MÓDULO 0305- EL CAMPO APLICADO DE LOS PROCESOS SOCIOCULTURALES 1

I. LA CRIMINOLOGÍA....................................................................2
II. LA CRIMINOLOGÍA COMO CIENCIA.......................................4
UNIDAD II. 1. El recurso al método científico................................................4
2. La idea de ciencia y sus limitaciones......................................5
1. El criterio de la refutación....................................................5
LA CRIMINOLOGIA COMO UNA 2. Consideraciones críticas sobre el criterio de refutación .....7
3. La aplicabilidad del método científico al estudio del delito..8
HERRAMIENTA PARA ESTUDIAR LOS 3. La Criminología comprensiva ...............................................10
III. LA NATURALEZA DE LA CRIMINOLOGÍA COMO CIENCIA
PROCESOS SOCIOCULTURALES DE .....................................................................................................11
LA DESVIACIÓN 1. Objetividad, realismo y progreso ..........................................11
2. Autonomía e independencia científicas ................................13
3. La Criminología como ciencia libre de valores .....................14
IV. EL DELITO Y EL PROBLEMA DE SU DEFINICIÓN .............16
1. La normalidad del delito........................................................16

Lectura 1

Serrano, M.A. (2004) Introducción a la

Criminología. La Criminología como
ciencia del Delito. Dykinson: Madrid.
Cap.1 pp. 27-55

Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra:

Serrano, M.A. (2004) Introducción a la Criminología. La Criminología como ciencia del Delito. Dykinson: Madrid
UNIDADII. LA CRIMINOLOGIA COMO UNA HERRAMIENTA PARA ESTUDIAR LOS PROCESOS SOCIOCULTURALESDE LA DESVIACION.
MÓDULO 0305- EL CAMPO APLICADO DE LOS PROCESOS SOCIOCULTURALES
I. LA CRIMINOLOGÍA
La Criminología, según la concepción clásica de Sutherland, «es el cuerpo de
conocimientos sobre el delito como fenómeno social. Incluye dentro de su ámbito los
procesos de elaboración de las leyes, de infracción de las leyes y de reacción a la
infracción de las leyes»1; a la vez, también se ocupa de la extensión del fenómeno
delictivo2. La Criminología es la ciencia que se ocupa del delito y del delincuente como
fenómeno individual y social3.
a) Su principal actividad se centra en el estudio de las causas del delito, o sea en
explicarlo —la perspectiva etiológica4. Como ve-remos, existen muy diversas teorías,
como las del aprendizaje, el control, la frustración, la desorganización social o la anomia
que intentan explicar por qué ciertas personas cometen delitos y por qué en nuestras
sociedades existe un determinado índice de delincuencia. Esta tarea intelectual, que
aspira a satisfacer la búsqueda de explicaciones que caracteriza al ser humano, justifica
ya plenamente la Criminología, incluso aunque se la entienda como cultivo del saber por
el saber, sin atender a preocupaciones pragmáticas5.
Muy conectado con ello se encuentra el establecimiento de los llamados
correlatos del delito, esto es ciertos factores o variables que se relacionan con el
delito, como es el caso de la edad o el género'.
b) Sin embargo, la Criminología está interesada igualmente en las posibles formas
de responder al fenómeno delictivo en el sen-tido de prevenirlo y controlarlo.
____________________
1
Sutherland, 1934: 3; Sutherland y Cressey, 1978: 1; Sutherland et al., 1992: 3.
2
3
Sutherland, 1924: 11; Sutherland y Cressey, 1978:29; Sutherland et al., 1992: 48.
Serrano Gómez, 198la: 15; con más detalle sobre las funciones, López-Rey y
Arrojo, 1975: 291-295, 321-323, 427-443 y 491-492.
4
Algunos autores creen equivocadamente que esta función está en crisis o incluso ha sido abandonada.
5
Akers, 2000: 12; Popper, [1957]: 69; el mismo, [1972]: 264; Tittle, 1989: 178; el mismo, 1995: 17, 27 y
43; el mismo, 2001: 331. Esta no es, sin embargo, una cuestión sencilla, vid. por ejemplo las vacilaciones de
Sutherland, 1973: 271-272.
6
Hindelang, 1981: 473; Loeber y Le Blanc, 1990: 424-426.
7
Vid. Lundman, 1993: 15-20.
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2
También ahora existen diversos enfoques que proponen, por ejemplo,
medidas preventivas, penas o el tratamiento de los delincuentes.
Naturalmente, esta función práctica de una ciencia, en este caso la
prevención y control del delito7, debe ocupar también un lugar privilegiado,
y de hecho la Criminología y las ciencias humanas y sociales en general
nacieron en el siglo diecinueve con una clara vocación pragmática8.
Sin embargo, la relación entre teoría criminológica y respuesta al delito es muy compleja.
Es importante destacar que la Política criminal, que se ocupa de estudiar e implementar
medidas para la prevención y control del delito, es una ciencia autónoma e independiente.
No es, ni mucho menos, una parte de la Criminología. En la Política criminal influyen no sólo
aspectos empíricos sobre la prevención y control del delito, sino también y sobre todo
aspectos éticos, jurídicos, constitucionales y políticos, económicos, etc. La decisión última
sobre si debe implementarse una de-terminada medida no corresponde, pues, a la
'9
Criminología .
La pena de muerte es un ejemplo claro. La investigación criminológica sugiere que ésta
carece de efectos preventivos. Este es, sin embargo, sólo un argumento más para que no
sea una medida asumible: éticamente es inaceptable porque atenta contra la dignidad
humana, no es aceptada por nuestro Ordenamiento jurídico y es contraria a los principios
constitucionales, no es aceptada por la mayoría de nuestras sociedades contemporáneas,
es la más costosa de las sanciones, etc. La Criminología no tiene la última palabra, pero
puede orientar científicamente las decisiones. La Criminología puede contribuir a la Política
criminal y a la prevención y control del delito, al menos, de dos maneras fundamentales. En
primer lugar, y esto es lo que nos interesa ahora, puede ofrecer teorías criminológicas, así
10
como destacar hechos empíricos bien conocidos sobre el fenómeno delictivo . De este
modo, lo ideal, como señalan Laub y sus colegas, sería que una política criminal estuviera
11 " "
basada en teoría y en hechos : «Políticas inteligentes son las que se encuentran
apoyadas por investigación sólida. Un compromiso con políticas "inteligentes" significa
rechazar políticas que son simplemente políticamente correctas y a tono con los valores
políticos del momento. Esto es, que la investigación más que la ideología y la Política
12
deberían gobernar la dirección de las políticas de control del delito» Además, la
Criminología puede, en segundo lugar, ayudar a evaluar, empíricamente y desde el estricto
punto de vista del delito, los efectos de los programas que se hayan implementado; o sea
estudiar si los esfuerzos han resultado realmente útiles en la prevención y el control de la
delincuencia, o bien si no lo han sido —o si incluso han resultado contraproducentes.
____________________
8
Durkheim, [1893]: 41.
9
Akers y Sellers, 2004: 12; Gibbs, 1975: 24.
10
Farrington, 1996: 112.
11
Laub, 2001; Laub et al., 1995: 91; Sampson y Laub, 1993: 3; también Barlow, 1995: 4-5; Fanington,
1996: 112; Lundman, 1993: 257.
12
Laub et al., 1995: 91.
MÓDULO 0305- EL CAMPO APLICADO DE LOS PROCESOS SOCIOCULTURALES
Naturalmente, lo lógico es pensar que entre teoría criminológica—que aspira a descubrir
las causas del delito— y prevención y control del delito debería haber una relación directa.
Este planteamiento es coherente con la idea de que será difícil mejorar la prevención y control
del delito si antes no conocemos algo sobre sus causas. Muchas veces eso es, en efecto,
así, pero no siempre: algunas de las teorías criminológicas más importantes carecen de
13
implicaciones de Política criminal ; otras teorías simplemente hacen propuestas de sentido
común o con meras «bases filosóficas o emocionales»14; o incluso irrealizables; muchos
programas de Política criminal muy prometedores no se basan en ninguna teoría; en otras
ocasiones, las políticas de control y prevención del delito, no sólo son diseñadas en general sin
atender a la teoría etiológica, sino que a menudo se eligen precisamente porque la
15
consideran un ejercicio inútil y, por lo tanto, desdeñable ... La relación entre teoría y Política
criminal es, pues, muy compleja.
La Criminología también insiste en que los programas se diseñen de manera precisa;
que se evalúen sólidamente, sobre todo recurriendo a experimentos (verdaderos) —las
16
evaluaciones suelen ser más bien débiles —; y que se tenga en cuenta el criterio de los
costes y beneficios .
17
c) El estudio científico del delito también incluye la medición o
extensión del mismo, esto es cuántos delitos se cometen en un cierto
período de tiempo en una unidad espacial dada, como puede ser en un
país, una región o un barrio. La medición, naturalmente, puede referirse
asimismo a tipos concretos de delitos. También se ocupa de estudiar las
tendencias del delito a lo largo del tiempo, por ejemplo si aumenta o
disminuye; de la comparación entre distintos países, comunidades u otras
entidades; o de estudiar si el delito se concentra en ciertos lugares,
momentos o grupos de personas.
Para la medición del delito se suele recurrir a las estadísticas oficiales elabora-das en
18
España por el Ministerio del Interior y por la Fiscalía General del Estado . Aunque las
estadísticas oficiales han despertado tradicionalmente la desconfianza de muchos
19
investigadores , hoy por hoy se asume que, aunque no responden con precisión a los
delitos que se cometen en un país20, sí son valiosas sobre todo en el caso de los delitos más
21
graves . Aunque sería deseable recurrir a ambas fuentes de información oficial, desde
Sellin se considera que los datos sobre delitos conocidos por la policía son preferibles
____________________
13
Farrington, 2000: 2.
14
Eddy y Gribskov, 1998: 45.
15
Gottfredson y Hirschi, 1995: 30.
16
Albrecht, 2002: 93 y 96; Barnes, 1995: 99; Freeman, 1999: 3557.
17
Albrecht, 2002: 99; Eddy y Gribskov, 1998: 45; Freeman, 1999: 3558.
18
Vid. la sección «Estadística» de RDPC, diversos números y años.
19
Díez Ripollés et al., 1996: 17-19; Herrero Herrero, 2001: 218; Kitsuse y Cicourel, 1963: 134-137 y
139.
20
Rüther, 2001: 309.
21
Barr y Pease, 1992: 197; P.J. Brantingham y P.L. Brantingham, 1981: 22-23; L.E. Cohen y Felson,
1979: 588 n. 1; Gove et al., 1985: 489-490; LaFree, 1998: 38.
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3
para la medición del fenómeno porque al haber penetrado menos en el sistema y el proceso
de Administración de Justicia, se encuentran menos contaminados22. Para la medición
23
del delito también son funda-mentales los llamados estudios de victimación —en los que
se pregunta a una muestra de personas sobre los delitos de los que eventualmente
hubieran sido víctimas en un cierto período de tiempo. Estos estudios no reemplazan a las
estadísticas oficiales, sino que son complementarios entre sí y, en general, tenderán a
24
coincidir . Hoy por hoy, por desgracia, no existen en nuestro país estudios de victimación
comparables en ámbito y periodicidad a los que se han venido realizando en países
25
anglosajones .
d) Por último, también es decisivo cómo y por qué se elaboran las
leyes, y más concretamente las leyes penales. En efecto, no todos los
comportamientos socialmente dañosos son tipificados como delitos, y ni
siquiera es pacífico qué es lo socialmente dañoso. De este modo, es
esencial estudiar qué criterios se siguen para elaborar las leyes penales;
así como otras cuestiones relacionadas tales como si en dicho proceso
predomina el interés general o el de determinados grupos26.
Aparte, para la Criminología es decisivo el hecho bien conocido de que, no sólo la
elaboración, sino sobre todo la interpretación y aplicación de la ley no responden siempre a
un proceso puro y neutral, sino que sigue unos parámetros al menos en parte socialmente
construidos. Esto es, que no sólo es preciso que un comporta-miento se encuentre
castigado por la ley penal, sino que además es preciso que sea definido como delito por la
sociedad, por la policía, por la Administración de Justicia... En efecto, es básico no perder de
vista que el delito tiene una naturaleza en buena parte de construcción social. Casi
todo el mundo estará de acuerdo en qué sea una silla, pero también habrá supuestos en
que no esté claro, y en ocasiones ciertos objetos no se definirán como sillas —sillas de
diseño muy raras—; es decir, incluso en este caso puede precisarse una definición. Por
ejemplo, utilizar el transporte público sin billete es constitutivo de una estafa según el Código
penal español, pero será muy raro, al menos en nuestros países, que alguien que observe
este comportamiento, incluido el protagonista, considere que se encuentra ante un delito
____________________
22
Sellin, 1931: 346. Vid. asimismo LaFree, 1998:36; Stangeland, 1995: 836-837; y, en otro sentido,
Roldán, 1999: 696-699 y 711. Sobre la medición del delito en general, vid. Serrano Maíllo, en prensa.
23
Díez Ripollés et al., 1996: 18-19 y 22; Kury, 1991: 268-272.
24
Elliott y Ageton, 1980: 106-108; Laub et al., 1990: 255.
25
Vid., por ejemplo, Mayhew y Hough, 1991: 307-309.
26
Desde hace largo tiempo, sin embargo, se ha desarrollado la llamada Sociología del Derecho, una
ciencia autónoma e independiente que ofrece un estudio especializado de las fuerzas que producen o
influyen en la producción genética del Derecho, vid. Soriano, 1997: 17 y 19-21.
MÓDULO 0305- EL CAMPO APLICADO DE LOS PROCESOS SOCIOCULTURALES
por el que quepa juzgar y castigar al infractor por dicha vía: o sea, que ese com-
portamiento sea definido como delito .
27
La importancia de la definición es decisiva en el delito: para que un
comportamiento se considere como delito no sólo es preciso que se
encuentre tipificado como tal, sino que también debe definirse como tal.
Desde esta perspectiva, también es imprescindible estudiar
por qué unos hechos se definen como delictivos y otros no y, además,
por qué unas leyes se aplican con rigor y otras no tanto —y, finalmente,
otra vez, si intereses de grupos particulares influyen decisivamente en el
proceso28.
II. LA CRIMINOLOGÍA COMO CIENCIA
1. El recurso al método científico
La Criminología, tal y como se entiende mayoritariamente, aspira a
aplicar el método científico al estudio del delito; en este sentido es una
ciencia29.
Esta idea de emplear el método científico, originariamente propio de las ciencias
naturales, en el estudio del comportamiento humano y social tiene en realidad una rancia
tradición que se remonta al menos a Guillermo de Ockham, quien vivió en la primera mitad
del siglo catorce, y que recibió un fuerte impulso de los empiristas ingleses, como Locke y
30
Hume, en los siglos diecisiete y dieciocho . En el siglo diecinueve tiene lugar, como es
sabido, el auge del positivismo, que pone una gran confianza en el método científico, así
como en su utilidad para el estudio del comportamiento humano y social y para intervenir
introduciendo mejoras para el hombre y la sociedad31. No es casualidad que precisamente
entonces se produjera la consolidación de la Criminología con la Escuela positiva o
italiana de Lombroso y sus seguidores; aunque con ciertas importantes diferencias, de
____________________
27
Ello es debido a que las personas no vivimos en el mundo ideal de las leyes, sino en un mundo tal
y como lo vemos, un mundo interpretado por nosotros mismos —aunque de manera colectiva—, pero
que es real y coherente para nosotros, Berger y Luckmann, [s/f]: 36-46; Schutz, 1967: 99-100 y 208-229.
Como veremos, esto no impide que exista una ciencia positiva del delito.
28
H.S. Becker, 1963: 1-18 y 121-163; Lemert, 1951: 54-72.
29
Vid. Hagan, 1985: 80-90; Tittle, 1985: 95 y 103-115.
30
Para los empiristas el conocimiento sólo puede basarse en la experiencia, en la observación de
hechos. Pese a la importancia que se concede a la experiencia y la observación, la postura del texto no es
empirista, vid., por ejemplo, Popper, [1972]: 44-50.3
31
Existen muy diversas concepciones de qué sea el positivismo, Halfpenny, 1982:11 y 114-117; a lo
largo de este libro se entenderá simplemente como el recurso al método científico en el sentido racional-
crítico que se explica a continuación en el texto, 102 y 115.
Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra:
Serrano, M.A. (2004) Introducción a la Criminología. La Criminología como ciencia del Delito. Dykinson: Madrid
UNIDADII. LA CRIMINOLOGIA COMO UNA HERRAMIENTA PARA ESTUDIAR LOS PROCESOS SOCIOCULTURALESDE LA DESVIACION
4
la Criminología y las ciencias humanas y sociales contemporáneas son herederas de
aquella tradición32. Este movimiento cientifista se ha visto influido por los impresionantes
avances que en períodos de tiempo relativamente cortos han experimentado las ciencias
naturales gracias, precisamente, a su método. También por este motivo se ha propuesto
extender este método al estudio del comportamiento humano y delictivo en concreto, un sa-
ber por el momento muchísimo menos desarrollado.
Así, pues, se reclama la aplicación del método científico al estudio de la criminalidad y
33
el delito y la unidad del método científico . Con ello, entonces, se rechaza la distinción
entre dos modalidades de ciencias, como es el caso bien conocido, por ejemplo, de Dilthey
y su dicotomía entre ciencias naturales y ciencias del espíritu . El método
34
científico es único y es legítimo aplicarlo tanto por parte de las llamadas ciencias naturales,
35
con la Física a la cabeza, como por la Sociología, la Historia... o la Criminología
Dentro de unos límites, la ciencia aspira a describir y explicar la
realidad, y para ello concede una importancia decisiva a la obser-
vación, a los hechos empíricos, a la experimentación, a la
experiencia36... sobre todo porque mediante la observación es posible
saber si una determinada teoría o una hipótesis es falsa o bien
verosímil y puede confiarse en ella. Así, en Criminología es decisivo
el estudio de las distintas teorías que tratan de explicar el fenómeno
delictivo, y es decisivo el estudio de la metodología a través de la cual
se realizan observaciones del delito y de los delincuentes con técnicas
tales como la observación participante, las entrevistas, las estadísticas
oficiales, los cuestionarios de autoinforme... La ciencia, pues, se
centra en aquello que sea observable con una cierta minuciosidad37.
____________________
32
Vid. Durkheim, [1893]: 39 y 55; el mismo, [1895]: 15-17, 20-23, 31, 35-36, 45-48 y passim.
33
Popper, [1957]: 145, 147, 150-152 y 158.
34
Vid. García-Pablos de Molina, 1999: 62-65, añadiendo con razón que esta distinción es ya algo
obsoleta, 65. Vid. otras propuestas, en realidad no tan alejadas, en Habermas, [1982]: 81 y ss.
35
Popper, [1957]: 37-40, 110-111 y 145-162; el mismo, [1972]: 14.
36
Cohen y Land, 1987: 43; Rodríguez Devesa y Serrano Gómez, 1995: 80. Esto es criticado por
diversos autores sobre la base de que dejaría fuera del ámbito de la ciencia muchos problemas
importantes, Habermas, [1982]: 45-46.
37
De hecho, el positivismo se caracteriza mucho más por su metodología que por creer que se
aproxima a la verdad, Adorno, [1972-1975]: 22-23; Gottfredson y Hirschi, 1987: 10.
MÓDULO 0305- EL CAMPO APLICADO DE LOS PROCESOS SOCIOCULTURALES
Por ejemplo, en determinadas situaciones —cuando existe una gran
alarma social ante determinados delitos, cuando la delincuencia
experimenta un fuerte aumento, etc.— ciertos sectores sociales y po-
líticos pueden reclamar penas más graves. Una de las razones es que
parece lógico suponer que si los delincuentes saben que habrán de
afrontar penas más severas, ya en dureza ya en su duración o
cantidad, tenderán a delinquir menos. Penas más graves tenderán, al
menos en determinados supuestos, a prevenir el delito. La ciencia, sin
embargo, no se contenta con que ello parezca lógico, sino que exige algún
tipo de observación o de experimentación para ver si, efectivamente,
penas más graves son eficaces para el control del delito, o si por el con-
trario carecen de efecto alguno o incluso resultan contraproducentes —
aunque pueda parecer poco razonable para muchas personas. De
hecho, una de las aspiraciones del conocimiento científico, más allá, es
superar el sentido común 38.
Hirschi y Stark, por ejemplo, afirman que según el sentido común asistir a misa reduce la
criminalidad —porque favorece la internalización y aceptación de valores morales, la
39
creencia en una vida futura en la que uno puede ser castigado ... Los autores testaron esta
40
hipótesis y no encontraron apoyo empírico para la misma Concluyen que «El hecho de
que existan muchas razones para esperar una relación causal entre asistir a misa y
delincuencia no es razón suficiente para aceptar una relación observada sin ulteriores
análisis», a la que vez que afirman la legitimidad de testar ideas de sentido común «por el
hecho de que ésta, como muchas otras, está simplemente equivocada» .
41
Desde esta perspectiva, la ciencia no puede consistir en que un determinado número
de científicos se ponga de acuerdo sobre una cuestión determinada —teoría del acuerdo
intersubjetivo—, ni en la mera reflexión concienzuda y lógica —método lógico-deductivo—,
etc. Esto no quiere decir que estas perspectivas no desempeñen ningún papel en la ciencia
—antes al contrario42—, sino solamente que no constituyen lo fundamental del método
científico. Aunque aquí se mantiene un compromiso con la ciencia en sentido natural, se
reconoce que existen otras concepciones legítimas sobre qué sea la ciencia, que otros
saberes diferentes son perfectamente posibles e incluso recomendables y, finalmente, que
lo que conocemos como Metafísica —y otros acervos no refutables— desempeña un
43
papel fundamental para el conocimiento humano . No importa insistir, sin embargo, en que
la Criminología con-temporánea mayoritaria aspira a aplicar el método científico al estudio
del delito.
____________________
38
Durkheim, [1893]: 15; Ferri, 1886: 60 y 104; Popper, [1972]: 46.
39
Hirschi y Stark, 1969: 205.
Hirschi y Stark, 1969: 205-212; Stark et al., 1987: 124. 4' Hirschi y Stark, 1969: 212 (énfasis añadido).
42
Popper, [1972]: 77-78.
43
Konig, 1973: 25; Popper, [1972]: 25 y 62-63.
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5
Ahora bien, pese a la importancia que les concede, la ciencia no comienza
por las observaciones ni por la acumulación de hechos. Pese a que es una
concepción bastante extendida de la ciencia, ésta no consiste en reunir hechos
particulares conocidos sobre una cuestión cualquiera como el delito, por ejemplo,
para construir a partir de ellos —por inducción— una teoría general abstracta
explicativa44. Por el contrario, lo primero es siempre la teoría45. Sin ella no es
posible ni siquiera saber qué hechos particulares pueden ser relevantes y cuáles
no. Si alguien quiere estudiar las causas del delito, ¿debe preocuparse por llevar
a cabo mediciones del cráneo de los criminales u observar si prevalecen entre
ellos los zurdos?: muchos lectores y casi todos los criminólogos españoles se
habrán apresurado a contestar que «no» —más allá, muchos añadirán que se
trata de una propuesta absurda. Ello es debido a que la teoría del delito de cada
uno de ellos —que puede perfectamente ser inconsciente y encontrarse
46
prácticamente sin desarrollar — no incluye variables de esta naturaleza. La
relación entre teoría e investigación, eso sí, es íntima y, a la vez, de una enorme,
desconcertante complejidad .
47
2. La idea de ciencia y sus limitaciones
1. El criterio de la refutación
¿Cuándo, entonces, puede considerarse que un sistema es científico y
diferenciarlo así de los que no lo son? Siguiendo a Popper, un sistema
científico consiste en un conjunto de hipótesis interrelacionadas que
pueden someterse a contrastacion a través de la observación de
hechos48. Científico será todo sistema o hipótesis que puede ser negado
mediante hechos observables. Esto es conocido como el criterio de
refutación —Popper se refiere a su doctrina como «racionalismo
crítico»49— y sirve para separar —demarcar— la ciencia de cualesquiera
otros saberes50
____________________
44 45
Popper, [19721 52, 57, 65, 67-72, 77-82, 176-177, 194, 230, 239, 272 y 340-354.
Bernard y Ritti, 1990:4 y 18; Liebow, [1993]: 325; Popper, [1957]: 165; el mismo, [1972]: 46,
52, 62 n. 3, 72-73, 77, 90-91, 153, 192, 272 y 290.
46
Bernard y Ritti, 1990: 3-4.
47
Merton, 1968: 139-171.
48
Vid. Popper, [1957]: 101-102, 111-112, 121, 136 y 146-149; el mismo, [1972]: 13, 50-
52, 61, 62 n. 3, 77-78, 82-86, 135, 150, 192-193, 238-239, 264-265, 279-280, 290, 295-
297, 312 y 339. Vid. asimismo Albert, 1978: 13-32; el mismo, 1991: 35-44; el mismo, [2000]:
33 y 45; el mismo, 2002: 46, 49 y 55; Bernard y Ritti, 1990: 8-9; Blalock, 1969: 8; Short y
Strodtbeck, 1974: 24; Titile, 1989: 171-172; Wallace, 1971: 15, 65 y 77-85.
49
Popper, [1972]: 50 (énfasis añadido).
50
Popper, [1972]: 63-64 y 312.
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Los sistemas científicos consisten en conjuntos de conjeturas que intentan
explicar un fenómeno concreto. Estos esfuerzos deben afrontar los problemas
que teorías anteriores no hayan podido superar —por eso se señala que la ciencia
en realidad comienza con problemas que plantean las teorías51. Cómo surja un
sistema en concreto carece de relevancia —por ejemplo, el teórico puede
52
inventárselo completamente —, pero lo importante es que puedan hacerse
observaciones que, si resultan contrarias al mismo, permitan falsificarlo, y por lo
53
tanto obliguen a abandonarlo —o bien, al menos, a modificarlo . Esta postura
coincide en parte con la tradición empirista, pero afirma que la ciencia comienza
por la teoría y no por la observación de hechos: como acabamos de decir, lo
primero es la teoría, de ella deben poder derivarse hipótesis que deben
someterse a pruebas empíricas lo más rigurosas posibles, en un intento serio por
refutarlas.
La clave para decidir si nos encontramos ante un saber científico, pues,
reside en comprobar si puede ser sometido a refutación, es decir si es
posible encontrar algún hecho empírico que lo contradiga. Uno de los
ejemplos más conocidos en que se ha denunciado la irrefutabilidad —y,
por lo tanto, acientificidad— de un sistema pretendidamente científico es
el psicoanálisis de Freud y sus seguidores54. Así, Abrahamsen —quien se
declara seguidor de esta tradición55 hace afirmaciones como las
siguientes:
«creo firmemente que la personalidad del asesino carga un torbellino de
emociones almacenadas desde la infancia. Cuando estas emociones, por lo
general reprimidas, son provocadas, avivadas, agitadas o activadas, la persona
[...] se vuelve violenta», «El conflicto a que me refiero se origina en serias
situaciones traumáticas experimentadas primariamente en las más tempranas
fases de la niñez, en el primero o segundo año de la vida del niño», aunque
«Estos sentimientos se hacen inconscientes„ .
56
____________________
51
52
Albert, 1991: 44-45; Popper, [1972]: 272.
Tittle, 1995: 54-55 y 71.
53
Popper, [1934]: 39-42; el mismo, [1972]: 312.
54
Los ejemplos más conocidos incluyen las doctrinas de Freud, Adler y Marx, Popper,
[1972]: 58-60, 62, 396-402 y 405-415; como ya se ha dicho, esto no significa que carezcan
de valor, 25 y 62-63.
55
Abrahamsen, [1973]: 7 y 12; naturalmente, este ejemplo no implica de por sí que las
tesis de Freud sean irrefutables.
56
Continúa: «Si no somos capaces de refrenar estos sentimientos hostiles, se
derrumban las defensas protectoras de nuestro ego y surgen impulsos que pugnan por
expresarse en actos homicidas»; y añade asimismo que «En el fondo de nuestro ser late la
vaga creencia de que, al matar a otro ser humano, lo que sin darnos cuenta hacemos es
librarnos del temor a la muerte que constantemente nos pisa los talones. Mientras el
hombre, consciente o inconscientemente, tema morir, seguirá, como siempre, agrediendo y
matando a su prójimo», Abrahamsen, [1973]: 12, 17-18 y 26; vid. asimismo 9-26, 48-56 y
263-266.
Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra:
Serrano, M.A. (2004) Introducción a la Criminología. La Criminología como ciencia del Delito. Dykinson: Madrid
UNIDADII. LA CRIMINOLOGIA COMO UNA HERRAMIENTA PARA ESTUDIAR LOS PROCESOS SOCIOCULTURALESDE LA DESVIACION
6
Pues bien, parece difícil imaginar un supuesto de homicidio —o de
cualquier otro delito grave— que no pueda explicarse con esta tesis,
siempre será posible recurrir a alguna situación qué pueda calificarse de
traumática y que haya sido olvidada por completo, etc. Esta tesis es
irrefutable, de modo que no se puede considerar científica: no es posible
encontrar observaciones que contradigan la teoría; y es capaz de explicar —y
además con facilidad— cualquier supuesto que se le presente.
La Criminología aspira, por el contrario, a seguir el método científico:
construir teorías, derivar de ellas hipótesis por deducción y so-meterlas
a refutación. Por ejemplo, la teoría de la asociación diferencial y la del
aprendizaje sugieren que el delito es consecuencia, entre otras cosas, de
que un sujeto se haya visto expuesto a definiciones normativas favorables a la
comisión de hechos delictivos y desviados57. Este sería el caso hipotético de
quien tenga una familia y un grupo de vecinos y amigos que justifiquen la
comisión de delitos delante de él o ella, e incluso premien de manera informal
los actos desviados que él o cualquiera otro del grupo cometan, o infrinjan
ellos mismos la ley58. Quien viva en esta situación, y en ausencia de
definiciones favorables al respeto de la ley, tenderá a delinquir. De estas
teorías pueden derivarse diversas hipótesis que pueden claramente
someterse a contrastación mediante la observación de hechos. Por ejemplo,
una investigación seria puede determinar, tomando una muestra de jóvenes
delincuentes, si la asociación con personas que justifican los
comportamientos ilícitos y desviados o infringen la ley es anterior o posterior
a la comisión de hechos delictivos59. Lo decisivo, pues, es que la
investigación puede encontrar que —contrariamente a lo que predicen estas
teorías60— los chicos, en general e igualdad de condiciones, primero
delinquen y luego se hacen amigos entre ellos —exponiéndose sólo a
posteriori a definiciones favorables a la comisión de hechos delictivos.
Por supuesto, también puede explicarse cualquier homicidio por el
deseo de librarnos del temor a morir —temor, otra vez, que puede ser
inconsciente.
____________________
57
Akers, 1985: 48-52; el mismo, 2000: 76; el mismo, 2001: 194-195; Sutherland, 1934:
4-6; el mismo, 1947: 6-7.
58
Akers, 2000: 76 y 79; Warr y Stafford, 1991: 862-863.
59
Sobre la metodología para el test de estas teorías, con especial referencia al
problema del orden temporal, vid. Warr, 2002: 31-44 y 75-77.
60
Akers, 2000: 80: «La asociación diferencial con otros que cumplen las normas y
con los que no, típicamente precede la comisión de los hechos por parte del individuo».
Como veremos, esta hipótesis tiene un fuerte respaldo empírico.
 MÓDULO 0305- EL CAMPO APLICADO DE LOS PROCESOS SOCIOCULTURALES
Si la investigación encuentra que la comisión de hechos delictivos se produce
antes de entrar en contacto con dichas definiciones favorables a la comisión de
delitos, entonces la hipótesis habrá sido refutada, de modo que las teorías de
las que se derivaron deben abandonarse —o bien reformularse, si es que ello
es posible. Si encuentra lo contrario, entonces las teorías habrán superado con
éxito un intento de refutación, habrán ganado en verosimilitud y podremos
tener una cierta confianza en ellas. De aquí también se infiere que, para que
tenga valor científico y sea verosímil una teoría, no es suficiente con que sea
refutable, sino que ha de superar con éxito intentos serios de refutación.
Es menester destacar que no basta con testar cualquier tipo de hipótesis o
establecer cualquier tipo de hallazgos, sino que los decisivos son los tests
61
cruciales , como cuando una hipótesis es poco probable o cuando otras
teorías predicen lo contrario —teorías como la del control predecirían que los
delincuentes tienden a delinquir primero y luego a frecuentar a otros
delincuentes. Por ejemplo, no sería tan valioso testar la hipótesis de que los
62
delincuentes tienden a tener amigos que son a su vez delincuentes , primero
porque es algo bien sabido y, además, porque esta hipótesis es consistente
con casi todas las teorías criminológicas conocidas —ya que no se sabe si
estas amistades anteceden o no la comisión de delitos.
Una hipótesis —y una teoría, de la cual se derivan hipótesis— es
científica si y sólo si pueden encontrarse hechos observables contrarios a la
misma, que la contradigan y que, por lo tanto, sean capaces de refutarla.
Ahora bien, una teoría puede ser muy fácilmente refutable y otra sólo de
manera muy difícil: la refutabilidad es una cualidad graduable. Por este
motivo, el principio de refutación pro-puesto por Popper no solamente sirve
como criterio de demarcación para separar el conocimiento científico del
i que no lo es, sino también —aunque en esto nos detendremos en el
Capítulo cuarto—, para evaluar las diversas teorías científicas, o sea
para decidir su valor científico e incluso para compararlas entre ellas y
establecer cuál es superior o preferible.
2. Consideraciones críticas sobre el criterio de refutación
Ahora bien, el criterio de refutación o el racionalismo crítico no carecen
de problemas63. El propio Popper da la razón que su doctrina no es
____________________
61
Stinchcombe, 1968: 20-25.
62
Aunque no es raro que se haga así, vid. Warr, 2002: 75-76.
63
Vid., en general, Giddens, 1993: 142 y 147-148; Halfpenny, 1982: 102-104;
Newton-Smith, 1981: 44-45 y 52-76; Serrano Maíllo, 1999: 86-87. Vid. asimismo Albert,
1991: 219-256.
Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra:
Serrano, M.A. (2004) Introducción a la Criminología. La Criminología como ciencia del Delito. Dykinson: Madrid
UNIDADII. LA CRIMINOLOGIA COMO UNA HERRAMIENTA PARA ESTUDIAR LOS PROCESOS SOCIOCULTURALESDE LA DESVIACION
7
completa o definitiva y que «no es posible jamás presentar una refutación
concluyente de una teoría»64. Esto es también asumido por la
Criminología65. En cualquier caso, una de sus principales ven-tajas es que,
como veremos, ofrece unos sólidos criterios de evaluación de teorías;
también es uno de los más aceptados en la Criminología mayoritaria.
a) Cuando se observan unos hechos que contradicen una teoría es
perfectamente posible que la teoría no sea falsa, sino que la observación
se haya realizado de manera defectuosa. En efecto, no es posible que
existan investigaciones perfectas, carentes de dudas y consideraciones
metodológicas66 —por supuesto, también hay investigaciones con burdos
errores—, de modo que es posible que los hallazgos sean espurios. En
ocasiones hay incluso dudas sobre cómo testar adecuadamente una teoría;
en palabras de Brame y Paternóster, «existen algunas áreas legítimas de
desacuerdo entre investigadores bien intencionados sobre los medios
adecuados de testar hipótesis»67.Otras veces, los resultados de la
investigación simplemente no son tan claros como sería de desear. Así,
casi es habitual que los investigadores, lejos de conformarse con lo que
han encontrado, reclamen nuevos, ulteriores estudios68.
b) De esta manera, pues, la mayor parte de las veces se exigen
varios estudios empíricos para establecer un hecho o una observación y, en
su caso, refutar una hipótesis. Esta repetición de observaciones para
asegurar que lo que se ha encontrado es verdadero y que puede
generalizarse a lo largo del tiempo, los lugares... se conoce como
replicación69, y en las ciencias naturales suele exigirse la replicación de
observaciones para que se acepten por la comunidad científica. Por
diversas razones, las replicaciones son muy difíciles en las ciencias
humanas y sociales, y de hecho no son muy habituales70. Cuando se llevan
a cabo intentos de replicación, a veces cada investigación encuentra
____________________
64
Popper, [19341: 64 y n. 1; también el mismo, [1972]: 288.
65
Liska et al., 1989: 4.
66
Hirschi y Selvin, 1973: 7, 21 y 274.
67
Paternoster y Brame, 2000: 980.
68
Los ejemplos son innumerables; vid., críticamente sobre la práctica, H.S. Becker,
1963: 157.
69
Garner, 1995: 26; Kempf, 1993: 167; Lundman, 1993: 49 y 76.
70
Blumstein, Cohen y Nagin, 1978: 57; Sampson y Lauritsen, 1990: 116.
MÓDULO 0305- EL CAMPO APLICADO DE LOS PROCESOS SOCIOCULTURALES
cosas diferentes; en ocasiones ello depende de la metodología que se
siga, pero puede pasar incluso en el caso de diseños coincidentes.
Por ejemplo, estudios que han recurrido a sólidas metodologías
longitudinales han encontrado evidencia opuesta sobre si los jóvenes tienden a
delinquir antes de ingresar en bandas juveniles —tesis de la selección— o si,
por el contrario, tienden a delinquir una vez que han sido aceptados en las
71
mismas —tesis de la facilitación .
c) A la vez, no sólo es posible, sino perfectamente legítimo que,
ante una refutación, el teórico simplemente modifique la teoría ad hoc —a
veces incluso mínimamente— de manera que pase a ser compatible con la
observación. Por supuesto, más habitual es simplemente negar que la
observación sea contraria a la teoría de que se trate o, sobre todo, negar
que la hipótesis que se ha refutado sea una de las que se pueden derivar
legítimamente de la teoría defendida.
d) La Historia de la Criminología, a mayor abundamiento, parece
sugerir que, en efecto, son muy raros los casos en que una teoría se
refuta72. Algunas teorías siguen teniendo plena vigencia y popularidad pese
a que la evidencia en su contra es abundante. Cuando, por el contrario,
una teoría cae en desgracia las más de las veces lo que parece haber es
mucho más un mero abandono por razones poco claras que una verdadera
refutación. Finalmente, no es raro que cuando una teoría parecía haber
sido refutada y abandonada, con el paso del tiempo vuelva a defenderse
por nuevos teóricos73.
Una de las razones del relativamente decepcionante avance de la teoría
criminológica de las últimas décadas puede encontrarse en las enormes
dificultades —y ello por varias razones— para la refutación de las diversas
teorías propuestas74. Es posible, más allá, que no todas las teorías sean
75
testables, incluso aunque se construyan muy cuidadosamente .
3. La aplicabilidad del método científico al estudio del delito
La aplicación del método científico al estudio del delito, tal y como
propone la Criminología mayoritaria contemporánea, no es aceptada
pacíficamente. De hecho, se trata de una idea que todavía tendrá que
afrontar importantes obstáculos, en especial en ambientes marcadamente
____________________
71
Así Thornberry et al., 2003: 31, para la tesis de la facilitación; y Huizinga et al.,
2003: 64 y 67, para la de la selección.
72
Bernard y Ritti, 1990: 19.
73
Bursik y Grasmick, 1993: ix; Sampson, 2002: 95; Serrano Mallo, 1999: 86-87. Vid.
Poseer, [1957]: 52.
75
Blalock, 1969: 3.
Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra:
Serrano, M.A. (2004) Introducción a la Criminología. La Criminología como ciencia del Delito. Dykinson: Madrid
UNIDADII. LA CRIMINOLOGIA COMO UNA HERRAMIENTA PARA ESTUDIAR LOS PROCESOS SOCIOCULTURALESDE LA DESVIACION
8
antiempíricos como partes de las tradiciones española e iberoamericana76.
Aunque las dificultades han sido reconocidas desde hace tiempo77 y sólo
se pretende que los métodos de las ciencias naturales se apliquen al
estudio del delito en la medida de lo posible, a nuestro juicio este
procedimiento es especialmente prometedor si se quiere disponer de
conocimientos verosímiles sobre la naturaleza, etiología y extensión del
delito y sobre las posibles respuestas al mismo78 y para evitar
consiguientemente enfoques básicamente ideológicos o incluso de mero
«intercambio de eslóganes»79.
El positivismo ha recibido una impresionante avalancha de críticas, y
desde luego sus puntos de partida se han moderado mucho desde el siglo
XIX80. Las críticas constituyen un amplio abanico que se extiende desde lo
epistemológico a lo ideológico, y así se le ha llegado a acusar incluso de
ser un instrumento que favorece a los poderosos81. A pesar de todo y con
más o menos modificaciones, ha sobrevivido hasta nuestros días82.
____________________
76
Serrano Gómez y Serrano Maíllo, 2002: 1619 y 1654.
77
Michael y Adler, 1933: 50, 77-87 y 161-162; Tappan, 1949: 55-65.
En efecto, es preciso conceder gustosamente que muchas de las críticas
son sólidas y muy atendibles y que deben ser tomadas con seriedad. En
realidad, el positivismo y el criterio de la refutación tienen algunos graves
problemas que en el fondo parecen ser irresolubles. De ahí se infiere que haya
que tener una concepción débil de los mismos y que, en el fondo, representan
más bien programas que nos proporcionan unas líneas generales que no
sistemas cerrados y perfectos, con respuestas claras y concisas para cualquier
problema que se plantee. De hecho hay que reconocer que en muchas
ocasiones más o menos extremas no será posible delimitar con precisión lo
científico de lo metafísico. Ahora bien, el problema debe plantearse en sus
justos términos: puesto que cualquier criterio va a tener que afrontar problemas
irresolubles y, a la vez, es imprescindible contar con algún criterio de
demarcación y de cientificidad, no queda más remedio que tomar una decisión
sobre qué criterio seguir. Desde este planteamiento, el criterio de la refutación
es a nuestro entender el preferible. Aunque tiene ya una larga tradición, hasta el
día de hoy la Filosofía de la ciencia no ha propuesto ningún otro a nuestro juicio
preferible.
____________________
78
Sellin, 1938:.15.
79
J.Q. Wilson, [1983]: 9.
80
Giddens, 1993: 151-162 y 168-170; Zaffaroni, 1993: 131-176 y 222-248.
81
Bustos Ramírez y Hormazábal Malarée, 1997: 24-25; en general, vid. García-
Pablos de Molina, 1984: 66-68 y 79-112; el mismo, 2003: 1189-1199.
82
Halfpenny, 1982: 120; Newton-Smith, 1981: 266.
MÓDULO 0305- EL CAMPO APLICADO DE LOS PROCESOS SOCIOCULTURALES
1. Algunos críticos niegan que el método científico, de las ciencias na-
turales, tenga aplicación en nuestro terreno. Así, entre otros ejemplos posibles,
se ha afirmado por parte de ciertos criminólogos que no es posible en las
ciencias sociales establecer generalizaciones, tal y como pretende sin duda la
ciencia positiva. Para justificar tal conclusión aducen razones como las
siguientes:
a) que las leyes generales de las ciencias humanas y sociales se
mantienen por sus defensores a pesar de reconocer supuestos que las
contradicen;
b) que estas generalizaciones no especifican bajo qué condiciones son
aplicables y bajo cuáles no; y, finalmente,
c) que son difíciles de aplicar más allá de los fenómenos ya observados,
83
o sea a casos hipotéticos .
Las ciencias naturales sí cumplirían estos requisitos; de modo que se razona
que, al no caber generalizaciones en su seno y ser el comportamiento humano
básicamente impredecible, no es imaginable que la Criminología recurra al
método científico.
Los tres reproches están, sin duda, en lo cierto; pero no desmontan la
pretensión del positivismo.
a) Todas las teorías en Criminología son incompatibles con determinados
hechos conocidos; pero lo mismo pasa en todas las teorías de las ciencias
naturales. En general, muchas críticas como ésta exageran la naturaleza y
posibilidades de las ciencias naturales y tienden a olvidar que no son tan
84
distintas de las humanas como puede parecer a primera vista .
b) Las teorías criminológicas son más limitadas que las de la Física, por
ejemplo. Pero no puede dejar de considerarse que las ciencias humanas y
sociales son muchísimo más jóvenes que las naturales85. Si se acepta que la
ciencia avanza y progresa, entonces no puede esperarse que la Criminología
científica, que apenas se ha consagrado a fines del siglo XIX, tenga el mismo
desarrollo que saberes ya florecientes en tiempos de la Grecia y la China
clásicas.
c) Algunos autores han mantenido que las ciencias humanas comparten
la misma naturaleza de las naturales, pero tienen una complejidad mucho
86
mayor ya que han de tomar en consideración muchas más cosas . Por este
motivo tampoco pueden compararse con el mismo rigor.
d) Por último, la Física, por ejemplo, alcanzó hace siglos una autonomía
____________________
83
Lynch y Groves, 1995: 374-375. Estos autores se basan en MacIntyre, 1985: 88-91;
si bien la argumentación de este autor es, en realidad, mucho más matizada, 100-108.
84
Short, 1985: 69.
85
Hagan, 1985: 82; Merton, 1968: 47. En contra, MacIntyre, 1985: 92, afirman-do
que las humanas «son de hecho tan antiguas como las ciencias naturales» —esto es difícil
de asumir si se refiere a una ciencia positiva del delito, aunque sí si habla de pura
especulación.
86
Kaplan y Manners, [1972]: 48.
Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra:
Serrano, M.A. (2004) Introducción a la Criminología. La Criminología como ciencia del Delito. Dykinson: Madrid
UNIDADII. LA CRIMINOLOGIA COMO UNA HERRAMIENTA PARA ESTUDIAR LOS PROCESOS SOCIOCULTURALESDE LA DESVIACION
9
plena frente a otras disciplinas y frente a prejuicios religiosos, ideológicos o
éticos, algo que hoy por hoy todavía no ha conseguido la Criminología positiva,
al menos en nuestro ámbito socio-cultural.
2. Quizá una de las posturas críticas más atendibles es la que afirma que el
método científico —en el sentido científico-natural que hemos defendido— no
es muy prometedor para nuestra disciplina no porque no pueda de por sí
aplicarse al objeto de estudio que nos interesa, sino debido a que no es capaz
de captar ni la naturaleza ni la enorme complejidad del comportamiento
humano o social. Adorno lo expresa de la siguiente manera: conceptos como los
que nos ocupan «no pueden captarse inmediatamente ni, a diferencia de las
leyes científico-naturales, verificarse directamente»; «Este carácter contradictorio
es la razón por la que el objeto de la sociología, la sociedad y sus fenómenos
[entre ellos, añadimos nosotros, el delito], no posee el tipo de homogeneidad
con la que pudo contar la denominada ciencia natural clásica»; los
87
comportamientos de los hombres «están mediados por la razón» .
Se critica, pues, la confianza que la Criminología positiva mayoritaria coloca
en datos cuantitativos duros y objetivos tales como número de arrestos previos,
nivel socioeconómico de la familia, historia laboral, etc.; su determinismo; y su
empeño de construir teorías explicativas más o menos formales, con
planteamientos etiológicos, etc. que quieren aproximarse a las de las ciencias
naturales. No está de más añadir que el propio Habermas y otros critican al
racionalismo critico porque no funda-menta su teoría del conocimiento —
88
tampoco en otros ámbitos— en pilares en última instancia inamovibles .
La alternativa que suelen presentar los críticos más reputados no es
la especulación desconectada de la realidad ni el análisis ideológico o
de cariz puramente político —aunque estas propuestas no dejan de
tener partidarios más o menos reconocidamente—, sino la investigación
(empírica) seria de tipo cualitativo, comprensivo que suele encuadrarse
en el amplio marco de la llamada hermenéutica89.
Por eso el mismo Adorno se apresura a añadir muy ilustrativamente lo que
sigue: «lo que se discute no es la investigación empírica o su omisión, sino su
interpretación [...] Ningún investigador social sensato puede pretender
substraerse a la investigación empírica», la especulación desenfrenada «se ha
puesto a sí misma en una situación extremadamente delicada con teorías como
la de que la raza es un factor decisivo en la vida de la sociedad»90.
___________________
87
Adorno, [1972-1975]: 10 y 28 (énfasis añadido); vid. también 20-21, 24-25, 28-.
33, 35-36, 38-40, 48-49, 52-58 y 98-99; y Habermas, [1982]: 24-29 y 31-43.
88
Sobre el no fundacionalismo del racionalismo crítico, vid. Albert, 1991: 13-18
y 43; el mismo, 2002: 46 y 48-50.
89
Vid. Habermas, [1982]: 173-256.
90
Adorno, [1972-1975]: 94 (énfasis añadido); vid. también 105-125; y Berger y
Luckmann, [s/f]: 37.
MÓDULO 0305- EL CAMPO APLICADO DE LOS PROCESOS SOCIOCULTURALES
A nuestro juicio, sin embargo, está perfectamente justificado que la
Criminología recurra, en la medida de lo posible y con una visión
modesta, al método' científico para el estudio del fenómeno delictivo91.
a) El mejor argumento a favor de su viabilidad para el estudio del delito
92
viene dado por los éxitos que ha proporcionado ya de hecho . Se trata, sin
duda, de avances modestos y limitados, pero que gracias a la aplicación de
este método existe hoy en día una cierta confianza —aunque provisional, en el
sentido que veremos— en la existencia de ciertos correlatos e incluso causas
del delito e incluso sobre prometedoras respuestas al mismo: la fuerte
correlación que existe entre edad y delito, o género y delito, hechos empíricos
como la continuidad y el cambio o la relevancia causal de la socialización en la
familia, sólo han sido posibles de establecer con seguridad cuando se ha
93
recurrido a este procedimiento —contraria-mente a lo que a veces se cree.
Existen muchos hechos, pues, sobre los que existe un importante consenso
entre los criminólogos y un elevado cuerpo de evidencia empírica coincidente .
94.
b) El comportamiento humano, además, no sólo es susceptible de
reflexión teórica, sino que, como señala Sellin, entra dentro de los fenómenos
observables95. No existe ninguna buena razón a priori para excluirlo del modelo
que hemos descrito.
c) Por si eso fuera poco, el positivismo es una empresa optimista96, que
anima a los investigadores porque les ofrece el progreso científico y, quizá,
mejoras sociales. Pues bien, advierte Popper, este optimismo promueve la
investigación, mientras que su negación en la práctica suele conducir a un
97
cierto pesimismo que la paraliza .
A mayor abundamiento, lo que realmente nos preocupa del método
científico —mucho más que las legítimas dudas que despierta— es
precisamente su exaltación el exceso de confianza en el mismo . Así, a
98
menudo se olvidan las consideraciones críticas serias de manera irresponsable
y se otorga a las conclusiones científicas un carácter definitivo que en realidad
casi nunca tienen; se exigen respuestas firmes que rara vez pueden darse; o se
reclaman explicaciones sencillas y soluciones directas. Curiosamente, los
científicos positivistas carecen de esta gran confianza en la ciencia que en
ocasiones se observa en sectores de la opinión pública .
99
____________________
91
Michael y Adler, 1933: 76; Sellin, 1938: 9-16.
92
Como parece reconocer Habermas, [1982]: 81.
93
Popper, [1957]: 38.
94
95
Hirschi y Selvin, 1973: 16; Meier, 1985: 14.
Sellin, 1938: 12.
96
Goldkamp, 1987: 136; Gottfredson y Hirschi, 1987: 22; Laub, 1987: 56.
97
Popper, [1934]: 231; el mismo, [1972]: 27 y 29.
98
Así señala Adorno que «deberíamos evitar incurrir tanto en un escepticismo
precipitado como en una confianza precipitada en relación con la productividad de la
investigación empírica», [1972-1975]: 51.
99
Popper, [1957]: 107 y 114.
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10
El conocimiento científico es siempre tentativo, provisional, con un gran
margen para el error; a la vez, las soluciones que ofrezca jamás serán sencillas
y casi nunca carecerán de efectos secundarios. Todas las opciones en
Criminología —a nivel teórico, metodológico o de Política criminal— tienen sus
puntos fuertes y débiles y es imprescindible llevar a cabo decisiones sobre cuál
es preferible. Una de las consecuencias de la concepción de la ciencia aquí
defendida es que todo lo recibido debe ponerse en duda. Así, la Criminología
se caracteriza por ser una ciencia muy exigente en sus procedimientos y muy
100
modesta en sus conclusiones .
3. La Criminología comprensiva
Pero la Criminología y las ciencias humanas y sociales también as-piran
a comprender su objeto de estudio —en nuestro caso el delito y el
delincuente. Weber consideraba con acierto que las ciencias humanas y
sociales se encuentran aquí en una posición de privilegio frente a las
naturales porque pueden aspirar a comprender su objeto de estudio, y no
sólo a explicarlo. Se trata de interpretar, llevando a cabo un intento por
entender, el sentido de la acción del sujeto, para lo cual el investigador
ha de procurar situarse en el lugar de quien ha realizado un hecho delictivo,
tratar de ver a través de sus ojos, con toda la carga emocional y simbólica
del contexto en que se produjo el hecho —o en el lugar de la víctima, del
policía— o en que viven habitualmente los sujetos101. La Criminología
comprensiva reclama, pues, metodologías cualitativas.
Por ejemplo, Sánchez Jankowski describe la vida de diversas bandas con las
que ha convivido en su propio ambiente102. Con una actitud más humana,
próxima y comprometida con los chicos y chicas que estudia, Fleisher nos relata
con una gran carga de emotividad y amargura cómo estos jóvenes cometen
hechos delictivos graves por motivos triviales, sufren victimizaciones, caen en
el abuso de drogas y en tristes procesos de autodestrucción; para ello intenta
comprender de la mejor manera que puede los motivos, los sentimientos, la
103
rabia, la frustración, la desesperación... de estos pandilleros . Por último, Katz
—desde una óptica próxima a la fenomenología— describe distintos casos de
homicidio en que el agresor siente que ha sido profundamente humillado o que
su víctima representa el mal y que no tiene más re-medio que quitarle la vida; en
otros casos hace referencia a diversos supuestos en que
____________________
100
Serrano Gómez y Serrano Maíllo, 2002: 1654.
101
Weber, [1922a]: 6-7 en especial; el mismo, [1922b]: 73, 130-132, 162 y 175-221.
Vid. asimismo Ferrell, 1997: 10-11; Ferrell y Hamm, 1998: 14-15.
102
Sánchez Jankowski, 1991: 37-62, por ejemplo.
103
Fleisher, 1998a: 86 y ss. y passim; el mismo, 1998b: 45-52.
MÓDULO 0305- EL CAMPO APLICADO DE LOS PROCESOS SOCIOCULTURALES
los delincuentes se ven atraídos irremisiblemente hacia el delito por
razones que incluyen a veces la pura excitación que ello les
produce1O4.
Naturalmente, nada de esto es algo que pueda hacer la Física, por
ejemplo, respecto a la congelación del agua ni tampoco la Criminología
positiva basada en estadísticas o estudios de autoinforme, los cuales, a la
luz de estos estudios etnográficos, han de resultar necesariamente fríos y
ajenos al verdadero drama que supone casi siempre el delito. Esta
metodología puede explicar por qué se delinque, pero no puede ayudarnos
a comprender cómo el sujeto veía la situación en que se encontraba, qué le
llevó a tomar la decisión final, qué experimentó durante los hechos, si
pensaba en la posibilidad de ser arrestado o tenía miedo a sufrir una
sanción... La orientación comprensiva en Criminología se refleja
principalmente en determinadas metodologías cualitativas como la
observación participante o la entrevista en profundidad.
Aunque existen ciertas importantes diferencias entre este enfoque y el
explicativo científico-natural y de hecho algunos autores los consideran
incluso contrapuestos105 la verdad es que no sólo son perfectamente
compatibles, sino que la Criminología comprensiva se inscribe también en
una ciencia empírica y positiva106. En efecto, ambas metodologías
comparten muchos de los puntos de partida básicos, como son el
establecimiento e incluso test de hipótesis, la preocupación por la
objetividad del investigador y de sus resultados o la preocupación por las
causas del delito107.
Sánchez Jankowski, por ejemplo, pone interés en mostrar las insuficiencias
de diversas teorías anteriores sobre bandas y, sobre todo, destaca el lado
racional, calculador de las ventajas e inconvenientes de los actos, algunos de
108
ellos ilegales, que llevan a cabo los miembros de las mismas . Fleisher,
también con una perspectiva causal, pone un gran énfasis en la familia de cara
109
al control de la delincuencia . E incluso en Katz puede encontrarse una clara
preocupación causal —eso sí, una causalidad que no se encuentra tanto en una
____________________
104
Katz, 1988: 4-8, 19-43, 54-58, 64-75, 81-88, 99-112, 128-138, 169-176, 185-194,
225-236, 282-289, 304-308 y 312-313.
105
Vid. Ferrell y Hamm, 1998: 9-15.
106
Weber, [1922a]: 6-18, 7 y 11 sobre todo; el mismo, [1922b]: 61-73, 118-119, 124,
131, 136, 146-166 y 175-176.
107
Ferrell, 1997: 11; Fleisher, 1995: 4-5, 14-15, 17 y 79-80; el mismo, 1998b: 50 y 61;
Sánchez Jankowski, 1991: 14 y 17.
108
Sánchez Jankowski, 1991: 21-23, 28-30, 37-40, 47 y 59-61, por ejemplo. 109
Fleisher, 1995: 78-80, 103-107 y 247-257.
Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra:
Serrano, M.A. (2004) Introducción a la Criminología. La Criminología como ciencia del Delito. Dykinson: Madrid
UNIDADII. LA CRIMINOLOGIA COMO UNA HERRAMIENTA PARA ESTUDIAR LOS PROCESOS SOCIOCULTURALESDE LA DESVIACION
11
decisión racional, en la familia, o en cualquier otro precedente, sino en una
atracción concreta que tiene lugar en la situación en que se encuentra el
criminal110.
Otras líneas metodológicas se apartan mucho más del positivismo y más bien
se integran en el paradigma hermenéutico al que antes nos hemos referido. Es
dudoso que ambos enfoques, ahora, puedan integrarse. Así, muchas de las
investigaciones que se encuadran en la etnografía, la llamada Criminología
existencial, la fenomenología, etc. Estas orientaciones son además muy
heterogéneas entre sí —e incluso dentro de cada uno de estos movimientos.
Como ya se advirtió para el caso de la Metafísica y otros saberes no refutables,
también estos estudios pueden ser de la máxima relevancia e importancia.
Insistimos en que aunque hoy se intentan destacar los puntos de apoyo y la
compatibilidad de ambas perspectivas, parece difícil la integración cuando se
111
trata de orientaciones subjetivistas más o menos radicales . Habermas, que
ve en esto un dualismo metodológico, considera que ambos enfoques no se
han integrado pero sí que conviven y afirma que «Esta yuxtaposición, sin
entendimiento alguno, de teoría analítica de la ciencia [lo que aquí hemos
llamado positivismo] y reflexión hermenéutica de fundamentos, no parece
molestar a ninguna de las partes en su consolidada autoconciencia» .
112
A todo ello debe añadirse que en los últimos quince años las he-
terogéneas metodologías cualitativas han producido una serie de trabajos de
enorme calidad científica —acabamos de mencionar algunos ejemplos— que
han tenido una acogida excepcional en la Criminología mayoritaria, positiva; y
que muchos de estos trabajos, además, han mostrado una especial
sensibilidad por los temas de interés mayoritario. Aunque insistimos en que se
trata de una labor que no siempre es fácil, algunos importantes criminólogos
hacen hincapié en la integración de ambos enfoques es imprescindible113.
III. LA NATURALEZA DE LA CRIMINOLOGÍA COMO
CIENCIA
1. Objetividad, realismo y progreso
La ciencia, pues, aspira a ser objetiva, en el sentido de búsqueda de la
verdad y de que sus propuestas sean independientes de los puntos de vista de
quienes las hacen. El instrumento fundamental del objetivismo
____________________
110
Katz, 1988: 4-5 y sobre todo 11.
111
Vid. al respecto y críticamente, Albert,1991: 160-171; el mismo, 2002: 58-64 y
112
Habermas, [1982]: 82.
113
Cerezo Domínguez, 1988: 238-244 y 277-278; García España, 2001: 126; Laub y
Sampson, en prensa; Laub et al., 1990: 255; Sampson y Laub, 1993: 23 y 204-207.
MÓDULO 0305- EL CAMPO APLICADO DE LOS PROCESOS SOCIOCULTURALES
científico reside en el recurso a su metodología, que permite hacer ob-
servaciones hasta cierto punto independientes de quien las haga y que
pueden ser repetidas y comprobadas por cualquier otra persona. En efecto, el
hecho de que la ciencia tenga un carácter público consistente en que
cualquier persona debe tener acceso a la misma y poder intentar refutar lo que
se afirma, ayuda a salvaguardar la objetividad de la ciencia1114. De este modo,
la ciencia confía en la existencia de un mundo real independiente de los
sujetos que, aunque no se muestra en su totalidad ni puede ser abarcado
plenamente por el limitado conocimiento humano, sí que asegura que la
ciencia pueda aspirar a ser objetiva —y en este sentido es realista115. Popper
explica de manera muy afortunada que el hecho de que no podamos obtener
nunca certezas definitivas, sino sólo provisionales, no contradice la asunción
de realismo que subyace a la ciencia positiva, sino que precisamente cuando
se refuta una hipótesis es que se ha tocado la realidad —de lo cual se infiere
que ésta existen116. La ciencia así entendida es, sin duda, determinista, y en
este sentido cree poder hablar de causas117. Por último, la ciencia progresa a
través de este proceso descrito de refutación ya que las teorías e hipótesis
falsas se van abandonando y cada vez se tienen teorías mejores118.
En efecto, de acuerdo con la Criminología, que está preocupada —entre
otras cosas— por las causas del delito, el individuo está sometido a fuerzas, ya
sean sociales ya individuales, que escapan a su control y que influyen en que
lleve a cabo actos antijurídicos. Este panorama es el mismo que se encuentra
en otras muchas ciencias humanas, como la Sociología, y esto es
119
determinismo . A menudo se afirma que no se trata de un determinismo duro
o radical —si es que esto se puede encontrar hoy en Criminología—,pero es
determinismo en cuanto que admite la influencia decisiva de una serie de
factores. Esta idea de determinismo débil se debe, en el terreno de la
Criminología, a Matza, quien reclama claramente la idea de libertad, a la vez
que defiende que el «determinismo débil» incluye «el mantenimiento del
120
principio de causación universal» , así como que «el grado de libertad
poseída por diferentes hombres se encuentra lejos de estar indeterminado. La
libertad, como la mayoría de las características sociales no se distribuye
aleatoriamente»121.
____________________
114
Poseer, [1957]: 171.
115
Popper, [1972]: 91, 262-263 y 276.
116
Popper, [1972]: 152.
117
Gottfredson y Hirschi, 1987: 12 y 16; Laub, 1987: 56. Estas causas tienen un
carácter legiforme, Blalock, 1969: 2; Popper, [1957]: 139; Weber, [1922b]: 61-62.
118
Newton-Smith, 1981: 208; Weber, [1919]: 64-68.
119
Farrington, 1996: 72; Matza, 1964: 5.
120
Matza, 1964: 7, vid. para una más completa exposición 5-9 y 27-30.
121
Matza, 1964: 8, vid. asimismo 27-29.
Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra:
Serrano, M.A. (2004) Introducción a la Criminología. La Criminología como ciencia del Delito. Dykinson: Madrid
UNIDADII. LA CRIMINOLOGIA COMO UNA HERRAMIENTA PARA ESTUDIAR LOS PROCESOS SOCIOCULTURALESDE LA DESVIACION
12
El determinismo despierta a menudo la desconfianza de muchos
investigadores 122. Se ha esgrimido, por ejemplo, que esta idea, cuando se
aplica al estudio del comportamiento de los seres humanos, niega el libre
albedrío de los mismos y atenta contra su dignidad. De ahí se infiere que el
123
determinismo debe ser falso . De hecho, la Criminología ha conocido
esfuerzos para defender concepciones débiles —y por lo tanto
124
ideológicamente más asumibles— del determinismo . Como suele ocurrir
a menudo, la mayoría de las críticas están desenfocadas. La doctrina de que
puede cultivarse una ciencia determinista del comportamiento humano y a la
vez mantener el libre albedrío de los individuos se conoce como
compatibilismo que se remonta al menos a los primeros autores que
defendieron el método científico para el comportamiento humano. Existen
diversas versiones del compatibilismo, aunque debe concederse que no son
totalmente convincentes. En todo caso, aunque no se haya alcanzado una
versión definitiva del compatibilismo a nivel filosófico, sí que debe asumirse
que es legítimo construir una ciencia determinista del delito sin por ello negar
la viabilidad de concepciones que partan del libre albedrío de los
delincuentes.
Aunque la ciencia busca la verdad, en realidad nunca podemos estar
seguros de que nuestros conocimientos o nuestras teorías sean
completamente verdaderos. Siguiendo de nuevo a Popper, no es posible
verificar ninguna teoría; la ciencia, por el contrario, se caracteriza más bien
por el sistema de ensayo-error. Esto, no quiere decir que no exista una
realidad que pueda ser estudiada científicamente; de hecho acabamos de
recordar cómo Popper afirma que cuando un sistema o una hipótesis es
refutada es porque se ha tocado una parte de la realidad. Lo refutado es falso,
pero lo no refutado puede ser verdadero. Tampoco quiere decir que no exista
125
progreso en la ciencia : la nueva teoría en general englobará a la vieja, la
que ha sido refutada, la cual seguirá en parte viva en su nuevo seno,
siempre siguiendo a Popper. El conocimiento es en efecto provisional, pero
a la vez nos proporciona verosimilitud y utilidad y nos legitima para recurrir a
la que, por el momento, es la mejor teoría disponible. Puesto que nunca
podremos estar seguros de haber encontrado la verdad, el progreso de la
ciencia es interminable, es, en palabras del mismo autor, una búsqueda sin
126
fin .
____________________
122 Como afirma Morillas Cueva, 1990: 96. Es ilustrativo que el indeterminismo
haya despertado igualmente fuertes críticas y oposiciones, Popper, [1972]: 159.
Schünemann, 2002: 24-48 y 112-118, sobre todo 28-33.
124 Así Matza, 1964: 5-12, recién mencionado.
125 Hagan, 1985: 85.
126 Vid., sobre todo lo anterior, Popper, [1972]: 13, 17, 36, 38-39, 53, 58, 72, 78,
83, 125-129, 137-142, 150-153, 192, 217, 241-247, 264-265, 271-278, 280-282, 290 y
300.
MÓDULO 0305- EL CAMPO APLICADO DE LOS PROCESOS SOCIOCULTURALES
2. Autonomía e independencia científicas
La Criminología es una ciencia autónoma e independiente. Tra-
dicionalmente, sin embargo, diversas disciplinas han pretendido ad-
judicarse el estudio científico del delito; entre ellas destacan la ciencia del
Derecho penal, la Sociología, la Psicología, la Biología y la Economía.
Para ello han propuesto definir el delito y el delincuente conforme a sus
propios esquemas; explicarlo de acuerdo con planteamientos o teorías
particulares de su ámbito; proponer el recurso a las metodologías que les
son propias; o sugerir respuestas al fenómeno delictivo coherentes con
sus intereses disciplinares127. A veces,incluso se han encontrado intereses
particulares de los profesionales de cada una de estas disciplinas128 .
En España y en el ámbito iberoamericano ha sido el Derecho penal la
disciplina que tradicionalmente ha tenido mayor presencia en el estudio
científico del delito —aunque hoy han entrado en disputa la Psicología y,
en menor medida, la Sociología; en los países anglosajones, donde se ha
cultivado mucho más la Criminología, ha sido esta última la que ha
predominado, aunque en los últimos años se deja sentir con fuerza la
Economía.
Esta tendencia, al menos en sus formulaciones más groseras, se
inscribe en el imperialismo disciplinar, es decir el intento de imponer al
estudio del delito perspectivas propias de disciplinas concretas129. A
mayor abundamiento, las distintas disciplinas han competido entre sí,
criticándose fieramente y cayendo en lo que se ha denomina-do
«destrucción del conocimiento» 130 , lo cual ha repercutido en algunos
casos en un grave daño para una explicación plausible del delito y, sobre
todo, para ciertas variables correlacionadas con el mismo. Todos estos
intentos disciplinares han fracasado rotundamente si se juzgan desde
un punto de vista científico sus propuestas para explicar y responder al
delito. Así las cosas, sólo un estudio especializado, independiente de
cualesquiera disciplinas madre puede resultar pro-metedor para el estudio
científico del delito131,
____________________
127
P.J. Brantingham y P.L. Brantingham, 1981: 18; Gottfredson y Hirschi, 1990:
80; Sutherland, 1950: 142-148; el mismo, 1956: 199.
128
H.S. Becker, 1963: 150-152; S. Cohen, 1971: 20; Sutherland, 1950: 145-146.
129
Zafirovski, 2000: 463 y 467-468.
130 Raine, 1993: 309, por ejemplo.
131
Serrano Gómez y Serrano Maíllo, 2002: 1628-1632.
Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra:
Serrano, M.A. (2004) Introducción a la Criminología. La Criminología como ciencia del Delito. Dykinson: Madrid
UNIDADII. LA CRIMINOLOGIA COMO UNA HERRAMIENTA PARA ESTUDIAR LOS PROCESOS SOCIOCULTURALESDE LA DESVIACION
13
a) La Criminología, en efecto, se caracteriza en primer lugar por
tener un objeto de estudio que le es propio y privativo como es el delito
como fenómeno individual y social, y que, como veremos enseguida, ni
puede serle impuesto externamente a la disciplina ni puede mucho menos
ser sustituido por otros conceptos más o menos atractivos intuitivamente.
Compete a la Criminología el estudio del delito como fenómeno individual y
social y entre sus funciones concretas se incluyen la explicación causal del
mismo, los procesos de definición, su medición y contribuir a su
prevención y control. En general, aunque el concepto de delito es un
constructo débil132, las alternativas propuestas por diversas disciplinas son
abiertamente insatisfactorias desde un punto de vista científico —algo
sobre lo que volveremos.
b) La Criminología ha desarrollado teorías originales y ha establecido
sus propias variables causales y correlatos del delito. A la vez, ha aportado
distintos hallazgos empíricos que contradicen diversos enfoques y teorías
que, con un cierto éxito en sus campos originarios, se habían propuesto de
manera imperialista para explicar el delito.
c) La Criminología tiene muchas más especificidades metodológicas
de lo que a veces se reconoce. De hecho, son numerosas las in-
vestigaciones criminológicas que han incurrido en serios errores y sesgos
porque han confiado demasiado en fórmulas de otras disciplinas.
d) Como cualquier disciplina, también existen particularidades que
podemos denominar socio-culturales, una de las cuales es precisamente su
alto nivel de rigor teórico y metodológico. La Criminología, ya se ha dicho,
es una ciencia que se caracteriza por una enorme exigencia a la hora de
plantear teorías sobre el delito o propuestas de prevención o control del
mismo y a la hora de evaluar las mismas y de proponer y desarrollar
investigaciones empíricas; a la vez, posiblemente debido a ello, es una
ciencia modesta en sus conclusiones133.
Por supuesto, nada de lo anterior significa que la Criminología no haya
recurrido en ocasiones a paradigmas, teorías, variables, metodologías, etc.
que han sido originariamente desarrolladas por otras disciplinas, entre las
que se encuentran sin duda todas las anteriormente señaladas.
____________________
132
Braithwaite, 1979: 15.
133
Serrano Gómez y Serrano Maíllo, 2002: 1654.
MÓDULO 0305- EL CAMPO APLICADO DE LOS PROCESOS SOCIOCULTURALES
En este sentido puede interpretarse que autores como García-Pablos de
Molina insistan en la multidisciplinariedad de la Criminología134 —sólo que
esta idea muchas veces se ha confundido con que la Criminología fuera un
mero batiburrillo inconexo de di-versas disciplinas madre135. Pero dicho
trasvase de teorías, variables, etc. es algo habitual en todas las disciplinas.
En realidad, ello es con-secuencia de la unidad de la ciencia y de que, a
mayor abundamiento, todas las disciplinas son, en general,
multidisciplinares136.
3. La Criminología como ciencia libre de valores
La Criminología se configura como ciencia libre de valores137. Esta idea,
desarrollada a partir de Weber, quiere decir en realidad dos cosas138,
aunque relacionadas entre sí. En primer lugar, que ciencia por un lado y
valores por otro se mueven en planos diferentes. En efecto, la ciencia
estudia aspectos empíricos de la realidad, de modo que no puede
decirnos qué valores éticos o políticos son superiores139 La
Criminología positiva, verbigracia, puede decir si la pena privativa de libertad
tiene efectos preventivos o no, pero no puede decirnos si es buena o no —
o, más allá, si un Estado debe aplicarla intensiva-mente o bien tratar de
sustituirla por penas menos gravosas. Esto último cae fuera del ámbito de
una ciencia positiva y ha decidirse en un plano al menos en parte
valorativo —del que se ocupa en nuestro terreno la llamada Política
criminal. La ciencia positiva, pues, no puede liberarnos de la toma de
____________________
134
García-Pablos de Molina, 2003: 64-66; también Ferracuti, 1987: 9-16 y 22-24;
Jeffery, 1971: 17 y 183; el mismo, 1978: 149-151; Morillas Fernández, 2002: 409. Aquí, sin
embargo, no definimos a la Criminología como ciencia interdisciplinar por el mero hecho
de que, a nuestro juicio, todas las ciencias son interdisciplinares; o, dicho de otro modo,
que la Criminología tal y como se entiende de manera mayoritaria no es especialmente
característica en lo que a interdisciplinariedad se refiere.
135
Serrano Gómez y Serrano Maíllo, 2002: 1628-1632.
136
Gottfredson y Hirschi, 1987: 21.
137
Bernard, 1983: 221-222; M. Felson, 1998: 19-20; Hagan, 1985: 82; Lemert, 1951:
5; Morillas Cueva, 1990: 96. En contra, Bustos Ramírez y Hormazábal Malarée, 1997: 25;
Gouldner, [1962]: 204-207 y 216-217 —este conocido trabajo es muy matizado; si bien, en
realidad, aquí no compartimos la interpretación reduccionista que hace de Weber—;
Proctor, 1991: 262-271.
138
Weber, [1922bl: 222.
139
Albert, 1991: 66-81; el mismo, [2000]: 70-85; Weber, [1919]: 68-79; el mismo
[1922b]: 41-48 y 111.
Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra:
Serrano, M.A. (2004) Introducción a la Criminología. La Criminología como ciencia del Delito. Dykinson: Madrid
UNIDADII. LA CRIMINOLOGIA COMO UNA HERRAMIENTA PARA ESTUDIAR LOS PROCESOS SOCIOCULTURALESDE LA DESVIACION
14
decisiones éticas. La ciencia puede, eso sí, ayudar a tomar una decisión
individual responsable por ejemplo señalando los probables efectos de
recurrir en exceso a penas privativas de libertad o de dejar de hacerlo,
pero la decisión última no es ni puede ser científica140. En palabras de
Albert, «Los resultados de la investigación sociológica y psicológica
pueden ser absolutamente re-levantes para la resolución de problemas
morales, pero que ellos mismos ofrezcan tal solución a problemas sería
difícil de probar»141. En este sentido, pues, ciencia y valores se mueven en
planos diferentes.
A menudo, los críticos interpretan la idea de la neutralidad valorativa
como que el positivismo exigiría del investigador que se aisle total y
absolutamente de sus valores éticos y políticos, y entonces le acusan de
ingenuo o de farsante porque nadie puede aislarse de sus propias
valoraciones. En esto último los críticos están en lo cierto, pero en
realidad es algo que el propio positivismo se ha encargado de destacar
con insistencia142: «hay mucho trecho entre este reconocimiento de las
debilidades humanas y la creencia en una ciencia "ética" [...] que pudiera
extraer ideales de sí misma»143. Como hemos visto, no es esto lo que
quiere decir la idea de una ciencia libre de valores.
El segundo problema de Weber se refiere a si el profesor puede
impartir ideología en sus clases. La respuesta a esta cuestión tiene para
Weber una naturaleza ética, de manera que no puede decidir-se
científicamente. De acuerdo con una ciencia libre de valores, en todo
caso, el profesor debería ser intelectualmente honesto y diferenciar sus
propias valoraciones por un lado y la constatación de hechos por otro144.
Así afirma este autor que «Siempre que un hombre de ciencia se presenta
con sus propios juicios de valor cesa su plena comprensión de la realidad»
y que «el profeta y el demagogo no tienen su sitio en la catedra»145.
____________________
140
Weber, [19191: 80-89, sobre todo 82-83.
141
Albert, 1991: 69.
142
Popper, [1957]: 165-167; Weber, [1922b]: 41-42, por ejemplo, muy claro. Asimismo se ha
destacado que también en el triunfo o fracaso de teorías y paradigmas criminológicos influyen
elementos socio-culturales o ideológicos, Laub, 1983b: 725; Patemoster y Bachman, 2001a: 8.
143
Weber, [1922b]: 44 (énfasis añadido).
144
Weber, [1922b]: 48-49 y 223.
145
Weber, [1919]: 76 (énfasis suprimido), señala también que «la política no tiene cabida en las
aulas [...] Las palabras que se utilizan allí no son instrumentos del
MÓDULO 0305- EL CAMPO APLICADO DE LOS PROCESOS SOCIOCULTURALES
Aunque la cuestión no es teóricamente sencilla, y es difícil dar una respuesta
que no carezca de problemas, en la práctica suele presentarse de manera mucho menos
sutil —y ello tanto desde el punto de vista de los positivistas como de sus críticos.
Muchos criminólogos creen ciertamente poder aislarse de sus valoraciones, o al me-nos
actúan como si lo creyeran, viéndose a sí mismos como decididores objetivos146; otra
postura más o menos radical, que vamos a denominar voluntarismo, partidismo o
partisanismo, consiste en sus versiones más groseras en que el investigador tiende a
decidir qué resultado es el más correcto para su investigación desde un punto de vista
ético, político o ideológico, y a partir de ahí intenta acercarse a dicha conclusión, ya que
debe ser la correcta147. Por ejemplo, diversas investigaciones han sugerido que los
delincuentes en conjunto podrían tener un cierto déficit de inteligencia; por ciertos
motivos, algunos autores han tendido a pensar que ello es éticamente intolerable y que,
consiguientemente, ese hallazgo debe ser falso, centrando sus esfuerzos en des-mentirlo
o, más corrientemente, en ridiculizarlo. Ninguna de las dos posturas quiere decir
necesariamente que el investigador sea perverso, sino quizá todo lo contrario.
De todos modos debe quedar claro que, pese a repudiar los excesos, las postura del
texto no es ni mucho menos ecléctica, sino que se sitúa al lado de una ciencia libre de
valores.
a) A nuestro juicio, el problema fundamental del voluntarismo es que,
puesto que carece de una base sólida y nada más se sustenta en lo que el
investigador o su grupo consideran deseable, suele tener consecuencias
desastrosas. Como apunta duramente Bourdieu, «El desquite de lo real
es despiadado con la buena voluntad mal ilustrada o el voluntarismo
utopista» 148.
Así, W.J. Wilson ha denunciado que las políticas sociales y criminales que se cen-
traban en mejorar las condiciones de las minorías raciales han sido, pese a su indudable
buena voluntad, contraproducentes. El motivo es que estas políticas han beneficiado a
los sectores más aventajados de dichas minorías, mientras que a los más desfavorecidos
incluso les ha perjudicado debido a que los primeros han terminado por abandonar las
comunidades, incrementándose de este modo la desorganización social de las
149
mismas .
____________________
análisis científico sino medios para ganarse políticamente la posición de otros; no son rejas de arado
para labrar el terreno del pensamiento contemplativo sino espadas contra el enemigo, instrumentos de
lucha», 75; también el mismo, [ 1922b]: 224-227.
146
Gouldner, [1962]: 217.
147
Gouldner, 1968: 110-112 sobre todo, quien indica que «me temo que el mito de una
ciencia social libre de valores está a punto de ser suplantado por otro mito», 103.
148
Bourdieu, [1982]: 36 (énfasis añadido); esta convicción ya en Weber, [1922b]: 47, «nada ha
perjudicado más el interés de la ciencia que el que no se quieran ver los hechos incómodos y las
realidades de la vida en su dureza».
149
W.J. Wilson, 1987: 20-62 y 109-124, especialmente 110; el autor denuncia que estas ideas
le han acarreado acusaciones ideológicas, VII.VIII Vid. asimismo
Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra:
Serrano, M.A. (2004) Introducción a la Criminología. La Criminología como ciencia del Delito. Dykinson: Madrid
UNIDADII. LA CRIMINOLOGIA COMO UNA HERRAMIENTA PARA ESTUDIAR LOS PROCESOS SOCIOCULTURALESDE LA DESVIACION
15
Por lo anterior, el investigador —y también la opinión pública en general—
debe estar preparado para aceptar hechos incómodos y para recibir malas
noticias desde las ciencias humanas y sociales, y actuar con seriedad y no
cayendo en el dramatismo o en la contra argumentación ideológica150. Por
ejemplo, también la Medicina ad-vierte en ocasiones que no existe cura o
vacuna hoy en día para determinadas enfermedades.
b) Con el voluntarismo, al definir una disciplina o una cuestión
concretas en términos valorativos, se corre el riesgo de colocarlas fuera del
ámbito científico. Con ello, desde luego, evitan muchas posturas
incómodas porque casi nadie de atreverá a informar de hallazgos que no
apoyen la hipótesis que ha sido definida como deseable —y tenderán a
prevalecer las investigaciones que la favorezcan. De este modo no sólo se
dificulta enormemente un conocimiento verosímil sobre una determinada
cuestión, por regla importante, y se lastran las posibles intervenciones de
Política criminal, sino que la comunidad científica tenderá a no tomar en
serio las propuestas que se le presenten y, consiguientemente, a paralizar
las investigaciones y abandonar la cuestión —que, insistimos, tenderá a
ser importante. Así, el efecto puede volver a ser contraproducente: una
cuestión socialmente importante se excluye de la discusión científica, se
desprestigia su análisis empírico y se dificulta que pueda ser tomada en
serio por la comunidad científica.
Nagin ofrece un brillante ejemplo. Sugiere que ciertos defensores de
prácticas sancionadoras más punitivas —los cuales, añade, pueden tener su
parte de razón desde un punto de vista ético o ideológico— han recurrido a
presentar evidencia empírica como prueba de sus pretensiones. Sin embargo,
esa evidencia es en realidad metodológicamente problemática y ha de ponerse
en duda; lo que se presenta «ofrece una impresión de validez científica que
confunde», de modo que, concluye el autor, «tales distorsiones por
último minan la credibilidad de las pruebas científicas como
contribución para las decisiones de políticas públicas. Se necesita un
enjuiciamiento más critico de la evidencia si queremos ver progreso en el de-
sarrollo del conocimiento sobre la efectividad de la prevención general de las
penas y su aplicación a una Política pública efectiva»151.
____________________
E. Anderson, 1999: 147, 162-167, 265 y 319; Kotlowitz, [1991]: 21-24; Whyte, 1993: 98-104.
105
Hagan, 1985: 81; Weber, [1919]: 77.
151
Nagin, 1978: 136 (énfasis añadidos); también, muy cercano, Zirnring, 1978: 172.
Otro ejemplo es otra vez el del estudio de la relación entre raza y delito en los Estados Unidos de
América (1). Wilson continúa afirmando que argumentos ideológicos «han desviado efectivamente la
atención de las apropiadas soluciones para las terribles condiciones económicas de las personas pobres
de color» (2). Coherentemente, concluye patrocinando una investigación empírica cuidadosa (3).
MÓDULO 0305- EL CAMPO APLICADO DE LOS PROCESOS SOCIOCULTURALES 16

En otras palabras, se trata de un ejemplo de cómo prácticas voluntaristas con

apariencia científica —en este caso en favor de sanciones penales más
duras— son perjudiciales porque sembrarán lógicamente las dudas de
personas —en este caso los responsables de las Políticas criminal y pública,
pero en general se puede pensar en la opinión pública—que lo normal es que
no sean expertos y no puedan por ellas mismas comprobar si las conclusiones
están justificadas atendiendo a los datos empíricos o no. Estas personas y la
opinión pública en general tenderán a desconfiar de la investigación científica.
c) A la vez, muchos hechos empíricos sospechosos a menudo no
son tan indeseables cuando se los observa e interpreta con detenimiento.
Otras veces, son hechos aparentemente saludables los que, cuando se
analizan en profundidad, arrojan consecuencias poco asumibles.
Finalmente, la valoración ética de determinados hechos o hipótesis suele
dar lugar a enjuiciamientos totalmente opuestos incluso aunque
provengan de las mismas posiciones ideológicas.
d) Por último, la discusión puede llevar a reclamar limitaciones éticas
a la investigación, cuando la regla es que, aunque es probable que deban
existir, deben ser más bien excepcionales152 .

IV. EL DELITO Y EL PROBLEMA DE SU DEFINICIÓN

1. La normalidad del delito

En todas las sociedades conocidas existen y han existido una serie de

conductas que se han prohibido o bien han sido de obligado cumplimiento,
bajo la amenaza de un mal. En nuestros días y cuan-do se dan ciertas
condiciones denominamos a estas conductas delitos. De acuerdo con el
artículo 10 del Código penal español son delitos «las acciones y omisiones
dolosas o imprudentes penadas por la Ley»; y en sus libros II y III —así
como en otras leyes denominadas leyes penales especiales— describe
una serie de conductas que, en
____________________

(1) Sampson, 1987: 378; Sampson y Wilson, 1995: 37-38.

(2) W.J. Wilson, 1987: 9 —coherentemente, las políticas que propone este autor, sobre todo
frente a un no hacer nada también en parte ideológico, son de tipo universal y no centradas en grupos
concretos, como las minorías de personas de color, 120-124 y 140-164.
(3) W.J. Wilson, 1987: 18.
152
Rescher, 1999: 154-167, sobre todo 167.

Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra:

Serrano, M.A. (2004) Introducción a la Criminología. La Criminología como ciencia del Delito. Dykinson: Madrid
UNIDADII. LA CRIMINOLOGIA COMO UNA HERRAMIENTA PARA ESTUDIAR LOS PROCESOS SOCIOCULTURALESDE LA DESVIACION