Professional Documents
Culture Documents
Diócesis de Garzón
Garzón-Huila
2015
1
LITURGIA DE LA PALABRA EN
AUSENCIA DE MINISTRO ORDENADO
Para un Domingo.
RITOS INICIALES
Canto de entrada
Celebrante: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Todos: Amén.
Celebrante:
Queridos hermanos, sean todos bienvenidos a esta celebración de la liturgia de la
palabra, experiencia de vida y amor. Para poder participar dignamente de esta
celebración en un momento de silencio reconozcamos nuestras culpas ante el Señor.
Todos:
Yo confieso ante Dios todo poderoso y ante ustedes hermanos que he pecado mucho de
pensamiento, palabra obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi grande culpa.
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes
hermanos que intercedan por mí ante Dios nuestro Señor.
Amén.
Señor ten piedad.
Gloria.
Oración colecta: Según el domingo correspondiente.
LITURGIA DE LA PALABRA
Hermanos escuchemos con atención la Palabra de Dios.
Lecturas: I lectura, Salmo y II lectura.
Aclamación antes del Evangelio: Según el domingo correspondiente. Se canta
el aleluya, en cuaresma se omite.
Evangelio: Lo lee el celebrante.
Reflexión: Puede dar una reflexión el celebrante o todos pueden compartir su
reflexión en torno a las lecturas del día. Si el celebrante dirige la reflexión debe
hacerlo en singular y en primera persona.
Credo: Todos.
Oración universal: La dirige el celebrante o puede hacerse de modo participado,
en este caso, la inicia y la termina el celebrante.
2
PADRE NUESTRO...
Celebrante:
Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo sus divinas enseñanzas nos
atrevemos a decir.
Todos: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre…
Celebrante: Danos Señor tu paz.
Se puede hacer una breve exhortación para el momento de la paz.
Como hermanos nos damos fraternalmente el saludo de la paz.
RITOS FINALES
Oración postcomunión: Si se comulgó en la celebración... la correspondiente al
domingo o una breve acción de gracias sino se recibió.
3
COMENTARIOS, ORACIÓN DE LOS FIELES
Y GUIÓN HOMILÉTICO
4
Por todos nosotros, para que la gracia del Adviento nos permita ser arcilla en las
manos del Alfarero y nos inspire los modos de ser mejores y más auténticos
discípulos de Jesús, oremos.
Presidente: Padre de bondad, que nos has mostrado tu amor en tu Hijo hecho
hombre, escucha nuestras oraciones, y concédenos lo que te pedimos con fe y esperanza.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
GUIÓN HOMILÉTICO
MIÉRCOLES 16 DE DICIEMBRE
El mensaje del evangelio se puede situar perfectamente en el contexto del día;
especialmente porque es el inicio de la novena de Aguinaldos, mediante la cual en torno
al pesebre nos reunimos para orar al Mesías que pronto vendrá. A continuación unos
datos exegéticos del evangelio que ustedes podrán actualizar debido al contexto que
estén viviendo.
El Bautista, que sigue siendo el personaje de esta semana, no sabemos si para cerciorarse
él mismo, o para dar a sus discípulos la ocasión de convencerse de la venida del Mesías,
les envía desde la cárcel con la pregunta crucial: ¿eres tú, o esperamos a otro? El
Bautista orienta a sus discípulos hacia Jesús. Luego ellos, como Andrés con su hermano
Simón Pedro, Irán comunicando a otros la buena noticia de la llegada del Mesías.
La respuesta de Jesús es muy concreta y está llena de sentido pedagógico. Son sus obras
las que demuestran que en él se cumplen los signos mesiánicos que anunciaban los
profetas y que hemos ido escuchando en las semanas anteriores: devuelve la vista a los
ciegos, cura a muchos de sus achaques y malos espíritus, resucita a los muertos, y a los
pobres les anuncia la Buena Noticia. Ésa es la mejor prueba de que está actuando Dios: el
consuelo, la curación, la paz, el anuncio de la Buena Noticia de la salvación.
a) En el mundo de hoy son muchos los que siguen en actitud de búsqueda, formulando,
más o menos conscientemente, la misma pregunta: ¿eres tú o esperamos a otro?, ¿de
dónde nos vendrá la felicidad, el pleno sentido de la vida? ¿De la Iglesia, de las
ideologías, de las instituciones, de las religiones orientales, de las sectas? Porque no
vemos que vayan reinando la justicia y la paz en este mundo». Nuestra respuesta debería
ser tan concreta como la de Jesús, y en la misma dirección. Sólo puede ser
evangelizadora una comunidad cristiana que cura, que atiende, que infunde paz y
esperanza, que libera, que se muestra llena de misericordia. La credibilidad de la Iglesia,
y de cada uno de nosotros, se consigue sólo si hacemos el bien a nuestro alrededor. Como
en el caso de Jesús, de quien se pudo decir que pasó haciendo el bien.
5
b) Como el Bautista ayuda a reconocer a Jesús, ¿actuamos también nosotros de
precursores a nuestro alrededor? No hace falta ser sacerdote u obispo para eso. Todo
cristiano puede, en este Adviento, ante todo crecer él mismo en su fe, y luego transmitirla
a los demás, evangelizar, conducir a Jesús. Pueden ser precursores de Jesús los padres
para con los hijos, los amigos con los amigos, los catequistas con su grupo. Y a veces al
revés: los hijos para los padres, los discípulos para con el maestro. Según quién ayude y
acompañe a quién, desde su fe y su convicción. Todo el que está trabajando a su modo en
el campo de la evangelización, está acercando la salvación a este mundo, está siendo
profeta y precursor de Adviento para los demás. Para que no sigan esperando a otro, Y se
enteren que ya ha venido el Salvador enviado por Dios.
El programa mesiánico no se ha cumplido todavía. No reinan en la medida que
prometían los profetas la justicia y la paz. El programa mesiánico sólo está inaugurado,
sigue en marcha hasta el final. Y somos nosotros los que lo llevamos adelante. Cuanto
más se manifieste la justicia y la esperanza en nuestro alrededor, tanto mejor estamos
viviendo el Adviento y preparando la Navidad1.
Diác. Leonel Andrés Montero Celis
IV Teología
1
J. ALDAZABAL. Enséñame tus caminos 1: Adviento y Navidad día tras día Barcelona 1995 .Págs. 58-60
6
ORACIÓN DE FIELES
Presidente: Queridos hermanos, oremos a Cristo nuestro salvador, que se ha querido
hacer presente en nuestra historia para nuestra salvación y que ha querido vivir entre los
hombres y digamos:
R. Ven señor, y quédate con nosotros
Para que Jesús, que se ha hecho hombre para ser el buen pastor de la Iglesia,
conceda al Papa Francisco, a nuestro Obispo Fabio y a todos los obispos y
presbíteros, pastorear con celo las comunidades que tiene encomendadas. Oremos.
Para que el Rey del cielo, que por sus ángeles anuncio la paz a los hombres, aleje de
todas las naciones los horrores de la guerra. Oremos.
Para que Cristo, que quiso asumir la debilidad de los hombres, sea la fuerza de los
débiles y el consuelo de los tristes y de los que se sienten solos. Oremos.
Para que el hijo de Dios, que descendió al mundo para que los hombres pudieran
subir al cielo, admita en su gloria a nuestros familiares que ya nos han dejado.
Oremos.
Presidente: Escucha nuestras oraciones, Dios todopoderoso y eterno, y has que
quienes hemos orado por todos los hombres seamos enriquecidos también con tus
dones. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
GUIÓN HOMILÉTICO
JUEVES 17 DE DICIEMBRE
A partir de hoy la lectura de la Palabra de Dios en el Adviento nos va preparando de
manera inmediata para la celebración de la Navidad. En las primeras lecturas
seguiremos escuchando textos del Antiguo Testamento que están relacionados con la
venida de Jesús, el Mesías. En el Evangelio de cada día ―desde hoy hasta el 25 de
diciembre― seguiremos paso a paso los eventos relacionados directamente con el
nacimiento de Jesús.
La primera lectura de hoy nos narra la bendición de Jacob a Judá y nos prepara para
escuchar el Evangelio de la genealogía de Jesús. La salvación futura se perfila de un
modo ya bastante claro en este poema en boca del anciano Jacob que se despide de sus
hijos. Es la familia de su hijo Judá la elegida por Dios para que de ella nazca el Mesías.
Este anuncio de Jacob se verá cumplido en David y luego en Salomón. Pero muy pronto
el pueblo de Israel lo interpretó como referido al futuro Mesías. La línea mesiánica
7
estaría ligada a la tribu de Judá. Y así aparecerá en Jesús de Nazaret, en quien se
cumplen todas las profecías y esperanzas.
San Mateo inicia su evangelio con la página que hoy leemos. Este relato de la genealogía
nos remite hasta los orígenes de Jesús dentro de la historia. Para cada uno de nosotros
conocer la historia de la propia familia, es una referencia importante para construir la
propia identidad, para sentirnos personas ubicadas en el mundo. Así también, la
genealogía de Jesús nos ayuda a ubicar la identidad de Jesús, en cuanto Mesías, en
medio de su pueblo. Jesús vino al mundo insertándose dentro de la historia humana
concreta, que es una historia de familias, como la de cada uno de nosotros. Por tanto,
hecha de personas concretas, santas y pecadoras. Pero esta lista familiar culmina con el
nombre Jesús, el Mesías, el Salvador, que viene a dar sentido y salvación a esa historia.
A través de toda esta larga historia del pueblo de Israel, Jesús se conecta con Abraham y
con David, el patriarca y el rey del que parte la dinastía que origina un pueblo, que ha
sido creación de Dios, nacido de la fe en las promesas del Señor, por medio del cual Dios
bendijo a todas las naciones de la tierra. De este modo, la genealogía define la identidad
de Jesús. Él es el “hijo de David y el hijo de Abrahán” (Mt 1,1; cf. 1,17). Como hijo de
David, es la respuesta de Dios a las expectativas del pueblo judío (2Sam 7,12-16). Como
hijo de Abrahán, es una fuente de bendición para todas las naciones (Gn 12,13). Judíos y
paganos ven realizadas sus esperanzas en Jesús.
Este relato nos hace ver también que nuestra historia no es un caos, sino una serie de
acontecimientos dispuestos por Dios. El curso de esta historia ha sido querido por Dios y
Él mismo lo ha orientado hasta su culminación en el Mesías (1,16). Por lo tanto, toda la
historia tiene sentido en Jesús de Nazaret, todo lo que le precede prepara su llegada y
con su llegada comienza el tiempo de la plenitud y el cumplimiento. Jesús es el punto
culminante y el cumplimiento del actuar de Dios con su pueblo. Dios realiza sus
promesas en Jesús. Jesús está profundamente enraizado en la historia de Dios con su
pueblo porque proviene de él en la carne, y precisamente por su encarnación están
asumidos y redimidos los pecados de esta historia.
La Navidad de este año la vamos a celebrar nosotros, que también tenemos una historia
concreta, hecha de gracia y de pecado, de fortaleza y debilidad. Desde esa situación
concreta de cada uno es desde donde Jesús nos quiere salvar. Permitamos que el Señor
entre en nuestra propia historia para que así podamos esperarlo con un corazón
renovado y lleno de alegría.
Pbro. Erminso Valderrama Cumbe
Formador del Seminario
8
COMENTARIOS CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA
VIERNES 18 DE DICIEMBRE
COMENTARIO INICIAL: Hermanos, nos hemos reunido para celebrar la Eucaristía,
misterio de salvación. Dios en su infinita misericordia se ha hecho hombre y se ha
quedado entre nosotros en las especies del pan y el vino.
Avanzamos en la preparación del encuentro con el Señor que asumirá nuestra
humanidad, por amor y puro amor. Jesús, concebido por obra del Espíritu Santo en el
Seno de María Virgen, es Dios-con-nosotros. Con su encarnación ha abierto así, el
camino de la salvación para el hombre.
Pidamos al Señor, por medio de esta celebración, la gracia de preparar nuestro corazón
para recibirlo en nuestra vida. Con el deseo de seguir disponiendo nuestra alma y ser
para la vivencia del misterio de la Encarnación, continuemos con este encuentro de
hermanos.
COMENTARIO A LAS LECTURAS: La Palabra de Dios nos llena de esperanza. Por
ella Dios elige a su pueblo y manifiesta su plan de salvación comunicando su infinito
amor, hasta el punto de encarnarse, llevando a plenitud las promesas del Antiguo
Testamento y dando sentido al caminar del hombre. Con Gozo y fe escuchemos atentos a
Dios que nos habla en todos los momentos de nuestra vida.
9
Presidente: Dios todopoderoso y eterno, que salvas a todos y no quieres que nadie se
pierda, escucha las oraciones de tu pueblo y concédenos que el mundo camine por las
sendas de la paz y que la Iglesia se alegre en tu servicio. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amen.
GUIÓN HOMILÉTICO
VIERNES 18 DE DICIEMBRE
“Lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por
nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”.
Seguimos en la tónica de la preparación más intensa y directa a la navidad. La Liturgia,
en sus textos, nos va disponiendo para acoger al Hijo de Dios hecho hombre. Así en las
"ferias privilegiadas", de estos días que constituyen como una "Semana Santa de
Navidad" meditamos sobre la Expectación de la primera Venida del Señor (Encarnación
y Navidad). El texto evangélico de hoy profundizando en la intención del texto del día
anterior, nos va desentrañando el origen de Jesús, ¿de dónde viene?, la explicación es
contundente y hoy llega a una afirmación concreta: Jesús no le debe su existencia a una
generación humana sino a la obra creadora de Dios, propiamente a la obra del Santo
Espíritu de Dios.
Jesús es el cumplimiento y la plenitud de la revelación, es el rostro de Dios, es un
comienzo completamente nuevo realizado por el poder creador de Dios. Éste es el
“origen” de Jesús, como dice el primer versículo del relato de hoy: “la generación de
Jesucristo fue de esta manera” (1,18). De ello se deducen serias consecuencias para
nuestra vida; cuando Jesús entra en nuestra vida, hace de nosotros personas
completamente nuevas, pues que esta navidad sea para ser un hombre nuevo, a pesar de:
Los obstáculos que resulten por difíciles o incomprensibles que aparezcan en el
camino, escuchando como José atentamente la voz de Dios y obrando
prudentemente.
Dejando que Dios cambie nuestros planes como él quiera y los ponga al servicio para
bien de nuestra salvación y la de nuestros hermanos. Cuánto nos cuesta, acoger la
voluntad de Dios. Miremos a María, ella dijo SÍ, y Dios le cambió completamente el
rumbo de su vida. El Señor tiene para cada uno un plan, permitámosle llegar a este, a
su realización.
Reconociendo que en fondo de todo está la obra de Dios. Dios nos llama por el propio
nombre, de hecho llamó a su Hijo con la realidad concreta de su misión en el mundo
(Jesús: Dios es salvación). Dios que todo lo sostiene quiere entablar con el hombre
una relación, única y personal, de amor y confianza filial en la total entrega.
10
Con términos muy precisos, el evangelio de hoy, nos enseña que Jesús es el verdadero
Mesías. La misión de Jesús desciende hasta las raíces de la vida humana dándole un
vuelco profundo a nuestra manera de vivir. Con este acontecimiento, se realiza lo que
Dios anunció por boca de los profetas. En Jesús está Dios salvando al hombre. Y este
“estar” de Dios se resume en el nombre “Emmanuel”, que significa “Dios está con
nosotros”, el cual expresa que en Jesús se revela el rostro misericordioso de Dios, que
nos ayuda y nos salva, y también su proyecto amoroso para nosotros los hombres. Dios
no nos abandona. En la base de la obra de Dios en el mundo está Jesús, a quién Él le dio
la existencia, el nombre y la misión.
Diác. Edwin Arley Ome
IV de Teología
ORACIÓN DE FIELES
Presidente: Oremos amados hermanos, al Padre celestial, que por medio de Jesucristo
su hijo nos da a conocer su plan de salvación y nos enseña a creer y confiar. Digamos
todos:
R. Ilumínanos Señor.
11
Por la santa Iglesia de Dios para que por la renovación de los santos misterios,
alcance la unidad y la paz. Roguemos al Señor.
Por los presbíteros y diáconos para que permaneciendo fieles al Señor, realicen el
misterio en la fe y en el amor. Roguemos al Señor.
Por todos los pueblos de la tierra parque guiados por la luz de Jesús, realicen todas
sus obras manifestando siempre la justicia y el amor al pueblo de Dios. Roguemos al
Señor.
Por todas las personas que padecen alguna enfermedad física o espiritual, parque
iluminado por aquel a quien esperamos, sus dolencias se vean algún día colmadas de
alegría. Roguemos al Señor.
Por esta comunidad de hermanos que nos congregamos para celebrar esta Eucaristía,
para que sea el Señor quien forje en sus corazones la solidaridad, la concordia y la
paz. Roguemos al Señor.
Presidente: Oh, Dios, que conoces nuestros corazones y ves en nosotros la debilidad de
nuestra fe, recibe benignamente estas oraciones que te dirigimos en nuestras
necesidades. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
GUIÓN HOMILÉTICO
SÁBADO 19 DE DICIEMBRE
Hermanos: Este tiempo de Adviento, que nos prepara para la Navidad tiene un enfoque
marcadamente mariano en virtud del nacimiento de Nuestro Señor Jesús: él es el Hijo
de Dios, el Mesías anunciado por los profetas en los oráculos mesiánicos, y concebido en
el vientre de María Virgen por obra del Espíritu Santo para salvación de todo el género
humano.
…Y hoy hemos escuchado en estos primeros versículos del evangelio de san Lucas, el
acontecimiento del anuncio del nacimiento de Juan el Bautista en el seno del hogar de
Zacarías e Isabel; ancianos y afectados por la esterilidad, sin hijos. Pero hermanos, Dios
en el cumplimiento de su designio salvador puede sacar de la ancianidad y de la misma
esterilidad; vitalidad y fecundidad en abundancia, permitiendo a Isabel dar a luz a aquel
que prepararía la inminente venida del Mesías esperado, e indicaría el camino del Señor,
mostrando con su propio dedo el Cordero de Dios, Cristo Nuestro Señor Salvador del
mundo.
“No ha surgido entre los nacidos de una mujer uno mayor que Juan el Bautista, sin
embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es mayor que él” (Mt. 11,11). Así
12
leemos en el Evangelio de Mateo… esto hermanos, para decirnos que la obra hecha por
Dios en Zacarías e Isabel y en el mismo Juan es gracias a Jesucristo, y todo el camino
preparado por Juan el Bautista para su advenimiento tiene como único protagonista a
Jesucristo; Dios hecho hombre, nacido de las entrañas de la Virgen María para gloria de
Dios y salvación del hombre. Y si por el nacimiento de Juan ha de llegar gozo y alegría
por su grandeza a los ojos de Dios, por el nacimiento de Jesucristo profetizado por aquel;
Dios manifiesta el esplendor y la misericordia de su amor que llama y convoca al
universo entero a reconocerlo como el Mesías esperado, donde Dios se ofrece
plenamente a la humanidad.
Por tanto, hermanos, permitamos que Dios también haga su obra en nosotros;
permitamos que él transforme aquellas realidades concretas de nuestra vida donde aún
hay esterilidad y hemos envejecido como consecuencia de estar atornillados en nosotros
mismos, pensando que la realización de mi existencia solo depende de mí: de mis
propias fuerzas, de mi propia inteligencia, de mis propias capacidades… aprovechemos
todos estos dotes que hemos recibido del mismo Dios, pero tengamos siempre presente
que sin él nada podemos hacer, porque la realización de nuestra vida dependerá solo de
su gracia y bendición.
Que la intercesión de la Santísima Virgen María, sus virtudes y ejemplo de fidelidad y
confianza en Dios, nos lleve a reconocer el misterio de la encarnación de su hijo
Jesucristo, acontecimiento central de nuestra fe que celebramos en la Navidad que ya se
acerca, que como ella expresemos con el corazón y los labios el sí generoso a Dios que
salva y nos pone en el camino del bien.
Diác Raúl Ignacio Lozada Zuleta
IV de Teología
13
Rostro de la Misericordia, quiere salvarnos en la realidad de la historia personal
continuemos nuestra celebración Eucarística.
COMENTARIOS A LAS LECTURAS: La Palabra de Dios quiere encarnarse hoy en
nuestra vida. Las lecturas de este día nos llevan a contemplar la promesa de Dios que se
hace realidad; de ti Belén sacaré al que ha de ser el gobernador de Israel, al que
pastoreará a los hijos de Israel. La promesa cumplida es Jesucristo, que por el “sí” de
María se ha hecho carne y ha puesto su morada entre nosotros. Escuchemos atentos para
que suceda en nosotros lo mismo que le aconteció a Isabel, al escuchar el saludo de
María.
14
GUIÓN HOMILÉTICO
DOMINGO 20 DE DICIEMBRE
En la liturgia de este 4 Domingo el tema predominante es la encarnación del Hijo de
Dios, pues la misma oración colecta (la misma del ángelus) nos hace alusión explicita de
la “encarnación de Cristo tu Hijo”, como un preludio de la cercanía de la Navidad.
En la primera lectura de la profecía de Miqueas, hay un oráculo de renacimiento en el
cual se propone la necesidad de volver a comenzar desde el principio. Dios hará renacer a
su pueblo por medio de un rey justo, pero provendrá no de Jerusalén, sino del pequeño
Belén, patria chica de David. Es necesario recuperar la humildad de los orígenes, de «los
días remotos», cuando David fue elegido el último entre sus hermanos. El profeta no da
el nombre de este gobernante, pero si enumera las características esenciales: gobernará
con firmeza y a la vez con el cariño con que un pastor sigue a su propio rebaño; sobre
todo actuará en nombre del «Señor su Dios». Esta profecía se ha conservado en Israel,
pero nunca se ha realizado en ninguno de los reyes que se sucedieron en el trono de
Jerusalén.
Por su parte el autor de la carta nos propone una meditación sobre el misterio de la
encarnación. Jesús viene, asume un cuerpo humano, para poder santificar la vida de los
hombres, y para realizar esa santificación, Cristo no ofreció a Dios un sacrificio ritual,
sino que ha querido que su cuerpo, su condición humana fuese el lugar donde se
realizase plena y cabalmente la voluntad de Dios: «No quieres sacrificios ni ofrendas,
pero me has formado un cuerpo...; entonces yo dije: Aquí estoy, ¡Oh Dios!, para hacer
tu voluntad». Es el sentido profundo de su venida, porque Cristo ha elegido para sí la
condición humana para someterla totalmente al servicio de la voluntad de Dios. Su
corazón ha estado enteramente orientado a Dios, su voluntad, su cuerpo, sus acciones
perfectamente armonizadas en el cumplir la voluntad del Padre.
El Evangelio de Lucas sobre la visitación presenta la alegría del encuentro entre las dos
madres y la alegría del Bautista al oír la voz de la «madre del Señor» que lleva en su seno
al Hijo. Es de notar que tanto María e Isabel tienen esto en común: saben dialogar sobre
lo que Dios hace en ellas. Ninguna de las dos habla de sí, sino de la otra, o de lo que Dios
ha hecho, hasta el culmen del Magníficat. María al ir a visitar a Isabel manifiesta su fe,
porque su viaje inspirado por la premura de su prima que necesita ayuda, es también un
viaje para ir a compartir lo que Dios está haciendo en los otros, llevar la Buena Nueva de
la salvación a demás. Por su parte la alegría del Bautista, junto con Isabel, quienes gozan
por la presencia de María y Jesús, está representado el Antiguo Testamento que espera y
acoge la manifestación del Nuevo. Isabel, es la mujer anciana y estéril que ve las
maravillas de Dios, el cual acoge los sufrimientos y deseos de la humanidad. En esta
15
escena está retratada la humanidad entera que espera a Cristo y saluda su llegada
porque, comprende que era a Jesús a quien se esperaba.
Somos llamados en este Domingo a hacer la última estación antes de la navidad, que está
cerca (5 días), por eso la incitación es a dejar que la alegría de la presencia del Salvador
inunden nuestras vidas como la de Isabel, y sean ahora, transformadas por la visita que
Dios realiza a su hijos para colmarnos de gozo, para que “brille su rostro y nos salve”.
Pbro. Miguel Alfredo Oñate
Formador del Seminario
ORACIÓN DE FIELES
Presidente: Oremos a Jesús, luz y esperanza de la humanidad entera, diciendo:
R. ¡Ven, Señor Jesús!
Por nuestra Madre la Iglesia, que ha recibido, como María, la misión de dar a luz a
Cristo. Para que en medio del mundo sea la presencia de Emanuel, el “Dios-con-
nosotros”. Roguemos al Señor.
Por todos los pueblos, ciudades y naciones; para que abunde en ellos la hospitalidad,
la justicia, la libertad y la prosperidad. Roguemos al Señor.
Por los pobres, los encarcelados y los que en estos días están lejos de su hogar; para
que en medio de sus penas sientan el consuelo de saberse hijos de la gran familia de
Dios. Roguemos al Señor.
16
Por quienes viven sumergidos en dudas e incertidumbres. Para que el Nacimiento del
Señor aleje de ellos las tinieblas y colme sus corazones de luz y esperanza. Roguemos
al Señor.
Por los matrimonios cristianos. Para que, ante las dificultades, confíen siempre en la
ayuda de Dios. Roguemos al Señor.
Por nosotros. Para que, con la delicadeza de María, preparemos nuestros corazones
para el nacimiento de Cristo y compartamos nuestra alegría con los que pasan
necesidad. Roguemos al Señor.
Presidente: Escucha nuestras oraciones, Señor, y aviva nuestra esperanza, para que
podamos descubrirte presente entre nosotros y Te recibamos con fe y gratitud cuando
vengas a salvarnos. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
GUIÓN HOMILÉTICO
LUNES 21 DE DICIEMBRE
Primera lectura. Ct.2, 8-14. Estamos ahora en la sala de un “banquete” en esta sala
irrumpe un guerrero inesperado: el amor. (Se trata de una personificación). La mujer es
herida súbitamente y pide socorro. La herida es tan honda y tan profunda que solo podrá
sanar con la presencia y la figura del amado.
Salmo. 33. (32). “aclamen justos al Señor que merece la alabanza de los buenos”
San Lucas. 1, 28. 39-45
Por María se inserta, y se inicia la peregrinación del Hijo de Dios en el
mundo.
Hermosa verdad teológica y espiritual. Por María se inserta y se inicia la peregrinación
del Hijo en el mundo. Y, en consecuencia, la verdad de la encarnación y de la redención
va ligada a la verdad de María. Si ella no es una mujer libre, si no otorga su cuerpo y
alma para que nazca el Hijo de Dios, no hay encarnación ni redención. Por eso, donde
ella no es tomada absolutamente en serio como persona real, dando su consentimiento a
Dios y cooperando con El, no hay cristianismo pleno.
Así lo expresa san Agustín: María concibió a Cristo "antes en su corazón que en su seno".
María es madre de Dios por la obediencia de su fe que le ha llevado a la plenitud de la
libertad
17
María, peregrina del amor.
San Lucas nos presenta a María como peregrina de amor. Pero Isabel atrae la
atención hacia su fe y, refiriéndose a ella, pronuncia la primera bienaventuranza de
los evangelios: "Feliz la que ha creído". Ese fiat de María fue especial, en su apertura a la
Palabra de Dios y en el camino hasta el pie de la cruz y más allá de ésta, por el que el
Espíritu la condujo.
"la bienaventurada Virgen avanzó en la peregrinación de la fe y mantuvo fielmente la
unión con su Hijo hasta la cruz" (Lumen Gentium, 58). La Anunciación "es el punto
de partida de donde inicia todo el camino de María hacia Dios" (Redemptoris Mater,
14): un camino de fe que conoce el presagio de la espada que atraviesa el
alma (cf. Lc 2, 35), pasa por los tortuosos senderos del exilio en Egipto y de la
oscuridad interior, cuando María "no entiende" la actitud de Jesús a los doce años en el
templo, pero conserva "todas estas cosas en su corazón" (Lc 2, 51).
María peregrina de la fe.
La Madre del Señor como peregrina en la fe. Como hija de Sion, ella sigue las
huellas de Abraham, quien por la fe obedeció "y salió hacia la tierra que había de
recibir en herencia, pero sin saber a dónde iba" (Hb 11, 8). Este símbolo de la
peregrinación en la fe ilumina la historia interior de María, la creyente por excelencia.
Peregrina es María desde la Anunciación hasta la cumbre del Calvario donde acoge el
mandato de ser madre de todos aquellos que hagan el camino de la fe dentro del nuevo
pueblo de Dios.
La fe de María es un acto de amor y de docilidad. Porque María no acoge
pasivamente la Palabra, sino que contribuye de modo efectivo y decisivo con su fe a que
el Hijo de Dios sea realmente hombre y pertenezca verdaderamente a la familia humana.
María no sólo es madre; también es discípula de Cristo. La relación espiritual
entre maternidad y fe es tal que la maternidad es una forma de discipulado y el
discipulado en la fe es una forma de maternidad.
La fe de María -afirma Pablo VI- se hace en el evangelio escucha, averiguación,
aceptación, sacrificio, meditación, espera, interrogación, acogida interior, seguridad
tranquila y soberana en el juzgar y actuar, plenitud, oración. Es una fe serena, reflexiva,
adulta, al mismo tiempo que total e incondicional. María es modelo de fe en cuanto
virgen oyente, virgen orante y virgen oferente, que nos precede en nuestro camino de fe
en nuestra peregrinación hacia la casa del Padre.
18
Hoy nosotros somos elegidos para caminar.
“Hemos sido elegidos para caminar, y no somos nosotros quienes elegimos la meta
de este camino. Lo hará aquel que nos ha ordenado marchar, el Dios de la Alianza”
(SAN Juan Pablo II).
La palabra de Dios y la Eucaristía nos acompañan en esta peregrinación hacia la
Jerusalén celeste, de la que la vida humana... Todos los cristianos somos invitados a
tomar parte en esta gran peregrinación.
La meta hacia la cual se dirige, debe convertirse en «la tienda del
encuentro». “La Iglesia, confortada por la presencia de Cristo (cf. Mt 28, 20), camina
en el tiempo hacia la consumación de los siglos y va al encuentro del Señor que llega.
Peregrino fue el patriarca Abrahán para seguir la llamada de su creador; peregrino fue el
pueblo de Israel para alcanzar la Tierra Prometida; peregrino fue Jesucristo que sale del
Padre para encontrarse con nosotros en la carne humana y, en su existencia terrena,
recorre los caminos de su tierra, sube–como peregrino- a la ciudad santa de Jerusalén
para manifestarnos la gloria del Padre, y revelarnos quién es Dios para el hombre y lo
que el hombre es para Dios.
Es peregrino el que, escuchando y siguiendo una llamada, recorre el “camino” para
alcanzar la meta del encuentro con Dios. Niños, jóvenes y adultos todos somos
peregrinos. María nos enseña a ser peregrinos, a recorrer esta “peregrinación en la fe”
(Lumen Gentium, 58), este camino hacia Dios Ella es la creyente por excelencia, la que
supo fiarse de Dios, creer en su palabra.
En esta navidad y siempre seamos peregrinos con mensajes de
salvación.
La santísima Virgen María recibió el mensaje más importante que Dios ha enviado a la
tierra, el de la Encarnación del Redentor del mundo. Y enseguida, se fue a prestar
servicios humildes a su prima Isabel. No fue como Reina y Señora, sino como sierva
humilde fraterna, siempre dispuesta a atender a todos los que necesitan.
La Iglesia sigue a María y al Señor Jesús caminando por las sendas tortuosas de la
historia, para levantar, promover y valorizar la inmensa procesión de mujeres y hombres
pobres y hambrientos, humillados y ofendidos (cf. Lc 1, 52-53).
La humilde Virgen de Nazaret, como afirma san Ambrosio, no es "el Dios del templo,
sino el templo de Dios", Como tal, a todos los que recurren a ella los guía hacia el
encuentro con Dios Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Quien emprende como María el camino de la fe, avanza con paso firme y
seguro a la claridad de la luz eterna. Que María siga guiándonos hacia Cristo y
19
hacia el Padre, también en la noche tenebrosa del mal y en los momentos de duda, crisis,
silencio y sufrimiento. Hasta la cruz, que será la cima de su peregrinación terrena en la
fe. No celebremos un diciembre más; celebremos navidad.
Pbro. Jairo Antonio Hernández
Formador del Seminario
ORACIÓN DE FIELES
Presidente: Queridos hermanos levantemos nuestra súplicas a Dios Padre, que no cesa
de escucharnos, y continuamente derrama bendiciones sobre su pueblo. Supliquémosle
pues diciendo:
R. Señor, escucha y ten piedad.
Por la Iglesia universal, por el Papa, los obispos y sacerdotes, para que preparen sus
corazones y recobren el primer amor, al mirar a Dios en su cuna. Roguemos al Señor.
Por todos los gobernantes, del mundo entero, para que obren de acuerdo a la justicia,
la caridad, la verdad, la libertad y sobre todo respetando la dignidad de la persona,
para poder hacer un mundo más digno para vivir. Roguemos al Señor.
Por todos los que sufren, para que puedan aceptar los momentos de dolor y los
encomienden a los dolores de la sagrada familia, para lograr la conversión de
corazón. Roguemos al Señor.
20
Por cada uno de los fieles cristianos, que durante en esta navidad recordamos la
encarnación del Hijo de Dios, podamos darnos cuenta de la grandeza de la salvación
y la acojamos en cada uno de nuestros hogares. Roguemos al Señor.
Por todos los que participamos de la Eucaristía, para que podamos recobrar nuevas
fuerzas y demos gloria a Dios por medio de nuestras obras. Roguemos al Señor.
Presidente: Escucha nuestras oraciones, Señor, y aviva nuestra esperanza, para que
podamos descubrirte presente entre nosotros y Te recibamos con fe y gratitud cuando
vengas a salvarnos. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
GUIÓN HOMILÉTICO
MARTES 22 DE DICIEMBRE
“SU MISERICORDIA LLEGA A SUS FIELES DE GENERACIÓN EN
GENERACIÓN” (Lc 1, 50) (Cita paralela a Lc 1,50 es Sal. 103,17, que dice: “El amor del
Señor es eterno con todos los que le son adeptos; de hijos a hijos pasa su justicia”).
1) La historia de Dios con su Pueblo, es una historia de amor y de
misericordia.
Navidad es el comienzo en el tiempo de la máxima realización del poder misericordioso
de Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Tres días nos separan para celebrar la
Navidad, cuando Jesús nace en la pobreza de un pesebre, excluido de la sociedad, como
tantos viven hoy así. Dios se hace hombre para que el hombre se hiciera Dios, repetía
frecuentemente San Atanasio, “para hacernos partícipes de su naturaleza divina”, decía
San Pedro (2 P 1,4). ¡Hasta dónde llega el amor misericordioso para con nosotros que
nos envía a su Hijo! El amor de Jesús a sus ovejas, del cielo lo hizo bajar. Y viene a hacer
participar de los bienes de su redención a todos nosotros, fue lo que le pedimos en la
Oración Colecta de esta Eucaristía.
Dios, porque tiene misericordia con el necesitado, responde a los clamores de quienes
con fe y constancia le piden ayuda, como le pidió Ana que le diera un hijo y Dios se lo
concedió. El pasaje de la primera lectura nos habla del agradecimiento y ofrecimiento
que Ana hace al Señor por haberse Dios acordado de ella y haberle dado un hijo a quien
lo llamó Samuel. Esta madre en agradecimiento a Dios le dice: “Yo también lo cedo al
Señor y quedará cedido al Señor mientras viva”. Por tal motivo Ana le dice al Señor: “Mi
corazón se regocija por el Señor… porque gozo con tu salvación” (1 Sam 2,1).
Todo niño que nace causa alegría a la madre, al padre, a toda la familia, a toda la
sociedad, y es una obra del poder de Dios y una obra misericordiosa de Dios. También la
Virgen María, en casa de su prima Isabel, elevó el cántico que acabamos de escuchar en
el Evangelio leído: “Se alegra mi espíritu en Dios mi salvador, porque ha mirado la
21
humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el
Poderoso ha hecho obras grandes por mí… Y su misericordia llega a sus fieles de
generación en generación” (Lc 1, 46-50).
Con la Encarnación del Hijo de Dios en las entrañas de la Virgen María, Dios demuestra
su gran amor por nosotros, movido por las entrañas de misericordia que nos tiene, pues
su amor es “un amor visceral”, dice el Papa Francisco (MV, 6). “La misericordia hace de
la historia de Dios con su pueblo una historia de salvación” (MV, 7).
2) La historia de la vida de la Virgen María, es historia de amor y de
misericordia de Dios con la humanidad que pasa de generación en
generación.
La Virgen María es escogida para ser Madre del Hijo de Dios y en su diálogo con el ángel,
acepta ser madre sin condiciones y hasta las últimas consecuencias. Ella se siente
indigna ante semejante obra de Dios en ella, “porque ha mirado la humillación de su
esclava, pues el Poderoso ha hecho obras grandes en ella y su misericordia llega a sus
fieles de generación en generación”. En verdad, como dice el Papa Francisco, “es propio
de Dios usar misericordia y especialmente en esto se manifiesta su omnipotencia” (MV
6). La Virgen reconoce que es obra de la misericordia de Dios y esta obra misericordiosa
has pasado generaciones y generaciones hasta llegar a nosotros. Al celebrar esta Navidad
nosotros, los de esta generación, actualizamos la obra misericordiosa de Dios y se
cumplen las palabras proféticas de la Madre de nuestro Redentor. Esta Navidad es
oportunidad para que reconozcamos como la Virgen María, la Misericordia de Dios que
nos invita a aceptar la misericordia de Dios con un arrepentimiento de nuestros pecados.
3) La historia de cada uno de nosotros es una historia de amor y de
misericordia de Dios con nosotros.
Cada uno de nosotros podríamos contar nuestra propia historia y descubriríamos todo lo
que el Señor ha hecho por nosotros “porque su misericordia es eterna”, porque ha
mostrado su misericordia haciéndonos partícipes de su naturaleza por el Bautismo, y así
podríamos de decir de cada uno de los sacramentos recibidos, sacramentos que son
obras de su misericordia. Nadie debe sentirse excluido de la misericordia de Dios por
más que tenga pecados, pues “la misericordia siempre será más grande que cualquier
pecado y nadie podrá poner un límite al amor de Dios que perdona” (MV 3). Meditemos
sobre las obras que el Señor ha hecho en cada uno de nosotros a pesar de que somos
pecadores. Experimentemos la misericordia del Señor mediante el Sacramento de la
Confesión. Experimentemos la misericordia del Señor siendo misericordiosos con
nuestros hermanos, “no siendo altaneros…no devolviendo mal por mal a nadie…
viviendo en paz con todos”… (Rom 12,14-18).
22
Conclusión: Contemplemos a Jesús en todas las etapas de su vida para descubrir que
“con sus gestos y con toda su persona, revela la misericordia de Dios” (MV1). “En Él todo
habla de misericordia. Nada en Él es falto de compasión” (MV 8). “Lo que movía a Jesús
en todas las circunstancias no era sino la misericordia” (MV 8). Jesús vino a mostrarnos
cómo su Padre es misericordioso (Cf Lc 15). Allí en esas parábolas es presentado Dios
siempre lleno de alegría, sobre todo cuando perdona”, pues “la misericordia es el
atributo más estupendo del Creador y del Redentor” (MV 11).
Aprendamos el lema de este año Santo: “MISERICORDIOSOS COMO EL PADRE”.
(MV 133). Y aprendamos y practiquemos en esta Año Santo de la Misericordia las obras
de misericordia corporales y espirituales, como nos lo pide el Papa Francisco (MV 15).
Démosle la oportunidad a nuestro Padre Dios de alegrarse con nosotros recibiendo de Él
el generoso perdón de nuestros pecados (cf. Lc 15, 7 y 19).
Mons. Tomas Chala Bernal
Rector del Seminario
ORACIÓN DE FIELES
23
Presidente: Hermanos y hermanas, dirijámonos al Señor Misericordioso, para que con
su gracia escuche nuestras suplicas y así podamos caminar hacia Él con su infinito
auxilio. Digámosle confiados:
R. Ven, Señor Jesús.
Por la Iglesia, para que permanezca fiel al mandato del Señor y con generosidad
anuncie y proporcione a sus fieles la misericordia que ha recibido de Cristo.
Roguemos al Señor.
Por todos los gobernantes, para que sepan acoger en su corazón el mensaje de Cristo
y así velen por el bienestar de las personas que en ellos han confiado. Roguemos al
Señor.
Por todos los enfermos, en especial por los de nuestra comunidad para que sea el
Señor quien pase su mano sanadora sobre ellos y reciban la curación del cuerpo y del
espíritu. Roguemos al Señor.
Por los niños, jóvenes y adultos, en especial, por las familias, para que en este
tiempo de Navidad, acojan a Jesús que quiere habitar en el corazón, con la intensión
de desbordar de amor, comprensión y unidad. Roguemos al Señor.
Por toda la comunidad aquí reunida, para que la fuerza de la Palabra que escuchamos
y la gracia del Sacramento que celebramos, nos aliente para dar una más intensa
respuesta de fe al compromiso de extender el Reino de Dios en el mundo. Roguemos
al Señor.
Presidente: Padre Nuestro, tu Hijo entregado nos ha revelado cuánto nos amas; te
pedimos que escuches la súplica confiada de tus hijos. Por el mismo Jesucristo, nuestro
Señor. Amén.
GUIÓN HOMILÉTICO
MIÉRCOLES 23 DE DICIEMBRE
En el texto que se no ha proclamado podemos constatar fácilmente la acción de Dios a
favor del hombre que tiene fe.
Isabel dio a luz un Hijo: es una Buena Nueva el nacimiento de Juan el Bautista
porque es el cumplimiento de la promesa de Dios en una pareja de esposos que han
sido fieles a Dios. Isabel que era de edad avanzada y estéril da a luz un hijo. Zacarías
es anciano. Para ellos dos humanamente es imposible un hijo Ahí donde para el
hombre es imposible Dios actúa haciendo las cosas posibles. Dios actúa, bendice el
corazón fiel a Él. Es un hijo fruto del amor de Dios. esa es la gran Noticia, ha nacido
un hijo en medio de la esterilidad y la vejez pero se hace más grande la noticia porque
ha sido obra del Altísimo.
24
Sus vecinos se alegraron. Los vecinos se dieron cuenta de la gran misericordia de
Dios y hacen fiesta junto con Isabel y Zacarías. Hay que hacer fiesta porque Dios ha
estado grande con ellos. Hay que estar siempre felices y más aún cuando Dios obra
con misericordia a favor de su pueblo. Cómo no hacer fiesta cuando Dios nos ama
tanto, cómo no hacer fiesta cuando Dios a cada instante de nuestra vida nos bendice,
cómo no hacer fiesta porque va a nacer el salvador del mundo. Navidad es la fiesta de
la misericordia de Dios. Dios envía a su único Hijo para salvarnos y esa es su Gran
misericordia. Por eso hay que vestirnos de fiesta y alegría.
Juan es su nombre. Zacarías reconfirma el nombre que llevará el niño. Es fiel a las
palabras del Arcángel Gabriel "No temas Zacarías, tu petición ha sido escuchada.
Isabel, tu mujer, de dará un hijo al que pondrás por nombre Juan" (Lc 1, 13).
Zacarías en medio de la duda es fiel al colocar el nombre que se le había ya asignado.
Zacarías es ejemplo de fidelidad. Frente a las promesas hechas a Dios debemos
actuar con fidelidad. Ese es el esfuerzo de todos los días, ser fieles a las promesas que
constantemente hacemos a Dios. Indica también que ha sido Dios quien lo ha elegido
para cosas grandes, preparar el camino del Señor.
De pronto recuperó el habla y comenzó a bendecir a Dios. Zacarías que en un
momento duda de la gran misericordia de Dios por tal motivo queda mudo. Ahora
que ha vito la gloria de Dios en su Hijo y recupera el habla, lo único que hace es
bendecir a Dios. Navidad es un tiempo para bendecir a Dios. navidad es un tiempo
para bendecir. Es el tiempo de los papás bendecir a los hijos y de los hijos bendecir a
sus papás. Es un tiempo de bendecir a los que nos hacen el mal. Es tiempo de perdón
y misericordia. Es tiempo para bendecir a quien nos encentremos por la calle.
Pbro. Javier Ignacio Claros
Formador del Seminario
25
la Buena Nueva a los hombres de buena voluntad, continuemos atentamente con este
Banquete Eucarístico.
MONICIÓN A LAS LECTURAS: La Palabra se hace carne, se hace Persona y pone su
tienda en medio de nosotros. Los hijos de la carne, enemigos de Dios, nos hacemos hijos
en el Hijo y somos revestidos de su gloria y de su divinidad. El silencio y la paz son los
signos más elocuentes de la noche de Navidad. En el silencio del corazón hagamos el
propósito firme de vivir este anuncio de salvación.
GUIÓN HOMILÉTICO
JUEVES 24 DE DICIEMBRE
2 S 7, 1-5.8b-11; Sal 88; Lc 1, 67-79.
26
La profecía de Natán: La esperanza de Israel durante mucho tiempo se sostuvo en esta
profecía. Ellos esperaban un rey justo que acogiera la voluntad divina y diera testimonio
de que es posible una sociedad digna y justa. Sin embargo, la historia les dio lecciones
amargas. Los reyes dividieron el país, usurparon las tierras de los pobres y mantuvieron
el poder por la violencia. Pero la esperanza de Israel nunca cayó entre el fango. En medio
del caos creado por los malos gobernantes, sabios y profetas inspiraron al pueblo y le
señalaron una luz en medio de la oscuridad. Esa luz no era otra que la esperanza
irrevocable en un mundo mejor. Mientras el pueblo no perdiera el ideal con el cual vivía,
era posible criticar la nefasta realidad y proponer alternativas de cambio, y así poder
transformar su historia. La esperanza se mantuvo viva por las profecías que bien sabían,
pronto tendrían su cumplimiento.
Hoy enfrentamos una experiencia similar. Algunos nos quieren expropiar de nuestros
ideales cambiándolos por cualquier ilusión pasajera. Pero nosotros, como pueblo de
Dios, nos mantenemos firmes porque sabemos que el Señor está con nosotros y en El
encontramos la fuerza para vencer, porque nada nos puede separar de su amor: ¿la
tribulación?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿los peligros?,
¿la espada? En todo esto salimos vencedores gracia a aquel que nos amó; pues si Dios
está por nosotros ¿Quién contra nosotros? (Rm 8, 35-37; 31).
El evangelio nos lleva a darnos cuenta en este día, en la voz de Zacarías un clamor de
esperanza y de amor con el cual se rompe el silencio de la obstinación, de la desilusión,
de la espera y con gozo y confiado en aquel que es la vida y la salvación entona un himno
a la esperanza y a la alegría. La expectativa, durante tantos años contenida, se hacía
realidad precisamente en el momento en que todos pensaban que era el fin de Israel.
Las promesas de Dios se hacían realidad en la humildad de un acontecimiento cotidiano:
nacía un niño, revivía una esperanza. Dios irrumpía en el silencio del hogar con el canto
jubiloso de un recién nacido. La legión de profetas que desde antiguo animaban la fe de
Israel, hoy tenía una nueva voz. Una voz que lucharía en el desierto de la desidia y la
obstinación humana. Una voz, que sin embargo, estaba destinada a anunciar la irrupción
del Reinado de Dios de la mano de un hombre íntegro: Jesús de Nazaret. El Emmanuel,
Dios con nosotros que desde la pobreza y la humildad de la familia de Nazaret, el Padre
eterno había decidido que naciera el redentor de la humanidad.
Diác. Edier Gómez Gaviria
IV de Teología
27
COMENTARIOS NATIVIDAD DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
COMENTARIO INICIAL: Hermanos y hermanas, con alegría y júbilo hoy nos unimos
como Iglesia para celebrar la Eucaristía, fuente y cima de toda la vida cristiana y
presencia salvadora de Jesús. En esta noche santa en la que celebramos el nacimiento de
nuestro Salvador, el Mesías, el Señor, nuestra Iglesia brillante y festiva, nos recuerda que
Cristo es la luz que llega a iluminar las tinieblas y a la vez la buena noticia que nos colma
de alegría y nos trae la paz. La navidad es sentir a Jesús presente en nuestra vida y es
dejarnos amar por Él. Abramos pues nuestro corazón para que Jesús recién nacido y
acostado en un pesebre nazca también en lo más íntimo de nuestro corazón y sea el
huésped de honor, en nuestra vida, nuestras familias, nuestra Iglesia y nuestra nación.
Conscientes del Misterio del Nacimiento de Cristo, el Hijo de Dios hecho carne,
continuemos esta celebración eucarística.
COMENTARIO A LAS LECTURAS: La Palabra del Señor permanece para siempre y
es la luz que ilumina el camino de nuestra vida para llegar a Dios; la Liturgia de la
Palabra que la Iglesia en esta noche gloriosa nos presenta, nos narra cómo Cristo, el Hijo
de María que se encarnó en el mundo para ser el mediador entre Dios y los hombres, es
Luz, Príncipe de paz, Redentor y Salvador. No tengamos miedo, porque nos ha llegado
una buena noticia que va a ser motivo de mucha alegría para todos nosotros.
Escuchemos atentamente este mensaje de paz y de salvación.
ORACIÓN DE FIELES
Presidente: El hijo de la Virgen Madre, nacido en Belén, es el Emmanuel, el “Dios con
nosotros”. Llenos de alegría en nuestra fe, en esta noche santa nos unimos a todos los
que creen y esperan en la salvación realizada por el Señor diciendo:
R. Señor Jesús, luz verdadera escúchanos
Por la Santa Iglesia que contempla con María al Verbo de Dios hecho carne: para
que anuncie con gran alegría que el Señor Jesús, a través de su encarnación, está
cerca de todo hombre. Roguemos al Señor
Por los que buscan la verdad: para que reciban de cada uno de nosotros, con
palabras y obras, la alegre noticia de que hoy ha nacido el Salvador. Roguemos al
Señor
Por los hombres que vacilan en su fe: para que la gran luz manifestada en Cristo
inunde su conciencia y su vida. Roguemos al Señor
28
Por la familia humana: para que el Señor Jesús reúna a los dispersos, rompa las
cadenas de los oprimidos, dé esperanza a los que no la tienen y sostenga los
esfuerzos de todos los que trabajan por la justicia y por la paz. Roguemos al
Señor.
Por todos nosotros, aquí reunidos: para que, acogiendo la gracia de éste día
vivamos en la confianza de que Cristo no nos deja solos, está siempre en medio de
su pueblo y camino con nosotros por los caminos del mundo. Roguemos al Señor
Presidente: Señor Jesús que vienes a compartir nuestros problemas y nuestras
esperanzas, infunde en el corazón de todo hombre la certeza de que en esto consiste la
vida eterna: en Conocer al Padre y en acogerte a Ti, su enviado y nuestro Salvador, por
los siglos de los siglos. Amén
GUIÓN HOMILÉTICO
NATIVIDAD DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
La noche ha sido testigo de muchos acontecimientos grandes de la historia de la
salvación. La noche de la creación, caracterizada por el caos del universo, fue vencida por
la palabra poderosa de Dios: “Hágase la luz”. Y a partir de allí, Dios comenzó a actuar y a
construir su historia de amor con la humanidad.
La noche de la alianza hecha con Abraham. Aquel pueblo pequeño, débil e
insignificante, se convertiría en un pueblo inmenso como las arenas del mar, fuerte y
victorioso y reconocido por todas las naciones. Y a partir de esa noche, Dios
manifestaría su amor de predilección por un pueblo: su pueblo: Israel, con quien haría
una promesa, a la cual Dios siempre permanecería fiel.
La noche de la liberación de Egipto. El pueblo estaba esclavo y sin esperanza. Pero Dios
escuchó sus lamentos y recordó su promesa. Aquella noche Dios con brazo poderoso
liberó a Israel y lo llevó a la libertad y al gozo de la tierra prometida.
Y la noche del Mesías esperado. Aquel día en el cual nos visitará el sol que nace de lo
alto, aquel día que no tendrá ocaso, aquel día en el cual brillará aquella luz que llega a
iluminar a los que están en tinieblas y en sombra de muerte, y que a todos los que se
dejen iluminar por ella nos dará el poder de ser hijos de Dios.
Hoy celebramos esa noche. Hoy es navidad. Hoy nos ha nacido el Salvador del mundo.
Esta luz la han visto brillar José y María en sus corazones, y por eso creyeron en el fruto
del Espíritu. Esta luz la han visto brillar los magos de oriente y por eso se han puesto en
camino, movidos por la fe. Esta luz la han visto brillar los pastores y han ido al encuentro
del salvador anunciado, llenos de alegría y de paz.
29
Esta luz ha resplandecido durante siglos en lo más alto del firmamento, y muchos la han
aceptado y han alcanzado la paz, la gracia y la salvación. Pero muchos la han rechazado
y continúan viviendo en oscuridad y sombra de muerte.
Esta noche es nuestra oportunidad para aceptar la salvación dada por Dios a los hombres
por medio de su Hijo Jesucristo. Dejémonos iluminar por el resplandor de Cristo
salvador que viene a salvarnos.
Pbro. William Fernando Flórez
Formador del Seminario
ORACIÓN UNIVERSAL
Presidente: oremos amados hermanos, a Dios nuestro Padre Todopoderoso, que ha
proclamado por sus ángeles la gloria en el cielo, la paz en la tierra y la renovación en todo
el universo, para que se digne llenarnos con sus bienes. Digamos todos:
R. Quédate con nosotros Señor
30
Por la Santa Iglesia de Dios extendida sobre la faz de la tierra: para que al celebrar las
fiestas de Navidad, todos sus fieles renazcan a una vida de justicia, de libertad, de
amor y de paz. Roguemos al Señor.
Por todos los pueblos, razas y naciones: para que reine en ellos la paz, sus
magistrados las gobiernen con espíritu de servicio y cada día sea más estrecha la
hermandad universal que Cristo ha traído con su nacimiento. Roguemos al Señor.
Por todos los que llevan en su carne la señal de Cristo pobre y paciente: los enfermos,
los que pasan hambre, los presos, los exiliados, los refugiados, los marginados
sociales, los que sufren los horrores de la guerra, los que lloran la pérdida de sus
seres queridos, los que no tienen trabajo, los que no tienen hogar, los ancianos y los
niños huérfanos: para que en estos días de Navidad sientan de alguna forma la paz y
el amor que Cristo ha traído al mundo. Roguemos al Señor.
Por todos lo que en otros años celebraban con nosotros estas santas fiestas y han
partido de este mundo: para que en el Reino eterno contemplen el rostro de Cristo.
Roguemos al Señor.
Por nuestro pueblo, por los ausentes, por nuestras familias, y por nosotros aquí
reunidos: para que acogiéndonos con amor y paciencia vivamos la gran alegría de la
Navidad. Roguemos al Señor.
Presidente: escucha Dios de misericordia, nuestras suplicas y ayuda a los que padecen,
para que, consolados con la presencia de tu Hijo, no tengan ya que temer ningún mal.
Por Jesucristo nuestro señor. Amén
31
ENCUENTRO CON NIÑOS
32
Manualidad Tarjetas, cartulina, crayones, pegamento, tijeras 15 minutos
Conclusiones Versículo 10 minutos
HOJA DE INSTRUCCIONES
AMBIENTACIÓN: La ambientación del lugar debe reflejar que pronto tendremos un
día especial: el Nacimiento del Señor. El regalo hoy es Jesús. No Jesús como un bebé
solamente. Es verdad que nació como bebé pero el regalo que Dios nos dio aquel día, no
fue un bebé sino su Hijo. Su Hijo no se quedó en la cuna. Muchas veces los niños están
confundidos en cuanto a Jesús porque celebramos la Navidad en diciembre, en marzo o
abril celebramos la Semana Santa, donde Jesús muere como adulto. Debemos tratar de
unir en la mente de los niños que Jesús nació un día y comenzó a crecer y crecer, para
llegar a ser como los pequeños de dos y tres años, luego para ser como ellos de seis a
ocho años. Siguió creciendo hasta llegar a ser un adolescente como (puede nombrar
algún adolescente de la congregación) y luego un joven (nombre a un joven de la iglesia).
Al fin llegó a ser un adulto como yo. Habrá lugar durante la historia para hablar del
crecimiento de Jesús.
Haga con anticipación un letrero con una ilustración que diga "Jesús". Cuelgue en las
paredes algunas tarjetas e ilustraciones de escenas de Navidad (el nacimiento, los
ángeles anunciando a los pastores, los pastores adorando a Jesús, una familia celebrando
la Navidad, un árbol de Navidad con regalos alrededor, decoraciones navideñas,
etcétera). Es mejor si las pega en cartulina.
ACTIVIDAD: Dirija y canten varios villancicos utilizando instrumentos caseros.
Mientras cantan, permita que observen las tarjetas e ilustraciones que colgó en las
paredes. Cada uno puede escoger una que le guste y llevarla a su puesto.
Luego, cada niño mostrará la lámina que escogió explicando por qué le gustó. Haga una
fila de las escenas que pertenecen a la historia bíblica de Navidad y otra fila de las
ilustraciones de Navidad no bíblica (sea el árbol, etcétera). Hable de las diferencias que
se notan en la sociedad y en la iglesia. ¿Cuál es el centro de la Navidad? ¿Cómo es la
Navidad para las personas que no han puesto su fe en Jesucristo? (buscan alegría al
comprar muchos regalos, recibir muchos regalos, tener fiestas, estar con la familia,
viajar, etcétera, pero no han reconocido que Jesús es el centro de la celebración y por eso
no se sienten satisfechos cuando todo ha terminado).
MANUALIDAD1: al final de este encuentro está la historia de Navidad con
ilustraciones para que coloreen y lean.
33
HISTORIA: Los niños disfrutan mucho haciendo representaciones. Al comenzar la
historia tomada de la cita bíblica Lc 2, 1-20, entregue a cada niño un papelito con el
nombre de uno de los personajes de la historia bíblica, así, mientras hace la narración,
ellos interpretarán el personaje que les ha tocado. Si desea, use figuras en diapositivas o
en una cartelera en vez de la representación.
MANUALIDAD 2: Cada niño hará un regalo para compartir con un amigo o una
amiga. Pida que escriban el nombre del niño a quien entregarán la tarjeta o cuadro.
Una tarjeta: Recorte figuras de tarjetas de Navidad viejas. Pegue la figura en la
parte de afuera de la tarjeta. Escriba dentro el versículo.
Un cuadro: Pinten la lámina del nacimiento de Jesús y péguenla sobre cartulina.
Escriban el versículo en la parte inferior.
No olvide que deben escribir el nombre del niño o de la niña a quien van a dar el regalo.
CONCLUSIONES: La Navidad es una fiesta que a todos gusta. Pero hay mucha gente
que se olvida por qué la celebramos y nada más quieren tener una fiesta en la que dan y
reciben muchos regalos. En ese caso, la Navidad deja de ser Navidad. Aunque si no
recibimos un juguete o regalo en Navidad nos hace sentir tristes, realmente ya hemos
recibido el mejor regalo que uno puede recibir, el regalo de Jesús (Muestre el regalo con
el letrero que diga: "Mi Salvador Jesús"). Nosotros también podemos dar un regalo a
Jesús, el mejor regalo que podemos darle es nuestro corazón. Por otro lado, debemos
seguir el ejemplo de los pastores y compartir con nuestros amigos y amigas este mensaje
de amor.
Oren dando gracias a Dios por su gran amor y por haber dado ese regalo maravilloso que
es Jesús.
34
35
36
37
38
ENCUENTRO CON JÓVENES
39
4. ORACIÓN
ORACIÓN DEL JOVEN
Necesito de ti, Señor:
Para concretar los planes y proyectos que traigo en el corazón.
Oriéntame como sólo Tú sabes hacerlo, porque no quiero errar ni fracasar.
Necesito de Ti, Señor, para elegir el camino más seguro para mí.
Has que los otros valoricen mis esfuerzos y voluntad de triunfar.
Necesito de ti, Señor, para encontrar el apoyo y compañía de amigos leales.
Mantenme alegre y comunicativo con todos y líbrame de los desvíos peligrosos.
Necesito de Ti, Señor, para vencer todas las dificultades de mis senderos.
Bendice con tu presencia mis caminos para que lleve al mundo la fuerza de tu amor.
Amén.
TEMÁTICA
4.1 PRIMER MOMENTO: El Regalo de Dios, “Vengan y Vean”. Se propone
comenzar el encuentro reflexionando sobre el siguiente cuento2:
“Eran dos amigos, uno pastor y el otro dueño de un albergue. Judíos
piadosos que vivían en Belén y que cumplían fervorosamente con la Ley
de Moisés. Oraban juntos dos veces al día y compartían una profunda
esperanza y un ardoroso anhelo: “la llegada del Mesías prometido”.
En muchísimas noches calurosas de verano, consumían las horas
hablando con entusiasmo sobre “el Salvador” que todo el pueblo
esperaba.
- “Cuando Él llegue todo será distinto”- decían.
- “Ya no sufriremos injusticias y las cadenas que hoy nos atan, caerán”
– se animaban.
- “Cuando venga, seremos los primeros en ponernos a su servicio y
quiera Dios contar con nosotros para allanar sus caminos” –
Con estas y otras muchas afirmaciones, ensanchaban su fe y su
esperanza en la Promesa de Dios.
2
Autoría de Ricardo Stirparo y Horacio Prado. http://www.buenasnuevas.com
40
Una noche ya muy tarde, el dueño del albergue luego de atrancar las
puertas, se disponía al descanso... pero se estremeció al escuchar que con
insistencia alguien golpeaba a la puerta.
- “¿Quién es?” – preguntó
- “Disculpe por la hora- respondió un hombre joven – es que venimos de
lejos y mi mujer está a punto de dar a luz. Necesitamos una habitación”
El dueño del albergue se conmovió con la escena, pero pronto cayó en la
cuenta que el único cuarto que podía ofrecerles era el suyo, ya que todos
los demás los tenía oportunamente ocupados. Y titubeando les dijo:
- “Lo siento... pero aquí está todo ocupado, no hay lugar que pueda
ofrecerles...quizás más adelante encuentren otro albergue.”
- Decepcionada la joven pareja se marchó en silencio. Esa misma noche,
horas más tarde, su amigo el pastor se encontraba descansando en el
campo, mientras cuidaba a su rebaño. De pronto y de la nada una
presencia angelical lo sobresalta.
- “No temas, te traigo una Buena Noticia. Hoy ha llegado el Mesías al
pueblo de Israel, y precisamente aquí, en Belén”
- Y el ángel le indicó el camino para que fuera a su encuentro. El pastor
de un salto y extasiado de alegría se puso en camino. Corrió y recorrió el
sendero indicado, durante horas. Se topó con un pesebre en el cual
encontró a una pobre mujer que acababa de parir a su hijo, se conmovió
por la pobreza y precariedad de aquél alumbramiento, pero siguió su
camino por temor a desencontrarse con el Mesías.
- “¿Habré entendido bien las indicaciones del ángel?, porque hace horas
que camino y solo encontré ese pequeño establo con esa sencilla mujer y
su niño recién nacido.”
- “¿Me habré quedado dormido?, ¿habrá sido todo un sueño?”
- Desconcertado volvió a sus quehaceres. Al otro día, como todos los
días, se encontraron los dos amigos, y una vez más consumieron horas y
horas charlando con entusiasmo sobre cuándo llegaría el Mesías.
42
cita? grupo?
Mt. 25, 31-46
Lc. 11, 29-37
Jn. 13, 1-20
Lc. 10,29-37
3. CELEBRACIÓN Y COMPROMISOS
43
Luego del diálogo iluminado por la Palabra de Dios, se realizará un canto para introducir
la oración. Después del canto, se leerá el texto de Lucas 2, donde se relata el nacimiento
de Jesús y las circunstancias que lo rodearon, y se pedirá al Señor que renueve toda
nuestra vida. Se hará algunos minutos de silencio y se invitará a compartir en parejas, los
propósitos y compromisos de cada uno. Al final, el animador hará una oración de
presentación de estos propósitos al niño Jesús y se concluirá con el Padre Nuestro.
44
ENCUENTRO CON ADULTOS
45
4. Canción.
Todos deben tener la fotocopia para seguir la canción (en el material digital se
encuentra). No importa si aún no se seca la témpera de las manos.
46
5. Segundo momento de la dinámica.
Es importante aquí hacer dos cosas:
a) Que todos se den cuenta de las marcas que tienen, que vean por un momento las
manos, algunas se deben empezar a secar. Y hacer preguntas como estas: ¿cómo me
siento? ¿por qué el contacto con otras personas me dejó una marca? ¿todas las
marcas son positivas? ¿qué cosa experimenté cuando me aplicaron la témpera? ¿qué
frases me dijeron? ¿ya se inicia a secar? Es importante que participen varios
contestado con alguna respuesta.
b) Retomando la canción: ¿qué frase de la canción me impactó más? ¿por qué? ¿qué
realidad encuentro en la canción?
10. Oración.
48
EL SANTO ROSARIO NAVIDEÑO
Esquema General:
1. Canto a la Virgen María.
2. Saludo.
3. Acto de Contrición.
4. Ofrecimiento del Santo Rosario.
5. Oración de ofrecimiento del Santo Rosario.
6. Misterios del Santo Rosario meditados.
7. Oración de la Salve.
8. Letanías.
9. Consagración a la Virgen María.
La palabra Rosario significa "Corona de Rosas". Nuestra Señora ha revelado a varias
personas que cada vez que dicen el Ave María le están dando a Ella una hermosa rosa y
que cada Rosario completo le hace una corona de rosas. La rosa es la reina de las flores, y
así el Rosario es la rosa de todas las devociones, y por ello la más importante de todas.
1. CANTO A LA VIRGEN MARÍA.
Puede ser un canto a la Virgen María o villancico.
2. SALUDO.
Puede hacerse un breve saludo de acogida como el siguiente:
Queridos hermanos, sean bienvenidos a este rezo del Santo Rosario. En este tiempo de
preparación al nacimiento de nuestro Salvador, la Virgen María nos acoge en sus brazos,
para llevarnos hasta su Hijo. Ella intercede por cada uno de nosotros pues, el mismo
Jesús nos la dio como Madre nuestra, por eso confiadamente podemos venir hoy a
ofrecerle esta corona de rosas, a encomendarnos a ella y pedirle que nos ayude a
purificar nuestro corazón, para abrirlo a la acción del Espíritu Santo como ella lo hizo y
así permitir que en esta Navidad, Jesús pueda morar en cada uno de nosotros, en
nuestras familias, en nuestra parroquia (vereda, centro poblado, pueblo, según el
lugar de misión). Con un corazón alegre y confiado dispongámonos para iniciar nuestra
oración.
49
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios Nuestro.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
3. ACTO DE CONTRICIÓN.
Puede hacerse una invitación penitencial y luego rezar el siguiente acto de contrición o
la fórmula tradicional (Jesús, mi Señor y Redentor…).
Hermanos antes de ofrecer nuestra oración y con ella nuestras vidas, reconozcamos el
amor de Dios y su misericordia; Él no se cansa de perdonar al pecador, somos nosotros
quienes nos cansamos de acudir a su misericordia, por eso en este momento pidamos al
Señor que perdone nuestra indiferencia ante su amor, por ser duros de corazón y no
amarlo a ÉL con todo el corazón y a nuestros hermanos como a nosotros mismos, en
silencio pidamos perdón al Señor.
(Momento de silencio).
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre Verdadero, Redentor mío, por ser Tú, Quien Eres,
y porque Te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberte ofendido.
Propongo firmemente la enmienda de nunca más pecar, apartarme de todas la ocasiones
de ofenderte. Te ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis
pecados. Así como Te suplico, así confío en tu bondad y misericordia infinita, que me los
perdonarás y me darás la gracia, para enmendarme y perseverar en tu santo servicio
hasta el fin de mi vida. Amén.
4. OFRECIMIENTO DEL SANTO ROSARIO.
Puede con ocasión de los días de la novena escogerse para cada día una intención
particular y sistemática. O sencillamente se ofrece de manera general como el
siguiente:
En este día _______ (se especifica el día, de la novena, etc.) queremos Madre
Santísima ofrecer este Santo Rosario por nuestra comunidad, por nuestras familias, por
nuestros jóvenes, niños y abuelos. Queremos pedirte que nos alcances el don de la
conversión y que al celebrar esta Navidad, podamos recibir como regalo el don de la Paz.
50
5. ORACIÓN DE OFRECIMIENTO DEL SANTO ROSARIO.
(Puede darse un momento de silencio para que cada uno ofrezca de manera personal
las intenciones por las que ofrece el Santo Rosario)
Santa María, Virgen de Nazaret, Señora de Belén, el tiempo se ha cumplido, la promesa
del Padre es ya una realidad, Dios está entre nosotros como un niño pequeño nacido en
un portal.
Qué linda que te ves, Virgen María, con tu rostro sonriente y tu mirada limpia,
sosteniendo en tus brazos a tu Niño Jesús, el Emmanuel.
Qué linda que te ves, Madre de Dios, ofreciendo tu Niño a los pastores que alegres y
gozosos salieron a buscarlo cuando oyeron a los ángeles cantar el gloria de Belén.
Qué linda que te ves, Virgen y Madre, rodeada de reyes y de sabios que guiados por la
estrella llegaron a Belén entusiasmados porque en el mundo había nacido un nuevo rey.
Santa María, Virgen de Nazaret, yo vengo a unirme a ti en este día de gozo y esperanza,
para cantar contigo al Dios que da la vida, la gracia y el perdón. Amén.
7. ORACIÓN DE LA SALVE.
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te
salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando,
51
en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus
ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu
vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las
promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
8. LETANÍAS.
Señor, ten piedad. Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad. Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad. Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos. Cristo, escúchanos.
Dios, Padre Celestial. Ten piedad de nosotros.
Dios, Hijo Redentor del mundo. Ten piedad de nosotros.
Dios, Espíritu Santo. Ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, Un Solo Dios Verdadero. Ten piedad de nosotros.
Santa María. Ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios. Ruega por nosotros.
Santa Virgen de la Vírgenes. Ruega por nosotros.
Madre de Jesucristo. Ruega por nosotros.
Madre de la Iglesia. Ruega por nosotros.
Madre de la Divina Gracia. Ruega por nosotros.
Madre Purísima. Ruega por nosotros.
Madre Castísima. Ruega por nosotros.
Madre Siempre Virgen. Ruega por nosotros.
Madre Sin Mancilla. Ruega por nosotros.
Madre Inmaculada. Ruega por nosotros.
Madre Incorrupta. Ruega por nosotros.
Madre Amable. Ruega por nosotros.
Madre Admirable. Ruega por nosotros.
Madre del Buen Consejo. Ruega por nosotros.
Madre del Creador. Ruega por nosotros.
Madre del Salvador. Ruega por nosotros.
Madre de Misericordia. Ruega por nosotros.
Virgen Prudentísima. Ruega por nosotros.
Virgen Digna de Veneración. Ruega por nosotros.
Virgen Digna de Alabanza. Ruega por nosotros.
Virgen Poderosa. Ruega por nosotros.
Virgen Clemente. Ruega por nosotros.
52
Virgen Fiel. Ruega por nosotros.
Espejo de Justicia. Ruega por nosotros.
Trono de la Sabiduría. Ruega por nosotros.
Causa de Nuestra Alegría. Ruega por nosotros.
Vaso Espiritual. Ruega por nosotros.
Vaso Digno de Honor. Ruega por nosotros.
Vaso Insigne de Devoción. Ruega por nosotros.
Rosa Mística. Ruega por nosotros.
Torre de David. Ruega por nosotros.
Torre de Marfil. Ruega por nosotros.
Casa de Oro. Ruega por nosotros.
Arca de la Nueva Alianza. Ruega por nosotros.
Puerta del Cielo. Ruega por nosotros.
Estrella de la Mañana. Ruega por nosotros.
Salud de los Enfermos. Ruega por nosotros.
Refugio de los Pecadores. Ruega por nosotros.
Consoladora de los Afligidos. Ruega por nosotros.
Auxilio de los Cristianos. Ruega por nosotros.
Reina de los Ángeles. Ruega por nosotros.
Reina de los Patriarcas. Ruega por nosotros.
Reina de los Profetas. Ruega por nosotros.
Reina de los Apóstoles. Ruega por nosotros.
Reina de los Mártires. Ruega por nosotros.
Reina de los Confesores. Ruega por nosotros.
Reina de las Vírgenes. Ruega por nosotros.
Reina de Todos los Santos. Ruega por nosotros.
Reina Concebida Sin Pecado Original. Ruega por nosotros.
Reina Llevada al Cielo en Cuerpo y Alma. Ruega por nosotros.
Reina del Santísimo Rosario. Ruega por nosotros.
Reina de La Paz. Ruega por nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo. Perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo. Escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo. Ten piedad y misericordia de nosotros,
Señor.
9. ORACIÓN FINAL.
“Señor no me permitas olvidar el porqué de Tu venida al mundo”.
53
Si naciste en un pesebre para enseñarme la humildad, hazme humilde de pensamiento,
palabra y obra. Si escogiste por madre a una doncella pura, ayúdame a llevar en el
corazón un ápice si quiera de la pureza de María.
Si los mismos Reyes llegaron a adorarte, graba en mi cerebro el mensaje de esa
adoración: que el poder mundano, la riqueza material y la gloria terrenal no tienen valor
alguno frente a la eternidad de Tu propio reino. Si fueron los pastores a los que Tu
ejército celestial dieron aviso de Tu nacimiento, enséñame a amar a mis hermanos
menos afortunados así como Tú pensaste también en ellos. Si naciste, padeciste y
moriste por mostrarme de lo que es capaz Tu amor, no permites que cruce por la vida
sin amar cuanto de bello y de bueno pongas a mi paso.
Jesús que me conmueves como niño en los brazos de Tu madre, que me oprimes el
corazón cuando Te veo en la cruz agonizando por nosotros, hazme digno siquiera de
arrodillarme también ante tu pesebre. No dejes que esta navidad pase indiferente ante tu
iglesia…no permitas que las frivolidades de la vida mundana me hagan olvidarme de ti.
Ilumina mi entendimiento para que esta Navidad mi corazón se inunde de sincero amor
a Ti y a mis semejantes. Haz que te rinda culto no con brindis, ni con cascabeles si no con
el perdón y la misericordia, con la humildad y la devoción, con mi entrega absoluta a ti.
Amén.
54
Francia (1090-1153)
¡Oh, Señora y Madre mía! Yo me entrego del todo a Ti, y en prueba de mi filial afecto,
Te consagro en este día: mis ojos, mis oídos, mi boca, mi corazón; en una palabra, todo
mi ser. Y ya que soy todo (a) tuyo (a), ¡oh, Madre de Bondad!, guárdame y defiéndeme
como cosa y posesión Tuya. Amén.
55
NOVENA DE NAVIDAD
56
ASPIRACIONES PARA LA VENIDA DEL NIÑO JESÚS
(Gozos)
¡Dulce Jesús mío, mi Niño adorado,
Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto!
57
7) ¡Rey de las Naciones, Emmanuel preclaro,
De Israel anhelo, Pastor del rebaño!
¡Niño que apacientas con suave callado
Ya la oveja arisca, ya el cordero manso!
58
ORACIÓN AL NIÑO JESÚS
Acuérdate ¡oh divino Niño Jesús! Que dijiste a la venerable Margarita del Santísimo
Sacramento, y en persona suya a todos tus devotos, estas palabras tan consoladoras para
nuestra pobre humanidad tan agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por
los méritos de mi infancia y nada te será negado”.
Llenos de confianza en ti ¡oh Jesús! Que eres la misma verdad venimos a expresarte toda
nuestra miseria.
Ayúdanos a llevar una vida santa, para conseguir una eternidad bienaventurada.
Concédenos, por los méritos infinitos de tu encarnación y de tu infancia, la gracia que
necesitamos tanto. Nos entregamos a ti ¡oh niño omnipotente! seguros de que no
quedará frustrada nuestra esperanza, y de que en virtud de tu divina providencia,
acogerás y despacharás favorablemente nuestra súplica. Amen.
(Gloria al Padre)
ORACIÓN FINAL
Señor, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la presencia de tu
amor en nuestras familias y en nuestra comunidad.
Navidad es la certeza de que el Dios del cielo y de la tierra es nuestro Padre, porque tú,
divino niño, eres nuestro hermano.
Que esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos comprometa a
vivir verdaderamente como hermanos, nos comprometa a vivir verdaderamente como
hermanos, nos dé valor para matar el odio y sembrar la justicia y la paz.
Oh divino niño, enséñanos a comprender que donde hay amor y justicia, allí estás Tú y
allí también es navidad. Amén.
(Gloria al Padre)
59
CONSIDERACIONES PARA EL DÍA SEGUNDO
La virgen María estaba en su cuarto cuando llegó el ángel Gabriel y le dijo que iba a
quedar embarazada, que tendría un hijo que llamaría Jesús, que sería el hijo de Dios.
María se sorprendió porque ella no vivía con ningún hombre. Pero el ángel él dijo que se
haría con el poder del espíritu santo, porque "para Dios no hay nada imposible”.
Entonces María, entregó su vida a Dios diciendo: “yo soy al esclava del señor, que Dios
haga conmigo como me has dicho".
(Continúan las demás oraciones)
60
CONSIDERACIONES PARA EL DÍA QUINTO
Ayer vimos cómo era el niño Dios cuando estaba dentro de su mamá. Veamos hoy como
era la vida de María durante ese mismo tiempo. María estaba con ansia el momento de
ver a Dios convertido en un niño. Ella sabía que iba a ver el rostro del hombre que
iluminaría al mundo y al cielo para siempre. Otro iba a ver en sus ojos la felicidad que
más tarde conocerían los demás hombres.
Lo vería como un niño tierno y débil, más tarde como un joven encantador, y cuando
grande, como un hombre serio y profundo. María estaba muy feliz y ansiosa de que
llegara el momento esperado; pero no nos contentemos con admirar como vive Jesús en
María, recemos mucho, todos los días, para que Jesús Viva también en nosotros y en
nuestros corazones.
(Continúan las demás oraciones)
61
CONSIDERACIONES PARA EL DÍA OCTAVO
La noche ha caído en los campos de Belén. San José y la Virgen María, al haber sido
rechazados por los hombres, se refugiaron en un establo, Llegaron en el burrito, en que
venía montada María, y allí encontraron un buen manso. Qué curioso el niño Dios
rechazado por los hombres, va a ser calentado por los animales en medio de una noche
fría de invierno. Pero al llegar la media noche, en un pesebre nace el niño Dios, que ha
sido esperado, durante cuatro mil años por los hombres. A sus pies la Virgen María y San
José lo adoran, porque es el mismo Dios.
¡Oh adorable niño! también nosotros te hacemos esta novena, que nos prepara para el
día de tu Navidad. Queremos adorarte y estar muy cerca de ti. Ven a nuestras almas. Ven
pronto a nuestros corazones y llena nuestro ser y nuestro hogar con todo tu amor.
(Continúan las demás oraciones)
62
ESQUEMA VISITA FAMILIAR
Para el esquema de la visita presentó dos ideas para desarrollar el dialogo con las
familias. Conociendo que en nuestras comunidades en la mayoría de las casas o hacen el
pesebre o realizan el árbol de navidad (aprovechar para cristianizar en ellos el sentido
de este árbol), pienso que es posible realizar una visita, dando una muy buena catequesis
y haciendo ameno este momento.
ESQUEMA DE LA VISITA:
1. Saludo: Presentación, dar un saludo en nombre del Obispo y del Párroco.
2. Motivo de la visita: La navidad.
3. Entablar dialogo de conocimiento, para conocer respetuosamente la realidad de la
familia donde se está, para así dar sentido a la visita.
4. Pequeña catequesis: En torno al árbol o al pesebre.
5. Bendición del Pesebre. Donde no haya pesebre, se lee el texto bíblico (Lc 2, 4-
7a:) y se realiza la oración de preces, que hay en la fórmula de bendición del pesebre.
6. Oración final: Donde haya pesebre.
MATERIAL DE APOYO
a. La historia del árbol de navidad: (para la catequesis del árbol)
“El árbol de Navidad también representa ese árbol que nace y que con el tiempo
madurará en un gran árbol del cual saldrá la cruz”
«Los antiguos germanos creían que el mundo y todos los astros estaban sostenidos
pendiendo de las ramas de un árbol gigantesco llamado el "divino Idrasil" o el "dios
Odín", al que le rendían culto cada año, en el solsticio de invierno, cuando suponían que
se renovaba la vida. La celebración de ese día consistía en adornar un árbol de encino
con antorchas que representaban a las estrellas, la luna y el sol. En torno a este árbol
bailaban y cantaban adorando a su dios.
Cuentan que San Bonifacio, evangelizador de Alemania, derribó el árbol que
representaba al dios Odín, y en el mismo lugar plantó un pino, símbolo del amor perenne
de Dios y lo adornó con manzanas y velas, dándole un simbolismo cristiano: las
manzanas representaban las tentaciones, el pecado original y los pecados de los
hombres; las velas representaban a Cristo, la luz del mundo y la gracia que reciben los
hombres que aceptan a Jesús como Salvador. Esta costumbre se difundió por toda
Europa en la Edad Media y con las conquistas y migraciones llegó a América.
Poco a poco, la tradición fue evolucionando: se cambiaron las manzanas por esferas y las
velas por focos que representan la alegría y la luz que Jesucristo trajo al mundo.
63
Las esferas actualmente simbolizan las oraciones que hacemos durante el periodo de
Adviento. Las esferas azules son oraciones de arrepentimiento, las plateadas de
agradecimiento, las doradas de alabanza y las rojas de petición.
Se acostumbra poner una estrella en la punta del pino que representa la fe que debe
guiar nuestras vidas.
También se suelen poner adornos de diversas figuras en el árbol de Navidad. Éstos
representan las buenas acciones y sacrificios, los "regalos" que le daremos a Jesús en la
Navidad.
Para aprovechar la tradición: Adornar el árbol de Navidad a lo largo de todo el adviento,
explicando a los niños el simbolismo. Los niños elaborarán sus propias esferas (24 a 28
dependiendo de los días que tenga el Adviento) con una oración o un propósito en cada
una, y conforme pasen los días las irán colgando en el árbol de Navidad hasta el día del
nacimiento de Jesús.
64
BENDICIÓN DEL BELÉN FAMILIAR
RITO DE LA BENDICIÓN
Reunida la familia, el padre o la madre de la misma dice:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Todos se santiguan y responden: Amén.
El que dirige la celebración puede decir:
Alabemos y demos gracias al Señor, que tanto amó al mundo que le entregó a su Hijo.
Todos responden: Bendito seas por siempre, Señor.
Luego el que dirige la celebración dispone a los presentes para la bendición, con estas
palabras u otras semejantes:
Durante estos días contemplaremos asiduamente en nuestro hogar este pesebre y
meditaremos el gran amor del Hijo de Dios, que ha querido habitar con nosotros.
Pidamos, pues, a Dios que el pesebre colocado en nuestro hogar avive en nosotros la fe
cristiana y nos ayude a celebrar más intensamente estas fiestas de Navidad.
Uno de los miembros de la familia lee un texto de la sagrada Escritura.
Evangelio según san Lucas.
En aquellos días, José, que era de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de
Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, que se llama Belén, en Judea, para inscribirse
con su esposa María, que estaba encinta. Y mientras estaban allí le llegó el tiempo del
parto, y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre.
Palabra del Señor.
PRECES
Sigue la plegaria común:
En este momento en que nos hemos reunido toda la familia para iniciar las fiestas de
Navidad, dirijamos nuestra oración a Cristo, Hijo de Dios vivo, que quiso ser también
hijo de una familia humana; digámosle:
R. Por tu nacimiento, Señor, protege a esta familia.
Oh Cristo, por el misterio de tu sumisión a María y a José enséñanos el respeto y la
obediencia a quienes dirigen esta familia. R.
65
Tú que amaste y fuiste amado por tus padres, afianza a nuestra familia en el amor y
la concordia. R.
Tú que estuviste siempre atento a las cosas de tu Padre, haz que en nuestra familia
Dios sea honorificado. R.
Tú que has dado parte de tu gloria a María y a José, admite a nuestros familiares, que
otros años celebraban las fiestas de Navidad con nosotros, en tu familia eterna. R.
ORACIÓN DE BENDICIÓN
Papá o mamá dicen:
Señor Dios, Padre nuestro, que tanto amaste al mundo que nos entregaste a tu Hijo
único nacido de María, la Virgen, dígnate bendecir este nacimiento y a la familia
cristiana que está aquí presente, para que las imágenes de este Belén nos ayuden a
profundizar en la fe.
Te lo pedimos por Jesús, tu Hijo amado, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Todos responden: Amén
Concluida esta oración toda la familia invoca a María diciendo:
Salve, Reina de los cielos y Señora de los ángeles;
Salve raíz, salve puerta que dio paso a nuestra luz.
Alégrate Virgen gloriosa, entre todas la más bella;
Salve, agraciada doncella, ruega a Cristo por nosotros.
(Antífona a la Santísima Virgen María. Liturgia de las Horas).
Papá o mamá dicen: Que con el auxilio de tan dulce intercesora...
Todos responden:...Seamos siempre fieles.
Todos, santiguándose, dicen:
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
66
ÍNDICE
68