nuevas residencias, hoteles, campos de golf. La escasez de agua
en muchas de estas zonas ha comportado el interés de los inversionistas por
trasladarla de otras partes, a costa de las necesidades de la población local.
59
El proceso de privatización del territorio y los recursos naturales debe
entenderse como parte de la lógica de “acumulación por desposesión” descrita
por David Harvey (2004; 2007). Atendiendo al carácter dual de la acumulación
de capital, dentro de formas producción puramente capitalistas, por una parte,
y en relación con formas de producción no capitalistas, por otra, Harvey
considera que estos mecanismos de “acumulación primaria” descritos por Karl
Marx se mantienen a lo largo de toda la historia del capitalismo y son la clave
de su ampliación espacial a lo largo de todo el planeta. Dentro de los
mecanismos de acumulación por desposesión descritos (mercantilización de la
naturaleza y bienes comunes, privatización de lo público, etc.), la urbanización
y turistización de amplios territorios costeros funcionan dentro de un esquema
de apropiación y privatización de recursos y territorios que aún conservaban un
carácter de “bien común” en distintos grados y particularidades.
60
c) Precarización del empleo y las condiciones de vida de los trabajadores y
trabajadoras. El empleo generado en la construcción y los servicios vinculados
a los nuevos usos turístico-residenciales del territorio ha ido acompañado de
destrucción de empleo en sectores tradicionales, como las actividades
agropecuarias o la pesca. La conversión de la tierra para fines agropecuarios en
suelo urbanizable no ha derivado siempre en la construcción de viviendas,
primando en algunas zonas una dinámica meramente especulativa. Esto quiere
decir que esta pérdida de fuentes de trabajo no se ha traducido necesariamente
en empleo en la construcción. En aquellos lugares donde sí se ha llegado a
construir, el empleo generado termina una vez acaba la obra prevista, con lo
que el ciclo de vida de este nuevo tipo de actividad es de muy corto alcance, a
diferencia de la agricultura, la ganadería o la pesca, que se reproduce año tras
año.
Por otra parte, en estos nuevos empleos las condiciones laborales son
especialmente precarias: bajos salarios; temporalidad en la ocupación;
inseguridad contractual; indefensión de trabajadores y trabajadoras (campañas
antisindicales, sindicatos pro-patronales, represión y coerción,…); recurso a
mano de obra inmigrante en condiciones de ilegalidad; elevada siniestralidad
laboral (especialmente en la construcción); concentración de empleo local en los
puestos de trabajo de las categorías más bajas (Iglesias, 2008). Además, el
empleo generado en los servicios turísticos se encuentra altamente feminizado y
reproduce condiciones de discriminación por razones de género. Las
principales ocupaciones de las mujeres responden a actividades vinculadas a un
rol doméstico (aseadoras, cocineras, meseras, lavanderas, planchadoras,
mucamas, camareras, etc.) o, también como parte de un imaginario de tareas
femeninas, asociadas a la atención al público (recepcionistas, vendedoras) y a la
administración (secretarias, cajeras). Estas ocupaciones corresponden
generalmente a las categorías más bajas y peor remuneradas (Torres, 2009: 24-
27).
Asimismo, las condiciones de vida de esta población trabajadora son
especialmente vulnerables y se ven marcadas por la pobreza, los hábitats
insalubres, la degradación social (delincuencia, alcoholismo y drogadicción,
61
prostitución), el incremento del coste de la vida, la falta de recursos e
infraestructuras adecuadas a las necesidades de la población, el desarraigo.
62
mencionada del Acuerdo General sobre el Comercio y los Servicios (GATS, por
sus siglas en inglés) en la Organización Mundial del Comercio (OMC), se creó
un marco regulador totalmente favorable a las grandes empresas
transnacionales (Equations, 2007).
63
República Dominicana), México (tanto en la zona de Baja California como en
Quintana Roo) y Brasil (especialmente en la zona nordeste). A esto habría que
añadir la propia competencia interna entre distintos destinos dentro de la
misma región. Si el fracaso de este modelo acaba ocurriendo, entonces se
deberán tomar en cuenta los impactos que habrá supuesto su proceso de
preparación (expulsión de población, especulación con las tierras, preparación
de terrenos, construcción, acumulación de residuos, degradación ambiental,
etc.), con evidentes dificultades para dar marcha atrás.
64
Primero: Conflictos por la resistencia de las comunidades rurales ante la
desposesión de sus recursos naturales y territorios. Las comunidades rurales
en determinados territorios han tratado de resistir o reducir los alcances de los
procesos de usurpación de los recursos naturales (tierra y agua principalmente,
y en menor medida, aun, bosques), y al desplazamiento y elitización de sus
territorios, enmarcados en los procesos de “acumulación por desposesión”
(Harvey, 2004; Bellet, 2007; Smith, 2002). Esta desposesión se produce por
múltiples vías, que van de las dinámicas especulativas y la compra-venta a los
procesos de expropiación. El problema no se limita a la pérdida de
determinados recursos, sino que este proceso de desposesión supone también
una profunda desestructuración de la territorialidad de las comunidades
rurales y su sustitución por otra lógica de ocupación y articulación del
territorio. Estas resistencias pueden ser enmarcadas dentro del concepto de
“movimientos de justicia ambiental” (Martínez Alier, 2009).
Algunos de estos conflictos están motivados por el intento de los
negocios turístico-residenciales por acaparar tierra en la que desarrollar sus
actividades (o, a veces, tan sólo para especular con el valor del suelo), e
implican el desplazamiento de la población local. Son conflictos como el que
mantienen las organizaciones comunitarias de Petén vinculadas a la Asociación
de Comunidades Forestales de Petén (ACOFOP), concesionarias de áreas
forestales, con el Proyecto Turístico de “El Mirador”, en la Reserva de la
Biósfera Maya impulsado desde el año 2.000 por el arqueólogo norteamericano
Richard Hansen. Este proyecto, que ha contado con apoyo público y privado
pretende convertir la zona en el mayor centro turístico de Guatemala, en base a
vestigios de la civilización maya en un área de mayores dimensiones que Tikal,
también en Petén. Este proyecto supondría revertir las concesiones
comunitarias del bosque, medio de vida de la población local, que hasta la fecha
ha logrado resistir y paralizar su inicio (Monterroso, 2006; 2007; 2010). O el
conflicto que sostienen las organizaciones garífunas vinculadas a la
Organización Fraternal Negra de Honduras (OFRANEH) en la Bahía de Tela,
Departamento de Atlántida en Honduras, con el proyecto de iniciativa público-
privada y apoyo del BID conocido como “Los Micos Beach Resort”. La
65
iniciativa, que hasta el momento se encuentra en fase de construcción y
acondicionamiento de infraestructuras básicas para su desarrollo, contempla la
construcción de cuatro hoteles de grandes cadenas internacionales (como
Hilton, que ya ha manifestado su interés), 256 villas residenciales, un campo de
golf de 18 hoyos, un club hípico, una marina y un centro comercial. El
desarrollo de este proyecto tiene graves consecuencias ambientales,
especialmente en los humedales, medio de vida de muchos habitantes de las
comunidades garífunas de la zona, y los ecosistemas costeros y marinos. Su
desarrollo amenaza los medios de vida y la integridad territorial y cultural de la
población garífuna, y supone su desplazamiento de la zona que
tradicionalmente han habitado (Viehweider, 2007).
Dentro de esta misma lógica se encuentran muchos de los conflictos que
desde hace años se viven en las costas del municipio de Tola, en el
Departamento de Rivas, Nicaragua. La zona ha sufrido una fuerte especulación
con el valor de las tierras, en un contexto de enorme incertidumbre e
inseguridad en los títulos de propiedad. Cooperativas campesinas y
comunidades indígenas han protagonizado múltiples tomas de tierra como
reacción a los intentos de ser desplazados (Bonilla & Mortd, 2008; 2010). La
misma amenaza se cierne sobre campesinos salvadoreños instalados desde hace
más de cuarenta años en los terrenos costeros de Boca Poza, en el
Departamento de La Libertad. La empresa Legal Consul, en representación de la
familia Guirola, una de las 14 familias más ricas e históricamente influyentes de
El Salvador, asegura disponer de los títulos de propiedad de aquellos terrenos y
trata de desalojar a las familias campesinas que ocupan el lugar.16 Menos suerte
tuvo la Cooperativa Los Pinos, ubicada a orillas del Lago Coatepeque, en el
Departamento de Santa Ana, también en El Salvador. Formada durante la
Reforma Agraria, esta cooperativa cafetalera disponía de tierras a orillas de un
lago que tradicionalmente ha sido lugar de segunda residencia de los ricos del
país. A pesar de disponer de los correspondientes títulos de propiedad sobre su
16Información procedente del reportaje “Boca Poza: bajo la amenaza del desalojo”, realizado
por Mariona Ortiz (Alba Sud, El Salvador, 2009, 12 minutos).
66
finca, en el año 2008 una empresa inmobiliaria ocupó parte de ella para ampliar
la construcción de un nuevo complejo residencial.17
Es también el caso de la lucha de los vecinos de las islas del Golfo de
Nicoya, como Chira, Venada y Caballo, en Costa Rica. Desde el año 2006 la
gente del lugar, en buena parte dedicada a las actividades pesqueras, han
tenido que hacer frente a las amenazas de desalojo de las autoridades públicas e
inversionistas, ante la voluntad de privatizar terrenos que la Ley de Zona
Marítimo Terrestre (ZMT) reserva como propiedad del Estado. Este conflicto
forma parte de una política sistemática en numerosos municipios de desalojo y
desplazamiento de poblaciones costeras, en beneficio de la inversión turística
que ha llevado a la constitución de un “Frente Nacional de Comunidades
Costeras Amenazadas por Políticas y Políticos del Exterminio”. Esta plataforma
agrupa a más de una veintena de comunidades costeras, en lucha por la defensa
de sus territorios y medios de vida, que toma como bandera la defensa de la
Ley de Territorios Costeros Comunitarios, aún en discusión. Reflejo de esta
fuerte situación de conflicto es también la carta pastoral firmada el 2 de agosto
de 2009 por los obispos de las diócesis de San Isidro del General, Puntarenas y
Tilarán-Liberia, La Iglesia entre las gentes del mar, en la que afirman que “nuestras
instituciones estatales han privilegiado un desarrollo turístico e inmobiliario
por encima de las comunidades que tradicionalmente han vivido en las costas.
Por ello nos vemos en la obligación de ofrecer una palabra de esperanza a
quienes todavía, a pesar de la marea política, jurídica, económica y social en su
contra, han hecho de esta antiquísima ocupación el principal sustento de sus
familias” (Adital, 06/08/2010).
Además de la tierra, el otro gran recurso que han tratado de acaparar las
iniciativas turístico-residenciales es el agua. El control de los recursos acuíferos
se ha convertido en un factor de conflicto fundamental entre comunidades
rurales e inversionistas. Uno de los casos más paradigmáticos fue la respuesta
de más de quince comunidades del municipio de Lorena de Santa Cruz,
Guanacaste, Costa Rica, frente a los intento del Hotel Meliá Conchal,
17
Información procedente de entrevistas con miembros de la Cooperativa Los Pinos, durante la
realización del reportaje “Defender la tierra. La Reforma Agraria en El Salvador: una historia
inacabada”, realizado por Mariona Ortiz (Alba Sud, El Salvador, 2009, 34 minutos).
67
posteriormente Reserva Conchal, de hacerse con el control del acuífero del Río
Ninboyores, principal fuente de agua en la zona, para abastecer las necesidades
de sus instalaciones. Gracias a la respuesta de las comunidades durante más de
tres años de lucha, y apoyadas por distintas organizaciones sociales y la Iglesia
Católica, en el año 2005 se logró paralizar hasta el momento el proyecto.
También en Guanacaste, el conflicto por el agua del acuífero El Sardinal
ilustra la importancia estratégica del control de este recurso. Ahí un grupo de
empresarios con apoyo del Estado trató de construir un acueducto para llevar
agua a sus proyectos en Playa del Coco y Playa Hermosa, sin cumplir con la ley
y en contra de la voluntad de los vecinos de la zona. En enero de 2009 la Sala
Constitucional confirmó que la construcción del acueducto violaría los derechos
de los habitantes de la zona. La dimensión que tomaron los conflictos por el
agua en Costa Rica entre finales de 2008 y principios de 2009 fue de tal
magnitud que Naciones Unidas, a través de su Consejo de Derechos Humanos,
mandó un misión y emitió un informe (Naciones Unidas, 2009) en el que
instaba “al Gobierno a adoptar todas las medidas apropiadas para asegurar la
participación eficaz de las comunidades afectadas en la vigilancia de la
aplicación de ese proyecto, con miras a asegurar la gestión y utilización
sostenibles del acuífero de Sardinal.”
En otros casos el origen del conflicto no ha estado centrado en el intento
de acaparamiento de un determinado recurso por parte de inversionistas, si no
en el hecho de que los nuevos desarrollos turístico-residenciales pudieran
impedir el paso y acceso a lugares a los que la población local acudía, ya fuera
con fines productivos o de ocio, como las playas. Este es el caso del conflicto
protagonizado en 2007 por la Asociación Amigos del Mar en San Juan del Sur,
Departamento de Rivas, Nicaragua. La Asociación estaba formada por
campesinos y pescadores de diversas comunidades de San Juan del Sur.
Cansados del cierre de los caminos que les impedían el acceso a las playas,
realizaron varias protestas masivas rompiendo y abriendo las barreras que les
impedían la circulación y el acceso a las playas por caminos tradicionales. El
hecho que la asociación hubiera estado apoyada por el ex – alcalde y ex –
diputado sandinista y cónsul de Nicaragua en Liberia en aquel momento,
68
Gerardo Miranda, quien había protagonizado diversos episodios controvertidos
en la política nacional, provocó una fuerte polémica pública y desde los medios
se acusó a sus integrantes de estar al servicio de éste y de otros intereses
ocultos, desviando así la atención sobre el problema planteado en torno a la
inaccesibilidad de las costas.
Situaciones similares se han vivido en el Proyecto Turístico Golfo de
Papagayo, en Guanacaste. El proyecto, con una extensión aproximada de mil
hectáreas y 14 playas, propiedad del Estado, fue concesionado a varios
empresarios para que desarrollaran diversos negocios (aunque algunos después
de diez años aún no han hecho nada). El bloqueo al acceso a las playas públicas
en las partes que se han desarrollado ha provocado diversos choques y
conflictos con los pobladores de las comunidades cercanas, tal como ha
denunciado repetidas veces Confraternidad Guanacasteca, una organización
ecologista muy activa en la zona.
Más recientemente, y como un ejemplo más de los muchos que
podríamos citar, la misma Confraternidad Guanacasteca denunció en el mes de
diciembre de 2009 que empleados del Hotel Riu en playa Matapalo y de la
municipalidad de Carrillo, trataron de cerrar el acceso a la playa ante la
resistencia de los vecinos de Nuevo Colón, la comunidad más cercana. El
problema de este tipo de impedimentos a las costas a parte de las poblaciones
rurales colindantes, es que rompen con la territorialidad de las comunidades, el
espacio donde se reproducen y desarrollan colectivamente, acentuando así los
procesos de desposesión.
Hasta el momento las principales amenazas sobre los territorios y
recursos naturales de las comunidades rurales se han cernido sobre las zonas
costeras, sin embargo la creciente valorización que pueden tener áreas boscosas
en el marco del establecimiento de servicios ambientales vinculados a mercados
de carbono y mecanismos de Reducción de Emisión por Deforestación y
Degradación de Bosques (REDD), puede ser una nueva amenaza de
desposesión para las poblaciones rurales. Cada vez más el interés de
determinados inversionistas privados se centra en la puesta en marcha y
desarrollo de actividades ecoturísticas vinculadas a la conservación ambiental.
69
Las áreas de reserva natural son en estos momentos uno de los principales
territorios en disputa.
70
en los medios de comunicación, en los meses siguientes el mismo Ministerio
realizó una amplia campaña de vigilancia sobre los vertidos de aguas fecales de
los hoteles, especialmente en los municipios con mayor densidad urbanística,
como Tamarindo, en Guanacaste, y Jacó, en Puntarenas, aunque los grupos
ecologistas la catalogaron de insuficiente.
Las reacciones frente a la pérdida de los manglares por la construcción de
nuevos proyectos turístico-residenciales es otro de los motivos que ha centrado
la atención de las organizaciones sociales. Entre los muchos ejemplos que
podríamos citar, destacamos de nuevo las protestas que se produjeron durante
la construcción del Hotel Riu en playa Matapalo. La destrucción de un manglar
provocó la protesta de grupos ecologistas. En un comunicado Confraternidad
Guanacasteca del 30 de octubre de 2009 decía:
“Con profundo dolor vemos la llegada de un nuevo diablo depredador a
Costa Rica. Se llama Riu. Mañana inaugurarán su monstruoso hotel de 700
habitaciones. Con la bendición estatal y en especial del presidente Arias y
su proyecto Paz con la Naturaleza. Para poner más bella la Playa de
Matapalo, Distrito Sardinal, Cantón Carrillo, se volaron un manglar. Lo
desaparecieron, rellenaron y sembraron palmeritas. Área protegida,
certificada por el MINAET y amojonada por el IGN, ubicada en la zona
marítimo costera propiedad de todos nosotros. Esta es la gente que aunque
traiga dinero, no debe llegar a Costa Rica.”
71
Constitucional, pero la amenaza sigue pendiente, tanto por parte de este
proyecto como de otros que pretenden llevarse a cabo en la zona (Arias &
Coronado, 2010).
En torno al proceso de preservación y protección del área natural de la
Laguna de Apoyo en Nicaragua, se encuentra uno de los casos más destacados
de intervención municipal en Centroamérica para controlar y regular el
desarrollo del turismo residencial. En el año 2006 varios municipios presentes
en la Laguna (Catarina, Diriá, Diriomo, Granada, Masaya y San Juan de
Oriente) constituyeron la Asociación de Municipios Integrados por la Cuenca y
Territorios de la Laguna de Apoyo de Nicaragua (AMICTLAN), con el objetivo
de fortalecer su protección. La presión por urbanizar con desarrollos destinados
a segundas residencias en los territorios de la Laguna ha provocado varios
conflictos, entre los que destacan el de Norome Park Ressort & Villas, el
Proyecto Ecoturístico Los Congos y el Club Vista Lagos. A pesar de los distintos
resultados obtenidos (en el caso de Los Congos se logró paralizar el proyecto,
pero no en los otros), la apuesta por un turismo de base local y el intento por
frenar la residencialización, muestra las posibilidades de actuación municipal
cuando se tiene claro que es posible impulsar otro modelo de desarrollo
turístico (Gallegos, y otros, 2010).
Uno de los casos de intervención pública más sonados de los últimos
años, es la reclamación del Estado de Nicaragua al Grupo Barceló por el
incumplimiento de los acuerdos derivados de la adquisición del Hotel
Montelimar. El año 1993 el gobierno de Nicaragua aprobó la privatización del
Hotel Montelimar, antigua residencia del dictador Anastasio Somoza
reconvertida para fines turísticos durante la Revolución Sandinista en los años
ochenta, al Grupo Barceló en condiciones muy favorables para la empresa
balear. El hotel fue adquirido con un precio mucho menor que su coste y por la
cantidad que había sido tasado, asumiendo el compromiso de invertir en él y
pagar otra cantidad al cabo de cierto tiempo si se superaba un determinado
nivel de ocupación. Según la empresa el porcentaje estipulado nunca se superó.
Sin embargo, el nuevo gobierno sandinista, que regresó al poder en el año 2007,
puso en cuestión este proceso de privatización y reclamó su propiedad.
72
Después de un largo proceso de negociación, que no llegó a salir a la luz
pública, en junio de 2009 ambas partes llegaron a un acuerdo de entendimiento,
por el que se eximía al Grupo Barceló de cualquier irregularidad y la demanda
quedó sin efecto. Como parte del acuerdo se decidió la puesta en marcha de un
aeropuerto internacional en las mismas instalaciones del Hotel, una empresa de
capital público-privado, con mayoría del gobierno. A pesar de unos resultados
tan sorprendentes, el caso pudo haber sentado un precedente de control público
sobre este tipo de inversión transnacional. Al final, por razones que no son de
dominio público, estas expectativas se vieron frustradas.
73
protagonismo del empresariado local y las características de la protesta, en el
fondo del conflicto se revela una fuerte motivación por preservar el entramado
empresarial turístico desarrollado en la zona frente a los riesgos de la
conversión del lugar en un destino eminentemente residencial.
Este tipo de preocupaciones por parte del sector hotelero frente al
proceso de residencialización del litoral lo encontramos también en Costa Rica.
En abril de 2008, Alberto Salas presentó un estudio encargado por la Cámara
Costarricense de Hoteles (Salas, 2008). En él se ponía en evidencia que el fuerte
crecimiento inmobiliario de Guanacaste amenazaba con llevar al colapso a esta
provincia, por la incapacidad de provisión de servicios básicos como agua o
electricidad a su población. En su presentación, Salas sentenció que la imagen
de Costa Rica como paraíso turístico de lo natural y ecológico ha entrado ya en
entredicho y avanza hacia un modelo turístico muchísimo más urbanizado. Por
su parte, “el presidente de la Cámara Costarricense de Hoteles, Carlos Lachner,
manifestó que los gobiernos locales están recibiendo muy poco apoyo por parte
del Gobierno a pesar de que hay una mayor recaudación de impuestos por el
auge en la construcción. «Es preocupante que sólo un 12% sean habitaciones
hoteleras, no creemos que el desarrollo residencial sea lo más adecuado para
Guanacaste, por sus características, va a haber un impacto ambiental y en el
recursohídrico», comentó Lachner” (Prensa Libre, 30/04/2008). La intención de
la Cámara Costarricense de Hoteles con un estudio de estas características,
enfatizando los riesgos derivados del crecimiento residencial resulta evidente.
Otro caso reciente de conflicto entre empresariado local y gran inversión
lo encontramos en lo sucedido en los últimos meses del año 2009 en San Juan
del Sur. La puesta en marcha en septiembre de 2009 del ya mencionado
proyecto “Desarrollo del Turismo en el sur occidente de Nicaragua. Ruta
Triangulo del Sur”, ejecutado por el Centro Empresarial Pellas con apoyo de la
Embajada de Holanda y el Servicio Holandés para el Desarrollo (SNV) en
Granada, Ometepe y San Juan del Sur provocó algunas manifestaciones de
desacuerdo por parte de la Comisión de Turismo de este último municipio. La
Cámara de Turismo (CANTUR) de San Juan del Sur, que agrupa básicamente a
pequeños y medianos empresarios locales de este municipio nicaragüense,
74
denunciaron que habían sido utilizados por el Centro Empresarial Pellas para
obtener los fondos de la cooperación, que debían destinarse a las minipymes
turísticas locales, y que después no les dejaron tomar decisiones sobre el
contenido del proyecto, llegando a declarar que “un proyecto de desarrollo en
el cual no participan sus principales actores es un proyecto estéril”
(Pronunciamiento de CANTUR de San Juan del Sur, 28/08/2009).
La creciente contraposición de intereses entre la pequeña y mediana
empresa local y los grandes capitales abre una importante dimensión de
conflicto entre estos actores.
75
aplicación quedó en suspenso hasta la introducción de algunos cambios que
debían discutirse en una Comisión de la Asamblea Legislativa (Arias &
Coronado, 2010).
En Nicaragua, tras la derrota electoral del Frente Sandinista en 1990, los
siguientes gobiernos liberales establecieron uno de los regímenes fiscales más
favorables al inversionista extranjero. En junio de 1999 fue aprobada la Ley de
Incentivos a la Inversión Turística, o Ley 306, considerada una de las más
generosas de Centroamérica, por cuanto permitía amplias exoneraciones de
impuestos por diversos conceptos en el proceso de construcción y puesta en
marcha del negocio turístico. Aún así, años después, el gobierno de Enrique
Bolaños llegó a promover la Ley Especial para la Creación de los Bonos de Incentivo
Turístico (Ley BIT), que hubiera permitido financiar hasta un 70% de la
inversión realizada una vez estuviera operativa en base a los impuestos que
deberían recaudar. La Ley, que finalmente no fue aprobada, fue calificada por
Francisco Báez, uno de los más reputados expertos en Derecho Fiscal en
Nicaragua, como un “saqueo” que no se había intentado en ninguna parte del
mundo.18 Muestra de la presión que ejercieron las grandes cadenas hoteleras a
favor de la aprobación de la Ley BIT fueron las declaraciones en julio de 2006 de
Juan Carlos Pereira, director ejecutivo de la agencia de promoción de
inversiones ProNicaragua, a propósito de inversiones turísticas pendientes: “la
velocidad con que la cadena Marriot inicie su inversión dependerá de la
aprobación de la ley de Bonos de Incentivos Turísticos” (La Prensa, 07/07/2006).
También en Nicaragua, la tramitación de la Ley de Costas, desde que se
presentó en la Asamblea Nacional en octubre de 2005 hasta su aprobación final
en junio de 2009, fue larga y complicada. Al final, su contenido resultó
beneficioso para los intereses turístico-residenciales. La Ley da seguridad
jurídica a la inversión, tenencia, uso, goce y usufructo, así como las
transacciones y el tráfico inmobiliario de las propiedades costeras. Establece
que el uso público alcanza 50 metros desde la marca de la marea máxima
promedio hacia tierra firme, más distancia que los 30 metros que solicitaban los
18Cita extraída del documental Sol y sombras (Fundación Luciérnaga, Managua, 2008, Premio
Mejor Reportaje del XI Festival Ícaro 2008), con realización de Joaquín Zúniga e investigación y
producción de Ernest Cañada.
76
representantes del sector empresarial; en el caso de los lagos naturales y
lagunas cratéricas es sólo de 5 metros. Esto implica la privatización de los
bienes y el derecho público que tenía el Estado sobre los 2 Km. en las zonas
costeras hasta los 50 metros establecidos, y los 800 metros hasta los 5 en lagos y
lagunas, con la consecuente pérdida de patrimonio del Estado. También fija que
independientemente del límite, las municipalidades no podrán autorizar
construcciones, ni permitir que se instalen comercios ambulantes frente a
hoteles y negocios privados (Capitales, 12/06/2009).
En ocasiones las iniciativas de ley han partido de los intereses de los
sectores comunitarios como una forma de hacer frente al proceso de
desposesión que estaban viviendo. Este es el caso del Proyecto de Ley de
Territorios Costeros Comunitarios, presentado en la Asamblea Legislativa de
Costa Rica en junio de 2009. La propuesta fue recogida por el Frente Nacional
de Comunidades Costeras Amenazadas por Políticas y Políticos del Exterminio
como la “única opción viable que tenemos las comunidades costeras para seguir
existiendo”, por cuanto “por la política neoliberal de este gobierno se han
estado desalojando y demoliendo comunidades enteras, para entregar nuestras
costas a los megaproyectos turísticos y a las cuevas de los narcotraficantes”
(Informa-Tico, 20/01/2010).
77
español, muestra que Centroamérica es una de las regiones con menores niveles
de sindicación de América Latina y El Caribe. En Costa Rica de 12 hoteles de
cadenas españolas, ninguno tiene sindicato; e igual en Nicaragua (0 de 2) y
Panamá (0 de 1) (Iglesias, 2008: 58).
Además de la manifiesta hostilidad empresarial a la presencia de
sindicatos en sus hoteles, la dificultad de respuesta del movimiento sindical
obedece a otras razones vinculadas a los profundos cambios operados en la
estructura del sector turístico. Estas transformaciones fueron motivo de análisis
de un taller latinoamericano organizado por la Rel-UITA en septiembre de 2008.
Sindicalistas de toda América Latina reunidos en Buenos Aires destacaron
cómo los cambios en la forma de gestión de los hoteles obstaculizaban la acción
sindical (Cañada, 2008). La separación creciente entre propiedad y gestión
hotelera es una de las tendencias que más inquieta. Esta situación dificulta
lógicamente los canales de interlocución para los representantes sindicales y
constituye un paraguas en el que se escudan las grandes empresas para no
asumir su responsabilidad ante cualquier problema o conflicto existente en
alguno de sus hoteles. Por otra parte, la terciarización de la empresa hotelera es
otro de los factores identificados. Con cada vez mayor frecuencia las empresas
hoteleras están subcontratando a otras empresas parte de su personal. Encargan
a terceros servicios como la vigilancia y seguridad o la limpieza, por ejemplo.
Esta estrategia divide a los trabajadores dentro de un mismo hotel y los sitúa en
distintas situaciones contractuales, al mismo tiempo que diluye las
responsabilidades de la empresa.
A estos cambios que limitan la capacidad de actuación del movimiento
sindical hay que sumar las condiciones de pobreza imperantes en el área, que
obligan a los trabajadores a centrar todos sus esfuerzos en la supervivencia
diaria. Este conjunto de factores ayudan a entender las débiles manifestaciones
de conflicto socio-laboral, en comparación con otras causas, que concentran un
mayor número de conflictos.
Uno de los casos que mayor atención mediática generó fue el caso de la
protesta de los trabajadores que construían el Hotel Riu de Playa Matapalo, en
Guanacaste, Costa Rica. En noviembre de 2008, Rafael Antonio Pérez, uno de
78
los aproximadamente mil quinientos trabajadores empleados en su
construcción, murió intoxicado. Tenía 26 años y era de origen nicaragüense,
como la mayoría de sus compañeros. Más de trescientos enfermaron, sufriendo
“vómitos, diarreas y males respiratorios” (La Nación, 16/11/2008). Todos ellos
vivían en un campamento insalubre. La falta de respuesta a los trabajadores
motivó diversos incidentes, entre ellos la quema de uno de los autobuses que
los llevaba hasta el trabajo. El Ministerio de Salud obligó a un cierre temporal
de la construcción pero tiempo después, a finales de octubre de 2009, el Hotel
abrió sus puertas.
9. Conclusiones
A pesar de que los impactos de la industria turística son cada vez más
conocidos y se multiplican los conflictos locales en toda Centroamérica, la
capacidad de movilización global frente a su expansión es aún muy limitada.
En muchos de estos conflictos locales las poblaciones quedan muy aisladas, y su
capacidad de respuesta es muy limitada. ¿Qué es lo que explica esta situación?
Es evidente que la industria turística se beneficia de condiciones
estructurales de enorme pobreza que dificultan cualquier forma de oposición a
su expansión en el territorio. Las expectativas de generación de empleo
asociadas a la inversión turística actúan como freno a una lectura crítica de las
consecuencias del modelo. Además, la industria turística ha logrado construir
una imagen del sector positiva e incluso de compromiso con la conservación del
medio ambiente o la reducción de la pobreza, promoviendo acciones sociales
vinculadas a la Responsabilidad Social Empresarial. También cabe destacar el
hecho de que la industria turística ha logrado atraerse aliados, como
determinados sectores de la cooperación internacional, que ayudan a construir
una imagen favorable con propuestas de “negocios inclusivos” inspiradas en el
“pro-poor tourism”, dedicadas a mostrar los beneficios potenciales de la
inclusión de las poblaciones locales en la gran inversión turística (Cañada &
Gascón, 2006; Gascón, 2009). En este mismo sentido, la influencia de estos
sectores en numerosas organizaciones de turismo comunitario a través del
79
financiación y asesoría técnica, resta autonomía y capacidad de acción a estos
sectores campesinos en la defensa de los bienes comunes (Cañada, 2009c;
Cañada & Fandiño, 2009).
Pero más allá de las capacidades de estos grupos empresariales y sus
aliados en distintos tipos de estructuras e instituciones, hay otros factores que
están entorpeciendo el desarrollo de un movimiento global de resistencia y
construcción de alternativas frente al modelo turístico dominante. Uno de los
principales obstáculos se encuentra en el hecho de que el grueso del
movimiento altermundista aún no ha reconocido a la industria turística como
una amenaza destacable frente a los impactos provocados por otros sectores,
como por ejemplo las actividades vinculadas a modelos extractivistas (minería,
hidroeléctricas, petróleo, …) o la industria maquiladora. Por otra parte, las
conexiones entre el movimiento sindical y las organizaciones sociales son
también muy débiles (Iglesias, 2008; Cañada, 2008).
Frente a este modelo de desarrollo turístico es necesaria una doble
actuación. Por una parte se requiere fortalecer las resistencias frente a su
expansión y la usurpación y privatización de territorios, recursos naturales y
bienes comunes. Por otra parte también es preciso desarrollar y sostener otro
modelo turístico de carácter endógeno, basado en la economía popular,
centrado en la proximidad y construido sobre la base de una alianza entre las
iniciativas comunitarias y el pequeño y mediano empresario local, y poderes
públicos al servicio de la gran mayoría de la población centroamericana. Lo más
relevante es que las bases para el desarrollo de este modelo ya existen en
Centroamérica. Necesitan mucho más apoyo público, visibilidad y valoración,
pero en la región ya existen condiciones para sostener otro modelo de
desarrollo turístico.
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84
Del cielo a la tierra y de la tierra al suelo:
el turismo residencial en el caribe mexicano
Introducción
*
Alfonso Jiménez es Profesor Investigador de Tiempo Completo en la Universidad del Caribe,
Cancún, México. Ha trabajado como consultor y como funcionario del sector público y privado
en diversas instituciones y organizaciones de turismo, nacionales e internacionales.
**
Ana Pricila Sosa Ferreira es Maestra en Economía y Política Internacional; Jefa del
Departamento de Turismo Sustentable, Hotelería y Gastronomía de la Universidad del Caribe,
Cancún, México; Consejera del Consejo Nacional de Educación Ambiental para la
Sustentabilidad y miembro de la Academia Mexicana de Investigadores en Turismo, AMIT.
19 Al respecto, Daniel Hiernaux señala que si bien el turismo es un fenómeno consolidado,
mientras que en las investigaciones académicas es más frecuente el uso de segunda residencia
para denominarlo. (OMT, 2007; Hiernaux, 2006). Los reportes en medios de comunicación y las
empresas con frecuencia usan el término turismo inmobiliario.
85
El presente documento tiene como objetivo describir algunas
características y condiciones del turismo residencial en el caribe mexicano,
asumiendo un enfoque sistémico del turismo. Este trabajo es resultado de
consultas bibliográficas y documentales así como de un levantamiento en
campo y entrevistas con informantes clave. Su idea central es que existe un
contexto claramente definido respecto de las condiciones que propician el
turismo de segundas residencias, y características específicas que le definen.
1. Antecedentes
86
los objetivos de este trabajo, resulta de mayor utilidad referirnos, como
antecedente, al turismo de litoral que se desarrolla en España, México, o el
Caribe en la historia contemporánea y en el que las segundas residencias juegan
un papel relevante. Francisco Jurdao (1990) y otros académicos españoles
(Seguí, 2004; Buades, 2006; Aledo, 2008), describen el proceso de turismo de
segundas residencias en las costas de España y señalan los impactos que fueron
generando. Esos autores coinciden en ubicar una primera etapa del turismo de
segundas residencias en los sesentas, cuando compradores europeos
individuales adquieren propiedades en las costas europeas, particularmente en
España, atraídos por el clima y los precios bajos y una política social benéfica
para los pobladores que habían sufrido en Europa las calamidades de la
segunda guerra mundial. Durante una segunda etapa, en los setentas, de
acuerdo a su descripción, se dan inversiones más cuantiosas de compañías
alemanas. Muchas de ellas aprovechando las facilidades de su país para realizar
este tipo de inversión; compran grandes extensiones para urbanización y venta
de propiedades en segunda residencia. La siguiente y tercera etapa, se
caracterizaría por el desarrollo de un mercado inmobiliario vinculado a
propiedades turísticas (no solamente de segundas residencias); se trata
fundamentalmente de desarrollos turísticos integrales que generan una
dinámica diferenciada de la del propio turismo. Aledo describe una cuarta
etapa (2008, pp: 107 y ss) y la ubica aproximadamente a partir del 2002. La
denomina Nuevo Turismo Residencial (NTR), cuyo producto nuclear es el
resort turístico-residencial que se caracteriza por un entorno “exclusivo,
privatizado y centrípeto”. Ofrece además una amplia gama de servicios
complementarios (“de salud, hospitalaria, fitness, restauración, centros
comerciales, enseñanza, seguridad, mantenimiento de casas y jardines, servicio
de alquiler de vivienda, etc.”, cuyo objetivo ---señala Aledo---, es convertirse en
un espacio diseñado a modo para “el ocio residencial privatizado, autónomo e
independiente del territorio en el que se instale. Una nueva burbuja turística
que adapta el concepto de hotel todo incluido al turismo residencial” (Aledo,
2008: 108). Se trata en resumen, de diferentes etapas que se replican, desfasadas,
en México y el Caribe.
87
Un antecedente del turismo residencial en el Caribe es posible ubicarlo
en Cuba durante los cincuentas. Tanto los cubanos como los norteamericanos
poderosos con inversiones e intereses en la isla ---incluyendo a la mafia de
fuerte presencia e influencia en la isla---, tenían residencias de playa en las
costas cubanas al igual que en Florida (González, 1980). El abandono de Cuba
tras la Revolución, trasladó a Puerto Rico y a otras islas las inversiones de
segundas residencias, sin replicar, sin embargo, la dimensión que había
adquirido en Cuba.
En el litoral mexicano, Acapulco constituye un antecedente importante
de turismo residencial de la segunda mitad del SXX, aunque existieron
versiones muy incipientes de ese tipo de turismo ---en Veracruz, puerto y
ciudad capital; en Cuyutlán, (Colima) y en Progreso, (Yucatán) entre otras
localidades costeras mexicanas---21. Durante los sesentas, Acapulco se convirtió
en un destino internacional de moda en paralelo a la introducción del jet y al
crecimiento del turismo internacional, con un componente importante de
segundas residencias que mantiene hasta ahora. En el caribe mexicano no se
desarrolla turismo de segundas residencias en una dimensión importante sino
hasta muy recientemente debido a factores diversos como el aislamiento de la
zona, el alto costo del transporte aéreo derivado de su lejanía; el alto costo de la
tierra en las primeras etapas del desarrollo de Cancún, así como por las dudas
iniciales de los inversionistas que dotaron de incertidumbre los años iniciales
del desarrollo. En la Riviera Maya el desarrollo de relevancia se ubica hasta la
mitad de la década de los 90 (Jiménez y Sosa, 2008). Aun con esto, antes de que
iniciara el proyecto Cancún, Akumal recibía ya turistas, algunos de ellos con
segundas residencias. Existen también otros antecedentes cercanos al área,
como la extendida costumbre de parte de un sector de la sociedad de Mérida,
(en Yucatán), de tener propiedad y hacer uso vacacional de segundas
21 Existen otros antecedentes importantes de segundas residencias en México, como han sido
Chapala (en el Estado de Jalisco) o San Miguel de Allende (En el Estado de Guanajuato) que, al
finalizar la Segunda Guerra Mundial y en particular desde los sesentas y setentas, se
convirtieron en segundo hogar de norteamericanos, muchos de ellos militares norteamericanos
retirados. El estado de Morelos y el Estado de México también han sido importantes para la
población capitalina. Por los objetivos de este trabajo, se hace mención sólo de los destinos de
litoral.
88
residencias en Puerto Progreso, al norte de esa ciudad y ya en el litoral del
Golfo de México.
El fenómeno actual de turismo residencial (Nuevo Turismo Residencial)
para algunos autores como Aledo, (2007), responde sin embargo a un contexto
particular que ha transformado el concepto de tierra y suelo. Afirma Aledo “La
tierra ha pasado de entenderse como un espacio de producción agraria a
convertirse en deseado suelo urbano o urbanizable” (Aledo, 2008: 99). De esta
forma, en la frase de Aledo se sintetiza la condición donde la tierra --con la
debida aportación de sol y agua---, nos provee de los alimentos necesarios para
la subsistencia y esa misma tierra se convierte en suelo; esto es, en bien de uso
urbanizable y con un concepto mercantil y de intercambio industrial, que
transmuta e intercambia los valores y conceptos. Así, conceptualmente el
turismo residencial resulta ser la evolución de la fase puramente turística --es
decir sólo de visitas al paraíso ---; y se transita así del cielo (paraíso) a la tierra y
de la tierra al suelo, en una metáfora22, que refiere sucesivamente el paraíso y el
paisaje asociado al imaginario vacacional; el suelo que se asume como bien de
uso y de cambio en las segundas residencias y, con ello, se intenta poseer el
paisaje, hacer propio el paraíso además de hacerlo capitalizable y heredable.
2. Contexto y características
22La metáfora se inspira en la afirmación de Aledo (2008) y de hecho, da origen al título de este
ensayo.
89
tener una segunda residencia y de buscar un clima más benigno (SECTUR,
2002). Solamente en Estados Unidos habrá en el mediano plazo más de 60
millones de jubilados (Palma, 2006; SECTUR, 2002. EXCELTUR, 2007).
La globalización, en su faceta económica, así como los acuerdos
económicos regionales y el desarrollo tecnológico que lo facilita han impulsado
el turismo de segunda residencia al facilitar a los inversionistas el desarrollo de
sus proyectos fuera de sus países, al brindar condiciones para que los
compradores adquieran segundas residencias fuera de su país y sigan contando
para ello con sus servicios (financieros, médicos, de comunicaciones, etc.).
Condiciones más específicas que también impulsan al turismo de segundas
residencias son el clima; la diferencia entre las condiciones de la adquisición de
las propiedades en los países de origen y el país receptor (precio, créditos,
plusvalía); la cercanía para que un viaje frecuente parezca factible y atractivo
(Jiménez y Sosa, 2008); la oferta, suficiente, diversa y accesible y el atractivo de
convertir el gasto que se hace en turismo en una inversión inmobiliaria.
Igualmente, el nivel comparativo de precios de la tierra y los servicios básicos
y la disponibilidad de servicios comerciales y especialmente de salud, juegan
un papel en la decisión para adquirir una propiedad, así como la seguridad.
(SECTUR, 2002, EXCELTUR, 2005 Reforma, junio de 2007).
90
este país a los acuerdos económicos internacionales europeos- y a Europa
Oriental. España ha pasado a ser igualmente un gran inversionista en proyectos
turísticos inmobiliarios en el mundo como Brasil, Argentina, México y el propio
Caribe (Noriega, A. 2007), aunque México constituye uno de los principales
objetivos (Aguilar, D, 2007).
En la Región del Gran Caribe, es posible observar claramente la presencia
y expansión del turismo residencial por sus condiciones de territorio,
económicas y políticas en países como República Dominicana, (Caribbean
News Digital, 28-11.07), Costa Rica, (Caribbean News Digital, 3-09-07), Panamá
(Caribbean News Digital, 12-12-07), Honduras, Jamaica e incluso en países con
menor actividad turística como Nicaragua (Caribbean News Digital, 27-11-
2007). Las características del Gran Caribe que resultan favorables para el
impulso del turismo residencial son, desde luego, los atractivos naturales y
culturales; también juega un papel el nivel de precios no solamente de los
bienes inmuebles sino del costo de la vida en general, que en conjunto con lo
demás representa una oportunidad, especialmente para los retirados, para una
vida tranquila, en un ambiente socioambiental rico y diverso y con un costo de
la vida bastante menor al de los lugares de origen de los turistas de segundas
residencias.
En América del Sur igualmente se vive un crecimiento de adquisición de
segundas residencias, como es el caso de Argentina.
El contexto nacional mexicano replica este impulso que experimenta el
turismo de segunda residencia en el mundo y especialmente en el Gran Caribe.
Algunas proyecciones establecen que de un modesto 1% que representaba esta
actividad en el total de los movimientos inmobiliarios hace una década, podría
pasar a un 25% en diez años más (El periódico, 27 de diciembre 2007). Para la
consultora Internacional Living, México ocupa un lugar importante en las
preferencias para adquirir segunda residencia entre los baby boomers
norteamericanos, quienes toman su decisión considerando el clima, la cercanía
con EU o Canadá, la infraestructura y telecomunicaciones del sitio, servicios
médicos y precios de las propiedades (Reforma, junio de 2007). El 5 de abril del
2006, el grupo español Mall entregó al entonces director de FONATUR John
91
McCarthy el premio Live in Spain como la mejor gestión para promover el
turismo residencial, señalando que México ciertamente ocupa un lugar
importante en la demanda de segundas residencias23 (Inmobiliarie, 2006), por lo
que también está entre los cinco países del mundo con mayor inversión
inmobiliaria turística, y en donde los capitales españoles juegan un papel
predominante. Llama la atención el nombre mismo de la empresa que premia a
FONATUR, Living in Spain que originalmente expresaba el campo de acción de
la empresa dentro de España. Las tendencias marcan tanto la creciente
importancia del consumo turístico en general, así como el impulso al turismo
residencial o de segundas residencias24.
Como se ha mencionado, existen algunos sitios de turismo residencial en
México desarrollados fundamentalmente a partir de la década de los cincuenta.
Mencionando solamente los destinos de playa, cabe insistir en la importancia
que reporta Acapulco y el carácter representativo en la península de Progreso,
como sitio de segunda residencia de la sociedad yucateca.
Actualmente es posible afirmar que la creciente demanda de propiedades
en segunda residencia y el fuerte impulso de una oferta que responde (no es
claro aún si en proporción o no de la primera), abarca prácticamente cada uno
de los estados de la República, con especificidades en cada caso. Los destinos
fronterizos, sobre todo los de la costa californiana del Pacífico son
probablemente donde más se hace notar este fenómeno y donde además es
clara la gran concentración en el mercado norteamericano. Solamente los
sucesos de violencia que azotan al país, incluyendo a esta región fronteriza, han
detenido momentáneamente el desarrollo de este fenómeno (El periódico, 17 al
25 de enero de 2008). Los precios y plusvalía de las propiedades inmobiliarias
en México se consideran con buenas perspectivas para los inversionistas, por lo
menos 800,000 norteamericanos más los que establecieran su residencia (primera o segunda) en
México. (Palma, 2006).
92
que se prevé que esta ola de operaciones en general y de construcciones
específicamente para segundas residencias continúe (Aguilar, David, El
Universal. 25 de diciembre de 2007). En el 2007 se registró un volumen récord
de operaciones turísticas inmobiliarias (El Economista, 20 de diciembre de
2007)25.
93
El modelo mexicano de desarrollo turístico inicia con los denominados “polos
de desarrollo” en la década de los 70 --ahora llamados Centros Integralmente
Planeados o CIP’s-- (Jiménez, 1998, pp: 14-24; Hiernaux, 1999; Torres, 2002).
Con cinco centros desarrollados por el Estado mexicano se daba origen al
movimiento de captación masiva del turismo internacional, orientado a
impulsar la actividad exportadora y generadora de divisas para el país, que en
paralelo buscaba efectos multiplicadores y fuentes de empleo. Después de 30
años, el turismo se consolida como una actividad fundamental para el
desarrollo a partir de los recursos naturales y culturales existentes, y
precisamente por su capacidad para emplear fuerza de trabajo calificada, así
como de baja calificación técnica. De los cinco CIPS, Cancún se desarrolla de
manera acelerada, más allá de lo planeado.
En este contexto, Cancún se constituye en el centro turístico internacional
mexicano por excelencia y, como tal, refleja los diversos fenómenos asociados al
desarrollo del turismo en el mundo, incluyendo el “boom” del turismo
residencial. Cancún y la Riviera Maya, como destinos turísticos vacacionales
para segundas residencias, resultan atractivos para el mercado nacional así
como para el internacional.
El mercado de segundas residencias no fue considerado originalmente
para Cancún, por su lejanía respecto de centros urbanos del país -DF
principalmente- y el alto costo del transporte aéreo en ese momento. En la
península de Yucatán, Mérida era el centro urbano más cercano y contaba con
su propio esquema de segunda residencia en la costa yucateca (Puerto
Progreso). Actualmente, sin embargo, se cuenta con mejores vías de
comunicación terrestre, opciones diversas de transporte aéreo de costo
reducido, así como el crecimiento urbano en la región. Como se ha comentado,
a estas condiciones se suma en el contexto una más extendida cultura de viaje
(Jiménez y Sosa, 2008).
La evolución de los destinos del caribe mexicano resulta interesante
debido a dos coincidencias: a) El rápido crecimiento de Cancún, en donde
confluyen condiciones tan diversas que su carácter de destino integralmente
planeado no lo define, sino que es solamente una de sus características; y b) La
94
explosiva expansión de la Riviera Maya en la última década, con un resultado
cercano al de Cancún -aunque presenten algunas características diferentes- con
quien se encuentra coincidiendo territorial, administrativa y operacionalmente
en una unidad espacial y de comportamiento. La descripción de los datos del
desarrollo de Cancún señala un acelerado crecimiento que, en muchos sentidos,
ha llevado a calificarlo como el más “exitoso” del país. En treinta años de
existencia, Cancún tiene ya 30 mil cuartos de hotel y 34 mil se han construido
en la Rivera Maya albergando a más de tres millones de turistas anualmente. A
esto se suma el volumen de visitantes que arriban vía cruceros en una cifra que
llega a 3.1 millones (SEDETUR, 2007).
5,000
4,000
En Miles de Turistas
3,000
2,000
1,000
0
1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006
*La disminución en Cancún en el 2005 se debe a los efectos del Huracán Wilma. Algunos hoteles
reabrieron durante 2006. A principios de 2007 todavía había una diferencia de 3,000 cuartos menos en
Cancún que en el 2004.
** Los datos para Los Cabos, 2005 y 2006, fueron calculados a partir de datos de SECTUR
Fuente. Elaborado con cifras de SECTUR y de FONATUR.
95
condiciones favorables de crecimiento turístico que generaba muchas otras
oportunidades de empleo y de comercio. El impulso inmobiliario que supuso el
crecimiento del turismo a Cancún, con la recepción de inmigrantes, se combinó
para generar una fuerte demanda habitacional y un nivel de precios
comparativamente alto respecto del resto del país.
El Huracán Gilberto (1988) que azotó Cancún modificó el patrón de
comportamiento que se tenía en el desarrollo turístico en ese momento,
impulsándolo al patrón del turismo masivo. De ser el destino mejor
posicionado en el mercado internacional, tanto por la tasa de crecimiento de su
volumen como por las tarifas en las que funcionaba la planta hotelera, con el
huracán se perdió ese carácter. La presión de los operadores y mayoristas
turísticos internacionales obligó a bajar significativamente las tarifas y a la
masificación. La infraestructura hotelera también se transforma hacia un
concepto más declaradamente masivo, incrementando esta problemática oferta-
precios (Jiménez, 1998; Hiernaux, 1999, I; Jiménez y Sosa, 2008).
Tras el huracán, y sobre todo ante la baja de la actividad turística en los
siguientes meses, se presentó una emigración del destino y se generó un
mercado de segunda residencia propicio para la renta. Paralelamente se amplió
la oferta con la intervención de FONATUR que abría a la venta ciertas áreas (la
supermanzana 17 y luego la 15), por tratarse de lotes para viviendas
residenciales. A continuación se genera otro tipo de oferta a partir de la
construcción de viviendas con planes de financiamiento, donde predominaron
los esquemas de interés social y vivienda media.
Desde 1993-1994 este crecimiento se expande a la zona sur de la región
transformando el entonces llamado “Corredor Cancún–Tulum”, ahora llamado
Riviera Maya, que pasa de la baja densidad a ser un complejo de “ressorts”
muchos de ellos bajo el esquema de “All inclusive”; algunos con formas de
propiedad vacacional o bien con componentes inmobiliarios bien definidos y
todos dirigidos al segmento de altos ingresos (Jiménez y Sosa, 2008).
Cancún y sobre todo la Riviera Maya han verificado las tasas de
crecimiento más altas del país en más de tres décadas: desde la segunda parte
de los 70 y hasta la actualidad.
96
Evolución histórica del crecimiento de la Población de Cancún y la Riviera Maya.
Localidad / población 1975 1985 1995 2000 2005
Cancún (Mpio. Benito Juárez) 2,663 33,273 167,730 419,815 572,973
Playa del Carmen (Mpio. Solidaridad: Riviera
- - - 63,752 135,589
Maya) a/
Tasa Media de Crecimiento Anual (TMCA) de los respectivos
Periodos:
1985-1975 1995-1885 2000-1995 2005-2000
- 65.7% 38.2% 20.1% 6.4%
TMCA de los respectivos periodos.
- - - - 16.3%
a/ Hasta 1993, el territorio que ahora es el Municipio de Solidaridad (donde se localiza la Riviera Maya), se encontraba integado al municipio de
Cozumel. A partir de ese año se consituyó como Municipio independiente.
Fuente: Elaborado con los datos de INEGI; Censos de Población y Vivienda y Conteos de Población: 1985, 1995, 2000 y 2005.
97
sólo uno de los componentes del desarrollo. La inversión turístico inmobiliaria
está caracterizada por superficies muy extensas para el desarrollo (son comunes
los terrenos de más de 100 Has), lo que permite al inversionista capitalizar de
manera más integral y privada la plusvalía que generan las inversiones en los
inmuebles generadores de tráfico. Este es el papel que tienen los grandes
hoteles que reciben huéspedes que, a su vez, se constituyen en la demanda
potencial de bienes raíces o de formas alternativas de inversión turístico
inmobiliaria –-como tiempo compartido, fracciones o condohoteles---. Lo
anterior se traduce en el aprovechamiento privado y circunscrito de los
beneficios derivados de ese desarrollo, al generarse una plusvalía en la
superficie del entorno que aprovecha el inversionista con el desarrollo y venta
de los otros productos inmobiliarios, generando una rentabilidad de capital
muy atractiva. Ello explica también el extendido interés de grupos de inversión
nacionales y extranjeros, que buscan intensificar este modelo de explotación
que, en síntesis, privatiza las ganancias y socializa los costos del desarrollo de la
región26. Este esquema influye en la situación actual, puesto que Cancún ya no
tiene mucho margen de terreno para crecer y por ello, el impulso al crecimiento
lleva al aumento de densidades para la hotelería y para la reconversión al
mercado de segundas residencias en forma de condominios. En la Riviera
Maya, sin embargo, se construyen grandes complejos, algunos con campos de
golf, que incluyen viviendas para segundas residencias además de hoteles y
zonas comerciales. El mismo FONATUR ha planeado complejos que incluyen
los elementos turístico, inmobiliario y de campos de golf para Costa Maya,
mismos que por razones de naturaleza inespecífica no se han concretado. Este
es el esquema que refiere Aledo (2008) y que caracteriza como al Nuevo
Turismo Residencial (NTR). Actualmente existe en Cancún un debate alrededor
del incremento de densidades, al igual que sobre el tema de la competencia
98
hotelería-turismo inmobiliario que ha generado conflictos políticos y legales27
(Jiménez y Sosa, 2008).
El alto crecimiento turístico inmobiliario de la Riviera Maya, tiene la
particularidad de los 130 Km. que representa su litoral con territorio aún sin
desarrollar, así como el concepto de desarrollos integrales que van
predominando y donde los campos de golf constituyen un elemento relevante.
Esta es la diferencia sustancial con Cancún: los megadesarrollos y sus campos
de golf que están vinculados no solo al juego, sino de manera muy importante
al componente inmobiliario. En el año 2006 había 6 campos de golf en
operación, pero debido a esa dinámica, para el año 2008 se espera contar con 13
como se señala a continuación.
27Durante los últimos meses del 2007 se verificó un conflicto por este hecho. Debido por un
lado, a la inexistencia de terreno aprovechable en Cancún y por otro, el interés de los
inversionistas por aprovechar la expansión de la demanda, el Gobierno Municipal –por presión
de los interesados--- cambió el uso de suelo de una área en el margen lagunar con uso recreativo
y de conservación, por una modalidad (THE) que permitía prácticamente todo. Esta
autorización permitiría al desarrollador (quien compró el terreno a FONATUR y pagó al
municipio por el cambio de uso de suelo y los permisos), construir 18 torres de veinte pisos
para propiedades turístico-residenciales. La oposición de diversos sectores de la comunidad
incluyó al sector hotelero. Aunque el Gobierno Municipal se negó a reconsiderar el caso,
SEMARNAT intervino por solicitud del Centro Mexicano de Derecho Ambiental para anular el
cambio de uso de suelo (El Periódico, agosto a noviembre de 2007).
99
forzada del litoral, que es el espacio ideal apetecido. Apunta “…el sector
turístico residencial ha encontrado en el campo de golf un elemento que le
otorga un nuevo valor añadido a su producto inmobiliario cuando se ve
obligado a alejarse de la primera línea de costa, sustituyendo el azul del mar
por el verde del green” (Aledo, 2008, pp: 105). Parece así cumplirse una fase
más del desarrollo que hace del suelo el trozo esperado y adquirible del paraíso;
ese suelo, de vegetación abundante, resulta perfecto para el imaginario
vacacional del paraíso con el verde armónico y controlado del campo de golf. Se
compra suelo en el campo de golf como la extensión del paraíso y en
complemento a la visión del cielo que es siempre el fondo del mar azul. Se
cumple así el sueño del edén, el retorno prometido al paraíso perdido por vía
vacacional e inmobiliaria.
En la Riviera Maya se encuentran destinos que iniciaron como segunda
residencia como Akumal, Puerto Morelos, Playacar o Puerto Aventuras; otros
que han incorporado recientemente el concepto y muchos que realmente
combinan el turismo de hospedaje con la segunda residencia. Por sí misma,
Akumal tiene más desarrollos condominiales que Cancún en su zona hotelera
(Jiménez y Sosa, 2008). La oferta condominial turística en Cancún, respecto de
su oferta total de hospedaje, parece poco significativa: 15.2% del total. No
obstante, respecto del total de la oferta condominial, representa casi dos tercios
(57.9%) (Jiménez y Sosa, 2008).
100
Área de Referencia Número estimado Número TOTAL de Número TOTAL de Estimado TOTAL de Porcentaje de los
TOTAL de unidades Condos o casas unidades en condos o equivalentes en cuartos
equivalentes a cuartos identificadas para casas. Cuartos Adicionales condominiales en el
(Hoteles+ Condos) renta Disponibles en total de la
Condos y Casas ubicación
respectiva
A B C D D/A
Cancún 31,152 35 2,208 4,748 15.2%
Riviera Maya
I De Puerto Morelos a Xcalacoco 4,500 33 173 382 8.5%
V Otros (Carrillo Puerto, Cobá, Sian Kan) n-d n-d n-d n-d
Total 57,652 259 3,724 8,199 14.2%
Porcentajes
Cancún 54.0% 13.5% 59.3% 57.9%
Riviera Maya
I De Puerto Morelos a Xcalacoco 7.8% 12.7% 4.6% 4.7%
101
De acuerdo con la Secretaría de Turismo del Estado y con la densidad
estipulada, el techo de crecimiento hotelero es de 80 mil cuartos estimándose en
30% la capacidad alcanzada. Por ese motivo, los funcionarios de turismo del
Estado declaran la posibilidad de una inversión de 3 mil millones de USD de
inversión potencial para los siguientes diez años, y quizá otro tanto en
inversiones complementarias de obra pública e inversiones inmobiliarias.
Con la actual combinación de alojamiento turístico en el negocio
inmobiliario, puede esperarse una elevación del tipo de inversión de hotelería
“All inclusive” a hotelería independiente, y de allí a inversiones en residencias
que implicaría la venta de por lo menos 20 mil segundas residencias los
próximos tres o cuatro años (El periódico, 28 de diciembre 2007).
Resulta importante mencionar que, en este panorama, los principales
compradores de segundas residencias o de inversiones inmobiliarias turísticas,
sean norteamericanos seguidos por los nacionales; después están los
canadienses. Aunque los productos están pensados para los compradores
extranjeros, principalmente de América de Norte por su perfil y condiciones
específicas muy propicias para ser consumidores de segunda residencia, los
compradores nacionales han sido permanentemente activos y presentes en este
fenómeno.
102
Visitantes a Total Estimado Total global Total global
hoteles Propietarios y Total de (%)
visitantes que Visitantes a
Área de Referencia arriendan F&A
Cancún Total en Cancún 2,834,547 56,971 791,475 3,682,993 64.2%
RM
I De Puerto Morelos a Xcalacoco 350,716 2,130 352,846 6.2%
Riviera
Maya II De Playa del Carmen a Kantenah 1,317,103 17,317 1,334,419 23.3%
6. Consideraciones finales
103
2. El turismo residencial tiene como actividad medular la producción de
suelo urbano para transmutarlo en objeto mercantil al venderlo; busca
compradores de un bien raíz y no tiene como objetivo el atraer visitantes
como se prevé de la función turística. Y esta diferencia conceptual entre
la función turística y la residencial es fundamental para comprender los
procesos que tienen lugar. El adquiriente de una segunda residencia
puede cumplir con la función turística, que es por definición transitoria,
pero potencialmente también es, cuando no lo ocupa, un oferente de
vivienda en renta a otros turistas. Y en este sentido significa competir
soterradamente con la oferta constituida porque, en general, en esa
última función trabaja en las sombras fuera del mercado de hospedaje
que paga impuestos y debe cumplir condiciones. Y se ha simplificado esa
posibilidad de comercialización vía la facilitación tecnológica que
significa el Internet. Por su parte, los desarrolladores iniciales (las
empresas turístico inmobiliarias), tienen la capacidad y la flexibilidad
para desplazarse a otros sitios semejantes que les permitan mantener su
modelo de aprovechamiento territorial: esta facilidad les dota de
impunidad social al trasladar sus operaciones a otros lugares para
reiniciar la venta de la tierra transformada en suelo, y reiniciar
nuevamente el proceso.
104
5. Las condiciones que facilitan el desarrollo del turismo de segundas
residencias son la cercanía, la comunicación adecuada con transporte
aéreo así como tarifas accesibles, la presencia de servicios urbanos,
comerciales y de salud, las facilidades de compra, la oferta, el nivel de
precios que asegure una calidad de vida igual o mejor que en su lugar de
origen, además del clima y el entorno cultural.
105
De esta forma parece insuficiente considerar la argumentación de que
esas inversiones generan empleos en construcción y turismo, como el
beneficio socialmente aceptable derivado de la inversión generada y
habría que analizar, aún, en qué medida los beneficios que se generan en
la región, efectivamente contribuyen con aportaciones fiscales y sociales
a la comunidad que les acoge. Se trata, en resumen, de una inversión
inmobiliaria más que de una expresión del turismo.
106
hasta entonces no era posible (tierra ejidal), que ha significado la venta
de amplias zonas incluidas algunas de litoral a particulares, cuya
motivación fundamental es la de hacerla turísticamente rentable. 2) la
desregulación creciente de la inversión extranjera, que ha permitido que
los extranjeros, puedan adquirir y desarrollar proyectos inmobiliarios y
adquirir una segunda residencia (propiedades directas y condominiales)
olvidando la historia de las relaciones mexicanas con su vecino del norte.
3) Política de poder y aplicación extraterritorial de leyes de EUA. Este
factor alude a las particularidades de la política exterior de Estados
Unidos que ha mostrado su capacidad para imponer
extraterritorialmente sus decisiones y su ley. Como evidencia se tienen
los ejemplos del Hotel Scandic-Hilton en Noruega en el año 2006; el del
hotel Sheraton en México del 2006 y el caso de American Express
también en México, todos relacionados con la prohibición de tener
vínculos comerciales con Cuba pero cuya aplicación no fue en territorio
de Estados Unidos. Finalmente, 4) la Contención del terrorismo de EUA
cuya activa diplomacia en defensa de su seguridad nacional, pone en
entredicho la seguridad nacional de México por mecanismo declarados
como defensivos pero que podrían facilitar intervenciones por motivos
deficientemente definidos. EUA busca la adopción de una postura
trilateral que facilite las maniobras militares y de intervención frente al
fantasma del terrorismo y la amenaza que significa para EUA; pero ese
argumento y su aceptación podría, en teoría, facilitar la extensión de
facultades hacia la protección de los intereses de sus connacionales en
territorio mexicano, propiciando la repetición de un pasaje oscuro de la
historia de México acaecido a mediados del siglo XIX. Es en este contexto
que se podrían incluir las propiedades turísticas.
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Personas entrevistadas:
109
110
Evaluación participativa de los impactos sociales del
turismo residencial y meta-análisis de resultados:
un caso de estudio en el nordeste de Brasil
Introducción
111
como una mayor comprensión, aceptación y sentimiento de apropiación de los
resultados por parte de los implicados (Burdge y Vanclay, 1996; Becker et al.,
2003; Becker y Vanclay, 2003; Vanclay, 2003; Roberts, 2003).
El presente trabajo centra su atención en la evaluación participativa de
impactos sociales en un área específica: la del desarrollo turístico. El turismo
como industria global tiene la capacidad de afectar y transformar de forma
profunda los sistemas sociales, especialmente en regiones en desarrollo. Los
impactos del turismo afectan tanto al medio ambiente como al entorno social,
generando cambios profundos que pueden modificar las estructuras locales.
Los efectos positivos y negativos se distribuyen de forma desigual entre los
diferentes grupos que participan de la actividad turística. Todo ello justifica la
necesidad de incluir a la ciudadanía y actores implicados en los procesos
evaluación de los impactos del turismo, si lo que se persigue es hacer más justos
y legítimos los procesos de toma de decisiones. No son pocos los autores que
han señalado la necesidad de abrir los procesos de planificación y gestión
turística a otros actores sociales, bien para mejorar los procesos de toma de
decisiones (Jamal y Getz, 1995; Brohman, 1996; Tosun y Timothy, 2003), bien
para identificar las causas de fondo de los problemas locales (Ortiz et al., 2007),
o bien por la importancia de introducir las opiniones ciudadanas para aumentar
las posibilidades de éxito de la planificación y políticas turísticas y reducir
posibles conflictos (Murphy 1985; Ap 1992; Long 1993; Lane 1994; Lankford
1994). De ahí la relevancia de la evaluación participativa de los impactos
sociales del turismo, para 1) identificar los grupos que son excluidos de los
beneficios de la actividad turística y que sobre ellos repercuten en mayor
medida los costes; 2) identificar los procesos que originan esa exclusión de
determinados grupos de los beneficios ocasionados por el turismo y 3) generar
información de calidad para la formulación de propuestas y acciones orientadas
a disminuir esa desigual distribución de los recursos e impactos.
Usualmente los diagnósticos de impacto social del turismo han pecado
de falta de integración y superficialidad al estar más preocupados por la
cualificación sectorial del producto turístico de cara a no perder competitividad
en el mercado (García-Andreu, 2008). Esto ha tenido como consecuencia que la
112
mayor parte de las propuestas de actuación y mejora tuvieran un carácter
eminentemente técnico. En esta línea, se ha señalado que un parte importante
de los problemas que padecen estos municipios son resultado de una rápida y
errónea planificación urbanística y turística desarrollada para atender las
exigencias de una demanda en constante y rápido crecimiento (MUNRES, 1995;
Navalón, 1995; Vera, 1997; Mazón, 2006). Sin embargo, este tipo de diagnósticos
obvian que la errónea planificación es la manifestación de causas más
profundas que conectan con las estructuras de poder locales. Si no se adopta
una aproximación integrada y estructural al modelo de desarrollo turístico-
residencial resulta complicado identificar las causas de fondo que condicionan
la orientación de las herramientas de planificación y su correcta aplicación.
De este modo, y teniendo como objetivo la identificación de las causas
últimas de los impactos sociales del turismo, esta investigación ofrece una
propuesta metodológica para el análisis de la información producida durante el
proceso participativo, planteando el uso de las herramientas propias del
Análisis de Redes Sociales para el estudio en profundidad de las relaciones
causales de los impactos del turismo identificadas por los participantes. Como
se demostrará en las páginas que siguen, este método combinado permite sacar
a la luz las causas profundas de los impactos del turismo, señalando nuevas
líneas de acción estratégica para la minimización o gestión de los impactos. Se
consigue así aunar las ventajas de la participación y las herramientas analíticas
propias de las Ciencias Sociales. Ello redunda en una mayor calidad de los
resultados finales y, como consecuencia, de los futuros procesos de toma de
decisiones en el ámbito de la planificación y la gestión turística.
Este artículo presenta dos objetivos. Por un lado, describe un proceso de
participación orientado a la evaluación de los impactos del desarrollo turístico-
residencial en un destino en el nordeste de Brasil, concretado en la
identificación de los impactos y sus dinámicas causales. Por otro lado, esta
investigación ofrece una propuesta para el meta-análisis de los datos
producidos durante el proceso participativo. Su novedad reside en la utilización
de los programas informáticos de Análisis de Redes Sociales (Ucinet® y
NetDraw®) para el tratamiento de mapas causales construidos por los
113
participantes. A partir de este meta-análisis se produce una nueva información
que devuelta a la comunidad de participantes puede servirle para conocer e
interpretar mejor los procesos y fenómenos sociales que se están produciendo
en su territorio. De este modo, la devolución al grupo participante de los
resultados del meta-análisis se convierte en uno de los objetivos principales del
proceso.
Para ejemplificar esta propuesta metodológica, se ha escogido una
experiencia participativa en el destino turístico de Pipa, en el municipio de
Tibau do Sul en la costa sur del estado de Rio Grande do Norte (Brasil), donde
el turismo residencial encontró a principios de la presente década un nuevo
nicho de desarrollo. La justificación de la selección de esta área como caso de
estudio viene explicada por la especial relevancia de los impactos sociales del
turismo residencial, condicionada por la pobreza estructural de este estado
brasileño, así como la enorme magnitud y rapidez del desarrollo turístico-
residencial experimentado entre 2002 y 2007. A continuación se ofrece una
contextualización del fenómeno turístico residencial en el caso brasileño, que
ayudará a comprender y complementará los resultados del proceso de
participación desarrollado en Pipa, así como el meta-análisis de dichos
resultados.
114
Durante dicho quinquenio se construyeron miles de unidades
residenciales orientadas fundamentalmente al mercado extranjero
aprovechando una serie de ventajas comparativas relacionadas con un paisaje
escasamente turistizado, el bajo coste de la tierra y de la mano de obra, el apoyo
gubernamental a la inversión extranjera y una gran disponibilidad de capitales
financieros internacionales de carácter especulativo en busca de nichos estables
de inversión (Dantas, Ferreira y Libramento, 2010).
En el caso brasileño, la región elegida por el TR internacional fue el
Nordeste. El peso de las estructuras coloniales, la dureza ambiental del Sertão y
la sucesión de crisis de la industria del azúcar desde finales del siglo XIX
explican que el Nordeste sea una de las zonas menos desarrolladas de Brasil y
un foco de emigración hacia las metrópolis del sur. La llegada del turismo a
comienzos de la década de los ochenta fue vista como una oportunidad para
alterar esa situación de pobreza crónica (Monti, 2011).
El destino turístico-residencial escogido para esta investigación, Pipa, en
el municipio de Tibau do Sul, representa un ejemplo paradigmático de la
evolución del turismo en el nordeste brasileño. Se trata de un distrito de unos
5.000 habitantes situado a 85 km de Natal, la capital del Estado. Antiguamente
una villa de pescadores, es hoy el segundo destino turístico del Rio Grande do
Norte. Hasta finales de los noventa, el modelo turístico dominante en esta
localidad fue el hotelero. En una primera etapa se instalaron pequeños hoteles
y, a partir de mediados de los noventa, llegaron algunas cadenas hoteleras
internacionales. Su llegada estuvo acompañada por el esfuerzo del sector
público por desarrollar unas infraestructuras que facilitasen el desarrollo
turístico. Este destino reorientó su modelo después de 2002, cuando el litoral
nordestino experimentaba un intenso crecimiento inmobiliario como
consecuencia de inversiones extranjeras en proyectos de segundas residencias.
En toda la costa, la multiplicación de condominios turísticos cerrados
destinados a una clientela europea fue posible gracias a, por un lado, una
coyuntura económica global favorable a la inversión inmobiliaria y, por otro,
políticas turísticas orientadas a integrar esta región periférica en los circuitos
internacionales del turismo (Loloum, 2010).
115
Esta última fase de desarrollo turístico inmobiliario extranjero ha tenido
una corta carrera en Pipa al igual que en el resto de la costa nordestina ya que,
iniciándose en 2002, finalizó en 2007. Pero, a pesar de su corto ciclo de
crecimiento y expansión, la especial naturaleza de este nuevo fenómeno ha
generado importantes transformaciones sobre la comunidad local y su entorno.
Si el sector hotelero había creado cerca de 5.000 plazas en tres décadas, el sector
turístico residencial desarrolló un número equivalente en tan solo un
quinquenio. El sector turístico residencial ha generado importantes beneficios
económicos pero, al mismo tiempo, ha producido cambios de carácter
ambiental y sociocultural que son percibidos por la población local como
impactos negativos. El modelo extensivo de ocupación del espacio -incluso
sobre espacios protegidos-, la competencia con el sector hotelero o la
priorización de los espacios turísticos para el desarrollo de infraestructuras
sobre las áreas habitadas por los locales ha generado toda una serie de efectos
en la sociedad local y el territorio. A todo ello se suma que el TR ha casi
eliminado las actividades económicas tradicionales, priorizando al sector de la
construcción y de los servicios. Es importante señalar que estos efectos no se
distribuyen de forma equitativa entre los diferentes actores que han participado
en el proceso de asentamiento y desarrollo del TR en Pipa. En torno al
desarrollo del TR en esta localidad aparecen toda una serie de actores, tales
como promotores urbanísticos, compañías constructoras, políticos locales,
técnicos urbanísticos, grupos ecologistas, trabajadores de la construcción y
servicios, sociedad civil, etc. que entran en conflicto para apropiarse de los
efectos positivos que genera el TR y que, al mismo tiempo, intentan trasladar
los costes de este modelo de desarrollo en el tiempo, en el espacio o hacia otros
grupos sociales (Demajorovic et al., 2011).
Método
116
Seguidamente, se llevó a cabo un meta-análisis de los resultados del proceso
participativo para obtener un conocimiento más profundo sobre las causas y, en
consecuencia, mejorar los procesos de toma de decisiones, especialmente del
sector público.
El proceso de participación constó de dos fases. En primer lugar, se
realizó una serie de entrevistas con actores sociales en el ámbito local, regional y
nacional. El objetivo de estas entrevistas fue doble. Por un lado, se utilizaron
para realizar un Análisis de Partes Interesadas (o Stakeholder Analysis) (Dick,
1997; Ramírez, 1999; Chevalier, 2001) con el que identificar a los actores sociales
implicados en el sistema turístico-residencial de Pipa. Por otro lado, también se
aprovecharon para indagar sobre las diferentes percepciones de los impactos
derivados del TR y para comprender las dinámicas y procesos que los explican.
En segundo lugar, se realizó un taller de participación con el objetivo ofrecer un
espacio para la reflexión sobre los impactos sociales del modelo de TR en Pipa a
través de la elaboración de mapas causales.
A partir de la evaluación participativa, el equipo de investigación realizó
un meta-análisis de los mapas causales mediante la aplicación de los programas
informáticos de Análisis de Redes Sociales (Ucinet® y NetDraw®). Los
resultados cuantitativos de esta fase fueron completados, contextualizados e
interpretados a partir de la información cualitativa obtenida mediante las
entrevistas en profundidad. Finalmente, los resultados de este meta-análisis
serán devueltos a los participantes a través de un taller organizado en base al
método de elaboración de propuestas estratégicas desarrollado por Ortiz (2009).
Con ello se pretende contrastar este análisis con el conocimiento local y, de esta
manera, facilitar la incorporación de los resultados en la praxis política y social
del desarrollo turístico-residencial.
El Análisis de Partes Interesadas identificó a los principales actores
sociales del sistema turístico-residencial mediante un total de 53 entrevistas en
profundidad que ofrecieron un mapa social y una descripción de las
características y relaciones que definen a los distintos actores dentro de él,
clasificadas a partir de cuatro dimensiones fundamentales: a) recursos o
capitales de que disponen los actores en su participación en el sistema turístico-
117
residencial (recursos de tipo financiero, institucional, social, organizacional,
simbólico, legal, etc.); b) influencia o capacidad de utilizar dichos recursos para
introducir cambios en el sistema; c) limitaciones u obstáculos en el ejercicio de
su influencia; y d) dependencia, tanto hacia otros actores como hacia los
beneficios procedentes del TR. A partir de la información recabada con este
análisis se identificaron seis principales sectores cuya representación en el
proceso de participación se consideraba imprescindible: asociaciones vecinales,
hostelería y restauración, promoción urbanística, ámbito académico, ONGs y
sector público. En total, el proceso contó con la participación de 62
representantes de estos sectores.
Las entrevistas también recabaron las diferentes percepciones acerca de
los impactos locales derivados del TR. Se pidió a cada uno de los entrevistados
que identificara y describiera los impactos más significativos. Con esta
información el equipo de investigación elaboró un primer listado de impactos
que constituyó el punto de partida del taller.
El taller contó con la participación de 22 representantes de los sectores
arriba señalados. La primera fase de la dinámica consistió en un plenario en el
que se desarrolló una tormenta de ideas sobre los impactos derivados del TR en
Pipa. El resultado de la dinámica fue un cuadro con un listado de impactos
tanto positivos como negativos (Tabla 1) consensuado por los participantes.
118
ellos. Un mapa causal es una herramienta que permite representar gráficamente
las variables y las relaciones causa-efecto que participan en la generación del
problema investigado (Weick, 1979). Las variables describen las opiniones,
ideas y/o temas clave y están representadas gráficamente mediante nodos.
Estos nodos están conectados mediante flechas unidireccionales que muestran
el sentido de la causalidad.
Por sí solos cada uno de los mapas causales elaborados son útiles para mejorar
el proceso de diagnóstico ya que desarrollan y organizan la cadena causal de los
impactos permitiendo centrar la atención en las causas de fondo de los
problemas (Evans, 2005). Dicho conocimiento permite evitar actuaciones
119
“superficiales” en las acciones de mitigación posteriores que supongan una
intervención sobre los síntomas antes que sobre las causas profundas. No
obstante, el análisis aislado e individual de los diferentes mapas causales no es
capaz de trazar y hacer analizable el complejo orden de flujos de repercusión
derivado de los impactos locales del desarrollo turístico residencial (Mathieson
y Wall, 1982). En otras palabras, los impactos derivados del turismo y sus
causas y consecuencias no se sitúan en la realidad en compartimentos estancos.
Por el contrario, conforman una intrincada red de relaciones directas e
indirectas que es necesario analizar desde una perspectiva estructural.
Para trazar y hacer analizables los complejos procesos causa-efecto de los
impactos locales, esta investigación presenta como novedad la incorporación al
proceso de diagnóstico un meta-análisis de los mapas causales a partir de
herramientas propias del Análisis de Redes Sociales, mediante el uso de los
programas informáticos Ucinet® y NetDraw®. Estos programas permiten
combinar los diferentes mapas causales y producir una red de procesos causa-
efecto inducidos por el TR en Pipa (Gráfico 2). Esta red es posible gracias a la
existencia de elementos comunes en los distintos mapas causales. Una vez
obtenida la red, es posible proceder a su análisis.
120
(relaciones indirectas). Así, son más centrales los nodos con un mayor índice de
cercanía o, en otras palabras, aquellos nodos que, por su posición en la red,
influyen sobre el mayor número de nodos. Este tipo de análisis permite la
identificación de la base causal de los impactos.
En el marco de un proceso de planeamiento o intervención social, esta
información es de especial relevancia, porque, al actuar sobre estos nodos
basales, se ocasionaría un mayor efecto sobre el conjunto del sistema.
Sirva de ejemplo el resultado obtenido en la investigación realizada en Pipa,
donde los datos arrojados por el análisis de la red causal identificaron como
causas centrales (outcloseness > 1,000) de los impactos del desarrollo turístico-
residencial (Tabla 3).
Los nodos que tras el análisis de cercanía aparecieron como más influyentes,
pueden ser agrupados en las siguientes dimensiones: a) la importancia del
efecto del marketing y la publicidad de las grandes empresas de turismo
residencial (1), b) el déficit democrático en la gestión local y debilidad
121
institucional (5, 6, 7 y 8), y c) déficit de infraestructuras y su desigual
distribución socioespacial (2, 3 y 4).
La causa profunda que ejerce mayor influencia dentro del sistema causal
construido por los participantes del taller es Marketing y publicidad de las grandes
empresas. Esta causa hace referencia al modo en que los promotores turístico-
residenciales, a través de su capacidad mediática, venden la ilusión de que
controlan una ingente masa de compradores europeos en busca de una segunda
residencia en el nordeste brasileño. Se presentan ante la comunidad local y sus
representantes políticos como atractores de una demanda internacional de
segundas residencias que va a traer consigo innumerables riquezas para el
conjunto de la población y, de forma más individual, sobre determinados
actores situados en posiciones clave en los proceso de toma de decisiones
urbanísticas locales o estatales. Estos promotores internacionales construyen un
discurso en el que se posicionan como los conectores entre la demanda
potencial y el futuro desarrollo turístico del municipio. Esta realidad construida
les confiere un poder y una capacidad de negociación enorme tanto sobre los
propietarios individuales de terrenos como ante los representantes políticos
locales.
En realidad, ese control de la demanda internacional es ficticio, como así
lo ha demostrado la crisis de 2008. En el marco de una competencia turística
mundial entre destinos, las demandas turísticas internacionales se caracterizan
por su extrema volatilidad. En otras palabras, esta demanda internacional no
está, se construye en una disputa feroz dentro del sector de la promoción
urbanística internacional. Por tanto, no se puede poseer o controlar por parte de
estos promotores turístico-residenciales. Es una ficción, propia de la actual fase
del capitalismo (Verdú, 2003). Al mismo tiempo que los promotores turístico-
residenciales exhiben su supuesto control de una demanda internacional
ilimitada también se presentan ante los mercados emisores como poseedores de
una oferta turístico-residencial perfectamente construida y preparada para
recibirlos. En la publicidad, ofrecen unos paraísos turístico-residenciales que
satisfacen las demandas postmodernas de exotismo, seguridad física y alta
rentabilidad inversora. También estos paraísos han demostrado ser una ficción.
122
En gran parte, ni siquiera estaban construidas las infraestructuras mínimas y
necesarias para iniciar los proyectos que ya se vendían como hechos. Estamos
así ante un turismo de ficción. Una ficción construida a través de discursos
orales, escritos y audiovisuales y, que aprovechándose de Internet, se convierte
en un capital simbólico transportable y accesible a casi cualquier lugar del
mundo. Este discurso del turismo de ficción otorga un poder enorme a estos
promotores urbanísticos, tanto sobre la demanda como sobre la oferta.
Este poder de los promotores foráneos es una herramienta de presión y
negociación ante el poder político local que controla una parte importante de
las decisiones referentes al ámbito del planeamiento urbanístico. El discurso del
turismo residencial presenta al sector internacional como un motor de
desarrollo socioeconómico para la comunidad y como el nexo que liga estas
periféricas helioterrae con los mercados globales. Al mismo tiempo, a este
supuesto o ficticio beneficio comunitario se suman los beneficios particulares
que determinados actores políticos y económicos locales pueden conseguir a
cambio de tierras turísticamente interesantes o por su capacidad de influencia
política en las decisiones urbanísticas a tomar por la prefeitura (ayuntamiento).
La preeminencia de intereses particulares sobre los colectivos constituye el
déficit democrático en la gestión local identificado por los participantes y que
sostiene el entramado de decisiones que favorecen a las empresas promotoras.
Además, los intereses particulares también se han visto fortalecidos frente al
interés general a consecuencia de la connivencia del poder público en la escasa
fiscalización de los proyectos turístico-residenciales y en la impunidad
ambiental de las acciones de sus promotores. La falta de información en la
gestión local sería una manifestación más de una gestión pública espuria. A
estas circunstancias se añade la debilidad financiera municipal y el déficit de
cuadros administrativos formados brasileños, especialmente en municipios
pequeños y periféricos, como es el caso de Tibau do Sul.
En lo referente a la carencia de servicios públicos, que se ve aumentada por
la estacionalidad turística, cabe señalar el hecho de que en la nueva
configuración urbanística de Pipa se observa cómo las nuevas infraestructuras y
servicios se están localizando de acuerdo con los intereses y necesidades de los
123
proyectos turístico-residenciales, configurando una nueva lógica territorial.
Mientras las zonas habitadas por los nativos siguen padeciendo graves
deficiencias, las nuevas carreteras o el alcantarillado se construyen en torno a
estos nuevos espacios urbanos que además se sitúan fuera del casco tradicional,
dado que el suelo allí es más barato. Con el paso del tiempo, surge la paradoja
de que, al estar vacíos estos condominios por falta de demanda, estas nuevas
infraestructuras están absolutamente infrautilizadas. Esos nuevos espacios
centran el interés económico y político, concentran la inversión y se presentan
globalmente como la nueva Pipa dotada de nuevos significados culturales
ajenos a los culturalmente propios de la Pipa anterior.
Discusión
124
finalidad última de los resultados del meta-análisis es demarcar áreas de
actuación que, en un posterior taller participativo, sean discutidas y tomadas
como punto de partida de propuestas de acción estratégica.
El análisis de la red causal del turismo residencial en el caso de Pipa ha
permitido descubrir cómo la lógica global se impone sobre la lógica local. Aquí
usamos el término lógica para hacer referencia a una forma construir el
territorio con un orden que responde a unos determinados intereses. Cuando
esos intereses son mayoritariamente foráneos, ligados a fenómenos globales
como el turismo y la circulación internacional de capitales, optamos por
calificar esa forma de ver y ordenar el territorio como una lógica global. La
lógica local respondería a intereses y grupos locales aún cuando se entiende que
esta no es homogénea sino plural y polifónica.
La imposición de la lógica global sobre la local se demuestra mediante la
desigual distribución de infraestructuras y servicios que benefician a los nuevos
territorios turísticos en detrimento de los espacios excluidos de la expansión
turística. En otras palabras, el modelo de desarrollo turístico implementado en
Pipa se orienta a favorecer la acumulación de capital o beneficios por parte del
capital privado internacional (lógica global) sobre la distribución social de los
beneficios (lógica local). La imposición de la lógica global se articula, por un
lado, con el apoyo de las elites económicas y políticas locales y, por otro, se
fundamente en la causa basal identificada por el análisis, esto es, el marketing y
publicidad de las grandes empresas. No obstante, sobre esta causa basal se
construye un discurso fundamentado en una ficción: la capacidad de las
grandes promotoras de controlar una demanda turístico-residencial. A partir de
la deconstrucción de este discurso - del reconocimiento de lo ilusorio del control
de las empresas sobre la demanda -, la población local podría articular un
nuevo discurso que primase la lógica local sobre la lógica global, dando lugar a
nuevas propuestas para reorientar el modelo de desarrollo turístico hacia una
priorización de la distribución social de los beneficios sobre los procesos de
acumulación.
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TABLAS Y GRÁFICOS:
129
Tabla 2. Listado de impactos priorizados
130
Tabla 3. Causas centrales de los impactos del TR en Pipa (outcloseness >1,000)
131
Gráfico 1. Ejemplo de mapa causal
132
Gráfico 2. Red causal de impactos del TR en Pipa.
133
Análisis de redes de los impactos de la actividad
turístico-residencial
Hugo García-Andreu
134
aumenta el capital circulante. Altera los patrones de asentamiento generando
nuevos usos del espacio. Reordena la capacidad de control de la comunidad
sobre los procesos de toma de decisiones. Por último, elimina formas culturales
de toda índole que son suplantadas por formas detraídas de la cultura global.
En este sentido, el turismo residencial genera toda una serie de beneficios
y costes que se distribuyen de forma desigual entre los diferentes grupos
sociales de una región o comunidad. Estos cambios que produce la gigantesca
fuerza modeladora del turismo residencial condicionan y hasta determinan el
futuro de las comunidades y territorios donde se ha implantado y desarrollado.
A medio y largo plazo, terminan por transformarse en estructuras, en elementos
constituyentes y propios de los territorios y sociedades locales que, con el paso
del tiempo, determinarán el tejido social de las comunidades que optan por este
modelo de desarrollo turístico.
Por todo ello, es plausible considerar el planeamiento del turismo
residencial como una cuestión fundamentalmente política, antes que un
ejercicio propio de las ciencias de la planificación, urbanismo, del turismo o de
la economía. El control de los procesos de toma de decisiones que gestionan y
reparten estos impactos positivos y negativos se convierte en un socioespacio
de conflicto, en el que intervienen grupos de intereses contrapuestos. Si el
objeto del planeamiento es conseguir un desarrollo justo y sustentable, hay que
discutir no solo qué formas urbanas y turísticas va a reproducir en las zonas de
acogida sino, muy especialmente, cómo se distribuyen socialmente esos
impactos, cuáles son aceptables y qué grado de aceptabilidad tiene entre los
diferentes grupos sociales y, por último, qué capacidad poseen los menos
favorecidos por el desarrollo turístico residencial bien de oponerse al mismo o
bien de modificar sus condiciones.
Esta relevancia del turismo residencial como generador de nuevas
estructuras y definidor de futuros obliga a pensar en él y sobre él de una nueva
forma. Es posible que los métodos y técnicas de planeamiento tradicionales
sean insuficientes porque no incorporan el conflicto de valores ni la
incertidumbre asociada al proceso de planeamiento a largo plazo. Al tratar
sobre el desarrollo del turismo residencial estamos tratando de futuro y de
135
intereses, de valores y conflictos, de cambio social y opciones, y de una
actividad que genera cambios profundos y permanentes.
Es imprescindible que busquemos nuevos métodos y técnicas para
incorporar al estudio científico del turismo residencial su naturaleza política.
Un nuevo enfoque epistemológico que haga propias la incertidumbre y la
coexistencia de valores heterogéneos y enfrentados. Lo que se propone en las
siguientes páginas es una metodología, unas técnicas y unas herramientas
participativas para la construcción de diagnósticos y propuestas para dirigirse
hacia modelos de desarrollo que sean ambiental y económica viables y
socialmente justos y equitativos. El método participativo afianzado
epistemológicamente por la propuesta de la Ciencia Posnormal aparece como el
más adecuado dado lo turbulento del entorno turístico.
Las propuestas más críticas de las CC.SS. han entendido los métodos
participativos como instrumentos de cambio social. Así, el fortalecimiento del
capital social y de la identidad comunitaria, la profundización de la democracia
y el conocimiento que los participantes van adquiriendo a lo largo del proceso
participativo generan una serie de sinergias con una fuerte intención
transformadora de la realidad social. Admitiendo la capacidad de cambio
sociopolítico de los procesos participativos, en los capítulos que a continuación
se exponen, se enfatiza la dimensión práctica de la participación. Los procesos
participativos bien diseñados, orientados, implementados y analizados pueden
proporcionar información de alta calidad que mejora los procesos de toma de
decisiones que se deban llevar a cabo en el planeamiento local del turismo
residencial.
La suma de saberes que se pueden encontrar en un proceso participativo
cuando los participantes provienen de diferentes sectores socioeconómicos
locales, y cuando los argumentos que articulan y reflejan los intereses y valores
de cada grupo se exponen de forma abierta y deliberativa, ofrece mapas
informacionales más completos, refrendados y contrastados.
A continuación, se expondrán con más detalle los argumentos
epistemológicos y metodológicos de la propuesta de la Ciencia Posnormal
aplicada al análisis y planeamiento de modelos de desarrollo turístico
136
residencial. Seguidamente, se expondrán dos propuestas metodológicas para el
acercamiento participativo del turismo residencial. La primera presenta un
método de diagnóstico socialmente compartido de impactos del turismo
residencial a escala local. La segunda ofrece una serie de caminos para hacer
propuestas orientadoras del desarrollo del turismo residencial también
mediante procesos participativos.
137
de este modelo turístico ya es en sí misma un reflejo. El concepto turismo
residencial hace referencia a la actividad centrada en la oferta y demanda de
vivienda como principal tipo de alojamiento turístico, así como a la producción
de servicios e infraestructuras, y a los cambios morfológicos, socioculturales y
económicos que ello conlleva. Esta actividad turística se distingue por la
multiplicidad de variables que en él confluyen, tanto de índole económica y
urbanística como social, política, cultural y medioambiental (Aledo, García-
Andreu y Ortiz, 2006), y que se entretejen en una compleja red de causas,
efectos y agentes implicados. Haciendo uso de la definición de ambivalencia de
Bauman (1996), podría decirse que el turismo residencial es un sistema
altamente ambivalente, en el sentido de que se hace imposible discriminar sus
componentes y dinámicas, al referirse éstos, de forma simultánea, a múltiples
categorías.
Algunos autores (McKercher, 1999; Russell y Faulkner, 1999; Faulkner y
Russell, 2003) han definido el turismo, en sentido amplio, como un sistema
complejo y caótico. Esta perspectiva critica la tendencia a analizar el turismo
como un sistema lineal y determinístico que puede ser controlado y que es
predecible, dependiendo dicho control de la calidad de los datos y de la
capacidad de “diseccionar” los elementos del sistema como si de una máquina
se tratara. Por el contrario, las complejas interacciones no lineales entre el gran
número de variables y de actores que entran en juego en el sistema turístico y la
existencia de relaciones de poder que afectan al funcionamiento del mismo,
impiden conocer de forma precisa el comportamiento futuro del sistema. Esta
incertidumbre se acentúa en el caso del turismo de tipo residencial, dada su
inherente indeterminación y su capacidad de filtrarse y fundirse con todos los
aspectos de la vida social del destino, lo que dificulta las posibilidades de
distinguir sus dinámicas puramente turísticas de aquellas de carácter
urbanístico o de carácter demográfico (Ortiz, 2009).
Un ejemplo de las dificultades a las que se enfrenta la investigación en
materia turístico-residencial a la hora de analizar y explicar este modelo
turístico, es posible encontrarlo en una reciente investigación en el contexto de
138
la Costa Blanca española28. A partir del trabajo conjunto de expertos en turismo
residencial procedentes de múltiples ámbitos (empresa privada, sector público,
asociaciones cívicas, y un grupo multidisciplinar de académicos), se persiguió,
mediante un enfoque sistémico y estructural, el diseño de un escenario de
futuro probable para el sector turístico-residencial en la provincia de Alicante
(Aledo, Ortiz y García-Andreu, 2008). De las conclusiones de este panel de
expertos se extraía un escenario de futuro relativamente estable, con una
continuidad en la tendencia al alza de los precios de la vivienda, un aumento de
las exigencias medioambientales y de calidad, y ligeras disminuciones en la
demanda extranjera, entre otras cuestiones. Nada hacía pensar, a partir de los
resultados alcanzados por este grupo, que pocos meses después de la
realización de este trabajo, en la segunda mitad de 2007, comenzaría un periodo
de crisis en el sector inmobiliario con el que la actividad turístico-residencial ha
experimentado una profunda ralentización. Tanto esta situación crítica que
atraviesa el sector en la actualidad como otras sufridas con anterioridad - como
la del año 1991 - no han podido ser anticipadas con precisión por los expertos
en la materia, lo que refleja las evidentes dificultades para la comprensión y
análisis de este modelo turístico.
A estas incertidumbres se añaden otras de carácter global tales como los
efectos que el cambio climático podría tener en estos destinos cuyas condiciones
climáticas constituyen uno de sus principales atractivos (Becken y Hay, 2007).
En este sentido, como sugieren Jamal y Getz (1995) o Russell y Faulkner (1999)
podría hablarse del sistema turísitico – y, en este caso, del sistema turístico-
residencial – como un entorno turbulento (turbulent environment), en tanto que
las dinámicas de sus elementos, incluso mediante pequeños cambios aleatorios,
y sus interrelaciones con otros sistemas pueden producir consecuencias no
anticipadas de gran alcance en el conjunto del entorno en que tienen lugar. Un
ejemplo del carácter turbulento del sector turístico residencial se observa en las
consecuencias que ha tenido sobre la capacidad de compra de las familias
españolas la crisis financiera estadounidense relacionada con la concesión de
28
Dicha investigación se enmarca en el proyecto de Investigación y Desarrollo Turismo residencial:
análisis de la demanda y propuestas de reestructuración para los destinos consolidados. Ref:
SEJ/2005/04305
139
hipotecas “subprime” de alto riesgo. Los efectos de esta crisis se han visto
reflejados, en el caso de España, en la reducción en las concesiones de créditos,
lo que repercute de forma clara en la disminución de las ventas de segunda
residencia en municipios turístico-residenciales. En este sentido, la
incertidumbre es un factor altamente definitorio del turismo residencial y de los
destinos que han desarrollado este modelo (Ortiz, 2009).
En relación a la segunda variable de la ecuación de la Ciencia Posnormal
- la referente la diversidad valorativa y a la relevancia de lo que se pone en
juego en las decisiones -, la propia complejidad del turismo residencial tiene sus
raíces en la multiplicidad de actores, con sus intereses y expectativas, que
participan en el funcionamiento del sistema. Como apuntan Hall y Jenkins
(1995), tras las decisiones tomadas en materia turística en los planos político,
empresarial/organizacional e individual subyacen valores que guían el
proceso. En el caso del turismo residencial, dichos valores, se entrelazan y
enfrentan en el seno de una amplia red de stakeholders o actores sociales
interesados o afectados en algún sentido por el turismo residencial.
Por un lado, el sector empresarial de la construcción ha ejercido una
fuerte influencia en la toma de decisiones en materia urbanística,
condicionando sus intereses el devenir de los municipios turístico-residenciales
en las últimas décadas. Este sector económico ha sido sin duda uno de los
principales beneficiados del desarrollo del turismo residencial en el caso
español. Su capacidad de influencia en el planeamiento local y su búsqueda de
beneficio a corto plazo, explica en gran medida el rumbo tomado por algunos
municipios (García-Andreu, 2008). En el ámbito económico, el empresariado
comercial, hostelero y del ocio tienen igualmente intereses evidentes en la
industria turística. También el sector primario forma parte de la red de
stakeholders del turismo residencial, puesto que compite con el desarrollo
turístico-urbanístico, dado que una buena parte de los terrenos transformados
en suelo urbanizable y urbano, destinado a la producción de viviendas con
fines turístico-residenciales, era anteriormente de uso agrícola (Furió, 1996;
Aledo 2008). Otro de los agentes fundamentales en el desarrollo turístico-
residencial es la clase política, por su papel de representante democrático de los
140
intereses ciudadanos en la toma de decisiones públicas, pero también por los
múltiples casos de corrupción política relacionados con la actividad urbanística
que han salido a la luz en España en los últimos años (Diez y Gómez-Céspedes,
2008). Por otro lado, los importantes efectos del turismo residencial sobre el
entorno ambiental han movilizado a diversas agrupaciones ecologistas, que han
denunciado las profundas transformaciones medioambientales que sufre la
costa española como resultado del urbanismo feroz (Greenpeace, 2008).
También se han activado movimientos cívicos de diversa índole en reacción a
las consecuencias de la legislación urbanística valenciana sobre la propiedad
privada y sobre el entorno natural29.
El turismo residencial tiene, además, un importante componente
demográfico. En este sentido, los municipios turístico-residenciales aglutinan a
una diversidad de grupos sociodemográficos con intereses heterogéneos en
relación a la actividad turística y urbanística: residentes autóctonos, que han
experimentado de forma directa la progresiva transformación física, económica
y sociocultural de sus municipios; inmigrantes de carácter laboral atraídos por
la oferta de puestos de trabajo en los sectores de la construcción y hosteleros;
inmigrantes extranjeros jubilados, antiguos turistas que deciden asentarse en el
destino turístico de forma más o menos permanente, que representan uno de
los principales demandantes de vivienda y que traen a la vida local su bagaje
cultural en mayor o menor medida; turistas vacacionales, que residen en el
destino en periodos puntuales y que necesitan y exigen servicios locales
durante su estancia, etc.
También los proveedores de servicios e infraestructuras juegan un papel
importante en el funcionamiento del sistema, al requerir de los recursos
necesarios para abastecer a la población permanente y estacional de estos
destinos en sus necesidades sanitarias, energéticas, hídricas, de seguridad,
limpieza, etc. Y esta compleja red de stakeholders se amplía al trascender el
ámbito de lo local, entrando en juego gobiernos regionales, nacionales y
29
Es el caso de Compromís pel territori, coordinadora que reúne a 70 colectivos cívicos o la asociación
Abusos urbanísticos no, entre otras.
141
supranacionales, tour-operadores y cadenas empresariales internacionales,
destinos competidores, etc.
Teniendo en cuenta esta complejidad valorativa y la incertidumbre
implícitas al turismo residencial, parece adecuado considerar a este modelo
turístico como un objeto de la Ciencia Posnormal, cuyo análisis ha de ser
abordado, por lo tanto, desde un nuevo enfoque. Funtowicz y Ravetz defienden
la idea de que la Ciencia Normal, en el sentido empleado por Khun (1970)30, no
es capaz de enfrentarse por sí sola a la explicación y resolución de los nuevos
problemas posnormales. Es decir, la ciencia tradicional, que se caracterizaba por
su esfuerzo por eliminar la incertidumbre y por mostrarse libre de valores, deja
de ser útil ante los nuevos problemas globales (Funtowicz y Ravetz, 2000, 2002).
Las características propias de los objetos de la Ciencia Posnormal implican que
los expertos se encuentran incapacitados para resolver mediante modelos
estadísticos u otro tipo de estrategias científicas tradicionales – bien por la
imposibilidad de testear sus outputs o bien por la dudosa fiabilidad de sus
inputs –, así como para pronunciarse de manera unívoca ante aquellos
problemas en los que la pluralidad de actores interesados y afectados es muy
elevada. Una situación de estas características no debería dar lugar a la
paralización de la actividad científica ante sus propias debilidades, sino a un
cambio en sus mecanismos tradicionales, pasando del rechazo de las
incertidumbres tanto epistemológicas como éticas a su explicitación y manejo.
La lucha contra la incertidumbre debe ser sustituida por la búsqueda de
la calidad, según Funtowicz y Ravetz. En este sentido, los autores afirman que
si la incertidumbre existente en los inputs y en las conclusiones es irreductible,
entonces hay que preguntarse por la calidad, entendida como el grado en que
las opciones políticas o de actuación recomendadas son robustas en
contraposición a las incertidumbres latentes. Pero los sistemas de evaluación de
la calidad en la Ciencia Posnormal no pueden seguir circunscritos a los círculos
tradicionales de expertos. Si el conocimiento experto no está ya capacitado para
dar respuesta a los problemas objeto de la Ciencia Posnormal, los expertos
30
Thomas Kuhn define la ciencia normal como el proceso de solución de un puzzle o problema, en busca
de una verdad objetiva, en el marco de un paradigma teórico compartido por la comunidad científica que
guía la investigación.
142
pierden su anterior posición predominante en relación a la sabiduría en dicha
materia, compartiendo su legitimidad con otras perspectivas no expertas
(Funtowicz y Ravetz, 1994a)31. Por lo tanto, la comunidad de evaluadores
debería pasar de los sistemas de revisión de pares, tradicionales de la esfera
científica y profesional, a una “comunidad de pares ampliada” (extended peer-
communities) (Funtowicz y Ravetz, 1994a, 1994b, 2000). Esta comunidad de
pares ampliada consiste “no solo en personas con algún tipo de acreditación
institucional, sino más bien en todas aquellas que desean participar en la
solución del problema” (Funtowicz et al., 1999: p.10)32. De este modo, se aborda
tanto el problema de la incapacidad experta para la aportación de respuestas
inequívocas como el de la multiplicidad de valores y posiciones en juego en el
proceso de toma de decisiones.
Estas comunidades de pares ampliadas se consideran indispensables en
la Ciencia Posnormal y se configuran a partir del encuentro entre las partes y la
exposición de los distintos valores presentes, que pasan a formar parte del
diálogo. Este hecho no niega la relevancia del conocimiento científico y experto,
sino que amplía sus posibilidades, puesto que, en este tipo de problemas
complejos en los que se entretejen múltiples perspectivas, cada experto es al
mismo tiempo inexperto en las áreas de conocimiento del resto de participantes
(Funtowicz y Ravetz, 1993, 1994a).
La apertura del ámbito de la planificación y gestión turística a la
participación de nuevos agentes sociales ha sido defendida, no sólo por la
propuesta posnormal, sino por otros muchos expertos en estudios turísticos
(Ortiz, 2009). En este sentido Murphy (1985) enfatiza en la importancia de las
estrategias de planificación que incorporan los objetivos y deseos de la
comunidad local. Las razones expuestas por este autor aluden a que el
31 Esto recuerda a su vez a la obra de Ulrich Beck y a su trabajo en torno a la sociedad del riesgo,
cuando afirma: “En las temáticas de riesgo nadie es experto o lo son todos; se trata de un
fenómeno cultural en el que cada colectivo deja sentado y presupone lo que los riesgos pueden
desencadenar y provocar” (Beck, 1996: p.213). De este modo, se rompe el antiguo monopolio
que la ciencia tenía sobre el ámbito de la racionalidad puesto que “siempre hay
reivindicaciones, intereses y puntos de vista en competencia y conflicto de los distintos agentes
de la modernidad y grupos afectados, que se ven reunidos en la definición de los riesgos (…).
No hay ningún experto en riesgo” (Beck, 1992: p.29, traducción propia).
32 Traducción propia.
143
desarrollo turístico debe servir tanto a turistas como a residentes locales ya que
estos últimos son parte del producto turístico y que su exclusión puede derivar
en acciones de resistencia y hostilidad que pueden “destruir el potencial total
de la industria” (Murphy, 1985: 153). En la misma línea, Long (1993) y Gunn
(1994) señalan que si la población local afectada no es incorporada en el proceso
de planificación, hasta el mejor documento de planificación puede resultar un
fracaso. De forma similar, Ap (1992) y Lankford (1994) señalan la importancia
de tener en cuenta las percepciones de los residentes a los impactos del turismo
para aumentar las posibilidades de éxito en la planificación y políticas
turísticas. En la misma línea, otros autores (Jamal y Getz, 1995; Brohman, 1996;
Mazón y otros, 1996; Tosun y Timothy, 2003) argumentan que la participación
de la población local resulta positiva al redundar en un aumento de la
información de base sobre la que se apoyan las decisiones posteriores. Esto es
así, debido a que en muchas ocasiones las peculiaridades y dinámica del ámbito
sobre el que se pretende actuar son conocidas no sólo por políticos y técnicos
sino por la población afectada que aporta nuevas perspectivas de los problemas
planteados (Mazón y otros 1996). En este mismo sentido, para Tosun y Timothy
(2003) la incorporación de este tipo de información contribuye a reducir los
errores de los planificadores que suponen en muchas ocasiones grandes
pérdidas económicas. Reforzando lo señalado arriba por los autores citados se
encuentra la propuesta metodológica para la planificación de los espacios
turísticos elaborada desde la Fundación Cavanilles de Altos Estudios Turísticos
(Vera y otros, 1997: 387). En ella se destaca la importancia de abrir un proceso
de participación de administraciones, colectivos y ciudadanos en la fase de
análisis y diagnóstico de los municipios. En último lugar, algunos autores (Díez,
Gómez-Cespedes, Prieto del Pino, Stangeland y Vera, 2003) plantean la
participación de la población, como una manera de contribuir a reducir la
corrupción urbanística, la cual genera indefinición a los ciudadanos que
directamente la padecen y de forma general atenta contra los intereses del
conjunto de la población.
Tomando en consideración todo lo expuesto hasta este punto, la
posibilidad de asegurar la calidad de la investigación en materia turístico-
144
residencial mediante la ampliación de la comunidad de pares, parece una
medida ciertamente apropiada. De este modo, la información con que se provea
a los procesos de decisión podría ver reducido su nivel de error e
incertidumbre, así como la preeminencia de intereses y valores de un grupo
determinado, en tanto que cuente con aportaciones de las distintas partes que
experimentan el fenómeno turístico y permita hacer explícitos los distintos
valores en juego (Ortiz, 2009).
La omnipresencia de este modelo turístico a nivel local en lo social, lo
económico, lo político y lo ambiental hace que las decisiones que se tomen en
relación al futuro del sector tengan implicaciones profundas sobre las
comunidades locales – entendidas en su heterogeneidad y diversidad – y sobre
su entorno. A la hora de tomar medidas que determinen el rumbo de la
actividad turístico-residencial es necesario tener en cuenta las posibles
consecuencias que dichas decisiones podrían tener en cada uno de los
stakeholders implicados. Puesto que todos ellos juegan un papel imprescindible
en la producción y reproducción del sector, los perjuicios que pudieran sufrir
con motivo de decisiones mal informadas podrían tener efectos sobre el
conjunto del sistema. Por tanto, es necesario contar con herramientas que
aseguren que los procesos de planificación y decisión no ignoren esta
heterogeneidad valorativa que caracteriza al turismo residencial.
Este es, por tanto, el objetivo principal que será abordado en las páginas
que siguen. Asumiéndose la necesidad de crear una nueva y ampliada
comunidad evaluadora del planeamiento y desarrollo turístico, se ofrece una
herramienta útil a través de la cual los diversos actores sociales implicados y
afectados por las dinámicas turístico-residenciales puedan participar en la
mejora de la información que guíe las futuras decisiones políticas en el ámbito
local. En concreto, se expone el método participativo empleado en el caso de
dos municipios turístico-residenciales de la Costa Blanca (Alicante, España). A
través de los casos de Dénia (en este capítulo) y de Altea (en el siguiente), se
pretende ofrecer una serie de propuestas metodológicas para el diagnóstico y
diseño de medidas de actuación a través de la participación ciudadana, de
145
modo que puedan servir como ejemplos para la introducción de criterios
participativos en la planificación de otros destinos turísticos.
146
todas las cadenas causales elaboradas. Este tipo de análisis permite trazar una
estructura causal de los impactos seleccionados y, de ésta, identificar los
elementos de mayor repercusión sobre el sistema turístico. El potencial de esta
propuesta metodológica reside en su capacidad de gestionar de forma
sistemática un gran volumen de información. Los resultados ayudan al
planificador local y al resto de agentes intervinientes a priorizar sus actuaciones
rentabilizando así los recursos existentes.
Antes de entrar de lleno en dicha propuesta metodológica se abordan
ciertos aspectos contextuales necesarios para situarla en un tiempo y espacio
determinados. En concreto, (1) se caracteriza la actividad turístico-residencial en
el litoral español, (2) se señalan las deficiencias presentes en los diagnósticos de
la actividad turística realizados hasta el momento y, (3) se contextualiza de
forma breve el caso de estudio con el que se ejemplifica la propuesta
metodológica33.
33
La propuesta aquí desarrollada se ha obtenido de la tesis doctoral de uno de los autores (García-Andreu,
H., 2008). El trabajo de campo de dicha tesis doctoral se realizó en el marco del proyecto de investigación
I+D+i financiado por el Ministerio de Educación y Ciencia Turismo residencial: análisis de la demanda y
propuestas de reestructuración para los destinos consolidados. Ref: SEJ/2005/04305.
147
actividades que hubieran favorecido la imprescindible diversidad
socioeconómica que requieren los municipios (Salvá, 1996; OSE, 2006a).
En definitiva, la excesiva dependencia de numerosos municipios españoles de
la construcción de viviendas asociada a la actividad turístico-residencial los ha
situado en una posición de riesgo que se ha materializado una vez que ha
estallado la crisis inmobiliaria.
Diagnósticos en turismo
148
actividad turístico-residencial se ha entretejido y co-evolucionado con el
conjunto de estructuras locales y ha pasado a formar parte de esos elementos
estructurales y estructurantes de las comunidades de acogida. Los impactos del
pasado son en la actualidad características del modelo que, a su vez, generan
nuevos impactos. Así, las consecuencias son causas y viceversa de tal modo que
las variables de análisis presentan una doble naturaleza causa-efecto (Weick,
1979 en Miles and Huberman, 1994: 152). Así pues, este enfoque entiende que
las relaciones de la actividad turístico-residencial con las otras estructuras y
elementos locales son densas, ocasionando una compleja red de múltiples y
mutuas interacciones. Por otro lado, al interactuar esta actividad con la mayoría
de las estructuras locales aparecen múltiples interesados y afectados
(stakeholders). El turismo residencial afecta a la gran mayoría de los agentes
económicos locales. Conlleva la llegada de nuevos grupos tales como retirados
internacionales e inmigrantes laborales. Por último, también influyen los
anfitriones al transformar sus estilos de vida.
Ante esta complejidad de agentes y efectos, se hace necesario nuevos
métodos de diagnóstico de la actividad turístico-residencial en el contexto local
que proporcionen análisis sólidos, holísticos e incluyan a la variedad de
stakeholders. Entendemos por análisis sólido aquél que profundiza en las
cadenas causales de los problemas; por enfoque holístico el que incorpora el
análisis de las múltiples interacciones entre los elementos ambientales,
económicos, urbanísticos y socioculturales que participan de la actividad
turístico-residencial; por último, como se ha mencionado, la multiplicidad de
grupos de interés y afectados que entran en conflicto por el control de las
políticas locales relacionadas con la actividad turístico-residencial (Mantecón,
2008) y por la definición y distribución de sus impactos (Aledo y Mazón, 2005)
hace evidente la necesidad de incluir una variedad de stakeholders en los
procesos de diagnóstico.
Para incorporar estas tres premisas conceptuales en el análisis de los
impactos locales de la actividad turístico-residencial se propone el empleo de la
MRC alimentada en su input informacional por la participación de los diferentes
actores sociales implicados y afectados. De esta manera, se conjuga una
149
metodología holística y sólida, proporcionada por el análisis de redes causales,
con la aplicación de técnicas participativas en los procesos de diagnóstico que
permite la inclusión de los diferentes intereses, valores y conocimientos locales.
Así, se favorece la producción de consensos a la hora de identificar las causas de
fondo de los problemas locales y, al mismo tiempo, se genera información de
calidad que permite mejorar la toma de decisiones durante el diseño de
opciones estratégicas para el desarrollo local (Ortiz et al, 2007).
Este método de diagnóstico fue aplicado en el análisis causal de los
impactos de la actividad turístico-residencial en Dénia durante una
investigación realizada en la primavera de 2007. A continuación se lleva a cabo
una breve descripción de la evolución del municipio desde 1960 hasta el
presente con el objeto de explicitar el contexto socio-turístico en el que se aplicó
esta propuesta metodológica.
El caso de Dénia
150
de países en desarrollo (Viruela y Domingo, 2001). Tras cuarenta años de
turismo residencial, su estructura de alojamiento turístico está fuertemente
desequilibrada. En 2001, Dénia ofertaba tan sólo 1.321 plazas hoteleras (2.245 en
2008), mientras que el número de plazas extra-hoteleras –número de camas en
viviendas de potencial uso turístico- ascendía en el mismo año a 78.299 (García-
Andreu, 2008: 202). Este desarrollo ocasiona que el sector turístico de Dénia
muestre todas las características del turismo residencial, a saber, fuerte
estacionalidad y concentración espacial, errónea planificación urbanística,
oferta complementaria poco desarrollada, fuerte impacto ambiental y
paisajístico y excesiva dependencia del sector de la construcción (Mazón, 2006).
El método de diagnóstico
151
OBJETIVO AGENTES TÉCNICAS
PARTICPANTES UTILIZADAS
FASE I:
Identificar los colectivos Expertos e informantes clave Entrevistas individuales y análisis
implicados en la actividad de datos secundarios
turístico-residencial
Representantes de:
1. Residentes (población
española y extranjera)
2. Ámbito político (grupos de
FASE II: gobierno y oposición)
Identificar los impactos locales de 3. Medios de comunicación Entrevistas individuales y grupos
la actividad turístico-residencial 4. Ámbito económico de discusión
(construcción, comercio,
hostelería, agricultura)
5. Técnicos municipales (medio
ambiente, turismo, servicios
sociales, urbanismo)
Representantes de:
1. Ámbito económico
(construcción, comercio,
FASE III: hostelería y agricultura) Diagrama de Ishikawa elaborado
Representar la base causal de los 2. Técnicos municipales (medio en grupos de trabajo deliberativos
impactos locales ambiente,, turismo, servicios
sociales y urbanismo)
3. Informantes clave no
vinculados a instituciones
FASE IV:
Analizar las cadenas causales Investigador/es Programas informáticos Ucinet®
bajo el enfoque del Análisis de y NetDraw®.
Redes
152
Segunda fase: Identificación de los impactos locales derivados de la actividad
turístico-residencial
153
Impactos priorizados (Impactosp) Área temática
Déficit de aparcamiento
Déficit de infraestructuras viarias
Infraestructuras y
Déficit de servicios sanitarios
servicios
Insuficiente oferta complementaria (ocio, deporte, comercio y
cultura)
Aumento de la población
Competencia por los recursos de la administración local
154
dicha deliberación hace emerger los elementos causales de mayor capacidad
explicativa (Jamal y Getz, 1995; Brohman, 1996; Mazón y otros, 1996; Tosun y
Timothy, 2003).
Salinización Sobreexplotación
agua pozos pozos
ESCASA E INADECUADA
Estructura
Costes de PLANIFICACIÓN URBANÍSTICA
propiedad
producción
minifundios
Escasez de agua mayores que los
ingresos por venta
para riego Predominio de la iniciativa
(falta rentabilidad)
Falta de objetivos privada en la planificación
urbanísticos urbanística
CRISIS ECONÓMICA SECTOR
AGRARIO
COMPETENCIA SUELO URBANO-
AGRÍCOLA
Cambio del perfil Globalización de
del agricultor mercados
Deseo enriquecimiento
a corto plazo Especulación
Falta de del suelo
garantía Falta de
de precios modernización
cosechas agrícola
Por sí solas cada una de las cadenas causales elaboradas son útiles para mejorar
el proceso de diagnóstico. Aportan información sobre la base causal individual
que motiva cada impactop. Este conocimiento contribuye a evitar actuaciones
“superficiales” en la planificación que supongan una intervención sobre los
síntomas antes que sobre las causas “profundas”. No obstante, el análisis
aislado e individual de las diferentes cadenas causales no es capaz de trazar y
hacer analizable el orden complejo de flujos de repercusión derivado de los
impactos locales del desarrollo turístico (Mathieson y Wall, 1990: 15). En otras
palabras, los impactos del turismo y sus causas y consecuencias no se sitúan en
la realidad en cajas aisladas. Por el contrario, conforman una intrincada red de
155
relaciones directas e indirectas que es necesario analizar desde una perspectiva
estructural.
Agregación de nodos
El primer paso para tratar la información contenida en las cadenas
causales consiste en desarrollar un proceso de agregación o reducción. Esto es,
los nodos que en las cadenas causales presentan significados similares pero con
una terminología diferente, son sustituidas por una categoría nominal común.
Así, en el proceso de elaboración de la matriz relacional, se reduce el número de
nodos, pero aumenta el número de relaciones de algunos de ellos. En el caso de
estudio, el resultado de este proceso redujo el número de nodos con el que
elaborar la matriz de 209 a 197. Por ejemplo, en la figura 1, aparece la cadena
causal del impactop Degradación del paisaje y ecosistema agrícola. Una de sus causas
es la Escasa e inadecuada planificación urbanística. Este nodo es una categoría
156
nominal común establecida para sustituir términos como el de Mala planificación
o Falta de planificación aparecidos en la elaboración de algunas cadenas causales.
157
Fuente: NetDraw®. Elaboración propia.
158
Si bien en la imagen de la red (figura 2) están presentes tanto las
influencias directas como las indirectas, resulta muy complicado, mediante un
examen visual, realizar un análisis sistemático de las relaciones indirectas entre
los nodos dada la compleja trama de conexiones existente. Quedarse sólo en el
análisis de la centralidad de la red partir de las relaciones directas entre los
elementos tendría una serie de inconvenientes:
1. Sólo reflejaría una parte del entramado de las relaciones entre los nodos
de la red.
2. Sólo se conocerían las influencias que tiene un nodo con los nodos de su
entorno inmediato, desconociendo las relaciones que mantiene en el
conjunto de la red.
3. La centralidad de la red a partir de las relaciones directas presentaría una
elevada sensibilidad a la procedencia de la información con la que se
elabora la red. De este modo, si el grupo de stakeholders reunidos para
elaborar un determinada cadena causal ha aportado un elevado número
de causas para explicar el impactop, condicionará la centralidad de la red.
Así, el análisis exclusivo de las relaciones directas supone obviar una parte
relevante del mapa estructural de impactos. Mediante la inclusión de las
relaciones indirectas entre los nodos en el análisis de la centralidad del mapa
estructural de impactos, se consigue solucionar los inconvenientes anteriores, a
saber:
1. Manejar la compleja red relacional existente entre el conjunto de nodos
de las cadenas causales; es decir, este tipo de análisis permite tratar de
forma sistemática las relaciones indirectas entre todos los nodos
contenidos en cada una de las cadenas causales.
2. Conocer la posición de un nodo en la red total –resultado de la
combinación de todas las cadenas causales- y no en la red local que
muestra una cadena causal o las relaciones más evidentes en la imagen
de la red (figura 2).
3. Minimizar la sensibilidad del análisis de la centralidad al proceso de
producción de la información (elaboración de las cadenas causales); en
otras palabras, al incluir en el cálculo de la centralidad las relaciones
159
indirectas entre nodos pertenecientes a diferentes cadenas causales, se
consigue reducir el peso específico de las influencias identificadas por un
grupo de stakeholders en la elaboración de uno de las cadenas causales.
160
Tablas 1a y 1b. Comparativa entre las influencias recibidas de forma directa
(grado) e indirecta (cercanía)
Tabla 1a Influencias directas recibidas Tabla 1b Influencias indirectas recibidas
Influencia Influencias
s directas Etiqueta Etiqueta indirectas
recibidas en la red
Nodos Nodos recibidas
en la red
(Indegree) (Incloseness)
10 6 Alto precio de la vida Aumento consumo agua 13 0,787
Escasa e inadecuada planificación
64 Alto precio de la vida 6 0,741
9 urbanística
135 Insuficiente oferta complementaria Endeudamiento municipal 59 0,723
8 42 Crisis económica del sector agrario Déficit aparcamientos 43
Déficit de aparcamientos 0,711
43 Déficit servicios sanitarios 46
7
46 Déficit servicios sanitarios Aumento población 20 0,705
20 Aumento población El Ayuntamiento gasta más que ingresa 57 0,704
39 Contaminación acústica Alquileres altos en vivienda 4 0,686
6 44 Déficit infraestructuras viarias Poca oferta alquiler viviendas 168 0,672
El Ayuntamiento gasta más que ingresa Más demanda que oferta en temporada y
57 147
luego se mantienen los precios
0,659
Gastos estacionales en servicios y
118
mantenimiento
Estacionalidad turística 69
Insuficiente oferta complementaria 135 0,656
Turismo vacacional 196
Bajo nivel medio de ocupación hotelera 22
0’655
Insuficiente presencia otro tipo turismo 136
Baja rentabilidad económica del hotel 21
Déficit planta hotelera 45
0,654
Escasa motivación, atractivo empresarial por
65
el negocio hotelero
Falta mentalidad empresarial hotelera 100 0,653
Dado que el objetivo que preside esta tercera fase es localizar de forma
sistemática los nodos más centrales, las tablas anteriores sólo muestran aquéllos
que se encuentran por encima de la media del rango de valores posibles de
dicho indicador. Por ejemplo, en el indicador de las influencias directas
recibidas (tabla 1a), el rango de valores va de cero a diez. Por lo tanto se han
discriminado todos los nodos que presentan un valor igual o inferior a la media
(5). De este modo, sólo 10 nodos superan la criba (el 5% del total). Sin embargo,
cuando se observa la tabla que muestra el indicador de las influencias indirectas
recibidas (tabla 1b), aparecen 20 nodos que se encuentran por encima del valor
medio del rango, el 10% del total. Es decir, al incluir las relaciones indirectas en
el análisis de la red se producen importantes modificaciones en la tabla. Por un
lado, se duplica el número de nodos con una elevada accesibilidad en términos
de influencias y, por otro lado, varía su orden. En la tabla 1a se resaltan en
161
cursiva aquellos nodos que desaparecen en la tabla 1b debido a que, al tener en
cuenta en esta última las influencias indirectas, su posición en el ranking
desciende por debajo del valor de corte. Un ejemplo de lo señalado lo
constituye el nodo Escasa e inadecuada planificación urbanística (identificada con el
número [64] en la imagen de la red –figura 2) que, obteniendo una de las
puntuaciones más altas cuando se analizan las influencias directas (9),
desaparece de la tabla para dejar paso a otros nodos más conectados en
términos de influencias indirectas. Este es el caso de los nodos destacados en
cursiva en la tabla 1b y, de forma especial, de Aumento en el consumo de agua [13].
Este nodo, sin presencia en la tabla 1a (por recibir 5 influencias), alcanza el
primer puesto al introducir en el análisis las relaciones indirectas.
En definitiva, en lo que respecta a la cercanía recibida el análisis
sistemático y sistémico de las relaciones indirectas pone de manifiesto el
complejo entramado de repercusiones entre los nodos del sistema. Así se
demuestra que cada uno de los nodos está más conectada con el resto de lo que
parece al analizar las relaciones directas. De este modo se puede observar el
papel que juegan los nodos en la red total. Así, el análisis de la centralidad se
muestra menos sensible a las causas identificadas durante el proceso de
elaboración de una cadena causal concreta, dándose más peso a la posición que
ocupa el nodo en la red total. Por ejemplo en el caso de estudio, el nodo
Aumento en el consumo de agua [13], que no aparece en la tabla 1a, ocupa el
primer puesto en la tabla que recoge las influencias indirectas recibidas (tabla
1b).
Continuando con el análisis de los valores obtenidos en el indicador de
cercanía recibida, éstos se pueden interpretar como una medida de la
probabilidad que tienen los impactos de verse afectados ante una actuación
sobre los nodos de la red. Un buen ejemplo en este sentido se encuentra en el
impacto Aumento en el consumo de agua [13] (Tablas 1a y 1b). Su elevada cercanía
recibida (la mayor del sistema) implica que existe un buen número de nodos
que la definen y que facilitan su modificación. Estos nodos pueden pertenecer a
su entorno más cercano, identificados en su mayoría en la elaboración de la
cadena causal, ya que dicho nodo [13] es un impacto. Estos nodos son fácilmente
162
localizables en la imagen de la red (figura 2). Por ejemplo, en el caso del impacto
Aumento en el consumo de agua [13] los nodos que de forma directa definen este
impacto serían Nuevos usos del agua [155], Falta de estímulo en el ahorro [90], Fugas
en la red de distribución de agua [117], Diseño horizontal de la ciudad [53] y Aumento
de población [20], así como los nodos que a su vez definen y concretan a éstas. En
el caso del nodo Fugas en la red de distribución de agua [117], éstas serían Mal
estado de las tuberías [140] y Red de tuberías expansivas [176].
No obstante, la elevada accesibilidad de Aumento en el consumo de agua
[13] también se explica porque existen otros nodos más distantes en términos
relacionales y, por tanto, menos evidentes en la imagen de la red, pero que
igualmente definen el problema y constituyen una puerta de entrada a su
modificación. Los programas informáticos Ucinet® y NetDraw® no ofrecen de
forma sistemática el/los nodo/s concreto/s que de forma indirecta afectan a
otro nodo del sistema. Esto sería especialmente útil con las relaciones que se
encuentran mediadas por otros nodos y que aparecen distantes en el sistema
relacional, ya que su identificación se vuelve muy laboriosa. Aunque costosa,
esta tarea se puede realizar recorriendo de forma inversa las influencias que
recibe un nodo determinado. No obstante, no todos los eslabones de la cadena
causal identificados a lo largo de este afanoso proceso constituirán, a pesar de
su función de causa, nodos sobre los que resulta factible actuar. La razón es que
se encuentran en la zona media de la cadena causal y tienen, al igual que los
impactos, nodos por debajo de ellos que los concretan, operativizan y que tienen
una mayor radiación en el sistema. Son estos últimos los nodos que resultan
relevantes de cara al análisis de la centralidad del mapa estructural de
impactos, independientemente si para ello se han esclarecido los itinerarios
seguidos.
Para identificar de forma sistemática estos nodos se emplea el análisis
estadístico ofrecido por el programa informático Ucinet®. El resultado de dicho
análisis no establece los itinerarios concretos de conexión entre los nodos más
influyentes del mapa estructural de impactos con los efectos finales (impactosp).
No obstante, al ser estos últimos muy influenciables y aquéllos muy
influyentes, se asegura que una actuación sobre los nodos más influyentes
163
redundará en una modificación de los efectos más sensibles y accesibles
(impactosp). Este análisis estadístico se realiza a partir del examen de las
influencias indirectas ejercidas (cercanía ejercida) por los nodos de la red.
164
Influencias Influencias
directas Etiqueta Etiqueta indirectas
Nodos Nodos
ejercidas en la red en la red ejercidas
(Grado) (Cercanía)
165
en la imagen de la red los nodos que obtienen la mayor puntuación (Ver figura
2- nodos Falta asociacionismo [72], Falta comunicación entre Ayuntamiento y
población [81], Falta de información del Ayuntamiento a la población [93] e
Individualismo histórico [131]) se comprueba que son nodos con una sola
influencia directa ejercida. Pero el hecho de que estos nodos ejerzan su
influencia sobre un nodo altamente conectado (Falta de participación [103]) les
proporciona la mayor capacidad de influencia sobre la red con el menor
número de pasos. Este nodo [103] obtiene la segunda posición en el ranking de
la tabla 2b, pero no podría establecerse como un nodo objetivo de las
propuestas de actuación puesto que existe por debajo de él un nivel causal más
desagregado y concreto que constituye la “puerta de entrada” a su
transformación (nodos: Falta asociacionismo [72], Falta comunicación entre
Ayuntamiento y población [81], Falta de información del Ayuntamiento a la población
[93] e Individualismo histórico [131]). Así, entre los nodos que muestra el indicador
cercanía ejercida es necesario realizar una criba de carácter cualitativo. Es decir,
en el proceso de toma de decisiones se debe analizar los nodos más influyentes
y decidir cuáles tienen un nivel adecuado de concreción y operatividad para
poder actuar directamente sobre ellos desde el ámbito local. En otros casos,
como con el nodo Clima [32], simplemente las causas escapan al ámbito local
por lo que el nivel de desarrollo al que se ha llegado en la cadena causal está
justificado. No obstante, puede ocurrir que ciertos nodos sean definidas por la
estructura relacional y señalados por el análisis estadístico como centrales, pero
que no alcancen el nivel necesario de concreción y operatividad. En este caso
habría que reanudar la cadena causal de este nodo hasta dar con el nivel de
concreción requerido. Por ejemplo, sería necesario profundizar en las causas de
Falta de asociacionismo [72] para poder emprender medidas de actuación que
redunden en una mayor participación de la ciudadanía. De darse esta
participación, se generaría un flujo de repercusiones con una amplia onda
expansiva (debido a la elevada cercanía ejercida de este nodo) en la actividad
turístico-residencial en Dénia.
La escasa concreción y operatividad de algún nodo puede suscitar
alguna duda sobre la validez de la información que arroja el mapa estructural
166
de impactos. En este sentido, resulta evidente que la cadena causal puede ser
desarrollada en mayor medida pudiendo generar un entramado relacional más
amplio que quizás señale hacia otras causas de fondo con una mayor
centralidad. Es decir, parece lógico esperar cambios en la centralidad del mapa
estructural de impactos a partir de la incorporación de nuevos datos. Sin
embargo, puede también ocurrir que la profundización en la cadena causal sólo
evidencie las causas concretas de categorías más amplias pero sin implicar
nuevas relaciones y cambios en la centralidad. En este segundo caso, resulta
más eficaz concentrar los esfuerzos en el desarrollo de la línea causal de los
nodos que adquieren relevancia en el contexto del caso de estudio y sus
objetivos prioritarios. Sin embargo, ésta es una cuestión que, en la mayoría de
ocasiones no se descubre hasta que no se realiza este primer análisis.
En cualquier caso, los límites en el desarrollo de las cadenas causales
derivarán de: 1) el tiempo y los recursos materiales y humanos que se pueda
destinar a la elaboración de las cadenas causales, y 2) el ámbito de actuación de
los destinatarios de la investigación. En este caso, dado que este proyecto estaba
dirigido a proporcionar información a los tomadores de decisiones en el
municipio de Dénia, las cadenas causales se circunscribieron a la esfera local.
Conclusiones
167
una información de calidad que redunde en una mayor utilidad de este tipo de
diagnósticos aplicados en procesos de toma de decisiones. No obstante, la
sofisticación del análisis informático de redes no debe hacernos olvidar que éste
sólo gestiona la información obtenida en el proceso de participación. Así, no
hay que despreciar la relevancia metodológica de la sistematización de la
recogida de datos, de la selección de informantes y del proceso reflexivo de
construcción de redes causales. La incorporación de los actores locales en el
método pasa por fomentar entre los participantes la reflexión y el pensamiento
creativo tan necesario en estas actividades que pretenden superar los axiomas
estructurantes del pensamiento y acción definidos por los discursos
dominantes. Al final del proceso obtenemos un output de conocimiento local
organizado, estructurado y altamente valioso y rico en contendidos por su
origen deliberativo y socialmente compartido.
Mientras esta propuesta comparte con otros métodos de diagnóstico las
limitaciones de reducir la realidad a un número de variables y sus relaciones,
este método aporta una serie de virtudes relacionadas con: 1) la mayor cantidad
y calidad de la información de base mediante la incorporación de una variedad
de stakeholders, y 2) una herramienta sistemática de gestión de la información
que permite llevar a cabo análisis sólidos y holísticos del segmento de la
realidad seleccionado.
Hasta la fecha, la mayoría de los diagnósticos realizados sobre la
actividad turístico-residencial habían identificado la Escasa e inadecuada
planificación urbanística como la principal causa responsable de los problemas
que aquejan este tipo de municipios (Programa MUNRES, 1996; Navalón, 1995;
Vera y otros, 1997; Mazón, 2006). No obstante, la aplicación conjunta del
Análisis Informático de Redes y la Metodología de Redes Causales aporta unos
resultados distintos en el caso del diagnóstico de los impactos de la actividad
turístico-residencial sobre el municipio de Dénia. Si se hubieran tenido en
cuenta exclusivamente las influencias directas, habría aparecido de nuevo la
Escasa e inadecuada planificación urbanística como el nodo con mayor capacidad
explicativa del sistema causal. Sin embargo, cuando se observan los nodos más
influyentes y explicativos de la red a partir del análisis de las influencias
168
indirectas, se comprueba que la Escasa e inadecuada planificación urbanística
pierde peso explicativo. Aparecen, entonces, otros nodos más influyentes que
hacen referencia al déficit democrático existente en los procesos de toma de
decisiones durante el ejercicio de las potestades municipales en materia de
urbanismo y planificación. Se puede subrayar, entonces, cómo la consideración
de las influencias indirectas a través del análisis de redes apunta a la
planificación urbanística como una variable superficial en el sistema causal. En
otras palabras, la Escasa e inadecuada planificación urbanística si bien es una causa
relevante para entender otros muchos efectos, constituye un efecto de otras
causas de mayor calado como es el déficit democrático. Así, esta variable es más
un síntoma que una causa de base sobre la que resulta adecuado intervenir de
cara a una reorientación efectiva del desarrollo turístico-residencial de los
municipios de litoral.
Este análisis indica que para entender el modelo de desarrollo de los
municipios turísticos de litoral hay que situar la producción de oferta
inmobiliaria en el contexto de un sistema más amplio e interconectado, en el
que juegan un papel fundamental los factores internos, entre ellos los intereses
creados. Así, la construcción de viviendas, además de causa de las debilidades
de ámbito municipal, constituye un efecto de las dinámicas socioeconómicas
locales consolidadas durante más de medio siglo de interacción con el turismo.
Fundamentar el desarrollo local en el crecimiento ilimitado de la construcción
se ha convertido en una actitud soportada y contenida por una dinámica
compuesta de otros factores socioeconómicos consolidados a lo largo de todos
estos años y a la cual dicha actividad constructora contribuye a alimentar y
reforzar. En el momento histórico actual la investigación de los impactos del
turismo residencial debe considerar que la producción de oferta inmobiliaria se
ha integrado de tal forma en la estructura socioeconómica local que resiste a las
propuestas y actuaciones de reformulación del modelo mientras sean de baja
intensidad, superficiales o sectoriales.
Por todo ello, reconducir el modelo de desarrollo socioeconómico local
de los municipios turístico-residenciales, el cual integra la idea de la producción
de oferta inmobiliaria de forma ilimitada, requiere de una actuación de fondo.
169
En concreto, resulta necesario actuar sobre las causas estructurales y
estructurantes de las sociedades de acogida, de tal forma que el cambio
sobrevenga como resultado de la mutación de las dinámicas que la mantienen.
El carácter estructural del cambio permite hablar de un punto de inflexión en el
desarrollo socioeconómico local que, además, reconozca abiertamente la
necesidad de incorporar de forma democrática y transparente los valores e
intereses de los implicados y afectados en el debate público sobre el futuro
socioeconómico de los municipios turístico residenciales.
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173
Participación ciudadana y planificación turística: una
propuesta para el diseño participativo de líneas
estratégicas en destinos turístico-residenciales
Introducción
174
que permitan manejar la incertidumbre y asegurar la calidad de las decisiones.
Como se ha apuntado en páginas previas, la teoría de la Ciencia Posnormal
desarrollada Silvio O. Funtowicz y Jerome Ravetz (1994, 1994, 2000, 2002) arroja
luz sobre el modo en que estos objetivos pueden llevarse a cabo. En este
sentido, este capítulo pretende ofrecer una vía para la transposición de este
enfoque teórico-epistemológico al plano de la praxis local. Para ello, se
expondrá una propuesta metodológica de naturaleza participativa dirigida a la
elaboración colectiva de líneas de actuación estratégica en municipios turístico-
residenciales. Las distintas actuaciones se ilustrarán con el ejemplo del proceso
de participación ciudadana que tuvo lugar en el municipio de Altea (Alicante,
España) durante el año 200834, esperando que esta experiencia pueda ser útil en
su adaptación a otros casos de estudio.
175
residenciales, se plantea un proceso de participación estructurado en cuatro
fases generales: 1) Diagnóstico Inicial, 2) Diagnóstico Compartido, 3) Diseño
participado de propuestas de actuación a escala local y 4) Devolución, difusión e
implementación de resultados.
1 2 3 4
1. Diagnóstico Inicial
176
económica. Por lo tanto, resulta necesario, en primer lugar, que el grupo
coordinador o promotor del proceso participativo adquiera un buen
conocimiento sobre el contexto local, así como sobre el problema o tema sobre el
que versarán las distintas actividades. En el caso de un proceso de participación
desarrollado en un destino turístico-residencial parece conveniente conocer de
antemano algunas cuestiones fundamentales:
177
La profundización en estos temas proporcionará al grupo promotor del proceso
participativo una visión general de la situación de partida, así como una mejor
comprensión de las dificultades que podrían obstaculizar la participación.
Además, este primer acercamiento a la realidad local dará lugar a nuevos
objetivos a perseguir, así como a la reformulación, si resulta necesario, de los
que impulsaron en un primer lugar el proceso de participación. Toda esta
información puede ser obtenida a través de diversidad de fuentes: bibliografía
especializada, hemerotecas, bases de datos estadísticos, archivos locales,
entrevistas personales con agentes informadores, etc.
Dado que el hecho participativo lo protagonizan los ciudadanos y
stakeholders, es conveniente prestar una especial atención al modo en que éstos
se organizan y a la naturaleza de sus relaciones sociales. A través de un análisis
de stakeholders inicial (Grimble, 1998; Clayton, Oakley y Pratt, 1997; Schmeer,
1999; Chevalier y Buckles, 2008) pueden identificarse los grupos locales cuya
presencia es esencial en el proceso de participación así como sus intereses y
expectativas en el proceso.
Únicamente una vez se conoce bien el contexto de actuación y la
problemática que justifica el proceso de participación, es posible comenzar a
diseñar y organizar las actividades participativas: estructura y actividades que
integrarán el proceso, tipo de participación (abierta, representativa, de
stakeholders, etc.), recursos necesarios, cronograma de actuaciones, etc.
En el caso del municipio de Altea, la fase de Diagnóstico Inicial fue
abordada a través de diversas fuentes de información, tanto de carácter
primario como secundario. A partir de una revisión de fuentes estadísticas y
documentales – tales como bibliografía especializada, censos y padrones
municipales, cartografía, hemeroteca, registros de licencias urbanísticas,
anuarios estadísticos, etc. –, se estudiaron las distintas áreas temáticas
apuntadas previamente (contexto y evolución sociodemográfica y cultural,
económica, urbanística y ambiental, político-democrática, etc.). Esta
información fue completada y complementada mediante entrevistas personales
a agentes sociales con información específica en las distintas áreas, de modo que
178
se obtuviese una comprensión integral del fenómeno turístico residencial a
escala local y sus repercusiones en la vida municipal.
Este diagnóstico puso de manifiesto la profunda transformación
experimentada por Altea como consecuencia del desarrollo turístico-residencial.
Por un lado, desde la segunda mitad del siglo XX, el crecimiento del sector de la
construcción ha ido ganando peso específico en el conjunto de la estructura
económica de Altea, configurándose junto al sector servicios como uno de los
pilares que sustentan la economía local, en detrimento de las tradicionales
actividades agrícolas y pesqueras que caracterizaron al municipio en el pasado
(López, 1978; Llorens, 1988; Vera, 1987; Aledo, 1994; Navalón, 1995). El modelo
de urbanismo extensivo y disperso por el que optó Altea ha tenido como
resultado el práctico agotamiento de suelo no urbanizado en el término
municipal, así como la existencia de una compleja trama urbana y la aparición
de serias dificultades en la provisión y abastecimiento de servicios e
infraestructuras. Según los últimos datos censales, en 2001 tan sólo el 47% de las
viviendas del municipio eran de tipo principal, lo que constituye un claro
reflejo de la especialización de Altea en el turismo de tipo residencial.
Además, la transformación económico-urbanística de Altea ha ido
acompañada de profundos cambios sociodemográficos como consecuencia del
desarrollo económico del municipio (Ortiz, 2009). La evolución demográfica de
Altea muestra, desde mediados del siglo XX, un continuo crecimiento
poblacional que se acentúa a partir de finales de la década de los noventa.
Desde los años sesenta, Altea se convierte en un municipio receptor de
inmigración tanto de carácter laboral (tanto nacional como extranjera), que
busca en el municipio una oportunidad de empleo, como de población
procedente del norte de Europa, que decide instalarse en Altea tras su
jubilación en el país de origen. La inmigración extranjera ha sido, por tanto, la
principal fuente de crecimiento poblacional de Altea en años recientes. En este
sentido, la población procedente del extranjero en Altea ha pasado de
representar el 10% respecto del total poblacional en 1996 al 37% en 2007, con un
máximo histórico de 8.304 habitantes de procedencia extranjera (Padrón
Municipal de Habitantes, INE). En el caso de la población jubilada, su llegada al
179
municipio ha ido acompañada de una clara segregación espacial, escogiendo
áreas residenciales en el extrarradio del municipio y creando comunidades
extranjeras con escasas relaciones con la población autóctona.
En las entrevistas realizadas con agentes informadores35, quedó patente
la centralidad de la actividad urbanística y la importancia de sus consecuencias
a nivel local, pudiendo resumirse los problemas asociados al boom urbanístico
en Altea en cinco puntos principales: a) la alteración medioambiental, estética y
de la morfología tradicional del municipio, b) la ausencia de equilibrio entre
evolución urbanística e infraestructuras y servicios, registrándose graves
carencias en cuanto a servicios sanitarios, conexiones viarias, red de
alcantarillado, depuración de aguas, recogida de basuras, alumbrado y
abastecimiento eléctrico, asfaltado, etc., c) la falta de visibilidad de los
beneficios económicos del crecimiento urbanístico, estrechamente relacionada
con el punto anterior y reflejada, además, en la grave situación de déficit
presupuestario local, d) la opacidad en las decisiones políticas en materia
urbanística, con alusiones a situaciones de corrupción y procesos de toma de
decisiones poco transparentes, y e) la opción por las grandes obras y proyectos
urbanísticos frente a la mejora de otras cuestiones de carácter menor pero con
mayores beneficios para el conjunto de la población. Además, la reflexión de los
entrevistados en relación al modelo de crecimiento urbanístico de Altea puso de
manifiesto la existencia de dos discursos centrales: el del crecimiento ilimitado,
la necesidad de continuidad del modelo y la ausencia de alternativas, y el del
crecimiento sostenible, mejora de la calidad y mantenimiento de elementos
referenciales locales.
Junto a estas cuestiones, se detectaron otras de interés para el proyecto
de carácter político y sociocultural. Por un lado, el Diagnóstico Inicial mostró la
debilidad de la tradición participativa en el municipio y la ausencia de un tejido
asociativo consolidado. Por otro lado, algunos entrevistados describieron una
situación – al parecer, en progresivo estado de desaparición – de control social
35Estas entrevistas fueron realizadas a representantes de los distintos grupos políticos locales, a
representantes del empresariado hostelero, comercial y urbanístico, a técnicos municipales en
las áreas de urbanismo, y turismo, a representantes de asociaciones cívicas y de defensa
ambiental, y a expertos en historia y cultura local.
180
que había limitado en el pasado la participación de los ciudadanos en la vida
pública, llegando algunos entrevistados a hablar de la existencia de situaciones
de coacción y amenazas hacia grupos que no compartían el discurso
hegemónico de crecimiento urbanístico continuo. Todas estas cuestiones habían
de ser y fueron objeto de consideración en las fases de diseño e implementación
del proceso de participación en Altea.
Como ya se ha comentado anteriormente, entre las funciones del
Diagnóstico Inicial se encontraba, no sólo mejorar el conocimiento disponible
sobre el caso de estudio, sino, principalmente, asegurar un correcto diseño del
proceso de participación así como la identificación de nuevos objetivos a
alcanzar o de posibles modificaciones en los objetivos iniciales. El Diagnóstico
Inicial proporcionó, una primera visión de cuáles podrían aparecer como los
principales problemas sobre los que elaborar líneas estratégicas para el
desarrollo local. Esto quiere decir que era probable que aparecieran temas
polémicos que pudieran dar lugar a enfrentamiento entre los participantes, más
aún conociendo la tensión social que había existido en el municipio en torno a
algunos de estos temas. Esta posibilidad planteaba la necesidad de diseñar
actividades en las que los participantes pudieran exponer posiciones
fuertemente opuestas sin que esto obstaculizase el trabajo y facilitando la
búsqueda de puntos de encuentro que permitieran una discusión constructiva.
La existencia más o menos acusada de una situación pasada de cierta
presión social hacía pensar que algunos participantes podrían sentirse reacios a
la exposición pública de ideas ante miembros de distintos grupos o ante el
conjunto de ciudadanos de Altea. Por ello, era necesario hacer hincapié en la
independencia política del proyecto, así como el respeto hacia el anonimato de
los participantes una vez concluidas las distintas actividades y durante la
difusión de los resultados. Además, esta situación planteaba la necesidad de
evitar la participación de individuos que ostentasen posiciones de poder o que
hubieran tenido en el pasado una fuerte capacidad de influencia en la opinión
pública.
Para la identificación y diseño de las que deberían ser líneas de actuación
prioritarias en el municipio los participantes debían tener la oportunidad de
181
reflexionar sobre la situación actual de su municipio, de modo que fueran ellos
quienes diagnosticaran y definieran las que deberían ser consideradas áreas de
trabajo principales. Por tanto, antes de iniciar las tareas de diseño de estrategias,
los participantes deberían poder elaborar su propio diagnóstico, al cual, por ser
desarrollado de manera participada, se denominó Diagnóstico Compartido.
2. Diagnóstico Compartido
182
diseñar un Diagnóstico Compartido integrado por stakeholders36. Sin embargo, el
concepto de stakeholder requiere de un contexto de referencia relativamente
específico, es decir, un individuo o grupo es considerado stakeholder si existe un
problema, proyecto o situación específica sobre la que tenga un interés
determinado (o stake). En este caso, los problemas estaban todavía por definir
por parte de los participantes. Incluso considerando como contexto de
referencia el Turismo Residencial, las características y repercusiones de éste son
tan complejas y extensivas que el conjunto de los residentes en Altea podían ser
considerados stakeholders dado que este modelo turístico tiene efectos sobre
todos los ciudadanos del municipio. De este modo, hasta que las áreas de
actuación prioritarias no fueran identificadas, la participación mediante
stakeholders no podría ser considerada como una opción.
Finalmente, y tras sopesar estas y otras posibilidades, se decidió que el
Diagnóstico Compartido fuera elaborado a partir del trabajo de cuatro grupos
compuestos por ciudadanos de Altea a título individual, es decir, sin
representar a intereses o colectivos mayores. Cada uno de estos grupos de
trabajo estaría integrado por individuos con unas características socio-
demográficas comunes pero persiguiendo una heterogeneidad intragrupal
tanto en cuanto a ideología como a formación y ocupación laboral e intentando
conseguir un equilibro entre hombres y mujeres.
En primer lugar, se diseñaron dos grupos de trabajo conformados por
población española residente en Altea, uno de ellos destinado a individuos
entre 18 y 44 años de edad (Grupo de Trabajo 1), y otro a población de 45 o más
años (Grupo de Trabajo 2). Se consideró interesante distinguir según edad
siguiendo la hipótesis de que las generaciones mayores, que han experimentado
183
desde sus inicios las transformaciones vividas por el municipio con el
desarrollo turístico-urbanístico, podrían valorar y percibir de manera distinta la
situación presente de Altea respecto de las generaciones más jóvenes, que han
vivido en un municipio volcado en el turismo durante la mayor parte de su
vida.
Por otro lado, se consideró necesario dedicar dos grupos al trabajo con
población extranjera, aunque no tanto por su procedencia como por sus
diferente experiencia de la vida local y por su participación directa en el
desarrollo y actividad del Turismo Residencial. El Diagnóstico Inicial había
mostrado la existencia de dos grupos de residentes extranjeros en Altea: por un
lado, los inmigrantes de carácter laboral, de llegada reciente al municipio y
motivados por la búsqueda de un empleo y, por otro lado, los inmigrantes
europeos jubilados, que eligieron Altea como lugar de residencia para el
disfrute de su retiro laboral y por encontrar allí unas condiciones de vida
ventajosas en comparación de su país de origen. Del primer grupo, su reciente
llegada al municipio, así como su percepción de éste como destino temporal,
podrían ser motivos para haber desarrollado una manera diferente de describir
la realidad local. Del segundo, tanto los datos secundarios como las entrevistas
personales, indicaron la existencia de unos comportamientos y estilos de vida
diferenciados, derivados tanto de su separación en el espacio – la mayoría de
esta población reside en las urbanizaciones periféricas del municipio – como de
su condición de jubilados, que los acercan en ocasiones más al turista que al
ciudadano de Altea, por lo que pareció conveniente la realización de un grupo
específico con esta tipología poblacional. Por todo ello, se diseñó un grupo de
trabajo integrado por inmigrantes laborales (Grupo de Trabajo 3) y uno
compuesto por residentes europeos jubilados (Grupo de Trabajo 4) que
contribuirían a la elaboración del Diagnóstico Compartido.
Cabe recordar que el objetivo perseguido por esta fase de Diagnóstico
Compartido era la reflexión colectiva acerca de la situación actual del municipio
y la identificación de las principales áreas de preocupación sobre las que
diseñar posteriormente estrategias de actuación a escala local. Con todo ello en
184
mente, se diseñó una actividad de grupo guiada por dos preguntas principales
sobre las que los participantes deberían trabajar:
185
municipio para, posteriormente, elaborar propuestas para la potenciación de los
primeros y la modificación o eliminación de los segundos. Sin embargo, y como
se ha indicado con anterioridad, el proceso de participación debe de ser lo
suficientemente flexible para adaptarse a cualquier tipo de contingencia o de
nuevas valoraciones que no habían sido consideradas durante la fase de diseño.
En esta investigación, tras la realización de las sesiones de trabajo resultó
evidente que los participantes habían mostrado un interés mucho mayor en la
identificación de los aspectos negativos que en la de los positivos. En este
sentido, cerca del 70% de los elementos recogidos en los listados pertenecían a
la fase de identificación en cuestiones negativas. Por ello, se optó por escoger
aquellos que debían ser considerados temas de trabajo para la elaboración de
propuestas a partir únicamente de los aspectos negativos, cuya solución parecía
más urgente y preocupante para los participantes.
En el caso de Altea, y tal y como se había acordado con los participantes
previamente, se consideraron áreas de trabajo prioritarias aquellas que habían
aparecido en al menos tres de los cuatro grupos de trabajo. De este modo se
buscaron temas comunes en los listados de los distintos grupos. Estas
similitudes daban lugar a cuestiones o problemas de carácter general bajo los
cuales se agrupaban los distintos elementos. Por ejemplo, los elementos
“Colapso de tráfico en hora punta”, “Problemas de aparcamiento”, “Demasiado
tráfico en los accesos al municipio y en la N-332”, “Malos accesos
salida/entrada”, entre otros, fueron agrupados bajo la denominación de
“Problemas de tráfico y aparcamiento”. Así, se fueron creando categorías que
identificaban problemas de mayor alcance con los que se correspondían cada
uno de los elementos de los listados. Finalmente, se realizó un recuento del
número de grupos en los que aparecía cada problema general, siendo 8 las
cuestiones que estaban presentes en tres o más grupos:
a) Problemas de tráfico y aparcamiento
b) Déficit democrático
c) Mala planificación urbanística, falta de idea o proyecto claro de lo que
se quiere para Altea
d) Saturación de los servicios sanitarios
186
e) Degradación del entorno natural (paisaje, playa, mar, sierra, río)
f) Problemas de infraestructuras y servicios en las urbanizaciones
g) Problemas de comunicación / idioma
h) Inseguridad ciudadana
Una vez identificadas las áreas de mayor preocupación para los participantes a
partir del Diagnóstico Compartido es posible proceder al núcleo central del
proceso de participación, esto es, el Diseño participado de propuestas de actuación a
escala local. Si las tareas de diseño del modelo de desarrollo local y de
establecimiento de prioridades han estado tradicionalmente reservadas a la
esfera política y técnica, con esta fase se desea abrir este espacio de
competencias al conjunto de la ciudadanía.
En este proyecto, el Diagnóstico Inicial había mostrado la existencia de un
discurso consolidado acerca de la inexistencia de alternativas al modelo
extensivo y de crecimiento continuo de turismo residencial, al tiempo que dicho
modelo daba muestras de agotamiento. La puesta en marcha de un proceso
participativo de estas características pretendía estimular la reflexión profunda
acerca de algunos de los principales problemas de Altea y la creatividad en
relación a las posibles alternativas o vías de mejora, permitiendo deconstruir los
antiguos discursos inmovilizadores y construir otros nuevos.
En el caso de Altea, durante la planificación de esta etapa se consideró -
al contrario que en la anterior - la participación mediante stakeholders como la
más adecuada para la consecución de sus objetivos. La selección de stakeholders
requiere, por definición, de un marco de referencia específico sobre el que los
individuos o grupos muestren un interés o afección. Mientras para el diseño del
187
Diagnóstico Compartido este marco referencial era excesivamente amplio, los
resultados de dicha segunda fase señalaron ocho problemas específicos como
áreas de trabajo. De este modo, para la etapa de Diseño participado de propuestas
de actuación se habían acotado una serie de temas de interés que hacían posible
la identificación de individuos y/o grupos relacionados con estos ocho temas.
Así, para cada una de las áreas identificadas tras la fase de Diagnóstico
Compartido se contactó – a través de la técnica de bola de nieve - tanto con
ciudadanos afectados o interesados en los temas a trabajar, como con
ciudadanos que pudieran hacer uso de su experiencia o de su conocimiento
específico en el diseño de líneas de actuación. Teniendo en cuenta el
conocimiento adquirido durante la fase de Diagnóstico Inicial, se optó por la
búsqueda de representantes y/o expertos de rango medio. En el caso de
agrupaciones cívicas o empresariales, se solicitó la asistencia de miembros no
directivos pertenecientes a aquellas asociaciones que habían mostrado una
actividad pública notoria en algunos de los temas más polémicos. Además de
stakeholders directamente relacionados con algunos de los temas tratados, se
convocó a ciudadanos de Altea que tuvieran un conocimiento específico sobre
algunas de las materias o sobre el desarrollo turístico-urbanístico del municipio.
A partir de estos criterios, se contactó con grupos e individuos
relacionados con cada uno de los temas aparecidos en la fase anterior:
a) Problemas de tráfico y aparcamiento: asociaciones de empresarios y
comerciantes, dueños de comercios ubicados en el centro urbano,
empresa de transporte municipal, etc.
b) Déficit democrático: asociaciones vecinales, antiguos representantes
políticos, expertos en historia y cultura local, etc.
c) Mala planificación urbanística, falta de idea o proyecto claro de lo que
se quiere para Altea: arquitectos e ingenieros locales, asociaciones
cívicas, etc.
d) Saturación de los servicios sanitarios: personal de centros sanitarios
locales, médicos, etc.
188
e) Degradación del entorno natural (paisaje, playa, mar, sierra, río):
asociaciones ecologistas, expertos en cuestiones ambientales a nivel
local, asociaciones cívicas, etc.
f) Problemas de infraestructuras y servicios en las urbanizaciones:
asociaciones vecinales y residentes de las urbanizaciones periféricas,
etc.
g) Problemas de comunicación / idioma: asociaciones culturales,
expertos en cultura local, personal del Ayuntamiento, población
extranjera, etc.
h) Inseguridad ciudadana: policía, asociaciones cívicas, etc.
189
carácter más fuerte y extrovertido que otros (Kaner, 1996; Pound, 2006). Por
ello, se decidió organizar el trabajo a partir de grupos de 7-10 personas con el
objetivo de que las discusiones fuesen productivas y se aseguraran la
participación de todos los asistentes.
Cada grupo de trabajo estuvo dedicado a abordar uno de los ocho temas
identificados durante la fase anterior. Los propios participantes eligieron el
grupo de trabajo en el que colaborar, de modo que la decisión no procediese del
equipo de coordinación y fuesen los participantes quienes escogiesen el tema
sobre el que se sintieran más cómodos o estuvieran más informados. Para
asegurar que una misma persona pudiera trabajar en más de un tema, se
decidió desarrollar cuatro temas durante la mañana y cuatro durante la tarde.
La labor de cada grupo se dividió en tres fases principales: en primer
lugar, se decidió proporcionar a los participantes la posibilidad de reflexionar
sobre el problema objeto de discusión, sobre sus características y causas, con el
objetivo de que las propuestas que se diseñaran posteriormente estuvieran bien
fundamentadas y fueran coherentes con la realidad y contexto local. Tras esta
reflexión, se procedió a la formulación de propuestas y, finalmente, las
propuestas más importantes fueron desarrolladas y estudiadas en detalle. De
este modo, todas las acciones realizadas durante la jornada siguieron una
estructura lógica dirigida a alcanzar unas medidas de actuación útiles para la
solución de los ocho problemas objeto de análisis. El Gráfico 2 refleja el
esquema general de actividades llevadas a cabo durante la jornada.
190
Presentación y explicación
Formación de grupos
b) Identificación de causas
Reflexión inicial
c) Identificación de responsables
d) Identificación de afectados
a) Descripción de la medida
Profundización y
desarrollo de las b) Reflexión sobre sus costes
medidas principales
c) Reflexión sobre los afectados
Propuesta final
Fuente: Elaboración propia
1) Reflexión inicial:
Esta reflexión inicial se planteaba necesaria por diversos motivos: en
primer lugar, para mejorar la calidad de las propuestas finales de forma que
éstas fueran el resultado de un proceso reflexivo completo; en segundo lugar,
para permitir que aquellos participantes que no hubieran asistido a la fase de
Diagnóstico Compartido conociesen su contenido y propósito; y, en tercer lugar,
para recordar a quienes sí participaron en la fase anterior cuáles fueron los
elementos que dieron lugar a la selección de cada tema. Por ello, en esta fase
191
inicial era necesario tanto exponer los resultados de la fase anterior, como la
reflexión detenida sobre las características y causas de cada uno de los ocho
problemas principales. Con este objetivo, se ideó una dinámica en la que los
participantes pudieran llevar a cabo esta reflexión de forma ordenada y
productiva. Se decidió que cada grupo estuviera moderado por un miembro del
equipo de coordinación, estructurándose la dinámica de esta Reflexión Inicial
en cuatro fases:
Para que esta información pudiera estar presente y ser retomada en las
fases de trabajo subsiguientes, el contenido de las distintas etapas de esta
Reflexión Inicial fue recogido por escrito por parte del moderador en un cartel.
Esta transcripción era elaborada de manera simultánea a la discusión de forma
192
que los participantes podían asegurarse de que sus opiniones eran registradas
correctamente. Los moderadores tenían además la función de animar a los
miembros del grupo de trabajo a aportar tantas ideas como fuera posible para
que la reflexión inicial fuera completa y estimulase la posterior elaboración de
propuestas.
193
estimular la creatividad y la formulación de acciones imaginativas. De este
nuevo listado los participantes escogieron, igual que en la fase anterior, aquellas
propuestas que consideraban más efectivas para la ejecución de la propuesta.
194
del proceso de participación, así como decidir el uso que debía darse a la
información generada a lo largo de las distintas actividades.
En el caso de esta jornada de participación, si bien finalmente sólo
pudieron tratarse seis de los ocho temas identificados en la fase de Diagnóstico
Compartido, la jornada se caracterizó por la implicación activa de todos los
participantes, por la creatividad de muchas de las propuestas planteadas y por
la vivacidad y profundidad de algunos de los debates mantenidos a lo largo del
día. Se consiguieron finalmente un total de 54 propuestas, de las cuales se
seleccionaron 12 (dos para cada tema de trabajo) que fueron a su vez
concretadas en 90 medidas de actuación para la solución y minimización de los
principales problemas de Altea. Aunque no es posible exponer aquí la totalidad
de estas propuestas ciudadanas, de forma muy resumida, el trabajo ciudadano
realizado en Altea apuntó a cinco cuestiones fundamentales:
1) El reclamo de transparencia en los procesos de toma de decisiones,
que se observa en las distintas alusiones a la corrupción y las
relaciones poco claras entre sector público y privado que se han
dado en el plano urbanístico, así como en las muchas propuestas de
actuaciones relacionadas con la mejora de los mecanismos de
información por parte del Ayuntamiento, la rendición de cuentas
ante los ciudadanos o el incremento de los sistemas de control de la
actividad pública.
2) La exigencia de una planificación que integre las necesidades reales
de la población y una visión a largo plazo, visible en las constantes
críticas a la planificación (o ausencia de ella) en el modelo turístico-
urbanístico de Altea, y a la primacía de los intereses económicos
privados y a corto plazo en detrimento del interés y bienestar
colectivo.
3) La reivindicación de una mejora de los niveles democráticos a
través de la ampliación de los canales de participación ciudadana.
En la mayoría de los temas de estudio, la participación ciudadana es
considerada por los participantes como un instrumento
fundamental para mejorar la calidad de la democracia local,
195
reconducir las decisiones públicas hacia el bien común y ejercer un
control sobre el funcionamiento del sistema de gobierno.
4) La necesidad de encontrar alternativas económicas al monopolio de
la actividad urbanística cuyos beneficios reviertan de manera real
en el conjunto de la población. La consideración de que los
beneficios del desarrollo urbanístico han sido disfrutados por una
minoría mientras que sus costes se distribuyen en el conjunto de la
población, llevó a algunos de los grupos de trabajo a reclamar
alternativas a la centralidad del sector de la construcción, a través
de la mejora de la calidad del producto turístico y la revalorización
de la riqueza cultural y medioambiental de Altea.
5) La demanda de una distribución más eficaz de los ingresos locales a
través de la provisión de servicios e infraestructuras básicos. Las
importantes deficiencias que en este sentido se detectan en el
municipio, y que fueron señaladas con frecuencia por los
participantes, les llevaron a instar a las autoridades locales a una
mejor gestión del dinero público de modo que éste tuviera un
reflejo real en la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos de
Altea.
196
políticos y sociales relacionados con los problemas abordados, sino también al
público general, por lo que se diseñaron las acciones adecuadas para la
consecución de este objetivo.
En relación al primero de estos propósitos –devolución de los resultados
a los participantes – era necesario reunir y organizar la información generada
durante el Diagnóstico Compartido y el Diseño participado de propuestas de actuación
a escala local en un único soporte de fácil manejo y distribución. Por ello, se
diseñó un CD interactivo, en el que los ciudadanos encontraran de forma
sencilla las distintas fases del proceso, la explicación de las mismas, así como
sus resultados. En este documento digital el usuario podía de acceder a las
distintas fases del proceso de forma independiente y consultar, en cada caso, los
objetivos perseguidos con cada actividad, teniendo la posibilidad de descargar
los distintos documentos producidos en las diferentes etapas de trabajo.
Para la distribución y difusión de este CD, se organizó una presentación
pública a la que se invitó a todos quienes habían participado a lo largo del
proceso, así como a representantes políticos en el gobierno y en la oposición.
Además, se realizó una campaña de difusión a través de la radio y prensa local,
además de la colocación de carteles informativos de modo que cualquier
ciudadano interesado pudiera acudir.
A continuación de esta presentación, se dio paso a un foro de debate en
el que los asistentes pudieron formular preguntas a los representantes políticos.
Una vez más, los participantes expresaron su deseo de dar continuidad a las
acciones participativas en el municipio, instando a los representantes políticos a
abrir nuevas vías que permitieran a los ciudadanos tomar parte en los procesos
de toma de decisiones públicas.
No sólo los asistentes a este foro de debate recibieron el CD-Rom de
resultados, sino que se enviaron copias a los distintos grupos políticos del
Ayuntamiento de Altea y a otros representantes sociales, además de remitirse
algunos ejemplares a la biblioteca y casa de cultura locales para su consulta
pública, y colgarse el contenido del CD en la página web del Ayuntamiento de
197
Altea37. Además de la presentación pública, se hizo uso de los medios de
comunicación locales – radio y prensa escrita - para la difusión de los
principales resultados del proceso de participación. También, uno de los
participantes se ofreció a traducir al inglés el informe de resultados, para su
distribución entre algunas asociaciones de vecinos compuestas por población
extranjera y otros periódicos de lengua inglesa, maximizando así la transmisión
de los resultados del proceso.
Con respecto a la implementación de los resultados del proceso, la
plasmación real de los deseos de los ciudadanos en la política local sólo podrá
verse en el medio y largo plazo. Por el momento, cabe destacar el hecho de que
ya se han puesto en marcha en Altea nuevos mecanismos de participación
pública, hasta entonces inexistentes. Tras la finalización de este proyecto,
comenzó a redactarse un reglamento de participación municipal y se dio inicio
al Foro Ciudadano de Altea, en el marco de una Agenda 21 Local. Este Foro
tomó como punto de partida de las ideas que resultaron de las acciones aquí
descritas para una consideración en profundidad de su conveniencia y
viabilidad. Por tanto, este proyecto no quedó en una mera acción puntual,
teniendo una repercusión real en la vida democrática de Altea. Retomando la
idea de Jamal y Getz (1995) o Russell y Faulkner (1999), si el sistema turístico
puede entenderse como un entorno turbulento en el que existe una estrecha
interconexión de los elementos que lo conforman, las acciones participativas
desarrolladas en este proceso de participación pudieron constituir un pequeño
factor de cambio capaz de generar transformaciones a mayor escala. De este
modo, las acciones llevadas a cabo en el marco de este proyecto dieron inicio a
una reacción por parte de los ciudadanos que descubrieron la posibilidad de
reorientar el modelo tanto económico como sociopolítico que había dominado
la vida local en los últimos tiempos, así como su propia capacidad de tomar
parte en la planificación del futuro del municipio.
http://www.ayuntamientoaltea.es/secciones/seccion.php?id_seccion=314&id_idioma=1 .
37
198
Una vez finalizadas las acciones participativas en Altea, el equipo coordinador
decidió realizar un análisis profundo de los documentos producidos por los
participantes en las distintas fases. La intuición de que la riqueza de la reflexión
y trabajo colectivo iba más allá de la elaboración de estrategias de actuación a
escala local, animó al equipo coordinador a indagar en los resultados del
proceso con el objetivo de ampliar el conocimiento existente acerca de la
sociedad alteana y de las implicaciones del desarrollo turístico residencial en el
municipio. Para ello, se diseñó y llevó a cabo un análisis de contenido de los
textos obtenidos tanto durante el Diagnóstico Compartido como durante el Diseño
participado de estrategias de actuación a escala local. Este análisis de contenido
se llevó a cabo a través de un minucioso proceso de codificación e
interpretación de los textos38 y ofreció una visión integral y comprehensiva del
caso del destino turístico-residencial de Altea.
En el caso del Diagnóstico Compartido, el análisis de contenido de los
listados de aspectos positivos y negativos de la vida en Altea elaborados por los
cuatro grupos de trabajo resultó, en primer lugar, en una clasificación,
categorización y exposición jerarquizada de las principales preocupaciones y
satisfacciones de los ciudadanos. De este modo, pudo observarse que el foco de
preocupación de los participantes se dirigía a las cuestiones urbanísticas
(especialmente las relacionadas con el mal-desarrollo urbano, los problemas de
tráfico y las carencias de infraestructuras y servicios), cuestiones socioculturales
(en concreto, la interacción entre población autóctona y foránea y la pérdida de
la riqueza cultural de Altea) y cuestiones medioambientales (en relación al daño
ambiental y paisajístico ocasionado por la construcción). Resulta interesante
comparar este dato con el sistema de prioridades de la población a nivel
nacional. Como explica E. García (2004), y como corroboran mes a mes
múltiples barómetros del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el
sistema de preocupaciones de la población española está habitualmente
encabezado por cuestiones relativas a la garantía del orden social y de la
38Ver Ortiz (2009) para una explicación detallada de las características y resultados del análisis
de contenido.
199
seguridad física y económica. Sin embargo, en el caso del diagnóstico elaborado
por los ciudadanos de Altea, estos temas apenas aparecen al preguntar a los
participantes por los aspectos negativos y positivos de Altea. Ello podría tener
diversas explicaciones. Por un lado, la atención exclusiva a la escala local ha
llevado a los ciudadanos a pensar en aquellos problemas que les afectan más en
su vida cotidiana y no tanto en amenazas de carácter más global y con escaso
reflejo en la realidad local, como podría ser la preocupación por el terrorismo,
que siempre se sitúa en los primeros puestos en el ranking de preocupaciones a
nivel estatal39. Además, durante el desarrollo de este proceso de participación
no había comenzado la situación de crisis económica actual, por lo que hoy día
cabría esperar una mayor inquietud por asuntos económicos y de empleo que
los observados durante el proceso de participación. Debe tenerse en cuenta que
si en febrero de 2008, cuando tuvieron lugar los grupos de trabajo para el
Diagnóstico Compartido, la cifra de desempleados en Altea era de 860, en el
mismo mes del año siguiente ésta había aumentado en un 75’6%, alcanzando
los 1510 parados (INEM, 2008), por lo que parecería lógico encontrar una mayor
preocupación por la situación laboral en la actualidad. Una tercera vía de
explicación para las escasas alusiones a las cuestiones relacionadas con la
seguridad física y económica, es que esté teniendo lugar una extensión de
valores de corte postmaterialista (Inglehart, 1990, 1998, 2000) que enfatizan la
mejora y mantenimiento de la calidad de vida y las preocupaciones
medioambientales una vez alcanzados unos niveles óptimos de seguridad
material y que éstos se reflejen con mayor claridad en la escala local. Sería
interesante comprobar si, en el actual contexto de inestabilidad y crisis
económica, esta tendencia se ha invertido reforzándose los valores de tipo
materialista.
Indagando en esta última línea interpretativa, al estudiar desde un punto
de vista de análisis axiológico la información proporcionada por los
participantes tanto durante el Diagnóstico Compartido como durante el Diseño
participado de estrategias, se extrae que la escala valorativa de los participantes
se caracteriza por una ambigüedad que se sitúa entre el materialismo y el
200
postmaterialismo, entre la modernidad y la postmodernidad. Si bien existe una
evidente priorización de la calidad de vida – a través del disfrute de
determinados servicios y bienes, de la calidad ambiental, de la tranquilidad, etc.
– se sigue esperando que la autoridad actúe como garante de ésta. Muchas de
las alusiones a la calidad de vida aparecen relacionadas con la crítica al papel
desarrollado por el Ayuntamiento como responsable de la provisión y
mantenimiento de los elementos que aseguran el bienestar de los ciudadanos. A
pesar de esta reprobación de las actuaciones pasadas del gobierno local, los
ciudadanos no cuestionan la necesidad de acudir a los órganos tradicionales de
autoridad para ordenar la vida pública, como se desprende de muchas de las
propuestas diseñadas durante el proceso de participación. En ellas se aprecia un
reclamo de mejores normas y mecanismos de control a través de modificaciones
en la legislación vigente, de la intervención de otros niveles de gobierno, o de la
vigilancia de las actuaciones políticas para asegurar el interés general así como
su transparencia y cumplimiento de la legalidad. A estas demandas se une la
exigencia de más oportunidades para la implicación de los ciudadanos en los
procesos de toma de decisiones como instrumento para asegurar y controlar
que éstos sean justos y abiertos y que no respondan a intereses privados. Todo
ello es un claro resultado de una reacción ante el oscurantismo y corrupción que
algunos participantes denuncian que han existido en la política y planificación
urbanística en los últimos tiempos. La sospecha de que miembros del equipo
técnico y político del área de urbanismo del Ayuntamiento tenían intereses
personales a través de su participación en empresas privadas, el aparente trato
de favor de algunas empresas de la construcción que han monopolizado la
actividad urbanística de Altea o la invisibilidad de los supuestos beneficios de
la construcción en las arcas municipales, son algunas de las cuestiones que
indicadas por los participantes que probablemente sustenten el
posicionamiento de los ciudadanos. Ante esta situación, demandan una mayor
vigilancia y fiscalización de la actividad política, y la mitigación de la influencia
de la empresa privada a través de la apertura de la vida política a otros sectores
sociales. Así, frente a la tendencia de los representantes de gobierno de acudir al
espacio privado para la configuración de la política local, los ciudadanos
201
reclaman una recuperación del espacio público, unos procesos de toma de
decisiones abiertos, transparentes y dirigidos al bien común.
La desconfianza en los órganos de gobierno locales fue una constante en
todos los documentos analizados. La crítica a la gestión realizada por el
Ayuntamiento en materia urbanística, a su connivencia con las grandes
empresas privadas, a la mala distribución del dinero público y a su ignorancia
de las necesidades reales de la población fueron temas recurrentes en las
distintas fases del proceso de participación. Sin embargo, sorprende encontrar
una crítica tan clara y directa cuando Altea ha sido gobernada durante más de
doce años por el mismo alcalde y partido político, lo que indicaría un fuerte
apoyo popular a su modelo político. Probablemente, la grave situación de
déficit presupuestario, la existencia de megaproyectos urbanísticos con un alto
grado de desacuerdo popular o el aumento de las sospechas sobre situaciones
de corrupción urbanística fueran los principales motivos para la demanda de
un cambio de rumbo político.
Según apuntaron diversos participantes, en Altea ha tenido lugar
durante muchos años una situación de control de la vida y de la opinión
pública. Tal y como expresaron estos ciudadanos, se ha ejercido una fuerte
influencia sobre la opinión general a través de los medios de comunicación, que
son descritos como parciales y sesgados, así como por parte de grupos de poder
políticos y económicos. Se llega incluso a hablar de la existencia de coacciones y,
por tanto, de una sensación de miedo a contradecir en público la postura
mayoritaria. Este hecho, descrito por los participantes en todas las fases el
proceso de participación, aunque parece estar remitiendo en la actualidad, está
sin duda en el origen de la frecuente demanda de mayores canales de
participación ciudadana, de mejora de los instrumentos de información y
consulta por parte del Ayuntamiento y en la necesidad de limitar la influencia
de la empresa privada en las decisiones públicas.
Existe una evidente percepción por parte de los participantes de que
Altea requiere de un reajuste del modelo de desarrollo seguido desde hace
algunas décadas. Definieron el patrón de crecimiento como el responsable de
un proceso de transformación caótica que ha dado lugar a un futuro incierto e
202
inquietante. El desasosiego que ha generado el rápido cambio experimentado
por Altea es afrontado por los ciudadanos a través de dos mecanismos
fundamentales. Por un lado, la revitalización de lo tradicional y la conservación
del entorno fueron las cuestiones más mencionadas en el trabajo de los
ciudadanos. La incertidumbre que se desprendía de las aportaciones de estos
ciudadanos de Altea – que sienten cerca el fin de un modelo que ha sido hasta
el momento incuestionable por gran parte de la población – ha impulsado el
ensalzamiento de los referentes pasados como sistema de anclaje ante el cambio
y de recuperación del equilibrio perdido. Las múltiples referencias a la
conservación del patrimonio cultural, el orgullo por las tradiciones y la
identidad local, el deseo de recuperar el ritmo de vida pausado, la tristeza por
la pérdida del paisaje urbano y los espacios naturales de especial valor, etc. son
algunas de las muchas muestras de este deseo de rescatar un estilo de vida
conocido y fiable. Se llega incluso a idealizar el pasado borrando del recuerdo
los aspectos negativos que estaban presentes en él, como la pobreza del antiguo
pueblo pesquero y los muy inferiores niveles de calidad de vida que se
disfrutaban antes de la llegada del turismo.
El segundo mecanismo de defensa frente a la incertidumbre y el cambio
se ve reflejado con claridad en las propuestas diseñadas por los participantes:
La planificación y la información son las principales herramientas señaladas por
los ciudadanos para mitigar la angustia – o Angst en términos de Blühdorn
(2000) – generada por la inestabilidad y el riesgo a que se enfrenta el modelo de
desarrollo de Altea. La necesidad de conocer qué va a pasar por medio de una
mejor planificación del modelo de desarrollo y de contar con información
transparente y veraz sobre los asuntos que conciernen a la vida pública, están
reflejados con claridad en los documentos estudiados. La búsqueda de certezas
se convierte así en un reclamo constante por parte de estos ciudadanos que,
además, quieren ser partícipes de manera activa de la construcción del proyecto
de futuro de su municipio.
Otra de las cuestiones a destacar a partir de este análisis es la existencia
de una cierta situación de competencia por recursos escasos que deja entrever
unas incipientes relaciones de exclusión y rechazo entre grupos sociales de
203
Altea. Esta realidad fue descrita por los participantes en el caso de los
problemas detectados en el acceso al sistema sanitario. En el análisis realizado
sobre el contenido del trabajo en torno a este tema, se advierte una leve
sensación de agravio por parte de la población española respecto de la
procedente del norte y centro de Europa. La menor aportación al sistema de
seguridad social realizada por la población extranjera y su igual derecho al
disfrute de los servicios de sanidad fueron considerados injustos por parte de
los participantes. Dado que esta situación se ha desarrollado en un clima de
prosperidad económica cabe preguntarse si el actual contexto de recesión
económica podría agravar las tensiones intergrupales ante una mayor escasez
de recursos por los que competir. El aumento del desempleo, del que se habló
con anterioridad, podría avivar la competencia con la población inmigrante
laboral, más aún en un municipio como Altea que ha dependido del sector de la
construcción y que se encuentra hoy día especialmente frenado. Por lo tanto,
cabría esperar un retroceso en la tendencia hacia valores postmaterialistas –
propios de sociedades que disfrutan de una estabilidad económica y que tienen
cubiertas sus necesidades materiales –, revirtiendo hacia valores de corte
materialista, propios de situaciones de competencia y que pueden derivar en
relaciones de exclusión o intolerancia o, como señala Blühdorn (2002) hacia
valores neo-materialistas en los que la seguridad y el autoritarismo se
convierten en cuestiones centrales.
Otro de los puntos que más llaman la atención de la reflexión realizada
por los ciudadanos a lo largo del proceso es su ausencia de reconocimiento de
los beneficios generados por el desarrollo turístico-residencial a escala local.
Todo lo contrario, existe un descontento manifiesto con el patrón de crecimiento
adoptado por Altea. Sin embargo, el desencanto de los participantes con
respecto al turismo local no deviene tanto de la irritación respecto de la
actividad turística como del desacuerdo con cómo esta se ha gestionado a partir
de las decisiones políticas y urbanísticas y de los intereses privados. Por el
contrario, se mostraron satisfechos con el tipo de turista que se ve atraído por
este destino, a pesar de las molestias que esto causa en cuestiones como el
tráfico o los servicios sanitarios. No se detecta una decepción o rechazo respecto
204
de la actividad turística sino de su vertiente urbanística, lo que quedaba patente
en la preocupación de los participantes por mantener satisfecho al turista o en
las propuestas de diversificación del turismo de Altea. Así, los ciudadanos no
mostraron un deseo de dejar de ser un municipio eminentemente turístico sino
que sus propuestas se centraron en esta actividad, aunque desde un enfoque
distinto, de preocupación por la calidad del producto ofertado y por la
revitalización de los valores locales.
Según los participantes, el culpable de la situación de descontento con el
modelo adoptado por Altea es, como ya se ha apuntado, la clase política y, en
segundo lugar, las grandes empresas de la promoción urbanística. Pero no se
aprecia una verdadera crítica hacia el papel que los ciudadanos han jugado en
la aceptación y mantenimiento del modelo de expansión urbana. Al fin y al
cabo, son los ciudadanos quienes apoyan a través del voto democrático una u
otra línea política. Parece transmitirse con ello un cierto distanciamiento del
ciudadano respecto de la clase política, a la que se observa como una institución
ajena a la población y no como un órgano realmente representativo de ésta. En
los casos en los que los participantes admiten su corresponsabilidad en los
principales problemas del municipio, este reconocimiento aparece suavizado en
forma de desconocimiento, justificando dicha responsabilidad a través de la
ignorancia de las consecuencias futuras de determinados proyectos o
actuaciones. En este y otros momentos del trabajo de los participantes se refleja
una cierta dificultad para identificar las causas profundas de los problemas.
Mientras la dependencia económica respecto de la actividad urbanística es
señalada desde el ámbito académico (Arrocha, 2005; Mazón, 2006; Mantecón,
2008; García-Andreu, 2008) como un elemento explicativo de las dinámicas
turístico-residenciales, los participantes no trataron este tema hasta el final de la
jornada de trabajo. Es decir, este hecho no está presente en el imaginario
colectivo como causa principal de los problemas del municipio o, tal vez, existe
todavía una cierta dificultad para que los ciudadanos reconozcan la necesidad
de alternativas para un modelo que se acerca a su límite. Se observa aquí la
fortaleza que ejerce el discurso dominante según el cual no existen
posibilidades factibles de cambio para el modelo de desarrollo centrado en el
205
crecimiento urbanístico constante y de beneficios inmediatos. Ello reafirma la
necesidad de nuevos espacios de reflexión colectiva en los que la pluralidad
valorativa dé lugar a un discurso crítico y autocrítico y en los que la creatividad
permita que Altea tenga la oportunidad de forjarse un futuro alternativo.
Conclusiones
206
discursos inmovilizadores a través de la deliberación colectiva y la búsqueda de
nuevas soluciones.
La participación ciudadana resulta además necesaria como mecanismo
de legitimación y transparencia de los procesos de toma de decisiones. La
incorporación a dichos procesos de la diversidad de valores que caracteriza al
desarrollo turístico-residencial a través de su apertura a ciudadanos y
stakeholders los convierte en procesos más justos y legítimos. Además, al abrir
las tareas de diagnóstico y diseño de estrategias de actuación a una comunidad
de evaluadores ampliada (Funtowicz y Ravetz, 1994, 1994, 2000) se están
reconociendo las limitaciones del conocimiento de carácter técnico para la
resolución de problemas con un complejo trasfondo valorativo y con una gran
capacidad de afección sobre el conjunto de la población.
La metodología propuesta en este trabajo, si bien es flexible y está abierta
a modificaciones en función de las características del contexto de aplicación,
ofrece una vía de trabajo que ha mostrado ser eficaz para alcanzar los objetivos
previamente planteados. A través de una concatenación coherente de
actividades estructuradas en cuatro fases principales, el proceso de
participación consigue poner de manifiesto los ideales valorativos de los
ciudadanos, sus preocupaciones profundas y sus mecanismos para afrontar un
futuro incierto. De este modo, la participación ciudadana muestra un
interesante potencial en la ampliación y mejora del conocimiento existente
acerca de las consecuencias del desarrollo turístico residencial en las
comunidades locales, convirtiéndose así en una herramienta fundamental a ser
considerada por parte de planificadores y responsables de la toma de decisiones
en este tipo de destinos.
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CONTRAPORTADA
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210