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una cantidad importante de armadura pasiva en la zona no cubierta por los cables. La de la 5.

15
es de las más utilizadas, en ella se concentran los cables en una dirección sobre las fajas de
columnas y los cables normales se distribuyen en forma uniforme. Las consideraciones sobre el
funcionamiento de cada distribución exceden el alcance de estas notas.

Cada una de las disposiciones anteriores requerirá de diferentes cantidades de armaduras


pasivas siendo, como ya hemos comentado, la de la Figura 5.14 la que presentará el mayor
consumo de este tipo de armadura.

6.- EMPARRILLADOS

a) GENERALIDADES

Denominaremos emparrillados a las estructuras formadas por dos o más familias de


nervios de alma llena o calada interconectados en sus puntos de cruce de modo garantizar en
dichos puntos la igualdad de desplazamientos de todos los nervios concurrentes. En el caso de
estructuras para entrepisos, los emparrillados rematan superiormente en una superficie destinada
a recibir las cargas de utilización. Como veremos enseguida, esta superficie puede tener
funciones estructurales que van mucho allá de crear una superficie transitable entre nervios.

En forma arbitraria, en el caso de estructuras de hormigón estructural dejaremos de hablar


de estructuras aligeradas (p.e. losas casetonadas) para hablar de emparrillados cuando los nervios
presenten armaduras de alma (corte y torsión).

Si bien gran parte de lo que se dirá en los párrafos siguientes es de validez general, estas
notas están orientadas principalmente a estructuras de hormigón armado “in situ”. Mientras no

a) Cuadrada b) Rectangular c) Oblicua

d) Triangular e) Cruzada f) Anular - Radial

Figura 6.1

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se aclare lo contrario los razonamientos que siguen estarán referidos a cargas uniformemente
distribuidas sobre el entrepiso.

b) TRAMAS O MALLAS

Los nervios de los emparrillados pueden presentar diferentes disposiciones de acuerdo


fundamentalmente a la forma de la planta a cubrir y a las condiciones de apoyo.

A efectos de poder referirnos a ellas más adelante, y de contar con un panorama de


tramas, en la Figura 6.1 se muestran algunas de las disposiciones más usuales.

En la figura anterior faltaría alguna referencia a nervios que siguieran en forma


aproximada las trayectorias de los momentos principales (Figura 5.2). Como veremos más
adelante, estas disposiciones presentan ventajas estructurales muy interesantes pero en términos
económicos estas ventajas no alcanzan a compensar los mayores costos originados en la
ejecución de geometrías complejas.

c) DISPOSICIONES DE NERVIOS DE ACUERDO A LA FORMA DE LA


PLANTA Y A LAS CONDICIONES DE APOYO

c.1) Plantas Cuadradas o Casi Cuadradas con Apoyos Simples en los Cuatro Bordes

Si pensamos a los emparrillados como estructuras generadas a partir del aligeramiento de


elementos macizos, se hace evidente la conveniencia de analizar y comprender el
comportamiento de las losas llenas como paso previo al análisis y la comprensión del
comportamiento de los emparrillados. En este sentido toma interés el dedicar algún espacio al
análisis de la losa llena cuadrada y al comportamiento de los emparrillados que de ella se derivan
a través de un proceso de aligeramiento.

En la Figura 6.2 se muestran diagramas de momentos y reacciones correspondientes a


una losa isótropa cuadrada. De su observación surge que:

- En el centro los momentos flectores son positivos independientemente de


la dirección que se analice
- Los momentos flectores según direcciones paralelas a los lados presentan
siempre valores positivos
- Los momentos flectores según las diagonales presentan valores negativos
al acercarse a las esquinas
- Los momentos flectores sobre las diagonales en direcciones normales a
ellas son siempre posivos con valores importantes en las cercanías de los
vértices (del orden o superiores a los del centro del tramo dependiendo del
coeficiente de Poisson).

19
Geometría General Placa Cuadrada Momentos sobre un eje de
simetría paralelo a uno de los lados

Reacciones Momentos sobre una diagonal


y normales a ella

Figura 6.2
- Dependiendo del coeficiente de Poisson, los
momentos máximos pueden ser positivos o
negativos. Si son positivos pueden ubicarse en el
centro de la placa o en la cercanía de las esquinas.
En cualquier caso los momentos en el centro de la
placa y en los vértices presentan valores absolutos
del mismo orden.
- En coincidencia con los vértices aparecen
reacciones concentradas dirigidas hacia abajo (estas
reacciones contrarrestan la tendencia de los vértices
a levantarse).

En la Figura 6.3 se muestran las trayectorias


de momentos principales de una placa cuadrada
isótropa simplemente apoyada sometida a la acción
de una carga uniforme. Las líneas continuas
Figura 6.3 representan momentos positivos y las de trazos,
momentos negativos.

20
Si en un emparrillado se dispusieran los nervios siguiendo las trayectorias de los
momentos principales éstos no se verían sometidos a esfuerzos de torsión. La observación
anterior tiene un doble interés dado que los nervios de sección rectangular o de alma calada
presentan una resistencia a la torsión muy baja en comparación con su resistencia a flexión. Por
otra parte, en el caso del hormigón armado, la rigidez a torsión cae muy rápidamente con la
fisuración produciendo una modificación del esquema resistente que conduce a una disminución
en los esfuerzos de torsión y a un aumento en los esfuerzos de flexión. De hecho, en la práctica,
es de uso frecuente suponer que los nervios de los emparrillados no tienen rigidez torsional4.

λ1

λ1

0.076 pa2 λ1
a) Emparrillado con Trama Paralela a los Lados

-0.056 pa2 λ2
λ2
λ2 Momentos sobre la
diagonal y normales
a ella

0.035 pa2 λ2

b) Emparrillado con Trama Diagonal


0.040 pa2 λ2

Figura 6.4
En la Figura 6.4 se han representado dos emparrillados de planta cuadrada, simplemente
apoyados en su contorno que tienen aproximadamente igual longitud total de nervios sometidos a
la acción de una carga uniforme de valor “p”. El caso a) corresponde a una trama paralela a los
lados mientras que el b) representa una trama oblicua o diagonal. Ambos emparrillados han sido
calculados suponiendo rigidez torsional nula.

Comparando los diagramas de momentos flectores con los correspondientes a una placa
llena (Figura 6.2) se observa que:

4
En consecuencia no aparecen momentos torsores por compatibilidad independientemente de cual sea el trazado de
los nervios.

21
- En el emparrillado con trama diagonal los momentos podrían obtenerse en forma
aproximada multiplicando los momentos por metro de ancho que se producen en la
placa por la separación entre nervios. Indirectamente esto indica que al haberse
adoptado una disposición de nervios que sigue aproximadamente las direcciones de los
momentos principales el emparrillado, aún sin presentar torsiones, manifiesta un
comportamiento asimilable al de la placa llena.
- En el emparrillado con malla paralela a los lados los momentos son significativamente
mayores (del orden del doble) que los que se obtendrían aplicando un procedimiento
como el indicado en el párrafo anterior. Esto pone de manifiesto que, al apartarse la
trama de la trayectoria de los momentos principales y al no presentar los nervios una
rigidez torsional significativa, el comportamiento del emparrillado se aleja del de la
placa llena isótropa.

En la etapa de predimensionado y también para controlar cálculos más ajustados resulta


útil el poder estimar solicitaciones en emparrillados a partir de tablas o ábacos disponibles en la
bibliografía para el cálculo de placas5. Comparando los resultados del cálculo de emparrillados
de planta rectagular con trama paralela (rectangular o cuadrada) de nervios con los obtenidos en
cálculos aproximados realizados mediante el uso de tablas para losas ortótropas sin rigidez
torsional6 se concluye que este procedimiento conduce a valores altamente satisfactorios.

En particular, para el caso de la Figura 6.4.a, el cálculo por analogía con una losa
ortótropa sin rigidez torsional conduce a un resultado para el momento en el punto medio del
nervio central de: 0.076 pa2 λ1, es decir, coincidente con el cálculo “exacto” del emparrillado.

Cualquiera sea el material de los nervios (hormigón o acero de alma llena o calada), la
superficie de tránsito suele estar constituida por una losa de hormigón armado (“in situ” o
parcialmente premoldeada) por lo que, para momentos flectores positivos los nervios se
comportan siempre como vigas “T” resultando por lo tanto altamente eficientes. No ocurre lo
mismo al actuar momentos negativos7 por lo que los nervios suelen requerir algún tipo de
“refuerzo” inferior en estos sectores. Los momentos flectores negativos son muy comunes en
emparrillados que presentan lados continuos y en tramas oblicuas en las que, como ya se ha
visto, estos momentos aparecen aún cuando el contorno se encuentre simplemente apoyado. Para
no sobredimensionar los nervios se recurre en estos casos a refuerzos locales en las zonas de
momentos negativos. En estructuras de hormigón armado estos refuerzos pueden consistir en
ensanchamientos localizados del alma (Figura 6.5) o bien en macizamientos de los casetones
ubicados en las zonas de momentos negativos (Figura 6.6). Constructivamente el macizamiento
resulta la solución más sencilla y esta facilidad constructiva suele compensar el mayor volumen
necesario en su ejecución.

Desde el punto de vista estructural la trama diagonal resulta más eficiente pues, a
igualdad de longitud total de nervios, en ella se desarollan menores momentos máximos. Si

5
Se recomienda en este sentido el texto “Platten” de Stiglat y Wippel en su versión alemana (la versión traducida no
incluye losas ortótropas sin rigidez torsional) y diferentes versiones del Beton-Kalender (muy particularmente la del
año 1977)
6
Se trata de losas que se resuelven anulando el término cruzado en la ecuación de Lagrange. No deben confundirse
con las losas que Marcus denomina “sin torsión” pues en este último caso lo que se ha hecho es suponer que las
esquinas no se encuentran ancladas contra el levantamiento pero la losa sigue manteniendo su rigidez torsional.
7
Si se trata de nervios de hormigón estos estarán comprimidos inferiormente es decir, donde presentan su menor
ancho. En el caso de nervios metálicos se estará comprimiendo el cordón inferior que tampoco cuenta con la
colaboración de la losa de hormigón.

22
hubiéramos hecho un análisis similar en términos de rigideces veríamos que, a igualdad de
longitudes totales de nervios y de momentos de inercia de los mismos, la trama diagonal conduce
a menores deformaciones lo que, conjuntamente con la menor magnitud de los momentos
flectores, permite utilizar menores secciones resistentes.

Figura 6.5 Figura 6.6

A pesar de sus evidentes ventajas estructurales, la trama diagonal no se utiliza con


frecuencia dado que resulta más fácil de ejecutar la trama paralela al requerir un único tipo de
moldes para la ejecución de los casetones. Por las mismas razones no se ven disposiciones de
nervios que sigan las línea de momentos principales8.

c.2) Plantas Rectangulares con Apoyos Simples en los Cuatro Bordes

Relación de lados: 1.5 Relación de Lados: 2.0

Figura 6.7

En el caso de las placas, a medida que la planta se va haciendo más alargada ocurre que:

- Los momentos en la dirección más corta van tomando mayor importancia


relativa frente a los que se producen según la dirección más larga9.

8
Salvo las estructuras proyectadas por Pier Luigi Nervi en las décadas de 1950 y 1960.
9
Vale aquí una salvedad importante: en plantas alargadas, tanto para tramas rectangulares como cuadradas los
momentos máximos en la dirección más larga no se producen en el centro de la planta sino a una distancia de los

23
- Las direcciones de los momentos principales tienden a ser paralelas a los
lados en una superficie cada vez mayor de la zona central de la losa es
decir, la zona central tiende a adoptar una deformada cilíndrica10.

Las Figuras 6.8 y 6.9 muestran dos emparrillados con relación de lados 3, uno de ellos
con trama paralela a los lados y el otro con trama diagonal.

Figura 6.8 Figura 6.9

De la observación de los diagramas de momentos flectores en los nervios surge que:

- La trama paralela presenta nervios con muy diferentes solicitaciones


máximas por lo que no parecería tener sentido que los nervios tengan
todos igual sección transversal o que se encuentren igualmente
espaciados11. La diferencia más significativa se presenta entre nervios
cortos y nervios largos.
- La trama diagonal presenta solicitaciones máximas del mismo orden en
casi todos los nervios. Como en la planta cuadrada será necesario hacer
alguna consideración especial en cuanto a la geometría de los nervios en
las esquinas debido a la aparición de momentos negativos importantes.

lados cortos del orden de la mitad de su longitud tomada normalmente al mismo (ver diagrama en esta misma nota).
Este fenómeno se debe a que en el centro del emparrillado los nervios largos descienden manteniéndose rectos
mientras que, al aproximarse a sus apoyos en los lados cortos, deben curvarse hasta alcanzar un descenso nulo. La
figura muestra en una perspectiva la distribución de momentos sobre un nervio largo central para un emparrillado
con relación de lados igual a 3. Estos momentos no son despreciables y, para relaciones de lados mayores a 2,
pueden calcularse aproximadamente como pa2λ/25 donde “a” es el lado corto. Es decir, que se trata de momentos
que son del orden de los correspondientes a los que se producen en el centro de una losa isótropa cuadrada de lado
“a”.

10
Una deformada cilíndrica “perfecta” conduciría a un momento máximo en los nervios cortos igual a pa2λ/8. Sin
embargo, el efecto del apoyo sobre los bordes cortos se hace sentir aún en plantas bastante alargadas teniéndose para
tramas cuadradas momentos máximos aproximados iguales a pa2λ/n siendo “n” :
Rel. de Lados 1 1.5 2 3 ≥4
n 13.1 7.8 7.1 7.5 ≈8
11
No es práctica frecuente el utilizar nervios con separaciones variables pues esto da lugar a la existencia de
casetones de diferentes medidas lo que complica y encarece el encofrado.

24
Si se analiza los valores absolutos de los momentos surge que, para longitudes totales de
nervios comparables, la trama diagonal presenta menores valores de momentos máximos. Esto
se debe a que las cargas son resistidas con similar peso estructural por ambas familias de nervios.
La trama diagonal conduce asimismo a estructuras más rígidas. Nuevamente la combinación de
menores momentos máximos y mayor rigidez permite la utilización de menores alturas
estructurales.

En el caso de la planta cuadrada vimos que la trama diagonal seguía en forma bastante
aproximada la dirección de los momentos principales y eso la hacía particularmente eficiente.
Cabría preguntarnos si podemos afirmar lo mismo en el caso de plantas alargadas dado que la
trama oblicua vuelve a aparecer como muy interesante pero ahora no sigue la trayectoria de los
momentos principales en una buena proporción de la superficie de la planta. Parecería existir una
contradicción.

Pensemos en una estructura de hormigón armado convencional con igual sección de


hormigón en todos sus nervios. En el caso de la estructura de Figura 6.8 vemos que los nervios
cortos presentarán armaduras que decrecen desde la zona central hacia los apoyos sobre los lados
cortos y que las armaduras de los nervios largos serán mucho menores que las de los cortos
(tendiendo a “cero” en la zona central). Observando ahora la estructura de la Figura 6.9 vemos
que todos los nervios contarán con armaduras de similar magnitud, que serán también necesarias
armaduras para tomar momentos negativos y que tendremos que macizar las esquinas.
Computando concluiremos que la estructura de Figura 6.9 requerirá una mayor cantidad total de
armaduras. Esta conclusión resulta lógica dado que, si nos apartamos de la trayectoria de los
momentos principales de la placa, nos estaremos apartando de la configuración que conduce al
mínimo trabajo interno de deformación y por lo tanto del esquema más eficiente. En otras
palabras, la trama oblicua presentará menores armaduras máximas pero mayor armadura total.

En los casos en que la estructura quedará a la vista la trama diagonal resulta estéticamente
más interesante que la paralela y muy especialmente en el caso de las plantas alargadas.

c.3) Plantas Cuadrangulares con Apoyos Simples en Tres Bordes y Un Borde Libre

a)

ly/lx = 1

b)

ly/lx = 2 ly/lx = 0.5


Figura 6.11
Figura 6.10

25
En la Figura 6.10 se muestran las trayectorias de momentos principales correspondientes
a losas apoyadas sobre tres de sus lados. Valen todos los comentarios hechos en el punto
anterior. Básicamente la trama diagonal permitirá utilizar alturas menores con solicitaciones
máximas menores mientras que la rectangular se adaptará mejor a estructuras de hormigón de
planta rectangular con un lado menor libre.

Las Figuras 6.11.a) y b) muestran los diagramas de momentos correspondientes a dos


emparrillados cuadrados con un borde libre con tramas parelelas y oblicuas. Igual que en el
punto anterior se aprecia que la trama oblicua presenta una distribución más homogénea de
momentos mientras que en la trama paralela se aprecian niveles de solicitación muy
heterogéneos.

c.4) Plantas Cuadrangulares con Apoyos en Dos Bordes y Dos Bordes Libres

Las Figuras 6.12.a) y b)


muestran las direcciones de momentos
principales de dos losas de planta
cuadrada con dos bordes libres y los
otros dos simplemente apoyados en el
caso de la Figura 6.12.a) y empotrados
en el caso de la Figura 6.12.b).
a) b) La Figura 6.13 muestra los
Figura 6.12 diagramas de momentos que se
producen en los nervios de emparrillados de
tramas paralelas y oblicuas para las
condiciones de borde indicadas en la Figura
6.12. Se confirma lo visto anteriormente en
a) cuanto a la distribución de momentos en
tramas paralelas y oblicuas.

No repetiremos aquí razonamientos


ya realizados en puntos anteriores.

b) Vale la pena un comentario respecto


a la utilización de una trama paralela en la
Figura 6.13 planta de la Figura 6.12.a): esta trama sólo
sería estable si los nervios tuvieran rigidez
torsional, en caso contrario la estructura resultaría hipostática. Ya hemos comentado que es poco
práctico y antieconómico dar rigidez torsional a los nervios de emparrillados. Esto lleva a
descartar la trama paralela para estas condiciones de borde.

c.5) Otras Plantas Cuadrangulares

Resulta imposible analizar todas las combinaciones de apoyos, relaciones de lados y


continuidad por lo que no nos extenderemos más sobre este tema recordando el interés especial
que presenta el conocimiento del trazado de las líneas de momentos principales en losas con
iguales condiciones de geometría y apoyos que el emparrillado en estudio. Asimismo se deberá

26
prestar especial atención al hecho de evitar trazados que sobrecarguen excesivamente unos pocos
nervios pues la altura final del emparrillado vendrá definida por la necesidad del nervio más
solicitado. Recalcamos finalmente que es muy importante evitar la necesidad de contar con la
presencia de momentos torsores para garantizar el equilibrio.

Respecto a trazados más complejos desde el punto de vista constructivo, como los
utilizados en su momento por Pier Luigi Nervi, recalcamos que son muy poco utilizados por su
costo y que sólo se recurre a ellos cuando la estructura tiene un fuerte protagonismo visual.

c.6) Plantas Circulares o Anulares

Figura 6.14 Figura 6.15


En la Figura 6.1.f) se muestra la distribución de nervios correspondiente a una planta
circular. Como puede apreciarse, la zona central es maciza. Esto se debe a que, de continuarse
los nervios hasta el centro, en esa zona se produciría una enorme congestión de armaduras. La
zona central maciza suele armarse con una malla ortogonal sobre la que se van anclando las
armaduras longitudinales de los nervios12 (Figura 6.14). Las dimensiones mínimas de esta zona
vienen dadas precisamente por los requerimientos de anclaje. Por supuesto que, dado que por su
ubicación la zona maciza tiende a producir importantes momentos flectores, sus dimensiones
deben ser tan pequeñas como sea posible.

Por simetría los nervios anulares tienden a sufrir un giro uniforme. El caso es conocido:
en una barra de planta circular una rotación uniforme no produce torsión sino flexión.

Por lo dicho anteriormente, si se analiza el equilibrio general se comprenderá que, en


plantas anulares (Figura 6.15), la deflexión general viene comandada fuertemente por la rigidez
flexional de los nervios anulares13.

12
Algo similar ocurre en las losas macizas donde las armaduras radiales suelen anclarse sobre una parrilla central
constituida por armaduras ortogonales.
13
Tanto sea que el apoyo se encuentre en el perímetro exterior como en el perímetro interior.

27
d) VIGAS DE BORDE

Pensar a los emparrillados como losas aligeradas nos permite en muchos aspectos evitar
recorrer dos veces el mismo camino. Al analizar la Figura 4.1 observamos que la influencia de la
rigidez relativa entre vigas de borde y losa hacia variar el comportamiento de esta última desde
el correspondiente a una losa sobre apoyos infinitamente rígidos hasta el de un entrepiso sin
vigas. Con los emparrillados ocurre algo similar. Sin embargo, la distribución de la trama de
nervios hace que las tramas oblicuas presenten una particularidad respecto a las tramas paralelas.

Los emparrillados de la Figura 6.4 han sido calculados suponiendo que existen vigas
perimetrales de igual inercia que los nervios y apoyos en coincidencia con cada intersección de
los nervios con las vigas perimetrales. En otras palabras, se ha supuesto descenso nulo en todo el
perímetro14.

Pensemos por un momento en que mantenemos los apoyos en todos los nudos del
perímetro pero que eliminamos las vigas de borde.

A
B
Figura 6.16 Figura 6.17

Como vemos en la Figura 6.17, al quitar las vigas de borde desaparecen los momentos de
empotramiento parcial en el contorno. Estos momentos no requieren de la existencia de
momentos torsores y su efecto es altamente beneficioso. En el caso de la figuras, el emparrillado
sin vigas de borde presenta momentos positivos y negativos máximos sobre la diagonal mayor
casi un 50% superiores a los correspondientes a la estructura con vigas de borde (el dibujo no
está en escala). Si repitiéramos el análisis para un emparrillado con trama paralela a los lados
veríamos que los momentos con y sin vigas de borde son iguales. Se deja al lector la
interpretación que se reduce a la composición de los vectores momentos flectores en un nudo del
perímetro.

La observación de la Figura 6.16 también nos permite avanzar sobre la interpretación del
funcionamiento estructural de los emparrillados oblicuos. Podríamos preguntarnos por qué el
momento positivo máximo se produce en un elemento tan corto como el nervio B-B y no en el
centro del nervio largo A-A (centro de la planta). O bien por qué el nervio A-A presenta
momentos negativos tratándose de una planta simplemente apoyada.

14
Si los emparrillados se encontran apoyados solamente en las cuatro esquinas (una columna en cada esquina), sus
solicitaciones variarían con la rigidez de las vigas de borde de una forma similar a lo visto para las losas.

28
Figura 6.18

Para interpretar este comportamiento razonaremos sobre una estructura más sencilla pero
que presenta un comportamiento similar. Pensemos al nervio A-A del emparrillado de la Figura
6.18 como una viga apoyada elásticamente en los nervios que la cortan ortogonalmente. Por
simetría, en el punto medio no existe interacción entre nervios. Al dirigirnos hacia los vértices
los nervios transversales se van volviendo cada vez más cortos (en este caso sencillo tenemos un
único nervio) y por lo tanto se van transformando en apoyos cada vez más rígidos para el nervio
A-A. Esta rigidez relativa tiene varias consecuencias:

• Los nervios largos “se apoyan” sobre los cortos. Estos últimos reciben
fuertes reacciones “hacia abajo” que originan en ellos importantes
momentos flectores positivos.
• Como es lógico, los nervios largos experimentan importantes reacciones
“hacia arriba” que, combinadas con los efectos de los apoyos fijos en las
esquinas, dan lugar a la aparición de momentos negativos en el nervio A-A
• Los momentos negativos se producen por la tendencia a levantarse de los
extremos del nervio A-A. Esta tendencia está impedida por la reacción de
esquina.

e) MATERIALES

El material de uso más frecuente en la construcción de emparrillados es el hormigón


armado convencional. Menos frecuente es el uso de hormigón pretensado.

Los emparrillados de acero son raros de ver dado que su construcción es costosa pues es
laboriosa la materialización de las intersecciones entre los nervios. Aún en estos casos la
superficie de tránsito suele estar constituida por una losa de hormigón.

7.- RESISTENCIA A LAS SOLICITACIONES DE CORTE


a) ENTREPISOS SIN VIGAS

En cualquiera de los sistemas que hemos visto las cargas que actúan sobre los entrepisos
deben ser transferidas a las columnas a través de esfuerzos de corte poniendo en juego diferentes
mecanismos resistentes.

29
En el caso de los entrepisos sin vigas ya se ha visto
en el Curso de Hormigón Armado que las cargas se
transfieren a la columna provocando esfuerzos de
punzonamiento (figura 7.1).

Figura 7.1 Estos esfuerzos pueden ser resistidos solamente por


el hormigón de la losa o bien en colaboración con algún
tipo de armadura específica (barras dobladas, estribos, perfiles, studrails). Como ya es conocido,
la rotura por punzonamiento se produce cuando la losa cae dejando sobre la columna un volumen
comúnmente denominado cono de punzonamiento. Al aumentar la superficie lateral de este
volumen se aumenta la resistencia al punzonamiento por lo que, tal como se comentó, suele
recurrirse a columnas con capiteles o al uso de ábacos. Asimismo, dado que la carga que actúa
sobre la cara superior de este volumen se transfiere directamente a la columna sin producir
punzonamiento, cuanto mayor sea esta cara superior menor será el esfuerzo a resistir.

En la práctica es más común el uso de ábacos que el de capiteles dado que el encofrado y
las armaduras de estos últimos son bastante costosos.

Como se recordará, a los efectos del cálculo, la superficie lateral del volumen de rotura se
determina multiplicando la altura útil de la sección por un perímetro ficticio denominado
perímetro crítico. En consecuencia, a mayor perímetro crítico, mayor resistencia. Sin entrar en
detalles vale la pena recordar que este perímetro es cerrado para las columnas internas y abierto
para las perimetrales cercanas a un borde o a una abertura (figuras 7.2 a 7.4). Por ese motivo en
estos casos suele recurrirse a la disposición de vigas perimetrales que transformarán el problema
de punzonamiento en un problema de corte mucho más fácil de manejar. Otra solución a la que
se puede recurrir consiste en proyectar voladizos en todo el contorno exterior de la planta de
modo de que el perímetro crítico de las columnas externas resulte cerrado. Por supuesto que esta
última solución está condicionada por las posibilidades arquitectónicas.

Columna Interior Columna de Borde Columna de Esquina

Figura 7.2 Figura 7.3 Figura 7.4

La necesidad de transferir momentos flectores de las losas a las columnas disminuye la


resistencia al punzonamiento dado que parte de estos momentos se transfieren mediante
esfuerzos rasantes que consumen parte de dicha resistencia. Desafortunadamente, si bien los
mayores momentos en las losas se producen sobre las columnas internas, los mayores momentos
desequilibrados (que son los que se transfieren a las columnas) se producen en las columnas
perimetrales empeorando el comportamiento al punzonamiento de estos sectores. El uso de
voladizos perimetrales no solamente permite en algunos casos contar con perímetros de
punzonamiento cerrados sino que también ayuda a disminuir la magnitud de los momentos
desequilibrados.

30
El pretensado, como ya se ha estudiado, mejora la resistencia al corte (y al
punzonamiento) por lo que, sumado al hecho ya comentado de que también mejora la rigidez al
limitar o evitar la fisuración, permite disminuir los espesores.

Para sacar el mayor provecho económico a un entrepiso pretensado, el subcontratista de


pretensado debe permanecer el menor tiempo posible en obra y los encofrados deben pasarse de
un piso a otro o de un sector a otro de una misma planta con la mayor rapidez posible. Todo esto
se logra postesando a edades tempranas (unos tres días) para lo cual se requiere que el hormigón
haya adquirido una resistencia entre 18 y 20 MPa. Para lograr esto sin recurrir a métodos de
curado especiales se utilizan hormigones de relativamente buena calidad (a partir de 30 MPa de
resistencia característica a 28 días).

Los entrepisos sin vigas son estructuras poco aptas para resistir esfuerzos horizontales
(viento y sismo) por lo que en edificios altos se los utiliza en combinación con otras tipologías
estructurales en las que recae la responsabilidad de la resistencia lateral (p.e. pantallas y
núcleos).

b) LOSAS ARMADAS EN UNA DIRECCIÓN

Tenemos aquí dos mecanismos de transferencia de esfuerzos cortantes. El primero se


presenta entre la losa y las vigas y el segundo entre las vigas y las columnas.

b.1) Apoyo de Losas en Vigas

Una rotura como la indicada en la figura 7.5 no se


presenta para cargas usuales de utilización si se respetan los
espesores mínimos reglamentarios. Para condiciones
extraordinarias se deberán hacer las verificaciones
correspondientes recordando que el caso de losas es uno de
Figura 7.5
los pocos en que los reglamentos permiten tomar esfuerzos
de corte sin disponer armaduras mínimas de alma.

b.2) Apoyo de Vigas en Columnas

A partir de lo estudiado en el Curso de


Hormigón Armado ya sabemos como evitar
roturas como la indicada en la figura 7.6.
Figura 7.6

c) LOSAS ARMADAS EN DOS DIRECCIONES

Vale todo lo dicho en el punto anterior haciendo la salvedad de que en losas cruzadas la
rotura de la losa por corte es todavía menos probable que en losas armadas en una dirección.

31
8.- CRITERIOS DE PREDIMENSIONAMIENTO
Tanto las losas como las vigas de los sistemas estudiados hasta ahora en estas notas se
predimensionan de modo de asegurar una adecuada rigidez de los mismos. Los criterios que
expondremos a continuación son empíricos y se basan en la observación de estructuras
construidas sobre las que actúan cargas ordinarias. Ya sea porque estemos frente a luces que
exceden el campo usual de estas estructuras o bien frente a cargas extraordinarias puede ser
necesario revisar los valores que se mostrarán seguidamente.

En rigor, lo que dicen los reglamentos es que si se siguen los criterios en ellos expuestos
no es necesario verificar las deformaciones de la estructura con lo que no impiden utilizar alturas
menores 15.

El hecho de que una estructura tenga una altura mayor o igual que la mínima
reglamentaria no indica que su resistencia sea adecuada. Esto es particularmente válido para el
caso del punzonamiento en entrepisos sin vigas pues una misma losa puede o no tener problemas
de punzonamiento dependiendo del tamaño y posición de las columnas16.

a) Losas No Pretensadas Apoyadas Directamente sobre Columnas

Transcribimos a continuación los requerimientos del ACI 318-0217 aunque


recomendamos en este, y en todos los casos que siguen, la lectura íntegra de la norma para
conocer el rango de aplicabilidad de sus prescripciones. Las resistencias de los aceros no
coinciden exactamente con los valores comerciales que se utilizan en nuestro país pero la tabla
sirve como guía para ver cual es la influencia que se le asigna a esta variable.

La altura total mínima se obtiene dividiendo la luz máxima del paño en estudio (Ln) por
el coeficiente correspondiente que se extrae de la tabla. La luz máxima se mide de cara interior a
cara interior de columna (no de eje a eje).

Sin Ábacos Con Ábacos


Resistencia Paños Externos Paños Paños Externos Paños
del Acero Sin Vigas Con Vigas Internos Sin Vigas Con Vigas Internos
(MPa) de Borde de Borde de Borde de Borde
276 Ln / 33 Ln / 36 Ln / 36 Ln / 36 Ln / 40 Ln / 40
414 Ln / 30 Ln / 33 Ln / 33 Ln / 33 Ln / 36 Ln / 36
517 Ln / 28 Ln / 31 Ln / 31 Ln / 31 Ln / 34 Ln / 34

15
Es práctica común utilizar alturas del orden de las mínimas reglamentarias en el caso de losas y algo mayores en
el caso de vigas pues para estas últimas el adoptar alturas del orden de las mínimas reglamentarias conduce a
elementos muy armados.
16
En los edificios de varias plantas los problemas de punzonamiento van disminuyendo a medida que nos
acercamos a las plantas inferiores pues van aumentando las dimensiones de las columnas con el consiguiente
incremento del perímetro crítico.
17
Se ha tomado este reglamento de referencia por ser Estados Unidos el país que cuenta con mayor experiencia en
este tipo de estructuras. Por otra parte, al momento de escribirse estas notas no existe un reglamento local que pueda
tomarse como referencia actualizada en este tema.

32
En entrepisos sin vigas sin ábacos no se permite adoptar espesores menores a 13
centímetros (5 pulgadas) y en entrepisos con ábacos dicho mínimo pasa a ser 10 centímetros (4
pulgadas).

b) Losas Pretensadas Apoyadas Directamente sobre Columnas

Seguiremos aquí las sugerencias de la Concrete Society (1984)18 y recomendamos la


lectura de las “Recomendaciones para el proyecto y construcción de losas postesadas no
adherentes H.P.9-96” publicadas por la Asociación Técnica Española de Pretensado en la que se
hace un análisis más detallado incluyendo los rangos de luces económicos.

Tipo de Construcción Carga Luz Mayor/ Altura Total


2 a 5 kN/m2 Ln / 40 a Ln / 48
Losas Macizas 5 a 10 kN/m2 Ln / 34 a Ln / 42
más de 10 kN/m2 Ln / 28 a Ln / 36
Losas Casetonadas 5 a 10 kN/m2 Ln / 26 a Ln / 32
más de 10 kN/m2 Ln / 20 a Ln / 28

c) Losas No Pretensadas Apoyadas sobre Vigas

El CIRSOC 20119 permite omitir la verificación de flechas cuando las losas (se supone
que se trata de losas para edificios con cargas ordinarias) tienen una altura útil mayor o igual que
la luz menor dividida “m” donde “m” se obtiene de la siguiente tabla:

Losas Armadas en Una Dirección Losas Armadas en Dos Direcciones


Condiciones de Apoyo M Condiciones de Apoyo m
12 50

30
55
35

40 60

El CIRSOC 201 establece además que las losas deben tener como mínimo los siguientes
espesores:

En general 7 cm
Losas con tránsito de automóviles 10 cm
Losas con tránsito de vehículos pesados 12 cm
Losas excepcionalmente transitadas 5 cm

18
Ocurre algo similar a lo dicho en la nota anterior. En este caso la experiencia europea en entrepisos sin vigas con
pretensado no adherente resulta especialmente válida.
19
Los valores que da el reglamento nacional son del orden de los que se encuentran en otras normas internacionales.

33
d) Vigas No Pretensadas que sirven de apoyo a losas

En el caso de vigas, los valores mínimos de altura útil dados por el CIRSOC 20120
conducen en general a elementos que resultan armados por encima de los niveles de mayor
economía. Por ese motivo, en la siguiente tabla se indican los valores de “m” dados por el
reglamento y otros que son más utilizados en la práctica por conducir a soluciones más
económicas.

Condiciones de Apoyo Valor de “m” según Valor práctico de “m”


CIRSOC
8 8

16 10 a 12

22 12 a 15

25 15 a 18

El ancho mínimo para vigas se establece en 12 centímetros. Aunque el reglamento no lo


exige, es recomentadable, siempre que sea posible, que las vigas tengan un ancho no menor a 1/3
a ¼ de su altura de modo de evitar problemas de hormigonado.

e) Vigas Pretensadas que sirven de apoyo a losas

Ningún reglamento nacional hace referencia a criterios de predimensionamiento para este


tipo de elementos. El Post-Tensioning Institute indica que para vigas normales (ancho del orden
de un tercio de la altura) la relación Luz / Altura Total podría ser del orden de 20 mientras que
para vigas cinta (ancho del orden de tres veces la altura) esta relación podría ser del orden de 30.

9.- ABERTURAS
a) HORIZONTALES

Este tipo de aberturas varía enormemente en cuanto a tamaño y ubicación. Pueden estar
destinadas a circulaciones verticales (p.e. escaleras), al pasaje de conducciones o bien formar
parte de la concepción arquitectónica de la obra. Es importante anticipar la existencia de
aberturas de modo de realizar las modificaciones estructurales pertinentes. Hacerlas con el
hormigón ya endurecido es costoso y peligroso particularmente en estructuras pretensadas.

En las figuras siguientes se dan algunas orientaciones en cuanto a la disposición de


aberturas horizontales en entrepisos típicos. Los números 1 a 3 indican el orden de preferencia
para ubicar aberturas.

20
Idem nota anterior.

34
a.1) Entrepisos Sin Vigas

En estos casos una sección de armadura igual a la mitad de la de la armadura


interrumpida por la abertura debe disponerse a cada lado de la misma cuidando que tenga un
anclaje adecuado.

Si bien en los sectores “1” no hay limitación de tamaño, debe verificarse que la
dimensión de la abertura no modifique el funcionamiento global del sistema, sobre todo en lo
que hace a su rigidez.

Dimensiones Máximas
B/2 3 2 3
Indicadas por el ACI
318 para Aberturas
2 1 2 En Zona 3: B/8
En Zona 2: B/4
En Zona 1: No hay
3 2 3 Limitación

Figura 9.1

a.2) Losas Armadas en Una Dirección

1A: Corta poca armadura


de tramo en la losa

1A
2A: Corta mucha armadura
de tramo en la losa
2A

1B: No afecta el ancho


colaborante de la viga “T”
2B 1B
2B: Afecta el ancho
colaborante de la viga “T”

Figura 9.2

Si se presentara una situación como la “2A” la losa debe ser analizada cuidadosamente
pues su funcionamiento unidireccional se verá fuertemente distorsionado. En casos como este, el
criterio de disponer refuerzos a los costados de la abertura (reposición de la armadura cortada) no
siempre resulta válido. Frente a un caso como este se recomienda la lectura de la Referencia 3.

35
a.3) Losas Armadas en Dos Direcciones

2 3 2

3 1 3 Afecta el ancho
colaborante de la
viga “T”
2 3 2

Figura 9.3

Los números de la Figura 9.3 indican el orden de preferencia para ubicar aberturas en
losas que presenten vigas de borde en todo el perímetro teniendo en cuenta la colaboración de la
losa en el funcionamiento estructural de dichas vigas.

b) VERTICALES

Las aberturas en vigas deben ser planificadas cuidadosamente y las armaduras de las
mismas deben ser proyectadas para resistir los esfuerzos provocados por estas perturbaciones.

Para comprender las consecuencias que genera una abertura debemos tener presente los
conceptos básicos vistos en el dimensionado a flexión y a corte. En el dimensionado a flexión
hemos visto la necesidad de contar con una profundidad de hormigón comprimido delimitada
inferiormente por el eje neutro. En el dimensionado al corte hemos desarrollado la analogía del
reticulado que nos permitió ver la importancia del hormigón del alma (bielas inclinadas) en la
resistencia al corte. En función de lo anterior debemos prever que la dimensión “a” (figura 9.4)
sea mayor que la profundidad del eje neutro y trataremos de evitar disponer aberturas en las
cercanías de los apoyos donde los cortes son máximos y por lo tanto se requiere la mayor
integridad y dimensión posible de las bielas comprimidas.

Zonas en las que habría que evitar disponer aberturas

a >x

b > 10 cm

En las zonas que rodean a las aberturas se Figura 9.4


agregan armaduras longitudinales y estribos

36
En la Referencia 3 se dan recomendaciones para el armado de estas zonas. En los últimos
diez años, en las revistas del “Structural Journal” del ACI han ido apareciendo artículos sobre
casos especiales y métodos de cálculo que resultarán de interés para aquellos que decidan
profundizar en el tema.

10.- RESISTENCIA AL FUEGO


Si bien en nuestro medio todavía no es una práctica muy difundida, muchos países
requieren que las estructuras sean verificadas bajo la acción del fuego. La resistencia de una
estructura a un determinado fuego depende, entre otras cosas, del espesor del recubrimiento, del
tipo de agregados, de los espesores de los elementos estructurales y de las restricciones a la libre
expansión que tengan los diferentes elementos.

Las estructuras de hormigón armado presentan un buen comportamiento frente al fuego


pero, una exposición prolongada a altas temperaturas termina por provocar una disminución en
la resistencia de sus materiales componentes y de la adherencia entre ambos como asimismo
pérdidas en las secciones resistentes de hormigón por descascaramientos. Los efectos de un
calentamiento no uniforme, las restricciones a la libre expansión y los gradientes térmicos
pueden someter a algunos sectores de la estructura a solicitaciones superiores y aún de diferente
signo que las provocadas por las cargas exteriores.

Muchos reglamentos de construcción extranjeros establecen, para un fuego standard,


duraciones mínimas en horas (o en minutos) es decir tiempos para los que se debe asegurar que
la estructura se mantendrá estable21. Algunos reglamentos, para simplificar la tarea del
proyectista, fijan espesores estructurales (fundamentalmente de losas y vigas) y valores de
recubrimientos mínimos en función del tipo de agregado del hormigón y de la duración
requerida. Estos recubrimientos pueden ser muy grandes cuando se trata de estructuras
pretensadas (superiores a los 50 mm) por lo que, además de las armaduras ordinarias, será
necesario disponer armaduras de piel constituidas por mallas de pequeño diámetro.

En el caso de estructuras que presenten elementos metálicos, las exigencias de incendio


suelen llevar a la necesidad de recurrir a revestimientos aislantes que aumenten la resistencia de
estos elmententos dado que, como es conocido, la temperatura provoca importantes pérdidas en
la rigidez y en la resistencia del acero.

En términos generales, cuando se prevé una acción importante de fuego se prefiere el uso
de estructuras continuas. Esto se debe a que el fuego tiene una acción más intensa sobre la parte
inferior de los elementos estructurales por lo que la resistencia frente a momentos positivos es la
que se ve más severa y rápidamente disminuida. En estas situaciones las estructuras continuas
están en condiciones de redistribuir el momento estático total transfiriendo parte del mismo hacia
los momentos negativos de apoyo.

21
Si bien un cálculo afinado debería tener en cuenta entre otras cosas el tipo y distribución de los elementos
inflamables (carga de fuego), la ventilación y la existencia y efectividad de los sistemas contra incendio, los
reglamentos de edificación recurren a la tipificación de un fuego (ISO, DIN, ASTM) y, en función del tipo de
ocupación y otras características de la edificación, fijan el tiempo durante el cual la estructura debe resultar estable
frente a ese fuego. Las características de estos fuegos dependen de su origen (celulosa o hidrocarburos) y sus
temperaturas máximas rondan los 1100oC.

37
11.- ENTREPISOS SIN VIGAS. COMENTARIOS SOBRE CÁLCULOS
ESTRUCTURALES
A pesar de que esta no es una asignatura orientada hacia el cálculo de estructuras, vale la
pena hacer un comentario sobre un método de cálculo aproximado específico para entrepisos sin
vigas.

El método consiste en dividir la estructura en pórticos ficticios (figura 11.1) cuyos


montantes son las columnas y cuyo dintel es el ancho de losa incluido entre las líneas que pasan
por el centro de los vanos.

Este método está


prolijamente desarrollado en el
Reglamento ACI 318 donde se dan
las instrucciones para el modelado
de la estructura y para la repartición
de armaduras concentrando una
parte importante de las mismas
sobre las fajas de columnas tal como
indica el análisis de deformadas y
curvaturas que vimos anteriormente.
Una descripción detallada del
Figura 11.1 método también puede obtenerse en
la Referencia 8.

Para tener en cuenta el hecho de que el momento estático total debe ser tomado en ambas
direcciones, el método analiza pórticos en ambas direcciones de modo que toda la superficie de
la planta es barrida totalmente una vez en cada dirección. Asimismo, es posible considerar la
presencia de vigas de borde. Permite analizar entrepisos pretensados si se introduce el concepto
de cargas equivalentes de pretensado.

Básicamente el método consta de 4 pasos:

Paso 1: Dividir la planta en pórticos equivalentes, uno por cada fila de columnas
en cada dirección
Paso 2: Calcular las rigideces de cada uno de los miembros. Para esto se dan
indicaciones de cómo calcular las rigideces aportadas por losas, vigas (de
borde si existen) y columnas22
Paso 3: Cálculo de los pórticos equivalentes. Obtención de momentos y esfuerzos
de corte
Paso 4: Distribución de los momentos concentrando la mayor proporción sobre las
fajas de columnas

22
Dado que el dintel (losa) es mucho más ancho que las columnas, el funcionamiento del nudo losa-columna es muy
complejo y parte del momento que por él transita es transferido desde la losa mediante mecanismos de torsión. Esta
particular forma de funcionamiento quita rigidez al nudo. El ACI permite considerar esta pérdida de rigidez de dos
formas: trabajando con una rigidez ficticia de columna o bien intercalando entre el dintel y la columna una barra
ficticia con rigidez torsional finita de modo de simular la “elasticidad” del nudo.

38
Obtenidas las solicitaciones se procede al dimensionamiento a flexión y a la verificación
del punzonamiento y el eventual cálculo de armaduras de punzonamiento.

Las ventajas de este método respecto a cálculos más afinados (p.e. elementos finitos) son
la simplicidad de los medios de cálculo a utilizar (programas para el cálculo de pórticos planos)
y además tiene en cuenta (empíricamente) la redistribución de momentos que origina la
fisuración. Contrariamente, el método de los elementos finitos (como un cálculo elástico
riguroso cualquiera) muestra picos muy fuertes de momentos inmediatamente por encima de las
columnas que traducidos a armaduras conducen a distribuciones de armaduras incómodas y no
representativas de la realidad del hormigón armado.

En nuestro medio se ven situaciones paradójicas. Hay profesionales que, tras una
pretendida exactitud, calculan los entrepisos sin vigas por elementos finitos pero, para poder
abordar los problemas con recursos más o menos ordinarios, toman a las columnas como apoyos
a libre rotación dejando de evaluar los momentos transferidos desde las losas a las columnas con
la conocida importancia que tiene la presencia de momentos desde el punto de vista de la
resistencia al punzonamiento.

12.- ENTREPISOS COMPUESTOS

a) GENERALIDADES

Si bien hasta aquí estas notas han estado referidas fundamentalmente a estructuras
ejecutadas “in situ”, haremos una breve referencia a otras modalidades constructivas conocidas
como “entrepisos compuestos” y caracterizadas por la utilización de elementos prefabricados.

Los tamaños y pesos máximos de los elementos pretensados a movilizar estarán


condicionados por el utilaje disponible y por el espacio en el que se desarrollará la obra.
También estarán asociados al plazo de ejecución de la obra, al costo relativo entre mano de obra
y equipos para el montaje y a las luces a cubrir.

A diferencia de las estructuras de hormigón construidas integramente “in situ”, la


mayoría de los entrepisos compuestos deben ser verificados tanto para el estado final (estructura
compuesta) como para estados intermedios de construcción para los cuales suelen requerirse
apuntalamientos temporarios y, en algunos casos, encofrados.

b) CLASIFICACIÓN

Adoptaremos aquí el criterio de clasificación utilizado por la FIB en su guía “Composite


Floor Structures” de mayo de 1998 donde se discrimina entre:

- Losas Compuestas
- Vigas de Hormigón Compuestas
- Vigas de Acero Compuestas
- Sistemas Compuestos por Vigas y Bloques

39
Analizaremos brevemente cada una de estas categorías.

c) LOSAS COMPUESTAS

Las losas compuestas consisten en losas


a) prefabricadas a las que, una vez montadas, se les
adiciona una capa superior de hormigón colado “in
situ”. Se debe asegurar el funcionamiento
b) monolítico de ambos hormigones a través de la
adherencia que se desarrollará en la interfase o, de
ser necesario, mediante el uso de conectores
metálicos.
c)
Como se aprecia en la Figura 12.1.a) a c),
estas losas pueden presententar básicamente tres
Figura 12.1 aspectos: Losas huecas, Placas y Unidades Pi
23
(π).

La observación de las secciones transversales anteriores permite comprender que estos


sistemas trabajan fundamentalmente en una dirección. Si sobre un elemento del sistema actuara
una carga concentrada o lineal paralela a la luz de flexión, la capacidad de distribución
transversal hacia elementos adyacentes será muy limitada aunque no nula.

c.1.) Losas Huecas o Alveolares o Aligeradas (Hollow core slabs)

Las losas huecas se fabrican mediante extrusión o


mediante encofrados deslizantes utilizando en ambos casos
hormigón con muy bajo asentamiento.

En la mayoría de los casos la cara superior posee


naturalmente suficiente rugosidad como para asegurar la
adherencia requerida sin necesidad de recurrir al uso de
conectores.

En la actualidad casi la totalidad de estas losas (se las


Figura 12.2 suele denominar losetas por su reducido ancho) se ejecutan
en hormigón pretensado con anchos que van desde los 0.30 a
los 2.40 metros y con espesores entre 0.10 y 0.42 metros. En estructuras compuestas pueden
salvar vanos de hasta 18 metros.

En nuestro país se fabrican losetas pretensadas en anchos de 0.30, 0.60 y 1.20 metros con
espesores que van de 0.10 a 0.30 metros y con luces máximas de hasta 16 metros. Los largos
comerciales varían de 0.10 en 0.10 metros.

23
En inglés se las conoce como “double-T units” o “double Tee beams” pero la traducción literal al castellano
podría llevar a confusión pues esas denominaciones harían pensar en perfiles doble T simétricos.

40
Es típico que los fabricantes entreguen tablas para la selección de sus productos de
acuerdo a las luces y sobrecargas a utilizar.

Las losas comerciales están proyectadas para trabajar hasta un determinado nivel de
cargas como estructuras simples, es decir sin capa de compresión. Su rigidez y resistencia
pueden mejorarse transformándolas en estructuras compuestas mediante el agregado de una capa
superior de hormigón “in situ”.

Hormigón Armadura de
“in situ” Repartición

Figura 12.3
Armaduras para
momentos negativos

Losetas premoldeadas Viga de Apoyo

Siempre debe recordarse que estos elementos (como otros que veremos enseguida) están
preparados para resistir momentos positivos por lo que, si se desea hacerlos trabajar en voladizo
o darles continuidad con elementos adyacentes, debe ejecutarse una capa de hormigón superior e
incluir armadura en ese espesor de modo de asegurar la resistencia frente a momentos negativos
(Figura 12.3). Asimismo, en las zonas de apoyos, debe asegurarse que el hormigón “in situ”
penetre en los alvéolos de las losas de modo de crear el mecanismo de funcionamiento conjunto
con la viga.

Como acabamos de comentar, las losetas


(sobre todo las pretensadas) tienen una cara superior y
una cara inferior por lo que se las debe acopiar
respetando la posición de estas caras. En caso
contrario pueden producirse daños o, más
frecuentemente si el tiempo de acopio ha sido
suficientemente largo, deformaciones por creep muy
difíciles de revertir.

El peso de las losetas hace que sea


prácticamente imposible pensar en un montaje sin
Figura 12.4 medios mecánicos auxiliares24 (Figura 12.4).

24
A título de ejemplo, una loseta de 0.30 metros de ancho y 0.095 m de espesor pesa 44 kg por metro lineal.

41
c.2) Placas (Solid planks)

Las placas se utilizan como enconfrados perdidos para la ejecución de losas


hormigonadas “in situ”. Sus anchos varían entre 0.60 y 2.40 metros y sus longitudes entre 1.50 y
8.00 metros. Sus espesores van de 0.04 a 0.10 metros y nunca superan el 50% de la altura total
del elemento compuesto. Pueden ejecutarse tanto en hormigón armado como pretensado. Si las
placas tienen la longitud total del vano a salvar pueden contener parte o la totalidad de la
armadura final en una de las direcciones de la losa compuesta. La otra armadura deberá ser
dispuesta siempre “in situ”.

El límite mínimo de participación estructural de una placa sería actuar como encofrado
perdido formando parte del recubrimiento.

Si la losa compuesta requiriera armadura de corte, podrían incorporarse reticulados


parcialmente embebidos en las placas de modo de no tener que disponer armadura de corte “in
situ”.

Si la placa contuviera gran parte o la totalidad de la armadura de la losa compuesta, las


tensiones de adherencia necesarias podrían superar a las disponibles en una junta entre hormigón
endurecido y hormigón fresco por lo que se requeriría la presencia de armaduras que actuén
como pasadores. En general estas armaduras resultan de pequeño diámetro y se utilizan además
como puntos de toma del utilaje para el movimiento en obra de las placas.

Por su pequeño espesor estas placas requieren en muchos casos el uso de apuntalamientos
temporarios.

c.3) Unidades Pi (Double-T units)

Las unidades Pi (π) pueden presentar anchos


de hasta 2.4 y aún 3.0 metros y alturas entre 0.3 y 1.2
metros25. Las losas pueden presentar espesores entre
0.04 y 0.07 metros. Pretensadas pueden alcanzar
Figura 12.5 luces de hasta 25 metros.

Como en el caso de las losas aligeradas estas estructuras pueden llevar capa de hormigón
“in situ” o no. En este último caso no se tratará de una estructura compuesta.

Para cualquiera de las estructuras vistas hasta ahora se recomienda que las capas de
hormigón “in situ” no tengan un espesor menor a 0.04 metros, que el tamaño máximo del
agregado grueso no supere un tercio del espesor de la capa y que, de ser transitable, el hormigón
tenga una adecuada resistencia al desgaste. Las capas de hormigón “in situ” pueden ir armadas o
no. Cuando se prevean acciones dinámicas estas armaduras son obligatorias.

Las capas de hormigón “in situ” pueden utilizarse para disponer armaduras sobre los
apoyos de modo de dar continuidad a los diferentes elementos premoldeados y armaduras
trasnversales que mejoren el comportamiento frente a cargas concentradas.

25
Es difícil decir si estamos frente a una losa en una dirección aligerada o bien frente a una viga.

42
d) VIGAS DE HORMIGÓN COMPUESTAS
Estas estructuras constan de una viga de hormigón ejecutada en una primera etapa (puede
ser prefabricada u hormigonada “in situ” con anterioridad a la ejecución de la losa) y losas de
hormigón ejecutadas en una segunda etapa (las losas pueden ser hormigonadas “in situ” o
prefabricadas).

En estos casos se deja armadura de conexión entre las vigas y las losas a construir. Estas
armaduras suelen denominarse conectores y se dimensionan de modo de asegurar el
funcionamiento solidario de la estructura compuesta. Cada tipo de losa prefabricada requiere de
detalles constructivos particulares en su encuentro con las vigas. Asimismo, de acuerdo al tipo de
losa utilizado, podrán variar los anchos colaborantes a utilizar en el cálculo de las vigas.

e) VIGAS DE ACERO COMPUESTAS


Hormigón Armadura de
Repartición Tradicionalmente se ha denominado como
“in situ”
“estructuras mixtas” a las ejecutadas combinando
el uso de elementos metálicos con elementos de
hormigón. En particular nos referiremos a la
combinación de vigas de acero con losas de
hormigón.

La Figura 12.6 muestra una estructura


Armadura mixta constituida por una viga metálica y una losa
Principalmixta. Las losas mixtas26 se ejecutan utilizando
Viga Metálica encofrados metálicos perdidos que actúan parcial
o totalmente como armadura definitiva de la losa.
Figura 12.6 Estos encofrados suelen ser de chapa plegada y,
según los casos, pueden requerir la presencia de
conectores no solamente en la viga sino también en la chapa.

Como estrategia contra la corrosión, las chapas pueden galvanizarse o pintarse. Las
chapas galvanizadas han recibido críticas en cuanto a la adherencia con el hormigón por lo que
en general no se acepta considerarlas como armadura de la losa a menos que se les agregue
indentaciones o bien conectores. De hecho todas las chapas hechas especialmente para construir
losas mixtas tienen algún tipo de
indentación para asegurar el trabajo
conjunto aún para solicitaciones
elevadas (Figura 12.7). Por pedido
estas chapas pueden venir de fábrica
Figura 12.7 con la cara expuesta pintada.

Las estructuras mixtas se proyectan de modo que la viga de acero tome las tracciones y el
hormigón de las losas las compresiones. En general estas estructuras se proporcionan de modo de
que el eje neutro caiga dentro de la zona de hormigón.

26
En nuestro medio se han ejecutado algunas losas utilizando esta tecnología y se conocen con el nombre de marcas
comerciales: Steel Deck y Losacero.

43
El funcionamiento conjunto se logra
mediante conectores metálicos que se sueldan
en la cara superior de la viga. En la Figura
12.8 se muestran diferentes tipos de
conectores (A a E) en una estructura mixta en
la que la losa se materializa a partir de losetas
huecas pretensadas.

Para vigas isostáticas la geometría más


adecuada para la viga metálica sería
asimétrica, concentrando la mayor cantidad de
Figura 12.8 acero en la zona inferior.

Cabe acotar que al hablar de viga


metálicas se está haciendo referencia tanto a
perfiles laminados como armados, de chapa
Posición del eje doblada y aún de reticulados metálicos.
neutro en estado
último
Lo ideal es proyectar secciones que se
comporten como “compactas” es decir, que se
Ancho de las alas comprimidas pueda llegar al total aprovechamiento plástico
de la sección de acero sin que se produzcan
fenómenos locales de pandeo27.

Para los perfiles laminados o plegados


que se presentan en la práctica diaria del
proyecto de entrepisos, sus secciones se
Figura 12.9 pueden considerar compactas cuando se
verifica alguna de las siguientes condiciones:

- En las regiones de momentos positivos el eje neutro para el estado último se


encuentra dentro de la placa de hormigón

- O bien cuando se verifican las condiciones geométricas de la Figura 12.9.

En las zonas de momentos negativos (voladizos o apoyos continuos) se deberá verficar la


estabilidad de la sección dado que las compresiones se ubican en la zona inferior de la sección
metálica.

La geometría de los perfiles comerciales laminados hace que se comporten como


compactos por lo que las verficaciones se concentran en perfiles armados y plegados.

Para que la colaboración del hormigón pueda desarrollarse totalmente los conectores
deben ser adecuadamente proyectados y ejecutados. Los conectores más frecuentemente
utilizados en la práctica son los pernos con cabeza (headed studs). Estos pernos (Figura 12.10)

27
Ni fallas en la unión entre el hormigón y la viga metálica pero esto no hace a la definición de “compacta”.

44
pueden soldarse en taller o en obra. En el mercado se
comercializan equipos de soldadura portátiles
específicos de muy alta eficiencia para su uso en
obra. Estos equipos permiten instalar los pernos
atravesando las chapas por lo que el procedimiento es
muy rápido y cómodo dado que no requiere el corte
de las chapas al pasar por sobre las vigas.

La resistencia al corte de la sección compuesta


Figura 12.10 se asigna enteramente al alma de la viga metálica.

f) SISTEMAS COMPUESTOS POR VIGAS Y BLOQUES


Los sistemas compuestos por vigas y bloques representan el escalón inferior en lo que
hace a pesos a mover en obra y el escalón superior en cuanto a elementos individuales a
movilizar por metro cuadrado de entrepiso terminado. Esto significa que estamos en el mayor
costo de mano de obra.

Para entrepisos convencionales de viviendas los elementos más pesados de estos sistemas
(las viguetas) pueden ser manipulados por dos personas por lo que no se requieren utilajes
especiales y se puede trabajar en espacios reducidos. Se trata de sistemas ideales para cubrir
pequeñas superficies o para obras con baja disponibilidad de equipamiento.

Las vigas de estos elementos suelen ser de pequeño porte y en nuestro país se conocen
con el nombre de viguetas (Figura 12.11). Hoy se construyen casi exclusivamente en hormigón
pretensado.

En la Figura 12.12 se aprecia una perspectiva de una configuración típica donde se ven
las viguetas, los bloques (en este caso cerámicos) y una malla de armadura de pequeño diámetro
destinada al armado de la capa de hormigón “in situ”. El espesor de esta capa no debería ser
menor que 0.04 metros y es, junto con la altura de los bloques, uno de los elementos de proyecto
utilizados para modificar la altura total de la estructura compuesta y, por consiguiente, también
su peso propio y su resistencia.
Capa de Hormigón “in situ”

Vigueta Bloque

Figura 12.11 Figura 12.12


En la Figura 12.13 se muestran tres tipos de viguetas. El caso a) corresponde a una
sección típica de viguetas de hormigón armado convencional (no se comercializan en nuestro
país para el uso en entrepisos). El caso b) corresponde a lo que se conoce con el nombre de
semiviguetas y el c) representa una típica vigueta pretensada (son las más usadas en nuestro
país).

45
a) b) c)

Figura 12.13 Figura 12.14

En la Figura 12.14 se ha esquematizado el corte de un entrepiso construido con


semiviguetas. Estos elementos son más livianos de manipular y más económicos que las viguetas
pretensadas pero requieren un apuntalamiento más denso y el entrepiso resultante presenta
menor rigidez para iguales alturas totales.

Figura 12.15 Figura 12.16

Si bien pueden solicitarse longitudes a medida, las viguetas se encuentran en el mercado


en largos tipificados (varían de 0.10 en 0.10 metros entre 1.10 y 7.20 metros) y los fabricantes
suelen proveer tablas indicando las sobrecargas admisibles de acuerdo a las luces y geometría del
entrepiso (separación y tipo de viguetas, geometría de los bloques y altura de la capa de
hormigón “in situ”).

Los bloques pueden ser de mortero de cemento y granza (se los conoce como bloques de
hormigón), cerámicos o de materiales sintéticos (p.e. poliestireno expandido) y se comercializan
en diferentes alturas de modo de poder lograr diferentes espesores estructurales aún para una
misma geometría de vigueta. En nuestro país (Figura 12.15) las alturas más frecuentes son 9, 11,
13 y 16 (ó 17) centímetros y las dimensiones de los bloques (42 centímetros de ancho y 25
centímetros de largo), hacen que, para las dimensiones ordinarias de viguetas (Figura 12.16), la
separación entre ejes de viguetas sea de 50 centímetros y que se requieran 8 bloques por metro
cuadrado de entrepiso.

Como ya se ha comentado para las losas compuestas, estas estructuras trabajan


fundamentalmente en una dirección. Vale también el comentario en cuanto a la distribución
transversal de cargas concentradas y lineales paralelas a la luz de flexión. En la referencia 9
pueden encontrarse indicaciones para el cálculo aproximado del comportamiento frente a este
tipo de cargas.

Cuando se desea aumentar la resistencia de un entrepiso o bien cuando existe una carga
lineal paralela a la luz de flexión del entrepiso (por ejemplo una pared) puede recurrirse al uso de

46
dos o más viguetas puestas una junto a la
otra (Figura 12.17). En estos casos, y para
las dimensiones de elementos que se
comercializan en nuestro medio la
Figura 12.17 separación entre ejes de pares de viguetas
es de 62 centímetros y se necesitan 6.45
bloques por metro cuadrado de entrepiso.

De todas formas, si bien se fabrican viguetas de algo más de 7 metros, es difícil lograr
sobrecargas de uso interesantes para luces mayores a los 5 metros.

g) COMENTARIOS
Esta fuera del alcance de este trabajo analizar todas las particularidades constructivas y de
cálculo de las estructuras enumeradas anteriormente. Sin embargo, vale la pena hacer algunos
comentarios de carácter general que ayudarán a no pasar por alto situaciones que son comunes a
casi todas estas estructuras pero que no suelen presentarse en las estructuras enteramente
ejecutadas “in situ”. Otras características serán estudiadas al ver específicamente el proyecto de
estructuras prefabricadas.

g.1) Corte en obra de elementos prefabricados pretensados

Tanto las losetas como las placas y las viguetas se comercializan en longitudes estándar.
Podría darse el caso que por errores de replanteo o cualquier otro motivo fuera necesario cortar
uno de estos elementos. Se trata de situaciones que deben evitarse pero frente a ellas hay que
tener en cuenta que el corte no puede hacerse por impacto y destrucción del hormigón. Acciones
de este tipo pueden dañar involuntariamente el hormigón remanente. Como consecuencia pueden
producirse fisuras longitudinales en coincidencia con los cables y estarían indicando la presencia
de armaduras sin adherencia. Las consecuencias son dos: los extremos no estarán pretensados y
la resistencia al corte de la pieza se verá fuertemente disminuida dado que está asociada a la
cantidad de armadura adecuadamente anclada en la zona de apoyo.

Los cortes de elementos pretensados por adherencia deben realizarse utilizando discos
abrasivos o bien discos metálicos diamantados. Obviamente, no pueden realizarse cortes en
elementos pretensados postesados por el peligro de destruir los anclajes mecánicos.

g.2) Etapas de Verificación y Solicitaciones por Apuntalamientos

Muchas estructuras construidas íntegramente “in situ” pueden verificarse para el estado
final, es decir, para la estructura totalmente construida28. Las estructuras compuestas suelen
requerir verificaciones para las diferentes etapas constructivas. En la bibliografía se habla de
estructuras “evolutivas” pues las secciones resistentes van “evolucionando” hasta llegar a su

28
En estructuras de varios pisos puede requerirse la verificación de estados más complicados originados en la
necesidad de resistir las cargas del hormigón fresco y de los encofrados de un piso en construcción por parte de los
entrepisos ya ejecutados. Estas verificaciones suelen incluir el trabajo conjunto de varios pisos apuntalados entre sí
de modo de no descargar la totalidad de la carga de un entrepiso en construcción en el inmediato inferior.

47
configuración final y otro tanto va ocurriendo con las condiciones de apoyo que pueden ir
cambiando de acuerdo a la existencia o no de elementos de apuntalamiento.

Estructura Portante Sección


Sistema Estático Resistente Cargas y Acciones

• Peso Propio Perfil

Perfil
Estados Constructivos

cargas de Hormigón
construcción Fresco

• Encofrado
• Hormigón Fresco
• Cargas de
Puntales Encofrado Construcción

Hormigón Endurecido

• Reacciones de
desencofrado
Estado Definitivo (sección)

Liberación
de Puntales
Reacciones

Sobrecargas Contrapiso
y Piso
Cerramientos

• Resto de cargas
permanentes
• Sobrecargas
Cielorraso • Acciones
Indirectas

Figura 12.18
Sin agotar el tema ni cubrir todos los casos posibles la Figura 12.18 muestra un caso de lo
dicho anteriormente. En el primer recuadro se ve una viga metálica que forma parte de una
estructura más compleja. En el segundo se muestra a la misma viga en el momento en que se está
hormigonando una losa. Para esta situación se ha instalado un encofrado y se ha apuntalado

48
temporariamente la viga de modo de disminuir las tensiones originadas por el peso del hormigón
fresco, el encofrado y otras cargas de construcción. Por el momento la sección resistente sigue
siendo la del perfil. El tercer cuadro corresponde al momento en que, con el hormigón ya
endurecido, se liberan los puntales. Esto equivale a aplicar, ahora sobre la estructura compuesta,
cargas hacia abajo iguales en magnitud a las reacciones liberadas en los puntales. Finalmente, en
el último cuadro se ve el estado final de la estructura a la cual se le han aplicado el resto de las
cargas permanentes y las sobrecargas de uso. Obviamente en este caso la sección resistente
también corresponde a la de la estructura compuesta.

Sin entrar en detalles haremos un comentario respecto a las secciones compuestas por
hormigón y acero (o por hormigones de diferentes calidades, o por hormigones de diferentes
edades). Si una sección mixta como la del ejemplo anterior está sometida a un momento flector
positivo y permanente, el hormigón comprimido de la sección tenderá a sufrir deformaciones por
creep mientras que el acero permanecerá ajeno a este tipo de fenómenos. Esta diferencia de
comportamiento requiere un tratamiento analítico adecuado dado que se producen transferencias
de esfuerzos entre ambos materiales. Ocurre algo parecido con respecto a la retracción.

g.3) Apuntalamientos

La necesidad de apuntalamientos y la sensibilidad de la estructura al proceso de


apuntalamiento y desapuntalamiento crecen cuanto menor es el peso propio del elemento
portante frente al peso propio final de la estructura ya construida. Por ejemplo, en orden
decreciente de cuidados tendremos las semiviguetas, las viguetas y las losetas huecas
pretensadas.

El momento de desapuntalar está vinculado más a la resistencia a la tracción que haya


alcanzado el hormigón que a su resistencia a compresión. Esto se debe a que la seguridad pasará
porque puedan desarrollarse las tensiones de adherencia requeridas. Vale recordar que la
resistencia a tracción tiene un crecimiento en el tiempo algo más lento que la resistencia a
compresión y que por lo tanto no valen las expresiones que relacionan la resistencia a la tracción
(o la adherencia) con la resistencia a compresión pues están desarrolladas para los valores
correspondientes a 28 días de edad.

Como comentario de carácter general: los tramos con apoyos en ambos extremos se
desapuntalan desde el centro hacia los apoyos mientras que los voladizos se liberan desde el
extremo libre hacia el extremo continuo o empotrado.

Las distancias entre puntales vienen dadas por los fabricantes en función del tipo de
elemento a apuntalar y del espesor de hormigón “in situ” a agregar. Respetando estas distancias
se evita someter a los diferentes elementos a solicitaciones excesivas y se evitan asimismo
flechas que pudieran afectar la estética o el funcionamiento de la estructura terminada.

En edificios en altura el número de pisos que deben permanecer apuntalados


simultáneamente suele variar entre dos y tres existiendo al respecto una profusa bibliografía
sobre métodos de análisis y patologías más frecuentes por apuntalamientos defectuosos.

49
13.- ELECCIÓN DE UN SISTEMA ESTRUCTURAL PARA UN
ENTREPISO
Para celebrar los 100 años de la Revolución Francesa, se decidió la construcción en París del
monumento más alto del mundo. Sería instalado en ocasión de la Exposición Universal de 1889
y debería tener 1000 pies de altura (alrededor de 300 metros). Se presentaron muchos proyectos,
uno fue el de Eiffel, otro fue una guillotina de 300 metros de altura que conmemoraba a las
víctimas del Terror. Este ejemplo grotesco (y un poco forzado) muestra los límites tan distantes
entre los que se pueden mover las soluciones a un determinado problema “estructural”.

Resulta imposible encontrar una “tabla” o un diagrama de flujo en los que, ingresando las
condiciones de proyecto, podamos extraer una única solución estructural. Esto tiene que ver con
aspectos que están mucho más allá de la efectividad estructural de una determinada solución.

Veamos, a través de algunos ejemplos, como cuestiones que poco tienen que ver con la
efectividad estructural orientan hacia determinadas tipologías.

CASO 1: Construcción de dos subsuelos de cocheras. Las columnas están dispuestas en un


damero de 8 por 8 metros. La planta total es de 24 por 24 metros (tres vanos en
cada dirección). El nivel freático se encuentra a 4 metros por debajo del nivel de
vereda. La reglamentación municipal exige una altura libre transitable de 2.30
metros. El nivel superior de la estructura estará también destinado a cocheras y se
encuentra en cota de vereda. El costo de bombeo para mantener la excavación en
condiciones de trabajo es muy alto. La obra se ejecutará en la Provincia de
Buenos Aires.

Nivel de Vereda Entrepiso sin


Vigas Pretensado

Anclaje Muro Colado


Entrepiso sin
Vigas Pretensado
Nivel Freático 2.30 m

Losa de
Subpresión

Muro Colado Anclajes Losa de


Subpresión Figura 13.1
Pilotes

La presencia de agua hace que debamos tratar de enterrar la estructura lo menos posible
de modo de minimizar los efectos de la subpresión sobre la losa de pavimento del último
subsuelo y las presiones sobre los muros laterales29. Si pensamos a la losa de pavimento del
último subsuelo como un entrepiso mas, veremos que la subpresión será muy superior a la
sobrecarga de uso (hacia abajo) por lo que, de no modificar su esquema estructural,

29
Pensemos que subir 0.50 metros la cota de la losa inferior implica una disminución de 320 kN (32 toneladas) en el
empuje total hacia arriba sobre cada paño de 8 metros de lado.

50
requiriríamos una estructura mucho más robusta que las utilizadas en los entrepisos. Para
minimizar este problema suele recurrirse al uso de elementos de anclaje que, dispuestos en una
trama no muy abierta (en este caso podría ser de 2 por 2 metros), disminuyen la luz de flexión de
la losa inferior y tomen las cargas de subpresión. El tema de las losas de subpresión es muy
extenso por lo que limitaremos nuestros comentarios al respecto a lo dicho en el párrafo anterior.

Como la estructura será ejecutada en Argentina vale un comentario respecto al uso de


elementos metálicos tales como columnas, vigas o losas mixtas tipo Steel Deck. En nuestro
medio el uso de columnas metálicas fuera de las construcciones industriales ha sido muy raro. Se
ha limitado fundamentalmente a estructuras que tuvieron plazos de ejecución extremadamente
breves o bien a situaciones en las que la disminución del peso propio fuera un tema central (p.e.
agregado de pisos superiores sobre una estructura existente). El uso de vigas metálicas y de losas
mixtas tampoco ha tenido un gran desarrollo30 y su uso ha estado sujeto a los vaivenes de la
cotización del dólar dado que los costos de estos elementos son muy dependientes de los precios
internacionales del acero. En este sentido el hormigón armado es un material menos sensible
pues en él el acero es un integrante con menos peso relativo en la conformación del precio final.

No habiendo entonces un motivo para utilizar acero estructural construiremos nuestra


estructura en hormigón estructural (armado o pretensado).

Como la planta de columnas define cuadrados trataremos de proyectar una estructura que
trabaje eficientemente en las dos direcciones.

El alto costo de bombeo nos dice que la estructura que proyectemos debería ejecutarse en
un plazo corto. Esto nos orientaría hacia una estructura con el mayor nivel posible de
prefabricación. Esto se contrapone con un trabajo eficiente en dos direcciones pues, como hemos
visto, las estructuras prefabricadas tienen un trabajo dominante en una dirección. A pesar de que
en estructuras premoldeadas podemos incorporar elementos pretensados, en términos generales
podemos decir que una estructura con elementos premoldeados dará como resultado una
estructura de mayor altura total que otra “in situ” con trabajo en dos direcciones (y
preferentemente pretensada).

Concentrémonos entonces sobre tres condiciones a cumplir: menor altura estructural


posible, trabajo en dos direcciones, corto plazo de ejecución.

En primer lugar deberemos optar entre estructuras con vigas y estructuras sin vigas.
Como ya dijimos, las estructuras con vigas son más eficientes desde el punto de vista estructural
y conducen a menores espesores de losas. Haciendo “vigas cinta” (menor altura que ancho)
podríamos tener una altura de vigas de 8.00/25 ≈ 0.32 metros.

Veremos que un entrepiso sin vigas pretesado (postesado sin adherencia) podría resultar
una mejor solución al problema.

En general, los entrepisos sin vigas son estructuras de poco espesor31 y muy rápida
ejecución dado que tienen muy poco trabajo de encofrado y armaduras.

30
Aunque existen ejemplos de edificios construidos utilizando estas tecnologías.
31
Nos estamos refiriendo al espesor máximo y no al medio. El espesor medio de estas estructuras siempre es mayor
que el correspondiente a una estructura con vigas debido a su menor eficiencia. De todas formas, si comparamos su
espesor con el de una viga correspondiente a un entrepiso convencional, el mismo resultará menor.

51
Veamos por qué podríamos preferir pretensar. En primer lugar la altura total será menor.
Digamos que un entrepiso sin pretensar requeriría una altura del orden de 8.00/33 ≈ 0.24 metros
mientras que uno pretensado podría estar en el orden de 8.00/40 ≈ 0.20 metros. En segundo
lugar, el pretensado permite un avance de obra más rápido dado que al pretensar se libera
rápidamente el encofrado y el apuntalamiento. Aún utilizando cementos normales y sin
necesidad de curado a vapor, los entrepisos pueden pretensarse dentro de las 72 horas de
hormigonados por lo que los encofrados tienen un período de reciclado muy corto.

La solución estará seguramente entre una estructura de hormigón convencional con vigas
cinta, un entrepiso sin vigas no pretensado y un entrepiso sin vigas pretensado. En este punto (y
posiblemente antes de llegar a este punto) habrá que realizar la consulta con el contratista
encargado de la ejecución de la obra para hacer los respectivos análisis de precios y comparar las
diferentes soluciones teniendo en cuenta los costos de bombeo necesarios en cada caso y los
costos de la losa inferior de subpresión y de los muros laterales. Muy posiblemente el orden de
tipologías estructurales citado al principio de este párrafo indique también el orden creciente de
precios de cada entrepiso pero resulta el orden inverso en términos de altura total de estructura,
de tiempos de ejecución (costos de bombeo) y de costos de losa de subpresión y muros laterales.

CASO 2: Dentro de un galpón de 15 metros de frente, 50 metros de profundidad y 8 metros


de altura se desea construir un entrepiso sobre el que se dispondrán oficinas. El
entrepiso estará recostado sobre uno de los laterales y tendrá 4.0 metros de ancho
por los 50 metros de profundidad. Sobre el entrepiso se dispondrán cerramientos
livianos (incluyendo los techos) que, sumados a las sobrecargas de uso pueden
asimilarse a una carga uniforme de unos 5 kN/m2 (500 kg/m2). No hay
posibilidades de apoyarse en la estructura existente. Se dispone de dos fines de
semana completos (desde las 20hs del viernes a las 6hs del lunes) para la
ejecución de la estructura, incluyendo las fundaciones. La estructura deberá
disponerse a una altura de 4 metros respecto al piso terminado para permitir el
acopio de mercaderías debajo de la misma. El ingreso al entrepiso se hará a través
de tres escaleras que ocuparán cada una de ellas 2 metros de la longitud total. Las
escaleras serán metálicas y se ubicarán una en cada extremo y otra en el centro de
la planta. Para facilitar el ingreso y egreso de vehículos debajo del entrepiso no se
admiten vigas en el sentido longitudinal de la planta y la separación de columnas
en sentido longitudinal no deberá ser menor que 3.50 metros. Las vigas en sentido
transversal deberán tener la menor altura posible de modo de evitar posibles
impactos con la mercadería a acopiar. Existen suelos blandos hasta los cuatro
metros de profundidad. El galpón cuenta con un puente grúa con una capacidad de
20 kN (2 toneladas). La obra se ejecutará a 40 km de la ciudad de Córdoba.

El tiempo disponible indica que la estructura a adoptar deberá tener el mayor grado de
prefabricación posible y que no podrá depender del tiempo de fraguado de ningún hormigón.

Pensaremos primero en un esquema de construcción en el que en el primer fin de semana


se construyan las fundaciones y las columnas (tal vez las vigas también) y en el segundo fin de
semana se monte la estructura del entrepiso.

Trataremos de utilizar el puente grúa para movilizar elementos de la mayor superificie


posible de modo de minimizar la cantidad de elementos a colocar. Restando los espacios

52
ocupados por las escaleras quedan entonces 44 metros de largo por cubrir. Probaremos con
losetas huecas premoldeadas prefabricadas de 0.30 metros de ancho. Estas losetas pesan 1,45
kN/m2 por lo que el puente grúa podrá levantar una loseta de una longitud no mayor de 20 kN x
0.30 m / 1.45 kN/m2 = 4.14 metros. Podemos pensar en proyectar 12 luces de aproximadamente
3.67 metros de longitud (Figura 13.2) con lo que cubriremos los 44 metros requeridos32 y
superamos la luz mínima de 3.50 metros. Consultado el manual del fabricante de losetas, se

PLANTA GENERAL
50 m

15 m

DETALLE PLANTA ESTRUCTURA DETALLE APOYO LOSETAS

Conectores y Hormigón “in situ”

Loseta Pretensada
CORTE Losetas Pretensadas

Figura 13.2
confirma que las mismas pueden cubrir esta luz sin dificultad para las cargas especificadas.

Veremos qué ocurre con el ancho a cubrir: 13 losetas de 0.30 metros cubrirán 3.90
metros. Antes de consultar al arquitecto sobre un posible cambio de ancho (de 4.00 a 3.90
metros) se verifica la velocidad del puente grúa para movilizar los elementos. La cantidad de
elementos a mover será 13 x 12 = 156. Pensando en que se requerirán algunas tareas de
terminación se le asignan al montaje 40 de las 58 horas disponibles durante el segundo fin de
semana. Lo anterior indica que el tiempo disponible para montar cada loseta será de alrededor de
15 minutos lo que se considera razonable.

Con todo esto a la vista se consulta al arquitecto sobre un posible cambio de ancho de
4.00 a 3.90 metros. El cambio es aceptado.

Resuelto el partido estructural del entrepiso resta dimensionar las vigas metálicas y sus
conectores de modo de que soporten el peso de las losetas con su sección propia y el resto del
peso propio y las sobrecargas con la sección compuesta, las columnas (que en este caso se

32
Podrían habre sido 11 tramos de 4 metros pero el arquitecto dio prioridad a la simetría.

53
adoptaron metálicas de modo de no tener que recurrir al uso de encofrados y además facilitar la
unión con las vigas metálicas) y las fundaciones (que se ejecutarán mediante un único pozo de
fundación por columna).

CASO 3: Se trata de construir una habitación de 3 por 3 metros sobre el patio de una
vivienda existente. El patio tiene 3 metros de ancho entre la pared medianera y
una pared lateral de la casa. La vivienda se encuentra en uso y al patio se llega a
través de un pasillo descubierto de 1.50 metros de ancho que comunica con la
calle. El propietario desea provocar durante la construcción el menor “daño”
posible a su propiedad. El acceso final a la habitación se hará abriendo una puerta
desde el primer piso de la casa por lo tanto no se prevé la ejecución de escalera. El
techo, que apoya sobre mampostería portante, será construido con un
entrablonado de madera y chapas galvanizadas.

Se evalúa el estado de las paredes existentes y se consultan los planos para obtener las
dimensiones de las fundaciones. Paralelamente se contrata a un Ingeniero Geotécnico que realiza
una perforación cercana al patio en cuestión. En la misma zona se verifica “in situ” la dimensión
de la fundación de una pared existente para confirmar los valores de planos. Los resultados de
los estudios anteriores indican que las paredes que se encuentran a ambos lados del patio y sus
fundaciones serían capaces de soportar el peso de un nuevo entrepiso, paredes, techos y cargas
de uso.

La idea será entonces construir un nuevo entrepiso tratando de incorporar en él el menor


peso propio posible33. Para el rango de luces en cuestión, con la idea del menor daño posible al
inmueble, con las limitaciones de espacio para el ingreso de equipos y con la idea del menor
peso propio aparece como una buena solución el uso de un entrepiso compuesto por viguetas
pretensadas, ladrillos cerámicos y una capa superior de hormigón “in situ”. Consultando el
catálogo de un fabricante se propone el esquema estructural de la Figura 13.3 donde se han
puesto dos viguetas en coincidencia con cada borde libre de modo de tomar las cargas de las
paredes de cerramiento sobre las que apoyará el techo.

Figura 13.3

Estos tres casos no alcanzan ni siquiera a conformar un panorama de las posibles


situaciones que se pueden presentar en la práctica diaria. Simplemente se ha querido alertar sobre
la necesidad de conocer las tecnologías disponibles analizando en cada caso cual resultará más
conveniente a la luz de las condiciones particulares.

33
Para evitar fisuras por asentamientos relativos en la mampostería existente.

54
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1.- Collins M.P. y Mitchell D., “Prestressed Concrete Basics”, Canadian Prestressed Concrete
Institute, 1987
2.- Timoshenko S. et al, “Teoría de Placas y Láminas”, Editorial Urmo, 1975
3.- Leonhardt, Fritz, “Estructuras de Hormigón Armado – Tomo 3 – Bases para el armado de
estructuras de hormigón armado”, Editorial El Ateneo, 1985.
4.- Walther R., “Construire en Béton”, Presses Polytechniques et Universitaires Romandes, 1993
5.- “ACI Manual of Concrete Practice – Part 3”, American Concrete Institute, 1996
6.- Gaylord E. et al, “Structural Engineering Handbook”, McGraw-Hill, 1997
7.- “Recomendación para el proyecto y construcción de losas pretensadas con tendones no
adherentes – HP9-96”, Asociación Técnica Española de Pretensado, 1996
8.- Calavera , J, “Proyecto y Cálculo de Hormigón Armado para Edificios, Tomos I y II”,
INTEMAC, 1984
9.- “Composite Floor Structures”, fib, may 1998
10.- Hirt, Manfred et Crisinel, Michel, “Charpentes Métaliques”, Presses Polytechniques et
Universitaires Romandes, 2001

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