neurocientífico de la violencia y los crímenes, así como del tratamiento y prevención del comportamiento criminal. ADRIAN RAINE James Fallon La deficiente o pobre función prefrontal, es el mejor correlato replicado de la conducta violenta y antisocial.
¿Por qué una pobre función prefrontal
predispone a la violencia? Esta pregunta puede ser respondida de diferentes niveles conceptuales:
1. Desde un nivel emocional, la reducida función prefrontal resulta en
una pérdida de control bajo las partes más evolucionadamentes primitivas del cerebro, como el sistema límbico, que genera emociones brutas como la ira y la cólera.
2. Desde un nivel conductual, los daños en la corteza prefrontal derivan
en una tendencia a tomar riesgos, ser irresponsable y romper las reglas.
3. Desde una nivel de la personalidad, un daño frontal conduce a cambios
dramáticos en la personalidad. Estos incluyen impulsividad, pérdida de auto control, incapacidad en modificar o inhibir la conducta de una forma apropiada. ¿Puedes imaginar estos rasgos de personalidad en delincuentes violentos? 4. Desde un nivel social, daño prefrontal deriva en inmadurez emocional, falta de tacto, y pobre juicio social . Esto causa deficientes habilidades sociales, que derivan en poca habilidad para formular soluciones no agresivas en encuentros sociales irritantes.
5. Desde un nivel cognitivo, la pobre función prefrontal, resulta en una
pérdida de flexibilidad intelectual, y bajas habilidades para resolver problemas. Este deterioro de funciones cognitivas, pueden resultar más tarde en fracaso escolar, desempleo y deprivación económica. Todos estos factores predisponen a un estilo de vida violento y criminal.
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