Por lo tanto, una realidad distinta del acto mismo de entender no sería lo que debe

comprenderse con la palabra espíritu. Consiste en aparecerse, en manifestarse a sí mismo.

“¿Qué está revelado?, lo que Él revela es esta forma infinita que hemos llamado subjetividad
absoluta; esto es el determinar, esto es el poner diferencias, poner un contenido.”

“Aquello que Él revela así consiste en que Él es la manifestación de poner en sí mismo estas
diferencias; su naturaleza y su concepto consisten igualmente en eternizar estas diferencias,
así como en recuperarlas en sí mismo y ser así cabe sí mismo. El contenido que es manifiesto
es lo que ha sido revelado, consiste justamente en que El existe para otro, pero [también]
existe eternamente para sí mismo. Tal es la determinación de la revelación.”1

En otras palabras, El espíritu, “la idea absoluta” consiste en existir como unidad del concepto
y de la realidad, de manera que el concepto y la realidad existan en él mismo como su
totalidad.2

Sólo así se puede representar la conciencia, tal y como se muestra en la Fenomenología del
Espíritu y comprender el alcance de la lógica: “La conciencia es el espíritu como
conocimiento concreto y circunscrito en la exterioridad; pero el movimiento progresivo de
este objeto, tal como el desarrollo de toda la vida natural y espiritual, sólo se funda en la

1
HEGEL, G. W, Friedrich, Lecciones sobre filosofía de la religión, 1824, edición y traducción de
Ricardo Ferrara, Alianza Editorial, Madrid, 1984, p. 216.
2
Cf. HEGEL, G. W, Friedrich, Lecciones sobre filosofía de la religión, 1824, edición y traducción
de Ricardo Ferrara, Alianza Editorial, Madrid, 1984, p. 218.