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EL TURISMO RESIDENCIAL EN TIEMPOS

DE CRISIS: ¿FIN DE UN MODELO?

Antonio Aledo y Ernest Cañada

Con el apoyo de:


© Antonio Aledo y Ernest Cañada
© De esta edición
Icaria Editorial SA

Primera edición: 2012

La edición de este libro ha contado con el apoyo de la Diputación de Barcelona,


a través del espacio de concertación con las organizaciones de la Sociedad Civil
en al ámbito de la sensibilización, y del Ayuntamiento de Barcelona a través del
Programa Barcelona Solidaria.

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ÍNDICE

Antonio Aledo y Ernest Cañada


Introducción. El turismo residencial en tiempos de crisis

Antonio Aledo
De la tierra al suelo: la transformación del paisaje y el Nuevo
Turismo Residencial

Ernest Cañada
Claroscuros del turismo residencial en Centroamérica

Alfonso Jiménez y Pricila Sosa


Del cielo a la tierra y de la tierra al suelo: el turismo residencial
en el Caribe mexicano

Antonio Aledo, Hugo García Andreu y Guadalupe Ortiz


Evaluación participativa de los impactos sociales del turismo residencial
y meta-análisis de resultados: un caso de estudio en el nordeste de Brasil

Hugo García Andreu


Análisis de redes de los impactos de la actividad turístico-residencial

Guadalupe Ortiz
Participación ciudadana y planificación turística: una propuesta para el
diseño participativo de líneas estratégicas en destinos turístico-residenciales

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Introducción.
El turismo residencial en tiempos de crisis:
¿Fin de un modelo?

Antonio Aledo y Ernest Cañada

El turismo residencial se ha convertido en un sector global. Debido a su


naturaleza geofágica y expansiva ha saltado del mediterráneo español a otras
regiones (con especial incidencia en el caso latinoamericano). Y al generar un
entorno construido perenne sus múltiples efectos se convierten en elementos
estructurales de los territorios y sociedades y, por lo tanto, mucho más difícil
establecer propuestas de reestructuración de dichos modelos de desarrollo
socio-económico, perpetuando y agudizando sus consecuencias.
El turismo residencial es un hecho social total, afecta a todos los órdenes
de la vida: desde el medio ambiente hasta los aspectos más supraestructurales
(culturales). Así Tristán Loloum, basándose en Antonio Miguel Nogués, señala
que “su comprensión no puede limitarse a los aspectos identificados como
«turísticos» sino que debe ser contextualizada e integrar otras dimensiones no
directamente asociadas al turismo pero que pueden afectar su curso: desde las
representaciones del paisaje hasta el ejercicio del poder local, los sistemas de
parentesco en las comunidades de acogida, etc. De allí, más que de «sistema»
turístico, preferimos hablar de «contextos» y «procesos» turísticos”.
Pero hay que tener cuidado, señala Loloum citando a Jafari, que esa
“postura no impide formular críticas, pero la denuncia de las desigualdades y
efectos aculturantes no puede preceder el análisis y la demostración” (Jafari,
2005).
Del mismo modo, como investigadores, tenemos que llevar a cabo un
dialogo entre la estructura y la agencia humana, muy en la línea de Giddens en
su propuesta de estructuración. Por lo tanto las lecturas de caso no deberían

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caer en los extremos más foucaltianos de reducir el enfoque a las
microprácticas. Al final, la preminencia de las estructuras debe destacarse.
Destacamos asimismo la necesidad de fortalecer la investigación sobre
los grupos subalternos en el desarrollo del turismo residencial. Es necesario
poner en evidencia la vulnerabilidad en la que han quedado los trabajadores
vinculados al sector o los pobladores en las zonas en las que se ha instalado.
Pero estos grupos, a pesar de las condiciones de extrema pobreza, no son meros
sujetos de explotación, sino que articulan diversos modos de adaptación y
resistencia según los contextos particulares en los que se desarrollan.
El conflicto adquiere en este contexto una especial relevancia, por cuanto
por una parte sintetiza y revela situaciones desigualdad profundas
tradicionalmente ocultas y, por otra, pone en evidencia dinámicas sociales poco
presentes por la fuerte capacidad de generación de consenso social e
imposición de hegemonía del sector turístico.

Sobre la naturaleza e impactos del turismo residencial:

Por su naturaleza expansiva el turismo residencial podría asimilarse, en


términos de imagen explicativa, a la “geofagia”. El desarrollo del turismo
residencial supone un fuerte aprovechamiento y acaparamiento de bienes
públicos y comunitarios. En determinados contextos rurales ha actuado como
un vía de “acumulación por desposesión”, según el concepto al que hacen
referencia Rosa Luxemburgo y David Harvey. El modelo se beneficia de la
debilidad institucional existente y la produce y reproduce, alimentando la
corrupción de las autoridades públicas y el déficit democrático. En contextos en
los que esta debilidad institucional es mayor el proceso expansivo del turismo
residencial ha sido más rápido y más destacado el impacto de sus
consecuencias. A mayor debilidad institucional se acentúa su ritmo expansión.

El turismo residencial se alimenta del miedo y la inseguridad (real o ficcionada)


o incluso los potencia. En la medida que se desarrolla y crea entornos de

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desigualdad y exclusión acaba reforzando el contexto de inseguridad de su
propio entorno.
La fuerte expansión del turismo residencial durante la última década no
puede explicarse sin el recurso a una nueva economía global profundamente
financiarizada y, al mismo tiempo, el acceso a dinero negro procedente de
actividades ilícitas. Estos capitales han encontrado un magnífico “refugio” en el
turismo residencial, lo ha permitido su amplia expansión.
El turismo residencial acaba generando nuevos sistemas urbanos en
áreas de origen rural-costero. Estos no sólo incluyen los proyectos residenciales
propiamente, sino todo el sistema de infraestructuras necesario para su
conectividad y asistencia, y las nuevas formas de poblamiento de los
trabajadores y trabajadoras que se necesitan para desarrollar el modelo o que
son atraídos por él.
El turismo residencial ha dado pie a una elitización del territorio o
“gentrification” (Neil Smith) en los que determinados territorios son
“recreados” para el uso de sectores con mayor poder adquisitivo, tanto de los
propios países como del extranjero. Las dinámicas de elitización del territorio se
han estudiado tradicionalmente en el ámbito urbano, pero el turismo
residencial supone una potente dinámica de elitización de territorios rurales-
costeros.
El turismo residencial es generador de una profunda desigualdad social.
Esta se expresa de múltiples formas: en las nuevas dinámicas migratorias que
concentran en unos mismos territorios sectores de población de clase media y
media-alta, los turistas residenciales, y los colectivos de trabajadores que se
requieren para que la actividad se desarrolle, tanto en la construcción como en
los servicios; en la desposesión de bienes comunes y/o comunitarios para su
aprovechamiento para unos pocos; en la vulnerabilidad y precariedad de unos
frente a la opulencia de otros,..

El desarrollo del turismo residencial, por naturaleza expansivo, conduce


a un proceso irreversible. Agota los recursos, deja un entorno construido,
descapitaliza la sociedad y la marcha atrás no es tan fácil. Es por eso que, a

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pesar de sus impactos, ante la crisis distintos actores buscan cómo seguir y
profundizar en ese modelo, sin alternativas sencillas a corto plazo.
En las últimas etapas del turismo residencial y ante los impactos más
negativos evidenciados en otros territorios con anterioridad, el empresariado ha
buscado cómo construir entornos inmediatos a sus proyectos más “amables”,
tratando que la desigualdad generada no fuera tan evidente y sofisticando sus
herramientas de actuación ambiental y social. Por ello han cobrado mayor
relevancia las estrategias de responsabilidad social empresarial y todo tipo de
certificaciones internacionales. Del mismo modo, han logrado insertarse en
determinados circuitos de la cooperación internacional, situando a la empresa
como un actor central del “desarrollo” (en el marco de teorías como el “pro-
poor” o los “negocios inclusivos”). Esto ha ayudado a generar mayores
consensos, desactivar críticas y, en definitiva, afianzar su posición de dominio.

Sobre la crisis o el fracaso del modelo

La crisis económica ha conducido al fracaso, o en algunos casos al fin, del


modelo turístico residencial. Del mismo como que la “fiebre del oro”, el turismo
residencial ha acabado siendo un engaño y producto del “enloquecimiento” que
provocó en algunos esta reciente “fiebre del ladrillo”. La situación actual del
sector puede explicarse en base a un modelo de pirámide, en la que unos
ganaron, pero muchos otros perdieron. Y sin embargo, a pesar de
todas estas evidencias sigue siendo necesario indagar por qué un sector que se
ha demostrado ineficaz y extremadamente vulnerable sigue cosechando
notables apoyos políticos y sociales.

Las páginas que siguen suponen parte de un esfuerzo colectivo por entender
mejor un fenómeno complejo como es el turismo residencial a la luz del cambio
de etapa que se ha producido con la crisis económica internacional. Aportamos
y ponemos en discusión nuevas herramientas metodológicas y el análisis de
diversos territorios vinculados fuertemente a este modelo de desarrollo en
España, Centroamérica, México y Brasil.

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De la tierra al suelo: la transformación del paisaje
y el Nuevo Turismo Residencial
Antonio Aledo**

Introducción1

Al conducir por una de las autovías que el gobierno murciano ha construido


recientemente para conectar sus nuevos polos de desarrollo turístico, se
atraviesan paisajes rurales abandonados, con procesos erosivos muy acusados y
en un avanzado estado de desertificación. Tan sólo los techos de plástico blanco
de los invernaderos rompen el monótono marrón grisáceo de la tierra seca. Pero
en algún momento del viaje se divisa una neblina causada por el polvo que
levanta el trabajo de decenas de máquinas excavadoras, camiones volquetes,
grúas, etc. El conductor observa al borde de la carretera una interminable línea
de banderas que señalan los límites de un enorme proyecto urbanístico. Allí, en
mitad del desierto que se extiende por el sureste español (López Bermúdez,
2002), surge ante la mirada atónita del conductor un sueño hecho de green y
agua. Un sueño de más de 9 millones de m2, donde se proyecta la construcción
de tres campos de golf de 18 hoyos y un número de viviendas unifamiliares que
puede superar las 14.000. Este sueño pretende conformar un nuevo núcleo
urbano que contaría con varios centros comerciales, una laguna artificial con
canales, un hotel de 5 estrellas, un hospital y un colegio bilingüe. Además
dispondría de 800.000 m2 de zonas verdes para el disfrute de los residentes. El
conductor reflexivo puede preguntarse ante la paradoja paisajística que se le

**
Antonio Aledo es Profesor Titular de Sociología Ambiental, Departamento Sociología 1, Instituto
Universitario de Investigaciones Turísticas, Universidad de Alicante. 08030 Alicante (España). Email:
antonio.aledo@ua.es
1 Agradezco a los profesores Antonio Miguel Nogués (UMH) y José Andrés Domínguez (UHU)

la revisión y comentarios de este trabajo.

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aparece delante de sus ojos de dónde surge este sueño, cuáles son las fuerzas
que lo crean y cuáles serán sus consecuencias si llegase a cumplirse. Este sueño
es producto del Nuevo Turismo Residencial (en adelante NTR). La fase más
reciente en la evolución del turismo residencial en el Mediterráneo español. De
su evolución, fuerzas impulsoras y de sus efectos sobre el paisaje y las
sociedades de acogida trata este artículo.
A partir de la década de los setenta, en numerosos pueblos y ciudades
del Mediterráneo –especialmente en las comarcas costeras y más meridionales–
se inició un verdadero salto social. Se produjo una rápida transformación con el
paso de una sociedad primaria a otra terciaria sin la transición a la
industrialización. La agricultura y la pesca se convirtieron en actividades casi
residuales. El turismo ha sido el motor principal de ese cambio social que al
actuar sobre el territorio ha provocado una transformación radical del paisaje. Y
dentro del turismo, nos vamos a centrar en los efectos ocasionados por una
modalidad muy concreta, el turismo residencial. Primeramente a lo largo de
toda la costa mediterránea para luego extenderse sin freno por el interior, se
han construido miles de casas para veraneantes del centro y norte de la
Península y para jubilados de la Unión Europa, que se han establecido de forma
permanente o casi permanente en esta región (Mazón, 2006).
Aunque resulta altamente complicado distinguir entre el impacto del
turismo y los procesos generales de cambio social experimentados por la
sociedad española desde la década de los sesenta del pasado siglo, el turismo
residencial ha sido un agente acelerador primordial en el proceso de
transformación social acaecidos en España durante la segunda mitad del siglo
pasado y, que ha tenido una especial incidencia en las regiones mediterráneas.
Así, el impacto por la implantación de esta actividad ha alterado la composición
demográfica debido a los importantes procesos migratorios que conlleva –tanto
residenciales como laborales (Casado, 1999; Rodríguez y Warness, 2002). Ha
transformado la economía con la desaparición casi por completo de las
actividades tradicionales (Vera Rebollo, 1992). Ha hecho aumentar las rentas

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per cápita y el empleo en esas poblaciones2. Ha provocado fuertes convulsiones
culturales, ocasionando en algunos municipios la total desaparición de la
cultura local y su sustitución por una nueva cultura turística, cosmopolita y
global (Torres Bernier, 2003: 65) y de la cultura ambiental que regulaba la forma
y modo de relacionarse y de entender la naturaleza (Aledo, 2004). Por último,
ha transformado el paisaje (OSE, 2006a) y ha ocasionado graves efectos sobre el
medio ambiente (Almenar y Bono, 2002; Olcina y Rico, 2005). El territorio es un
producto histórico y social y como tal es agente de significados para lo que
somos y lo que hacemos (Mandly, 2002). La desaparición del paisaje y su
sustitución por un nuevo entorno turístico conmueve de una forma definitiva
nuestras identidades que ahora buscan reconstruirse y expresarse a través de
los mitos e ideales que ofrece el espacio turístico (Chadefaud, 1987). Como
afirma A. M. Nogués, se produce un desplazamiento en la producción y
reproducción del sentido cultural (2007) creadas por la nueva situación
configurada por la relación dialógica entre los grupos sociales, los poderes
públicos y la industria turístico-inmobiliaria3.
En este listado de cambios motivados por el desarrollo del turismo
residencial, cabe señalar que sus efectos ambientales no se reducen al territorio
de acogida sino que las externalidades ambientales que ocasiona el fenómeno
afectan a otros ecosistemas, que pueden distar cientos de kilómetros. El turismo
residencial por sus características de concentración espacial y temporal necesita
importar gran cantidad de recursos energéticos e hídricos. También las
contaminaciones que origina se expanden más allá de las zonas costeras y
terminan por afectar a otras áreas que sin beneficiarse de los efectos económicos
sí padecen las consecuencias ambientales negativas.
Es posible que se haya alcanzado un punto de inflexión en el crecimiento
del turismo residencial. La velocidad que ha adquirido la construcción de
viviendas turísticas, el aumento en la escala de las promociones urbanística, la
llegada de grandes grupos empresariales foráneos, la aparición de las

2 La importancia de la edificación residencial orientada al turismo se traduce en el peso que


alcanza el sector de la construcción en la economía alicantina (10,3 % del VAB y el 10,9 % del
empleo provincial) (COCA, 2005).
3 A. M. Nogués, comunicación personal.

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compañías de bajo coste y, en general, el desarrollo de la globalización (en su
fórmula europea) están conllevando la aparición de una nueva fase en el sector
turístico residencial (el NTR), que es cualitativa y cuantitativamente distinta a
las que se desarrollaron en el período que va desde mediados de la década de
los setenta hasta 1994. Este nuevo período supone la abolición completa de la
naturaleza (Blühdorm, 2000: 37) y de su expresión morfológica –el paisaje– y su
sustitución por un nuevo territorio turístico o, como denominaremos a partir de
ahora, de la naturaleza turistizada. Las urbanizaciones de miles de viviendas con
campos del golf en regiones semidesérticas y, muy especialmente, los nuevos
megaproyectos residenciales son las expresiones más evidentes de esa
naturaleza turistizada.
En las páginas siguientes vamos a describir este modelo turístico y su
reciente evolución en el Mediterráneo español. Obtendremos datos y ejemplos
fundamentalmente de las provincias de Alicante, Murcia y Málaga por los
extraordinarios desarrollos turístico residenciales acaecidos en estas provincias.
Pretendemos así participar en el debate que se está llevando a cabo desde
diferentes sectores académicos, sociales y políticos sobre sus efectos a nivel
local. La extensión territorial del turismo residencial convierte en socialmente
relevante este objeto de estudio. En España se ha expandido por todas las costas
–desde Cadaqués hasta Ayamonte y desde La Guardia hasta Hondarribia. Las
constructoras y promotoras españolas han saltado al norte de África, con
megaproyectos en Túnez o Marruecos. Y cruzando el Atlántico ofertan sus
productos turístico-residenciales en el Caribe o en el nordeste brasileño.
Los objetivos formales de este trabajo son los siguientes. En un primer
punto se indagará sobre la naturaleza del turismo residencial, para ello
ofreceremos algunas cifras para permitir al lector hacerse una idea de la
magnitud del fenómeno, aportaremos una definición de partida y
describiremos las principales características y sus efectos a escala local. En un
segundo apartado, describiremos su evolución desde las primeras fórmulas de
producción de pequeños conjuntos de viviendas turísticas hasta llegar a los
megaproyectos que se están levantando en la región murciana. Por último, se
hará referencia a las implicaciones socio-ambientales de este modelo en sus dos

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últimas etapas que hemos conceptualizado a través de la idea de la naturaleza
turistizada, en su proceso de transformación de la tierra en suelo.
En última instancia, en este artículo subyace una reflexión en torno a la
transformación de la tierra en suelo ya que éste es el principal recurso del
turismo residencial. La tierra ha pasado de entenderse como un espacio para la
producción agraria a convertirse en deseado suelo urbano o urbanizable. Ha
dejado de ser un medio de producción para convertirse en un bien de cambio y
en un objeto de consumo de masas. El suelo sigue siendo riqueza pero esta vez
despojado de sus cualidades ecológicas, desarraigado de los ciclos naturales y
culturales en los que interviene y sobre los que se conforma. Suelo en definitiva
desnaturalizado y transformado en plano urbano. Objeto de consumo hasta su
total agotamiento. Por lo tanto, sujeto a otras leyes y a otros significados
distintos de los que poseían y otorgaba cuando se entendía como tierra. El
suelo, su posesión y control, se ha convertido en el eje estructurador de estas
comunidades. El suelo es la principal y casi única fuente de riqueza, poder y
prestigio. Y sobre su producción e intercambio se articula la nueva sociedad y
cultura que ha surgido en las últimas décadas.

El turismo residencial

El objeto del turismo residencial no es traer turistas y ofertarles servicios. Su


actividad central es producir suelo urbano, construir viviendas y venderlas. El
proceso turístico residencial consta de cuatro operaciones: 1) la compra de
tierra, 2) su transformación en suelo urbano, 3) la construcción de viviendas y
urbanizaciones y 4) la venta de las mismas (Aledo et al., 1996). Como
acertadamente denunciaron hace ya más de veinte años algunos sociólogos
como Mario Gaviria, Eduard Mira o Manuel Iribas, en la Costa Blanca –y ya se
puede extender a muchas otras “Costas”– se ha confundido turismo con
construcción. Este objetivo empresarial define la naturaleza del sector y los
efectos que produce sobre el territorio y la sociedad de acogida. No obstante, la
aceptación social del modelo socioeconómico que conlleva el monopolio local
del turismo residencial y el apoyo político que ha recibido (Mantecón, 2007)

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deben de tenerse en cuenta a la hora de entender la expansión del modelo más
como el resultado de un complejo proceso dialógico político-social de conflicto
que como una imposición por parte de una élite económica.
Desde esta perspectiva, entendemos el turismo residencial como el sector
que se dedica a la compra de suelo, a la producción de viviendas y servicios e
infraestructuras anexas, y a la venta de las mismas. El uso de estas residencias
puede ser para fines de semana, períodos vacacionales o como residencia
semipermanente o permanente (Aledo et al., 2007). El origen de los usuarios de
viviendas turísticas en el litoral mediterráneo español procede de: (a) el entorno
cercano a las promociones inmobiliarias, (b) del centro y norte de España y (c)
de otros países de UE –principalmente Reino Unido y Alemania. El Banco de
España calcula que el 24,02 % de todas las viviendas compradas en la
Comunidad Valenciana durante el primer trimestre de 2006 fueron adquiridas
por extranjeros (en Cinco Días 2-6-2004).
Desde un enfoque más amplio, entendemos el turismo residencial como
un fenómeno relacionado con las nuevas formas de movilidad, residencialidad
y ocio propias de la posmodernidad tardía (Aledo y Mazón, 2005a) y de la
globalización (Papastergiadis, 2000). Incluimos en su estudio los impactos
demográficos, económicos, sociales y culturales que ocasiona tanto en las
poblaciones de acogida como en las de salida. De esta manera, cuando
hablemos del sector nos estaremos refiriendo al complejo económico que
construye el producto turístico-residencial y cuando nos refiramos al fenómeno
extenderemos el contenido del término a un contexto y a unas causas y efectos
más amplios.
La asociación de esta actividad inmobiliaria con el turismo s intensa y se
evidencia en los siguientes hechos: primero, porque el producto residencial
ocupa y compite por espacios turísticos costeros o paisajes de interior de
calidad; segunda, porque los residentes durante el período de ocupación de
esas viviendas no realizan actividad laboral y tienen prácticas cuasi-turísticas
asociados al ocio y a la búsqueda de bienestar y calidad de vida; tercera, porque
una parte importante de los usuarios de este producto son veraneantes,
ocupando segundas residencias, bien en propiedad, bien en alquiler o bien en

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casas de familiares o amigos; cuarta, porque los usuarios de las unidades
turístico-residenciales utilizan infraestructuras y servicios turísticos; y quinta,
porque los MIR (Migraciones Internacionales de Retirados) poseen
motivaciones turísticas en la selección de su nueva, permanente o
semipermanente, residencia –lo que O’Reilly ha denominado lyfestyle inmigrants
(2007).

La expansión económica y territorial del turismo residencial

Algunas cifras pueden ofrecernos una idea de la potencia de este sector. Según
el Observatorio de la Sostenibilidad en España, en las provincias más activas de
la costa mediterránea tales como Alicante, Valencia, Málaga o Murcia y otras
que han adquirido recientemente un fuerte impulso como Tarragona, Gerona o
Castellón, las Viviendas Potenciales de Uso Turístico (VPUT) suponen la mitad
de sus parques inmobiliario (OSEb, 2006: 138). Según el Informe de Exceltur “en
el período 1991-2003 el número total de viviendas se incrementó un 40,6 % (un
2,9 % anual) en los municipios del litoral de las comunidades del Mediterráneo
y las islas, pasando de 8.505.453 plazas a comienzos de la década de los 90 a las
11.958.607 plazas que se podían contabilizar en el año 2003. Por otro lado,
dentro de esta tendencia a construir viviendas en el litoral, aquellas dedicadas a
su uso turístico se han incrementado un 29,4 % (un 2,2 % anual), lo que supone
la puesta en el mercado de 1.209.643 nuevas plazas de alojamiento residencial
en el período 1991-2003” (Exceltur, 2005: 24). Este intenso crecimiento es uno de
los principales factores explicativos de la fuerte artificialización de nuestro
litoral. La costa alicantina, malagueña o el litoral barcelonés muestran una
artificialización de la primera línea litoral superior al 30 % (OSEb, 2006: 135).
Cataluña es la tercera Comunidad con más unidades de Viviendas
Potenciales de Uso Turístico (989.000), Andalucía ocupa el segundo puesto con
1.157.000 y en el primero está la Comunidad Valenciana con 1.543.000 (Exceltur,
2005). Centrándonos en última Comunidad, según datos del Instituto
Internacional de Economía de la Universitat de València 229 kilómetros de los
470 de costa que tiene la Comunidad Valenciana son suelo urbano. Otros 86 son

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suelo urbanizable. De los 155 kilómetros restantes, 147 tienen algún tipo de
protección y sólo 8 son suelo no protegido y no urbanizable. Esto supone que
cerca de la mitad del litoral valenciano actualmente se encuentra urbanizado y
está previsto que se urbanice otra quinta parte del mismo. En cifras generales,
los ayuntamientos tienen sobre la mesa proyectos para construir 558.000
viviendas y 85 campos de golf (en Greenpeace, 2006: 94). Según el último
informe de Greenpeace sobre el urbanismo en las costas españolas, los planes
urbanísticos previstos en tan sólo nueve municipios costeros alicantinos suman
un total de 191.405 nuevas viviendas (Greenpeace, 2007: 76). En esta escala
municipal, Torrevieja, una población con un altísimo monopolio del turismo
residencial (García Andreu y Rodes, 2004) muestra unos crecimientos
espectaculares. La población ha pasado de 25.014 habitantes censados en 1991, a
58.828 en 2001, hasta alcanzar los 92.034 a primeros de 2006 (INE, 2007). Los
datos históricos del Censo Nacional de Viviendas nos indican la orientación
claramente residencialista de este municipio. Si revisamos la catalogación de las
viviendas, en 1981 había censadas 15.988 como viviendas secundarias y vacías,
veinte años más tarde la cifra ascendía a 80.643, lo que supone el 78,78 % del
total de viviendas.
Otras regiones con desarrollos turístico-residenciales más tardíos están
experimentando crecimientos espectaculares al amparo del auge generalizado
del sector iniciado en 1997. Un claro ejemplo es la Región de Murcia. Según el
informe de Greenpeace (2007: 163) hay planes para construir 800.000 viviendas
en los próximos años y una de cada tres viviendas construidas o aprobadas se
sitúa junto a un campo de golf (a pesar del déficit hídrico estructural que
padece esta región).
La expansión del sector turístico-residencial está relacionada con el
vertiginoso aumento del precio de la vivienda en España desde 1997 y, por
ende, con los notables beneficios empresariales conseguidos (Ros, 2003: 83).
Según datos del Ministerio de la Vivienda, en la Comunidad Valenciana el
precio de la vivienda libre ha aumentado entre el 2004 y el 2006 una media del
14,1 %, alcanzando el 18,6 % en la provincia del Castellón, siendo la media para
el conjunto del país de 11,8 %. En Murcia el crecimiento ha sido ligeramente

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inferior, la media anual en los mismos años ha sido del 12,4 %. Los resultados
económicos de las empresas promotoras y constructoras, fundamentados en el
tirón de la demanda extranjera, han sido extraodinariamente buenos durante
estos años de boom inmobiliario. Según el diario financiero Cinco Días (17-08-
2007), “El valor global del mercado –turístico residencial–, es decir la inversión
de compra de viviendas en los mercados nacional y extranjero, sin incluir el
gasto de los no residentes y considerando una cifra anual de 150.000 viviendas,
supone un valor equivalente a la de los ingresos por turismo en España, unos
45.000 millones de euros”.

Las contradicciones económicas del modelo turístico residencial

Este crecimiento no sólo ha beneficiado al sector de la promoción inmobiliaria.


El turismo residencial ha supuesto una lluvia de millones para numerosos
municipios costeros en forma de impuestos (IBI) y otras tasas municipales
(licencias de obra) (Arrocha, 2005). El perenne déficit que sufren los
presupuestos municipales encuentra un alivio en esta forma de financiación
externa (Raya Mellado, 2001). Así las corporaciones municipales se convierten
en agentes impulsores del turismo residencial aunque también ocasiona una
dependencia que en ocasiones se vuelve perversa. Esta situación ha sido
denominada en el Informe del Defensor del Pueblo como urbanismo financiero
(BOGC, 07/09/2006): “En efecto, el siempre deficitario sistema de financiación
de las haciendas locales ha terminado generando una suerte de urbanismo
financiero que genera plusvalías públicas y privadas muy considerables, facilita
prácticas especulativas y no aporta transparencia en la toma de decisiones en
torno al suelo”. En definitiva, el proceso se basa en que para equilibrar sus
cuentas los ayuntamientos otorgan licencias de construcción. Estas nuevas
construcciones aumentan los gastos del municipio para los que se otorgan más
licencias, entrando en un círculo vicioso que fagocita el territorio, y disminuye
la capacidad de las corporaciones locales para reorientar el modelo turístico
residencial (Aledo, 2003).

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Esta problemática producida por la expansión de turismo residencial y
su impacto sobre las haciendas locales permite introducirnos en el análisis de
las contradicciones implícitas en el modelo turístico-residencial español. Así
frente a los evidentes beneficios que el turismo residencial genera sobre la
economía española y las haciendas municipales, surgen importantes elementos
de riesgo tanto para el sector como para las comunidades locales que apuestan
por su monocultivo (Aledo et al., 2007; Torres Bernier, 2003). La propia
dinámica de rápido y continuo crecimiento del sector originan factores de
insostenibilidad ambiental y económica. Los impactos sobre el medio natural y
social de este ciclópeo proceso constructivo están siendo enormes. Para
comprenderlos en toda su magnitud cuantitativa y cualitativa resulta pertinente
describir las características del turismo residencial.

Características y evolución del turismo residencial español

El turismo residencial se ha caracterizado por su estacionalidad y su


concentración espacial, por el escaso desarrollo de la oferta complementaria,
por salir al mercado fuera de los canales reglados, por generar turistas cautivos,
por la escasa o nula planificación de su extensión y crecimiento espacial, por el
bajo gasto turístico que ocasiona, por los notables beneficios empresariales que
produce, por los ingresos, vía impuestos y licencias de obra, que genera en las
haciendas locales pero también por la dependencia que provoca en los
ayuntamientos, por los casos de corrupción urbanística ligados a numerosas
acciones turístico-residenciales y por los fuertes impactos ambientales que
provoca (Aledo y Mazón, 2005a). Conforme el sector ha ido desarrollándose y el
fenómeno ha ido expandiéndose, algunas de estas características han ido
reforzándose mientras que otras han visto limitada su relevancia como es el
caso de la estacionalidad y la concentración espacial. La disminución de la
estacionalidad está ligada al aumento de los viajes turísticos fuera de
temporada así como al alto porcentaje de jubilados entre los usuarios del
turismo residencial que residen de forma permanente o casi permanente en
estas viviendas turísticas. En cuanto a la concentración espacial sobre la línea de

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costa, debido a la casi total colmatación de espacios libres, las empresas
constructoras han extendido sus promociones primero hacia municipios de
“segunda línea” y más tarde hacia municipios de interior (Aledo y Mazón,
1997).
El fenómeno del turismo residencial en España ha venido
experimentando una serie de transformaciones que permiten identificar cuatro
etapas en su desarrollo. En cada fase dominaría un producto, lo cual no implica
que las fórmulas anteriores desaparezcan. La primera etapa iría desde el inicio
de la implantación del sector a mediados de la década de los setenta del pasado
siglo hasta comienzos de la década de los ochenta. Sus productos estrella fueron
la pequeña urbanización dispersa y los bloques de apartamentos en altura en
primera línea de playa La segunda llegaría hasta la crisis de 1991-94,
sumándose la macrourbanización compuesta por cientos de bungalows y
adosados. En la tercera etapa que iría desde 1994 hasta el 2002 apareció la
exitosa fórmula de macrourbanización con campo de golf. La cuarta etapa llega
hasta hoy en día con un último producto el resort turístico residencial. A
continuación describiremos las tres primeras etapas y sus impactos
socioambientales para, en el siguiente apartado, dedicar un análisis más amplio
a la etapa actual que se caracteriza por la enorme escala espacial y económica de
los proyectos residenciales que se proponen.

Evolución del turismo residencial

Durante la primera fase del turismo residencial en España se ocupó buena parte
de la primera línea de costa. Se desarrolló en altura, mediante la construcción
de edificios de apartamentos, para maximizar el valor añadido que otorgaba el
paisaje litoral y la inversión en suelo. Se levantaron verdaderas murallas de
cemento y hormigón circundando muchas de las mejores playas del litoral
español. Al mismo tiempo que se levantaban estas torres de apartamentos, se
inició la construcción de viviendas aisladas –chalés y villas–, o en pequeños
grupos, bien en zonas de costa más abruptas o en áreas algo alejadas del mar.
Conforme se desarrollaba el sector, hacia la segunda mitad del decenio de los

18
ochenta (MUNRES; 1994), los proyectos urbanísticos fueron haciéndose más
ambiciosos y pronto apareció un nuevo modelo de enorme éxito copiado
parcialmente del urbanismo norteamericano: la urbanización, formada por
agrupaciones de chalets, adosados y bungalows, que conforman una unidad
urbanística separada de los cascos urbanos tradicionales (Casado, 1999). Esta
segunda etapa llegó hasta la crisis de venta de unidades residenciales padecida
por el sector turístico residencial español de 1991 en la que se produjo una
espectacular caída de la demanda procedente del Reino Unido (Aledo y Mazón,
2005b).

La tercera etapa: urbanización con campo de golf

El sector no inició su recuperación hasta 1994, año en el que comienza la tercera


etapa del turismo residencial. En esta fase el producto estrella –sin la
desaparición de las fórmulas anteriores– fue la macrourbanización, de entre
1.000 a 2.500 viviendas, en torno a campos de golf. En ocasiones, estos
productos van acompañados de un hotel de 4 ó 5 estrellas, también ligado a la
explotación del campo de golf. La fórmula ha ido evolucionando hacia la
ampliación de los servicios que ofrece a los residentes. Por ejemplo, la
urbanización Alenda Golf, situado a 15 km de Alicante, además de las casi 2.000
viviendas previstas y el campo de golf de 18 hoyos, se incluye una zona
hotelera, una zona escolar, una zona comercial y dos clubes sociales.
De acuerdo con los datos aportados por el sociólogo onubense J. A.
Domínguez, en España había a comienzos de 2006, 308 campos de golf de los
que tan sólo el 11,3 % tienen un carácter abierto, lo que habla claramente del
uso privado e inmobiliario de esta oferta. En 2007 se ha alcanzado la cifra de
347. Andalucía es la Comunidad Autónoma que cuenta con un mayor número
de estas instalaciones, 81 a comienzos de 2006, y hay 86 en proyecto pendientes
de distintos trámites. El 80 % de éstos está vinculado a urbanizaciones y al uso
de los suelos con carácter residencial. La aprobación de la totalidad de estos
proyectos supondrá un total de 160.000 viviendas de lujo (Domínguez, en
prensa).

19
Se pueden señalar tres razones que explican la aparición de esta fórmula
de macro urbanización con campo de golf. La primera es de índole económica,
una casa en un “resort” con “green” cuesta hasta un 40 % más que otra sin estas
instalaciones (Greenpeace, 2006: 14). La segunda explicación apunta a que la
imposibilidad de encontrar suelo cercano a la costa debido a casi la total
colmatación urbanística del litoral. La tercera causa hace referencia a la
descualificación de algunos destinos costeros como consecuencia de la
masificación, el déficit de servicios e infraestructuras (Vera Rebollo, 1997) y
problemas de inseguridad (Aledo y Mazón, 2005c). Así el sector turístico
residencial ha encontrado en el campo de golf un elemento que otorga un
nuevo valor añadido a su producto inmobiliario cuando se ve obligado a
alejarse de la primera línea de costa, sustituyendo el azul del mar por el verde
del green.
En esta fórmula de macrourbanización con campo de golf destacamos
una serie de características que preludian la actual fase del sector turístico
residencial en España:

1) Estos proyectos turísticos residenciales se caracterizan por su enorme


dimensión espacial y económica. Por ejemplo, Polaris World, que se
anuncia como empresa número uno en turismo residencial, oferta en la zona
del Mar Menor (Murcia) seis proyectos turístico-residenciales con un
total de 10.266 viviendas, 6 campos de golf y dos hoteles de 5 estrellas,
con precios que van desde 180.000 hasta 1.633.000 por vivienda. Estos
seis proyectos ocupan una extensión de 7.325.000 m2.

2) Debido a las fuertes inversiones que requiere este tipo de desarrollo, se


está transformando la estructura empresarial del sector. Si bien, como
afirmaba Josualdo Ros (2003: 72), hasta hace unos pocos años la gran
empresa era minoritaria en el sector, la situación está cambiando
rápidamente. La aparición del modelo de macrourbanización que
necesita de una fuerte inversión en compra de tierras y desarrollo de las
primeras infraestructuras y servicios, junto con los altos beneficios que la

20
actividad produce, han estimulado la entrada en el sector de grandes
empresas promotoras.

3) En este sentido, el apoyo gubernamental se hace imprescindible para el


desarrollo de estas iniciativas urbanísticas, dada la potencia de estos
productos, su capacidad de transformación territorial y las necesidades
de infraestructuras y servicios que conllevan. Podemos distinguir dos
tipos de acciones, una de carácter legislativo y otra mediante la
promoción de obras públicas. En el primer caso, podemos citar la
controvertida Ley Reguladora de la Actividad Urbanística (LRAU) o la
Ley Reguladora de los Campos de Golf (LRCF) ambas de la Generalitat
Valenciana. La LRAU otorgaba amplios poderes a los agentes
promotores configurándolos como auténticos planificadores del suelo.
La Generalitat Valenciana se ha visto obligada a modificarla debido a la
presión de la UE a través de su conocido Informe Fourtour (Parlamento
Europeo 2005). En cuanto a la LRCF señala en su preámbulo que “La
creciente demanda de este tipo de instalaciones, tanto para residentes
como visitantes, constituye por tanto una oportunidad que la
administración debe encauzar, resultando evidente que el golf, bien
regulado y ordenado, puede adquirir un carácter dinamizador y
diversificador de la actividad económica”. En esa misma Ley no se duda
en afirmar que el golf “puede y debe constituir un instrumento que
contribuya a la preservación y mejora de los valores ambientales y
paisajísticos del territorio” (DOGV, 2006). Otro ejemplo del interés de los
gobiernos autonómicos en fomentar el turismo residencial lo
encontramos en el Gobierno Regional murciano que ha utilizado las
Actuaciones de Interés Regional de la ley del Suelo de la Región de
Murcia como instrumento de ordenación del territorio de carácter
excepcional a fin de dotar de infraestructuras y servicios a los proyectos
de desarrollo turístico-urbanístico que se están desarrollando en las
zonas costeras de esta región. En el segundo tipo de apoyo, incluimos el
desarrollo de infraestructuras de transporte (carreteras, ferrocarril, y

21
aeropuertos), de energía eléctrica y de recursos hídricos. Como
mostraremos en el próximo apartado, la construcción de nuevas vías
rápidas es el primer instrumento en el proceso de conversión de la tierra
en suelo. La autovía transforma tierras de secano, con escaso valor, en
suelo listo para ser urbanizado, lo que genera altísimas revalorizaciones
y favorece los procesos especulativos. Para hacernos una idea de la
magnitud física del proceso, sirva el dato de que en la Comunidad
Valenciana entre los años 1987 y 2000 se ha duplicado la superficie
ocupada por autopistas, autovías y terrenos asociados (OSEb; 2006: 338).

4) Estos complejos turístico-residenciales se construyen siguiendo un


modelo cerrado en busca de una seguridad máxima. Para ello, se cerca
con una valla o muro a modo de perímetro de seguridad, con una
entrada a modo de frontera y otras medidas de vigilancia. Es por tanto
un modelo exclusionista, ya que separa estas urbanizaciones del resto de
comunidades del entorno. Al mismo tiempo, es inclusionista; es decir,
pretende resolver todas las necesidades de los residentes dentro del
complejo ofertando múltiples servicios como supermercados, colegios,
empresas de ocio y deporte, etcétera, con el objeto de incentivar el
máximo gasto del residente dentro de los servicios ofertados por la
propia empresa.

5) La capacidad de deslocalización, de movilidad y traslado es otra


propiedad fundamental del sector turístico-residencial (Aledo y Mazón,
2005c) y que ya fue advertida para el conjunto de la industria turística
por Butler (1980). En determinadas localidades costeras el sector turístico
residencial ha entrado en la fase de estancamiento como consecuencia de
que se ha consumido todo el suelo disponible o de que la calidad del
destino ha disminuido –por el propio desarrollo turístico-residencial.
Alcanzado esta fase de desarrollo del ciclo de vida del turismo
residencial, las grandes empresas promotoras/constructoras poseen la
capacidad de trasladar su campo de operaciones hacia otros lugares

22
inexplorados turísticamente, con más suelo y más barato. Así está
ocurriendo en la provincia de Alicante. El sector se desplazó a partir de
la década de los ochenta desde municipios costeros hacia municipios de
segunda línea y desde allí, en la década de los noventa, a municipios del
interior y hacia la vecina Región de Murcia. Un segundo movimiento que
se ha iniciado recientemente consiste en la promoción de productos
turístico-residenciales en el extranjero. Túnez y Marruecos, el Caribe o el
Nordeste brasileño son los nuevos destinos elegidos.
La lógica empresarial se caracteriza por la búsqueda inmediata de
resultados económicos, por su capacidad de movilidad/desplazamiento
y por la gran cantidad de capital económico y técnico del que dispone.
Con estas condiciones el sector de la promoción inmobiliaria puede
sortear o esquivar los límites locales trasladando sus inversiones a otros
lugares. Es una lógica basada en la transferencia de las externalidades
ambientales negativas a las comunidades locales que tienen que arrostrar
con buena parte de los impactos negativos que ocasiona el modelo,
mientras que las empresas se escapan a los mismos mediante el traslado
de su campo de operaciones. La hegemonía en el campo turístico-
residencial de esta lógica permite el crecimiento indefinido –al menos en
términos empresariales– de su negocio (Aledo et al., 2007).

6) La introducción de las nuevas tecnologías de la información que se están


aplicando tanto en las fases de promoción y venta como en la gestión de
la empresa. No sólo se ha iniciado la venta directa a través de Internet
sino que todas las oficinas de venta están conectadas on-line para
actualizar la lista de productos disponibles en tiempo real o proporcionar
visitas virtuales e infografías.

7) El impulso de la demanda se ha vistor propiciado por la expansión de las


compañías aéreas de bajo coste. Afirmaba John Urry que el sujeto
moderno era un sujeto en movimiento (Urry, 1997: 142). Podríamos decir
que la hipermovilidad es la característica del sujeto posmoderno. Esta

23
hipermovilidad se ve facilitada por las nuevas formas de comunicación e
impulsada por la globalización promueve nuevas formas de
residencialidad. Estas nuevas formas de movilidad borran las antiguas
diferencias entre hogar y segunda residencia (Urry, 2002), o entre
sedentarismo y nomadismo. El turismo residencial es la consecuencia y,
al mismo tiempo, satisface una parte importante de esas nuevas
demandas sociales. Y en este marco posmoderno, las compañías aéreas
de bajo coste han comenzado a jugar un papel fundamental en la
resolución de las necesidades de hipermovilidad del nuevo ciudadano
transnacional (Hannerz, 1998). En el año 2004 España recibió 14 millones
de pasajeros que se desplazaron en este tipo de compañías lo que supuso
el 29,2 % del total de llegadas aéreas, superando el 31 % en 2006 (IET,
2007).

8) Las actuaciones urbanísticas del turismo residencial conllevan fuertes


transformaciones del territorio, afecciones al paisaje y a los ecosistemas
locales, elevados consumos de recursos naturales y fuertes
externalidades en forma de Residuos Sólidos Urbanos o por la
contaminación edáfica y de aguas hipogeas debido al empleo masivo de
fertilizantes y fitosanitarios (Domínguez, en prensa). Así los impactos
ambientales ocasionados por estos desarrollos no se limitan a los que
ocasionan la construcción de la urbanización. Hay que incluir los
producidos por las infraestructuras de transporte (carreteras y
aeropuertos) imprescindibles para facilitar la accesibilidad de una
creciente demanda internacional o las obras e infraestructuras
hidráulicas y de producción y distribución energética que aseguren los
altos consumos de estos complejos. El debate en torno al producto de
urbanización con campo de golf ha provocado posiciones muy
enfrentadas. Mientras que los promotores y políticos partidarios de los
campos de golf como herramienta para el desarrollo local ensalzan sus
virtudes ambientales y el uso sostenible que hacen del agua (DOGV,
2006), los críticos denuncian los elevados consumos hídricos, no sólo de

24
los campos de golf si no, muy especialmente, de las viviendas
unifamiliares que los rodean y les dan viabilidad económica. Mientras
que el consumo por habitante en un edificio de apartamentos rondaría
los 150 litros por habitante y día, en estas urbanizaciones se dispara hasta
los 600 litros (Gil Olcina y Rico, 2007). Veamos en el caso de la provincia
de Alicante qué repercusión tiene este modelo en una región
semidesértica y con un déficit hídrico estructural cuando se lleven a cabo
las propuestas de urbanización con campo de golf que se están
proyectando. Se estima que la provincia tiene un déficit hídrico de 135
hm3 (COCA; 2005). En la actualidad hay 15 campos de golf con
urbanización en funcionamiento en la provincia y proyectados otros 33
(Del Campo Gomis, 2006). Si calculamos que un campo de golf en la
provincia de Alicante consume 0,5 hm3 al año y le añadimos el consumo
humano de los residentes4 de la urbanización, otros 0,5 hm3
aproximadamente, eso supondría que cada urbanización con campo de
golf consumiría anualmente en torno a 1 hm3 lo que supondría elevar el
déficit hídrico hasta los 183 hm3. No obstante y a pesar de lo expuesto,
conducir el debate ambiental sobre los efectos del modelo de
urbanización con campo de golf hacia la discusión en torno a su mayor o
menor consumo de recursos hídricos es un enfoque simplista y que
esconde una taimada solución tecnológica. En última instancia, la
estructuración bipolar de este debate pretende reducir la discusión
ambiental a una pareja dicotómica establecida entre la prioridad
inmediata del crecimiento económico –o desempleo a corto plazo– frente
a la futurible amenaza de la crisis ambiental (Aledo y Ortiz, 2006). La
tecnología aparece entonces como la solución capaz de resolver esta
aparente dicotomía, bien en su fórmula trasvase o bien con la nueva
propuesta de desaladoras. Así quedan asegurados los recursos hídricos
externos de forma indefinida con el objeto final de sostener la utopía
occidental del crecimiento ilimitado.

4El cálculo del consumo humano de los residentes se hace de la siguiente manera. Una media
de 1.500 viviendas por urbanización, con 2,4 habitantes por vivienda, con una tasa de ocupación
anual del 70 % y un consumo por habitante de 600 litros/día, nos da un total de 0,51 hm3.

25
El debate en torno a los campos de golf y demás impactos socioambientales del
turismo residencial no debiera quedar reducido a la discusión sobre los
recursos hídricos y su procedencia. De las causas que han impulsado el
fenómeno de erradicación de los paisajes tradicionales y su sustitución por
nuevos mitos visuales –el campo de golf siempre verde– y de sus consecuencias
sociales y ambientales hablamos en el siguiente apartado, que comenzamos por
la descripción de la cuarta y última fase del turismo residencial.

Posmodernidad y el Nuevo Turismo Residencial (NTR)

Como señalamos al comienzo de este trabajo, a partir aproximadamente del año


2002 el turismo residencial inicia su cuarta fase de desarrollo en España. Esta
etapa se identifica por la aparición de un nuevo producto, el resort turístico-
residencial que supone un salto en la escala cuantitativa y cualitativa del sector
que podemos conceptualizar como el NTR.
El sector ha inventado un nuevo entorno turístico, exclusivo, privatizado
y centrípeto. Los resorts turísticoresidenciales tienen una estructura cerrada, con
fuertes medidas de seguridad que impiden el acceso a personas no deseadas.
Poseen una importante dotación de Infra estructuras (energía y
depuradoras/desaladoras de agua, autovías y carreteras de acceso) de
financiación pública y/o privada. Con el objeto de satisfacer todas las
demandas de los residentes y alargar la relación clientelar con los propietarios
de las viviendas más allá de la compra de la misma, la empresa promotora
gestiona y proporciona una larga serie de servicios, de salud y atención
hospitalaria, fitness, restauración, centros comerciales, enseñanza, seguridad,
mantenimiento de las casas y jardines, servicio de alquiler de las viviendas, etc.
El objetivo es convertirse en una unidad de ocio residencial privatizada,
autónoma e independiente del territorio en el que se instale. Una nueva burbuja
turística que adapta el concepto del hotel-todoincluido al turismo residencial.
El resort turístico residencial participa de las ocho características que
hemos enunciado para el modelo anterior de macrourbanización con campo de

26
golf pero además orienta el producto a solventar algunos de los deficit propios
del primer turismo residencial (Mazón, 2006) y que han sido mencionados al
comienzo de este artículo. La oferta de golf desestacionaliza la demanda
turística clásica ya que su temporada alta es en primavera y otoño a la vez que
amplía la oferta complementaria. La localización alejada del litoral se justifica
con el argumento de planear políticamente la expansión de los beneficios del
turismo a las zonas de interior y desmasificar la primera línea de costa. Por
último, las empresas desarrollan un complejo sistema de marketing, promoción
y venta, apoyado en las nuevas tecnologías, que solventa la desestructuración
del sector en sus procesos de venta.
En el surgimiento de esta nueva fórmula distinguimos factores de
carácter interno tales como el impulso y crecimiento que el sector obtuvo en la
década anterior, que generó enormes beneficios y que se ve mantenido por una
fuerte demanda extranjera. La propia inercia del sistema impela, como explicó
Schnaiberg (1980), a una continua expansión de la maquinaria de producción y,
por tanto, de venta y consumo. Estos elementos internos se alían con otros de
carácter externo o macrosociológicos y que participan del cambio social que han
experimentado las sociedades avanzadas desde inicios de la década de los
noventa del siglo pasado. En las siguientes páginas, nos detendremos en señalar
tan sólo algunos puntos de ese proceso de transformación social, cuya selección
se justifica por su mayor cercanía a los procesos de producción turístico
residencial y a los efectos socioambientales que ocasiona. Siguiendo esta línea
de reflexión, analizaremos el NTR a partir de los siguientes elementos. En
primer lugar, trataremos el proceso de desaparición del paisaje y su sustitución
por la hiperrealidad de la naturaleza turistizada, mediante el paso previo de
transformación de la tierra en suelo. En segundo lugar, se estudiarán las causas
macrosociológicas que impulsan estos cambios. Entendemos que el NTR es
expresión sociomorfológica de los valores neomaterialistas posmodernos
emanados del riesgo y la incertidumbre propios del macroproceso globalizador
tecnomercantilista en el que nos encontramos. Por último, indagaremos sobre
las consecuencias que puede provocar sobre los paisajes y comunidades de
acogida. Téngase en cuenta que estos desarrollos suponen la configuración de

27
una nueva morfología urbanística que condiciona y moldea los procesos y
fenómenos sociales y ambientales que allí acontecen.
Somos conscientes que dejamos fuera de esta reflexión, por el interés en
centrarnos en los aspectos de transformación socioespacial, elementos centrales
para el NTR como son: 1) Los nuevos y variados modelos de residencialidad y
de movilidad (Hannerz, 1998; Urry, 2000, Iyer, 2000; Timothy, 2004); 2) Las
nuevas formas de interacción social entre una comunidad de acogida
fragmentada (los múltiples anfitriones) y una comunidad de residentes
multicultural (los invitados) o 3) Los flujos de inmigración laboral que levantan
y construyen el entorno turístico (Aledo, 2005).

La desaparición del paisaje

El NTR se construye sobre un espacio “vaciado”, resultado de la erradicación


del paisaje rural y suplantado por un paisaje sin historia. En toda España y,
muy especialmente, en la Comunidad Valenciana y en la Región de Murcia se
ha producido desde 1987 un elevado crecimiento de las superficies artificiales.
Este desarrollo se ha hecho, principalmente, a expensas de las tierras agrícolas
de secano (OSE, 2006b). No obstante, también las zonas ricas de huerta situadas
en valles o cercanas a la costa están siendo amenazadas por la expansión del
urbanismo. En Murcia, en concreto en el Campo de Cartagena y en torno al Mar
Menor se está produciendo una dura competición por el suelo entre una
agricultura bajo plástico que comenzó a desarrollarse en la década de los
ochenta y los actuales desarrollos turísticos residenciales. Como hemos descrito
en otro lugar (Aledo, 1999), la expansión del urbanismo y, en concreto, del
turismo residencial es un potente motor del proceso de artificialización del
suelo que impulsa la expansión de la desertificación. La baja productividad de
las tierras de secano y el descenso de las rentas agrícolas, junto con el proceso
de modernización social acaecido en España en las últimas décadas del siglo
XX, han provocado el abandono del campo. Una vez encontrado suelo
potencial, el siguiente paso es facilitar el acceso de la demanda global mediante
la construcción de las necesarias infraestructuras aéreas y terrestres. Alcanzados

28
este punto, se produce la conversión, mediante la planificación legislativa, de
tierra de cultivo en suelo listo para ser explotado urbanísicamente.
Estas intervenciones conllevan toda una serie de profundos impactos que
ya han sido descritos por la bibliografía especializada (Vera Rebollo, 1992;
Gadner, 1997, Aledo, 1999). Este paisaje vaciado y desposeído de sus
connotaciones ambientales, culturales y sentimentales se sustituye por una
hiperralidad (Eco, 1990), la naturaleza turistizada. Para ello la tierra se
desbroza, se allana, se nivela, se compacta. Se convierte en una superficie plana
destruyendo cualquier cualidad ecológica e histórica anterior, puesto que éstas
no son ya necesarias. Al nuevo espacio hiperreal se le dota de nuevas
cualidades ecológicas artificiales y de nuevos significados culturales. Sobre esta
superficie sin matices y sin historia ya se puede levantar el sueño del promotor.
El nuevo territorio es, definitivamente, un producto de la civilización
turística. Estamos ante lo que McKibben (1990) definió como la muerte de la
naturaleza y Goldsmith (1999) como la producción de una segunda naturaleza;
en este caso turistizada, ya que es un producto del sector turístico-residencial.
Una naturaleza más perfecta que la real donde experimentar los sueños
burgueses de calidad de vida material y máxima seguridad. La simulación que
construye la hiperrealidad del nuevo entorno turístico se hace más “real”,
“auténtica” y “verdadera” (Baudrillard, 1988) al contrastarse con la degradación
que rodean estos enclaves residenciales como consecuencia de la desertificación
o del efecto de la producción agrícola intensiva bajo plásticos. Sólo las moscas
cruzan libremente la frontera que se levanta entre la perfección del escenario
turístico residencial con su campo de golf siempre verde y sus lagunas
interiores de agua reciclada y la degradación paisajística de su backstage.
Las fuerzas que impulsan este proceso de construcción de un nuevo
paisaje hiperreal no se reducen a las ansias de ganancia económica del sector
turístico residencial. Los sociólogos explican los fenómenos sociales haciendo
referencia a otros fenómenos sociales. Entendiendo la expansión del turismo
residencial como un fenómeno social deberemos ampliar la explicación de este
fenómeno mediante variables sociológicas.

29
La sociedad, el tiempo y el espacio de la posmodernidad se caracterizan
por una intensa degradación ambiental de escala global, por la amenaza de
todo tipo de riesgo sociotecnológico y por la incertidumbre y desasosiego
ocasionados por la globalización económica y cultural (Roche 2007). Esta
situación de incertidumbre y fragilidad cotidiana junto con la muerte de las
grandes narrativas del siglo XX y la desaparición de las certezas de la
modernidad han provocado la descomposición y desorientación de la identidad
individual. Los referentes modernos han desaparecido y las personas necesitan
sustituirlos por nuevos puntos cardinales que orienten la definición del yo
social y personal. La globalización propone el consumismo como único
constructor de identidades (Verdú, 2005). El objeto comprado no sólo ofrece
una serie de utilidades prácticas –probablemente esto sea lo menos importante–
sino que otorga unos significados que el comprador pretende incorporar a su
identidad. De esta manera, el mercado proporciona identidades. Dado que el
mercado necesita para su supervivencia estar en continuo crecimiento, los
significados que ofrece tienen que ser obligadamente perecederos, frágiles,
fluidos, evanescentes, lights, para que pronto queden desfasados, sin sentido, y
tengan que ser sustituidos por nuevos productos.
En este proceso de construcción de identidades posmodernas a través del
consumo pocas cosas nos definen tanto como nuestro hogar. La vivienda cobra
una especial relevancia en un mundo dominado por la incertidumbre y el
riesgo. La burbuja doméstica es el lugar donde nos sentimos seguros y también
el significante máximo de lo que queremos ser. El producto del NTR es, ante
todo, un emisor de mensajes. Calidad de vida. Seguridad. Prosperidad. En
definitiva, felicidad vestida de verde y celebrada por la mano constructora del
mercado.
No obstante, estos valores son subvertidos para transformarlos en mera
mercancía. La calidad de vida se reduce al consumo material. La seguridad se
convierte en exclusión. Y la prosperidad se traduce en crecimiento de la riqueza
individual. Como ha advertido el sociólogo Ingolfur Blühdorn (2002), los
valores de la tradición modernista de inclusión social, de promoción de lo
colectivo sobre lo privado, de racionalidad y de desarrollo personal se han visto

30
sustituidos por la exclusión social, la privatización, la eficiencia y el
consumismo. En definitiva, el triunfo del neomaterialismo y el
neoautoritarismo que se expresan en el hiperconsumo y en la búsqueda de la
seguridad total.
En otras palabras, el NTR es la respuesta del sector a las necesidades
posmodernas de seguridad e identidad propias de una sociedad dominada por
los valores neomaterialistas. Así se propicia la producción material y simbólica
de un mundo sustituitorio que oferta la experiencia de una hiperrealidad a
salvo de riesgos. La empresa promotora promete un entorno “seguro, cómodo,
sano y divertido” que otorga mediante sus múltiples propuestas de consumo
nuevas cualidades identitarias a sus clientes. El NTR consigue hacer realidad
estos sueños neomaterialistas y neoautoritarios 1) exportando espacial o
temporal de las externalidades ambientales que origina; 2) construyendo
espacios de alta seguridad y protección; 3) facilitando su acceso global a una
clientela de alto standing; 4) produciendo socioespacios fuertemente segregados;
5) sustituyendo el paisaje por un “escenario turístico”; 6) privatizando el
espacio social; y 7) sustituyendo al estado como agente proveedor por la
empresa promotora. En definitiva, construyendo y organizando un espacio
exclusivo, privatizado, seguro, segregado y artificial.

Corolario

Para finalizar este trabajo, detengámonos un momento en las consecuencias


socioculturales de la desaparición del paisaje y su sustitución por la naturaleza
turistizada. El paisaje es resultado de la interacción histórica entre cultura y
natura. Por ello es productor de significados, de identidades y de pertenencias.
Su erradicación produce dramáticas alteraciones de las estructuras culturales al
desaparecer el espacio visual de referencia, el escenario que dotaba de un
significado propio a los fenómenos que allí acontecían.
En otras palabras, nuestro yo, lo que somos y lo que mostramos
socialmente está construido, en buena parte, de recuerdos. Nuestra memoria
nos aporta unidad, al dotarnos de la necesaria continuidad entre el pasado y el

31
presente. Se ha prestado escasa atención al componente espacial en los
recuerdos. Generalmente es la variable temporal la que se destaca al estudiar el
tema de la memoria; no obstante, nuestros recuerdos se enmarcan siempre en
un paisaje, un paisaje cultural o si prefieren un paisaje psicológico, pero
siempre hay un contexto que ofrece un escenario sobre el que suceden y se
reproducen los episodios que recordamos. El paisaje tiene un efecto sentimental
sobre nosotros porque lo integramos a través de los recuerdos y pasa a formar
parte de nuestro yo (Durán, 1998). Tal vez sea ésta la razón por la que nos
inquietan tanto las rápidas transformaciones que el proceso de modernización
ha ocasionado sobre nuestros paisajes. La transformación o desaparición de los
paisajes de nuestra infancia destruye esos escenarios en los que se desarrollan
nuestros recuerdos, nos quita la continuidad física y nos produce inseguridad.
Los seres humanos establecemos una fuerte relación con los escenarios
naturales en los que crecimos, en los que se desarrollaron las etapas básicas de
nuestro período formativo. La destrucción del ecosistema, la desaparición de
bosques, montañas, valles o playas y la aparición en su lugar de urbanizaciones,
carreteras, presas u hoteles nos afecta profundamente, porque con ellos
desaparecen, también, una parte importante de lo que nos daba significado, de
lo que nos definía y de lo que fuimos. Construir nuevos paisajes sentimentales
en urbanizaciones con campos de golf, con códigos urbanísticos nuevos o
desconocidos no es una tarea fácil e incrementa la sensación de discontinuidad
y fragilidad característica de la vida posmoderna.

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36
Claroscuros del turismo residencial en Centroamérica
Ernest Cañada

En Centroamérica el turismo se ha convertido de forma acelerada en un


importante eje de acumulación económica. A pesar de su ralentización desde
finales del año 2008 como consecuencia de la crisis económica internacional,
que también afectó a la región y a este sector en particular, en la última década
la industria turística centroamericana ha registrado una tasa promedio de
crecimiento del 10% (ICEFI, 2008: 40). Los datos de llegadas de turistas y divisas
generadas en los últimos años muestran una progresión generalizada en toda la
región.
Otros indicadores económicos de la literatura económica tradicional, y
que tomamos con todas las prevenciones que la crítica de la economía ecológica
ha señalado sobre ellos, “muestran” también el peso significativo del turismo en
todos los países de Centroamérica entre los años 2003 y 2008, en lo que se
refiere a su aporte al Producto Interior Bruto (PIB), al empleo y a la exportación.
Igualmente es significativo el crecimiento generalizado que experimenta el PIB
turístico.
Esta evolución del sector forma parte de un cambio económico
estructural. De la agroexportación tradicional, de hace tres décadas, basada en
el algodón, el banano, el azúcar, el café y la carne, principalmente, se ha pasado
a un modelo de inserción en la economía internacional más complejo, con
predominio de las remesas, la exportación de productos agrícolas tradicionales
y no tradicionales, la maquila y el turismo. Los datos comparativos entre 1978 y
2006 de las divisas que han entrado en el área por sectores y países, dan cuenta
de las dimensiones del cambio experimentado. A pesar de sus respectivas
particularidades, es evidente que el turismo tiene un peso significativo en todos

37
los países del área, y que esta actividad juega un rol relevante en su patrón de
inserción económica internacional.
La transformación económica experimentada ha tenido implicaciones
territoriales y de movilidad poblacional, dentro y fuera de Centroamérica, muy
profundas. El desarrollo intensivo de cada uno de estos sectores se ha
concentrado en áreas particulares, desplazando a otras actividades y
movilizando mano de obra con determinadas características de unos lugares a
otros, de acuerdo con sus necesidades específicas. Esto ha reconfigurado los
patrones de asentamiento poblacional en la región. Los espacios costeros, por
ejemplo, que tradicionalmente habían tenido poco valor económico y escasa
población, a través del turismo han visto cómo incrementaban los precios del
suelo y la llegada masiva de nuevos pobladores, tanto trabajadores asociados a
la construcción y el turismo, como nuevos residentes. A su vez, parte de la
población local encuentra mayores dificultades para llevar a cabo actividades
tradicionales como la pesca artesanal, o el acceso a las playas.
Por otra parte, un modelo de desarrollo de estas características no puede
entenderse sin tener en cuenta la profunda transformación del sector
agropecuario, en la que sobresale la crisis de la economía campesina, dedicada a
la producción de alimentos para los mercados locales y nacionales, debido a la
progresiva caída de los precios internacionales de determinados productos
alimentarios, la liberalización y desprotección de los mercados locales, la
invasión en sus mercados de productos extranjeros subsidiados y el creciente
control de las grandes cadenas de supermercados, en especial Wal-Mart. Parte
de la mano de obra “expulsada” del campo nutre ahora la maquila, la
construcción, la agricultura industrial intensiva o los servicios turísticos. La que
no es absorbida por estas nuevas actividades trata de sobrevivir aún en el
campo, o malvive en los suburbios de las grandes áreas urbanas.
Sin embargo, esta forma de especialización turística en determinados
territorios de la región comparte muchas de las características del modelo
agroexportador tradicional. Por una parte, es un desarrollo económico
controlado esencialmente desde el exterior (aunque de forma creciente algunos
grandes grupos empresariales regionales hayan adquirido un mayor peso). Esto

38
ha implicado que las principales ganancias en la cadena de valor de la actividad
turística se concentren en las empresas transnacionales con sede en los países
ricos, quedando en manos locales actividades con menores márgenes de
beneficio, vinculadas a la atención del turista en el lugar de destino. El
desplazamiento de la agroexportación por el turismo no ha cambiado en el
fondo la posición periférica de la economía centroamericana. Las similitudes
entre estos modelos de especialización económico-territorial no terminan ahí.
Ambos coinciden también en una dinámica cíclica de explotación productiva.
Estos ciclos siguen la siguiente evolución: 1) inicia la actividad (agropecuaria o
turística), 2) desplaza las actividades anteriores y a parte de su población, 3)
hasta que agota y degrada los recursos y el territorio que permiten su
explotación, y 4) se traslada hacia otros territorios donde continuar la
acumulación de capital.

2. Características del modelo turístico

Los gobiernos centroamericanos consideraron desde principios de los años


noventa que el turismo era un sector estratégico, y se comprometieron con una
“integración turística regional, que permita unir nuestros recursos, voluntades
y esfuerzos, a fin de proyectar ante el mundo la imagen y ventajas de ofrecer un
destino turístico regional único", tal como asumieron en la Declaración de
Montelimar, firmada durante la XVIII Reunión de Presidentes Centroamericanos
reunidos en el Hotel Barceló-Montelimar, Nicaragua, el 9 de mayo de 1996. De
este modo impulsaron la promoción intrarregional, la comercialización de
paquetes turísticos, la creación de legislación y políticas e incentivos a la
inversión extranjera y la cooperación con el sector privado (Gómez, 2008).
A pesar de los cambios políticos que se han producido en algunos
gobiernos de países de la región, esto no se ha traducido en una reorientación
profunda de las políticas turísticas. Con mayor o menor intensidad continúan
predominando las políticas orientadas a atraer la inversión y el turismo
extranjero. De hecho, existe un significativo contraste entre el volumen de
turistas nacionales, centroamericanos e incluso nacionales residentes en otros

39
países, con el escaso peso de políticas públicas que tengan como centro de
atención a este segmento (PRISMA, 2009). Hasta la fecha la política pública en
materia turística no ha priorizado suficientemente la proximidad y la
potencialidad de un desarrollo endógeno, aunque en los últimos años se han
elaborado algunas políticas de reconocimiento y valoración del turismo rural, y
parcialmente del turismo comunitario, en países como Costa Rica o Nicaragua,
principalmente, que podrían ser la base para un cambio de modelo.5
A consecuencia, en parte, de la situación de inestabilidad política y
violencia que vivió la región durante los años ochenta, la evolución de la
actividad turística en Centroamérica fue más lenta que la de otras regiones
cercanas como El Caribe o el sur de México. No fue hasta finales de los años
noventa que el área empezó a crecer fuertemente en su conjunto, aunque países
como Costa Rica o Panamá iniciaran antes su despegue. A pesar de que el
crecimiento ha sido generalizado en toda la región, existen aún grandes
diferencias en las estructuras turísticas de cada uno de los países. En términos
generales, su desarrollo se ha realizado bajo el liderazgo y predominio
estratégico de grandes capitales, extranjeros en un principio aunque
posteriormente se suman otros de origen regional. En algunos lugares
predomina una oferta de pequeñas y medianas empresas propiedad de

5 Entre estas iniciativas de reconocimiento del turismo rural y/o turismo rural comunitario,
destacan los avances alcanzados en Costa Rica y Nicaragua. En Costa Rica, fruto de la labor de
incidencia política de las redes de organizaciones comunitarias (ACTUAR y COPRENA) y su
alianza con organizaciones civiles de carácter técnico (ACEPESA), se ha logrado la declaración
del turismo rural comunitario como el cuarto macro producto a desarrollar y promocionar; la
incorporación del turismo rural comunitario en el Plan Nacional de Desarrollo Turístico 2002-
2010 del Instituto Costarricense de Turismo (ICT); la incorporación de los productos del turismo
rural comunitario en la acciones de promoción de la imagen de país al mercado nacional
principalmente; la aprobación del Decreto No.33536-MP-TUR que declara de Interés Publico el
Turismo Rural Comunitario, publicado el 17 de enero del 2007, y suscrito por el Ministerio de
Turismo, el Ministerio de la Presidencia de la República y el Sr. Presidente de la Republica; la
aprobación del Decreto de Posadas Rurales No. 34717 – MEIC-TUR, cuyo principal aporte es
que elimina el obstáculo de las 10 habitaciones para obtener declaratoria turística y se reduce su
número a 3; la consecución de Póliza de Responsabilidad Civil Colectiva por parte del Instituto
Nacional de Seguros para las comunidades que desarrollan productos turísticos (Cañada,
2009b). En Nicaragua las autoridades del Instituto de Turismo (INTUR) en estos dos últimos
años han reconocido y firmado convenios de colaboración con las principales organizaciones de
turismo comunitario (FENACOOP, RENITURAL y FENIAGRO); han impulsado una política de
turismo rural sostenible que incluye la realización de diagnósticos turísticos, construcción y
mejoramiento de la infraestructura turística, promoción y comercialización; ha iniciado un
proyecto de Fincas Agroturísticas, que fomenta el apoyo a iniciativas locales; ha promovido el
turismo nacional a través de los canales de televisión nacionales. También destaca en este
mismo sentido los apoyos brindados a distintos balnearios de carácter popular.

40
población extranjera residente en la zona, muchas veces en diversas formas de
competencia con el empresariado local. Aun así también se halla un amplio
tejido de pequeñas y medianas empresas locales e iniciativas comunitarias, que
han sido un fuerte factor de desarrollo. Ejemplos como La Fortuna (Costa Rica),
Catarina (Nicaragua), Ruta de Paz en Morazán (El Salvador) o las decenas de
iniciativas comunitarias muestran la potencialidad de otro modelo de desarrollo
turístico, menos concentrado y dependiente de grandes capitales, y que
garantiza una mayor redistribución de la riqueza, reduciendo la pobreza y la
desigualdad social (Román, 2006).6
La evolución particular del turismo en Centroamérica ha dado como
resultado una estructura empresarial diversificada, y la coexistencia de
múltiples formas de desarrollo turístico que algunos autores caracterizan en
tres modelos diferenciados: a) un modelo “segregado”, manejado por las
grandes empresas transnacionales; b) un modelo de “integración relativa”, que
toma parcialmente en cuenta a las poblaciones e iniciativas empresariales
locales; c) y un modelo “integrado”, gestionado por pequeñas empresas, donde
prevalecen los intereses familiares y comunitarios (Cordero, 2006: 73-76). Desde
nuestra perspectiva, y de modo contrario a corrientes teóricas vinculadas al
“pro-poor tourism” y sus aplicaciones a través de diversas iniciativas de
cooperación, como las de la OMT a través de su Programa ST-EP, o los
proyectos de “negocios inclusivos” del Servicio Holandés para el Desarrollo
(SNV), a medida que el desarrollo turístico liderado por grandes capitales
amplía su radio de influencia y aumenta su penetración en el territorio, la
convivencia entre estos distintos modelos turísticos se vuelve más complicada.
La hegemonía de los grandes capitales reduce las posibilidades de negocio de la
mediana y pequeña empresa local o comunitaria, y conlleva el cierre de
espacios para el desarrollo de un modelo turístico de base endógena.

6 El objeto de este artículo no es analizar en detalle las características de este modelo de


desarrollo turístico alternativo basado en el pequeño y mediano empresario local e iniciativas
comunitarias, por lo que no vamos a profundizar en él. Nuestro interés se centra en este
momento en los impactos y conflictos generados por el modelo turístico dominante, base para el
análisis de una propuesta turística de carácter endógeno, que es motivo de siguientes trabajos
en curso.

41
3. Una creciente residencialización turística

La oferta turística de Centroamérica con presencia de fuertes inversiones de


capital, está centralizada básicamente en la costa, en ciudades coloniales y
algunos destinos vinculados al patrimonio natural, arqueológico y cultural.
Sobresale la red de ciudades coloniales que conecta el sur de México, desde
Oaxaca, Puebla y San Cristóbal de las Casas, con toda Centroamérica, a través
de Ciudad Antigua, Comayagua, Suchitoto, León y Granada, entre las más
destacadas. En buena parte de estas ciudades ha habido una fuerte inversión
pública (sobre todo a través de la cooperación internacional) que ha posibilitado
la llegada de nuevos inversionistas privados. En casos particulares, como San
Salvador, se ha promovido un turismo de congresos y convenciones, siempre
vinculado a grandes cadenas hoteleras internacionales. La creciente llegada de
cruceros a las costas del Pacífico es otra de las formas que está tomando el
desarrollo turístico en la zona.
Sin embargo, en los últimos años el grueso de la inversión turística se ha
concentrado en las costas, tanto en el mar como en lagos y lagunas, en
actividades vinculadas a una oferta de “sol y playa”. Esta inversión empezó en
hoteles de cadenas transnacionales que operaron bajo un esquema “todo
incluido”, y en diversas iniciativas particulares de complejos hotelero-
residenciales. Sin que estos modelos hayan desaparecido totalmente7, la forma
de inversión que ha tomado últimamente mayor relevancia, siguiendo los
mismos patrones de la industria turística a nivel internacional (CEPAL, 2008),
son los grandes emprendimientos integrados que concentran en extensos
territorios privatizados hoteles, complejos inmobiliarios, múltiples servicios de
entretenimiento (campos de golf, marinas, servicios de salud y ocio) en
entornos fuertemente vigilados y exclusivos. Este modelo turístico-residencial
coincide en sus características con lo que Antonio Aledo, para el caso español,
denomina como Nuevo Turismo Residencial, cuyo objetivo es desarrollar “una

7 Una muestra de que el modelo de grandes hoteles “todo incluido” no ha terminado en la


región lo constituye la reciente apertura, a finales de octubre de 2009, del Hotel RIU en la playa
de Matapalo, en Guanacaste, con 6 pisos de altura y 701 habitaciones a escasos metros del mar
(Hosteltur, 30/10/2009).

42
unidad de ocio residencial privatizada, autónoma e independiente del territorio
en el que se instale. Una nueva burbuja turística que adapta el concepto del
hotel todo-incluido al turismo residencial” (Aledo, 2008: 107-108).
Estos cambios son también reflejo de la profunda transformación que se
ha producido en la industria turística en los últimos años. Las cadenas hoteleras
transnacionales (que junto con las líneas aéreas y los operadores turísticos
constituyen las grandes empresas del sector) se concentran cada vez más en la
gestión y administración de hoteles que, aunque llevan su marca, no
necesariamente son de su propiedad. A través de los contratos de gestión, o
management contract, se está consolidando la tendencia a la separación entre la
propiedad de los terrenos, edificios e infraestructuras de los hoteles y su
gestión. Este modelo permite a las empresas con una posición e imagen
consolidada exportar su marca gestionando hoteles que no necesitan adquirir.
De este modo logran ampliar los hoteles que funcionan bajo su marca sin
necesidad de invertir para hacerse con la propiedad de los inmuebles, y sin que
sus activos se deprecien significativamente. Gracias al desarrollo de nuevas
formas de gestión las cadenas hoteleras establecen diversos mecanismos de
control sobre las operaciones del hotel (alianzas estratégicas, franquicias,
contratos de gestión, contratos de arrendamiento) (Buades, 2006: 50-58; Jiménez,
2008 y 2009). Por otra parte, el acceso a distintas formas de financiación, como
los Fondos de Inversión Inmobiliaria (Real Estate Investment Trusts – REIT), han
permitido el despegue de las grandes cadenas como agentes internacionales de
globalización. Esto ha conferido un peso creciente de las empresas
inmobiliarias, constructoras e instituciones financieras en el sector.

En todo este proceso de expansión turística en Centroamérica destaca


especialmente el fuerte auge que ha tenido el segmento de turismo residencial,
en sus diversas modalidades, en municipios costeros de Panamá, Costa Rica,
Nicaragua y, más recientemente, de El Salvador. En el caso de Costa Rica la
inversión turístico-residencial en sus costas del Pacífico, en las provincias de
Guanacaste y Puntarenas, ha tenido un agudo incremento desde el año 2003,
cuando el volumen de la inversión inmobiliaria superó a la turística, tomando

43
dimensiones masivas hasta llegar a puntos de saturación y acentuación de los
problemas ambientales en ciertas áreas (Román, 2007).
Como en otros países en los que se ha desarrollado intensamente esta
modalidad (España, México o República Dominicana), su principal actividad,
más que la atracción de turistas y la venta de servicios, ha sido “producir suelo
urbano, construir viviendas y venderlas” (Aledo, 2008). De hecho, en muchos
municipios de las costas del Pacífico se ha vivido una intensa labor de
lotificación y creación de suelo urbanizable, lo cual ha permitido la construcción
de alojamientos privados de segunda residencia en diversas modalidades de
gestión. La especulación con el precio del suelo está en la base de este negocio.
Una de las particularidades de la trayectoria del turismo residencial en
Centroamérica en comparación con la de otros destinos turísticos maduros, es
que se inició sin que existieran previamente un desarrollo turístico masivo
articulado y con una estructura de servicios e infraestructuras más avanzado.
Esto ha permitido considerar que en la región se estaría produciendo cierto
“traslape de etapas” o “una llegada temprana del turismo residencial” (Román,
2008). También en España, especialmente en la costa mediterránea y en
particular en la Costa Blanca, muchos territorios transitaron directamente de un
uso agrario a suelo urbanizable, estructurando corredores urbanos
interconectados. Sin embargo en Centroamérica la dimensión de esta transición
parece generar un mayor impacto, tomando en cuenta la debilidad del
empresariado turístico local y la práctica ausencia previa de una hotelería
consolidada. El recorrido de la actividad turística parece que en Centroamérica
se está acortando mucho antes que en España o México, por ejemplo, lo cual
limita el impacto económico positivo que pudiera tener esta actividad en
términos de generación de empleo, distribución de renta, dinamización de la
economía local, etc.
A pesar de la intensa actividad de construcción que se ha producido en
algunos municipios de la región, especialmente en Costa Rica y Panamá, otra de
las características de este tipo de actividad es que su desarrollo en muchas
ocasiones también se ha limitado a operaciones de carácter especulativo. Por
ejemplo, según datos aportados por Raúl Calvet, presidente del Bufete de

44
Inversiones Calvet & Asociados, actualmente existen en Nicaragua “2.000
unidades en el mercado entre todos los proyectos de desarrollo de turismo
residencial y no más de un 6% construido”, lo cual pone en evidencia que hasta
el momento ha primado más la dinámica especulativa que, propiamente, la de
desarrollo inmobiliario (El Observador Económico, 18/12/2009). Esto no parece
ser un fenómeno aislado. La investigación en curso desarrollada por Antonio
Aledo en el nordeste de Brasil apunta que, como en áreas de Centroamérica, el
objetivo último de esta nueva fase del turismo residencial ya no es la
construcción y venta de viviendas, si no la pura especulación del suelo al que se
le aumenta de valor gracias a diversos procesos que requieren escasa inversión:
adquisición de determinados permisos de construcción, construcción de
algunas infraestructuras y, sobre todo, publicidad.

4. ¿Qué posibilitó el crecimiento turístico?

El impulso de este modelo turístico en Centroamérica obedece a diversas


razones interrelacionadas, además de la voluntad ya señalada de los gobiernos
de la región por atraer la inversión de capitales extranjeros. La propia dinámica
de la economía capitalista en esta última etapa y la ubicación geoestratégica de
Centroamérica son factores clave.
La opción de las empresas transnacionales de invertir en Centroamérica
tiene que ver, en primer lugar, con la búsqueda de condiciones favorables para
maximizar sus beneficios. Priorizan “entornos institucionales con el mínimo de
exigencias tributarias, sociales o ambientales, es decir marcos desregulatorios”
(Blàzquez, Cañada, Gascón, 2009). Por su parte, los diferentes estados compiten
por mejorar lo que denominan eufemísticamente su “clima de competitividad”,
lo que en realidad significa ofrecer “entornos institucionales menos exigentes:
con medio ambiente contaminable; recursos naturales sobreexplotables; tierras,
agua y ecosistemas enajenables; población subcontratable; estatalización de los
gastos de infraestructura; exenciones fiscales” (Blazquez, en prensa).8

8A menudo se alude a la importancia de las políticas de incentivo fiscal aplicadas en todos los
países de la región para atraer la inversión extranjera. Este tipo de políticas ha supuesto una

45
Además de estos procesos locales, la liberalización del comercio de
servicios a través de los acuerdos de libre acceso y trato igualitario para
servicios turísticos a nivel internacional, suscrito en el marco del Acuerdo
General sobre el Comercio y los Servicios de la Organización Mundial del
Comercio (OMC) en el año 2000, propició un marco institucional de seguridad
para la inversión extranjera que facilitó esta expansión internacional (Gascón,
2009), y consecuentemente también en Centroamérica.
Por otra parte, gracias a la financiarización de la economía capitalista en su
último período, antes de la crisis internacional de 2008, hubo una enorme
capacidad de movilización de capitales entre distintas partes del planeta y en
diversos sectores, entre ellos y de un modo destacado el turismo y la
construcción. Este proceso desplazó el poder de los estados en beneficio de las
grandes corporaciones empresariales, aunque paralelamente se haya mantenido
un potente intervencionismo público para hacer frente a las fallas provocadas
por las dinámicas especulativo-financieras que conlleva el modelo. En un
primer momento la economía especulativo-financiera concentró su atención en
las empresas de la tecnología de la información. Su colapso en la primavera del
año 2000 hizo que se desplazaran hacia la economía hipotecario-inmobiliaria
hasta su estallido durante el mes de agosto de 2007. Durante este período la
construcción de viviendas y mega-proyectos urbanos (infraestructuras,
equipamientos, complejos turístico-residenciales) fue una de las principales vías
de expansión y reproducción del capital (Murray & Blàzquez, 2009).
Centroamérica no escapó a este “tsunami urbanizador” (Fernández Durán,
2006), aunque su proceso de expansión se vio detenido muy inicialmente en
comparación con otros territorios a consecuencia de la crisis.

reducción de los ingresos que los Estados han dejado de percibir como consecuencia de
tratamientos fiscales de carácter particular. Sin embargo, “la evidencia empírica internacional
no es concluyente en cuanto a la efectividad de los incentivos fiscales para atraer inversión”. Es
más, “a pesar de la gran atención asignada al establecimiento de incentivos en la región,
utilizando información de los países del istmo, Panamá, y República Dominicana, muestran que
los incentivos fiscales no son los principales determinantes de inversión extranjera en la región”
(ICEFI, 2007: 42-43). Habría que considerar este factor dentro de un amplio marco institucional
de medidas desregulatorias favorables a la inversión empresarial, más que un factor
directamente determinante.

46
Las posibilidades de financiamiento del sector se han visto también
favorecidas a través de otras vías. El turismo y la construcción se han
beneficiado muy directamente del blanqueo de dinero procedente del fraude
fiscal y la economía criminal (narcotráfico, prostitución, juego). Capitales de
origen ilícito depositados en paraísos fiscales han sido la base de financiamiento
de no pocos emprendimientos turístico-residenciales construidos en los últimos
años en la región (Buades, 2006; Cañada, 2009; Pantojas, 2009). Por otra parte
también ha habido cierta capacidad para movilizar capitales locales que se han
reubicado buscando mayores beneficios. Uno de los casos más destacados es el
de la venta de los bancos salvadoreños de capital nacional a grupos extranjeros
entre los años 2005 y 2007, que puso en circulación una gran cantidad de dinero
para ser invertido en otras actividades (Baires, 2007).
Otros factores que han condicionado el desarrollo de este modelo
turístico, están en la ubicación geoestratégica de Centroamérica y en la
necesidad del capital por reproducirse de forma constante. Entre ellos destaca la
demanda de viviendas de segunda residencia por parte de la generación del
baby-boom9 de los EEUU y Canadá, que encontró en Centroamérica viviendas
más baratas que en su país, facilidades para obtener créditos y la posibilidad de
desplazarse relativamente rápido, con viajes en avión de menos de dos o tres
horas desde su lugar de origen. Además Centroamérica se encuentra próxima a
destinos turísticos muy activos, como El Caribe (que según datos de la OMT
concentra un 2.2% de las llegadas de turistas internacionales en el mundo, a lo
que habría que sumar las llegadas al caribe mexicano, con polos tan dinámicos
como Cancún y la Riviera Maya, frente al 0.9% de Centroamérica). Desde esas
plataformas ya consolidadas y cada vez más masificadas, el capital busca
extenderse hacia otros lugares de la región que ofrezcan una oferta más
“novedosa” y “atractiva”. Este desarrollo espacio-temporal conlleva la
construcción constante de nuevos enclaves, en una sucesión de “periferias”
turísticas (Gormsen, 1997).

9Se conoce como baby-boom al extraordinario aumento del número de niños nacidos vivos que
se produjo tras la Segunda Guerra Mundial, entre 1946 y 1964, en algunos países, como Estados
Unidos, Canadá, Australia y el Reino Unido.

47
El comportamiento de estos destinos turísticos sigue una lógica repetida
en múltiples casos, en una forma bastante parecida a la planteada por Butler
(1980) en su estudio clásico sobre el Ciclo del Destino Turístico (Tourism Area
Life Cicle TALC). En primer lugar el turismo “descubre” un determinado
territorio relativamente virgen desde la perspectiva de esa industria, e
inmediatamente inician las primeras actividades de aventura, naturaleza,
convivencia, descubrimiento, para después dar paso progresivamente a una
explotación comercial masiva. Tiempo después el destino se masifica, pierde su
novedad y empieza a degradarse. Llegados a este punto el lugar se reconvierte
y reinventa o entra en una fase de decadencia. Paralelamente el capital empieza
a fugarse hacia otros destinos “por descubrir”. En el caso centroamericano, la
proximidad con México y El Caribe e, internamente, a Panamá y Costa Rica
(mucho más desarrollados que el resto de la región y con signos de saturación
en determinados territorios), estimula que se esté produciendo un fenómeno de
estas características. Además la relativa cercanía a los EEUU y Canadá facilitan
su impulso como polo de atracción turística.
En definitiva, lo que ha estado ocurriendo en los últimos años en
Centroamérica con el turismo tiene mucho que ver con la lógica del capitalismo
que persigue ampliar los espacios en los que invertir y reproducir el capital.
Esta dinámica conlleva la necesidad constante de extender los procesos de
urbanización en todo el mundo (Harvey, 2007). La creciente urbanización de las
costas del Pacífico de Centroamérica forma claramente parte de esta dinámica.

5. Y en esto llegó la crisis

La evolución reciente del turismo en Centroamérica se ha visto afectada por


crisis económica internacional. Su naturaleza no parece ser muy diferente a la
de otras crisis cíclicas del capitalismo, aunque en este caso su profundidad ha
estado originada por la convergencia de múltiples crisis (alimentaria, financiera,
energética y climática) que han redimensionado sus impactos. En el caso del
sector turístico, distintas evidencias muestran un retroceso en el volumen global
de actividad. Sin embargo, los niveles de impacto son aún difíciles de valorar,

48
sobre todo porque el sector sigue estando muy invisibilizado. De momento, los
medios de comunicación no reportan noticias de grandes quiebras o cierres
empresariales (a excepción del sector inmobiliario, base del turismo residencial,
y el más afectado hasta el momento), aunque sí parece claro que se están
produciendo cambios en el sector.
Desde principios del año 2009, la Organización Mundial del Turismo
(OMT) reconoció que el turismo había caído un 7.7% entre los meses de enero y
febrero a nivel internacional. Esta reducción se inició ya en el segundo semestre
del 2008 y continuó posteriormente.10 El crecimiento general del turismo en un
2% para el 2008 “se debió a los buenos resultados logrados durante los primeros
meses y es más bien reflejo de la situación antes del colapso en los mercados
financieros”. Y por lo tanto la OMT preveía que durante el 2009 el turismo
“continúe el brusco descenso de llegadas turísticas” (Revista de la OMT, 1/2009).
En este sentido, el mismo organismo auguraba que “el año 2008 aparecerá en
los libros de historia como un año turbulento y de contrastes” porque “el
crecimiento de las llegadas de turistas internacionales ha disminuido
drásticamente en todo el mundo, influido por una economía internacional
extraordinariamente volátil y desfavorable” (Barómetro de la OMT de Turismo
Mundial, vol. 7, núm. 1, enero de 2009). Estos datos fueron confirmados
posteriormente: las llegadas de turistas internacionales en el mundo
disminuyeron un 7% y los ingresos derivados se contrajeron en términos reales
entre un 9% y un 10% durante el primer semestre de 2009 (Barómetro de la OMT
de Turismo Mundial, vol. 7, núm. 3, octubre de 2009).
Si bien no parece que en Centroamérica el impacto haya sido tan agudo
como en otras regiones, existen evidencias crecientes de la reducción de la
actividad turística. De hecho, la dependencia de la economía centroamericana a
la de EEUU ha condicionado fuertemente sus posibilidades de recuperación. En
noviembre de 2009 el Consejo Monetario Centroamericano (CMC), integrado
por los presidentes de los bancos estatales de los países de región, concluyó
durante su reunión en San Salvador que la mejoría de la economía

Conferencia de prensa de Taleb Rifai, Secretario General en funciones de la OMT, el 11 de


10

mayo de 2009 en Madrid (Fuente: AFP).

49
centroamericana seguía dependiendo de los avances que hicieran los EEUU
(Notimex, 21/11/2009). En el mismo sentido, un informe del Fondo Monetario
Internacional presentado en el mes de octubre de 2009 en Sao Paulo, Brasil,
preveía que los países con mayor subordinación a las remesas y el turismo,
como Centroamérica, tardarían más en recuperarse de la crisis por su estrecha
vinculación con los EEUU (La Nación, 26/10/2009).
En el caso de Costa Rica, principal destino turístico de la región, esta
reducción en el volumen de turistas ha sido especialmente significativa. Según
Alberto López, director ejecutivo de la Cámara de Turismo de Costa Rica
(CANATUR), entre enero y marzo de 2009 se habría producido un descenso del
12,55% en las entradas de turistas en comparación con el mismo trimestre el año
anterior. Esto significa la llegada de setenta mil turistas menos de los previstos.
El Plan Nacional de Desarrollo Turístico Sostenible (2002-2012) anunciaba para
este año un incremento del 6%, “pero con los datos que se tienen de momento,
lo que se proyecta más bien es un decrecimiento del -12%, lo que sumado al 6%
que debíamos crecer, la diferencia entre lo proyectado y lo que se pronostica
crecer al finalizar el año es cerca de un -18%” (Boletín CANATUR, 16/04/2009).
Finalmente, al terminar el año 2009, Costa Rica redujo en un 9% los ingresos de
turistas extranjeros, pasando de 2.045.000 en 2008 a 1.863.000. El aeropuerto de
Liberia, en Guanacaste, fue el que más resistió esta disminución (La Nación,
20/12/2009).

La misma Cámara de Turismo realizó una encuesta entre el 16 y el 22 de marzo


de 2009 a 52 hoteles, líneas aéreas, agencias de tours y de alquiler de vehículos
cuyos resultados ponían en evidencia que el 42% de los encuestados reconocía
haber reducido personal para hacer frente a la crisis, que afectó sobre todo a las
agencias de viajes y los hoteles (Associated Press, 26/03/2009).
A nivel regional y a medida que avanzaba el año las dimensiones de la
crisis ya no dejaban lugar a dudas. Según apreciaciones de Óscar Núñez,
periodista de AFP:
“El flujo de turistas hacia Centroamérica creció de forma variable pero
significativa en los últimos 5 años, pero entre enero y julio de 2009 llegaron a la
región 5.9 millones de viajeros, 600.000 menos que en igual periodo de 2008,

50
debido principalmente a la crisis financiera global y la pandemia de gripe A
(H1N1), a lo que se sumó el golpe de Estado en Honduras. En divisas, el
retroceso en la cifra de turistas ha representado una caída importante para
varios países: alrededor del 30% para El Salvador, 15 a 20% para Costa Rica y
7.2% para Guatemala. Caso aparte y excepcional es el de Nicaragua, país que no
sólo mantuvo el nivel de la actividad, sino que los organismos oficiales
proyectan un crecimiento de 30% en su industria turística para 2009, pasando
de 157,5 a 205,3 millones de dólares. Sin embargo, estas proyecciones oficiales
no concuerdan con informes de la prensa local que reflejan la situación crítica
que enfrentan proyectos vacacionales en varias regiones del país por falta de
clientela, algunos a punto de cerrar.[11] De Honduras sólo se conocen cifras de
los primeros meses del año, pero en este país a los factores generales de
contracción del turismo se suma la crisis política desatada por el golpe de
Estado del pasado 28 de junio, que ha llevado la actividad a una depresión
profunda” (Caribean News Digital, 23/11/2009).

Además de la reducción de divisas y turistas, se ha producido una caída


significativa de la inversión turístico-residencial, siguiendo la propia dinámica
internacional. La actividad constructiva sufrió una significativa desaceleración,
con una reducción del 30% de las solicitudes para nuevas construcciones entre
enero y marzo de 2009 en comparación con el mismo período en el año anterior,
según datos proporcionados por el Colegio Federado de Ingenieros y
Arquitectos (El Financiero, 14/03/2009). En base a estimaciones de la Cámara
Costarricense de la Construcción durante el año 2009 la inversión en
construcción se contrajo un 16%, afectando especialmente a la que estaba
vinculada al turismo, “ante los problemas financieros en Estados Unidos, de
donde proceden la mayor parte de los capitales que se invierten en bienes
inmuebles en Costa Rica” (Caribbean News Digital, 18/11/2009)
Por otra parte, durante el primer cuatrimestre del año 2009 el volumen
de transacciones de hoteles a nivel internacional cayó hasta 1,9 billones de
dólares, marcando su nivel más bajo desde el primer cuatrimestre del año 2002
(Hotels – The Magazine of the Global Hotel Industry, 05/05/2009). Según un
informe de Jones Lang LaSalle Hotels, la inversión hotelera ha disminuido en

11Un ejemplo de esta situación lo encontramos en el artículo “Tour operadoras cerraron el 2009
con una caída del 20%” (publicado en La Prensa el 06/01/2010), en el que se recogen las
declaraciones de Sandra Zamora, presidenta de la Asociación Nicaragüense de Tour
Operadoras (ANTUR), que agrupa a 34 empresas, señalando una reducción del 20% en sus
ventas. Este contraste con los datos recogidos por el INTUR, que señala que en 2009 hubo un
incremento del 8% en el número de turistas, es interpretado considerando que este aumento
responde a la llegada de turistas tipo “mochileros”, que no demandan “hoteles, tour-operadoras
y restaurantes”. Sin duda esta contradicción en los datos requiere una explicación más
elaborada.

51
todo el mundo (especialmente entre los grupos de Oriente Medio) y “para lo
que queda de año, los volúmenes de inversión continuarán siendo poco
significativos, cerrando 2009 muy por debajo de los volúmenes registrados en
2008”. Según los responsables del estudio “será muy difícil que se vuelvan a
alcanzar los niveles de 2007, cuando en tan sólo un trimestre, el primero del
año, la inversión hotelera alcanzó un volumen de 8.600 millones de euros”
(Hosteltur, 06/05/2009). En el mismo sentido, otro estudio realizado por The
Lodging Industry Investment Council (LIIC), coordinado por Mike Cahill,
planteaba que la inversión hotelera continuaría cayendo y que el valor de los
bienes inmuebles seguiría bajando. Según el mismo estudio, la gran mayoría de
los inversionistas consideraban que los negocios no habían salido bien y que los
bienes adquiridos durante los años 2006, 2007 y 2008 habían perdido valor, y las
ganancias previstas no cumplían con las expectativas previas (Hotels – The
Magazine of the Global Hotel Industry, 07/05/2009).
Esta dinámica internacional se ha vivido también en Centroamérica,
donde se desaceleró la compra-venta de tierra y la inversión turística e
inmobiliaria. El modelo pre-venta (vía Internet) que fue tan usado hace dos
años, ha caído. De hecho, tal como señala un informe de la CEPAL, “entre los
rubros de IED [Inversión Extranjera Directa] más afectados estarán el sector
inmobiliario, en particular el relacionado con turismo y construcción de
vivienda de las llamadas segundas casas para extranjeros, (…) ante la menor
demanda internacional, y en particular de Estados Unidos” (CEPAL, 2009: 26).
Esto está obligando a reducir los proyectos, rediseñarlos y redimensionarlos. En
Nicaragua, según Raúl Calvet, presidente del bufete Calvet & Asociados, “el
turismo residencial se encuentra bastante deprimido, sobre todo al compararlo
con los niveles del 2006 ó 2007. (…) Casi todos los proyectos han disminuido
sus ventas a un mínimo y algunos no están vendiendo nada desde hace 6 ó 7
meses. (…) Los cierres [de contratos] han disminuido en casi un 60%” (El
Observador Económico, 18/12/2009). En el caso de Costa Rica, su ministro de
Comercio Exterior, Marco Vinicio Ruiz, anunció en septiembre de 2009 la
previsión de una disminución del 30% de la Inversión Extranjera Directa (IED),
señalando que afectaría principalmente al sector inmobiliario y turístico

52
(Caribbean News Digital, 21/09/2009). Pero a pesar de esta contracción, la
actividad no se ha paralizado totalmente.12 Y de hecho, al finalizar el año los
niveles de inversión no cayeron tanto como se esperaba debido a algunos
proyectos de grandes dimensiones, entre ellos varias marinas en las costas del
Pacífico, que ya estaban en curso cuando empezó la crisis (El Financiero,
18/10/2009).
Como consecuencia de la crisis el comportamiento de los turistas parece
que está cambiando y adaptándose al nuevo contexto: llegan menos turistas,
reducen sus días de estadía y gastan menos. Según una encuesta realizada entre
turistas norteamericanos en octubre de 2008 por Travel Industry Association
(TIA) e Ypartnership, el 76% declaró que reservaría un paquete vacacional para
ahorrar dinero y el 75% que gastaría menos en conjunto. El estudio mostraba
cuáles serían los medios de ahorro que utilizarán los norteamericanos: gastar
menos en comida y entretenimiento (73%), disminuir el tiempo de estancia
(67%) y utilizar Internet para buscar y comparar las mejores tarifas (58%)
(Hosteltur, 10/11/2008). De este modo, la variable precio se ha vuelto
fundamental (Barómetro OMT, vol. 7, núm. 1, enero de 2009). Datos del consumo
de los turistas extranjeros en Costa Rica durante el año 2009 muestran
claramente esta tendencia. El gasto promedio del visitante pasó de 1.040 dólares
en 10 días a 855 dólares en 9,5 días, según el Instituto Costarricense de Turismo
(ICT), la Cámara Nacional de Turismo (CANATUR) y la Cámara Costarricense
de Hoteles (CCH) (La Nación, 26/10/2009).
Estos cambios estarían favoreciendo los paquetes “todo incluido”
ofrecidos por las grandes cadenas hoteleras (Newsweek, Edición Internacional,
02/05/2009), frente a los pequeños hoteles locales. La reducción de gastos

12Seguimos tomando como ejemplo el caso de Costa Rica. Según informa CANATUR entre
enero y abril de 2009 se anunciaron las siguientes nuevas inversiones: Cadena Fashion Hotels
(origen austríaco) anuncia la construcción de dos hoteles (en Talamanca y Manuel Antonio
Quipos) con la inversión de 25 millones de dólares; DayStar Properties anuncia la construcción
de un grupo de condominios en playa Jacó, Cantón Garabito, Puntarenas; Wyndham Hotels
and Resorts construye el Jade Condo Hotel Residences & Beach Club; Arquidea Developers (de
origen costarricense) construye Puerto Azul, un complejo turístico de 165 millones en las
instalaciones del Hotel Colonial en Puntarenas; el Grupo Rica Costa (de origen costarricense)
construye el Wyndham Jacó Beach, un condominio-hotel en playa Jacó, Garabito, Puntarenas;
Intercontinental Hotels Group (origen estadounidense) construye el Hotel Índigo Forum Costa
Rica en Santa Ana, San José, con una inversión de 12 millones de dólares.

53
extras, como por ejemplo la compra de artesanías o el acceso a restaurantes,
estaría afectando mayormente al pequeño y mediano empresariado local. Un
ejemplo en este sentido es el del Mercado de Artesanías La Casona, en el centro
de San José, Costa Rica, donde se ha sentido fuertemente esta caída en el
consumo de los turistas extranjeros (La Nación, 26/10/2009).

6. Fortalecimiento de la concentración empresarial

El gran impacto generado por la crisis económica internacional radica en que la


disponibilidad de capital que ha tenido el sector en los últimos años, vinculado
especialmente a fondos especulativos y de paraísos fiscales, se ha reducido
significativamente. La difícil coyuntura económica y las limitaciones en el
acceso a crédito pueden llevar a una situación complicada a muchas empresas.
En función de la profundidad y duración de la crisis, las grandes empresas,
mucho mejor preparadas para resistirla que las medianas, pueden ser
favorecidas por las dificultades de ésas, potenciando así una tendencia de fondo
hacia la concentración empresarial (Revista Hosteltur, enero de 2010). En este
sentido, Simón Pedro Barceló, co-presidente del Grupo Barceló y hombre fuerte
de una las cadenas hoteleras españolas con más proyección internacional, decía
en una entrevista en abril de 2009 que no se esperan grandes cambios en el
sector como consecuencia de la crisis, aunque preveían que se redujeran las
inversiones y que se reforzara el proceso de concentración empresarial: “la
caída del turismo provocará una mayor concentración del sector hotelero; las
compañías medianas de 15 ó 20 hoteles y propiedad individual van a tener
serias dificultades y se verán obligadas a mirar hacia las grandes cadenas, que
serán la alternativa más atractiva porque aseguran una mayor capacidad de
distribución”(Expansión, 14/04/2009).
El proceso de concentración de capital y fortalecimiento estratégico de las
grandes cadenas hoteleras de carácter transnacional, tal como apuntan las
tendencias tanto en este sector como en otros, puede ser importante para la
región. Empresas más grandes e internacionalizadas van a tener mayor
capacidad para instalarse o expandirse en Centroamérica. Tanto la hotelería

54
norteamericana como la española vienen siguiendo procesos de concentración e
internacionalización muy activos (Buades, 2006). De hecho “las principales
cadenas hoteleras a nivel mundial están viendo en América Latina una salida
rentable a la crisis que sufren actualmente las economías europea y
estadounidense” (Hosteltur, 03/10/2008). Y Centroamérica no escapa a esta
dinámica y atrae la inversión hotelera de “numerosas cadenas hoteleras
renombradas” (Hosteltur, 02/11/2009 y 16/06/2009).
Esta trayectoria no es exclusiva del capital extranjero. El capital
centroamericano, siguiendo una evolución iniciada años atrás, tiende a
aumentar sus dimensiones y a regionalizarse. Esta dinámica se vio favorecida
por el proceso de integración regional que se inició a principios de los años
noventa. Los grupos económicos nacidos en la región ya no tienen su base de
acumulación en la agroexportación tradicional, como hace décadas, sino en
otros sectores más dinámicos (las finanzas, el transporte, la maquila y otras
actividades industriales, el turismo, la construcción, la agroindustria y el
comercio) y consideran que su espacio natural de acumulación es el mercado
centroamericano. Hoy estos grupos se encuentran altamente diversificados e
interrelacionados y desarrollan sus actividades a nivel regional (Segovia, 2005).

Cuadro: Grupos empresariales centroamericanos en los sectores turístico e inmobiliario

Grupo Propiedad País de origen


AGRISAL Familia Meza Ayau El Salvador
De Sola Familia De Sola El Salvador
Poma Familia Poma El Salvador
Simán Familia Simán El Salvador
TACA familia Kriete El Salvador
Cervecería Centroamericana Familia Castillo Guatemala
La Fragua Familia Paíz Guatemala
Pantaleón Familia Herrera Guatemala
CRESSIDA Familia Facussé Honduras
Motta Familia Motta Panamá
BANISTMO Familias Ballarino y Lewis Galindo Panamá
Pacific Familia Hollman Nicaragua
Grupo Pellas Familia Pellas Nicaragua
Fuente: Segovia, 2005: 535-539.

Uno de los ejemplos más destacados es el del Grupo Pellas, de Nicaragua, un


conglomerado empresarial con actividades vinculadas a la banca, azúcar, ron,
etanol, medios de comunicación, seguros, cítricos, atención de la salud,

55
concesionarios de automóviles y recientemente turismo. El Grupo, consciente
que “la crisis financiera se convertido en una oportunidad”, según declara en su
página Web, ha invertido en la construcción de tres grandes proyectos turístico-
residenciales en alianza con otros capitales de la región en Nicaragua, Costa
Rica y Panamá. Su estrategia de expansión regional se concretó con la creación
en el año 2005 de Pellas Development Group (PDG), “una unidad especializada
en inversiones de desarrollo turístico y bienes raíces a lo largo de
Centroamérica en conjunto con otros importantes grupos económicos
centroamericanos”.13

Esta estrategia empresarial ha logrado beneficiarse además de la cooperación


internacional a través de un proyecto financiado por la Embajada de Holanda
en Nicaragua y gestionado por el Centro Empresarial Pellas, con el
acompañamiento técnico del Servicio Holandés para el Desarrollo (SNV). El
proyecto está dotado de tres millones setecientos mil dólares, de los cuales la
cooperación holandesa aporta tres millones doscientos cincuenta mil y el resto
el mismo Grupo Pellas. Esta intervención está dirigida a las MIPYMES de una
de las áreas de mayor desarrollo turístico de Nicaragua, el triángulo
comprendido entre San Juan del Sur, Granada y Ometepe (La Prensa,
28/11/2009). Según los empresarios locales organizados en la CANTUR de San
Juan del Sur, gracias al proyecto el Grupo Pellas fortalece su penetración en
estos destinos turísticos, en los cuales ya tiene presencia o prevé tenerla o
ampliarla, se dota de mano de obra capacitada según sus necesidades, apoya
iniciativas empresariales aliada o que le pueden servir para complementar su
oferta y, eventualmente, arrincona a otras iniciativas con las que no le interesa
trabajar.

13 En Nicaragua el Grupo Pellas desarrolla el proyecto Guacalito de la Isla, en el municipio de


Tola, un mega-ressort con una inversión prevista de 350 millones de dólares en diez años, que
incluirá hoteles, residencias, campos de golf en un área de 513 hectáreas y más de seis
kilómetros de línea de playa. En Costa Rica, y en alianza con los grupos Durman y Garnier,
impulsan el proyecto Santa Elena Preserve, en Guanacaste, frontera con Nicaragua, en una
extensión de 1.500 hectáreas aproximadamente. El proyecto prevé la construcción de hoteles y
residencias y en la actualidad se encuentra en fase preparatoria, esperando iniciar en el año
2011. Y en Panamá impulsan el proyecto Santa María Golf and Country Club, en Ciudad de
Panamá, en alianza con los grupos Motta y Vallarino con una extensión de 283 hectáreas
destinadas a casas urbanas y campos de golf. Fuente: http://pellasdevelopment.com/es/

56
Este proyecto no es un hecho aislado, si no que más bien apunta a una
tendencia creciente en la que el capital logra atraer fondos de cooperación con la
“excusa” de fortalecer a las pequeñas y medianas empresas locales. Un ejemplo
similar lo encontramos en el proyecto “Gestión de un destino turístico en el
clúster norte del área cuatro Balam en Petén, Guatemala”, financiado por el BID
y gestionado por FUNDESA, una fundación formada por empresarios de
algunas de las principales firmas de Guatemala. El proyecto prevé beneficiar a
más de trescientas micro, pequeñas y medianas empresas de servicio, con fuerte
presencia de organizaciones comunitarias.14 Iniciativas de estas características,
en el fondo, generan mejores condiciones para la actuación de estos grandes
grupos empresariales, optimizando estratégicamente su posición de dominio.

En resumen, la hipótesis que estamos planteando es que hay una tendencia de


fondo en la industria turística, a nivel internacional, que avanza hacia la
concentración y el fortalecimiento de las posiciones de dominio estratégico por
parte de los grandes capitales, y que la crisis puede estar ayudando a acelerar.
Sin embargo aún es pronto para afirmar esto con rotundidad a partir de las
evidencias disponibles. La situación actual es aún demasiado contradictoria. La
crisis y la reducción de la dinámica inversionista y de penetración de capital
transnacional en la región puede ser positiva en la medida que ha reducido el
ritmo de la inversión turístico-inmobiliaria, y su ocupación del territorio y los
recursos naturales. Sin embargo, la extensión y agravamiento de la crisis podría
favorecer el proceso de concentración empresarial y dar pie a un escenario
futuro mucho más complicado para los pequeños y medianos empresarios
locales y, en definitiva, para la calidad de los sistemas democráticos, tomando
en cuenta su capacidad de imposición sobre las autoridades públicas.

7. Consecuencias del modelo turístico

14Puede verse mayor detalle del proyecto en la Página Web de FUNDESA:


http://www.fundesa.org.gt/es

57
El modelo turístico que a pesar de su ralentización en este último período se
está imponiendo en Centroamérica, dominado por los intereses de grandes
capitales, ha comportado graves consecuencias en distintos ámbitos. Los más
destacados son: 1) Privatización y elitización del territorio; 2) Afectaciones al
medio ambiente; 3) Precarización del empleo y las condiciones de vida de los
trabajadores y trabajadoras; 4) Acentuación del deterioro democrático; 5)
Competencia creciente entre modelos de desarrollo turístico. Veámoslos en
detalle:

a) Privatización y elitización del territorio. El proceso de desarrollo turístico se


ha concentrado territorialmente en las costas, algunas ciudades coloniales y, en
menor medida, en determinados parajes de naturaleza. En el caso de las
ciudades coloniales, su conversión en un sistema urbano de “oasis turísticos” ha
generado una dinámica de elitización y exclusión. Muchas de ellas han contado
con apoyos significativos de la cooperación internacional para la recuperación
del patrimonio arquitectónico-cultural de carácter colonial, en especial de la
Cooperación Española. La revalorización de los inmuebles por la mejora del
ambiente urbano ha estimulado la inversión turístico-inmobiliaria que, a su vez,
ha conducido a una concentración de viviendas y negocios en manos
extranjeras o del capital nacional, desplazando hacia la periferia a la población
local.
En el caso de las áreas rurales en las costas, la dinámica de exclusión,
privatización y elitización tiene lugar, si cabe, con mayor profundidad. El
desarrollo turístico-residencial a través de grandes mega-proyectos, a los que
acompañan todo tipo de servicios y actividades de ocio, y proyectos
inmobiliarios, ha ido acompañado de una fuerte presión por la tierra y el agua
que en muchos casos son propiedad campesina, indígena y/o de carácter
colectivo en múltiples formas. Las dinámicas especulativas de los precios del
suelo han acabado favoreciendo el traspaso de la propiedad de la tierra de los
actores locales a inversionistas. La evolución del precio de la tierra en el
municipio costero de Tola, en Nicaragua, que pasó de 300 dólares la manzana
(0,7 hectáreas) a mediados de los años noventa, a los 280.000 dólares en la

58
actualidad, es un ejemplo dramático de esta nueva dinámica (Bonilla & Mortd,
2008). Por otra parte, la presión empresarial por mejorar las garantías de su
inversión y el uso privado de recursos públicos es permanente. La Ley de Costas
de Nicaragua, aprobada en junio de 2009, es un ejemplo de la capacidad de
incidencia política del capital a favor de los procesos de privatización de los
bienes y el derecho público del Estado.
La compra de tierras por parte de la inversión turístico-residencial en
Centroamérica está conectada con una dinámica de creciente presión por las
tierras que se produce en diversas partes de África, Asia, América Latina y
Europa Oriental. Como consecuencia de los cambios experimentados en los
últimos años en los precios de determinados bienes y servicios (agro-
combustibles, recursos forestales, urbanización, recursos mineros y energéticos
y turismo) el interés del capital corporativo (y en algunos rubros de los estados)
por el acaparamiento de tierras y su explotación directa aumenta (GRAIN, 2008;
Merlet & Jamart, 2009). Para las poblaciones rurales este nuevo ciclo de
inversión corporativa supone una grave amenaza de desposesión de la tierra.
Esta concentración de la propiedad de la tierra en manos de los
inversionistas turístico-residenciales ha comportado también una importante
transformación en los usos del territorio, desplazando a la población originaria
y a las actividades tradicionales agropecuarias y pesqueras, principales medios
de vida de las comunidades locales. La expansión turístico-residencial
incrementa la elitización del espacio, privilegiando a nuevos residentes con
mayor poder adquisitivo, “que pueden acceder a la propiedad y al uso del
suelo y de los recursos naturales, desentendiéndose o marginando a la
población vernácula” (Blàzquez, Cañada, Gascón, 2009). A medida que avanza
este proceso de ocupación de los territorios costeros, como en zonas de
Guanacaste, se va articulando un nuevo sistema urbano de carácter excluyente.
Uno de los factores más sensibles es el acceso a agua potable con el que
abastecer estas nuevas residencias, hoteles, campos de golf. La escasez de agua
en muchas de estas zonas ha comportado el interés de los inversionistas por
trasladarla de otras partes, a costa de las necesidades de la población local.

59
El proceso de privatización del territorio y los recursos naturales debe
entenderse como parte de la lógica de “acumulación por desposesión” descrita
por David Harvey (2004; 2007). Atendiendo al carácter dual de la acumulación
de capital, dentro de formas producción puramente capitalistas, por una parte,
y en relación con formas de producción no capitalistas, por otra, Harvey
considera que estos mecanismos de “acumulación primaria” descritos por Karl
Marx se mantienen a lo largo de toda la historia del capitalismo y son la clave
de su ampliación espacial a lo largo de todo el planeta. Dentro de los
mecanismos de acumulación por desposesión descritos (mercantilización de la
naturaleza y bienes comunes, privatización de lo público, etc.), la urbanización
y turistización de amplios territorios costeros funcionan dentro de un esquema
de apropiación y privatización de recursos y territorios que aún conservaban un
carácter de “bien común” en distintos grados y particularidades.

b) Afectaciones al medio ambiente. El mito del turismo como “industria sin


chimeneas” es totalmente falso. El acelerado proceso de desarrollo turístico en
Centroamérica ha comportado, como en otros destinos turísticos en distintas
partes del mundo, la destrucción de manglares y humedales; la contaminación
del agua; la acumulación de residuos sólidos; la privatización de recursos
naturales como las playas o el agua; movimientos de tierra y destrucción de
cerros para creación de terrazas; destrucción y/o fragmentación de los bosques;
la artificialización del paisaje; la presión y amenaza a la reservas naturales; la
acumulación de hierro y cemento. La extensión y consolidación de este modelo
de desarrollo turístico en Centroamérica amenaza gravemente la conservación
de su medio ambiente.
El impacto de turismo sobre el medio ambiente, de hecho, incrementa la
vulnerabilidad de la región frente al Cambio Climático, considerada
conjuntamente con El Caribe, la segunda región con mayor riesgo. Según
GermanWatch entre los diez países que han sido más vulnerables frente al
cambio climático entre 1990 y 2008 se encuentran dos países centroamericanos:
Honduras (3) y Nicaragua (8) (Buades, 2010).

60
c) Precarización del empleo y las condiciones de vida de los trabajadores y
trabajadoras. El empleo generado en la construcción y los servicios vinculados
a los nuevos usos turístico-residenciales del territorio ha ido acompañado de
destrucción de empleo en sectores tradicionales, como las actividades
agropecuarias o la pesca. La conversión de la tierra para fines agropecuarios en
suelo urbanizable no ha derivado siempre en la construcción de viviendas,
primando en algunas zonas una dinámica meramente especulativa. Esto quiere
decir que esta pérdida de fuentes de trabajo no se ha traducido necesariamente
en empleo en la construcción. En aquellos lugares donde sí se ha llegado a
construir, el empleo generado termina una vez acaba la obra prevista, con lo
que el ciclo de vida de este nuevo tipo de actividad es de muy corto alcance, a
diferencia de la agricultura, la ganadería o la pesca, que se reproduce año tras
año.
Por otra parte, en estos nuevos empleos las condiciones laborales son
especialmente precarias: bajos salarios; temporalidad en la ocupación;
inseguridad contractual; indefensión de trabajadores y trabajadoras (campañas
antisindicales, sindicatos pro-patronales, represión y coerción,…); recurso a
mano de obra inmigrante en condiciones de ilegalidad; elevada siniestralidad
laboral (especialmente en la construcción); concentración de empleo local en los
puestos de trabajo de las categorías más bajas (Iglesias, 2008). Además, el
empleo generado en los servicios turísticos se encuentra altamente feminizado y
reproduce condiciones de discriminación por razones de género. Las
principales ocupaciones de las mujeres responden a actividades vinculadas a un
rol doméstico (aseadoras, cocineras, meseras, lavanderas, planchadoras,
mucamas, camareras, etc.) o, también como parte de un imaginario de tareas
femeninas, asociadas a la atención al público (recepcionistas, vendedoras) y a la
administración (secretarias, cajeras). Estas ocupaciones corresponden
generalmente a las categorías más bajas y peor remuneradas (Torres, 2009: 24-
27).
Asimismo, las condiciones de vida de esta población trabajadora son
especialmente vulnerables y se ven marcadas por la pobreza, los hábitats
insalubres, la degradación social (delincuencia, alcoholismo y drogadicción,

61
prostitución), el incremento del coste de la vida, la falta de recursos e
infraestructuras adecuadas a las necesidades de la población, el desarraigo.

d) Acentuación del deterioro democrático. El creciente peso del turismo


conlleva importantes efectos en el funcionamiento del sistema democrático,
limitando su calidad. Las políticas de atracción de la inversión extranjera
reorientan el gasto público para “mejorar las condiciones de competitividad”, o
sea, para favorecer la llegada de capital, en competencia con otros países de la
región, invirtiendo en la mejora de infraestructuras; facilidades fiscales;
capacitación de personal; promoción y publicidad; etc. De este modo, con
dinero público que podría dedicarse a otras prioridades que respondieran a las
necesidades de la mayoría de la población, se facilitan los negocios privados.
Por otra parte, estos sectores empresariales presionan sobre las autoridades
públicas para conseguir tratos de favor, estimulando así la corrupción. La
actuación de los grandes inversionistas es realizada con total falta de
transparencia y capacidad de control legal por parte de las autoridades públicas
donde desarrollan su actuación.
La lógica del capital en su dinámica de “acumulación por desposesión”
implica una forma de hacer política en la que prevalecen los intereses de unos
pocos que logran imponerse sobre los intereses y necesidades de la mayoría,
limitando de este modo la democracia. En el caso español, uno de los
principales exponentes de este modelo de residencialización turística, el proceso
de urbanización y turistización de las costas ha acabado en un reguero de
escándalos judiciales, detenciones y encarcelamientos de autoridades públicas y
empresarios, que son la punta del “iceberg” del largo deterioro del
funcionamiento del sistema democrático en un gran número de sus municipios.
Cuando por parte de las autoridades públicas en un determinado país
hay voluntad firme de controlar y regular las actividades de las grandes
inversiones turísticas, distintos factores externos dificultan su labor. La gran
mayoría de grandes cadenas hoteleras y empresas inmobiliarias tienen
domiciliadas compañías paralelas en paraísos fiscales, lo que hace casi
imposible reseguir sus cuentas reales. Por otra parte, con la firma ya

62
mencionada del Acuerdo General sobre el Comercio y los Servicios (GATS, por
sus siglas en inglés) en la Organización Mundial del Comercio (OMC), se creó
un marco regulador totalmente favorable a las grandes empresas
transnacionales (Equations, 2007).

e) Competencia creciente entre modelos de desarrollo turístico. El crecimiento


del modelo turístico dominante reduce las posibilidades de desarrollo de otras
formas de desarrollo turístico de carácter endógeno, basadas en el pequeño y
mediano empresario local y las iniciativas comunitarias. La capacidad de
incidencia política del gran capital limita la posibilidad de reorientar los fondos
públicos hacia otros destinos, lo cual deja estos recursos en unas dimensiones
muy limitadas, cuando no testimoniales. En el mismo sentido, la gran empresa
empieza a ser destinataria de los fondos de la cooperación internacional, con la
consiguiente mengua de los recursos que llegan a los actores locales, dentro de
la lógica de las nuevas corrientes en el pensamiento sobre el desarrollo basadas
en el “pro-poor tourism”, los “negocios inclusivos” y la “responsabilidad social
corporativa”. Finalmente cabe destacar cómo la misma dinámica de expansión
empresarial conlleva la ocupación de territorios y destinos turísticos nuevos,
que desplazan a los empresarios locales de los lugares que han empezado a
posicionar en el mercado turístico. Cada vez resulta más evidente la difícil
coexistencia de estos dos modelos turísticos y la creciente amenaza de uno
sobre el otro.
Todos estos impactos van a agravarse en la medida en que el desarrollo
turístico en Centroamérica siga dominando el actual modelo hegemónico. Cabe
la posibilidad, sin embargo, que a medio plazo las expectativas depositadas en
torno a este modelo turístico-residencial se vean interrumpidas, y no lleguen a
tener la respuesta esperada por parte del mercado. Esta es una alternativa
plausible tomando en cuenta las dimensiones de la crisis económica
internacional, en particular en EEUU, y las limitaciones en el acceso a
financiamiento. Pero también debe considerarse la creciente competencia entre
distintos destinos relativamente cercanos a Centroamérica, que están ofreciendo
un mismo modelo de desarrollo turístico-residencial: El Caribe (especialmente

63
República Dominicana), México (tanto en la zona de Baja California como en
Quintana Roo) y Brasil (especialmente en la zona nordeste). A esto habría que
añadir la propia competencia interna entre distintos destinos dentro de la
misma región. Si el fracaso de este modelo acaba ocurriendo, entonces se
deberán tomar en cuenta los impactos que habrá supuesto su proceso de
preparación (expulsión de población, especulación con las tierras, preparación
de terrenos, construcción, acumulación de residuos, degradación ambiental,
etc.), con evidentes dificultades para dar marcha atrás.

8. Un nuevo escenario de conflictividad

El turismo, como cualquier otra actividad que genera beneficios, se convierte en


un espacio de conflicto social. Un recurso sobre el que los distintos sectores
sociales implicados no sólo no tienen los mismos intereses, sino que muchas
veces presentan posiciones opuestas (Cañada & Gascón, 2006). El fuerte
protagonismo de la actividad turística en Centroamérica ha comportado graves
impactos sociales, ambientales, económicos, políticos y culturales. Como
resultado el turismo ha dado pie a un nuevo escenario de conflictividad,
asociado a múltiples causas entre las que destacan: 1) conflictos por la
resistencia de las comunidades rurales a la desposesión de recursos naturales y
territorios; 2) conflictos por reacción de la sociedad civil y autoridades locales
ante los abusos y excesos del desarrollo turístico-inmobiliario; 3) conflictos
inter-empresariales por contraposición de intereses en la explotación de sus
negocios; 4) conflictos por la adecuación del marco normativo regulador de las
políticas de turismo; 5) conflictos por la reacción de los trabajadores ante la
precariedad de las condiciones de trabajo. A continuación se describen en
mayor detalle: 15

15 La relación de conflictos que se presenta a continuación no tiene una pretensión de


exhaustividad. Su presentación en este artículo ayuda a ilustrar una propuesta de tipología de
los conflictos que se están desarrollando en Centroamérica vinculados a la expansión turístico-
residencial. El análisis de estos conflictos con mayor detalle es motivo de otro trabajo en curso.

64
Primero: Conflictos por la resistencia de las comunidades rurales ante la
desposesión de sus recursos naturales y territorios. Las comunidades rurales
en determinados territorios han tratado de resistir o reducir los alcances de los
procesos de usurpación de los recursos naturales (tierra y agua principalmente,
y en menor medida, aun, bosques), y al desplazamiento y elitización de sus
territorios, enmarcados en los procesos de “acumulación por desposesión”
(Harvey, 2004; Bellet, 2007; Smith, 2002). Esta desposesión se produce por
múltiples vías, que van de las dinámicas especulativas y la compra-venta a los
procesos de expropiación. El problema no se limita a la pérdida de
determinados recursos, sino que este proceso de desposesión supone también
una profunda desestructuración de la territorialidad de las comunidades
rurales y su sustitución por otra lógica de ocupación y articulación del
territorio. Estas resistencias pueden ser enmarcadas dentro del concepto de
“movimientos de justicia ambiental” (Martínez Alier, 2009).
Algunos de estos conflictos están motivados por el intento de los
negocios turístico-residenciales por acaparar tierra en la que desarrollar sus
actividades (o, a veces, tan sólo para especular con el valor del suelo), e
implican el desplazamiento de la población local. Son conflictos como el que
mantienen las organizaciones comunitarias de Petén vinculadas a la Asociación
de Comunidades Forestales de Petén (ACOFOP), concesionarias de áreas
forestales, con el Proyecto Turístico de “El Mirador”, en la Reserva de la
Biósfera Maya impulsado desde el año 2.000 por el arqueólogo norteamericano
Richard Hansen. Este proyecto, que ha contado con apoyo público y privado
pretende convertir la zona en el mayor centro turístico de Guatemala, en base a
vestigios de la civilización maya en un área de mayores dimensiones que Tikal,
también en Petén. Este proyecto supondría revertir las concesiones
comunitarias del bosque, medio de vida de la población local, que hasta la fecha
ha logrado resistir y paralizar su inicio (Monterroso, 2006; 2007; 2010). O el
conflicto que sostienen las organizaciones garífunas vinculadas a la
Organización Fraternal Negra de Honduras (OFRANEH) en la Bahía de Tela,
Departamento de Atlántida en Honduras, con el proyecto de iniciativa público-
privada y apoyo del BID conocido como “Los Micos Beach Resort”. La

65
iniciativa, que hasta el momento se encuentra en fase de construcción y
acondicionamiento de infraestructuras básicas para su desarrollo, contempla la
construcción de cuatro hoteles de grandes cadenas internacionales (como
Hilton, que ya ha manifestado su interés), 256 villas residenciales, un campo de
golf de 18 hoyos, un club hípico, una marina y un centro comercial. El
desarrollo de este proyecto tiene graves consecuencias ambientales,
especialmente en los humedales, medio de vida de muchos habitantes de las
comunidades garífunas de la zona, y los ecosistemas costeros y marinos. Su
desarrollo amenaza los medios de vida y la integridad territorial y cultural de la
población garífuna, y supone su desplazamiento de la zona que
tradicionalmente han habitado (Viehweider, 2007).
Dentro de esta misma lógica se encuentran muchos de los conflictos que
desde hace años se viven en las costas del municipio de Tola, en el
Departamento de Rivas, Nicaragua. La zona ha sufrido una fuerte especulación
con el valor de las tierras, en un contexto de enorme incertidumbre e
inseguridad en los títulos de propiedad. Cooperativas campesinas y
comunidades indígenas han protagonizado múltiples tomas de tierra como
reacción a los intentos de ser desplazados (Bonilla & Mortd, 2008; 2010). La
misma amenaza se cierne sobre campesinos salvadoreños instalados desde hace
más de cuarenta años en los terrenos costeros de Boca Poza, en el
Departamento de La Libertad. La empresa Legal Consul, en representación de la
familia Guirola, una de las 14 familias más ricas e históricamente influyentes de
El Salvador, asegura disponer de los títulos de propiedad de aquellos terrenos y
trata de desalojar a las familias campesinas que ocupan el lugar.16 Menos suerte
tuvo la Cooperativa Los Pinos, ubicada a orillas del Lago Coatepeque, en el
Departamento de Santa Ana, también en El Salvador. Formada durante la
Reforma Agraria, esta cooperativa cafetalera disponía de tierras a orillas de un
lago que tradicionalmente ha sido lugar de segunda residencia de los ricos del
país. A pesar de disponer de los correspondientes títulos de propiedad sobre su

16Información procedente del reportaje “Boca Poza: bajo la amenaza del desalojo”, realizado
por Mariona Ortiz (Alba Sud, El Salvador, 2009, 12 minutos).

66
finca, en el año 2008 una empresa inmobiliaria ocupó parte de ella para ampliar
la construcción de un nuevo complejo residencial.17
Es también el caso de la lucha de los vecinos de las islas del Golfo de
Nicoya, como Chira, Venada y Caballo, en Costa Rica. Desde el año 2006 la
gente del lugar, en buena parte dedicada a las actividades pesqueras, han
tenido que hacer frente a las amenazas de desalojo de las autoridades públicas e
inversionistas, ante la voluntad de privatizar terrenos que la Ley de Zona
Marítimo Terrestre (ZMT) reserva como propiedad del Estado. Este conflicto
forma parte de una política sistemática en numerosos municipios de desalojo y
desplazamiento de poblaciones costeras, en beneficio de la inversión turística
que ha llevado a la constitución de un “Frente Nacional de Comunidades
Costeras Amenazadas por Políticas y Políticos del Exterminio”. Esta plataforma
agrupa a más de una veintena de comunidades costeras, en lucha por la defensa
de sus territorios y medios de vida, que toma como bandera la defensa de la
Ley de Territorios Costeros Comunitarios, aún en discusión. Reflejo de esta
fuerte situación de conflicto es también la carta pastoral firmada el 2 de agosto
de 2009 por los obispos de las diócesis de San Isidro del General, Puntarenas y
Tilarán-Liberia, La Iglesia entre las gentes del mar, en la que afirman que “nuestras
instituciones estatales han privilegiado un desarrollo turístico e inmobiliario
por encima de las comunidades que tradicionalmente han vivido en las costas.
Por ello nos vemos en la obligación de ofrecer una palabra de esperanza a
quienes todavía, a pesar de la marea política, jurídica, económica y social en su
contra, han hecho de esta antiquísima ocupación el principal sustento de sus
familias” (Adital, 06/08/2010).
Además de la tierra, el otro gran recurso que han tratado de acaparar las
iniciativas turístico-residenciales es el agua. El control de los recursos acuíferos
se ha convertido en un factor de conflicto fundamental entre comunidades
rurales e inversionistas. Uno de los casos más paradigmáticos fue la respuesta
de más de quince comunidades del municipio de Lorena de Santa Cruz,
Guanacaste, Costa Rica, frente a los intento del Hotel Meliá Conchal,

17
Información procedente de entrevistas con miembros de la Cooperativa Los Pinos, durante la
realización del reportaje “Defender la tierra. La Reforma Agraria en El Salvador: una historia
inacabada”, realizado por Mariona Ortiz (Alba Sud, El Salvador, 2009, 34 minutos).

67
posteriormente Reserva Conchal, de hacerse con el control del acuífero del Río
Ninboyores, principal fuente de agua en la zona, para abastecer las necesidades
de sus instalaciones. Gracias a la respuesta de las comunidades durante más de
tres años de lucha, y apoyadas por distintas organizaciones sociales y la Iglesia
Católica, en el año 2005 se logró paralizar hasta el momento el proyecto.
También en Guanacaste, el conflicto por el agua del acuífero El Sardinal
ilustra la importancia estratégica del control de este recurso. Ahí un grupo de
empresarios con apoyo del Estado trató de construir un acueducto para llevar
agua a sus proyectos en Playa del Coco y Playa Hermosa, sin cumplir con la ley
y en contra de la voluntad de los vecinos de la zona. En enero de 2009 la Sala
Constitucional confirmó que la construcción del acueducto violaría los derechos
de los habitantes de la zona. La dimensión que tomaron los conflictos por el
agua en Costa Rica entre finales de 2008 y principios de 2009 fue de tal
magnitud que Naciones Unidas, a través de su Consejo de Derechos Humanos,
mandó un misión y emitió un informe (Naciones Unidas, 2009) en el que
instaba “al Gobierno a adoptar todas las medidas apropiadas para asegurar la
participación eficaz de las comunidades afectadas en la vigilancia de la
aplicación de ese proyecto, con miras a asegurar la gestión y utilización
sostenibles del acuífero de Sardinal.”
En otros casos el origen del conflicto no ha estado centrado en el intento
de acaparamiento de un determinado recurso por parte de inversionistas, si no
en el hecho de que los nuevos desarrollos turístico-residenciales pudieran
impedir el paso y acceso a lugares a los que la población local acudía, ya fuera
con fines productivos o de ocio, como las playas. Este es el caso del conflicto
protagonizado en 2007 por la Asociación Amigos del Mar en San Juan del Sur,
Departamento de Rivas, Nicaragua. La Asociación estaba formada por
campesinos y pescadores de diversas comunidades de San Juan del Sur.
Cansados del cierre de los caminos que les impedían el acceso a las playas,
realizaron varias protestas masivas rompiendo y abriendo las barreras que les
impedían la circulación y el acceso a las playas por caminos tradicionales. El
hecho que la asociación hubiera estado apoyada por el ex – alcalde y ex –
diputado sandinista y cónsul de Nicaragua en Liberia en aquel momento,

68
Gerardo Miranda, quien había protagonizado diversos episodios controvertidos
en la política nacional, provocó una fuerte polémica pública y desde los medios
se acusó a sus integrantes de estar al servicio de éste y de otros intereses
ocultos, desviando así la atención sobre el problema planteado en torno a la
inaccesibilidad de las costas.
Situaciones similares se han vivido en el Proyecto Turístico Golfo de
Papagayo, en Guanacaste. El proyecto, con una extensión aproximada de mil
hectáreas y 14 playas, propiedad del Estado, fue concesionado a varios
empresarios para que desarrollaran diversos negocios (aunque algunos después
de diez años aún no han hecho nada). El bloqueo al acceso a las playas públicas
en las partes que se han desarrollado ha provocado diversos choques y
conflictos con los pobladores de las comunidades cercanas, tal como ha
denunciado repetidas veces Confraternidad Guanacasteca, una organización
ecologista muy activa en la zona.
Más recientemente, y como un ejemplo más de los muchos que
podríamos citar, la misma Confraternidad Guanacasteca denunció en el mes de
diciembre de 2009 que empleados del Hotel Riu en playa Matapalo y de la
municipalidad de Carrillo, trataron de cerrar el acceso a la playa ante la
resistencia de los vecinos de Nuevo Colón, la comunidad más cercana. El
problema de este tipo de impedimentos a las costas a parte de las poblaciones
rurales colindantes, es que rompen con la territorialidad de las comunidades, el
espacio donde se reproducen y desarrollan colectivamente, acentuando así los
procesos de desposesión.
Hasta el momento las principales amenazas sobre los territorios y
recursos naturales de las comunidades rurales se han cernido sobre las zonas
costeras, sin embargo la creciente valorización que pueden tener áreas boscosas
en el marco del establecimiento de servicios ambientales vinculados a mercados
de carbono y mecanismos de Reducción de Emisión por Deforestación y
Degradación de Bosques (REDD), puede ser una nueva amenaza de
desposesión para las poblaciones rurales. Cada vez más el interés de
determinados inversionistas privados se centra en la puesta en marcha y
desarrollo de actividades ecoturísticas vinculadas a la conservación ambiental.

69
Las áreas de reserva natural son en estos momentos uno de los principales
territorios en disputa.

Segundo: Conflictos por reacción de la sociedad civil y autoridades locales


ante los abusos y excesos del desarrollo turístico-inmobiliario. La dinámica de
degradación del entorno, corrupción y erosión democrática generada por el
capital turístico e inmobiliario, ha provocado reacciones de grupos ciudadanos
y movimientos sociales e, incluso, de algunas autoridades públicas para frenar
o corregir los abusos e ilegalidades cometidas.
Este tipo de conflictividad es, lógicamente, más frecuente en aquellos
lugares en que la densidad turístico-residencial es mayor, aunque también debe
coincidir con la presencia de organizaciones sociales fuertes, con capacidad de
movilización e incidencia política. Guanacaste es la zona que mejor concentra
ambas características en toda Centroamérica. Aquí la organización ecologista
Confraternidad Guanacasteca, una convergencia de comités y grupos locales de
la provincia afiliada a la Federación para la Conservación del Ambiente
(FECOM), ha jugado un papel clave en la denuncia pública y ante la justicia de
múltiples abusos y excesos de los inversionistas, y ha dado mayor empuje a
muchas de las protestas de las comunidades rurales (Morera & Sandoval, 2010).
Algunos casos emblemáticos son los conflictos provocados por los vertidos de
aguas negras del Hotel Occidental Alegro Papagayo o por la destrucción de
manglares por parte del Hotel Riu. En ambos Confraternidad Guanacasteca ha
jugado un papel activo de información y denuncia pública.
El primer conflicto tuvo lugar en enero de 2008 cuando los habitantes del
barrio El Gallo, en Liberia, acompañados por Confraternidad Guanacasteca y la
Asociación Guanacasteca Defensora de la Zona Marítimo Terrestre,
denunciaron que el citado hotel, ubicado en playa Manzanillo, estaba vertiendo
de forma ilegal aguas negras que transportaba en camiones que iban dejando
restos por todo el camino. El escándalo público y la presión sobre las
autoridades fue de tales dimensiones que el 5 de febrero de 2008 el Ministerio
de Salud de Costa Rica acabó clausurando temporalmente el hotel hasta que
habilitara una planta de tratamiento. A raíz de este caso y de sus repercusiones

70
en los medios de comunicación, en los meses siguientes el mismo Ministerio
realizó una amplia campaña de vigilancia sobre los vertidos de aguas fecales de
los hoteles, especialmente en los municipios con mayor densidad urbanística,
como Tamarindo, en Guanacaste, y Jacó, en Puntarenas, aunque los grupos
ecologistas la catalogaron de insuficiente.
Las reacciones frente a la pérdida de los manglares por la construcción de
nuevos proyectos turístico-residenciales es otro de los motivos que ha centrado
la atención de las organizaciones sociales. Entre los muchos ejemplos que
podríamos citar, destacamos de nuevo las protestas que se produjeron durante
la construcción del Hotel Riu en playa Matapalo. La destrucción de un manglar
provocó la protesta de grupos ecologistas. En un comunicado Confraternidad
Guanacasteca del 30 de octubre de 2009 decía:
“Con profundo dolor vemos la llegada de un nuevo diablo depredador a
Costa Rica. Se llama Riu. Mañana inaugurarán su monstruoso hotel de 700
habitaciones. Con la bendición estatal y en especial del presidente Arias y
su proyecto Paz con la Naturaleza. Para poner más bella la Playa de
Matapalo, Distrito Sardinal, Cantón Carrillo, se volaron un manglar. Lo
desaparecieron, rellenaron y sembraron palmeritas. Área protegida,
certificada por el MINAET y amojonada por el IGN, ubicada en la zona
marítimo costera propiedad de todos nosotros. Esta es la gente que aunque
traiga dinero, no debe llegar a Costa Rica.”

La construcción de marinas, un fenómeno creciente en Costa Rica en la medida


que el turismo residencial ha ampliado su presencia en el litoral, ha levantado
también la alerta sobre la contaminación y degradación ambiental y social que
pueden implicar. Es el caso, por ejemplo, de la lucha de la población de Golfo
Dulce, en la Península de Osa, Costa Rica, para hacer frente a la construcción
de marinas turísticas. La pretensión de la empresa Marina Bahía Cocodrilo S.A.
de ubicar una marina en Puerto Jiménez en agosto de 2006, levantó una fuerte
protesta por parte de varios sectores: vecinos de la localidad organizados (que
veían con preocupación las limitaciones de acceso a la playa, el abastecimiento
de agua potable y el manejo de los desechos sólidos); pescadores artesanales
(que advertían el hecho de que la marina les cerraba el paso al mar); pequeños
empresarios turísticos (que sentían amenazados sus negocios). La protesta logró
paralizar temporalmente la construcción de la Marina por orden de la Sala

71
Constitucional, pero la amenaza sigue pendiente, tanto por parte de este
proyecto como de otros que pretenden llevarse a cabo en la zona (Arias &
Coronado, 2010).
En torno al proceso de preservación y protección del área natural de la
Laguna de Apoyo en Nicaragua, se encuentra uno de los casos más destacados
de intervención municipal en Centroamérica para controlar y regular el
desarrollo del turismo residencial. En el año 2006 varios municipios presentes
en la Laguna (Catarina, Diriá, Diriomo, Granada, Masaya y San Juan de
Oriente) constituyeron la Asociación de Municipios Integrados por la Cuenca y
Territorios de la Laguna de Apoyo de Nicaragua (AMICTLAN), con el objetivo
de fortalecer su protección. La presión por urbanizar con desarrollos destinados
a segundas residencias en los territorios de la Laguna ha provocado varios
conflictos, entre los que destacan el de Norome Park Ressort & Villas, el
Proyecto Ecoturístico Los Congos y el Club Vista Lagos. A pesar de los distintos
resultados obtenidos (en el caso de Los Congos se logró paralizar el proyecto,
pero no en los otros), la apuesta por un turismo de base local y el intento por
frenar la residencialización, muestra las posibilidades de actuación municipal
cuando se tiene claro que es posible impulsar otro modelo de desarrollo
turístico (Gallegos, y otros, 2010).
Uno de los casos de intervención pública más sonados de los últimos
años, es la reclamación del Estado de Nicaragua al Grupo Barceló por el
incumplimiento de los acuerdos derivados de la adquisición del Hotel
Montelimar. El año 1993 el gobierno de Nicaragua aprobó la privatización del
Hotel Montelimar, antigua residencia del dictador Anastasio Somoza
reconvertida para fines turísticos durante la Revolución Sandinista en los años
ochenta, al Grupo Barceló en condiciones muy favorables para la empresa
balear. El hotel fue adquirido con un precio mucho menor que su coste y por la
cantidad que había sido tasado, asumiendo el compromiso de invertir en él y
pagar otra cantidad al cabo de cierto tiempo si se superaba un determinado
nivel de ocupación. Según la empresa el porcentaje estipulado nunca se superó.
Sin embargo, el nuevo gobierno sandinista, que regresó al poder en el año 2007,
puso en cuestión este proceso de privatización y reclamó su propiedad.

72
Después de un largo proceso de negociación, que no llegó a salir a la luz
pública, en junio de 2009 ambas partes llegaron a un acuerdo de entendimiento,
por el que se eximía al Grupo Barceló de cualquier irregularidad y la demanda
quedó sin efecto. Como parte del acuerdo se decidió la puesta en marcha de un
aeropuerto internacional en las mismas instalaciones del Hotel, una empresa de
capital público-privado, con mayoría del gobierno. A pesar de unos resultados
tan sorprendentes, el caso pudo haber sentado un precedente de control público
sobre este tipo de inversión transnacional. Al final, por razones que no son de
dominio público, estas expectativas se vieron frustradas.

Tercero: Conflictos inter-empresariales por contraposición de intereses en la


explotación de sus negocios. La expansión turística ha provocado el choque de
intereses entre diferentes grupos de capital en competencia por un determinado
territorio, sus recursos y posibilidades de negocio. Estos conflictos han
implicado, en ocasiones, a pequeñas y medianas empresas de capital local que
tratan de resistir la competencia por parte de capitales de mayores dimensiones.
Un tipo de estos conflictos lo encontramos en la amenaza que suponen
las inversiones en turismo residencial, allí donde ha logrado desarrollarse cierto
nivel de hotelería, tanto local como extranjera, no necesariamente de gran
tamaño. La inversión residencial reduce las posibilidades de negocio local y es
visto como un peligro para estos empresariados. Uno de estos casos lo
encontramos en la reacción que se produjo entre los años 2006 y 2009 en el
archipiélago de Bocas de Toro, en Panamá, ante los intentos de desarrollar
varios complejos residenciales en la zona, especialmente las iniciativas de Red
Frog Beach Club y Sunset Point. En la gestión del conflicto tuvo un especial
protagonismo el alcalde de Bocas de Tora, Eligio Bins, y el Consorcio Alianza
Bocas, que agrupa organizaciones y líderes locales. Esta intervención derivó sus
principales esfuerzos en la formulación y aprobación de un Plan de
Ordenamiento Territorial que ayudara a “obtener un instrumento regulatorio
que permitiera a la municipalidad contar con criterios y respaldo legal para
ordenar o detener, si era necesario, las actividades asociadas al desarrollo
inmobiliario de la zona” (Gómez, Kandel, Morán, 2009: 18). Dado el

73
protagonismo del empresariado local y las características de la protesta, en el
fondo del conflicto se revela una fuerte motivación por preservar el entramado
empresarial turístico desarrollado en la zona frente a los riesgos de la
conversión del lugar en un destino eminentemente residencial.
Este tipo de preocupaciones por parte del sector hotelero frente al
proceso de residencialización del litoral lo encontramos también en Costa Rica.
En abril de 2008, Alberto Salas presentó un estudio encargado por la Cámara
Costarricense de Hoteles (Salas, 2008). En él se ponía en evidencia que el fuerte
crecimiento inmobiliario de Guanacaste amenazaba con llevar al colapso a esta
provincia, por la incapacidad de provisión de servicios básicos como agua o
electricidad a su población. En su presentación, Salas sentenció que la imagen
de Costa Rica como paraíso turístico de lo natural y ecológico ha entrado ya en
entredicho y avanza hacia un modelo turístico muchísimo más urbanizado. Por
su parte, “el presidente de la Cámara Costarricense de Hoteles, Carlos Lachner,
manifestó que los gobiernos locales están recibiendo muy poco apoyo por parte
del Gobierno a pesar de que hay una mayor recaudación de impuestos por el
auge en la construcción. «Es preocupante que sólo un 12% sean habitaciones
hoteleras, no creemos que el desarrollo residencial sea lo más adecuado para
Guanacaste, por sus características, va a haber un impacto ambiental y en el
recursohídrico», comentó Lachner” (Prensa Libre, 30/04/2008). La intención de
la Cámara Costarricense de Hoteles con un estudio de estas características,
enfatizando los riesgos derivados del crecimiento residencial resulta evidente.
Otro caso reciente de conflicto entre empresariado local y gran inversión
lo encontramos en lo sucedido en los últimos meses del año 2009 en San Juan
del Sur. La puesta en marcha en septiembre de 2009 del ya mencionado
proyecto “Desarrollo del Turismo en el sur occidente de Nicaragua. Ruta
Triangulo del Sur”, ejecutado por el Centro Empresarial Pellas con apoyo de la
Embajada de Holanda y el Servicio Holandés para el Desarrollo (SNV) en
Granada, Ometepe y San Juan del Sur provocó algunas manifestaciones de
desacuerdo por parte de la Comisión de Turismo de este último municipio. La
Cámara de Turismo (CANTUR) de San Juan del Sur, que agrupa básicamente a
pequeños y medianos empresarios locales de este municipio nicaragüense,

74
denunciaron que habían sido utilizados por el Centro Empresarial Pellas para
obtener los fondos de la cooperación, que debían destinarse a las minipymes
turísticas locales, y que después no les dejaron tomar decisiones sobre el
contenido del proyecto, llegando a declarar que “un proyecto de desarrollo en
el cual no participan sus principales actores es un proyecto estéril”
(Pronunciamiento de CANTUR de San Juan del Sur, 28/08/2009).
La creciente contraposición de intereses entre la pequeña y mediana
empresa local y los grandes capitales abre una importante dimensión de
conflicto entre estos actores.

Cuarto: Conflictos por la adecuación del marco normativo regulador de las


políticas de turismo.

La consolidación de un modelo turístico bajo el liderazgo de los grandes


capitales, tal como ha sido descrito, ha requerido un proceso de adecuación
legislativo y político favorable a estos sectores. Los compromisos
gubernamentales con el desarrollo turístico de la región, expuestos en la
Declaración de Montelimar (1996), fueron el punto de partida de una serie de
modificaciones legislativas y de políticas que, según los casos, han motivado
más o menos respuestas y resistencias entre distintos grupos de interés durante
su proceso de discusión y tramitación. Sin ánimo de exhaustividad, señalamos
algunos de estos ejemplos que muestran la necesidad de una relectura de parte
de la historia jurídica reciente de Centroamérica como un proceso de
acomodamiento a los intereses de la gran inversión turístico-residencial.
En 1997 Costa Rica aprobó la Ley de Concesión y Operación de Marinas
Turísticas, regulando de este modo una actividad creciente en el litoral del
Pacífico de este país. Sin embargo, las presiones del sector empresarial hicieron
que diez años después se introdujera una propuesta de reforma con el fin de
facilitar los trámites y dar mayores garantías a los inversionistas. En septiembre
de 2008 la Asamblea Legislativa aprobó las modificaciones propuestas, pero por
un fallo de la Corte de Constitucionalidad, al considerar que la Ley no se
correspondía con la obligación del Estado de proteger el medio ambiente, su

75
aplicación quedó en suspenso hasta la introducción de algunos cambios que
debían discutirse en una Comisión de la Asamblea Legislativa (Arias &
Coronado, 2010).
En Nicaragua, tras la derrota electoral del Frente Sandinista en 1990, los
siguientes gobiernos liberales establecieron uno de los regímenes fiscales más
favorables al inversionista extranjero. En junio de 1999 fue aprobada la Ley de
Incentivos a la Inversión Turística, o Ley 306, considerada una de las más
generosas de Centroamérica, por cuanto permitía amplias exoneraciones de
impuestos por diversos conceptos en el proceso de construcción y puesta en
marcha del negocio turístico. Aún así, años después, el gobierno de Enrique
Bolaños llegó a promover la Ley Especial para la Creación de los Bonos de Incentivo
Turístico (Ley BIT), que hubiera permitido financiar hasta un 70% de la
inversión realizada una vez estuviera operativa en base a los impuestos que
deberían recaudar. La Ley, que finalmente no fue aprobada, fue calificada por
Francisco Báez, uno de los más reputados expertos en Derecho Fiscal en
Nicaragua, como un “saqueo” que no se había intentado en ninguna parte del
mundo.18 Muestra de la presión que ejercieron las grandes cadenas hoteleras a
favor de la aprobación de la Ley BIT fueron las declaraciones en julio de 2006 de
Juan Carlos Pereira, director ejecutivo de la agencia de promoción de
inversiones ProNicaragua, a propósito de inversiones turísticas pendientes: “la
velocidad con que la cadena Marriot inicie su inversión dependerá de la
aprobación de la ley de Bonos de Incentivos Turísticos” (La Prensa, 07/07/2006).
También en Nicaragua, la tramitación de la Ley de Costas, desde que se
presentó en la Asamblea Nacional en octubre de 2005 hasta su aprobación final
en junio de 2009, fue larga y complicada. Al final, su contenido resultó
beneficioso para los intereses turístico-residenciales. La Ley da seguridad
jurídica a la inversión, tenencia, uso, goce y usufructo, así como las
transacciones y el tráfico inmobiliario de las propiedades costeras. Establece
que el uso público alcanza 50 metros desde la marca de la marea máxima
promedio hacia tierra firme, más distancia que los 30 metros que solicitaban los

18Cita extraída del documental Sol y sombras (Fundación Luciérnaga, Managua, 2008, Premio
Mejor Reportaje del XI Festival Ícaro 2008), con realización de Joaquín Zúniga e investigación y
producción de Ernest Cañada.

76
representantes del sector empresarial; en el caso de los lagos naturales y
lagunas cratéricas es sólo de 5 metros. Esto implica la privatización de los
bienes y el derecho público que tenía el Estado sobre los 2 Km. en las zonas
costeras hasta los 50 metros establecidos, y los 800 metros hasta los 5 en lagos y
lagunas, con la consecuente pérdida de patrimonio del Estado. También fija que
independientemente del límite, las municipalidades no podrán autorizar
construcciones, ni permitir que se instalen comercios ambulantes frente a
hoteles y negocios privados (Capitales, 12/06/2009).
En ocasiones las iniciativas de ley han partido de los intereses de los
sectores comunitarios como una forma de hacer frente al proceso de
desposesión que estaban viviendo. Este es el caso del Proyecto de Ley de
Territorios Costeros Comunitarios, presentado en la Asamblea Legislativa de
Costa Rica en junio de 2009. La propuesta fue recogida por el Frente Nacional
de Comunidades Costeras Amenazadas por Políticas y Políticos del Exterminio
como la “única opción viable que tenemos las comunidades costeras para seguir
existiendo”, por cuanto “por la política neoliberal de este gobierno se han
estado desalojando y demoliendo comunidades enteras, para entregar nuestras
costas a los megaproyectos turísticos y a las cuevas de los narcotraficantes”
(Informa-Tico, 20/01/2010).

Quinto: Conflictos por la reacción de los trabajadores ante la precariedad de


las condiciones de trabajo. Las malas condiciones laborales y de vida a las que
están sometidos los trabajadores vinculados a la industria turística, en especial
en el sector de la construcción, donde se ha recurrido sistemáticamente a mano
de obra inmigrante, en muchos casos en situación de ilegalidad y con
condiciones de vida extremadamente insalubres, han provocado algunos
conflictos laborales. Sin embargo, los escasos niveles de sindicalización que
existen en el sector y la propia debilidad de las organizaciones sindicales, han
dificultado la respuesta de los trabajadores, limitando esta conflictividad a unos
niveles que no se corresponden con la gravedad de los impactos identificados.
El estudio realizado en 2008 por Enildo Iglesias, ex – Secretario General de la
Rel-UITA, sobre los niveles de sindicación en las cadenas hoteleras de capital

77
español, muestra que Centroamérica es una de las regiones con menores niveles
de sindicación de América Latina y El Caribe. En Costa Rica de 12 hoteles de
cadenas españolas, ninguno tiene sindicato; e igual en Nicaragua (0 de 2) y
Panamá (0 de 1) (Iglesias, 2008: 58).
Además de la manifiesta hostilidad empresarial a la presencia de
sindicatos en sus hoteles, la dificultad de respuesta del movimiento sindical
obedece a otras razones vinculadas a los profundos cambios operados en la
estructura del sector turístico. Estas transformaciones fueron motivo de análisis
de un taller latinoamericano organizado por la Rel-UITA en septiembre de 2008.
Sindicalistas de toda América Latina reunidos en Buenos Aires destacaron
cómo los cambios en la forma de gestión de los hoteles obstaculizaban la acción
sindical (Cañada, 2008). La separación creciente entre propiedad y gestión
hotelera es una de las tendencias que más inquieta. Esta situación dificulta
lógicamente los canales de interlocución para los representantes sindicales y
constituye un paraguas en el que se escudan las grandes empresas para no
asumir su responsabilidad ante cualquier problema o conflicto existente en
alguno de sus hoteles. Por otra parte, la terciarización de la empresa hotelera es
otro de los factores identificados. Con cada vez mayor frecuencia las empresas
hoteleras están subcontratando a otras empresas parte de su personal. Encargan
a terceros servicios como la vigilancia y seguridad o la limpieza, por ejemplo.
Esta estrategia divide a los trabajadores dentro de un mismo hotel y los sitúa en
distintas situaciones contractuales, al mismo tiempo que diluye las
responsabilidades de la empresa.
A estos cambios que limitan la capacidad de actuación del movimiento
sindical hay que sumar las condiciones de pobreza imperantes en el área, que
obligan a los trabajadores a centrar todos sus esfuerzos en la supervivencia
diaria. Este conjunto de factores ayudan a entender las débiles manifestaciones
de conflicto socio-laboral, en comparación con otras causas, que concentran un
mayor número de conflictos.
Uno de los casos que mayor atención mediática generó fue el caso de la
protesta de los trabajadores que construían el Hotel Riu de Playa Matapalo, en
Guanacaste, Costa Rica. En noviembre de 2008, Rafael Antonio Pérez, uno de

78
los aproximadamente mil quinientos trabajadores empleados en su
construcción, murió intoxicado. Tenía 26 años y era de origen nicaragüense,
como la mayoría de sus compañeros. Más de trescientos enfermaron, sufriendo
“vómitos, diarreas y males respiratorios” (La Nación, 16/11/2008). Todos ellos
vivían en un campamento insalubre. La falta de respuesta a los trabajadores
motivó diversos incidentes, entre ellos la quema de uno de los autobuses que
los llevaba hasta el trabajo. El Ministerio de Salud obligó a un cierre temporal
de la construcción pero tiempo después, a finales de octubre de 2009, el Hotel
abrió sus puertas.

9. Conclusiones

A pesar de que los impactos de la industria turística son cada vez más
conocidos y se multiplican los conflictos locales en toda Centroamérica, la
capacidad de movilización global frente a su expansión es aún muy limitada.
En muchos de estos conflictos locales las poblaciones quedan muy aisladas, y su
capacidad de respuesta es muy limitada. ¿Qué es lo que explica esta situación?
Es evidente que la industria turística se beneficia de condiciones
estructurales de enorme pobreza que dificultan cualquier forma de oposición a
su expansión en el territorio. Las expectativas de generación de empleo
asociadas a la inversión turística actúan como freno a una lectura crítica de las
consecuencias del modelo. Además, la industria turística ha logrado construir
una imagen del sector positiva e incluso de compromiso con la conservación del
medio ambiente o la reducción de la pobreza, promoviendo acciones sociales
vinculadas a la Responsabilidad Social Empresarial. También cabe destacar el
hecho de que la industria turística ha logrado atraerse aliados, como
determinados sectores de la cooperación internacional, que ayudan a construir
una imagen favorable con propuestas de “negocios inclusivos” inspiradas en el
“pro-poor tourism”, dedicadas a mostrar los beneficios potenciales de la
inclusión de las poblaciones locales en la gran inversión turística (Cañada &
Gascón, 2006; Gascón, 2009). En este mismo sentido, la influencia de estos
sectores en numerosas organizaciones de turismo comunitario a través del

79
financiación y asesoría técnica, resta autonomía y capacidad de acción a estos
sectores campesinos en la defensa de los bienes comunes (Cañada, 2009c;
Cañada & Fandiño, 2009).
Pero más allá de las capacidades de estos grupos empresariales y sus
aliados en distintos tipos de estructuras e instituciones, hay otros factores que
están entorpeciendo el desarrollo de un movimiento global de resistencia y
construcción de alternativas frente al modelo turístico dominante. Uno de los
principales obstáculos se encuentra en el hecho de que el grueso del
movimiento altermundista aún no ha reconocido a la industria turística como
una amenaza destacable frente a los impactos provocados por otros sectores,
como por ejemplo las actividades vinculadas a modelos extractivistas (minería,
hidroeléctricas, petróleo, …) o la industria maquiladora. Por otra parte, las
conexiones entre el movimiento sindical y las organizaciones sociales son
también muy débiles (Iglesias, 2008; Cañada, 2008).
Frente a este modelo de desarrollo turístico es necesaria una doble
actuación. Por una parte se requiere fortalecer las resistencias frente a su
expansión y la usurpación y privatización de territorios, recursos naturales y
bienes comunes. Por otra parte también es preciso desarrollar y sostener otro
modelo turístico de carácter endógeno, basado en la economía popular,
centrado en la proximidad y construido sobre la base de una alianza entre las
iniciativas comunitarias y el pequeño y mediano empresario local, y poderes
públicos al servicio de la gran mayoría de la población centroamericana. Lo más
relevante es que las bases para el desarrollo de este modelo ya existen en
Centroamérica. Necesitan mucho más apoyo público, visibilidad y valoración,
pero en la región ya existen condiciones para sostener otro modelo de
desarrollo turístico.

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84
Del cielo a la tierra y de la tierra al suelo:
el turismo residencial en el caribe mexicano

Alfonso Jiménez* y Pricila Sosa**

Introducción

El turismo es un sistema abierto, de carácter muy dinámico que se encuentra en


constante redefinición19. Además de reajustar sus elementos o subsistemas, es
un producto que resulta de la definición de su relación con el entorno y
contexto. Durante la última década ha sido notoria la importancia que cobra
en el sistema turístico el turismo residencial o turismo de segunda residencia,
llamado actualmente también turismo inmobiliario20. Este fenómeno mundial
tiene una expresión clara en el Gran Caribe. Al igual que en otros temas, esta
zona mantiene su carácter geopolítico al participar de forma importante en la
oferta y demanda mundial del turismo residencial. Paralelamente, en Quintana
Roo, que concentra los centros turísticos de mayor crecimiento y constituye la
principal inserción del país al turismo internacional, el fenómeno del turismo
residencial tiene una expresión relevante.

*
Alfonso Jiménez es Profesor Investigador de Tiempo Completo en la Universidad del Caribe,
Cancún, México. Ha trabajado como consultor y como funcionario del sector público y privado
en diversas instituciones y organizaciones de turismo, nacionales e internacionales.
**
Ana Pricila Sosa Ferreira es Maestra en Economía y Política Internacional; Jefa del
Departamento de Turismo Sustentable, Hotelería y Gastronomía de la Universidad del Caribe,
Cancún, México; Consejera del Consejo Nacional de Educación Ambiental para la
Sustentabilidad y miembro de la Academia Mexicana de Investigadores en Turismo, AMIT.
19 Al respecto, Daniel Hiernaux señala que si bien el turismo es un fenómeno consolidado,

“…está sometido a fuertes presiones de cambio que afectan la estabilización de las


investigaciones que sobre el (se) realizan…” (Hiernaux, 2006)
20 La Organización Mundial del Turismo, OMT, lo señala como turismo de segunda vivienda,

mientras que en las investigaciones académicas es más frecuente el uso de segunda residencia
para denominarlo. (OMT, 2007; Hiernaux, 2006). Los reportes en medios de comunicación y las
empresas con frecuencia usan el término turismo inmobiliario.

85
El presente documento tiene como objetivo describir algunas
características y condiciones del turismo residencial en el caribe mexicano,
asumiendo un enfoque sistémico del turismo. Este trabajo es resultado de
consultas bibliográficas y documentales así como de un levantamiento en
campo y entrevistas con informantes clave. Su idea central es que existe un
contexto claramente definido respecto de las condiciones que propician el
turismo de segundas residencias, y características específicas que le definen.

1. Antecedentes

La presencia actual del turismo residencial constituye un fenómeno relevante


no solamente por presentarse de manera extendida en prácticamente todas las
regiones del mundo, sino también por sus implicaciones y consecuencias al
interior del sistema turístico y en las localidades receptoras. Las motivaciones
del turista de segunda residencia, se relacionan con aspectos como el paisaje y
la evasión del mundo urbano que están condicionadas por factores de tipo
laboral, financiero y fiscal, además de los factores relacionados con el
transporte, la oferta de servicios pertinentes y adecuados así como la suficiencia
de servicios médicos y otros más relativos al medio ambiente. Al mismo
tiempo, condiciones del entorno internacional estarían influyendo en el
desarrollo del turismo residencial, como son las relaciones geopolíticas, las
demográficas y culturales.
El turismo residencial se define como el turismo que compra o renta por
largo plazo una vivienda para su uso en temporadas de descanso y recreación,
en sustitución de servicios de hospedaje (hoteles y tiempo compartido). Los
servicios que han surgido a raíz de la demanda de segundas residencias, como
por ejemplo son los condohoteles, estarían incluidos en esta categoría de
turismo residencial.
Los antecedentes al turismo residencial pueden ubicarse tan lejanos
como las casas de descanso del Imperio Romano, o bien las casas de campo del
siglo XVIII en Europa o del siglo XIX en América (Osorio, Maribel, 2007). No
obstante, para el esquema que asume actualmente el turismo residencial y para

86
los objetivos de este trabajo, resulta de mayor utilidad referirnos, como
antecedente, al turismo de litoral que se desarrolla en España, México, o el
Caribe en la historia contemporánea y en el que las segundas residencias juegan
un papel relevante. Francisco Jurdao (1990) y otros académicos españoles
(Seguí, 2004; Buades, 2006; Aledo, 2008), describen el proceso de turismo de
segundas residencias en las costas de España y señalan los impactos que fueron
generando. Esos autores coinciden en ubicar una primera etapa del turismo de
segundas residencias en los sesentas, cuando compradores europeos
individuales adquieren propiedades en las costas europeas, particularmente en
España, atraídos por el clima y los precios bajos y una política social benéfica
para los pobladores que habían sufrido en Europa las calamidades de la
segunda guerra mundial. Durante una segunda etapa, en los setentas, de
acuerdo a su descripción, se dan inversiones más cuantiosas de compañías
alemanas. Muchas de ellas aprovechando las facilidades de su país para realizar
este tipo de inversión; compran grandes extensiones para urbanización y venta
de propiedades en segunda residencia. La siguiente y tercera etapa, se
caracterizaría por el desarrollo de un mercado inmobiliario vinculado a
propiedades turísticas (no solamente de segundas residencias); se trata
fundamentalmente de desarrollos turísticos integrales que generan una
dinámica diferenciada de la del propio turismo. Aledo describe una cuarta
etapa (2008, pp: 107 y ss) y la ubica aproximadamente a partir del 2002. La
denomina Nuevo Turismo Residencial (NTR), cuyo producto nuclear es el
resort turístico-residencial que se caracteriza por un entorno “exclusivo,
privatizado y centrípeto”. Ofrece además una amplia gama de servicios
complementarios (“de salud, hospitalaria, fitness, restauración, centros
comerciales, enseñanza, seguridad, mantenimiento de casas y jardines, servicio
de alquiler de vivienda, etc.”, cuyo objetivo ---señala Aledo---, es convertirse en
un espacio diseñado a modo para “el ocio residencial privatizado, autónomo e
independiente del territorio en el que se instale. Una nueva burbuja turística
que adapta el concepto de hotel todo incluido al turismo residencial” (Aledo,
2008: 108). Se trata en resumen, de diferentes etapas que se replican, desfasadas,
en México y el Caribe.

87
Un antecedente del turismo residencial en el Caribe es posible ubicarlo
en Cuba durante los cincuentas. Tanto los cubanos como los norteamericanos
poderosos con inversiones e intereses en la isla ---incluyendo a la mafia de
fuerte presencia e influencia en la isla---, tenían residencias de playa en las
costas cubanas al igual que en Florida (González, 1980). El abandono de Cuba
tras la Revolución, trasladó a Puerto Rico y a otras islas las inversiones de
segundas residencias, sin replicar, sin embargo, la dimensión que había
adquirido en Cuba.
En el litoral mexicano, Acapulco constituye un antecedente importante
de turismo residencial de la segunda mitad del SXX, aunque existieron
versiones muy incipientes de ese tipo de turismo ---en Veracruz, puerto y
ciudad capital; en Cuyutlán, (Colima) y en Progreso, (Yucatán) entre otras
localidades costeras mexicanas---21. Durante los sesentas, Acapulco se convirtió
en un destino internacional de moda en paralelo a la introducción del jet y al
crecimiento del turismo internacional, con un componente importante de
segundas residencias que mantiene hasta ahora. En el caribe mexicano no se
desarrolla turismo de segundas residencias en una dimensión importante sino
hasta muy recientemente debido a factores diversos como el aislamiento de la
zona, el alto costo del transporte aéreo derivado de su lejanía; el alto costo de la
tierra en las primeras etapas del desarrollo de Cancún, así como por las dudas
iniciales de los inversionistas que dotaron de incertidumbre los años iniciales
del desarrollo. En la Riviera Maya el desarrollo de relevancia se ubica hasta la
mitad de la década de los 90 (Jiménez y Sosa, 2008). Aun con esto, antes de que
iniciara el proyecto Cancún, Akumal recibía ya turistas, algunos de ellos con
segundas residencias. Existen también otros antecedentes cercanos al área,
como la extendida costumbre de parte de un sector de la sociedad de Mérida,
(en Yucatán), de tener propiedad y hacer uso vacacional de segundas

21 Existen otros antecedentes importantes de segundas residencias en México, como han sido
Chapala (en el Estado de Jalisco) o San Miguel de Allende (En el Estado de Guanajuato) que, al
finalizar la Segunda Guerra Mundial y en particular desde los sesentas y setentas, se
convirtieron en segundo hogar de norteamericanos, muchos de ellos militares norteamericanos
retirados. El estado de Morelos y el Estado de México también han sido importantes para la
población capitalina. Por los objetivos de este trabajo, se hace mención sólo de los destinos de
litoral.

88
residencias en Puerto Progreso, al norte de esa ciudad y ya en el litoral del
Golfo de México.
El fenómeno actual de turismo residencial (Nuevo Turismo Residencial)
para algunos autores como Aledo, (2007), responde sin embargo a un contexto
particular que ha transformado el concepto de tierra y suelo. Afirma Aledo “La
tierra ha pasado de entenderse como un espacio de producción agraria a
convertirse en deseado suelo urbano o urbanizable” (Aledo, 2008: 99). De esta
forma, en la frase de Aledo se sintetiza la condición donde la tierra --con la
debida aportación de sol y agua---, nos provee de los alimentos necesarios para
la subsistencia y esa misma tierra se convierte en suelo; esto es, en bien de uso
urbanizable y con un concepto mercantil y de intercambio industrial, que
transmuta e intercambia los valores y conceptos. Así, conceptualmente el
turismo residencial resulta ser la evolución de la fase puramente turística --es
decir sólo de visitas al paraíso ---; y se transita así del cielo (paraíso) a la tierra y
de la tierra al suelo, en una metáfora22, que refiere sucesivamente el paraíso y el
paisaje asociado al imaginario vacacional; el suelo que se asume como bien de
uso y de cambio en las segundas residencias y, con ello, se intenta poseer el
paisaje, hacer propio el paraíso además de hacerlo capitalizable y heredable.

2. Contexto y características

El actual turismo de segundas residencias encuentra como factores


socioculturales que lo propician, la globalización y la posmodernidad, bajo los
cuales la idea misma del espacio se ha transformado (Hiernaux, 1999) y
predispone positivamente a las personas para viajar con mayor frecuencia y a
mayores distancias. Esta tendencia se presenta con mayor fuerza en la
generación de los baby boomers, quienes han marcado la evolución del
consumo desde hace varias décadas, especialmente en el mercado turístico.
Igualmente, las tendencias demográficas muestran el envejecimiento de la
población que incrementa el segmento de población en edad de jubilación, de

22La metáfora se inspira en la afirmación de Aledo (2008) y de hecho, da origen al título de este
ensayo.

89
tener una segunda residencia y de buscar un clima más benigno (SECTUR,
2002). Solamente en Estados Unidos habrá en el mediano plazo más de 60
millones de jubilados (Palma, 2006; SECTUR, 2002. EXCELTUR, 2007).
La globalización, en su faceta económica, así como los acuerdos
económicos regionales y el desarrollo tecnológico que lo facilita han impulsado
el turismo de segunda residencia al facilitar a los inversionistas el desarrollo de
sus proyectos fuera de sus países, al brindar condiciones para que los
compradores adquieran segundas residencias fuera de su país y sigan contando
para ello con sus servicios (financieros, médicos, de comunicaciones, etc.).
Condiciones más específicas que también impulsan al turismo de segundas
residencias son el clima; la diferencia entre las condiciones de la adquisición de
las propiedades en los países de origen y el país receptor (precio, créditos,
plusvalía); la cercanía para que un viaje frecuente parezca factible y atractivo
(Jiménez y Sosa, 2008); la oferta, suficiente, diversa y accesible y el atractivo de
convertir el gasto que se hace en turismo en una inversión inmobiliaria.
Igualmente, el nivel comparativo de precios de la tierra y los servicios básicos
y la disponibilidad de servicios comerciales y especialmente de salud, juegan
un papel en la decisión para adquirir una propiedad, así como la seguridad.
(SECTUR, 2002, EXCELTUR, 2005 Reforma, junio de 2007).

3. Turismo residencial en el mundo

Este impulso hacia la adquisición de segundas residencias constituye un


fenómeno observable en la mayor parte del mundo, siendo los países
desarrollados los mayores emisores, especialmente los de Europa y América del
Norte. España sigue siendo receptor de esta demanda de segundas residencias
por parte de ciudadanos europeos principalmente. En el 2005 se incrementó 9%
la emisión de tarjetas de residencia para británicos en España; mientras que el
mercado inmobiliario de segunda vivienda creció 30% el mismo año, en
Alicante y Málaga (Agencias EP, 2006). Actualmente se ha extendido la
demanda a otros países, como Turquía -en parte debido a la incorporación de

90
este país a los acuerdos económicos internacionales europeos- y a Europa
Oriental. España ha pasado a ser igualmente un gran inversionista en proyectos
turísticos inmobiliarios en el mundo como Brasil, Argentina, México y el propio
Caribe (Noriega, A. 2007), aunque México constituye uno de los principales
objetivos (Aguilar, D, 2007).
En la Región del Gran Caribe, es posible observar claramente la presencia
y expansión del turismo residencial por sus condiciones de territorio,
económicas y políticas en países como República Dominicana, (Caribbean
News Digital, 28-11.07), Costa Rica, (Caribbean News Digital, 3-09-07), Panamá
(Caribbean News Digital, 12-12-07), Honduras, Jamaica e incluso en países con
menor actividad turística como Nicaragua (Caribbean News Digital, 27-11-
2007). Las características del Gran Caribe que resultan favorables para el
impulso del turismo residencial son, desde luego, los atractivos naturales y
culturales; también juega un papel el nivel de precios no solamente de los
bienes inmuebles sino del costo de la vida en general, que en conjunto con lo
demás representa una oportunidad, especialmente para los retirados, para una
vida tranquila, en un ambiente socioambiental rico y diverso y con un costo de
la vida bastante menor al de los lugares de origen de los turistas de segundas
residencias.
En América del Sur igualmente se vive un crecimiento de adquisición de
segundas residencias, como es el caso de Argentina.
El contexto nacional mexicano replica este impulso que experimenta el
turismo de segunda residencia en el mundo y especialmente en el Gran Caribe.
Algunas proyecciones establecen que de un modesto 1% que representaba esta
actividad en el total de los movimientos inmobiliarios hace una década, podría
pasar a un 25% en diez años más (El periódico, 27 de diciembre 2007). Para la
consultora Internacional Living, México ocupa un lugar importante en las
preferencias para adquirir segunda residencia entre los baby boomers
norteamericanos, quienes toman su decisión considerando el clima, la cercanía
con EU o Canadá, la infraestructura y telecomunicaciones del sitio, servicios
médicos y precios de las propiedades (Reforma, junio de 2007). El 5 de abril del
2006, el grupo español Mall entregó al entonces director de FONATUR John

91
McCarthy el premio Live in Spain como la mejor gestión para promover el
turismo residencial, señalando que México ciertamente ocupa un lugar
importante en la demanda de segundas residencias23 (Inmobiliarie, 2006), por lo
que también está entre los cinco países del mundo con mayor inversión
inmobiliaria turística, y en donde los capitales españoles juegan un papel
predominante. Llama la atención el nombre mismo de la empresa que premia a
FONATUR, Living in Spain que originalmente expresaba el campo de acción de
la empresa dentro de España. Las tendencias marcan tanto la creciente
importancia del consumo turístico en general, así como el impulso al turismo
residencial o de segundas residencias24.
Como se ha mencionado, existen algunos sitios de turismo residencial en
México desarrollados fundamentalmente a partir de la década de los cincuenta.
Mencionando solamente los destinos de playa, cabe insistir en la importancia
que reporta Acapulco y el carácter representativo en la península de Progreso,
como sitio de segunda residencia de la sociedad yucateca.
Actualmente es posible afirmar que la creciente demanda de propiedades
en segunda residencia y el fuerte impulso de una oferta que responde (no es
claro aún si en proporción o no de la primera), abarca prácticamente cada uno
de los estados de la República, con especificidades en cada caso. Los destinos
fronterizos, sobre todo los de la costa californiana del Pacífico son
probablemente donde más se hace notar este fenómeno y donde además es
clara la gran concentración en el mercado norteamericano. Solamente los
sucesos de violencia que azotan al país, incluyendo a esta región fronteriza, han
detenido momentáneamente el desarrollo de este fenómeno (El periódico, 17 al
25 de enero de 2008). Los precios y plusvalía de las propiedades inmobiliarias
en México se consideran con buenas perspectivas para los inversionistas, por lo

23 El premio se debió fundamentalmente a las facilidades otorgadas al consorcio español Mall


para invertir en las costas de Campeche en viviendas destinadas a turismo residencial. Al
respecto cabe hacer mención también del proyecto turístico y residencial, Puerto Cancún,
también impulsado por MacCarthy. Serralde Díaz, José María (2006), “Grupo Mall entrega a
MacCarthy premio por la mejor gestión en turismo residencial”.
www.topmanagement.com.mx, 18 de abril de 2006. Fecha de la consulta, 10 de junio de 2007.
24 Mónica Palma, en su estudio de migración, concluye que la próxima década podrían ser al

menos 800,000 norteamericanos más los que establecieran su residencia (primera o segunda) en
México. (Palma, 2006).

92
que se prevé que esta ola de operaciones en general y de construcciones
específicamente para segundas residencias continúe (Aguilar, David, El
Universal. 25 de diciembre de 2007). En el 2007 se registró un volumen récord
de operaciones turísticas inmobiliarias (El Economista, 20 de diciembre de
2007)25.

La vecindad o cercanía con Estados Unidos y Canadá es citada como


elemento que favorece la demanda de turistas de segunda residencia hacia
México, además el clima y la presencia de una cultura con diversas expresiones
de autenticidad todavía presentes. También juega un papel, sin embargo, el
diferencial de precios de bienes y servicios entre México y esos países y las
facilidades cada vez más abiertas para la obtención de créditos inmobiliarios a
través de bancos mexicanos y extranjeros. Existen otros elementos más que
pueden ser citados, como son el de los seguros médicos, hablando sobre todo
del mercado de jubilados, debido a que los seguros médicos norteamericanos
permiten la prestación de servicios en México (por ser más baratos, entre otras
razones) mientras que el servicio de salud canadiense no obstaculiza los viajes
de personas mayores, bajo tratamientos, a territorio mexicano, como sí lo hace
para Estados Unidos debido a los precios de la atención médica que podrían
requerir en caso de emergencia Recordemos que, de acuerdo a algunos análisis,
la disponibilidad de servicios médicos constituye un tema que debe ser salvado
en la decisión para adquirir una segunda residencia (EXCELTUR, SECTUR,
2002).

4. Turismo de segundas residencias en el caribe mexicano

25 “…Fadesa, construirá en el estado mexicano de Baja California Sur el mayor complejo


turístico de su historia como empresa, en el que invertirá alrededor de 4.000 millones de euros.
Este complejo turístico, denominado Loreto Paraíso es un ressort de gran envergadura situado
en el Mar de Cortés (Océano Pacífico). Asimismo, según ha podido saber este diario, Fadesa y
Hansa Urbana invertirán unos 1.000 millones de euros en Los Cabos (Baja California). Por otro
lado, está también en marcha otro macroproyecto denominado La Pesca, situado en el estado
de Tamaulipas. Se trata de una zona costera del Golfo de México, lindante con Estados Unidos,
en el que está previsto construir un gran complejo turístico en un espacio de 3.763 hectáreas, de
las que 640 serán para uso hotelero y el resto para condominios y villas turísticas.”
José Manuel de la Rosa (redaccionmadrid@hosteltur.com).

93
El modelo mexicano de desarrollo turístico inicia con los denominados “polos
de desarrollo” en la década de los 70 --ahora llamados Centros Integralmente
Planeados o CIP’s-- (Jiménez, 1998, pp: 14-24; Hiernaux, 1999; Torres, 2002).
Con cinco centros desarrollados por el Estado mexicano se daba origen al
movimiento de captación masiva del turismo internacional, orientado a
impulsar la actividad exportadora y generadora de divisas para el país, que en
paralelo buscaba efectos multiplicadores y fuentes de empleo. Después de 30
años, el turismo se consolida como una actividad fundamental para el
desarrollo a partir de los recursos naturales y culturales existentes, y
precisamente por su capacidad para emplear fuerza de trabajo calificada, así
como de baja calificación técnica. De los cinco CIPS, Cancún se desarrolla de
manera acelerada, más allá de lo planeado.
En este contexto, Cancún se constituye en el centro turístico internacional
mexicano por excelencia y, como tal, refleja los diversos fenómenos asociados al
desarrollo del turismo en el mundo, incluyendo el “boom” del turismo
residencial. Cancún y la Riviera Maya, como destinos turísticos vacacionales
para segundas residencias, resultan atractivos para el mercado nacional así
como para el internacional.
El mercado de segundas residencias no fue considerado originalmente
para Cancún, por su lejanía respecto de centros urbanos del país -DF
principalmente- y el alto costo del transporte aéreo en ese momento. En la
península de Yucatán, Mérida era el centro urbano más cercano y contaba con
su propio esquema de segunda residencia en la costa yucateca (Puerto
Progreso). Actualmente, sin embargo, se cuenta con mejores vías de
comunicación terrestre, opciones diversas de transporte aéreo de costo
reducido, así como el crecimiento urbano en la región. Como se ha comentado,
a estas condiciones se suma en el contexto una más extendida cultura de viaje
(Jiménez y Sosa, 2008).
La evolución de los destinos del caribe mexicano resulta interesante
debido a dos coincidencias: a) El rápido crecimiento de Cancún, en donde
confluyen condiciones tan diversas que su carácter de destino integralmente
planeado no lo define, sino que es solamente una de sus características; y b) La

94
explosiva expansión de la Riviera Maya en la última década, con un resultado
cercano al de Cancún -aunque presenten algunas características diferentes- con
quien se encuentra coincidiendo territorial, administrativa y operacionalmente
en una unidad espacial y de comportamiento. La descripción de los datos del
desarrollo de Cancún señala un acelerado crecimiento que, en muchos sentidos,
ha llevado a calificarlo como el más “exitoso” del país. En treinta años de
existencia, Cancún tiene ya 30 mil cuartos de hotel y 34 mil se han construido
en la Rivera Maya albergando a más de tres millones de turistas anualmente. A
esto se suma el volumen de visitantes que arriban vía cruceros en una cifra que
llega a 3.1 millones (SEDETUR, 2007).

Evolución del Crecimiento de número de turistas en


Cancún*, Los Cabos** y Acapulco: 1986-2006
6,000

5,000

4,000
En Miles de Turistas

3,000

2,000

1,000

0
1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006

Cancún Riviera Maya Total Los Cabos Acapulco

*La disminución en Cancún en el 2005 se debe a los efectos del Huracán Wilma. Algunos hoteles
reabrieron durante 2006. A principios de 2007 todavía había una diferencia de 3,000 cuartos menos en
Cancún que en el 2004.
** Los datos para Los Cabos, 2005 y 2006, fueron calculados a partir de datos de SECTUR
Fuente. Elaborado con cifras de SECTUR y de FONATUR.

Entre ese momento de surgimiento de Cancún y el momento actual,


algunos eventos han cambiado el panorama. El terremoto de 1985 que afectó a
la Ciudad de México impulsó la migración desde la capital a diversos sitios,
incluyendo Cancún por lo propicio de su estado de desarrollo y por las

95
condiciones favorables de crecimiento turístico que generaba muchas otras
oportunidades de empleo y de comercio. El impulso inmobiliario que supuso el
crecimiento del turismo a Cancún, con la recepción de inmigrantes, se combinó
para generar una fuerte demanda habitacional y un nivel de precios
comparativamente alto respecto del resto del país.
El Huracán Gilberto (1988) que azotó Cancún modificó el patrón de
comportamiento que se tenía en el desarrollo turístico en ese momento,
impulsándolo al patrón del turismo masivo. De ser el destino mejor
posicionado en el mercado internacional, tanto por la tasa de crecimiento de su
volumen como por las tarifas en las que funcionaba la planta hotelera, con el
huracán se perdió ese carácter. La presión de los operadores y mayoristas
turísticos internacionales obligó a bajar significativamente las tarifas y a la
masificación. La infraestructura hotelera también se transforma hacia un
concepto más declaradamente masivo, incrementando esta problemática oferta-
precios (Jiménez, 1998; Hiernaux, 1999, I; Jiménez y Sosa, 2008).
Tras el huracán, y sobre todo ante la baja de la actividad turística en los
siguientes meses, se presentó una emigración del destino y se generó un
mercado de segunda residencia propicio para la renta. Paralelamente se amplió
la oferta con la intervención de FONATUR que abría a la venta ciertas áreas (la
supermanzana 17 y luego la 15), por tratarse de lotes para viviendas
residenciales. A continuación se genera otro tipo de oferta a partir de la
construcción de viviendas con planes de financiamiento, donde predominaron
los esquemas de interés social y vivienda media.
Desde 1993-1994 este crecimiento se expande a la zona sur de la región
transformando el entonces llamado “Corredor Cancún–Tulum”, ahora llamado
Riviera Maya, que pasa de la baja densidad a ser un complejo de “ressorts”
muchos de ellos bajo el esquema de “All inclusive”; algunos con formas de
propiedad vacacional o bien con componentes inmobiliarios bien definidos y
todos dirigidos al segmento de altos ingresos (Jiménez y Sosa, 2008).
Cancún y sobre todo la Riviera Maya han verificado las tasas de
crecimiento más altas del país en más de tres décadas: desde la segunda parte
de los 70 y hasta la actualidad.

96
Evolución histórica del crecimiento de la Población de Cancún y la Riviera Maya.
Localidad / población 1975 1985 1995 2000 2005
Cancún (Mpio. Benito Juárez) 2,663 33,273 167,730 419,815 572,973
Playa del Carmen (Mpio. Solidaridad: Riviera
- - - 63,752 135,589
Maya) a/
Tasa Media de Crecimiento Anual (TMCA) de los respectivos
Periodos:
1985-1975 1995-1885 2000-1995 2005-2000
- 65.7% 38.2% 20.1% 6.4%
TMCA de los respectivos periodos.
- - - - 16.3%
a/ Hasta 1993, el territorio que ahora es el Municipio de Solidaridad (donde se localiza la Riviera Maya), se encontraba integado al municipio de
Cozumel. A partir de ese año se consituyó como Municipio independiente.
Fuente: Elaborado con los datos de INEGI; Censos de Población y Vivienda y Conteos de Población: 1985, 1995, 2000 y 2005.

El incremento de la oferta inmobiliaria y la apertura del financiamiento,


al alcance de la demanda, mejoró también la calidad de esa oferta inmobiliaria
en la localidad y los precios. Al mismo tiempo, como se mencionaba en el punto
anterior, FONATUR mantuvo su papel al generar una oferta importante de
lotes residenciales fuera de la zona hotelera. Las supermanzanas 11 y 12
corresponden a esta última fase. En resumen, en los últimos quince años se
incrementa significativamente la construcción y la oferta de vivienda a la par de
que se respalda con esquemas de financiamiento, lo que permite prever una
constante en la actividad inmobiliaria en particular y en la problemática urbana
en general.
Una diferencia importante entre Cancún y la Riviera es su modelo de
desarrollo (para esta tesis ver Jiménez, 2007). En la evolución de ese modelo
interviene la edad del desarrollo y la velocidad con la que ha crecido así como
las particularidades territoriales, de mercado y de marca de las empresas
involucradas en el desarrollo. De esta forma las inversiones de las primeras
etapas en Cancún se dirigieron básicamente a la hotelería y el modelo de
negocio impuesto por FONATUR, como responsable de su promoción y
desarrollo. Así, la adquisición de lotes en la zona hotelera de Cancún imponía
normas de construcción y tiempo límite para la construcción del inmueble,
precisamente para evitar la especulación inmobiliaria en el desarrollo del
destino. Ello implicaba la imposibilidad de capitalizar privadamente el efecto
de la revalorización del terreno y de los inmuebles turísticos en los lotes del
entorno que, de esta manera, socializaban la plusvalía del destino. En la Riviera
Maya el modelo es diferente. En esta área las inversiones se dirigen
principalmente a la integración de complejos turísticos en los que el hotel es

97
sólo uno de los componentes del desarrollo. La inversión turístico inmobiliaria
está caracterizada por superficies muy extensas para el desarrollo (son comunes
los terrenos de más de 100 Has), lo que permite al inversionista capitalizar de
manera más integral y privada la plusvalía que generan las inversiones en los
inmuebles generadores de tráfico. Este es el papel que tienen los grandes
hoteles que reciben huéspedes que, a su vez, se constituyen en la demanda
potencial de bienes raíces o de formas alternativas de inversión turístico
inmobiliaria –-como tiempo compartido, fracciones o condohoteles---. Lo
anterior se traduce en el aprovechamiento privado y circunscrito de los
beneficios derivados de ese desarrollo, al generarse una plusvalía en la
superficie del entorno que aprovecha el inversionista con el desarrollo y venta
de los otros productos inmobiliarios, generando una rentabilidad de capital
muy atractiva. Ello explica también el extendido interés de grupos de inversión
nacionales y extranjeros, que buscan intensificar este modelo de explotación
que, en síntesis, privatiza las ganancias y socializa los costos del desarrollo de la
región26. Este esquema influye en la situación actual, puesto que Cancún ya no
tiene mucho margen de terreno para crecer y por ello, el impulso al crecimiento
lleva al aumento de densidades para la hotelería y para la reconversión al
mercado de segundas residencias en forma de condominios. En la Riviera
Maya, sin embargo, se construyen grandes complejos, algunos con campos de
golf, que incluyen viviendas para segundas residencias además de hoteles y
zonas comerciales. El mismo FONATUR ha planeado complejos que incluyen
los elementos turístico, inmobiliario y de campos de golf para Costa Maya,
mismos que por razones de naturaleza inespecífica no se han concretado. Este
es el esquema que refiere Aledo (2008) y que caracteriza como al Nuevo
Turismo Residencial (NTR). Actualmente existe en Cancún un debate alrededor
del incremento de densidades, al igual que sobre el tema de la competencia

26 El desarrollo de Cancún y de su región de influencia tuvo un alto costo de inversión pública


por el desinterés inicial de la iniciativa privada en el proyecto. Cuando alcanzó su masa crítica
de desarrollo fue en los 90, cuando el desarrollo de la infraestructura urbana, carretera,
aeroportuaria y hotelera y de servicios, tenía ya buenas condiciones. La inversión programada
de infraestructura pública que se mantiene en la actualidad, va de la recuperación de playas a
un nuevo aeropuerto y sirven para confirmar ese hecho.

98
hotelería-turismo inmobiliario que ha generado conflictos políticos y legales27
(Jiménez y Sosa, 2008).
El alto crecimiento turístico inmobiliario de la Riviera Maya, tiene la
particularidad de los 130 Km. que representa su litoral con territorio aún sin
desarrollar, así como el concepto de desarrollos integrales que van
predominando y donde los campos de golf constituyen un elemento relevante.
Esta es la diferencia sustancial con Cancún: los megadesarrollos y sus campos
de golf que están vinculados no solo al juego, sino de manera muy importante
al componente inmobiliario. En el año 2006 había 6 campos de golf en
operación, pero debido a esa dinámica, para el año 2008 se espera contar con 13
como se señala a continuación.

Campos de golf en la región Cancún Riviera –Maya (2007)


Nombre Inicio de operaciones Número de Hoyos
1 La Roca Country Club 2007 – 2008 18
2 Riviera Cancùn 2007 - 2008 36
3 Puerto Cancún 2007 - 2008 18
4 Bahía Príncipe Riviera Maya Golf Resort 2007 27
6 Playa Mujeres Golf Club 2006 18
7 Camaleón, Maya Cobá 2006 18
8 Iberostar Playa Paraíso Golf Club 2005 18
9 Mayan Resort Grand Riviera Maya 2003 18
10 Moon SPA & Golf Club 2002 27
11 Playacar SPA & Golf 1994 18
12 Hilton Cancún, Golf Club 1994 18
13 Club de Golf Cancún Pok-tapok 1974 18
Fuente: Asociación de Campos de Golf del Caribe Mexicano, 2007, pp: 48 y 50.
Fuente: Jiménez y Sosa, 2008.

Lo anterior ofrecerá una gama amplia de oferta condominial y de


fórmula alternativas de alojamiento turístico como el tiempo compartido y
fracciones. Pero los campos de golf tienen, además, un atributo que favorece la
extensión de un paisaje acorde con el imaginario vacacional del paraíso. Aledo
afirma que para los desarrolladores, los campos de golf son una extensión

27Durante los últimos meses del 2007 se verificó un conflicto por este hecho. Debido por un
lado, a la inexistencia de terreno aprovechable en Cancún y por otro, el interés de los
inversionistas por aprovechar la expansión de la demanda, el Gobierno Municipal –por presión
de los interesados--- cambió el uso de suelo de una área en el margen lagunar con uso recreativo
y de conservación, por una modalidad (THE) que permitía prácticamente todo. Esta
autorización permitiría al desarrollador (quien compró el terreno a FONATUR y pagó al
municipio por el cambio de uso de suelo y los permisos), construir 18 torres de veinte pisos
para propiedades turístico-residenciales. La oposición de diversos sectores de la comunidad
incluyó al sector hotelero. Aunque el Gobierno Municipal se negó a reconsiderar el caso,
SEMARNAT intervino por solicitud del Centro Mexicano de Derecho Ambiental para anular el
cambio de uso de suelo (El Periódico, agosto a noviembre de 2007).

99
forzada del litoral, que es el espacio ideal apetecido. Apunta “…el sector
turístico residencial ha encontrado en el campo de golf un elemento que le
otorga un nuevo valor añadido a su producto inmobiliario cuando se ve
obligado a alejarse de la primera línea de costa, sustituyendo el azul del mar
por el verde del green” (Aledo, 2008, pp: 105). Parece así cumplirse una fase
más del desarrollo que hace del suelo el trozo esperado y adquirible del paraíso;
ese suelo, de vegetación abundante, resulta perfecto para el imaginario
vacacional del paraíso con el verde armónico y controlado del campo de golf. Se
compra suelo en el campo de golf como la extensión del paraíso y en
complemento a la visión del cielo que es siempre el fondo del mar azul. Se
cumple así el sueño del edén, el retorno prometido al paraíso perdido por vía
vacacional e inmobiliaria.
En la Riviera Maya se encuentran destinos que iniciaron como segunda
residencia como Akumal, Puerto Morelos, Playacar o Puerto Aventuras; otros
que han incorporado recientemente el concepto y muchos que realmente
combinan el turismo de hospedaje con la segunda residencia. Por sí misma,
Akumal tiene más desarrollos condominiales que Cancún en su zona hotelera
(Jiménez y Sosa, 2008). La oferta condominial turística en Cancún, respecto de
su oferta total de hospedaje, parece poco significativa: 15.2% del total. No
obstante, respecto del total de la oferta condominial, representa casi dos tercios
(57.9%) (Jiménez y Sosa, 2008).

Resumen: Oferta Hotelera y Condominial en el Litoral Costero de Quintana Roo (2004)

100
Área de Referencia Número estimado Número TOTAL de Número TOTAL de Estimado TOTAL de Porcentaje de los
TOTAL de unidades Condos o casas unidades en condos o equivalentes en cuartos
equivalentes a cuartos identificadas para casas. Cuartos Adicionales condominiales en el
(Hoteles+ Condos) renta Disponibles en total de la
Condos y Casas ubicación
respectiva

A B C D D/A
Cancún 31,152 35 2,208 4,748 15.2%
Riviera Maya
I De Puerto Morelos a Xcalacoco 4,500 33 173 382 8.5%

II De Playa del Carmen a Kantenah 17,761 45 998 2,296 12.9%

III de Akumal a Xel-Ha 2,833 91 290 633 22.3%

IV De Bahía Soliman a Caleta de Tankah y Tulum 1,406 55 55 141 10.0%

V Otros (Carrillo Puerto, Cobá, Sian Kan) n-d n-d n-d n-d
Total 57,652 259 3,724 8,199 14.2%

Porcentajes
Cancún 54.0% 13.5% 59.3% 57.9%
Riviera Maya
I De Puerto Morelos a Xcalacoco 7.8% 12.7% 4.6% 4.7%

II De Playa del Carmen a Kantenah 30.8% 17.4% 26.8% 28.0%

III de Akumal a Xel-Ha 4.9% 35.1% 7.8% 7.7%

IV De Bahía Soliman a Caleta de Tankah y Tulum 2.4% 21.2% 1.5% 1.7%

V Otros (Carrillo Puerto, Cobá, Sian Kaan) - - - -


Total de Establecimientos Condominiales
Identificados 100.0% 100.0% 100.0% 100.0%
1/ El número de recámaras promedio es ponderado: se obtuvo del número de recámaras por tipo de unidad
Fuente: Investigación directa. GESTURE, 2004.

Fuente: Jiménez y Sosa, 2008

Los expertos y analistas pronostican un explosivo desarrollo de la


industria turístico- residencial en la zona (Jiménez y Sosa, 2008). No obstante
que este crecimiento se mantendrá en un mediano plazo, puede tener
variaciones derivadas de las condiciones económicas, financieras e
inmobiliarias de los mercados emisores y de los países receptores. Por ejemplo,
la inestabilidad en el mercado inmobiliario norteamericano derivado de su
crisis hipotecaria, podría favorecer aún más las opciones de compras en el
extranjero si pareciera una forma más segura de invertir; pero si produce una
baja en los precios en Estados Unidos podría reducirse levemente la demanda
hacia el exterior, al igual que si la recesión toma un carácter más claro (Reforma,
17 de septiembre 2007 y El Universal, 21 de enero de 2008). En el caso de las
condiciones mexicanas, a decir de las propias empresas de desarrollo turístico
inmobiliario, el nuevo esquema fiscal implementado por la hacienda mexicana,
podría reducir el margen de ganancia de estas empresas, promovería el
aumento de precios y probablemente pudiera observarse una reducción de
inversiones (El Financiero, septiembre 2007). De acuerdo a otras perspectivas, los
impactos citados no alcanzarán a reducir el “boom” inmobiliario en el mediano
y largo plazo (Jiménez y Sosa, 2008).

101
De acuerdo con la Secretaría de Turismo del Estado y con la densidad
estipulada, el techo de crecimiento hotelero es de 80 mil cuartos estimándose en
30% la capacidad alcanzada. Por ese motivo, los funcionarios de turismo del
Estado declaran la posibilidad de una inversión de 3 mil millones de USD de
inversión potencial para los siguientes diez años, y quizá otro tanto en
inversiones complementarias de obra pública e inversiones inmobiliarias.
Con la actual combinación de alojamiento turístico en el negocio
inmobiliario, puede esperarse una elevación del tipo de inversión de hotelería
“All inclusive” a hotelería independiente, y de allí a inversiones en residencias
que implicaría la venta de por lo menos 20 mil segundas residencias los
próximos tres o cuatro años (El periódico, 28 de diciembre 2007).
Resulta importante mencionar que, en este panorama, los principales
compradores de segundas residencias o de inversiones inmobiliarias turísticas,
sean norteamericanos seguidos por los nacionales; después están los
canadienses. Aunque los productos están pensados para los compradores
extranjeros, principalmente de América de Norte por su perfil y condiciones
específicas muy propicias para ser consumidores de segunda residencia, los
compradores nacionales han sido permanentemente activos y presentes en este
fenómeno.

Afluencia turística y segundas residencias

Con el objeto de dimensionar las características de los flujos de turismo a la


región según su forma de alojamiento, el grupo de estudio de segundas
residencias (GESTURE) elaboró un estudio en el 2004, que fue la base para este
trabajo. El siguiente cuadro presenta un resumen de los resultados estimados
para ese año y permite definir, en una primera aproximación, la cifra total
estimada de visitantes y su distribución por tipo de alojamiento y ubicación
geográfica.

Resumen de la estimación de turistas a la Región Cancún -Riviera Maya


por tipo de alojamiento y localidad (2004)

102
Visitantes a Total Estimado Total global Total global
hoteles Propietarios y Total de (%)
visitantes que Visitantes a
Área de Referencia arriendan F&A
Cancún Total en Cancún 2,834,547 56,971 791,475 3,682,993 64.2%
RM
I De Puerto Morelos a Xcalacoco 350,716 2,130 352,846 6.2%
Riviera
Maya II De Playa del Carmen a Kantenah 1,317,103 17,317 1,334,419 23.3%

III de Akumal a Xel-Ha 187,367 5,056 192,423 3.4%

De Bahía Soliman a Caleta de Tankah y


IV Tulum 107,651 933 108,584 1.9%
65,632 65,632
Total en la Riviera Maya 1,962,836 25,436 65,632 2,053,904 35.8%

Total 4,797,383 82,407 857,107 5,736,897 100.0%

Porcentaje 83.6% 1.4% 14.9% 100.0%


Fuente: Jiménez y Sosa, 2008.

De acuerdo con los resultados de este ejercicio paramétrico, la cifra de personas


que constituye el total de visitantes a la región en el año (2004) es de 5.7
millones y están representados en más de cuatro quintas partes por huéspedes
que se alojan en hoteles (83.6%), mientras que un 14.9% se aloja con “Familiares
y Amigos (F & A)”. Los propietarios y arrendadores de condominios
vacacionales apenas alcanzan el 1.4% del total, cifra reducida por la magnitud e
importancia del destino y de las otras formas de alojamiento. Estas cifras
relativas podrían modificarse si se consideran las noches-cuarto, aunque nos
parece que en los conceptos principales tampoco alterarían de manera
significativa la estructura básica del patrón de distribución de los turistas al
litoral del Caribe mexicano.

6. Consideraciones finales

1. El turismo es una actividad dinámica que expresa transformaciones


derivadas del funcionamiento y evolución del propio sistema turístico,
así como de las del contexto geográfico, histórico, social y económico. El
turismo residencial, en su expresión actual, es un fenómeno de gran
crecimiento en todo el mundo, así como en el Gran Caribe, en México y
en el caribe mexicano en particular.

103
2. El turismo residencial tiene como actividad medular la producción de
suelo urbano para transmutarlo en objeto mercantil al venderlo; busca
compradores de un bien raíz y no tiene como objetivo el atraer visitantes
como se prevé de la función turística. Y esta diferencia conceptual entre
la función turística y la residencial es fundamental para comprender los
procesos que tienen lugar. El adquiriente de una segunda residencia
puede cumplir con la función turística, que es por definición transitoria,
pero potencialmente también es, cuando no lo ocupa, un oferente de
vivienda en renta a otros turistas. Y en este sentido significa competir
soterradamente con la oferta constituida porque, en general, en esa
última función trabaja en las sombras fuera del mercado de hospedaje
que paga impuestos y debe cumplir condiciones. Y se ha simplificado esa
posibilidad de comercialización vía la facilitación tecnológica que
significa el Internet. Por su parte, los desarrolladores iniciales (las
empresas turístico inmobiliarias), tienen la capacidad y la flexibilidad
para desplazarse a otros sitios semejantes que les permitan mantener su
modelo de aprovechamiento territorial: esta facilidad les dota de
impunidad social al trasladar sus operaciones a otros lugares para
reiniciar la venta de la tierra transformada en suelo, y reiniciar
nuevamente el proceso.

3. Las tendencias demográficas, culturales, geoeconómicas, financieras y


otras propiamente turísticas colaboran para el actual impulso del turismo
residencial. Las condiciones y contexto específico delinean las
especificidades de cada caso.

4. En el mundo se vive la expansión de este tipo de turismo. Los países


desarrollados son los más importantes emisores de turismo y nuevos
países se suman a los receptores más importantes. En el caso de
receptores tradicionales como España, además de mantener esa cualidad,
se ha convertido en exportador de inversiones de turismo residencial en
diversos países, especialmente México.

104
5. Las condiciones que facilitan el desarrollo del turismo de segundas
residencias son la cercanía, la comunicación adecuada con transporte
aéreo así como tarifas accesibles, la presencia de servicios urbanos,
comerciales y de salud, las facilidades de compra, la oferta, el nivel de
precios que asegure una calidad de vida igual o mejor que en su lugar de
origen, además del clima y el entorno cultural.

6. El Caribe y México son receptores de turistas de segundas residencias


con un crecimiento significativo de esta modalidad. El caribe mexicano
presenta algunas diferencias entre Cancún y la Riviera, derivadas de la
edad de su desarrollo y de sus condiciones de disponibilidad de terreno.
En Cancún se presenta una saturación de terrenos y por ello se tiende a
un aumento de densidades. En la Riviera Maya además de tener una
superficie de terreno desarrollable mucho mayor, verifica la mayor
expansión de la actividad con predominio de los complejos integrales.

7. Del análisis de las características y patrones de desarrollo de las


segundas residencias y el contexto de desarrollo turístico del caribe
mexicano, cabe considerar el costo social del desarrollo de la
infraestructura necesaria para que se verifique la pronosticada expansión
de la oferta turística inmobiliaria, y que, si bien se encuentra asociada
funcionalmente a la expansión de la oferta hotelera como apoyo a la
expansión de esa oferta residencial, representa en las cifra de visitantes
muy poca significación en el conjunto del turismo (1.4%). En términos
económicos, eso significaría la programación o existencia de una
cuantiosa inversión pública en infraestructura con un alto costo por
unidad, que parece tener como contraparte altos beneficios privados
para muy pocos, y pocos beneficios sociales para el resto de la
comunidad, que no parecen equivalentes a los esfuerzos asociados con la
inversión pública (social). En resumen parece existir una clara
privatización de los beneficios con la evidente socialización de los costos.

105
De esta forma parece insuficiente considerar la argumentación de que
esas inversiones generan empleos en construcción y turismo, como el
beneficio socialmente aceptable derivado de la inversión generada y
habría que analizar, aún, en qué medida los beneficios que se generan en
la región, efectivamente contribuyen con aportaciones fiscales y sociales
a la comunidad que les acoge. Se trata, en resumen, de una inversión
inmobiliaria más que de una expresión del turismo.

8. Finalmente, para el caso mexicano, además de los temas de territorio, de


mercado y de funcionamiento turístico, existen temas de carácter
ambiental, político y estratégico vinculados con la turbulenta historia de
la relación México-Estados Unidos que, con el tema de las propiedades
vacacionales de turistas norteamericanos, tienen que ponerse en la mesa
de las discusiones (Jiménez y Sosa, 2008). Uno es la afectación ecológica
de los asentamientos que privilegia el litoral y la franja de terreno
cercana a la playa. Las alteraciones del manglar que afectan también el
Sistema Arrecifal Mesoamericano (SAM) y las aportaciones al
calentamiento global por pérdida de manglar y de selva, que ponen en
duda la sustentabilidad del modelo. De esta forma, tenemos un
crecimiento atrofiado morfológica y funcionalmente, que mina la base
sobre la que está construido y que requiere del patrimonio natural para
su desarrollo. De allí parten otras reflexiones macro sobre el tema, que se
ubican en el área político-estratégica. Las fronteras y el litoral son, por
definición, áreas estratégicas para la seguridad nacional. Y en México
han existido experiencias históricas traumáticas. Debido a una
combinación de factores históricos y de estrategia política regional y
global, la discusión del tema turístico y de turismo residencial puede
ubicarse en un espectro de rango más amplio. Son cuatro los factores a
considerar en la especulación que le sigue, sobre el potencial de conflicto
con los asentamientos atomizados de segundas residencias en México: 1)
Propensión creciente a la venta de territorios de litoral. La reforma
constitucional realizada en 1992 para posibilitar la venta de territorio que

106
hasta entonces no era posible (tierra ejidal), que ha significado la venta
de amplias zonas incluidas algunas de litoral a particulares, cuya
motivación fundamental es la de hacerla turísticamente rentable. 2) la
desregulación creciente de la inversión extranjera, que ha permitido que
los extranjeros, puedan adquirir y desarrollar proyectos inmobiliarios y
adquirir una segunda residencia (propiedades directas y condominiales)
olvidando la historia de las relaciones mexicanas con su vecino del norte.
3) Política de poder y aplicación extraterritorial de leyes de EUA. Este
factor alude a las particularidades de la política exterior de Estados
Unidos que ha mostrado su capacidad para imponer
extraterritorialmente sus decisiones y su ley. Como evidencia se tienen
los ejemplos del Hotel Scandic-Hilton en Noruega en el año 2006; el del
hotel Sheraton en México del 2006 y el caso de American Express
también en México, todos relacionados con la prohibición de tener
vínculos comerciales con Cuba pero cuya aplicación no fue en territorio
de Estados Unidos. Finalmente, 4) la Contención del terrorismo de EUA
cuya activa diplomacia en defensa de su seguridad nacional, pone en
entredicho la seguridad nacional de México por mecanismo declarados
como defensivos pero que podrían facilitar intervenciones por motivos
deficientemente definidos. EUA busca la adopción de una postura
trilateral que facilite las maniobras militares y de intervención frente al
fantasma del terrorismo y la amenaza que significa para EUA; pero ese
argumento y su aceptación podría, en teoría, facilitar la extensión de
facultades hacia la protección de los intereses de sus connacionales en
territorio mexicano, propiciando la repetición de un pasaje oscuro de la
historia de México acaecido a mediados del siglo XIX. Es en este contexto
que se podrían incluir las propiedades turísticas.

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Personas entrevistadas:

- Ing. Rafael Espinosa G. Especialista inmobiliario y valuador. Cancún.


- Srta. Tania Arlette Ortega García. Directora de Facilitación Turística.
Gobierno del Estado de Quintana Roo.
- Arq. Ricardo Alvarado. Director del Desarrollo Turístico Cancún.
FONATUR.

109
110
Evaluación participativa de los impactos sociales del
turismo residencial y meta-análisis de resultados:
un caso de estudio en el nordeste de Brasil

Antonio Aledo, Hugo García Andru y Guadalupe Ortiz

Introducción

Si por impactos sociales se entiende todas las consecuencias sociales y culturales


que cualquier acción o proceso de cambio produce sobre las personas, entonces
toda evaluación de impacto social (EIS) debe ir acompañada de la participación
de aquellos actores sociales afectados de un modo u otro por esa intervención
(Vanclay, 2003; Becker et al., 2003). La unión entre EIS y participación se
justifica, por un lado, a partir de un argumento normativo, en tanto que la
pluralidad de intereses y opiniones de los afectados por el proceso de cambio
evaluado debe estar presente y participar activamente en el proceso evaluador,
o cuanto menos los afectados deben actuar como agentes reguladores o
supervisores del modo en que éste se desarrolla (Vanclay, 2003). Y por otro
lado, se justifica por un argumento pragmático, en tanto que la participación
facilita la identificación de estrategias de actuación frente a los impactos
negativos del proceso de cambio más adaptadas a la realidad social y con un
mayor grado de legitimidad. Se asegura de esta manera una correcta
contextualización local de los resultados de la evaluación, el aprendizaje social,
la identificación y prevención de potenciales conflictos entre actores sociales, así

111
como una mayor comprensión, aceptación y sentimiento de apropiación de los
resultados por parte de los implicados (Burdge y Vanclay, 1996; Becker et al.,
2003; Becker y Vanclay, 2003; Vanclay, 2003; Roberts, 2003).
El presente trabajo centra su atención en la evaluación participativa de
impactos sociales en un área específica: la del desarrollo turístico. El turismo
como industria global tiene la capacidad de afectar y transformar de forma
profunda los sistemas sociales, especialmente en regiones en desarrollo. Los
impactos del turismo afectan tanto al medio ambiente como al entorno social,
generando cambios profundos que pueden modificar las estructuras locales.
Los efectos positivos y negativos se distribuyen de forma desigual entre los
diferentes grupos que participan de la actividad turística. Todo ello justifica la
necesidad de incluir a la ciudadanía y actores implicados en los procesos
evaluación de los impactos del turismo, si lo que se persigue es hacer más justos
y legítimos los procesos de toma de decisiones. No son pocos los autores que
han señalado la necesidad de abrir los procesos de planificación y gestión
turística a otros actores sociales, bien para mejorar los procesos de toma de
decisiones (Jamal y Getz, 1995; Brohman, 1996; Tosun y Timothy, 2003), bien
para identificar las causas de fondo de los problemas locales (Ortiz et al., 2007),
o bien por la importancia de introducir las opiniones ciudadanas para aumentar
las posibilidades de éxito de la planificación y políticas turísticas y reducir
posibles conflictos (Murphy 1985; Ap 1992; Long 1993; Lane 1994; Lankford
1994). De ahí la relevancia de la evaluación participativa de los impactos
sociales del turismo, para 1) identificar los grupos que son excluidos de los
beneficios de la actividad turística y que sobre ellos repercuten en mayor
medida los costes; 2) identificar los procesos que originan esa exclusión de
determinados grupos de los beneficios ocasionados por el turismo y 3) generar
información de calidad para la formulación de propuestas y acciones orientadas
a disminuir esa desigual distribución de los recursos e impactos.
Usualmente los diagnósticos de impacto social del turismo han pecado
de falta de integración y superficialidad al estar más preocupados por la
cualificación sectorial del producto turístico de cara a no perder competitividad
en el mercado (García-Andreu, 2008). Esto ha tenido como consecuencia que la

112
mayor parte de las propuestas de actuación y mejora tuvieran un carácter
eminentemente técnico. En esta línea, se ha señalado que un parte importante
de los problemas que padecen estos municipios son resultado de una rápida y
errónea planificación urbanística y turística desarrollada para atender las
exigencias de una demanda en constante y rápido crecimiento (MUNRES, 1995;
Navalón, 1995; Vera, 1997; Mazón, 2006). Sin embargo, este tipo de diagnósticos
obvian que la errónea planificación es la manifestación de causas más
profundas que conectan con las estructuras de poder locales. Si no se adopta
una aproximación integrada y estructural al modelo de desarrollo turístico-
residencial resulta complicado identificar las causas de fondo que condicionan
la orientación de las herramientas de planificación y su correcta aplicación.
De este modo, y teniendo como objetivo la identificación de las causas
últimas de los impactos sociales del turismo, esta investigación ofrece una
propuesta metodológica para el análisis de la información producida durante el
proceso participativo, planteando el uso de las herramientas propias del
Análisis de Redes Sociales para el estudio en profundidad de las relaciones
causales de los impactos del turismo identificadas por los participantes. Como
se demostrará en las páginas que siguen, este método combinado permite sacar
a la luz las causas profundas de los impactos del turismo, señalando nuevas
líneas de acción estratégica para la minimización o gestión de los impactos. Se
consigue así aunar las ventajas de la participación y las herramientas analíticas
propias de las Ciencias Sociales. Ello redunda en una mayor calidad de los
resultados finales y, como consecuencia, de los futuros procesos de toma de
decisiones en el ámbito de la planificación y la gestión turística.
Este artículo presenta dos objetivos. Por un lado, describe un proceso de
participación orientado a la evaluación de los impactos del desarrollo turístico-
residencial en un destino en el nordeste de Brasil, concretado en la
identificación de los impactos y sus dinámicas causales. Por otro lado, esta
investigación ofrece una propuesta para el meta-análisis de los datos
producidos durante el proceso participativo. Su novedad reside en la utilización
de los programas informáticos de Análisis de Redes Sociales (Ucinet® y
NetDraw®) para el tratamiento de mapas causales construidos por los

113
participantes. A partir de este meta-análisis se produce una nueva información
que devuelta a la comunidad de participantes puede servirle para conocer e
interpretar mejor los procesos y fenómenos sociales que se están produciendo
en su territorio. De este modo, la devolución al grupo participante de los
resultados del meta-análisis se convierte en uno de los objetivos principales del
proceso.
Para ejemplificar esta propuesta metodológica, se ha escogido una
experiencia participativa en el destino turístico de Pipa, en el municipio de
Tibau do Sul en la costa sur del estado de Rio Grande do Norte (Brasil), donde
el turismo residencial encontró a principios de la presente década un nuevo
nicho de desarrollo. La justificación de la selección de esta área como caso de
estudio viene explicada por la especial relevancia de los impactos sociales del
turismo residencial, condicionada por la pobreza estructural de este estado
brasileño, así como la enorme magnitud y rapidez del desarrollo turístico-
residencial experimentado entre 2002 y 2007. A continuación se ofrece una
contextualización del fenómeno turístico residencial en el caso brasileño, que
ayudará a comprender y complementará los resultados del proceso de
participación desarrollado en Pipa, así como el meta-análisis de dichos
resultados.

La internacionalización del turismo residencial y sus impactos locales: el caso


de Pipa

El turismo residencial (TR, en adelante) (O’Reilly, 2007, 2009) se había


consolidado durante las dos últimas décadas del pasado siglo en el
Mediterráneo (Bramwell, 2004). A comienzos del nuevo siglo, las expectativas
generadas tanto por el turismo como muy especialmente por la burbuja
inmobiliaria global propiciaron el salto atlántico del TR (Blázquez, Cañada y
Murray, 2011). Entre el 2002 y el 2007, el TR experimentó un periodo de corto
pero intenso crecimiento en Latinoamérica (Hiernaux, 2010), crecimiento que la
crisis financiera frenó bruscamente en 2008 (Naredo, 2010, Monti, 2011).

114
Durante dicho quinquenio se construyeron miles de unidades
residenciales orientadas fundamentalmente al mercado extranjero
aprovechando una serie de ventajas comparativas relacionadas con un paisaje
escasamente turistizado, el bajo coste de la tierra y de la mano de obra, el apoyo
gubernamental a la inversión extranjera y una gran disponibilidad de capitales
financieros internacionales de carácter especulativo en busca de nichos estables
de inversión (Dantas, Ferreira y Libramento, 2010).
En el caso brasileño, la región elegida por el TR internacional fue el
Nordeste. El peso de las estructuras coloniales, la dureza ambiental del Sertão y
la sucesión de crisis de la industria del azúcar desde finales del siglo XIX
explican que el Nordeste sea una de las zonas menos desarrolladas de Brasil y
un foco de emigración hacia las metrópolis del sur. La llegada del turismo a
comienzos de la década de los ochenta fue vista como una oportunidad para
alterar esa situación de pobreza crónica (Monti, 2011).
El destino turístico-residencial escogido para esta investigación, Pipa, en
el municipio de Tibau do Sul, representa un ejemplo paradigmático de la
evolución del turismo en el nordeste brasileño. Se trata de un distrito de unos
5.000 habitantes situado a 85 km de Natal, la capital del Estado. Antiguamente
una villa de pescadores, es hoy el segundo destino turístico del Rio Grande do
Norte. Hasta finales de los noventa, el modelo turístico dominante en esta
localidad fue el hotelero. En una primera etapa se instalaron pequeños hoteles
y, a partir de mediados de los noventa, llegaron algunas cadenas hoteleras
internacionales. Su llegada estuvo acompañada por el esfuerzo del sector
público por desarrollar unas infraestructuras que facilitasen el desarrollo
turístico. Este destino reorientó su modelo después de 2002, cuando el litoral
nordestino experimentaba un intenso crecimiento inmobiliario como
consecuencia de inversiones extranjeras en proyectos de segundas residencias.
En toda la costa, la multiplicación de condominios turísticos cerrados
destinados a una clientela europea fue posible gracias a, por un lado, una
coyuntura económica global favorable a la inversión inmobiliaria y, por otro,
políticas turísticas orientadas a integrar esta región periférica en los circuitos
internacionales del turismo (Loloum, 2010).

115
Esta última fase de desarrollo turístico inmobiliario extranjero ha tenido
una corta carrera en Pipa al igual que en el resto de la costa nordestina ya que,
iniciándose en 2002, finalizó en 2007. Pero, a pesar de su corto ciclo de
crecimiento y expansión, la especial naturaleza de este nuevo fenómeno ha
generado importantes transformaciones sobre la comunidad local y su entorno.
Si el sector hotelero había creado cerca de 5.000 plazas en tres décadas, el sector
turístico residencial desarrolló un número equivalente en tan solo un
quinquenio. El sector turístico residencial ha generado importantes beneficios
económicos pero, al mismo tiempo, ha producido cambios de carácter
ambiental y sociocultural que son percibidos por la población local como
impactos negativos. El modelo extensivo de ocupación del espacio -incluso
sobre espacios protegidos-, la competencia con el sector hotelero o la
priorización de los espacios turísticos para el desarrollo de infraestructuras
sobre las áreas habitadas por los locales ha generado toda una serie de efectos
en la sociedad local y el territorio. A todo ello se suma que el TR ha casi
eliminado las actividades económicas tradicionales, priorizando al sector de la
construcción y de los servicios. Es importante señalar que estos efectos no se
distribuyen de forma equitativa entre los diferentes actores que han participado
en el proceso de asentamiento y desarrollo del TR en Pipa. En torno al
desarrollo del TR en esta localidad aparecen toda una serie de actores, tales
como promotores urbanísticos, compañías constructoras, políticos locales,
técnicos urbanísticos, grupos ecologistas, trabajadores de la construcción y
servicios, sociedad civil, etc. que entran en conflicto para apropiarse de los
efectos positivos que genera el TR y que, al mismo tiempo, intentan trasladar
los costes de este modelo de desarrollo en el tiempo, en el espacio o hacia otros
grupos sociales (Demajorovic et al., 2011).

Método

En este marco de rápido cambio estructural que conlleva importantes impactos


ambientales, urbanísticos y sociales, se desarrolló una evaluación participativa
de los impactos sociales de los procesos que estaban aconteciendo en Pipa.

116
Seguidamente, se llevó a cabo un meta-análisis de los resultados del proceso
participativo para obtener un conocimiento más profundo sobre las causas y, en
consecuencia, mejorar los procesos de toma de decisiones, especialmente del
sector público.
El proceso de participación constó de dos fases. En primer lugar, se
realizó una serie de entrevistas con actores sociales en el ámbito local, regional y
nacional. El objetivo de estas entrevistas fue doble. Por un lado, se utilizaron
para realizar un Análisis de Partes Interesadas (o Stakeholder Analysis) (Dick,
1997; Ramírez, 1999; Chevalier, 2001) con el que identificar a los actores sociales
implicados en el sistema turístico-residencial de Pipa. Por otro lado, también se
aprovecharon para indagar sobre las diferentes percepciones de los impactos
derivados del TR y para comprender las dinámicas y procesos que los explican.
En segundo lugar, se realizó un taller de participación con el objetivo ofrecer un
espacio para la reflexión sobre los impactos sociales del modelo de TR en Pipa a
través de la elaboración de mapas causales.
A partir de la evaluación participativa, el equipo de investigación realizó
un meta-análisis de los mapas causales mediante la aplicación de los programas
informáticos de Análisis de Redes Sociales (Ucinet® y NetDraw®). Los
resultados cuantitativos de esta fase fueron completados, contextualizados e
interpretados a partir de la información cualitativa obtenida mediante las
entrevistas en profundidad. Finalmente, los resultados de este meta-análisis
serán devueltos a los participantes a través de un taller organizado en base al
método de elaboración de propuestas estratégicas desarrollado por Ortiz (2009).
Con ello se pretende contrastar este análisis con el conocimiento local y, de esta
manera, facilitar la incorporación de los resultados en la praxis política y social
del desarrollo turístico-residencial.
El Análisis de Partes Interesadas identificó a los principales actores
sociales del sistema turístico-residencial mediante un total de 53 entrevistas en
profundidad que ofrecieron un mapa social y una descripción de las
características y relaciones que definen a los distintos actores dentro de él,
clasificadas a partir de cuatro dimensiones fundamentales: a) recursos o
capitales de que disponen los actores en su participación en el sistema turístico-

117
residencial (recursos de tipo financiero, institucional, social, organizacional,
simbólico, legal, etc.); b) influencia o capacidad de utilizar dichos recursos para
introducir cambios en el sistema; c) limitaciones u obstáculos en el ejercicio de
su influencia; y d) dependencia, tanto hacia otros actores como hacia los
beneficios procedentes del TR. A partir de la información recabada con este
análisis se identificaron seis principales sectores cuya representación en el
proceso de participación se consideraba imprescindible: asociaciones vecinales,
hostelería y restauración, promoción urbanística, ámbito académico, ONGs y
sector público. En total, el proceso contó con la participación de 62
representantes de estos sectores.
Las entrevistas también recabaron las diferentes percepciones acerca de
los impactos locales derivados del TR. Se pidió a cada uno de los entrevistados
que identificara y describiera los impactos más significativos. Con esta
información el equipo de investigación elaboró un primer listado de impactos
que constituyó el punto de partida del taller.
El taller contó con la participación de 22 representantes de los sectores
arriba señalados. La primera fase de la dinámica consistió en un plenario en el
que se desarrolló una tormenta de ideas sobre los impactos derivados del TR en
Pipa. El resultado de la dinámica fue un cuadro con un listado de impactos
tanto positivos como negativos (Tabla 1) consensuado por los participantes.

Tabla 1. Listado de impactos.

A partir de la identificación conjunta de impactos, los asistentes procedieron a


su discusión y evaluación y, seguidamente, seleccionaron aquellos que
percibían como más importantes para, en la siguiente fase, elaborar sus mapas
causales.

Tabla 2. Listado de impactos priorizados

Utilizando estos impactos priorizados (a partir de ahora impactosp) como


elementos de partida, se elaboró un mapa causal (Gráfico 1) para cada uno de

118
ellos. Un mapa causal es una herramienta que permite representar gráficamente
las variables y las relaciones causa-efecto que participan en la generación del
problema investigado (Weick, 1979). Las variables describen las opiniones,
ideas y/o temas clave y están representadas gráficamente mediante nodos.
Estos nodos están conectados mediante flechas unidireccionales que muestran
el sentido de la causalidad.

Gráfico 1. Ejemplo de mapa causal

Aunque los mapas causales pueden ser construidos a partir de entrevistas


individuales, cada vez resulta más habitual elaborarlos mediante reuniones
grupales (Ackerman y Eden 2001). Realizados en el marco de un grupo de
trabajo, los mapas causales representan el punto de vista común del asunto
analizado una vez se han discutido las diferentes posiciones. Con este método
resulta más sencillo que con otras técnicas cualitativas alcanzar acuerdos y
consenso entre las diferentes posiciones de los participantes (Albino et al.,
2002). Tal y como se ha indicado anteriormente, en torno al desarrollo local del
TR aparece una amplia variedad de actores sociales. Esta heterogeneidad de
grupos e intereses fundamenta la selección de una estrategia participativa en la
construcción de los mapas causales. Además, el esfuerzo deliberativo y la
heterogeneidad de los participantes favorecen que los mapas causales
elaborados no se limiten a recoger las causas y los efectos más evidentes y
generales que se derivan de los impactosp. Por el contrario, la heterogénea
composición del grupo y la deliberación hacen emerger los elementos causales
de mayor capacidad explicativa.

Meta-análisis de los resultados del proceso de participación

Por sí solos cada uno de los mapas causales elaborados son útiles para mejorar
el proceso de diagnóstico ya que desarrollan y organizan la cadena causal de los
impactos permitiendo centrar la atención en las causas de fondo de los
problemas (Evans, 2005). Dicho conocimiento permite evitar actuaciones

119
“superficiales” en las acciones de mitigación posteriores que supongan una
intervención sobre los síntomas antes que sobre las causas profundas. No
obstante, el análisis aislado e individual de los diferentes mapas causales no es
capaz de trazar y hacer analizable el complejo orden de flujos de repercusión
derivado de los impactos locales del desarrollo turístico residencial (Mathieson
y Wall, 1982). En otras palabras, los impactos derivados del turismo y sus
causas y consecuencias no se sitúan en la realidad en compartimentos estancos.
Por el contrario, conforman una intrincada red de relaciones directas e
indirectas que es necesario analizar desde una perspectiva estructural.
Para trazar y hacer analizables los complejos procesos causa-efecto de los
impactos locales, esta investigación presenta como novedad la incorporación al
proceso de diagnóstico un meta-análisis de los mapas causales a partir de
herramientas propias del Análisis de Redes Sociales, mediante el uso de los
programas informáticos Ucinet® y NetDraw®. Estos programas permiten
combinar los diferentes mapas causales y producir una red de procesos causa-
efecto inducidos por el TR en Pipa (Gráfico 2). Esta red es posible gracias a la
existencia de elementos comunes en los distintos mapas causales. Una vez
obtenida la red, es posible proceder a su análisis.

Gráfico 2. Red causal de los impactos del TR en Pipa

El estudio de la red causal no debe limitarse al estudio de las influencias


directas que cada nodo ejerce en los elementos de su entorno inmediato. Por el
contrario, si se pretende entender el complejo entramado de relaciones causales,
es necesario atender a las influencias indirectas. Éstas permiten comprender
cómo cada nodo influye, a través de otros, en el resto del sistema. De este modo,
es posible identificar los nodos más influyentes del conjunto de la red.
Para analizar la red causal teniendo en cuenta las influencias indirectas
se utiliza el indicador estadístico de cercanía ejercida (outcloseness en la
terminología propia del programa informático) mediante el programa
informático Ucinet®. El indicador de cercanía mide la capacidad de cada nodo
de alcanzar al resto de nodos de la red utilizando para ello nodos intermedios

120
(relaciones indirectas). Así, son más centrales los nodos con un mayor índice de
cercanía o, en otras palabras, aquellos nodos que, por su posición en la red,
influyen sobre el mayor número de nodos. Este tipo de análisis permite la
identificación de la base causal de los impactos.
En el marco de un proceso de planeamiento o intervención social, esta
información es de especial relevancia, porque, al actuar sobre estos nodos
basales, se ocasionaría un mayor efecto sobre el conjunto del sistema.
Sirva de ejemplo el resultado obtenido en la investigación realizada en Pipa,
donde los datos arrojados por el análisis de la red causal identificaron como
causas centrales (outcloseness > 1,000) de los impactos del desarrollo turístico-
residencial (Tabla 3).

Tabla 3. Causas centrales de los impactos del TR en Pipa (outcloseness


>1,000)

Una vez identificados estos nodos centrales, es necesario contextualizar esta


información en las dinámicas locales y globales del TR para dotar de sentido al
análisis cuantitativo. Para ello, se integra en este meta-análisis el conocimiento
adquirido por el equipo de investigación a través de las entrevistas realizadas
durante el trabajo de campo y la revisión documental previa. A partir de aquí,
es posible establecer, de nuevo con la cooperación de los agentes locales, futuras
líneas de actuación estratégica. No es posible en este artículo interpretar la
totalidad de causas identificadas por este análisis, por lo que focalizamos
nuestra atención en aquellas que obtienen puntuaciones a partir de 1,099.

Contextualización e interpretación de las causas centrales de los impactos del


turismo residencial en Pipa

Los nodos que tras el análisis de cercanía aparecieron como más influyentes,
pueden ser agrupados en las siguientes dimensiones: a) la importancia del
efecto del marketing y la publicidad de las grandes empresas de turismo
residencial (1), b) el déficit democrático en la gestión local y debilidad

121
institucional (5, 6, 7 y 8), y c) déficit de infraestructuras y su desigual
distribución socioespacial (2, 3 y 4).
La causa profunda que ejerce mayor influencia dentro del sistema causal
construido por los participantes del taller es Marketing y publicidad de las grandes
empresas. Esta causa hace referencia al modo en que los promotores turístico-
residenciales, a través de su capacidad mediática, venden la ilusión de que
controlan una ingente masa de compradores europeos en busca de una segunda
residencia en el nordeste brasileño. Se presentan ante la comunidad local y sus
representantes políticos como atractores de una demanda internacional de
segundas residencias que va a traer consigo innumerables riquezas para el
conjunto de la población y, de forma más individual, sobre determinados
actores situados en posiciones clave en los proceso de toma de decisiones
urbanísticas locales o estatales. Estos promotores internacionales construyen un
discurso en el que se posicionan como los conectores entre la demanda
potencial y el futuro desarrollo turístico del municipio. Esta realidad construida
les confiere un poder y una capacidad de negociación enorme tanto sobre los
propietarios individuales de terrenos como ante los representantes políticos
locales.
En realidad, ese control de la demanda internacional es ficticio, como así
lo ha demostrado la crisis de 2008. En el marco de una competencia turística
mundial entre destinos, las demandas turísticas internacionales se caracterizan
por su extrema volatilidad. En otras palabras, esta demanda internacional no
está, se construye en una disputa feroz dentro del sector de la promoción
urbanística internacional. Por tanto, no se puede poseer o controlar por parte de
estos promotores turístico-residenciales. Es una ficción, propia de la actual fase
del capitalismo (Verdú, 2003). Al mismo tiempo que los promotores turístico-
residenciales exhiben su supuesto control de una demanda internacional
ilimitada también se presentan ante los mercados emisores como poseedores de
una oferta turístico-residencial perfectamente construida y preparada para
recibirlos. En la publicidad, ofrecen unos paraísos turístico-residenciales que
satisfacen las demandas postmodernas de exotismo, seguridad física y alta
rentabilidad inversora. También estos paraísos han demostrado ser una ficción.

122
En gran parte, ni siquiera estaban construidas las infraestructuras mínimas y
necesarias para iniciar los proyectos que ya se vendían como hechos. Estamos
así ante un turismo de ficción. Una ficción construida a través de discursos
orales, escritos y audiovisuales y, que aprovechándose de Internet, se convierte
en un capital simbólico transportable y accesible a casi cualquier lugar del
mundo. Este discurso del turismo de ficción otorga un poder enorme a estos
promotores urbanísticos, tanto sobre la demanda como sobre la oferta.
Este poder de los promotores foráneos es una herramienta de presión y
negociación ante el poder político local que controla una parte importante de
las decisiones referentes al ámbito del planeamiento urbanístico. El discurso del
turismo residencial presenta al sector internacional como un motor de
desarrollo socioeconómico para la comunidad y como el nexo que liga estas
periféricas helioterrae con los mercados globales. Al mismo tiempo, a este
supuesto o ficticio beneficio comunitario se suman los beneficios particulares
que determinados actores políticos y económicos locales pueden conseguir a
cambio de tierras turísticamente interesantes o por su capacidad de influencia
política en las decisiones urbanísticas a tomar por la prefeitura (ayuntamiento).
La preeminencia de intereses particulares sobre los colectivos constituye el
déficit democrático en la gestión local identificado por los participantes y que
sostiene el entramado de decisiones que favorecen a las empresas promotoras.
Además, los intereses particulares también se han visto fortalecidos frente al
interés general a consecuencia de la connivencia del poder público en la escasa
fiscalización de los proyectos turístico-residenciales y en la impunidad
ambiental de las acciones de sus promotores. La falta de información en la
gestión local sería una manifestación más de una gestión pública espuria. A
estas circunstancias se añade la debilidad financiera municipal y el déficit de
cuadros administrativos formados brasileños, especialmente en municipios
pequeños y periféricos, como es el caso de Tibau do Sul.
En lo referente a la carencia de servicios públicos, que se ve aumentada por
la estacionalidad turística, cabe señalar el hecho de que en la nueva
configuración urbanística de Pipa se observa cómo las nuevas infraestructuras y
servicios se están localizando de acuerdo con los intereses y necesidades de los

123
proyectos turístico-residenciales, configurando una nueva lógica territorial.
Mientras las zonas habitadas por los nativos siguen padeciendo graves
deficiencias, las nuevas carreteras o el alcantarillado se construyen en torno a
estos nuevos espacios urbanos que además se sitúan fuera del casco tradicional,
dado que el suelo allí es más barato. Con el paso del tiempo, surge la paradoja
de que, al estar vacíos estos condominios por falta de demanda, estas nuevas
infraestructuras están absolutamente infrautilizadas. Esos nuevos espacios
centran el interés económico y político, concentran la inversión y se presentan
globalmente como la nueva Pipa dotada de nuevos significados culturales
ajenos a los culturalmente propios de la Pipa anterior.

Discusión

Hasta este momento, esta propuesta metodológica ha conseguido, en primer


lugar, identificar, a través de un proceso participativo, los elementos causales
con mayor capacidad explicativa de los impactos del TR en el caso de estudio.
En segundo lugar, el meta-análisis realizado sobre estos datos ha permitido
medir la intensidad con que determinadas variables afectan al sistema turístico-
residencial, así como interpretar esta información cuantitativa a partir de los
conocimientos generados durante el trabajo de campo.
La aplicación de los programas informáticos propios del Análisis de
Redes Sociales al análisis de mapas causales realizados en el marco de procesos
participativos ha permitido realizar un sofisticado diagnóstico de la compleja
estructura causa-efecto que se esconde detrás de los impactos locales del
turismo. Uno de los resultados de este análisis es la capacidad de identificar de
forma sistemática los nodos con mayor potencia explicativa de la red causal de
impactos. Mediante este análisis, que tiene como fuente el conocimiento local,
se produce un conocimiento nuevo, inexistente con anterioridad a la
investigación, que emerge de la combinación de conocimientos heterogéneos
organizados y plasmados en forma de mapas causales. Este conocimiento
nuevo puede servir a los actores sociales para conocer e interpretar mejor los
procesos y fenómenos sociales que tienen lugar en su comunidad. Así, la

124
finalidad última de los resultados del meta-análisis es demarcar áreas de
actuación que, en un posterior taller participativo, sean discutidas y tomadas
como punto de partida de propuestas de acción estratégica.
El análisis de la red causal del turismo residencial en el caso de Pipa ha
permitido descubrir cómo la lógica global se impone sobre la lógica local. Aquí
usamos el término lógica para hacer referencia a una forma construir el
territorio con un orden que responde a unos determinados intereses. Cuando
esos intereses son mayoritariamente foráneos, ligados a fenómenos globales
como el turismo y la circulación internacional de capitales, optamos por
calificar esa forma de ver y ordenar el territorio como una lógica global. La
lógica local respondería a intereses y grupos locales aún cuando se entiende que
esta no es homogénea sino plural y polifónica.
La imposición de la lógica global sobre la local se demuestra mediante la
desigual distribución de infraestructuras y servicios que benefician a los nuevos
territorios turísticos en detrimento de los espacios excluidos de la expansión
turística. En otras palabras, el modelo de desarrollo turístico implementado en
Pipa se orienta a favorecer la acumulación de capital o beneficios por parte del
capital privado internacional (lógica global) sobre la distribución social de los
beneficios (lógica local). La imposición de la lógica global se articula, por un
lado, con el apoyo de las elites económicas y políticas locales y, por otro, se
fundamente en la causa basal identificada por el análisis, esto es, el marketing y
publicidad de las grandes empresas. No obstante, sobre esta causa basal se
construye un discurso fundamentado en una ficción: la capacidad de las
grandes promotoras de controlar una demanda turístico-residencial. A partir de
la deconstrucción de este discurso - del reconocimiento de lo ilusorio del control
de las empresas sobre la demanda -, la población local podría articular un
nuevo discurso que primase la lógica local sobre la lógica global, dando lugar a
nuevas propuestas para reorientar el modelo de desarrollo turístico hacia una
priorización de la distribución social de los beneficios sobre los procesos de
acumulación.

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128
TABLAS Y GRÁFICOS:

Tabla 1. Listado de impactos.

IMPACTOS NEGATIVOS DEL TR EN PIPA IMPACTOS POSITIVOS DEL TR EN PIPA


Contaminación visual - discontinuidad
Diversificación de la oferta de alojamiento
arquitectónica
Deforestación ilegal Inversiones en Pipa
Destrucción de dunas Recepción de apoyos gubernamentales
Destrucción de la mata atlántica Aumento flujos de turistas
Fragmentación paisajística Mejora del planeamiento urbano
Construcción demasiado próximas al mar Ingresos municipales
Mejora de la calidad de los servicios
No respeto de las normas ambientales
comerciales
Desvalorización de la imagen de Pipa Aumento de la renta per cápita
Aumento de los precios(de la tierra) - inflación
Capacitación de la mano de obra
(inmobiliaria)
Inflación (exceso) de oferta de hospedaje Mejora de las infraestructuras y servicios

Turismo de masa - banalización del destino Generación de empleo

Competencia depredadora (o dumping


Conservación de recursos naturales
econômico)
Compra-venta ilegal de terrenos Intercambio cultural
Inestabilidad laboral Incremento del precio de la tierra
Costes públicos de mantenimiento e Aumento de la divulgación del destino turístico
infraestructura sin contraprestaciones de Pipa
Vida corta del destino turístico
Construcciones abandonadas - "ciudad
fantasma"
Construcciones ilegales
Crecimiento urbano descontrolado

Ciclo corto del destino turístico


Especulación inmobiliaria
Hábitat disperso
Prioridad de los gastos públicos para
accesibilidad turística en detrimento del
saneamiento ambiental

129
Tabla 2. Listado de impactos priorizados

IMPACTOS PRIORIZADOS POR LOS PARTICIPANTES


Prioridad de los gastos públicos para accesibilidad turística en detrimento del
saneamiento ambiental
Competencia depredadora (o dumping económico)
No respeto de las normas ambientales
Intercambio sociocultural
Crecimiento urbano desordenado
Aumento de la divulgación del destino turístico de Pipa
Ciclo corto del destino turístico
Deforestación ilegal

130
Tabla 3. Causas centrales de los impactos del TR en Pipa (outcloseness >1,000)

Etiqueta Ranking Nodo Valor outcloseness


en la red
96 1 Marketing y publicidad de las grandes empresas 1,109
La estructura pública no acompaña la estacionalidad del 1,099
1 2
volumen de basura generado en la región
17 3 Carencia de servicios públicos en áreas urbanas 1,099
El municipio no tiene preparada una estructura para la
106 4 1,099
implementación del alcantarillado y de una malla viaria
76 5 Falta de recursos y medios del poder público 1,099
75 6 Falta de recursos de comunicación 1,099
28 7 Connivencia del poder público 1,099
67 8 Falta de información 1,099
Prioridad de los gastos públicos para accesibilidad
118 9 1,092
turística en detrimento del saneamiento ambiental
121 10 Problemas culturales 1,025
41 11 Desinterés y falta de compromiso cívico-social 1,018
69 12 Falta de inversión en educación 1,013
119 13 Priorización de los intereses políticos y personales 1,012
71 14 Falta de planeamiento 1,011
65 15 Impunidad 1,011
Falta de colaboración entre la comunidad, el poder
62 16 1,01
público y los empresarios
83 17 Ficales mal capacitados 1,01
85 18 Ignorancia de las leyes 1,01
29 19 Construcción de condominios 1,008
91 20 Intereses económicos particulares 1,008
141 21 Venta de madera 1,008
16 22 Bajas restricciones ambientales 1,006
138 23 Valorización escénica del paisaje 1,006
92 24 Inversiones en publicidad 1,006
74 25 Falta de priorización de inversiones públicas 1,005
61 26 Falta de educación e conciencia ambiental 1,005
Relación de cuanto menor es la formación de la población
132 27 1,003
mayor será su manipulación
64 28 Falta de fiscalización y monitorización 1,003
120 29 Priorización de inversiones en otros sectores 1,003
124 30 Quemas 1,001
78 31 Falta de respeto al plan director 1,001
137 32 Utilización de las dunas para paseos en buggy 1,001
142 33 Venta de la tierra 1,001
Falta conocimiento de la población, así como el poder de
57 34 1,001
los grandes grupos que influyen en el plan director

131
Gráfico 1. Ejemplo de mapa causal

132
Gráfico 2. Red causal de impactos del TR en Pipa.

133
Análisis de redes de los impactos de la actividad
turístico-residencial

Hugo García-Andreu

Como se ha podido comprobar a lo largo de las páginas de este libro, el turismo


residencial no es solo una fórmula turística que ofrece alojamiento extra-
hotelero a millones de turistas y viajeros en todo el mundo. Tampoco es
meramente un sector económico intersticial entre el turismo y el negocio de la
construcción residencial, aún reconociendo la influencia y relevancia de ese
sector. El turismo residencial, tanto por su capacidad de impacto en todos los
ámbitos naturales y sociales como por la dimensión global que ha tomado en
los dos últimos decenios, es un fenómeno de una enorme complejidad. En los
dos últimos decenios se ha convertido en un vector central de las políticas de
crecimiento económico regional y nacional en gran parte del espacio turístico de
la periferia solar.
Al ser elegido como una herramienta clave para las estrategias de
crecimiento, adquiere una capacidad sociomorfológica de formidables
dimensiones. El turismo residencial, en su asentamiento y desarrollo sobre el
territorio, elimina estructuras locales y, en su lugar, edifica otras nuevas.
Modifica los ecosistemas locales y el paisaje, sustituyéndolos por una nueva
naturaleza turística. Invierte las pirámides demográficas. Modifica la
distribución de la población activa empujándola hacia los sectores de la
construcción y de los servicios. Condiciona el acceso a recursos básicos como el
agua. Define el número, el tipo y localización de las infraestructuras públicas.
Perturba las relaciones sociales y de género. Atrae inversiones foráneas y

134
aumenta el capital circulante. Altera los patrones de asentamiento generando
nuevos usos del espacio. Reordena la capacidad de control de la comunidad
sobre los procesos de toma de decisiones. Por último, elimina formas culturales
de toda índole que son suplantadas por formas detraídas de la cultura global.
En este sentido, el turismo residencial genera toda una serie de beneficios
y costes que se distribuyen de forma desigual entre los diferentes grupos
sociales de una región o comunidad. Estos cambios que produce la gigantesca
fuerza modeladora del turismo residencial condicionan y hasta determinan el
futuro de las comunidades y territorios donde se ha implantado y desarrollado.
A medio y largo plazo, terminan por transformarse en estructuras, en elementos
constituyentes y propios de los territorios y sociedades locales que, con el paso
del tiempo, determinarán el tejido social de las comunidades que optan por este
modelo de desarrollo turístico.
Por todo ello, es plausible considerar el planeamiento del turismo
residencial como una cuestión fundamentalmente política, antes que un
ejercicio propio de las ciencias de la planificación, urbanismo, del turismo o de
la economía. El control de los procesos de toma de decisiones que gestionan y
reparten estos impactos positivos y negativos se convierte en un socioespacio
de conflicto, en el que intervienen grupos de intereses contrapuestos. Si el
objeto del planeamiento es conseguir un desarrollo justo y sustentable, hay que
discutir no solo qué formas urbanas y turísticas va a reproducir en las zonas de
acogida sino, muy especialmente, cómo se distribuyen socialmente esos
impactos, cuáles son aceptables y qué grado de aceptabilidad tiene entre los
diferentes grupos sociales y, por último, qué capacidad poseen los menos
favorecidos por el desarrollo turístico residencial bien de oponerse al mismo o
bien de modificar sus condiciones.
Esta relevancia del turismo residencial como generador de nuevas
estructuras y definidor de futuros obliga a pensar en él y sobre él de una nueva
forma. Es posible que los métodos y técnicas de planeamiento tradicionales
sean insuficientes porque no incorporan el conflicto de valores ni la
incertidumbre asociada al proceso de planeamiento a largo plazo. Al tratar
sobre el desarrollo del turismo residencial estamos tratando de futuro y de

135
intereses, de valores y conflictos, de cambio social y opciones, y de una
actividad que genera cambios profundos y permanentes.
Es imprescindible que busquemos nuevos métodos y técnicas para
incorporar al estudio científico del turismo residencial su naturaleza política.
Un nuevo enfoque epistemológico que haga propias la incertidumbre y la
coexistencia de valores heterogéneos y enfrentados. Lo que se propone en las
siguientes páginas es una metodología, unas técnicas y unas herramientas
participativas para la construcción de diagnósticos y propuestas para dirigirse
hacia modelos de desarrollo que sean ambiental y económica viables y
socialmente justos y equitativos. El método participativo afianzado
epistemológicamente por la propuesta de la Ciencia Posnormal aparece como el
más adecuado dado lo turbulento del entorno turístico.
Las propuestas más críticas de las CC.SS. han entendido los métodos
participativos como instrumentos de cambio social. Así, el fortalecimiento del
capital social y de la identidad comunitaria, la profundización de la democracia
y el conocimiento que los participantes van adquiriendo a lo largo del proceso
participativo generan una serie de sinergias con una fuerte intención
transformadora de la realidad social. Admitiendo la capacidad de cambio
sociopolítico de los procesos participativos, en los capítulos que a continuación
se exponen, se enfatiza la dimensión práctica de la participación. Los procesos
participativos bien diseñados, orientados, implementados y analizados pueden
proporcionar información de alta calidad que mejora los procesos de toma de
decisiones que se deban llevar a cabo en el planeamiento local del turismo
residencial.
La suma de saberes que se pueden encontrar en un proceso participativo
cuando los participantes provienen de diferentes sectores socioeconómicos
locales, y cuando los argumentos que articulan y reflejan los intereses y valores
de cada grupo se exponen de forma abierta y deliberativa, ofrece mapas
informacionales más completos, refrendados y contrastados.
A continuación, se expondrán con más detalle los argumentos
epistemológicos y metodológicos de la propuesta de la Ciencia Posnormal
aplicada al análisis y planeamiento de modelos de desarrollo turístico

136
residencial. Seguidamente, se expondrán dos propuestas metodológicas para el
acercamiento participativo del turismo residencial. La primera presenta un
método de diagnóstico socialmente compartido de impactos del turismo
residencial a escala local. La segunda ofrece una serie de caminos para hacer
propuestas orientadoras del desarrollo del turismo residencial también
mediante procesos participativos.

El turismo residencial y sus repercusiones a nivel local como objeto de la


Ciencia Posnormal

La propuesta de la Ciencia Posnormal elaborada por Silvio O. Funtowicz y


Jerome Ravetz (1993, 1994a, 1994b, 2002) constituye un marco teórico-
epistemológico más que adecuado en la introducción de criterios participativos
en la investigación sobre destinos turísticos residenciales. Para estos autores, el
mundo se enfrenta en la actualidad a un nuevo tipo de problemas, cuya
complejidad valorativa, las importantes implicaciones de sus consecuencias y
su alto nivel de incertidumbre superan la capacidad de la ciencia tradicional – la
Ciencia Normal, en términos de Khun – para ofrecer diagnósticos y soluciones
certeras. Si bien Funtowicz y Ravetz ejemplifican las posibilidades de la Ciencia
Posnormal a través de problemas de amplio alcance y de carácter global, tales
como el cambio climático o la producción energética, las variables que definen
un problema como objeto de Ciencia Posnormal – esto es, altos niveles de
incertidumbre y diversidad de valores/posiciones en juego- pueden también
tener lugar en la escala local. En este sentido, en contextos en los que el turismo
residencial ha adoptado un papel central en las dinámicas socioeconómicas
locales, es posible, como se verá a continuación, identificar un elevado nivel de
incertidumbre a la hora de producir certezas científicas y tomar decisiones
inequívocas, así como comprobar que tanto lo que se pone en juego en las
decisiones como la variedad de valores e intereses, son igualmente elevados
(Ortiz, 2009).
En relación a la cuestión de la incertidumbre, el turismo residencial se
caracteriza por una complejidad intrínseca, de la que la propia denominación

137
de este modelo turístico ya es en sí misma un reflejo. El concepto turismo
residencial hace referencia a la actividad centrada en la oferta y demanda de
vivienda como principal tipo de alojamiento turístico, así como a la producción
de servicios e infraestructuras, y a los cambios morfológicos, socioculturales y
económicos que ello conlleva. Esta actividad turística se distingue por la
multiplicidad de variables que en él confluyen, tanto de índole económica y
urbanística como social, política, cultural y medioambiental (Aledo, García-
Andreu y Ortiz, 2006), y que se entretejen en una compleja red de causas,
efectos y agentes implicados. Haciendo uso de la definición de ambivalencia de
Bauman (1996), podría decirse que el turismo residencial es un sistema
altamente ambivalente, en el sentido de que se hace imposible discriminar sus
componentes y dinámicas, al referirse éstos, de forma simultánea, a múltiples
categorías.
Algunos autores (McKercher, 1999; Russell y Faulkner, 1999; Faulkner y
Russell, 2003) han definido el turismo, en sentido amplio, como un sistema
complejo y caótico. Esta perspectiva critica la tendencia a analizar el turismo
como un sistema lineal y determinístico que puede ser controlado y que es
predecible, dependiendo dicho control de la calidad de los datos y de la
capacidad de “diseccionar” los elementos del sistema como si de una máquina
se tratara. Por el contrario, las complejas interacciones no lineales entre el gran
número de variables y de actores que entran en juego en el sistema turístico y la
existencia de relaciones de poder que afectan al funcionamiento del mismo,
impiden conocer de forma precisa el comportamiento futuro del sistema. Esta
incertidumbre se acentúa en el caso del turismo de tipo residencial, dada su
inherente indeterminación y su capacidad de filtrarse y fundirse con todos los
aspectos de la vida social del destino, lo que dificulta las posibilidades de
distinguir sus dinámicas puramente turísticas de aquellas de carácter
urbanístico o de carácter demográfico (Ortiz, 2009).
Un ejemplo de las dificultades a las que se enfrenta la investigación en
materia turístico-residencial a la hora de analizar y explicar este modelo
turístico, es posible encontrarlo en una reciente investigación en el contexto de

138
la Costa Blanca española28. A partir del trabajo conjunto de expertos en turismo
residencial procedentes de múltiples ámbitos (empresa privada, sector público,
asociaciones cívicas, y un grupo multidisciplinar de académicos), se persiguió,
mediante un enfoque sistémico y estructural, el diseño de un escenario de
futuro probable para el sector turístico-residencial en la provincia de Alicante
(Aledo, Ortiz y García-Andreu, 2008). De las conclusiones de este panel de
expertos se extraía un escenario de futuro relativamente estable, con una
continuidad en la tendencia al alza de los precios de la vivienda, un aumento de
las exigencias medioambientales y de calidad, y ligeras disminuciones en la
demanda extranjera, entre otras cuestiones. Nada hacía pensar, a partir de los
resultados alcanzados por este grupo, que pocos meses después de la
realización de este trabajo, en la segunda mitad de 2007, comenzaría un periodo
de crisis en el sector inmobiliario con el que la actividad turístico-residencial ha
experimentado una profunda ralentización. Tanto esta situación crítica que
atraviesa el sector en la actualidad como otras sufridas con anterioridad - como
la del año 1991 - no han podido ser anticipadas con precisión por los expertos
en la materia, lo que refleja las evidentes dificultades para la comprensión y
análisis de este modelo turístico.
A estas incertidumbres se añaden otras de carácter global tales como los
efectos que el cambio climático podría tener en estos destinos cuyas condiciones
climáticas constituyen uno de sus principales atractivos (Becken y Hay, 2007).
En este sentido, como sugieren Jamal y Getz (1995) o Russell y Faulkner (1999)
podría hablarse del sistema turísitico – y, en este caso, del sistema turístico-
residencial – como un entorno turbulento (turbulent environment), en tanto que
las dinámicas de sus elementos, incluso mediante pequeños cambios aleatorios,
y sus interrelaciones con otros sistemas pueden producir consecuencias no
anticipadas de gran alcance en el conjunto del entorno en que tienen lugar. Un
ejemplo del carácter turbulento del sector turístico residencial se observa en las
consecuencias que ha tenido sobre la capacidad de compra de las familias
españolas la crisis financiera estadounidense relacionada con la concesión de

28
Dicha investigación se enmarca en el proyecto de Investigación y Desarrollo Turismo residencial:
análisis de la demanda y propuestas de reestructuración para los destinos consolidados. Ref:
SEJ/2005/04305

139
hipotecas “subprime” de alto riesgo. Los efectos de esta crisis se han visto
reflejados, en el caso de España, en la reducción en las concesiones de créditos,
lo que repercute de forma clara en la disminución de las ventas de segunda
residencia en municipios turístico-residenciales. En este sentido, la
incertidumbre es un factor altamente definitorio del turismo residencial y de los
destinos que han desarrollado este modelo (Ortiz, 2009).
En relación a la segunda variable de la ecuación de la Ciencia Posnormal
- la referente la diversidad valorativa y a la relevancia de lo que se pone en
juego en las decisiones -, la propia complejidad del turismo residencial tiene sus
raíces en la multiplicidad de actores, con sus intereses y expectativas, que
participan en el funcionamiento del sistema. Como apuntan Hall y Jenkins
(1995), tras las decisiones tomadas en materia turística en los planos político,
empresarial/organizacional e individual subyacen valores que guían el
proceso. En el caso del turismo residencial, dichos valores, se entrelazan y
enfrentan en el seno de una amplia red de stakeholders o actores sociales
interesados o afectados en algún sentido por el turismo residencial.
Por un lado, el sector empresarial de la construcción ha ejercido una
fuerte influencia en la toma de decisiones en materia urbanística,
condicionando sus intereses el devenir de los municipios turístico-residenciales
en las últimas décadas. Este sector económico ha sido sin duda uno de los
principales beneficiados del desarrollo del turismo residencial en el caso
español. Su capacidad de influencia en el planeamiento local y su búsqueda de
beneficio a corto plazo, explica en gran medida el rumbo tomado por algunos
municipios (García-Andreu, 2008). En el ámbito económico, el empresariado
comercial, hostelero y del ocio tienen igualmente intereses evidentes en la
industria turística. También el sector primario forma parte de la red de
stakeholders del turismo residencial, puesto que compite con el desarrollo
turístico-urbanístico, dado que una buena parte de los terrenos transformados
en suelo urbanizable y urbano, destinado a la producción de viviendas con
fines turístico-residenciales, era anteriormente de uso agrícola (Furió, 1996;
Aledo 2008). Otro de los agentes fundamentales en el desarrollo turístico-
residencial es la clase política, por su papel de representante democrático de los

140
intereses ciudadanos en la toma de decisiones públicas, pero también por los
múltiples casos de corrupción política relacionados con la actividad urbanística
que han salido a la luz en España en los últimos años (Diez y Gómez-Céspedes,
2008). Por otro lado, los importantes efectos del turismo residencial sobre el
entorno ambiental han movilizado a diversas agrupaciones ecologistas, que han
denunciado las profundas transformaciones medioambientales que sufre la
costa española como resultado del urbanismo feroz (Greenpeace, 2008).
También se han activado movimientos cívicos de diversa índole en reacción a
las consecuencias de la legislación urbanística valenciana sobre la propiedad
privada y sobre el entorno natural29.
El turismo residencial tiene, además, un importante componente
demográfico. En este sentido, los municipios turístico-residenciales aglutinan a
una diversidad de grupos sociodemográficos con intereses heterogéneos en
relación a la actividad turística y urbanística: residentes autóctonos, que han
experimentado de forma directa la progresiva transformación física, económica
y sociocultural de sus municipios; inmigrantes de carácter laboral atraídos por
la oferta de puestos de trabajo en los sectores de la construcción y hosteleros;
inmigrantes extranjeros jubilados, antiguos turistas que deciden asentarse en el
destino turístico de forma más o menos permanente, que representan uno de
los principales demandantes de vivienda y que traen a la vida local su bagaje
cultural en mayor o menor medida; turistas vacacionales, que residen en el
destino en periodos puntuales y que necesitan y exigen servicios locales
durante su estancia, etc.
También los proveedores de servicios e infraestructuras juegan un papel
importante en el funcionamiento del sistema, al requerir de los recursos
necesarios para abastecer a la población permanente y estacional de estos
destinos en sus necesidades sanitarias, energéticas, hídricas, de seguridad,
limpieza, etc. Y esta compleja red de stakeholders se amplía al trascender el
ámbito de lo local, entrando en juego gobiernos regionales, nacionales y

29
Es el caso de Compromís pel territori, coordinadora que reúne a 70 colectivos cívicos o la asociación
Abusos urbanísticos no, entre otras.

141
supranacionales, tour-operadores y cadenas empresariales internacionales,
destinos competidores, etc.
Teniendo en cuenta esta complejidad valorativa y la incertidumbre
implícitas al turismo residencial, parece adecuado considerar a este modelo
turístico como un objeto de la Ciencia Posnormal, cuyo análisis ha de ser
abordado, por lo tanto, desde un nuevo enfoque. Funtowicz y Ravetz defienden
la idea de que la Ciencia Normal, en el sentido empleado por Khun (1970)30, no
es capaz de enfrentarse por sí sola a la explicación y resolución de los nuevos
problemas posnormales. Es decir, la ciencia tradicional, que se caracterizaba por
su esfuerzo por eliminar la incertidumbre y por mostrarse libre de valores, deja
de ser útil ante los nuevos problemas globales (Funtowicz y Ravetz, 2000, 2002).
Las características propias de los objetos de la Ciencia Posnormal implican que
los expertos se encuentran incapacitados para resolver mediante modelos
estadísticos u otro tipo de estrategias científicas tradicionales – bien por la
imposibilidad de testear sus outputs o bien por la dudosa fiabilidad de sus
inputs –, así como para pronunciarse de manera unívoca ante aquellos
problemas en los que la pluralidad de actores interesados y afectados es muy
elevada. Una situación de estas características no debería dar lugar a la
paralización de la actividad científica ante sus propias debilidades, sino a un
cambio en sus mecanismos tradicionales, pasando del rechazo de las
incertidumbres tanto epistemológicas como éticas a su explicitación y manejo.
La lucha contra la incertidumbre debe ser sustituida por la búsqueda de
la calidad, según Funtowicz y Ravetz. En este sentido, los autores afirman que
si la incertidumbre existente en los inputs y en las conclusiones es irreductible,
entonces hay que preguntarse por la calidad, entendida como el grado en que
las opciones políticas o de actuación recomendadas son robustas en
contraposición a las incertidumbres latentes. Pero los sistemas de evaluación de
la calidad en la Ciencia Posnormal no pueden seguir circunscritos a los círculos
tradicionales de expertos. Si el conocimiento experto no está ya capacitado para
dar respuesta a los problemas objeto de la Ciencia Posnormal, los expertos

30
Thomas Kuhn define la ciencia normal como el proceso de solución de un puzzle o problema, en busca
de una verdad objetiva, en el marco de un paradigma teórico compartido por la comunidad científica que
guía la investigación.

142
pierden su anterior posición predominante en relación a la sabiduría en dicha
materia, compartiendo su legitimidad con otras perspectivas no expertas
(Funtowicz y Ravetz, 1994a)31. Por lo tanto, la comunidad de evaluadores
debería pasar de los sistemas de revisión de pares, tradicionales de la esfera
científica y profesional, a una “comunidad de pares ampliada” (extended peer-
communities) (Funtowicz y Ravetz, 1994a, 1994b, 2000). Esta comunidad de
pares ampliada consiste “no solo en personas con algún tipo de acreditación
institucional, sino más bien en todas aquellas que desean participar en la
solución del problema” (Funtowicz et al., 1999: p.10)32. De este modo, se aborda
tanto el problema de la incapacidad experta para la aportación de respuestas
inequívocas como el de la multiplicidad de valores y posiciones en juego en el
proceso de toma de decisiones.
Estas comunidades de pares ampliadas se consideran indispensables en
la Ciencia Posnormal y se configuran a partir del encuentro entre las partes y la
exposición de los distintos valores presentes, que pasan a formar parte del
diálogo. Este hecho no niega la relevancia del conocimiento científico y experto,
sino que amplía sus posibilidades, puesto que, en este tipo de problemas
complejos en los que se entretejen múltiples perspectivas, cada experto es al
mismo tiempo inexperto en las áreas de conocimiento del resto de participantes
(Funtowicz y Ravetz, 1993, 1994a).
La apertura del ámbito de la planificación y gestión turística a la
participación de nuevos agentes sociales ha sido defendida, no sólo por la
propuesta posnormal, sino por otros muchos expertos en estudios turísticos
(Ortiz, 2009). En este sentido Murphy (1985) enfatiza en la importancia de las
estrategias de planificación que incorporan los objetivos y deseos de la
comunidad local. Las razones expuestas por este autor aluden a que el

31 Esto recuerda a su vez a la obra de Ulrich Beck y a su trabajo en torno a la sociedad del riesgo,
cuando afirma: “En las temáticas de riesgo nadie es experto o lo son todos; se trata de un
fenómeno cultural en el que cada colectivo deja sentado y presupone lo que los riesgos pueden
desencadenar y provocar” (Beck, 1996: p.213). De este modo, se rompe el antiguo monopolio
que la ciencia tenía sobre el ámbito de la racionalidad puesto que “siempre hay
reivindicaciones, intereses y puntos de vista en competencia y conflicto de los distintos agentes
de la modernidad y grupos afectados, que se ven reunidos en la definición de los riesgos (…).
No hay ningún experto en riesgo” (Beck, 1992: p.29, traducción propia).
32 Traducción propia.

143
desarrollo turístico debe servir tanto a turistas como a residentes locales ya que
estos últimos son parte del producto turístico y que su exclusión puede derivar
en acciones de resistencia y hostilidad que pueden “destruir el potencial total
de la industria” (Murphy, 1985: 153). En la misma línea, Long (1993) y Gunn
(1994) señalan que si la población local afectada no es incorporada en el proceso
de planificación, hasta el mejor documento de planificación puede resultar un
fracaso. De forma similar, Ap (1992) y Lankford (1994) señalan la importancia
de tener en cuenta las percepciones de los residentes a los impactos del turismo
para aumentar las posibilidades de éxito en la planificación y políticas
turísticas. En la misma línea, otros autores (Jamal y Getz, 1995; Brohman, 1996;
Mazón y otros, 1996; Tosun y Timothy, 2003) argumentan que la participación
de la población local resulta positiva al redundar en un aumento de la
información de base sobre la que se apoyan las decisiones posteriores. Esto es
así, debido a que en muchas ocasiones las peculiaridades y dinámica del ámbito
sobre el que se pretende actuar son conocidas no sólo por políticos y técnicos
sino por la población afectada que aporta nuevas perspectivas de los problemas
planteados (Mazón y otros 1996). En este mismo sentido, para Tosun y Timothy
(2003) la incorporación de este tipo de información contribuye a reducir los
errores de los planificadores que suponen en muchas ocasiones grandes
pérdidas económicas. Reforzando lo señalado arriba por los autores citados se
encuentra la propuesta metodológica para la planificación de los espacios
turísticos elaborada desde la Fundación Cavanilles de Altos Estudios Turísticos
(Vera y otros, 1997: 387). En ella se destaca la importancia de abrir un proceso
de participación de administraciones, colectivos y ciudadanos en la fase de
análisis y diagnóstico de los municipios. En último lugar, algunos autores (Díez,
Gómez-Cespedes, Prieto del Pino, Stangeland y Vera, 2003) plantean la
participación de la población, como una manera de contribuir a reducir la
corrupción urbanística, la cual genera indefinición a los ciudadanos que
directamente la padecen y de forma general atenta contra los intereses del
conjunto de la población.
Tomando en consideración todo lo expuesto hasta este punto, la
posibilidad de asegurar la calidad de la investigación en materia turístico-

144
residencial mediante la ampliación de la comunidad de pares, parece una
medida ciertamente apropiada. De este modo, la información con que se provea
a los procesos de decisión podría ver reducido su nivel de error e
incertidumbre, así como la preeminencia de intereses y valores de un grupo
determinado, en tanto que cuente con aportaciones de las distintas partes que
experimentan el fenómeno turístico y permita hacer explícitos los distintos
valores en juego (Ortiz, 2009).
La omnipresencia de este modelo turístico a nivel local en lo social, lo
económico, lo político y lo ambiental hace que las decisiones que se tomen en
relación al futuro del sector tengan implicaciones profundas sobre las
comunidades locales – entendidas en su heterogeneidad y diversidad – y sobre
su entorno. A la hora de tomar medidas que determinen el rumbo de la
actividad turístico-residencial es necesario tener en cuenta las posibles
consecuencias que dichas decisiones podrían tener en cada uno de los
stakeholders implicados. Puesto que todos ellos juegan un papel imprescindible
en la producción y reproducción del sector, los perjuicios que pudieran sufrir
con motivo de decisiones mal informadas podrían tener efectos sobre el
conjunto del sistema. Por tanto, es necesario contar con herramientas que
aseguren que los procesos de planificación y decisión no ignoren esta
heterogeneidad valorativa que caracteriza al turismo residencial.
Este es, por tanto, el objetivo principal que será abordado en las páginas
que siguen. Asumiéndose la necesidad de crear una nueva y ampliada
comunidad evaluadora del planeamiento y desarrollo turístico, se ofrece una
herramienta útil a través de la cual los diversos actores sociales implicados y
afectados por las dinámicas turístico-residenciales puedan participar en la
mejora de la información que guíe las futuras decisiones políticas en el ámbito
local. En concreto, se expone el método participativo empleado en el caso de
dos municipios turístico-residenciales de la Costa Blanca (Alicante, España). A
través de los casos de Dénia (en este capítulo) y de Altea (en el siguiente), se
pretende ofrecer una serie de propuestas metodológicas para el diagnóstico y
diseño de medidas de actuación a través de la participación ciudadana, de

145
modo que puedan servir como ejemplos para la introducción de criterios
participativos en la planificación de otros destinos turísticos.

Propuesta de diagnóstico de los impactos locales de la actividad turístico-


residencial

La actividad turístico residencial se inició en España hace más de cincuenta


años (ver “De la tierra al suelo” de Aledo en este mismo libro). Durante tan
larga convivencia entre esta actividad y los territorios y comunidades de
acogida, la investigación académica ha consolidado inercias analíticas que han
dificultado el entendimiento de las dinámicas sociales que explican la realidad
de los municipios turísticos de litoral y las debilidades estructurales que
experimentan. En la mayor parte de las ocasiones los diagnósticos realizados
soslayan la importancia de los elementos internos que construyen y participan
el modelo de desarrollo. En la misma línea, las soluciones propuestas a los
problemas identificados se enfocan desde análisis meramente técnicos que
soslayan cualquier contenido político que pueda acontecer en el planeamiento y
en la actividad turística. A pesar de estas enraizadas inercias, la relevancia
socioeconómica de la actividad turístico-residencial en los municipios de litoral
español justifica y exige esfuerzos científicos para mejorar los métodos de
diagnóstico de las causas y consecuencias de los modelos de desarrollo.
Con el objeto de fortalecer los métodos de análisis de impacto del
turismo, en las siguientes páginas se presenta la novedad metodológica de la
aplicación de los programas informáticos de análisis de redes sociales (Ucinet®
y NetDraw®) a la Metodología de Redes Causales (MRC a partir de ahora)
(Miles y Huberman, 1994; Nash, 2006). La finalidad de esta propuesta es
mejorar los procesos de diagnóstico de los impactos de la actividad turístico-
residencial a escala local que ayuden a un planeamiento ambiental, económico
y socialmente más eficaz. En concreto, esta propuesta metodológica se articula
en los siguientes pasos: primero, se identifican los impactos locales de la
actividad turístico-residencial mediante la participación de stakeholders locales
previamente seleccionados; segundo, se elaboran las cadenas causales de cada
uno de los impactos identificados; tercero, se realiza un análisis de redes de

146
todas las cadenas causales elaboradas. Este tipo de análisis permite trazar una
estructura causal de los impactos seleccionados y, de ésta, identificar los
elementos de mayor repercusión sobre el sistema turístico. El potencial de esta
propuesta metodológica reside en su capacidad de gestionar de forma
sistemática un gran volumen de información. Los resultados ayudan al
planificador local y al resto de agentes intervinientes a priorizar sus actuaciones
rentabilizando así los recursos existentes.
Antes de entrar de lleno en dicha propuesta metodológica se abordan
ciertos aspectos contextuales necesarios para situarla en un tiempo y espacio
determinados. En concreto, (1) se caracteriza la actividad turístico-residencial en
el litoral español, (2) se señalan las deficiencias presentes en los diagnósticos de
la actividad turística realizados hasta el momento y, (3) se contextualiza de
forma breve el caso de estudio con el que se ejemplifica la propuesta
metodológica33.

La actividad turístico-residencial en el litoral español


Durante décadas las localidades del litoral mediterráneo español han articulado
sus estrategias de crecimiento en torno a la actividad turístico-residencial
(Mazón, 2006; Torres, 2003), con el predominio de la producción de suelo
urbano y de la construcción y venta de viviendas (Aledo, Mazón y Mantecón,
2007). Estos municipios han orientado principalmente su oferta inmobiliaria al
mercado nacional e internacional vacacionista (Blanquer, 2002) y al de retirados
internacionales (Casado, 1999; Rodríguez, Fernández-Mayoralas y Rojo, 1998;
García-Andreu, 2005). Como consecuencia de esta opción estratégica, sectores
económicos tradicionales, tales como la pesca o la agricultura, se convirtieron
en actividades testimoniales (Jurdao, 1992; Vera, 1992). Por otro lado, la
hegemonía del turismo residencial ha absorbido gran parte del capital natural,
económico y social y, por lo tanto, ha impedido la aparición de nuevas

33
La propuesta aquí desarrollada se ha obtenido de la tesis doctoral de uno de los autores (García-Andreu,
H., 2008). El trabajo de campo de dicha tesis doctoral se realizó en el marco del proyecto de investigación
I+D+i financiado por el Ministerio de Educación y Ciencia Turismo residencial: análisis de la demanda y
propuestas de reestructuración para los destinos consolidados. Ref: SEJ/2005/04305.

147
actividades que hubieran favorecido la imprescindible diversidad
socioeconómica que requieren los municipios (Salvá, 1996; OSE, 2006a).
En definitiva, la excesiva dependencia de numerosos municipios españoles de
la construcción de viviendas asociada a la actividad turístico-residencial los ha
situado en una posición de riesgo que se ha materializado una vez que ha
estallado la crisis inmobiliaria.

Diagnósticos en turismo

Numerosos analistas y expertos en el estudio del turismo residencial llevan


desde hace tiempo advirtiendo de las deficiencias estructurales de este modelo
turístico. Han señalado el peligro que representa la excesiva especialización y
dependencia económica de estos municipios de la construcción residencial
(MUNRES; 1994; Vera, 1994; Torres, 2003; Olcina y Rico, 2005; EXCELTUR,
2005). Asimismo advierten de la pérdida de calidad del destino turístico debido
a los fuertes impactos ambientales que la expansión urbanística no planificada
ha ocasionado (OSE, 2006b; AEMA, 2006). Así pues, se hace necesario también
incluir en el diagnóstico sobre esta situación de riesgo los elementos internos
que han participado en la construcción de este modelo de desarrollo y sus
impactos. De este modo, es más fácil comprender las causas y consecuencias de
la permanencia de este modelo de desarrollo y de sus vulnerabilidades
estructurales que padecen estas localidades turístico-residenciales (García-
Andreu, 2008; Greenpeace, 2007; Aledo y Mazón, 2005; EXCELTUR, 2005;
Almenar y Bono, 2002).
En este sentido, a la hora de analizar los impactos que la actividad
turístico-residencial ocasiona sobre los municipios de la Costa Blanca hay que
tener en cuenta que estamos ante destinos maduros, lo que nos lleva a destacar
dos hechos. Por un lado, el turismo residencial se asentó hace décadas en estos
municipios españoles y sus efectos se han ido imbricando con sus entornos
ambiental, económico, social y cultural. Por lo tanto, sería un error realizar los
análisis de las causas y efectos de esta actividad como si ésta fuese un factor
externo, una fuerza exógena que actúa sobre la sociedad de acogida. Es decir, la

148
actividad turístico-residencial se ha entretejido y co-evolucionado con el
conjunto de estructuras locales y ha pasado a formar parte de esos elementos
estructurales y estructurantes de las comunidades de acogida. Los impactos del
pasado son en la actualidad características del modelo que, a su vez, generan
nuevos impactos. Así, las consecuencias son causas y viceversa de tal modo que
las variables de análisis presentan una doble naturaleza causa-efecto (Weick,
1979 en Miles and Huberman, 1994: 152). Así pues, este enfoque entiende que
las relaciones de la actividad turístico-residencial con las otras estructuras y
elementos locales son densas, ocasionando una compleja red de múltiples y
mutuas interacciones. Por otro lado, al interactuar esta actividad con la mayoría
de las estructuras locales aparecen múltiples interesados y afectados
(stakeholders). El turismo residencial afecta a la gran mayoría de los agentes
económicos locales. Conlleva la llegada de nuevos grupos tales como retirados
internacionales e inmigrantes laborales. Por último, también influyen los
anfitriones al transformar sus estilos de vida.
Ante esta complejidad de agentes y efectos, se hace necesario nuevos
métodos de diagnóstico de la actividad turístico-residencial en el contexto local
que proporcionen análisis sólidos, holísticos e incluyan a la variedad de
stakeholders. Entendemos por análisis sólido aquél que profundiza en las
cadenas causales de los problemas; por enfoque holístico el que incorpora el
análisis de las múltiples interacciones entre los elementos ambientales,
económicos, urbanísticos y socioculturales que participan de la actividad
turístico-residencial; por último, como se ha mencionado, la multiplicidad de
grupos de interés y afectados que entran en conflicto por el control de las
políticas locales relacionadas con la actividad turístico-residencial (Mantecón,
2008) y por la definición y distribución de sus impactos (Aledo y Mazón, 2005)
hace evidente la necesidad de incluir una variedad de stakeholders en los
procesos de diagnóstico.
Para incorporar estas tres premisas conceptuales en el análisis de los
impactos locales de la actividad turístico-residencial se propone el empleo de la
MRC alimentada en su input informacional por la participación de los diferentes
actores sociales implicados y afectados. De esta manera, se conjuga una

149
metodología holística y sólida, proporcionada por el análisis de redes causales,
con la aplicación de técnicas participativas en los procesos de diagnóstico que
permite la inclusión de los diferentes intereses, valores y conocimientos locales.
Así, se favorece la producción de consensos a la hora de identificar las causas de
fondo de los problemas locales y, al mismo tiempo, se genera información de
calidad que permite mejorar la toma de decisiones durante el diseño de
opciones estratégicas para el desarrollo local (Ortiz et al, 2007).
Este método de diagnóstico fue aplicado en el análisis causal de los
impactos de la actividad turístico-residencial en Dénia durante una
investigación realizada en la primavera de 2007. A continuación se lleva a cabo
una breve descripción de la evolución del municipio desde 1960 hasta el
presente con el objeto de explicitar el contexto socio-turístico en el que se aplicó
esta propuesta metodológica.

El caso de Dénia

Dénia es un municipio de la Costa Blanca, localizado a 53 km. al norte de la


ocio-urbe de Benidorm. Este municipio es prototípico del turismo residencial de
la España mediterránea (García-Andreu y Rodes, 2004; Mazón y Huete, 2005).
Su costa con 20 km. de playas, junto con el Parque Natural del macizo del
Montgó y la zona de huerta que rodea el casco urbano fueron atractivos
turísticos que explican su rápido desarrollo turístico residencial iniciado a
mitad de la década de los sesenta del siglo pasado. En esos años comienza a
abandonarse las actividades tradicionales de la agricultura, pesca y la industria
del juguete para volcarse en la construcción, en el sector inmobiliario y en los
servicios asociados al turismo (Ciudad, 1995). El crecimiento es tal que los
12.185 habitantes registrados en 1960 se doblan en 1991, para superar los 40.000
quince años más tarde (INE, 2008). Estos crecimientos se deben a los fuertes
movimientos inmigratorios, primero de españoles del centro y sur de la
Península atraídos por la demanda de mano de obra que genera el turismo y la
construcción y, posteriormente, de un importante volumen de jubilados
europeos, al que a partir de 1999, se le suma la inmigración laboral procedente

150
de países en desarrollo (Viruela y Domingo, 2001). Tras cuarenta años de
turismo residencial, su estructura de alojamiento turístico está fuertemente
desequilibrada. En 2001, Dénia ofertaba tan sólo 1.321 plazas hoteleras (2.245 en
2008), mientras que el número de plazas extra-hoteleras –número de camas en
viviendas de potencial uso turístico- ascendía en el mismo año a 78.299 (García-
Andreu, 2008: 202). Este desarrollo ocasiona que el sector turístico de Dénia
muestre todas las características del turismo residencial, a saber, fuerte
estacionalidad y concentración espacial, errónea planificación urbanística,
oferta complementaria poco desarrollada, fuerte impacto ambiental y
paisajístico y excesiva dependencia del sector de la construcción (Mazón, 2006).

El método de diagnóstico

Tal y como se ha señalado en al anterior capítulo, la participación de los


diferentes actores sociales implicados y afectados por la actividad turístico-
residencial constituye una de las premisas conceptuales de la presente
propuesta de diagnóstico. La intervención de los stakeholders tiene lugar en las
primeras fases de análisis de los impactos; a saber, identificación de los
impactos a escala local y elaboración de las cadenas causales de dichos
impactos. La cuarta fase de esta propuesta utiliza el análisis informático de
redes de las cadenas causales con el objeto de trazar una estructura causa-efecto
de los impactos e identificar las causas más influyentes del sistema. Esta fase
recoge las otras dos premisas conceptuales de esta propuesta metodológica -
solidez y enfoque holístico- y constituye el núcleo central del presente artículo.

Cuadro 1. Resumen de la propuesta de diagnóstico.

151
OBJETIVO AGENTES TÉCNICAS
PARTICPANTES UTILIZADAS
FASE I:
Identificar los colectivos Expertos e informantes clave Entrevistas individuales y análisis
implicados en la actividad de datos secundarios
turístico-residencial

Representantes de:
1. Residentes (población
española y extranjera)
2. Ámbito político (grupos de
FASE II: gobierno y oposición)
Identificar los impactos locales de 3. Medios de comunicación Entrevistas individuales y grupos
la actividad turístico-residencial 4. Ámbito económico de discusión
(construcción, comercio,
hostelería, agricultura)
5. Técnicos municipales (medio
ambiente, turismo, servicios
sociales, urbanismo)

Representantes de:
1. Ámbito económico
(construcción, comercio,
FASE III: hostelería y agricultura) Diagrama de Ishikawa elaborado
Representar la base causal de los 2. Técnicos municipales (medio en grupos de trabajo deliberativos
impactos locales ambiente,, turismo, servicios
sociales y urbanismo)
3. Informantes clave no
vinculados a instituciones

FASE IV:
Analizar las cadenas causales Investigador/es Programas informáticos Ucinet®
bajo el enfoque del Análisis de y NetDraw®.
Redes

Fuente: Elaboración propia.

Primera fase: Identificación de los colectivos implicados (stakeholders) en la


actividad turístico-residencial

El objetivo principal de esta fase consiste en identificar los stakeholders de la


actividad turístico-residencial en este municipio. Los stakeholders identificados
constituirán la comunidad de evaluadores que determine los impactos locales
de la actividad turístico-residencial. En Dénia, la comunidad de evaluadores
quedó compuesta por: a) turistas residenciales españoles, b) residentes retirados
internacionales, c) población local de nacionalidad española, d) inmigrantes
laborales extranjeros, e) empresarios locales, f) políticos locales, g) técnicos
municipales y h) profesionales de los medios de comunicación. De este modo,
tal y como señala Vallés al tratar el tema de las decisiones muestrales, se
consiguió segmentar la realidad y “trazar un primer casillero tipológico
(análogo a las operaciones de estratificación y fijación de cuotas del muestreo de
encuesta)” (2003: 210).

152
Segunda fase: Identificación de los impactos locales derivados de la actividad
turístico-residencial

El objetivo de esta segunda fase es identificar los impactos derivados de la


actividad turístico-residencial sobre las estructuras ambiental, económica y
social de Dénia. Mediante entrevistas individuales semiestructuradas y grupos
de discusión se recaba la opinión de estos stakeholders sobre los impactos de la
actividad turístico-residencial en Dénia. Seguidamente con esta información se
elabora un listado común que identifica los efectos derivados de la actividad
turístico-residencial (en el caso de Dénia se identificaron 66 impactos). Esta
selección es el documento de partida de la siguiente fase.

Tercera fase: elaboración de las cadenas causales de los impactos

El objetivo específico de esta tercera fase consiste en identificar las cadenas


causales que generan los impactos recabados en la fase anterior. En el caso de
Dénia, de los 66 impactos identificados los stakeholders seleccionaron para
trabajar en esta fase los 16 más importantes debido a los recursos de tiempo y
presupuesto disponible (cuadro 2). Es importante resaltar que en este proceso
de selección de los efectos y elaboración de las cadenas causales se hace
presente los conflictos de valores sobre asuntos socialmente relevantes como
pueden ser el modelo sociourbanístico o la integración de nuevos residentes -
elemento pilar de la propuesta metodológica de la ciencia posnormal-.

Cuadro 2. Efectos seleccionados para la elaboración de las cadenas causales


en Dénia.

153
Impactos priorizados (Impactosp) Área temática

Déficit de aparcamiento
Déficit de infraestructuras viarias
Infraestructuras y
Déficit de servicios sanitarios
servicios
Insuficiente oferta complementaria (ocio, deporte, comercio y
cultura)

Aumento del consumo/ demanda de agua


Contaminación acústica Medio ambiente
Degradación del paisaje agrícola

Alto precio de la vida


Economía basada en servicios
Economía
Endeudamiento municipal
Estacionalidad turística

Aumento de la población
Competencia por los recursos de la administración local

Desatención de las corporaciones locales a los requerimientos Sociedad


sociales sobre déficit de infraestructuras y servicios

Relaciones entre culturas


Segregación espacial

Fuente: Stakeholders de Dénia. Elaboración propia.

Los impactos seleccionados reciben el nombre de impactos priorizados (a partir


de ahora impactosp). Para llevar a cabo esta acción se organiza un taller de
trabajo con los stakeholders. Mediante un proceso reflexivo-deliberativo los
participantes reunidos en cuatro grupos (por áreas temáticas) representan las
cadenas causales (ver figura 1) de los impactosp. Para ello se han implementado
las técnicas de la “tormenta de ideas” y el “diagrama causa-efecto”. La potencia
de ambas técnicas radica en las sinergias que se derivan de uso combinado. Así,
representar de forma gráfica (diagramas causa-efecto) la información obtenida
mediante la técnica grupal de la tormenta de ideas permite que, conforme ésta
se va plasmando en el papel, se produzca un proceso de retroalimentación, que
fomenta que los participantes organicen su reflexión a partir de los avances
realizados hasta ese momento. De este modo se facilita una dinámica de trabajo
que posibilita una reflexión más ordenada y productiva Así, el esfuerzo
participativo y deliberativo apoyado con la representación gráfica favorece que
las cadenas causales construidas no se limiten a recoger las causas más
evidentes y generales de la base generativa de los impactosp. Por el contrario,

154
dicha deliberación hace emerger los elementos causales de mayor capacidad
explicativa (Jamal y Getz, 1995; Brohman, 1996; Mazón y otros, 1996; Tosun y
Timothy, 2003).

Figura 1. Cadena causal del impacto. Degradación paisaje y ecosistema


agrícola
Transferencias de
competencias
agrícolas de las
cámaras agrarias
MEDIO AMBIENTE: DEGRADACIÓN PAISAJE Y al consejo local Falta de
ECOSISTEMA AGRÍCOLAS agrario (ayto.) participación
ciudadana

Salinización Sobreexplotación
agua pozos pozos
ESCASA E INADECUADA
Estructura
Costes de PLANIFICACIÓN URBANÍSTICA
propiedad
producción
minifundios
Escasez de agua mayores que los
ingresos por venta
para riego Predominio de la iniciativa
(falta rentabilidad)
Falta de objetivos privada en la planificación
urbanísticos urbanística
CRISIS ECONÓMICA SECTOR
AGRARIO
COMPETENCIA SUELO URBANO-
AGRÍCOLA
Cambio del perfil Globalización de
del agricultor mercados

Deseo enriquecimiento
a corto plazo Especulación
Falta de del suelo
garantía Falta de
de precios modernización
cosechas agrícola

Pérdida de valor del MAL USO DEL SUELO RÚSTICO


trabajo en la agricultura

ABANDONO DE LAS LABORES


Vertederos
AGRÍCOLAS (LIMPIEZA DE CAMPOS) incontrolados

Fuente: Stakeholders de Dénia. Elaboración propia.

Por sí solas cada una de las cadenas causales elaboradas son útiles para mejorar
el proceso de diagnóstico. Aportan información sobre la base causal individual
que motiva cada impactop. Este conocimiento contribuye a evitar actuaciones
“superficiales” en la planificación que supongan una intervención sobre los
síntomas antes que sobre las causas “profundas”. No obstante, el análisis
aislado e individual de las diferentes cadenas causales no es capaz de trazar y
hacer analizable el orden complejo de flujos de repercusión derivado de los
impactos locales del desarrollo turístico (Mathieson y Wall, 1990: 15). En otras
palabras, los impactos del turismo y sus causas y consecuencias no se sitúan en
la realidad en cajas aisladas. Por el contrario, conforman una intrincada red de

155
relaciones directas e indirectas que es necesario analizar desde una perspectiva
estructural.

Cuarta fase: El Análisis de Redes de las cadenas causales

Con el objeto de solventar la limitación señalada, esto es trazar y hacer


analizable el orden complejo de flujos de repercusión derivado de los impactos
locales de la actividad turística, se incorpora al proceso de diagnóstico el
Análisis de Redes de las cadenas causales mediante el uso del software
Ucinet®. El potencial de este tipo de análisis radica en la posibilidad que ofrece
de recoger de forma sistemática las relaciones indirectas entre los nodos de la
red. Trazar y analizar el complejo entramado de relaciones nos permite, a su
vez, identificar los nodos más influyentes de la red, es decir, las causas con
mayor capacidad de influir en la morfología y dinámicas de la red causal. Este
tipo de análisis se denomina análisis de la centralidad de la red.
De forma previa al análisis informático de redes, se llevan a cabo dos
acciones sucesivas: la agregación de los nodos presentes en las cadenas causales
y la elaboración de una matriz relacional. Seguidamente se somete dicha matriz
al software de análisis de redes. Finalmente, se procede a analizar los resultados
proporcionados por el programa.

Agregación de nodos
El primer paso para tratar la información contenida en las cadenas
causales consiste en desarrollar un proceso de agregación o reducción. Esto es,
los nodos que en las cadenas causales presentan significados similares pero con
una terminología diferente, son sustituidas por una categoría nominal común.
Así, en el proceso de elaboración de la matriz relacional, se reduce el número de
nodos, pero aumenta el número de relaciones de algunos de ellos. En el caso de
estudio, el resultado de este proceso redujo el número de nodos con el que
elaborar la matriz de 209 a 197. Por ejemplo, en la figura 1, aparece la cadena
causal del impactop Degradación del paisaje y ecosistema agrícola. Una de sus causas
es la Escasa e inadecuada planificación urbanística. Este nodo es una categoría

156
nominal común establecida para sustituir términos como el de Mala planificación
o Falta de planificación aparecidos en la elaboración de algunas cadenas causales.

Elaboración de la matriz relacional


Esta acción supone transformar las relaciones causa-efecto presentes en
las cadenas causales en una matriz relacional. Esta matriz relacional constituye
la base de datos con la que opera el programa informático de análisis de redes
(Ucinet®) y tiene las siguientes características:
a. Es una matriz cuadrada, por lo que tiene los mismos nodos (197)
en las filas y en las columnas.
b. Es una matriz asimétrica, de tal modo que la existencia de
influencia de A sobre B no implica la existencia de influencia
inversa (de B hacia A); es decir, las influencias son
unidireccionales.

Una vez construida la matriz relacional se somete a un análisis


estadístico de redes mediante el programa informático Ucinet®. También se
puede solicitar una representación visual en forma de red mediante el
programa NetDraw® (Ver figura 2).

Figura 2. Representación visual del mapa estructural de impactos

157
Fuente: NetDraw®. Elaboración propia.

La representación visual de la red complementa el análisis estadístico


porque posiciona los nodos analizados en el conjunto de la red de impactos
mostrando una visión global del sistema analizado. Por su parte, el análisis
estadístico permite calcular de forma sistemática el número de relaciones
directas e indirectas que mantiene cada uno de los nodos en el conjunto del
sistema y así, establecer la centralidad de la red. Para comprender las
potencialidades de este análisis es conveniente hacer referencia a la importancia
de las influencias indirectas.

La importancia de las influencias indirectas


Se entiende por influencia indirecta aquella relación entre dos elementos
en donde media uno o más elementos. Por ejemplo, en la figura 1. la relación
entre Escasa e inadecuada planificación urbanística y Déficit planta hotelera es
indirecta al estar mediada por el nodo Falta de reserva de suelo. Dada la
interconexión sistémica entre las cadenas causales, la correcta apreciación de las
influencias indirectas supone incrementar de forma notable la solidez y el
carácter holístico del análisis de la red de impactos derivados de la actividad
turístico-residencial.

158
Si bien en la imagen de la red (figura 2) están presentes tanto las
influencias directas como las indirectas, resulta muy complicado, mediante un
examen visual, realizar un análisis sistemático de las relaciones indirectas entre
los nodos dada la compleja trama de conexiones existente. Quedarse sólo en el
análisis de la centralidad de la red partir de las relaciones directas entre los
elementos tendría una serie de inconvenientes:
1. Sólo reflejaría una parte del entramado de las relaciones entre los nodos
de la red.
2. Sólo se conocerían las influencias que tiene un nodo con los nodos de su
entorno inmediato, desconociendo las relaciones que mantiene en el
conjunto de la red.
3. La centralidad de la red a partir de las relaciones directas presentaría una
elevada sensibilidad a la procedencia de la información con la que se
elabora la red. De este modo, si el grupo de stakeholders reunidos para
elaborar un determinada cadena causal ha aportado un elevado número
de causas para explicar el impactop, condicionará la centralidad de la red.
Así, el análisis exclusivo de las relaciones directas supone obviar una parte
relevante del mapa estructural de impactos. Mediante la inclusión de las
relaciones indirectas entre los nodos en el análisis de la centralidad del mapa
estructural de impactos, se consigue solucionar los inconvenientes anteriores, a
saber:
1. Manejar la compleja red relacional existente entre el conjunto de nodos
de las cadenas causales; es decir, este tipo de análisis permite tratar de
forma sistemática las relaciones indirectas entre todos los nodos
contenidos en cada una de las cadenas causales.
2. Conocer la posición de un nodo en la red total –resultado de la
combinación de todas las cadenas causales- y no en la red local que
muestra una cadena causal o las relaciones más evidentes en la imagen
de la red (figura 2).
3. Minimizar la sensibilidad del análisis de la centralidad al proceso de
producción de la información (elaboración de las cadenas causales); en
otras palabras, al incluir en el cálculo de la centralidad las relaciones

159
indirectas entre nodos pertenecientes a diferentes cadenas causales, se
consigue reducir el peso específico de las influencias identificadas por un
grupo de stakeholders en la elaboración de uno de las cadenas causales.

Para analizar la centralidad a partir de las influencias indirectas, se utiliza el


análisis estadístico de redes de la matriz relacional, en concreto se emplea el
indicador estadístico cercanía.

Análisis de las influencias indirectas: el indicador estadístico Cercanía

El indicador estadístico de la cercanía mide la distancia media de cada nodo con


respecto al resto de nodos de la red. Este indicador tiene en cuenta las
relaciones indirectas entre los diferentes nodos. Así, son más centrales, de modo
global en la red, los nodos con un mayor índice de cercanía o, en otras palabras,
aquéllos que tienen que dar un menor número de pasos para relacionarse con (e
influir en) el mayor número de nodos de la red (Rodríguez, 1995). En este caso,
al ser una matriz asimétrica (influencias unidireccionales entre los elementos)
obtenemos de forma diferenciada la cercanía de las influencias ejercidas y la
cercanía de las influencias recibidas.

Las influencias indirectas recibidas

Para comprobar los cambios en la centralidad de la red al introducir en el


análisis las relaciones indirectas entre los nodos, resulta interesante comparar
los indicadores cercanía y grado. Este último indicador estadístico, a diferencia
del anterior, mide las relaciones directas entre los nodos. Al igual que el
indicador de cercanía, al ser una matriz asimétrica nos ofrece tanto las
influencias directas ejercidas como las recibidas. A continuación, empleando la
información obtenida en el caso de estudio, se evidencia las diferencias
existentes al comparar el ranking que resulta de analizar las influencias que los
197 nodos de la matriz reciben de forma directa (grado) con las influencias que
reciben de forma indirecta (cercanía) (Tablas 1a y 1b).

160
Tablas 1a y 1b. Comparativa entre las influencias recibidas de forma directa
(grado) e indirecta (cercanía)
Tabla 1a Influencias directas recibidas Tabla 1b Influencias indirectas recibidas
Influencia Influencias
s directas Etiqueta Etiqueta indirectas
recibidas en la red
Nodos Nodos recibidas
en la red
(Indegree) (Incloseness)
10 6 Alto precio de la vida Aumento consumo agua 13 0,787
Escasa e inadecuada planificación
64 Alto precio de la vida 6 0,741
9 urbanística
135 Insuficiente oferta complementaria Endeudamiento municipal 59 0,723
8 42 Crisis económica del sector agrario Déficit aparcamientos 43
Déficit de aparcamientos 0,711
43 Déficit servicios sanitarios 46
7
46 Déficit servicios sanitarios Aumento población 20 0,705
20 Aumento población El Ayuntamiento gasta más que ingresa 57 0,704
39 Contaminación acústica Alquileres altos en vivienda 4 0,686
6 44 Déficit infraestructuras viarias Poca oferta alquiler viviendas 168 0,672
El Ayuntamiento gasta más que ingresa Más demanda que oferta en temporada y
57 147
luego se mantienen los precios
0,659
Gastos estacionales en servicios y
118
mantenimiento
Estacionalidad turística 69
Insuficiente oferta complementaria 135 0,656
Turismo vacacional 196
Bajo nivel medio de ocupación hotelera 22
0’655
Insuficiente presencia otro tipo turismo 136
Baja rentabilidad económica del hotel 21
Déficit planta hotelera 45
0,654
Escasa motivación, atractivo empresarial por
65
el negocio hotelero
Falta mentalidad empresarial hotelera 100 0,653

Fuente: Ucinet®. Elaboración propia.

Dado que el objetivo que preside esta tercera fase es localizar de forma
sistemática los nodos más centrales, las tablas anteriores sólo muestran aquéllos
que se encuentran por encima de la media del rango de valores posibles de
dicho indicador. Por ejemplo, en el indicador de las influencias directas
recibidas (tabla 1a), el rango de valores va de cero a diez. Por lo tanto se han
discriminado todos los nodos que presentan un valor igual o inferior a la media
(5). De este modo, sólo 10 nodos superan la criba (el 5% del total). Sin embargo,
cuando se observa la tabla que muestra el indicador de las influencias indirectas
recibidas (tabla 1b), aparecen 20 nodos que se encuentran por encima del valor
medio del rango, el 10% del total. Es decir, al incluir las relaciones indirectas en
el análisis de la red se producen importantes modificaciones en la tabla. Por un
lado, se duplica el número de nodos con una elevada accesibilidad en términos
de influencias y, por otro lado, varía su orden. En la tabla 1a se resaltan en

161
cursiva aquellos nodos que desaparecen en la tabla 1b debido a que, al tener en
cuenta en esta última las influencias indirectas, su posición en el ranking
desciende por debajo del valor de corte. Un ejemplo de lo señalado lo
constituye el nodo Escasa e inadecuada planificación urbanística (identificada con el
número [64] en la imagen de la red –figura 2) que, obteniendo una de las
puntuaciones más altas cuando se analizan las influencias directas (9),
desaparece de la tabla para dejar paso a otros nodos más conectados en
términos de influencias indirectas. Este es el caso de los nodos destacados en
cursiva en la tabla 1b y, de forma especial, de Aumento en el consumo de agua [13].
Este nodo, sin presencia en la tabla 1a (por recibir 5 influencias), alcanza el
primer puesto al introducir en el análisis las relaciones indirectas.
En definitiva, en lo que respecta a la cercanía recibida el análisis
sistemático y sistémico de las relaciones indirectas pone de manifiesto el
complejo entramado de repercusiones entre los nodos del sistema. Así se
demuestra que cada uno de los nodos está más conectada con el resto de lo que
parece al analizar las relaciones directas. De este modo se puede observar el
papel que juegan los nodos en la red total. Así, el análisis de la centralidad se
muestra menos sensible a las causas identificadas durante el proceso de
elaboración de una cadena causal concreta, dándose más peso a la posición que
ocupa el nodo en la red total. Por ejemplo en el caso de estudio, el nodo
Aumento en el consumo de agua [13], que no aparece en la tabla 1a, ocupa el
primer puesto en la tabla que recoge las influencias indirectas recibidas (tabla
1b).
Continuando con el análisis de los valores obtenidos en el indicador de
cercanía recibida, éstos se pueden interpretar como una medida de la
probabilidad que tienen los impactos de verse afectados ante una actuación
sobre los nodos de la red. Un buen ejemplo en este sentido se encuentra en el
impacto Aumento en el consumo de agua [13] (Tablas 1a y 1b). Su elevada cercanía
recibida (la mayor del sistema) implica que existe un buen número de nodos
que la definen y que facilitan su modificación. Estos nodos pueden pertenecer a
su entorno más cercano, identificados en su mayoría en la elaboración de la
cadena causal, ya que dicho nodo [13] es un impacto. Estos nodos son fácilmente

162
localizables en la imagen de la red (figura 2). Por ejemplo, en el caso del impacto
Aumento en el consumo de agua [13] los nodos que de forma directa definen este
impacto serían Nuevos usos del agua [155], Falta de estímulo en el ahorro [90], Fugas
en la red de distribución de agua [117], Diseño horizontal de la ciudad [53] y Aumento
de población [20], así como los nodos que a su vez definen y concretan a éstas. En
el caso del nodo Fugas en la red de distribución de agua [117], éstas serían Mal
estado de las tuberías [140] y Red de tuberías expansivas [176].
No obstante, la elevada accesibilidad de Aumento en el consumo de agua
[13] también se explica porque existen otros nodos más distantes en términos
relacionales y, por tanto, menos evidentes en la imagen de la red, pero que
igualmente definen el problema y constituyen una puerta de entrada a su
modificación. Los programas informáticos Ucinet® y NetDraw® no ofrecen de
forma sistemática el/los nodo/s concreto/s que de forma indirecta afectan a
otro nodo del sistema. Esto sería especialmente útil con las relaciones que se
encuentran mediadas por otros nodos y que aparecen distantes en el sistema
relacional, ya que su identificación se vuelve muy laboriosa. Aunque costosa,
esta tarea se puede realizar recorriendo de forma inversa las influencias que
recibe un nodo determinado. No obstante, no todos los eslabones de la cadena
causal identificados a lo largo de este afanoso proceso constituirán, a pesar de
su función de causa, nodos sobre los que resulta factible actuar. La razón es que
se encuentran en la zona media de la cadena causal y tienen, al igual que los
impactos, nodos por debajo de ellos que los concretan, operativizan y que tienen
una mayor radiación en el sistema. Son estos últimos los nodos que resultan
relevantes de cara al análisis de la centralidad del mapa estructural de
impactos, independientemente si para ello se han esclarecido los itinerarios
seguidos.
Para identificar de forma sistemática estos nodos se emplea el análisis
estadístico ofrecido por el programa informático Ucinet®. El resultado de dicho
análisis no establece los itinerarios concretos de conexión entre los nodos más
influyentes del mapa estructural de impactos con los efectos finales (impactosp).
No obstante, al ser estos últimos muy influenciables y aquéllos muy
influyentes, se asegura que una actuación sobre los nodos más influyentes

163
redundará en una modificación de los efectos más sensibles y accesibles
(impactosp). Este análisis estadístico se realiza a partir del examen de las
influencias indirectas ejercidas (cercanía ejercida) por los nodos de la red.

Las influencias indirectas ejercidas

Como se acaba de mencionar el análisis de las influencias indirectas ejercidas


permite la identificación de los nodos más influyentes del mapa estructural de
impactos. Al igual que con el indicador de cercanía recibida, el indicador de
cercanía ejercida muestra los nodos que se encuentran por encima de la media
del rango de valores posibles de dicho indicador. Esto se traduce en que en el
caso de las influencias directas ejercidas sólo dos nodos superan el corte, debido
a las causas identificadas por los stakeholders en la elaboración de las cadenas
causales. Sin embargo, al tener en cuenta las influencias indirectas ejercidas
(tabla 2b), en la mitad superior del rango de valores se encuentran 46 nodos (el
23% del total). Es decir, el análisis de las influencias indirectas convierte en
centrales 44 nodos (resaltadas en cursiva en la tabla 1b) que, en el análisis de las
influencias directas, no tendríamos en cuenta. Así, se comprueba de nuevo que
introducir en el análisis las influencias indirectas permite conocer la posición de
los nodos en la red total y no únicamente en su entorno relacional más cercano;
un entorno relacional que además se encuentra altamente condicionado por las
influencias directas imputables a las relaciones de causalidad identificadas en
una cadena causal.

Tablas 2a y 2b. Comparativa entre las influencias ejercidas de forma directa


(grado) e indirecta (cercanía)

Tabla 2a Influencias directas ejercidas Tabla 2b Influencias indirectas ejercidas

164
Influencias Influencias
directas Etiqueta Etiqueta indirectas
Nodos Nodos
ejercidas en la red en la red ejercidas
(Grado) (Cercanía)

Escasa e inadecuada planificación


10 64 Falta asociacionismo 72
urbanística

7 69 Estacionalidad turística Falta comunicación entre Ayuntamiento y población 81 0,611


Falta de información del Ayuntamiento a la
93
población
Individualismo histórico 131
Falta participación ciudadana 103 0,608

Carácter de Dénia: rechazo a los líderes políticos 29 0,604

Escasa presión en el ámbito urbanístico de los


66
empresarios del comercio
Falta de continuidad política 86
Falta de mayoría política 99
Falta de objetivos de carácter urbanístico 102
Falta liderazgo político 98
0,601
Mala gestión urbanística de los gobiernos locales 143
Predominio iniciativa privada en la planificación
171
urbanística
Transferencia de las competencias de las cámaras
192
agrarias al consejo local agrario
Escasa e inadecuada planificación urbanística 64 0,598
Clima 32 0,577
Mala gestión económica por parte políticos 144 0,573
Amortización empresarial rápida en la construcción
10 0,57
de viviendas

Falta reserva suelo en la planificacion urbanística 110

Alta demanda inmobiliaria 5


Amortización empresarial lenta en el negocio
11
hotelero
Falta experiencia gestión hotelera 91
0,567
Falta interés de la administración a la hora de dotar
de infraestructuras deportivas, infantiles, culturales, 96
ocio y comercio
Falta interés empresariosa la hora de dotar de
infraestructuras deportivas, infantiles, culturales, 97
ocio y comercio
Huida inmigrante extranjero no laboral 126
Oferta extrahotelera 158
Inversión focalizada en la construcción 137
Alto precio del suelo 7
Dificultades financieras para construir hoteles 52
Falta conciencia de ciudad o de capitalidad
83
comarcal
Falta de apoyo político a la oferta comercial y de
74
ocio
0,564
Falta infraestructuras deportivas, infantiles,
94
culturales, ocio y comercio
Falta promoción del turismo de invierno 106
Falta publicidad de la oferta complementaria
107
existente
Horario comercial no adaptado al turismo 125
Oferta complementaria demasiado dispersa 157
Priorización de los gobiernos de las infraestructuras
173
básicas
Estacionalidad turística 69
Turismo vacacional 196
Baja rentabilidad económica del hotel 21
Bajo nivel medio de ocupación hotelera 22
Déficit planta hotelera 45
0,561
Escasa motivación / atractivo empresarial por el
65
negocio hotelero
Falta mentalidad empresarial hotelera 100
Insuficiente oferta complementaria 135
Insuficiente presencia de otro tipo de turismo 136

Fuente: Ucinet®. Elaboración propia.

A continuación se muestra con un ejemplo la importancia de recoger en el


análisis las influencias indirectas ejercidas. Si se observa la posición que ocupan

165
en la imagen de la red los nodos que obtienen la mayor puntuación (Ver figura
2- nodos Falta asociacionismo [72], Falta comunicación entre Ayuntamiento y
población [81], Falta de información del Ayuntamiento a la población [93] e
Individualismo histórico [131]) se comprueba que son nodos con una sola
influencia directa ejercida. Pero el hecho de que estos nodos ejerzan su
influencia sobre un nodo altamente conectado (Falta de participación [103]) les
proporciona la mayor capacidad de influencia sobre la red con el menor
número de pasos. Este nodo [103] obtiene la segunda posición en el ranking de
la tabla 2b, pero no podría establecerse como un nodo objetivo de las
propuestas de actuación puesto que existe por debajo de él un nivel causal más
desagregado y concreto que constituye la “puerta de entrada” a su
transformación (nodos: Falta asociacionismo [72], Falta comunicación entre
Ayuntamiento y población [81], Falta de información del Ayuntamiento a la población
[93] e Individualismo histórico [131]). Así, entre los nodos que muestra el indicador
cercanía ejercida es necesario realizar una criba de carácter cualitativo. Es decir,
en el proceso de toma de decisiones se debe analizar los nodos más influyentes
y decidir cuáles tienen un nivel adecuado de concreción y operatividad para
poder actuar directamente sobre ellos desde el ámbito local. En otros casos,
como con el nodo Clima [32], simplemente las causas escapan al ámbito local
por lo que el nivel de desarrollo al que se ha llegado en la cadena causal está
justificado. No obstante, puede ocurrir que ciertos nodos sean definidas por la
estructura relacional y señalados por el análisis estadístico como centrales, pero
que no alcancen el nivel necesario de concreción y operatividad. En este caso
habría que reanudar la cadena causal de este nodo hasta dar con el nivel de
concreción requerido. Por ejemplo, sería necesario profundizar en las causas de
Falta de asociacionismo [72] para poder emprender medidas de actuación que
redunden en una mayor participación de la ciudadanía. De darse esta
participación, se generaría un flujo de repercusiones con una amplia onda
expansiva (debido a la elevada cercanía ejercida de este nodo) en la actividad
turístico-residencial en Dénia.
La escasa concreción y operatividad de algún nodo puede suscitar
alguna duda sobre la validez de la información que arroja el mapa estructural

166
de impactos. En este sentido, resulta evidente que la cadena causal puede ser
desarrollada en mayor medida pudiendo generar un entramado relacional más
amplio que quizás señale hacia otras causas de fondo con una mayor
centralidad. Es decir, parece lógico esperar cambios en la centralidad del mapa
estructural de impactos a partir de la incorporación de nuevos datos. Sin
embargo, puede también ocurrir que la profundización en la cadena causal sólo
evidencie las causas concretas de categorías más amplias pero sin implicar
nuevas relaciones y cambios en la centralidad. En este segundo caso, resulta
más eficaz concentrar los esfuerzos en el desarrollo de la línea causal de los
nodos que adquieren relevancia en el contexto del caso de estudio y sus
objetivos prioritarios. Sin embargo, ésta es una cuestión que, en la mayoría de
ocasiones no se descubre hasta que no se realiza este primer análisis.
En cualquier caso, los límites en el desarrollo de las cadenas causales
derivarán de: 1) el tiempo y los recursos materiales y humanos que se pueda
destinar a la elaboración de las cadenas causales, y 2) el ámbito de actuación de
los destinatarios de la investigación. En este caso, dado que este proyecto estaba
dirigido a proporcionar información a los tomadores de decisiones en el
municipio de Dénia, las cadenas causales se circunscribieron a la esfera local.

Conclusiones

La propuesta de diagnóstico presentada en las páginas anteriores sintetiza un


esfuerzo por identificar las variables de mayor fuerza generativa dentro del
sistema turístico-residencial constituido. El uso de las herramientas
informáticas de análisis de redes (Ucinet® y NetDraw®) permite gestionar de
forma sistemática y sistémica el input informacional obtenido mediante el
proceso de participación. El uso de los resultados obtenidos va más allá de la
localización del epicentro causal de la red al proporcionar información útil a los
tomadores de decisiones en el ejercicio del planeamiento local. Estos agentes
pueden seleccionar los elementos más adecuados sobre los que intervenir a
partir de los resultados del análisis estadístico del sistema y de las
circunstancias particulares de cada municipio. De este modo se busca producir

167
una información de calidad que redunde en una mayor utilidad de este tipo de
diagnósticos aplicados en procesos de toma de decisiones. No obstante, la
sofisticación del análisis informático de redes no debe hacernos olvidar que éste
sólo gestiona la información obtenida en el proceso de participación. Así, no
hay que despreciar la relevancia metodológica de la sistematización de la
recogida de datos, de la selección de informantes y del proceso reflexivo de
construcción de redes causales. La incorporación de los actores locales en el
método pasa por fomentar entre los participantes la reflexión y el pensamiento
creativo tan necesario en estas actividades que pretenden superar los axiomas
estructurantes del pensamiento y acción definidos por los discursos
dominantes. Al final del proceso obtenemos un output de conocimiento local
organizado, estructurado y altamente valioso y rico en contendidos por su
origen deliberativo y socialmente compartido.
Mientras esta propuesta comparte con otros métodos de diagnóstico las
limitaciones de reducir la realidad a un número de variables y sus relaciones,
este método aporta una serie de virtudes relacionadas con: 1) la mayor cantidad
y calidad de la información de base mediante la incorporación de una variedad
de stakeholders, y 2) una herramienta sistemática de gestión de la información
que permite llevar a cabo análisis sólidos y holísticos del segmento de la
realidad seleccionado.
Hasta la fecha, la mayoría de los diagnósticos realizados sobre la
actividad turístico-residencial habían identificado la Escasa e inadecuada
planificación urbanística como la principal causa responsable de los problemas
que aquejan este tipo de municipios (Programa MUNRES, 1996; Navalón, 1995;
Vera y otros, 1997; Mazón, 2006). No obstante, la aplicación conjunta del
Análisis Informático de Redes y la Metodología de Redes Causales aporta unos
resultados distintos en el caso del diagnóstico de los impactos de la actividad
turístico-residencial sobre el municipio de Dénia. Si se hubieran tenido en
cuenta exclusivamente las influencias directas, habría aparecido de nuevo la
Escasa e inadecuada planificación urbanística como el nodo con mayor capacidad
explicativa del sistema causal. Sin embargo, cuando se observan los nodos más
influyentes y explicativos de la red a partir del análisis de las influencias

168
indirectas, se comprueba que la Escasa e inadecuada planificación urbanística
pierde peso explicativo. Aparecen, entonces, otros nodos más influyentes que
hacen referencia al déficit democrático existente en los procesos de toma de
decisiones durante el ejercicio de las potestades municipales en materia de
urbanismo y planificación. Se puede subrayar, entonces, cómo la consideración
de las influencias indirectas a través del análisis de redes apunta a la
planificación urbanística como una variable superficial en el sistema causal. En
otras palabras, la Escasa e inadecuada planificación urbanística si bien es una causa
relevante para entender otros muchos efectos, constituye un efecto de otras
causas de mayor calado como es el déficit democrático. Así, esta variable es más
un síntoma que una causa de base sobre la que resulta adecuado intervenir de
cara a una reorientación efectiva del desarrollo turístico-residencial de los
municipios de litoral.
Este análisis indica que para entender el modelo de desarrollo de los
municipios turísticos de litoral hay que situar la producción de oferta
inmobiliaria en el contexto de un sistema más amplio e interconectado, en el
que juegan un papel fundamental los factores internos, entre ellos los intereses
creados. Así, la construcción de viviendas, además de causa de las debilidades
de ámbito municipal, constituye un efecto de las dinámicas socioeconómicas
locales consolidadas durante más de medio siglo de interacción con el turismo.
Fundamentar el desarrollo local en el crecimiento ilimitado de la construcción
se ha convertido en una actitud soportada y contenida por una dinámica
compuesta de otros factores socioeconómicos consolidados a lo largo de todos
estos años y a la cual dicha actividad constructora contribuye a alimentar y
reforzar. En el momento histórico actual la investigación de los impactos del
turismo residencial debe considerar que la producción de oferta inmobiliaria se
ha integrado de tal forma en la estructura socioeconómica local que resiste a las
propuestas y actuaciones de reformulación del modelo mientras sean de baja
intensidad, superficiales o sectoriales.
Por todo ello, reconducir el modelo de desarrollo socioeconómico local
de los municipios turístico-residenciales, el cual integra la idea de la producción
de oferta inmobiliaria de forma ilimitada, requiere de una actuación de fondo.

169
En concreto, resulta necesario actuar sobre las causas estructurales y
estructurantes de las sociedades de acogida, de tal forma que el cambio
sobrevenga como resultado de la mutación de las dinámicas que la mantienen.
El carácter estructural del cambio permite hablar de un punto de inflexión en el
desarrollo socioeconómico local que, además, reconozca abiertamente la
necesidad de incorporar de forma democrática y transparente los valores e
intereses de los implicados y afectados en el debate público sobre el futuro
socioeconómico de los municipios turístico residenciales.

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173
Participación ciudadana y planificación turística: una
propuesta para el diseño participativo de líneas
estratégicas en destinos turístico-residenciales

Guadalupe Ortiz Noguera

Introducción

El presente capítulo pretende ahondar en la conveniencia y utilidad de las


estrategias participativas como herramienta para la mejora de los procesos de
planificación y toma de decisiones en destinos turístico-residenciales. Si el
capítulo anterior ofreció una posible fórmula para el diagnóstico participado de
la situación a que se enfrentan este tipo de destinos, las páginas que siguen
están dirigidas a exponer el modo en que ciudadanos y stakeholders pueden
tomar parte en el diseño de líneas estratégicas de actuación a escala local. Es
decir, se plantea – desde un enfoque eminentemente práctico – el modo en que
los actores sociales implicados y afectados por el fenómeno turístico-residencial
pueden trabajar de manera conjunta en las tareas de planificación del desarrollo
a escala local. Las actividades y herramientas que se explican a continuación
persiguen facilitar la estructuración del conocimiento disperso de que disponen
los distintos agentes sociales, de forma que puedan, de manera colectiva,
discernir las áreas de actuación que han de considerarse prioritarias, así como
construir y visualizar las acciones que mejor se adaptan a su contexto social,
económico y cultural.
En capítulos anteriores se han asentado las bases teóricas y
epistemológicas que justifican la introducción de criterios participativos en la
planificación turístico-residencial. La complejidad propia del turismo
residencial, tanto en relación a su estructura sistémica como a la diversidad de
valores e intereses en juego, hacen necesaria la adopción de nuevos enfoques

174
que permitan manejar la incertidumbre y asegurar la calidad de las decisiones.
Como se ha apuntado en páginas previas, la teoría de la Ciencia Posnormal
desarrollada Silvio O. Funtowicz y Jerome Ravetz (1994, 1994, 2000, 2002) arroja
luz sobre el modo en que estos objetivos pueden llevarse a cabo. En este
sentido, este capítulo pretende ofrecer una vía para la transposición de este
enfoque teórico-epistemológico al plano de la praxis local. Para ello, se
expondrá una propuesta metodológica de naturaleza participativa dirigida a la
elaboración colectiva de líneas de actuación estratégica en municipios turístico-
residenciales. Las distintas actuaciones se ilustrarán con el ejemplo del proceso
de participación ciudadana que tuvo lugar en el municipio de Altea (Alicante,
España) durante el año 200834, esperando que esta experiencia pueda ser útil en
su adaptación a otros casos de estudio.

Estructura general de la propuesta metodológica

En materia de acción participativa, resulta difícil – e incluso contraproducente –


ajustarse a patrones metodológicos de carácter apriorístico excesivamente
estrictos (Ortiz, 2009). Una de las observaciones más recurrentes entre quienes
practican la participación es que sus objetivos, forma y estructura deben estar,
ante todo, supeditados al contexto en que aquella se desarrolla (Clayton, Oakley
y Pratt 1997; Beierle y Cayford, 2002; Hemmati, 2002; Creighton, 2005;). En este
sentido, puede parecer arriesgado ofrecer una propuesta metodológico-
participativa para su aplicación en otros casos de estudio. Sin embargo, la
intención de este capítulo es la de ofrecer unas pautas o fases generales, cuyo
contenido específico pueda ser modificado y adaptado a diversos contextos
socioculturales.
Partiendo del objetivo general de incorporar a ciudadanos y stakeholders
en el proceso de planificación del futuro desarrollo de municipios turístico-

34Esta investigación se enmarca en el proyecto de I+D+i “Turismo Residencial: análisis de la


demanda y propuestas de reestructuración para los destinos consolidados” (SEJ2005-
04305/SOCI) financiado por el Ministerio de Educación y Ciencia, así como en la Tesis Doctoral
de Guadalupe Ortiz “Participación, Ciudadana, Investigación Social y Desarrollo Local: una
propuesta metodológica aplicada a un municipio turístico-residencial” (Universidad de
Alicante, 2009)

175
residenciales, se plantea un proceso de participación estructurado en cuatro
fases generales: 1) Diagnóstico Inicial, 2) Diagnóstico Compartido, 3) Diseño
participado de propuestas de actuación a escala local y 4) Devolución, difusión e
implementación de resultados.

Gráfico 1. Fases generales de la propuesta participativa

1 2 3 4

Fuente: Elaboración propia

A continuación se procederá a justificar y explicar cada una de estas


fases, ilustrando su desarrollo a través del caso del proceso de participación
llevado a cabo en el municipio turístico-residencial de Altea.

1. Diagnóstico Inicial

Como ya se ha adelantado, una premisa fundamental en materia de


participación ciudadana es que el modo en que ésta tenga lugar dependerá
básicamente de las características del contexto y problemática a los que vaya
dirigida. Es decir, no existen ni han de existir esquemas prefijados que
encorseten el curso de la acción participativa. Todo lo contrario, ésta ha de ser
flexible y adaptable a la sociedad participante y a su realidad cultural, política y

176
económica. Por lo tanto, resulta necesario, en primer lugar, que el grupo
coordinador o promotor del proceso participativo adquiera un buen
conocimiento sobre el contexto local, así como sobre el problema o tema sobre el
que versarán las distintas actividades. En el caso de un proceso de participación
desarrollado en un destino turístico-residencial parece conveniente conocer de
antemano algunas cuestiones fundamentales:

1) Contexto y evolución sociodemográfica, y aspectos culturales:


transformaciones en la pirámide y estructura poblacional; tipología y
características de los movimientos migratorios; distribución de la
población y subgrupos de población en el espacio; naturaleza de las
relaciones intergrupales y existencia/ausencia de conflictos;
implicaciones culturales de las transformaciones demográficas, etc.
2) Contexto y evolución económica y de la actividad turística: estructura
empresarial local y peso de la actividad turística; evolución y niveles
de desempleo; características del empleo local; tipologías turísticas
locales; infraestructuras y servicios turísticos; evolución y situación de
las finanzas locales, etc.
3) Contexto y evolución urbanística y ambiental: evolución de la
actividad urbanística (volumen de licencias de obra, transformación
de los usos del suelo, superficie edificada, etc.); tipologías
constructivas y su distribución espacial; usos del espacio público y
privado, características de la demanda de vivienda; consecuencias
medioambientales de los usos del suelo; existencia/ausencia de
situaciones de corrupción urbanística; existencia/ausencia de
activismo medioambiental, etc.
4) Contexto y evolución político-democrática: estructura de gobierno y
administración municipal; conflictos políticos; tradición democrática
y participativa local; políticas urbanísticas, medioambientales y
turísticas locales y supralocales, etc.

177
La profundización en estos temas proporcionará al grupo promotor del proceso
participativo una visión general de la situación de partida, así como una mejor
comprensión de las dificultades que podrían obstaculizar la participación.
Además, este primer acercamiento a la realidad local dará lugar a nuevos
objetivos a perseguir, así como a la reformulación, si resulta necesario, de los
que impulsaron en un primer lugar el proceso de participación. Toda esta
información puede ser obtenida a través de diversidad de fuentes: bibliografía
especializada, hemerotecas, bases de datos estadísticos, archivos locales,
entrevistas personales con agentes informadores, etc.
Dado que el hecho participativo lo protagonizan los ciudadanos y
stakeholders, es conveniente prestar una especial atención al modo en que éstos
se organizan y a la naturaleza de sus relaciones sociales. A través de un análisis
de stakeholders inicial (Grimble, 1998; Clayton, Oakley y Pratt, 1997; Schmeer,
1999; Chevalier y Buckles, 2008) pueden identificarse los grupos locales cuya
presencia es esencial en el proceso de participación así como sus intereses y
expectativas en el proceso.
Únicamente una vez se conoce bien el contexto de actuación y la
problemática que justifica el proceso de participación, es posible comenzar a
diseñar y organizar las actividades participativas: estructura y actividades que
integrarán el proceso, tipo de participación (abierta, representativa, de
stakeholders, etc.), recursos necesarios, cronograma de actuaciones, etc.
En el caso del municipio de Altea, la fase de Diagnóstico Inicial fue
abordada a través de diversas fuentes de información, tanto de carácter
primario como secundario. A partir de una revisión de fuentes estadísticas y
documentales – tales como bibliografía especializada, censos y padrones
municipales, cartografía, hemeroteca, registros de licencias urbanísticas,
anuarios estadísticos, etc. –, se estudiaron las distintas áreas temáticas
apuntadas previamente (contexto y evolución sociodemográfica y cultural,
económica, urbanística y ambiental, político-democrática, etc.). Esta
información fue completada y complementada mediante entrevistas personales
a agentes sociales con información específica en las distintas áreas, de modo que

178
se obtuviese una comprensión integral del fenómeno turístico residencial a
escala local y sus repercusiones en la vida municipal.
Este diagnóstico puso de manifiesto la profunda transformación
experimentada por Altea como consecuencia del desarrollo turístico-residencial.
Por un lado, desde la segunda mitad del siglo XX, el crecimiento del sector de la
construcción ha ido ganando peso específico en el conjunto de la estructura
económica de Altea, configurándose junto al sector servicios como uno de los
pilares que sustentan la economía local, en detrimento de las tradicionales
actividades agrícolas y pesqueras que caracterizaron al municipio en el pasado
(López, 1978; Llorens, 1988; Vera, 1987; Aledo, 1994; Navalón, 1995). El modelo
de urbanismo extensivo y disperso por el que optó Altea ha tenido como
resultado el práctico agotamiento de suelo no urbanizado en el término
municipal, así como la existencia de una compleja trama urbana y la aparición
de serias dificultades en la provisión y abastecimiento de servicios e
infraestructuras. Según los últimos datos censales, en 2001 tan sólo el 47% de las
viviendas del municipio eran de tipo principal, lo que constituye un claro
reflejo de la especialización de Altea en el turismo de tipo residencial.
Además, la transformación económico-urbanística de Altea ha ido
acompañada de profundos cambios sociodemográficos como consecuencia del
desarrollo económico del municipio (Ortiz, 2009). La evolución demográfica de
Altea muestra, desde mediados del siglo XX, un continuo crecimiento
poblacional que se acentúa a partir de finales de la década de los noventa.
Desde los años sesenta, Altea se convierte en un municipio receptor de
inmigración tanto de carácter laboral (tanto nacional como extranjera), que
busca en el municipio una oportunidad de empleo, como de población
procedente del norte de Europa, que decide instalarse en Altea tras su
jubilación en el país de origen. La inmigración extranjera ha sido, por tanto, la
principal fuente de crecimiento poblacional de Altea en años recientes. En este
sentido, la población procedente del extranjero en Altea ha pasado de
representar el 10% respecto del total poblacional en 1996 al 37% en 2007, con un
máximo histórico de 8.304 habitantes de procedencia extranjera (Padrón
Municipal de Habitantes, INE). En el caso de la población jubilada, su llegada al

179
municipio ha ido acompañada de una clara segregación espacial, escogiendo
áreas residenciales en el extrarradio del municipio y creando comunidades
extranjeras con escasas relaciones con la población autóctona.
En las entrevistas realizadas con agentes informadores35, quedó patente
la centralidad de la actividad urbanística y la importancia de sus consecuencias
a nivel local, pudiendo resumirse los problemas asociados al boom urbanístico
en Altea en cinco puntos principales: a) la alteración medioambiental, estética y
de la morfología tradicional del municipio, b) la ausencia de equilibrio entre
evolución urbanística e infraestructuras y servicios, registrándose graves
carencias en cuanto a servicios sanitarios, conexiones viarias, red de
alcantarillado, depuración de aguas, recogida de basuras, alumbrado y
abastecimiento eléctrico, asfaltado, etc., c) la falta de visibilidad de los
beneficios económicos del crecimiento urbanístico, estrechamente relacionada
con el punto anterior y reflejada, además, en la grave situación de déficit
presupuestario local, d) la opacidad en las decisiones políticas en materia
urbanística, con alusiones a situaciones de corrupción y procesos de toma de
decisiones poco transparentes, y e) la opción por las grandes obras y proyectos
urbanísticos frente a la mejora de otras cuestiones de carácter menor pero con
mayores beneficios para el conjunto de la población. Además, la reflexión de los
entrevistados en relación al modelo de crecimiento urbanístico de Altea puso de
manifiesto la existencia de dos discursos centrales: el del crecimiento ilimitado,
la necesidad de continuidad del modelo y la ausencia de alternativas, y el del
crecimiento sostenible, mejora de la calidad y mantenimiento de elementos
referenciales locales.
Junto a estas cuestiones, se detectaron otras de interés para el proyecto
de carácter político y sociocultural. Por un lado, el Diagnóstico Inicial mostró la
debilidad de la tradición participativa en el municipio y la ausencia de un tejido
asociativo consolidado. Por otro lado, algunos entrevistados describieron una
situación – al parecer, en progresivo estado de desaparición – de control social

35Estas entrevistas fueron realizadas a representantes de los distintos grupos políticos locales, a
representantes del empresariado hostelero, comercial y urbanístico, a técnicos municipales en
las áreas de urbanismo, y turismo, a representantes de asociaciones cívicas y de defensa
ambiental, y a expertos en historia y cultura local.

180
que había limitado en el pasado la participación de los ciudadanos en la vida
pública, llegando algunos entrevistados a hablar de la existencia de situaciones
de coacción y amenazas hacia grupos que no compartían el discurso
hegemónico de crecimiento urbanístico continuo. Todas estas cuestiones habían
de ser y fueron objeto de consideración en las fases de diseño e implementación
del proceso de participación en Altea.
Como ya se ha comentado anteriormente, entre las funciones del
Diagnóstico Inicial se encontraba, no sólo mejorar el conocimiento disponible
sobre el caso de estudio, sino, principalmente, asegurar un correcto diseño del
proceso de participación así como la identificación de nuevos objetivos a
alcanzar o de posibles modificaciones en los objetivos iniciales. El Diagnóstico
Inicial proporcionó, una primera visión de cuáles podrían aparecer como los
principales problemas sobre los que elaborar líneas estratégicas para el
desarrollo local. Esto quiere decir que era probable que aparecieran temas
polémicos que pudieran dar lugar a enfrentamiento entre los participantes, más
aún conociendo la tensión social que había existido en el municipio en torno a
algunos de estos temas. Esta posibilidad planteaba la necesidad de diseñar
actividades en las que los participantes pudieran exponer posiciones
fuertemente opuestas sin que esto obstaculizase el trabajo y facilitando la
búsqueda de puntos de encuentro que permitieran una discusión constructiva.
La existencia más o menos acusada de una situación pasada de cierta
presión social hacía pensar que algunos participantes podrían sentirse reacios a
la exposición pública de ideas ante miembros de distintos grupos o ante el
conjunto de ciudadanos de Altea. Por ello, era necesario hacer hincapié en la
independencia política del proyecto, así como el respeto hacia el anonimato de
los participantes una vez concluidas las distintas actividades y durante la
difusión de los resultados. Además, esta situación planteaba la necesidad de
evitar la participación de individuos que ostentasen posiciones de poder o que
hubieran tenido en el pasado una fuerte capacidad de influencia en la opinión
pública.
Para la identificación y diseño de las que deberían ser líneas de actuación
prioritarias en el municipio los participantes debían tener la oportunidad de

181
reflexionar sobre la situación actual de su municipio, de modo que fueran ellos
quienes diagnosticaran y definieran las que deberían ser consideradas áreas de
trabajo principales. Por tanto, antes de iniciar las tareas de diseño de estrategias,
los participantes deberían poder elaborar su propio diagnóstico, al cual, por ser
desarrollado de manera participada, se denominó Diagnóstico Compartido.

2. Diagnóstico Compartido

El objetivo de la fase de Diagnóstico Compartido es facilitar un espacio para la


reflexión colectiva acerca de la situación de partida y las consecuencias
positivas y negativas del desarrollo turístico-residencial a escala local. La
descripción por parte de los participantes de la realidad local resulta necesaria
para la posterior identificación de las que deben ser consideradas áreas
prioritarias de actuación a la hora de diseñar estrategias de actuación a escala
local. En este sentido, se apuesta por la participación de ciudadanos no expertos
en la definición, evaluación e interpretación de la realidad, reconociendo las
limitaciones del ámbito científico-técnico para abordar cuestiones con una
elevada complejidad valorativa, como lo son algunas de las identificadas
durante la fase de previa.
Para el diseño de las actividades específicas que integrarán el Diagnóstico
Compartido, es necesario que éstas sean coherentes con la realidad local, por lo
que el Diagnóstico Inicial se convierte en una fuente de información básica. Por
ejemplo, a partir del análisis del contexto económico, sociocultural y político de
Altea, fue posible valorar el tipo de participación que sería más conveniente
durante la fase de Diagnóstico Compartido. En el caso de Altea se desterró la
posibilidad de una participación asociativa, puesto que el Diagnóstico Inicial
había puesto de manifiesto la debilidad de la red de asociaciones cívicas del
municipio. También se rechazó la de participación abierta, dadas las
restricciones en cuanto a recursos materiales, humanos y de tiempo del equipo
que debía coordinar el proceso. Por tanto, la participación debería, en este caso,
ser de carácter controlado, siendo necesario definir las características de los
individuos que serían convocados. En un principio, se planteó la posibilidad de

182
diseñar un Diagnóstico Compartido integrado por stakeholders36. Sin embargo, el
concepto de stakeholder requiere de un contexto de referencia relativamente
específico, es decir, un individuo o grupo es considerado stakeholder si existe un
problema, proyecto o situación específica sobre la que tenga un interés
determinado (o stake). En este caso, los problemas estaban todavía por definir
por parte de los participantes. Incluso considerando como contexto de
referencia el Turismo Residencial, las características y repercusiones de éste son
tan complejas y extensivas que el conjunto de los residentes en Altea podían ser
considerados stakeholders dado que este modelo turístico tiene efectos sobre
todos los ciudadanos del municipio. De este modo, hasta que las áreas de
actuación prioritarias no fueran identificadas, la participación mediante
stakeholders no podría ser considerada como una opción.
Finalmente, y tras sopesar estas y otras posibilidades, se decidió que el
Diagnóstico Compartido fuera elaborado a partir del trabajo de cuatro grupos
compuestos por ciudadanos de Altea a título individual, es decir, sin
representar a intereses o colectivos mayores. Cada uno de estos grupos de
trabajo estaría integrado por individuos con unas características socio-
demográficas comunes pero persiguiendo una heterogeneidad intragrupal
tanto en cuanto a ideología como a formación y ocupación laboral e intentando
conseguir un equilibro entre hombres y mujeres.
En primer lugar, se diseñaron dos grupos de trabajo conformados por
población española residente en Altea, uno de ellos destinado a individuos
entre 18 y 44 años de edad (Grupo de Trabajo 1), y otro a población de 45 o más
años (Grupo de Trabajo 2). Se consideró interesante distinguir según edad
siguiendo la hipótesis de que las generaciones mayores, que han experimentado

36 El concepto de stakeholder hace referencia a aquellas personas, grupos, organizaciones o


instituciones con un interés en el problema, proyecto o política en cuestión, que pueden afectar
o verse afectados por el mismo, que tienen la capacidad de controlar o influir sobre recursos
estratégicos, instrumentos de gestión o decisión, o que cuentan con una información o
experiencia relevantes en el marco de las cuestiones tratadas. De este modo, el concepto de
stakeholder no queda limitado al plano individual o al colectivo, sino que atiende al papel que
juegan los distintos actores, asociados o no, en el marco del problema analizado. La opción por
la participación de stakeholders intenta así superar las limitaciones de la participación
individual – como la ausencia de representatividad de intereses mayores o la posibilidad de un
número excesivo e inmanejable de participantes – y de la participación organizada – como la
marginación del público no organizado o la distribución no equitativa de recursos y poder entre
grupos (Ortiz, 2009).

183
desde sus inicios las transformaciones vividas por el municipio con el
desarrollo turístico-urbanístico, podrían valorar y percibir de manera distinta la
situación presente de Altea respecto de las generaciones más jóvenes, que han
vivido en un municipio volcado en el turismo durante la mayor parte de su
vida.
Por otro lado, se consideró necesario dedicar dos grupos al trabajo con
población extranjera, aunque no tanto por su procedencia como por sus
diferente experiencia de la vida local y por su participación directa en el
desarrollo y actividad del Turismo Residencial. El Diagnóstico Inicial había
mostrado la existencia de dos grupos de residentes extranjeros en Altea: por un
lado, los inmigrantes de carácter laboral, de llegada reciente al municipio y
motivados por la búsqueda de un empleo y, por otro lado, los inmigrantes
europeos jubilados, que eligieron Altea como lugar de residencia para el
disfrute de su retiro laboral y por encontrar allí unas condiciones de vida
ventajosas en comparación de su país de origen. Del primer grupo, su reciente
llegada al municipio, así como su percepción de éste como destino temporal,
podrían ser motivos para haber desarrollado una manera diferente de describir
la realidad local. Del segundo, tanto los datos secundarios como las entrevistas
personales, indicaron la existencia de unos comportamientos y estilos de vida
diferenciados, derivados tanto de su separación en el espacio – la mayoría de
esta población reside en las urbanizaciones periféricas del municipio – como de
su condición de jubilados, que los acercan en ocasiones más al turista que al
ciudadano de Altea, por lo que pareció conveniente la realización de un grupo
específico con esta tipología poblacional. Por todo ello, se diseñó un grupo de
trabajo integrado por inmigrantes laborales (Grupo de Trabajo 3) y uno
compuesto por residentes europeos jubilados (Grupo de Trabajo 4) que
contribuirían a la elaboración del Diagnóstico Compartido.
Cabe recordar que el objetivo perseguido por esta fase de Diagnóstico
Compartido era la reflexión colectiva acerca de la situación actual del municipio
y la identificación de las principales áreas de preocupación sobre las que
diseñar posteriormente estrategias de actuación a escala local. Con todo ello en

184
mente, se diseñó una actividad de grupo guiada por dos preguntas principales
sobre las que los participantes deberían trabajar:

1. ¿Cuáles son los aspectos positivos o qué tiene de bueno vivir en


Altea?
2. ¿Cuáles son los aspectos negativos o qué tiene de malo vivir en Altea?

La identificación de los aspectos positivos y negativos propios del


municipio objeto de estudio da así lugar a un diagnóstico llevado a cabo por
parte de los participantes en el que quedan reflejados, por un lado, aquellos
aspectos que éstos valoran especialmente de su municipio y que, por lo tanto,
deberían ser preservados o potenciados y, por otro lado, aquellos aspectos que
deberían ser modificados o eliminados de la vida local. Con el objetivo de
promover una reflexión acerca del desarrollo turístico-residencial en el caso de
Altea, una vez identificados los aspectos positivos y negativos, se pidió a los
participantes que indicaran cuáles de éstos estaban relacionados con este
modelo de desarrollo.
Durante la dinámica de trabajo con cada uno de los cuatro grupos
estuvieron presentes tres miembros del equipo de coordinación: uno de ellos
actuando como moderador de la dinámica y los otros dos encargándose de la
transcripción simultánea de las aportaciones de los asistentes. Dicha
transcripción se realizó en hojas en blanco de gran tamaño que se colocaron
alrededor de la sala, de modo que fueran visibles por parte de los participantes,
pudiendo éstos de este modo hacer las correcciones que consideraran
necesarias. Como resultado final, se obtuvo un Diagnóstico Compartido
consistente en unos listados de aspectos positivos y negativos de la vida en
Altea. Estos listados fueron compilados y transcritos a formato digital por parte
del equipo coordinador para su tratamiento posterior y para la identificación de
las áreas prioritarias de actuación que servirían de base a la fase de elaboración
de propuestas de actuación.
La dinámica diseñada para la elaboración del Diagnóstico Compartido está
dirigida, por tanto, a extraer los principales aspectos positivos y negativos del

185
municipio para, posteriormente, elaborar propuestas para la potenciación de los
primeros y la modificación o eliminación de los segundos. Sin embargo, y como
se ha indicado con anterioridad, el proceso de participación debe de ser lo
suficientemente flexible para adaptarse a cualquier tipo de contingencia o de
nuevas valoraciones que no habían sido consideradas durante la fase de diseño.
En esta investigación, tras la realización de las sesiones de trabajo resultó
evidente que los participantes habían mostrado un interés mucho mayor en la
identificación de los aspectos negativos que en la de los positivos. En este
sentido, cerca del 70% de los elementos recogidos en los listados pertenecían a
la fase de identificación en cuestiones negativas. Por ello, se optó por escoger
aquellos que debían ser considerados temas de trabajo para la elaboración de
propuestas a partir únicamente de los aspectos negativos, cuya solución parecía
más urgente y preocupante para los participantes.
En el caso de Altea, y tal y como se había acordado con los participantes
previamente, se consideraron áreas de trabajo prioritarias aquellas que habían
aparecido en al menos tres de los cuatro grupos de trabajo. De este modo se
buscaron temas comunes en los listados de los distintos grupos. Estas
similitudes daban lugar a cuestiones o problemas de carácter general bajo los
cuales se agrupaban los distintos elementos. Por ejemplo, los elementos
“Colapso de tráfico en hora punta”, “Problemas de aparcamiento”, “Demasiado
tráfico en los accesos al municipio y en la N-332”, “Malos accesos
salida/entrada”, entre otros, fueron agrupados bajo la denominación de
“Problemas de tráfico y aparcamiento”. Así, se fueron creando categorías que
identificaban problemas de mayor alcance con los que se correspondían cada
uno de los elementos de los listados. Finalmente, se realizó un recuento del
número de grupos en los que aparecía cada problema general, siendo 8 las
cuestiones que estaban presentes en tres o más grupos:
a) Problemas de tráfico y aparcamiento
b) Déficit democrático
c) Mala planificación urbanística, falta de idea o proyecto claro de lo que
se quiere para Altea
d) Saturación de los servicios sanitarios

186
e) Degradación del entorno natural (paisaje, playa, mar, sierra, río)
f) Problemas de infraestructuras y servicios en las urbanizaciones
g) Problemas de comunicación / idioma
h) Inseguridad ciudadana

De este modo quedaban identificados los temas de actuación prioritaria


que habrían de ser abordados en la siguiente fase del proceso de participación
ciudadana de Altea relativa al diseño colectivo de propuestas de actuación a
escala local.

3. Diseño participado de propuestas de actuación a escala local

Una vez identificadas las áreas de mayor preocupación para los participantes a
partir del Diagnóstico Compartido es posible proceder al núcleo central del
proceso de participación, esto es, el Diseño participado de propuestas de actuación a
escala local. Si las tareas de diseño del modelo de desarrollo local y de
establecimiento de prioridades han estado tradicionalmente reservadas a la
esfera política y técnica, con esta fase se desea abrir este espacio de
competencias al conjunto de la ciudadanía.
En este proyecto, el Diagnóstico Inicial había mostrado la existencia de un
discurso consolidado acerca de la inexistencia de alternativas al modelo
extensivo y de crecimiento continuo de turismo residencial, al tiempo que dicho
modelo daba muestras de agotamiento. La puesta en marcha de un proceso
participativo de estas características pretendía estimular la reflexión profunda
acerca de algunos de los principales problemas de Altea y la creatividad en
relación a las posibles alternativas o vías de mejora, permitiendo deconstruir los
antiguos discursos inmovilizadores y construir otros nuevos.
En el caso de Altea, durante la planificación de esta etapa se consideró -
al contrario que en la anterior - la participación mediante stakeholders como la
más adecuada para la consecución de sus objetivos. La selección de stakeholders
requiere, por definición, de un marco de referencia específico sobre el que los
individuos o grupos muestren un interés o afección. Mientras para el diseño del

187
Diagnóstico Compartido este marco referencial era excesivamente amplio, los
resultados de dicha segunda fase señalaron ocho problemas específicos como
áreas de trabajo. De este modo, para la etapa de Diseño participado de propuestas
de actuación se habían acotado una serie de temas de interés que hacían posible
la identificación de individuos y/o grupos relacionados con estos ocho temas.
Así, para cada una de las áreas identificadas tras la fase de Diagnóstico
Compartido se contactó – a través de la técnica de bola de nieve - tanto con
ciudadanos afectados o interesados en los temas a trabajar, como con
ciudadanos que pudieran hacer uso de su experiencia o de su conocimiento
específico en el diseño de líneas de actuación. Teniendo en cuenta el
conocimiento adquirido durante la fase de Diagnóstico Inicial, se optó por la
búsqueda de representantes y/o expertos de rango medio. En el caso de
agrupaciones cívicas o empresariales, se solicitó la asistencia de miembros no
directivos pertenecientes a aquellas asociaciones que habían mostrado una
actividad pública notoria en algunos de los temas más polémicos. Además de
stakeholders directamente relacionados con algunos de los temas tratados, se
convocó a ciudadanos de Altea que tuvieran un conocimiento específico sobre
algunas de las materias o sobre el desarrollo turístico-urbanístico del municipio.
A partir de estos criterios, se contactó con grupos e individuos
relacionados con cada uno de los temas aparecidos en la fase anterior:
a) Problemas de tráfico y aparcamiento: asociaciones de empresarios y
comerciantes, dueños de comercios ubicados en el centro urbano,
empresa de transporte municipal, etc.
b) Déficit democrático: asociaciones vecinales, antiguos representantes
políticos, expertos en historia y cultura local, etc.
c) Mala planificación urbanística, falta de idea o proyecto claro de lo que
se quiere para Altea: arquitectos e ingenieros locales, asociaciones
cívicas, etc.
d) Saturación de los servicios sanitarios: personal de centros sanitarios
locales, médicos, etc.

188
e) Degradación del entorno natural (paisaje, playa, mar, sierra, río):
asociaciones ecologistas, expertos en cuestiones ambientales a nivel
local, asociaciones cívicas, etc.
f) Problemas de infraestructuras y servicios en las urbanizaciones:
asociaciones vecinales y residentes de las urbanizaciones periféricas,
etc.
g) Problemas de comunicación / idioma: asociaciones culturales,
expertos en cultura local, personal del Ayuntamiento, población
extranjera, etc.
h) Inseguridad ciudadana: policía, asociaciones cívicas, etc.

Para el Diseño participado de propuestas de actuación a escala local se diseñó


una jornada de participación en la que se trabajarían los ocho problemas
apuntados por el Diagnóstico Compartido. Para ello, era necesario esbozar una
dinámica que permitiera a los participantes idear dichas propuestas siguiendo
un proceso de reflexión lógica. A pesar de haber dedicado la fase anterior a la
identificación de los principales problemas de Altea, no parecía adecuado
abordar la redacción de estrategias sobre estas cuestiones de manera directa. Al
contrario, estas propuestas debían ser el resultado de un proceso reflexivo
previo en torno a las características y causas de los problemas seleccionados.
Además, no todos los participantes en esta fase habrían estado presentes
durante el Diagnóstico Compartido, por lo que sería necesario que ellos también
dispusieran de la posibilidad de discutir, pensar y definir estos temas
principales. De este modo, se diseñó una jornada de participación que reuniera
a los participantes a lo largo de todo un día.
Durante la fase de diseño de esta jornada de participación, se consideró
que las distintas tareas a realizar deberían organizarse en pequeños grupos: el
trabajo en forma de plenario puede obstaculizar el dinamismo en la discusión
tendiendo a la exposición individualizada de opiniones más que al diálogo y
reflexión colectiva; además, dificulta la posibilidad de que todos los
participantes plateen sus ideas, siendo más probable que sean unos pocos
quienes dominen la discusión por su mayor facilidad de palabra o por tener un

189
carácter más fuerte y extrovertido que otros (Kaner, 1996; Pound, 2006). Por
ello, se decidió organizar el trabajo a partir de grupos de 7-10 personas con el
objetivo de que las discusiones fuesen productivas y se aseguraran la
participación de todos los asistentes.
Cada grupo de trabajo estuvo dedicado a abordar uno de los ocho temas
identificados durante la fase anterior. Los propios participantes eligieron el
grupo de trabajo en el que colaborar, de modo que la decisión no procediese del
equipo de coordinación y fuesen los participantes quienes escogiesen el tema
sobre el que se sintieran más cómodos o estuvieran más informados. Para
asegurar que una misma persona pudiera trabajar en más de un tema, se
decidió desarrollar cuatro temas durante la mañana y cuatro durante la tarde.
La labor de cada grupo se dividió en tres fases principales: en primer
lugar, se decidió proporcionar a los participantes la posibilidad de reflexionar
sobre el problema objeto de discusión, sobre sus características y causas, con el
objetivo de que las propuestas que se diseñaran posteriormente estuvieran bien
fundamentadas y fueran coherentes con la realidad y contexto local. Tras esta
reflexión, se procedió a la formulación de propuestas y, finalmente, las
propuestas más importantes fueron desarrolladas y estudiadas en detalle. De
este modo, todas las acciones realizadas durante la jornada siguieron una
estructura lógica dirigida a alcanzar unas medidas de actuación útiles para la
solución de los ocho problemas objeto de análisis. El Gráfico 2 refleja el
esquema general de actividades llevadas a cabo durante la jornada.

Gráfico 2. Secuencia de actividades durante la jornada de participación para


el Diseño participado de estrategias de actuación a escala local

190
Presentación y explicación

Formación de grupos

a) Descripción del problema

b) Identificación de causas
Reflexión inicial
c) Identificación de responsables

d) Identificación de afectados

Tormenta de ideas de Selección de


propuestas propuestas principales

Tormenta de ideas de Selección de medidas


medidas de actuación principales

a) Descripción de la medida
Profundización y
desarrollo de las b) Reflexión sobre sus costes
medidas principales
c) Reflexión sobre los afectados

Propuesta final

 
Fuente: Elaboración propia

A continuación, se explica en mayor profundidad el contenido y


dinámica de cada una de estas fases.

1) Reflexión inicial:
Esta reflexión inicial se planteaba necesaria por diversos motivos: en
primer lugar, para mejorar la calidad de las propuestas finales de forma que
éstas fueran el resultado de un proceso reflexivo completo; en segundo lugar,
para permitir que aquellos participantes que no hubieran asistido a la fase de
Diagnóstico Compartido conociesen su contenido y propósito; y, en tercer lugar,
para recordar a quienes sí participaron en la fase anterior cuáles fueron los
elementos que dieron lugar a la selección de cada tema. Por ello, en esta fase

191
inicial era necesario tanto exponer los resultados de la fase anterior, como la
reflexión detenida sobre las características y causas de cada uno de los ocho
problemas principales. Con este objetivo, se ideó una dinámica en la que los
participantes pudieran llevar a cabo esta reflexión de forma ordenada y
productiva. Se decidió que cada grupo estuviera moderado por un miembro del
equipo de coordinación, estructurándose la dinámica de esta Reflexión Inicial
en cuatro fases:

a) Descripción del problema: se recordaba a los participantes los elementos


indicados por los grupos de trabajo del Diagnóstico Compartido y se solicitaba
que añadieran tantas ideas como creyesen necesarias para conseguir una
explicación completa y exhaustiva del problema.
b) Identificación de las causas del problema: los participantes reflexionaron de
forma minuciosa acerca de las que consideraban causas del problema objeto
de trabajo. Esto permitiría que las propuestas a elaborar posteriormente
pudieran estar dirigidas no solo a abordar las manifestaciones actuales y
visibles del problema sino también a la actuación sobre su origen.
c) Identificación de los posibles agentes sociales responsables del problema: parecía
adecuado que los participantes reconociesen a los sujetos o grupos
responsables del problema, de modo que fueran tenidos en cuenta durante
el diseño de las estrategias de actuación.
d) Identificación de los grupos sociales afectados por el problema: la identificación de
los grupos sociales a quienes el problema objeto de análisis afectaba de
forma más clara permitió alcanzar una mejor visión de las repercusiones de
cada problema sobre la vida local, así como la posible desigualdad en la
distribución de los efectos negativos de los asuntos tratados y, en definitiva,
de los costes del desarrollo turístico-residencial.

Para que esta información pudiera estar presente y ser retomada en las
fases de trabajo subsiguientes, el contenido de las distintas etapas de esta
Reflexión Inicial fue recogido por escrito por parte del moderador en un cartel.
Esta transcripción era elaborada de manera simultánea a la discusión de forma

192
que los participantes podían asegurarse de que sus opiniones eran registradas
correctamente. Los moderadores tenían además la función de animar a los
miembros del grupo de trabajo a aportar tantas ideas como fuera posible para
que la reflexión inicial fuera completa y estimulase la posterior elaboración de
propuestas.

2) Formulación de propuestas y medidas de actuación:


Una vez completada la Reflexión Inicial, el cartel elaborado era situado
en un lugar visible para los miembros del grupo, pidiendo a los participantes
que tuvieran en mente su contenido para la siguiente actividad. A continuación,
se dio comienzo a una tormenta de ideas mediante la cual el grupo formulaba
tantas propuestas de actuación como se les ocurriera para la minimización o
eliminación del problema objeto de análisis. El moderador alentaba a los
participantes a proponer el máximo de ideas, por poco factibles o disparatadas
que pudieran parecer, animando una tormenta de ideas creativa y rápida
(Kaner, 1996). Todas estas ideas eran anotadas en un nuevo cartel.
La experiencia previa del equipo coordinador en otros procesos
participativos hacía esperar que esta primera tormenta de ideas diera lugar a
propuestas de carácter poco específico, por lo que éstas deberían ser a su vez
concretadas en medidas de actuación más definidas. Por ello, tras el primer
listado de propuestas, se pidió a los participantes que seleccionaran un número
reducido sobre las que trabajar de manera más focalizada. Para realizar esta
selección, y teniendo en cuenta que el proyecto estaba dirigido a la formulación
de estrategias de actuación a nivel local, se pidió a los participantes que
marcaran aquellas propuestas que podrían ser abordadas desde éste ámbito.
Entre estas propuestas los participantes escogieron las dos o tres que
consideraron que podrían ejercer un mayor efecto en la solución/minimización
del problema.
Sobre estas propuestas prioritarias, los participantes volvieron a realizar
una tormenta de ideas, esta vez imaginando las posibles medidas de actuación
que podrían concretar cada propuesta o las acciones que sería necesario llevar a
cabo para ver esta propuesta realizada. De nuevo, el moderador se encargó de

193
estimular la creatividad y la formulación de acciones imaginativas. De este
nuevo listado los participantes escogieron, igual que en la fase anterior, aquellas
propuestas que consideraban más efectivas para la ejecución de la propuesta.

3) Profundización y reflexión final sobre las medidas de actuación:


Puesto que el proceso de participación perseguía la elaboración de
propuestas factibles y eficaces para la resolución de los principales problemas
del municipio turístico-residencial de Altea, era necesario que los participantes
reflexionaran de forma detenida sobre las propuestas elaboradas. Estas ideas
podrían ser demasiado ambiciosas, demasiado ingenuas o demasiado utópicas,
o podrían tener efectos indirectos poco deseables no considerados por los
participantes. Por ello, tras la identificación de las propuestas prioritarias y de
sus medidas de actuación específicas, se pidió a los participantes que pensaran
sobre los posibles costes que implicaría la puesta en práctica de dichas acciones,
así como sobre los grupos o individuos que podrían verse perjudicados por
éstas. De este modo, los participantes podrían introducir modificaciones en las
medidas o replantearse sus ideas iniciales, con el objetivo de producir
propuestas de actuación fruto de un proceso reflexivo profundo.
Para profundizar en las medidas planteadas, cada grupo elaboró unos
carteles, uno por cada una de las propuestas seleccionadas, sobre los que
plasmaron esta reflexión. Estos carteles estaban divididos en cuatro columnas:
la primera columna estaba dedicada a reflejar las medidas de actuación
seleccionadas para la propuesta y permitió a los participantes describir con
mayor detalle las características o implicaciones de dichas actuaciones; la
segunda columna identificaba los posibles costes derivados de la
implementación de cada medida; la tercera columna recogía los posibles
afectados por las consecuencias de las medidas; y la cuarta columna exponía las
conclusiones derivadas de la reflexión sobre los costes y afectados de las
medidas, así como a la introducción de posibles consideraciones o
modificaciones a las propuestas y medidas planteadas inicialmente.
Una vez realizadas todas las actividades, se realizó un plenario de
clausura en el que los participantes pudieron evaluar y valorar los resultados

194
del proceso de participación, así como decidir el uso que debía darse a la
información generada a lo largo de las distintas actividades.
En el caso de esta jornada de participación, si bien finalmente sólo
pudieron tratarse seis de los ocho temas identificados en la fase de Diagnóstico
Compartido, la jornada se caracterizó por la implicación activa de todos los
participantes, por la creatividad de muchas de las propuestas planteadas y por
la vivacidad y profundidad de algunos de los debates mantenidos a lo largo del
día. Se consiguieron finalmente un total de 54 propuestas, de las cuales se
seleccionaron 12 (dos para cada tema de trabajo) que fueron a su vez
concretadas en 90 medidas de actuación para la solución y minimización de los
principales problemas de Altea. Aunque no es posible exponer aquí la totalidad
de estas propuestas ciudadanas, de forma muy resumida, el trabajo ciudadano
realizado en Altea apuntó a cinco cuestiones fundamentales:
1) El reclamo de transparencia en los procesos de toma de decisiones,
que se observa en las distintas alusiones a la corrupción y las
relaciones poco claras entre sector público y privado que se han
dado en el plano urbanístico, así como en las muchas propuestas de
actuaciones relacionadas con la mejora de los mecanismos de
información por parte del Ayuntamiento, la rendición de cuentas
ante los ciudadanos o el incremento de los sistemas de control de la
actividad pública.
2) La exigencia de una planificación que integre las necesidades reales
de la población y una visión a largo plazo, visible en las constantes
críticas a la planificación (o ausencia de ella) en el modelo turístico-
urbanístico de Altea, y a la primacía de los intereses económicos
privados y a corto plazo en detrimento del interés y bienestar
colectivo.
3) La reivindicación de una mejora de los niveles democráticos a
través de la ampliación de los canales de participación ciudadana.
En la mayoría de los temas de estudio, la participación ciudadana es
considerada por los participantes como un instrumento
fundamental para mejorar la calidad de la democracia local,

195
reconducir las decisiones públicas hacia el bien común y ejercer un
control sobre el funcionamiento del sistema de gobierno.
4) La necesidad de encontrar alternativas económicas al monopolio de
la actividad urbanística cuyos beneficios reviertan de manera real
en el conjunto de la población. La consideración de que los
beneficios del desarrollo urbanístico han sido disfrutados por una
minoría mientras que sus costes se distribuyen en el conjunto de la
población, llevó a algunos de los grupos de trabajo a reclamar
alternativas a la centralidad del sector de la construcción, a través
de la mejora de la calidad del producto turístico y la revalorización
de la riqueza cultural y medioambiental de Altea.
5) La demanda de una distribución más eficaz de los ingresos locales a
través de la provisión de servicios e infraestructuras básicos. Las
importantes deficiencias que en este sentido se detectan en el
municipio, y que fueron señaladas con frecuencia por los
participantes, les llevaron a instar a las autoridades locales a una
mejor gestión del dinero público de modo que éste tuviera un
reflejo real en la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos de
Altea.

4. Devolución, difusión e implementación de los resultados del proceso de


participación de Altea.

Una vez completadas las actividades centrales del proceso de participación


ciudadana, resulta imprescindible el diseño de acciones dirigidas a la
devolución de los resultados a los ciudadanos que han participado en su
elaboración. Así, éstos pueden hacer uso de dichos resultados del modo que
considerasen más adecuado y siendo ellos los depositarios últimos y legítimos
del producto de las acciones participativas. En el caso de Altea, al final de la
jornada para el diseño de estrategias de actuación –y a petición de los
participantes en dicha jornada – el equipo coordinador asumió el compromiso
de transmitir la información generada durante el proceso no sólo a agentes

196
políticos y sociales relacionados con los problemas abordados, sino también al
público general, por lo que se diseñaron las acciones adecuadas para la
consecución de este objetivo.
En relación al primero de estos propósitos –devolución de los resultados
a los participantes – era necesario reunir y organizar la información generada
durante el Diagnóstico Compartido y el Diseño participado de propuestas de actuación
a escala local en un único soporte de fácil manejo y distribución. Por ello, se
diseñó un CD interactivo, en el que los ciudadanos encontraran de forma
sencilla las distintas fases del proceso, la explicación de las mismas, así como
sus resultados. En este documento digital el usuario podía de acceder a las
distintas fases del proceso de forma independiente y consultar, en cada caso, los
objetivos perseguidos con cada actividad, teniendo la posibilidad de descargar
los distintos documentos producidos en las diferentes etapas de trabajo.
Para la distribución y difusión de este CD, se organizó una presentación
pública a la que se invitó a todos quienes habían participado a lo largo del
proceso, así como a representantes políticos en el gobierno y en la oposición.
Además, se realizó una campaña de difusión a través de la radio y prensa local,
además de la colocación de carteles informativos de modo que cualquier
ciudadano interesado pudiera acudir.
A continuación de esta presentación, se dio paso a un foro de debate en
el que los asistentes pudieron formular preguntas a los representantes políticos.
Una vez más, los participantes expresaron su deseo de dar continuidad a las
acciones participativas en el municipio, instando a los representantes políticos a
abrir nuevas vías que permitieran a los ciudadanos tomar parte en los procesos
de toma de decisiones públicas.
No sólo los asistentes a este foro de debate recibieron el CD-Rom de
resultados, sino que se enviaron copias a los distintos grupos políticos del
Ayuntamiento de Altea y a otros representantes sociales, además de remitirse
algunos ejemplares a la biblioteca y casa de cultura locales para su consulta
pública, y colgarse el contenido del CD en la página web del Ayuntamiento de

197
Altea37. Además de la presentación pública, se hizo uso de los medios de
comunicación locales – radio y prensa escrita - para la difusión de los
principales resultados del proceso de participación. También, uno de los
participantes se ofreció a traducir al inglés el informe de resultados, para su
distribución entre algunas asociaciones de vecinos compuestas por población
extranjera y otros periódicos de lengua inglesa, maximizando así la transmisión
de los resultados del proceso.
Con respecto a la implementación de los resultados del proceso, la
plasmación real de los deseos de los ciudadanos en la política local sólo podrá
verse en el medio y largo plazo. Por el momento, cabe destacar el hecho de que
ya se han puesto en marcha en Altea nuevos mecanismos de participación
pública, hasta entonces inexistentes. Tras la finalización de este proyecto,
comenzó a redactarse un reglamento de participación municipal y se dio inicio
al Foro Ciudadano de Altea, en el marco de una Agenda 21 Local. Este Foro
tomó como punto de partida de las ideas que resultaron de las acciones aquí
descritas para una consideración en profundidad de su conveniencia y
viabilidad. Por tanto, este proyecto no quedó en una mera acción puntual,
teniendo una repercusión real en la vida democrática de Altea. Retomando la
idea de Jamal y Getz (1995) o Russell y Faulkner (1999), si el sistema turístico
puede entenderse como un entorno turbulento en el que existe una estrecha
interconexión de los elementos que lo conforman, las acciones participativas
desarrolladas en este proceso de participación pudieron constituir un pequeño
factor de cambio capaz de generar transformaciones a mayor escala. De este
modo, las acciones llevadas a cabo en el marco de este proyecto dieron inicio a
una reacción por parte de los ciudadanos que descubrieron la posibilidad de
reorientar el modelo tanto económico como sociopolítico que había dominado
la vida local en los últimos tiempos, así como su propia capacidad de tomar
parte en la planificación del futuro del municipio.

Meta-análisis de los resultados del proceso de participación

http://www.ayuntamientoaltea.es/secciones/seccion.php?id_seccion=314&id_idioma=1 .
37

Última consulta: 11/1/2010

198
Una vez finalizadas las acciones participativas en Altea, el equipo coordinador
decidió realizar un análisis profundo de los documentos producidos por los
participantes en las distintas fases. La intuición de que la riqueza de la reflexión
y trabajo colectivo iba más allá de la elaboración de estrategias de actuación a
escala local, animó al equipo coordinador a indagar en los resultados del
proceso con el objetivo de ampliar el conocimiento existente acerca de la
sociedad alteana y de las implicaciones del desarrollo turístico residencial en el
municipio. Para ello, se diseñó y llevó a cabo un análisis de contenido de los
textos obtenidos tanto durante el Diagnóstico Compartido como durante el Diseño
participado de estrategias de actuación a escala local. Este análisis de contenido
se llevó a cabo a través de un minucioso proceso de codificación e
interpretación de los textos38 y ofreció una visión integral y comprehensiva del
caso del destino turístico-residencial de Altea.
En el caso del Diagnóstico Compartido, el análisis de contenido de los
listados de aspectos positivos y negativos de la vida en Altea elaborados por los
cuatro grupos de trabajo resultó, en primer lugar, en una clasificación,
categorización y exposición jerarquizada de las principales preocupaciones y
satisfacciones de los ciudadanos. De este modo, pudo observarse que el foco de
preocupación de los participantes se dirigía a las cuestiones urbanísticas
(especialmente las relacionadas con el mal-desarrollo urbano, los problemas de
tráfico y las carencias de infraestructuras y servicios), cuestiones socioculturales
(en concreto, la interacción entre población autóctona y foránea y la pérdida de
la riqueza cultural de Altea) y cuestiones medioambientales (en relación al daño
ambiental y paisajístico ocasionado por la construcción). Resulta interesante
comparar este dato con el sistema de prioridades de la población a nivel
nacional. Como explica E. García (2004), y como corroboran mes a mes
múltiples barómetros del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el
sistema de preocupaciones de la población española está habitualmente
encabezado por cuestiones relativas a la garantía del orden social y de la

38Ver Ortiz (2009) para una explicación detallada de las características y resultados del análisis
de contenido.

199
seguridad física y económica. Sin embargo, en el caso del diagnóstico elaborado
por los ciudadanos de Altea, estos temas apenas aparecen al preguntar a los
participantes por los aspectos negativos y positivos de Altea. Ello podría tener
diversas explicaciones. Por un lado, la atención exclusiva a la escala local ha
llevado a los ciudadanos a pensar en aquellos problemas que les afectan más en
su vida cotidiana y no tanto en amenazas de carácter más global y con escaso
reflejo en la realidad local, como podría ser la preocupación por el terrorismo,
que siempre se sitúa en los primeros puestos en el ranking de preocupaciones a
nivel estatal39. Además, durante el desarrollo de este proceso de participación
no había comenzado la situación de crisis económica actual, por lo que hoy día
cabría esperar una mayor inquietud por asuntos económicos y de empleo que
los observados durante el proceso de participación. Debe tenerse en cuenta que
si en febrero de 2008, cuando tuvieron lugar los grupos de trabajo para el
Diagnóstico Compartido, la cifra de desempleados en Altea era de 860, en el
mismo mes del año siguiente ésta había aumentado en un 75’6%, alcanzando
los 1510 parados (INEM, 2008), por lo que parecería lógico encontrar una mayor
preocupación por la situación laboral en la actualidad. Una tercera vía de
explicación para las escasas alusiones a las cuestiones relacionadas con la
seguridad física y económica, es que esté teniendo lugar una extensión de
valores de corte postmaterialista (Inglehart, 1990, 1998, 2000) que enfatizan la
mejora y mantenimiento de la calidad de vida y las preocupaciones
medioambientales una vez alcanzados unos niveles óptimos de seguridad
material y que éstos se reflejen con mayor claridad en la escala local. Sería
interesante comprobar si, en el actual contexto de inestabilidad y crisis
económica, esta tendencia se ha invertido reforzándose los valores de tipo
materialista.
Indagando en esta última línea interpretativa, al estudiar desde un punto
de vista de análisis axiológico la información proporcionada por los
participantes tanto durante el Diagnóstico Compartido como durante el Diseño
participado de estrategias, se extrae que la escala valorativa de los participantes
se caracteriza por una ambigüedad que se sitúa entre el materialismo y el

39 Ver Barómetros de Opinión del Centro de Investigaciones Sociológicas: http://www.cis.es

200
postmaterialismo, entre la modernidad y la postmodernidad. Si bien existe una
evidente priorización de la calidad de vida – a través del disfrute de
determinados servicios y bienes, de la calidad ambiental, de la tranquilidad, etc.
– se sigue esperando que la autoridad actúe como garante de ésta. Muchas de
las alusiones a la calidad de vida aparecen relacionadas con la crítica al papel
desarrollado por el Ayuntamiento como responsable de la provisión y
mantenimiento de los elementos que aseguran el bienestar de los ciudadanos. A
pesar de esta reprobación de las actuaciones pasadas del gobierno local, los
ciudadanos no cuestionan la necesidad de acudir a los órganos tradicionales de
autoridad para ordenar la vida pública, como se desprende de muchas de las
propuestas diseñadas durante el proceso de participación. En ellas se aprecia un
reclamo de mejores normas y mecanismos de control a través de modificaciones
en la legislación vigente, de la intervención de otros niveles de gobierno, o de la
vigilancia de las actuaciones políticas para asegurar el interés general así como
su transparencia y cumplimiento de la legalidad. A estas demandas se une la
exigencia de más oportunidades para la implicación de los ciudadanos en los
procesos de toma de decisiones como instrumento para asegurar y controlar
que éstos sean justos y abiertos y que no respondan a intereses privados. Todo
ello es un claro resultado de una reacción ante el oscurantismo y corrupción que
algunos participantes denuncian que han existido en la política y planificación
urbanística en los últimos tiempos. La sospecha de que miembros del equipo
técnico y político del área de urbanismo del Ayuntamiento tenían intereses
personales a través de su participación en empresas privadas, el aparente trato
de favor de algunas empresas de la construcción que han monopolizado la
actividad urbanística de Altea o la invisibilidad de los supuestos beneficios de
la construcción en las arcas municipales, son algunas de las cuestiones que
indicadas por los participantes que probablemente sustenten el
posicionamiento de los ciudadanos. Ante esta situación, demandan una mayor
vigilancia y fiscalización de la actividad política, y la mitigación de la influencia
de la empresa privada a través de la apertura de la vida política a otros sectores
sociales. Así, frente a la tendencia de los representantes de gobierno de acudir al
espacio privado para la configuración de la política local, los ciudadanos

201
reclaman una recuperación del espacio público, unos procesos de toma de
decisiones abiertos, transparentes y dirigidos al bien común.
La desconfianza en los órganos de gobierno locales fue una constante en
todos los documentos analizados. La crítica a la gestión realizada por el
Ayuntamiento en materia urbanística, a su connivencia con las grandes
empresas privadas, a la mala distribución del dinero público y a su ignorancia
de las necesidades reales de la población fueron temas recurrentes en las
distintas fases del proceso de participación. Sin embargo, sorprende encontrar
una crítica tan clara y directa cuando Altea ha sido gobernada durante más de
doce años por el mismo alcalde y partido político, lo que indicaría un fuerte
apoyo popular a su modelo político. Probablemente, la grave situación de
déficit presupuestario, la existencia de megaproyectos urbanísticos con un alto
grado de desacuerdo popular o el aumento de las sospechas sobre situaciones
de corrupción urbanística fueran los principales motivos para la demanda de
un cambio de rumbo político.
Según apuntaron diversos participantes, en Altea ha tenido lugar
durante muchos años una situación de control de la vida y de la opinión
pública. Tal y como expresaron estos ciudadanos, se ha ejercido una fuerte
influencia sobre la opinión general a través de los medios de comunicación, que
son descritos como parciales y sesgados, así como por parte de grupos de poder
políticos y económicos. Se llega incluso a hablar de la existencia de coacciones y,
por tanto, de una sensación de miedo a contradecir en público la postura
mayoritaria. Este hecho, descrito por los participantes en todas las fases el
proceso de participación, aunque parece estar remitiendo en la actualidad, está
sin duda en el origen de la frecuente demanda de mayores canales de
participación ciudadana, de mejora de los instrumentos de información y
consulta por parte del Ayuntamiento y en la necesidad de limitar la influencia
de la empresa privada en las decisiones públicas.
Existe una evidente percepción por parte de los participantes de que
Altea requiere de un reajuste del modelo de desarrollo seguido desde hace
algunas décadas. Definieron el patrón de crecimiento como el responsable de
un proceso de transformación caótica que ha dado lugar a un futuro incierto e

202
inquietante. El desasosiego que ha generado el rápido cambio experimentado
por Altea es afrontado por los ciudadanos a través de dos mecanismos
fundamentales. Por un lado, la revitalización de lo tradicional y la conservación
del entorno fueron las cuestiones más mencionadas en el trabajo de los
ciudadanos. La incertidumbre que se desprendía de las aportaciones de estos
ciudadanos de Altea – que sienten cerca el fin de un modelo que ha sido hasta
el momento incuestionable por gran parte de la población – ha impulsado el
ensalzamiento de los referentes pasados como sistema de anclaje ante el cambio
y de recuperación del equilibrio perdido. Las múltiples referencias a la
conservación del patrimonio cultural, el orgullo por las tradiciones y la
identidad local, el deseo de recuperar el ritmo de vida pausado, la tristeza por
la pérdida del paisaje urbano y los espacios naturales de especial valor, etc. son
algunas de las muchas muestras de este deseo de rescatar un estilo de vida
conocido y fiable. Se llega incluso a idealizar el pasado borrando del recuerdo
los aspectos negativos que estaban presentes en él, como la pobreza del antiguo
pueblo pesquero y los muy inferiores niveles de calidad de vida que se
disfrutaban antes de la llegada del turismo.
El segundo mecanismo de defensa frente a la incertidumbre y el cambio
se ve reflejado con claridad en las propuestas diseñadas por los participantes:
La planificación y la información son las principales herramientas señaladas por
los ciudadanos para mitigar la angustia – o Angst en términos de Blühdorn
(2000) – generada por la inestabilidad y el riesgo a que se enfrenta el modelo de
desarrollo de Altea. La necesidad de conocer qué va a pasar por medio de una
mejor planificación del modelo de desarrollo y de contar con información
transparente y veraz sobre los asuntos que conciernen a la vida pública, están
reflejados con claridad en los documentos estudiados. La búsqueda de certezas
se convierte así en un reclamo constante por parte de estos ciudadanos que,
además, quieren ser partícipes de manera activa de la construcción del proyecto
de futuro de su municipio.
Otra de las cuestiones a destacar a partir de este análisis es la existencia
de una cierta situación de competencia por recursos escasos que deja entrever
unas incipientes relaciones de exclusión y rechazo entre grupos sociales de

203
Altea. Esta realidad fue descrita por los participantes en el caso de los
problemas detectados en el acceso al sistema sanitario. En el análisis realizado
sobre el contenido del trabajo en torno a este tema, se advierte una leve
sensación de agravio por parte de la población española respecto de la
procedente del norte y centro de Europa. La menor aportación al sistema de
seguridad social realizada por la población extranjera y su igual derecho al
disfrute de los servicios de sanidad fueron considerados injustos por parte de
los participantes. Dado que esta situación se ha desarrollado en un clima de
prosperidad económica cabe preguntarse si el actual contexto de recesión
económica podría agravar las tensiones intergrupales ante una mayor escasez
de recursos por los que competir. El aumento del desempleo, del que se habló
con anterioridad, podría avivar la competencia con la población inmigrante
laboral, más aún en un municipio como Altea que ha dependido del sector de la
construcción y que se encuentra hoy día especialmente frenado. Por lo tanto,
cabría esperar un retroceso en la tendencia hacia valores postmaterialistas –
propios de sociedades que disfrutan de una estabilidad económica y que tienen
cubiertas sus necesidades materiales –, revirtiendo hacia valores de corte
materialista, propios de situaciones de competencia y que pueden derivar en
relaciones de exclusión o intolerancia o, como señala Blühdorn (2002) hacia
valores neo-materialistas en los que la seguridad y el autoritarismo se
convierten en cuestiones centrales.
Otro de los puntos que más llaman la atención de la reflexión realizada
por los ciudadanos a lo largo del proceso es su ausencia de reconocimiento de
los beneficios generados por el desarrollo turístico-residencial a escala local.
Todo lo contrario, existe un descontento manifiesto con el patrón de crecimiento
adoptado por Altea. Sin embargo, el desencanto de los participantes con
respecto al turismo local no deviene tanto de la irritación respecto de la
actividad turística como del desacuerdo con cómo esta se ha gestionado a partir
de las decisiones políticas y urbanísticas y de los intereses privados. Por el
contrario, se mostraron satisfechos con el tipo de turista que se ve atraído por
este destino, a pesar de las molestias que esto causa en cuestiones como el
tráfico o los servicios sanitarios. No se detecta una decepción o rechazo respecto

204
de la actividad turística sino de su vertiente urbanística, lo que quedaba patente
en la preocupación de los participantes por mantener satisfecho al turista o en
las propuestas de diversificación del turismo de Altea. Así, los ciudadanos no
mostraron un deseo de dejar de ser un municipio eminentemente turístico sino
que sus propuestas se centraron en esta actividad, aunque desde un enfoque
distinto, de preocupación por la calidad del producto ofertado y por la
revitalización de los valores locales.
Según los participantes, el culpable de la situación de descontento con el
modelo adoptado por Altea es, como ya se ha apuntado, la clase política y, en
segundo lugar, las grandes empresas de la promoción urbanística. Pero no se
aprecia una verdadera crítica hacia el papel que los ciudadanos han jugado en
la aceptación y mantenimiento del modelo de expansión urbana. Al fin y al
cabo, son los ciudadanos quienes apoyan a través del voto democrático una u
otra línea política. Parece transmitirse con ello un cierto distanciamiento del
ciudadano respecto de la clase política, a la que se observa como una institución
ajena a la población y no como un órgano realmente representativo de ésta. En
los casos en los que los participantes admiten su corresponsabilidad en los
principales problemas del municipio, este reconocimiento aparece suavizado en
forma de desconocimiento, justificando dicha responsabilidad a través de la
ignorancia de las consecuencias futuras de determinados proyectos o
actuaciones. En este y otros momentos del trabajo de los participantes se refleja
una cierta dificultad para identificar las causas profundas de los problemas.
Mientras la dependencia económica respecto de la actividad urbanística es
señalada desde el ámbito académico (Arrocha, 2005; Mazón, 2006; Mantecón,
2008; García-Andreu, 2008) como un elemento explicativo de las dinámicas
turístico-residenciales, los participantes no trataron este tema hasta el final de la
jornada de trabajo. Es decir, este hecho no está presente en el imaginario
colectivo como causa principal de los problemas del municipio o, tal vez, existe
todavía una cierta dificultad para que los ciudadanos reconozcan la necesidad
de alternativas para un modelo que se acerca a su límite. Se observa aquí la
fortaleza que ejerce el discurso dominante según el cual no existen
posibilidades factibles de cambio para el modelo de desarrollo centrado en el

205
crecimiento urbanístico constante y de beneficios inmediatos. Ello reafirma la
necesidad de nuevos espacios de reflexión colectiva en los que la pluralidad
valorativa dé lugar a un discurso crítico y autocrítico y en los que la creatividad
permita que Altea tenga la oportunidad de forjarse un futuro alternativo.

Conclusiones

Este capítulo ha pretendido poner de manifiesto la utilidad que pueden


alcanzar las herramientas participativas para la mejora en las tareas
planificadoras en municipios turístico-residenciales. Este modelo de desarrollo
que ha caracterizado a gran parte de los municipios del este y sur de la costa
mediterránea española ha tenido la capacidad de convertirse en el motor básico
de las economías locales que acababan por depender del crecimiento urbano
continuo. La equiparación de expansión urbanística con desarrollo local ha
predominado en el discurso de muchos agentes políticos, económicos y sociales.
Durante muchos años, numerosos municipios han adoptado esta visión de
crecimiento ilimitado sin considerar las consecuencias que ello estaba teniendo
y tendría, no solo en el propio bienestar de los ciudadanos, sino también en su
carácter de destino turístico, al hacer peligrar algunos de sus principales
factores de atracción: tranquilidad, la belleza urbana y natural o riqueza
cultural. La creencia en la posibilidad de crecer de manera indefinida y en los
beneficios a corto plazo del sector urbanístico ha excluido o negado la existencia
de alternativas a tales patrones de desarrollo. Este discurso veía una amenaza
en la imposición de límites al crecimiento. Cuando se hacen evidentes los costes
e inviabilidad del modelo a largo plazo, los procesos de participación
ciudadana pueden ser – como ha mostrado la metodología aquí propuesta –
especialmente útiles para reflexionar sobre el futuro del desarrollo a escala local
y encontrar de forma colectiva vías de actuación alternativas al crecimiento
urbanístico constante. Las herramientas participativas permiten abordar
situaciones de alta incertidumbre – como es el caso del modelo turístico-
residencial en la Costa Blanca – a través de la generación de espacios de
reflexión profunda y producción creativa que apuesten por la superación de

206
discursos inmovilizadores a través de la deliberación colectiva y la búsqueda de
nuevas soluciones.
La participación ciudadana resulta además necesaria como mecanismo
de legitimación y transparencia de los procesos de toma de decisiones. La
incorporación a dichos procesos de la diversidad de valores que caracteriza al
desarrollo turístico-residencial a través de su apertura a ciudadanos y
stakeholders los convierte en procesos más justos y legítimos. Además, al abrir
las tareas de diagnóstico y diseño de estrategias de actuación a una comunidad
de evaluadores ampliada (Funtowicz y Ravetz, 1994, 1994, 2000) se están
reconociendo las limitaciones del conocimiento de carácter técnico para la
resolución de problemas con un complejo trasfondo valorativo y con una gran
capacidad de afección sobre el conjunto de la población.
La metodología propuesta en este trabajo, si bien es flexible y está abierta
a modificaciones en función de las características del contexto de aplicación,
ofrece una vía de trabajo que ha mostrado ser eficaz para alcanzar los objetivos
previamente planteados. A través de una concatenación coherente de
actividades estructuradas en cuatro fases principales, el proceso de
participación consigue poner de manifiesto los ideales valorativos de los
ciudadanos, sus preocupaciones profundas y sus mecanismos para afrontar un
futuro incierto. De este modo, la participación ciudadana muestra un
interesante potencial en la ampliación y mejora del conocimiento existente
acerca de las consecuencias del desarrollo turístico residencial en las
comunidades locales, convirtiéndose así en una herramienta fundamental a ser
considerada por parte de planificadores y responsables de la toma de decisiones
en este tipo de destinos.

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209
CONTRAPORTADA

[texto contraportada]

Una iniciativa de: Con el apoyo de:

[aquí van los logos]

ALBA SUD ATR Diputación de Ayuntamiento


Barcelona de Barcelona

210

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