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HISTORIA DE LA ALIANZA CRISTIANA Y MISIONERA EN CHILE

Enrique y Catherine Weiss


Una visión divina a ir a la América del Sur
Una misión por fe

Desde los días de Abraham ha habido hombres que salieron sin saber dónde iban. Enrique Luís
Weiss fue de los tales. Dios, viendo el hambre espiritual en los corazones de un pequeño grupo
de colonos alemanes en el Sur de Chile, llamó a Weiss y su esposa Catalina, y ellos
obedecieron la voz de su Señor.

Enrique Weiss, de descendencia alemana, como su nombre indica, era del grupo religioso
llamado menonitas. Siendo joven, tuvo la influencia espiritual del Dr. Alberto Benjamín
Simpson. Fue lógico entonces que al sentir el llamado del Señor al campo misionero, él enviara
su solicitud al comité de la Alianza Cristiana y Misionera. En aquel tiempo, la Alianza estaba en
sus inicios, y apenas había empezado la obra en el Oriente. Por esa razón no consideraron
aconsejable abrir obra en América del Sur. Sin embargo, el matrimonio Weiss había oído el
llamado del Capitán a trabajar en este continente, y el propósito de ellos era obedecer. Sin
respaldo alguno, hablando humanamente, compraron un pasaje hasta Panamá, gastando en
dicha compra todo su dinero.

Luego, después de llegar a Panamá los Weiss entraron en una iglesia católica romana. Allí entre
las imágenes y las velas sintieron confirmado su llamamiento, porque la señora Weiss había
visto en un sueño una congregación inclinándose delante de los ídolos, y había oído la voz del
Señor enviándole a ir y enseñar el camino de vida a aquellas personas.

Ayuda de Dios – Providencia Divina

Reanimados en su propósito, procuraron embarcarse de nuevo. Estando sin fondos, Dios hizo
provisión en la persona de Alberto Dawson, un joven canadiense a quien Él había llamado
también a la América del Sur. Este joven les prestó el dinero necesario para su pasaje en
tercera clase hasta Talcahuano.

De aquel viaje, el señor S. W. Diener en su libro titulado Medio Siglo de Testimonio para
Cristo, escribe lo siguiente:

“Viajaron durante cuatro semanas en la cubierta entre barriles, fardos y animales, logrando
esconderse escasamente de la vista de los circundantes tras unas viejas cortinas de restos de
tela de buque que algún mayordomo compasivo les había prestado o arrendado por poco
dinero”.

Llegando a Talcahuano al principio de Abril de 1897, se trasladaron a Concepción y tomaron


pensión con una señora inglesa. Pero luego con el fin de economizar, arrendaron una pieza que
les servía de habitación, dormitorio y cocina a la vez. Bajo tales circunstancias nació su primera
hija, María.

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CON LA LLEGADA DE LOS WEISS A CHILE NACE LA
IGLESIA ALIANZA CRISTIANA Y MISIONERA CHILENA

El comienzo entre los colonos alemanes

Un poderoso movimiento espiritual comienza a generarse en los años 1894-1897, con un grupo
de colonos alemanes, que conocieron personalmente a Jesucristo en su patria antes de venir
como colonos a Chile. Este movimiento se inicia en la zona de Contulmo, Quillén, y Salto,
actualmente pertenecientes a las VIII Región. Se produce a través de estos colonos un
avivamiento, el que alcanza a otros colonos y se extiende a otras colonias cercanas a las ya
mencionadas. Crece con tal rapidez que se dan cuenta que no son capaces de atender estos
grupos de nuevos hermanos y que necesitan personas entregadas al Señor y que dieran todo su
tiempo a la Obra. Con este poderoso movimiento, también aparecen los detractores, los que se
oponían a la predicación del evangelio, como también, la fuerte oposición de la Iglesia Católica
Romana.

Al ver estos colonos los escasos conocimientos del castellano para poder enseñarles, este
grupo comenzó a orar para que Dios enviara personas capacitadas para llevar la obra adelante.

EL COMIENZO DE LA ACyM EN CHILE ES RESULTADO DE ORACIÓN

Al escuchar que en Concepción había un misionero que hablaba alemán, lo ubicaron. Luego de
plantearle el desafío, Enrique Weiss quedó de visitarles, lo que hizo, recorriendo
principalmente Contulmo, Quillén y Salto. Tras la visita, decidió quedarse en Victoria con su
familia y de ese lugar movilizarse a las demás colonias.

Alberto E. Dawson, el que no sabiendo alemán se queda en Concepción para aprender el


castellano y así colaborar en forma más efectiva en la evangelización.

En Victoria, el matrimonio Weiss tuvo la valiosa ayuda y cooperación de la familia Berg; los que
les albergaron en su casa, y donde se abrió una modesta sala para predicar. Las hijas de este
matrimonio brindaron un gran aporte a la causa, al servirle como intérpretes al castellano.

Se habilitó un bautisterio, donde muchos fueron bautizados. Los Berg fueron el apoyo por
muchos años de la Obra Alemana en Chile.

Enrique Weiss se dedicó a consolidar y organizar las demás congregaciones alemanas que se
estaban formando, motivando a la vez a evangelizar a los chilenos. Así es como se levantan
jóvenes alemanes recién convertidos que dominaban un poco el idioma. Ellos trabajan con
mucho entusiasmo, apoyados por hermanos chilenos ya ganados anteriormente. El movimiento
en Victoria creció; es así como se adquiere la primera propiedad de la Alianza Cristiana y
Misionera en Chile en el siglo pasado. Esta propiedad es comprada por don Augusto Roloff en la
suma de $900.

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Imprenta Alianza

Con el aumento numérico de los convertidos, Weiss vio la necesidad de imprimir literatura. No
se desanimó por falta de dinero. Sino que como pudo adquirir una pequeña colección de tipos,
con sus propias manos fabricó una prensa. Así logró publicar unos 300 ejemplares de un
himnario con más de 100 himnos. Durante los años subsiguientes, amplió la imprenta publicando
tratados y una revista, la precursora de la actual Salud y Vida.

APOYO FINANCIERO DE LA ACyM EN LOS EE.UU.


EXPANSIÓN A TEMUCO, VALDIVIA Y CHILOÉ

Sin embargo, Enrique Weiss se ve cargado de trabajo. En el año 1898, ofrece trabajo sin
remuneración a un joven recién convertido. Este joven se llamaba Wilfried Diener, el que
acepta el trabajo confiado plenamente en las promesas de Dios. En ese mismo año, reciben el
apoyo y financiamiento de la Misión Alianza Cristiana y Misionera de Nueva York que había
escuchado de los grandes logros alcanzados por Weiss en Chile en el campo de la
evangelización.

De ahí en adelante, la ACyM comienza a extenderse por la frontera. Alberto Dawson viaja a
Valdivia, y luego de establecer un grupo de nuevos creyentes, se traslada a La Unión, Río
Bueno y Osorno con el mismo objetivo. Por otro lado, E. McDonald, pastor Bautista, quien
ayuda a la Alianza Cristiana y Misionera en Chile, obtiene un sitio en Freire y de ese lugar
visita y atiende las nacientes congregaciones de Temuco, Cajón, Pitrufquén, Gorbea. A pesar
de la gran extensión que debía recorrer, McDonald se destacó por su inagotable energía y de
tener un alto concepto del servicio a Dios.

No todo fue conquista; hubo también pérdidas por las continuas persecuciones y el incansable
acoso de la Iglesia Católica Romana y la prensa de ese tiempo.

Primeros Estatutos

En 1901 nace la primera Conferencia Anual de la Alianza Cristiana y Misionera en Chile con la
asistencia de los esposos Weiss, Alberto Dawson, McDonald, Mancilla y Diener. En dicha
conferencia elaboraron una sencilla constitución, la que establecía una declaración de fe y
prácticas doctrinales a las que debían apegarse las actividades y enseñanzas como misión. Se
refuerza la Misión con nuevos misioneros en los años 1902, 1903, y se extienden con el
movimiento hasta Chiloé. Pero también, los ataques y obstáculos se acentúan.

Las primeras Convenciones Bíblicas se realizan en 1910 y la importante visita del Dr. Alberto
B. Simpson, presidente y fundador de la sociedad misionera Alianza Cristiana y Misionera de
Nueva York, refuerza y alienta a continuar avanzando. Con la visita del Dr. Simpson se logran
nuevos fondos para adquirir una propiedad en Santiago para que Weiss se traslade allí a
discipular a los nuevos creyentes.

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Muerte de Weiss en 1915 sella primer capítulo de la ACyM en Chile

Durante aquellos años no faltó la persecución a Weiss y a los fieles hermanos que le
acompañaron. También los sacrificios por causa de los “continuos viajes a caballo y a pie, en
que muchas veces se mojaba y sufría toda clase de privaciones en su servicio a sus
semejantes”, minaron su salud a tal punto que contrajo una tuberculosis aguda. A insistencia
de sus colaboradores, se alejó de Chile para tomar un merecido descanso. Pero el Señor le
promovió a un servicio superior, y así partió de este mundo el 26 de Mayo de 1915 a la
temprana edad de 48 años. Él dio 18 años de servicio abnegado a la obra y fue el fundador
bajo la mano de Dios, de la obra de la Alianza Cristiana y Misionera en Chile.

A la muerte de Weiss, Dios envía otro hombre con la misma pasión y entusiasmo para seguir la
obra entre los chilenos. Se recuerda como pioneros del sur de Chile al misionero Carlos
Lefevre y esposa, quienes construyeron la primera lancha evangelística en la isla de Chiloé que
se llamó “La Luz”. Se usó no sólo para predicar, sino que también ayudaba a los lugareños en el
transporte y progreso de la zona.

POR LA VISIÓN DE LEFEVRE, SE CONSTRUYE EN TEMUCO EL INSTITUTO BÍBLICO


PARA LA EDUCACIÓN DE PASTORES

Con la gracia de Dios la Iglesia Alianza Cristiana y Misionera extiende sus templos desde Arica
a Punta Arenas, teniendo obras y pastores en más de 150 ciudades. A su vez, ha enviado
pastores con un llamado misionero a los países de Bolivia, Rusia, Portugal, Alemania, Cuba,
Malí y la República Dominicana.
La Iglesia ACyM cuenta en la actualidad con alrededor de 15.500 miembros activos y con más
de 40.000 simpatizantes que siguen unidos para servir a Dios y a la Patria por medio de
diversas formas como son: Templos, Hogares Infantiles, Escuelas Rurales de Enseñanza Básica,
Imprenta y Editorial, Seminarios de Enseñanza Superior en Teología, Librerías y Estaciones
Radiales. Además existe un fuerte deseo de alcanzar por medio del trabajo evangelístico al
pueblo mapuche, teniendo presencia en 28 reducciones. Siendo esto un eslabón para dar a
conocer el más grande regalo de Dios para el hombre, Cristo Jesús, quien al llegar al corazón
del ser humano lo transforma desde un hombre vicioso, mal ciudadano y cautivo por los
pecados, a un hombre trabajador, amante de su patria y libre de vicios y de maldad. Muchos
han sido los hogares, que bendecidos por Cristo, han encontrado junto con la paz interior, la
prosperidad material.

Hoy como ayer, seguimos convencidos de que Chile tendrá un futuro esplendoroso si muchos
más llegan a conocer a Dios y a su Hijo Jesucristo por medio de una experiencia personal. Esta
es y será nuestra tarea hasta que Cristo venga.

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