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“Art. 432. Alimentos. Los cónyuges se deben alimentos entre sí durante la vida en
común y la separación de hecho. Con posterioridad al divorcio, la prestación
alimentaria sólo se debe en los supuestos previstos en este Código, o por convención
de las partes.
Esta obligación se rige por las reglas relativas a los alimentos entre parientes en
cuanto sean compatibles.”
a) el trabajo dentro del hogar, la dedicación a la crianza y educación de los hijos y sus
edades;
b) la edad y el estado de salud de ambos cónyuges;
c) la capacitación laboral y la posibilidad de acceder a un empleo de quien solicita
alimentos;
d) la colaboración de un cónyuge en las actividades mercantiles, industriales o
profesionales del otro cónyuge;
e) la atribución judicial o fáctica de la vivienda familiar;
f) el carácter ganancial, propio o de un tercero del inmueble sede de esa vivienda. En
caso de ser arrendada, si el alquiler es abonado por uno de los cónyuges u otra
persona;
g) si los cónyuges conviven, el tiempo de la unión matrimonial;
h) si los cónyuges están separados de hecho, el tiempo de la unión matrimonial y de la
separación;
i) la situación patrimonial de ambos cónyuges durante la convivencia y durante la
separación de hecho.
En los dos supuestos previstos en este artículo, la obligación cesa si: desaparece la
causa que la motivó, o si la persona beneficiada contrae matrimonio o vive en unión
convivencial, o cuando el alimentado incurre en alguna de las causales de indignidad.
Si el convenio regulador del divorcio se refiere a los alimentos, rigen las pautas
convenidas.”
Este artículo nos da los tres supuestos en los cuales son procedentes los
alimentos después de la ruptura matrimonial. El primero en el caso de
enfermedad grave preexistente. El segundo en el caso de lo que se llama
alimentos de toda necesidad, es decir que no se tienen los medios para
procurárselos y no se tienen tampoco los recursos. O sea, no tengo medios
para subsistir y no me los puedo procurar. Esto doctrinariamente se conoce
como alimentos de toda necesidad. El tercer supuesto en el caso de que los
cónyuges así lo estipulen en el marco del divorcio.
En el caso del primer supuesto, los requisitos para la procedencia están
enunciados en el inciso a). Nos dice que la enfermedad tiene que ser
preexistente, esto quiere decir que se haya manifestado durante el matrimonio.
Es decir que la preexistencia implica la manifestación. Además nos dice el
artículo que debe ser grave; esto va a quedar a apreciación judicial. Por
supuesto también aclara que la enfermedad le impide auto sustentarse.
Justamente los alimentos posteriores al divorcio son excepcionales, de acuerdo
a la gravedad que tienen los supuestos enumerados. También aclara que la
obligación para a los herederos si el titular de la obligación fallece.
En el segundo supuesto, quien alegue debe probarlo. En este caso no dice
nada de la capacidad económica del alimentante pero vamos a tener que
probar que tiene capacidad económica para hacerlo. Las pautas para
determinar nos remite al 433; la edad y el estado de salude de los cónyuges, la
capacidad, la posibilidad de acceder a un trabajo que permita procurárselo y la
atribución de la vivienda. La duración no puede ser superior al número de años
que duró el matrimonio (esto solo sería aplicado a los alimentos de toda
necesidad). Solari sostiene que los alimentos son un derecho humano y que
nada tiene que ver con el matrimonio. Azpiri sostiene que al ser de carácter
excepcional tiene que tener un límite, y que además se los puede reclamar a
otros parientes. La compensación económica tiene que ver cuando uno de los
cónyuges se vio damnificado patrimonialmente posterior al divorcio. Es decir, si
tu situación empeoró, se tiene el derecho a pedir una compensación
económica. Lo que nos interesa es que pensemos qué tiene que mi situación
patrimonial con una situación de necesidad posterior. En este caso se critica
que se mezclan don instituciones con naturaleza jurídica distintas.
El último supuesto depende de la convención de los cónyuges.
Proceso de divorcio
Si el divorcio es peticionado por uno solo de los cónyuges, el otro puede ofrecer una
propuesta reguladora distinta.
Al momento de formular las propuestas, las partes deben acompañar los elementos en
que se fundan; el juez puede ordenar, de oficio o a petición de las partes, que se
incorporen otros que se estiman pertinentes. Las propuestas deben ser evaluadas por
el juez, debiendo convocar a los cónyuges a una audiencia.
Lo que incluyo el 438 son tres posibilidades. La primera opción para que
proceda el divorcio es que lo presentemos conjuntamente y que estemos de
acuerdo con los efectos jurídicos derivados del divorcio. La segunda opción es
que lo presentemos conjuntamente, pero no estamos de acuerdo con los
efectos jurídicos derivados del divorcio. Entonces en este caso cada uno va a
tener que presentar una propuesta que regule los efectos derivados del
divorcio. El art. dice que el juez debe llamar a una audiencia a las partes para
ver si se pueden poner de acuerdo y homologar los acuerdos. En el caso de
que no se pongan de acuerdo, no es impedimento para que nos den el divorcio.
El divorcio siempre va a proceder. En este caso se inicia un incidente para
seguir discutiendo el tema de los efectos. La otra opción que tenemos es
iniciarlo unilateralmente; pedido de divorcio e incorporo una propuesta
reguladora. Acá se le tiene que dar traslado como una demanda normal al otro
cónyuge a la cual sólo tendrá incidencia en la propuesta, pudiendo modificarla,
allanarse, o incorporar otra propuesta.
Convenio regulador
“Art 439. Convenio regulador. Contenido. El convenio regulador debe contener las
cuestiones relativas a la atribución de la vivienda, la distribución de los bienes, y las
eventuales compensaciones económicas entre los cónyuges; al ejercicio de la
responsabilidad parental, en especial, la prestación alimentaria; todo siempre que se
den los presupuestos fácticos contemplados en esta Sección, en consonancia con lo
establecido en este Título y en el Título VII de este Libro. Lo dispuesto en el párrafo
anterior no impide que se propongan otras cuestiones de interés de los cónyuges.”
“Art. 440. Eficacia y modificación del convenio regulador. El juez puede exigir que
el obligado otorgue garantías reales o personales como requisito para la aprobación
del convenio.
El convenio homologado o la decisión judicial pueden ser revisados si la situación se
ha modificado sustancialmente.”