Pontificia Universidad Javeriana

Análisis de coyuntura
Karol Arevalo, María Fernanda Amado,Daniela Bravo, Juliana Garzón

Capitalismo del siglo XXI - Tecnología

El capitalismo como sistema del mercado y de acumulación logra consolidarse en el siglo XX

incluso tras la fuerte crisis que trajo la gran depresión en 1929. Con recientes crisis como la del
2008 es válido afirmar que el sistema no solo prevalece sino que se fortalece, especialmente con
el inmenso cambio tecnológico que lo acompaña. No cabe duda que una de las mayores
herramientas es el aumento tecnológico que recién está comenzando. Aún queda mucho más por
venir. La información digital será cada vez más omnipresente, permitiéndonos ejecutar
experimentos, probar teorías y aprender a una escala cada vez mayor. Esta era de tecnología ha
permitido que gran parte del conocimiento esté disponible de forma gratuita, incentivando su
expansión, la progresiva aparición de innovadores y empresarios y el potencial de los avances.

El cambio de milenio trajo grandes cambios en el panorama mundial, el aumento de la tecnología

y con ella el ascenso de la información ha asentado desigualdades y exclusiones a lo largo del
mundo, así como también ha abierto oportunidades para la personas de escasos recursos de
acceder a bienes como smartphones y el internet y con esto reducir su aislamiento del mundo
globalizado. Las nuevas condiciones tecnológicas renuevan el sistema capitalista clásico, ahora
incluso las comunidades marginadas se benefician de las herramientas de comunicación
modernas, algunas de las personas más pobres del mundo gastan parte de sus ingresos para
conectarse a internet o hacer una llamada telefónica. (Castells, 1999).

La sociedad de la información nace a través de la rápida propagación de la tecnología con la

creación de la computadora moderna (con IBM creando la primera a nivel industrial en 1953, y
con el nacimiento de la Internet en 1969) más recientemente, los teléfonos móviles superaron a
las computadoras en número de usuarios en los países más desarrollados; sin embargo, para el
tercer mundo no es el mismo caso, teniendo muchos países africanos y asiáticos su primer
contacto con la tecnología apenas en este siglo. Encuestas entre 2007-2008 y 2011-2012
evidencian un creciente acceso a la internet, 15,5% en los 11 países africanos encuestados, que se
cree posible gracias al creciente acceso a teléfonos móviles, que requieren menos habilidades en
TIC y menos recursos financieros que un computador al no depender tampoco de tener
electricidad en casa (American Pyschoological Assoc., 2014).

La creación de nuevas tecnologías posiciona a la información como uno de los pilares del futuro.
Se generará la oportunidad de crear un “mercado” de está para ella misma, la data será cada vez
mejor, más acertada. Mientras más información se vuelve disponible gracias a los medios
digitales se requiere de políticas para su uso acertado y aquí la intervención del gobierno se
vuelve indispensable. Larry Summers, anterior secretario del tesoro de Estados Unidos dice “La
información es el bien público fundamental”.

Esta generación, en lo que respecta los bienes y servicios que se le presta, está más informada
que nunca, la llamada información asimétrica no existe en esta era; ejemplos como Airbnb o
Uber, demuestran que la información está constantemente en circulación y en actualización, los
usuarios publican sus opiniones y experiencias en la red, difunden sus conocimientos y lo ponen
al alcance de todos. Muchos consideran que las leyes deberían ser más flexibles al respecto, para
así garantizar la expansión de estas iniciativas (McAfee & Brynjolfsson, 2016). Google, por
ejemplo, es un gran beneficiario de esta era de la información y de leyes flexibles, permitiendo a
sus usuarios buscar contenido sin tener en cuenta los permisos de derechos de autor (usualmente
concentrados en los países desarrollados) (American Pyschoological Assoc., 2014). Sin embargo,
aquí los gobiernos adquieren la responsabilidad de proteger los derechos de los ciudadanos, sus
derechos de propiedad intelectual.

En conjunto con la propiedad intelectual, los gobiernos deben proteger la privacidad de sus
ciudadanos. El habeas data es una acción jurídica, constitucional, que protege la información
privada de cada persona; en múltiples circunstancias la permisividad se mezcla con la ignorancia
sobre lo que ocurre con los datos personales y las posibles vías de protección (Gómez Barroso,
2018). En Colombia la ley 1581 de 2012 dicta las disposiciones generales para la protección de
datos personales, desarrollando el derecho que tienen las personas a conocer, actualizar y
rectificar la información que se haya recogido sobre ellos en bases de datos o archivos.

Otro aspecto que va ligado al avance tecnológico es la robótica. En la última década, la sociedad
ha mejorado enormemente en la construcción de máquinas, que hoy pueden resolver diversos
problemas sin necesidad de intervención humana. Estas han alcanzado niveles de desempeño
sobrehumanos; han logrado identificar patrones relevantes y aplicarlos a nuevos procesos,
reconocer símbolos, analizar de habla humana, identificar fraudes crediticios, modelar materiales
bajo diferentes condiciones, y más. Como resultado, los trabajos que involucran reconocimiento
de patrones coincidentes, servicio al cliente o diagnóstico médico, serán cada vez más realizados
por máquinas. Los empleos de bajos salarios están especialmente en riesgo: El Consejo de
Asesores Económicos de EE. UU. Estimó que el 83% de los empleos que pagan menos de $20
por hora podrían ser automatizados (McAfee & Brynjolfsson, 2016). Cabe anotar que entre los
países más robotizados se encuentran Corea del Sur, Singapur, Japón y Alemania.

Tal reestructuración radical del trabajo requerirá nuevas políticas para proteger a los vulnerables
mientras se cosechan los beneficios de la nueva era. Las decisiones que se tomen ahora serán
particularmente importantes. Para lograr intervenciones acertadas que mantenerse al día con el
avance tecnológico es necesario basar las decisiones relativas al trabajo en dos principios
básicos: La flexibilidad y la experimentación en lugar de la imposición de restricciones, y el
fomento directo al trabajo en lugar de la planificación de su obsolescencia.

La decadencia del dinamismo empresarial que se ha dado en las últimas décadas, parece ser
resultado de restricciones impuestas a algunos tipos de trabajo, un claro ejemplo de ellos son las
licencias requeridas para ejercer ciertos cargos. De acuerdo con Jason Furman, presidente del
Consejo de Asesores Económicos de Estados Unidos, las licencias pueden estar contribuyendo a
una variedad de desafíos que enfrentan los mercados laborales como la reducción de la
participación laboral, el desempleo cíclico y el mayor empleo a tiempo parcial. Algunas de las
barreras que hoy enfrentan las empresas jóvenes, de rápido crecimiento y centradas en la
tecnología, ilustran otro tipo de inflexibilidad. Poniendo a Uber como ejemplo de nuevo, este ha
tenido que luchar contra las regulaciones en varios países, a pesar de que los clientes claramente
valoran su conveniencia y seguridad y los conductores valoran sus ingresos y flexibilidad.

Por otro lado, incentivar el trabajo es fundamental, en la medida en que este posee un valor
adicional al financiero. El trabajo le da sentido a la vida de las personas y tiene efectos en la
cohesión social, la participación cívica, las tasas de divorcio, el consumo de drogas y el crimen.
Para lograr este cometido se pueden emplear herramientas como los subsidios salariales, un
ejemplo es el Earned Income Tax Credit empleado en Estados Unidos, mediante el cual se
devuelve a los hogares un porcentaje de la cantidad tributada durante el año.

Aquellos que no poseen un trabajo no pueden acceder a dichos mecanismos pero la era
tecnológica también tiene oportunidades para ellos; una de las mejores opciones es el naciente
teletrabajo, que después de la crisis del petróleo de 1973, un físico llamado Jack Nilles ideó un
modelo que buscaba “llevar el trabajo al trabajador y no el trabajador al trabajo” llamado
“telecommuting”. Su idea nació de investigaciones sobre el impacto que tendría la información
en la sociedad y cómo optimizar los recursos no renovables, con el objetivo de disminuir
consumos derivados del petróleo. Sin embargo, a esa altura el desarrollo tecnológico no estaba lo
suficientemente desarrollado para que el teletrabajo sea una realidad masiva.

El salto tecnológico de las décadas siguientes, la reducción de los costos informáticos, la

velocidad de los canales de comunicación y la difusión comercial del Internet pusieron a
disposición de millones de personas los recursos necesarios para el teletrabajo. En Colombia, el
teletrabajo se encuentra definido en la Ley 1221 de 2008 como: "Una forma de organización
laboral, que consiste en el desempeño de actividades remuneradas o prestación de servicios a
terceros utilizando como soporte las tecnologías de la información y comunicación -TIC- para el
contacto entre el trabajador y la empresa, sin requerirse la presencia física del trabajador en un
sitio específico de trabajo". (Artículo 2, Ley 1221 de 2008).
Esta actividad laboral que se lleva a cabo fuera de la organización en la cual se encuentran
centralizados todos los procesos, utiliza tecnologías para facilitar la comunicación entre las
partes sin necesidad de estar en un lugar físico ni en unas horas determinadas para cumplir sus
funciones. Este es un modelo organizacional diferente al tradicional que replantea las formas de
comunicación interna de la organización y en consecuencia genera nuevos mecanismos de
control y seguimiento a las tareas.

Colombia establece tres modalidades de teletrabajo o tipo de teletrabajador, que responden a los
espacios de ejecución del trabajo, las tareas a ejecutar y el perfil del trabajador. Teletrabajo
autónomo: Trabajadores independientes o empleados que se valen de las TIC para el desarrollo
de sus tareas, ejecutándolas desde cualquier lugar elegido por él. Teletrabajo suplementario:
Trabajadores con contrato laboral que alternan sus tareas en distintos días de la semana entre la
empresa y un lugar fuera de ella usando las TIC para dar cumplimiento. Y finalmente, teletrabajo
móvil: Trabajadores que utilizan dispositivos móviles para ejecutar sus tareas. Su actividad
laboral les permite ausentarse con frecuencia de la oficia. No tienen un lugar definido para
ejecutar sus tareas.

El teletrabajo va evolucionando hacia un nuevo concepto del lugar de trabajo que es flexible y
global, su práctica permite trabajar en cualquier momento y desde cualquier lugar. Se orienta
hacia la flexibilización de las formas y métodos de organización, a la aplicación del diseño
organizacional como herramienta para atender la complejidad creciente de las relaciones
laborales, los nuevos puestos de trabajo mediados por las tic y la nueva gestión de los recursos
humanos.

Pese a ser un fenómeno emergente, el teletrabajo ha permeado la región y pasó a formar parte ya
de la realidad laboral de su población económicamente activa, con una participación cercana al
10 por ciento en países como Brasil y Argentina, y de entre el 2 y 4 por ciento en Chile y
México, según estimaciones al año 2015. Según el paper Teletrabajo en América Latina,
publicado por 5G Américas. De acuerdo con lo que destaca CEPAL “el teletrabajo, a pesar de ser
una temática emergente y que está en gestación, es una realidad que ha llegado hasta los
mercados laborales de los países de la región y que forma cada vez más parte de las tendencias
laborales de la población”.

La opción de realizar las tareas laborales en locaciones ajenas al empleador tiene diferentes
ventajas, entre ellas sobresalen la reducción de costos y un impacto ambiental positivo que en el
siglo XXI ha generado un gran interés por el aprovechamiento de los recursos naturales como
fuente de creación de energías alternativas. Las fuentes renovables utilizan recursos naturales
considerados inagotables por su capacidad de regenerarse, el sol y el viento son las fuentes de las
energías más importantes y de mayor impacto en el mundo: la energía solar y la energía eólica.
Las energías alternativas juegan un papel de sustitución de las fuentes energéticas existente en la
actualidad. La energía solar es la que más ha crecido en su uso con un incremento de 18.461%.
Por ejemplo, a principios de 2015 el avión conocido como Solar Impulse 2 comenzó a dar la
vuelta al mundo impulsado únicamente mediante energía solar fotovoltaica. En Samoa hay una
isla entera que funciona con energía solar y en la India tienen un aeropuerto que se abastece
exclusivamente de la fotovoltaica (Sánchez,2016). Esto provoca grandes ventajas ambientales y
económicas. En primer lugar, es una energía totalmente natural y limpia que no contamina, lo
que trae consigo un mejoramiento en el impacto ambiental. En segundo lugar, por medio de
paneles solares se logra unos costos más bajos en electricidad que a su vez fomentan un ahorro
monetario, ya que es gratuita, y por último es un sector que impulsa la creación de nuevas
oportunidades laborales, debido la fabricación de paneles solares, su instalación y mantenimiento
requiere de una gran cantidad de mano de obra.

Por otro lado, la energía eólica le sigue a la energía solar con un crecimiento en su uso del
2,304.15%. Muchas de las ventajas de esta energía son las mismas que la solar, sin embargo,
tiene un gran impacto y es que los parques eólicos son un sistema muy rentable, por ejemplo, en
México se encamina La Venta III, un proyecto de 102 megavatios; se estima que el
aprovechamiento de la energía eólica mexicana tiene el potencial de alimentar al menos 32
millones de hogares con energía baja en carbono (Sánchez,2016). Lo que provoca una huella
menos agresiva en el suelo, debido a que reemplaza el uso de combustibles fósiles, que son
grandes contaminantes en la actualidad. Además de eso, la energía eólica es considerada una
tecnología muy eficiente que tiene la capacidad de producir energía que es conveniente y segura
para el medio ambiente, una energía sin emisiones, inagotable, competitiva en el mercado y a su
vez creadora de capital y de empleo.

En conclusión, el inminente cambio tecnológico trae consigo múltiples beneficios para el

bienestar y la calidad de vida de la sociedad. El teletrabajo se presenta como una fuente de
empleo que actúa en pro de la reducción de la brecha socioeconómica en la región; la
información es el motor del futuro tecnológico gracias a la difusión masiva que se logra a través
del internet; la robótica trae consigo elementos favorables como el aumento de la productividad y
la reducción de costos; y las energías alternativas son una opción exitosa en la reducción de
nuestra huella ambiental. En este contexto, el estado tiene la tarea de regular estas áreas para
controlar los efectos de la mismas, como lo son la pérdida de empleos como externalidad
negativa de la innovación y el tema de los derechos de propiedad intelectual y el tratamiento de
la información personal para esta nueva era digital. Una era de cambio tecnológico.

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